BRITTANA - "Mi Princesa"

Introducción

La mayoría de la gente, no cree en los grandes amores que duran toda la vida, solo piensan que es algo que se muestra en las películas o en alguna novela nacional mal guionada, lleno de dramas que durante un año o más intentan separar a los dos protagonistas, la heroína buena y desamparada, el chico o príncipe que todo lo puede; y además siempre están los malos, esos malos que solo son personas que están buscando alguien a quien amar y esperan ser correspondidos.
Todos fuimos en algún momento una mala o un malo, todos hicimos cosas alocadas en nombre del amor, y creo que el corazón en cosas del amor nunca se equivoca, puede que nos haga sufrir a veces, pero equivocarse jamás, ¿Cómo se equivocaría en algo en lo que nosotros no tenemos voluntad? Ese órgano situado en medio de la cavidad torácica es más fuerte que diez millones de cerebros juntos, y en su honor siempre usamos la típica frase “en la guerra y en el amor todo vale”.
Yo aprendí que esos grandes amores que duran toda la vida existen, pero no hay que pensarlos, sólo sentirlos, si el destino pone una mano y te une a una persona especial, vos en tu calidad de simple mortal no podes ir en contra de aquello que una fuerza mayor dispone; pero el problema se da cuando en tu historia no está un príncipe, sino que en su lugar se encuentra una princesa.

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Me pase 17 años intentando reprimir mis sentimientos, 17 años en los que tenia que elegir lo que mis padres elegían para mi, 17 años en los que me obligue a esconder todo lo que llevaba dentro. Parecerá poco en cuanto a expectativas de una vida, pero para alguien que no es quien de verdad es, un minuto dura 1 año.

Hoy a mis 50 años, todavía recuerdo la primera vez que me gusto una “niña”, tenia seis años y estaba en el colegio jugando cuando llego esa niña nueva, fue la primera vez que sentía a mi corazón latir fuerte, pero claro… como todo lo bueno a esa edad, ese amor duró lo que duraba ver un capitulo de un dibujo animado. Nunca dije nada acerca de eso que había sentido, intenté preguntárselo a mi mamá muchas veces, pero parecía más ocupada en sus asuntos del trabajo que en los intereses de su hija, no la culpo, ¿Quién en su sano juicio va a ponerse a debatir con su pequeña niña de 6 años acerca de los sentimientos lésbicos? A decir verdad ni siquiera yo lo haría.

La segunda vez que me gusto alguien fue a los 9 o 10 años, era terriblemente inquieta a esa edad, hacia travesuras y rompía cosas cada 10 minutos como mucho. Recuerdo que estábamos en la casa de uno de mis amiguitos que era mi vecino, eramos 5 diablillos: Puck, Sam, Mike, Quinn y yo.

Quinn, una niñita rubia de ojos verdes, contrarrestaba conmigo, yo era morenita, muy chiquitita, pero con una fuerza y valor mayor que cualquiera de los 3 amigos mios. Fue ella quien jugando al cuarto oscuro se acercó y me besó, con la excusa de que lo hacia para que deje de hablar que osino nos descubrirían. No se si fui su primer beso, eso nunca me lo dijo en los años que llevamos de amigas, pero es seguro que fue el primero mio.

Pase mucho tiempo con una especie de “atracción” por Quinn, pero como había hecho antes, simplemente lo encerré en el fondo de mi corazón y poco a poco esa atracción se convirtió en amor, pero un amor de hermanas, y eso es lo que Quinn Fabray es hoy para mi, mi hermana del alma.

Con el transcurrir del tiempo ese secreto acerca de mis sentimientos fue guardándose bajo 7 llaves, me autocontrolé y por un tiempo parecio dejar de existir. Me empezaron a atraer algunos niños, como fue con Puck.
Estábamos comenzando la preparatoria; Puck fue mi primer novio, pero era demasiado idiota como para durar mucho, y no llegamos a nada más que simples besos.

Una mañana mientras estábamos Puck, Quinn y yo hablando en los casilleros, entró por la puerta principal del McKinley una chica alta, de piel blanca, rubia, con un cuerpo bastante tonificado y unos ojos tan azules como el cielo, esa chica era irreal, nunca en mi vida había visto alguien tan sensual e inocente a la vez, tenia una remera con la imagen de un unicornio, un short que dejaba a la vista sus perfectas y largas piernas, zapatillas y su mochila con un llavero con forma de un gatito; por 5 minutos nuestras miradas se cruzaron, y volvió a parecer esa sensación de mi corazón latiendo a mil por hora, hasta que la vi perderse entre la gente alborotada por el primer día de clases. En esos 5 minutos supe que era ella la persona con la que quería pasar el resto de mis días, no me pregunten como, porque no lo sé, fue mirarla y decirme a mi misma que ese angelito que estaba viendo era mi persona especial, quería que desde ese momento fuera ella la princesa de mi cuento.

