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Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
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FF Brittana: Eres Tú -Capitulo 1: un encuentro inesperado
Hola esta es mi nueva fic espero les guste no es muy largo y tratare de actualizar seguido
cualquier duda o sugerencia comentenla
Capitulo 1: un encuentro inesperado
Era una linda mañana en la ciudad de nueva york la detective Brittany Pierce se encontraba en uno de los tantos parques que hay en la ciudad, cuando se topo con una pequeña niña que lloraba desconsolada.
Hola cariño…. ¿Porqué lloras? –Brittany trata de ser lo mas dulce con la niña que acaba de encontrar llorando.
La pequeña la miró con algo de recelo mientras secaba sus lágrimas. Brittany se sentó a su dado en el banco del pequeño parque donde la había visto. Su experiencia como detective de homicidios la hizo reconocer desde lejos, que la niña estaba en problemas.
–Esta bien cariño, yo puedo ayudarte –Brittany, dice con la mas dulce voz– ¿ves esto? –Le mostró su placa de detective– soy policía.
La niña la miró, esta vez sintiéndose algo, aliviada. Había estado perdida desde hace unos diez minutos y se encontraba aterrada. Por lo general era una niña muy inteligente y cuidadosa, pero el estar en otra ciudad hizo que entrara en pánico al verse pérdida.
–Mi mamá es policía –murmuró la pequeña.
– ¿Y donde esta ella?
–No lo sé. Se pondrá furiosa conmigo, –ella sollozó–. Siempre me dice que no me aleje.
–Tranquila cariño, yo te voy ayudar a encontrar a tu papi y mami, ¿esta bien?
–Mi mami esta en el cielo.
Brittany se sintió un poco cohibida al escucharla. Los ojos de la pequeña estaban llenos de lágrimas y temor.
–Bien, entonces con quien has venido.
-con mi otra mami
– ¿Como te llamas? ¿Y como se llama ella?
–Elizabeth… y mi mamá Santana López También es policía.
Brittany trató de hacer memoria para saber si lo conocía pero no le resultó familiar.
–Bien Elizabeth, ¿sabes algún número donde podemos localizarla?
–Me sé su número.
–Muy bien –Brittany sacó su celular mientras le sonreía–. Vamos a marcarle y vamos a decirle que estas bien y que venga por ti.
–Ella debe estar asustada buscándome, se va a enojar mucho conmigo porque la desobedecí.
–Ciertamente debe estar muy preocupada, pero tranquila ¿si? Ahora dime el número para hablarle.
Una vez que Elizabeth le dijo el número de Santana, Brittany marcó de inmediato, siendo contestado en el segundo repique por una voz algo temblorosa y asustada. La mujer había dicho su apellido y ella no supo porque se le creó un nudo en la garganta y no dijo palabras sola hasta que volvió a repetir su apellido pero esta vez con más firmeza.
–Detective López, le habla la detective Pierce para informarle que tengo a su hija Elizabeth… no, no, tranquila, no le sucedió nada. La encontré perdida en el parque y… si, ese parque. Aquí la esperamos.
Brittany guarda su celular y dirige la mirada hacia la pequeña niña, quien la miraba expectante.
–Ya viene.
– ¿Estaba muy enojada?
–No, solo asustada de no encontrar a su pequeña –Brittany le sonrió para hacerla saber que todo estaría bien–. Elizabeth, ¿tu mamá es violenta contigo?
–No. –La niña hizo mucho hincapié– nunca me ha gritado si quiera, pero me ha dicho muchas veces que no me alejé y yo desobedecí.
–Bueno entonces tranquila que todo estará…
– ¿Elizabeth? –Santana gritó a medida que corría hacia ella.
La niña corrió hacia su mamá y se unieron en un reconfortante y aliviado abrazo, que tampoco dejó de ser conmovedor. Brittany las veía con una pequeña sonrisa.
– ¿Bebé, como me haces esto? –Santana apenas susurraba recobrando el aliento. Esa niña lo era todo para ella y una vez que había regresado del baño del cafetín donde habían estado comiendo helado, y no la encontró fue como caer en un infierno–. Fueron solo dos minutos Elizabeth, ¿porque te saliste?
–Lo siento –la niña lloraba–. Yo solo quería ver la muñeca.
Santana se apartó y la miró. Brittany quedó aun más conmovida al verlo con los ojos llenos de lágrimas.
–Pudo haberte ocurrido algo terrible –esta vez ella hablaba con dureza, pero solo era por el temor que aun corría por sus venas– te he dicho mil veces que hay muchas personas malas en la calle, si no hubiese sido por…
En ese momento recordó a la detective que la había llamado para literalmente regresarle su vida. Porque su hija era su vida.
Santana se levantó y miró a Brittany. Dios, esa mujer había salvado a su pequeña, esa mujer había hecho que volviera a respirar. No había nada en este mundo con lo que él pudiera recompensarla por lo que había hecho.
–Mucho…
Brittany quedó casi en estado de shock cuando Santana la estrechó en sus brazos sin dirigir palabras. Ella simplemente la abrazó y ella a pesar de la sorpresa le correspondió el abrazo, sabia que era una que mujer estaba conmocionada y ella en cierto punto también lo estaba.
–Gracias, –susurró apenas audible– mi hija lo es todo para mi.
Brittany llevó su mano a su espalda y la frotó. Calmándola. Le pareció tan tierna y conmovedora la escena. Se veía que ella estaba verdaderamente preocupado por su pequeña, no muy a menudo se topaba con padres que amaban a sus hijos de la manera en que ella vio que amaba a su hija.
Santana seguía abrazándola. De pronto Brittany se había convertido en un soporte. Ella había salvado a su pequeño tesoro. La vida entera no le bastaría para pagarle por lo que había hecho.
–Solo la dejé unos minutos mientras fui al baño.
–Ella está bien.
A Brittany le pareció escuchar un sollozo, ella seguía frotando su espalda para así aliviar su preocupación.
–No fue tu culpa, mami –la pequeña Elizabeth dijo llorando.
En ese entonces Santana se apartó de Brittany. Que pena, ella debería estar pensando que se volvió loca por la manera en que la había abrazado.
–Yo… lo siento. Que pena.
Santana agarra la mano de Elizabeth y la mira una vez mas, cerciorándose de que esta bien.
–No, está bien. –ella una vez mas era cordial–. Bueno lo importante que la niña está bien.
–Gracias a Dios y a ti. Jamás tendré como pagarte lo que has hecho.
–No hago esto por la recompensa de las persona, detective.
Santana observó que Brittany cambió de postura al pronunciar las palabras.
–Oh, no me mal interprete… yo solo quería hacerle saber lo que hizo por mi.
La expresión de la cara de Brittany se suavizó y ella se sintió tan relajada entonces. Lo menos que quería era ofenderla. Jamás ofendería a una mujer con tan bellos ojos y de rostro dulce.
–Comprendo.
–Soy la detective López –le tiendo la mano y sonríe.
Brittany siguió su ejemplo, extendiendo su mano y mostrándole por primera vez la sonrisa más hermosa que jamás había visto. No sabia cuanto tiempo las dos estaban tomadas de la mano, mirándose mientras sonreían. Parecían un par de adolescentes que creen haber encontrado su primer amor.
– ¿mamá? –Elizabeth comenzó a jalar el vestido de su madre, trayéndola de nuevo a la realidad.
–Yo… la detective Pierce –ella dijo, apresurada y luego retiró su mano.
– ¿Si, cariño? –desvió la atención a su hija.
–Es que…
La pequeña miró hacia Brittany. Su mamá parecía bobita por ella, pero algo había en aquella mujer que le agradaba, no solo por el hecho de haberla ayudado, sino que era tan dulce y encantadora que quizás, solo quizás, era la indicada para su madre… pero eso aun tenía que decidirlo con otra persona.
– ¿Lizzie? –Santana preguntó, confundida.
–No, nada.
Santana sonrió y volvió la mirada hacia Brittany.
– ¿De que departamento eres?
–Manhattan, Homicidios
– ¡Oh eso es bueno! Yo soy del mismo departamento en Queens.
– ¿Enserio? Jamás había escuchado de ti.
Ella se encogió de hombros.
– ¿Te gustaría un… café? –Le preguntó tímidamente– ¿que dices tu cariño? Te gustaría que Brittany nos acompañara a tomar algo –pidió el apoyo de su hija. Aunque quizás no sea tan buena idea. Su hija solía ser tan celosa con cualquier mujer u hombre que se le acercara.
La pequeña miro a Brittany algo molesta, pero sin dudad sabia la respuesta.
cualquier duda o sugerencia comentenla
Capitulo 1: un encuentro inesperado
Era una linda mañana en la ciudad de nueva york la detective Brittany Pierce se encontraba en uno de los tantos parques que hay en la ciudad, cuando se topo con una pequeña niña que lloraba desconsolada.
Hola cariño…. ¿Porqué lloras? –Brittany trata de ser lo mas dulce con la niña que acaba de encontrar llorando.
La pequeña la miró con algo de recelo mientras secaba sus lágrimas. Brittany se sentó a su dado en el banco del pequeño parque donde la había visto. Su experiencia como detective de homicidios la hizo reconocer desde lejos, que la niña estaba en problemas.
–Esta bien cariño, yo puedo ayudarte –Brittany, dice con la mas dulce voz– ¿ves esto? –Le mostró su placa de detective– soy policía.
La niña la miró, esta vez sintiéndose algo, aliviada. Había estado perdida desde hace unos diez minutos y se encontraba aterrada. Por lo general era una niña muy inteligente y cuidadosa, pero el estar en otra ciudad hizo que entrara en pánico al verse pérdida.
–Mi mamá es policía –murmuró la pequeña.
– ¿Y donde esta ella?
–No lo sé. Se pondrá furiosa conmigo, –ella sollozó–. Siempre me dice que no me aleje.
–Tranquila cariño, yo te voy ayudar a encontrar a tu papi y mami, ¿esta bien?
–Mi mami esta en el cielo.
Brittany se sintió un poco cohibida al escucharla. Los ojos de la pequeña estaban llenos de lágrimas y temor.
–Bien, entonces con quien has venido.
-con mi otra mami
– ¿Como te llamas? ¿Y como se llama ella?
–Elizabeth… y mi mamá Santana López También es policía.
Brittany trató de hacer memoria para saber si lo conocía pero no le resultó familiar.
–Bien Elizabeth, ¿sabes algún número donde podemos localizarla?
–Me sé su número.
–Muy bien –Brittany sacó su celular mientras le sonreía–. Vamos a marcarle y vamos a decirle que estas bien y que venga por ti.
–Ella debe estar asustada buscándome, se va a enojar mucho conmigo porque la desobedecí.
–Ciertamente debe estar muy preocupada, pero tranquila ¿si? Ahora dime el número para hablarle.
Una vez que Elizabeth le dijo el número de Santana, Brittany marcó de inmediato, siendo contestado en el segundo repique por una voz algo temblorosa y asustada. La mujer había dicho su apellido y ella no supo porque se le creó un nudo en la garganta y no dijo palabras sola hasta que volvió a repetir su apellido pero esta vez con más firmeza.
–Detective López, le habla la detective Pierce para informarle que tengo a su hija Elizabeth… no, no, tranquila, no le sucedió nada. La encontré perdida en el parque y… si, ese parque. Aquí la esperamos.
Brittany guarda su celular y dirige la mirada hacia la pequeña niña, quien la miraba expectante.
–Ya viene.
– ¿Estaba muy enojada?
–No, solo asustada de no encontrar a su pequeña –Brittany le sonrió para hacerla saber que todo estaría bien–. Elizabeth, ¿tu mamá es violenta contigo?
–No. –La niña hizo mucho hincapié– nunca me ha gritado si quiera, pero me ha dicho muchas veces que no me alejé y yo desobedecí.
–Bueno entonces tranquila que todo estará…
– ¿Elizabeth? –Santana gritó a medida que corría hacia ella.
