{Fic -XOver} "The Avengers" Capítulo #01

Base de operaciones S.H.I.E.L.D
10:00 A.M

Todo marchaba como de costumbre en el Helicarrier, la base de operaciones de la agencia secreta más poderosa del mundo. En la sala de mando, todos los operantes frente a sus pantallas y tableros llenos de sistemas de comunicación y códigos: manejaban desde ahí y gracias al control de los mejores satélites puestos en orbita, los sistemas de rastreo de los laboratorios y campos de concentración de las mejores unidades de investigación a disposición de las Naciones Unidas. Finn Hudson lideraba desde ahí a todos los tripulantes de aquella cabina que estaban a cargo de la vigilancia, acompañado como siempre de la agente Pierce su mano derecha.

Ya era media mañana y todo parecía estar bajo control. Un día tranquilo y sin mayores problemas.; pero toda la calma se fue abajo cuando una de las alertas rojas comenzó a sonar, avisando que algo andaba mal. Todos los sentidos fueron puestos en alerta y cada uno de los sujetos en aquella sala de control comenzó a hacer su trabajo para dar con la zona del desastre. Rápidamente uno de ellos encontró el origen del problema:

– ¡Comandante Hudson! – Gritó uno de los vigilantes. – ¡Es el laboratorio principal!

La agente Pierce fue la primera en reaccionar ante el aviso, llevándose las manos a la boca, como no dando crédito a lo que sus ojos estaban viendo. El laboratorio principal, como una de las pantallas reflejaban había estallado arrasando con todo en su interior. Incluyendo a las tres científicas a cargo de las investigaciones del lugar. – ¡F-Finn!

Finn Hudson fue golpeado en ese momento por una ola de sensaciones nada agradables. Su estómago se sacudió de tal forma que sintió deseos de vomitar. La imagen era desalentadora.

– ¡FINN! – Volvió a gritar la rubia agente, Brittanny Pierce.

Y Finn Hudson volvió en sí, pese a que en un par de segundos se había quedado paralizado frente a la situación. Tomó aire llenando sus pulmones con este y tomó el control de la situación. No podía permitirse ser victima de sus propias emociones en esos momentos, el debía mantener la calma y manejar todo. No por nada el era el líder de aquel lugar. No podía permitirse ningún tipo de emoción que lo desconcentrara de su misión en momentos como estos. Por mucho que su prometida se encontrara en el lugar del estallido, el tenía que preocuparse de dirigir la operación. Finn Hudson empuñó sus manos y dio las órdenes.

– ¡Enciendan todas las cámaras de vigilancia del laboratorio! ¡Enfoquen todos los ángulos! ¡Busquen sobrevivientes! ¡Enciendan las luces de emergencia del lugar! ¡Y den con lo que provocó este desastre!

Pronto, una a una las pantallas de la sala de control comenzaron a enfocar la zona de la explosión. Y todas las cámaras, sin excepción, mostraban el mismo panorama desalentador: NADA. Las cámaras no podían enfocar absolutamente nada debido a la polvareda y la oscuridad.

– Los sistemas de electricidad fueron dañados – Avisó uno de los vigilantes – Nos llevará más tiempo reponer la energía del laboratorio.

Finn Hudson golpeó la pared ofuscado. Miró a Brittany y asintió con la cabeza – ¡Llama a Blaine!

Laboratorio Secreto de las Naciones Unidas. Lima, Ohio. USA.
10:07 A.M

La explosión había sido sorpresiva. Las luces cayeron una a una y se podía percibir como el lugar se desmoronaba poco a poco. Un zumbido desesperante martillaba el cerebro de una de las sobrevivientes. Quinn Fabray intentó respirar, pero se le hacia imposible en medio de la polvareda. Los nervios no demoraron en dominarla por completo haciéndola presa del pánico. Estaba todo oscuro, y ella tirada en el suelo no podía reconocer ni siquiera al tacto en que lugar del laboratorio podía encontrarse. El cuerpo le dolía, sentía una costilla punzar contra su pulmón derecho, y podía percibir en su frente un hilillo de sangre que comenzaba a gotear, además de que algo le aplastaba la pierna derecha. Cerró los ojos y contó hasta diez, recordó alguno de los pasos de sobrevivencia. Sabía que en situaciones así, debía guardar silencio, para que no la encontraran si es que acaso había alguien detrás de la explosión. Además, si no se movía corría menos riesgo de accidentarse más de lo que ya estaba. Rogó por que todo terminara pronto, o que las luces de emergencia se encendieran. Y recordó en ese instante que ella no trabajaba sola en el laboratorio. Antes de que la bomba estallara, ella se encontraba como siempre, trabajando junto a sus dos colegas y porqué no decirlo, mejores amigas. Y el pánico nuevamente se apoderó de su cuerpo y quiso gritar y llamar a Rachel y llamar a Tina para saber si ellas estaban vivas. Todo había sucedido tan rápido. Quinn Fabray no tenía como saber que el secuestro de las tres mejores científicas del mundo, llevaba meses de planificación.

