FanFic BRITTANA La verdad sobre el amor

CAPÍTULO 19: Amor sin barreras.

Marcelo nos llevó al edificio donde funcionaba la empresa que a partir de ahora me pertenecía junto con Britt. Unos hombres de la edad de Harry nos sonrieron y nos mostraron la instalación y a cada uno de los trabajadores los cuales nos miraban sorprendidos. Casi todos eran mayores que nosotras, tal vez al vernos tan jóvenes no les inspiraba confianza sin embargo nos explicaban cada una de las actividades que realizaban. Nos sacamos fotos con algunos de ellos, recorrimos el lugar y dejamos a cargo al hombre con más antigüedad en el trabajo, él sería nuestro administrador y nos informaría sobre los cambios y/o necesidades que la empresa requiera.

Las preguntas al instante comenzaron a surgir, quien era la jefa, si habría bajas en el trabajo, si la empresa desaparecería como venían previniendo los rumores desde que Puck se fue.

A cada una de las dudas que se plantearon tratamos de ser sinceras; ambas éramos las dueñas de la empresa, por lo tanto la decisión de algún cambio debía ser tratado por las dos, como estaríamos separadas de López& Asociados éramos independientes y dependía de nosotras evitar que alguna empresa mayor nos absorbiera ante la inestable economía por la cual atraviesa el país. Parecían conformes con nuestro discurso, nos miraban con detenimiento y noté ciertas miradas lascivas hacia mí y hacia Britt, ella sonreía constantemente, miraba todo con curiosidad y exploraba cada rincón preguntando y tratando de entender el funcionamiento de cada máquina del lugar, los trabajadores atentos a los pedidos de ella le explicaban con detalle y le dedicaban sonrisas cargadas con otras intenciones. Yo era lo contrario de Britt, estaba seria, verla desenvolverse tan confiada en ese grupo de hombres generó en mí ese sentimiento que se alojó en mí cuerpo desde que la conozco: los celos. Mentalmente me decía que debía controlarme, ella muchas veces me dijo eso, “Contrólate, San”… “Eres mía, San”pero aun así no podía controlarme del todo, necesitaba marcar mi territorio, decirle a todos ellos que ella era solamente mía. Como si me leyera la mente, me tomó de la mano y me llevaba de un lado a otro, su mano suave y cálida no se despegó de la mía ni un instante, a cada minuto me dedicaba una mirada cargada de amor y yo le sonreía como boba, ella lograba llevarme a diferentes extremos, la furia de los celos y la sumisión ante su mirada encima de mí.

Nos despedimos de los trabajadores prometiendo ir a la empresa una vez a la semana por si surgía alguna duda o un problema a solucionar. Luego de ese recorrido particular para ambas y conocer nuestra primera empresa debíamos encontrarnos con Nicole.

Britt y yo estábamos esperando a Nicole en el restaurante, aún no habíamos pedido la comida, realmente no sabía si podría comer con el tema que había que tratar. Nicole apareció en la entrada del restaurante, se encaminó directo a nuestra mesa, me dejó un beso en la mejilla y le dio otro a Britt. Se sentó y nos miró. “¿Pedimos primero la comida?” dijo ella como para comenzar a dispersar el clima tenso de la mesa. Cada una pidió su platillo, el mozo nos sonrió y prometió volver con el pedido. Nicole nos miraba y estaba nerviosa.

- Nicole, -dije yo- creo deberías comenzar a contarme que dijo Harry.
- Santana, -suspiró y continuó- mi esposo me contó que ha notado algo raro en ustedes, al principio le pareció agradable el que trabajen juntas y se lleven de maravilla pero vio cosas que le hicieron dudar sobre su amistad. Tu bien sabes que él conoce sobre tu inclinación sexual dado esos rumores, -Nicole cuidaba bien sus palabras para no decir algo que me ofendiese o que lastimara a Britt- entonces al ver que tú y Britt duermen juntas, que andan tomadas de la mano y que se den esas miradas que se dan, pues lo hicieron dudar… todo eso me lo dijo él, “Nicole, ¿has visto como se miran? Como si estuviesen enamoradas” me dijo. Niñas, ¿cómo se les ocurre dormir juntas en el viaje? Él me contó que pidió habitaciones separadas pero que ni hizo falta pues no se separaban…

- Pero mami, amo a Santana, quiero estar con ella y lo nuestro no está mal.

Nicole miró a su hija con sorpresa, tal vez para ella la prematura expresión de su hija sobre nuestro amor tan pasional era visto como undelirio, Nicole no entendía la locura de la cual Britt y yo éramos presas, no entendía ese sentimiento abrasador que nos envolvía: la necesidad. Necesidad por tenernos una al lado de la otra sin importar el tiempo ni el espacio.

- Hija, “amar” es algo muy fuerte, estás segura que…
- Sí mami, la amo y ella a mí.

Nicole me examinó, balbuceaba algo pero no lograba entenderla, ella tampoco entendía nada en relación a nosotras.