La niña corrió hacia su mamá y se unieron en un reconfortante y aliviado abrazo, que tampoco dejó de ser conmovedor. Brittany las veía con una pequeña sonrisa.
– ¿Bebé, como me haces esto? –Santana apenas susurraba recobrando el aliento. Esa niña lo era todo para ella y una vez que había regresado del baño del cafetín donde habían estado comiendo helado, y no la encontró fue como caer en un infierno–. Fueron solo dos minutos Elizabeth, ¿porque te saliste?
–Lo siento –la niña lloraba–. Yo solo quería ver la muñeca.
Santana se apartó y la miró. Brittany quedó aun más conmovida al verlo con los ojos llenos de lágrimas.
–Pudo haberte ocurrido algo terrible –esta vez ella hablaba con dureza, pero solo era por el temor que aun corría por sus venas– te he dicho mil veces que hay muchas personas malas en la calle, si no hubiese sido por…
En ese momento recordó a la detective que la había llamado para literalmente regresarle su vida. Porque su hija era su vida.
Santana se levantó y miró a Brittany. Dios, esa mujer había salvado a su pequeña, esa mujer había hecho que volviera a respirar. No había nada en este mundo con lo que él pudiera recompensarla por lo que había hecho.
–Mucho…
Brittany quedó casi en estado de shock cuando Santana la estrechó en sus brazos sin dirigir palabras. Ella simplemente la abrazó y ella a pesar de la sorpresa le correspondió el abrazo, sabia que era una que mujer estaba conmocionada y ella en cierto punto también lo estaba.
–Gracias, –susurró apenas audible– mi hija lo es todo para mi.
Brittany llevó su mano a su espalda y la frotó. Calmándola. Le pareció tan tierna y conmovedora la escena. Se veía que ella estaba verdaderamente preocupado por su pequeña, no muy a menudo se topaba con padres que amaban a sus hijos de la manera en que ella vio que amaba a su hija.
Santana seguía abrazándola. De pronto Brittany se había convertido en un soporte. Ella había salvado a su pequeño tesoro. La vida entera no le bastaría para pagarle por lo que había hecho.
–Solo la dejé unos minutos mientras fui al baño.
–Ella está bien.
A Brittany le pareció escuchar un sollozo, ella seguía frotando su espalda para así aliviar su preocupación.
–No fue tu culpa, mami –la pequeña Elizabeth dijo llorando.
En ese entonces Santana se apartó de Brittany. Que pena, ella debería estar pensando que se volvió loca por la manera en que la había abrazado.
–Yo… lo siento. Que pena.
Santana agarra la mano de Elizabeth y la mira una vez mas, cerciorándose de que esta bien.
–No, está bien. –ella una vez mas era cordial–. Bueno lo importante que la niña está bien.
–Gracias a Dios y a ti. Jamás tendré como pagarte lo que has hecho.
–No hago esto por la recompensa de las persona, detective.
Santana observó que Brittany cambió de postura al pronunciar las palabras.
–Oh, no me mal interprete… yo solo quería hacerle saber lo que hizo por mi.
La expresión de la cara de Brittany se suavizó y ella se sintió tan relajada entonces. Lo menos que quería era ofenderla. Jamás ofendería a una mujer con tan bellos ojos y de rostro dulce.
–Comprendo.
–Soy la detective López –le tiendo la mano y sonríe.
Brittany siguió su ejemplo, extendiendo su mano y mostrándole por primera vez la sonrisa más hermosa que jamás había visto. No sabia cuanto tiempo las dos estaban tomadas de la mano, mirándose mientras sonreían. Parecían un par de adolescentes que creen haber encontrado su primer amor.
– ¿mamá? –Elizabeth comenzó a jalar el vestido de su madre, trayéndola de nuevo a la realidad.
–Yo… la detective Pierce –ella dijo, apresurada y luego retiró su mano.
– ¿Si, cariño? –desvió la atención a su hija.
–Es que…
La pequeña miró hacia Brittany. Su mamá parecía bobita por ella, pero algo había en aquella mujer que le agradaba, no solo por el hecho de haberla ayudado, sino que era tan dulce y encantadora que quizás, solo quizás, era la indicada para su madre… pero eso aun tenía que decidirlo con otra persona.
– ¿Lizzie? –Santana preguntó, confundida.
–No, nada.
Santana sonrió y volvió la mirada hacia Brittany.
– ¿De que departamento eres?
–Manhattan, Homicidios
– ¡Oh eso es bueno! Yo soy del mismo departamento en Queens.
– ¿Enserio? Jamás había escuchado de ti.
Ella se encogió de hombros.
– ¿Te gustaría un… café? –Le preguntó tímidamente– ¿que dices tu cariño? Te gustaría que Brittany nos acompañara a tomar algo –pidió el apoyo de su hija. Aunque quizás no sea tan buena idea. Su hija solía ser tan celosa con cualquier mujer u hombre que se le acercara.
La pequeña miro a Brittany algo molesta, pero sin dudad sabia la respuesta.
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Oww linda historia, se ve bien... Con quien tuvo San a Elizabeth? O.o'
Danicampos1694** - Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 02/10/2012
Edad : 30
Capitulo 2:conociéndonos
Este es el segundo cap espero les guste
Capitulo 2:conociéndonos
– ¿Te gustaría un… café? –Le preguntó, tímidamente– ¿que dices tu cariño? Te gustaría que Santana nos acompañara a tomar algo –pidió el apoyo de su hija. Aunque quizás no sea tan buena idea. Su hija solía ser tan celosa con cualquier mujer u hombre que se le acercara.
–Eso seria fantástico –la carita de Elizabeth se iluminó y antes de que Brittany pudiera dar una respuesta, ella la había tomado de la mano para dirigirla a algún establecimiento.
Los ojos de Brittany se abrieron ampliamente por el gesto de la pequeña. A penas tenia unos cinco o seis años calculaba, y actuaba de manera sorprendente. Santana le dirigió una mirada apenada a Brittany y ella le sonrió para hacerle saber que estaba bien.
Una vez que llegaron a una fuente de soda. Santana ordenó una par de cafés y un jugo de naranja que Elizabeth había pedido. Ella miró a su hija una vez más, quien estaba sentada a su lado, mientras que Brittany estaba al frente de ellas, sintiéndose algo cohibida. Jamás había hecho algo así.
–Lizzie solo eran un par de minutos. Te pedí que no te moviera
Santana habla y su tono es calmado, pero a la vez decidido. Su hija tenia que saber que había hecho muy mal. Ella podía haber perdido la cuenta de cuantas veces le ha explicado a su pequeña sobre los peligros de la calle.
–Es que yo quería ver la muñeca. –ella bajó la mirada.
Ambas habían ido a Manhattan a hacer unas compras. Santana tenia que regresar lo mas pronto posible a su trabajo, así que solo se limitarían a comprar he irse. Elizabeth había pedido helado y después de hacerle esa carita tierna que a su madre le era imposible resistirse, fueron por ellos. Al llegar a la cafetería, Elizabeth notó que había una juguetería cerca y sus ojos se dirigieron justamente a la muñeca que le había pedido hace un par de días, pero Santana estaba tan apresurada que le había dicho que no había tiempo de entrar y que luego le compraría la muñeca. Elizabeth aprovechó el momento que su madre había ido al baño para salir un momento a ver. Pero un juguete tras otro le llamó la atención. Y una vez que salió tomó el camino equivocado. Pronto entro en pánico y caminó una cuadra. Su mente se bloqueó y no supo como regresar. Era una niña pequeña y asustada.
–Te he dicho miles de veces que hay muchas personas peligrosas en la calle. Si no hubiese sido porque Brittany –la miro un momento y regresó la mirada a su hija– te encontró… apenas tienes cinco años bebé. No quiero imaginar...
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Elizabeth y Brittany tomó la mano de Santana para indicarle que debía parar. La pequeña de por si se sentía culpable y aunque entendía las razones por la cual ella tenia que reprenderla, debía entender también que hasta los niños cometen errores.
–No lo volveré hacer. Lo prometo.
–Está bien cariño. –Santana tomó su pequeño rostro entre las manos y limpió sus lágrimas– ¿me lo prometes, me lo prometes?
–Te lo prometo, te lo prometo.
–Bien… ahora una sonrisa para mamá.
La pequeña niña sonrió iluminando como siempre la vista de su madre y Brittany no hacia más que sonreír al mirar aquella escena tan enternecedora.
–Bueno… tomemos nuestro café, que se enfría.
– ¿mamá puedo comer otro helado?
–No Lizzie.
– ¿Estoy castigada?
Santana lo pensó por un momento pero luego negó.
–No estas castigada, pero te recuerdo que ya comiste uno… y no me hagas caritas porque esta vez no voy a caer –le advirtió cariñosamente.
Elizabeth, resignada siguió tomando su jugo.
–Y bien… ah –Santana no sabia si tutearla llamándola Brittany o Pierce debido a que eran colegas– Pierce –al final se decidió, no quería correr riesgos al tutearla.
–Brittany, por favor.
–Bien, Brittany. ¿Tienes mucho tiempo en Homicidios?
–Cinco años –ella bebió de su taza– ¿y tú, en Queens?
–Cuatro, pero ya tenia tres años en Soho. Me mudé a Queens cuando mi ex esposa Summer murió.
Brittany asintió y luego miró a Elizabeth quien tomaba su jugo y no parecía conmocionarle lo que su madre estaba diciendo, quizás era porque a juzgar por los años, la niña apenas tenía un año de nacida.
– ¿Tienes hijos Brittany? –Elizabeth preguntó.
–Ah, no cariño.
– ¿Y te gustaría tenerlos?
–Si, mucho.
–Eres muy bonita, ¿verdad mami?
A Santana se le hizo un nudo en la garganta. No por el hecho de que no apoyara a su hija sino que era un poco a penante decirle eso a una mujer que acababa de conocer y que no sabia si estaba comprometida, aunque a juzgar por la falta de argolla en su mano…
–Si hija… –miró a Brittany con intensidad– muy bonita.
Brittany podía jurar que todos los colores se le habían subido a las mejillas, y rogaba por que no se le notara.
– ¿Brittany, tienes algún diminutivo? Mi mamá y todos mis amigos me dicen Lizzie.
–Mis amigos del trabajo me dicen Britt.
–Me gusta –espeta Elizabeth con entusiasmo– ¿y tu familia? ¿Tu mamá?
–Ah…
– ¡Dios! Yo debo irme. –Santana volvió a la realidad.
–Nooo –se quejó su hija–un rato más.
–Hija tengo que volver al trabajo. Le prometí al capitán que estaría para el turno de la tarde.
–No me gusta el capitán Donovan
–Oh si, pero cuando te lleva regalos…
Elizabeth sonrió al tiempo que se encogía de hombros.
–El deber llama –Santana mira a Brittany, lamentando la idea de irse– ya sabes como es esto.
–Si. Yo ha, tendré que darles muchas explicaciones a mi capitán, McCarthy.
–He iodo hablar de él. Y si mal no recuerdo, una vez lo vi en Queens, pero yo iba de salida así que no pude conocerle.
–Es un buen capitán.
Brittany se coloca de pie y Santana hace lo propio.
–Ha sido un verdadero placer Brittany, y una bendición.
Sus miradas volvieron a encontrarse, esa conexión azul y marón que electrizaba el ambiente. Sus manos se unieron una vez más y sus corazones les latieron fuertes.
–Lizzie despídete de Brittany
Santana toma las bolsas, mientras que Elizabeth corre al lado de Brittany y la abraza.
–Gracias.
–Oh no cariño. No tienes nada de que agradecer. Eres una princesa encantadora, cuídate mucho ¿si?
Se separan del abrazo y la pequeña asiente.
– ¿Me lo prometes, me lo prometes? –Brittany parafraseó a Santana, y sonrió con algo de timidez, ya que no sabía si a Elizabeth le gustaría que ella utilizara algo que es muy de ella y su mamá.
