(FIC-Klaine) "Escenas borradas" We Built This Glee Club “I did it for you”

Marzo de 2041




-¡Que te dijeron! —exclamo Kurt levantándose desde donde estaba como si hubiera recibido una mordida justo allí.
-Que todo está bien… tranquilo —respondió saludándolo con un beso y gesticulando calma con sus manos..
-¿De verdad?... ¿no nos cortaran ningún servicio?
-Ninguno… la persona que me atendió dijo que estaba todo bien, que solo fue un par de días de atraso y como somos súper extra responsables… nos perdonaron esta falta.
-¡Ay gracias a Dios! —dijo Kurt volviendo a  sentarse en cámara lenta.
-¿Tan angustiado estabas? —quiso saber Blaine dejando unas bolsas sobre la mesa de la cocina.
-¡Apuesta tus mejores partes a que sí!... ¿te imaginas nos hubieran cortado todo? ¿Quién puede vivir sin electricidad, gas o agua potable?
-Pues mucha gente lo hace a diario, pero nosotros no tenemos porque… —respondió entregándole  las facturas con el sello de “cancelado”
-Esto no puede volver a  repetirse Blaine…—dijo Kurt como advertencia.
-Pues no creo que volvamos a ir a Paris en un viaje de placer muy pronto… así es que puedes estar tranquilo —agrego sacando una botella de agua del refrigerador.
-Es un alivio saber que todo salió bien…—agrego Kurt poniendo las facturas con las otras de los meses pasados— eres mi héroe de los servicios básicos, ahora te contare lo que he planeado para nuestro día…—dijo queriendo besarlo— un momento…
-¿Qué? —pregunto Blaine al ver que su esposo lo dejaba con los labios estirados y lo miraba de medio lado como si esperara otra frase a continuación  de la que había dicho.
Kurt se cruzó de brazos y se quedó parado frente a él.
-¿Qué?...—repitió.
-¿Cómo es que la persona se portó tan amable contigo?
-Porque lo era…
-¿Tuviste que coquetearle a quien te atendió?, ¿no es así? —pregunto mirándolo fijo.
-¿Cómo?
-Eso… estoy más que seguro que te paraste allí y moviste tus pestañitas de ensueño y sea quien sea que estaba enfrente accedió a lo que el pediste y lo hubiera hecho a lo que sea que le pidieras, incluyendo un año de cuentas gratis.
-¡Vaya!... ¿Cómo no se me ocurrió pedir eso? —contesto Blaine tragando un sorbo largo de agua.
-¡Blaine!
-Está bien… lo hice… pero fue por el bien de la familia…
-¡Mentira!… te encanta tener toda la atención…
-No es verdad, fue única y exclusivamente  para que pudiéramos hacer esto… —dijo abriendo y cerrando la puerta del refrigerador unas cuatro veces— esto… —agrego dándole vuelta a la llave del agua— y esto… —termino por decir encendiendo y apagando la cocina.
-Mmmm… —dijo Kurt como única respuesta sin convencerse de nada.
-¿No me crees?
-No…—respondió alargando la “o”
-Pues deberías, y para tu información y si precisas saberlo, quien me atendió era un señor muy elegante y de edad avanzada, tanta que podría ser mi abuelo que en paz descanse —explico Blaine tomándolo de la cintura.
-¿De verdad? —pegunto Kurt en medio de una risa.
-Te lo digo… por lo tanto… no hay nada de qué preocuparse —añadió dándole un pequeño beso.
-Solo de las cuentas…
-Y de no dejar a  Burt encargado de cancelarlas en el futuro.
-Bien dicho…
-Entonces… ¿Cuál es el plan para hoy? —pregunto Blaine sentándose y organizando las bolsas a un costado de la mesa.
-Primero dime que hay en estas bolsitas —dijo Kurt sentándose a su lado.
-¡Eso no es justo!…
-¿Por qué no?
-Porque yo pregunte primero.
-Pero yo puedo hacer esto… —contesto Kurt esbozando un puchero infantil y tierno.
-OK… tu ganas… —agrego Blaine levantando sus manos como si ante aquello no hubiera más por hacer además de  darse por vencido de inmediato.
-¡Si!.. —exclamo Kurt empuñando sus manos en señal de triunfo— dime…—agrego volviendo a lo de la mueca.
-Pues veras… cuando llegamos de Francia hace dos días, hice algunas averiguaciones y con el permiso de la “Bien Cuit”, nuestra pastelería francesa favorita… me entere que en otra más pequeñita pero igual de sofisticada, llamada “Lafayette”… tenían algo que te volvió loco en Paris… —dijo sacando una caja pequeña y cuadrada.
-¿Además de la “Rue de Rivoli”?
-Además de eso… —agrego sacando un plato del gabinete más próximo a él.
-¿Qué compraste Blaine Anderson Hummel?
-Esto... respondió sacando pastel de chocolate, pequeño y parecido a un cono sin punta.
-¡Oh por Dios!... ¿¡es un “Petit Gâteau”!?
-Lo es… —contesto Blaine sonriendo y entregándole un tenedor acto seguido.
-¡Oh por Dios!... ¡es lo mejor que pudimos haber probado!, ¿Dónde lo conseguiste? —pregunto Kurt mirando el pequeño pastel como si analizara una pieza invaluable de joyería.
-En “Lafayette”, en “Lower Manhattan” —dijo sonriendo.
-Esto perfecto… —opino saboreándose— aunque lo sería más  si…
-¿Tuviera una bola de helado de vainilla? —interrumpió Blaine sacando un bote de helado de otra de las bolsas.
-¡Oh por Dios!… sí que estamos hechos el uno para el otro Blaine Anderson-Hummel —dijo Kurt destapando el bote con helado.
-¡Lo sé!... es lo que he venido diciendo… pues desde siempre… ahora disfruta.
-¿Me lo puedo comer todo verdad?
-¡Por supuesto!, es para ti… yo… me comí un “hotdog” en nuestro carrito favorito.
-¿Por qué comes antes del almuerzo?,  ¡arruinaras tu apetito!
-¿Lo dice el hombre que está apunto de llenar su boca de chocolate?
-Esto es diferente —señalo Kurt apuntando el pastelito.
-Ok…
-¡Oh Por Dios! —repitió cortando un trozo, el biscocho era suave y esponjoso y al córtalo un relleno suave y liquido de chocolate negro salía de el, Kurt mezclo la salsa con un poco de helado y lo trago pensando que aquello era lo mejor de la vida.
-¿Ahora me dirás cuál es el plan para esta tarde?
-…
-¿Esta bueno?
-…
-¿Tanto como el que nos sirvieron en “Bistrot Paul Bert”? —agrego Blaine mirándolo comer.
-Tanto… como el que… pedimos para llevar y en el hotel hice lo que ya sabes con el… —dijo Kurt como si estuviera en el séptimo cielo— ¿lo recuerdas?— agrego moviendo sus cejas.
-Lo recuerdo —respondió Blaine medio ruborizándose.
-¡Esto es perfecto!….—opino mientras continuaba saboreando cada centímetro del “Petit Gâteau”
-Tu eres perfecto… —dijo Blaine con su cabeza en una mano— cuéntame.
-¿Qué cosa?
-Los planes para este día…
-Claro… —respondió limpiándose con una toalla de papel— hable con Noah y le dije que iríamos esta tarde a buscar la mascota que quiere… pero no a New Jersey…
-¿Por qué no?
-¿Y arriesgarme a que tu novio te vea después de no sé cuántos años?... no gracias… —dijo Kurt limpiando el chocolate del plato con uno de sus dedos.
-¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde que fuimos allí?... tal vez ese chico ya ni siquiera trabaje en ese refugio.
-O tal vez sea el gerente general y busque la forma de encerrarte en un canil o algo… —dijo Kurt poniendo al cara de quien dice algo irrefutable.
-Ok… ¿dónde iremos entonces?
-Al “Manhattan Animal Care Center”, está a 11 minutos de aquí, y ya revise las fotos de quienes trabajan allí…—agrego olvidando las formas y tomando el plato le dio unos cuantos lengüetazos.
-¿Y eso que quiere decir?
-Que no hay ninguno que tenga la cara de ser un fan enloquecido tuyo, por lo tanto todo estará ben…
-¿Aunque tengas un poco de chocolate en la punta de tu nariz? —pregunto Blaine dándole un toque con su dedo.
-¿Que? —dijo limpiándose.
-Ya no está… ¿nos vamos ahora entonces?
-Si… Noah está buscando el mejor nombre para su nuevo gato, mientras yo estaba aquí pensando como lidiaremos con un animal con cuatro patas, cada una con uñas más largas que la otra.
-Todo estará bien… —aseguro Blaine tomando el plato para lavarlo, pensando que si no se lo quitaba de las manos a su esposo, terminaría por comérselo también, con el diseño floral y todo.
-¡”Papáblen”!... ¿acaso ya estás aquí? —dijo Noah entrando a la cocina.
-Hola hijo… claro que si…
-¿Qué me trajiste?
-Pues… te traje esto… —respondió Blaine sacando una barra de chocolate de la bolsa de la pastelería.
-¡Que rico!... ¿y a “Desmond”?
-A Desmond, le traje esta otra… igual  a la tuya para que no sienta celos —agrego entregándole otra barra idéntica  a la primera.
-¡Gracias “Papáblen”!…—exclamo Noah dándole un abrazo  bien palmoteado.
-No te las comas antes del almuerzo bebé.
-No lo hare Papá… las guardare aquí… —respondió el pequeño poniéndolas dentro de  uno de los cajones.
-Muy bien luego te las puedes comer de a una.
-Pero solo una es mía la otra es de “Desmond”
-¡Oh!… es verdad… ven cariño… —dijo Kurt señalando una de las sillas.
-¿De que hablaban?, ¿del “comflipto” con las cuentas?
-Así es, pero ya está resuelto, por lo tanto no debes preocuparte.
-No lo hare… ¿de qué más hablaban?, ¿de mi?
-No, la verdad es que no hablábamos de ti… hablábamos también  de tu nueva mascota —dijo Blaine secando el plato y guardándolo en el lugar respectivo
-¡Pero tiene que ver “commigo”! —exclamo Noah trepándose a la silla.
-¿Y tus gafas bebé?
-No me gustan mucho esas nuevas… solo las usare para leer… —sentencio como gran cosa.
-Muy prudente de tu parte… ¿quieres saber  porque hablábamos de tu nueva mascota?
-Si… —respondió con sus manos cruzadas sobre la mesa.
-Pues con el Papá hablábamos sobre el gato que quieres tener y de cuanta responsabilidad acarrea una mascota.
-Así es… —agrego Kurt acariciándole la cabeza— porque debes saber que en cuanto ese animalito cruce nuestra puerta, será todo un trabajo cuidarlo, tendrás que darle de comer, jugar con él y atender a sus necesidades. ¿estás dispuesto a hacer todo eso?
-Sí, mucho… pero si quieren “disaudirme” puedo esperar un tiempo…
-¿Disuadirte?, ¿y es palabra cariño?, ¿la aprendiste en la escuela?
-No, Liverpool Westbrook Stewart me la enseño… dice que sus Padres siempre están “disaudendo” a Hendrix Westbrook Stewart para que no toque la guitarra.
-¿Y sabes lo que es disuadir? —quiso saber Blaine sentándose a la mesa con el resto de su familia.
-¡Convencer!... Liverpool Westbrook Stewart me lo “esplico”
-Muy bien explicado, pero nosotros no queremos convencerte de nada que tu no quieras, es más, luego de almorzar iremos al “Manhattan Animal Care Center”, y allí podrás escoger el gatito que quieras —dijo Kurt tomándole una de las manitos.
-¿Es donde fueron a buscar al “Señor Botones”?
-No cariño, este es otro refugio que está más cerca y tiene muchos más gatitos, ¿quieres ver? — dijo Kurt manipulando su teléfono para enseñarle las fotos del sitio web.
-Me gustaría… si… —respondió Noah trepándose casi en la mesa— ¡hay muchos!, ¿cómo sabré cual elegir? —dijo tomándose la cabeza en señal de angustia extrema.
-Lo sabrás en cuanto lo veas hijo.
-Pero si no lo sé ¿me ayudaran ustedes?
-Por supuesto que si, incluso si quieres uno de estos de felpa que hay en la tienda de regalos, que según yo son los mejores… también…—señalo Kurt con una gran sonrisa.
-Pero esos no viven…—dijo Noah como si su Papá estuviese hablando algo increíble.
-Es verdad Kurt, esos no viven…—agrego Blaine poniendo al misma cara de su hijo. A Kurt no le quedo otra que soltar una risa al verlos tan parecidos.
-¿Pensaste en un nombre bebé? —pregunto este guardando su teléfono.
-Si… quiero que se llame “Stifen hopchins”…
-¿Cómo? —preguntaron sus dos padres al unísono.
-“Stifen hopchins” —repitió el pequeño como si no hubiera más explicación que dar al respecto.
-¿Creo que quiere decir Stephen Hawkins?... ¿verdad hijo? —dijo Blaine arrugando un tanto su nariz.
-¡SI!... “Stifen hopchins” ,  ¡es un científico súper “sesasonal”!
-Lo sabemos cariño, pero,  ¿qué tal si buscas un nombre que sea más para un gato y que además no te cueste tanto pronunciarlo?
-¿Cómo cuál?...—pregunto Noah gesticulando duda con sus pequeñas manos.
-Pues no se bebé… algo así como “Peludito”, o “Bigotes”… algo así.
-Esos no son nombres, son “caraptesiticas” —añadió Noah cruzándose de brazos, tal y como Kurt lo hacía cuando no le daban en el gusto, esta vez Blaine fue quien esbozo una sonrisa por lo bajo.
-¿Qué tal si utilizas el nombre y le agregas una característica?, por ejemplo… “Paul peludito”—dijo Blaine murmurando un “¿Qué?” al ver que su esposo ponía cara de impacto extremo.
-O, “Stephen bigotes”… ¿Qué tal ese nombre? —agrego Kurt mirando a Blaine con la ceja levantada, como diciendo “ese si es un nombre”.
-¡Me encanta! —exclamo Noah dando unos aplausos.
-¿De verdad bebé?...—pregunto de vuelta Kurt sin poder creer el acierto que había tenido frente a su hijo.
-¡SI!... ¿te gusta  a ti “Papáblen”?
-Pues me encanta y debes saber que fue el Papá quien escogió el nombre del primer perrito que tuvimos —explico Blaine mientras le acariciaba la espalda a su esposo como orgulloso de las habilidades que tenía como Padre, inventor de nombres y todo lo inimaginable.
-¿De verdad Papá?
-Así fue…
-¡Gracias Papá!...—exclamo Noah dejando su silla para subirse a la de  Kurt, y darle un abrazo con “Desmond” incluido.