- Entonces, ¿qué haremos? No quiero ocultarle algo como esto a Harry.
- ¿Crees que se enfade conmigo? -consulté.
- Él te aprecia muchísimo, tal vez la idea lo descoloque un poco, pero no reaccionará mal.
- Desde el viaje lo noto un poco diferente, intuía que sospechaba algo sobre nosotras, sutilmente hace que no me acerque mucho a Britt.
- Es el instinto protector, cuidar a su nena, como siempre lo hizo. Con Sam hizo lo mismo, al principio no lo aceptaba…

Nicole hizo silencio ante un gesto de Britt, se dio cuenta que nombró a una persona que formaba parte del pasado de Britt y que no venía al caso citarlo, sin embargo, la noticia me reconfortaba a pesar de sentir una estocada de celos. Harry sólo quería proteger a Britt, a su vez, me di cuenta que no era diferente a Sam, ambos debíamos ser aprobados por Harry, él lo había logrado, yo aún no.El almuerzo llegó y con él una pausa para pensar: ¿Qué hacer?

Casi no probé mi comida, Britt veía que sería imposible que comiese hasta arreglar lo que deberíamos arreglar.

- Santana, ¿piensas que Gustavo no aprobará tu relación con Britt? ¿Quieres que yo hable con él? -dijo Nicole.
- No lo sé, mi abuelo ahora está delicado de salud… no sé cómo lo tomará.
- Hija, no estés preocupada -dijo tomando mi mano- supongo que son conscientes de que su relación no puede mantenerse oculta por siempre, en algún momento tienen que hablar con Harry y Gustavo, yo las apoyo chicas.
- Gracias, Nicole. -dije.

Ella sonrió y agregó:

- Aún no hablaré con Harry, será nuestro secreto por ahora, pero si siguen comportándose como lo hacen él y todo el mundo se dará cuenta.
- Pero no lo podemos evitar, mami… -dijo Britt.
- Lo sé, cariño, lo sé -dijo mirando con ternura a su hija.
- Nicole, estoy dispuesta a hablar con Harry, como dice Britt, no podemos evitar demostrar cuanto nos queremos,
pero me gustaría que mi abuelo lo supiera antes… yo… yo necesito saber que cuento con su permiso para amar libremente a Britt.

Britt se acercó a mí, me besó, “Te amo” dijo sin más, Nicole sonreía al vernos juntas y expresó: “Esperaremos entonces, que pase lo que tenga que pasar”.

Luego del almuerzo Nicole se despidió de nosotras, con Britt iríamos un momento a ver a mi abuelo antes de continuar con nuestras actividades, yo un par de reuniones y ella los ensayos en el teatro.

Al llegar a casa, Britt se lanzó a los brazos de mi abuelo quien se encontraba sentado en la sala leyendo el periódico, ambos sonreían con complicidad. Me acerqué a él y lo besé en la frente, Britt se sentó a su derecha y yo a la izquierda, tomó nuestras manos y dijo “Me siento el hombre más feliz en estos momentos”.

Después de charlar un poco y contarle nuestra presentación en la empresa, él pidió descansar un poco. Lo acompañamos a su habitación, cerró su puerta y nos dirigíamos hacia abajo pero tomé a Britt de su brazo y la arrastré a mi habitación, entre risas nos besamos y ella me condujo hacia la cama, se puso encima de mí sin dejar de besarme. Impulsada por el deseo, comencé a desvestirla, ella imitó mi accionar y en cuestión de segundos ambas estábamos desnudas amándonos con locura.

Sus besos quemaban mi piel y necesitaba unirme más a ella, necesitaba que su cuerpo y su alma se compenetraranconmigo, sus caricias por mi cuerpo me hacían gemir y querer gritar de placer, al adentrarse en mí sentí quedarme sin aire, sentí llegar al momento culmine de mi existencia, sus labios en mi cuello me devolvieron la conciencia y fui arrastrada por el enorme placer que ella me proporcionaba, rodee mis brazos en su cuello y ella hizo que me sentara en la cama envolviendo mis piernas a su alrededor, el éxtasis en mí aumentaba al acomodarnos en esa posición, nuestras frentes se unían y sus manos se enredaron en mi cabellos suelto, abrió sus ojos y el celeste de sus pupilas se clavó en mi rostro, deslizó su mano por mi vientre y volvió a penetrarme haciendo que mi cuerpo en respuesta a ese accionar se deslizara hacia atrás pero ella me sostuvo con firmeza por mi espalda evitando que tuviera contacto con las sábanas, gemí y la sentí adentrarse más en mí, grité sin recato alguno y ella continuaba adentrándose en mí, generando movimientos lentos y placenteros logrando enloquecerme de placer.

Britt me dejó totalmente abatida, me cubrió con sus torneados brazos, yo me dejé llevar por el aroma de su piel y el brillo de su cabello el cual resplandecía aún más gracias a los rayos de sol que penetraban mi ventana. La miraba con devoción, estábamos desnudas frente a frente, besé su rostro con delicadeza y me detuve en sus labios, la intensidad de mi beso aumentaba y me puse encima de ella, con sus manos en mi cadera me ayudó a acomodarme sobre su cuerpo, era mi turno de enloquecerla, a pesar del abatimiento necesitaba seguir amándola, segundo tras segundo.


Britt se duchó y se vistió apurada, la acompañé en la ducha pero a diferencia de ella no me apresuraba a vestirme, ella se movía por la habitación buscando mi ropa así me apresurara, me reía por verla nerviosa, ella llegaría tarde al ensayo y yo a mis reuniones pero no me importaba, en ese momento sólo deseaba estar con ella, separarme no era una idea que me agradase.