Base de operaciones S.H.I.E.L.D
10:10 A.M

– ¡Maldita sea! – Gritó Brittany vulnerable. Ella se encontraba frente a una de las pantallas, alzando un intercomunicador – ¡Vamos Blaine contesta!

Finn Hudson seguía mirando una a una las pantallas esperando que alguna de ellas enfocara a las tres científicas de una buena vez. Y no solo eso, el necesitaba a su vez que las cámaras de seguridad hayan grabado lo que sea que haya producido la explosión, su trabajo ahora era preocuparse por atrapar a quien estaba detrás de todo esto. En un gesto repentino, Finn giró el anillo de compromiso que llevaba puesto en su dedo, claramente podría dar la vida por ver a su prometida sana y salva. Y recordó entonces, que debía mandar a llamar a alguien más. – ¡Comuníquenme con Hawkeye! – Gritó. Brittany giró para mirar a Finn con algo de tristeza. Era cierto, debían comunicarse con Mike Chang o Hawkeye como era comúnmente conocido. Su novia, Tina se encontraba en el laboratorio y debía ser advertido.

Brittany intentó controlar sus emociones como la mayoría lo estaba haciendo en ese momento. No se trataba de un ataque cualquiera. Eran amigas, casi familia quienes estaban involucradas en la escena y no había rastros de alguna señal de vida.

– ¡Base de operaciones! – Se escuchó una voz desde el intercomunicador. - ¡Respondan!

– ¡B-Blaine! – Exclamó Brittany en medio de un espasmo. – ¡Dirígete al laboratorio principal, algo ha salido mal y aún no tenemos una imagen clara de lo que pudo haber sucedido!

– ¡Enterado, me dirijo hacia allá! ¿Algún tipo de información?

– ¡Rachel, Tina y Quinn estaban ahí, pero no podemos verlas!

– ¿Alguna idea de lo que pudo haber provocado esto? ¿Con que me voy a ir a enfrentar?

– Negativo. – Contestó Brittany con temor.

–¿En serio? – La voz sonó irónica – ¿Teniendo tantos enemigos, no saben..?

– ¡Blaine, no es momento de bromas! – Gritó Finn.

– ¡Rayos! Se me olvida que eres el jefe. – La voz volvió a sonar con cierto humor. – No te preocupes. Voy camino a la fiesta. ¡Yo les traigo los chismes después! ¡Cambio!

Brittany parpadeó un par de veces antes de comprender lo que había escuchado. – ¿Cómo puede tener tanto humor en una situación así?

– ¡Odio a ese tipo! – Sentenció Finn clavando su mirada en las pantallas aunque en el fondo no era cierto que lo odiaba. Pero Blaine conocía todas las formas posibles de irritarlo. Volvió a girar el anillo en su dedo.

Laboratorio Secreto de las Naciones Unidas. Lima, Ohio. USA.
10:12 A.M

Quinn no pudo evitar toser en voz alta, el polvo realmente la estaba asfixiando. Se lamentó de inmediato por haber tosido tan fuerte. Si es que había alguien ahí, podía perfectamente haberla escuchado. Las luces volvieron de pronto al lugar y todo se alumbró delante de sus ojos. Imposible haber sobrevivido a una explosión de tal magnitud, todo estaba prácticamente desintegrado. Y no había a su alrededor rastro de Tina o de Rachel. Sin embargo un tipo vestido de negro, le sonreía asquerosamente mostrando cada uno de sus dientes amarillos – Asi que aquí estás preciosa.

Quinn tragó saliva dolorosamente e intentó arrastrarse alejándose de aquel tipo de rostro cicatrizado que se le acercaba a paso lento. Ella no podía moverse demasiado, estaba lastimada y un trozo del cielo raso que había caído le aplastaba una de sus piernas.

– Vamos, linda ¿no quieres ir a reunirte con tus amiguitas?