Pero la respuesta llegó muy pronto cuando la niña soltó una carcajada.
–Te lo prometo, te lo prometo. ¿Vez mamá? Britt aprende rápido.
Santana le sonríe a las dos. Fue tan encantador escucharla jugar con su niña de esa manera. Aquella mujer no dejaba de sorprenderla. En el poco tiempo que compartieron se dio cuenta de lo maravillosa que era. Una vez a las afuera del restauran, se despiden por ultima vez.
– ¿mamá no se te olvida algo?
Santana se revisa las manos dándose cuenta que lleva las bolsas, y luego mira a todos lados.
–No cariño, ¿que?
–Pedirle el número de teléfono a Britt.
Ella lo había dicho tan natural mientras que Santana no sabía ni que decir. Su hija sabía perfectamente como ponerla en apuros.
–Yo…
Al ver que su mamá no reaccionaba, Elizabeth decidió actuar.
– ¿Britt puedes darnos tu numero de teléfono para platicar?
–Seguro, princesa, –Brittany le da apenas un toquecito en la nariz con su dedo, como un gesto de cariño.
La niña abre su pequeña mochila y saca su cuaderno de dibujos y un crayón y se los da para que anote. Una vez que el número está anotado, ayuda a Elizabeth a guardar sus cosas.
–Bueno… supongo que ahora cada quien toma su camino –Brittany mete las manos en los bolsillos de su chaqueta y después de dar una ultima sonrisa, se retira.
Elizabeth queda viendo a su madre con los ojos entrecerrados.
– ¿Que?
–mami… eres lenta.
Santan se sorprende ante las palabras y aptitud de su hija. ¿En que momento ha crecido tanto? Siempre ha sido una niña inteligente pero cada día no deja de sorprenderla
Capitulo 2:conociéndonos
– ¿Te gustaría un… café? –Le preguntó, tímidamente– ¿que dices tu cariño? Te gustaría que Santana nos acompañara a tomar algo –pidió el apoyo de su hija. Aunque quizás no sea tan buena idea. Su hija solía ser tan celosa con cualquier mujer u hombre que se le acercara.
–Eso seria fantástico –la carita de Elizabeth se iluminó y antes de que Brittany pudiera dar una respuesta, ella la había tomado de la mano para dirigirla a algún establecimiento.
Los ojos de Brittany se abrieron ampliamente por el gesto de la pequeña. A penas tenia unos cinco o seis años calculaba, y actuaba de manera sorprendente. Santana le dirigió una mirada apenada a Brittany y ella le sonrió para hacerle saber que estaba bien.
Una vez que llegaron a una fuente de soda. Santana ordenó una par de cafés y un jugo de naranja que Elizabeth había pedido. Ella miró a su hija una vez más, quien estaba sentada a su lado, mientras que Brittany estaba al frente de ellas, sintiéndose algo cohibida. Jamás había hecho algo así.
–Lizzie solo eran un par de minutos. Te pedí que no te moviera
Santana habla y su tono es calmado, pero a la vez decidido. Su hija tenia que saber que había hecho muy mal. Ella podía haber perdido la cuenta de cuantas veces le ha explicado a su pequeña sobre los peligros de la calle.
–Es que yo quería ver la muñeca. –ella bajó la mirada.
Ambas habían ido a Manhattan a hacer unas compras. Santana tenia que regresar lo mas pronto posible a su trabajo, así que solo se limitarían a comprar he irse. Elizabeth había pedido helado y después de hacerle esa carita tierna que a su madre le era imposible resistirse, fueron por ellos. Al llegar a la cafetería, Elizabeth notó que había una juguetería cerca y sus ojos se dirigieron justamente a la muñeca que le había pedido hace un par de días, pero Santana estaba tan apresurada que le había dicho que no había tiempo de entrar y que luego le compraría la muñeca. Elizabeth aprovechó el momento que su madre había ido al baño para salir un momento a ver. Pero un juguete tras otro le llamó la atención. Y una vez que salió tomó el camino equivocado. Pronto entro en pánico y caminó una cuadra. Su mente se bloqueó y no supo como regresar. Era una niña pequeña y asustada.
–Te he dicho miles de veces que hay muchas personas peligrosas en la calle. Si no hubiese sido porque Brittany –la miro un momento y regresó la mirada a su hija– te encontró… apenas tienes cinco años bebé. No quiero imaginar...
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Elizabeth y Brittany tomó la mano de Santana para indicarle que debía parar. La pequeña de por si se sentía culpable y aunque entendía las razones por la cual ella tenia que reprenderla, debía entender también que hasta los niños cometen errores.
–No lo volveré hacer. Lo prometo.
–Está bien cariño. –Santana tomó su pequeño rostro entre las manos y limpió sus lágrimas– ¿me lo prometes, me lo prometes?
–Te lo prometo, te lo prometo.
–Bien… ahora una sonrisa para mamá.
La pequeña niña sonrió iluminando como siempre la vista de su madre y Brittany no hacia más que sonreír al mirar aquella escena tan enternecedora.
–Bueno… tomemos nuestro café, que se enfría.
– ¿mamá puedo comer otro helado?
–No Lizzie.
– ¿Estoy castigada?
Santana lo pensó por un momento pero luego negó.
–No estas castigada, pero te recuerdo que ya comiste uno… y no me hagas caritas porque esta vez no voy a caer –le advirtió cariñosamente.
Elizabeth, resignada siguió tomando su jugo.
–Y bien… ah –Santana no sabia si tutearla llamándola Brittany o Pierce debido a que eran colegas– Pierce –al final se decidió, no quería correr riesgos al tutearla.
–Brittany, por favor.
–Bien, Brittany. ¿Tienes mucho tiempo en Homicidios?
–Cinco años –ella bebió de su taza– ¿y tú, en Queens?
–Cuatro, pero ya tenia tres años en Soho. Me mudé a Queens cuando mi ex esposa Summer murió.
Brittany asintió y luego miró a Elizabeth quien tomaba su jugo y no parecía conmocionarle lo que su madre estaba diciendo, quizás era porque a juzgar por los años, la niña apenas tenía un año de nacida.
– ¿Tienes hijos Brittany? –Elizabeth preguntó.
–Ah, no cariño.
– ¿Y te gustaría tenerlos?
–Si, mucho.
–Eres muy bonita, ¿verdad mami?
A Santana se le hizo un nudo en la garganta. No por el hecho de que no apoyara a su hija sino que era un poco a penante decirle eso a una mujer que acababa de conocer y que no sabia si estaba comprometida, aunque a juzgar por la falta de argolla en su mano…
–Si hija… –miró a Brittany con intensidad– muy bonita.
Brittany podía jurar que todos los colores se le habían subido a las mejillas, y rogaba por que no se le notara.
– ¿Brittany, tienes algún diminutivo? Mi mamá y todos mis amigos me dicen Lizzie.
–Mis amigos del trabajo me dicen Britt.
–Me gusta –espeta Elizabeth con entusiasmo– ¿y tu familia? ¿Tu mamá?
–Ah…
– ¡Dios! Yo debo irme. –Santana volvió a la realidad.
–Nooo –se quejó su hija–un rato más.
–Hija tengo que volver al trabajo. Le prometí al capitán que estaría para el turno de la tarde.
–No me gusta el capitán Donovan
–Oh si, pero cuando te lleva regalos…
Elizabeth sonrió al tiempo que se encogía de hombros.
–El deber llama –Santana mira a Brittany, lamentando la idea de irse– ya sabes como es esto.
–Si. Yo ha, tendré que darles muchas explicaciones a mi capitán, McCarthy.
–He iodo hablar de él. Y si mal no recuerdo, una vez lo vi en Queens, pero yo iba de salida así que no pude conocerle.
–Es un buen capitán.
Brittany se coloca de pie y Santana hace lo propio.
–Ha sido un verdadero placer Brittany, y una bendición.
Sus miradas volvieron a encontrarse, esa conexión azul y marón que electrizaba el ambiente. Sus manos se unieron una vez más y sus corazones les latieron fuertes.
–Lizzie despídete de Brittany
Santana toma las bolsas, mientras que Elizabeth corre al lado de Brittany y la abraza.
–Gracias.
–Oh no cariño. No tienes nada de que agradecer. Eres una princesa encantadora, cuídate mucho ¿si?
Se separan del abrazo y la pequeña asiente.
– ¿Me lo prometes, me lo prometes? –Brittany parafraseó a Santana, y sonrió con algo de timidez, ya que no sabía si a Elizabeth le gustaría que ella utilizara algo que es muy de ella y su mamá.
Pero la respuesta llegó muy pronto cuando la niña soltó una carcajada.
–Te lo prometo, te lo prometo. ¿Vez mamá? Britt aprende rápido.
Santana le sonríe a las dos. Fue tan encantador escucharla jugar con su niña de esa manera. Aquella mujer no dejaba de sorprenderla. En el poco tiempo que compartieron se dio cuenta de lo maravillosa que era. Una vez a las afuera del restauran, se despiden por ultima vez.
– ¿mamá no se te olvida algo?
Santana se revisa las manos dándose cuenta que lleva las bolsas, y luego mira a todos lados.
–No cariño, ¿que?
–Pedirle el número de teléfono a Britt.
Ella lo había dicho tan natural mientras que Santana no sabía ni que decir. Su hija sabía perfectamente como ponerla en apuros.
–Yo…
Al ver que su mamá no reaccionaba, Elizabeth decidió actuar.
– ¿Britt puedes darnos tu numero de teléfono para platicar?
–Seguro, princesa, –Brittany le da apenas un toquecito en la nariz con su dedo, como un gesto de cariño.
La niña abre su pequeña mochila y saca su cuaderno de dibujos y un crayón y se los da para que anote. Una vez que el número está anotado, ayuda a Elizabeth a guardar sus cosas.
–Bueno… supongo que ahora cada quien toma su camino –Brittany mete las manos en los bolsillos de su chaqueta y después de dar una ultima sonrisa, se retira.
Elizabeth queda viendo a su madre con los ojos entrecerrados.
– ¿Que?
–mami… eres lenta.
Santan se sorprende ante las palabras y aptitud de su hija. ¿En que momento ha crecido tanto? Siempre ha sido una niña inteligente pero cada día no deja de sorprenderla
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
jajajaj que lista salio Elizabeth hasta le dijo lenta a santana jajaj me ha gustado mucho tu fic espero que lo actualices pronto por mi parte tienes una fiel lectora que te seguira un beso :)
brittanasfor4ever*** - Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 20/11/2012
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Nueva lectora :)
Amo oficialmente a la hija de San jajajaja
me encanta mucho
Hasta la actu =)
Amo oficialmente a la hija de San jajajaja
me encanta mucho
Hasta la actu =)
Aral_Snixx** - Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 08/11/2012
Edad : 26
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
ohhhh!! que inteligente que es Elizabeth. hasta ya la esta tirando en brazos de alguien. bueno... seguilo que esta muy bueno.
isababela******* - Mensajes : 470
Fecha de inscripción : 18/01/2012
Edad : 26
Capitulo 3: cambios
Capitulo 3: cambios
Después de que Santana dejó a su pequeña, sana y salva en su casa con la niñera que la cuidaba desde hace cuatro años, se fue a la estación.
–Santana, pasa a mi oficina por favor. –le dijo su capitán, una vez que lo vio llegar a su escritorio.
– ¿Sucede algo? –Santana le pregunta a Hanna, su compañera, ya que la voz del capitán Donovan no sonó muy alentadora, aunque tampoco parecía como si estuviera en problemas.
–Lo único que sé, es que recibió una llamada de su superior y desde ahí ha estado actuando raro. Y preguntando mucho por ti.
Santana respiró lento y se dirigió a la oficina de su jefe.
–Usted dirá, capitán.
–Siéntate por favor.
Oh, oh. Esto no sonaba nada bien.
