FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

Capítulo 18: Amar puede doler. Parte 2.

Corrí por el pasillo y las chicas iban detrás de mí, abrí la puerta y lo vi sentado mirando a Harry y luego a mí, extendió los brazos pidiéndome que me acercara a él así lo abrace. Corrí a su lado como una niña sin consuelo y con lágrimas en los ojos. Me fundí entre sus brazos y lloré, él me decía que no llore, que estaba bien que todo estaba bien pero mi cuerpo aún experimentaba la sensación de miedo, ese terror de perderlo.

La habitación poblada fue vaciándose y yo me quedé a solas con él, nos miramos y no fue necesario usar las palabras, él sabía que yo tenía miedo, yo sabía que lo mismo sentía él. “Voy a estar bien, hija”, dijo y lo miré con ternura, besé su mejilla y le dije: “Hay que cambiar tu rutina y no vamos a discutir por eso, debes cuidarte”. El me miró y suspiró con fuerza, giró su cabeza y posó su mirada en la ventana, en el cielo que aparecía a través del vidrio. estaba pensativo, debatía en su interior qué era lo correcto; como si ese paisaje lo inspirara dijo “Me cuidaré, lo prometo, hija”. Besé su frente y permanecí abrazada a él un tiempo más.

La doctora que lo atendió me dijo que debía permanecer unos días más internado, por precaución. Harry y James estuvieron reunidos un buen tiempo con mi abuelo mientras yo hacía unos trámites en el hospital en compañía de Britt.
Comencé a sentir hambre y mi estómago rugía con fiereza. Britt me llevó a almorzar junto con Quinn y Rachel. El cansancio quería instalarse en mi cuerpo, Britt me miraba de reojo, examinando mis movimientos y mis gestos, al final dijo “Santana, vamos a descansar”. No me opuse, realmente deseaba dormir aunque sea unas horas.

Fui a la habitación de mi abuelo, mi nana estaba allí charlando con él, James y Harry se habían marchado. Dejé a mi abuelo en buenas manos y me marché con Britt hacia su casa. Quinn prometió pasar a buscarme y volveríamos al hospital en la tarde.

Harry y Nicole conversaban con tranquilidad en la sala de la casa, estaban tomados de la mano, podía notar en esa sutil unión el amor que cada uno le profesaba al otro, sonreí, era agradable ver esa escena tan especial en ellos.

Harry no nos quitó la vista de encima hasta que desaparecimos escaleras arriba hacia la habitación de Britt. Lord T estaba acurrucado en su sillón y al vernos sólo levantó su cabeza a modo de saludo, volvió a dormirse, me acerqué a acariciar su cabecita, Britt me abrazó por la espalda y deslizó sus manos por debajo de mi abrigo y mi camiseta, besó mi nuca y yo me aferré a su abrazo, sentir sus manos cálidas en mi vientre me reconfortaba y no quería dejar de sentir esa sensación tan hermosa. Lentamente comencé a desprender los botones de mi abrigo, ella me dio lugar así me desvistiera, poniéndose frente a mí me miraba con dulzura, me saqué el abrigo y hubo dos golpes en la puerta: “Britt, hija, ¿puedo pasar?”, Britt con sorpresa fue a abrirle la puerta a Harry. El entró y divisó la imagen frente a él, yo de pie a la cama y mi abrigo en el suelo, me incliné a recogerlo mientras él decía: “Pensaba en preparar la habitación de huéspedes para que Santana esté más cómoda”, lo miré y miré a Britt que fruncía el ceño y contraatacaba “No, ella dormirá conmigo, ya hemos dormido juntas antes”, Harry la miró y luego a mí, me tensé y él dijo “No quiero que estén incómodas, hija”, Britt se acercó a él y continuó: “No es incómodo”. Ambos se miraron, él fijó su mirada en mí y aceptó la decisión de Britt “Bien, las dejo descansar”.

Harry salió de la habitación y con Britt nos miramos, la sorpresa por el accionar de él nos hizo pensar a las dos, ¿acaso sospechaba algo en relación a nosotras? Britt no dijo nada y yo tampoco quise hablar, dejamos de lado las presuposiciones;sólo quería ser amada por mi chica.