Quinn sollozó cuando sintió la mano del tipo tomarla del hombro.

– Hey, preciosa, tranquila. No te voy a lastimar, por fortuna, solo debíamos secuestrarlas… y nos faltas tu. – Dijo el hombre tomando a Quinn del pelo. – Y vas a hacer todo lo que te ordene ¿escuchaste?

– Oh, no. No no, no, no… – Una voz interrumpió desde un costado.

El hombre vestido de negro alzó la vista para encontrarse con un muchacho joven, vestido como un muchacho cualquiera y que lo observaba con una sonrisa radiante.

– ¿Quién demonios eres tu? – Preguntó, tomando a Quinn como una rehén entre sus brazos.

– Quien soy yo… – dijo el muchacho con la misma sonrisa y acomodándose el cabello – es un secreto de estado. – Su mirada de pronto se volvió seria al igual que su voz. – Lo que no es secreto es que si no sueltas a la chica ahora mismo, te voy a moler. – Alzó una ceja acompañando su amenaza de un gesto elegante.

El hombre rió hiperventilada mente al escuchar al muchacho hablarle de esa forma. – ¿y que me podría hacer un niñito como tu? – Sacó una pistola de su bolsillo y apuntó a Quinn a la cabeza.

El muchacho volvió a sonreír. Levantó sin embargo su muñeca derecha e indicó su reloj de pulsera – ¿Ves esto?

El tipo vestido de negro clavó la vista en el reloj. Donde reconoció pese a la distancia las cinco iníciales que el reloj mostraba en su pantalla – S T A R K. –Pronunció las letras una a una no comprendiendo en toda su totalidad.

El muchacho sonrió apretando la pantalla en el centro de su reloj, que al contacto con su dedo y como si se tratara de un acto de magia desprendió, solo Dios sabe como, una armadura metálica de colores rojos y amarillos que cubrió el cuerpo del muchacho de los pies a la cabeza.

El tipo vestido de negro soltó de forma inmediata tanto a Quinn como la pistola que portaba con él. –T-ú… tú eres…

– Si, soy ese tipo que a veces sale en la televisión – Dijo el muchacho debajo de la armadura usando un tono mordaz pero alegre – Bien, ¿Cómo hacemos esto? ¿Por las buenas o por las malas?

El tipo vestido de negro intentó dar un paso hacia atrás, para comenzar a huir, pero antes de que sus reflejos se lo hubiesen permitido, el chico de la armadura había aparecido detrás de él apretándolo del cuello. – ¿Para quien trabajas? – el chico ya no sonaba tan alegre como antes.

– N-no lo sé… - Sollozó aquel sujeto, temblando completamente producto del miedo. Sabia que no podía enfrentarse a aquel muchacho, casi nadie podía hacerle frente a Iron Man. – Solo… solo nos mandaron a buscar a las científicas, nos pagaron para que no hiciéramos preguntas.

– ¡Mientes!

–¡Lo juro! No lo sé…

– ¿Cómo entraron aquí?

–T-teníamos un infiltrado…

– ¿Hay heridos?

– No… el trabajo consistía en sacar a las chicas de aquí nada más. Usamos una bomba de sonido para ir derrumbando a todos los guardias en nuestro camino. No matamos a nadie…

–¿Y las otras dos científicas?

– ¡Ya se las llevaron! Volvimos a buscar a la rubia…

– ¿Estan vivas?

– Las necesitaban vivas… si.

– Bien, con eso es suficiente… por ahora… - Suspiró el chico tras su mascara de titanio. - Será mejor que te pongas a dormir.

– ¿D-dormir? - El tipo de negro no entendió porque el muchacho le había dicho eso. Sin embargo todo tomó más sentido cuando, el chico de la armadura golpeo con apenas dos dedos el cuello de aquel tipo, dándole en una zona tan exacta que dejo al sujeto inconsciente de forma inmediata. Cuando el tipo cayó como bulto al suelo, el chico se dirigió rápidamente a asistir a Quinn.

– ¿Te encuentras bien? – Dijo cargando a la rubia y depositándola sobre una de las mesas de plomo que no había sido derribada por la explosión. – Necesito que me des cinco minutos, Quinn. – Le dijo, aunque la chica se veía demasiado descolocada como para estar seguro de que si lo estaba escuchando o no. – Quinn… mírame… necesito que te concentres… voy a ir a dar una vuelta al laboratorio… y ver si encuentro algo más ¿me oyes?