Octubre de 2041






-Muy bien Señor Anderson… —dijo Kurt entrando a la habitación— la casa está cerrada, la alarma activada, la cocina limpia y reluciente…
-Yo hice eso…—interrumpió Blaine levantando su mano.
-Corrijo entonces… —añadió Kurt cerrando las cortinas— la cocina está limpia y reluciente gracias a usted y nuestro hijo está en su camita… por lo tanto, mi pregunta es la siguiente —agrego encendiendo algunas velas sobre la chimenea— ¿tiene algún plan para esta noche?— termino de decir mientras ponía el cerrojo a la puerta y le daba una mirada sexy por sobre el hombro después.
-¿A qué te refieres? —pregunto Blaine desde la cama.
-¿Esta bromeando conmigo Señor Anderson? —insistió caminado hacia él.
-No… y no me llames “Señor Anderson”, que siento como si estuvieses hablando con mi Papá en vez de conmigo —respondió cambiando los canales en el televisor.
-No vuelvas a decir eso por favor… —dijo Kurt poniendo cara como de asco.
-OK…—respondió Blaine sonriendo al ver la cara que ponía y los gestos que hacía, tal vez por imaginarse aquella situación media incestuosa— ¡Un juego! —exclamo acomodándose en las almohadas.
-¿Un juego?... ¿a esta hora? —pregunto Kurt encendiendo más velas.
-Es futbol de Europa…
-OK… —contesto blanqueando los ojos al tiempo que se subía en la cama.
-¿Quieres ver algo? —dijo Blaine haciendo el ademan de entregarle el control remoto.
-No gracias Señor… y… si Señor Anderson no le agrada… ¿Qué tal?... ¿“Señor sonrisa Sexy”? —añadió moviendo sus cejas.
-¿Qué traes entre manos Kurt Hummel-Anderson? —pregunto Blaine viendo como su esposo trepaba de a poco sobre él.
-Algo…
-¿Algo?
-Algo… y sea lo que sea, es mucho más interesante de lo que estás viendo… sea lo que sea que es…—contesto quitándole el control remoto y apagando la televisión acto seguido, se acercó lo suficiente a su esposo y le dio un beso cargado de ganas, Blaine trago saliva una vez que sus bocas se apartaron y soltó un suspiro más que satisfecho.
-¿Los niños están dormidos? —pregunto exhalando calor.
-El único niño… que vive en esta casa… —respondió Kurt mientras le desabotonaba la camisa del pijama— está bien dormido, con “Desmond” a un lado y “Mister Stephen Wishkers” al otro.
-Nunca pensé… que “Desmond” tendría que competir por el cariño de nuestro hijo…—dijo Blaine sonriendo al sentir las manos de su esposo sobre el pecho y los hombros.
-Pues tendrá —agrego Kurt sacándose el mismo la camiseta de dormir— pero no hablemos de eso, ni de “Desmond”, ni de ese gato que siempre me mira como si quisiera decirme algo, y nunca me lo dice… mejor… hablemos de esto… —agrego metiéndole la mano en el pantalón.
-Vaya si no tienes ganas de dormir…
-Nadie piensa en dormir… —aseguro hablándole cerca del oído.
-Eres tan sexy cuando te atreves Kurt…—dijo Blaine recostándose para recibirlo encima.
-Pues como tú eres sexy… todo el tiempo —respondió Kurt besándole el cuello— no me queda otra que… hacer cosas para tratar de alcanzarte.
-Vaya si lo logras…—dijo Blaine recorriéndole la espalda.
-No hables… mejor dame un beso…
Blaine sonrió y cambio de lugar con él, tomo sus manos y le elevo los brazos por encima de la cabeza, con sus dedos los recorrió de a poco, causando en Kurt un estremecimiento lleno de placer y ansias, lo miro a los ojos y perdiéndose en ese azul inmenso le tomo la cara y volvió a besarlo.
-¿Es el tuyo o el mío? —dijo Kurt sintiendo vibrar un teléfono móvil— si es… el… mío… debo atender… Helen… tenía que… darme algunas informaciones… —explico mientras recibía besos de su esposo en el cuello y parte del pecho.
-Es el mío… —contesto Blaine tratando de tomar el teléfono desde su mesa de noche— también… tengo.. que contestar… el sello… —explico estirando su mano hacia un lado. Tanteo todo lo que había sobre ella botando en su intento un par de libros, su reloj y par de juguetes de Noah, logro tomar su teléfono y como pudo contesto la llamada. Kurt bajo con sus manos por su cuerpo y con sus labios y lengua le rodeo una oreja, Blaine soltó una risa involuntaria y contesto la llamada.
-¿Hola?... —dijo a media voz— ¿Cómo?...
-Di que estas ocupado... —susurro Kurt bajándole los pantalones.
-¿Dylan?, ¿eres tú?
-¡Demonios Westbrook!, ¡estamos en medio de algo aquí! —exclamo Kurt dirigiendo su voz hacia el “speaker” de teléfono.
-No… por supuesto que no… —dijo Blaine bajándose de donde estaba— Kurt… —añadió al sentir que la llamada de su amigo necesitaba toda su atención.
-¿Estas bromeando conmigo Blaine Anderson-Hummel? —quiso saber este poniendo caras.
-No… es decir… lo siento, creo que a Dylan le ocurre algo —respondió tapando el teléfono mientras se levantaba y daba algunos pasos para hablar lejos de la cama, se acomodó la ropa que le quedaba puesta y se instaló cerca de la ventana.
Kurt soltó un suspiro de frustración y se tiro en la cama cuan largo era, se dio una vuelta sobre las sabanas y se quedó observando a Blaine mientras atendía aquella llamada inoportuna. En un intento por llamar su atención, comenzó arrojarle algunas de las almohadas, poniendo caras juguetonas cada vez que le aventaba algo, estas eran respondidas por su esposo con otras muecas igual de divertidas, hasta que algo que escucho al otro lado del teléfono, le hizo cambiar el semblante por completo Kurt no tuvo duda alguna que algo malo pasaba al otro lado del atlántico. Se puso la camiseta de dormir y se levantó para acercarse a Blaine, haciéndole un gesto que preguntaba “¿Qué sucede?”, este le hizo otro con su mano en alto como si detuviera el ímpetu de alguien y continuo escuchando lo que su amigo tenía que decirle.
-¡Me estas matando de angustia!... ¿Qué sucede? —murmuro acercando su oído al teléfono por si lograba escuchar algo.
-Está bien… Dylan... tranquilo… los niños son fuertes… todo estará bien... —dijo tomándose la cabeza y el cuello.
-¿Qué sucede? —insistió Kurt asustándose un poco.
-Dale mis cariños a Lily y un abrazo para ti amigo… si… si… adiós… —termino por decir Blaine terminando la llamada.
-¿Qué sucedió?
-Era Dylan…
-¿Y qué quería?... ¿qué paso?
-Llamaba para decirme…
-¿Para decirte?...
-Me dijo que… que… Liverpool está enfermo, se sintió mal, pensaron que tenía un resfrío… pero…
-¡Pero que!...
-…
-¡Demonios Blaine!, por sexys que sean tus pausas este no es el momento de hacerlas, estoy que me....
-Le hicieron unos análisis y… descubrieron que tiene un tipo de leucemia.
-¿Qué?... —exclamo Kurt tapándose la boca.
-Eso… Dylan dijo que están impactados… pero comenzaran un tratamiento de inmediato.
-¡Oh Por Dios!
-Lo sé… no lo puedo creer tampoco… Liverpool es tan pequeñito…
-¿Qué grado es?... —quiso saber Kurt casi a punto de llorar.
-Pregunte lo mismo, pero me dijo que no se clasifica en grados, sino que en tipos y la que le diagnosticaron es leucemia linfocítica aguda.
-¿Aguda?... —repitió Kurt imaginándose lo peor.
-Sí, pero tranquilo… es solo el nombre, me dijo también que los doctores le advirtieron que tiene un 90% de posibilidades de una remisión total —explico Blaine tomándose la frente.
-¿Cómo esta Lily?
-Devastada, al igual que Hendrix, Dylan también lo está… no lo puedo creer.
-¿Le harán un trasplante?
-Le hicieron los exámenes a Joplin y a Lennon, también a Hendrix, pero no son compatibles, así es que recurrirán al banco de células madres de Londres donde las probabilidades de encontrar algo son más altas… —contesto Blaine sentándose en la cama como derrotado.
-No lo puedo creer…—repitió Kurt sentándose junto a él.
-Ni yo… Kurt… sé que nuestras agendas están medio apretadas pero pensaba que…
-Llamare a mi asistente… ella nos conseguirá pasajes para mañana mismo, apostaría bien dinero a que tiene un “affaire” con un controlador aéreo.
-O un cajero de una aerolínea —dijo Blaine soltando un suspiro, como si quisiera reír pero pensara que era inapropiado de alguna manera.
-¡Vamos!... dale un poco de crédito, decir “controlador aéreo” es más sofisticado y elegante.
-Gracias Kurt… —dijo Blaine recostándosele en un hombro— fue lo primero que le ofrecí, me dijo que no era necesario por supuesto, pero me sentiría mejor si vamos a estar con ellos.
-Por supuesto… —dijo Kurt acariciándole el pelo— son mis amigos también, ¿lo sabes?, ¿verdad?— agrego mirándolo de medio lado.
-Lo se… nunca pensé que recibiríamos una noticia así.
-Nadie lo piensa Blaine, pero lo que debemos pensar es la parte positiva… tu eres la prueba viva que las células madres arreglan cualquier desaguisado en el que el cuerpo nos quiere meter… —dijo dándole un beso en al cabeza— llamare a Helen…—agrego poniéndose de pie — ella nos conseguirá asientos para todos, le pediré para nosotros y para los chicos si es que quieren acompañarnos y además se encargara de la re agendar la reunión que tenía el viernes.
-¿Reunión de qué?
-De la obra… ¿te acuerdas que te conté que organizaremos un festival de teatro en New Jersey?
-Si… el festival… obvio… disculpa…
-No hay problema… la llamare… —dijo Kurt manipulando su teléfono.
Blaine miro su propio teléfono como si aún no creyera la noticia que había recibido, arrugo el entrecejo como si recordara algo de pronto, tomo su ropa de dormir y se vistió rápidamente.
-¿Dónde está Noah? —pregunto.
-Durmiendo como también te lo dije… ¡Blaine!... —exclamo Kurt al ver que su esposo se levantaba en menos de un segundo y salía de la habitación— ¡Blaine!... —insistió partiendo tras de él— Helen, te llamare en un minuto— dijo tirando su teléfono a la cama— ¡Blaine!… —repitió alcanzándolo en la puerta del cuarto del mas pequeño de sus hijos— ¿Qué vas hacer?
-Quiero ver a Noah… —respondió dando la vuelta a la perilla de la puerta.
-Noah está dormido… —dijo Kurt tomándole la mano para impedir que la abriera— no podemos despertarlo y darle una noticia así, sabes bien lo que Liverpool significa para él… se lo diremos mañana en el desayuno, con la mayor de las calmas y la más grande de las sonrisas… ¿de acuerdo?.
-…
-Blaine… nuestro hijo no necesita saber más información que la necesaria, ¿estás de acuerdo conmigo?, ¿no es así?
-…
-¿Blaine?... —insistió Kurt buscando su mirada.
-Lo estoy… lo estoy… —respondió tomándose la cabeza— es solo… —agrego soltando algunas lágrimas— solo… solo quiero abrazarlo… —agrego frotándose los brazos como si ya tuviera al pequeño frente a él.
-Blaine… tranquilo…
-Lo siento… —agrego sollozando.
-No lo sientas… ven…—respondió Kurt extendiendo sus brazos. Blaine lo abrazo de vuelta y lloro un poco en su hombro, sintió que su esposo le acariciaba la cabeza y la espalda y se sintió reconfortado de inmediato.
-Lo siento…—repitió apartándose — es solo que… —agrego limpiándose la nariz con la mano— Noah es solo un año menor que Liverpool… y pensar que algo puede sucederle…
-Lo se…—dijo Kurt acariciándole la cara— y está bien que te sientas así… cuando me dijiste lo que Dylan te conto… te juro y di gracias a Dios que Noah estuviera sano.
-¿Está mal que nos alegremos por eso?... —pregunto Blaine secándose unas lágrimas con el puño del pijama.
-No, por supuesto que no… además tú mismo lo dijiste, los niños son fuertes y testarudos y Liverpool lo es tanto como su Padre… saldrá adelante.
-¿Estaría mal de mi parte si le ofrezco a Dylan que nosotros también nos haremos los exámenes por si es que somos compatibles?
-Obvio que no… ofréceselo… y también puedes ofrecerle estadía si es que quieren recurrir a nuestros hospitales.
-¿Un ingles pidiendo algo a Estados Unidos? —pregunto Blaine soltando una risa.
-Peores cosas se han visto… ¡por Dios!… ver esto luego de este momento tan triste me mantiene creyendo que si vale la pena vivir —dijo Kurt apuntando la sonrisa de su esposo.
Blaine lo miro un segundo y volvió a abrazarlo, creyó que soltaría el llanto de nuevo pero los brazos y el calor de Kurt contenían cualquier pena.
-Te amo…
-Y yo te amo a ti… y dile a los Westbrook Stewart que son bienvenidos en el 834 de la Quinta Avenida, todos.. menos “Agatha”, no quiero futuras demandas de paternidad en contra de “Mister Stephen Wishkers”
-Ok… debemos decirle a los chicos.
-Claro que si… yo los llamare, estoy seguro y también se ofrecerán a hacerse las pruebas.
-Lo más probable… —aseguro Blaine aun con mucosidad en su nariz.
-Iré por un pañuelo —dijo Kurt temiendo que su esposo se sonara con el paño bordado que cubría una de las mesas de arrimo.
-Kurt…
-¿Si?
-Gracias…
-No hay porque… —respondió acariciándole la cara— ¿Quieres entrar a ver a Noah?
-No, podría despertarse… saber que está bien y que duerme sin sobresaltos es todo lo que necesito —respondió Blaine mirando la puerta.
-Lo mismo digo… vuelvo enseguida…

