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ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
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ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Antes de leer: Loodgar es una escuela de canto, ahi estan los coros xD y Dalton es para hombre y mujeres
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—Me doy por terminado por hoy... —sentenció Sebastian desperezándose— Me voy a la cama... —agregó señalando su dormitorio en la Sala Común de Premios Anuales.
—Como quieras. Yo me pienso quedar otro rato —replicó Santana sin apartar la vista del pergamino donde su pluma se deslizaba a increíble velocidad. Sebastian rió desdeñosa y resignadamente.
—Lopez, es viernes... —dijo comenzando a cerrar su libro— Tenemos todo el fin de semana para acabar con este trabajo que es para el otro viernes... Eres muy... fanática —Hermione se encogió de hombros.
—No te obligo a quedarte, Smythe... —aclaró— Deja que yo haga lo que quiera...
—¿No tienes cosas más emocionantes que hacer? —preguntó Sebastian cruzándose de brazos.
—Millones—concedió Santana con una leve inclinación de cabeza—, pero no puedo dejarme llevar por lo que quiero hacer en lugar de por lo que debo hacer —Sebastian resopló.
—Este es el motivo porque tú y yo jamás podríamos casarnos... —dijo llanamente enrollando su pergamino. Santana levantó la vista y le envió una perforante mirada— ¿Qué? —preguntó Sebastian con ingenuidad.
—Discúlpame que sea yo quien te baje de tu hermosa nube de colores... —dijo Santana— Pero ese no es el motivo por el cual tú y yo no podríamos casarnos. Créeme. Hay muchos motivos mejores —Sebastian alzó una ceja.
—¿Cómo cuáles? —preguntó interesado. Santana rodó los ojos.
—No lo sé... centenares... —dijo comenzando a escribir de nuevo— Y sabes que los hay, Smythe... Mira, allí mismo tienes uno... Siete años hace que nos conocemos y aun nos llamamos por el apellido...
—Puede arreglarse, Santana... —dijo Sebastian con voz empalagosa.
—Ja, ja, ja, muy gracioso, Sebastian —rió Santana sarcástica—. Sabes que hay motivos mucho más serios y creíbles que ese...
—Como por ejemplo... —comenzó Sebastian instándola a que completara la frase. Santana volvió a resoplar.
—Que nos odiamos. —dijo con voz queda. Sebastian sonrió de lado y apoyó una mejilla en un puño cerrado.
—Sabes que eso ya no es cierto... —apuntó. Santana se obligó a no mirarlo a la cara y a que no advirtiera el tono rosado en sus mejillas.
—Como sea... —dijo carraspeando y tratando de sonar casual— Tú y yo sabemos muy bien que es imposible...
—Si dices que lo sabes tan bien, me gustaría que me des un buen motivo... —Santana se mordió el labio y lo examinó unos instantes.
—Simplemente... no eres mi tipo... —dijo encogiéndose de hombros. Sebastian soltó una risa de incredulidad.
—Vamos... tiene que haber algún motivo mejor que ese... Es tan trillado... es un clichè, una ruta de escape fácil... yo lo sé bien... 'No eres mi tipo', 'necesito tiempo', 'yo soy el del problema, no tú', 'no tenemos nada en común', 'cada vez que te veo recuerdo los juanetes de mi abuela'... Conozco este tipo de patéticas...
—Bien, bien... —aceptó Santana fastidiada— Bien... tú...
—¿Yo... qué? —preguntó Sebastian sonriendo con insistencia. Santana sonrió de repente también.
—Eres promiscuo por naturaleza —dijo triunfal—. No pasa una semana sin que te acuestes con una chica nueva, y yo no soy de la clase de personas que andan por la vida a sabiendas de que su pareja está con otras personas —Sebastian asintió unos momentos.
—Es verdad... —reconoció, y de repente se puso muy serio — Pero podría cambiar por ti...
Los ojos de Santana se dilataron y se clavaron en el rostro de Sebastian. El muchacho le sostuvo la mirada unos instantes, y entonces soltó una carcajada.
—Por Díos, Santana... —dijo— No sabía que tus ojos pudieran abrirse tanto... —Santana bajó la vista, conciente de que debía estar muy roja.
—Una de mis tanta cualidades que desconoces, Smythe —dijo enojada—. ¿Cómo quieres que nos casemos si no nos conocemos?
—Estaría encantado de emprender ahora mismo un viaje hasta tu dormitorio para que nos conozcamos más... íntimamente... —solucionó con facilidad.
—No me interesa conocer nada de tu intimidad, muchas gracias. —dijo Santana terminante. Sebastian volvió a reír.
—Te estás quedando sin excusas —dijo—. Admítelo. Toda la hostilidad que estás empleando se debe a que temes darte cuenta de que no hay motivo válido para que tú y yo no nos casemos...
—¡Tú fuiste el que empezó esta estupidez! —gritó Santana furiosa— ¡Tú dijiste que jamás podríamos casarnos sólo porque yo prefiero cumplir con mis obligaciones antes que otra cosa!
—Jamás negué eso —apuntó Sebastian—. Pero yo estaba hablando de un pequeño y simplemente modificable aspecto. Si eliminamos eso, tú y yo seríamos la pareja per...
—¡Por Díos! —chilló Santana harta— Sabes que es imposible.
—¿Y por qué? —preguntó Sebastian. Santana ahogó un grito de frustración contra un almohadón.
—Porque tú jamás podrías seguir mi ritmo de vida. —dijo desesperada.
—¿Tu ritmo de vida?
—Si—afirmó esperanzada—. Por ejemplo, yo quiero... yo quiero... viajar, si, viajar y... conocer todo el mundo.
—Yo ya lo conozco casi todo... puedo ser tu guía si tú quieres —replicó Sebastian sonriendo. Santana decidió pasar por alto esa parte.
—Jamás podría vivir en un apartamento. Necesito una casa con mucho jardín y plantas...
—Concuerdo—interrumpió Sebastian—. Mientras más verde mejor —Santana apretó las mandíbulas.
—Y quiero tener veinte gatos —dijo conteniendo la ira, esperando que eso asuste al muchacho.
—Por supuesto —coincidió este riendo, para sorpresa malestar de Santana—, ¿para qué tanto jardín, de otro modo?
Santana recargó su cabeza en las palmas de las manos y resopló. No admitiría que podría casarse con Sebastian Smythe.
—Y quiero como mínimo quince hijos —dijo con aire serio y mirando a Sebastian a los ojos. Él le sostuvo la mirada, y de repente sonrió de lado con malicia.
—Será mejor que nos compremos una cama resistente... —dijo— Pero, Santama, déjame decirte que ninguna idea me emociona más que pasarme el día entero haciendo bebés contigo... —Santana rodó los ojos.
—Eres un idiota —dijo molesta—. ¿Quieres que me case con un idiota?
—No soy un idiota...
—Y cuando mi hija llegue a Loodgar por primera vez, la gente la señalará y dirá: 'mira, allí va Temis, la hija de Santana Lopez... y de un idiota'
—Hey, muy bien... se acabó... Por empezar, no soy un idiota. Y por seguir... ¿Temis?
—Así es, Temis, la diosa de la justicia. Si no te gusta ese nombre...
—Me fascina —interrumpió Sebastian de inmediato. Sebastian abrió la boca sorprendida—. Muy bien, Temis para una niña y... si es varón...
—No va a haber un varón —sentenció Santana rotunda
—¿Se puede elegir el sexo de antemano? —preguntó Sebastian asombrado.
—No va a haber ni varón ni mujer... no va a haber hijos tratándose de tú y yo.
—Lughus es un lindo nombre... —dijo Sebastian indiferente— Origen irlandés, naturalmente...
—Estás perdiendo el tiempo...
—Fergus tampoco está mal...
—Smythe, ya bas...
