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[Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
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monica.santander
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FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Cap 21
Capitulo 21
Dos Meses Después…
Santana
—Una sobria Santana López, creo que mis ojos me engañan—arrastró Artie mientras retiraba una silla y me sentaba al lado de Kitty en la mesa que consiguieron en Live Bay para escuchar la presentación de Jackdown.
—Acaba de llegar. Es temprano todavía. Dale tiempo—se metió Puck mientras se dejaba caer con una chica aparentemente enganchada a él. La meneó en su regazo y lamió su oreja.
El comportamiento normal de Puck.
Los turistas se amontonaban y la carne fresca se encontraba por todas partes. Puck podría tirarse a alguien a través de las que buscan los mejores por los siguientes tres meses.
—No voy a beber esta noche. Me imagino que es momento de espabilarme y enfocarme en preparar unos cursos de verano.
Kitty me dio palmaditas en la espalda.
—Ahí está la vieja Santana que conocemos y queremos. Sabía que se encontraba en algún lugar. Me alegro de que haya vuelto.
No lo miré.
Porque no regresé.
Estaba tan muerta por dentro como sobria.
La vieja Santana fue destruida totalmente.
Para no volver jamás.
—Sonríe morena, hay chicas calientes escasamente vestidas merodeando por todo este lugar. Y todas quieren algo de una noche. Está enloqueciendo el cielo en la tierra—dijo Puck, sonriendo como un niño pequeño en una tienda de dulces.
—Revolcarse con chicas anónimas se está volviendo viejo. Necesito un descanso de eso también—dije, y rechacé la cerveza que el camarero me ofreció.
Tenía una botella de agua.
Bebía demasiada agua para limpiarme de todo el alcohol que forcé en mi interior.
—¿Descanso de coños? Como quieras—replicó Artie con incredulidad en su tono.
—Pensé que ibas a ir a ese viaje de carretera con uh…— Kitty hizo una pausa y me miró.
—Puedes decir su nombre. No soy una idiota y no me va a afectar. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me importa?
—Vale, uhm, entonces ese viaje por carretera del que hablabas con Sam. ¿Decidiste desperdiciarlo?
Puck se encogió de hombros.
—No sé. Sam parece estar retractándose. Está, como, cambiando últimamente—se fue apagando y podía sentir la tensión en la mesa.
Les preocupaba que la sola mención de Brittany me cegara de rabia. Pero ya lo superé. Seguro que me volví un poco chiflada con la mención de su nombre o cualquier cosa que me recordaba a ella por un tiempo, pero lo superé.
Ahora me sentía totalmente insensible a lo que ella concernía.
Me recliné en la silla y miré como el mar de gente bailaba.
Nadie llamaba mi atención.
Nadie destacaba para mí.
Me sentía indiferente por algo más que solo Brittany.
Me sentía indiferente con la vida.
Me arruinó por completo, pero sobreviví.
Me encontraba mejor ahora. Ya no era una gilipollas descerebrada y ninguna mujer volvería alguna vez a tener tanto control sobre mí.
—Eh, Santana, ¿segura que estás bien con Brittany y todo eso ahora?—preguntó Artie.
La fulminé con la mirada.
¿Por qué tenía que seguir diciendo su nombre y sacando el tema?
—Sí.
Asintió.
—Bien, porque acaba de entrar viéndose como una maldita diosa.
No la había visto desde la noche en la que la dejé en la nueva casa de mi papá.
La había evadido a toda costa y ella hizo lo mismo.
Ni una vez puso un pie en este lugar. Intenté no buscarla. Me dije que no me importaba una mierda.
Pero era débil y giré la cabeza hacia la puerta.
Había perdido peso, su cabello estaba más largo, tenía puesto un nuevo vestido que se amoldaba a cada curva.
Lucía hermosa.
Y envuelta en el brazo de Sam Evans.
Escuché por ahí que no salía mucho ahora. Sabía que era a causa de Brittany.
Me dije a mí misma que era su amigo.
Que aún dormía con él, sólo que no así.
Pero el brillo posesivo en sus ojos mientras la atraía contra su lado me dijo otra cosa.
Quería mirar hacia otro lado.
Y maldición, quería que no me importara.
Ella era una mentirosa, cortada por la misma tijera que su puta hermana.
Eso es de lo que intenté convencerme durante las últimas semanas.
Nunca sonaba creíble.
Incluso aunque la hubiera pillado ahí. Viéndola como nerviosamente levantaba la vista hacia donde Sam se encontraba mientras hablaba con ella.
Él era su garantía.
Justo como predijo.
La dejé y volvió corriendo a los brazos de Sam. Pero no podía quedarse de brazos cruzados y mentir a Sam tampoco.
No vio cómo su hermana destrozó a su familia.
NO.
Me hizo todo eso.
Clamó su amor por mí y luego dejó que su hermana casi destruyera a mi mamá.
A mi hermana.
A mí.
Sam se inclinó y le susurró al oído y entonces una pequeña sonrisa levantó las comisuras de su boca. Luego volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. La sonrisa se desvaneció y se congeló. Su mano voló para agarrar el brazo de Sam como si necesitase su protección y la furia se propagó en mi interior.
No me iba a destruir otra vez.
Era mi turno.
Me levanté y agarré a la achispada morena del regazo de Puck.
—Vamos, nena, baila conmigo.
No esperé para ver la reacción de Brittany. Mi pareja de baile salió confusa del regazo de Puck y se aferró a mí, obviamente feliz con el giro de acontecimientos.
Cerrando mis sentimientos y dejando fuera mis emociones, la tiré contra mí y me moví contra ella. Ahuequé su trasero apenas cubierto, y ronroneó al mismo tiempo que me apretaba más cerca.
Se lo mostraría a Brittany.
¿Quería aparecer aquí con Sam?
Bueno, nena, puedes mirar todo lo que quieras.
Sus brazos recorrieron mi pecho y se entrelazaron alrededor de mi cuello. Le sonreí, centrándome en su rostro e intentando hacer todo lo posible para conseguir sacar la imagen de Brittany de mi cabeza.
—Suficiente, cumpliste lo que te propusiste hacer. Se giró y huyó. Felicidades. Ahora, devuélveme mi cita—dijo Puck, tirando de la morena lejos de mí.
Ni siquiera traté de aferrarme a ella.
Miré hacia la puerta.
Brittany se había ido.
Brittany
Sam entró a la sala agarrando un gran bol de palomitas y dos sodas.
Había dejado de beber Jarritos. Me recordaban demasiado a Santana.
Aparté la cobija para permitir a Sam entrar conmigo. Una vez que nos cubrimos, colocó el bol en su regazo y me pasó un refresco.
—Estoy de acuerdo con esta mierda de película de chicas porque la noche ha sido un asco. Pero la próxima película tendrá algo de sangre y acción. ¿Lo pillas?
Reí y asentí.
Sam era más allá de maravilloso.
—Lo juro por la garrita—dije, extendiendo mi meñique.
Sam lo miró y luego a mí con una pícara sonrisa antes de ponérselo en la boca y chuparlo.
—¡Sam!—chillé, sacándolo de su boca con un pop.
—No señales las partes lindas de tu pequeño cuerpo y no las chuparé—respondió con un guiño.
Nunca lo hubiera hecho en los dos últimos meses sin Sam.
Mi pecho aún dolía y los ataques de ansiedad habían regresado con toda su fuerza, pero lo hacía mejor. Bueno, hasta que Sam me habló de mí encuentro con todo el mundo frente al Live Bay esta noche.
Pensaba que estaba preparada.
Pero Santana se encontraba ahí. Me miró y pensé por un momento que vi alivio cuando nuestras miradas se encontraron.
Pero me equivoqué.
Saltó y se llevó a una chica a la pista de baile y entonces comenzó a meterle mano ahí mismo, para mi placer visual.
Enviándome un mensaje alto y claro.
Sam me hizo girar y me arrastró fuera de ahí tan rápido que no tuve tiempo para desmoronarme.
—Come. He cargado esto con mantequilla y sal. Lo estás haciendo mejor. Ganando un poco más de peso. No quiero que recaigas después de esta noche.
Metí la mano dentro del bol y agarré un gran puñado de palomitas y lo metí en mi boca.
Sam rió por lo bajo.
—Genial.
Masticando, me acomodé contra el costado de Sam y me enfoqué en la película.
Si no me concentraba, pensaría en todos los momentos que pasé con Santana en este sofá. En cuantas veces lo observé dormir aquí, donde estamos sentados.
Parecía como siempre ahora.
Casi como si esa parte de mi vida fuese un sueño.
Esta noche me recordó que no lo era.
Fue muy real.
Y justo como antes, la persona que amaba me dejó.
Me estiré y agarré la camisa de Sam firmemente con la mano. Necesitaba recordar que amaba a Sam y que él no se había marchado. No cuando perdí el control y estuve completamente destrozada después que Santana me dejara ahí, de pie en lo de mi hermana.
No cuando los ataques de pánico comenzaron a ocurrir todas las noches.
Se quedó.
Renunció a sus salidas nocturnas así podría cuidar de mí.
Era mi familia.
Era todo lo que tenía.
Frente a mi hermana, era imposible.
Perdí a Emily por mucho que me doliera, pero no podía regresar ahí. Los recuerdos adheridos a esa casa eran demasiado dolorosos.
Un día estaría bien. Entonces, iría a ver a mi sobrina.
Aprendería a aceptar lo que mi hermana hizo y aceptar a Alfonso López como el papá de Emily.
—Aún le importas.
Las palabras de Sam me sobresaltaron.
—¿Qué?—pregunté, mirando de regreso a la pantalla, pensando que comentaba lo que sucedía.
—Santana. Se preocupa por ti, Britt. Lo vi en sus ojos. Lo que hizo esta noche fue una mierda, pero era su mecanismo de defensa. No quiere preocuparse. Pero lo hace.
Sacudí la cabeza y cerré los ojos.
No quería escuchar eso.
No ahora.
—No, Sam. No. No puedo permitirme creer. Me odia. Siempre lo hará.
Sam chasqueó la lengua.
—Hay una línea muy fina, nena. Una línea muy fina entre el amor y el odio.
—No. No la hay.
Sam metió el cabello que había conseguido soltarse de mi trenza detrás de mi oreja.
—Britt, una persona se enamora de ti y hace que los ames sólo para marcharse. Eres demasiado especial. Después de haber sido amada por ti, no puede olvidarlo completamente. Está atormentada por ello. Apostaría mi vida en ello.
Sam me amaba.
Pensaba que era perfecta. Era el hermano que toda chica merecía. Giré mi cabeza y besé su pecho.
—Gracias. Sé que realmente crees eso. Y te quiero por eso. Pero estás equivocado.
—¿No te has dado cuenta a estas alturas que yo nunca me equivoco?
Riendo, alcancé otro puñado de palomitas.
Me sentía segura aquí, en este momento.
Y no quería pensar en nada más.
—Acaba de llegar. Es temprano todavía. Dale tiempo—se metió Puck mientras se dejaba caer con una chica aparentemente enganchada a él. La meneó en su regazo y lamió su oreja.
El comportamiento normal de Puck.
Los turistas se amontonaban y la carne fresca se encontraba por todas partes. Puck podría tirarse a alguien a través de las que buscan los mejores por los siguientes tres meses.
—No voy a beber esta noche. Me imagino que es momento de espabilarme y enfocarme en preparar unos cursos de verano.
Kitty me dio palmaditas en la espalda.
—Ahí está la vieja Santana que conocemos y queremos. Sabía que se encontraba en algún lugar. Me alegro de que haya vuelto.
No lo miré.
Porque no regresé.
Estaba tan muerta por dentro como sobria.
La vieja Santana fue destruida totalmente.
Para no volver jamás.
—Sonríe morena, hay chicas calientes escasamente vestidas merodeando por todo este lugar. Y todas quieren algo de una noche. Está enloqueciendo el cielo en la tierra—dijo Puck, sonriendo como un niño pequeño en una tienda de dulces.
—Revolcarse con chicas anónimas se está volviendo viejo. Necesito un descanso de eso también—dije, y rechacé la cerveza que el camarero me ofreció.
Tenía una botella de agua.
Bebía demasiada agua para limpiarme de todo el alcohol que forcé en mi interior.
—¿Descanso de coños? Como quieras—replicó Artie con incredulidad en su tono.
—Pensé que ibas a ir a ese viaje de carretera con uh…— Kitty hizo una pausa y me miró.
—Puedes decir su nombre. No soy una idiota y no me va a afectar. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me importa?
—Vale, uhm, entonces ese viaje por carretera del que hablabas con Sam. ¿Decidiste desperdiciarlo?
Puck se encogió de hombros.
—No sé. Sam parece estar retractándose. Está, como, cambiando últimamente—se fue apagando y podía sentir la tensión en la mesa.
Les preocupaba que la sola mención de Brittany me cegara de rabia. Pero ya lo superé. Seguro que me volví un poco chiflada con la mención de su nombre o cualquier cosa que me recordaba a ella por un tiempo, pero lo superé.
Ahora me sentía totalmente insensible a lo que ella concernía.
Me recliné en la silla y miré como el mar de gente bailaba.
Nadie llamaba mi atención.
Nadie destacaba para mí.
Me sentía indiferente por algo más que solo Brittany.
Me sentía indiferente con la vida.
Me arruinó por completo, pero sobreviví.
Me encontraba mejor ahora. Ya no era una gilipollas descerebrada y ninguna mujer volvería alguna vez a tener tanto control sobre mí.
—Eh, Santana, ¿segura que estás bien con Brittany y todo eso ahora?—preguntó Artie.
La fulminé con la mirada.
¿Por qué tenía que seguir diciendo su nombre y sacando el tema?
—Sí.
Asintió.
—Bien, porque acaba de entrar viéndose como una maldita diosa.