- San, por favor, vístete…
- Primera vez que me pides eso, Britt, ¿en qué momento las cosas cambiaron? -dije recostándome en la cama con una sonrisa en mi rostro.
- Muy bien, llamaré a Rachel para que me lleve… -dijo ella.
- ¡De eso nada! -exclamé indignada- Ya me visto y te llevo.

Me puse de pie y comencé a vestirme, me di cuenta que mi ceño estaba fruncido y que ella sonreía ante mi actitud, sabía cómo lograr algo conmigo. Se sentó en la cama, observó cada movimiento que hice y cuando estuve lista dijo: “No puedo creer que te haya pedido que te vistieras”, sonrió y se acercó a besarme con tal pasión que si no fuera porque teníamos obligaciones que cumplir la desnudaba una vez más y no saldríamos de mi habitación en días…

El día fue agotador, las reuniones tediosas me desgastaron, todo el cansancio del día se transformaba en nostalgia. Me vi en la oficina semi-vacía rodeada de trabajo deseando estar al lado de Britt, sentirme abrazada por ella, que nuestros cuerpos desnudos se reencuentren y de a poco se unan como ahora sabían hacerlo, su piel cálida tenía la temperatura justa que mi cuerpo necesita para sentirse tranquilo, brindarme seguridad y armonía. Cerré mis ojos tratando de rememorar el dulce aroma de su piel, mis dedos ya estaban ansiosos de sentir la sedosidad de su cabello rubio y recorrer cada parte de su esbelto cuerpo.

- ¿Soñando despierta, López?-dijo Quinn quien sonreía desde la puerta.
- Sólo estoy un poco cansada… -respondí.
- Uff… me imagino, Britt es muy activa… -dijo sonriendo con malicia- ¡suerte, López! -agregó y se fue.

Tomé mis cosas y salí en dirección al teatro pero Sam y otras personas me esperaban afuera, “Necesitamos hablar contigo” me dijeron. Suspiré y los hice entrar en la oficina.

El tiempo avanzaba y aún no podía salir de la empresa dado que debía firmar una serie de papeles y organizar unas reuniones para el día siguiente. Britt me llamó al notar que no fui a buscarla.

- San, ¿Dónde estás?
- Britt estoy ocupada, ¿me esperarás ahí? Debo organizar un par de cosas y voy por ti… -dije eso y Sam centró su mirada en mí.
- No te preocupes, San, haré que Ale me lleve a casa, te espero allí… no tardes.
- No tardaré…
- Te amo… -dijo ella y la comunicación terminó.

Mi cerebro procesaba rápidamente esas palabras, y en cuestión de instantes una sensación extraña recorrió mi cuerpo, sonreí y quise corresponder a ese enunciado con las mismas letras en que fue creado pero ella estaba lejos de mí, a quien tenía cerca y observándome fue a Sam y un par de hombres a la espera de mi firma para retirarse.

Sam fue el primero en retirarse y yo me quedé media hora más firmando documentos y autorizaciones de compras. La secretaria de mi abuelo me informó de las nuevas reuniones para el día siguiente y el resto de la semana, algunas acompañada por Fabiola. Al revisar mi semana agitada me despedí de ella y me dirigí a la casa de Britt.

Mi sorpresa fue grande al encontrar a Sam allí sentado en el sofá de la sala en la casa de Britt. Harry bebía una copa de vino con él, Nicole fue quien me hizo pasar, ella me miraba con cautela, tratando de adivinar mis pensamientos, tal vez no era difícil para ella imaginar que quería matar a Sam y sacar su cadáver en una bolsa que luego se llevaría el camión de la basura.

Mientras mis pensamientos asesinos inundaban mi mente, Britt bajó de su habitación y nos vio a todos allí reunidos. Su pelo húmedo indicaba que no hace mucho se había duchado. Miré a Sam y él estaba tan embelesado como yo ante la presencia de Britt. Por un instante él y yo cruzamos miradas, sentí que sus ojos me transmitían un mensaje oculto, la declaración de algo; él lucharía por recuperarla. Sólo espero que mi mirada haya dado el mensaje exacto, no me quedaría de brazos cruzados, no dejaría que ella se aleje de mí.

Britt saludó a Sam y luego se acercó a mí, me tomó de la mano y nos dirigíamos hacia la puerta cuando Harry dijo: “Hija, ¿saldrás? La cena estará lista, Sam está aquí, cenemos todos juntos”, Britt miró a su madre y luego a mí y exclamó: “Quedé en visitar al abuelo de San”. Sin más se acercó a él, lo besó, le sonrió a Sam, agitó su mano en dirección a Nicole y nos fuimos.

Britt charlaba alegremente con mi abuelo y mi nana luego de la cena, yo no podía sacar de mi mente el rostro de Harry al recibir la respuesta de Britt, la cual era contraria a sus deseos de que ella se quedara con él. Recuerdo que por un instante me miró y pensé que me reprocharía algo, como si yo fuera la culpable de que su hija eligiera irse conmigo. Pensé en Sam, en su mirada, y en su tácita declaración de lucha, también en Nicole, ella de seguro estaría pensando en lo que le diría a su marido si lanzaba algún comentario en relación a nosotras o peor aún, más que un comentario, una certeza, una verdad, lo cual induciría a su esposa a darle la razón pero Nicole lo negaría o diría algo para desviar esas ideas hasta que yo pudiera hablar lisa y llanamente con él sobre mis sentimientos hacia su hija.