—También me gusta Dylan...
—Muy bien, escúchame, no vamos a... ¿Dylan? —preguntó de repente Santana interesada.
—Si. ¿No te gusta?
—Es absolutamente horrible —respondió con crudeza.
—¿Para tanto?
—Aha... es nombre de galán de telenovela...
—¿Galán de qué?
—Olvídalo... pero no será Dylan...
—De acuerdo... Mh... ¿Y qué tal Sebastian?
—¿No dejarás que el niño forje su propio individualismo y personalidad? Porque será muy difícil si lo haces nacer con un nombre ya usado...
—Cierto...—reconoció él— ¿Jack, entonces?
—Es un buen nombre... y otros diez millones de personas pensaron lo mismo. —dijo Santana impaciente.
—Bueno, no te veo a ti muy preocupada por pensar un nombre para nuestro hijo... —replicó Sebastian molesto— Demuéstrame que tan original eres tú...—Santana carraspeó un par de veces.
—Bueno...—comenzó— Bien, este... ¿Rhye?
—¿Rhye?—preguntó Sebastian confundido— ¿Para un niño? —Santana asintió dubitativa— No dejaré que mi niño tenga un nombre perfectamente confundible con uno de mujer...
—¿Se te ocurre un nombre mejor? —inquirió ella molesta.
—Pues claro...
—¿Cuál?
—Pues... Lucien. —Santana había abierto la boca para contraatacar, pero tras oír el nombre, volvió a cerrarla y frunció el entrecejo.
—Lucien me gusta —afirmó despacio—. Me gusta mucho.
—Está decidido, entonces... —dijo Sebastian sonriente— Lucien será —Santana sonrió también, olvidándose que no debería hacerlo—. Hay que pensarle un segundo nombre.
—Cierto—coincidió ella—. Cierto... mh... Neal... ¿Qué crees?
—Podemos dejarlo como opción... —propuso Sebastian no muy convencido— Bradden siempre me ha gustado...
—Es un nombre algo burdo ¿no te parece? Además... ¿Lucien Bradden? No suena bien...
—Es verdad...
—Sam podría ser una buena opción... —dijo Santana— Escucha... Lucien Sam... Bien ¿eh?
—Sobre mi cadáver —dijo Sebastian cruzándose de brazos. Santana rió.
—Lo sé, lo sé... era broma... —aseguró— ¿Qué te parece Míkiel? —Sebastian parpadeó.
—Míkiel...—susurró— Míkiel... me gusta. Si, me gusta... Lucien Míkiel... si, suena bien, suena muy bien... Me gusta cuando de esa linda cabecita sale más que cosas memorizadas de los libros... —dijo palmeando suavemente la cabeza de Santana. Ella sonrió.
—Me alegra que te guste... —dijo— Era el nombre de mi perro...
—¿QUÉ?—preguntó Sebastian de repente— ¿Esperas que mi hijo tenga el nombre de un perro?
—No te estabas quejando hace dos segundos...
—Porque no sabía que el nombre de mi hijo había sido de un cuadrúpedo...
—Ya basta. Es un buen nombre y queda bien —señaló Santana—. Además, es nombre de humano. Yo le puse así a mi perro porque era muy inteligente.
—Ah, muy bien, cuán bonito... Ahora el pequeño Lucien estará condenado de por vida a que comparen su inteligencia con la de un perro pulgoso...
—Míkiel no era pulgoso... ¡Díos! Muy bien... ¿quieres cambiar el nombre?
—No. Míkiel está bien... —aceptó Sebastian con fastidio— Debo dejarte algún privilegio a ti, siendo que yo seré el padre al que más quiera...
—Sí, cómo no...
—Bueno, a ver... escucha... Lucien Míkiel Smythe... Imponente... ¿verdad? —preguntó Sebastian sonriendo.
—¿Discúlpame?—llamó Santana— ¿Y qué hay del Lopez?
—Muy bien, muy bien... Lucien Míkiel Smythe Lopez...
—¿Y por qué no Lucien Míkiel Lopez Smythe?
—Porque primero va el apellido del padre, Santana...
—Bien... —aceptó ella haciendo un puchero— Lucien Míkiel Smythe Lopez, será... —Sebastian frunció el entrecejo y se llevó un dedo al mentón.
—¿No es un nombre algo largo? —preguntó pensativo.
—Si... es verdad...
—Imagínate...—dijo Sebstian sonriendo— cuando repartamos las invitaciones del bautismo... 'Está cordialmente invitado a la ceremonia de bautismo de Lucien Míkiel Smythe Lopez...' Para cuando terminen de leer el nombre ya estarán dormidos...—Santana rió divertida.
—Bueno... ¿Quieres que le saquemos algún nombre? —preguntó.
—No—respondió Sebastian—. Así está bien. Díos! Ya puedo ver la carita emocionada de Lucien cuando le regale su primer microfono y le enseñe a cantar ... Y cuando llegue a Loodgar será el capitán del equipo de canto de Dalton...
—Oh, no... —interrumpió Santana— Lucien será de New Direction, o Vocal Adrenaline en su defecto... Pero no será de Dalton... —Sebastian rodó los ojos.
—Bueno, ya lo veremos... —dijo— Pero si espero que no termine en The Unitard...
—Eres malvado —reprendió Sebastian—. Como sea, puedes enseñarle a cantar, pero tendremos como principal objetivo que llegue a Premio Anual.
—Puede ser Premio Anual y capitán de canto —afirmó Draco—. Yo canto desde pequeño y no por eso he dejado de tener buenas notas.
—Si, y también te metes en muchísimos problemas y has estado en incontables peleas... —señaló Santana acusadora— Yo no quiero que Will nos escriba quejándose del comportamiento de Lucien.
—Si se mete en problemas, tú eres la encargada de reunirte con Will —avisó Sebastian. Santana entornó los ojos.
—¿Así son las cosas? —preguntó exasperada— ¿Si es la súperestrella de canto es tuyo, pero si se mete en problemas es mi hijo?
—Bueno, no... no fue eso lo que dije...
—¿Y por qué le das tanta preferencia a Lucien y nada a Temis?—interrumpió Santana— Machista...
—Hey, yo amo a mi princesita... —se quejó Sebastian— Será la niña más bonita de todo el mundo, y no dejaré que ningún muchacho de mente podrida le ponga un solo dedo encima —Santana sonrió.
—¿Y cómo te asegurarás de eso cuando venga a Loodgar?—preguntó.
—Bueno... Entonces Lucien será el encargado de protegerla... Ya puedo verla, tan hermosa con los colores de Dalton...
—No será una Dal...
—Y todos los chicos babearán por ella, porque será la preciosa Temis, una perfecta combinación de belleza e inteligencia...
—¿Y cómo estás tan seguro de que será tan bonita?—preguntó Santana— ¿Cómo puedes asegurar que los chico babearán por ella? —Sebastian la contempló unos segundos.
—Si hereda algo del cuerpo de su madre y algo del sexappeal de su padre... —Santana le revoleó un almohadón— no temo entonces al afirmar que Lucien deberá patear varios traseros...
—Eres tan conservador —dijo Santana con frialdad.
—No, no lo soy —contradijo él—. Créeme. Yo conozco la sucia mente masculina (yo tengo una). No dejaré que ningún chico se le acerque a Temis como yo me acerco... me acercaba... —se corrigió de inmediato— a las chicas de aquí...
—Es bueno saber que serás un padre conciente... Aunque algo hiperbólico...
—Ese soy yo cuando se trata de mi princesita...
Santana meneó la cabeza y sonrió resignada, mirando directamente a Sebastian, quien le sonreía constantemente, a los ojos. Y de repente cayó en la cuenta, horrorizada... ¿Qué demonios había estado haciendo?
Corrió su vista del muchacho y carraspeó, nerviosa.
