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Sebtana - It's so magical. Cap 1.
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Sebtana - It's so magical. Cap 1.
Santana salió a correr como tenía por costumbre. Todos los fines de semana lo hacía. El mismo recorrido. Y siempre hacía el mismo mal tiempo. Santana vivía en una zona del Reino Unido en la que no paraba de llover. Más de lo normal. Y cuando no llovía, el cielo estaba nublado. Y la verdad es que ella adoraba vivir allí.
Pero hoy, era un día muy extraño. El cielo estaba negro, mucho más de lo normal y no había llovido en días. Además, al salir de casa Santana tuvo un mal presentimiento. Llámalo como quieras, pero sintió algo malo. Algo extraño.
Cruzó el paso de cebra, como era costumbre, para dirigirse hacia una gran calle, que a las siete de la mañana estaba desértica. Santana decidió correr ese tramo mucho más rápido de lo normal, pero cuando estaba por la mitad, un joven con el pelo casi negro salió de la nada y chocó con ella.
El muchacho la tendió la mano para que se levantara, mientras se quedaba encandilado por sus grandes ojos marrones. Santana se levantó, observándole centímetro a centímetro. Este chico era alto, la sacaba al menos una cabeza a ella. Tenía una cara completamente hermosa, perfecta sería como la definiría ella. Él era muy pálido, y contrarrestaba con sus labios carnosos, los cuales tenían mucha más vida. El muchacho también poseía unos grandes ojos miel, que la miraban fijamente.
Santana comenzó a ponerse nerviosa mirando aquellos ojos, era como si no pudiera ver a través de ellos y eso la asustaba y mucho. El chico se fue andando en dirección contraria a la suya, ¡sin decirla nada!
-¡Se dice perdón, maleducado! -Exclama Santana observándolo andar. El muchacho se paró en seco y se despidió de ella con la mano, con muchísima chulería y se fue. Santana comenzó a mirar al suelo, perpleja, intentando analizar lo que acababa de suceder. ¡Él la había hecho caer y luego ni la había pedido perdón! "Al menos podría haberme dicho algo" pensó ella.
Cuando estaba mirando al suelo encontró un objeto. Ella no podría decir muy bien lo que era. No lo sabía. Era un objeto plateado y negro, que brillaba bastante y tenía forma de triángulo. "La verdad es que es muy raro" pensó Santana.
-¡Eh! -Gritó dirigiéndose al muchacho. Pero él ya se había ido. No quedaba ni rastro de él por allí. Ella, resignada, se guardó el objeto en uno de sus bolsillos y decidió seguir corriendo.
-¿Os lo estáis pasando bien? -Preguntó Quinn a Brittany y a Santana, la organizadora de la fiesta y una de sus mejores amigas.
Santana estaba en una fiesta, con sus mejores amigas, y se lo estaba pasando muy bien. Pero no podía parar de pensar en aquel extraño chico. No podía. No se iba de su mente. Ni él ni ese extraño objeto que había dejado en uno de sus cajones bajo llave. No sabía lo que era ni lo que contenía, así que, pensó que era mejor analizarlo primero.
-Sí, es una gran fiesta Q. -Respondió Brittany, sonriendo ampliamente a su amiga.
-¿Y tú Santana? -Preguntó curiosa Quinn.
Santana no respondió, estaba demasiado metida en sus pensamientos. ¿Lo volvería a ver? ¿Descubriría para qué sirve aquel extraño objeto?
-¡SANTANA! -Exclamó Quinn riéndose. Santana movió su cabeza rápidamente mientras volvía a la realidad.
-Perdónala Q, no para de pensar en el chico que ha conocido hoy. -Respondió Brittany, sonriendo con cariño hacia su amiga.
Santana le contó toda la historia a Quinn, y Brittany la volvió a escuchar. Les contó todo menos lo de aquel extraño objeto, aún no sabía para que servía. Cuando lo averiguara, se lo diría, claro. Ella no tenía secretos con sus mejores amigas.
La fiesta transcurrió con normalidad, todo el mundo se divirtió. Santana dejó a Brittany en frente de su casa, ya que solo estaba a un par de manzanas de la suya. Mientras andaba comenzó a notar que alguien la seguía. Ella siempre era muy precavida y lo sabía. Sabía que la estaban siguiendo. Lo sentía.