- Hijas, yo iré a leer un poco en la biblioteca, he disfrutado de la compañía de ustedes, espero se repita -dijo mi abuelo y se fue a la biblioteca acompañado de mi nana.


Britt se acercó a mí y me besó suavemente. Yo estaba sentada en el sillón individual ubicado en la sala de mi casa, ella se aferró a mí para que la abrazara, se sentó en mis piernas y la rodee con mis brazos. Mi mente se activó y recordó la necesidad que me volvió loca en la tarde cuando cerré mis ojose imaginé que estaba con ella. Ahora no estaba imaginando, sentí su aroma penetrar por mi ser y mis dedos sintieron la calidez de su piel, suspiré y besé su sien. “Quiero dormir contigo” le dije y ella se aferró más a mí.

Ya en mi habitación nos desnudamos, mientras yo me recostaba ella le enviaba un mensaje a Nicole, avisándole que se quedaría conmigo, al terminar, se puso encima de mí, me besó con sutileza y acariciaba mis pechos con sus manos, me hizo gemir y mis fuerzas me abandonaban, ansiaba mucho que ella me amara tal cual lo hizo esa misma tarde pero su celular sonó, era Harry.

Britt se sentó en el borde de la cama y atendió la llamada. Yo me senté detrás de ella rodeándola con mis piernas y besando su hombro izquierdo mientras mis manos se posicionaban en su vientre. No me fue difícil escuchar lo que él le decía: “Britt, puedo pasar a buscarte si Santana no puede traerte”, ante eso Britt se tensó y decidida le dijo: “Papi, quiero quedarme, no voy a dejarla sola”. Se escuchó un suspiro cansado de parte de él, “Mañana hablaremos, hija” le dijo como palabras de despedida y la comunicación terminó.

Dejó el celular en la mesita de luz, su rostro denotaba preocupación pero al mirarme sonrió y me besó, me recosté nuevamente y se acomodó encima de mí. Comenzó besando mi cuello sin dejar de acariciar mis pechos y fue bajando dejando huellas con sus labios por mi vientre, “Eres mía” sentenció y comenzó a descender para enloquecerme con su lengua en mi sexo.

A pesar del cansancio no pude dormir. Britt estaba acurrucada a mi cuerpo y yo la estuve observando por horas. Su respiración lenta sobre mi piel me reconfortaba, me amó y la amé con locura pero la deseaba aún más, no me cansaría de hacerla mía, jamás.

Me decía a mí misma que no tenía nada de qué preocuparme, ella me amaba y nada ni nadie podría convertirse en un obstáculo para nosotras, ni siquiera mi abuelo. Me di cuenta que esta necesidad de tenerla siempre conmigo era mayor a cualquier sentimiento que experimenté en mí vida y lucharía por mantenerla conmigo siempre. El amor me enloquecía, me cegaba y generaba en mí cosas que no creí que sería capaz de sentir.

Me acerqué a sus labios y los rocé con los míos, no sé qué hora era, pero el amanecer aún no llegaría y yo necesitaba sentir su amor, hacerla mía una vez más, entonces mi mano viajó por su espalda y se adentró en la unión de sus piernas, ella comenzó a desperezarse, “San… ¿qué hora es?” dijo y yo la besé, no respondí, me puse encima de ella, mi mano siguió buscando su destino, cuando lo encontró me adentré en ella, “¡San!” chilló, luego comenzó a gemir, “Te amo” le dije y cegada por el placer y la necesidad le hice el amor esa madrugada.



…………………



Al despertar, los brazos de Britt me envolvían y una sensación de paz rodeaba la habitación. Miré mi reloj y me levanté asustada, revisé mi celular y había muchas llamadas perdidas de la oficina. “Britt, despierta, llegaremos tarde”.

Con mi cabello apenas cepillado y poco maquillaje me presenté en la oficina acompañada de Britt. Harry se encontraba allí charlando con Fabiola quien me esperaba para dirigirnos a la primera reunión del día. Él nos miró a ambas, tratando de descifrar algo en mi rostro o en el de su hija, pero nuestra preocupación por la tardanza es lo único que podíamos mostrar claramente. “Santana, si nos marchamos ahora mismo llegaremos a tiempo” dijo Fabiola, se acercó a mí, me tomó de la mano y nos dirigíamos hacia el pasillo. Britt vio aquél gesto y pareció molestarle, “¡Santana!” gritó y me paré en seco aún agarrada por Fabiola. Mi chica se acercó y plantó un dulce beso en mi mejilla ante la atenta mirada de varios ojos que miraban con sorpresa ese accionar; Harry, Fabiola, Sam, la secretaria de mi abuelo y unas dos personas más que estaban en el pasillo fueron testigos de esa leve demostración de cariño que recibí. “No te tardes” agregó, le sonreí y me marché totalmente embelesada por ella.

Toda la mañana estuve fuera de la empresa, y tan sólo había tenido dos reuniones. Mientras regresábamos en el auto de Fabiola ella no dejó de lado lo que presenció al inicio de la jornada, antes no mencionó nada pero ahora, un poco más relajadas y luego de unas reuniones exitosas, decidió hablar.