No la había visto desde la noche en la que la dejé en la nueva casa de mi papá.
La había evadido a toda costa y ella hizo lo mismo.
Ni una vez puso un pie en este lugar. Intenté no buscarla. Me dije que no me importaba una mierda.
Pero era débil y giré la cabeza hacia la puerta.
Había perdido peso, su cabello estaba más largo, tenía puesto un nuevo vestido que se amoldaba a cada curva.
Lucía hermosa.
Y envuelta en el brazo de Sam Evans.
Escuché por ahí que no salía mucho ahora. Sabía que era a causa de Brittany.
Me dije a mí misma que era su amigo.
Que aún dormía con él, sólo que no así.
Pero el brillo posesivo en sus ojos mientras la atraía contra su lado me dijo otra cosa.
Quería mirar hacia otro lado.
Y maldición, quería que no me importara.
Ella era una mentirosa, cortada por la misma tijera que su puta hermana.
Eso es de lo que intenté convencerme durante las últimas semanas.
Nunca sonaba creíble.
Incluso aunque la hubiera pillado ahí. Viéndola como nerviosamente levantaba la vista hacia donde Sam se encontraba mientras hablaba con ella.
Él era su garantía.
Justo como predijo.
La dejé y volvió corriendo a los brazos de Sam. Pero no podía quedarse de brazos cruzados y mentir a Sam tampoco.
No vio cómo su hermana destrozó a su familia.
NO.
Me hizo todo eso.
Clamó su amor por mí y luego dejó que su hermana casi destruyera a mi mamá.
A mi hermana.
A mí.
Sam se inclinó y le susurró al oído y entonces una pequeña sonrisa levantó las comisuras de su boca. Luego volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos. La sonrisa se desvaneció y se congeló. Su mano voló para agarrar el brazo de Sam como si necesitase su protección y la furia se propagó en mi interior.
No me iba a destruir otra vez.
Era mi turno.
Me levanté y agarré a la achispada morena del regazo de Puck.
—Vamos, nena, baila conmigo.
No esperé para ver la reacción de Brittany. Mi pareja de baile salió confusa del regazo de Puck y se aferró a mí, obviamente feliz con el giro de acontecimientos.
Cerrando mis sentimientos y dejando fuera mis emociones, la tiré contra mí y me moví contra ella. Ahuequé su trasero apenas cubierto, y ronroneó al mismo tiempo que me apretaba más cerca.
Se lo mostraría a Brittany.
¿Quería aparecer aquí con Sam?
Bueno, nena, puedes mirar todo lo que quieras.
Sus brazos recorrieron mi pecho y se entrelazaron alrededor de mi cuello. Le sonreí, centrándome en su rostro e intentando hacer todo lo posible para conseguir sacar la imagen de Brittany de mi cabeza.
—Suficiente, cumpliste lo que te propusiste hacer. Se giró y huyó. Felicidades. Ahora, devuélveme mi cita—dijo Puck, tirando de la morena lejos de mí.
Ni siquiera traté de aferrarme a ella.
Miré hacia la puerta.
Brittany se había ido.
Brittany
Sam entró a la sala agarrando un gran bol de palomitas y dos sodas.
Había dejado de beber Jarritos. Me recordaban demasiado a Santana.
Aparté la cobija para permitir a Sam entrar conmigo. Una vez que nos cubrimos, colocó el bol en su regazo y me pasó un refresco.
—Estoy de acuerdo con esta mierda de película de chicas porque la noche ha sido un asco. Pero la próxima película tendrá algo de sangre y acción. ¿Lo pillas?
Reí y asentí.
Sam era más allá de maravilloso.
—Lo juro por la garrita—dije, extendiendo mi meñique.
Sam lo miró y luego a mí con una pícara sonrisa antes de ponérselo en la boca y chuparlo.
—¡Sam!—chillé, sacándolo de su boca con un pop.
—No señales las partes lindas de tu pequeño cuerpo y no las chuparé—respondió con un guiño.
Nunca lo hubiera hecho en los dos últimos meses sin Sam.
Mi pecho aún dolía y los ataques de ansiedad habían regresado con toda su fuerza, pero lo hacía mejor. Bueno, hasta que Sam me habló de mí encuentro con todo el mundo frente al Live Bay esta noche.
Pensaba que estaba preparada.
Pero Santana se encontraba ahí. Me miró y pensé por un momento que vi alivio cuando nuestras miradas se encontraron.
Pero me equivoqué.
Saltó y se llevó a una chica a la pista de baile y entonces comenzó a meterle mano ahí mismo, para mi placer visual.
Enviándome un mensaje alto y claro.
Sam me hizo girar y me arrastró fuera de ahí tan rápido que no tuve tiempo para desmoronarme.
—Come. He cargado esto con mantequilla y sal. Lo estás haciendo mejor. Ganando un poco más de peso. No quiero que recaigas después de esta noche.
Metí la mano dentro del bol y agarré un gran puñado de palomitas y lo metí en mi boca.
Sam rió por lo bajo.
—Genial.
Masticando, me acomodé contra el costado de Sam y me enfoqué en la película.
Si no me concentraba, pensaría en todos los momentos que pasé con Santana en este sofá. En cuantas veces lo observé dormir aquí, donde estamos sentados.
Parecía como siempre ahora.
Casi como si esa parte de mi vida fuese un sueño.
Esta noche me recordó que no lo era.
Fue muy real.
Y justo como antes, la persona que amaba me dejó.
Me estiré y agarré la camisa de Sam firmemente con la mano. Necesitaba recordar que amaba a Sam y que él no se había marchado. No cuando perdí el control y estuve completamente destrozada después que Santana me dejara ahí, de pie en lo de mi hermana.
No cuando los ataques de pánico comenzaron a ocurrir todas las noches.
Se quedó.
Renunció a sus salidas nocturnas así podría cuidar de mí.
Era mi familia.
Era todo lo que tenía.
Frente a mi hermana, era imposible.
Perdí a Emily por mucho que me doliera, pero no podía regresar ahí. Los recuerdos adheridos a esa casa eran demasiado dolorosos.
Un día estaría bien. Entonces, iría a ver a mi sobrina.
Aprendería a aceptar lo que mi hermana hizo y aceptar a Alfonso López como el papá de Emily.
—Aún le importas.
Las palabras de Sam me sobresaltaron.
—¿Qué?—pregunté, mirando de regreso a la pantalla, pensando que comentaba lo que sucedía.
—Santana. Se preocupa por ti, Britt. Lo vi en sus ojos. Lo que hizo esta noche fue una mierda, pero era su mecanismo de defensa. No quiere preocuparse. Pero lo hace.
Sacudí la cabeza y cerré los ojos.
No quería escuchar eso.
No ahora.
—No, Sam. No. No puedo permitirme creer. Me odia. Siempre lo hará.
Sam chasqueó la lengua.
—Hay una línea muy fina, nena. Una línea muy fina entre el amor y el odio.
—No. No la hay.
Sam metió el cabello que había conseguido soltarse de mi trenza detrás de mi oreja.
—Britt, una persona se enamora de ti y hace que los ames sólo para marcharse. Eres demasiado especial. Después de haber sido amada por ti, no puede olvidarlo completamente. Está atormentada por ello. Apostaría mi vida en ello.
Sam me amaba.
Pensaba que era perfecta. Era el hermano que toda chica merecía. Giré mi cabeza y besé su pecho.
—Gracias. Sé que realmente crees eso. Y te quiero por eso. Pero estás equivocado.
—¿No te has dado cuenta a estas alturas que yo nunca me equivoco?
Riendo, alcancé otro puñado de palomitas.
Me sentía segura aquí, en este momento.
Y no quería pensar en nada más.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
mecanismo de defensa y una mierda,.. san esta haciendo mierda a las dos por no querer escucharla!!! es entendible el dolor y la frustración por lo que paso,.. pero a estas alturas britt perdió muchisimo mas que san!!
espero que no tarde mucho en darse cuenta,.. o va a ser demasiado tarde!
nos vemos!!!
mecanismo de defensa y una mierda,.. san esta haciendo mierda a las dos por no querer escucharla!!! es entendible el dolor y la frustración por lo que paso,.. pero a estas alturas britt perdió muchisimo mas que san!!
espero que no tarde mucho en darse cuenta,.. o va a ser demasiado tarde!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Siempre lo mismos problemas por falta de comunicacion!!!! Que orgullosas que son!!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Santana debe hablar con Brittany, aunque esta tampoco busco las maneras de hacerse oir de alguna forma!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
mecanismo de defensa y una mierda,.. san esta haciendo mierda a las dos por no querer escucharla!!! es entendible el dolor y la frustración por lo que paso,.. pero a estas alturas britt perdió muchisimo mas que san!!
espero que no tarde mucho en darse cuenta,.. o va a ser demasiado tarde!
nos vemos!!!
Hola lu, mmm si la vrdd esk si... en este caso no funciono =/ Es una cabeza dura ¬¬ Obvio, osea dos meses y es una burra! :@ Mas aun ¬¬ La vrdd espero q sea tarde ¬¬ Saludos =D
monica.santander escribió:Siempre lo mismos problemas por falta de comunicacion!!!! Que orgullosas que son!!!!
Saludos
Hola, y sigue así como no da una oportunidad ¬¬ Si que si, pero una más q la otra ¬¬ Saludos =D
micky morales escribió:Santana debe hablar con Brittany, aunque esta tampoco busco las maneras de hacerse oir de alguna forma!!!!
Hola, si que si..., pero con lo porfiada q es ¬¬ Pero si la morena es una pared como intentarlo¿? Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Cap 22
Capitulo 22
Santana
—Él es nuestro papá, San. Eso nunca va a cambiar—dijo Bree acaloradamente mientras se paseaba por delante de la mesa donde había estado tratando de elegir los cursos de verano que tenía que tomar—Además, sigo viendo esa carita y esos rizos morenos y sabiendo que ella es nuestra hermana. Es un bebé que no hizo nada malo. Ella nació. No es su culpa. Quiero conocerla, San. Quiero tener a mi papá en mi vida otra vez. Odio esto. Mamá quiere que vayamos a verlo. A ambos. Piensa que va a ser bueno para nosotras. Especialmente para ti.
Gimiendo, me recosté en la silla y me quedé mirando a mi hermana con mucha determinación.
¿Qué pasó con mi enojada Bree?
La que odiaba a nuestro papá y no quería volver a verlo.
Me gustaba esa Bree. Quería recuperarla.
Sentirnos de la misma manera.
Excepto, por supuesto, la parte de Emily.
Cada vez que pensaba en ella mi pecho dolía. Todo ese tiempo estuve tan fascinada con sus rubios morenos, pequeños aplausos y gritos felices, y ella había sido mi hermana.
¿Ese fue el plan de Brittany?
¿Pensó en traer a Emily a mi vida de manera casual para que la amara y aceptará lo que mi papá hizo?
Dios, ¿cómo fui tan ciega?
Esos malditos ojos. Me perdí en ellos en el momento que los dirigió hacia mí.
Parecía tan herida e inocente, y todo el maldito tiempo supo exactamente lo que su hermana le hacía a mi mamá.
Lo que hizo era imperdonable.
Me mintió. A mi familia.
Y maldita sea, todavía estaba enamorada de ella.
—Van a estar en el departamento esta semana. Nos ha invitado y voy a ir. Quiero que me acompañes. Te necesito ahí, San. Por favor—rogó Bree.
Cena con papá, la otra mujer y la otra niña. No es mi idea de un buen momento.
Una imagen de Emily sonriéndome y exigiendo que juegue con ella tiró de mí.
—Está bien, voy a ir. Pero sólo porque me necesitas ahí. No porque quiera hacer las paces con él. Si tú quieres, entonces está bien. Pero eso nunca va a suceder para mí.
Bree frunció el ceño y luego asintió, rodeó la mesa y me dio un beso en la cabeza.
—Gracias. Realmente me gustaría que pasaras de toda esa ira y lo dejarás ir. Entonces tal vez puedas ver el cuadro completo que todo el mundo ve. Estás viviendo en un túnel, y si te quedas ciega por poco tiempo vas a perder.
¿Qué mierda significaba eso?
La miré, sonrió y luego salió de la habitación.
Supongo que pensó que debía ser profunda y significativa. Probablemente era la letra de una terrible canción de alguna banda de chicos.
—Bree—dijo mi papá con gusto y tiró de Bree hacia sus brazos. Le acarició la cabeza, la besó en la sien y le susurró algo al oído. Asintió y sus ojos se elevaron hasta encontrarse con los míos—Santana. Me alegro de que hayas venido.
Yo no. Pero obviamente Bree necesitaba esto.
Asentí con la cabeza y seguí a Bree al interior.
—TANA—un grito fuerte me sobresaltó y miré para ver Emily corriendo hacia mí con los brazos en el aire, sonriendo.
Dos dientes brillaron hacia mí.
La recogí y olía igual que como recordaba.
—¿Cómo está mi princesa? Veo que tienes dos dientes.
Señaló sus nuevos dientes.
—Dos dentes—estuvo de acuerdo y me dio un beso húmedo en la boca—Tana vienes a juar.
Había añadido algunas nuevas palabras a su vocabulario. La bajé y cogí su mano.
—Dirige el camino—le dije, y la seguí hacia la sala, donde juguetes de todo tipo se encontraban esparcidos por el suelo.
Rápidamente examiné la habitación, pero Alison no se veía por ninguna parte. Dejando escapar un suspiro de alivio, me senté donde Emily me pidió y ella tiró un cubo de bloques de color rosa brillante hacía mí.
—Boques de pincesas—explicó, señalando la ilustración de Cenicienta en uno de los bloques.
—Mi favorito—le aseguré, y se rió alegremente, esperando que le construyera una torre de bloques para derribar.
—Te ha mencionado varias veces—dijo mi papá cuando entró en la habitación.