—Si, bueno... —balbuceó— Muy... simpática la conversación, pero... pero... los dos sabemos que nada de eso pasará, así que... mejor ya no... —Sebastian sonrió de lado y se acercó hasta ella.
—¿Qué sucede, cariño? —le preguntó colocando sus manos en los hombros de Santana— ¿Tuviste un día duro en el trabajo?
Santana le quitó las manos de sus hombros y se corrió.
—Ya no es gracioso, Smythe... —dijo, pero Sebastian ya se había acercado otra vez, y tenía su cara a centímetros de la de la chica.
—Pobre Santana... —susurró— Debes estar con tantas presiones encima... Te diré qué... ¿Por qué no llevamos a Lucien y a Temis con el tío Puck para que entonces tu y yo podamos dedicarnos a terminar de romper nuestra cama? —Santana forzó una despectiva risa.
—¿Tú crees que yo voy a dejar que mis hijos pasen tiempo a solas con Puckerman? —preguntó incrédula, olvidándose que tenía los labios de Sebastian casi tocando los suyos— Si permito eso, la próxima vez que vea a mi Lucien se habrá convertido en un pervertido...
—Qué bien conoces a Puck... —dijo Sebastian riendo.
—... y mi preciosa Temis tendrá por idea de vestir bien el usar una falda de cuero apretada, una blusa transparente y botas hasta las rodillas... —Sebastian dilató los ojos.
—Maldito Puckerman... —murmuró— No dejaré que pervierta a mi niña... —parpadeó y volvió a fijarse en Santana. Sonrió de lado y se acercó a ella otra vez, sugerente— Bueno... —dijo— Ya que no podemos confiar en el tío Puck... —hizo una mueca de asco y fastidio— Podemos dejar a los niños con el tío Sam y la tia Rachel —utilizó un tono burlón—, para que tú y yo podamos pasar una noche salvaje... —Santana alzó una ceja.
—¿Aceptarías que Sam y Rachel cuidara a nuestros hijos? —preguntó asombrada. Sebastian se encogió de hombros y se acercó aun más a Santana.
—Mientras no les enseñen a firmar autógrafos... —Santana sonrió.
—Eso es muy maduro de tu parte... —dijo.
—Lo sé —coincidió Sebastian con falsa arrogancia—. En Suecia soy llamado Sebastian 'madurez' Smythe... Pero, yo no sé si Evans y Berry aceptará cuidar a nuestros hijos... —Santana frunció el ceño y se echó para atrás, poniendo sus labios a resguardo de los de Sebastian.
—Sam y Rachel harían eso encantados... —dijo.
—Lo sé, amor, estoy bromeando... —aseguró Sebastian inocente. Santana ahogó un grito.
—Bien, ya basta... —chilló— Esto fue demasiado lejos... No vuelvas a llamarme amor, y olvidaremos esta ridícula conversación... Tú y yo casados... ¡Absurdo!
—No lo es —contradijo él—. De hecho, es bastante lógico. Claro que al principio la prensa no parará de criticarnos, sobre todo porque decidimos huir para contraer matrimonio...
—No me digas... —dijo Santana sarcástica.
—Si, claro... Será un viaje largo... Mira, cuando nos graduemos de Loodgar (ambos con honores), nos escaparemos hasta un muelle y allí abordaremos un barco (lo haremos sin magia para que sea más romántico). Trataremos de llegar a... Holanda... o a Francia... Todo el mundo nos criticará y dirá que debemos regresar... ¿Les haremos caso? No lo creo...
—Mira, Smythe, es todo muy interesante, pero...
—En fin, llegaremos a Paris... ¿Te imaginas, la Luna de Miel junto al Sena? Oh, claro... pero primero iremos a algún lugar cerca de España... mh... En Gibraltar, eso es... nos casaremos en Gibraltar... Y luego iremos a Paris, de Luna de Miel junto al Sena...
—Tú y yo NO nos casare...
—Luego iremos a Amsterdam y nos hospedaremos en un lindo hotelito, donde pasaremos una semana sin salir de la cama, hablando y practicando para cuando vayamos a crear a Lucien...
—¿Podrías ser más gráfico? —preguntó Santana molesta.
—Después de eso, iremos hasta Viena. La prensa estará enloquecida... Es entendible, los recientemente graduados Premios Anuales de Loodgar, antiguos enemigos, fugándose para casarse... Es una noticia jugosa... Los reporteros nos perseguirán por toda Europa, si es necesario...
—¿Puedo dejar que me atrapen?
—Pero, lamentablemente, mi amor, llegará un momento en el que debamos volver a Estados Unidos. Aunque para ese momento, toda la comunidad nos habrá tomado tanto cariño (porque seremos la pareja del momento), que todos nos gritarán frases de bienvenida y apoyo. Y nosotros los saludaremos, y luego nos iremos a nuestra enorme casa con treinta hectáreas de jardines y veinte gatos a crear a nuestros quince hijos.
Sebastian concluyó, con tono terminante, y permaneció en silencio, satisfecho, con los brazos cruzados y la vista fija en la chimenea, sonriendo marcadamente. Santana parpadeó.
—Cuán... constructivo... —dijo. Sebastian la miró y sonrió aun más.
—Será una hazaña que se recordará por años... —afirmó— Se hablará de nuestra huída incluso hasta que mi preciosa Temis se case con un buen muchacho aprobado directamente por mi y por Lucien. Si... Nuestra escapada también será conocida como 'La balada de Sebastian y Santana'.
—Para que sea balada debe tener música... —apuntó Santana.
—Pues alguien hará una canción contando nuestras aventuras... Pueden poner la anécdota de cuando nos sorprendió un guía del Louvre haciendo cosas sucias tras un tapiz...
—Smyhe, eso nunca... ¡Argh! Olvídalo... —gruñó resignada— ¿Y por qué 'La balada de Sebastian y Santana', y no 'La balada de Santana y Sebastian'?
—Por que nuestra pareja se llamara Sebtana, como Brangelina, y primero va Seb, amor...
Santana rodó los ojos.
—Bueno, Sebastian... ya te divertiste suficiente. Ahora, vamos a tratar de borrar esta atroz conversación de nuestras mentes, y tú te irás a dormir, como habías dicho en un principio...
—Y tú vendrás a arroparme y te quedarás conmigo seleccionando lo que serviremos de comida en nuestra boda... ¿Sabes? No me decido si invitar a Puck y a Finn... Podrían arruinar la fiesta... son muy brutos, no sé si lo habrías notado...
—¡Ya basta! Smythe, creo que dejé que esto fuera muy lejos... Vete de una vez...
Sebastian abrió la boca y se llevó una mano al pecho, sorprendido y dolido.
—¿Así van a ser las cosas? —preguntó con voz fingidamente temblorosa— En realidad no me amas... Sólo me utilizas como juguete sexual ¿verdad? Sólo soy tu objeto de procreación...
—Smythe...
—Sólo quieres usarme...
—Mira, yo...
—¡Yo no soy un trozo de carne! —gritó dramático. Santana resopló.
—Ya sé que tú...
—Luego de esto, no sé si quiero casarme contigo. —sentenció cruzándose de brazos. Santana estaba apunto de replicar algo, pero de se quedó sin habla al oír aquello último.
—Bien...—balbuceó— Bien... yo... yo tampoco quiero casarme contigo... de todas formas... —Sebastian alzó la cabeza con dignidad, ofendido— Sabes qué, Smythe, eres una suricata idiota... ¿Tú no quieres casarte conmigo? Te estoy diciendo desde que comenzó esta absurda conversación que yo no quiero casarme contigo...
—Hablas desde el despecho —dijo Sebastian entornando los ojos.
—Si claro... di lo que quieras, pero jamás encontrarás una mejor pretendiente que yo... —dijo Santana, perdiendo la paciencia.
