Fan Fic - 50 Sombras de López... (Parte III - Capítulo 13)

Ya he dixo ke m gusta mas tu adaptacion ke el libro en si pero no keda mal reiterarlo no????? ajajajaja la primera parte ha sido un exito aunke claro hay algunas palabrillas ke lo dejan a uno asi como descolocado como nombres, palabras incompletas y/o pronombres masculinos y asi pero obvio no es facil adaptar una historia de una pareja hetero a uno homosexual te entiendo y por eso te aplaudo ha kedado preciosa.....una cosita en la 2da parte la historia parte emm unos pocos dias despues dl final d esta 1era parte....como unos 5 o 6 dias sino m ekivoco y siempre pense ke era ABSURDO....(no diré porke lo considero así porke seria spoilear mucho) pero emmm me gustaria ke consideraras emmm no se establecer un intervalo de tiempo mas amplio tal vez un mes donde se extrañen bastante y mueran por dentro para darle mas drama no??? bueeeeeno spero lo consideres POR FAVOR.......felicidades otra vez y graxs por compartirlo aca ;)

sin palabras!

asi e quedado no puedo decir mas de este capitulo
y mas yo escuchando creep cantada por rachel y brody....si no he llorado es porque mi mami me esta viendo y no quiero que me pregunte el xq jejeje....

te agradezco la adaptacion que has hecho del libro y lo confirmo este es mi
vicio tu fanfic ....
asi que espero con muchas ansias aunque se me hara eterno esperar la
actualizacion del segundo libro que espero que si lo hagas vale....

gracias por esto...saludos cuidate mucho....

pd. no tardes demasiado en actualizar el segundo libro plis sino me tendran que llevar a rehabilitacion jajajajajajaja

final triste para ambas britt le pidio a santana que la castigara asi y se dio cuenta que no puede llevar una vida asi, no es lo que quiere y pense que cuando se lo dijo a santana ella reaccionaria pero no fue asi, es un final triste pero espero la proxima parte 50 sombras mas obscuras, y veremos que pasa con ambas en esa segunda parte.

wowwwww tremendamente triste y doloroso pobre Britt!!!
Y Santana me encantaria saber que pasa por ella!!
^Por favor no te domores tanto en actualizar el segundo libro!!
Gracias esta adaptacion es fabulosa!!
Saludos

u.u Me puso triste, fue un muy buen final de primera parte, por favor continua le Fic... no lo dejes, y no tardes muchos dias en actualizar.

Buena noche. Espero la segunda parte. :)

No este capitulo me puso triste pobre britt!! con el corazon roto al igual que santana me gustaría saber q esta pasando con santana y mas con la ida britt
buen final de la parte uno espero con asias tu proxima actualización

snif snif, recordé el libro u.u... era lo q en algun momento pasaría, y pues he ahi..... :'( es muy triste...
(aplausos) muy pero muy buena adaptacion n.n...
snif snif... esperaré la sgt adaptacion n.n...
XOXO

No puede ser!! Que estresantee ajdaksdkajdjhasdkha final :(((( noooooooooooooo lo puedes dejar asi debes continuarla es INCREIBLE ESTA ADPTACION EN VERDAD!!
u_______u final triste
y Con mucho drama sin duda!!! Pero me agrada que Britt halla hecho eso, la verdad la unica que tiene que recapacitar y cambiar es SANTANA!!!

JAJAJAJ AME CUANDO LE GRITO MALDITA HIJA DE PUTA!! JAJAJA crei que iba salir enojada y si lo hizo pero me gusta la actitud despues, dentro de todo no quedaron tan mal :(

pero las quiero juntas ya bien :( que san se deje tocar


pd. DEBES CONTINUARLA :( ESPERO IMPACIENTE TU ACTUALIZACIÓN ESPERO NO DEMORES.

GRACIAS DE NUEVO POR DARNOS ESTOS MARAVILLOSOS MOMENTOS

:D
SALUDOS

ohhhh , que capitulo tan emotivo, no te tardes tanto ccon la segunda parte por favor, no puedo esperar...

Oh por Diooss!!
Que final mas tristeeeeeee.... No puede seeeeeer, Asi termina y nada mas??? Que va a pasar con britt y el amor que siente por san? y san que va a hacer ahora???
No puedo esperar a que continues con la segunda parte

Excelente final adictivo. A la espera de 50 sombras obscuras. Espero que actualices pronto.

Que fuerte todo, dios! aun sigo en shock!!! no puedo creer que santana haya sido capaz de golpear de esa manera aun cuando la rubia se lo pidió, no, es que… creo que en estos momentos odio a santana…. pobre britt quede horrorizada, en shock, esa rubia merece algo mejor, alguien que la ame, cuide y proteja, no alguien que la azote solo para darse placer… en fin, es un fic brittana asi que supongo que… la rubia regresara en algún momento con ella… que sé yo… nunca he leido los libros asi que no tengo idea de que vaya a pasar saluditos!

OMG pensé por un momento que le cambiarías el final pero como me fije que dijiste que pondrías la segunda parte del libro quede un poco mas relajada jaja pero debo decirte que POR LA SANTA CACHUUUUUUCHA es que el final no pudo ser menos doloroso mi pequeño corazón aunque Santana ¬¬ date cuenta tu también la amas ¬¬ jaja espero la segunda parte besitos nos vemos

holaaaa..... te escribo d parte de Mcmahonnn.... emmm seré breve, Mc dice si te puedes poner en contacto con ella... le ha gustado mucho tu fic y desea conversar contigo.....
XOXO
att. WarbLiz, secre de Mcmahonnn

EL FINAL :( QUE TRISTE
POR FAVOR TIENES QUE SEGUIRLO , NO PUEDEN QUEDAR ASI DE MAL
HAY SANTANA TIENE QUE ENTENDER Y VALORAR EN TODO ESE TIEMPO...
BRITTANY PODRA SALIR ADELANTE AUN QUE EL AMOR ESTA TAN INTENSO CON LA LATINA PERVERTIDA

ESPERO TU PROXIMA ACTUALIZACION Y SIGUE ASI CON TU ADAPTACION PERFECTA <3 ES LO MEJOR

SALUDOS

Ali_Pearce escribió:

:8(:Nooo, no pensé que llegáramos tan pronto al final del primer libro y por ende a esta parte tan...triste.

De verdad creí que Santana le contaría todo, que al menos intentaría no estar tan asustada por sentir amor. Aun creo  que también Santana está enamorada de Britt, pero...pobre Britt, le ha tocado lo peor, AZOTES.

50 Sombras de López, muy érotica...pero también con esa historia que siempre te hace querer leer más. Me llamo mucho la atención la actitud de Santana, claro....es algo que jamas habia leido, por lo tanto me ha encantado.

Ahora esperare para leer 50 Sombras Más Obscuras. Creo que está parte sabremos más sobre Santana y todas esas razones por las que es tan malditamente dificil tratar con ella.

Un saludo, hasta el proximo. Ciao!

Hola bueno si he adelantado bastante la historia en la proxima parte veremos mas sobre de xq santa es como es...... yo también llore con el final de la primera parte me quede    dicia no la dejes noooo jajaja pero es parte del drama :)
no tarde mucho en actualizar ya tengo todo fríamente calculado jejeje x cierto soy fan de tu fic  

Camila18 escribió:me encanta toda la historia los personajes todo absolutamente todo, como me hizo sentir esta historia? atrapada, desesperada hasta excitada :X
espero ansiosa que sigas con la segunda parte. gracias por escribir

Me alegro q mi adaptacion te tenga atrapada, yo tambien me siento asi cuando escribo amo esta historia.
gracias por leer mi fic y comentar :)

MarLovesGlee<3 escribió:

Mi corazón se rompió con este final T__T
tremenda adaptación te estas mandando xD !Me encantaa!

Espero la actualización de 50 sombras más oscuras   No puedo esperar x3

Hasta a mi se me rompio el corazon con este final  :\'(: ....... Lo bueno se hace esperar jeje gracias por tus maravillosos comentarios

Filomena! escribió:noooooooooooooooo!no puedo esperar a que actualices!!!dejame decirte que la prox vez que lo hagas en vez de poner "Activo".......pongas "Adictivo"......así evitas que jóvenes como yo caigan en este fic y les generes una dependencia absoluta!


ajajaj hablando en serio,me encanta,la adaptación es genial,muy acertada y en serio no puedo esperar a leer 50 sombras mas oscuras.Estaría bueno que lo sigas con el mismo nombre,asi se unifica todo y no nos hacemos lios.............

siento que no puedo esperar a leer la segunda parte,asi que no juegues con mis emociones......nos leemos genia....O_o

jajaja ya ya voy actualizar, y si es muy ADICTIVO MI FIC lo admito hasta a mi me da adiccion escribirles la historia, claro que continuare relax    y gracias x lo de genia!!