Ella se acercó y me besó en los labios, metió su mano por debajo de mi camiseta y me la quitó, sin dejar de besarnos deslizó su mano por dentro de mi pantalón y acarició mi entrepierna con posesión haciéndome gemir, me desprendí el pantalón y ella me lo quitó junto con mis zapatos. Yo estaba semi desnudaante ella y aún así no sentía pudor, me desnudé completamente y comencé a desvestirla, quedamos en igualdad: desnudas. Britt me besó con ternura, sus dedos recorrían mi cuerpo de arriba hacia abajo, mis manos copiaban sus movimientos y exploraban su esbelto cuerpo, yo gemía ante sus simples caricias y en ese instante en el cual tomaba aire, mis labios reclamaban el contacto con los labios de ella, Britt no alejaba su rostro del mío, permanecía allí y nuestros alientos se fundían entre sí; volvía a besarme pero esta vez me penetraba con delicadeza, mi cabeza giraba en torno al placer, mis dedos recorrían su sedoso cabello y el beso aumentaba más, ella arremetía con más fuerza contra mí, me dejaba sin aire, besaba mi cuello, parte de mis pechos, me hacía el amor como nunca antes, como nadie lo hizo, “Te quiero tanto, Santana” dijo mientras seguía arremetiendo y yo me dejaba amar.
Britt me abrazaba por detrás, besaba parte de mi piel desnuda a su alcance, “Duerme, cariño” me dijo y producto del placer que me hizo sentir y las preocupaciones por mi abuelo, el cansancio me dominó y cerré mis ojos para descansar abrazada a la mujer que amo.

Desperté cubierta por el aroma a flores que se desprendía de la piel de Britt, su perfume característico me envolvía y me hacía presa de él, no quería abandonar ese lugar secreto y protector que era el agarre de sus brazos, ella respiraba acompasadamente y me transmitía paz justo en el momento en el que lo necesitaba más. Revisé mi celular y me informaban que mi abuelo estaba bien. La tranquilidad de la situación me asustaba, horas atrás me vi rodeada de incertidumbre y miedo ni Britt lograba sacarme de esa situación horrorosa, me abracé más a ella contemplando su belleza, verla tan fuerte sólo por mí me derritió por dentro, hizo que me enamorara más, además me hizo ser consciente de que ella sería ese sostén que necesito en momentos difíciles, esa sensación me reconfortaba, no estaba sola en el mundo, además de mi abuelo estaba ella, el amor de mi vida.

Volví a dormirme entre sus brazos sintiéndome amada, como hace mucho no lo sentía.



…………………………..



Britt me despertó con dulces besos, aunque me sentía segura en la cama al lado de ella debíamos levantarnos e ir al hospital, me quedaría al cuidado de mi abuelo por la noche.

Nos bañamos juntas y nos vestimos, Britt me prestó algo de ropa porque yo no tenía nada mío allí. Nos despedimos de Harry y Nicole, él prometió pasar por el hospital para hablar sobre mí con respecto a la empresa, al no estar mi abuelo yo era la que debía encararme de todo. A pesar del momento que vivía, tenía responsabilidades y una empresa que manejar, en realidad ahora eran dos pero una me demandaría más tiempo dado su enormidad y estaba sola ante muchos socios y empresarios. Lo bueno de todo eso es que tanto Harry como James Fabray me ayudarían si lo necesitaba.

Quinn nos llevó al hospital, simplemente nos dejó allí mandándole saludos a mi abuelo. Al llegar él veía una película junto con mi nana, se alegró de tenerme allí, me invitó a que lo acompañara, Britt lo saludó y se quedó a mi lado. Ella estaba siendo incondicional, acompañándome en los momentos donde más la necesitaba, sin ella a mi lado no sé qué habría sido de mí, si bien me mostré como un despojo al enterarme de que mi abuelo estaba internado, permaneció a mi lado sin importarle nada más, me abrazó y me consoló, aunque todo su cariño y acompañamiento no me pareció suficiente en esos momentos por lo menos la tenía a mi lado, sabía que podía contar con ella.

Marcelo fue a la habitación, me saludó y se llevó a mi nana a descansar, mi abuelo se dispuso a leer mientras le pedía a Britt que me lleve a pasear.

Con Britt caminamos cerca del hospital, no quería alejarme mucho dado que tenía miedo de que mi abuelo me necesitase y yo no pudiera estar cerca, Britt me tranquilizaba, me decía que él estaba bien y que no había nada de qué preocuparse.
El paseo terminó y nos sentamos a beber un refresco, no había mucho que decir, observaba a Britt y me gustaba verla disfrutar de su refresco y sonreír.

- Debemos volver, Britt, Harry dijo que iría así charlaba conmigo sobre temas de la empresa.
- Papá puede esperar, no he pasado suficiente tiempo a tu lado…
- Britt-Britt, hemos dormido juntas.
- No es suficiente, San.
- Debo cuidar a mi abuelo, un infarto no es algo que puede olvidarse rápidamente.
- Lo sé, cariño, siempre pensé que los ataques al corazón son por amar demasiado y él te ama mucho, como yo a ti.

A mí me daría un ataque al corazón al escucharla a ella expresar tanto cariño hacia mí, pero por sobre todo, además de las cosas dulces que dijo me paralicé al escuchar que ella me ama, el mundo y sus miles de problemas en cada rincón de la tierra, del mar y del cielo se inmovilizaron en ese instante glorioso, en ese enunciado que jamás volverá a repetirse, en ese momento que fue presente ella me dijo que me ama. Tomé su mano y la acaricié levemente, sin importarme quien nos vea me acerqué y dejé un leve beso en sus labios y le sonreí.

Al regresar al hospital Harry ya me esperaba conversando con mi abuelo.