- Fue raro lo de hoy… con Britt. Ella es muy… ¿cariñosa? -dijo.
- Ella siempre ha sido así…-respondí sin dejar de mirar el camino que tenía por delante, al ver que no agregaría algo más, continuó.
- Tú… Tú y ella son…

La miré con seriedad, mi mirada le decía que ni se atreviera a insinuar algo, sin embargo, tartamudeo un poco y siguió.

- No te enojes pero parece que entre ustedes hay algo, algo más que amigas.
- Fabiola, no me apetece hablar de eso -respondí.
- Entonces es verdad…
- ¿Qué? -dije no comprendiendo.
- No lo niegas, entonces es verdad, hay algo.

Suspiré analizando la situación… ella no dijo nada más y yo tampoco aclaré la situación. Llegamos a la empresa y entre nosotras había cierto grado de incomodidad. En el ascensor me dijo:

- Santana, no estés enojada conmigo, sólo fue una apreciación…
- Te dije que no quiero hablar del tema.

Ella se resignó y lo dejó estar pero de seguro sus “apreciaciones” tomaron más fuerza al ver como Britt me abrazó al verme y ambas sonreímos por el reencuentro. Sin darme cuenta del lugar en donde estaba y rodeada de no sé cuántas personas, me dejé llevar por mis sentimientos y casi beso a Britt en los labios, en ese mínimo instante de razón besé su mejilla, ella sonrió, tomó mi mano y nos dirigimos a la oficina de mi abuelo.

“San, mi papá…” ella no continuó porque la besé como hace instantes quería hacerlo, nuestros labios no deseaban separarse y estuvimos así un buen rato hasta que escuchamos que llamaban a la puerta y esta se abría al instante. Harry nos observaba desde el umbral, nuestra cercanía de seguro le parecía llamativa.

- Permiso… -dijo él.
- ¿Pasa algo? -dije y él fijo su mirada en mí.

Britt tomó mi mano y la apretó en forma de apoyo. Harry notó ese gesto y nos miró detenidamente. “Necesito que revisemos unos documentos” exclamó él sentándose en una silla frente al escritorio. Me senté enfrente de él y procedimos a revisar esos papeles. Britt nos acompañó durante toda esa reunión, ella parecía tranquila pero él no, estoy segura que algo deseaba decirme y no lo hacía porque tenía un límite y yo no sabía cuál era ese límite.

Era hora de almorzar y Harry dijo “Bien, me retiro, Britt, ¿nos vamos?”, la miré y ella se puso de pie, besó mi sien y me dijo: “Almorzaré con mi papá, luego nos vemos”. Y ambos se fueron. Me quedé sola en la oficina, tratando de adivinar qué es lo que Harry imaginaba. Miré a través de la ventana la enorme ciudad, esperando respuestas a mis dudas. “López, ¿almorzamos juntas?” dijo Quinn. La miré y ella sonreía “¡Vamos! Tengo miedo de que te lances por la ventana”, fruncí mi ceño y pregunté “¿Por qué haría algo así?”, ella reía y dijo “No veo a Britt por aquí y tu… por Dios si te vieras la cara, estás de terror, anda, vamos a comer” dijo saliendo de la oficina, tomé mi bolso y salí detrás de ella.



……………..



- Entonces… ¿crees que ya lo sabe? No entiendo cuál es el miedo, ya lo sabe, quiere que simplemente se lo digas, él te quiere… -dijo Quinn y a continuación llevó un bocado de sushi a su boca.
- Hay algo que no encaja… es como si quisiera alejarme de ella, sutilmente… Nicole dice que es su instinto protector de padre…
- Tal vez, si mi hija tendría una novia como tú, actuaría de igual manera.

La miré con seriedad.

- ¿Qué estás tratando de decir? -respondí furiosa.
- ¡Hey! Tranquila, que sólo era una broma. ¡Dios, Santana! Sólo habla con él…
- Quisiera hablar con mi abuelo primero.

Ella frunció el ceño, “No crees que algo así afecte su…” no continuó pero la entendí, asentí con mi cabeza. Por unos instantes estuvimos en silencio.

- Habla con Harry… -dijo rompiendo el silencio- que se lo digas después a Gustavo pues es sólo para cuidar su salud, no puedes estar paranoica todo el tiempo y volviéndote loca al no tener la certeza de si él sabe o no lo de ustedes.
- ¿Si no acepta nuestro noviazgo? -consulté con miedo.
- ¿Es un obstáculo para ti? ¿La dejarías por eso?
- No -dije sin dudar.
- Pues ahí lo tienes. Enfréntalo, díselo.

Ella continuó comiendo mientras yo bebía mi sake, tratando de reunir fuerzas para decirle a Harry que Britt era mi novia.

Al regresar a la empresa Carla contenta me pidió que me acercara al monitor de su escritorio, “Debes ver esto, Santana” dijo totalmente contenta. Al acercarme, vi una foto de Britt y mía en nuestra nueva empresa, la noticia estaba en un portal virtual muy reconocido en el área empresarial, destacaban nuestro trabajo y cada una de las acciones que hicimos juntas, explicando que ambas estábamos al mando de una de las mejores empresas del país.

- Pero Santana, escucha “Brittany y Santana juntas son una sola, las empresarias tienen su estilo, es como si fueran una sola persona, yo las llamaría las Brittana” -eso dijo Carla al leer lo que un analista empresarial opinaba sobre nosotras.
Mi secretaria seguía explorando el portal viendo las imágenes, “Llamaré a Britt” dijo y marcó su número. En ese instante Harry y Sam llegaban y escucharon lo que Carla le contaba a Britt por teléfono, de seguro ella ya estaba en el teatro preparándose para ensayar.