Junio de 2060





-Si me dieran un centavo por cada vez que te he visto así hermanita… sería el más pobre de los hombres porque no tendría ninguno —dijo Henry entrando a la cocina.
-¡Henry!... —exclamo la chica abriendo sus brazos para recibir a su hermano— ¿Por qué tan sigiloso?
-Yo no llegue sigiloso, eras tú la que estaba concentrada en los gabinetes extra ordenados del Papá… ¿o será en esa mancha que tiene el cristal?
-Tonto… —dijo Lizzie dándole un manotazo en el hombro.
-¡Oye!... —respondió sobándose— ¿dónde est…?
-¡Tío “Hendry”!
-¡Devon!... ¿Cómo estas pequeñín?... —pregunto tomándolo en sus brazos.
-Súper bien… te vi entrar y vine a saludarte.
-Pues me parece perfecto… —respondió Henry dejándolo en el suelo— ¿acaso me llamaste “Hendry”?
-Mamá dijo que era tu nombre... ¿acaso me mentiste? —pregunto el pequeño mirando a su Mamá con las manos en la cintura.
-¡Por supuesto que no monito!… ¿Cómo puedes pensar eso de tu madre?... ¡hola!—respondió Lizzie haciendo el mismo gesto. Henry rio por lo bajo al verlos tan parecidos.
-Tu Mamá tiene razón Devon, ella me llamaba asi… y ahora tú también puedes llamarme “Hendry”
-Muy bien… ¿Dónde están mis primos?
-Pues con su Mamá en casa de sus otros abuelitos… ¿Por qué?
-Quería verlos y mostrarle a Liam mi súper cicatriz —respondió Devon doblando el brazo para que su codo quedara a la vista de todos.
-¿Y eso?
-El otro día que fuimos al parque con los Papás, resbalo y cayo, pero creo que no le importa mientras esa cicatriz se ponga cada vez más horrible —dijo Lizzie poniendo cara de asco.
-¡Wow!... —exclamo Henry encuclillas frente a su sobrino— pues es una cicatriz súper perfecta, y creo que Liam se pondrá un poco celoso y querrá una para él.
-¡Claro que no!… —respondió Devon entre risas.
-Hijo, ¿Qué tal si sigues vendo la película que te presto el Tío Noah?
-¡Si!... ¡es tan espectacular!, ¿quieres venir tío “Hendry”?
-Lo hare en un momento… resérvame un asiento.
-¡Si! —grito el pequeño mientras salía dando saltos.
Lizzie sonrió y se le quedo viendo, pensando que era tan loco como lo era ella a esa edad.
-Me pregunto cómo te decía yo cuando tenía su edad y le dije que “Hendry” —agrego explicando la situación.
-Lo imaginaba… ahora “Rizzie” —Lizzie sonrió con nostalgia contenida— cuéntame porque te descubrí mirando con tanta atención el gabinete de las conservas, ¿hay algo en ese corazoncito?
-Creo que estás viendo muchas películas de amor… hablare con Amelia al respecto —dijo apuntándolo— ¿quieres café?
-¡Me encantaría un café! —respondió Henry levantando sus brazos como si aquello fuera lo máximo en la vida.
-Genial… —agrego comenzando a preparar todo.
-¿Noah está aquí?
-Pero Henry… hace tres días que se fue en ese viaje o excursión al “Grand Canyon”, a ese recorrido en balsa por el rio Colorado.
-¡Es verdad!... ¿Cuál es la gracia de eso?
-No lo sé… pero él la encontrara, eso de seguro… —dijo Lizzie mirando dentro de tres gabinetes seguidos.
-Claro.. ¿Los Papás?
-Están en el dormitorio, el Papá le está haciendo el chequeo al “Papáblen” —contesto sacando un tarro de café desde el fondo de uno de los muebles.
-¿Está bien?, ¿verdad?
-Lo está, como te dije estuvimos en el parque hace un par de días, el Papá se preocupa como es obvio, pero ya conoces al “Papáblen” nada pudo impedir que trepara alginas lomas junto a Devon, y ni se cansó ni nada.
-Que pesadilla tan grande la que nos tocó vivir, ¿verdad Lizzie?
-Así es… pienso en eso y tiemblo completa —respondió la chica haciendo el gesto de quien tiembla de pies a cabeza.
-¡Dímelo a mí!... por un segundo creí que cuarenta años de perfección terminaban en un segundo.
-El “Papáblen” es el hombre más fuerte que he conocido… y el Papá el más valiente—sentencio Lizzie mirando un punto fijo en la cocina.
-Así es… ¿Devon está bien?
-Lo está… ¿Por qué lo preguntas?
-Por toda “tu situación” —respondió Henry haciendo el gesto de comillas cuando hablaba de la situación de su hermana.
-Bueno… —dijo sacando dos tazas— extraña a James, ya sabes, la rutina de un niño de 7 años no se cambia así como así… ¡hola!…—agrego Lizzie poniendo una en frente de su lugar y la otra frente a su hermano.
-Al menos terminaste en buenos términos con James… lo digo porque sigue visitando a Devon y todo.
-Claro…
-¿No terminaste en buenos términos con el acaso?
-…
-¿Qué sucede Lizzie?
-¿Qué?, ¿con el café?... ¿acaso no quieres?... —pregunto la chica al ver que su hermano la miraba con cara de quien quiere cobrar una deuda impaga o algo.
-No me refiero al café, me ref..
-¡Ah!, ¡menos mal!, mira que si este tarro está oculto es por una razón y esa es lo costoso que es, si el Papá entra por esa puerta y nos ve desperdiciando su “Luwak Coffee” de indonesia, no sé qué pasaría con nosotros, es más…
-Lizzie… —interrumpió Henry tomándole la mano y haciendo un gesto de “estoy esperando.. habla”
-Henry , no quiero parecer maleducada pero no creo que quieras saber esto.
-¡Porque no!, puedes decirme lo que sea… soy tu hermano, nos hemos apoyado desde que éramos así…—insistió el chico gesticulando el tamaño de un niño de como 30 centímetros.
-Cuando tú eras así… —dijo Lizzie repitiendo el gesto— yo no existía.
-Da lo mismo.. mira… el Papá no tiene idea porque tu matrimonio termino, y no quiere preguntarte para no causar incomodidades, pero a mí no me importa causarlas, así es que te exijo que me cuentes que sucedió.
-¿Exiges? —repitió Lizzie arrugando al nariz tal y como Blaine lo hacía.
-¡Claro que sí!, además, como hermano mayor me debes obediencia.
-¡Eso en tus sueños Henry Anderson Hummel! —exclamo Lizzie tomando un frasco con galletas.
-Está bien… adivinare… —insistió Henry tomando aire y restregándose las sienes, como si se dispusiera a adivinar el futuro o algo— rompiste con James por qué… ¡porque te enamoraste de un número!.
-¡Henry!
-Ah… esa sonrisa que amo… —dijo apuntando la boca de su hermana y dando un sorbo a su taza.
-Eres un ridículo… ¿lo sabías?
-Si…
-¡UY!...—exclamo Lizzie empuñando sus manos como si contuviera un disgusto— está bien, te lo contare, pero debes prometerme que no harás nada al respecto.
-¿Y que podría hacer? —pregunto tragando— no soy bueno en romances como para que creas que hare algo para juntarlos de nuevo.
-No me refería a eso… —dijo Lizzie ocultándose de cierta manera tras su taza.
-A que te refieres entonces…
-A que… esta bien… la razón que me llevo a terminar con James fue que… él… él me golpeo.
-¿¡QUE!? —exclamo Henry levantándose de la silla con tanto ímpetu que las tazas casi terminan por caerse, lo mismo que el frasco de café de 160 dólares la libra.
-Henry… cálmate.
-¡COMO QUIERES QUE ME CALME!... ¡maldito hijo de...! cuando lo vea la próxima vez… —sentencio Henry empuñando una de sus manos.
-Henry, fue una tontería, me dio una bofetada que creo y le dolió mas a él, ya sabes la cabeza dura que tengo.
-¿Lo estas justificando?, hermanita te creía más inteligente —sentencio paseándose de un lado a otro en la cocina.
-Lo soy… y no lo estoy justificando, solo estoy diciendo que yo estoy bien, y con eso deberían quedarse.
-¿Deberían?... ¿Quiénes?... ¿los Papás…?... ¿¡LOS PAPÁS SABEN ESTO!?
-¡Henry!... —exclamo Lizzie levantándose para cerrar la puerta de la cocina— baja la voz, mi hijo está a cinco metros de aquí.
-Lo siento… ¿Quién más sabe?
-Solo el Papá… no quiero que el “Papáblen” se entere, no me gustaría que retrocediera en su recuperación por mi culpa… ¡hola!...
-No es tu culpa Lizzie, nada de esto es tu culpa… espera a que se lo cuente a Noah, entre los dos…—sentencio Henry volviendo a empuñar su mano.
-¿De qué estás hablando?, ¿crees que eso haría algún bien a alguien?
-A mi de seguro… ¡tengo tanta rabia!… —exclamo Henry tomándose la cabeza y restregándose la cara.
-Pues a mí no me lo haría, tampoco a Devon, ¿crees que es lo que necesita?, ¿ver a su tío favorito batirse a golpes con su Papá?
-¿Yo soy su tío favorito? —quiso saber Henry sonriendo como si eso fuese lo más importante de la conversación— creí que era Noah… —agrego mirando el horizonte— ¡da lo mismo! —exclamo como si limpiara su cabeza de malos pensamientos— ¡esto no se va a quedar así! —termino de decir volviendo al tema.
-Y no se quedo… ya le pedí que se fuera de la casa, nos separamos y no hay vuelta atrás.

-¿Cómo estoy?...—pregunto Blaine desde la cama.
-Excelente… como si tuvieras 15 años otra vez y acabara de conocerte… —respondió Kurt quitando los cables que chequeaban el ritmo cardiaco desde el pecho de su esposo.
-Siento que eso fue hace mil años.
-No hace mil… hace… —contesto mirando al cielo con los ojos empequeñecidos— necesito a Lizzie…—agrego levantándose y sintiéndose incapaz de tal matemática.
-¿Por qué lo sigues intentando? —dijo Blaine tratando de ponerse la camisa del pijama.
-¿Qué cosa?... ¿creerme enfermero? —respondió Kurt enseñando el aparato ya en su estuche respectivo
-No…
-¿En serio?, porque creo que podría ser uno bastante sexy, incluso con estos cabellos blancos que insisten en aparecer —insistió corrigiendo su peinado en el espejo de la chimenea.
-Sin duda lo serias… a lo que me refiero, es que porque insistes en ocultarme cosas, si sabes bien que me doy cuenta de inmediato cuando eso sucede —aseguro Blaine tratando de lidiar con una de las mangas.
-Yo no te oculto nada… —aseguro Kurt guardando el aparato dentro del closet.
-¡Claro que sí!… —insistió mientras comenzaba a abotonarse el pijama.
-Déjame ayudarte… —dijo Kurt sentándose a su lado en la cama— ¿Qué?—pregunto al ver que su esposo no le quitaba los ojos de encima.
-Desde que fuimos al parque con Lizzie y Devon que actúas de manera extraña.
-Debe ser porque nada de lo que te dije ese día significo algo para ti… casi te caes al lago con los patos… y no me digas que no… —respondió Kurt acomodándole el cuello.
-Me porte excelente por si no lo recuerdas.
-No, porque lo que recuerdo es que subiste unas cuantas lomas y que incluso levantaste a Devon cuando se cayó entre la hierba.
-Pero nada me paso… esa maquinita así lo dice —dijo Blaine apuntando hacia el closet.
-Lo dice… pero aun así no deberías tomar tantos riesgos… partiendo por ese concierto que se te ocurrió organizar —añadió Kurt comenzando a alistarse para dormir.
-¿Te vas a acostar tan temprano?... ¿al fin un poco de solidaridad con los enfermos? —quiso saber Blaine recostándose del todo.
-No… no me acostare aun… solo me pongo mi ropa de dormir, para enviar una señal a los invitados que están en la sala —contesto quitándose los zapatos.
-¡Ah!... claro… “estoy con pijama así es que váyanse”
-Exacto… —aseguro Kurt apuntándolo con el calzado.
-Te amo… —dijo Blaine volteándose hacia donde su esposo estaba.
-Oh… ¿Qué quieres Blaine Anderson-Hummel? —pregunto arrugando la nariz.
-¿Cómo?
-Eso…
-¿No puedo decirte que te amo solo por decirlo?
-Puedes, claro que puedes y debes… pero no acompañado de ese gesto de cachorro de oso panda huérfano o algo más dulce y conmovedor —dijo sentándose en la cama para ponerse la camiseta de dormir—me preocupa tanta ternura… —añadió dándole la espalda.
-¿Y no te da compasión este pobre cachorro de panda que ha perdido a sus padres? —pregunto Blaine acercándose a él para besarle la espalda.
-Blaine… debes descansar —recordó Kurt al sentirlo cada vez más cerca.
-Lo hare si me cuentas que es lo que me ocultas —respondió dando otros cuatro besos cerca de los hombros y el cuello.
-No oculto nada… o en realidad si oculto algo… y son mis ganas de tirar de esos rizos para que obedezcas y entiendas que debes reposar —dijo Kurt levantándose para dejar a su esposo medio atravesado en la cama— iré a hacer acto de presencia a ver si captan el mensaje.
-¿Quien está afuera? —pregunto Blaine volviendo a su lugar.
-Lizzie y Devon…
-¿Mi hija y mi nieto?... y ¿no me vendrán a saludar?
-Claro que sí, pero les dije que esperaran a que te hiciera el control primero.
-Mi estricto y sexy enfermero…
-No te diré nada, no me llenes de halagos —dijo Kurt aplicándose crema en las manos y perfume en el cuello— regreso enseguida.
-No te demores…
-No los hare… —respondió sonriendo.

