FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Capítulo 13: Ella brilla: el estreno. Parte 1.



“Sigue siendo una locura San”, me decía Quinn, pero ya me encontraba a metros del helicóptero que me llevaría a Ohio. “Tú sólo ocúpate de las reuniones ¿puede ser eso posible?”, Quinn me miró molesta, “Haré lo que pueda, te llamaré si necesito de tu ayuda, no te metas en problemas ¿ok?”. Asentí y me despedí de ella.

Llegué a Ohio y lo primero que hice fue dirigirme a la mini empresa de Abrams. Ohio resultó ser una ciudad más o menos agradable, o quizás esa era mi impresión pues era el lugar donde mi novia creció. Vi por las calles un grupo de chicas con uniformes de porristas color rojo y blanco, las iníciales WMHS Podían reflejarse en sus camperas, estaban bromeando mientras entraban a un lugar llamado “Breadstix”; tal vez Britt asistió a esa escuela, no recuerdo bien, pero, creo haber visto ese traje de porrista en unas fotos de Britt cuando estuve “investigando” en su casa. Luego de arreglar todo este conflicto le preguntaría. Recién me daba cuenta que esta ciudad guardaba miles de recuerdos de Britt y yo quería conocerlos a todos.

Llegué al lugar en cuestión, la recepcionista me miró con cierto desencanto, “¿En qué puedo ayudarla?” dijo con desgano, “Soy Santana López, vengo a hablar con Abrams”. La recepcionista abrió los ojos por la sorpresa, miró debajo de su mesa y sacó una revista empresarial donde mi cara estaba en la portada, me examinó y se levantó con rapidez, “Sígame, la llevaré a la reunión”. El lugar era acogedor, demasiado espacioso y eso me llamaba la atención, seguí a la recepcionista por un pasillo amplio, se detuvo frente a una puerta, golpeó y sin esperar respuesta abrió con nerviosismo y el silencio se escuchó en la sala “Stella, ¿qué sucede?” dijo una voz desconocida, “La señorita Santana López está aquí” respondió ella. Sin esperar un minuto más, entré en el lugar.

Britt me miró con sorpresa al igual que Sam, un par de ojos lujuriosos desconocidos por mí me examinaban completamente, era un chico con anteojos cuyos marcos eran gruesos pues el aumento de los cristales era considerable, él estaba en silla de ruedas, me miró y sonrió, estaba ridículamente vestido, tenía una camisa cuyos botones estaban prendidos hasta su cuello, un chaleco azul, pantalón gris, medias blancas y zapatos marrones; “¿Quién es Arthur Abrams?” consulté, el chico en silla de ruedas se acercó a mí extendiéndome su mano, “Prefiero que me llamen Artie…”. Tomé su mano y la estreché, esto debía ser una broma, ahora entendía lo espacioso del lugar, él necesitaba ese espacio.

Brittany se levantó de su lugar un poco enfurecida, “Me disculparán un minuto, debo hablar con la señorita López”. Salió del lugar y yo la seguí, ella caminó a lo largo del pasillo, se dirigía a la salida, aceleré el paso y afuera de la empresa nos encontramos, ella estaba furiosa, yo también tenía mis razones para sentirme así.

- ¿Qué haces aquí? -dijo ella.
- ¿Ese tipo pretende conquistarte?

Abrió sus ojos de par en par.

- Santana, no es momento para una escena de celos, se trata de un negocio importante para nosotros.
- ¿Por qué no me dijiste que vendrías? Lo habría entendido Britt…
- ¿Estás segura de eso? Venir a Ohio con Sam, ¿lo hubieras permitido?

¡Maldición!

- No…-dije con sinceridad.
- Por esa razón no te lo dije, te pedí que confiaras en mí, Santana.
- ¿Cuándo pretendías decirme la verdad?
- A la noche si todo salía como lo tenía planeado, pero ahora que estás aquí pues ni modo, sólo déjame arreglar esto.
- Sé que Artie está interesado en ti, no dejaré que ese imbécil se acerque a mi novia.

Brittany sonrió, se acercó a mí con cautela, “Él no es tan atractivo como tú”, sonreí, sentí como mi cuerpo se relajaba, recién era consciente de lo tensionada que había estado. Britt me besó en la mejilla y me dijo: “Déjame terminar esto San, luego pasearemos juntas y hablaremos sobre esto”. Quería besarla, pero la gente pasaba mirándonos, estaban atentos a nuestros movimientos, me sentí muy observada e incómoda. Volvió a besarme y me llevó de la mano hacia la reunión con Artie.