No lo miré a los ojos. Ni le respondí.
Vine aquí por dos razones. Mis hermanas, las dos.
Bree se sentó en el suelo al otro lado de Emily.
—Em, esta es Bree—dije mientras estudiaba Bree.
—Bee—repitió.
Bree le sonrió y asintió.
—Sí, y es muy agradable conocerte, Emily. ¿Puedo jugar también?
Emily sonrió alegremente. Bree había dicho su palabra favorita.
—Bee juea tamien—empujó algunos bloques hacia Bree.
Bree comenzó a apilarlos ansiosamente. Emily tenía ese efecto en la gente.
Era difícil de resistir.
Al igual que su tía.
Oh, maldición.
Emily me estudió y me observó mientras su sonrisa se desvanecía y se volvía a mirar a papá y luego a mí.
—No ta mi Bitty—susurró mientras las lágrimas llenaban sus ojos.
Papá se acercó de inmediato y la tomó en brazos.
—Oye, no llores, mi amor. Tienes a Santana aquí para jugar contigo y a Bree. ¿Recuerdas que te dije que Britt vendría mañana para verte? Está bien—su voz era tan suave.
¿Alguna vez nos habló así?
Era difícil ver a mi papá de corazón blando y amoroso.
Emily resopló y asintió con la cabeza.
—Bajo—exigió Emily, y papá volvió a dejarla donde se encontraba minutos antes. Sonrió llorosamente hacia mí—Bitty venir también.
Me dolía el pecho tan fuerte que tenía problemas para respirar.
¿Sería alguna vez más fácil ver a Emily?
¿Los recuerdos de Brittany siempre me perseguirían y me destrozarían de nuevo?
Me aclaré la garganta y asentí.
—¿Me puedes mostrar tus otros juguetes?—preguntó Bree.
Ella sabía que yo estaba teniendo un momento difícil y trataba de distraer a Emily de hacer algún comentario sobre su amada tía.
Emily se levantó, asintiendo, y le tendió la mano a Bree.
—Vamos.
Bree siguió alegremente a la pequeña morena fuera de la habitación.
Era como si Bree finalmente tuviera una verdadera muñeca para jugar. Siempre quiso una hermana pequeña. Supongo que finalmente consiguió una.
Me quedé sola con mi papá.
Mierda.
—¿Tienes planes para el verano?—preguntó, eligiendo un tema muy neutral.
—Los cursos en línea—respondí, poniéndome de pie y acercándome a los grandes ventanales con vistas al golfo.
—¿Tratando de darte prisa y terminar?
—No. Estoy recuperando el tiempo perdido.
No se merecía más de una explicación. Optó por salir de mi vida. Dándome la vuelta antes de que pudiera decir nada más, le pregunté:
—¿Dónde está la mujer?
—Le pedí que me dejara hacer esto solo
—¿Por qué? ¿Temías que fuera a herir sus sentimientos?
Mi papá negó con la cabeza:
—No, no la quiero aquí mientras estoy con mis hijas.
—Sólo estoy aquí por Bree.
—Y Emy. No soy tonto. Veo la forma en que la miras. Puede que no quieras preocuparte por ella, pero lo haces.
No tenía sentido mentir.
—Me preocupaba Em antes de saberlo. Ella es un bebé. Nada de esto es culpa suya.
—Y es tu hermana.
—Y es mi hermana—estuve de acuerdo.
No tenía sentido discutir. Era la verdad.
—¿Has hablado con Brittany desde...?—no terminó.
No hacía falta.
—No.
No tenía una respuesta para eso.
Empecé a ir a buscar a las chicas cuando su voz me detuvo.
—No lo sabía.
Me quedé helada.
—Lucía devastada. Acababa de descubrirlo. Estaba ahí, en la casa, teniendo una crisis emocional completa cuando entraste.
Tragué saliva.
¿Quería escuchar esto?
—Vino aquí escupiendo una lista de todas las personas que lastimé con mis acciones. Señaló todos los pecados que he cometido, y elogió a la única persona que se quedó para recoger los pedazos. Te alabó con pasión. Cómo fuiste quien mantuvo unida a la familia que yo traicioné. También me dijo lo mucho que te amaba y que mis acciones y las acciones de su hermana iban a ser el motivo por el que te perdería.
Me sostuve de la silla a mi lado.
Mis rodillas se debilitaron. El dolor de escuchar a Emily llamar a Brittany no era nada comparado con el dolor punzante en mi pecho.
Las cosas que le dije.
Oh, Dios, no.
—Ha dejado toda su vida. Es una buena chica. Emy la adora. En donde a su hermana le faltan muchos rasgos honorables, Brittany parece tenerlos en abundancia.
La había dejado.
Tal y como ella temía.
El recuerdo de su rostro cuando entró en la habitación el día antes de que mi hermana llamara.
Se veía completamente rota, devastada, perdida. Acababa de averiguado.
Había ido a decírmelo.
Y me fui.
No lo sabía.
—¿Qué está mal?—preguntó Bree al entrar en la habitación.
Levanté la cabeza y la miré.
—Ella no lo sabía—le susurré, horrorizado por las palabras resonando en mi cabeza, lo que le grité esa noche mientras me rogaba que parara.
—Nunca pensé que lo supiera—respondió Bree. La tristeza en su voz era inconfundible—Traté de decirte que estaba bastante segura de que era inocente, pero no quisiste escucharme. No me permitiste ni siquiera pronunciar su nombre. Cada vez que trataba de hablar contigo acerca de Brittany terminabas tan borracha que no podías caminar.
Ella sabía tan bien como yo que perdí a Brittany, y era todo por mi culpa.
Brittany
Cenar con Alison y Alfonso no fue tan malo.
Emily se aferraba a mí, sin soltarme para nada. Incluso me acosté con ella y leí hasta que se quedó dormida.
Sabía que no existía ninguna manera de que pudiera manejar oírla llorar por mí cuando me fuera.
La forma en que ella se aferraba a mí me recordó lo que sentía. Tener miedo de perder a alguien a quien que amaba.
No iba a estar lejos por más tiempo.
Discutí con Alison para quedarme con ella los días que podía y tener a Emily una noche a la semana. Así podría pasar tiempo sólo con ella y no tener que enfrentarme a esa casa.
Sorprendentemente, Alfonso apoyó la idea al cien por cien. Al parecer, no le gustaba que Emily llorara por mí.
Quería odiarlo, pero cuando lo observé con Emily se hizo difícil.
Las cosas suceden en la vida y no se puede controlar. Es una mierda y hay que seguir adelante.
La celebración de un rencor contra Alison y Alfonso no tenía sentido. Sólo heriría a Emily, y ella era inocente.
La puerta del dormitorio de Sam se abrió y él salió con el ceño fruncido.
—¿Estás segura de que estás bien con esto? Me sentiría mejor si vinieras también.
Negué con la cabeza.
No iba a ser su sombra más. Tenía que volver a su vida.
Esta noche quería que saliera y pasara un buen rato con sus amigos. Estaría muy bien aquí.
—Tengo helado de chocolate y dos temporadas de True Blood. Así que vete. Yo y el vampiro Eric estaremos bien. Lo prometo.
Suspiró, se acercó y me abrazó:
—Está bien. Me voy. Pero llámame en el momento en que sientas un ataque de ansiedad o simplemente si te molesta algo o…
—Sam, vete ahora—señalé hacia la puerta.
—Me voy. Pero tengo mi teléfono conmigo.
—Te he oído, Sam. Vete.
Una vez que la puerta se cerró detrás de él, saqué el helado de chocolate y me dirigí al sofá.
Esta noche me iba a olvidar de todo menos de los vampiros vikingos calientes.
Gimiendo, me recosté en la silla y me quedé mirando a mi hermana con mucha determinación.
¿Qué pasó con mi enojada Bree?
La que odiaba a nuestro papá y no quería volver a verlo.
Me gustaba esa Bree. Quería recuperarla.
Sentirnos de la misma manera.
Excepto, por supuesto, la parte de Emily.
Cada vez que pensaba en ella mi pecho dolía. Todo ese tiempo estuve tan fascinada con sus rubios morenos, pequeños aplausos y gritos felices, y ella había sido mi hermana.
¿Ese fue el plan de Brittany?
¿Pensó en traer a Emily a mi vida de manera casual para que la amara y aceptará lo que mi papá hizo?
Dios, ¿cómo fui tan ciega?
Esos malditos ojos. Me perdí en ellos en el momento que los dirigió hacia mí.
Parecía tan herida e inocente, y todo el maldito tiempo supo exactamente lo que su hermana le hacía a mi mamá.
Lo que hizo era imperdonable.
Me mintió. A mi familia.
Y maldita sea, todavía estaba enamorada de ella.
—Van a estar en el departamento esta semana. Nos ha invitado y voy a ir. Quiero que me acompañes. Te necesito ahí, San. Por favor—rogó Bree.
Cena con papá, la otra mujer y la otra niña. No es mi idea de un buen momento.
Una imagen de Emily sonriéndome y exigiendo que juegue con ella tiró de mí.
—Está bien, voy a ir. Pero sólo porque me necesitas ahí. No porque quiera hacer las paces con él. Si tú quieres, entonces está bien. Pero eso nunca va a suceder para mí.
Bree frunció el ceño y luego asintió, rodeó la mesa y me dio un beso en la cabeza.
—Gracias. Realmente me gustaría que pasaras de toda esa ira y lo dejarás ir. Entonces tal vez puedas ver el cuadro completo que todo el mundo ve. Estás viviendo en un túnel, y si te quedas ciega por poco tiempo vas a perder.
¿Qué mierda significaba eso?
La miré, sonrió y luego salió de la habitación.
Supongo que pensó que debía ser profunda y significativa. Probablemente era la letra de una terrible canción de alguna banda de chicos.
—Bree—dijo mi papá con gusto y tiró de Bree hacia sus brazos. Le acarició la cabeza, la besó en la sien y le susurró algo al oído. Asintió y sus ojos se elevaron hasta encontrarse con los míos—Santana. Me alegro de que hayas venido.
Yo no. Pero obviamente Bree necesitaba esto.
Asentí con la cabeza y seguí a Bree al interior.
—TANA—un grito fuerte me sobresaltó y miré para ver Emily corriendo hacia mí con los brazos en el aire, sonriendo.
Dos dientes brillaron hacia mí.
La recogí y olía igual que como recordaba.
—¿Cómo está mi princesa? Veo que tienes dos dientes.
Señaló sus nuevos dientes.
—Dos dentes—estuvo de acuerdo y me dio un beso húmedo en la boca—Tana vienes a juar.
Había añadido algunas nuevas palabras a su vocabulario. La bajé y cogí su mano.
—Dirige el camino—le dije, y la seguí hacia la sala, donde juguetes de todo tipo se encontraban esparcidos por el suelo.
Rápidamente examiné la habitación, pero Alison no se veía por ninguna parte. Dejando escapar un suspiro de alivio, me senté donde Emily me pidió y ella tiró un cubo de bloques de color rosa brillante hacía mí.
—Boques de pincesas—explicó, señalando la ilustración de Cenicienta en uno de los bloques.
—Mi favorito—le aseguré, y se rió alegremente, esperando que le construyera una torre de bloques para derribar.
—Te ha mencionado varias veces—dijo mi papá cuando entró en la habitación.
No lo miré a los ojos. Ni le respondí.
Vine aquí por dos razones. Mis hermanas, las dos.
Bree se sentó en el suelo al otro lado de Emily.
—Em, esta es Bree—dije mientras estudiaba Bree.
—Bee—repitió.
Bree le sonrió y asintió.
—Sí, y es muy agradable conocerte, Emily. ¿Puedo jugar también?
Emily sonrió alegremente. Bree había dicho su palabra favorita.
—Bee juea tamien—empujó algunos bloques hacia Bree.
Bree comenzó a apilarlos ansiosamente. Emily tenía ese efecto en la gente.
Era difícil de resistir.
Al igual que su tía.
Oh, maldición.
Emily me estudió y me observó mientras su sonrisa se desvanecía y se volvía a mirar a papá y luego a mí.
—No ta mi Bitty—susurró mientras las lágrimas llenaban sus ojos.
Papá se acercó de inmediato y la tomó en brazos.
—Oye, no llores, mi amor. Tienes a Santana aquí para jugar contigo y a Bree. ¿Recuerdas que te dije que Britt vendría mañana para verte? Está bien—su voz era tan suave.
¿Alguna vez nos habló así?
Era difícil ver a mi papá de corazón blando y amoroso.
Emily resopló y asintió con la cabeza.
—Bajo—exigió Emily, y papá volvió a dejarla donde se encontraba minutos antes. Sonrió llorosamente hacia mí—Bitty venir también.
Me dolía el pecho tan fuerte que tenía problemas para respirar.
¿Sería alguna vez más fácil ver a Emily?
¿Los recuerdos de Brittany siempre me perseguirían y me destrozarían de nuevo?
Me aclaré la garganta y asentí.
—¿Me puedes mostrar tus otros juguetes?—preguntó Bree.
Ella sabía que yo estaba teniendo un momento difícil y trataba de distraer a Emily de hacer algún comentario sobre su amada tía.
Emily se levantó, asintiendo, y le tendió la mano a Bree.
—Vamos.
Bree siguió alegremente a la pequeña morena fuera de la habitación.
Era como si Bree finalmente tuviera una verdadera muñeca para jugar. Siempre quiso una hermana pequeña. Supongo que finalmente consiguió una.
Me quedé sola con mi papá.
Mierda.
—¿Tienes planes para el verano?—preguntó, eligiendo un tema muy neutral.
—Los cursos en línea—respondí, poniéndome de pie y acercándome a los grandes ventanales con vistas al golfo.
—¿Tratando de darte prisa y terminar?
—No. Estoy recuperando el tiempo perdido.
