Mi nueva hija Brittana G!P CAP3 Llamar antes de entrar

Os dejo el prólogo y el primer capítulo. Me gustaría leer opiniones para saber si os gusta y debo continuar la historia. Es una idea loca, pero me gusta el drama e historias calientes mezclados en uno.

PRÓLOGO
La verdad es que la vida le había sonreído a Santana desde que dejó el instituto McKinley. De ser una doña nadie a una prestigiosa abogada de Nueva York. De ser una lesbiana en el armario que quedó embarazada del novio de su amiga Quinn, a estar casada con su amiga Quinn.

Santana y su  ahora esposa formaban parte de la élite de la ciudad. Su familia era la nueva sensación de todo el país. Beth, la hija natural de Santana y adoptiva de Quinn, era la típica niña modelo. Guapa, elegante, estudiante de Enfermería. Todas las chicas querrían ser Beth.  Luego estaba el otro hijo, Jake, quién también gozaba de reconocimiento en su colegio, era el Quarterback y tenía gran éxito entre las mujeres. Él había sido concebido por Quinn con los óvulos de Santana y convencieron a Puck para que donase sus espermatozoides. El matrimonio tenía claro que quería unir a los hermanos por el lazo más fuerte que existe, la sangre. Lo único que la voluntad del hombre no puede quebrantar.
La vida no siempre fue perfecta para ellas. Para que Santana llegase tan alto, antes de que naciese su hijo tuvo que trabajar muy duro y eso se traducía en muchas horas fuera de casa. Para Quinn, el cambio del pequeño pueblo de Lima a la gran ciudad de Nueva York fue tremendo.  Cuando salía a la calle le gustaba que la gente la conociera, saludar al vecino de toda la vida,esas cosas. Pero sabía que las metas de Santana eran otras y estaba dispuesta a hacer ese sacrificio. Nunca esperó que requiriese tiempo. Hubo semanas en los que no coincidía con Santana en absoluto, cuando llegaba su mujer ella ya estaba acostada y cuando se levantaba la otra no estaba. Y empezó a sentirse bastante sola. Las únicas personas cercanas que tenía en aquella ciudad eran Kurt y Rachel, y fueron enemigos en el instituto así que no eran una gran compañía.

Un día desesperada por hablar con alguien, salió con esos dos pillos de ciudad. La llevaron a un club al que ellos solían acudir. Típico pub donde entra gente de todo tipo y entre tanto alcohol y demás, a veces uno hace tonterías. Quinn esa noche bebió demasiado y cometió un gran error.


CAPÍTULO 1
Santana llegaba de trabajar como cualquier día. Le encantaba regresar a casa y que su mujer la estuviera esperando. Siempre al abrir la puerta pensaba en cómo sorprenderla. Esta vez, lo tenía muy fácil. Su mujer hablaba por teléfono, y aprovechó su despiste para agarrarla por detrás y arrimarse a su cuerpo todo lo posible.
Hueles a fresa- le susurró al oído que tenía libre.

Su mujer algo nerviosa por la excitación de su esposa y a la vez por lo que estaba escuchando al otro lado del teléfono,se alejó de ella. Y le hizo un gesto para que se comportara. Hizo un segundo intento de ponerse cariñosa, pero de nuevo, Quinn lo impidió.

Entiendo. Tengo que consultarlo con Santana. Te llamo en un rato- dijo Quinn con un tono serio. Al colgar el teléfono le esperaba una conversación muy difícll. No sabía por dónde empezar.

¿Qué pasa?- preguntó Santana poniéndose seria.

Quinn emitió un leve suspiro, iba a ser duro. Ella y Santana acordaron nunca más mencionar aquel tema por el cual casi se destruyó su matrimonio. - Matt ha muerto.

Matt era el hombre que conoció en el pub y del cual quedó preñada cuando estaban casi recién casadas. Un tipo peculiar al que Santana despreciaba porque fue el causante de su sufrimiento. Por su culpa su matrimonio estuvo a punto de terminar. Incluso hubo una separación física entre ambas, Santana se volvió a Lima durante varios meses. Ignoró las llamadas de su mujer, su embarazo, todo.

El único motivo por el que regresó fue Noah Puckerman, el ex novio de instituto de Quinn. Él le recordó todo y cada uno de los errores que ella misma cometió de adolescente, en especial, la traición de ambos a Quinn. Noah no era muy de tomar partido, pero odiaba la doble moral. Quinn estaría saliendo con él, pero todo el mundo sabía que entre ellas existía una amistad con derechos, y el hecho de que Santana acudiera a él, fue en cierto modo una traición tanto como amiga como amante.

Y la perdonó, y lo hizo porque era lo correcto. No sabía si lo lograría superar, pero Quinn se merecía esa oportunidad. La conocía desde hace años y la gente comete errores. Además, la vida para ella simplemente no tenía sentido sin Quinn.

Finalmente regresó, porque tenía que enfrentar la situación, no podía seguir huyendo. Sabía que quería estar con Quinn y  que quería superar lo que la hizo, pero para eso la bebé tenía que irse con su padre. La niña era la personificación de lo que pasó y tenía que desaparecer.

¡Vaya!- dijo Santana sintiéndose un poco mal por todo el odio que le guardaba a Matt.-¿De qué?

Quinn suspiró de nuevo. Le era bastante duro, al fin y a cabo, era el padre de la niña.- Sobredosis.

Todos sabían que aquel final se venía anunciando desde hacía ya tiempo. Matt sufría muchas adicciones, ésa era otra más. Por eso, Quinn nunca quiso perder todo el contacto con su hija, no se quedaba tranquila sabiendo que la niña estaba con aquel hombre y, dado lo que pasó en el nacimiento, quiso siempre saber sobre su salud. Les visitaba pocas veces al año porque Santana vetó que aquella niña tuviera relación con sus hijos, pero por lo menos, Quinn no era una completa desconocida en la vida de su hija.