Decidió ir por una calle que no iba a su casa, sino que daba la vuelta hacia la fiesta de Quinn. Cuando cruzara la esquina su perseguidor tendría unos segundos para esconderse detrás de algún coche y poder ver quien la persigue. Y eso hizo, cuando cruzó la esquina, corrió con todas sus ganas hacia un coche de color negro y se escondió detrás. Para algo habían servido todas esas mañanas corriendo.
-¡¿Por qué me estás siguiendo?! -Preguntó muy alterada Santana al ver que el que cruzaba la esquina era el mismo muchacho que había visto esta mañana. Santana lo había dicho lo suficientemente alto para que se enterara, pero él se dio la vuelta. Ella corrió y se puso en frente suya.- ¡Una cosa es que no me pidas perdón y otra es que me sigas!
Si Santana gritaba otra vez de esa forma alguien llamaría a la policía. Ella lo sabía. Lo único que quería es que él la diera alguna explicación. Si no llegara a ser este chico el que la perseguí no hubiera salido jamás de detrás del coche, pero necesitaba hacerlo. Un impulso la hizo salir de aquel coche para hablar con él.
El muchacho la cogió y la estampó contra la pared y sin querer, la dio un golpe en la cabeza. Después de ver que la había hecho daño, el joven se apartó mientras ella se tocaba su cabeza dolorida.
-¿Estás bien? -Preguntó el chico, preocupado. Hizo el amago de poner una de sus manos en su cabeza, pero ella se la esquivó.
-¡No me toques! -Exclamó. Esto se la estaba yendo de las manos.- ¿Por qué me seguías? ¿Quieres violarme?
El joven comenzó a reírse, mostrando su perfecta dentadura a Santana.
-¿Yo? -Pudo responder mientras se seguía riendo.-
-¿Entonces por qué me sigues?
-Porque tienes algo que me pertenece.
Pero hoy, era un día muy extraño. El cielo estaba negro, mucho más de lo normal y no había llovido en días. Además, al salir de casa Santana tuvo un mal presentimiento. Llámalo como quieras, pero sintió algo malo. Algo extraño.
Cruzó el paso de cebra, como era costumbre, para dirigirse hacia una gran calle, que a las siete de la mañana estaba desértica. Santana decidió correr ese tramo mucho más rápido de lo normal, pero cuando estaba por la mitad, un joven con el pelo casi negro salió de la nada y chocó con ella.
El muchacho la tendió la mano para que se levantara, mientras se quedaba encandilado por sus grandes ojos marrones. Santana se levantó, observándole centímetro a centímetro. Este chico era alto, la sacaba al menos una cabeza a ella. Tenía una cara completamente hermosa, perfecta sería como la definiría ella. Él era muy pálido, y contrarrestaba con sus labios carnosos, los cuales tenían mucha más vida. El muchacho también poseía unos grandes ojos miel, que la miraban fijamente.
Santana comenzó a ponerse nerviosa mirando aquellos ojos, era como si no pudiera ver a través de ellos y eso la asustaba y mucho. El chico se fue andando en dirección contraria a la suya, ¡sin decirla nada!
-¡Se dice perdón, maleducado! -Exclama Santana observándolo andar. El muchacho se paró en seco y se despidió de ella con la mano, con muchísima chulería y se fue. Santana comenzó a mirar al suelo, perpleja, intentando analizar lo que acababa de suceder. ¡Él la había hecho caer y luego ni la había pedido perdón! "Al menos podría haberme dicho algo" pensó ella.
Cuando estaba mirando al suelo encontró un objeto. Ella no podría decir muy bien lo que era. No lo sabía. Era un objeto plateado y negro, que brillaba bastante y tenía forma de triángulo. "La verdad es que es muy raro" pensó Santana.
-¡Eh! -Gritó dirigiéndose al muchacho. Pero él ya se había ido. No quedaba ni rastro de él por allí. Ella, resignada, se guardó el objeto en uno de sus bolsillos y decidió seguir corriendo.
-¿Os lo estáis pasando bien? -Preguntó Quinn a Brittany y a Santana, la organizadora de la fiesta y una de sus mejores amigas.
Santana estaba en una fiesta, con sus mejores amigas, y se lo estaba pasando muy bien. Pero no podía parar de pensar en aquel extraño chico. No podía. No se iba de su mente. Ni él ni ese extraño objeto que había dejado en uno de sus cajones bajo llave. No sabía lo que era ni lo que contenía, así que, pensó que era mejor analizarlo primero.