- Ven hija, -dijo mientras le pedía la mano a Britt- quédate conmigo mientras estos dos conversan de negocios, empresas y eso…

Britt se acercó a él y Harry me condujo afuera de la habitación.

- Para Gustavo esto no será fácil -dijo él.
- Lo sé, me sorprende su actitud sobre todo ante un tema como lo es la empresa, tal vez finge desinterés, pero no le durará mucho -respondí.
- Le he comentado que estaré a tu lado para lo que necesites fuera y dentro del trabajo, ahora deberás asumir un papel importante en la empresa, ¿podrás con todo?
- Harry -lo miré a los ojos- soy una López, has conocido a mi padre, conoces a mi abuelo, ¿crees que no podré?

Él sonrió y dijo “Claro que podrás…”, me dio un abrazo y me miró con cierta admiración, tal vez quería decirme algo pero sus labios no dijeron una palabra más.

Entró a despedirse de mi abuelo, intentó llevarse a Britt pero ella se opuso, le dijo que después ella iría. Sin molestarse la dejó y se despidió cordialmente.

Mi abuelo disfrutaba de la compañía de ambas, charlamos un buen tiempo sobre muchos temas, la infancia y la adolescencia de Britt, su deseo secreto de ser bailarina, su inserción al mundo empresarial y la relación de ella con Sam, allí los celos afloraron un poco, mi abuelo indagaba en su pasado con mucho detalle, Britt sin demostrar irritación o molestia le contestaba cada cosa que él preguntaba.

Ya era de noche y Britt debía irse, Harry la pasaría a buscar, con tristeza se despidió de mi abuelo y le prometió volver al día siguiente. La acompañé hasta la salida del hospital, Harry no llegaba y ella dijo “No quiero dejarte sola”, la miré y le sonreí “Ve a descansar, mañana nos volveremos ver”, ella se acercó a mí y me dejó un beso en los labios, un gesto tan tierno y simple a la vista de muchas personas que no pareció inmutarles pero que a mí me revolucionaba por dentro, me hacía enloquecer de amor y deseaba estar más tiempo a su lado sólo para besarla; ambas sonreímos y nos tomamos de las manos, vimos llegar a Harry y el desenlace de nuestros dedos fue frío y un poco doloroso. Ella besó mi mejilla y se fue diciendo “Adiós, cariño”. La vi alejarse y me refugié en otra persona que amaba y que descansaba plácidamente en una habitación de hospital, me acurruqué a su lado, sentada en una silla con mi cabeza apoyada en su hombro y me dormí junto con él.



……………………………



Al despertar estaba contracturada, me dolía la espalda y mis hombros, mi nana fue quien me despertó y me dijo que me fuera a descansar un poco, Marcelo me esperaba en la entrada. Mi abuelo despertó y pude despedirme de él, me deseó un buen día y que lo tenga al tanto de todo.

Al llegar a casa me di un baño y me acosté en la cama vacía, extrañaba a Britt, faltaban tres horas para verla. Hice lo que hace mucho tiempo no hacía: recé y pedí gracias a Dios por dejarme a mi abuelo un tiempo más y por mandarme a Britt.
La alarma del celular sonó y me levanté, me preparé mentalmente para afrontar una pesada jornada laboral, pero el hecho de saber que vería a Britt me hacía olvidar todo lo que podría agobiarme.

Al llegar a la empresa Quinn fue quien me recibió con unos papeles entre sus manos, “Debes firmarlos” dijo sin vacilar, ante mi incredulidad por lo que me mostraba habló blanqueando sus ojos, “Son los papeles de tu nueva empresa, ¿qué crees que son? ¿Algún documento para que te cases conmigo? Lo siento pero no estoy disponible”, ahora era yo la que blanqueaba los ojos y le quitaba los papeles para firmarlos, “¿Falta algo más?” consulté, ella sonrió y dijo “Sólo falta la firma de Britt y les entrego su empresa”.

Se alejó de mí con una alegría poco común en ella, me dirigí a mi oficina, Carla llegó junto con Britt, Harry y Sam. Cada uno se dirigió a su puesto de trabajo excepto Britt quien entró en mi oficina y me besó con pasión, sin importarle quien pasase por el pasillo. Nos abrazamos, ella rodeó sus brazos en mi cintura y me sentí protegida.

- ¿Estás bien? -consultó ella.
- Si… -dije presa de mi embobamiento por ella.
- ¿Cómo está tu abuelo?
- Mejor… - y la besé tiernamente, ella correspondió a mi beso y se alejó un poco.
- Te extrañé… -dijo.

Nos abrazamos con más firmeza y Quinn entró a la oficina sin golpear “Esto es un lugar de trabajo no para abrazarse y besarse como si no hubieran dormido juntas … reunión en diez minutos, Britt, firma los papeles que están en tu escritorio, si es que logras quitarte de encima a esa cosa pegajosa que tienes”, salió de mi oficina sonriendo y Britt le concedía una sonrisa divertida, “¿Qué le pasa?” consulté, ella me besó y dijo: “Es su manera de decirte que te quiere”. Se alejó de mí y se fue a su oficina.