–Agradecería que fuera al grano.
–Bien, ya no trabajas aquí.
Los ojos de Santana se ampliaron ante la noticia. ¿Estaba despedida? ¿Pero, por qué? Si apenas una semana había desarmado una banda de secuestradores y hasta el alcalde le había dado un reconocimiento.
– ¿Capitán… estoy despedida? –preguntó casi sin aliento.
–Técnicamente si, pero no si empleo… es decir, tengo… tengo que transferirte.
– ¿Que? No entiendo. Aquí estoy perfectamente bien.
–No tengo opción Santana. Es una orden y yo tengo que cumplirla. Al parecer tu última hazaña llegó hasta los jefes y ellos quieren que te transfiera a una unidad más grande.
– ¿A donde?
–Manhattan.
– ¿Esto tiene que ser una broma, verdad? Capitán usted sabe porque estoy aquí. Mi horario es flexible, tengo una niña de cinco años a quien atender.
–Lo sé. Pero no puedo hacer nada.
Para Donovan perder a su mejor detective, era un duro golpe para su escuadrón. Pero había sido presionado y una orden, era una orden. Esto no podía estar sucediéndole a ella. No es que no le alegrara que reconocieran su trabajo, pero ella se encontraba en esta estación por la comodidad que Donovan le había ofrecido. Una vez que su esposa había muerto, se encontró devastada y tuvo que abandonar su trabajo en Soho porque se le hacia difícil, sobre llevar tanta responsabilidad.
–No puedo aceptar eso.
–No te estoy preguntando San. Ya la decisión esta tomada.
–Pero mi hija acaba de comenzar el año escolar, su niñera de toda la vida vive al lado de mi casa. Aquí puedo trabajar de lunes a viernes de siete de la mañana hasta las seis de la tarde, sábados medio turno y domingos libres –Santana enumeraba todas las ventajas como si su capitán no las supiera–. Yo no me puedo mudar a otro lugar solo porque a alguien que no conoce mi situación le parece lo mejor. ¿Que hay de mi?
–Lo entiendo… y ya te dije que esto escapa de mis manos. Pero no todo es malo, yo tampoco te iba a dejar a la deriva y menos después de lo que has hecho aquí. Así que te darán un departamento en una de las urbanizaciones para policías, la cual cuenta con escuela y todo tipo de servicios… y seguirás teniendo un horario accesible pero no tanto con el de aquí.
–Esto es una porquería.
Donovan asintió.
– ¿Cuando tengo que irme?
–El lunes tienes que presentarte allá.
–Supongo que debo ir a empacar. –Santana se coloca de pie y estrecha la mano con su aun capitán– ha sido un honor trabajar a su mando capitán. Gracias por todo lo que hizo por mí.
–Has sido una buena policía. Algo cabeza caliente, pero bueno.
Santana sonrió con gratitud y se marchó.
Al llegar a su casa, su hija la recibe con entusiasmo de que regresara temprano.
–Lizzie, cariño. Tenemos que hablar.
Ella toma la mano de su hija y la lleva al sofá.
– ¿Que sucede, mami?
–Cariño… tenemos que mudarnos.
La niña se queda en silencio por un tiempo. La idea no le resultaba para nada atractiva. Estaba acostumbrada a ese cómodo lugar. A sus amigos de la escuela, con quienes ya había compartido el año pasado. A los vecinos… no, definitivamente no les gustaba esa idea.
– ¿Lizzie, no vas a decir nada?
–No quiero irme.
–Yo tampoco quiero irme, pero en el trabajo me trasfirieron y no puedo hacer nada. Sé que estas acostumbrada aquí, a tus amigos… pero tenemos que hacer un esfuerzo. mamá no puede quedarse sin trabajo.
–Pero es que…
Elizabeth salió corriendo hacia su recamara y se encerró. Santana sabia que seria más difícil para ella.
Le quedaba el resto del viernes y el sábado para empacar por lo que decidió no perder el tiempo. Habló con la niñera para encargarle a su hija y así dirigirse a hacer todas las diligencias pertinentes.
Elizabeth había pasado todo el fin de semana triste, y Santana no hallaba que hacer para hacerle saber que una vez que se adaptara a su nueva casa y vida, todo seria como antes. El sábado en la noche, estaba en su habitación después de haber consolado a su hija ya que este era el último día que pasarían en su casa. Abrió el ventanal de una habitación y la brisa ondea las cortinas. Respiró lento, era la última vez que respiraría en tranquilo ambiente de Queens, de su casa.
Manhattan… bri… ¿Brittany? Hasta ese entonces había caído en cuenta. Desde que se enteró que tendría que dejar todas la comodidades que tenia en su trabajo por irse a una unidad con mas complicaciones, estaba furiosa, hasta ahora que recordó a una mujer de increíbles ojos y sonrisa soñadora: Brittany Eso significaría que trabajaría con ella. Podría verla a diario y conocerla más. Quizás después de todo el cambio no era para nada malo.
El domingo en la tarde emprendieron el viaje a Manhattan. Santana se había asegurado de que la mudanza llegara antes que ellas. Y así una vez que llegaran solo tendrían que acomodar lo necesario para pasar la noche y ya al otro día arreglarían todo, para comenzar definitivamente su nueva vida.
Santana aparcó su vehículo afuera del edificio donde estaba su departamento, miró a su alrededor y suspiró con tristeza. Su hija hizo lo mismo. Él abrió el maletero para sacar un par de bolsos con los objetos más personales.
–Aquí vamos.
Susurra Santana una vez que cierra el maletero y su hija asiente a sus palabras.
–Britt –gritó Elizabeth, logando que Santana volteara. A pasar que era de noche, ella había reconocido la figura de Brittany en el otro lado de la carretera.
Brittany se detuvo, gratamente sorprendida de verlos. Y lo siguiente que supo era que se encontraba frente a ellos. Elizabeth colocó su caja en el suelo y corrió hacia ella, abrazándola.
–Hey, princesita. ¿Que hacen aquí?
Santana estaba sonriente y muy emocionada de volverla a ver. Con todo lo que había sucedido en esos días no había podido llamarla pero si la tuvo muy presente.
–Vamos a vivir aquí.
– ¿Enserio? ¿Pero, y que paso? Brittany dirige la mirada hacia Santana, quien solo se encogió de hombros
Brittany ayudó a Elizabeth con su pequeña caja, una vez que Santana la invitó a subir con ellos.
El departamento era más pequeño que la casa que tenían en Queens, pero acogedor para ellos. Contaba con dos habitaciones con sus baños, una cómoda sala, una cocina comedor. Todo estaba en cajas. No había si quiera donde sentarse.
–Esto va a ser trabajoso. –se queja Santana al ver todo el lugar.
–Puedo echarles una mano –ofrece Brittany, quitándose su abrigo.
–Eso seria genial y muy amable de tu parte.
–mami… –Elizabeth quien había ido a inspeccionar los cuartos regresa corriendo a la sala–… no me gusta el color de mi cuarto. Es sombrío.
– ¿Sombrío?
–Si, es gris.
Oh, entiendo… bueno, sacaré tiempo para comprar pintura y pintamos no solo tu cuarto sino toda la casa. Vamos a darle vida a esto… ¿que te parece?
–Una idea genial.
Elizabeth no podía ser más feliz con la idea de su madre. No solo su cuarto sino que toda la casa, estaba pintada con colores opacos.
–Creo que solo acomodaremos lo esencial.
–Es lo mejor… y bien. ¿Que sucedió?
–Me transfirieron… a Manhattan.
Todo fue silencio. Brittany la miraba tratando de procesar la información y si había entendido bien.
– ¿Quieres decir que…?
–Si… voy a trabajar con ustedes.
–Wow. Eso es… inesperado.
–Completamente. No me lo tomes a mal pero mi vida estaba muy bien en Queens. Por Lizzie me vi en la necesidad de buscar comodidad y allá la tenía.
–Entiendo.
–Pero desde que supe que trabajaríamos juntas, comenzó a gustarme el cambio.
¿Eran ideas de ella, o le estaba coqueteando? Pero sea lo que sea, le gustó. Santana comenzaba a interesarle y mucho, durante el fin de semana había pensado en ella, en su mirada y sonrisa; pero sobre todo en la forma tan hermosa en la que se había comportado con su pequeña niña.
–Bueno… en el escuadrón todos somos un gran equipo y estoy segura que serás bien recibida.
– ¿Conoces algún lugar de comida por encargo que este cerca? Como veras –levanta sus manos y señala en lugar– no estamos preparadas para cocinar.
–Oh si, se todos los que quieras, llevo seis años viviendo aquí.
– ¿Vives en este edificio?
–No, en el del frente. Justo al que iba a entrar antes de que Elizabeth me llamara, así que no solo seremos compañeras de trabajo, sino que seremos vecinas.
–Maravilloso Britt, podré ir a visitarte. –La pequeña le sonríe entusiasmada y Brittany le regresa la sonrisa–, bueno te iremos a visitar.
– ¿Pizza, comida china, o…?
–Pizza. –Grita Elizabeth, entusiasmada.
–Pizza está bien –la apoya brittany. –y mas si es de pepperoni con doble queso.
Santana y Elizabeth detuvieron lo que estaban haciendo y se quedaron mirándola y Brittany no tarda en darse cuenta.
– ¿Dije algo malo?
–No solo que –Santana mira a su hija a los ojos y luego a Brittany–es nuestra favorita.
Otra afortunada coincidencia que las hizo reír.
Después de la cena y una vez que habían acomodado lo elemental para pasar la noche, Santana y Elizabeth acompañan a Brittany hasta su departamento.
Después de que Santana dejó a su pequeña, sana y salva en su casa con la niñera que la cuidaba desde hace cuatro años, se fue a la estación.
–Santana, pasa a mi oficina por favor. –le dijo su capitán, una vez que lo vio llegar a su escritorio.
– ¿Sucede algo? –Santana le pregunta a Hanna, su compañera, ya que la voz del capitán Donovan no sonó muy alentadora, aunque tampoco parecía como si estuviera en problemas.
–Lo único que sé, es que recibió una llamada de su superior y desde ahí ha estado actuando raro. Y preguntando mucho por ti.
Santana respiró lento y se dirigió a la oficina de su jefe.
–Usted dirá, capitán.
–Siéntate por favor.
Oh, oh. Esto no sonaba nada bien.
–Agradecería que fuera al grano.
–Bien, ya no trabajas aquí.
Los ojos de Santana se ampliaron ante la noticia. ¿Estaba despedida? ¿Pero, por qué? Si apenas una semana había desarmado una banda de secuestradores y hasta el alcalde le había dado un reconocimiento.
– ¿Capitán… estoy despedida? –preguntó casi sin aliento.
–Técnicamente si, pero no si empleo… es decir, tengo… tengo que transferirte.
– ¿Que? No entiendo. Aquí estoy perfectamente bien.
–No tengo opción Santana. Es una orden y yo tengo que cumplirla. Al parecer tu última hazaña llegó hasta los jefes y ellos quieren que te transfiera a una unidad más grande.
– ¿A donde?
–Manhattan.
– ¿Esto tiene que ser una broma, verdad? Capitán usted sabe porque estoy aquí. Mi horario es flexible, tengo una niña de cinco años a quien atender.
–Lo sé. Pero no puedo hacer nada.
Para Donovan perder a su mejor detective, era un duro golpe para su escuadrón. Pero había sido presionado y una orden, era una orden. Esto no podía estar sucediéndole a ella. No es que no le alegrara que reconocieran su trabajo, pero ella se encontraba en esta estación por la comodidad que Donovan le había ofrecido. Una vez que su esposa había muerto, se encontró devastada y tuvo que abandonar su trabajo en Soho porque se le hacia difícil, sobre llevar tanta responsabilidad.
–No puedo aceptar eso.
–No te estoy preguntando San. Ya la decisión esta tomada.