-Sí, es una gran fiesta Q. -Respondió Brittany, sonriendo ampliamente a su amiga.
-¿Y tú Santana? -Preguntó curiosa Quinn.
Santana no respondió, estaba demasiado metida en sus pensamientos. ¿Lo volvería a ver? ¿Descubriría para qué sirve aquel extraño objeto?
-¡SANTANA! -Exclamó Quinn riéndose. Santana movió su cabeza rápidamente mientras volvía a la realidad.
-Perdónala Q, no para de pensar en el chico que ha conocido hoy. -Respondió Brittany, sonriendo con cariño hacia su amiga.
Santana le contó toda la historia a Quinn, y Brittany la volvió a escuchar. Les contó todo menos lo de aquel extraño objeto, aún no sabía para que servía. Cuando lo averiguara, se lo diría, claro. Ella no tenía secretos con sus mejores amigas.
La fiesta transcurrió con normalidad, todo el mundo se divirtió. Santana dejó a Brittany en frente de su casa, ya que solo estaba a un par de manzanas de la suya. Mientras andaba comenzó a notar que alguien la seguía. Ella siempre era muy precavida y lo sabía. Sabía que la estaban siguiendo. Lo sentía.
Decidió ir por una calle que no iba a su casa, sino que daba la vuelta hacia la fiesta de Quinn. Cuando cruzara la esquina su perseguidor tendría unos segundos para esconderse detrás de algún coche y poder ver quien la persigue. Y eso hizo, cuando cruzó la esquina, corrió con todas sus ganas hacia un coche de color negro y se escondió detrás. Para algo habían servido todas esas mañanas corriendo.
-¡¿Por qué me estás siguiendo?! -Preguntó muy alterada Santana al ver que el que cruzaba la esquina era el mismo muchacho que había visto esta mañana. Santana lo había dicho lo suficientemente alto para que se enterara, pero él se dio la vuelta. Ella corrió y se puso en frente suya.- ¡Una cosa es que no me pidas perdón y otra es que me sigas!
Si Santana gritaba otra vez de esa forma alguien llamaría a la policía. Ella lo sabía. Lo único que quería es que él la diera alguna explicación. Si no llegara a ser este chico el que la perseguí no hubiera salido jamás de detrás del coche, pero necesitaba hacerlo. Un impulso la hizo salir de aquel coche para hablar con él.
El muchacho la cogió y la estampó contra la pared y sin querer, la dio un golpe en la cabeza. Después de ver que la había hecho daño, el joven se apartó mientras ella se tocaba su cabeza dolorida.
-¿Estás bien? -Preguntó el chico, preocupado. Hizo el amago de poner una de sus manos en su cabeza, pero ella se la esquivó.
-¡No me toques! -Exclamó. Esto se la estaba yendo de las manos.- ¿Por qué me seguías? ¿Quieres violarme?
El joven comenzó a reírse, mostrando su perfecta dentadura a Santana.
-¿Yo? -Pudo responder mientras se seguía riendo.-
-¿Entonces por qué me sigues?
-Porque tienes algo que me pertenece.
Nayasavedmylife* - Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Edad : 27
Re: Sebtana - It's so magical. Cap 1.
oh dios mio *-*
Me ha encantado nigiefiebcue te lo juro, me ha encantado mucho jgbrujbrgrub.
¡Es súper interesante! Y por favor, sigue con la otra, que me tienes intrigada también sistaaaaaaaah. <3
Me ha encantado nigiefiebcue te lo juro, me ha encantado mucho jgbrujbrgrub.
¡Es súper interesante! Y por favor, sigue con la otra, que me tienes intrigada también sistaaaaaaaah. <3
WeLoveMorris* - Mensajes : 24
Fecha de inscripción : 27/10/2012
Edad : 27
Sebtana - It's so magical. Cap 2.
"Me llamo Sebastian, pequeña estúpida"
-¿Esa cosa tan extraña? ¿De color negro? -Preguntó Santana, confusa. El muchacho asintió, cruzándose de brazos después. El chico pensaba que ella le hacía perder su valioso tiempo.- ¿Qué es? ¿Para qué sirve? -Volvió a preguntar Santana. Tenía muchas preguntas en su inteligente cabeza.