Los diez minutos pasaron y tenía ante mí a los socios reunidos en silencio mirándome, esperando que hablara. Harry estaba a mi lado sonriendo condescendientemente, Britt me miraba con sus ojos celestes que me enamoraban cada vez más. Tomé aire y comencé a dar explicaciones de cómo sería ahora el manejo de la empresa. En ausencia de mi abuelo yo asumía el máximo cargo por ser la representante de todas las acciones de él y las de mi padre. Ningún socio pareció molestarse, al contrario, estaban preocupados por la salud de mi abuelo y ante su ausencia por tiempo indefinido se preguntaban cómo llevaríamos a cabo las actividades pues era yo quien adquiriría más responsabilidades y eso no parecía ser productivo, por algo mi abuelo me delegó empresas a mí y él se ocupaba de otras, él distribuyó el trabajo y ahora yo tenía a mi cargo todo incluyendo el manejo general de López & Asociados.

- Santana, tengo una propuesta, hemos visto que tú y Brittany trabajan bien en equipo, ¿las dos podrán hacerse cargo de la empresa hasta que Gustavo regrese? Obviamente no estarán solas, para eso estamos todos nosotros, al fin y al cabo cada uno contribuye para seguir y ser los mejores -dijo James.
- En caso de no sentirte competente, Harry Pierce debería tomar las riendas dado que es el segundo al mando -opinó un socio.
- He hablado de esto con Santana, -dijo Harry- esto es temporal, hasta que Gustavo vuelva. Él no abandonará aún la empresa, si deberá disminuir su trabajo pero regresará. Santana está capacitada para sustituirlo, tomando la idea de James, Britt podrá ayudarla pero todos debemos estar predispuestos a ofrecer ayuda en caso de que lo necesite aunque creo no será necesario.

Harry me concedió una sonrisa de apoyo bien terminó su discurso pero la voz de Sam se hizo escuchar.

- Britt tiene a su cargo varias empresas importantes, es clave en varios negocios que hemos realizado, además, no dispone de tiempo por su obra teatral, será mucho para ella…
- Sam, mi actividad en la obra no afecta mi desempeño en la empresa -respondió Britt- estoy segura que tú y mi papá podrán arreglárselas sin mí, quiero ayudar a Santana. Todos saben que en ausencia de ella ayudé a Gustavo, conozco sus empresas y juntas podremos administrar López & Asociados hasta el regreso de don López.

Sam no dijo nada más, los demás coincidían con Britt, por el silencio en el lugar y sus caras de aprobación, deduje que era así, sin embargo, tenía que preguntar “¿Alguien se opone a que Britt y yo administremos la empresa hasta que regrese mi abuelo?”. Nadie se negó, di las gracias por la preocupación de todos y por el apoyo que demostraban en esta situación, cerré la reunión y todos comenzaron a dispersarse rumbo a sus oficinas.

- Hija, lo que necesites dímelo, ¿ok? -dijo Harry.
- Lo haré, gracias por apoyarme.

Me dio un abrazo y se fue, James me saludó desde la distancia y se fue charlando con Harry. Quinn que había estado en silencio toda la reunión me miraba con su sonrisa picarona, antes de salir de la sala me dijo: “Estaré en mi oficina, jefa”.
Quedé a solas con Britt, ella se acercó y me abrazó: “Podemos hacerlo” dijo y me besó levemente en los labios. Estuvimos allí abrazadas hasta que mi celular sonó, al contestar mi abuelo comenzaba a darme directivas en relación a la empresa, tomada de la mano de Britt lo escuchábamos.

Provisoriamente me instalé en la oficina de mi abuelo, llevé a Britt conmigo, Carla y Denis, la secretaria de mi abuelo, se ponían al tanto de las agendas para organizar las reuniones.

Mientras leía unos archivos tratando de afianzarme en las nuevas responsabilidades, Carla entró a la oficina y dijo “Santana, hay reuniones importantes después del almuerzo…” ella quería decirme algo más, con Britt esperábamos que terminase la idea, pero Carla miraba a Britt y no sabía si continuar o no, “Carla, ¿pasa algo malo?” consulté, ella suspiró y dijo: “son tres reuniones, dos de ellas acompañada de Fabiola”. Pequeño detalle que no tuvimos en cuenta, vi a Britt que se sentó concentrando su atención en unos papeles, Carla se sintió incómoda, “¿Retrasamos las reuniones? O tal vez Quinn pueda acompañarte” dijo en un intento desesperado de proponer una solución, ella sabía que Britt era celosa. “No, Carla. Iré con ella, avísale y que venga ahora así nos ponemos al día”.

Carla salió de la oficina y Britt continuó leyendo, en mi cabeza buscaba las palabras adecuadas para decir lo correcto, ir a esas reuniones con Fabiola sólo eran parte del trabajo temporal que tenía, por su actitud sabía que Britt lo entendía pero los celos estaban allí y junto con ellos un atisbo de desconfianza que me dañaba.