¿Quién se quedará con la niña?- preguntó Santana ingenuamente preocupada por la hija de su mujer.

Santana, yo he pedido quedarme con ella – espetó Quinn.

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Brittany era una joven de 16 años que se había criado en el humilde barrio de Soho, el barrio latino de Nueva York. Su padre era descendiente de españoles que emigraron muchas generaciones atrás. De su madre sabía poco, una estadounidense de modales refinados. No tenía mucho contacto con ella, pues según le tenía contado su padre, ella nació de un inhibición que cometieron dos locos una noche. Dicho así, a ella le sonaba casi poético, pero sabía que no había nada de poesía en lo que pasó entonces.
¿Qué importancia tenía ya? Ya nada, su padre acababa de morir y todo lo demás le importaba muy poco. Estaba ordenando sus cosas en cajas para ir a las afueras donde vivía su madre.

¿Cómo estás?- preguntó una mujer de cabello castaño y ojos claros. Se trataba de su madrastra, Marley. Como ella solía decir, su auténtica madre. Se casó con su padre cuando ella tenía cinco años y desde entonces habían convivido..

Brittany se contuvo todo lo que pudo para no llorar frente a ella – No estoy bien. Yo...- quería decirle que no creía lo que estaba pasando, que le gustaría que fuese un sueño y que mañana su padre despertase igual de gruñón que todas las mañanas, que no entendía por qué tenía que irse.

Me pasa lo mismo- dijo Marley llevándose las manos a la cara para retener sus lágrimas- Perdón- tampoco quería llorar delante de Brittany. Necesitaba ser fuerte por ella, pero es que perdió a su marido hace unos días e iba a perder ahora iba a perder a su hija.

Brittany se dirigió a ella con gesto autoritario y le apartó las manos de la cara- Nunca en tu vida me vuelvas a pedir perdón. Jamás

Ambas se dieron un abrazo muy sentido porque ninguna quería alejarse de la otra. No era justo que después de lo que habían sufrido tuvieran que separarse.
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Santana y Quinn habían estado discutiendo por días sobre el asunto. Santana se negaba de manera rotunda.
¿Por qué no la dejas con la esposa de Matt? ¡Es absurdo no hacerlo!- dijo la latina mostrando lo obvio.

¡Porque la esposa de Matt es prostituta!- dijo Quinn-¡No puedo dejarla con una prostituta!

¡Pero si la has dejado con ella durante años!- defendió Santana. La verdad es que buscaba excusas por el pavor de ver a aquella criatura. Nunca la había visto, pero había algo que no la permitía conocerla.

Quinn estaba harta de la postura de su esposa. Miró al cielo buscando paciencia- Antes estaba Matt. Y sí, Matt era de todo, pero era su padre. Las veces que he ido me ha demostrado que ha cuidado de ella. Yo a esa mujer la he visto muy poco. Sólo sé que tiene nuestro número de teléfono y que se dedica a la prostitución. - Santana se quedó en silencio porque podía entender el miedo de su mujer. A ella le pasaría lo mismo si se tratase de Beth o de Jake. - Santana, que Matt muriese de sobredosis sólo me ha despertado de lo mal que he estado haciendo las cosas. Nunca quise ver la gravedad del problema de Matt para no tener que hacerme cargo de mis errores y perderte. Siento el daño que te hice, de verdad que sí, pero no puedo quedarme tranquila sabiendo que mi hija sigue allí. Sé que te pido mucho, pero por favor...

No va a ser fácil- dijo Santana pensando en lo que pasó.

Quinn supo que Santana tenía miedo a que Brittany se pareciera a su padre y le recordase por quién la hizo sufrir- Brittany no se parece en nada a su padre. Matt era moreno, Brittany es blanca como la leche.  Ni los ojos, ni la cara, nada.

Santana sonrió débilmente a su esposa. No era una sonrisa amable, más bien la típica que se concede cuando regalas un voto de confianza. Hizo algo que en su momento fue incapaz, se puso en su piel. Se dio cuenta que Quinn pagó diez veces más que el pecado que cometió. Una madre no debe abandonar nunca a su hijo, ni aunque se lo pidiese la esposa engañada. Ella dio a luz a Beth y no fue capaz de renunciar a ella, ni cuando era una adolescente quiso darla en adopción. No le importó que fuese prueba de haber estado con Puckerman, era su hija. La mantuvo, y nunca le dijeron nada. Todos los de su alrededor aceptaron la situación, incluso Quinn. No renunció a su hija por nadie y, sin embargo, le pidió ese sacrificio a ella. No era justo pedírselo una segunda vez, aunque no supiera si podría sobrellevarlo.


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Marley y Brittany fueron caminando por todo el barrio desde la parada del autobús hasta la casa de los Lopez-Fabray. Cada una con una caja en mano y una mochila.

Es muy bonito el barrio- comentó Marley intentando animar a la joven.

Miró a los alrededores y todo era jodidamente perfecto. Sólo faltaba el niño del periódico para lanzar una fotografía. Era repugnante- No me gusta el barrio.

¡Vamos, no está tan mal!- dijo Marley siguiendo con el poco optimismo que tenía. Pararon frente a la puerta, aunque tardaron en darle al timbre.

¡Larguémonos, Marley! Yo aquí no pinto nada con esta gente. No tengo nada en común. Vamos a casa – suplicó Brittany. Ella siempre tuvo miedo de la familia de su madre. Seguro que todos eran perfectos como el perfecto barrio.