No se merecía más de una explicación. Optó por salir de mi vida. Dándome la vuelta antes de que pudiera decir nada más, le pregunté:
—¿Dónde está la mujer?
—Le pedí que me dejara hacer esto solo
—¿Por qué? ¿Temías que fuera a herir sus sentimientos?
Mi papá negó con la cabeza:
—No, no la quiero aquí mientras estoy con mis hijas.
—Sólo estoy aquí por Bree.
—Y Emy. No soy tonto. Veo la forma en que la miras. Puede que no quieras preocuparte por ella, pero lo haces.
No tenía sentido mentir.
—Me preocupaba Em antes de saberlo. Ella es un bebé. Nada de esto es culpa suya.
—Y es tu hermana.
—Y es mi hermana—estuve de acuerdo.
No tenía sentido discutir. Era la verdad.
—¿Has hablado con Brittany desde...?—no terminó.
No hacía falta.
—No.
No tenía una respuesta para eso.
Empecé a ir a buscar a las chicas cuando su voz me detuvo.
—No lo sabía.
Me quedé helada.
—Lucía devastada. Acababa de descubrirlo. Estaba ahí, en la casa, teniendo una crisis emocional completa cuando entraste.
Tragué saliva.
¿Quería escuchar esto?
—Vino aquí escupiendo una lista de todas las personas que lastimé con mis acciones. Señaló todos los pecados que he cometido, y elogió a la única persona que se quedó para recoger los pedazos. Te alabó con pasión. Cómo fuiste quien mantuvo unida a la familia que yo traicioné. También me dijo lo mucho que te amaba y que mis acciones y las acciones de su hermana iban a ser el motivo por el que te perdería.
Me sostuve de la silla a mi lado.
Mis rodillas se debilitaron. El dolor de escuchar a Emily llamar a Brittany no era nada comparado con el dolor punzante en mi pecho.
Las cosas que le dije.
Oh, Dios, no.
—Ha dejado toda su vida. Es una buena chica. Emy la adora. En donde a su hermana le faltan muchos rasgos honorables, Brittany parece tenerlos en abundancia.
La había dejado.
Tal y como ella temía.
El recuerdo de su rostro cuando entró en la habitación el día antes de que mi hermana llamara.
Se veía completamente rota, devastada, perdida. Acababa de averiguado.
Había ido a decírmelo.
Y me fui.
No lo sabía.
—¿Qué está mal?—preguntó Bree al entrar en la habitación.
Levanté la cabeza y la miré.
—Ella no lo sabía—le susurré, horrorizado por las palabras resonando en mi cabeza, lo que le grité esa noche mientras me rogaba que parara.
—Nunca pensé que lo supiera—respondió Bree. La tristeza en su voz era inconfundible—Traté de decirte que estaba bastante segura de que era inocente, pero no quisiste escucharme. No me permitiste ni siquiera pronunciar su nombre. Cada vez que trataba de hablar contigo acerca de Brittany terminabas tan borracha que no podías caminar.
Ella sabía tan bien como yo que perdí a Brittany, y era todo por mi culpa.
Brittany
Cenar con Alison y Alfonso no fue tan malo.
Emily se aferraba a mí, sin soltarme para nada. Incluso me acosté con ella y leí hasta que se quedó dormida.
Sabía que no existía ninguna manera de que pudiera manejar oírla llorar por mí cuando me fuera.
La forma en que ella se aferraba a mí me recordó lo que sentía. Tener miedo de perder a alguien a quien que amaba.
No iba a estar lejos por más tiempo.
Discutí con Alison para quedarme con ella los días que podía y tener a Emily una noche a la semana. Así podría pasar tiempo sólo con ella y no tener que enfrentarme a esa casa.
Sorprendentemente, Alfonso apoyó la idea al cien por cien. Al parecer, no le gustaba que Emily llorara por mí.
Quería odiarlo, pero cuando lo observé con Emily se hizo difícil.
Las cosas suceden en la vida y no se puede controlar. Es una mierda y hay que seguir adelante.
La celebración de un rencor contra Alison y Alfonso no tenía sentido. Sólo heriría a Emily, y ella era inocente.
La puerta del dormitorio de Sam se abrió y él salió con el ceño fruncido.
—¿Estás segura de que estás bien con esto? Me sentiría mejor si vinieras también.
Negué con la cabeza.
No iba a ser su sombra más. Tenía que volver a su vida.
Esta noche quería que saliera y pasara un buen rato con sus amigos. Estaría muy bien aquí.
—Tengo helado de chocolate y dos temporadas de True Blood. Así que vete. Yo y el vampiro Eric estaremos bien. Lo prometo.
Suspiró, se acercó y me abrazó:
—Está bien. Me voy. Pero llámame en el momento en que sientas un ataque de ansiedad o simplemente si te molesta algo o…
—Sam, vete ahora—señalé hacia la puerta.
—Me voy. Pero tengo mi teléfono conmigo.
—Te he oído, Sam. Vete.
Una vez que la puerta se cerró detrás de él, saqué el helado de chocolate y me dirigí al sofá.
Esta noche me iba a olvidar de todo menos de los vampiros vikingos calientes.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
al fin alfonso hablo con la verdad de una vez por todas!!!
y a san se le fueron las cosas de las manos,.. a muy mala manera!!
a ver que llega hacer para recuperar la,... y si britt la deja???
nos vemos!!!
al fin alfonso hablo con la verdad de una vez por todas!!!
y a san se le fueron las cosas de las manos,.. a muy mala manera!!
a ver que llega hacer para recuperar la,... y si britt la deja???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Por fin Alfonso hizo algo bien!!!!
Veremos como si fue!
Saludos
Veremos como si fue!
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Mmm pues algo tarde San quiso saber la verdad de como fueron las cosas....
Ahora espero que trate de arreglar las cosas y pues haber como sale todo
Ahora espero que trate de arreglar las cosas y pues haber como sale todo
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Bueno tal vez no sea facil pero es ahora o nunca, santana ve por britt AHORA!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
3:) escribió:hola morra,..
al fin alfonso hablo con la verdad de una vez por todas!!!
y a san se le fueron las cosas de las manos,.. a muy mala manera!!
a ver que llega hacer para recuperar la,... y si britt la deja???
nos vemos!!!
Hola lu, si!! ya era hora ¬¬ pero mejor tarde q nunca, no¿? =/ x una parte se lo merece por cabeza dura ¬¬ Espero que y de todo ¬¬ Mmm esperemos y se haga de rogar un poco XD Saludos =D
monica.santander escribió:Por fin Alfonso hizo algo bien!!!!
Veremos como si fue!
Saludos
Hola, si! ya era hora, pero como dije, mejor tarde q nunca. Aquí otro cap para saberlo! Saludos =D
JVM escribió:Mmm pues algo tarde San quiso saber la verdad de como fueron las cosas....
Ahora espero que trate de arreglar las cosas y pues haber como sale todo
Hola, si...=/ Espero lo mismo y q salga bn, pero tmbn espero q le cueste ¬¬ Saludos =D
micky morales escribió:Bueno tal vez no sea facil pero es ahora o nunca, santana ve por britt AHORA!!!!!!
Hola, si! si! si! esperemos y haga de todo por recuperarla, asi como lo hizo para no escuchar ¬¬ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Cap 23
Capitulo 23
Santana
—No mires ahora, pero Sam viene hacia acá—murmuró Artie, trayéndome de vuelta al presente.
Me perdí en mis pensamientos.
Desde que papá me informó lo increíblemente equivocada que estaba sobre Brittany, no hice nada más que reproducir cada palabra horrible que le dije.
Busqué en la multitud hasta que encontré a Sam dirigiéndose hacia nosotros.
Solo.
—Lo siento, morena, no sabía que iba a estar aquí esta noche, o te habría avisado—susurró Puck desde el otro lado de la mesa.
—Deja de mimarlo. Finalmente va a tener que lidiar con eso—dijo Kitty con un encogimiento de hombros, sin remordimientos.
Tenía razón, por supuesto.
—No esperaba que salieras esta noche—dijo Puck cuando Sam se detuvo en la mesa.
—Necesitaba una noche afuera. Britt insistió en que fuera a hacer algo.
—¿No vino contigo?—sorprendí a todos, incluyéndome a mí misma por preguntar.
Sam frunció el ceño y luego inclinó la cabeza como si me estuviera estudiando.
Me quedé mirándolo.
Esperando una respuesta mientras decidía si la merecía o no.
—No. Tuvo una mala experiencia la última vez que la convencí de salir del departamento y venir aquí conmigo—respondió imparcial y lentamente.
La noche que agarré a la chica y bailé con ella.
Maldición, la lista de marcas en mi contra eran infinitas.
—Uh, bien, es bueno que salieras esta noche. No lo haces mucho ahora—intervino Puck en un intento de romper la tensión.
Sam continuó mirándome.
—He tenido otras prioridades.
Quería odiarlo.
Porque estuvo ahí para ella.
Porque hizo lo que no pude.
Pero no lo podía odiar. En su lugar, agradecí que alguien hubiera cuidado de ella.
—¿Está bien?
Necesitaba saber.
Cualquier cosa. Sólo algo. Necesitaba algo.
Sam dejó escapar una risa dura y sacudió la cabeza como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.
—No, Santana, no lo está. Pero algún día lo estará. No es como si no la hubieran dejado antes. Sobrevivirá.
Si su intención era cortarme en pedazos, lo consiguió.
Necesitaba aire.
Me puse de pie, agarré mi agua y me giré para irme.
—Si fuera por mí, estarías jodidamente acabada, estarías muerto para mí. Pero no se trata de mí. Se trata de Britt. Y no es como la mayoría de la gente. Si te las arreglaste para apartar lo suficiente esa furia justiciera de pequeña niña rica protegida y descubriste el enorme error que cometiste, entonces no es demasiado tarde. Aún—entonces Sam Evans dio la vuelta y se alejó a través de la multitud y por la puerta principal.
Me quedé repitiendo sus palabras en mi cabeza.
Entonces me eché a correr.
El Mustang de Sam no se encontraba aparcado fuera.
Me quedé mirando la ventana del departamento y aunque las luces estaban apagadas, pude ver el resplandor de la televisión.
Se encontraba aquí. Justo como Sam dijo.
Subí las escaleras de dos en dos y me detuve en la puerta. Ya no tenía la llave.
Ella tendría que venir a la puerta.
Y podría cerrarla de un portazo en mi cara.
Me froté las manos en la parte superior de mis vaqueros y tomé unas cuantas respiraciones profundas.
¿Siquiera merezco esto?
¿Si hubiera alguna posibilidad de que me perdonara era siquiera digna de su perdón?
No, no lo era.
Pero era egoísta.
Quería a Brittany. Eso es todo lo que me importaba.
Levantando la mano, llamé a la puerta y esperé mientras mi corazón trataba de salirse de mi pecho. El pestillo se desbloqueó y el pomo giró. Esperando, me quedé ahí rezando que me escuche.
Brittany
—¿Santana?
¿Me quedé dormida en el sofá?
¿Esto era un sueño?
No sería el primer sueño que tenía de Santana en los últimos dos meses.
Parpadeé varias veces y me quedé mirándola. Seguro que se sentía real.
—Britt—susurró casi con reverencia.
Tenía que ser un sueño.
Este era un sueño de Santana.
Uno en el que no me odiaba. En el que todavía me amaba.
Me aparté de la puerta sin querer soñar más.
Dolía demasiado y estaba cansada del dolor.
—Britt, por favor, sólo escúchame, por favor—declaró Santana detrás de mí.
Girándome, vi que ya se encontraba dentro.
—¿Estoy dormida?—le pregunté, confundida.
Debido a que este sueño era demasiado real.
—No—su respuesta fue simple.
Observé mientras cerraba la puerta.
—¿Por qué estás aquí?
Dio otro paso más cerca y yo retrocedí uno.
Sookie gritó en la televisión y salté, asustada. Alcanzando el control presioné el botón de silencio y luego volví a mirar a Santana.
—Quería hablar contigo. No merezco que me escuches, pero estoy dispuesto a suplicar si eso te va a hacer algún bien.
Frunciendo el ceño, me senté en el sofá y metí las piernas por debajo de mí.
—Estoy escuchando—le contesté y se relajó visiblemente.
—Lo siento—comenzó y cerró los ojos con fuerza tomando una respiración profunda antes de abrirlos y mirándome con tantas emociones—Ese día. Viniste aquí para decirme. Acababas de descubrirlo. Pero no lo sabía. Sabía que estabas enfadada, pero luego mi hermana llamó y mi mamá tomó un frasco lleno de analgésicos recetados.
Ya sabía esto, pero la dejé continuar.
—Casi la perdimos. Pero bombearon su estómago y me quedé ahí con mi hermana, esperando para que regresara con nosotras. Cuando se despertó, dijo que papá llevó los papeles del divorcio y se fue a vivir con otra mujer. Trató de suicidarse. Fui a la concesionaria y exigí que alguien me diera su nueva dirección. Iba a darle una maldita paliza por lo que le hizo a mi mamá. A lo que la llevó también. El miedo que se había apoderado de mí toda la tarde mientras veía la vida de mi mamá pendiendo de un hilo se convirtió en furia. Luego, cuando entré te vi a ti y tu hermana. No podía pensar con claridad, Brittany. Me sentí traicionada. No por mi papá, sino por ti. No imaginé que hubiera alguna forma de que lo supieras. Y además estando ahí en esa casa. Estaba seguro de que lo sabías. No confié en ti. No te escuché. Solo volqué todo el miedo y la furia y la descargué en ti. Y así me ayude Dios, lo lamentaré el resto de mi vida.
Las lágrimas se aferraban a mis pestañas, mientras veía la confusión y pesar en el rostro de Santana cuando repitió el día en que me destrozó.