-No lo puedo creer… de verdad…—insisto Henry que seguía paseándose por la cocina y se tomaba y dejaba la cabeza de tanto en tanto.
-Henry tranquilízate... ya paso… James me pidió disculpas e incluso está en una terapia de manejo de la ira o no sé qué… no volverá a ocurrir… ¡hola!
-¡Claro que no!, primero porque lo echaste y segundo porque yo no lo permitiría… ¿te imaginas si hubieras actuado con temor?... quizás que habría…
-¿Henry? —interrumpió Kurt entrando en la cocina.
-¡Papá!... ¡hola!…—exclamo este abrazándolo, Lizzie tomo el frasco de café y lo guardo rápidamente en el gabinete correspondiente.
-¿Qué haces aquí?
-Vine a enterarme de cómo sigue el “Papáblen”
-Está muy bien hijo… muy bien…
-Qué bueno… hablaba con Lizzie de la pesadilla que vivimos hace unos meses —dijo Henry mirando de reojo a su hermana.
-Y vaya si lo fue… ¿mis nietos?
-Con Amelia, mañana los veras —respondió volviendo a lo de las miradas con su hermana.
-¿Qué está sucediendo? —pregunto Kurt mirándolos a ambos.
-¡Nada!… —exclamaron ambos al unísono.
-¿Cómo que nada?, si no fuera porque tienen más de treinta años, juraría que se comieron algo que no debían —insistió Kurt mirando de reojo toda su cocina.
-¡Ay Papá!, ¡deja ya la paranoia!... ¡hola!… —dijo Lizzie levantándose y tomando las tazas para lavarlas rápidamente y deshacerse así de la evidencia.
-No es paranoia, crie a cada uno de ustedes no es posible que me engañen.
-Lizzie me conto lo del desgraciado de James Papá —se apresuró en decir Henry como si su Padre fuese a castigarlo si no hablaba.
-¡Henry!
-Hija, creí que no querías que nadie supiese
-Así era... pero este hermano que tengo, no se da por vencido y no acepta un no por respuesta… ¡hola!…
-¿Qué opinas hijo?
-Opino que quiero romperle la cara a golpes.
-Créeme que yo también… y si Blaine estuviese sano también se uniría a la golpiza.
-Y dele con lo de la violencia... ¡no quiero violencia!, ¿No le has dicho nada al “Papáblen”? ¿verdad?
-No cariño… aunque no sé si podre ocultarlo por mas tiempo… me es imposible ocultarle algo.
-Pero debes tratar Papá, yo no sé qué haría si el se entera y le pasa algo por mi culpa.
-Si me entero de que… —escucharon los tres desde la puerta.
-¡”Papáblen”!… ¡mírate!… te ves súper bien… —exclamo Henry abrazándolo.
-Lo estoy hijo… ¿qué tal tú?... ¿mis nietos?
-Están con los Papás de Amelia, mañana los traigo para te saluden.
-Eso suena perfecto… ahora díganme… ¿de que no me tengo que enterar? —insistió Blaine sentándose a la mesa de la cocina.
Kurt intercambio miradas con sus hijos y estos le devolvieron otras cargadas de preocupación.
-¿Creen que no noto que se están mirando mutuamente?...
-Blaine…
-Escuchen… todos estuvieron en la oficina del doctor cuando me dio el alta… ¿no es así?
Los tres asintieron con sus cabezas.
-Pues bien… si escucharon de la propia boca del doctor decir que ya estoy bien… ¿no creen que ya deberían dejar eso de tratarme como una figura de cristal?... soy más inteligente que eso.
-¡Ay “Papáblen”!, nadie está diciendo eso… ¡hola!
-Es cierto “Papáblen” nunca dudaríamos de lo inteligente que eres.
-Los chicos tienen razón Blaine —dijo Kurt acercándosele, se paró tras la silla que ocupaba y le puso las manos en los hombros— y nadie está dudando de tu inteligencia… es solo que..
-Solo que… ¿Qué?… ¿qué está sucediendo?
Henry hizo un gesto como de “no hay más que hacer que hablar”, Kurt se tomo un pañuelo inexistente en el cuello y Lizzie bajo la mirada incapaz de contarle a su Papá lo que estaba sucediendo.
-Princesa…
-“Papáblen”… veras… lo que sucede es…
-Lizzie… —interrumpió Kurt sintiéndose nervioso y asustado.
-“Lo que sucede es…” —repitió Blaine queriendo saber.
-“Papáblen”… tal vez te preguntas porque mi matrimonio termino… ¿no es así?
-Con tu Papá nos lo preguntamos… si… —respondió Blaine cogiendo la mano de Kurt por encima de su hombro.
-Pues bien… —dijo Lizzie tragando saliva y mirando a Kurt y a Henry antes de hablar— con James… tuvimos una discusión y el… él se alteró de más y…
-¿Y?...
-Y me… dio una bofetada… —agrego tomándose la cara.
-…
-¿”Papáblen”?...
-¿Acaso…?... ¿Devon…?
-No a él no le paso nada, ni vio nada tampoco…
Blaine guardo silencio unos cuantos segundos y miro a su hija con emoción y dolor contenidos, la vio como cuando tenía tres años y se trepaba con dificultad en esas mismas sillas, feliz porque había logrado decir Coca-cola y chocolate sin equivocarse, se tomó la frente y comenzó a respirar un poco más rápido de lo normal.
-¿Blaine?... ¿te sientes bien?... —quiso saber Kurt agachándose junto a él pensando que se desmayaría allí mismo.
Este respondió con su mano en alto señalando que si lo estaba, soltó un suspiro largo y se puso de pie, camino hasta donde Lizzie que se había levantado de puro susto y la abrazo con fuerza.
-Perdóname “Princesa”… —le dijo a media voz.
-¿Que?... “Papáblen”… tú no tienes la culpa… yo…
-Si la tengo “Princesa”… si hubiera estado bien... nada de esto te habría pasado… —insistió Blaine sin soltarla.
Henry sintió sus ojos humedecer y Kurt lo abrazo sintiendo lo mismo.
-“Papáblen”… escúchame… —dijo Lizzie soltando a su padre de a poco— yo estoy bien…—señalo apuntándose a si misma— si soy fuerte es porque ustedes también lo son y fue lo que me enseñaron, lo que me paso fue horrible, pero ya estoy bien, triste sí, porque siempre soñé con una historia de amor como la ustedes…
-Aun la puedes tener “Princesa”… —aseguro Blaine besándole las manos.
-Lo se…
-¿Estas bien?...
-Lo estoy… de verdad… además, ¿no ven el buen partido que soy?, ¡solera no me quedare!.. ¡hola!—dijo la chica adoptando una pose de modelo de concurso alivianando con ello la angustia de todos.
Henry y Kurt rieron entre lágrimas.
-Te amo “Princesa”… —añadió Blaine abrazándola de nuevo.
-Y yo a ti “Papáblen”
-¿Qué hay de nosotros?... ¿acaso no nos amas?... —dijo Henry gesticulando con sus manos.
-¡Ay obvio!... ¡Vengan aquí!... —exclamo al chica invitándolos al abrazo.
Kurt se ubicó al lado de su esposo y le murmuro un “¿estás bien?”, este le respondió con un no camuflajeado en una sonrisa. Kurt entendió que no era un dolor físico el que le afectaba en ese momento y alivio en parte su angustia de que algo le sucediera, le limpio unas lágrimas con sus dedos y ambos abrazaron a su hija, Henry en tanto terminaba por envolverlos a todos con sus brazos extra largos.
Lizzie sonrió al sentir que entre los brazos de su familia estaba más segura que en ningún otro sitio del mundo.