Al entrar me senté al lado de Sam, lo notaba enfurecido, “Muy bien, continuaré con la reunión” dijo Artie y mientras hablaba no dejaba de mirar a Britt, sus ojos azules oscuros no se apartaban de ella; ahora entendía el enojo de Sam, yo estaba igual, el imbécil de Artie estaba coqueteando con mi chica.

“Artie, aún no me queda claro que es lo que deseas” dijo Britt un poco cansada, “… no me digas que me hiciste venir sólo por un capricho tuyo, lo que planteas es absurdo, no cuentas con el capital necesario para llevar a cabo este nuevo negocio”. Artie sonrió, y sin dejar de mirarla dijo: “No has cambiado Britt, deseo trabajar a tu lado, si aceptas una sociedad conmigo podríamos lograrlo”. Britt lo miró
con dureza, “No Artie, no aceptaré eso, o seguimos con el antiguo trato o cortamos todo tipo de relación entre tú y nosotros.” Arthur estaba pensando y Sam enfurecido dijo: “No hay nada más que discutir, te quedas aquí en Ohio y nosotros volvemos a New York”. Artie miró con cierto miedo a Britt, ella se puso de pie y le dijo: “Piénsalo bien, Artie”. Lo miro con esa mirada que derrite, me hizo una seña para que la siguiera, tanto Sam como yo nos incorporamos y salimos juntos.

Sam iba furioso, Britt sólo lo miraba, al salir de la empresa él se descontroló.

- ¡Es un imbécil! Hablaré con él, Britt, ¿cómo se atreve?
- Tranquilo, Sam, no puede hacernos nada.
- Britt, -dijo él mirándola con cierta tristeza- no me refiero al negocio, sino a nosotros, -mi cuerpo quedó estático mientras lo escuchaba hablar- sabes que aún te amo Britt, él ni siquiera ha respetado nuestra amistad y pretende conquistarte…
- Sam, tienes que entender…
- ¡No Britt! -dijo eso sosteniéndola de los brazos con fuerza, me contuve para no darle una paliza- eres la única chica que quiero para mí, por favor, Britt, vuelve conmigo, te amo…

Britt lo miraba pero de repente sus ojos se dirigieron al suelo, “No siento lo mismo, Sam” dijo con cierto dolor, Sam la soltó, tenía sus ojos rojos, estaba por llorar. Yo seguía allí parada detrás de Britt, no me iría de su lado, observé la tristeza de él saliendo por todo su cuerpo acomodándose en su rostro y sus ojos claros, sentí una especie de lástima, él realmente estaba sufriendo. Britt lo besó en la mejilla y lo abrazó, él correspondió ese abrazo, sus lágrimas rodaron por su piel rosada producto de la rabia que sentía.
“Me vuelvo a New York, no puedo estar aquí sin ti, todo Ohio me recuerda cuando estuviste enamorada de mí”. Sam se marchó, Britt estaba triste, lo único que hice fue abrazarla. Tomamos un taxi y ella le dio la dirección al conductor.



………………………..



El auto se detuvo en una casa color salmón, era un barrio con enormes casas y arbustos delicadamente cuidados, la mayoría tenía formas de animales. Nos bajamos del taxi y ella dijo: “Bienvenida a casa”. Me tomó de la mano y entramos al lugar. En la pared de la sala había fotos del matrimonio Pierce cuando eran jóvenes y luego con una hermosa bebé en brazos, había fotos de Britt cuando era una niña, vi el traje de porrista con las iníciales WMHS, sonreí, había acertado con lo del uniforme. Una de las últimas fotos era la de Britt con un vestido hermoso color celeste, a su lado Sam la abrazaba, ambos estaban contentos mirando a la cámara, “Esa foto es del día del baile de graduación” dijo, sonreí y dejé un beso en su mejilla, “Siempre has sido una chica linda”, le susurré al oído. Dimos un recorrido por la casa, me mostró el patio donde nos conocimos y jugamos desde pequeñas, sonreí al saber que en este lugar ella creció y que hace años estuvimos juntas, por otro lado, la sensación de saber que mis padres recorrieron este lugar generó en mí cierta nostalgia; la casa representaba muchas cosas.

“¿Quieres conocer mi habitación?”, dijo al verme perdida en mis pensamientos, la miré y sonreí, ella tomó mi mano y me condujo hacia el interior del lugar, atravesamos la cocina, la sala y caminamos por un pasillo una, dos, y tres puertas después llegamos, al entrar sólo vi una cama y unos muebles “Una señora viene a limpiar la casa, mi papi no ha querido venderla”.