Me dolía el corazón por ella.
Aspiré y levanté la mano para secarme las lágrimas.
—Te perdono.
Lo hice.
Esto no cambió nada, pero la perdoné.
Tomé una respiración profunda y me di cuenta que era más fácil respirar. Saber que no creía que la traicioné alejó la melancolía. La mayoría de ella por lo menos.
Santana me miró fijamente.
La sorprendí. No esperaba que lo perdonara.
—¿Me perdonas?—preguntó con voz ronca.
—Sí, lo hago. Entiendo lo que pasó. Toda la situación fue una pesadilla. Aunque la vida apeste hay que superarlo y seguir adelante.
Tragó saliva con tanta fuerza que podía ver el nudo en su garganta.
—Te amo, Britt.
Quería creerle y tal vez me amaba. Pero no sobreviviría a ella de nuevo.
Conocía mi límite de angustia.
—Santana, lo que teníamos, era, fue increíble. Fue asombroso. Nunca he tenido algo así antes. Lo apreciaré por el resto de mi vida.
—No lo hagas, Britt. Por favor—tenía la voz ahogada.
Forcé una sonrisa a través de mis lágrimas, que fluían libremente ahora.
Este era nuestro cierre.
—No puedo hacer eso otra vez. Una vez fue todo lo que puedo manejar. Nunca pensé que iba a abrirme de esa manera a nadie. Ser libre y confiar. Pero lo hice. Y no me arrepiento. Nunca lo haré. Pero tuve mi cuota de abandono en la vida. Tengo que protegerme.
Santana dejó escapar un gran suspiro tembloroso y se levantó. La observé mientras pasaba las manos por su cabello.
Era hermosa.
Y había sido mía.
Y me sentía agradecida por ello.
—Britt, te amaré hasta el día que me muera—declaró, mirándome con la humedad brillando en sus ojos.
La amé también.
Pero no era suficiente.
—Lo siento—susurré.
Nos miramos una a la otra mientras la pesadez del final caía sobre nosotras.
Volvió a respirar hondo y luego asintió.
—No puedo obligarte a que confíes en mí. Me merezco esto—su voz era temblorosa.
—Mereces ser feliz—le aseguré.
Porque lo merecía.
—Nunca seré feliz sin ti—respondió.
La angustia en sus ojos era tan difícil de ignorar.
—Sí, lo serás.
—Britt, Dios, lo siento mucho. Por favor, ¿puedo demostrarte que no voy a ninguna parte? Pasaré el resto de mi vida demostrando que nunca te haré daño de nuevo.
La conversación que tuvimos en el suelo de su cuarto de baño no hace mucho tiempo volvió a mí.
Fue muy similar.
Estaba tan segura de que nunca me haría daño de nuevo.
Siempre estaría ahí.
La protegieron demasiado. No manejaba bien las cosas malas. Necesitaba a alguien que no me dejara cuando vinieran las cosas malas.
—No puedo. Lo intenté. No funcionó. No puedo seguir esperando que Sam recoja los pedazos cuando mi vida se derrumbe. Es el momento que aprenda a arreglar mis propios problemas. Tratar con las cosas malas por mi cuenta. Y eso significa que no puedo confiar mi corazón a nadie. Porque soy débil ahí.
Santana dio dos zancadas y se arrodilló en el suelo delante de mí.
Podía olerla. Tan bien. Tan limpia. Mi Santana.
—Britt, te juro que puedes confiar en mí, por favor. Te echo de menos. Te anhelo. Te necesito, Britt. Por favor, nena por favor.
Un sollozo sacudió mi pecho y negué con la cabeza.
—No puedo.
Dejó caer la cabeza sobre mis rodillas y nos sentamos ahí mientras lágrimas silenciosas caían.
Extendí la mano y toqué su cabello. Recordando su sensación. Deleitándome en su olor, que ya que me rodeaba.
Finalmente, levantó la cabeza lentamente y me miró por última vez antes de levantarse y caminar.
Cuando la puerta se cerró detrás de ella, me acurruqué en el sofá y lloré hasta que no tuve más lágrimas para llorar.
Me perdí en mis pensamientos.
Desde que papá me informó lo increíblemente equivocada que estaba sobre Brittany, no hice nada más que reproducir cada palabra horrible que le dije.
Busqué en la multitud hasta que encontré a Sam dirigiéndose hacia nosotros.
Solo.
—Lo siento, morena, no sabía que iba a estar aquí esta noche, o te habría avisado—susurró Puck desde el otro lado de la mesa.
—Deja de mimarlo. Finalmente va a tener que lidiar con eso—dijo Kitty con un encogimiento de hombros, sin remordimientos.
Tenía razón, por supuesto.
—No esperaba que salieras esta noche—dijo Puck cuando Sam se detuvo en la mesa.
—Necesitaba una noche afuera. Britt insistió en que fuera a hacer algo.
—¿No vino contigo?—sorprendí a todos, incluyéndome a mí misma por preguntar.
Sam frunció el ceño y luego inclinó la cabeza como si me estuviera estudiando.
Me quedé mirándolo.
Esperando una respuesta mientras decidía si la merecía o no.
—No. Tuvo una mala experiencia la última vez que la convencí de salir del departamento y venir aquí conmigo—respondió imparcial y lentamente.
La noche que agarré a la chica y bailé con ella.
Maldición, la lista de marcas en mi contra eran infinitas.
—Uh, bien, es bueno que salieras esta noche. No lo haces mucho ahora—intervino Puck en un intento de romper la tensión.
Sam continuó mirándome.
—He tenido otras prioridades.
Quería odiarlo.
Porque estuvo ahí para ella.
Porque hizo lo que no pude.
Pero no lo podía odiar. En su lugar, agradecí que alguien hubiera cuidado de ella.
—¿Está bien?
Necesitaba saber.
Cualquier cosa. Sólo algo. Necesitaba algo.
Sam dejó escapar una risa dura y sacudió la cabeza como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.
—No, Santana, no lo está. Pero algún día lo estará. No es como si no la hubieran dejado antes. Sobrevivirá.
Si su intención era cortarme en pedazos, lo consiguió.
Necesitaba aire.
Me puse de pie, agarré mi agua y me giré para irme.
—Si fuera por mí, estarías jodidamente acabada, estarías muerto para mí. Pero no se trata de mí. Se trata de Britt. Y no es como la mayoría de la gente. Si te las arreglaste para apartar lo suficiente esa furia justiciera de pequeña niña rica protegida y descubriste el enorme error que cometiste, entonces no es demasiado tarde. Aún—entonces Sam Evans dio la vuelta y se alejó a través de la multitud y por la puerta principal.
Me quedé repitiendo sus palabras en mi cabeza.
Entonces me eché a correr.
El Mustang de Sam no se encontraba aparcado fuera.
Me quedé mirando la ventana del departamento y aunque las luces estaban apagadas, pude ver el resplandor de la televisión.
Se encontraba aquí. Justo como Sam dijo.
Subí las escaleras de dos en dos y me detuve en la puerta. Ya no tenía la llave.
Ella tendría que venir a la puerta.
Y podría cerrarla de un portazo en mi cara.
Me froté las manos en la parte superior de mis vaqueros y tomé unas cuantas respiraciones profundas.
¿Siquiera merezco esto?
¿Si hubiera alguna posibilidad de que me perdonara era siquiera digna de su perdón?
No, no lo era.
Pero era egoísta.
Quería a Brittany. Eso es todo lo que me importaba.
Levantando la mano, llamé a la puerta y esperé mientras mi corazón trataba de salirse de mi pecho. El pestillo se desbloqueó y el pomo giró. Esperando, me quedé ahí rezando que me escuche.
Brittany
—¿Santana?
¿Me quedé dormida en el sofá?
¿Esto era un sueño?
No sería el primer sueño que tenía de Santana en los últimos dos meses.
Parpadeé varias veces y me quedé mirándola. Seguro que se sentía real.
—Britt—susurró casi con reverencia.
Tenía que ser un sueño.
Este era un sueño de Santana.
Uno en el que no me odiaba. En el que todavía me amaba.
Me aparté de la puerta sin querer soñar más.
Dolía demasiado y estaba cansada del dolor.
—Britt, por favor, sólo escúchame, por favor—declaró Santana detrás de mí.
Girándome, vi que ya se encontraba dentro.
—¿Estoy dormida?—le pregunté, confundida.
Debido a que este sueño era demasiado real.
—No—su respuesta fue simple.
Observé mientras cerraba la puerta.
—¿Por qué estás aquí?
Dio otro paso más cerca y yo retrocedí uno.
Sookie gritó en la televisión y salté, asustada. Alcanzando el control presioné el botón de silencio y luego volví a mirar a Santana.
—Quería hablar contigo. No merezco que me escuches, pero estoy dispuesto a suplicar si eso te va a hacer algún bien.
Frunciendo el ceño, me senté en el sofá y metí las piernas por debajo de mí.
—Estoy escuchando—le contesté y se relajó visiblemente.
—Lo siento—comenzó y cerró los ojos con fuerza tomando una respiración profunda antes de abrirlos y mirándome con tantas emociones—Ese día. Viniste aquí para decirme. Acababas de descubrirlo. Pero no lo sabía. Sabía que estabas enfadada, pero luego mi hermana llamó y mi mamá tomó un frasco lleno de analgésicos recetados.
Ya sabía esto, pero la dejé continuar.
—Casi la perdimos. Pero bombearon su estómago y me quedé ahí con mi hermana, esperando para que regresara con nosotras. Cuando se despertó, dijo que papá llevó los papeles del divorcio y se fue a vivir con otra mujer. Trató de suicidarse. Fui a la concesionaria y exigí que alguien me diera su nueva dirección. Iba a darle una maldita paliza por lo que le hizo a mi mamá. A lo que la llevó también. El miedo que se había apoderado de mí toda la tarde mientras veía la vida de mi mamá pendiendo de un hilo se convirtió en furia. Luego, cuando entré te vi a ti y tu hermana. No podía pensar con claridad, Brittany. Me sentí traicionada. No por mi papá, sino por ti. No imaginé que hubiera alguna forma de que lo supieras. Y además estando ahí en esa casa. Estaba seguro de que lo sabías. No confié en ti. No te escuché. Solo volqué todo el miedo y la furia y la descargué en ti. Y así me ayude Dios, lo lamentaré el resto de mi vida.
Las lágrimas se aferraban a mis pestañas, mientras veía la confusión y pesar en el rostro de Santana cuando repitió el día en que me destrozó.
Me dolía el corazón por ella.
Aspiré y levanté la mano para secarme las lágrimas.
—Te perdono.
Lo hice.
Esto no cambió nada, pero la perdoné.
Tomé una respiración profunda y me di cuenta que era más fácil respirar. Saber que no creía que la traicioné alejó la melancolía. La mayoría de ella por lo menos.
Santana me miró fijamente.
La sorprendí. No esperaba que lo perdonara.
—¿Me perdonas?—preguntó con voz ronca.
—Sí, lo hago. Entiendo lo que pasó. Toda la situación fue una pesadilla. Aunque la vida apeste hay que superarlo y seguir adelante.
Tragó saliva con tanta fuerza que podía ver el nudo en su garganta.
—Te amo, Britt.
Quería creerle y tal vez me amaba. Pero no sobreviviría a ella de nuevo.
Conocía mi límite de angustia.
—Santana, lo que teníamos, era, fue increíble. Fue asombroso. Nunca he tenido algo así antes. Lo apreciaré por el resto de mi vida.
—No lo hagas, Britt. Por favor—tenía la voz ahogada.
Forcé una sonrisa a través de mis lágrimas, que fluían libremente ahora.
Este era nuestro cierre.
—No puedo hacer eso otra vez. Una vez fue todo lo que puedo manejar. Nunca pensé que iba a abrirme de esa manera a nadie. Ser libre y confiar. Pero lo hice. Y no me arrepiento. Nunca lo haré. Pero tuve mi cuota de abandono en la vida. Tengo que protegerme.
Santana dejó escapar un gran suspiro tembloroso y se levantó. La observé mientras pasaba las manos por su cabello.
Era hermosa.
Y había sido mía.
Y me sentía agradecida por ello.
—Britt, te amaré hasta el día que me muera—declaró, mirándome con la humedad brillando en sus ojos.
La amé también.
Pero no era suficiente.
—Lo siento—susurré.
Nos miramos una a la otra mientras la pesadez del final caía sobre nosotras.
Volvió a respirar hondo y luego asintió.
—No puedo obligarte a que confíes en mí. Me merezco esto—su voz era temblorosa.
—Mereces ser feliz—le aseguré.
Porque lo merecía.
—Nunca seré feliz sin ti—respondió.
La angustia en sus ojos era tan difícil de ignorar.
—Sí, lo serás.
—Britt, Dios, lo siento mucho. Por favor, ¿puedo demostrarte que no voy a ninguna parte? Pasaré el resto de mi vida demostrando que nunca te haré daño de nuevo.
La conversación que tuvimos en el suelo de su cuarto de baño no hace mucho tiempo volvió a mí.
Fue muy similar.
Estaba tan segura de que nunca me haría daño de nuevo.
Siempre estaría ahí.
La protegieron demasiado. No manejaba bien las cosas malas. Necesitaba a alguien que no me dejara cuando vinieran las cosas malas.
—No puedo. Lo intenté. No funcionó. No puedo seguir esperando que Sam recoja los pedazos cuando mi vida se derrumbe. Es el momento que aprenda a arreglar mis propios problemas. Tratar con las cosas malas por mi cuenta. Y eso significa que no puedo confiar mi corazón a nadie. Porque soy débil ahí.
Santana dio dos zancadas y se arrodilló en el suelo delante de mí.
Podía olerla. Tan bien. Tan limpia. Mi Santana.
—Britt, te juro que puedes confiar en mí, por favor. Te echo de menos. Te anhelo. Te necesito, Britt. Por favor, nena por favor.