- Britt, sólo es trabajo, un par de reuniones, nada más.
- Lo sé, San.

Ella me miró con decisión, le costaba aceptar la idea de verme relacionada a una persona que claramente estaba interesada en mí, pero entendía que era por trabajo. Britt estaba ubicada frente a mí, nos separaba el escritorio y aunque tenía ganas de treparme sobre él y acercarme a ella para besarla, no podía hacerlo, además Fabiola llegó en ese momento. Saludó a Britt y se acercó a mí, besó mi mejilla y nos pusimos al tanto de las reuniones.

Había olvidado lo eficiente que Fabiola era como abogada, las ideas de ambas se complementaban y eso colaboraba para que el trabajo fuera ameno. La dinámica entre ella y yo no pasó desapercibida para Britt quien sólo escuchaba.

- Bien, Santana, te veo después del almuerzo. Adiós, Brittany.

Salió de la oficina sonriendo, yo quedé con un sentimiento de efusividad, trabajar con personas competentes me alegraba y por más que Fabiola era una persona con la cual no deseaba tener trato, debo reconocer que hace un trabajo excelente. Britt seguía seria, la hora del almuerzo estaba cerca, le propuse ir a ver a mi abuelo y almorzar juntas, después nos veríamos recién al anochecer. Ella aceptó y juntas fuimos al hospital.

Mi abuelo nos recibió con entusiasmo, me cercioré que no necesitase nada y me despedí de él para ir a almorzar con Britt en mi casa, mi nana nos esperaba. Mi abuelo no quería que yo estuviese mucho tiempo ahí en el hospital, insistió mucho en que fuera a casa a almorzar.

Britt seguía seria, durante el camino no dijo nada y la situación era incómoda.

Mi nana nos recibió, se alegró de tener a Britt con ella, juntas comenzaron a preparar la mesa para almorzar mientras yo leía el periódico. Britt pasaba de la alegría a la furia en instantes como si recordara por momentos mi reunión con Fabiola. La vi cortando rebanadas de pan en la mesada, mi nana revolvía algo al lado de ella, Britt lucía hermosa, me acerqué a ella y la abracé por detrás, ella se estremeció, presioné mi cuerpo contra su espalda y besé su cuello, ella sonrió, “San, está tu nana” dijo con un poco de vergüenza, dejó de cortar pan y me dio un pequeño beso en los labios. Mi nana sonreía.

Al terminar al almuerzo, aún me quedaba tiempo para pasar junto a Britt. Mi nana decidió dejarnos solas, Britt había bajado la guardia pero creí necesario charlar sobre sus celos. Estábamos en la sala sentadas y le dije:

- Debemos charlar sobre Fabiola…
- No, no hay nada de qué charlar, es tu trabajo.
- Pero no me gusta verte enojada conmigo.
- No estoy enojada… sólo, no te acerques mucho a ella.

Dijo eso con un puchero en su rostro, me acerqué a besarla y ella me abrazó diciendo: “¡Dios, Santana!Me haces sentir tantas cosas…”

Sus palabras fueron necesarias para despertar el deseo en mí, nos dirigimos a mi habitación y me desvistió en cuestión de segundos, lo mismo hice con ella. Nos tocamos con desesperación, sus manos recorrían mi cuerpo desnudo y me besaba con pasión, estábamos de pie y me alzó, me puso contra la pared mientras mis piernas rodeaban su cintura, no dejamos de besarnos ni un instante, estar abierta de piernas con ella en medio de mí me enloquecía y quería sentirla dentro de mi cuerpo, me sujeté a ella y le rogué que me penetrara, deslizó su mano derecha por mi vientre y se adentró en mí haciéndome estallar en un gemido gutural, arremetía contra mí con posesión, no escuchaba su voz pero recordaba perfectamente las veces que me dijo: “Eres mía, Santana, mía”, no sé en qué momento ella me trasladó desde la pared hasta la cama y arremetía con más fuerza enloqueciéndome, hundí mis dedos en su cabello y seguía besándola, “Te amo, Britt” le dije antes de que una explosión me invadiera por completo dejándome desecha, abandonada al placer gracias a ella y a sus cálidos movimientos dentro de mí. Nos abrazamos, ella se aferró a mí en un gesto que interpreté como desesperado y a la vez posesivo, besé lentamente su cuello, acaricié su rostro y la besé dulcemente, seguía encima de mí, mi mano izquierda viajó por su espalda desnuda y descendió por su cintura rumbo a su centro de placer, mientras la besaba me adentré en ella, su cuerpo se tensó ante mi accionar y comencé los movimientos dentro y fuera de su cuerpo, sin que se lo pidiera me concedió estar encima suyo, sus largas y esbeltas piernas rodeaban mi cintura, me dio más acceso hacia su interior, gemía, decía palabras que no lograba entender bien pues estaba concentrada en darle el mayor placer posible.
Observé como era poseída por el éxtasis de mis movimientos, sus manos se aferraban a mi espalda, hundía las yemas de sus dedos en mi piel, yo aumentaba el ritmo, ella gemía más fuerte, el orgasmo se acercaba y me besaba con locura mientras esperaba el avance de ese placer por todo su organismo, cuando este llegó su cuerpo se arqueó y sus manos hicieron que mi cuerpo se presionará con más fuerza encima del suyo, dijo mi nombre con el último aliento que podía brindarme y se dejó guiar por el avasallamiento del amor que le estaba profesando en esos instantes.