- ¿Te encuentras bien, Britt?
- Si lo dices por lo de Sam, pues estoy triste pero en algún momento debía decírselo.
- Fue una situación incómoda…
- Lo sé, perdón por eso.
- Tú no tienes la culpa, en todo caso estamos aquí por ese tal Artie.
- Debemos volver a New York, San.
- ¿Pretendías venir hasta aquí y volver sin siquiera decírmelo?
- Te lo iba a decir en la noche, estás a cargo de la empresa y no quería generarte problemas.
- Esto es una locura Britt, no vuelvas a hacer algo como esto.
- Pensé que todo saldría bien, no quiero causarte problemas.

La abracé y la besé, debía controlar mis celos pero el sólo hecho de tenerla lejos de mí me superaba, no pensaba en mis acciones, sólo me dejaba llevar por mis impulsos, ella comenzaba a conocerme y trataba de impedir que explotar, tal vez a esto se refería Quinn cuando me dijo que no la asfixiara; mi celular sonó, era Quinn.

- Estamos en problemas San…
- ¿Qué pasó ahora?
- Tu abuelo se enteró que viajaste a Ohio… debe estar furioso San.
- Yo me encargo de eso, ¿cómo van las cosas por ahí?
- Bien, las reuniones aburridas pero sin complicaciones, ¿por allí?
- Bien -dije mirando a Britt- más que bien.

Quinn cortó y reanudé el beso con Britt, “¿Tenemos tiempo?” preguntó ella, miré mi reloj, “Haremos que el tiempo alcance” respondí y comencé a desnudarla, le haría el amor en el lugar donde ella creció, me imaginaba siendo su compañera de clase, ambas vestidas de porristas, escondiéndonos de Harry o Nicole, “San…” decía ella, y nos recostamos en la cama, ella gemía y me adentré en sus partes más intimas, amaba a esta mujer y aún no me atrevía a decírselo.

Britt no esperó la respuesta de Artie, luego de nuestro encuentro en su habitación nos vestimos y regresamos a New York, ella se fue a ensayar y yo regresé a la empresa. Quinn se ocupó de todas las reuniones, yo debía ocuparme de mi abuelo. Carla me vio y dijo: “El señor López desea hablar contigo, pidió que lo llamaras”. Asentí y entré en mi oficina, marqué su número y él respondió diciendo: “No quiero saber qué demonios pasó, sólo te pido que no dejes la empresa ¿acaso es mucho pedir eso, Santana?” blanqueé mis ojos, “Ok, abuelo” dije y él cortó, estaba enfurecido.

Al anochecer Britt me llevó a su casa, cenaríamos con Nicole, ella ya estaba enterada de nuestro viaje a Ohio. Harry se lo comentó y me pidió que le explicara por qué decidí viajar tan repentinamente, miré a Britt y le dije la verdad a Nicole, ella sólo me escuchaba pero, al terminar mi relato ella dijo: “Hay que controlar los celos, no son buenos”. Asentí con mi cabeza, yo sabía que ella tenía razón, sin embargo, no logro controlarme, nadie entiende eso, los celos me dominan y me hacen cometer locuras, como la de irme hasta Ohio sólo por unas horas.

Britt estaba cansada, sin embargo nos contó con entusiasmo que al día siguiente sería la prueba del vestuario; la obra estaba cerca del estreno y todos andaban como locos.

Luego de cenar Nicole se fue a dormir despidiéndose de nosotras, Britt estaba cansadísima. Estábamos solas en la sala, ella me miraba, yo hice contacto con su mirada y ambas sonreímos, “¿Te quedas a dormir, San?” dijo ella y asentí. Tomadas de la mano subimos hasta su habitación, nos desvestimos y nos acurrucamos en su cama, Lord T dormiría en el sillón. Britt me besaba levemente en los labios, yo la acariciaba. Se aferró a mi cuerpo y sin más se durmió, hice lo mismo, sonriendo por tener la suerte de dormir a su lado.

Unos ruidos oía a lo lejos, aún no lograba despertarme totalmente pero esos ruidos me molestaban, abrí levemente los ojos y me di cuenta que estaba en la habitación de Britt, “¿Hija?” dijo Nicole y la puerta se abrió, Nicole contempló la imagen de la habitación, dos mujeres semi desnudas en la cama. Se ruborizó y simplemente dijo: “Emmm… bajen a desayunar”, luego se marchó. Britt aún dormía, dejé besos por todo su rostro haciéndola despertar, sus ojos me miraron, me daba cuenta que eso se estaba transformando en la razón de mi vida, su mirada, sólo eso necesitaba para seguir.