–Pero mi hija acaba de comenzar el año escolar, su niñera de toda la vida vive al lado de mi casa. Aquí puedo trabajar de lunes a viernes de siete de la mañana hasta las seis de la tarde, sábados medio turno y domingos libres –Santana enumeraba todas las ventajas como si su capitán no las supiera–. Yo no me puedo mudar a otro lugar solo porque a alguien que no conoce mi situación le parece lo mejor. ¿Que hay de mi?
–Lo entiendo… y ya te dije que esto escapa de mis manos. Pero no todo es malo, yo tampoco te iba a dejar a la deriva y menos después de lo que has hecho aquí. Así que te darán un departamento en una de las urbanizaciones para policías, la cual cuenta con escuela y todo tipo de servicios… y seguirás teniendo un horario accesible pero no tanto con el de aquí.
–Esto es una porquería.
Donovan asintió.
– ¿Cuando tengo que irme?
–El lunes tienes que presentarte allá.
–Supongo que debo ir a empacar. –Santana se coloca de pie y estrecha la mano con su aun capitán– ha sido un honor trabajar a su mando capitán. Gracias por todo lo que hizo por mí.
–Has sido una buena policía. Algo cabeza caliente, pero bueno.
Santana sonrió con gratitud y se marchó.
Al llegar a su casa, su hija la recibe con entusiasmo de que regresara temprano.
–Lizzie, cariño. Tenemos que hablar.
Ella toma la mano de su hija y la lleva al sofá.
– ¿Que sucede, mami?
–Cariño… tenemos que mudarnos.
La niña se queda en silencio por un tiempo. La idea no le resultaba para nada atractiva. Estaba acostumbrada a ese cómodo lugar. A sus amigos de la escuela, con quienes ya había compartido el año pasado. A los vecinos… no, definitivamente no les gustaba esa idea.
– ¿Lizzie, no vas a decir nada?
–No quiero irme.
–Yo tampoco quiero irme, pero en el trabajo me trasfirieron y no puedo hacer nada. Sé que estas acostumbrada aquí, a tus amigos… pero tenemos que hacer un esfuerzo. mamá no puede quedarse sin trabajo.
–Pero es que…
Elizabeth salió corriendo hacia su recamara y se encerró. Santana sabia que seria más difícil para ella.
Le quedaba el resto del viernes y el sábado para empacar por lo que decidió no perder el tiempo. Habló con la niñera para encargarle a su hija y así dirigirse a hacer todas las diligencias pertinentes.
Elizabeth había pasado todo el fin de semana triste, y Santana no hallaba que hacer para hacerle saber que una vez que se adaptara a su nueva casa y vida, todo seria como antes. El sábado en la noche, estaba en su habitación después de haber consolado a su hija ya que este era el último día que pasarían en su casa. Abrió el ventanal de una habitación y la brisa ondea las cortinas. Respiró lento, era la última vez que respiraría en tranquilo ambiente de Queens, de su casa.
Manhattan… bri… ¿Brittany? Hasta ese entonces había caído en cuenta. Desde que se enteró que tendría que dejar todas la comodidades que tenia en su trabajo por irse a una unidad con mas complicaciones, estaba furiosa, hasta ahora que recordó a una mujer de increíbles ojos y sonrisa soñadora: Brittany Eso significaría que trabajaría con ella. Podría verla a diario y conocerla más. Quizás después de todo el cambio no era para nada malo.
El domingo en la tarde emprendieron el viaje a Manhattan. Santana se había asegurado de que la mudanza llegara antes que ellas. Y así una vez que llegaran solo tendrían que acomodar lo necesario para pasar la noche y ya al otro día arreglarían todo, para comenzar definitivamente su nueva vida.
Santana aparcó su vehículo afuera del edificio donde estaba su departamento, miró a su alrededor y suspiró con tristeza. Su hija hizo lo mismo. Él abrió el maletero para sacar un par de bolsos con los objetos más personales.
–Aquí vamos.
Susurra Santana una vez que cierra el maletero y su hija asiente a sus palabras.
–Britt –gritó Elizabeth, logando que Santana volteara. A pasar que era de noche, ella había reconocido la figura de Brittany en el otro lado de la carretera.
Brittany se detuvo, gratamente sorprendida de verlos. Y lo siguiente que supo era que se encontraba frente a ellos. Elizabeth colocó su caja en el suelo y corrió hacia ella, abrazándola.
–Hey, princesita. ¿Que hacen aquí?
Santana estaba sonriente y muy emocionada de volverla a ver. Con todo lo que había sucedido en esos días no había podido llamarla pero si la tuvo muy presente.
–Vamos a vivir aquí.
– ¿Enserio? ¿Pero, y que paso? Brittany dirige la mirada hacia Santana, quien solo se encogió de hombros
Brittany ayudó a Elizabeth con su pequeña caja, una vez que Santana la invitó a subir con ellos.
El departamento era más pequeño que la casa que tenían en Queens, pero acogedor para ellos. Contaba con dos habitaciones con sus baños, una cómoda sala, una cocina comedor. Todo estaba en cajas. No había si quiera donde sentarse.
–Esto va a ser trabajoso. –se queja Santana al ver todo el lugar.
–Puedo echarles una mano –ofrece Brittany, quitándose su abrigo.
–Eso seria genial y muy amable de tu parte.
–mami… –Elizabeth quien había ido a inspeccionar los cuartos regresa corriendo a la sala–… no me gusta el color de mi cuarto. Es sombrío.
– ¿Sombrío?
–Si, es gris.
Oh, entiendo… bueno, sacaré tiempo para comprar pintura y pintamos no solo tu cuarto sino toda la casa. Vamos a darle vida a esto… ¿que te parece?
–Una idea genial.
Elizabeth no podía ser más feliz con la idea de su madre. No solo su cuarto sino que toda la casa, estaba pintada con colores opacos.
–Creo que solo acomodaremos lo esencial.
–Es lo mejor… y bien. ¿Que sucedió?
–Me transfirieron… a Manhattan.
Todo fue silencio. Brittany la miraba tratando de procesar la información y si había entendido bien.
– ¿Quieres decir que…?
–Si… voy a trabajar con ustedes.
–Wow. Eso es… inesperado.
–Completamente. No me lo tomes a mal pero mi vida estaba muy bien en Queens. Por Lizzie me vi en la necesidad de buscar comodidad y allá la tenía.
–Entiendo.
–Pero desde que supe que trabajaríamos juntas, comenzó a gustarme el cambio.
¿Eran ideas de ella, o le estaba coqueteando? Pero sea lo que sea, le gustó. Santana comenzaba a interesarle y mucho, durante el fin de semana había pensado en ella, en su mirada y sonrisa; pero sobre todo en la forma tan hermosa en la que se había comportado con su pequeña niña.
–Bueno… en el escuadrón todos somos un gran equipo y estoy segura que serás bien recibida.
– ¿Conoces algún lugar de comida por encargo que este cerca? Como veras –levanta sus manos y señala en lugar– no estamos preparadas para cocinar.
–Oh si, se todos los que quieras, llevo seis años viviendo aquí.
– ¿Vives en este edificio?
–No, en el del frente. Justo al que iba a entrar antes de que Elizabeth me llamara, así que no solo seremos compañeras de trabajo, sino que seremos vecinas.
–Maravilloso Britt, podré ir a visitarte. –La pequeña le sonríe entusiasmada y Brittany le regresa la sonrisa–, bueno te iremos a visitar.
– ¿Pizza, comida china, o…?
–Pizza. –Grita Elizabeth, entusiasmada.
–Pizza está bien –la apoya brittany. –y mas si es de pepperoni con doble queso.
Santana y Elizabeth detuvieron lo que estaban haciendo y se quedaron mirándola y Brittany no tarda en darse cuenta.
– ¿Dije algo malo?
–No solo que –Santana mira a su hija a los ojos y luego a Brittany–es nuestra favorita.
Otra afortunada coincidencia que las hizo reír.
Después de la cena y una vez que habían acomodado lo elemental para pasar la noche, Santana y Elizabeth acompañan a Brittany hasta su departamento.
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
wowww .......dejame decirte que tu fic me ha cautivado desde las primeras lineas.....jejeje me encanta la actitud de Elizabeth
Saludos, hasta la proxima actualizacion
Saludos, hasta la proxima actualizacion
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Capitulo 4: una nueva vida
Capitulo 4: una nueva vida
En la mañana, Santana se presentó ante su nuevo capitán. Y fue presentada al equipo como un nuevo miembro y compañera de Brittany. Era más que perfecta esa decisión del capitán, según el criterio de ambas. Ahora estarían más tiempo, juntas y se conocerían aun más.
Debido a que Santana aun tenía pendientes por hacer, como inscribir a su hija en el colegio y terminar de arreglar su casa, le fueron dados dos días. McCarthy le pidió a Brittany que ayudara a Santana, pero que si algo llegaba a surgir, ella tenia que regresar de inmediato a la estación. Obviamente, ella estuvo de acuerdo.
Inscribieron a Elizabeth en el colegio para hijo de policías, que había en la urbanización. Si duda alguna era una gran ventaja, ya que estaría a penas una cuadra de casa, ahora tendría que buscar una niñera. Pasaron todo el día arreglando el departamento. Pintándolo y colocando cada cosa en su lugar.
Las tres lucían felices, se habían convertido en amigos. Santana estaba tan agradecida de que Brittany estuviera cerca ya que había pensado que su hija le seria difícil adaptarse pero estando con Brittany, ella parecía feliz. Y por otro lado, el muy personal. Estaba fascinada porque Brittany le interesaba y mucho. Parecía la mujer que había estado buscando. Llevaba viuda cuatro años, y no que no hubiera salido con mujeres y hasta con un hombre en todo ese tiempo, pero no con ninguna que valiera la pena para una relación estable. Todas estaban llenas de pintura, pero habían hecho un gran trabajo. La casa estaba completamente arreglada Elizabeth estaba en su habitación, la cual pintaron de color rosa. Mientras que ellas se hallaban en la cocina sirviendo la comida que habían encargado.
Santana la mira y sonrrie
– ¿Que?
–Tienes pintura en la cara. –y con esto toma un pañito empapándolo de agua y se le acerca.
Con cariño le retiró la pintura de las mejillas y la que tenía muy cerca del labio. Su mirada estaba fija en sus apetecibles labios, mientras que Brittany miraba sus ojos. Su proximidad la tenia nerviosa.
– ¿mami, Britt?
Ellas se apartaron tan pronto como escucharon la voz de Elizabeth.
– ¿Que sucede princesa?
–Nada… ¿mami ibas a besar a Britt? –preguntó la pequeña como si fuero algo casual.
–Ah…ah… no. Yo, eh. ¿Por qué dices eso?
Elizabeth se encogió de hombros.
–Solo me pareció.
Brittany algo apenada se dirigió a la nevera por un vaso de agua.
Una vez más ordenaron comida. Todo lo que habían comido desde que llegaron era comida de encargo, y eso no era algo que a Santana le gustaba mucho. Así que iría de compras lo antes posibles, para darle el toque final a su nuevo hogar. Santana llevó a la cama a Elizabeth y luego regresó con Brittany, quien lo esperaba en la sala viendo la tv.
–Yo lamento el incomodo momento que Lizzie nos hizo pasar hace rato. Ya sabes como son los niños.
–No te preocupes, ella solo hizo una pregunta inocente. O quizás no quiera que su mamá esté con otra mujer.
–En ese punto tienes algo de razón. Lizzie es tan celosa, pero no lo creo porque tú le has caído muy bien. Si ella viera algún “peligro” te aseguro que ya se las hubiera ingeniado para alejarte. Aun no la conoces muy bien.
–Ya es un poco tarde. Supongo que quieres descansar.
–Te acompaño hasta tu edificio.
El miércoles muy temprano, Santana se encontraba preparando la lonchera de su hija, y todo lo que necesitaría en su primer día como detective de Homicidios Manhattan.