El joven la agarró del brazo fuertemente y comenzó a arrastrarla. Santana empezó a darle pequeños golpes con la mano que tenía libre, la estaba haciendo daño.
El castaño la llevó hasta su casa, en la que no había nadie. "Justo hoy mis padres tienen que ir a una cena de negocios" Pensaba Santana. El chico obligó a Santana a sacar sus llaves. La muchacha abrió la puerta con dificultad, ¡la estaba poniendo nerviosa esa mirada!
Cuando consiguió abrir, entró a su casa asustada. Encendió las luces y dejó la puerta abierta para que el muchacho entrara. Tal vez tendría que haber cerrado la puerta y haberse ido corriendo a llamar a la policía, pero algo la decía que se lo tenía que dar. Además, ¡no era suyo!
-Cómo te llames, ¿por qué no pasas? -Preguntó Santana, indicando además que no sabía su nombre.
-Me tienes que invitar. Y... me llamo Sebastian, pequeña estúpida. -Contestó el chico. Santana comenzó a dar vueltas en su cabeza las palabras que había dicho. ¿Cómo que le tenía que invitar?
-Vale, Sebastian... yo soy Santana. Y puedes pasar. -Dijo abriendo sus brazos, riéndose un poco.
Sebastian pasó a su lado, subiendo las escaleras corriendo ignorándola. Santana se acercó a la puerta y la cerró. Oh, que maleducado era Dios. Ni cerrar la puerta podía después de haberla dado un susto de muerte al creer que era un violador.
-¿Dónde está la llave? -Preguntó Sebastian en la habitacion de Santana. Quería abrir el cajón lo más rápido posible para poder irse de allí. Tampoco quería poner en peligro a la chica.
Mientras, Santana, metida completamente en sus pensamientos señaló una pequeña llave que tenía encima de su cama para que el chico pudiera abrir el cajón y coger su apreciado objeto.
"Tienes que invitarme" No para de repetirse. "¿Por qué le tendría que invitar?" Una idea absolutamente absurda apareció por su cabeza.
Mientras Sebastian abría su cajón, ella bajó corriendo a por ajo a su cocina. Luego, subió como una bala a su habitación y de pronto, el chico con grandes reflejos y velocidad se los quitó y los tiró por la ventana. Después, la estampó contra la pared, acercándose mucho a ella. "Sabe algo" -Pensó Sebastian. Oh, claro que sabía algo. Empezaba a sospechar que era un vampiro.
Santana y Sebastian estaban muy cerca. Demasiado. La muchacha se quedó hipnotizada con sus grandes ojos miel y cuando se quiso dar cuenta, él paró de sujetarla, haciendo que cayera rendida al suelo algo asustada.
-Eres.. ¡Eres un vampiro! -Exclamó. Lo sentía. Sentía que era un vampiro, no sabía por qué, pero lo hacía.
El chico se sentó en su cama, rendido. Le había pillado y esto no podía quedarse así. Tendría que borrarla la memoria, matarla... tendría que hacer algo. La chica se puso delante suya, examinándolo fascinada. Estaba completamente fascinada con él.
A Santana, no se lo que ocurrió otra idea mejor que ir a por un espejo a ver si se reflejaba. Hizo que él lo cogiera y para su asombro, si que lo hacía.
-¡No es justo! No te tendrías que reflejar. -Dijo asombrada. El chico mostró su perfecta sonrisa y comenzó a mirarse en el espejo.
-Pues sí que lo hacemos. Además, hoy estoy bastante guapo.
-¿Comes como las personas normales? -Preguntó Santana, dispuesta a saberlo todo sobre él.
-Sí.
-¿Y la sangre?
-Es como el agua para los humanos, la necesitamos para vivir. -Explica el chico, sabiendo que estaba siendo sometido a un interrogatorio por la chica. Le daba absolutamente igual, seguramente la chica moriría o la borraría la memoria.
-¿Tomáis sangre humana?
-La mayoría tomamos de animales, pero muchos aun matan a humanos.
-¿Cruces? ¿Iglesias?
-No puedo ni tocarlas ni entrar.
-¿El sol? ¿Os afecta?
-Sí, pero si hay mucho. Por eso la mayoría vivimos en ciudades que llueva mucho, así podemos salir. Ese rumor lo inventamos los vampiros para que creyeran que solo podíamos salir de noche.
-¿Hay más?