—Si, bueno... Y tú jamás encontrarás a alguien con el cabello tan hermoso y reluciente como el mío... —Santana sonrió mordaz.
—Prefiero toda la vida el cabello de Sam antes que el tuyo —afirmó maliciosa. Sebastian abrió su boca y sus ojos en desconcierto e indignación.
—¡Se acabó! —declaró— ¡Quiero el divorcio! —Santana parpadeó confundida.
—¡Pides el divorcio sólo por una estúpida pelea de cabellos?—preguntó furiosa— Pues ya veo cuánto te importa que nuestro matrimonio fun... —se paró en seco— Díos... ¿qué estoy diciendo? Smythe... ¡NO ESTAMOS CASADOS Y JAMÁS LO ESTAREMOS!
—No después de tu amoroso comentario —dijo Sebastian dolido. Santana se tapó la cara con las manos.
—Mira... No sé qué demonios te sucede hoy... pero creo que ya fue suficiente de...
—Entiendo lo que quieres decir... —interrumpió Sebastian sonriendo— Y por supuesto que te disculpo, amor... —Santana volvió a rodar los ojos.
—No te pedí disculpas —dijo exasperada.
—Porque eres muy orgullosa... pero sé que es lo que querías decir...
—No quería decir eso... —dijo Santana lastimeramente.
—Muy bien, amor... si te hace bien creer eso... —susurró Sebastian con dulzura. Santana volvió a ahogar un grito.
—Eres la única persona que logra agotarme sólo hablando—dijo.
—Si, lo sé... —acordó Sebastian petulante mientras se corría el pelo de la frente— soy asombroso...
—Eres tan insoportable... —dijo Santana cansinamente mientras se recostaba contra el respaldo del sillón. Sebastian soltó una risa y se acercó a ella.
—Pero me amas... ¿verdad, preciosa? —preguntó entornando los ojos y sonriéndole irresistiblemente. Santana, ya resignada, suspiró.
—Si, Sebastian... —le dijo en tono monótono— Te amo y vamos a casarnos y a tener quince hijos... —Sebastian alzó una ceja.
—No necesitas ser tan sarcástica... —dijo molesto. Santana resopló.
—¿Y qué quieres entonces? —preguntó harta. Sebastian sonrió.
—¿Esa pregunta significa que cumplirás todos mis deseos? Porque, a decir verdad, siempre he tenido esta fantasía en la que estamos en la biblioteca y tu estás desnuda, pero tienes un libro en las manos que te cubre los...
—¡Díos, Smythe! Es que... ¿es qué piensas seguir así toda la noche?
—O hasta que aceptes que tu y yo formamos la pareja perfecta, lo que pase primero —respondió Sebastian sonriendo. Santana frunció el entrecejo.
—Bien... Tú y yo... formamos la pareja perfecta —dijo a regañadientes. Sebastian asintió complacido.
—Excelente—dijo—. Excelente —luego miró su reloj—. Será mejor que me vaya a dormir, amor... Mañana tengo entrenamiento de canto... ¿Vendrás a alentarme, preciosa?
—Smythe... Dijiste que pararías... —se quejó Santana desesperada.
—Iba a hacerlo... —se excusó Sebastian encogiéndose de hombros— Pero entonces dijiste que tú y yo formamos la pareja perfecta... ¿Y quién soy yo para contradecir a Santana Lopez, la sexy cantante más inteligente de Loodgar?
—¡Pero lo dije para que te detuvieras!
—Ah... Lo irónico que es el destino... ¿verdad? —preguntó Sebastian con aire soñador.
—Mira, Smythe... He sido muy indulgente contigo todo este tiempo, pero creo que ya fue suficiente. Si no dejas de decir estupideces y de llamarme amor...
—¿Vas a invitar a tus amiguitos de Lime Heid Adjent a nuestra boda?
—Si. ¡NO! Smythe, no va a haber...
Santana debió interrumpirse de súbito cuando los labios de Sebastian aprisionaron los suyos. Se quedó absolutamente congelada, demasiado sorprendida como para actuar. Sebstian subió una mano y la posó con gentileza sobre una mejilla de la chica. Santana intentó separarse, pero notó que sus brazos no le respondían, y advirtió, con horror, que sus ojos se cerraban en respuesta al placer. Sebastian corrió su mano y la metió bajo el pelo de Santana, colocándola ahora en su nuca, atrayendo más su cabeza. Ella se dejó llevar, y accedió a las repentinas súplicas de la lengua del muchacho para que la dejara entrar a su boca. Entonces Sebastian gimió suavemente, y Santana se vio por completo perdida...
Sebastian se alejó y contempló el rostro de Santana, con los ojos aun cerrados, las mejillas sonrosadas, los labios húmedos, muriéndose por un poco más. Ella abrió suavemente los ojos y lo miró. Se sonrojó aun más y se limpió la saliva que había quedado en sus labios. Respirando con agitación, abrió la boca para tratar de decir algo, de gritarle, quizá... pero halló que no podía articular palabra. Sebsatian sonrió al verla en ese estado. Se acercó una vez más a su rostro, y depositó un dulce y tierno beso en la comisura de los labios de la chica. Santana sintió un escalofrío.
—Eso fue un adelanto de lo que te espera el resto de tu vida —dijo Sebastian sonriente mientras se levantaba del sillón—. Dulces sueños, amor —le deseó mientras subía la escalera hacia su dormitorio.
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La pareja perfecta
—Me doy por terminado por hoy... —sentenció Sebastian desperezándose— Me voy a la cama... —agregó señalando su dormitorio en la Sala Común de Premios Anuales.
—Como quieras. Yo me pienso quedar otro rato —replicó Santana sin apartar la vista del pergamino donde su pluma se deslizaba a increíble velocidad. Sebastian rió desdeñosa y resignadamente.
—Lopez, es viernes... —dijo comenzando a cerrar su libro— Tenemos todo el fin de semana para acabar con este trabajo que es para el otro viernes... Eres muy... fanática —Hermione se encogió de hombros.
—No te obligo a quedarte, Smythe... —aclaró— Deja que yo haga lo que quiera...
—¿No tienes cosas más emocionantes que hacer? —preguntó Sebastian cruzándose de brazos.
—Millones—concedió Santana con una leve inclinación de cabeza—, pero no puedo dejarme llevar por lo que quiero hacer en lugar de por lo que debo hacer —Sebastian resopló.
—Este es el motivo porque tú y yo jamás podríamos casarnos... —dijo llanamente enrollando su pergamino. Santana levantó la vista y le envió una perforante mirada— ¿Qué? —preguntó Sebastian con ingenuidad.
—Discúlpame que sea yo quien te baje de tu hermosa nube de colores... —dijo Santana— Pero ese no es el motivo por el cual tú y yo no podríamos casarnos. Créeme. Hay muchos motivos mejores —Sebastian alzó una ceja.
—¿Cómo cuáles? —preguntó interesado. Santana rodó los ojos.
—No lo sé... centenares... —dijo comenzando a escribir de nuevo— Y sabes que los hay, Smythe... Mira, allí mismo tienes uno... Siete años hace que nos conocemos y aun nos llamamos por el apellido...
—Puede arreglarse, Santana... —dijo Sebastian con voz empalagosa.
—Ja, ja, ja, muy gracioso, Sebastian —rió Santana sarcástica—. Sabes que hay motivos mucho más serios y creíbles que ese...
—Como por ejemplo... —comenzó Sebastian instándola a que completara la frase. Santana volvió a resoplar.
—Que nos odiamos. —dijo con voz queda. Sebastian sonrió de lado y apoyó una mejilla en un puño cerrado.
—Sabes que eso ya no es cierto... —apuntó. Santana se obligó a no mirarlo a la cara y a que no advirtiera el tono rosado en sus mejillas.