Un sollozo sacudió mi pecho y negué con la cabeza.
—No puedo.
Dejó caer la cabeza sobre mis rodillas y nos sentamos ahí mientras lágrimas silenciosas caían.
Extendí la mano y toqué su cabello. Recordando su sensación. Deleitándome en su olor, que ya que me rodeaba.
Finalmente, levantó la cabeza lentamente y me miró por última vez antes de levantarse y caminar.
Cuando la puerta se cerró detrás de ella, me acurruqué en el sofá y lloré hasta que no tuve más lágrimas para llorar.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
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Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Impossible un cierre asi!!!! Pero San se lo merece!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
algo bueno hizo sam,.. dejando carta blanca para que san lo intente por lo menos!!
definitivamente san la tiene muy difícil,.. la perdono, pero la confianza es difícil de recuperar a veces!!! a ver hasta donde aguanta britt!!!
nos vemos!!!
algo bueno hizo sam,.. dejando carta blanca para que san lo intente por lo menos!!
definitivamente san la tiene muy difícil,.. la perdono, pero la confianza es difícil de recuperar a veces!!! a ver hasta donde aguanta britt!!!
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Es triste que por miedo no estén juntas y es cierto que Santana se equivoco. Ojala mas adelante se puedan dar otra oportunidad sin que nadie ajeno se meta
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Entiendo a Britt, pero un poco determinante no?????
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Impossible un cierre asi!!!! Pero San se lo merece!!
Saludos
Hola, dices tu¿? noo obvio q no! si son las brittana! Pero si, si se lo merece =/ q sufra un poquito más XD Saludos =D
3:) escribió:hola morra,...
algo bueno hizo sam,.. dejando carta blanca para que san lo intente por lo menos!!
definitivamente san la tiene muy difícil,.. la perdono, pero la confianza es difícil de recuperar a veces!!! a ver hasta donde aguanta britt!!!
nos vemos!!!
Hola, al fin! Ese si es un buen amigo. SI! y se lo merece la vrdd XD SI, y eso es fundamental en un relación, cualkiera sea =/ Mm esperemos y no ceda tan fácil xD sAludos =D
JVM escribió:Es triste que por miedo no estén juntas y es cierto que Santana se equivoco. Ojala mas adelante se puedan dar otra oportunidad sin que nadie ajeno se meta
Hola, si =/ y si tmbn =/ Espero lo mismo, pero q a san le cueste igual un momento =/ Saludos =D
micky morales escribió:Entiendo a Britt, pero un poco determinante no?????
Hola, yo tmbn y creo q esta bn, asi a la morena le cuesta un pokito tmbn ¬¬ Saludos =D
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Cap 24
Capitulo 24
Santana
Veía atisbos de Brittany en el bar.
Nunca venía por mucho tiempo. Normalmente era porque se hallaba en el trabajo y necesitaba algo de la sala de suministros.
Siempre sonreía. Era amigable. Eso era todo.
Buscarla se convirtió en mi único pasatiempo.
Comenzaba a preguntarme si me estaba convirtiendo en una acosadora.
La única cosa que me mantenía cuerdo era que el que no saliera con ninguna persona.
Raramente andaba con Sam. Vivía con él, pero él no se encontraba ahí a menudo, por lo que escuché.
Al parecer, trataba de recuperar el tiempo perdido.
Eché un vistazo nerviosamente alrededor del restaurante, buscando a Brittany. Necesitaba conseguir un asiento en su sección antes de que entrara al comedor. De otra manera, existiría una buena posibilidad de que ella tuviera a la camarera sentándome en otro lugar.
Seguí la espalda de la pequeña morena hasta una cabina, que me aseguró que era de Brittany está noche.
—Britt estará con usted en un momento—la aguda voz de la chica me sobresaltó.
Asentí.
—Gracias.
Rápidamente tomé asiento, colocando el pequeño paquete que traje conmigo fuera de vista. No quería que ella tuviera la oportunidad de rechazarlo. Tenía la intención de dejarlo sobre la mesa cuando me fuera. De esa manera, si decidía rechazar mi obsequio, tendría que venir a buscarme primero.
Caminó rodeando la esquina, mirando hacia el bloc de notas que tenía en la mano. Tenía un lápiz metido detrás de la oreja y llevaba el cabello recogido en un desordenado moño en la parte trasera de su cabeza.
La extrañaba tanto.
La miré mientras levantaba la mirada. Esos grandes y expresivos ojos azules que atormentaban mis sueños se clavaron en mí y ella se tropezó.
El impulso de saltar e ir a tocarla era insoportable. Me obligué a permanecer en mi asiento, pero mis ojos se la comieron mientras se componía y continuaba hacia mi cabina.
—Santana—dijo, sonriendo nerviosamente.
—Hola, Britt—respondí.
Su dulce esencia de miel llenó la pequeña cabina.
—¿Estás, ah, esperando a alguien?
Negué con la cabeza y sonreí.
—Nop. Soy sólo yo.
El alivio en su rostro me dio esperanza.
—Oh, está bien. En ese caso, ¿qué quieres de tomar?
—Me gustaría un poco de té dulce, por favor.
Brittany sacó el lápiz metido detrás de su oreja y rápidamente lo anotó. Nunca antes la había visto escribir las órdenes de bebidas.
¿Podría mi presencia tenerla tan nerviosa que necesitaba escribir té dulce?
Dios, esperaba que sí.
—De acuerdo. En seguida regreso.
Me dedicó una sonrisa que no llegó a sus ojos y rápidamente se dio la vuelta y se dirigió directo a la cocina. No se detuvo en ninguna de sus otras mesas para chequearlas.
Brittany necesitaba un momento.
Por mí.
Por primera vez en semanas era capaz de tomar una respiración profunda. Solo quizás, podría llegar de nuevo a ella. Esos malditos muros gruesos que levantó alrededor de su corazón me aterrorizaban.
Brittany
Puedo hacer esto. Puedo hacer esto. PUEDO hacer esto.
—¿Estás bien, Britt?—preguntó Kurt, parándose a mi lado con una bandeja de bebidas.
—Um, sí, estoy bien. Solo necesitaba un respiro—me obligué a sonreír de nuevo y tomé el té dulce que serví para Santana.
Kurt asintió y se dirigió de vuelta hacia la puerta del comedor. Tenía que hacer lo mismo. Me pasé la mano por el cabello y alisé el delantal, y luego rodé los ojos por mi comportamiento ridículo.
Esta era Santana.
Quien rompió mi corazón.
No me importaba lo que pensara de mí. Mi aspecto no era su incumbencia.
Me dirigí de nuevo al comedor y me detuve en mis otras mesas para comprobarlas. Tenía que conseguir otra botella de salsa tártara, un vaso de agua, y algunos limones. Y todavía tenía la bebida de Santana en mis manos.
Tenía que terminar con esto.
Se encontraba recostada en la cabina, observándome mientras me acercaba.
Sentí su mirada en mí mientras comprobaba a los otros clientes.
Fue un milagro que no me hubiera tropezado y caído por mi nerviosa reacción ante su atención.
—Aquí tienes—coloqué el té sobre la mesa frente a ella—¿Estás lista para ordenar?
—El mero ennegrecido suena bien—respondió.
Quería acurrucarme en su regazo.
¿Qué tan ridículo era eso?
Solo de escucharla hablar me hacía necesitar tocarla y sentir sus brazos de nuevo a mí alrededor.
¡Ugh!
—¿No me recomiendas eso?
Salí de mi obsesión interna y la miré.
—¿Ah?
Santana me sonrío y mis entrañas se volvieron locas.
—Estás frunciendo el ceño. Me preguntaba si ordené algo malo.
Mi cara se calentó al instante y negué con la cabeza, mirando hacia mi bloc de notas en un intento de ocultar mi sonrojo.
—Oh, no. Es realmente bueno. El mero está bueno y fresco.
—¿Me sugieres que pruebe estas papas fritas dulces?
—Bueno, son diferentes, um, tal vez deberías quedarte con las papas fritas normales.
Santana asintió y me entregó el menú.
—Papas fritas normales será, entonces.
Me incliné para tomar su menú y luché contra el impulso de mirarla. Sabía que me miraba. Si levantaba la cabeza nuestros ojos se encontrarían.
No era tan fuerte todavía.
Tal vez algún día lo sería, pero necesitaba tiempo.
Deslizando el menú bajo mi brazo, me apresuré a regresar a la cocina.
Necesitaba otro respiro.
Después de entregarle el recibo a Santana, me escabullí una vez más a la seguridad de la cocina. Me recosté contra la pared detrás del lavavajillas de tamaño industrial y dejé escapar un gemido de frustración.
Fue tortura.
Santana fue amable y conversadora. Observó todos mis movimientos como si fuera la cosa más fascinante que jamás hubiera visto.
Era un manojo de nervios.
Dos personas, primero un chico y luego una chica, que obviamente no sabía que la conocían, se acercaron a ella e hicieron todo lo posible para convencerla de ir a bailar con ellas.
Las rechazó.
Con dureza.
Me encantó.
Cada vez que perdía la batalla y echaba un vistazo hacia su cabina, sus ojos se hallaban fijos en mí. Incluso cuando recibí un huésped no invitado, su mirada parecía no renunciar nunca.
—Britt, tu amiga dejo una propina y una caja con tu nombre escrito, bastante impresionante para una chica, en la mesa.
Incapaz de ocultar mi curiosidad, corrí de vuelta a la cabina donde Santana se había sentado. Dejó un billete de cincuenta dólares para pagar su comida de veinte dólares.
Fruncí el ceño, guardé el dinero y tomé el paquete que dejó. Pasé mi dedo por encima de mi nombre.
Reconocí su nítida caligrafía.
—Oye, Kurt. Enseguida regreso—grité, mientras me dirigía hacia la puerta trasera.
Necesitaba privacidad.
Una vez que salí y estuve escondida de forma segura, la abrí.
Era una camiseta de Guns & RosesChinese Democracy del 2006, firmada por todos los miembros de la banda. Una pequeña nota estaba metida dentro y la atrapé antes de que se cayera sobre la grava.
Nunca venía por mucho tiempo. Normalmente era porque se hallaba en el trabajo y necesitaba algo de la sala de suministros.
Siempre sonreía. Era amigable. Eso era todo.
Buscarla se convirtió en mi único pasatiempo.
Comenzaba a preguntarme si me estaba convirtiendo en una acosadora.
La única cosa que me mantenía cuerdo era que el que no saliera con ninguna persona.
Raramente andaba con Sam. Vivía con él, pero él no se encontraba ahí a menudo, por lo que escuché.
Al parecer, trataba de recuperar el tiempo perdido.
Eché un vistazo nerviosamente alrededor del restaurante, buscando a Brittany. Necesitaba conseguir un asiento en su sección antes de que entrara al comedor. De otra manera, existiría una buena posibilidad de que ella tuviera a la camarera sentándome en otro lugar.
Seguí la espalda de la pequeña morena hasta una cabina, que me aseguró que era de Brittany está noche.
—Britt estará con usted en un momento—la aguda voz de la chica me sobresaltó.
Asentí.
—Gracias.
Rápidamente tomé asiento, colocando el pequeño paquete que traje conmigo fuera de vista. No quería que ella tuviera la oportunidad de rechazarlo. Tenía la intención de dejarlo sobre la mesa cuando me fuera. De esa manera, si decidía rechazar mi obsequio, tendría que venir a buscarme primero.
Caminó rodeando la esquina, mirando hacia el bloc de notas que tenía en la mano. Tenía un lápiz metido detrás de la oreja y llevaba el cabello recogido en un desordenado moño en la parte trasera de su cabeza.
La extrañaba tanto.
La miré mientras levantaba la mirada. Esos grandes y expresivos ojos azules que atormentaban mis sueños se clavaron en mí y ella se tropezó.
El impulso de saltar e ir a tocarla era insoportable. Me obligué a permanecer en mi asiento, pero mis ojos se la comieron mientras se componía y continuaba hacia mi cabina.
—Santana—dijo, sonriendo nerviosamente.
—Hola, Britt—respondí.
Su dulce esencia de miel llenó la pequeña cabina.
—¿Estás, ah, esperando a alguien?
Negué con la cabeza y sonreí.
—Nop. Soy sólo yo.
El alivio en su rostro me dio esperanza.
—Oh, está bien. En ese caso, ¿qué quieres de tomar?
—Me gustaría un poco de té dulce, por favor.
Brittany sacó el lápiz metido detrás de su oreja y rápidamente lo anotó. Nunca antes la había visto escribir las órdenes de bebidas.
¿Podría mi presencia tenerla tan nerviosa que necesitaba escribir té dulce?
Dios, esperaba que sí.
—De acuerdo. En seguida regreso.
Me dedicó una sonrisa que no llegó a sus ojos y rápidamente se dio la vuelta y se dirigió directo a la cocina. No se detuvo en ninguna de sus otras mesas para chequearlas.
Brittany necesitaba un momento.
Por mí.
Por primera vez en semanas era capaz de tomar una respiración profunda. Solo quizás, podría llegar de nuevo a ella. Esos malditos muros gruesos que levantó alrededor de su corazón me aterrorizaban.
Brittany
Puedo hacer esto. Puedo hacer esto. PUEDO hacer esto.
—¿Estás bien, Britt?—preguntó Kurt, parándose a mi lado con una bandeja de bebidas.
—Um, sí, estoy bien. Solo necesitaba un respiro—me obligué a sonreír de nuevo y tomé el té dulce que serví para Santana.
Kurt asintió y se dirigió de vuelta hacia la puerta del comedor. Tenía que hacer lo mismo. Me pasé la mano por el cabello y alisé el delantal, y luego rodé los ojos por mi comportamiento ridículo.
Esta era Santana.