Permanecimos acostadas, desnudas y abrazadas, ella dibujando letra por letra algunas frases con sus dedos sobre mi piel mientras yo adivinaba. Escribía “Te amo”, “Pórtate bien”, “No te tardes”, “Regresa a mí”, mi abdomen estaba tatuado con esas frases y permanecerían ahí a través del tiempo.

Era tiempo de partir, no quería alejarme de ella pero tenía trabajo que hacer y ella retomar sus ensayos, nos dimos una ducha rápida entre besos y caricias luego Marcelo nos llevaría a nuestros diferentes destinos.



…………………………………….



Era de noche y estaba esperando a Britt en su camerino, las reuniones no lograron agotarme del todo pero se venían días pesados, Fabiola fue de lo más profesional y competente todo el tiempo en las dos reuniones que compartimos, me invitó a tomar una copa pero rechacé la invitación, no insistió y se despidió de mí. Quinn me informó que debía hacerme cargo de mi nueva empresa pues todo ya estaba en orden en relación a los papeles que necesitaba.

El tiempo dentro del camerino se me hacía eterno, salí y me encaminé hacia el escenario donde ensayaban, pero mientras cruzaba un enorme pasillo Alexandra apareció en mi vista, ella me vio y comenzó a caminar en mi dirección, nos enfrentamos, ninguna bajó la mirada, ella dijo con sinceridad:

- Me enteré lo de tú abuelo, ¿cómo está él?
- Mejor, debe descansar mucho, gracias por preguntar, ¿Britt aún practica?
- Se quedó charlando con Ryan…

Dijo eso mientras se alejaba, algo me hacía ruido en mi interior entonces me di la vuelta y la llamé.

- ¡Alexandra! -ella se dio la vuelta y me acerqué- ¿Es verdad que dejarás la obra?
- Así es…
- ¿Puedo saber las razones?
- Santana, seamos sinceras, ambas sabemos cuáles son las razones, ¿acaso quieres humillarme?
- No. Aunque no lo creas tampoco me agrada que te vayas, no es por mí, es por Britt, -su rostro cambió- ella no quiere que te vayas. Sé que ambas comparten un sueño que se cumplió, tal vez no como lo imaginaron pero debo admitir que hay algo entre ustedes dos, algo que no logro explicar que es, una conexión aparte, única, algo en lo que yo no encajo y me da rabia admitirlo pero eso es lo que noté al verla junto a ti, Britt es feliz con eso, no quiero que pierda esa felicidad sólo porque yo soy celosa de esa rara conexión…

- Santana, tu y yo jamás nos llevaremos bien, claramente estás admitiendo tus celos, eso es algo que no te hace bien ni a ti ni a Britt y yo no creo poder soportar ver a Britt contigo, lo mejor para todas es que yo me haga a un lado.
- Sé que no nos llevaremos bien pero estoy dispuesta a aceptar lo que sea con tal de ver feliz a Britt, ella no quiere que dejes la obra, te pido que no lo hagas, continúa.
- No cambiaré de opinión…
- ¿Aceptaste ser parte de la obra por el dinero que ibas a ganar?
- ¡Claro qué no! No intentes ofrecerme más dinero porque no aceptaré bajo ningún concepto.
- Entonces, ¿por qué aceptaste? ¿Por qué estás enamorada de Britt o por qué ambas comparten un sueño? ¿Acaso no era el sueño de ustedes ser bailarinas, triunfar, ser famosas? Sé lo que sientes por Britt, se te nota a lo lejos pero ella me eligió a mí, tú compartes con ella una pasión que es el baile, no la dejes sola, si no puedes aceptar que ella está conmigo entenderé el por qué te apartas pero de esa forma sólo me daré cuenta de que le has mentido a Britt. No la impulsabas a que cumpliera su sueño, sólo querías hacer que ella se enamorara de ti, la engañaste con algo que es muy importante para ella, algo por lo que lleva años queriendo cumplir, ahora puede hacerlo y es feliz con eso. Piénsalo…

No dije nada más, Alexandra no podía hablar, las personas empezaban a inundar el pasillo y yo me dirigí al escenario en busca de Britt. Ella conversaba con Ryan, al verme sonrió, me acerqué a ella y dejé un beso en su mejilla, tomó mi mano y dijo:

- Estamos analizando con Ryan qué bailarina reemplazará a Ale.
- No creo que sea necesario, no creo que ella deje la obra -respondí.
- Santana, me lo ha confirmado - dijo Ryan con desesperación.
- La hablé, pero creo que ustedes deberían charlar con ella, no se irá.