—Como sea... —dijo carraspeando y tratando de sonar casual— Tú y yo sabemos muy bien que es imposible...
—Si dices que lo sabes tan bien, me gustaría que me des un buen motivo... —Santana se mordió el labio y lo examinó unos instantes.
—Simplemente... no eres mi tipo... —dijo encogiéndose de hombros. Sebastian soltó una risa de incredulidad.
—Vamos... tiene que haber algún motivo mejor que ese... Es tan trillado... es un clichè, una ruta de escape fácil... yo lo sé bien... 'No eres mi tipo', 'necesito tiempo', 'yo soy el del problema, no tú', 'no tenemos nada en común', 'cada vez que te veo recuerdo los juanetes de mi abuela'... Conozco este tipo de patéticas...
—Bien, bien... —aceptó Santana fastidiada— Bien... tú...
—¿Yo... qué? —preguntó Sebastian sonriendo con insistencia. Santana sonrió de repente también.
—Eres promiscuo por naturaleza —dijo triunfal—. No pasa una semana sin que te acuestes con una chica nueva, y yo no soy de la clase de personas que andan por la vida a sabiendas de que su pareja está con otras personas —Sebastian asintió unos momentos.
—Es verdad... —reconoció, y de repente se puso muy serio — Pero podría cambiar por ti...
Los ojos de Santana se dilataron y se clavaron en el rostro de Sebastian. El muchacho le sostuvo la mirada unos instantes, y entonces soltó una carcajada.
—Por Díos, Santana... —dijo— No sabía que tus ojos pudieran abrirse tanto... —Santana bajó la vista, conciente de que debía estar muy roja.
—Una de mis tanta cualidades que desconoces, Smythe —dijo enojada—. ¿Cómo quieres que nos casemos si no nos conocemos?
—Estaría encantado de emprender ahora mismo un viaje hasta tu dormitorio para que nos conozcamos más... íntimamente... —solucionó con facilidad.
—No me interesa conocer nada de tu intimidad, muchas gracias. —dijo Santana terminante. Sebastian volvió a reír.
—Te estás quedando sin excusas —dijo—. Admítelo. Toda la hostilidad que estás empleando se debe a que temes darte cuenta de que no hay motivo válido para que tú y yo no nos casemos...
—¡Tú fuiste el que empezó esta estupidez! —gritó Santana furiosa— ¡Tú dijiste que jamás podríamos casarnos sólo porque yo prefiero cumplir con mis obligaciones antes que otra cosa!
—Jamás negué eso —apuntó Sebastian—. Pero yo estaba hablando de un pequeño y simplemente modificable aspecto. Si eliminamos eso, tú y yo seríamos la pareja per...
—¡Por Díos! —chilló Santana harta— Sabes que es imposible.
—¿Y por qué? —preguntó Sebastian. Santana ahogó un grito de frustración contra un almohadón.
—Porque tú jamás podrías seguir mi ritmo de vida. —dijo desesperada.
—¿Tu ritmo de vida?
—Si—afirmó esperanzada—. Por ejemplo, yo quiero... yo quiero... viajar, si, viajar y... conocer todo el mundo.
—Yo ya lo conozco casi todo... puedo ser tu guía si tú quieres —replicó Sebastian sonriendo. Santana decidió pasar por alto esa parte.
—Jamás podría vivir en un apartamento. Necesito una casa con mucho jardín y plantas...
—Concuerdo—interrumpió Sebastian—. Mientras más verde mejor —Santana apretó las mandíbulas.
—Y quiero tener veinte gatos —dijo conteniendo la ira, esperando que eso asuste al muchacho.
—Por supuesto —coincidió este riendo, para sorpresa malestar de Santana—, ¿para qué tanto jardín, de otro modo?
Santana recargó su cabeza en las palmas de las manos y resopló. No admitiría que podría casarse con Sebastian Smythe.
—Y quiero como mínimo quince hijos —dijo con aire serio y mirando a Sebastian a los ojos. Él le sostuvo la mirada, y de repente sonrió de lado con malicia.
—Será mejor que nos compremos una cama resistente... —dijo— Pero, Santama, déjame decirte que ninguna idea me emociona más que pasarme el día entero haciendo bebés contigo... —Santana rodó los ojos.
—Eres un idiota —dijo molesta—. ¿Quieres que me case con un idiota?
—No soy un idiota...
—Y cuando mi hija llegue a Loodgar por primera vez, la gente la señalará y dirá: 'mira, allí va Temis, la hija de Santana Lopez... y de un idiota'
—Hey, muy bien... se acabó... Por empezar, no soy un idiota. Y por seguir... ¿Temis?
—Así es, Temis, la diosa de la justicia. Si no te gusta ese nombre...
—Me fascina —interrumpió Sebastian de inmediato. Sebastian abrió la boca sorprendida—. Muy bien, Temis para una niña y... si es varón...
—No va a haber un varón —sentenció Santana rotunda
—¿Se puede elegir el sexo de antemano? —preguntó Sebastian asombrado.
—No va a haber ni varón ni mujer... no va a haber hijos tratándose de tú y yo.
—Lughus es un lindo nombre... —dijo Sebastian indiferente— Origen irlandés, naturalmente...
—Estás perdiendo el tiempo...
—Fergus tampoco está mal...
—Smythe, ya bas...
—También me gusta Dylan...
—Muy bien, escúchame, no vamos a... ¿Dylan? —preguntó de repente Santana interesada.
—Si. ¿No te gusta?
—Es absolutamente horrible —respondió con crudeza.
—¿Para tanto?
—Aha... es nombre de galán de telenovela...
—¿Galán de qué?
—Olvídalo... pero no será Dylan...
—De acuerdo... Mh... ¿Y qué tal Sebastian?
—¿No dejarás que el niño forje su propio individualismo y personalidad? Porque será muy difícil si lo haces nacer con un nombre ya usado...
—Cierto...—reconoció él— ¿Jack, entonces?
—Es un buen nombre... y otros diez millones de personas pensaron lo mismo. —dijo Santana impaciente.
—Bueno, no te veo a ti muy preocupada por pensar un nombre para nuestro hijo... —replicó Sebastian molesto— Demuéstrame que tan original eres tú...—Santana carraspeó un par de veces.
—Bueno...—comenzó— Bien, este... ¿Rhye?
—¿Rhye?—preguntó Sebastian confundido— ¿Para un niño? —Santana asintió dubitativa— No dejaré que mi niño tenga un nombre perfectamente confundible con uno de mujer...
—¿Se te ocurre un nombre mejor? —inquirió ella molesta.
—Pues claro...
—¿Cuál?
—Pues... Lucien. —Santana había abierto la boca para contraatacar, pero tras oír el nombre, volvió a cerrarla y frunció el entrecejo.
—Lucien me gusta —afirmó despacio—. Me gusta mucho.
—Está decidido, entonces... —dijo Sebastian sonriente— Lucien será —Santana sonrió también, olvidándose que no debería hacerlo—. Hay que pensarle un segundo nombre.
—Cierto—coincidió ella—. Cierto... mh... Neal... ¿Qué crees?
—Podemos dejarlo como opción... —propuso Sebastian no muy convencido— Bradden siempre me ha gustado...
—Es un nombre algo burdo ¿no te parece? Además... ¿Lucien Bradden? No suena bien...
—Es verdad...
—Sam podría ser una buena opción... —dijo Santana— Escucha... Lucien Sam... Bien ¿eh?
—Sobre mi cadáver —dijo Sebastian cruzándose de brazos. Santana rió.
—Lo sé, lo sé... era broma... —aseguró— ¿Qué te parece Míkiel? —Sebastian parpadeó.
—Míkiel...—susurró— Míkiel... me gusta. Si, me gusta... Lucien Míkiel... si, suena bien, suena muy bien... Me gusta cuando de esa linda cabecita sale más que cosas memorizadas de los libros... —dijo palmeando suavemente la cabeza de Santana. Ella sonrió.