-Muchos más. Y en esta ciudad, es donde hay más. -Responde el chico.
-¿Hombres lobos? ¿Brujas?
-Sí y sí. Existen.
-¿Hogwarts? -Pregunta completamente emocionada Santana.
-¡Claro que no! -Responde el chico, riéndose. La verdad es que la chica le estaba cayendo bien. Sebastian pudo contemplar su rostro lleno de decepción y no pudo evitar reírse a carcajadas.
-¿¡De verdad creías que podía existir Hogwarts!? -Pregunta riéndose el chico, mirándola fijamente.
-¿Y por qué no? ¿Eh? Siempre he tenido una pequeña esperanza. -Responde ella, algo triste. "Existen los hombres lobo, los vampiros y las brujas... ¿por qué no Hogwarts?" Pensó. -¿Y qué es ese objeto? -Preguntó Santana, señalando a lo que tenía Sebastian entre las manos.- ¿Para qué sirve?
-Es como un adorno. Es el escudo de una de las familias más importantes de vampiros. Se lo quité y ahora están muy enfadados. Y no sirve para absolutamente nada -Respondió el chico, orgulloso de sus actos.
-¿Y lo quieres para devolverlo?
-¡Claro que no! -Exclama el chico, levantándose de la cama.- Mi clan y el suyo somos rivales, ¡nunca se lo devolveré!
-Vale, vale. Tranquilo. -Responde la chica, sonriendo dulcemente.- ¿Sabes? Es fascinante. ¿Cómo no he sabido de este mundo antes?
-¿No te da miedo? ¿No te da miedo saber todo esto? -Pregunta, asombrado ahora él. Hace dos años, tenía una novia a la que quería mucho. Él le dijo lo que era, porque creía que se lo merecía pero la chica se asustó tanto que el pobre muchacho tuvo que borrar su memoria. La borró tanto que nunca se conocieron para ella, él nunca existió.
-No. -Dijo negando con la cebeza.
-Bueno... es hora de que me vaya. -Dijo el chico, mostrando otra vez esa cara fría y con chulería que tenía cuando se conocieron. Ahora era el momento. Tendría que borrar su memoría. No quería matarla. Era demasiado... ¿guapa? Sebastian se enfureció al ver que había pensado así. Quiso que su rostro se fuera de su cabeza para poder borrar su memoria. Todos los vampiros poseían poderes, eso no era nada nuevo. Y todos podían borrar la memoria. Podían hacer lo que quisieran con los humanos, para algunos de ellos solo eran simple comida.
El chico se quedó quieto, con los ojos cerrados, en frente de Santana. También abría los ojos para ver que reacción tenía Santana al ver que la borraba la memoría. Nada. Lo tendría que volver a intentar. "1, 2, 3" -Pensaba Sebastian para concentrarse. Santana, a su vez, se encontraba confusa. ¿Por qué el chico la estaría mirando así?
-¿Te ocurre algo? -Preguntó Santana inocentemente. No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo.
El chico desesperado, paró. Oh, Dios. ¡No podía borrar la memoria de Santana! Eso solo significaba una cosa. Tendría que matarla. ¡Sabía demasiado! Oh, Dios, cuánto iba a sufrir haciendo esto.
Sebastian se preparó, cerrando sus ojos sacó a relucir sus afilados colmillos, haciendo que Santana se estremeciera. Apretó fuertemente sus puños, concentrándose para matarla. Pero, ¿por qué no se iba ese precioso rostro de su cara? ¡No podía matarla! Hacia muchísimo tiempo que no tomaba sangre humana, eso no quería decir que le gustaran los humanos. No. Pero prefería no hacerlo.
Sebastian dió un paso al frente, respirando rápidamente y cuando se quiso dar cuenta estaba fuera de la casa de Santana. Se había ido corriendo.
-¿Esa cosa tan extraña? ¿De color negro? -Preguntó Santana, confusa. El muchacho asintió, cruzándose de brazos después. El chico pensaba que ella le hacía perder su valioso tiempo.- ¿Qué es? ¿Para qué sirve? -Volvió a preguntar Santana. Tenía muchas preguntas en su inteligente cabeza.
El joven la agarró del brazo fuertemente y comenzó a arrastrarla. Santana empezó a darle pequeños golpes con la mano que tenía libre, la estaba haciendo daño.