Octubre de 2039





-Esta la ultima vez que lavo los platos que te corresponden a ti Blaine Anderson-Hummel —advirtió Kurt llegando a la sala.
-Pero tengo dos dedos lastimados…—dijo Blaine enseñando su dedo índice y anular con cara de pena.
-Pero tienes otros ocho y en perfectas condiciones.
-Pero me acaban de hacer una cirugía a corazón abierto… —agrego acrecentando la mueca.
-Eso fue hace casi cinco meses… ¡y no fue a corazón abierto!
-Se sintió como si lo fuera.
-Está bien…—dijo Kurt avanzando unos cuantos pasos— ¿Y ni el corazón ni los dedos te duelen para hojear esa revista? —agrego haciéndose espacio en el sofá donde su esposo estaba tendido.
-No…—respondo Blaine incorporándose un poco— porque estoy concentrado en estas dos páginas centrales —añadió enseñando el centro de la edición semanal de la “Sport Ilustrated”
-¿Tienes respuesta para todo?, ¿no es así? —quiso saber Kurt al tiempo que recibía la cabeza de su esposo en el regazo.
-Así lo creo —respondió este sonriendo y volviendo a la lectura.
-Muy bien… pero te advierto que no volveré a hacer lo de los platos, aunque vuelvas sin una mano de tu próximo ensayo y en efecto te hagan un trasplante de corazón… ¿de acuerdo?
-De acuerdo… —sentencio Blaine acomodándose.
-¿Sabes lo que pensaba?
-No, pero me encantaría saberlo —respondió este cerrando la revista para prestarle toda la atención del mundo.
Kurt se limitó a sonreír y comenzó a acariciarle las orejas y rizos de la frente.
-¿Qué?
-Nada… es solo, el que aun sea capaz de tener toda tu atención con solo decir un par de palabras… me encanta y es algo, que dentro de las mucha cosas que amo de ti, lo que más atesoro —respondió besándole al frente.
-Siempre tendrás toda mi atención Kurt Hummel-Anderson —aseguro Blaine irguiéndose para besarle los labios.
-Ok…
-Cuéntame…
-Claro… —dijo soltando un suspiro— lo que pensaba es que luego de ir a recoger a Noah, podríamos ir al parque y luego a por una taza de chocolate —explico mientras le continuaba acariciando el cabello.
-¿Al “City Bakery”? —pregunto Blaine mirándolo hacia arriba.
-¿Estas bromeando?, ¡no elegiría ningún otro lugar en todo New York!, ¿Qué te parece?
-Me parece perfecto… ¿a qué hora debemos ir a recoger a Noah?
-Dentro de… —respondió Kurt tomándole la muñeca para consultar la hora— 35 minutos.
-¿35 minutos?, vaya… —dijo Blaine incorporándose para quedar más cómodo— ¿Qué podríamos hacer en 35 minutos…? ¿unas cuatro veces?
-Esa es una línea bien repetida Blaine Anderson-Hummel —contesto Kurt en medio de una risa.
-Y bastante ambiciosa…—agrego este sonriendo también.
-También… iré a alistarme… —dijo Kurt haciendo el ademan de levantarse desde donde estaba.
-Pero si aún quedan 28 minutos… además no hay nada que debas alistar… nada, estas más guapo que nunca y así como estas, serás la envidia de todos los padres del curso de nuestro pequeño hijo —aseguro Blaine cogiéndole una mano e impidiendo que se levantara. Se corrió lo más que pudo en el sofá y le hizo una seña que indicaba que ese espacio era para que se quedara acostado a su lado
-Todo eso que acabas de decir es falso… pero para ser sincero esta es una invitación que no puedo rechazar… —dijo Kurt agudizando su voz, como si aquello le provocara tanta emoción que hasta el habla se le veía afectada.
-Lo sabia… —agrego abrazándolo, Kurt soltó un suspiro y se instaló con placer, Blaine le cruzo una de sus manos a la altura de la barriga y dejo la otra tras la oreja de su esposo, para que este la utilizara como improvisada almohada.
-No nos quedaremos dormidos…¿verdad? —pregunto Kurt acomodándose en él.
-Por supuesto que no… y para asegurarnos… —dijo Blaine sacado el teléfono desde su bolsillo— ajustare esto para salir a la hora precisa —añadió cambiando la hora de la alarma con una sola mano.
-Ponla con cinco minutos de adelanto… no me gusta salir con el tiempo justo.
-OK…. 20 minutos de “acurrucación”… —termino por decir Blaine dejando el teléfono en la mesa de café.
-Esa no es una palabra, no existe y lo sabes.
-Pues acabo de inventarla, por lo tanto, existe de ahora en adelante…
-¿Lo pusiste con tiempo extra?
-Es lo que acabo de decir… ¿no confías en mí?
-Claro que confió…—respondió revisando al alarma de todas formas.
-¿Noah ya eligió lo que usaremos para Halloween? —quiso saber Blaine sonriendo para si por lo del teléfono.
-Aun no, dijo que era una decisión muy difícil y… ¿cuál fue la palabra que uso? —dijo Kurt como pensando.
-¿”Sensasonal”?
-No… era como… ¿justa?... o algo…
-Sea cual haya sido seguro y fue una que repitió todo el día.
-…
-¿Y esa pausa?...
-Cosas que pienso…
-¿Y qué cosas son esas?
-No se… ¿crees que Noah se adapta bien a la escuela?
-Por supuesto que si… ¿Por qué piensas que no?
-No es que lo piense… —respondió Kurt moviéndose en el espacio diminuto para quedar frente a frente con su esposo— es solo que no se… él es tan diferente a Henry y a Lizzie, que creo que aunque el colegio se derrumbe seguirá sentado en su banco sin moverse si alguien no le da la orden de hacerlo.
-¿De que estas hablando?...
-De que es muy correcto y siempre está tratando de no molestar a nadie…
-Es porque se crio entre adultos… eso lo hizo tomar ciertas actitudes, pero no creo que sea algo malo… ¿a ti te preocupa?
-No, y tampoco creo que sea algo malo… solo espero que no lo pase mal en la escuela por ello, que lo traten mal o lo juzguen.
-Conocimos a todos sus compañeritos el primer día de clases, y ninguno tenía cara de ser un psicópata encubierto o algo, nuestro hijo estará bien, además los talleres que tomo en la biblioteca lo ayudaron a saber cómo comportarse con otros niños de su edad.
-Espero y tengas razón.
-La tengo… y ya no hablemos de eso… mejor aprovechemos los… los 18 minutos de “acurrucacion” que nos queda —dijo Blaine mirando su reloj.
-OK… —respondió Kurt ocultándose en el pecho de su esposo— pero no podemos dormirnos.
-No lo haremos… —le susurro Blaine cerca del oído.
-Prométemelo… —agrego Kurt remolón, como queriendo dormirse de todas formas.
-Tu chequeaste la alarma dos veces…
-Claro…

-¿Estas en mi salón?... —pregunto Noah sentándose al lado de uno de los niños que compartía clase con él, se instaló a su lado dejando su mochila a un costado del barandal de la escalera que conducía a la salida.
-¿Cómo?... —dijo el chico de vuelta más concentrado en el “samartphone” que manipulaba que en la conversación que Noah quería entablar.
-¿Que si estas en mi salón?
-¿Yo?
-Es con quien estoy hablando…
-Estoy, pero solo estaré hasta fin de año.
-¿Por qué?
-Porque mis Papás son “embasadores” y viajan todo el tiempo.
-Mis Papás también viajan conmigo, pero no “embasan” nada, ¿Cómo te llamas?
-Lincoln García…
-¿Cómo el Presidente del gorro? —dijo Noah llevando las manos a la boca demostrando impacto extremo ante aquella revelación.
-Algo así…
-¿Qué haces? —agrego queriendo mirar.
-Estoy… ¡wow!... —exclamo al voltearse hacia él— ¿sabías que tus gafas no tienen “divrio”?.
-Si…—contesto Noah acomodándolas por el puente como si aquello no fuese algo en lo que la gente debiera reparar.
-¿Y por qué las usas entonces?
-Porque me gustan —dijo encogiéndose de hombros— ¿tu usas gafas de “pepcripson”?
-No…
-Mi Papá usa…
-Me alegro por él… —respondió el niño volviendo a su teléfono.
-¿Por qué tienes un teléfono?
-¿Y Por qué no?... ¿tú no tienes?
-No
-¿No?… ¿eres un Amish o algo? —dijo mirando a Noah de arriba abajo.
-¿Qué es un Amish?
-Unas personas súper “abudridas” que no conocen ni los teléfonos ni nada.
-Yo si los conozco, es solo que no tengo uno —dijo Noah sacando a “Desmond” desde su mochila.
-¿Y porque no tienes?, ¿tu familia es indigente o algo?
-¿Qué es ser indigente?—pregunto sentando a su dinosaurio entre él y su nuevo amigo.
-¿Todo lo preguntas?
-Solo lo que no se… ¿Qué es ser indigente?
-Una persona que no tiene nada de nada.
-Yo si tengo cosas…
-Pero no un teléfono… ¿Qué pasa contigo?
-Nada, es solo que no lo necesito.
-¿Cómo qué no?… ¿Qué tal si necesitas hablar con alguien?... ¿o a tus Papás se les olvida “decogerte”? ¿vas a mandar una carta? —dijo el chico soltando una risa entre dientes y que sonó como una explosión.
-A mi Papá y a mi “Papáblen” nunca se les olvida recogerme.
-Algún día lo harán… a mi “sempre” me olvida la persona encargada… es triste… pero ya estoy “acostumbado”
-Mis Papás nunca me olvidarían… ya estoy “acostumbado” también.
-¿Y porque no han llegado entonces?.
-No lo sé… tal vez surgió algo “impevisto”
-Pues espero y se acuerden de ti…—dijo Lincoln levantándose— ella es quien me recoge— agrego apuntando hacia la puerta— ¡adiós!… ¿Cómo te llamas tú?
-Noah Anderson-Hummel —respondió poniéndose de pie como si presentarse fuese algo que requería la mayor de las formalidades.
-Ok… adiós Noah…
-Adiós Lincoln García —dijo este batiendo su mano en señal de adiós, agarro a “Desmond” en sus brazos y se volvió a sentar en espera de sus padres.

-¿Hola…? —dijo Blaine con voz rasposa y adormilada— ¿Cómo?.. .—añadió incorporándose en un segundo y casi botando a Kurt al suelo en el intento.
-Blaine… ¿qué? —dijo este afirmándose para evitar la caída.
-Si señorita Scheinberg, por supuesto… llegamos en 10 minutos —agrego Blaine con el teléfono en la oreja.
-¿Qué sucede…? ¿Quién era? —pregunto Kurt estirándose en el sofá.
-Kurt… nos quedamos dormidos… la alarma...
-¿Cómo?...
-¡Nos quedamos dormidos!, la señorita Scheinberg está cuidando a Noah.
-¡BLAINE!...– exclamo Kurt levantándose de un salto— ¿¡COMO PUDISTE!?
-Oye, no me culpes a mí, tú manipulaste esto, de seguro aprestaste aun botón que no debías—sentencio Blaine mientras enseñaba su teléfono.
-¡Pues es tu culpa por tener la versión 4 de un aparato que ya va en la 15!
-…
-¿Noah está bien? —pregunto Kurt mirando a su alrededor como si necesitara llevarse algo pero no sabía que.
-Lo está… además, solo estamos retrasados 20 minutos, no te aflijas —dijo Blaine repitiendo el gesto de su esposo.
-¿Que estas mirando?... ¡vámonos! —agrego Kurt arreglándose la ropa y el cabello con los dedos— Noah nunca nos perdonara por esto.
-Vamos… no seas exagerado —dijo Blaine pasando llave a la puerta al tiempo que Kurt llamaba al ascensor repetidas veces.
-Mejor bajemos por la escalera…
-Aquí está el ascensor… ¿quieres calmarte?
-¿Mi hijo está solo en la escuela pensando que lo abandonamos y tú quieres que me calme?
-Está bien…
-¡No seas condescendiente conmigo sabes bien que lo odio!... —advirtió Kurt apuntándolo.
-Está bien…
-¡Blaine!
-No he dicho nada… ¿quieres subir?... ¿por favor? —dijo sosteniendo la rejilla de seguridad para evitar que el ascensor se pusiera en marcha.
-¡Uy!... si no tuvieras un pecho tan acogedor esto nunca habría pasado… ¡Dios o quien sea, por favor que mi hijo este bien! —exclamo Kurt con sus manos en posición de oración.
Blaine blanqueo los ojos y presiono el botón del primer subterráneo.