—Me alegra que te guste... —dijo— Era el nombre de mi perro...
—¿QUÉ?—preguntó Sebastian de repente— ¿Esperas que mi hijo tenga el nombre de un perro?
—No te estabas quejando hace dos segundos...
—Porque no sabía que el nombre de mi hijo había sido de un cuadrúpedo...
—Ya basta. Es un buen nombre y queda bien —señaló Santana—. Además, es nombre de humano. Yo le puse así a mi perro porque era muy inteligente.
—Ah, muy bien, cuán bonito... Ahora el pequeño Lucien estará condenado de por vida a que comparen su inteligencia con la de un perro pulgoso...
—Míkiel no era pulgoso... ¡Díos! Muy bien... ¿quieres cambiar el nombre?
—No. Míkiel está bien... —aceptó Sebastian con fastidio— Debo dejarte algún privilegio a ti, siendo que yo seré el padre al que más quiera...
—Sí, cómo no...
—Bueno, a ver... escucha... Lucien Míkiel Smythe... Imponente... ¿verdad? —preguntó Sebastian sonriendo.
—¿Discúlpame?—llamó Santana— ¿Y qué hay del Lopez?
—Muy bien, muy bien... Lucien Míkiel Smythe Lopez...
—¿Y por qué no Lucien Míkiel Lopez Smythe?
—Porque primero va el apellido del padre, Santana...
—Bien... —aceptó ella haciendo un puchero— Lucien Míkiel Smythe Lopez, será... —Sebastian frunció el entrecejo y se llevó un dedo al mentón.
—¿No es un nombre algo largo? —preguntó pensativo.
—Si... es verdad...
—Imagínate...—dijo Sebstian sonriendo— cuando repartamos las invitaciones del bautismo... 'Está cordialmente invitado a la ceremonia de bautismo de Lucien Míkiel Smythe Lopez...' Para cuando terminen de leer el nombre ya estarán dormidos...—Santana rió divertida.
—Bueno... ¿Quieres que le saquemos algún nombre? —preguntó.
—No—respondió Sebastian—. Así está bien. Díos! Ya puedo ver la carita emocionada de Lucien cuando le regale su primer microfono y le enseñe a cantar ... Y cuando llegue a Loodgar será el capitán del equipo de canto de Dalton...
—Oh, no... —interrumpió Santana— Lucien será de New Direction, o Vocal Adrenaline en su defecto... Pero no será de Dalton... —Sebastian rodó los ojos.
—Bueno, ya lo veremos... —dijo— Pero si espero que no termine en The Unitard...
—Eres malvado —reprendió Sebastian—. Como sea, puedes enseñarle a cantar, pero tendremos como principal objetivo que llegue a Premio Anual.
—Puede ser Premio Anual y capitán de canto —afirmó Draco—. Yo canto desde pequeño y no por eso he dejado de tener buenas notas.
—Si, y también te metes en muchísimos problemas y has estado en incontables peleas... —señaló Santana acusadora— Yo no quiero que Will nos escriba quejándose del comportamiento de Lucien.
—Si se mete en problemas, tú eres la encargada de reunirte con Will —avisó Sebastian. Santana entornó los ojos.
—¿Así son las cosas? —preguntó exasperada— ¿Si es la súperestrella de canto es tuyo, pero si se mete en problemas es mi hijo?
—Bueno, no... no fue eso lo que dije...
—¿Y por qué le das tanta preferencia a Lucien y nada a Temis?—interrumpió Santana— Machista...
—Hey, yo amo a mi princesita... —se quejó Sebastian— Será la niña más bonita de todo el mundo, y no dejaré que ningún muchacho de mente podrida le ponga un solo dedo encima —Santana sonrió.
—¿Y cómo te asegurarás de eso cuando venga a Loodgar?—preguntó.
—Bueno... Entonces Lucien será el encargado de protegerla... Ya puedo verla, tan hermosa con los colores de Dalton...
—No será una Dal...
—Y todos los chicos babearán por ella, porque será la preciosa Temis, una perfecta combinación de belleza e inteligencia...
—¿Y cómo estás tan seguro de que será tan bonita?—preguntó Santana— ¿Cómo puedes asegurar que los chico babearán por ella? —Sebastian la contempló unos segundos.
—Si hereda algo del cuerpo de su madre y algo del sexappeal de su padre... —Santana le revoleó un almohadón— no temo entonces al afirmar que Lucien deberá patear varios traseros...
—Eres tan conservador —dijo Santana con frialdad.
—No, no lo soy —contradijo él—. Créeme. Yo conozco la sucia mente masculina (yo tengo una). No dejaré que ningún chico se le acerque a Temis como yo me acerco... me acercaba... —se corrigió de inmediato— a las chicas de aquí...
—Es bueno saber que serás un padre conciente... Aunque algo hiperbólico...
—Ese soy yo cuando se trata de mi princesita...
Santana meneó la cabeza y sonrió resignada, mirando directamente a Sebastian, quien le sonreía constantemente, a los ojos. Y de repente cayó en la cuenta, horrorizada... ¿Qué demonios había estado haciendo?
Corrió su vista del muchacho y carraspeó, nerviosa.
—Si, bueno... —balbuceó— Muy... simpática la conversación, pero... pero... los dos sabemos que nada de eso pasará, así que... mejor ya no... —Sebastian sonrió de lado y se acercó hasta ella.
—¿Qué sucede, cariño? —le preguntó colocando sus manos en los hombros de Santana— ¿Tuviste un día duro en el trabajo?
Santana le quitó las manos de sus hombros y se corrió.
—Ya no es gracioso, Smythe... —dijo, pero Sebastian ya se había acercado otra vez, y tenía su cara a centímetros de la de la chica.
—Pobre Santana... —susurró— Debes estar con tantas presiones encima... Te diré qué... ¿Por qué no llevamos a Lucien y a Temis con el tío Puck para que entonces tu y yo podamos dedicarnos a terminar de romper nuestra cama? —Santana forzó una despectiva risa.
—¿Tú crees que yo voy a dejar que mis hijos pasen tiempo a solas con Puckerman? —preguntó incrédula, olvidándose que tenía los labios de Sebastian casi tocando los suyos— Si permito eso, la próxima vez que vea a mi Lucien se habrá convertido en un pervertido...
—Qué bien conoces a Puck... —dijo Sebastian riendo.
—... y mi preciosa Temis tendrá por idea de vestir bien el usar una falda de cuero apretada, una blusa transparente y botas hasta las rodillas... —Sebastian dilató los ojos.
—Maldito Puckerman... —murmuró— No dejaré que pervierta a mi niña... —parpadeó y volvió a fijarse en Santana. Sonrió de lado y se acercó a ella otra vez, sugerente— Bueno... —dijo— Ya que no podemos confiar en el tío Puck... —hizo una mueca de asco y fastidio— Podemos dejar a los niños con el tío Sam y la tia Rachel —utilizó un tono burlón—, para que tú y yo podamos pasar una noche salvaje... —Santana alzó una ceja.
—¿Aceptarías que Sam y Rachel cuidara a nuestros hijos? —preguntó asombrada. Sebastian se encogió de hombros y se acercó aun más a Santana.
—Mientras no les enseñen a firmar autógrafos... —Santana sonrió.
—Eso es muy maduro de tu parte... —dijo.
—Lo sé —coincidió Sebastian con falsa arrogancia—. En Suecia soy llamado Sebastian 'madurez' Smythe... Pero, yo no sé si Evans y Berry aceptará cuidar a nuestros hijos... —Santana frunció el ceño y se echó para atrás, poniendo sus labios a resguardo de los de Sebastian.
—Sam y Rachel harían eso encantados... —dijo.