–Lizzie, hija –él golpea la puerta un par de veces– apresúrate que se hace tarde y aun no comes tu desayuno.
–No voy a ir a la escuela. Se escuchó la voz de la pequeña.
–Hija ya hablamos de esto ¿si? Sé que te gustaba tu otra escuela, pero esta también es linda y te va a gustar mucho.
–No quiero.
–A ver cielo, que te parece si yo te acompaño y me quedo viendo tu primera clase para que te sientas segura.
Un prolongado silencio prosiguió después de esas palabras, y Santana dedujo que había convencido a su hija.
–Quiero estar con mis otros amigos.
Santana dejó escapar un suspiro que denotaba frustración al ver que no la había logrado convencer de salir.
–Lizzie cariño voy a llegar tarde al trabajo y el capitán se va a molestar –él tiró del picaporte pero la puerta tenia seguro– ¿Elizabeth Lopez que te he dicho de pasar seguro a la puerta? –Santana había cambiado su voz pasiva a una de más autoridad–. Abre.
–No. No quiero ir.
–Hija, jamás me has hecho berrinches, por favor abre la puerta.
–Quiero a Britt
– ¿Que?
–Llámale a Britt
Santana negó con la cabeza y se dirigió hacia la sala, tomó tu teléfono y le marcó a Brittany.
–Hey, Britt. Buenos días. ¿Aun estas en casa?... que bien, oye es que tengo a Lizzie con: el pánico del primer día de escuela. Si… bueno ella quiere hablar contigo, será que… te lo agradezco.
Cinco minutos después Brittany se encontraba en el departamento.
–Gracias por venir.
–Está bien, ya iba de salida. ¿Entonces, que sucede con ella?
–Ya sabes, el susto del primer día de escuela. En su antigua escuela había estado cómoda porque sus compañeros eran los hijos de nuestros vecinos. Pero conociéndola esta asustada ahora.
–Bien, veré que puedo hacer.
–Te lo agradezco.
Ambos sonrieron. A Santana le gustaba ver ese brillo especial que se reflejaba en los ojos de Brittany. Cada día le demostraba lo maravillosa que era y él se comenzaba a sentir afortunada de que el destino hubiera obrado para que la conociera.
– ¿Lizzie? –Brittany dio unos par de toques suaves en la puerta– cariño ya estoy aquí.
– ¿Estas sola?
–Si. Tu mamá está en la cocina. ¿Me puedes abrir?
Una vez que Elizabeth abrió la puerta, Brittany entró con ella. La niña llevaba puesto su uniforme, pero aun no se había peinado, por lo que agarró un peine de la cómoda y se sentó a su lado en la cama y comenzó a peinarla.
– ¿Quieres decirme que sucede? –una vez más utilizaba su tono de voz suave para crear un ambiente de confianza.
–No quiero ir a esa escuela.
–Pero tienes que hacerlo cariño, sé que es difícil y tienes miedo de enfrentar nuevas cosas, como una nueva maestra, compañeros, o ambiente. Pero todo es cuestión de adaptarse.
– ¿Y si no les caigo bien?
Brittany se tomaba su tiempo para pasar el peine por la larga cabellera rubia de la niña, la cual supuso era genética de su otra madre.
Cielo pero si tu eres una princesa. Mira tu cuarto, es rosa y tienes todas las colecciones de princesas. –ambas sonrieron–. Estoy segura que a todos les vas a agradar, solo tienes que ser tu misma y tratar a los demás con respeto y amabilidad y veras que después que te vea mas tarde me vas a decir que todos tus compañeros son ahora tus amigos.
– ¿Tu crees?
–Estoy segura. ¿Además, cuando has visto que las princesas se rinden?
–Nunca.
– ¿Vez? Entonces vamos para que desayunes y luego al colegio.
Brittany agarró un par de broches rosadas de la amplia colección que tenia Elizabeth y se las acomodó a cada lado del pelo.
–Estoy lista. –le dice con entusiasmo al ponerse de pie.
–Esa es la actitud, mi pequeña amiga.
–Gracias, Britt
Y antes de que Brittany pudiera decir algo, la niña la abrazó. Ella le devolvió el abrazo con ternura. Nunca en su vida se había sentido tan bien.
–Hey, pero mira quien decidió salir de sus aposentos. –Santana les bromea mientras las ve salir.
–Mami ya estoy lista.
–Es bueno escuchar eso. Veo que Britt tiene gran poder de convencimiento –le dirige la mirada a Brittany mientras sonreía– ahora a desayunar señorita.
Elizabeth toma su puesto en la mesa.
–Gracias –le susurra a Brittany
Ella solo le da una sonrisa, de esas que amo desde el primer momento que la vio sonreír.
En la mañana, Santana se presentó ante su nuevo capitán. Y fue presentada al equipo como un nuevo miembro y compañera de Brittany. Era más que perfecta esa decisión del capitán, según el criterio de ambas. Ahora estarían más tiempo, juntas y se conocerían aun más.
Debido a que Santana aun tenía pendientes por hacer, como inscribir a su hija en el colegio y terminar de arreglar su casa, le fueron dados dos días. McCarthy le pidió a Brittany que ayudara a Santana, pero que si algo llegaba a surgir, ella tenia que regresar de inmediato a la estación. Obviamente, ella estuvo de acuerdo.
Inscribieron a Elizabeth en el colegio para hijo de policías, que había en la urbanización. Si duda alguna era una gran ventaja, ya que estaría a penas una cuadra de casa, ahora tendría que buscar una niñera. Pasaron todo el día arreglando el departamento. Pintándolo y colocando cada cosa en su lugar.
Las tres lucían felices, se habían convertido en amigos. Santana estaba tan agradecida de que Brittany estuviera cerca ya que había pensado que su hija le seria difícil adaptarse pero estando con Brittany, ella parecía feliz. Y por otro lado, el muy personal. Estaba fascinada porque Brittany le interesaba y mucho. Parecía la mujer que había estado buscando. Llevaba viuda cuatro años, y no que no hubiera salido con mujeres y hasta con un hombre en todo ese tiempo, pero no con ninguna que valiera la pena para una relación estable. Todas estaban llenas de pintura, pero habían hecho un gran trabajo. La casa estaba completamente arreglada Elizabeth estaba en su habitación, la cual pintaron de color rosa. Mientras que ellas se hallaban en la cocina sirviendo la comida que habían encargado.
Santana la mira y sonrrie
– ¿Que?
–Tienes pintura en la cara. –y con esto toma un pañito empapándolo de agua y se le acerca.
Con cariño le retiró la pintura de las mejillas y la que tenía muy cerca del labio. Su mirada estaba fija en sus apetecibles labios, mientras que Brittany miraba sus ojos. Su proximidad la tenia nerviosa.
– ¿mami, Britt?
Ellas se apartaron tan pronto como escucharon la voz de Elizabeth.
– ¿Que sucede princesa?
–Nada… ¿mami ibas a besar a Britt? –preguntó la pequeña como si fuero algo casual.
–Ah…ah… no. Yo, eh. ¿Por qué dices eso?
Elizabeth se encogió de hombros.
–Solo me pareció.
Brittany algo apenada se dirigió a la nevera por un vaso de agua.
Una vez más ordenaron comida. Todo lo que habían comido desde que llegaron era comida de encargo, y eso no era algo que a Santana le gustaba mucho. Así que iría de compras lo antes posibles, para darle el toque final a su nuevo hogar. Santana llevó a la cama a Elizabeth y luego regresó con Brittany, quien lo esperaba en la sala viendo la tv.
–Yo lamento el incomodo momento que Lizzie nos hizo pasar hace rato. Ya sabes como son los niños.
–No te preocupes, ella solo hizo una pregunta inocente. O quizás no quiera que su mamá esté con otra mujer.
–En ese punto tienes algo de razón. Lizzie es tan celosa, pero no lo creo porque tú le has caído muy bien. Si ella viera algún “peligro” te aseguro que ya se las hubiera ingeniado para alejarte. Aun no la conoces muy bien.
–Ya es un poco tarde. Supongo que quieres descansar.
–Te acompaño hasta tu edificio.
El miércoles muy temprano, Santana se encontraba preparando la lonchera de su hija, y todo lo que necesitaría en su primer día como detective de Homicidios Manhattan.
–Lizzie, hija –él golpea la puerta un par de veces– apresúrate que se hace tarde y aun no comes tu desayuno.
–No voy a ir a la escuela. Se escuchó la voz de la pequeña.
–Hija ya hablamos de esto ¿si? Sé que te gustaba tu otra escuela, pero esta también es linda y te va a gustar mucho.
–No quiero.
–A ver cielo, que te parece si yo te acompaño y me quedo viendo tu primera clase para que te sientas segura.
Un prolongado silencio prosiguió después de esas palabras, y Santana dedujo que había convencido a su hija.
–Quiero estar con mis otros amigos.
Santana dejó escapar un suspiro que denotaba frustración al ver que no la había logrado convencer de salir.
–Lizzie cariño voy a llegar tarde al trabajo y el capitán se va a molestar –él tiró del picaporte pero la puerta tenia seguro– ¿Elizabeth Lopez que te he dicho de pasar seguro a la puerta? –Santana había cambiado su voz pasiva a una de más autoridad–. Abre.
–No. No quiero ir.
–Hija, jamás me has hecho berrinches, por favor abre la puerta.
–Quiero a Britt
– ¿Que?
–Llámale a Britt
Santana negó con la cabeza y se dirigió hacia la sala, tomó tu teléfono y le marcó a Brittany.
–Hey, Britt. Buenos días. ¿Aun estas en casa?... que bien, oye es que tengo a Lizzie con: el pánico del primer día de escuela. Si… bueno ella quiere hablar contigo, será que… te lo agradezco.
Cinco minutos después Brittany se encontraba en el departamento.
–Gracias por venir.
–Está bien, ya iba de salida. ¿Entonces, que sucede con ella?
–Ya sabes, el susto del primer día de escuela. En su antigua escuela había estado cómoda porque sus compañeros eran los hijos de nuestros vecinos. Pero conociéndola esta asustada ahora.
–Bien, veré que puedo hacer.
–Te lo agradezco.
Ambos sonrieron. A Santana le gustaba ver ese brillo especial que se reflejaba en los ojos de Brittany. Cada día le demostraba lo maravillosa que era y él se comenzaba a sentir afortunada de que el destino hubiera obrado para que la conociera.
– ¿Lizzie? –Brittany dio unos par de toques suaves en la puerta– cariño ya estoy aquí.
– ¿Estas sola?
–Si. Tu mamá está en la cocina. ¿Me puedes abrir?
Una vez que Elizabeth abrió la puerta, Brittany entró con ella. La niña llevaba puesto su uniforme, pero aun no se había peinado, por lo que agarró un peine de la cómoda y se sentó a su lado en la cama y comenzó a peinarla.
– ¿Quieres decirme que sucede? –una vez más utilizaba su tono de voz suave para crear un ambiente de confianza.
–No quiero ir a esa escuela.
–Pero tienes que hacerlo cariño, sé que es difícil y tienes miedo de enfrentar nuevas cosas, como una nueva maestra, compañeros, o ambiente. Pero todo es cuestión de adaptarse.
– ¿Y si no les caigo bien?
Brittany se tomaba su tiempo para pasar el peine por la larga cabellera rubia de la niña, la cual supuso era genética de su otra madre.
Cielo pero si tu eres una princesa. Mira tu cuarto, es rosa y tienes todas las colecciones de princesas. –ambas sonrieron–. Estoy segura que a todos les vas a agradar, solo tienes que ser tu misma y tratar a los demás con respeto y amabilidad y veras que después que te vea mas tarde me vas a decir que todos tus compañeros son ahora tus amigos.
– ¿Tu crees?
–Estoy segura. ¿Además, cuando has visto que las princesas se rinden?
–Nunca.
– ¿Vez? Entonces vamos para que desayunes y luego al colegio.