……………………



Los días pasaron, mi abuelo estaba logrando controlar su humor, los ensayos de Britt se intensificaron más, las pruebas del vestuario, maquillaje y los ensayos generales la desgastaban, prácticamente su rendimiento en la empresa no era el mejor, Sam se encargaba de su parte. La mente de Britt estaba centrada en la obra, luego de los ensayos ella charlaba con Ryan, la veía concentrada en cada palabra que él le decía, Alexandra formaba parte de esas charlas, yo simplemente era una espectadora.

La invitación a la velada llegó a mis manos por intermedio de Carla, ella me miraba intrigada, siempre le he dicho que no confirme mi presencia en ese tipo de eventos, pero, esto era diferente, ella sabía que la obra era de Britt, la mujer que lograba hacerme enloquecer. “¿Confirmo?” me consultó ella, mirándola a los ojos le dije: “Claro que sí…” sonrió y me dejó sola en la oficina. Britt estaba ensayando, me sentía relativamente sola, la extrañaba, si bien estábamos juntas todo el tiempo que podíamos, para mí eso no era suficiente. Por las noches prácticamente ella dormía en mi casa, acción que Nicole no aprobaba del todo, Harry nunca preguntó el por qué Britt no dormía en su casa, supongo que las excusas de Nicole eran buenas como para detener la curiosidad de su esposo. Mi abuelo, como siempre, no se enteraba de quien dormía en mi cama.

Por las noches, en la privacidad de mi habitación podía demostrarle a Britt cuán importante es para mí, pero la necesidad crecía, ya no me bastaba ese tiempo para demostrar mi amor, deseaba gritar a los cuatro vientos que ella era mi novia, esa sensación aumentaba más cada vez que ella estaba lejos de mí, la necesitaba a mi lado.

“Confirmé tu presencia, reservarán el palco para ti” me dijo Carla un día. Le sonreí, tendría un lugar de privilegio en el teatro.

Toda esa tarde trabajé con Quinn, ella organizó una cena, yo debía buscar a Britt y luego iríamos a su departamento. Carla entró en la oficina de Quinn diciéndome: “La señora Pierce desea hablar contigo”. Con Quinn nos miramos extrañadas, salí de la oficina y Nicole estaba allí parada esperándome, la saludé, ella estaba tranquila, pasamos a mi oficina, ella se sentó en el sofá, me senté a su lado esperando que iniciara la charla.

- Santana, vine a hablar sobre Britt.
- ¿Pasa algo malo?
- Hace días que Britt no va a dormir en casa…
- Lo sé…
- Yo entiendo que no tengan tiempo para ustedes solas, pero eso tampoco implica que ella se aleje de nosotros, soy su madre, Santana.
- Lo entiendo Nicole, créeme, yo no quiero alejarla de ustedes, simplemente deseamos estar juntas y entre mi trabajo y sus ensayos pues por las noches es cuando podemos estar juntas.
- Ya no sé que más decirle a Harry cada noche que pregunta por ella, prácticamente no la vemos, Santana. Esta noche me gustaría que ambas fueran a casa, lo charlaremos entre las tres, ¿ok?
- Tenemos una cena en lo de Quinn, pero iremos, te lo prometo Nicole.
- Las estaré esperando.

Nicole dejó un beso en mi frente y se marchó, faltaba poco para ir a buscar a Britt, Quinn entró en mi oficina y se sentó en el lugar donde Nicole estaba hace unos segundos…

- ¿Pasa algo malo? -dijo ella.
- No lo sé, Nicole vino a decirme que hace días que no ve a Britt, al parecer no le gusta la idea de que ella duerma en mi casa.
- Bue, Britt es una mujer ya, puede decidir por sí sola donde dormir.
- Lo sé, las tres charlaremos esta noche sobre eso.
- Britt es hija única, es obvio que la protegerán mucho, ha vivido con sus padres toda la vida, verla alejarse de esta manera seguro genera miedo en ellos.
- Britt no estará siempre con ellos…
- Lo sé… En realidad eso sólo lo decidirá ella.

Quinn se puso de pie y salió de la oficina diciendo: “Me voy a casa, las espero…” Carla también se despidió de mí y fui en busca de Britt.