Keiri Lopierce escribió:Britt la dejo    fue un capitulo triste de verdad tan pronto el final pero bueno es la primera parte espero tu próxima actulizacion, solo tengo una duda harás la historia de la trilogía o solo de la primera? saludos xoxo

Haré toda la trilogía adaptada a la brittanas esta historia vale que sea adaptada lo merece gracias x leer mi fic  

micky morales escribió:esta primera parte me parecio sencillamente espectacular! y si no lo continuaras me moriria LITERALMENTE! alguna otra pregunta? jajajajajaja por favor no tardes mucho en tu actualizacion, aqui te esperamos!

Nooooo te muerass    jajajaja... tranquila que no tarde :)

kaorip0 escribió:Ya he dixo ke m gusta mas tu adaptacion ke el libro en si pero no keda mal reiterarlo no????? ajajajaja la primera parte ha sido un exito aunke claro hay algunas palabrillas ke lo dejan a uno asi como descolocado como nombres, palabras incompletas y/o pronombres masculinos y asi pero obvio no es facil adaptar una historia de una pareja hetero a uno homosexual te entiendo y por eso te aplaudo ha kedado preciosa.....una cosita en la 2da parte la historia parte emm unos pocos dias despues dl final d esta 1era parte....como unos 5 o 6 dias sino m ekivoco y siempre pense ke era ABSURDO....(no diré porke lo considero así porke seria spoilear mucho) pero emmm me gustaria ke consideraras emmm no se establecer un intervalo de tiempo mas amplio tal vez un mes donde se extrañen bastante y mueran por dentro para darle mas drama no??? bueeeeeno spero lo consideres POR FAVOR.......felicidades otra vez y graxs por compartirlo aca ;)

Hey holaaaa de nuevoooooo gracias x el apoyo de verdad que no ha sido PARA NADA FACIL pero lo he logrado para que ustedes disfruten de esta adictiva historia!!...
respecto al tiempo no modifique nada xq quiero que la historia no pierda su esencia y de esto trata la historia donde dos personas que apenas se conocen tienen una fuerte atracion, y si cambio eso perderia la dinamica x eso no lo modifique pero gracias x tu sugerencia  

micky morales escribió:sin palabras!

Yo quede igual gracias x leer mi fic

jas2602 escribió:  asi e quedado    no puedo decir mas de este capitulo
y mas yo escuchando creep cantada por rachel y brody....si no he llorado es porque mi mami me esta viendo y no quiero que me pregunte el xq jejeje....

te agradezco la adaptacion que has hecho del libro y lo confirmo este es mi
vicio tu fanfic ....
asi que espero con muchas ansias aunque se me hara eterno esperar la
actualizacion del segundo libro que espero que si lo hagas vale....

gracias por esto...saludos cuidate mucho....

pd. no tardes demasiado en actualizar el segundo libro plis sino me tendran que llevar a rehabilitacion jajajajajajaja

Verdad que este fic es una droga? jejeje y gracias a ti x ser una lectora fiel ;)

P.D: menos mal q tu mama no te vi jejeje ;)

lexis17 escribió:final triste para ambas britt le pidio a santana que la castigara asi y se dio cuenta que no puede llevar una vida asi, no es lo que quiere y pense que cuando se lo dijo a santana ella reaccionaria pero no fue asi, es un final triste pero espero la proxima parte 50 sombras mas obscuras, y veremos que pasa con ambas en esa segunda parte.

En esta segunda parte las cosas mejoraran ya lo veras ;)

monica.santander escribió:wowwwww tremendamente triste y doloroso pobre Britt!!!
Y Santana me encantaria saber que pasa por ella!!
^Por favor no te domores tanto en actualizar el segundo libro!!
Gracias esta adaptacion es fabulosa!!
Saludos

No tarde nada en actualizar  la segunda parte yo las consiento demaciado

Gatupizza escribió:u.u    Me puso triste, fue un muy buen final de primera parte, por favor continua le Fic... no lo dejes, y no tardes muchos dias en actualizar.

Buena noche. Espero la segunda parte. :)

No lo deje y no tarde mucho disfruta el capitulo

KikitaRivera escribió:No este capitulo me puso triste pobre britt!! con el corazon roto al igual que santana me gustaría saber q esta pasando con santana y mas con la ida britt
buen final de la parte uno espero con asias tu proxima actualización

Todo lo veras en la segunda parte del fic  

ClLiz escribió:snif snif, recordé el libro u.u... era lo q en algun momento pasaría, y pues he ahi..... :'( es muy triste...
(aplausos) muy pero muy buena adaptacion n.n...
snif snif... esperaré la sgt adaptacion n.n...
XOXO

Gracias por los aplausos jejeje creeme no ha sido facil!!

Brianna lopez escribió:No puede ser!! Que estresantee ajdaksdkajdjhasdkha final :(((( noooooooooooooo lo puedes dejar asi debes continuarla es INCREIBLE ESTA ADPTACION EN VERDAD!!
u_______u final triste
y Con mucho drama sin duda!!! Pero me agrada que Britt halla hecho eso, la verdad la unica que tiene que recapacitar y cambiar es SANTANA!!!

JAJAJAJ AME CUANDO LE GRITO MALDITA HIJA DE PUTA!! JAJAJA crei que iba salir enojada y si lo hizo pero me gusta la actitud despues, dentro de todo no quedaron tan mal :(

pero las quiero juntas ya bien :( que san se deje tocar


pd. DEBES CONTINUARLA :( ESPERO IMPACIENTE TU ACTUALIZACIÓN ESPERO NO DEMORES.

GRACIAS DE NUEVO POR DARNOS ESTOS MARAVILLOSOS MOMENTOS

:D
SALUDOS

Aqui estoy tranquila respira hahaha actulizo rapido para que mis lectoras no vayan a terapia jajaja.... todavia queda historia tranquila

Marielva escribió:ohhhh , que capitulo tan emotivo, no te tardes tanto ccon la segunda parte por favor, no puedo esperar...

Muy emotivo la verdad  :\'(:  y no tarde nada :)

aria escribió:Oh por Diooss!!
Que final mas tristeeeeeee.... No puede seeeeeer, Asi termina y nada mas??? Que va a pasar con britt y el amor que siente por san? y san que va a hacer ahora???    
No puedo esperar a que continues con la segunda parte

Claro que seguire con la segunda y la tercera parte  

Maruu Crissvera escribió:Excelente final adictivo. A la espera de 50 sombras obscuras. Espero que actualices pronto.

Hoy actulizo este fic es una droga

julia7x escribió:Es la primera vez que comento, siempre te leía pero en silencio no más. Esta primera parte estuvo magnifica, tienes una buena adaptación, este fic simplemente es adictivo porque la historia es muy intensa y te deja sin palabras, yo sentí muchas cosas, un poco de todo... Tristeza, ira, felicidad, asombro, cuestionamientos me transmite sensaciones parecidas a las de la novela original. Obviamente siguenos haciendo el honor de hacer la adaptación. Besos y espero con demasiadas ansias tu actualización.

Gracias por tomarte la molestia en comentar como tu hay muchos lectores(a) que no me han comentado la historia pero se q les gusta xq tengo miles de visita en el fic, para mi es un honor adaptar esta adictiva historia de verdad ha sido un gran trabajo tanto de escritura como de investigación de terminos pero veo que todo a dado resultado.

gracias pero leer mi fic de verdad me alegra q este fic te llene de muchas emociones esa es mi idea, ya se viene la segunda parte graciass.  

Lebam_Snix escribió:Que fuerte todo, dios! aun sigo en shock!!!        no puedo creer que santana haya sido capaz de golpear de esa manera aun cuando la rubia se lo pidió, no, es que… creo que en estos momentos odio a santana…. pobre britt quede horrorizada, en shock, esa rubia merece algo mejor, alguien que la ame, cuide y proteja, no alguien que la azote solo para darse placer… en fin, es un fic brittana asi que supongo que… la rubia regresara en algún momento con ella… que sé yo… nunca he leido los libros asi que no tengo idea de que vaya a pasar   saluditos!