Marley dejó las cosas en el suelo para hablar con más libertad- Ojalá pudiéramos.  Brittany, yo... Ella es tu madre y te quiere con ella. La ley está de su lado.- iba a llamar al timbre, pero se detuvo de nuevo- Pero si, por lo que fuera, por tu condición- dijo haciendo referencia a su anatomía- o por cualquier otra situación te discriminasen, ¡llámame! No importa si es de día, de noche, de madrugada, llámame y me presentaré aquí.

-Pero Marley...

Brittany, ella es tu madre y pase lo que pase, seguirá siendo tu madre. Yo no...- la intención de Marley era decirle que ella no era su madre, pero no fue capaz. En su lugar, se puso a llorar y la abrazó una última vez- joder, te quiero, niña.

Brittany también lloraba. Además, estaba convencida de que aún tenía que volver a casa a hacer un par de cosas como arreglarse para asistir al entierro de su padre, despedirse de la gente del barrio, limpiar la habitación que estaba hecha un desastre, ver una última película con Marley..Y antes de que pudiera darse cuenta ya habían llamado al timbre.

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¿Qué tal lo veis?

woo se ve interesante ya quiero ver como se da el romance de ellas

por fa continua

nos vemos en otro capitulo

Es bastante increible como se dan las cosas aqui, pero si tambien es interesante, espero que santana no le lleve a brittany 50 años jajajajajajaja hasta pronto.

Muy loca la historia San y Quinn ambas embarazadas por un engaño. Pero el alejar a su hija de Q fue muy feo, no tenía la culpa de nada.
Y pues ahora haber como se da el conocerse y como se llevan.

Rara la combinacion de personajes... pero eso es lo bueno no jajaja
A ver como van las cosas con la nueva hija en la familia???
Ya que todo se rijio por engaños principalmente los hijos.. a ver que pasa???

Vhere Pao: poco a poco lo voy a ir metiendo jaja. Hay muchos matices en este romance.
Micky Morales: a lo locooo jajaja no tan mayor no es. 50 son muchos ya jaja.
JVM: es un poco la gracia de la historia. Todos se culpan, pero santos hay pocos.jajaja
3:) : Me encanta cambiar los roles de los personajes jajaja.

Aún estamos conociendo un poco más la mente de Santana y de Brittany, el resto será más fácil para ir entendiendo sus comportamientos repentinos jajaja




CAP 2
Una diosa- pensó Brittany. Se quedó sin habla. Una mujer impresionante de raza latina le abrió la puerta de la casa de su madre. Ante tal portento de mujer, los ojos de Brittany cobraron vida propia. Se pasearon por su cuerpo con gran deleite. Hasta acabar en sus senos.¡Qué senos! Sólo de pensar tocarlos algo creció en sus pantalones. Acto seguido, colocó la caja con sus pertenencias al nivel de su cintura rezando por que no notasen a Britty Jr ,como ella lo llamaba. No estaba muy segura de si su nueva familia conocía su situación.
¿Quién sería aquella mujer? ¿Sería la hija de su madrastra? ¿Su vecina? ¿Su prima?

Quinn se acercó a ella para darle un abrazo, pero Brittany no se deshizo de la caja, no era buena idea. -Os presento a mi mujer, Santana.

¿Su madrastra? ¿En serio? Eso era de lo más incómodo que podía pasarla. No sólo por sentirse atraída por alguien a quien tenía bastante asco sin conocerla, aparte, era la esposa de su madre y eso es territorio prohibido, incluso como fantasía. Sintió miles de cortacircuitos en la cabeza y no volvió a la realidad hasta que Quinn no presentó al hijo del matrimonio.

Este es nuestro hijo Jake – dijo Quinn poniendo una mano en el hombro del chico. Quinn se decepcionó porque Brittany pasó de ser cortés y no se alejó ni un momento de la caja. No sabía con lo que estaba lidiando en ese momento. - Nuestra hija Beth está en la universidad, hoy no ha podido acercarse.

La verdad que a Brittany, Beth le daba igual. Su mente estaba en un mareo de emociones. La realidad era la triste muerte de su padre y la fantasía el cuerpo de Santana en su cabeza,que no debía estar ahí.

Su desagrado con la familia fue igual de inmediato. El trato que tuvieron con Marley fue muy desagradable en la despedida, pero no dijo nada. Parecía que quisieran deshacerse de ella cuanto antes posible. La acompañaron el cuarto donde se iba a quedar. En la puerta había un cartel que ponía Beth con colorines.

Brittany, ya sin erección, dejó la caja y pasó sus dedos por el nombre- ¿Y Beth?

Como he dicho, vive en la universidad – dijo Quinn- Si viene, puede dormir en la habitación de los invitados.

Y quitó el cartel para sorpresa de todos- Si ya no es su cuarto, no debe de estar su nombre.
Ofendió bastante a las dos madre de algún modo.Era el recuerdo de que de algún modo su hija seguía viviendo con ellas.¡¿Cómo se atrevía a tirarlo al suelo?!
Menos el día del funeral, el resto de los días Brittany evitó aparecer en los sitios comunes. O estaba fuera de la casa o en el cuarto.

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Cuando Quinn habló de traer a su hija a la casa lo que tenía en mente Santana era una niña de 16 años con un aire de inocencia e infantiloide con un cuerpo menudo y frágil. Al abrir la puerta, no pensaba encontrarse con una niña tan...mujer. Era increíble, las piernas bien formadas y esos glúteos tan bien puestos en su lugar. Con esos labios carnosos...Por no hablar de esos ojos azules. Eso no era una niña.

Intentó borrar esos pensamientos erróneos concentrándose en la otra mujer, Marley. También era bella, pero no le hacía perder la cordura. ¡Por Dios, Brittany era la hija de Quinn!