Todos los bailarines salían del lugar, Alexandra charlaba con Ryan en un sector, ambos me vieron y me saludaron, yo fui directamente al camerino de Britt, ella estaba acomodando su bolso, ya se había duchado, me vio y se abalanzó sobre mí. Nos fundimos en un abrazo, ella también me extrañaba. La besé sin decirle nada, esperaba que mis acciones hablaran por mí, que mis besos expresaran mucho más que las palabras. Ella correspondió al beso, nos separamos por falta de aire, me miró y dijo:

- Mamá quiere que vamos a charlar con ella -la besé.
- Lo sé, fue a la empresa a charlar.
- ¿Qué te dijo?
- Al parecer no está de acuerdo con que te quedes conmigo por las noches.

Su semblante cambio, no sabía que decir, la tomé de la cintura y la besé una vez más, “Tenemos una cena, luego hablaremos con tu mamá”. Ella me besó y sonrió, tomó sus cosas y salimos.

Las cenas junto a Rach y a Quinn siempre son especiales, o tal vez sea sólo mi impresión, con ellas puedo ser simplemente yo, yo y mi chica. Con Britt nos sentimos libres para demostrar nuestro amor, aunque debo admitir que a Britt mucho no le cuesta demostrarme lo que siente.

Las carcajadas se adueñaron del departamento de las chicas, Quinn cocinó y Rachel se dedicó a hablar, como siempre. Britt la escuchaba atenta, por momentos parecía no prestarle atención, me miraba y sonreía, Rachel continuaba con su monólogo, ella no se cansaba de hablar.

Fue una cena especial, pero debíamos irnos, Nicole nos esperaba y presentía que esta noche no dormiría con mi rubia. En realidad presentía que eso sucedería, no quería que eso sucediera pero una sensación recorría mi cuerpo. Britt parecía ajena a todo lo que podría pasar, la veía contenta por el encuentro con las chicas, estaba totalmente despreocupada.
Nicole se encontraba leyendo un libro en la sala, nos vio y dejó de lado la lectura. Britt se acercó, la besó y le brindó un abrazo. Me saludó muy cortés y nos invitó a sentarnos, Britt me tomó de la mano y nos sentamos juntas en el sofá, Nicole se acomodó en el sillón individual. Observó nuestras manos unidas y sonrió.

- Harry está descansando… -dijo Nicole.
- Mamá, ¿sobre qué querías charlar con nosotras?
- Hija, eres mayor de edad pero me resulta difícil aceptar que te alejes de casa.

Santana, te aprecio muchísimo, no tomes a mal esto, pero me parece que no están haciendo las cosas bien…

Nicole seguía con su monólogo sobre la relación entre Brittany y yo, el alejamiento de su única hija le estaba afectando, le preocupaba que casi no la viera, sumado a eso la obra a estrenarse, lo que implicaba por un lado, que Britt esté menos tiempo en casa y por otro lado, el temor por su salud, si bien Britt no volvió a tener una recaída, era evidente el esfuerzo que ella hacía, más el trabajo en la empresa. Trataba de entender el punto de vista de Nicole como madre pero, ¿ella no podía entender que yo tampoco podía estar sin Britt? La conozco desde los tres años, el destino nos separó y recién a mis veintitrés años me doy cuenta que he perdido mucho tiempo, que desprecié parte de mi vida al estar lejos de ella, ¿quién recompensará todo ese tiempo perdido? Siento que todo esto es un juego y simplemente nos hicieron trampa, pero seguiremos, nadie podrá separarme de Britt, ni Nicole, aunque sea su madre y la aprecie por todo lo que está haciendo por nosotras.

Me perdí en mis pensamientos, Nicole seguía hablando y el rostro de Britt cambió, ella se sentía culpable por “faltarle” a sus padres.

- Simplemente no puedo creer que mi niña haya crecido…-dijo Nicole con tristeza.
- Mami, no podría dejarte sola, lo sabes, pero ahora está Santana, la quiero mami…

Ambas se fundieron en un abrazo, ambas rubias sollozaban, mi mente sólo trataba de encontrar una solución para todo esto. No me atrevía a preguntar porque no quería repetir nada en relación a Sam, pero, ¿con él también habían tenido este tipo de problemas? Tal vez no, dado que su relación no resultó ser conflictiva, y volvía a lo mismo, nuestra relación a escondidas no nos favorecía y menos el hecho de que ambas seamos mujeres, todo indicaba que estar con un hombre era mucho más fácil; odiaba esa conclusión a la que llegaba, lo nuestro no estaba mal, ¿verdad? La quiero, me quiere, ¿qué hay de malo en eso?