Todo tiene un por que y veras por que santana hace eso en la segunda parte del libro.
gracias por leer y por tus comentarios  

CamilaFrancisca.- escribió:OMG pensé por un momento que le cambiarías el final pero como me fije que dijiste que pondrías la segunda parte del libro quede un poco mas relajada jaja pero debo decirte que POR LA SANTA CACHUUUUUUCHA es que el final no pudo ser menos doloroso mi pequeño corazón aunque Santana ¬¬ date cuenta tu también la amas ¬¬ jaja espero la segunda parte besitos nos vemos  

Noo todavia no terminara la historia completa calma jeje... ya se viene la segunda parte.

ClLiz escribió:holaaaa..... te escribo d parte de Mcmahonnn.... emmm seré breve, Mc dice si te puedes poner en contacto con ella... le ha gustado mucho tu fic y desea conversar contigo.....
XOXO
att. WarbLiz, secre de Mcmahonnn

Hola secre jajajaja bueno dile a Mc que mande a decir yo que me mande un mensaje inbox  

Brianna lopez escribió:

EL FINAL :( QUE TRISTE
POR FAVOR TIENES QUE SEGUIRLO , NO PUEDEN QUEDAR ASI DE MAL
HAY SANTANA TIENE QUE ENTENDER Y VALORAR EN TODO ESE TIEMPO...
BRITTANY PODRA SALIR ADELANTE AUN QUE EL AMOR ESTA TAN INTENSO CON LA LATINA PERVERTIDA

ESPERO TU PROXIMA ACTUALIZACION Y SIGUE ASI CON TU ADAPTACION PERFECTA <3 ES LO MEJOR

SALUDOS

Tranquila tambien necesitas respirar... cuenta 1,2,3..... ya se viene la actualizacion asi que saldrás de dudas gracias por comentar
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Bueno de verdad que no tarde nada en dejarles el nuevo capitulo xq para mi esta historia se ha vuelto adictiva también para mi y en mis ratos libres de la universidad me siento a escribir esta gran adaptación, es maravillosa la respuesta que ha obtenido el fic y espero que sean mas y mas cada día. Mi motivación es simple, mi motivación es llenar sus corazones de emociones con cada capitulo que lean y se mi fic sea de gran recepción.

Gracias a los que me comentan y a los lectores de incógnito también gracias  

Sin nada mas que acotar les dejo la segunda parte de esta enigmática historia

"Cincuenta sombras más oscuras"

Parte II – Capítulo 1

He sobrevivido al tercer día post - Santana, y a mi primer día en el trabajo.
Me ha ido bien distraerme. El tiempo ha pasado volando entre una nebulosa de caras nuevas, trabajo por hacer y la señorita Marley Rose se apoya en mi mesa, y sus ojos azules brillan cuando baja la mirada y me sonríe.
—Un trabajo excelente, Britt. Me parece que formaremos un gran equipo.
Yo tuerzo los labios hacia arriba y consigo algo parecido a una sonrisa.
—Yo ya me voy, si te parece bien —murmuro.
—Claro, son las cinco y media. Nos veremos mañana.
—Buenas tardes, Marley.
—Buenas tardes, Britt.
Recojo mi bolso, me pongo la chaqueta y me dirijo a la puerta. Una vez en la calle, aspiro profundamente el aire de Seattle a primera hora de la tarde. Eso no basta para llenar el vacío de mi pecho, un vacío que siento desde el sábado por la mañana, una grieta desgarradora que me recuerda lo que he perdido. Camino hacia la parada del autobús con la cabeza gacha, mirándome los pies y pensando cómo será estar sin mi querida Wanda, mi viejo Escarabajo… o sin el Audi.
Descarto inmediatamente esa posibilidad.
Naturalmente que puedo permitirme un coche; un coche nuevo y bonito. Sospecho que ella ha sido muy generosa con el pago, y eso me deja un sabor amargo en la boca, pero aparto esa idea e intento mantener la mente en blanco y tan aturdida como sea posible.
No puedo pensar en ella. No quiero empezar a llorar otra vez… en plena calle, no.
El apartamento está vacío. Echo de menos a Quinn, y la imagino tumbada en una playa de Barbados bebiendo sorbitos de un combinado frío. Enciendo la pantalla plana del televisor para que el ruido llene el vacío y dé cierta sensación de compañía, pero ni la escucho ni la miro. Me siento y observo fijamente la pared de ladrillo. Estoy entumecida. Solo siento dolor. ¿Cuánto tendré que soportar esto?
El timbre de la puerta me saca de golpe de mi abatimiento y siento un brinco en el corazón. ¿Quién puede ser? Pulso el interfono.
—Un paquete para la señorita Pierce —contesta una voz monótona e impersonal, y la decepción me parte en dos.
Bajo las escaleras, indiferente, y me encuentro con un chico apoyado en la puerta principal que masca chicle de forma ruidosa y lleva una gran caja de cartón.
Firmo la entrega del paquete y me lo llevo arriba. Es una caja enorme y, curiosamente, liviana. Dentro hay dos docenas de rosas de tallo largo y una tarjeta.

Felicidades por tu primer día en el trabajo.
Espero que haya ido bien.
Y gracias por el planeador. Has sido muy amable.
Ocupa un lugar preferente en mi mesa.
Santana.

Me quedo mirando la tarjeta impresa, la grieta de mi pecho se ensancha.
Sin duda, esto lo ha enviado su asistente. Probablemente Santana ha tenido muy poco que ver. Me duele demasiado pensar eso. Observo las rosas: son preciosas, y no soy capaz de tirarlas a la basura. Voy hacia la cocina, diligente, a buscar un jarrón.
Y así se establece un patrón: despertar, trabajar, llorar, dormir. Bueno, tratar de dormir. No consigo huir de ella ni en sueños. Sus ardientes ojos marrones, su mirada perdida, su pelo negro y brillante, todo me persigue. Y la música… tanta música… no soporto oír ningún tipo de música. Procuro evitarla a toda costa. Incluso las melodías de los anuncios me hacen temblar.
No he hablado con nadie, ni siquiera con mi madre, ni con Ray. Ahora mismo soy incapaz de tener una conversación banal. No, no quiero nada de eso. Me he convertido en mi propia isla independiente. Una tierra saqueada y devastada por la guerra, donde no crece nada y cuyo porvenir es inhóspito. Sí, esa soy yo. Puedo interactuar de forma impersonal en el trabajo, pero nada más. Si hablo con mamá, sé que acabaré más destrozada aún… y ya no me queda nada por destrozar.
Me cuesta comer. El miércoles a la hora del almuerzo conseguí comerme una taza de yogur, y era lo primero que había comido desde el viernes. Estoy sobreviviendo gracias a una recién descubierta tolerancia a base de cafés con leche y Coca-Cola light. Lo que me mantiene en marcha es la cafeína, pero me provoca ansiedad.
Marley ha empezado a estar muy encima de mí, me molesta, me hace preguntas personales. ¿Qué quiere? Yo me muestro educada, pero he de mantenerla a distancia.
Me siento y reviso un montón de correspondencia dirigida a ella, y me gusta distraerme con esa tarea insignificante. Suena un aviso de correo electrónico y rápidamente compruebo de quién es. Santo cielo. Un correo de Santana. Oh, no, aquí no… en el trabajo no.

De: Santana López
Fecha: 8 de junio de 2011 14:05
Para: Brittany Pierce
Asunto: Mañana
Querida Brittany:
Perdona esta intromisión en el trabajo. Espero que esté yendo bien.
¿Recibiste mis flores?
Me he dado cuenta de que mañana es la inauguración de la exposición de tu amigo en la galería, y estoy segura de que no has tenido tiempo de comprarte un coche, y eso está lejos. Me encantaría acompañarte… si te apetece.
Házmelo saber.
Santana López
Presidenta de López Enterprises Holdings, Inc.