Quien rompió mi corazón.
No me importaba lo que pensara de mí. Mi aspecto no era su incumbencia.
Me dirigí de nuevo al comedor y me detuve en mis otras mesas para comprobarlas. Tenía que conseguir otra botella de salsa tártara, un vaso de agua, y algunos limones. Y todavía tenía la bebida de Santana en mis manos.
Tenía que terminar con esto.
Se encontraba recostada en la cabina, observándome mientras me acercaba.
Sentí su mirada en mí mientras comprobaba a los otros clientes.
Fue un milagro que no me hubiera tropezado y caído por mi nerviosa reacción ante su atención.
—Aquí tienes—coloqué el té sobre la mesa frente a ella—¿Estás lista para ordenar?
—El mero ennegrecido suena bien—respondió.
Quería acurrucarme en su regazo.
¿Qué tan ridículo era eso?
Solo de escucharla hablar me hacía necesitar tocarla y sentir sus brazos de nuevo a mí alrededor.
¡Ugh!
—¿No me recomiendas eso?
Salí de mi obsesión interna y la miré.
—¿Ah?
Santana me sonrío y mis entrañas se volvieron locas.
—Estás frunciendo el ceño. Me preguntaba si ordené algo malo.
Mi cara se calentó al instante y negué con la cabeza, mirando hacia mi bloc de notas en un intento de ocultar mi sonrojo.
—Oh, no. Es realmente bueno. El mero está bueno y fresco.
—¿Me sugieres que pruebe estas papas fritas dulces?
—Bueno, son diferentes, um, tal vez deberías quedarte con las papas fritas normales.
Santana asintió y me entregó el menú.
—Papas fritas normales será, entonces.
Me incliné para tomar su menú y luché contra el impulso de mirarla. Sabía que me miraba. Si levantaba la cabeza nuestros ojos se encontrarían.
No era tan fuerte todavía.
Tal vez algún día lo sería, pero necesitaba tiempo.
Deslizando el menú bajo mi brazo, me apresuré a regresar a la cocina.
Necesitaba otro respiro.
Después de entregarle el recibo a Santana, me escabullí una vez más a la seguridad de la cocina. Me recosté contra la pared detrás del lavavajillas de tamaño industrial y dejé escapar un gemido de frustración.
Fue tortura.
Santana fue amable y conversadora. Observó todos mis movimientos como si fuera la cosa más fascinante que jamás hubiera visto.
Era un manojo de nervios.
Dos personas, primero un chico y luego una chica, que obviamente no sabía que la conocían, se acercaron a ella e hicieron todo lo posible para convencerla de ir a bailar con ellas.
Las rechazó.
Con dureza.
Me encantó.
Cada vez que perdía la batalla y echaba un vistazo hacia su cabina, sus ojos se hallaban fijos en mí. Incluso cuando recibí un huésped no invitado, su mirada parecía no renunciar nunca.
—Britt, tu amiga dejo una propina y una caja con tu nombre escrito, bastante impresionante para una chica, en la mesa.
Incapaz de ocultar mi curiosidad, corrí de vuelta a la cabina donde Santana se había sentado. Dejó un billete de cincuenta dólares para pagar su comida de veinte dólares.
Fruncí el ceño, guardé el dinero y tomé el paquete que dejó. Pasé mi dedo por encima de mi nombre.
Reconocí su nítida caligrafía.
—Oye, Kurt. Enseguida regreso—grité, mientras me dirigía hacia la puerta trasera.
Necesitaba privacidad.
Una vez que salí y estuve escondida de forma segura, la abrí.
Era una camiseta de Guns & RosesChinese Democracy del 2006, firmada por todos los miembros de la banda. Una pequeña nota estaba metida dentro y la atrapé antes de que se cayera sobre la grava.
Brittany
Hay una historia detrás de esta camiseta. De hecho, fui a ese concierto de apertura en Miami. Ha sido una de mis posesiones más preciadas desde entonces. Es especial porque fue la única cosa a la que mi papá alguna vez me llevó. Sabía lo mucho que quería ir. Recién acababa de cumplir quince y vino a mi habitación una noche con dos entradas. No eran solo las entradas. Eran pases para tras bastidores. Usó cada conexión que pudo para conseguirlas. Es el único buen recuerdo que tengo de mi papá. Quizás por eso era tan especial.
De todos modos, quiero que la tengas. Me gustaría verla en ti en vez de quedarse de nuevo en un cajón de mí cómoda. Es una de las partes buenas de mí y me gustaría saber que está en tus manos.
Te amo. Siempre lo haré.
Santana.
Hay una historia detrás de esta camiseta. De hecho, fui a ese concierto de apertura en Miami. Ha sido una de mis posesiones más preciadas desde entonces. Es especial porque fue la única cosa a la que mi papá alguna vez me llevó. Sabía lo mucho que quería ir. Recién acababa de cumplir quince y vino a mi habitación una noche con dos entradas. No eran solo las entradas. Eran pases para tras bastidores. Usó cada conexión que pudo para conseguirlas. Es el único buen recuerdo que tengo de mi papá. Quizás por eso era tan especial.
De todos modos, quiero que la tengas. Me gustaría verla en ti en vez de quedarse de nuevo en un cajón de mí cómoda. Es una de las partes buenas de mí y me gustaría saber que está en tus manos.
Te amo. Siempre lo haré.
Santana.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Lindo detalle San!!!! Veremos si Britt resiste mucho!!!
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Santana esta ahi, haciendo la lucha, espero de verdad que se vea recompensada!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
hola morra,..
san la esta haciendo muy bien!!! sobre todo merito!!!
a ver que hace britt con el único bien preciado que le dejo el padre!!!
nos vemos!!!
san la esta haciendo muy bien!!! sobre todo merito!!!
a ver que hace britt con el único bien preciado que le dejo el padre!!!
nos vemos!!!
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Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
monica.santander escribió:Lindo detalle San!!!! Veremos si Britt resiste mucho!!!
Hola, si! al menos esta vez esta haciendo bn las cosas ¬¬ Espero y si la vrdd XD Saludos =D
micky morales escribió:Santana esta ahi, haciendo la lucha, espero de verdad que se vea recompensada!!!!!
Hola, y eso es bueno después de la lucha q hizo por no escuchar ¬¬ Y yo, pero q se demore un poco en llegar. SAludos =D
3:) escribió:hola morra,..
san la esta haciendo muy bien!!! sobre todo merito!!!
a ver que hace britt con el único bien preciado que le dejo el padre!!!
nos vemos!!!
Hola lu, si y es bueno después de hacer "no escucho a britt" tmbn, no¬¬ Mmmm interesant pregunta. Saludos =D
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FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Cap 25
Capitulo 25
Santana
Emily pateaba feliz en la piscina mientras flotaba sobre la parte poco profunda con un chaleco salvavidas puesto.
Papá había llamado para hacerme saber que se encontraban en el condo por el fin de semana y que a Emily le gustaría verme.
También quería verla.
Él y Alison habían salido de compras y me habían dejado sola con Emily, ya que aún no quería ver a su mamá.
No me agradaba Alison.
Nunca me caería bien.
No sólo había sido la razón detrás del dolor de mi mamá y de mi hermana, sino que también había tratado mal a Brittany durante toda su vida.
Mucho antes de conocerla, me había caído mal por esa simple razón.
—Mi Bitty—chilló Emily, chapoteando en el agua.
Seguí su mirada llena de adoración para ver a Brittany salir de la casa en un bikini azul rey.
Guao.
—Hola, dulzurita. También te he extrañado—respondió Brittany, sonriéndole a Emily mientras ella continuaba chillando y golpeando el agua.
Brittany me lanzó una mirada tímida y estuve muy segura de que me había tragado la lengua.
—Hola, Santana.
—Britt—logre decir como respuesta.
—Espero que no te moleste. Alison llamó diciéndome que Em se había levantado preguntando por mí, y que la tendrías hoy en la piscina, por si quería venir a nadar un poco con ella.
Se encontraba aquí.
Hablando conmigo.
Luciendo un bikini.
—Oh, no, no me molesta en lo absoluto.
No había nada en sus manos.
No me trajo de vuelta la camisa que le había dejado hacía tres noches. Iba a quedársela.
No pude evitar sonreír.
—Mi Bitty—chilló Emily una vez más mientras Brittany se introducía en el agua y se acercaba a ella.
—Mírate, nadando en todo esto como una niña grande—la arrulló.
A Emily le encantó y comenzó a girar en círculos, ansiosa por mostrar su truco nuevo.
—¡Guau! Y puedes hacer trucos.
—Tana tucos—me apuntó Emily con su dedito.
—Apuesto a que Santana también puede hacer trucos—convino Brittany.
Sólo quería mostrarle todos los trucos que podía hacer. Especialmente con ella en ese bikini.
Un frisbee voló cerca de la cabeza de Brittany, y antes de que pudiese abrir mi boca para advertirle, lo agarró.
—Oye, buena atrapada—un chico con corte militar y mucho más músculos de lo que era considerado normal, trotó hasta Brittany sonriendo como si se acabase de ganar la lotería.
—Sí, bueno, ten cuidado la próxima vez. Pudiste golpearla en la cabeza—lo regañó cortésmente Brittany, asintiendo hacia Emily.
—Oh, sí, lo lamento. El viento se lo llevó. Me moveré a otro lugar más lejano.
Brittany le lanzó una de sus sonrisas de infarto y el chico lucía un poco agitado.
Entendía por completo cómo se sentía.
Pero tenía que apartarse. Ahora mismo.
—Tana tucos—demandó Emily.
Brittany lanzó su mirada hacia mí, sonriendo.
—Creo que vas a tener que mostrarnos tus trucos. La reina ha hablado.
Levantándome, caminé hasta el trampolín, y subí. Me sentía como una adolescente de nuevo.
Emocionada por presumir frente a una chica y moví más mis caderas de la cuenta.
La mirada apreciativa de Brittany se encontraba recorriendo mi cuerpo.
Demonios.
Ahora no podía concentrarme, mi cuerpo se estaba calentando y no era por el sol.
Necesitaba apurarme.
Comencé a correr e hice un salto de espalda para luego sumergirme en el agua.
Cuando mi cabeza salió del agua, tanto Brittany como Emily se encontraban aplaudiendo.
—Bravo. Estoy impresionada. No sabía que las personas de clubs de country sabían algún truco—bromeó Brittany. Comenzó a nadar hacia la escalera, pero se detuvo junto a mí—Gracias por la camiseta. Me encanta—dijo en un susurro apenas audible, antes de moverse a la escalera.
Le encantó mi camiseta.
No me iba a devolver el regalo.
Mi corazón se aceleró de sólo pensar en ella usándola.
Miré fascinada cuando salió de la piscina. Su bikini abrazaba su trasero como una segunda piel. El agua cubriendo su cuerpo brilló al hacer contacto con el sol.
Cuando se giró para darme una vista de frente, estuve agradecida de encontrarme en el agua… helada.
—Vamos a ver si no puedo superar esa. No crecí saltando de trampolines, crecí saltando de puentes hacia el golfo—me guiñó un ojo.
¿Estaba coqueteando conmigo?
Sus caderas se meneaban al caminar y olvidé todo a mí alrededor a excepción de su cuerpo casi desnudo.
—Bitty tucos—declaró Emily.
—Sip, Britt va a hacer unos trucos—murmuré, incapaz de pensar con claridad.
Mierda.
Iba a rebotar en el trampolín.
Todas mis fantasías de adolescente regresaron y me pregunté si la baba se me caía de la boca.
Corrió y saltó de puntillas, para luego abrazar sus piernas y voltearse hacia atrás, zambulléndose perfectamente en el agua.
Santo Dios, esa imagen me serviría de mucho más tarde.
Esta noche.
En la ducha.
Emily celebraba mientras Brittany nadaba de vuelta hacia nosotras. Logré sacudir mi cabeza de todos esos pensamientos lujuriosos y aplaudí.
—No creo poder superar eso. Pero por supuesto, tú adelántate y muéstranos más trucos—le lancé una sonrisa picarona y se sonrojó. Corté la distancia entre nosotras y me incliné hasta que mis labios estuvieron a centímetros de su oído—Te amo—susurré, luego sin esperar para ver su reacción, me alejé nadando.
Necesitaba algo de distancia, porque estaba bastante cerca de tomarla y besarla hasta sentirme al menos un poco saciada.
Lo cual parecía ser imposible.
Brittany
Te amo.
Esas dos palabras que Santana susurró en mi oído se repitieron durante toda la noche.
Mucho después de darle el beso de despedida a Emily y dejar a Santana con una mueca.
¿Alguna vez será fácil?
Nos gustaría estar siempre en la vida de la otra.
Quería probar que podíamos estar cerca una de la otra, y de Emily, y que no fuera incómodo.
Todo lo que había probado es que no era más de Santana López. No por un triunfo aplastante.
—¿Qué pasa con el ceño fruncido?—preguntó Sam entrando a la cocina y saltando para tomar asiento en la barra junto al lugar donde estaba picando las verduras para la ensalada.
—Sólo pensando, mueve tu trasero otra vez—le di un golpe a su pierna con la palma de mi mano.
—¿Hablaste con Santana últimamente?
¿Qué clase de pregunta fue esa?
—Sí.
—¿Cuándo?
—Hoy.
—¿Ella te hace fruncir el ceño?
—No. Fue muy amable. Fuimos muy amables.
—Bien, hum. ¿Así que piensas en la cosa de no confiar en ella? ¿Ya decidiste sí podrían tener otra oportunidad?
Baje el cuchillo y lo miré.
—Sam, ¿Sobre qué va esto?
Sam acaricio su barbilla cuidadosamente.
—Creo que estás cometiendo un error.
Yo también.
—¿Por qué?