Britt me miró con sorpresa y a Ryan se le iluminó la mirada con el destello de la esperanza, “Deberían ir a hablarla ahora” les dije y nos encaminamos al camerino de Alexandra.

Yo esperé a Britt en su camerino, luego de unos veinte minutos ella entró sonriendo y me abrazó, ella estaba feliz, me besó y me miraba con tanto amor que podría derretirme allí mismo, su mirada celeste me hechizaba y me sentía cada vez más enamorada. “No sé qué le habrás dicho pero se quedará. Te amo tanto, San” y sello su frase con un beso prolongado cargado de amor. Mi temor, el que ella no me amase, se desvaneció completamente, ella me amaba tal cual yo lo hacía, ¿podría ser más feliz? Seguramente sí, estando con ella todo puede mejorar.



…………………………………….



Britt se bañó y nos fuimos al hospital, ella destilaba felicidad por doquier, algunos periodistas la esperaban afuera del teatro para invadirlas con preguntas en relación a la renuncia de Alexandra, una que otra pregunta fue destinada a mí, querían saber si yo la despedí por problemas personales. Con una alegría inmensa Britt les explicó que Alexandra no dejaría la obra y que yo cumplí un rol importante para que eso sucediera. Las preguntas nos asediaban aún más, querían detalles, saber absolutamente todo pero decidimos irnos, los periodistas no se conformaban con cualquier cosa que les dijéramos.
Marcelo nos llevó al hospital, él sonreía al ver a Britt tomar mi mano y besarme cada dos por tres, acción que me hacía sonreír y devolverle cada uno de sus dulces besos.

Mi abuelo veía una película acompañado de Harry, Al vernos juntas y tomadas de la mano percibí dos acciones diferentes en esos hombres, por un lado, mi abuelo sonreía, le agradaba que Britt y yo nos llevemos bien. De seguro ya estaba al tanto de que ambas estábamos al mando de su tan preciada empresa. Por otro lado, Harry nos miró con curiosidad, atento y en espera de explicaciones que quizás aún no comprende o no quiere ver lo que la mismísima realidad le muestra, el amor que nos profesamos con Britt, un amor tímido ante los demás, discreto y silencioso, pero que desea explotar y ser visto como un amor único, lleno de devoción y entrega total.

Britt besó a su padre y abrazó a mi abuelo contento por recibir tanto afecto. Me acerqué a Harry y lo saludé con un gesto de mi cabeza, besé a mi abuelo y me senté a su lado para escucharlo.

- Me alegra que trabajen juntas, Harry me ha contado todo lo que pasó en la reunión, estoy feliz. Hija, mañana me dan el alta…
- No vas a volver todavía a la empresa -dije rápidamente.
- Lo sé, lo sé… te prometí cuidarme y lo haré, estoy tranquilo porque sé que la empresa está en buenas manos.

Charlamos un tiempo más, él no quería que me quede a acompañarlo, me mandó a descansar, mañana por la mañana ya regresaría a casa. Harry se despidió de nosotros y con él se fue Britt quien me besó en la mejilla y me dio un abrazo.

Al dejarnos solos en la habitación, me invadió la tristeza, hace instantes que ella se había marchado y la necesidad de tenerla a mi lado acrecentaba más y más. Mi abuelo me miró y dijo “Me dijeron que estos días los Pierce te han ayudado mucho, ¿cómo agradecerles, mi´ja?”, lo besé, me acerqué así me abrace y le dije “No lo sé abuelo…”.

Esperé a que se durmiera y aunque le prometí irme, no lo hice. Le avise a Marcelo que se fuera y le diera el mensaje a mi nana, ella vendría temprano para acompañarlo a casa. Me acomodé en el sofá que había en la sala y me dormí, pensando en Britt e imaginando que era abrazada por ella.

Alrededor de las cinco de la mañana mi abuelo estaba sentado a mi lado, me desperté sobresaltada, “Eres una terca…” me dijo mientras me besaba en la frente, “Sigue durmiendo, sólo me levanté al baño” agregó. No volví a cerrar los ojos hasta que él estuvo de nuevo en cama, miré mi celular y tenía mensajes de Britt, quien me decía que me extrañaba y que lamentaba no poder estar conmigo, sonreí, pero también tenía un mensaje de su madre: “Santana, debemos hablar, Harry y yo hemos tenido una charla muy particular, sospecha sobre Britt y tú, no confirmé nada y no me gusta esto de ocultarle cosas a mi marido, avísame así hablemos, en la mañana hablaré con Britt. Besos”.

Miré a mi abuelo, ¿cómo lo tomará él? Harry ya sospechaba, ¿él, no? Mi corazón latía a mil, los nervios y cierto miedo recorrían mi cuerpo, necesitaba a Britt a mi lado para saber qué hacer.