Cuando Quinn las presentó, entró en sí y tomó su pose de madrastra. Le resultó insultante que la niña no dejara las cosas en el suelo para saludar y quitase el nombre de Beth. ¡Qué poca clase!

Con Quinn no había quien hablara del tema, seguía viendo lo bueno en su hija-demonio. No fue hasta unas noches más adelante que Santana se sintió lo suficientemente cómoda para comentárselo a alguien.

¡Y quitó el nombre de mi hija de su cuarto!- dijo Santana a su amigo Blaine. Santana y Blaine siempre habían tenido una buena relación desde el instituto. Pero fue después de la boda con Kurt, cuando ellos dos se acercaron bastante. Blaine trabajaba con niños en un colegio muy cercano al bufete de Santana. Empezaron quedando para tomar café en los descansos y acabaron quedando para desconectar del trabajo y la familia.

-¿Dijiste que lo volviera a poner en su lugar?

¡¿Estás loco?!- se escandalizó Santana- Mejor dejarla tranquila en su Batcueva- Se refería a la habitación de la que Brittany parecía no salir. Cuando pasaba por ahí cerca intentaba averiguar si había alguna clase de ruido o luz encendida. Sabía que la niña estaba dentro, pero nunca había ninguna señal que afirmase vida en aquel lugar. Le recordaba a Batman siempre en la oscuridad.- Aunque la verdad, resulta también un poco molesto.

Blaine quiso entenderla. Primero, la prefería quieta sin molestar. Ahora, eso le resulta molesto - ¿Cómo así?

Pues...- Era difícil explicar la frustración que provocaba verla bajar y subir a su habitación sin que socializase. Perder la mirada en sus movimientos- Pues … pues resulta molesto. ¡Hola, vives con nosotros! No sé, socializa. Es como si tuviéramos a un estudiante extranjero en casa.

Para Blaine estaba claro que aquella niña sacaba a relucir lo peor de Santana, sus miedos e inseguridades. Parecía la Santana del instituto. Lo achacó todo a lo desconcertante que sería tener al "Error" en casa, después de todo lo que sufrieron ambas- Supongo que verla, te hará recordar lo que hizo Quinn.

Santana calló. No porque fuera cierto, de hecho, Brittany le recordaba a todo, menos a la infidelidad. Su físico era como una mezcla de familiares de Quinn, un poco de la abuela, algo de la tía...era como tomar de cada uno lo mejor para crear a un demonio de la tentación. No, no era por la infidelidad en sí. Era por su belleza y, bueno, porque la situación en sí era muy incómoda, al fin y a cabo, fue Santana el mayor obstáculo para que Quinn se comportarse como una madre. En ciertos momentos, tenía la sensación de que la chica la lanzaba miradas acusatorias.

Tomó unas cuantas copas para armarse de valor antes de irse a casa y actuar como una...¿madrastra?¿anfitriona?¿casera? -¡Sea como sea por Quinn, mi bella esposa!- se dijo a sí misma.
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La verdad que la vuelta a casa fue algo complicada. A la décima copa, las luces de los semáforos no son tan parecidas. Abrió la puerta de casa con una fingida pose de normalidad, que en su estado era bien complicado, del coche a la casa llegó a gatas.

Como me vea Quinn- pensó. Se acercó a oscuras a la cocina, en busca del primer grifo de la casa a ver si con el agua se despejaba un poco. Se echó tanto agua que terminó mojándose el cuello de la chaqueta.- ¡Mierda!- maldijo su suerte.
Un repentino ruido la hizo voltearse asustada. Agarró un tenedor de la cocina dispuesta a defenderse. Se encontró con Brittany que puso una cara un tanto de situación

Por lo menos no es un cuchillo- dijo la rubia con sarcasmo.

-Perdón, no te vi.

No dijo nada, cabeceó sin más. Se acercó a ella acorraló peligrosamente contra el fregadero. Santana no sabía muy bien que estaba haciendo la niña, pero la tenía casi encima. Estaba borracha, pero juraría que el pecho le rebotaba en la cara. La tomó de la cintura, sin acercarla ni alejarla, sólo posó ahí sus manos acariciando la suave piel de su cintura. Tenía miedo de apretar un poco fuerte y romper el encantamiento en el que estaban sumidas. En ese momento, Brittany se paró como si una idea surgiera de pronto en su mente. Y se miraron, se miraron tan intensamente que el hielo de un ice berg podría desquebrajarse de calor. A Santana se le pasaron por la mente miles de imágenes de cómo hacer suya a Brittany en esa cocina. Sobre la encimera, contra la nevera, en el mismo fregadero. Se mordió el labio con el simple pensamiento de tenerla. Curiosamente, la rubia también se mordió el labio. Para Santana aquel gesto pedía guerra, le daba igual todo.

Fue Brittany quien en su cabeza escuchó “clic” y tuvo que alejarse.

Santana, si no te apartas, no llegó al vaso del armario- dijo Brittany pidiendo espacio para maniobrar. Santana se sintió tonta, vieja, borracha. Bajó la vista mortificada. 35 años y aún no sabía manejar el alcohol. O no, o si sabía manejar el alcohol y era la la que estaba provocando la situación. Seguro que era una estrategia para volver con la prostituta de su otra madrastra. ¡Maldita! ¿De verdad creía que podía jugar con sus emociones? ¡De ella no se reía ni Dios! Se marchó a la cama sin mirar atrás. No iba a quedar así.

Por la mañana, tal y como predijo, Quinn le hizo mil preguntas. Que si llegó muy tarde, que cuánto bebió. - ¡¿Cómo se te ocurre beber teniendo niños en casa?!