Pase el resto del día pensando en ella, no la volví a ver ese lunes, pero al día siguiente estaba en mi clase de español, pensando en porque tomaba esa clase si ese estúpido profesor apenas podía decir “HOLA COMO ESTAN” con fluidez, hasta que por la puerta se asomo ella y como el único banco vacío era al lado mio, nos sentamos juntas, por fin esa maldita clase había hecho algo bueno por mi. Tan pronto como tomo asiento se giro y me pregunto mi nombre, Santana Lopez dije y vi como se dibujo en su rostro una sonrisa, lo mismo hice yo, “Brittany Susan Pierce” me respondió, ese día yo no lo sabia, pero ese nombre iba a ser el que nunca podría olvidar.

Todo el tiempo que duro la clase me la pase hablando con ella, el profesor nos habrá regañado unas 6 veces, pero no me importaba, lo único que quería era escuchar su voz y ver su sonrisa. Así fuimos conociéndonos, ella me dio su numero y yo le di el mio, comenzamos avisándonos cosas del colegio, después fiestas, y después eran mensajes para salir las dos solas a recorrer o ver una película o simplemente hablar de tonterías toda la tarde.

Britt se convirtió en mi mejor amiga, obvio que Quinn seguía siéndolo también, Fabray entendía que había algo que me unía tanto a Britt, pero nunca lo había preguntado, solo aceptaba las veces que le decía que no podía ir a su casa porque tenia que estar con ella.

Poco tiempo después, Brittany y yo nos dimos nuestro primer beso, fue después de una fiesta, las dos íbamos un poco alegres, por así decirlo, fue ella quien dio el primer paso, recuerdo que estábamos por dormir pero antes de apagar la luz me dijo que cierre los ojos, así fue que sentí por primera vez sus labios sobre los míos, fue un beso tímido pero con mucho amor, cuando se separó me dijo “Buenas noches San” y apagó las luces.

Seguimos dándonos besos las veces que podíamos, las dos sabíamos lo que significaba querer estar siempre juntas, llamarnos todo el tiempo y extrañarnos aun así sean 15 minutos que no estuviéramos juntas, pero ninguna lo decía en voz alta.

Todo se complicó cuando yo comencé a salir con Sam para de una manera “tapar” quien era de verdad, él era genial, me cuidaba, estaba lindo, lo único malo era su enorme boca y que era un poco extraño en asuntos de comics o películas de la guerra de las galaxias; pero si algo no había pensado era que tenia que llegar con el a más de unos simples besos, primero eso no era un problema porque lo quería como nada más que un amigo y un simple juego, el problema se dio cuando comencé a quererlo más, pero mis dudas se fueron cuando me enteré de que Brittany había tenido su primera vez con Artie, un amigo de mi novio, la sensación de furia y tristeza me llevaron a hacerlo con Sam, no fue increíble por la simple razón de que lo hice por bronca, pero no fue pésimo tampoco, el boca trucha tenia lo suyo y de verdad me quería.

Britt y yo no nos hablamos por 3 días, era como saber que habíamos hecho algo mal y no querer explicarlo, yo no podía mirarla a la cara y decirle que me había acostado con Sam, pero tampoco podía preguntarle por lo que había pasado con Artie. Cada vez que besaba o estaba con Sam sentía que la estaba engañando a Britt, era raro, ella solo era mi mejor amiga.

Ese posterior fin de semana estuvimos juntas, ninguna pregunto nada acerca de los chicos, no era necesario, yo no quería saber lo de ella y Artie y ella notablemente tampoco quería saber lo mio con Sam, la tarde del sábado fue genial, paseamos un rato por el centro de la ciudad y al anochecer fuimos a mi casa, subimos a mi habitación y como si fuera algo de vida o muerte nos besamos sin control, nos necesitábamos, toda la tarde había pensado en besarla o agárrala de la mano y caminar pero no podía hacerlo con tanta gente viéndonos, poco a poco fuimos acostándonos en mi cama, tantos años han pasado y todavía no se como explicar el deseo que sentí cuando la vi sentada en mi cadera sonriéndome, la quería conmigo, quería hacerla mía sin importar que nos escuchen o que no sea muy romántico, no me importaba nada, necesitaba sentirla y poder demostrarle cuanto la quería. Lo que siguió fue amor en estado puro, nos demostramos cuanto nos queríamos con besos y caricias, seguidos de unos “te amo mi amor” ahogados entre tanto deseo guardado.

Al día siguiente me desperté entre sus brazos, nos vestimos y bajamos a desayunar, esa se convirtió en nuestra rutina durante más de un año, teníamos una relación secreta, no éramos novias oficialmente porque cada una seguía con sus relaciones, ella en serio quería a Artie y aunque yo quería mucho a Sam no lo dejaba por el solo hecho de no estar lista para admitir mi orientación sexual. No voy a negar que me enfermaba saber que Britt pasaba su tiempo algunas tardes con ese idiota de Artie pero todas las dudas que tenia se me iban cuando me llamaba para avisarme que se había ido y ya podía ir a verla o iba ella a mi casa.