El castaño la llevó hasta su casa, en la que no había nadie. "Justo hoy mis padres tienen que ir a una cena de negocios" Pensaba Santana. El chico obligó a Santana a sacar sus llaves. La muchacha abrió la puerta con dificultad, ¡la estaba poniendo nerviosa esa mirada!
Cuando consiguió abrir, entró a su casa asustada. Encendió las luces y dejó la puerta abierta para que el muchacho entrara. Tal vez tendría que haber cerrado la puerta y haberse ido corriendo a llamar a la policía, pero algo la decía que se lo tenía que dar. Además, ¡no era suyo!
-Cómo te llames, ¿por qué no pasas? -Preguntó Santana, indicando además que no sabía su nombre.
-Me tienes que invitar. Y... me llamo Sebastian, pequeña estúpida. -Contestó el chico. Santana comenzó a dar vueltas en su cabeza las palabras que había dicho. ¿Cómo que le tenía que invitar?
-Vale, Sebastian... yo soy Santana. Y puedes pasar. -Dijo abriendo sus brazos, riéndose un poco.
Sebastian pasó a su lado, subiendo las escaleras corriendo ignorándola. Santana se acercó a la puerta y la cerró. Oh, que maleducado era Dios. Ni cerrar la puerta podía después de haberla dado un susto de muerte al creer que era un violador.
-¿Dónde está la llave? -Preguntó Sebastian en la habitacion de Santana. Quería abrir el cajón lo más rápido posible para poder irse de allí. Tampoco quería poner en peligro a la chica.
Mientras, Santana, metida completamente en sus pensamientos señaló una pequeña llave que tenía encima de su cama para que el chico pudiera abrir el cajón y coger su apreciado objeto.
"Tienes que invitarme" No para de repetirse. "¿Por qué le tendría que invitar?" Una idea absolutamente absurda apareció por su cabeza.
Mientras Sebastian abría su cajón, ella bajó corriendo a por ajo a su cocina. Luego, subió como una bala a su habitación y de pronto, el chico con grandes reflejos y velocidad se los quitó y los tiró por la ventana. Después, la estampó contra la pared, acercándose mucho a ella. "Sabe algo" -Pensó Sebastian. Oh, claro que sabía algo. Empezaba a sospechar que era un vampiro.
Santana y Sebastian estaban muy cerca. Demasiado. La muchacha se quedó hipnotizada con sus grandes ojos miel y cuando se quiso dar cuenta, él paró de sujetarla, haciendo que cayera rendida al suelo algo asustada.
-Eres.. ¡Eres un vampiro! -Exclamó. Lo sentía. Sentía que era un vampiro, no sabía por qué, pero lo hacía.
El chico se sentó en su cama, rendido. Le había pillado y esto no podía quedarse así. Tendría que borrarla la memoria, matarla... tendría que hacer algo. La chica se puso delante suya, examinándolo fascinada. Estaba completamente fascinada con él.
A Santana, no se lo que ocurrió otra idea mejor que ir a por un espejo a ver si se reflejaba. Hizo que él lo cogiera y para su asombro, si que lo hacía.
-¡No es justo! No te tendrías que reflejar. -Dijo asombrada. El chico mostró su perfecta sonrisa y comenzó a mirarse en el espejo.
-Pues sí que lo hacemos. Además, hoy estoy bastante guapo.
-¿Comes como las personas normales? -Preguntó Santana, dispuesta a saberlo todo sobre él.
-Sí.
-¿Y la sangre?
-Es como el agua para los humanos, la necesitamos para vivir. -Explica el chico, sabiendo que estaba siendo sometido a un interrogatorio por la chica. Le daba absolutamente igual, seguramente la chica moriría o la borraría la memoria.
-¿Tomáis sangre humana?
-La mayoría tomamos de animales, pero muchos aun matan a humanos.
-¿Cruces? ¿Iglesias?
-No puedo ni tocarlas ni entrar.
-¿El sol? ¿Os afecta?
-Sí, pero si hay mucho. Por eso la mayoría vivimos en ciudades que llueva mucho, así podemos salir. Ese rumor lo inventamos los vampiros para que creyeran que solo podíamos salir de noche.
-¿Hay más?
-Muchos más. Y en esta ciudad, es donde hay más. -Responde el chico.
-¿Hombres lobos? ¿Brujas?
-Sí y sí. Existen.