Mis ojos se llenan de lágrimas. Dejo mi mesa a toda prisa, corro al lavabo y me escondo en uno de los compartimentos. La exposición de Noah. Maldita sea. La había olvidado por completo y le prometí que iría. Oh, no, Santana tiene razón, ¿cómo voy a ir hasta allí?
Me aprieto las sienes. ¿Por qué no me ha telefoneado Noah? Ahora que lo pienso… ¿por qué no ha telefoneado nadie? He estado tan absorta que no me he dado cuenta de que mi móvil no sonaba.
¡Maldita sea! ¡Soy una idiota! Aún está desviado a la BlackBerry. Dios santo. Santana ha estado recibiendo mis llamadas; a menos que haya tirado la BlackBerry. ¿Cómo ha conseguido mi dirección electrónica?
Sabe qué número calzo; no creo que una dirección de correo electrónico le suponga un gran problema.
¿Puedo volver a verla? ¿Puedo soportarlo? ¿Quiero verla? Cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás, mientras la tristeza y la añoranza destrozan mis entrañas.
Claro que sí.
Quizá, quizá puedo decirle que he cambiado de idea… No, no, no. No puedo estar con alguien que siente placer haciéndome daño, alguien que no puede quererme.
Fogonazos de recuerdos torturan mi mente: el planeador, cogerse las manos, besarse, la bañera, su delicadeza, su humor, y su mirada sexy, oscura, pensativa. La echo de menos. Hace cinco días, cinco días de agonía que me han parecido eternos.
Por las noches lloro hasta quedarme dormida, deseando no haberme marchado, deseando que ella fuera diferente, deseando que estuviéramos juntas. ¿Cuánto durará este sentimiento horrible y abrumador? Vivo un calvario.
Me rodeo el cuerpo con los brazos, me abrazo fuerte, me sostengo a mí misma. Le echo de menos. Realmente la echo de menos… la quiero. Sencillamente.
¡Brittany Pierce, estás en el trabajo! He de ser fuerte, pero quiero ir a la exposición de Noah y, en el fondo, mi lado masoquista quiere ver a Santana. Inspiro profundamente y vuelvo a mi mesa.

De: Brittany Pierce
Fecha: 8 de junio de 2011 14:25
Para: Santana López
Asunto: Mañana
Hola, Santana:
Gracias por las flores; son preciosas.
Sí, te agradecería que me acompañaras.
Gracias.
Brittany Pierce
Asistente de Marley Rose, editora de SIP

Reviso mi móvil y veo que las llamadas siguen desviadas a la BlackBerry. Marley está en una reunión, así que llamo rápidamente a Noah.
—Hola, Noah, soy Britt.
—Hola, desaparecida.
Su tono es tan cariñoso y agradable que casi basta con eso para provocarme otra crisis.
—No puedo hablar mucho. ¿A qué hora he de estar mañana en tu exposición?
—Pero ¿vendrás?
Parece emocionado.
—Sí, claro.
Al imaginar su gesto de satisfacción, sonrío sinceramente por primera vez en cinco días.
—A las siete y media.
—Pues nos vemos allí. Adiós, Noah.
—Adiós, Britt.

De: Santana López
Fecha: 8 de junio de 2011 14:27
Para: Brittany Pierce
Asunto: Mañana
Querida Brittany:
¿A qué hora paso a recogerte?
Santana López
Presidenta de López Enterprises Holdings, Inc.

De: Brittany Pierce
Fecha: 8 de junio de 2011 14:32
Para: Santana López
Asunto: Mañana
La exposición de Noah se inaugura a las 19.30. ¿A qué hora te parece bien?
Brittany Pierce
Asistente de Marley Rose, editora de SIP

De: Santana López
Fecha: 8 de junio de 2011 14:34
Para: Brittany Pierce
Asunto: Mañana
Querida Brittany:
Portland está bastante lejos. Debería recogerte a las 17.45.
Tengo muchas ganas de verte.
Santana López
Presidenta de López Enterprises Holdings, Inc.

De: Brittany Pierce
Fecha: 8 de junio de 2011 14:38
Para: Santana López
Asunto: Mañana
Hasta entonces, pues.
Brittany Pierce
Asistente de Marley Rose, editora de SIP