-Para y déjame bajar… —dijo Kurt mientras Blaine maniobraba en la E55st.
-¡Espera un segundo!, ¡no puedes bajarte en segunda fila!... ¿acaso quieres morir?
-No, pero el que debería preocuparse por la muerte eres tú… si algo le ha pasado a Noah, te juro...
-¿Por qué sigues culpándome?... nadie te obligo a acostarte conmigo —dijo Blaine estacionando el auto.
-¡Claro que sí!... ¡Tú!... ¡Tú me obligaste!, con esos ademanes encantadores que tienes… ¿Qué?—dijo al ver que su esposo se le quedaba viendo.
-Nada, solo que ya puedes bajarte —dijo Blaine quitando el cierre centralizado de las puertas.
-¡Claro que puedo bajarme!... ¡y es lo que hare!… ¡con un demonio que rabia que tengo!—exclamo mientras se bajaba.
Blaine cerro el auto y lo siguió corriendo, ambos entraron a la escuela mirando a todos lados de la manera más desesperada posible.
-Debe estar en la oficia de la señorita…
-¡”Papáblen”! —grito Noah desde un asiento al final del pasillo.
-¡Noah! —dijo Kurt corriendo hacia él— perdóname bebé… Papá lo siente… mucho, mucho, mucho… perdóname, perdóname… —repitió abrazándolo como si lo hubiera encontrado después de una desaparición de 5 meses como mínimo.
-Está bien… no hay problema… —respondió Noah de lo más tranquilo.
-¿Estas bien hijo?... —quiso saber Blaine acariciándole la cabeza.
-Si… con “Desmond” nos asustamos un poco, pero ya se nos pasó.
-Cariño… lo siento mucho… pero veras, con el “Papáblen” nos quedamos dormidos… lo siento bebé… de verdad.
-Está bien… si estaban “canzados” debían dormir.
-No cariño… tu eres más importante que cualquier cansancio... ¿de verdad estas bien? —insistió Kurt tocándolo por todos lados.
-Si… aunque Lincoln García dijo que tal vez ustedes me “ovidarian”
-¿Quién es Lincoln García? —pregunto Blaine en cuclillas junto a Kurt.
-Un niño de mi clase, dijo que él se pone “tiste” cuando lo olvidan, yo también me puse “tiste”.
-Noah… nosotros.
-Pero ya estoy bien… ¿podemos irnos?... tengo un poco de “hambe” —respondió el pequeño sobándose el estómago.
-Claro que si…—dijo Blaine levantándose— ¿Dónde están tus cosas?
-¡Allá!... —exclamo Noah apuntando el banco donde había estado sentado.
-Ve por ellas entonces y nos vamos de inmediato —sentencio Blaine sonriéndole.
-¡Si!... y Papás… no estoy enojado ni nada… y tampoco soy un “Amish”
Kurt sonrió al escucharlo y se quedó con los brazos cruzados mirándolo ir por sus cosas.
-Kurt… escucha… con respecto a lo que paso…
-No digas nada… —dijo este abrazándolo— lo siento…
-Y yo lo siento también…—respondió Blaine envolviéndolo de vuelta.
-Lo se… pero no debí ponerme todo…—agrego Kurt moviendo las manos cerca de su cabeza como si espantara mil y un mosquitos.
-No serias tu si no te pusieras todo…—dijo Blaine repitiendo el gesto de la espantada.
-¿Sabes que amo a nuestros tres hijos?, ¿verdad?
-¡Por supuesto que sí!… jamás dudaría de eso.
-Pero debes entender también que Noah es tan especial para mí que cualquier cosa que lo amenace o…
-Lo se… —interrumpió Blaine tomándole la cara— lo se… —agrego juntando su frente con la de él— y por mucho que ame a Henry y Lizzie, él también es especial para mi… ¿sabes por qué?
-¿Por qué?
-Porque …—respondió mirándolo a los ojos— él es el resultado de la más hermosa de las combinaciones… tú y yo… y no se me ocurre más perfección que esa... ¿y a ti?
-Tampoco…—respondió Kurt dándole un beso.