Una exageración, Santana estaba segura que más bebían “esos niños” - ¿Crees que los adolescentes no beben con sus amigos?- No podía dar crédito a su esposa. Estar hablando de eso le parecía absurdo. - ¿Además, desde cuándo tienes problemas con que me tome una copa? Nunca antes te importó.

-Antes teníamos sólo a Jake y Beth. Tú y yo sabemos que ellos son diferentes, más responsables.

Cierto-pensó la latina. Recordó la muerte de Matt, la profesión de Marley, estaba claro q la salud no era prioridad en esa familia. Pero no poder en su propia casa... ¡Es su casa! Si la niña la imita, pues se la ata en corto. Lo que no puede ser es que no pueda beber en su casa porque tienen miedo a que lo haga una adolescente, sin embargo, dijo- Tienes razón, cariño. - Pero por dentro tenía muy claro que no iba a cambiar las reglas de su casa por una niñata. ¡Jamás!

En ese momento escuchó un ruido y se disculpó mientras Quinn se metió en el baño.
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Brittany solía despertarse pronto para aprovechar que la cocina estaba sola y desayunar tranquila. Le gustaba la soledad, la soledad le ayudaba a pensar. Pero para su desgracia eso no iba a ser posible, Santana la había escuchado bajar y se juró que lo de anoche no iba a quedar impune. No estaba de buen humor- Ya sé lo que estás haciendo.

Brittany miró a los lados, por un momento pensó que estaría hablando con otra persona, porque no tenía sentido que se dirigiera así a ella. - ¿Hablas conmigo?

¡Sí, no te hagas la tonta! - replicó la latina. - Todo el numerito de ayer, de no llego al vaso. ¡¿Te crees que soy imbécil?!

La rubia se llevó las manos a la cabeza. Anoche se salió la situación de control. No quiso provocar ninguna situación. Simplemente, no pensó. ¡Joder, vio ese cuerpo ahí llamándola...y de verdad quería agua! La había visto llegar por la ventana y sólo las imágenes que se pusieron en su cabeza al verla entrar con una falda tan apretada la dejó sedienta.
No fue su intención acorralarla contra el fregadero, se puso nerviosa y pasó. ¡Fue un error de cálculo tanta cercanía! La gente se equivoca.

Tú lo que quieres es provocar peleas entre Quinn y yo hasta que nos demos cuenta de que tú eres la culpable y te mandemos de vuelta. ¡No va a funcionar, asquerosa niñata!- prosiguió Santana.

Vale, eso sí que la descolocó. No era tan retorcida. Tenía 16 años, vio a una mujer hermosa y su pene le dirigió el camino.- Eh, ahora que lo mencionas, sí que me estoy planteando que seas un poco idiota.

Santana, más enfurecida con ella misma que con Brittany por caer bajo los encantos de la adolescente, la agarró del brazo. -¡Escúchame bien! ¡Mi matrimonio con tu madre es mucho más fuerte de lo que tú nunca serás! ¡Ni intentes hacernos pelear, ¿entendido?!

Con aquellos ojos llenos de furia, Brittany entendió que Santana la despreciaba. No la culpaba. A veces ella también se despreciaba a sí misma. Cuando Santana se fue, Brittany quedó abatida por dentro. No quería expresarlo abiertamente, pero estaba avergonzada. Brittany no era como las demás niñas y, a veces, perdía el control. Culpaba a su pene de ello, por hacer que se dejase llevar por impulsos prohibidos. Santana era uno de ellos. A menudo, odiaba a sus padres por hacerla de esa manera. ¿Era ella el castigo por su pecado? Se sentía sucia y repugnante. Aunque también, abandonada. Su padre se había muerto y la había dejado sola, sola con aquella familia a la que no conocía y le asqueaban tanto como ella a ellos. Estaba enfadada con todos y con todo, con Dios por ser tan miserable con ella, con su madre por abandonarla y reclamarla ahora, con su padre por haber sido incapaz de dejar las drogas por ella, Santana por ser su odiosa y hermosa madrastra, y sobre todo, consigo misma por no poder ser como el resto.




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¿Qué os ha parecido? ¿Debo continuar? Tengo pensado desarrollar más sus personalidades y explicar esa inestabilidad de cada una a su forma. Y por supuesto, más momentos calientes, estos han sido muy light haha Un saludo.

No me gusta la actitud de santana, que le pasa, no tiene ningun derecho a ser agresiva con brittany, yo le abria estrellado una sarten en la cabeza!!!!!

Pues si la actitud de Santana no fue la correcta, pero por lo mismo que no se da la oportunidad de conocer a Britt piensa que es capaz de hacer cosas que no haría y de paso la lastima :/
Que feo que Britt se sienta así, debería tener el apoyo al menos de Quinn. Perdió todo de un momento a otro y su mundo cambio totalmente
Así que esperó que las cosas mejoren en casa.

Santana lo Está haciendo mal con britt... ella no tiene la clupa de la mierda que hicieron quinn y el otro.... le está poniendo un peso que no es suyo...
En serio san que no ayude más con el.estado de ánimo de britt... mas mierda por su condición no se puede sentir.. mas ahora que tiene el odio de san y su atracción por ella a ver como va....!!!!
Quinn podría ocupar un poquito el rol de madre de una ves??? No cuesta nada... y que deje de tratar a los hijos como bebés. .. ya están bastante grandes!!!

Micky Morales: Los Lopez tampoco saben reaccionar bien jaja.
JVM: es que la situación de Brittany es complicada. Quinn es su madre y no es su madre al mismo tiempo. Es como si estuviera sola.
3:) : Ya. Sinceramente,¿quién puede culpar a Brittany por sentirse atraída por Santana?