Oh, Dios. Voy a ver a Santana, y por primera vez en cinco días, mi estado de ánimo mejora un ápice y me atrevo a preguntarme cómo habrá estado ella. ¿Me ha echado de menos? Seguramente no como yo a ella. ¿Ha encontrado a una nueva sumisa de donde quiera que las saque? Esa idea me hace tanto daño que la desecho inmediatamente. Miro el montón de correspondencia que he de clasificar para Marley, y me pongo a ello, mientras lucho por expulsar a Santana fuera de mi mente una vez más.
Por la noche doy vueltas y vueltas en la cama intentando dormir. Es la primera vez en varios días que no he llorado hasta quedarme dormida.
Visualizo mentalmente la cara de Santana la última vez que la vi, cuando me marché de su apartamento. Su expresión torturada me persigue. Recuerdo que ella no quería que me fuera, lo cual me resultó muy extraño. ¿Por qué iba a quedarme si las cosas habían llegado a un punto muerto? Las dos evitábamos nuestros propios conflictos: mi miedo al castigo, su miedo a… ¿qué? ¿Al amor?
Me doy la vuelta, me invade una tristeza insoportable, y me abrazo a la almohada. Ella no merece que la quieran. ¿Por qué se siente así? ¿Tiene algo que ver con su infancia? ¿Con su madre biológica, la puta adicta al crack? Esos pensamientos me acechan hasta la madrugada, cuando finalmente caigo agotada en un sueño convulso.
El día pasa muy, muy despacio, y Marley se muestra inusualmente atenta.
Sospecho que es por el vestido morado y las botas negras de tacón alto que le he robado del armario de Quinn, pero trato de no pensar demasiado en eso. Decido ir a comprarme ropa con mi primera paga. El vestido me queda más holgado de lo debido, pero finjo que no me doy cuenta.
Por fin son las cinco y media, recojo mi chaqueta y mi bolso, e intento mantener la calma. ¡Voy a verla!
— ¿Sales con alguien esta noche? —pregunta Marley cuando pasa junto a mi mesa al salir.
—Sí. No. La verdad es que no.
Arquea una ceja y me mira, claramente intrigada.
— ¿Un novio?
Me ruborizo.
—No, una amiga. Una ex novia.
—A lo mejor mañana te apetece ir a tomar una copa después del trabajo.
Has tenido una primera semana magnífica, Britt. Deberíamos celebrarlo. Sonríe, y en su cara aparece una emoción desconocida que me incomoda.
Se mete las manos en los bolsillos y sale tranquilamente por la puerta. Veo su espalda que se aleja y frunzo el ceño. ¿Tomar copas con la jefa es buena idea? Meneo la cabeza. Primero he de enfrentarme a una noche con Santana López. ¿Cómo voy a hacerlo? Corro al lavabo a darme los últimos toques.
Me examino la cara con severidad en el enorme espejo de la pared durante un buen rato. Estoy pálida como siempre, con unos círculos negros alrededor de los ojos demasiado grandes. Se me ve demacrada, angustiada. Ojalá supiera maquillarme.
Me pongo un poco de rímel y lápiz de ojos y me pellizco las mejillas, confiando en que cojan un poco de color. Me arreglo el pelo para que me caiga con naturalidad por la espalda, e inspiro profundamente. Tendrá que bastar con eso.
Cruzo nerviosa el vestíbulo y, al pasar por recepción, saludo con una sonrisa a Claire. Creo que ella y yo podríamos ser amigas. Marley está hablando con Elizabeth mientras yo voy hacia la puerta, y ella corre a abrírmela con una sonrisa enorme.
—Pasa, Britt —murmura.
—Gracias —sonrío, avergonzada.
Fuera, junto al bordillo, Taylor espera. Abre la puerta de atrás del coche.
Vacilante, me giro para mirar de reojo a Marley, que ha salido detrás de mí. Está contemplando el Audi SUV, consternada.
Me giro de nuevo, me encamino hacia el coche y subo detrás, y allí está ella sentada —Santana López—, con su traje gris, el cuello de la camisa blanca desabrochado puedo ver sus redondos pechos y está perfectamente maquillada y peinada. Sus ojos marrones brillan.
Se me seca la boca. Está soberbia, pero me mira con mala cara. ¿Por qué?
— ¿Cuánto hace que no has comido? —me suelta en cuanto entro y Taylor cierra la puerta.
Maldita sea.
—Hola, Santana. Yo también me alegro de verte.
—No estoy de humor para aguantar tu lengua viperina. Contéstame.
Sus ojos centellean.
Por Dios…
—Mmm… He comido un yogur al mediodía. Ah… y un plátano.
— ¿Cuándo fue la última vez que comiste de verdad? —pregunta, mordaz.
Taylor ocupa discretamente su puesto al volante, pone en marcha el coche y se incorpora al tráfico.
Yo levanto la vista y Marley me hace un gesto, aunque no sé qué ve a través del cristal oscuro. Le devuelvo el saludo.
— ¿Quién es esa? —suelta Santana.
—Mi jefa.
Miro a hurtadillas a la guapísima mujer que tengo al lado y que contrae los labios con firmeza.
— ¿Bueno? ¿Tu última comida?
—Santana, la verdad es que eso no es asunto tuyo —murmuro, sintiéndome extraordinariamente valiente.
—Todo lo que haces es asunto mío. Dime.
No, no lo es. Yo gruño fastidiada, pongo los ojos en blanco, y Santana entorna la mirada. Y por primera vez en mucho tiempo tengo ganas de reír. Intento reprimir esa risita que amenaza con escaparse. Santana suaviza el gesto mientras yo me esfuerzo en poner cara seria, y veo que la sombra de una sonrisa aflora a sus maravillosos labios carnosos.
— ¿Bien? —pregunta en un tono más conciliador.
—Pasta a la vongole, el viernes pasado —susurro.
Ella cierra los ojos, y la ira, y posiblemente el pesar, barren su rostro.
—Ya —dice con una voz totalmente inexpresiva—. Diría que desde entonces has perdido cinco kilos, seguramente más. Por favor, come, Brittany —me reprende.
Yo bajo la vista hacia los dedos, que mantengo unidos en el regazo. ¿Por qué siempre hace que me sienta como una niña descarriada?
Se gira hacia mí.
— ¿Cómo estás? —pregunta, todavía con voz suave.
Pues, la verdad, estoy destrozada… Trago saliva.
—Si te dijera que estoy bien, te mentiría.
Ella inspira intensamente.
—Yo estoy igual —musita, se inclina hacia mí y me coge la mano—. Te echo de menos añade.
Oh, no. Piel con piel.
—Santana, yo…
—Britt, por favor. Tenemos que hablar.
Voy a llorar. No.
—Santana, yo… por favor… he llorado mucho —añado, intentando controlar mis emociones.
—Oh, cariño, no. —Tira de mi mano y sin darme cuenta estoy sobre su regazo. Me ha rodeado con sus brazos y ha hundido la nariz en mi pelo—. Te he echado tanto de menos, Brittany —susurra.
Yo quiero zafarme de ella, mantener cierta distancia, pero me envuelve con sus brazos. Me aprieta contra sus pechos. Me derrito. Oh, aquí es donde quiero estar.
Apoyo la cabeza en ella y me besa el pelo repetidas veces. Este es mi hogar.
Huele a seda, a suavizante, a perfume caro, y a mi aroma favorito… Santana. Durante un segundo me permito fantasear con que todo irá bien, y eso apacigua mi alma inquieta.
Unos minutos después, Taylor aparca junto a la acera, aunque todavía no hemos salido de la ciudad.
—Ven —Santana me aparta de su regazo—, hemos llegado.
¿Qué?
—Al helipuerto… en lo alto de este edificio.
Santana mira hacia la alta torre a modo de explicación. Claro. El Charlie Tango. Taylor abre la puerta y salgo. Me dedica una sonrisa afectuosa y paternal que hace que me sienta segura. Yo le sonrío a mi vez.
—Debería devolverte el pañuelo.
—Quédeselo, señorita Pierce, con mis mejores deseos.
Me ruborizo mientras Santana rodea el coche y me coge de la mano.
Intrigada, mira a Taylor, que le devuelve una mirada impasible que no trasluce nada.
— ¿A las nueve? —le dice Santana.
—Sí, señora.
Santana asiente, se da la vuelta y me conduce a través de la puerta doble al majestuoso vestíbulo. Yo me deleito con el tacto de su mano ancha y sus dedos largos y hábiles, curvados sobre los míos. Noto ese tirón familiar… me siento atraída, como Ícaro hacia su sol. Yo ya me he quemado, y sin embargo aquí estoy otra vez.
Al llegar al ascensor, ella pulsa el botón de llamada. Yo la observo a hurtadillas y ella exhibe su enigmática media sonrisa. Cuando se abren las puertas, me suelta la mano y me hace pasar.
Las puertas se cierran y me atrevo a mirarla otra vez. Ella baja los ojos hacia mí, esos vívidos ojos marrones, y ahí está, esa electricidad en el aire que nos rodea.
Palpable. Casi puedo saborear cómo late entre nosotras y nos atrae mutuamente.
—Oh, Dios —jadeo, y disfruto un segundo de la intensidad de esta atracción primitiva y visceral.
—Yo también lo noto —dice con ojos intensos y turbios.
Un deseo oscuro y letal inunda mi entrepierna. Ella me sujeta la mano y me acaricia los nudillos con el pulgar, y todos los músculos de mis entrañas se tensan deliciosa e intensamente.