—Lo sé, amor, estoy bromeando... —aseguró Sebastian inocente. Santana ahogó un grito.
—Bien, ya basta... —chilló— Esto fue demasiado lejos... No vuelvas a llamarme amor, y olvidaremos esta ridícula conversación... Tú y yo casados... ¡Absurdo!
—No lo es —contradijo él—. De hecho, es bastante lógico. Claro que al principio la prensa no parará de criticarnos, sobre todo porque decidimos huir para contraer matrimonio...
—No me digas... —dijo Santana sarcástica.
—Si, claro... Será un viaje largo... Mira, cuando nos graduemos de Loodgar (ambos con honores), nos escaparemos hasta un muelle y allí abordaremos un barco (lo haremos sin magia para que sea más romántico). Trataremos de llegar a... Holanda... o a Francia... Todo el mundo nos criticará y dirá que debemos regresar... ¿Les haremos caso? No lo creo...
—Mira, Smythe, es todo muy interesante, pero...
—En fin, llegaremos a Paris... ¿Te imaginas, la Luna de Miel junto al Sena? Oh, claro... pero primero iremos a algún lugar cerca de España... mh... En Gibraltar, eso es... nos casaremos en Gibraltar... Y luego iremos a Paris, de Luna de Miel junto al Sena...
—Tú y yo NO nos casare...
—Luego iremos a Amsterdam y nos hospedaremos en un lindo hotelito, donde pasaremos una semana sin salir de la cama, hablando y practicando para cuando vayamos a crear a Lucien...
—¿Podrías ser más gráfico? —preguntó Santana molesta.
—Después de eso, iremos hasta Viena. La prensa estará enloquecida... Es entendible, los recientemente graduados Premios Anuales de Loodgar, antiguos enemigos, fugándose para casarse... Es una noticia jugosa... Los reporteros nos perseguirán por toda Europa, si es necesario...
—¿Puedo dejar que me atrapen?
—Pero, lamentablemente, mi amor, llegará un momento en el que debamos volver a Estados Unidos. Aunque para ese momento, toda la comunidad nos habrá tomado tanto cariño (porque seremos la pareja del momento), que todos nos gritarán frases de bienvenida y apoyo. Y nosotros los saludaremos, y luego nos iremos a nuestra enorme casa con treinta hectáreas de jardines y veinte gatos a crear a nuestros quince hijos.
Sebastian concluyó, con tono terminante, y permaneció en silencio, satisfecho, con los brazos cruzados y la vista fija en la chimenea, sonriendo marcadamente. Santana parpadeó.
—Cuán... constructivo... —dijo. Sebastian la miró y sonrió aun más.
—Será una hazaña que se recordará por años... —afirmó— Se hablará de nuestra huída incluso hasta que mi preciosa Temis se case con un buen muchacho aprobado directamente por mi y por Lucien. Si... Nuestra escapada también será conocida como 'La balada de Sebastian y Santana'.
—Para que sea balada debe tener música... —apuntó Santana.
—Pues alguien hará una canción contando nuestras aventuras... Pueden poner la anécdota de cuando nos sorprendió un guía del Louvre haciendo cosas sucias tras un tapiz...
—Smyhe, eso nunca... ¡Argh! Olvídalo... —gruñó resignada— ¿Y por qué 'La balada de Sebastian y Santana', y no 'La balada de Santana y Sebastian'?
—Por que nuestra pareja se llamara Sebtana, como Brangelina, y primero va Seb, amor...
Santana rodó los ojos.
—Bueno, Sebastian... ya te divertiste suficiente. Ahora, vamos a tratar de borrar esta atroz conversación de nuestras mentes, y tú te irás a dormir, como habías dicho en un principio...
—Y tú vendrás a arroparme y te quedarás conmigo seleccionando lo que serviremos de comida en nuestra boda... ¿Sabes? No me decido si invitar a Puck y a Finn... Podrían arruinar la fiesta... son muy brutos, no sé si lo habrías notado...
—¡Ya basta! Smythe, creo que dejé que esto fuera muy lejos... Vete de una vez...
Sebastian abrió la boca y se llevó una mano al pecho, sorprendido y dolido.
—¿Así van a ser las cosas? —preguntó con voz fingidamente temblorosa— En realidad no me amas... Sólo me utilizas como juguete sexual ¿verdad? Sólo soy tu objeto de procreación...
—Smythe...
—Sólo quieres usarme...
—Mira, yo...
—¡Yo no soy un trozo de carne! —gritó dramático. Santana resopló.
—Ya sé que tú...
—Luego de esto, no sé si quiero casarme contigo. —sentenció cruzándose de brazos. Santana estaba apunto de replicar algo, pero de se quedó sin habla al oír aquello último.
—Bien...—balbuceó— Bien... yo... yo tampoco quiero casarme contigo... de todas formas... —Sebastian alzó la cabeza con dignidad, ofendido— Sabes qué, Smythe, eres una suricata idiota... ¿Tú no quieres casarte conmigo? Te estoy diciendo desde que comenzó esta absurda conversación que yo no quiero casarme contigo...
—Hablas desde el despecho —dijo Sebastian entornando los ojos.
—Si claro... di lo que quieras, pero jamás encontrarás una mejor pretendiente que yo... —dijo Santana, perdiendo la paciencia.
—Si, bueno... Y tú jamás encontrarás a alguien con el cabello tan hermoso y reluciente como el mío... —Santana sonrió mordaz.
—Prefiero toda la vida el cabello de Sam antes que el tuyo —afirmó maliciosa. Sebastian abrió su boca y sus ojos en desconcierto e indignación.
—¡Se acabó! —declaró— ¡Quiero el divorcio! —Santana parpadeó confundida.
—¡Pides el divorcio sólo por una estúpida pelea de cabellos?—preguntó furiosa— Pues ya veo cuánto te importa que nuestro matrimonio fun... —se paró en seco— Díos... ¿qué estoy diciendo? Smythe... ¡NO ESTAMOS CASADOS Y JAMÁS LO ESTAREMOS!
—No después de tu amoroso comentario —dijo Sebastian dolido. Santana se tapó la cara con las manos.
—Mira... No sé qué demonios te sucede hoy... pero creo que ya fue suficiente de...
—Entiendo lo que quieres decir... —interrumpió Sebastian sonriendo— Y por supuesto que te disculpo, amor... —Santana volvió a rodar los ojos.
—No te pedí disculpas —dijo exasperada.
—Porque eres muy orgullosa... pero sé que es lo que querías decir...
—No quería decir eso... —dijo Santana lastimeramente.
—Muy bien, amor... si te hace bien creer eso... —susurró Sebastian con dulzura. Santana volvió a ahogar un grito.
—Eres la única persona que logra agotarme sólo hablando—dijo.
—Si, lo sé... —acordó Sebastian petulante mientras se corría el pelo de la frente— soy asombroso...
—Eres tan insoportable... —dijo Santana cansinamente mientras se recostaba contra el respaldo del sillón. Sebastian soltó una risa y se acercó a ella.
—Pero me amas... ¿verdad, preciosa? —preguntó entornando los ojos y sonriéndole irresistiblemente. Santana, ya resignada, suspiró.
—Si, Sebastian... —le dijo en tono monótono— Te amo y vamos a casarnos y a tener quince hijos... —Sebastian alzó una ceja.
—No necesitas ser tan sarcástica... —dijo molesto. Santana resopló.
—¿Y qué quieres entonces? —preguntó harta. Sebastian sonrió.
—¿Esa pregunta significa que cumplirás todos mis deseos? Porque, a decir verdad, siempre he tenido esta fantasía en la que estamos en la biblioteca y tu estás desnuda, pero tienes un libro en las manos que te cubre los...
—¡Díos, Smythe! Es que... ¿es qué piensas seguir así toda la noche?