CAP 3
Y los malos perecerán, porque el mal nunca va a ganar. No puede ganar. Y los héroes que hoy nos dejan, nunca nos abandonarán, aún cuando no nos queden fuerzas o pensemos que nos hemos quedado completamente solos, ellos seguirán con nosotros. De alguna u otra forma, nos protegerán, incluso de nuestro peor enemigo, nosotros mismos. - Un hombre de cabello oscuro se encontraba en una habitación de un frío piso de Nueva York. En su regazo una pequeña niña rubita. La niña debería tener aproximadamente 8 años. El hombre leía un libro de fantasía en voz alta para que la niña pudiera compartir con él la emoción de la historia. -Brittany, se ha hecho un poco tarde. Deberías ir a dormir y mañana terminamos el libro.

La niña, aún cansada se negaba a dejar ir a su padre- ¡No, no quiero dormir!

El hombre supo el problema- ¿Sigues teniendo esas pesadillas?-La niña no quiso hablar, se avergonzaba de sus pesadillas. -Brittany, no tienes nada que temer. No me va a pasar nada.

¡Pero papá, tú no lo entiendes! ¡Sí te va a pasar!- las lágrimas recorrían el rostro de la pequeña Brittany que segura de sus palabras no quería despegarse del abrazo de su padre. -¡No, no me dejes dormir, papá!¡No me dejes dormir!

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En un charco de sudor y lágrimas la Brittany adulta despertó con ansía en carne viva. Contempló su habitación y su nueva realidad trajo consigo más lágrimas. Miró el reloj y marcaba las 6 en punto, muy temprano para que alguien anduviera despierto, pero ella ya no podría conciliar el sueño, así que bajó a la cocina. Allí se encontró a Jake, su supuesto hermanastro. Un tipo curioso. No dejaba de seguirla con la mirada allá donde fuera, como si pensase que en cuanto estuvieran despistados iba a robarles algo.

Muy pronto te levantas tu,¿no? - preguntó Jake.- La llaman la hora de los ladrones, dicen que es a esta hora que se despiertan para robar.

Con toda la calma del mundo, ocultando su enfado, tomó un vaso de agua- En ese caso tú serías el líder, eres el primero en estar de pie.

Fue un buen ataque, Jake no quedo impasible ante él. Se acercó y con el dedo casi en el ojo dejó claro un par de cosas- Mira pobretona, te voy a ser muy sincero. Nadie te quiere aquí, así que ...¿por qué no te vas?

Me parece muy bien que nadie quiera, porque yo tampoco quiero estar aquí, rico de mierda – contestó Brittany con altivez- ¿Crees de verdad que cambiaría a mi vida por esto?

Jake rió con la sugerencia- Claro, preferirías estar con la puta de tu madrastra a una casa de gente con dinero. ¿Se supone que debo creerte?

Ahora sí que había enfadado a Brittany. Nadie, absolutamente nadie, se iba a reír de Marley.- La puta de mi madrastra trabaja toda la noche y se queda despierta hasta desayunar conmigo para hablar. La puta de mi madrastra era la que traía el dinero a casa y a la vez se hizo cargo de mí no siendo su hija. Apuesto a que tus madres llegan un día tarde de trabajar, digamos... a las nueve de la noche o diez y se van a la cama. No se quedan contigo hablando sobre tu día. -vio que sus palabras hicieron efecto en Jake que parecía estar a punto de romper algo- Voy a ir más allá. Quinn, ni siquiera se hizo de su propia hija. ¡Qué gran madre!

¡Con mi madre no te metas!- amenazó Jake levantando la mano.

Brittany no dudó y le propinó un puñetazo- Nunca levantes la mano si no vas a golpear. Y una advertencia más- dijo esta vez acercándose ella- ¡La próxima vez que hables de Marley de esa forma tan despectiva te rompo la cara!

Jake no tardó en contarles todo a sus dos madres. ¡Menuda regañina se llevó Brittany!

¡¿No vas a decir nada?!- preguntó Santana. Aquella muchacha la estaba sacando de quicio. Su comportamiento, su silencio...Es como si no la prestase atención.

Brittany, tu comportamiento no puede seguir así- intervino Quinn preocupada porque no parecía encajar en la familia. - ¡Esto es serio, Brittany! ¡No puedes golpear a Jake!

Brittany sonreía con amargura. Ya se imaginaba que algo así pasaría. Su madre creería antes al resto de sus hijos que a ella. Nadie le iba a preguntar el motivo.

Santana se unió a su esposa. Ninguna niñata entraría a su casa y golpearía a los suyos -¡Deberías estar agradecida por todo lo que estamos haciendo por ti!

Con la latina, Brittany no se atrevía a tanto. La atracción era tal que evitaba tener que hablar con ella. Miró a su madre a los ojos – Llamó puta a Marley.

Bueno...-Quinn no veía el mal, pero no estaba segura de cómo decirlo- es lo que es, ¿no?

¡Y tu esposa es una cornuda y tú otra y no por eso os lo tengo que llamar todos los días, ¿no?!- Brittany contraatacó harta de ser siempre a la que le faltaban el respeto y callar como una imbécil. Dolieron sus palabras, mucho, también su tono que imitaba al de su madre. Se levantó de la mesa y miró a ambas- Corredme de la casa y todos seremos mucho más felices.

Santana la estuvo maldiciendo durante horas desde su oficina. Que se fuera diciendo la última palabra, la quemaba por dentro. ¡Tenía un plan! ¿Quería quedarse sola? ¡Todo el mundo a comer a su casa! Llamó a Blaine, quien fue con su esposo Kurt y su adolescente hija Sugar. Invitó también a Rachel que acudiría acompañada de Finn. Intentó que fuera Beth, pero seguía de exámenes. Quería dejarla en ridículo por el trato que la niña les daba a ella y a su esposa. Lo estaban haciendo todo por ella, incluso la tarde anterior habían estado hablando de cambiar a la niña de colegio a uno privado, y así se lo agradecía. Se le iban a acabar los lujos, la iba a sacar de la Batcueva como castigo.