¿Cómo puede seguir provocándome esto?
—Por favor, no te muerdas el labio, Brittany —susurra.
Levanto la mirada hacia ella y me suelto el labio. La deseo. Aquí, ahora, en el ascensor. ¿Cómo iba a ser de otro modo?
—Ya sabes qué efecto tiene eso en mí —murmura.
Oh, todavía ejerzo efecto sobre ella. La diosa que llevo dentro despierta de sus cinco días de enfurruñamiento.
De golpe se abren las puertas, se rompe el hechizo y estamos en la azotea.
Hace viento y, a pesar de la chaqueta negra, tengo frío. Santana me rodea con el brazo, me atrae hacia ella y vamos a toda prisa hasta el centro del helipuerto, donde está el Charlie Tango con sus hélices girando despacio.
Un hombre alto y rubio, de mandíbula cuadrada y con traje oscuro, baja de un salto, se agacha y corre hacia nosotros. Le estrecha la mano a Santana y grita por encima del ruido de las hélices.
—Listo para despegar, señora. ¡Todo suyo!
— ¿Lo has revisado todo?
—Sí, señora.
— ¿Lo recogerás hacia las ocho y media?
—Sí, señora.
—Taylor te espera en la entrada.
—Gracias, señora López. Que tenga un vuelo agradable hasta Portland.
Señora —me saluda.
Santana asiente sin soltarme, se agacha y me lleva hasta la puerta del helicóptero.
Una vez dentro me abrocha fuerte el arnés, y tensa las correas. Me dedica una mirada de complicidad y esa sonrisa secreta suya.
—Esto debería impedir que te muevas del sitio —murmura—. Debo decir que me gusta cómo te queda el arnés. No toques nada.
Yo me pongo muy colorada, y ella desliza el dedo índice por mi mejilla antes de pasarme los cascos. A mí también me gustaría tocarte, pero no me dejarás. Frunzo el ceño. Además, ha apretado tanto las correas que apenas puedo moverme.
Ocupa su asiento y se ata también, luego empieza a hacer todas las comprobaciones previas al despegue. Es tan competente… Resulta muy seductora. Se pone los cascos, gira un mando y las hélices cogen velocidad, ensordeciéndome.
Se vuelve hacia mí y me mira.
— ¿Lista, cariño?
Su voz resuena a través de los cascos.
—Sí.
Esboza esa sonrisa juvenil… que llevo tanto tiempo sin ver.
—Torre de Sea-Tac, aquí Charlie Tango Golf… Golf Echo Hotel, listo
para despegar hacia Portland vía PDX. Solicito confirmación, corto.
La voz impersonal del controlador aéreo contesta con las instrucciones.
—Roger, torre, Charlie Tango preparado.
Santana gira dos mandos, sujeta la palanca, y el helicóptero se eleva suave y lentamente hacia el cielo crepuscular.
Seattle y mi estómago quedan allá abajo, y hay tanto que ver…
—Nosotras ya hemos perseguido el amanecer, Brittany, ahora el anochecer.
Su voz me llega a través de los cascos. Me giro para mirarla, boquiabierta.
¿Qué significa eso? ¿Cómo es capaz de decir cosas tan románticas? Sonríe, y no puedo evitar corresponderle con timidez.
—Esta vez se ven más cosas aparte de la puesta de sol —dice.
La última vez que volamos a Seattle era de noche, pero la vista de este atardecer es espectacular, de otro mundo, literalmente. Sobrevolamos los edificios más altos, y subimos más y más.
—El Escala está por ahí. —Señala hacia el edificio—. Boeing allá, y ahora verás la Aguja Espacial.
Estiro el cuello.
—Nunca he estado allí.
—Yo te llevaré… podemos ir a comer.
—Santana, lo hemos dejado.
—Ya lo sé. Pero de todos modos puedo llevarte allí y alimentarte.
Me mira fijamente.
Yo muevo la cabeza, enrojezco, y opto por una actitud algo menos beligerante.
—Esto de aquí arriba es precioso, gracias.
—Es impresionante, ¿verdad?
—Es impresionante que puedas hacer esto.
— ¿Un halago de su parte, señorita Pierce? Es que soy una mujer con muy diversos talentos.
—Soy muy consciente de eso, señora López.
Se vuelve y sonríe satisfecha, y por primera vez en cinco días me tranquilizo un poco. A lo mejor esto no estará tan mal.
— ¿Qué tal el nuevo trabajo?
—Bien, gracias. Interesante.
— ¿Cómo es tu jefa?
—Ah, está bien.
¿Cómo voy a decirle a Santana que Marley me incomoda? Se gira hacia mí y se me queda mirando.
— ¿Qué pasa?
—Aparte de lo obvio, nada.
— ¿Lo obvio?
—Ay, Santana, la verdad es que a veces eres realmente obtusa.
— ¿Obtusa? ¿Yo? Tengo la impresión de que no me gusta ese tono, señorita Pierce.
—Vale, pues entonces olvídalo.
Tuerce los labios a modo de sonrisa.
—He echado de menos esa lengua viperina.
Ahogo un jadeo y quiero chillar: ¡Yo he echado de menos… todo lo tuyo, no solo tu lengua! Pero me quedo callada, y miro a través de la pecera de vidrio que es el parabrisas del Charlie Tango, mientras seguimos hacia el sur. A nuestra derecha se ve el crepúsculo y el sol que se hunde en el horizonte —una naranja enorme, resplandeciente y abrasadora—, y es evidente que yo, Ícaro otra vez, vuelo demasiado cerca.
El crepúsculo nos ha seguido desde Seattle, y el cielo está repleto de ópalos, rosas y aguamarinas perfectamente mezclados, como solo sabe hacerlo la madre naturaleza. La tarde es clara y fría, y las luces de Portland centellean y parpadean para darnos la bienvenida cuando Santana aterriza en el helipuerto.
Estamos en lo alto de ese extraño edificio de Portland de ladrillo marrón del que partimos por primera vez hace menos de tres semanas.
La verdad es que hace muy poco. Sin embargo, siento que conozco a Santana de toda la vida. Ella maniobra para detener el Charlie Tango, y finalmente las hélices se paran, y lo único que oigo por los auriculares es mi propia respiración.
Mmm. Esto me recuerda por un momento la experiencia Thomas Tallis. Palidezco.
Ahora mismo no tengo ningunas ganas de pensar en eso.
Santana se desata el arnés y se inclina para desabrocharme el mío.
— ¿Ha tenido buen viaje, señorita Pierce? —pregunta con voz amable y un brillo en sus ojos marrones.
—Sí, gracias, señora López —contesto, educada.
—Bueno, vayamos a ver las fotos del chico.
Tiende la mano, coge la mía y bajo del Charlie Tango.
Un hombre de pelo canoso con barba se acerca para recibirnos con una enorme sonrisa. Le reconozco: es el mismo anciano de la última vez que estuvimos aquí.
—Joe.
Santana sonríe y me suelta la mano para estrechar la del hombre con afecto.
—Vigílalo para Stephan. Llegará hacia las ocho o las nueve.
—Eso haré, señora López. Señora —dice, y me hace un gesto con la cabeza
—. El coche espera abajo, señora. Ah, y el ascensor está estropeado, tendrán que bajar por las escaleras.
—Gracias, Joe.
Santana me coge de la mano, y vamos hacia las escaleras de emergencia.
—Con estos tacones tenemos suerte de que solo haya tres pisos —masculla con tono de reproche.
No me digas.
— ¿No te gustan las botas?
—Me gustan mucho, Brittany. —Se le enturbia la mirada y creo que va a añadir algo, pero se calla—. Ven. Iremos despacio. No quiero que nos caigamos y tú te rompas la pierna.
Permanecemos sentadas en silencio mientras nuestro chófer nos conduce a la galería. Mi ansiedad ha vuelto en plena forma, y me doy cuenta de que el rato que hemos pasado en el Charlie Tango ha sido la calma que precede a la tormenta.
Santana está callada y pensativa… inquieta incluso; la atmósfera relajada que había entre ambas ha desaparecido. Hay tantas cosas que quiero decir, pero el trayecto es demasiado corto. Santana mira preocupada por la ventanilla.
—Noah es solo un amigo —murmuro.
Santana se gira y me mira, pero sus ojos oscuros y cautelosos no dejan entrever nada. Su boca… ay, su boca es provocativa y perturbadora. La recuerdo sobre mí… por todas partes. Me arde la piel. Ella se revuelve en el asiento y frunce el ceño.
—Tienes unos ojos preciosos, que ahora parecen demasiado grandes para tu cara, Brittany. Por favor, dime que comerás.
—Sí, Santana, comeré —contesto de forma automática y displicente.
—Lo digo en serio.
— ¿Ah, sí?
No puedo reprimir el tono desdeñoso. Sinceramente, qué cínico es esta mujer… este mujer que me ha hecho pasar un calvario estos últimos días. No, eso no es verdad, yo misma me he sometido al calvario. No. Ha sido ella. Muevo la cabeza, confusa.
—No quiero pelearme contigo, Brittany. Quiero que vuelvas, y te quiero sana —dice en voz baja.
—Pero no ha cambiado nada.
Tú sigues siendo Cincuenta Sombras.
—Hablaremos a la vuelta. Ya hemos llegado.
El coche aparca frente a la galería, y Santana baja y me deja con la palabra en la boca. Me abre la puerta del coche y salgo.
— ¿Por qué haces eso? —digo, en voz más alta de lo que pretendía.