Sam leía con esmero, yo miré a Harry, en su rostro no pude distinguir algún malestar o un disgusto, me sonrió y se fue a su oficina. Quinn me hizo una seña para que fuera tras él y hablara de lo que tenía que hablar. No dude y emprendí mi camino hacia su oficina, llamé a la puerta dos veces y entré. Él me vio y sonrió, “¿Necesitas algo, Santana?”, consultó y le dije “Debemos hablar”.

Me senté enfrentada a él, me observaba con detenimiento, “Te escucho” dijo, tomé aire, estaba nerviosa pero el primer paso ya lo había dado, no podía detenerme ahora.

- Es sobre Britt… -dije.
- He hablado con ella sobre ti en el almuerzo. Santana, mi hija es todo para mí. Ella y Nicole son las únicas mujeres por las cuales haría lo que sea, las amo y las protegeré siempre. Ella y tu aún son muy jóvenes y tal vez no comprendan muchas cosas, Britt apenas tiene 21 años tú eres unos años mayor pero te veo como una niña asustada, ni tú ni Britt pueden estar seguras de lo que creen que sienten -lo miré con cierta rabia, él continuó- Santana, no sé qué pasa entre mi hija y tú, ella me dice que te quiere mucho que quiere cuidarte, ayudarte… yo lo entiendo, lo acepto es más yo jamás te negaría mi ayuda y mi apoyo, sabes que te aprecio pero aunque ella me lo niegue yo puedo notarlo…
- Notar qué… -dije a punto de explotar de la rabia.
- Puedo notar que te aprecia de tal manera que saldrá lastimada.

Nuestras miradas se cruzaron, Sam entró en la oficina, no lo miré pero Harry le pidió que esperase a que saliera yo, él obedeció.

- Harry, no pretendo hacerle daño a Britt. Yo…
- Britt ha sufrido mucho este último tiempo, admito que en parte es culpa mía, pero ver a mi hija triste es algo que no puedo soportar y por si fuera poco, tú… -lo miré esperando un reproche- también sufres Santana, las dos. No sé qué habrá entre ustedes, si pretendes algo con mi hija detente porque sólo saldrán lastimadas.Te habló desde la experiencia… ambas son muy jóvenes y Britt tiene mucho por conocer, al igual que tú.
- Entre Britt y yo… -no me dejó continuar y con severidad afirmó.
- No puede haber nada. Santana, protegeré a mi hija siempre, no pretendas avanzar. Te aprecio mucho, te respeto y lo sabes pero estamos hablando de mi hija. Cuando decidiste alejarte por problemas personales, ella estaba mal pensé que era porque extrañaba a su amiga pero ahora no lo sé, ni quiero saberlo. Sólo… Sólo detente, sea lo que sea, detente.
- Quiero a Britt, Harry.

Él me miró pero mi declaración no pareció convencerlo, estuvimos en silencio, él pensativo y yo era consumida por los nervios.

- Te repito, quiero a Britt y no me alejaré de ella. Tal vez no lo entiendas, Harry, pero ella me hace ver el mundo de otra manera y quiero estar con ella. Lo haré con o sin tu aprobación.
- No te atrevas Santana… -dijo algo dolido- no te atrevas a desafiarme. Son muy jóvenes, no, no, no… no puede ser.
- Harry lo que tú no quieres aceptar es que ella esté conmigo, con una mujer.

Él me miró con seriedad “No es eso” dijo pero vaciló. Sentí como si una espada me atravesara el pecho, la angustia me invadía y el terror de perder a Britt se hizo presente. Las lágrimas comenzarían a instalarse en mis ojos, no creí que esto pudiera ser tan difícil. Me di cuenta que con Britt aún nos quedaría mucho por luchar y que no podía mostrarme débil. Les demostraría a todos que nuestro amor era puro y único. Me puse de pie y dejé la oficina sin decir nada.

Sam me vio y ambos volvimos a lanzarnos miradas de advertencias. Suspiré y entré en la oficina. Sentada en el enorme sillón de cuero medité. Observé la foto de mi padre abrazado a mi abuelo, no pude contenerme y unas lágrimas de impotencia y rabia escaparon por mi mejilla. Con las palmas de mis manos las sequé un instante antes de que Fabiola entrara a dejar unos papeles.

- ¿Está todo bien? -dijo ella preocupada.
- Sí, claro que sí -afirmé.

Ella dejó los papeles y antes de irse dijo “Tienes mi número, si necesitas algo, llámame”.


La tarde transcurrió entre reuniones con socios de la empresa, firma de documentos y revisión de balances. Mi concentración fue total, trabajar se convirtió en un escape a mis problemas, un momento de distensión para luego retomar fuerzas y enfrentar lo que tenga que enfrentar. Necesitaba a Britt a mi lado, su ausencia en toda la tarde se hizo notar en mi estado de ánimo.

Al cerrar la jornada me dirigí al teatro. Marcelo me llevaba y ambos nos sorprendimos al ver a Harry entrar en el lugar.
Dudé unos instantes pero me bajé del auto ni bien Marcelo estacionó. Al entrar me encaminé directamente al escenario, allí Harry estaba admirando el ensayo de Britt. Ella notó nuestra presencia, él me miró pero no dijo nada.