Febrero de 2036



-¿Busco un carro?—pregunto Lizzie en la puerta de la tienda “Zabar's”
-Si cariño, y trae uno con espacio para sentar a tu hermanito —respondió Kurt mientras le acomodaba la ropa al bebé y que dormía plácidamente como en la mejor de las camas.
-¡Sí!... —exclamo al chica dirigiéndose al sector donde los carros estaban aparcados— ¡listo!…—agrego llegando con uno más pequeño que el propio Noah.
-Hija… ese no nos sirve, debe ser uno que tenga un asiento, mira, como el que lleva esa señora del sombrero horrible —explico Kurt apuntando a una de las clientas que recorría el pasillo inmediato a la salida con un bebé de la edad de Noah y un sombrero horrible en al cabeza.
-Pero este es pequeño como él… ¿no se puede subir o algo?…¡hola! —respondió Lizzie metiendo una pierna al carro como evidenciando que si cabía ella, demás había espacio para su hermano diminuto.
-Cariño…
-¡Uy!... ¡está bien!... —exclamo haciendo gestos de frustración con sus manos empuñadas.
-¡No reclames!… —alcanzo a decir Kurt antes que se perdiera entre los clientes presurosos a capear el frio aunque fuera con compras— no debe reclamar, ¿verdad bebé?... ¿acaso estas despertando?... —pregunto al ver que su hijo emitía un bostezo bien grande y alzaba sus manitos para quitarse el gorro de lana primero que nada— pero no te quites esto cariño… hace frio aquí afuera, cuando entremos a la tienda puedes hacer lo que quieras, ¿bueno bebé? —dijo acomodando el gorro en la cabeza de su hijo, este le balbuceo una frase casi completa y Kurt sonrió imaginando que le respondía algo extremadamente convincente— aun así… —agrego como si respondiera a aquellos argumentos.
-¿Este sí? —pregunto Lizzie llegando arriba de un segundo carro tal y como si fuera un vehículo motorizado.
-Ese está perfecto… —dijo Kurt poniendo al bebé en el lugar correspondiente— ¿verdad cariño que este está perfecto para ti?, ¿este es el que te gusta? —Noah volvió a murmurar con más ganas y soltó un pequeño grito seguido de una risa— ¡eso bebé!… tomare tus palabras como si fueran un “por supuesto Papá ese es mi asiento favorito en todo el universo” —agrego entrando después de su hija.
-¡Papá está súper extra lleno! —exclamo Lizzie tomándose al cabeza.
-Pues es porque… ¡hija!... ¿Qué te paso en el cabello?
-¿A quién?... ¿a mí?
-Sí, a ti…
-Nada… —respondió tomándose toda la cabellera para esconderla en el gorro de la chaqueta que vestía.
-Estos mechones azueles no parecen ser nada… ¿Qué está sucediendo?
-Nada sucede… y no son azules, son turquesa… ¡hola!
-Explicación… —dijo Kurt levantando una ceja y cruzándose de brazos frente a ella a un costado de los estantes con cereales.
-No hay nada que explicar… —respondió mientras leía la información de una caja de hojuelas de maíz azucaradas.
-¡Oh si!, hay mucho que explicar, partiendo por ¿Dónde te hiciste eso?, ¿fue en la Universidad o en la escuela?, ¿acaso estas mintiendo de nuevo?
-Ninguno de los anteriores.
-Ninguno que, ¿no fue en el universidad o no estas mintiendo de nuevo?
-¡Ay Papá!... tranquilo… mira… Alaska llevo unos frascos con rociador y eran todos de diferentes colores, yo solo me aplique es esta parte y creo que se ve súper extra bello, además se van con el shampoo, no te aflijas… ¡hola! —explico la chica quitándose la capucha para enseñar todo su mechón turquesa.
-Pues no deberías hacerte nada, tu cabello es hermoso y tu eres aún muy pequeña para este tipo de excentricidades.
-¿Pequeña?... ¡tengo 14!... ¡hola!
-Técnicamente tienes 13 y solo cuando tengas 18 podrás pintarte cada pelo de un color, mientras tanto conserva tu castaño natural, ¿Está bien?
-Está bien… —repitió Lizzie como un “zombie” lo haría— ¿esperaremos a Henry aquí? —agrego mirando hacia la entrada de “Zabar’s”
-No… —respondió Kurt tirando del carro por el primero de los pasillos.
-¿Cómo no?, ¿ya está aquí? —agrego mirando a su alrededor.
-No, tu hermano esta con sus amigos en el cine y luego irán a cenar a la casa de Amelia.
-¿¡QUE!?... ¿y porque yo tuve que venir y no puedo estar en casa viendo televisión o juntándome con mis amigos?
-Porque tu estas castigada linda… ¿te acuerdas?
-Si… —respondió Lizzie viviendo al tono “zombie”
-No más quejas entonces… —advirtió su Papá apuntándola con un envase de café de grano.
-“Pa… da”… —dijo Noah sacándose el gorro y tirándolo al piso.
-¿Qué dijiste cariño?... —pregunto Kurt al tiempo que se agachaba para recogerlo— ¿me llamaste Papá acaso? —pregunto medio emocionándose.
-Creo que dijo “pada” o “pata”… —añadió Lizzie echando al carro un par de barras de chocolate.
-¡Ay cariño!, no desacredites a tu hermano, como hermana mayor deberías incentivarlo y celebrar su logros.
-¡Pero si fue lo que dijo!... ¡hola!... ¡Papá cómprame esto!... ¡son los mejores dulces del mundo mundial!.. ¡por favor!, ¡por favor! —pidió Lizzie cruzado sus manos a la altura del pecho como si pidiese un favor a una deidad superior.
-Está bien, pero debes elegir entre esos duce o los chocolates.
-¿Qué chocolates? —pregunto poniendo cara de loca.
-Los que arrojaste al carro hace algunos segundos y escondiste bajo la chaqueta de tu hermano.
-¡Yo nunca!...—exclamo haciéndose al ofendida.
-Lizzie…
-Pues quiero los dos… —agrego cruzándose de brazos como si tuviera tres años y estuviera a punto de darle una pataleta.
-Elije uno Lizzie Anderson… —insistió Kurt con la mayor de las calmas, mientras revisaba la fecha de expiración de unos trozos de queso.
-¡Uy!...¡esta bien!, pero es Noah quien quiere estos chocolates… ¡mira!, ¡no me deja devolverlos!—aseguro Lizzie poniendo las barras sobre el regazo de su hermano. Este la miro sonriendo y luego fijo sus ojos en lo que tenía delante.
-¡Él no tiene idea de nada!, no metas a tu hermanito en tus embrollos.
-¡Pero si dijiste que debía incentivarlo!… ¡hola!... pues bien… ¡lo estoy incentivando a que me ayude!… ¿verdad hermanito?... ¿verdad que si? —dijo la chica poniendo voz de niña pequeña.
-En cosas positivas no en desobediencias… —reitero Kurt tomando los chocolates y dejándolos junto a los quesos.
-¡Papá se ordenado!, eso no va allí, va en aquellos estantes —dijo Lizzie apuntando hacia su derecha.
-Hay gente que le pagan para ordenarlo todo, si todo está en perfecta ubicación, ellos no tendrán que hacer y perderán sus trabajos, ¿es eso lo que quieres que esas personas queden desempleadas?
-¡Papá! —exclamo Lizzie dándole una especie de empujón— ¡vaya explicación!... ¡hola!...—dijo en medio de una risa.
-Por supuesto que lo fue… mejor sigamos comprando… —sentencio Kurt avanzando por el sector de los artículos de limpieza— si necesitas algo, que no sean golosinas por supuesto, puedes echarlo al carro —advirtió enfilando hacia el sector de los licores.
-¿El “Papáblen” nos vendrá a buscar?—pregunto Lizzie mirando unas botellas de vino.
-No…
-¿Cómo no?... ¡hace súper extra frio!… lo llamare…—añadió tomando su teléfono.
-No hagas tal…—advirtió Kurt quitándole le teléfono.
-¿Qué?... ¿Por qué?