— ¿Hacer qué? —replica sorprendida.
—Decir algo como eso y luego callarte.
—Brittany, estamos aquí, donde tú quieres estar. Ahora centrémonos en esto y después hablamos. No me apetece demasiado montar un numerito en la calle.
Me ruborizo y miro alrededor. Tiene razón. Es demasiado público. Me mira y aprieto los labios.
—De acuerdo —acepto de mal humor.
Me da la mano y me conduce al interior del edificio.
Estamos en un almacén rehabilitado: paredes de ladrillo, suelos de madera oscura, techos blancos y tuberías del mismo color. Es espacioso y moderno, y hay bastantes personas deambulando por la galería, bebiendo vino y admirando la obra de Noah. Al darme cuenta de que Noah ha cumplido su sueño, mis problemas se desvanecen por un momento. ¡Así se hace, Noah!
—Buenas noches y bienvenidos a la exposición de Noah Puckerman —nos da la bienvenida una mujer joven vestida de negro, con el pelo castaño muy corto, los labios pintados de rojo brillante y unos enormes pendientes de aro.
Me echa un breve vistazo, luego otro a Santana, mucho más prolongado de lo estrictamente necesario, después vuelve a mirarme, pestañea y se ruboriza.
Arqueo una ceja. Es mía… o lo era. Me esfuerzo por no mirarla mal, y cuando sus ojos vuelven a centrarse, pestañea de nuevo.
—Ah, eres tú, Britt. Nos encanta que tú también formes parte de todo esto.
Sonríe, me entrega un folleto y me lleva a una mesa con bebidas y un refrigerio.
—¿La conoces?
Santana frunce el ceño.
Yo digo que no con la cabeza, igualmente desconcertada.
Ella encoge los hombros, con aire distraído.
—¿Qué quieres beber?
—Una copa de vino blanco, gracias.
Hace un gesto de contrariedad, pero se muerde la lengua y se dirige al servicio de bar.
— ¡Britt!
Noah se acerca presuroso a través de un nutrido grupo de gente.
¡Madre mía! Lleva traje. Tiene buen aspecto y me sonríe. Me abre los brazos, me estrecha con fuerza. Y hago cuanto puedo para no echarme a llorar. Mi amigo, mi único amigo ahora que Quinn está fuera. Tengo los ojos llenos de lágrimas.
—Britt, me alegro muchísimo de que hayas venido —me susurra al oído, y de pronto se calla, me aparta un poco y me observa.
— ¿Qué?
—Oye, ¿estás bien? Pareces… bueno, rara. Dios mío, ¿has perdido peso?
Parpadeo para no llorar. El también… no.
—Estoy bien, Noah. Y muy contenta por ti. Felicidades por la exposición.
Al ver la preocupación reflejada en su cara tan familiar, se me quiebra la voz, pero he de guardar la compostura.
— ¿Cómo has venido? —pregunta.
—Me ha traído Santana —digo con repentino recelo.
—Ah. —A Noah le cambia la cara, se le ensombrece el gesto y me suelta—. ¿Dónde está?
—Por ahí, pidiendo las bebidas.
Cabeceo en dirección a Santana, y veo que está charlando tranquilamente con alguien en la cola. Cuando dirijo los ojos hacia ella, levanta la vista y nos sostenemos la mirada. Y durante ese breve instante me quedo paralizada, contemplándola a esa mujer increíblemente guapa que me observa con cierta emoción mal disimulada. Su expresión ardiente me abrasa por dentro y por un momento ambas nos perdemos en nuestras miradas.
Dios… Esa maravillosa mujer quiere que vuelva con ella, y en lo más profundo de mi ser una dulce sensación de felicidad se abre lentamente como una campánula al amanecer.
— ¡Britt! —Noah me distrae y me siento arrastrada otra vez al aquí y ahora
—. Estoy encantado de que hayas venido… Escucha, tengo que avisarte…
De repente, la señorita de pelo muy corto y carmín rojo le interrumpe.
—Noah, la periodista del Portland Printz ha venido a verte. Vamos.
Me dedica una sonrisa cortés.
— ¿Has visto cómo mola esto? La fama. —Noah sonríe de oreja a oreja, y es tan feliz que no puedo evitar hacer lo mismo—. Luego te veo, Britt.
Me besa la mejilla y veo cómo se acerca con paso resuelto a una mujer que está al lado de un fotógrafo alto y desgarbado.
Hay obras fotográficas de Noah por todas partes, algunas de ellas colocadas sobre unos lienzos enormes. Las hay monocromas y en color. Muchos de los paisajes poseen una belleza etérea. Hay una fotografía del lago de Vancouver tomada a primera hora de la tarde, en la que unas nubes rosadas se reflejan en la quietud del agua. Y durante un segundo, me siento transportada por esa tranquilidad y esa paz. Es algo extraordinario.
Santana aparece a mi lado, inspiro profundamente y trago saliva, intentando recuperar parte del equilibrio perdido. Me pasa mi copa de vino blanco.
— ¿Está a la altura?
Mi voz tiene un tono más normal.
Ella me mira desconcertada.
—El vino.
—No. No suele estarlo en este tipo de eventos. El chico tiene bastante talento, ¿verdad?
Santana está contemplando la foto del lago.
— ¿Por qué crees que le pedí que te hiciera un retrato? —digo, sin poder evitar un deje de orgullo.
Ella, impasible, aparta los ojos de la fotografía y me mira.
— ¿Santana López? —El fotógrafo del Portland Printz se acerca a Santana—. ¿Puedo hacerle una fotografía, señora?
—Claro.
Santana esconde el rictus. Yo doy un paso atrás, pero ella me sujeta la mano y me pone a su lado. El fotógrafo nos mira a ambas, incapaz de disimular la sorpresa.
—Gracias, señora López. —Dispara un par de fotos—. ¿Señorita…? — pregunta.
—Pierce —contesto.
—Gracias, señorita Pierce.
Y se marcha a toda prisa.
—Busqué en internet fotos tuyas con alguna chica. No hay ninguna. Por eso
Quinn creía que no eras gay.
Los labios de Santana esbozan una sonrisa.
—Eso explica tu inapropiada pregunta. No. Yo no salgo con chicas, Brittany… solo contigo. Pero eso ya lo sabes —dice con ojos vehementes, sinceros.
— ¿Así que nunca sales por ahí con tus… —miro alrededor inquieta para comprobar que nadie puede oírnos—… sumisas?
—A veces. Pero eso no son citas. De compras, ya sabes.
Encoge los hombros sin dejar de mirarme a los ojos.
Ah, ósea que solo en el cuarto de juegos… su cuarto rojo del dolor y su apartamento. No sé qué sentir ante eso.
—Solo contigo, Brittany —susurra.
Yo enrojezco y me miro los dedos. A su manera, le importo.
—Este amigo tuyo parece más un fotógrafo de paisajes que de retratos.
Vamos a ver.
Me tiende la mano y yo la acepto.
Damos una vuelta, vemos varias obras más, y me fijo en una pareja que me saluda con un gesto de la cabeza y una sonrisa enorme, como si me conocieran. Debe de ser porque estoy con Santana, pero el chico me mira con total descaro. Es extraño.
Damos la vuelta a la esquina y entonces veo por qué la gente me ha estado mirando de esa forma tan rara. En la pared del fondo hay colgados siete enormes retratos… míos.
Empalidezco de golpe y me los quedo mirando atónita, estupefacta. Yo: haciendo pucheros, riendo, frunciendo el ceño, seria, risueña. Son todos primeros planos enormes, todos en blanco y negro.
¡Vaya! Recuerdo a Noah trajinando por ahí con la cámara cuando vino a verme un par de veces, y cuando había ido con el para hacer de chófer y de Asistente.
Yo creía que eran simples instantáneas. No fotos ingenuamente robadas.
Petrificada, Santana mira fijamente todas las fotografías, una por una.
—Por lo visto no soy la única —musita en tono enigmático, con los labios apretados.
Creo que está enfadada.
—Perdona —dice, y su centelleante mirada me deja paralizada momentáneamente.
Se da la vuelta y se dirige al mostrador de recepción.
¿Qué le pasa ahora? Anonadada, la veo charlar animadamente con la señorita de pelo muy corto y carmín rojo. Saca la cartera y entrega una tarjeta de crédito.
Dios mío. Debe de haber comprado una de las fotografías.
—Hola, tú eres la musa. Son unas fotos fantásticas.
Es un chico con una melena rubia y brillante, que me sobresalta. Noto una mano en el codo: es Santana, ha vuelto.
—Eres una tipa con suerte. El rubio sonríe a Santana, que la mira con frialdad.
—Pues sí —masculla de mal humor, y me lleva aparte.
— ¿Acabas de comprar una de estas?
— ¿Una de estas? —replica, sin dejar de mirarlas.
— ¿Has comprado más de una?
Pone los ojos en blanco.
—Las he comprado todas, Brittany. No quiero que un desconocido o desconocida te coma con los ojos en la intimidad de su casa.
Mi primera reacción es reírme.
— ¿Prefieres ser tú? —inquiero.
Se me queda mirando. Mi audacia le ha cogido desprevenida, creo, pero intenta disimular que le hace gracia.
—Francamente, sí.
—Pervertida —le digo, y me muerdo el labio inferior para no sonreír.
Se queda con la boca abierta; ahora es obvio que esto le divierte. Se rasca la barbilla, pensativa.