Brittany agarró un par de broches rosadas de la amplia colección que tenia Elizabeth y se las acomodó a cada lado del pelo.
–Estoy lista. –le dice con entusiasmo al ponerse de pie.
–Esa es la actitud, mi pequeña amiga.
–Gracias, Britt
Y antes de que Brittany pudiera decir algo, la niña la abrazó. Ella le devolvió el abrazo con ternura. Nunca en su vida se había sentido tan bien.
–Hey, pero mira quien decidió salir de sus aposentos. –Santana les bromea mientras las ve salir.
–Mami ya estoy lista.
–Es bueno escuchar eso. Veo que Britt tiene gran poder de convencimiento –le dirige la mirada a Brittany mientras sonreía– ahora a desayunar señorita.
Elizabeth toma su puesto en la mesa.
–Gracias –le susurra a Brittany
Ella solo le da una sonrisa, de esas que amo desde el primer momento que la vio sonreír.
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Brittany en vez de ser policia tendria que ser consejera escolar, es una GENIA! estuvo buenisimo... me huele a que Santana va a acudir varias veces mas a Brittany por problemas de este tipo y en especial con Lizzie. espero la actu...
isababela******* - Mensajes : 470
Fecha de inscripción : 18/01/2012
Edad : 26
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Esta genial, me lo leí todo en un rato! *-* quiero conti :c espero estés bien, cuídate <3
Invitado- Invitado
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Ya lo he dicho pero lo repito AMO A LIZZIE es un amor
Hata la actu :)
Hata la actu :)
Aral_Snixx** - Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 08/11/2012
Edad : 26
Capitulo 5: la nueva capitana
Capitulo 5: la nueva capitana
Después de que ambas llevaron a Elizabeth al colegio, se dirigieron a la estación para comenzar su nuevo día laborable. Santana fue recibida una vez más con afecto. Tim y Amanda no tardaron en comunicarle que el viernes tenían que salir para darle la iniciación oficialmente al grupo, pero era una noche solo para las chicas nuevas del departamento
Como aun no había contratado una niñera tuvo que llevarse a Lizzie para el trabajo, una vez que salió de la escuela. Y ahí, hasta McCarthy había quedado encantado con la “nueva Integrante” del escuadrón
– ¿Señor McCarthy usted es policía? –Elizabeth se encontraba en la oficina del capitán mientras que su madre junto con el resto de los detectives se encontraban en la calle resolviendo un caso.
–Algo así, ahora solo estoy en esta oficina dirigiendo todo esto.
– ¿Usted les dice a todos lo que tienen que hacer?
–Si.
–Eso es genial. Quiero ser capitana como usted.
McCarthy amplia sus ojos y luego le sonríe.
–Ese es el mejor cumplido que me han dicho, señorita.
–Usted se parece a mi abuelo, pero él no es tan cariñoso y divertido como usted.
– ¿Divertido yo?… pregúntale eso a tu mamá cuando tenga una semana trabajando aquí.
– ¿Por que?
–No, olvídalo pequeña… ¿que te parece si mandamos a algún oficial a comprarnos helado?
–Eso es genial…
McCarthy vio como los ojos de Elizabeth se iluminaron con esa proposición.
– ¿Cual es tu favorito? El mío es el de fresa
– ¡El mío también! –la niña ahogó un suspiro emocionado–. El otro capitán de mi mamá era muy bueno pero usted es mejor.
–Solo por eso – McCarthy saca su placa y se la entrega– te declaro capitana de homicidios Manhattan por un día. ¿Que te parece?
– ¿En serio? ¿Yo?
–Si… serás la jefa de tu mamá.
Elizabeth agarra la placa y se queda observándola con sorpresa e incredulidad.
Horas después los detectives regresan, Tim traía un sospechoso esposado. Elizabeth y McCarthy están en la sala mientras ellos se les acercan.
– ¿Es un criminal? –pregunta Elizabeth.
–Así parece –Santana le responde sonriéndole, mientras que Tim desvía el camino para llevarlo a interrogar.
–Un momento –pide la niña– señor es usted mío malo, esas cosas no se hacen. –luego dirige la mirada hacia Tim– Detective Tim enciérrelo en la cárcel.
Todos se quedan viendo a Elizabeth con cara de sorpresa, a excepción de McCarthy que estaba divirtiéndose con la escena.
–Así será –Tim le sonríe y sigue su camino.
Tanto Santana como Brittany se dan cuenta que la niña lleva en su cintura, la placa de. McCarthy Así que después lo miran para saber que sucede.
–Es la nueva capitana por el día de hoy– McCarthy los pone al tanto– así que están bajo sus ordenes.
–Ya veo –Santana asiente.
– ¿Detectives como les fue?
Amanda, santana y Brittany se miran las caras y luego a la niña quien seguía metida en su personaje, y McCarthy muy orgulloso de ella.
–Bueno capitana –comienza Amanda– el día estuvo muy agitado, ya sabes que ahí que ser duro con los villanos.
–Supongo que por ser mi hija la capitana puedo sacar provecho. ¿Puedo irme a mi casa?
–No detective Lopez, eso significa que tiene que trabajar el doble.
Todos comenzaron a reír a excepción de Santana, quien la miró con sorpresa.
–Ella es buena para esto –afirma McCarthy
Elizabeth sonríe y abraza a su mamá.
–Te extrañé mucho mami.
–Y yo a ti mi princesa. ¿Te portaste bien?
–Si. ¿Nos podemos ir a casa ahora? Estoy cansada.
Santana mira la hora, eran las siete de la noche y aun le quedaba una hora de trabajo.
–Me temo que tendremos que esperar otro poco más.
–El capitán me explicó las funciones de un capitán, y como yo soy la capitana digo que nos podemos ir. Es una orden detective.
–Dos días mas y pondrá mi escuadrón de cabeza. Ya vayan a casa.
–Gracias capitán.
Elizabeth le entrega su placa y lo abraza.
–Fue divertido.
–Espero verte pronto por aquí.
Santana agarra su abrigo y las cosas de su hija, después la toma de la mano y caminan a la salida.
–Buenas noches para todos.
–Britt apresúrate. –dice la niña viendo hacia ella cuando ya llegaban a los ascensores.
–Hay cariño yo no…
–Brittany tú también te puedes ir.
–Capitán yo… gracias.
Ella tomó su abrigo y en unos cuantos pasos apresurados los alcanzó.
Una vez dentro del vehículo. Santana se dirigió hacia un automarcado para comprar comida, ya que durante el día se le hacia difícil.
Las tres ayudaban a colocar las compras es sus respectivos lugares: nevera, alacena…
- Necesito conseguir una niñera. No puedo llevarme a Lizzie para el trabajo todos los días.
–A mi me gusto mamá. Todos son muy buenos.
–Creo que te gustó ser la capitana ¿eh? –Britrtany ayuda a Lizzie a subir a un banco para que coloque una de las latas de guisantes en la alacena.
–Si… quiero ser como el capitán McCarthy y mandar a todos.
–Esa es una de las razones por las que necesito una niñera, si ella pasa unos días mas con McCarthy no habrá acabado la escuela cuando ya quiera irse a la academia.
–Bueno quizás yo tengo la solución. Hay una chica que vive en mi edificio que cuida niños. Es hija de un coronel y puedo dar fe de que es muy responsable.
–Si es recomendada por ti, sé que es buena para esto.
– ¿Oye Britt tu sabes cocinar? Mi mamá prepara un rico pollo.
–Bueno yo sé preparar una rica carne. Te aseguro que cuando la pruebes la vas a amar.
– Britt estas a punto de conversarme de algo.
– ¿Y eso que será?
–No te lo puedo decir.
Brittany mira a Santana con expresión interrogante para saber si ella tenia idea de lo que su hija hablaba, pero solo se encogió de hombros.
El viernes llegó y Santana salió con Amanda y otras oficiales del escuadron. Elizabeth se quedaría con Brittany ya que la nueva niñera no podía cuidar de ella.
–Hija pórtate bien con Britt
–Si mamá.
Santanale da un beso en la mejilla y luego le dirige a Brittany.
–Gracias por este favor.
–No es nada. Ya sabes que estar con tu hija es muy divertido.
camina hacia la puerta, colocándose antes su abrigo.
–Una ultima cosa, Brittany no la dejes comer helado a esta hora ni porque te haga caritas, ni pucheros por favor.
–Pero mamá.
–Sin peros, Elizabeth, ya sabes lo que pasó la ultima vez.
–No te preocupes… no me convencerá.
–Los López ponemos ser muy persuasivos Brittany. –Santana le sonríe amplio y hermoso, y ella supo de inmediato que tenia toda la razón. Con esa sonrisa ella seria capas de lo que él le pidiera– estaré, espero que a las doce.
Con esto, ella se retiró dejándolas solas.
– ¿Y ahora que hacemos? –Le pregunta Brittany a Elizabeth, mientras se dirigían al mueble–. ¿Tienes algún juego de mesa o algo?
–Si, pero mejor veamos películas en mi cuarto ¿te parece?
–Está bien.
Brittany se sienta en la cama, mientras que Elizabeth busca una película en su amplia colección.
–Mi mamá me compra todas las películas de princesas. Aunque primero vamos al cine a verlas. ¿Cual quieres ver? Yo las he visto todas.
–Ah… no sé.
– ¿Cual has visto?
Brittany se quedó pensativa. No fue una persona que precisamente veía muchas películas infantiles.
–La bella durmiente… ¿es la que se come una manzana y queda dormida hasta que el príncipe la besa?
Elizabeth soltó una carcajada.
–Oh Britt eres muy chistosa. ¿Como crees? Esa es la que se pincha el dedo con una aguja, y la que come la manzana es blanca nieves.
Brittany se sintió desactualizada en todo sentido. Una niña de a penas cinco años tenia mas ideas de unos cuentos infantiles que databan de su época, que ella misma.
–Digamos que confundí los personajes. –sonríe para tapar su falta.
–Bueno no te preocupes, las podemos ver todas. O si quieres podemos jugar a las muñecas también, tengo muchas.
–Creo que ver películas será mejor idea. Otro día jugamos a las muñecas
–Bueno, está bien. ¿Sabes algo? Mi mamá juega muñecas conmigo.
– ¿De verdad?
–Si, mira –Elizabeth fue por su casa de muñecas– aquí esta la reina y la princesa. Solo falta la otra reina.
Olivia percibió la tristeza en los ojos de Elizabeth al referirse a la otra reina. Sabia que a la niña le hacia falta una de sus madres, así que trataría de brindarle todo el cariño que sea posible. Al final decidieron ver la sirenita.
Santana llegó a la casa alrededor de las doce y cuarenta y cinco. Fue lo mas silencioso posible al abrir la puerta del cuarto de Elizabeth. La escena que a continuación vio fue lo más enternecedor que había visto en mucho tiempo: Brittany y Elizabeth estaban dormidas en la cama. Ambas acurrucadas, Brittany le tenia una brazo protector sobre la cintura.
Debido a la hora no quiso levantar a Brittany, así que las dejó dormir a gusto y se fue a su recamara. Mas feliz que nuca de tener a una nueva y maravillosa mujer en su vida.
Después de que ambas llevaron a Elizabeth al colegio, se dirigieron a la estación para comenzar su nuevo día laborable. Santana fue recibida una vez más con afecto. Tim y Amanda no tardaron en comunicarle que el viernes tenían que salir para darle la iniciación oficialmente al grupo, pero era una noche solo para las chicas nuevas del departamento
Como aun no había contratado una niñera tuvo que llevarse a Lizzie para el trabajo, una vez que salió de la escuela. Y ahí, hasta McCarthy había quedado encantado con la “nueva Integrante” del escuadrón
– ¿Señor McCarthy usted es policía? –Elizabeth se encontraba en la oficina del capitán mientras que su madre junto con el resto de los detectives se encontraban en la calle resolviendo un caso.