-Primero porque estamos solo a media hora de la casa y segundo porque… Blaine no sabe que estamos aquí —termino de decir Kurt bajando su voz cuando mencionaba las últimas palabras, como si su esposo pudiera oír aquello de algún modo.
-¿¡COMO!?... ¡¿PERDON?! —exclamo Lizzie deteniéndose en seco frente a los licores importados.
-¿Que?... —dijo Kurt con dos botellas una en cada mano.
-¿Acaso le mentiste a tu esposo de toda la vida?
-¿Cómo?... ¿de que estas hablando cariño? —respondió optando por la botella de más valor.
-De tu mentira… ¡hola!
-Aquí no hay ninguna mentira, yo no he mentido, jamás lo haría y no podría aunque quisiera, Blaine siempre termina descubriéndome.
-Entonces… ¿Qué es eso de que no sabe dónde estamos?
-Porque no lo sabe… me pregunto que haría después de la reunión en el teatro y yo le dije que debía hacer algunas cosas.
-Entonces le mentiste... ¡hola!... yo no quiero ser cómplice de esto —sentencio la chica tomando su pelo y envolviéndose la cara con el, como si fuera una bufanda de lana que la ayudaba a no saber nada de su alrededor
-Por enésima vez… yo no he mentido, solo no dije cuál sería mi destino luego de la reunión.
Lizzie lo miro de medio lado como si a toda aquella explicación la faltara alguna frase importante.
-¡Que!... te estoy diciendo la verdad, además hoy lunes y él llegara más tarde de lo que acostumbra.
Lizzie volvió a mirarlo con desconfianza agregando a ello un entrecejo bien fruncido.
-Muy bien… ¿Qué quieres saber?… —dijo Kurt dejando el carrito a un lado del sector de las verduras y frutas
-¿Por qué tanto misterio?, solo estamos comprando víveres en un supermercado… ¡hola! —respondió Lizzie media molesta, como si mentirle a Blaine fuera tan grave como mentirle a ella misma en la cara.
-Porque quiero compra algunas cosas para el jueves —respondió Kurt recogiendo el gorro que su hijo insistía en aventar al piso.
-¿El jueves?, ¿y que hay con el jueves? —insistió la chica oliendo algunas de las frutas.
-Estamos en febrero y el jueves es 14 —agrego Kurt tomando una caja de fresas desde el anaquel de frutas exóticas e importadas.
-¿Y?... es 14 de feb… ¡oh!... ¡wow!... —exclamo sonriendo con picardía— ¡uyyy! —añadió comenzando a dar de piquetes en la barriga y pecho de su Papá— ¡ahora lo entiendo todo!... ¿por eso tanto misterio?
-Por eso… y por eso toda esta decoración que nos rodea —añadió Kurt señalando los corazones y cupidos que colgaban de varios estantes, para luego tomar a Noah en sus brazos que los tenia alzados pidiendo que lo cargaran desde hacía varios minutos.
-¡Pero que maravilloso!... pero… ¿el jueves el “Papáblen” no tiene ensayo con su banda?
-Así es, pero por eso mismo, lo cambio para hoy día…
-¡Uy toda una preparación…! —dijo como entonada—¿y qué es lo que harás? —pregunto Lizzie mirando lo que había en el carro hasta ese momento.
-Una cena… luego otras… cosas…
-¿Qué cosas?... —insistió como cantando y volviendo a los piquetes.
-¡Lizzie!
-¡Ay está bien!… aunque deberías contarme… yo soy la única que no tendré panorama ese día —dijo la chica tomando el carro para conducirlo ella.
-Henry tampoco está emparejado y lo sabes, por aquí cariño… —dijo Kurt señalando el pasillo de los helados
-Si lo se… pero a él no le faltaría con quien… ¿Papá?...
-¿Si cariño?... —dijo Kurt tomando un bote de helado de chocolate, sonriendo para si como si escondiera una travesura inconfesable..
-¿Papa?
-Te estoy escuchado hija… —agrego volteándose hacia ella— ¿qué sucede?
-¿Crees que yo algún día tendré un novio?
-¿Qué?... ¿pero clase de pregunta es esa?... cariño tu eres bella, muy loca pero bella… por supuesto que tendrás un novio, o dos, ¡o cinco!… los que tu elijas tener… —respondió Kurt acariciando la cara de su hija.
-Solo quiero uno… pero el asunto es que no siento ganas de tener uno… y no es que no me gusten los chicos o algo…es decir… ¡hola!... es solo que no se… quiero una historia como la tuya con el “Papáblen”… pero creo que es imposible… además me gustan otras cosas por el momento.
-Cariño… mira… ven… sentémonos aquí un segundo —dijo Kurt señalando una especie de escalón que separaba el piso de los cajones con pan.
-¡Papá!... ¡hay gente! —contesto Lizzie a regañadientes.
-No protestes… escúchame… —comenzó decir su Papá acomodándose a Noah en los brazos— lo que sea que la vida tenga destinado para ti, te llegara en algún momento, y eso que dices que tus interesas son otros en este momento, es lo más normal del mundo, ¡tienes solo 13 años!
-¡Pero Alaska tiene un novio!... ¡y tiene mi misma exacta edad!
-Alaska cree que pintar el cabello de sus amigas es una buena idea, yo no me confiaría de su buen juicio.
Lizzie soltó una risa enorme que llamo la atención de un par de clientes y volvió a dar a su Papá un empujan esta vez con el hombro.
-Cariño… el asunto es que cuando te enamores de alguien todo cambiara, sentirás lo que es pertenecer a alguien, y eso cariño es algo que no se compara con nada... ni siquiera con una ecuación súper difícil de resolver… cosa que a propósito espero y suceda cuando tengas 25 o más.
-¡Oye!... ¡el “Papáblen” te conoció cuando él tenía 15!… hola!
-Eso es verdad… —respondió Kurt sonriendo como si el recuerdo del día en que conoció al amor de su vida lo tuviera siempre latente en su cabeza— pero lo que digo es que cuando estés lista para el amor, tu cuerpo, mente y corazón lo sabrán y te responderán de lo más alegres.
-Pues así como vamos… tal vez eso sea cuando este vieja y tenga treinta o algo…
-Cariño, te amo más que a mi vida, pero no vuelvas a decir que la gente de 30 es vieja porque si no tus padres cabrían en no sé qué rango.
-Está bien…. Gracias Papá… ¿puedo quedarme con ustedes si es que me quedo soltera de por vida?
-Eso no sucederá y lo sabes… —dijo Kurt levantándose— además ese día no es solo para celebrar el amor de pareja, también puedes celebrar el de tu familia, la amistad…
-¿Cómo puedo celebrar algo si estoy castigada?...¡hola!
-Te diré algo… —respondió Kurt acomodándose a Noah que había vuelto a quedarse dormido— hablare con el “Papáblen” para que estudiemos una especie de ”tregua” a tu castigo, solo valida por este jueves.
-¿De verdad? —pregunto Lizzie abriendo bien sus ojos.
-De verdad…
-¡Papá!... —exclamo abrazándolo sin tomar en cuenta al bebé, ni al resto de clientes, ni al carro que se corrió unos cuantos metros debido a su ímpetu incontrolable.
-No te entusiasmes tanto aun debo discutirlo con tu “Papáblen”
-Lo se… pero que lo consideres es lo mejor del mundo, mucho mejor que un novio regalándome estas estupideces… —dijo apuntando unos animales de felpa abrazados en un corazón gigante.
-Cuando te enamores querrás tener uno de cada color… ahora cariño, vamos nuevamente a donde está el licor… olvide una botella de “Dom Pérignon”
-“Oh là là!”... “Champagne”… no quiero ni saber qué sucederá en nuestra casa esa noche de jueves… —dijo Lizzie haciendo un tiritón con todo su cuerpo.
-Loca… y no lo sabrás, el cuarto de tus padres tiene llave… vamos… —agrego apuntando hacia adelante mientras Noah dormía sin enterarse de lo que era una botella “Dom Pérignon” ni lo que harían sus padres dentro de tres noches.