Despues pase a ser la mala del cuento cuando termine con Sam, porque ya no aguantaba sus planteos de que pasara más tiempo con él y sus desmedidos celos por cualquiera que se me acercara, al no estar más con el boca trucha, mi atención se concentró en mi rubia y la relación con su novio cuatro ojos. Un día en un ataque de desesperación por no querer compartirla, le dije que la amaba, que era con ella con quien quería estar, pero me respondió que si no hubiese estado con el estaría conmigo, que LO QUERIA me dijo! en ese momento me enoje pero por el dolor, nunca me habían roto el corazón.

Evite hablarle por mas o menos unas 3 semanas, me aferré a Quinn otra vez y eso pareció enfurecer a mi rubia de ojos azules. Una tarde después del entrenamiento de las cheerios (si, era porrista) escuche como alguien cerraba la puerta con llave, y ahí estaba ella, con un gran gesto de bronca mezclado con celos. Me pregunto si tenia algo con Quinn, le respondí que eso no le importaba, no era su problema y se puso furiosa, me grito que no le haga eso, que no esté con nadie más… que no iba a soportarlo, esa fue la gota que derramo el vaso… ¿ella iba a decirme eso? ¿JUSTO ELLA que había evitado por todos los medios terminar con su novio medio hombre?, le dije en el mismo tono que uso ella que no tenia derecho a decirme nada, y en un abrir y cerrar de ojos estaba a un centímetro mio diciéndome que me amaba, que no podía seguir sin mi y que por favor la esperara, que iba a terminar con él y por fin íbamos a estar juntas, y yo caí… como una idiota la espere 1 año más.

¿Saben que pasó? Terminamos el colegio para empezar la universidad, y ella seguía con ese idiota hasta que una noche me harté, decidí terminar con todo definitivamente… o eso creía…, la llamé le dije que no me volviera a buscar, hice mis maletas y tomé un vuelo a New York, borré todas mis cuentas, cambie mi numero de móvil, me perdí de todo el mundo menos de Quinn, quería dejar mi pasado atrás, empezar de cero en una nueva ciudad.

Viví 5 años sin saber de ella, me recibí de abogada, tenia un trabajo que amaba, mi familia entera sabia mi condición sexual, algunos se habían alejado y otros me apoyaron, pero nunca pude enamorarme de vuelta, pero nunca estuve sola, siempre tenía amigas con derechos que me hacían compañía de noche, Quinn estuvo todo ese tiempo conmigo, era la única persona que me escuchaba en serio, que me conocía, que sabia lo mucho que extrañaba a mi rubia de ojos azules y los mares de lagrimas que noche a noche lloraba, nunca le dijo a nadie donde estaba, pero aun así… Dios, Alá o Buda quisieron seguir jugando conmigo.

Una mañana estaba en Starbucks desayunando antes de ir a mi estudio, cuando mi pasado me golpeó en la cara, entró ella, estaba igual que siempre, hermosa, con su sonrisa brillante y sus ojos tan profundos, ese maldito cosquilleo en el estomago y el palpitar de mi corazón fueron la señal de que no había olvidado a esa mujer, la seguía amando tanto como la primera vez. Nuestras miradas se conectaron y camino directo a mi mesa, se sentó, me pregunto como estaba y acto seguido dijo algo que jamás voy a olvidar: “llevo buscándote desde la ultima vez que me llamaste hace 5 años, unos días después termine con Artie y no he estado con nadie más desde entonces, no tenés idea de todos los teléfonos que llamé, de todas las direcciones que visité solo para encontrarte, Santana sé que soy una estúpida por dejarte ir, pero necesito que me digas que vos tampoco me olvidaste y si todavía queda aunque sea la octava parte de lo que sentías por mi, déjame tratar de recuperarte, te amé, te amo y te voy a amar siempre, por favor dame una ultima oportunidad”.

¿Había dicho que me estuvo buscando todo este tiempo? Quería lanzarme a ella, gritarle que claro que la amaba tanto o más que antes, que la había extrañado todos los días, y que estaba dispuesta a probar mil veces más en nombre de nuestro amor… pero no podía decirle eso, mi orgullo no me lo permitía, le dije que me hizo mucho daño y ahora tenia que pensar si quería darle una nueva oportunidad, Britt lo aceptó y le costó 1 año “reconquistarme” aunque la verdad era que me moría de amor con todos sus detalles de cada día.

Haberle dado esa ultima oportunidad fue lo mejor que me paso en la vida, sufrí mucho antes pero todo se olvidaba cuando la veía, cuando la sentía, cuando la besaba… ningún dolor del pasado podía ser más fuerte que el amor, ningún recuerdo podía compararse a la realidad.

Hoy hace 27 años que volvió a encontrarme y 26 de que estamos juntas como pareja, tenemos una vida armada acá en New York con nuestra hija Sugar fruto de nuestro amor, y Britt sigue tan perfecta como cuando teníamos esos 17 años, ella fue mi elegida, mi amor, mi vida… siempre fue TODO y siempre va a ser todo, nuestros errores del pasado son anécdotas, el presente son nuestras decisiones juntas y nuestro futuro son sueños en común. No me equivoque al quedarme con ella y hasta el fin de los tiempos va a ser la princesa de mi cuento.