- ¿Dirás algo cariño? -me preguntó Nicole.
- La verdad no sé qué decirte, yo también deseo pasar más tiempo con Britt, al parecer es algo en lo que no nos pondremos de acuerdo -contesté con sinceridad.
- Supongo que nos las arreglaremos con el paso del tiempo, sólo no desaparezcas mucho tiempo hija -le dijo a Britt.

La abrazó y le dejó un beso en su mejilla, a mi me besó en la frente y se despidió dándonos las buenas noches. Britt se aferró a mí, su cabeza descansaba en mi pecho, yo sólo la abracé. “Quédate a dormir conmigo, no soportaría despertar sin que me estés abrazando” me dijo ella. No pude negarme, abrazadas nos subimos a su habitación, la noté cansada, ella comenzó a desvestirme, yo estaba de pie, hice lo mismo con ella y quedamos en igual de condiciones, totalmente desnudas, me abrazó y besó mi cuello trazando un camino hacia mis labios, mis manos recorrieron su cuerpo intensificando el beso, la conduje hasta la cama y me posicioné encima de ella, sus manos se enredaron en mi cabello y seguía besándome con intensidad, la penetré sin más, “San…” es lo único que lograba decir en un tono repleto de excitación y sería lo único que diría por unas largas horas.



……………….



Después de nuestra charla con Nicole, nuestra rutina cambió, odiaba los cambios pero, en los últimos meses esa circunstancia de desagrado para mí, estaba al orden del día y amenazaba con convertirse en rutina. Veía a Britt en la oficina, tratábamos de almorzar juntas, si podíamos pasábamos un tiempo en la privacidad de mi habitación, por las tardes ella se dedicaba a ensayar y luego se iba a su casa como toda buena niña. Una o dos noches se quedó en mi casa durante la semana que transcurrió.

El día de la velada llegó, Britt estaba ansiosa, era su noche, me pidió que sea lo que sea que pasará en esa fiesta, no me alejara de ella ni un instante, también me pidió pasar la noche conmigo, noté que no quería alejarse de mí, tal vez sus nervios aumentaban pues estábamos a tan sólo un día para el estreno.

A pedido de Rachel nos reunimos en el departamento de ella y Quinn para alistarnos. El departamento de Quinn es amplio, Britt se encontraba sentada en el sofá invadida por mis brazos y mis besos, sin embargo, ella era invadida además por los nervios y las inseguridades, sus charlas con Ryan se volvieron de cierta manera algo indispensables para ella, él le brindaba confianza y seguridad. Alexandra aportaba lo suyo, en varias ocasiones noté el apoyo que le brindaba a Britt; la manera en la que la hablaba y como fijaba su mirada en ella me dio la certeza de que la apreciaba mucho, más de lo común, no veía a Britt como una buena amiga o una hermana, ella seguía enamorada; Britt por su parte, escuchaba cada consejo de Alexandra y sus ojos azules se enfocaban en los gestos y las palabras que salían de los labios de su amiga bailarina, podía notar la complicidad en ellas, algo en común tenían y yo era ajena a todo eso, internamente deseaba tener el poder de poseer todo lo que Britt necesitaba, suena egoísta y totalmente obsesivo de mi parte pero, no lo podía evitar, sin embargo toleraba el leve roce de sus brazos cuando charlaban o cuando bailaban, toleraba el cómplice rostro de ellas cada vez que el baile era el tema de conversación, al igual que los gestos similares que ambas tenían mientras soñaban con el anhelado estreno de la obra.

Rachel se aseguró de llevar una maquilladora y un peluquero para nosotras, eran chicos que recién estaban terminando sus estudios en relación a la estilística pero eran buenos, además estaban emocionados de realizar sus trabajos con nosotras. Rachel tomó de la mano a Britt y me la arrebató, “Luego la verás” me dijo para calmar mi furia, Britt sonreía y se fue con Rach cuchicheando quien sabe qué cosas. La maquilladora comenzó su trabajo conmigo y con Quinn, él chico que nos peinaría miraba nuestro cabello, al parecer la inspiración para los peinados surgiría en el momento, “Muéstrenme los vestidos” solicitó él. Una vez que vio lo que vestiríamos hizo una mueca de satisfacción, la lamparita pareció encenderse en el extremo de su cabeza y en sus ojos sólo podíamos ver el reflejo de mi cabello castaño y el contraste rubio de mi amiga.