Quinn no estaba tan segura de querer hacer esa cena. En lo único que fue buena madre fue en guardar en secreto la condición de Brittany, o quizá fuera tan solo vergüenza, ni ella misma lo sabía a ciencia cierta. Los invitados que acudirían tenían gran capacidad de deducción y temía que alguno se diera cuenta y se lo contase a Santana. No conocía su reacción ante un secreto más. Santana estaba tan insistente con la cena que supo que seguir insistiendo en lo contrario levantaría sospechas. Así que la dejó maniobrar a su gusto.

Brittany, obligada, se quedó con todos. Decidió sentarse entre Sugar y Finn. Los únicos que de entrada le parecieron más normales. Bueno Sugar muy rara, pero tenía encanto personal, la única que le hizo sentir normal. Los demás la miraban expectantes de que hiciera o dijera algo.

¿Cómo llevas lo de tu padre? -preguntó sin tapujos Rachel. Todos la miraron por su falta de tacto. Hasta Santana casi se atraganta y eso es decir mucho.

Brittany ni quería contestar, dijo simplemente- Mal.

¡Podría cantar una canción para reflejar lo duro que es la pérdida de un padre!- dijo Rachel emocionada- ¡Podríamos cantarla entre todos!

Brittany se exaltó por la idiotez que proponían- ¡¿Qué?!¡No,no, no! ¡Nadie va a cantar una canción sobre eso!

¡Pero soy de Broadway, sé interpretar tus sentimientos!¡Seré fiel a la realidad!- replicó Rachel orgullosa de sus dotes.

¡Escúchame bien!¡Me importa un pimiento que seas fiel a la realidad o no! ¡No quiero que cantes una canción sobre mis sentimientos, enana chillona!- dio un golpe a la mesa llamando la atención de todos- ¡¿Para esto me has traído aquí?! ¡No te importo una mierda!¡ Nada de esto tiene sentido!- se marchó a su habitación sin decir nada a nadie y Santana comprendió que tal vez, se había excedido. Quinn se estuvo disculpando con todo el mundo antes de pedirles que se marcharan y Santana aprovechó para tener una conversación con Brittany. Entró en su habitación sin llamar. Casi una imposición.

Quiero estar sola- dijo Brittany sentaba en el borde de la cama.

Ya, pero la casa sigue siendo mía así que... acatarás mis reglas – Vale, pedir perdón, no era la especialidad de Santana.
Cuando escuchó el bufido de Brittany, hizo un segundo intento- Mira, sé que hemos empezado mal. Básicamente porque te odio. No por ti, no tengo nada personal contra ti. La situación tampoco es cómoda para mí.
Retóricamente soltó un- Eso ayuda mucho.

Se puso de rodillas frente a ella para que sus miradas coincidieran. Pero no se dio cuenta de cómo podría afectar a Brittany de la altura y la posición en la que estaba. La rubia intentó pensar en todas las cosas anti eróticas que conocía para no centrarse en que la cara de Santana estaba básicamente saludando a su pene.

Sé reconocer cuando me equivoco- dijo Santana con sinceridad. Su aliento estaba llegando a los pantalones de su hijastra.
Brittany la puso de pie agarrándola por el brazo. Gesto que Santana se lo tomó como un feo. - No que te bajes a mi altura para decírmelo. Yo me pongo de pie a tu altura. - quedó como una frase típica de juego de poder, no era su intención.

No suelo hacer esto, Brittany. Por favor, colabora – Era difícil decir lo que iba a decir a continuación- Perdón. No me he portado bien estos días.

-Estos años.

Santana no tenía paciencia para estas cosas- Mira, no voy a pedir perdón por estos años. No me arrepiento la verdad. Pero reconozco que estos días no he sido elegante contigo. Intentaré que nuestra convivencia sea cordial.
Debía ser por sus raíces latinas o algo, pero Santana no conocía eso del espacio vital que tanto necesitaba Brittany. Se alejó un poco buscando alejarse de pensamientos impuros. ¡Qué condena que fuese tan hermosa!- Si no me molestas, no te molestaré.

Pacto entre señoras- dijo Santana ofreciendo su mano. Brittany la miró, no sabía si estrechársela.Finalmente, lo hizo. Al tocarse las manos, inevitablemente se volvieron a acercar, pero Brittany se alejó de nuevo.

Ya está- dijo la rubia- Me voy al baño.- Fue tan brusco que la misma Santana se quedó alocada. Accedió porque le daba una vía al autoengaño de que ahí no pasó nada. No existía atracción.

En el salón el matrimonio discutía sobre lo que había pasado.

No puedo creer que Brittany me dejara en ridículo delante de todo el mundo- repetía Quinn una y otra vez.

-Ha perdido a su padre. Tal vez, deberíamos ser más condescendientes.

Lo sé.- Quinn no tenía problema con el hecho de que Brittany estuviera dolida. Lo entendía, de verdad que sí. Pero no se veía capaz de ser su madre. - No podía dejarla vivir con Marley.

Yo lo entiendo, Quinn- contestó Santana con sinceridad- Pero dile eso a un adolescente cuyo mundo acaba de derrumbarse. Tu hija es conflictiva, puede que ladrona, no sabemos qué vicios tiene, no dudo que pueda estar en bandas callejeras, ella es así. Aunque esta vez tiene razón. ¿Cantar una canción sobre lo que está sintiendo ahora mismo? ¡Es demasiado!