—Eso no puedo negarlo, Brittany.
Mueve la cabeza con una mirada más dulce, risueña.
—Me gustaría hablarlo contigo luego, pero he firmado un acuerdo de confidencialidad.
Suspira, y su expresión se ensombrece al mirarme.
—Lo que me gustaría hacerle a esa lengua tan viperina.
Jadeo, sé muy bien a qué se refiere.
—Eres muy grosera.
Intento parecer escandalizada y lo consigo. ¿Es que ella no conoce límites?
Me sonríe con ironía, y después tuerce el gesto.
—Se te ve muy relajada en esas fotos, Brittany. Yo no suelo verte así.
¿Qué? ¡Vaya! Cambio de tema —sin la menor lógica— de las bromas a la seriedad.
Me ruborizo y bajo la mirada. Me echa la cabeza hacia atrás, e inspiro profundamente al sentir el tacto de sus dedos.
—Yo quiero que te relajes conmigo —susurra.
Ha desaparecido cualquier rastro de broma.
Vuelvo a sentir un aleteo de felicidad interior. Pero ¿cómo puede ser esto?
Creo que tenemos problemas.
—Si quieres eso, tienes que dejar de intimidarme —replico.
—Tú tienes que aprender a expresarte y a decirme cómo te sientes — replica a su vez con los ojos centelleantes.
Suspiro.
—Santana, tú me querías sumisa. Ahí está el problema. En la definición de sumisa… me lo dijiste una vez en un correo electrónico. —Hago una pausa para tratar de recordar las palabras—. Me parece que los sinónimos eran, y cito: «obediente, complaciente, humilde, pasiva, resignada, paciente, dócil, contenida». No debía mirarte. Ni hablarte a menos que me dieras permiso. ¿Qué esperabas? —digo entre dientes.
Continúo, y ella frunce aún más el ceño.
—Estar contigo es muy desconcertante. No quieres que te desafíe, pero después te gusta mi «lengua viperina». Exiges obediencia, menos cuando no la quieres, para así poder castigarme. Cuando estoy contigo nunca sé a qué atenerme, sencillamente.
Entorna los ojos.
—Bien expresado, señorita Pierce, como siempre. —Su voz es gélida—.
Venga, vamos a comer.
—Solo hace media hora que hemos llegado.
—Ya has visto las fotos, ya has hablado con el chico.
—Se llama Noah.
—Has hablado con Noah… ese hombre que la última vez que le vi intentaba meterte la lengua en la boca a la fuerza cuando estabas borracha y mareada —gruñe.
—El nunca me ha pegado —le replico.
Santana me mira enfadada, la ira saliéndole por todos los poros.
—Esto es un golpe bajo, Brittany —me susurra, amenazante.
Me pongo pálida, y Santana, crispada de rabia apenas contenida, se pasa las manos por el pelo. Le sostengo la mirada.
—Te llevo a comer algo. Parece que estés a punto de desmayarte. Busca a ese chico y despídete.
— ¿Podemos quedarnos un rato más, por favor?
—No. Ve… ahora… a despedirte.
Me hierve la sangre y la miro fijamente. Señora Maldita Obsesa del Control.
La ira es buena. La ira es mejor que los lloriqueos.
Desvío la mirada despacio y recorro la sala en busca de Noah. Está hablando con un grupo de chicas. Camino hacia él y me alejo de Cincuenta. ¿Solo porque me ha acompañado hasta aquí tengo que hacer lo que me diga? ¿Quién demonios se cree que es?
Las jóvenes están embebidas en la conversación de Noah, en todas y cada una de sus palabras. Una de ellas reprime un gritito cuando me acerco, sin duda me reconoce de los retratos.
—Noah.
—Britt. Perdonadme, chicas.
Noah les sonríe y me pasa un brazo sobre los hombros. En cierto sentido tiene gracia: Noah, siempre tan tranquilo y discreto, impresionando a las damas.
—Pareces enfadada —dice.
—Tengo que irme —musito ofuscada.
—Acabas de llegar.
—Ya lo sé, pero Santana tiene que volver. Las fotos son fantásticas, Noah… eres muy bueno.
El sonríe de oreja a oreja.
—Me ha encantado verte.
Me da un abrazo enorme, me coge en volandas y me da una vuelta, de manera que veo a Santana al fondo de la galería. Pone mala cara, y me doy cuenta de que es porque estoy en brazos de Noah. Así que, con un movimiento perfectamente calculado, le echo los brazos alrededor del cuello. Me parece que Santana está a punto de tener un ataque. Se le oscurecen los ojos hasta un punto bastante siniestro, y se acerca muy despacio hacia nosotros.
—Gracias por avisarme de lo de mis retratos —mascullo.
—Lo siento, Britt. Debería habértelo dicho. ¿Te gustan?
Su pregunta me deja momentáneamente desconcertada.
—Mmm… no lo sé —contesto con franqueza.
—Bueno, están todos vendidos, así que a alguien le gustan. ¿A que es fantástico? Eres una chica de póster.
Y me abraza más fuerte. Cuando Santana llega me fulmina con la mirada, aunque por suerte Noah no la ve. Noah me suelta.
—No seas tan cara de ver, Britt. Ah, señora López, buenas noches.
—Señor Puckerman, realmente impresionante. Lo siento pero no podemos quedarnos, hemos de volver a Seattle —dice Santana con educada frialdad, enfatizando sutilmente el plural mientras me coge de la mano—. ¿Brittany?
—Adiós, Noah. Felicidades otra vez.
Le doy un beso fugaz en la mejilla y, sin que apenas me dé cuenta, Santana me saca a rastras del edificio. Sé que arde de rabia en silencio, pero yo también.
Echa un vistazo arriba y abajo de la calle; luego, de pronto, se dirige hacia la izquierda y me lleva hasta un callejón silencioso, y me empuja bruscamente contra la pared. Me sujeta la cara entre las manos, obligándome a alzar la vista hacia sus ojos fervientes y decididos.
Yo jadeo y su boca se abate sobre la mía. Me besa con violencia. Nuestros dientes chocan un segundo y luego me mete la lengua entre los labios.
El deseo estalla en todo mi cuerpo como en el Cuatro de Julio, y respondo a sus besos con idéntico ardor, entrelazo las manos en su pelo largo y tiro de él con fuerza. Ella gruñe, y ese sonido sordo y sexy del fondo de su garganta reverbera en mi interior, y Santana desliza la mano por mi cuerpo, hasta la parte de arriba del muslo, y sus dedos hurgan en mi piel a través del vestido morado.
Yo vierto toda la angustia y el desengaño de los últimos días en nuestro beso, la ato a mí… y en ese momento de pasión ciega, me doy cuenta de que ella hace lo mismo, de que siente lo mismo.
Santana interrumpe el beso, jadeante. Sus ojos hierven de deseo, encendiendo la sangre ya ardiente que palpita por todo mi cuerpo. Tengo la boca entreabierta e intento recuperar un aire precioso, hacer que vuelva a mis pulmones.
—Tú… eres… mía —gruñe, enfatizando cada palabra. Me aparta de un empujón y se dobla con las manos apoyadas en las rodillas, como si hubiera corrido una maratón—. Por Dios santo, Britt.
Yo me apoyo en la pared jadeando e intento controlar la desatada reacción de mi cuerpo, trato de recuperar el equilibrio.
—Lo siento —balbuceo en cuanto recobro el aliento.
—Más te vale. Sé lo que estabas haciendo. ¿Deseas al fotógrafo, Brittany? Es evidente que el siente algo por ti.
Muevo la cabeza con aire culpable.
—No. Solo es un amigo.
—Durante toda mi vida adulta he intentado evitar cualquier tipo de emoción intensa. Y sin embargo tú… tú me provocas sentimientos que me son totalmente ajenos. Es muy… —arruga la frente, buscando la palabra—… perturbador. A mí me gusta el control, Britt, y contigo eso… —se incorpora, me mira intensamente—… simplemente se evapora.
Hace un gesto vago con la mano, luego se la pasa por el pelo y respira profundamente. Me coge la mano.
—Vamos, tenemos que hablar, y tú tienes que comer.

Hoooooollliissssss jaja gracias por no dejarme sin mi dosis de tu ficc!!!
WWWWOOOOOOWWW que capitulo!!! Las adoro no pueden estar separadas, quiero leer esa conversacion por favor!!!!
Espero que Britt tenga valor y le deje las cositas clara a San
Saluditos y gracias gracias por actualizar espero leerte mañana!! Por favor jaja!!
PD: me gusta que me consientan jaja!!

you are the best!! pensé que tendría que esperar mas por la segunda parte, pero tu me sorprendes y encantas, esperando el próximo capitulo con mas ansias aun. gracias por escribir

wooo ya la segunda parte yea ...
disculpa por no comentarte en los anteriores capitulos, pero aqui me tienes
ya quiero mas y muchas gracias por tomarte tu tiempo para adaptar esta historia
muchos saludos

Hey! que bien que actualizaste antes de lo esperado! Gracias por seguir con la segunda parte de la adaptación...seguimos leyendo!

Por Dios esto a sido intenso!, gracias, mil gracias por regresar tan pronto! me sorprende tanto la forma tan perfecta en que escribes, no seras una escritora famosa escondida aqui? hasta la proxima !