—O hasta que aceptes que tu y yo formamos la pareja perfecta, lo que pase primero —respondió Sebastian sonriendo. Santana frunció el entrecejo.
—Bien... Tú y yo... formamos la pareja perfecta —dijo a regañadientes. Sebastian asintió complacido.
—Excelente—dijo—. Excelente —luego miró su reloj—. Será mejor que me vaya a dormir, amor... Mañana tengo entrenamiento de canto... ¿Vendrás a alentarme, preciosa?
—Smythe... Dijiste que pararías... —se quejó Santana desesperada.
—Iba a hacerlo... —se excusó Sebastian encogiéndose de hombros— Pero entonces dijiste que tú y yo formamos la pareja perfecta... ¿Y quién soy yo para contradecir a Santana Lopez, la sexy cantante más inteligente de Loodgar?
—¡Pero lo dije para que te detuvieras!
—Ah... Lo irónico que es el destino... ¿verdad? —preguntó Sebastian con aire soñador.
—Mira, Smythe... He sido muy indulgente contigo todo este tiempo, pero creo que ya fue suficiente. Si no dejas de decir estupideces y de llamarme amor...
—¿Vas a invitar a tus amiguitos de Lime Heid Adjent a nuestra boda?
—Si. ¡NO! Smythe, no va a haber...
Santana debió interrumpirse de súbito cuando los labios de Sebastian aprisionaron los suyos. Se quedó absolutamente congelada, demasiado sorprendida como para actuar. Sebstian subió una mano y la posó con gentileza sobre una mejilla de la chica. Santana intentó separarse, pero notó que sus brazos no le respondían, y advirtió, con horror, que sus ojos se cerraban en respuesta al placer. Sebastian corrió su mano y la metió bajo el pelo de Santana, colocándola ahora en su nuca, atrayendo más su cabeza. Ella se dejó llevar, y accedió a las repentinas súplicas de la lengua del muchacho para que la dejara entrar a su boca. Entonces Sebastian gimió suavemente, y Santana se vio por completo perdida...
Sebastian se alejó y contempló el rostro de Santana, con los ojos aun cerrados, las mejillas sonrosadas, los labios húmedos, muriéndose por un poco más. Ella abrió suavemente los ojos y lo miró. Se sonrojó aun más y se limpió la saliva que había quedado en sus labios. Respirando con agitación, abrió la boca para tratar de decir algo, de gritarle, quizá... pero halló que no podía articular palabra. Sebsatian sonrió al verla en ese estado. Se acercó una vez más a su rostro, y depositó un dulce y tierno beso en la comisura de los labios de la chica. Santana sintió un escalofrío.
—Eso fue un adelanto de lo que te espera el resto de tu vida —dijo Sebastian sonriente mientras se levantaba del sillón—. Dulces sueños, amor —le deseó mientras subía la escalera hacia su dormitorio.
VicoMcPearce** - Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 22/04/2012
Edad : 24
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Creo que si son la pareja perfecta me encanto cuando Santana cayo en el juego de los esposos y no se dio cuenta hasta despues y luego el beso *-*, puedo decirte que escribes demasiado bien
IrisG-Snixx-* - Mensajes : 1530
Fecha de inscripción : 18/02/2012
Edad : 26
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
jaja... me encanto... si fue perfecto... esa pareja es épica (el deseo culpable )
*besos* me encanto
*besos* me encanto
CrazyJava-* - Mensajes : 1628
Fecha de inscripción : 20/02/2012
Edad : 26
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Wow!! gracias... me has hecho suspirar con esta pareja.. ohh team sebtana!! los améeee comedia de la más romántica. amé la historia de principio a fin. Que sean felices con su gran casa, sus gatos y sus hijoss.. y coman perdices.
todo el tiempo estuvo en mi mente la perfomance de Smooth Criminal!
Gracias y Saludos. Felicidades escribes super.
todo el tiempo estuvo en mi mente la perfomance de Smooth Criminal!
Gracias y Saludos. Felicidades escribes super.
azznniikka** - Mensajes : 79
Fecha de inscripción : 28/03/2012
Edad : 32
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Jajajajaa Vico me has echo reir mucho enserio todo fue tan asdasdasd jejeje y Santana cayendo en su juego de los esposos y delos hijos jajajja quiere 20 gatos y 15 hijos jajajaja mientras no les enseñen a dar autografos jajajaja estuvo muy bueno.
Escribes muy bien ¬¬ y espero que actualizes el otro o te golpeo e.E jajaja
Escribes muy bien ¬¬ y espero que actualizes el otro o te golpeo e.E jajaja
Nalle Rivera- Nayaholic Groff
- Mensajes : 1233
Fecha de inscripción : 24/12/2011
Edad : 25
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Jajaja sebastian es un mujeriegoo mtsch! escribes muy bien!! xD gatos.. 15 hijos OMG! Jajaja
Melanie Agron Monteith- - Mensajes : 1224
Fecha de inscripción : 05/03/2012
Edad : 26
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Increiblee OMG
fue bellisimo me llevaste desde la risa asta el romaticismoo me encanto
Que desesperante es Sebastian pero encantador me fasinoo
Lo ultimoo fue lo que mas me gusto lo del beso fue magicoo
Graxias por compartirlo escribes increiblee
Amo a Sebtana
★★★★★ ★★★★★ ★★★★★ ★★★★★
ÐM ★ Beяяy ★ __ ❤ Яose ❤-*- - Mensajes : 2263
Fecha de inscripción : 28/07/2011
Edad : 32
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
si definitivamente Sebastian y Santana harian una excelente pareja jejeje y si lo fueran creo que esa clase de discusiones chistosas son las que tendrian siempre, =)!!! me gusto saludos =)!!
DCazula-*- - Mensajes : 2619
Fecha de inscripción : 19/04/2012
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
wow!!! me gustoo me encantoo my bin one shoot !! Sebtana <3<3 forever
Slett**** - Mensajes : 170
Fecha de inscripción : 25/10/2011
Edad : 29
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Te juro que me mori de la risa de como hablaba sebastian, hay seria tan hermoso que esten juntos:( Me encanta como escribes:)
NatalyGleek-*- - Mensajes : 2362
Fecha de inscripción : 08/07/2012
Edad : 27
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
Hey me encanto mucho estubo divertido dios mio 15 hijos como son santana y sebastia
de lindos seguro los hijos va a ser hermosos jejejeje que lindo estubo me re gusto besos
de lindos seguro los hijos va a ser hermosos jejejeje que lindo estubo me re gusto besos
Invitado- Invitado
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
bien! yo recien descubro la existencia de este one shot y debo decirte que...ERES UNA MALDITA (con amor) GENIA!!! ame esta historia!! mori con las cosas q decia Seb!! realmente era desesperante! Se re parecia a mi mejor amigo! jajajaja los nombres mataron jaja! me diste una gran idea con lo de la biblioteca! DIOS QUE MAL ESTOY! jajaja sos una gran genia Vico! te re amo! jaja segui asi que tenes un buen talento para la escritura! sos re buena en eso! Me re alegraste el dia! no solo me encantaron las palabras! Quede: VIVA LA VIDA! con el beso! ame tu explicacion tan genial!
Besos
Maluu
Besos
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Maluukiita Love- - Mensajes : 1107
Fecha de inscripción : 24/11/2011
Edad : 29
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
adoro a Sebastian... me encanto, me encanto muy gracioso, sufri tal ataque de risa que me caí de mi silla y termine desparramada en el piso, muy bueno, hay lo ame.
By_Bren** - Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 20/06/2012
Edad : 28
Re: ONE-SHOOT: ''La pareja perfecta''
El beso fue mágico. Definitivamente harian la pareja perfecta. Lástima que RIB no lo reconoce D:
McGustin~Gustvera** - Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 29/11/2012
Edad : 30
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1