Fic One and Only Cap 1 Yo te elijo

ONE AND ONLY
Introducción
Aquellos ojos pardos se le quedaron clavados en la memoria. Aunque eran hermosos, él ya antes había contemplado de cerca otros de similar o mayor belleza. La diferencia era que aquellos ojos pardos tenían un brillo especial, irradiaban felicidad, una dicha desbordante que lo desconcertaba y cautivaba al mismo tiempo. Una dicha que jamás antes había sido testigo y que hubiera deseado ser su causante.

YO TE ELIJO
Capítulo 1

Ella abrió los ojos intempestivamente, segundos antes que la alarma de su despertador se activara. Durante unos minutos se quedo acostada boca arriba contemplando el hermoso techo de bambú de su bungalow. Dentro de pocas horas dejaría este pueblo y volvería a la ciudad a asumir su nuevo cargo de jefe de proyectos de la empresa constructora en la cual trabajaba, además de que era la inauguración de hotel 5 estrellas que había diseñado y supervisado personalmente su construcción. Una hermoso edificio de 4 pisos con vista al mar, con habitaciones con todas las comodidades de la ciudad para las personas que contradictoriamente buscaban escapar de ella en ese paraíso costero; además tenía dentro de sus instalaciones un grupo de bungalows alejados del edificio, situados frente al mar similares al que ella ocupada en esos momentos para familias completas o parejas de amantes que buscaban más privacidad.
Realmente era un día importante en su carrera. Había llevado a cabo su primer gran proyecto y lo había visto convertirse en una hermosa realidad, con lo que se terminó de ganar el respeto y admiración de sus colegas y superiores que dudaron de su capacidad por su condición de mujer y su juventud. Realmente un día importante, pero también era el día en el cual tendría que tomar la que sería la decisión más importante de su vida.
Lentamente se puso de pie, se enfundo en su bata de seda y camino hasta la puerta del bungalow, junto a ella estaban en grupo de maletas ya listas para ser subidas a su camioneta y enrumbar su regreso a casa. Al abrir, cerró los ojos y respiro profundamente tratando de grabar en su mente el olor de la brisa marina que se percibe en mañanas como esa. No hacía frío, pero tampoco hacía calor, el cielo tenía un hermoso color azul con caprichosas pinceladas de blanco, el mar estaba en calma y el sonido de las olas acompañaban aquella imagen.
- Esto es realmente un paraíso – Susurró para si misma al abrirlo los ojos nuevamente.
Miro sus pies descalzos y pensó por un momento retornar a su habitación y calzar sus sandalias, pero se arrepintió y empezó a caminar. Quería sentir la arena y el mar por última vez, mientras pensaba que era lo que iba hacer.
Miro al mar y mientras las olas bañaban sus pies, imploro por una respuesta a su dilema. Imploró a ese mar azul, testigo de grandes momentos, algunos felices y algunos tristes, vividos en distintas épocas y que marcaron su existencia y que estaban ligados al recuerdo de los dos hombres que esperaban por ella para saber que había decidido.
El mar no contestó su plegaria y ella decidió que dejaría que sus recuerdos se quedaran en aquel mar y en aquel pueblo. Regresaría sola a la gran ciudad y no volvería allí jamás.
Regreso a su habitación y procuró alistarse rápidamente para la ceremonia que le esperaba en el hotel. Se vistió casual pero elegante, con un vestido floreado de tirantes y un sombrero adornado con un lazo rosa. Cuando salió, en la puerta ya la esperaba la camioneta de la empresa para llevarla al hotel.
El estallido de la botella de champagne que había sido quebrada por el dueño del hotel en señal de buen augurio, la saco de sus pensamientos y reaccionando con una sonrisa de cortesía.
Después del discurso, el agradecimiento por el trabajo realizado y el brindis de honor, los invitados pasaron al gran salón abierto frente a la piscina, para disfrutar de la recepción programada.
Ella caminaba y saluda a los invitados gentilmente con una copa de champagne en la mano, la cual no bebía pero servía para evitar que le ofrecieran otra. Mientras caminaba recibía cortésmente las palabras de admiración a su diseño, intercambiaba tarjetas de presentación y escuchaba las diversas propuestas para nuevos proyectos que le ofrecían.
Una rubia cabellera atrajo su atención y lentamente se fue acercando a ella.
– Felicidades es un hotel hermoso – Dijo la rubia al encontrarse cara a cara.
- Quinn? ¿Qué haces aquí? – Preguntó sorprendida.
- Creo que olvidas que me invitaste – Respondió la rubia con desgano
- Disculpa no lo digo por eso sino es que pensé que…
- Pensaste que estaría con ellos o al menos con alguno. Pues ambos son muy testarudos, no quisieron que fuera a despedirlos; es increíble que se parezcan tanto y al mismo tiempo sean tan diferentes – Respondió seria.
- Entonces se van de todas formas – Susurró
- ¿Y qué querías Rachel? ¿Qué te esperaran toda la vida? Ellos fueron muy firmes en lo que te dijeron hoy se irán para más nunca cruzarse en tu vida.
- Pero yo… yo…
- ¿Acaso has tomado una decisión? – Preguntó incomoda.
- Yo… yo… - balbuceó nerviosa Rachel
- Señorita Berry aquí está – Dijo un hombre mayor al acercarse a ellas – Necesito robármela un momento.
- No hay problema, yo ya me iba – Dijo la rubia y se alejó.
- En que puedo ayudarlo Sr. Robinson – Dijo Rachel.
- Quiero presentarte a unos amigos – Respondió el hombre aún desconcertado por la reacción de la rubia acompañante de su arquitecta estrella.
- Estaré encantada de conocerlos – Respondió y ambos se encaminaron hacia una elegante pareja que acompañaba a Martha Robinson, la esposa de su jefe.
- Rachel querida – Saludo Martha
- Señora Martha, se ve maravillosa – Respondió.
- Y bien mi querido amigo, esta es la joya de la cual te hablábamos – Mencionó su jefe – Inteligente y hermosa.
- Ya lo veo – mencionó el hombre que los acompañaba.
- Rachel, los señores son los Ferguson, dueños de una cadena de hoteles en el exterior y que se han quedado maravillados con tu trabajo – Dijo Richard.
- Mucho gusto – Saludo cortésmente a ambos – Es un placer conocerlos, son muy amables.
- Que va niña, el placer es nuestro – Contestó la señora Fergunson - Martha me dijo que además eres muy talentosa.
- La señora Martha es muy amable, sólo es que me apasiona mi trabajo – Respondió Rachel.
- Pues mi Rachel es muy modesta – Agregó Richard – Además de ser una excelente arquitecta, es una maravillosa cantante.
- Es cierto, ella canta como los dioses – Agregó Martha.
- Muchas gracias – Respondió Rachel algo sonrojada por los elogios.
- Pues me gustaría escucharla – Comentó el Sr. Fergunson.
- Esa es una muy buena idea – Agregó Richard
- Oh pero no he preparado nada – Dijo Rachel sorprendida.
- Porque no cantas algo que ya sepas linda, quizás una canción de Adele que son mis favoritas – Comentó Martha.
- Pero…
- No me vas hacer que te suplique o ¿si? – Agregó Martha.
- Martha no la pongas en aprietos – Mencionó la señora Fergunson.
- No, no se preocupe lo haré – Respondió Rachel.
- Magnífico haré el anunció – Dijo el Sr. Robinson y se acercó al escenario donde se encontraba un cantante tocando el piano que ambientaba la recepción.
Luego de una breve presentación por parte del Sr. Robinson, Rachel subió al escenario y se sentó frente al piano.
- Muchas gracias a todos los presentes por su apoyo y gracias a los señores Robinson por su confianza. Les advierto que soy una aficionada y que disculpen si ahuyento a la mitad de los invitados – el comentario provoco gracia entre los presentes – pero quiero complacer a la Sra Martha Robinson, así que le pediría que me dijera que canción desea que cante.
- One and only niña, amo esa canción – Dijo Martha desde donde se encontraba.
- Ok, entonces espero que sea de su agrado – Dijo Rachel, lanzó un suave suspiro y puso sus manos en el delicado teclado y empezó a tocar.