La maquilladora se fue con las chicas, la música inundó el lugar y las risas se hicieron escuchar desde la habitación. El chico estrafalario que nos peinaba parecía endemoniado, pero admito que era bueno. Quinn tenía su cabello recogido y con volumen, el maquillaje resaltaba sus bellas facciones, estaba hermosa y contenta con su look. Conmigo decidió no esforzarse mucho, “Vamos a presumir ese largo, sedoso y hermoso cabello que posees” me dijo y sólo me lo alisó y formó unas ondas en las puntas y el flequillo, me gustaba, era algo simple, no pretendía alardear mi belleza esta noche.

Luego de su trabajo con nosotras se dirigió a la habitación. Con Quinn estábamos prácticamente listas, en espera de las chicas nos pusimos a charlar sobre el estreno de la obra.

- San, sé cómo se siente Britt con respecto a la obra, es un tema del que venimos hablando desde hace días, pero tú ¿Cómo te sientes?
- Estoy bien, ¿por qué preguntas eso?
- No lo sé, pensé que esto sería un poco molesto para ti, hemos charlado sobre eso, ¿lo recuerdas?
- Claro que sí… Sólo me importa la felicidad de Britt y la apoyaré en cada idea que tenga, por más descabellada que parezca.
- ¡Oh! Había olvidado lo cursi que te has vuelto…

Nos reímos a causa de lo que dijo, seguíamos charlando y por fin la puerta se abrió, Rachel tenía su cabello recogido al igual que Quinn, tenía un vestido plateado un poco largo, se abrazó a Quinn y se decían palabras mimosas, “Luego la cursi soy yo” dije con malicia ganándome una mirada divertida de ellas. Sentí que una mirada se centraba en nosotras, giré mi cabeza hacia un costado y vi a Britt parada en medio de la sala donde nos encontrábamos. Un vestido color crema cubría su esbelto cuerpo, sus hombros estaban al descubierto mostrando la piel nívea que se confundía con el tono tenue de su vestido, su cabello rubio estaba suelto y se posaba en el escote del vestido que dejaba a la vista sus pechos. Me miró buscando mi aprobación por su atuendo, lo único que hice fue acercarme a ella, las cuatro personas allí presentes miraban en silencio mis movimientos; mis manos se posaron en la cintura de Britt y la atraje a mi cuerpo, ella posó sus manos en mi cuello y se aferró a mí con delicadeza procurando no arrugar mi vestido negro, nuestras miradas se conectaron por un breve instante y sellamos esa situación con un beso en los labios. Mis manos ejercieron fuerza en su cintura y se deslizaron por su espalda, el beso no se cortó en ese instante, su aroma me envolvió y seguí besándola. Quinn tosió y tuve que apartarme de mi novia, “Estás preciosa” le dije y se ruborizó, al mirar a Quinn noté como ella y los demás nos miraban con una sonrisa en sus rostros. Tomé a Britt de la mano pretendiendo cumplir mi promesa de no soltarla en toda la velada.

Marcelo nos llevó al salón donde se llevaría a cabo la velada, ni bien Britt entró al lugar comenzaron a sacarle fotos y a aplaudirla, ella no soltó mi mano ni un instante, Ryan se acercó y nos abrazó a ambas, nos tomó de la cintura y nos sacaban fotos a los tres. El matrimonio Pierce se acercó a saludar a Britt, mi abuelo hizo lo mismo al igual que varias personas, Ryan nos iba presentando a todas esas personas. Alexandra se acercó y se fundió en un largo abrazo con Britt, la sostenía de la espalda con firmeza y Britt envolvió sus brazos en su cintura, me sentí incómoda pero controlé mis ganas de apartarlas. Cuando el abrazo terminó, Britt tomó mi mano, Alexandra notó ese pequeño gesto y sólo me sonrío, su leve gesto denotaba la envidia y cierta rabia o frustración por no ser ella quien acompañaba a Britt de la mano.

Nicole y Harry se entretenían con mi abuelo, mi nana también estaba allí, no se atrevía a acercarse hacia donde estábamos nosotras, la vi acompañada de Marcelo, Britt al notar su presencia me arrastró hacia ellos. Mi nana la abrazó y Britt simplemente se dejó abrazar, sus ojos azules fueron cubiertos por unas leves lágrimas, recibió un abrazo de parte de Marcelo y más gente se acercaba a saludarla. Unos periodistas se acercaron y le hicieron una serie de preguntas, yo seguía a su lado. Mientras ella contestaba una pregunta logré ver a Sam junto a Harry, no quitaba su mirada de Britt, cuando los periodistas se alejaron él se acercó, la besó en la mejilla y la abrazó. Ella sólo le sonreía, como lo hacía con cualquiera que se le acercaba.