Quinn asintió temblorosamente con la cabeza, sin dejar de observar al tipo de la cicatriz que hace minutos atrás la tenía apresada.

– No te preocupes por él… no se despertará tan fácilmente… y yo estoy aquí. Tengo que ver si alcanzo a encontrar a Rachel y a Tina ¿Bien?

Quinn volvió a asentir.

Detrás de aquella máscara de metal, el muchacho sonrió con ternura, aunque era imposible de apreciar debido a su casco. – ¡Vuelvo enseguida! – Exclamó antes de marcharse del lugar.

Base de operaciones S.H.I.E.L.D
11:20 A.M

Finn Hudson se hallaba sentado a la mesa central de la sala de reuniones de la base. Golpeó la mesa con toda la fuerza que su rabia le permitió en aquel momento. Brittany de pie junto a él, puso una de sus manos en el hombro de su capitán.

Blaine se cruzó de brazos sin saber que más decir. Despúes de haber rescatado a Quinn y recorrer el laboratorio principal, no había encontrado nada. Rachel y Tina habían sido secuestradas. Pero por lo menos había logrado rescatar a Quinn y tenían a un rehén al que luego iría a interrogar otra vez.

– Bueno, por lo menos tenemos a uno. – Dijo Brittany tratando de ser positiva, pensando de la misma forma que Blaine. – Una vez que despierte, si es que Blaine no lo mato con aquel golpe, podrá darnos más información.

Blaine sonrió. – El golpe que le di, podrá tenerlo dormido hasta mañana. – Se encogió de hombros como disculpándose, porque lo que necesitaban era información inmediata y si su rehén demoraba en despertar, más demorarían en conseguir dicha información. – Lo siento, creí que lo había golpeado despacio.

Finn suspiró. – Podemos trabajar con las cámaras de vigilancia. – Le dijo para no hacerlo sentir culpable. - Ya están analizando las imágenes para reconocer a quienes están detrás de esto.

Blaine se mordió el labio inferior. – ¿Cómo está Quinn?

- Estable – Suspiró Brittany, contestando a la pregunta. Quinn se encontraba en la zona médica de la base de operaciones donde todos ellos se encontraban ahora.

– ¿Y Mike? – volvió a preguntar Blaine.

– Golpeando todo lo que se encuentre a su paso. – Le contestó Finn. El mismo desearía poder estar golpeando algo para descargar la frustración quien sentía. Pero no podía, el tenía que controlarlo todo.

–Por lo menos sabemos que están vivas… - Dijo Blaine. Entendiendo como Mike o Finn podían sentirse. Eran sus novias quienes estaban en peligro.

Finn se puso de pie y tomó aire llenando sus pulmones y manteniendo la calma una vez más. – En cuanto sepamos con quien estamos tratando y porque es que necesita tanto de Rachel y Tina, pondremos el plan en marcha, Brittany.

La rubia agente asintió aunque no con mucho gusto. –¿debo… debo ir a buscarla?

Finn asintió de vuelta. – Si, necesitamos a Santana. También necesito que vayas por Sam y por Artie.
Brittany volvió a asentir.

– Lo siento, Britt. – Le habló Finn con más confianza. – Se que es incómodo pero…

Brittany negó. – Por traer a las chicas de vuelta, no me importa ir a hablar con Santana. Quiero a Tina y a Rachel con nosotros tanto como tú o Mike. – Sonrió.

Finn abrazó a Brittany. De todos a su alrededor, Brittany era sin dudas su mejor aliada.

Blaine carraspeó su garganta. Queriendo hacerse de notar.

Finn se volteó a mirarlo. – No creas que no tengo una misión para ti…

Blaine alzó una ceja enarcándola elegantemente. – ¿Cuál es esa?

Finn suspiró. – Lo encontramos. Está aquí… recuperándose.

Los ojos de Blaine se abrieron de par en par. – Imposible… el está muerto.

Finn negó ante el asombro de su compañero. – Está vivo… después de todo este tiempo y pese a la forma en que lo encontramos, el tipo sigue vivo…

Blaine sonrió como si se tratara de un juguete nuevo delante de sus ojos. – ¿D-dices… dices que Kurt Hummel sigue siendo el mismo quien hace 70 años fue el arma secreta de esta organización?

Finn Hudson asintió. – Afortunadamente para nosotros, así es…

Blaine silbó exageradamente – ¡Yo quiero ver eso! ¿Dónde está?