Ryan dio por terminado el ensayo y Britt se acercó al lugar donde estábamos esperándola.

- ¿Pasa algo malo? -consultó ella.
- No, hija, vine a buscarte -dijo Harry.
- Santana siempre me lleva a casa -agregó ella poniéndose a mi lado.

Harry nos observó, notó que no sería fácil oponerse a su hija, ni tampoco obligarla a realizar algo que no quisiera.

- Te vine a buscar porque debo hablar contigo -agregó él.
- ¡Ok! Pero lo haremos en la casa, papi -dijo besándolo y llevándome de la mano hacia el camerino.

Al entrar, nos besamos con delicadeza, la abracé con fuerza y ella me correspondió “Te amo” exclamó y volví a besarla.

- Hablé con Harry… -ella esperaba atenta a que continuase- no sé qué hablaron con exactitud en el almuerzo pero me dejó bien claro que me aleje de ti, que sea lo que sea que pase entre nosotras, me detenga. Pero no lo haré Britt, no lo haré, a menos que tú me lo pidas.

Y mi corazón pareció detenerse en ese instante. Le estaba ofreciendo a ella la posibilidad de dejarme, me exponía al dolor, a una situación que tal vez no podría soportar. Ella me abrazó con firmeza, al sentir su cuerpo junto al mío, suspiré y la tranquilidad regresó a mi cuerpo. “No voy a dejarte, no te será tan fácil dejarme” dijo sonriendo, nos besamos. “Hablaré con mi papá” sentenció.

Miré detenidamente como Britt preparaba sus cosas, al terminar nos fuimos a su casa. Al llegar Harry y Nicole parecían estar discutiendo, notaron nuestra presencia y se detuvieron. Britt los besó, yo sólo saludé desde la distancia, me sentía incómoda en ese lugar, la tensión se notaba.

- Iré a ducharme, ya bajamos a cenar -dijo Britt y juntas nos fuimos a su habitación.

Al encontrarnos solas ella me besó con tanta pasión que me perdí entre sus labios, comencé a desvestirla y ella sonreía, la conduje hacia el baño y prácticamente ya estaba desnuda, “¿Nos bañamos juntas?” preguntó ella y le sonreí, pensé un instante y dije “No, amor, tu papá se enojará”. La besé y me senté en la tapa del inodoro esperando que ella se duchara. Ella cantaba mientras enjabonaba su cuerpo y su pelo, me lanzaba miradas lascivas y continuaba enjabonándose, luego, el agua recorría su cuerpo y sus manos cubrían cada parte de piel, ella se acariciaba con lentitud y delicadeza. Se lavó el pelo rápidamente, el agua seguía recorriendo su cuerpo y mis ojos no se apartaban de él. Al terminar, se paró enfrente de mí, sequé su cuerpo y la llené de besos, ella reía y su risa era alimento para mi corazón, la miré sonreír y como una revelación más supe que sólo a su lado podría ser feliz.

La abracé a mi cuerpo con firmeza, la besé con posesión y ella se entregó a mí. Besé su cuello y cubrí su cuerpo desnudo con la toalla, “Amor, vístete y vamos a hablar con tu papá”.

Mientras ella escogía su ropa yo me senté en la cama y Lord T se acercó y se recostó a mi lado, pensé que era para que lo acariciara pero no, él estaba marcando su territorio. Me senté en el otro extremo de la cama y esa acción pareció agradarle dado que se durmió.

- Al parecer ni Lord T quiere que esté contigo -dije.
- Sólo está un poco celoso, nada más -dijo y me besó en la frente.

Ojalá con Harry sucediera lo mismo, que su actitud sea a causa de los celos y que sólo se durmiera, pero la realidad es que él estaba esperándonos abajo para hablar.

- Britt, ¿de qué hablaste con Harry hoy? -consulté.

Britt pareció pensar que es lo que me diría, “Muchas cosas, San” dijo pensativa y luego agregó “Me dijo que yo era muy chica para entender algunas cosas como por ejemplo el amor, tal vez él tenga razón pero yo te amo San y si tú me amas sé que todo marchará bien. Mientras me decía que yo no podía entender el amor me preguntó si yo creía que estaba enamorada de alguien, que él se daba cuenta que a mí me gustaba alguien, que se lo diga…”

El silencio se acentuó entre las dos, ella no me miraba, me levanté y me puse enfrente, levanté su cabeza y besé sus labios con delicadeza “¿Qué le respondiste?” pregunté. Britt suspiró y continuo “Le dije que no me gustaba nadie… le dije eso porque tú y yo quedamos en hablar con tu abuelo primero, pero no quedó conforme con mi respuesta, él siempre se da cuenta cuando intento mentirle, entonces me preguntó que sentía yo por ti y ahí no pude mentirle. Le dije que te quiero mucho y que quiero estar contigo para ayudarte, que no quiero alejarme de ti…” Britt dijo eso y nos abrazamos, en ese instante agregó: “él sabe que te quiero pero no sabe que te amo y que no puedo vivir sin ti, tengo que decírselo, San, decirle que eres todo para mí y que no me alejaré de tì”.

Las lágrimas acechaban a mis ojos, los cerré evitando que ellas ganaran y Britt me besó. Ese beso fue tan delicado y fortalecedor que selló una promesa entre nosotras, ni Britt ni yo permitiríamos que Harry o quien fuera nos separe. Con esa promesa y nuestro lazo de amor fortalecido salimos de la habitación para hablar con Harry.