El tiempo pasó y las personas vieron en una pantalla enorme los videos que promocionaban la obra, un grupo de bailarines comenzaron una coreografía que fue de agrado para los presentes, Rachel también hizo lo suyo ganándose el aplauso de todos. El show seguía, “Vamos al baño” solicitó Britt y juntas emprendimos el camino hacia ese lugar. Al estar lejos de la mirada de la gente ella se aferró a mí en un abrazo cálido que demostraba cuan nerviosa y feliz se sentía. Me separé de ella lo suficiente para besarla en los labios.

Ella correspondió el beso y luego posó su cabeza en mi hombro y siguió abrazándome “Gracias por estar conmigo” dijo y sólo volví a besarla. Con cada movimiento de nuestros labios el beso iba aumentando la temperatura en ambas, deseaba hacerla mía, una vez más, pero no es ese lugar, la tomé de la mano y salimos del baño. Miramos el lugar, recorrimos unos pasillos y notamos unas enormes cortinas, eran una especie de telón; con cautela nos acercamos y el telón cubría un salón oscuro, nos adentramos allí y el beso se reinició con más pasión, podíamos escuchar la música que provenía del otro lado y los aplausos de las personas, Britt comenzó a acariciar mi espalda y sin dudarlo me despojó de mi vestido, hice lo mismo con ella, a pesar de la oscuridad del lugar podía ver su bello cuerpo y comencé a acariciarla centímetro a centímetro. Sus manos se aferraron a mi cabello mientras mis labios recorrían sus pechos haciéndola gemir con desesperación, mis dedos jugaron un instante con el borde de su ropa interior para luego arrancarla con esmero de su cuerpo y disfrutar de su desnudez total. Comencé a dejar besos por su abdomen y me dirigí a su centro de placer, mi lengua la penetró y ella gimió con fervor, seguí ahí generando la locura en mi novia, mi lengua jugueteaba allí sin límite alguno, ni los gemidos fuertes de Britt me hicieron parar, podrían escucharla y encontrarnos juntas, pero, no me importaba, sólo deseaba hacerle el amor a mi chica. Notando como se estremecía ante los movimientos de mi lengua en su entrepierna, decidí subir y contemplar su rostro invadido por la excitación mientras la penetraba, sus gemidos eran aún más fuertes y sus manos se hundieron en la piel de mi espalda, volvió a besarme sin control mientras su cuerpo vibraba, sentí la presión en mis dedos y yo misma sentí llegar al clímax en ese preciso instante. Britt me besaba con pasión, yo seguía dentro de ella, con un movimiento rápido se posicionó encima de mí y me penetró, mi cuerpo de elevó un poco al sentirla dentro de mí y gemí, ella sonrió y dejó un beso en mis labios, mi cuerpo sintió el alejamiento de ella, pues se sentó entre mis piernas, desde esa posición arremetía contra mí y yo hacía lo mismo, una mano se sujetaba a mi cintura con firmeza y su cabeza se posicionaba hacia atrás, su pelvis comenzó a seguir el ritmo de las arremetidas y los gemidos de ambas recorrían el lugar, mi mano derecha fue a parar en sus pechos, tocando sus pezones y de esa forma aumentando la excitación en ella, el orgasmo llegó para nosotras, envolviéndonos con fuerza y pasión, Britt se desplomó encima de mí y la abracé con firmeza mientras recuperábamos de a poco las fuerzas y controlábamos la respiración agitada de ambas.

Permanecimos abrazadas, mis manos la acariciaban y ella dejaba besos por mi pecho y mi cuello. Seguíamos escuchando los aplausos y la música del salón lleno de gente, “Debemos volver” dijo ella y comenzamos a vestirnos en la oscuridad, sin ayuda de la luz intenté peinarla un poco pero me era un poco imposible, “¿Britt?” escuchamos las dos, nos alisamos el vestido y salimos de ese lugar hacia el pasillo, Rachel y Alexandra estaban yéndose cuando notaron de donde salíamos, Rachel sonrío y se acercó para peinar a Britt y acomodarle el vestido, yo hice lo mismo con mi cabello bajo la atenta mirada de odio de Alexandra, “Britt, Ryan te llama, te presentará formalmente, aunque todos ya te conozcan, debería haberlo hecho al inicio pero ¿qué más da? ¿Estás lista?” dijo Rachel, Britt me besó en los labios y nuestras manos se unieron, sin dejar de mirarme dijo: “Estoy lista, vamos”.