—Santana te abandono. Pero volvió. Quería volver. Britt, todos los que te abandonaron no volvieron. Se fueron por que quisieron. Santana no quería irse. Eso lo desgarró completamente.
Agarré el borde de la barra con ambas manos.
Había vuelto.
—Lo hizo—susurré.
Sam se inclinó y me apretó el hombro.
—Sí, lo hizo.
—¿Crees que me deje nuevamente?
Soltó un largo suspiro.
—Bueno, pasan cosas en la vida, Britt. Diablos, podría morir mañana y entonces te habría dejado. No podemos controlar el futuro. Pero puedo prometerte que Santana López te ama más de lo que nadie te va amar alguna vez. Aparte de mí, por supuesto.
Me río entre dientes.
—Por supuesto.
—Nadie te ama como yo te amo, nena—bromeó. Saltando atrás del mostrador me dio un abrazo—Arriésgate, Britt.
—¿Qué debo hacer? Le dije que no—murmuré en el hombro de Sam.
—He visto a la chica, Britt. Ve hacia ella y dile que la amas. Que cambiaste de opinión. Que quieres darle otra oportunidad. Puedo prometerte que no discutirá contigo.
Retrocedí y lo miré.
—¿Eso crees?
—Lo sé.
—De acuerdo. Supongo que puedo enviarle un texto para que nos veamos en algún lugar.
—Eso suena como una muy buena idea—Sam empezó a dar la vuelta y marcharse, pero extendí la mano y lo agarre para detenerlo.
—¿Sam?—me dejo tirar de él, luciendo su característica sonrisa maliciosa.
—¿Si?
—¿Por qué estás haciendo esto?
—¿Haciendo qué?
Pongo una mano en mi cadera y levanto una ceja. Sabía bien de lo que estaba hablando.
—¿Por qué estás tan interesado en que hable con Santana, en que le de otra oportunidad? ¿No estabas planeando casarte conmigo algún día? Creo que esto fastidia tu plan de diez años.
Sam rió entre dientes y pasó un brazo sobre mis hombros.
—Supongo que eso arruina mi futuro bien planeado, pero Santana te hace feliz. Te puede amar de una forma que yo no puedo. Estoy jodido de muchas maneras, Britt. Tú y yo sabemos que no sería un buen esposo.
—Oh, Estoy muy segura de que serías un horrible esposo, pero estoy un poco sorprendida de que pienses que otra persona es lo suficientemente buena para mí.
—Nunca dije que Santana fuera suficiente buena para ti. No vayas demasiado lejos. Todo lo que dije fue que te hace feliz y creo que si alguien podría amarte tanto como yo, esa sería Santana. Está tan enferma de amor cuando se trata de ti, bebé, que es algo patético de ver.
Tenía la esperanza de que él tuviera razón.
Papá había llamado para hacerme saber que se encontraban en el condo por el fin de semana y que a Emily le gustaría verme.
También quería verla.
Él y Alison habían salido de compras y me habían dejado sola con Emily, ya que aún no quería ver a su mamá.
No me agradaba Alison.
Nunca me caería bien.
No sólo había sido la razón detrás del dolor de mi mamá y de mi hermana, sino que también había tratado mal a Brittany durante toda su vida.
Mucho antes de conocerla, me había caído mal por esa simple razón.
—Mi Bitty—chilló Emily, chapoteando en el agua.
Seguí su mirada llena de adoración para ver a Brittany salir de la casa en un bikini azul rey.
Guao.
—Hola, dulzurita. También te he extrañado—respondió Brittany, sonriéndole a Emily mientras ella continuaba chillando y golpeando el agua.
Brittany me lanzó una mirada tímida y estuve muy segura de que me había tragado la lengua.
—Hola, Santana.
—Britt—logre decir como respuesta.
—Espero que no te moleste. Alison llamó diciéndome que Em se había levantado preguntando por mí, y que la tendrías hoy en la piscina, por si quería venir a nadar un poco con ella.
Se encontraba aquí.
Hablando conmigo.
Luciendo un bikini.
—Oh, no, no me molesta en lo absoluto.
No había nada en sus manos.
No me trajo de vuelta la camisa que le había dejado hacía tres noches. Iba a quedársela.
No pude evitar sonreír.
—Mi Bitty—chilló Emily una vez más mientras Brittany se introducía en el agua y se acercaba a ella.
—Mírate, nadando en todo esto como una niña grande—la arrulló.
A Emily le encantó y comenzó a girar en círculos, ansiosa por mostrar su truco nuevo.
—¡Guau! Y puedes hacer trucos.
—Tana tucos—me apuntó Emily con su dedito.
—Apuesto a que Santana también puede hacer trucos—convino Brittany.
Sólo quería mostrarle todos los trucos que podía hacer. Especialmente con ella en ese bikini.
Un frisbee voló cerca de la cabeza de Brittany, y antes de que pudiese abrir mi boca para advertirle, lo agarró.
—Oye, buena atrapada—un chico con corte militar y mucho más músculos de lo que era considerado normal, trotó hasta Brittany sonriendo como si se acabase de ganar la lotería.
—Sí, bueno, ten cuidado la próxima vez. Pudiste golpearla en la cabeza—lo regañó cortésmente Brittany, asintiendo hacia Emily.
—Oh, sí, lo lamento. El viento se lo llevó. Me moveré a otro lugar más lejano.
Brittany le lanzó una de sus sonrisas de infarto y el chico lucía un poco agitado.
Entendía por completo cómo se sentía.
Pero tenía que apartarse. Ahora mismo.
—Tana tucos—demandó Emily.
Brittany lanzó su mirada hacia mí, sonriendo.
—Creo que vas a tener que mostrarnos tus trucos. La reina ha hablado.
Levantándome, caminé hasta el trampolín, y subí. Me sentía como una adolescente de nuevo.
Emocionada por presumir frente a una chica y moví más mis caderas de la cuenta.
La mirada apreciativa de Brittany se encontraba recorriendo mi cuerpo.
Demonios.
Ahora no podía concentrarme, mi cuerpo se estaba calentando y no era por el sol.
Necesitaba apurarme.
Comencé a correr e hice un salto de espalda para luego sumergirme en el agua.
Cuando mi cabeza salió del agua, tanto Brittany como Emily se encontraban aplaudiendo.
—Bravo. Estoy impresionada. No sabía que las personas de clubs de country sabían algún truco—bromeó Brittany. Comenzó a nadar hacia la escalera, pero se detuvo junto a mí—Gracias por la camiseta. Me encanta—dijo en un susurro apenas audible, antes de moverse a la escalera.
Le encantó mi camiseta.
No me iba a devolver el regalo.
Mi corazón se aceleró de sólo pensar en ella usándola.
Miré fascinada cuando salió de la piscina. Su bikini abrazaba su trasero como una segunda piel. El agua cubriendo su cuerpo brilló al hacer contacto con el sol.
Cuando se giró para darme una vista de frente, estuve agradecida de encontrarme en el agua… helada.
—Vamos a ver si no puedo superar esa. No crecí saltando de trampolines, crecí saltando de puentes hacia el golfo—me guiñó un ojo.
¿Estaba coqueteando conmigo?
Sus caderas se meneaban al caminar y olvidé todo a mí alrededor a excepción de su cuerpo casi desnudo.
—Bitty tucos—declaró Emily.
—Sip, Britt va a hacer unos trucos—murmuré, incapaz de pensar con claridad.
Mierda.
Iba a rebotar en el trampolín.
Todas mis fantasías de adolescente regresaron y me pregunté si la baba se me caía de la boca.
Corrió y saltó de puntillas, para luego abrazar sus piernas y voltearse hacia atrás, zambulléndose perfectamente en el agua.
Santo Dios, esa imagen me serviría de mucho más tarde.
Esta noche.
En la ducha.
Emily celebraba mientras Brittany nadaba de vuelta hacia nosotras. Logré sacudir mi cabeza de todos esos pensamientos lujuriosos y aplaudí.
—No creo poder superar eso. Pero por supuesto, tú adelántate y muéstranos más trucos—le lancé una sonrisa picarona y se sonrojó. Corté la distancia entre nosotras y me incliné hasta que mis labios estuvieron a centímetros de su oído—Te amo—susurré, luego sin esperar para ver su reacción, me alejé nadando.
Necesitaba algo de distancia, porque estaba bastante cerca de tomarla y besarla hasta sentirme al menos un poco saciada.
Lo cual parecía ser imposible.
Brittany
Te amo.
Esas dos palabras que Santana susurró en mi oído se repitieron durante toda la noche.
Mucho después de darle el beso de despedida a Emily y dejar a Santana con una mueca.
¿Alguna vez será fácil?
Nos gustaría estar siempre en la vida de la otra.
Quería probar que podíamos estar cerca una de la otra, y de Emily, y que no fuera incómodo.
Todo lo que había probado es que no era más de Santana López. No por un triunfo aplastante.
—¿Qué pasa con el ceño fruncido?—preguntó Sam entrando a la cocina y saltando para tomar asiento en la barra junto al lugar donde estaba picando las verduras para la ensalada.
—Sólo pensando, mueve tu trasero otra vez—le di un golpe a su pierna con la palma de mi mano.
—¿Hablaste con Santana últimamente?
¿Qué clase de pregunta fue esa?
—Sí.
—¿Cuándo?
—Hoy.
—¿Ella te hace fruncir el ceño?
—No. Fue muy amable. Fuimos muy amables.
—Bien, hum. ¿Así que piensas en la cosa de no confiar en ella? ¿Ya decidiste sí podrían tener otra oportunidad?
Baje el cuchillo y lo miré.
—Sam, ¿Sobre qué va esto?
Sam acaricio su barbilla cuidadosamente.
—Creo que estás cometiendo un error.
Yo también.
—¿Por qué?
—Santana te abandono. Pero volvió. Quería volver. Britt, todos los que te abandonaron no volvieron. Se fueron por que quisieron. Santana no quería irse. Eso lo desgarró completamente.
Agarré el borde de la barra con ambas manos.
Había vuelto.
—Lo hizo—susurré.
Sam se inclinó y me apretó el hombro.
—Sí, lo hizo.
—¿Crees que me deje nuevamente?
Soltó un largo suspiro.
—Bueno, pasan cosas en la vida, Britt. Diablos, podría morir mañana y entonces te habría dejado. No podemos controlar el futuro. Pero puedo prometerte que Santana López te ama más de lo que nadie te va amar alguna vez. Aparte de mí, por supuesto.
Me río entre dientes.
—Por supuesto.
—Nadie te ama como yo te amo, nena—bromeó. Saltando atrás del mostrador me dio un abrazo—Arriésgate, Britt.
—¿Qué debo hacer? Le dije que no—murmuré en el hombro de Sam.
—He visto a la chica, Britt. Ve hacia ella y dile que la amas. Que cambiaste de opinión. Que quieres darle otra oportunidad. Puedo prometerte que no discutirá contigo.
Retrocedí y lo miré.
—¿Eso crees?
—Lo sé.
—De acuerdo. Supongo que puedo enviarle un texto para que nos veamos en algún lugar.
—Eso suena como una muy buena idea—Sam empezó a dar la vuelta y marcharse, pero extendí la mano y lo agarre para detenerlo.
—¿Sam?—me dejo tirar de él, luciendo su característica sonrisa maliciosa.
—¿Si?
—¿Por qué estás haciendo esto?
—¿Haciendo qué?
Pongo una mano en mi cadera y levanto una ceja. Sabía bien de lo que estaba hablando.
—¿Por qué estás tan interesado en que hable con Santana, en que le de otra oportunidad? ¿No estabas planeando casarte conmigo algún día? Creo que esto fastidia tu plan de diez años.
Sam rió entre dientes y pasó un brazo sobre mis hombros.
—Supongo que eso arruina mi futuro bien planeado, pero Santana te hace feliz. Te puede amar de una forma que yo no puedo. Estoy jodido de muchas maneras, Britt. Tú y yo sabemos que no sería un buen esposo.
—Oh, Estoy muy segura de que serías un horrible esposo, pero estoy un poco sorprendida de que pienses que otra persona es lo suficientemente buena para mí.
—Nunca dije que Santana fuera suficiente buena para ti. No vayas demasiado lejos. Todo lo que dije fue que te hace feliz y creo que si alguien podría amarte tanto como yo, esa sería Santana. Está tan enferma de amor cuando se trata de ti, bebé, que es algo patético de ver.
Tenía la esperanza de que él tuviera razón.
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Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
Hola, como se dieron cuenta si cambio el nombre del foro xD pero no pasa nada, solo es el nombre SIGAN! publicando, leyendo y comentando. Solo cambien "gleeklatino.com" por "gleelatino.forosactivos.net"
Pero, como les digo SIGAN! comentando, publicando y leyendo! Saludos =D
Pd: Se sacan las historias del foro y las publican en otras partes. Por MI parte y MIS adaptaciones, cópienlas si quieren, pero al menos NOMBREN AL FORO! Minino en agradecimiento a las personas del foro. SI NO NOMBRAN AL FORO, AL MENOS, VOY A ELIMINAR MIS ADAPTACIONES!
23l1-*-*-* - Mensajes : 5832
Fecha de inscripción : 12/08/2013
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
hola morra,...
sam contando lanzas por san es raro de ver!!!
es claro que san no se va a dar por vencida fácil!!!
a ver si britt habla con san de una vez???
nos vemos!!!
sam contando lanzas por san es raro de ver!!!
es claro que san no se va a dar por vencida fácil!!!
a ver si britt habla con san de una vez???
nos vemos!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: [Resuelto]FanFic Brittana: Por Qué (Adaptada) Epílogo
Me alegra que Sam sea quien le haga ver las cosas a Britt sobretodo porque la ve o veía de una manera mas allá de hermanos y pues que vea por su felicidad es muy bonito.... Espero que las cosas salgan bien para las chicas merecen estar juntas!
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Página 5 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
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