En la sala, Harry se encontraba sentado en el sillón individual, estaba pensativo, Nicole se encontraba en el sofá, nerviosa. La distancia entre ellos era notoria, nos aproximamos tomadas de las manos, gesto que Harry no pasó desapercibido dado que vio nuestras manos y luego sus pupilas azules se centraron en mi mirada y en la de Britt. Nos sentamos al lado de Nicole y como si fuera casualidad los mandos estaban diferenciados y explícitos, éramos nosotras contra él.

- Santana, discúlpame pero debo hablar en privado con mi hija y mi esposa -dijo él.
- Harry, -dijo Nicole al instante- no seas descortés…
- Papi, Santana debe estar presente -agregó Britt quien sostenía con firmeza mi mano.
- No quiero ser descortés. Es un tema muy personal y familiar el que debemos tratar.

Miré a Nicole, luego a Britt y me enfrenté ante la mirada de Harry, su seriedad logró intimidarme un poco pero no fue eso lo que me hizo tomar la decisión de marcharme sino su argumento, él deseaba tratar este tema con su familia. “Ok, me marcharé” dije y se escuchó el “¡NO!” rotundo de Britt y su madre.

- Papi, no… si San se va me iré con ella -lo desafió Britt.

Harry nos observó de tal manera que no hacía faltahablar, lo que debíamos decir lo demostrábamos con hechos. Las dudas que él podría tener ya no eran dudas, se transformaron en certezas, la verdad salió a relucir y él ya no podía luchar con eso, ni siquiera podría atreverse a hacerse el desatendido o ignorar la realidad: su hija estaba enamorada de una mujer.
Sentí como si estuviera en el medio de una batalla y Harry comenzó a hablar.

- Eso quisiera que me aclaren ustedes… ¿cómo es que mi hija prefiere estar a tu lado en vez de su familia? -me miraba mientras formulaba la pregunta y continuó- ¿Qué sucede aquí? Necesito explicaciones. Santana, he hablado contigo y debo recordarte que no permitiré que mi hija salga lastimada.
- Harry, no seas tan duro con las chicas -dijo Nicole.

Él la miró y sonrió sarcásticamente “¿Yo duro? ¡Por el amor de Dios! ¿Ya no recuerdas las noches en que Britt lloraba sin consuelo alguno? Y no me quiero imaginar cómo habrás estado tu” dijo lo último dirigiéndose a mí. “Son muy jóvenes, chicas. Sea lo que sea que tiene se termina aquí mismo, en este momento” dijo él con total seriedad y autoridad.
Britt apretaba con fuerza mi mano, me miró y estaba casi a punto de llorar pero Nicole se enfrentó a él.

- No Harry. No puedes imponer tus deseos, ya lo has hecho una vez y no fue lo correcto para nuestra hija. Santana la quiere lo ha demostrado y lo que pasó entre ellas aquella vez cuando Santana se fue sólo fue un hecho desafortunado, todos tenemos ese tipo de hechos en la vida. Si tú no las apoyas yo si lo haré.

A Nicole no le tembló la voz para afirmar esoy con Britt la admiramos. Harry parecía pensar en lo que dijo su esposa y noté que no le agradaba la idea de que yo fuera la novia de su hija.

- Gustavo no sabe nada… ¿o sí? -preguntó él.
- No, aún no. Me gustaría ser yo quien se lo diga… cuando sea conveniente -respondí.


Él me miró y en sus ojos había un mensaje oculto, tal vez nunca sería el momento oportuno, tal vez mi abuelo reaccionaría de la misma manera que él… tal vez tendría que seguir luchando.

- No voy a cenar -dijo él- hija, lo único que te diré es que a partir de ahora debes dormir en la casa, ¿es mucho lo que pido?
- Está bien, papi.

Harry se retiró de la sala, observé a Nicole y noté cierta tristeza en ella.

- Nicole, lo siento…
- En algún momento debía pasar, no pensé que sería tan pronto.

Con Britt la abrazamos y solamente cenamos nosotras pero esa cena fue a mí parecer: triste.No era bueno saber que Harry estaba molesto por la relación entre Britt y yo y mucho menos agradable era saber que Nicole y él estaban enfrentados por nosotras.

La cena culminó y debía marcharme. Harry no lo dijo pero el hecho de que yo durmiera con Britt no creo que sea de su agrado. Estábamos en el patio de la casa, abrazadas, el frío de la estación no parecía molestarnos. Ella me besó y yo la besé, nuestro abrazo final estuvo cargado de emociones, la firmeza de su agarre me demostraba que no dejaría que nada nos separe, le demostré lo mismo y volví a besarla “Te amo, Britt” le dije casi a punto de llorar, ella me besó “También te amo, San” respondió y nos separamos.

Marcelo me esperaba en la entrada, subí al auto y vi como Britt entraba en su casa, dirigí mi mirada hacia uno de los balcones de la casa y allí estaba él, pensativo y serio, cruzamos miradas por un instante y desapareció de mi vista. Harry estaba muy molesto pero por lo menos sabía que no me alejaría de su hija y si tiene dudas de mi amor por ella, le demostraría que soy capaz de hacer lo que sea con tal de hacerla feliz, se lo demostraría a él y a todo el mundo.