Mientras cantaba, los rostros de los que habían sido los hombres más importantes de toda su vida se iban dibujando en su pensamiento, torturándola en cada acorde. Ellos le habían dicho que se marcharían para siempre de su vida y sólo esperaban un último chance, el que ella detuviera su partida.
Ambos maravillosos a su manera, complicados, profundos y soñadores. Ambos la habían llevado al cielo y regresado a la tierra para vivir una de las etapas más confusas de su vida. Amaba a los dos eso lo tenía claro, pero no sabía con cuál de ellos no podría vivir. Haciendo un gran esfuerzo, contuvo como pudo el llanto hasta culminar la canción y al llegar al final también llegó una gran revelación, su corazón había elegido.
Los invitados aplaudieron sonoramente la interpretación, conmovidos por la intensidad irradiada por Rachel, sin imaginar la batalla que libraba en su interior.
Rachel rápidamente agradeció al público y a sus jefes y camino lo más rápido que pudo hasta la salida del hotel y se echó a correr desesperada.
- ¡Quinn! – Gritó Rachel cuando divisó a la rubia subiéndose a su camioneta.
- ¿Ya tomaste una decisión? – Preguntó la rubia levantando una ceja al verla acercarse y ella asintió – Entonces sube de una vez que no tenemos mucho tiempo.
Las llantas rechinaron al momento que la rubia aceleró y se enrumbaron en silencio hacia la zona de estación de buses. Ambos hombres tomarían un bus que los llevaría a sus nuevos destinos a la misma hora y en estaciones contiguas.
Al bajar de la camioneta Rachel observó angustiada ambas puertas sin decidirse a cual entrar. Volteó hacia la rubia y ella le indicó cual habían tomado cada uno de los que ella había robado el corazón. Giró nuevamente hacia las puertas y cerró los ojos para tomar un profundo respiro, volvió abrirlos y corrió hacia una de las puertas perdiéndose en su interior.
Mientras en una de las estaciones uno de los jóvenes ya se encontraba haciendo fila para abordar el bus, cuando de pronto, escuchó su nombre y sintió que el corazón se le aceleró a mil por hora en un instante, volteó su mirada hacia dónde provenía la voz y se encontró con unos hermosos ojos verdes llenos de lágrimas comprendiendo el triste mensaje, él no era el elegido. Se encogió de brazos y alzó la mano para despedirse de su gran amiga. Ella trató de acercarse, pero su amigo le indicó que no lo hiciera, entonces sólo le quedo verlo, a lo lejos, subir al bus con el corazón roto.
Una vez ubicado en su asiento el joven perdió su mirada en la ventana, viendo como los demás pasajeros abordaban su bus y otros buses, como las personas recibían o despedían a sus seres queridos, tratando de recordar como había perdido corazón y como se había iniciado todo.

Espero que les haya gustado este primer capítulo, recuerden que toda la historia nos regresará a este punto. Sobre quien eligió al final sólo el tiempo lo determinará.
Siguiente capítulo: Nadie sabe lo que puede encontrar
Gracias por leer y agradezco de antemano sus comentarios