Todo eso se lo había inventado Santana deduciendo lo poco que conocía de Brittany. Por desgracia, sin que ellas lo supieran, acertó en varias acusaciones, aunque no era lo que más les preocupaba en ese momento. Brittany era diferente al resto de sus hijos, nunca dedujo la diferencia que aquello suponía, pero Quinn era consciente que una vez tomada la decisión de acogerla en su casa, no había vuelta atrás. Se quedó toda la noche desvelada en la cocina pensando cómo hacer con su hija.

Santana, por su parte, se fue a su habitación porque no tenía esa preocupación. En su camino, empezó a escuchar unos sonidos raros procedentes del antiguo cuarto de Beth. Parecía que... no, ¿sí?...

¿Me atrevo a …?- pensó para sí misma. Estuvo detrás de la puerta lo que le pareció una eternidad hasta que se animó a abrirla suavemente para que no se pudiera dar cuenta. La habitación estaba oscura, pero se distinguía la figura de Brittany a lo lejos. Tenía los ojos cerrados y labios entreabiertos.

Ohh, ohhh- gemía la rubia. Su mano acariciaba sus senos por debajo de la camiseta del pijama.

Lo que le abrió a Santana los ojos como platos fue ver la otra mano de la rubia, aquella que sujetaba con firmeza un duro pene.SU pene. Sus gemidos eran casi delirantes- ¡Ohh, síí!¡Qué rico!- Lo meneaba cada vez más rápido. Los ojos de la latina volaban con el movimiento de la mano de Brittany. Cerró la puerta, no quiso interrumpirla.
Brittany tenía pene. UNA INTERSEXUAL. No podía ser, no podía ser. Se fue a su cuarto, algo trastocada. Desde su adolescencia, su fetiche más oculto era acostarse con una mujer que tuviera pene. Hasta ese momento, siempre lo achacó a que no admitía su propia sexualidad. Pero viéndolo en directo, eso no se trataba de si era lesbiana o heterosexual. No, eso lo más sexy que jamás había visto. Una mujer intersexual con una verga tan grande de alguna forma le ponía caliente. Tuvo que morderse la mano para no gritar imaginándose aquella verga dentro de ella. Haciendo a Brittany suya con arremetidas tan violentas como el sacudir de su mano durante la masturbación. Se imaginaba los dos cuerpos sudorosos golpeando con fuerza el cabecero de la cama como si no hubiese mañana. Llevada por la pasión del momento, ella también metió la mano dentro de sus bragas.

¡Joderrr, puta niña!- gimió entre susurros para no ser oída desde el otro lado de la pared donde seguiría Brittany masturbándose con la imagen de Santana de rodillas

Sé reconocer cuando me equivoco- decía la Santana de su imaginación dejando todo su aliento traspasar los pantalones de Brittany. Esos pantalones que fueron desapareciendo bajo el tacto de Santana. - Creo que debo recompensarte por mi mal comportamiento.- Y sus calzoncillos también fueron bajados dejando a la vida un vigoroso pene.- Lo tienes tan grande. No es motivo de vergüenza alguno.

Y la imaginación se tornó pornográfica cuando su madrastra empezó a lamerle el pene con delicadeza.

¡Mmm!-gemía Brittany con sólo pensarlo. Entonces, Santana lo metería en su boca entero, abarcándolo entero. Utilizaría sus paredes bucales como vagina para crear fricción y se lo chuparía. Podía sentir cómo le follaba esa boca de la que tantos insultos habían salido. Sólo de pensar la velocidad con que se la follaría....

Al otro lado de la pared la situación no era mucho mejor. Santana se imaginaba cómo la montaría para doblegarla. La haría sufrir de placer. No la dejaría venirse hasta que jurase obedecerla en todo. Le ponía caliente domar a un ser tan salvaje.

¡Ahh, ahh!- gemía silenciada por su propia mano. Aceleraba según escuchaba los gemidos más rápidos desde el otro lado.
Se imaginó el pene tan adentro, golpeando con furia sus paredes vaginales, tocando donde pocos amantes habían logrado tocar. Ese punto que la enloquecía y la volvía loca. Perdió el control de sí cuando escuchó la gran O procedente del otro cuarto. Fue cuando sin piedad introdujo sus dedos y se corrió sobre ellos más que ninguna otra vez que se hubiera masturbado. Nunca se había corrido tanto con sólo masturbarse. Quedó agotada como si sus imaginaciones hubiesen sido auténticas vivencias de sus momentos más alocados.

Con el orgasmo vino el remordimiento, no sólo porque se tratase de una chica joven, también porque se sentía un poco mal por Quinn, pero la imaginación no era ser infiel. No significaba nada. Jamás pasaría nada con Brittany, ¿verdad?


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Espero que os gustase. Me retuve un poco porque también es sólo una imaginación, no quería excederme tanto sin ser real, pero creo que no ha quedado mal, ¿no?

vaya con estas chicas, muyyy calientes!!!!! veo todo tan complicado que no se como ellas podrian llegar a estar juntas!!!

Al menos ya hubo un paso por parte de Santana, Quinn pensando primero en ella que en su hija pero al final es lo que ha estado haciendo todo este tiempo :/
Y bueno la morena ya sabe sobre la condición de Britt, no creo que aguante mucho sin cumplir su fantasía o si¿? Y mas con este "acuerdo" creo que se irán acercando poco a poco.

Madres como quinn... mejor dejen viviendo a.bruto con marley mal que mal siempre fue su madre!!!
Se esta poniendo interesante.. ja ja ja a ver como reacciona san cuando.vea a britt ya que tienen una tregua!!!!
Y sobre todo cuanto aguantan sin que pase nada!!!