Dormí un poco más hasta que mi nana me despertó, mi abuelo aún dormía, lo besé y lo dejé. Llegué a casa, me duché y Marcelo me llevó a la empresa. Britt aún no había llegado, tal vez la charla con Nicole se extendería un poco. Fui a la oficina de mi abuelo y contemplé la ciudad a través del ventanal. Era tiempo de tomar decisiones importantes y enfrentar al mundo entero. La idea de luchar constantemente era agotadora, me hubiera encantado sólo vivir a base de cuestiones simples y apasionadas como amar a Britt todo el tiempo, pero la vida no es sólo amor, debía trabajar, cuidar a mi abuelo, a mi nana, no podía simplemente dejar de lado todo sólo por sentir la necesidad de amar constantemente a una sola persona. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Fabiola quien entró en la oficina cargada con unos archivos, era momento de trabajar y dejar para después mis cavilaciones sobre mi futuro con Britt.

Carla nos trajo café y la agenda del día, más y más reuniones, como era de esperarse la química empresarial entre Fabiola y yo no se hizo esperar y comenzamos a organizarnos sin problemas. La relación de trabajo era tan fluida que parecíamos una sola persona, cuestión que me reconfortaba y en medio de tanto éxito, Britt llegó. Saludó desde lo lejos a Fabiola y me sonrió, “San, hoy debemos presentarnos en la empresa” dijo ella con entusiasmo, le sonreí y dije: “Iremos antes del almuerzo, será genial”.

Mientras Carla y Britt se ponían al tanto con algunas reuniones yo me concentré en lo que decía Fabiola. Quinn se paseaba por la oficina de vez en cuando, me miraba y sonreía, algo le pasaba a mi amiga.

Mi nana me llamó para avisarme que mi abuelo ya estaba en casa y que todo estaba bien, Fabiola se fue y Carla se retiró para dejarme a solas con Britt.

- Quinn me dijo que necesita hablar contigo -dijo ella.
- Ok… dime, -dije tomando su mano- ¿hablaste con tu mamá?
- Sí… quiere que almorcemos con ella, mi papá… él sospecha. Mi mamá no quiere mentirle pero tampoco desea ponernos en apuros para decirle la verdad. Lo que tenemos tú y yo no está mal, ¿verdad?
- Claro que no está mal… sólo qué tengo cierto miedo.
- Si estamos juntas nada podrá dañarnos, no pienso alejarme de ti.

Le sonreí, “Tienes razón” dije y nos levantamos de nuestros lugares para fundirnos en un abrazo, ella dejó un leve beso en mis labios y yo la abracé aún más.

A pedido de ella me fui a la oficina de Quinn quien estaba concentrada viendo algo en Internet, al verme sonrió y dijo “¡Jefa!”, blanquee los ojos, me senté frente a ella y la observé, su alegría y concentración en la pantalla me llamaba la atención.

- ¿Qué estás buscando?
- Un lugar especial, París es el romanticismo puro pero muy común, ¿no lo crees? -dijo ella.
- ¡Oh! ¿buscas un lugar para llevarte al hobbit de vacaciones? -dije riéndome.

Quinn me miró y frunció el ceño, “No le digas así” me regañó. Dejó de lado su monitor y me miró, tomó aire, lanzó un suspiro y sus ojos verdes se centraron en mí.

- Santana, Rachel es la mujer de mi vida, al conocerla me volvió loca, la amo, la amo tanto que no me importó lo que dijeran los demás, lo que pensaran mis padres y ella en medio de tantas personas me eligió a mí. Vivimos juntas desde hace tiempo pero…

Mi rubia amiga se trabó allí, estaba nerviosa, dejó de mirarme, me asusté y le dije algo para animarla a seguir hablando.

- ¿Pasa algo malo, Quinn?
- No, claro que no… sólo que tengo miedo…
- ¿A que le tienes miedo?
- Al rechazo. -al ver mi expresión pues no entendía nada, siguió hablando- Tengo miedo de arruinar todo lo que tenemos. Santana, estamos en el mejor momento de nuestra relación sé que debería disfrutar cada día al lado de ella pero soy ambiciosa y quiero más, Santana, quiero que sea mi esposa, quiero pedirle a Rachel que se case conmigo.
- ¡Oh Dios, Quinn!
- ¿Crees que es muy pronto? Va a decirme que no…
- No Quinn… ¡Es Rachel! Ella te ama, no va a decir que no, es la reina del romanticismo, adorara verte proponiéndole matrimonio.
- Santana, estoy tan feliz…

Me levanté y nos abrazamos, la observé detenidamente, ella estaba muy enamorada, sus ojos eran cubiertos por unas lágrimas de alegría, desvié mi mirada hacia el monitor y vi bellas imágenes de París, “Aunque sea común, Paris es un gran lugar”, ella me miró y sonrió, “Allí la llevaré de luna de miel”. Nos abrazamos y me alegraba por ella y por el triunfo de su amor.