-¿Hogwarts? -Pregunta completamente emocionada Santana.
-¡Claro que no! -Responde el chico, riéndose. La verdad es que la chica le estaba cayendo bien. Sebastian pudo contemplar su rostro lleno de decepción y no pudo evitar reírse a carcajadas.
-¿¡De verdad creías que podía existir Hogwarts!? -Pregunta riéndose el chico, mirándola fijamente.
-¿Y por qué no? ¿Eh? Siempre he tenido una pequeña esperanza. -Responde ella, algo triste. "Existen los hombres lobo, los vampiros y las brujas... ¿por qué no Hogwarts?" Pensó. -¿Y qué es ese objeto? -Preguntó Santana, señalando a lo que tenía Sebastian entre las manos.- ¿Para qué sirve?
-Es como un adorno. Es el escudo de una de las familias más importantes de vampiros. Se lo quité y ahora están muy enfadados. Y no sirve para absolutamente nada -Respondió el chico, orgulloso de sus actos.
-¿Y lo quieres para devolverlo?
-¡Claro que no! -Exclama el chico, levantándose de la cama.- Mi clan y el suyo somos rivales, ¡nunca se lo devolveré!
-Vale, vale. Tranquilo. -Responde la chica, sonriendo dulcemente.- ¿Sabes? Es fascinante. ¿Cómo no he sabido de este mundo antes?
-¿No te da miedo? ¿No te da miedo saber todo esto? -Pregunta, asombrado ahora él. Hace dos años, tenía una novia a la que quería mucho. Él le dijo lo que era, porque creía que se lo merecía pero la chica se asustó tanto que el pobre muchacho tuvo que borrar su memoria. La borró tanto que nunca se conocieron para ella, él nunca existió.
-No. -Dijo negando con la cebeza.
-Bueno... es hora de que me vaya. -Dijo el chico, mostrando otra vez esa cara fría y con chulería que tenía cuando se conocieron. Ahora era el momento. Tendría que borrar su memoría. No quería matarla. Era demasiado... ¿guapa? Sebastian se enfureció al ver que había pensado así. Quiso que su rostro se fuera de su cabeza para poder borrar su memoria. Todos los vampiros poseían poderes, eso no era nada nuevo. Y todos podían borrar la memoria. Podían hacer lo que quisieran con los humanos, para algunos de ellos solo eran simple comida.
El chico se quedó quieto, con los ojos cerrados, en frente de Santana. También abría los ojos para ver que reacción tenía Santana al ver que la borraba la memoría. Nada. Lo tendría que volver a intentar. "1, 2, 3" -Pensaba Sebastian para concentrarse. Santana, a su vez, se encontraba confusa. ¿Por qué el chico la estaría mirando así?
-¿Te ocurre algo? -Preguntó Santana inocentemente. No tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo.
El chico desesperado, paró. Oh, Dios. ¡No podía borrar la memoria de Santana! Eso solo significaba una cosa. Tendría que matarla. ¡Sabía demasiado! Oh, Dios, cuánto iba a sufrir haciendo esto.
Sebastian se preparó, cerrando sus ojos sacó a relucir sus afilados colmillos, haciendo que Santana se estremeciera. Apretó fuertemente sus puños, concentrándose para matarla. Pero, ¿por qué no se iba ese precioso rostro de su cara? ¡No podía matarla! Hacia muchísimo tiempo que no tomaba sangre humana, eso no quería decir que le gustaran los humanos. No. Pero prefería no hacerlo.
Sebastian dió un paso al frente, respirando rápidamente y cuando se quiso dar cuenta estaba fuera de la casa de Santana. Se había ido corriendo.
Nayasavedmylife* - Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 28/10/2012
Edad : 27
Re: Sebtana - It's so magical. Cap 1.
Oh-Dios-mío :O SEBASTIAN ES UN VAMPIRO QUE AKHFGASHGFDJDFSJGADHSFHAGHF. ¿Por qué no le puede borrar la memoria? Y Santana con Hogwarts jajajajaja. Espero la actualización, felices fiestas. :)
McGustin~Gustvera** - Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 29/11/2012
Edad : 30
Re: Sebtana - It's so magical. Cap 1.
Equipo Moderadores de Zona Fan Fics
Emy_Rodriguez Groff- -
Mensajes : 1446
Fecha de inscripción : 25/05/2011
Edad : 43
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
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Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
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Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
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Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1