–Algo así, ahora solo estoy en esta oficina dirigiendo todo esto.
– ¿Usted les dice a todos lo que tienen que hacer?
–Si.
–Eso es genial. Quiero ser capitana como usted.
McCarthy amplia sus ojos y luego le sonríe.
–Ese es el mejor cumplido que me han dicho, señorita.
–Usted se parece a mi abuelo, pero él no es tan cariñoso y divertido como usted.
– ¿Divertido yo?… pregúntale eso a tu mamá cuando tenga una semana trabajando aquí.
– ¿Por que?
–No, olvídalo pequeña… ¿que te parece si mandamos a algún oficial a comprarnos helado?
–Eso es genial…
McCarthy vio como los ojos de Elizabeth se iluminaron con esa proposición.
– ¿Cual es tu favorito? El mío es el de fresa
– ¡El mío también! –la niña ahogó un suspiro emocionado–. El otro capitán de mi mamá era muy bueno pero usted es mejor.
–Solo por eso – McCarthy saca su placa y se la entrega– te declaro capitana de homicidios Manhattan por un día. ¿Que te parece?
– ¿En serio? ¿Yo?
–Si… serás la jefa de tu mamá.
Elizabeth agarra la placa y se queda observándola con sorpresa e incredulidad.
Horas después los detectives regresan, Tim traía un sospechoso esposado. Elizabeth y McCarthy están en la sala mientras ellos se les acercan.
– ¿Es un criminal? –pregunta Elizabeth.
–Así parece –Santana le responde sonriéndole, mientras que Tim desvía el camino para llevarlo a interrogar.
–Un momento –pide la niña– señor es usted mío malo, esas cosas no se hacen. –luego dirige la mirada hacia Tim– Detective Tim enciérrelo en la cárcel.
Todos se quedan viendo a Elizabeth con cara de sorpresa, a excepción de McCarthy que estaba divirtiéndose con la escena.
–Así será –Tim le sonríe y sigue su camino.
Tanto Santana como Brittany se dan cuenta que la niña lleva en su cintura, la placa de. McCarthy Así que después lo miran para saber que sucede.
–Es la nueva capitana por el día de hoy– McCarthy los pone al tanto– así que están bajo sus ordenes.
–Ya veo –Santana asiente.
– ¿Detectives como les fue?
Amanda, santana y Brittany se miran las caras y luego a la niña quien seguía metida en su personaje, y McCarthy muy orgulloso de ella.
–Bueno capitana –comienza Amanda– el día estuvo muy agitado, ya sabes que ahí que ser duro con los villanos.
–Supongo que por ser mi hija la capitana puedo sacar provecho. ¿Puedo irme a mi casa?
–No detective Lopez, eso significa que tiene que trabajar el doble.
Todos comenzaron a reír a excepción de Santana, quien la miró con sorpresa.
–Ella es buena para esto –afirma McCarthy
Elizabeth sonríe y abraza a su mamá.
–Te extrañé mucho mami.
–Y yo a ti mi princesa. ¿Te portaste bien?
–Si. ¿Nos podemos ir a casa ahora? Estoy cansada.
Santana mira la hora, eran las siete de la noche y aun le quedaba una hora de trabajo.
–Me temo que tendremos que esperar otro poco más.
–El capitán me explicó las funciones de un capitán, y como yo soy la capitana digo que nos podemos ir. Es una orden detective.
–Dos días mas y pondrá mi escuadrón de cabeza. Ya vayan a casa.
–Gracias capitán.
Elizabeth le entrega su placa y lo abraza.
–Fue divertido.
–Espero verte pronto por aquí.
Santana agarra su abrigo y las cosas de su hija, después la toma de la mano y caminan a la salida.
–Buenas noches para todos.
–Britt apresúrate. –dice la niña viendo hacia ella cuando ya llegaban a los ascensores.
–Hay cariño yo no…
–Brittany tú también te puedes ir.
–Capitán yo… gracias.
Ella tomó su abrigo y en unos cuantos pasos apresurados los alcanzó.
Una vez dentro del vehículo. Santana se dirigió hacia un automarcado para comprar comida, ya que durante el día se le hacia difícil.
Las tres ayudaban a colocar las compras es sus respectivos lugares: nevera, alacena…
- Necesito conseguir una niñera. No puedo llevarme a Lizzie para el trabajo todos los días.
–A mi me gusto mamá. Todos son muy buenos.
–Creo que te gustó ser la capitana ¿eh? –Britrtany ayuda a Lizzie a subir a un banco para que coloque una de las latas de guisantes en la alacena.
–Si… quiero ser como el capitán McCarthy y mandar a todos.
–Esa es una de las razones por las que necesito una niñera, si ella pasa unos días mas con McCarthy no habrá acabado la escuela cuando ya quiera irse a la academia.
–Bueno quizás yo tengo la solución. Hay una chica que vive en mi edificio que cuida niños. Es hija de un coronel y puedo dar fe de que es muy responsable.
–Si es recomendada por ti, sé que es buena para esto.
– ¿Oye Britt tu sabes cocinar? Mi mamá prepara un rico pollo.
–Bueno yo sé preparar una rica carne. Te aseguro que cuando la pruebes la vas a amar.
– Britt estas a punto de conversarme de algo.
– ¿Y eso que será?
–No te lo puedo decir.
Brittany mira a Santana con expresión interrogante para saber si ella tenia idea de lo que su hija hablaba, pero solo se encogió de hombros.
El viernes llegó y Santana salió con Amanda y otras oficiales del escuadron. Elizabeth se quedaría con Brittany ya que la nueva niñera no podía cuidar de ella.
–Hija pórtate bien con Britt
–Si mamá.
Santanale da un beso en la mejilla y luego le dirige a Brittany.
–Gracias por este favor.
–No es nada. Ya sabes que estar con tu hija es muy divertido.
camina hacia la puerta, colocándose antes su abrigo.
–Una ultima cosa, Brittany no la dejes comer helado a esta hora ni porque te haga caritas, ni pucheros por favor.
–Pero mamá.
–Sin peros, Elizabeth, ya sabes lo que pasó la ultima vez.
–No te preocupes… no me convencerá.
–Los López ponemos ser muy persuasivos Brittany. –Santana le sonríe amplio y hermoso, y ella supo de inmediato que tenia toda la razón. Con esa sonrisa ella seria capas de lo que él le pidiera– estaré, espero que a las doce.
Con esto, ella se retiró dejándolas solas.
– ¿Y ahora que hacemos? –Le pregunta Brittany a Elizabeth, mientras se dirigían al mueble–. ¿Tienes algún juego de mesa o algo?
–Si, pero mejor veamos películas en mi cuarto ¿te parece?
–Está bien.
Brittany se sienta en la cama, mientras que Elizabeth busca una película en su amplia colección.
–Mi mamá me compra todas las películas de princesas. Aunque primero vamos al cine a verlas. ¿Cual quieres ver? Yo las he visto todas.
–Ah… no sé.
– ¿Cual has visto?
Brittany se quedó pensativa. No fue una persona que precisamente veía muchas películas infantiles.
–La bella durmiente… ¿es la que se come una manzana y queda dormida hasta que el príncipe la besa?
Elizabeth soltó una carcajada.
–Oh Britt eres muy chistosa. ¿Como crees? Esa es la que se pincha el dedo con una aguja, y la que come la manzana es blanca nieves.
Brittany se sintió desactualizada en todo sentido. Una niña de a penas cinco años tenia mas ideas de unos cuentos infantiles que databan de su época, que ella misma.
–Digamos que confundí los personajes. –sonríe para tapar su falta.
–Bueno no te preocupes, las podemos ver todas. O si quieres podemos jugar a las muñecas también, tengo muchas.
–Creo que ver películas será mejor idea. Otro día jugamos a las muñecas
–Bueno, está bien. ¿Sabes algo? Mi mamá juega muñecas conmigo.
– ¿De verdad?
–Si, mira –Elizabeth fue por su casa de muñecas– aquí esta la reina y la princesa. Solo falta la otra reina.
Olivia percibió la tristeza en los ojos de Elizabeth al referirse a la otra reina. Sabia que a la niña le hacia falta una de sus madres, así que trataría de brindarle todo el cariño que sea posible. Al final decidieron ver la sirenita.
Santana llegó a la casa alrededor de las doce y cuarenta y cinco. Fue lo mas silencioso posible al abrir la puerta del cuarto de Elizabeth. La escena que a continuación vio fue lo más enternecedor que había visto en mucho tiempo: Brittany y Elizabeth estaban dormidas en la cama. Ambas acurrucadas, Brittany le tenia una brazo protector sobre la cintura.
Debido a la hora no quiso levantar a Brittany, así que las dejó dormir a gusto y se fue a su recamara. Mas feliz que nuca de tener a una nueva y maravillosa mujer en su vida.
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
awww ..........con capitulos como este acabare por tener un colapso nervioso ante tanta perfeccion y dulzura juntas
Saludos, hasta la proxima actualizacion
Saludos, hasta la proxima actualizacion
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Uno de los mejores fic que he tenido la suerte de encontrar!
luisa triana***** - Mensajes : 266
Fecha de inscripción : 11/09/2012
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
estubo muy bueno! por mas de que no TAANTA gente lo comente yo estaria feliz de que lo sigas, porque ya me paso que cerraron un fic que yo AMABA! y fue por no comentar. nos leemos...
isababela******* - Mensajes : 470
Fecha de inscripción : 18/01/2012
Edad : 26
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
continualo esta buenisimo quiero saber que pasara con Britt y San...
santanitty88****** - Mensajes : 314
Fecha de inscripción : 31/08/2012
Edad : 36
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
owww pero que ternura Britt y Elizabet juntas*.* me ha encantado el capitulo y como poco a poco se estan enamorando, espero tu actualizacion un beso:)
brittanasfor4ever*** - Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 20/11/2012
Capitulo 6: ¿tiene novia?
Capitulo 6: ¿tiene novia?
El domingo Santana y Elizabeth se alistaban para ir al departamento de Brittany después de que ella la invitó a cenar.
–Lista, mami.
– ¿Que tal me veo? –Santana le pregunta a su hija mientras terminaba de arreglar su vestido.
Elizabeth se cruza de brazos y la observa de abajo hacia arriba.
–Tranquila mami que a Britt le va a gustar.
– ¿Por qué dices eso? No me arreglo para britt. –hizo lo posible para parecer lo mas convincente.
–Si claro. Y yo tengo dos años.
Santana voltea a mirar a su hija con una expresión casi indescifrable.
–No pero tienes cinco. Estas muy pequeña todavía.
–Pero si yo lo he visto.
– ¿Has visto que?
–Como tus ojitos se iluminan cuando la vez. ¿Te gusta ella verdad?
Hora de la verdad. Su hija se había tardado en preguntárselo, y sabia que una vez que le dijera que si le gustaba Brittany, la magia se acabaría.
–Lizzie –Santana se coloca a la altura de su hija y la sujeta de los hombros– cariño no quiero que lo tomes a mal o después de esto tu cambies tu trato hacia Brittany, sé que lo haces con todas las mujeres con las que he intentado salir… la verdad es que si me gusta y mucho.
Elizabeth quedó en silencio, lo que hiso que Santana se acongojara. Su hija le había dicho muchas veces que no quería una madrastra, ya que así estaban bien. Claro, estaba pequeña y aun no conoce de las necesidades tantos del corazón como las carnales de una persona. La necesidad de amar y ser amado. El saber que cuando se llaga a casa vas a tener a esa persona especial que te espera, y que cuando vas a la cama tendrás un cálido cuerpo al cual abrazar y simplemente sentirse viva.
–Está bien mami.
– ¿Segura? –Santana no lo podía creer.
–Si… ahora nos podemos ir.
Ella no quedó muy convencida en la seguridad que su hija le daba, pero igual no quería presionarla. Al llegar al departamento de Brittany, la cena estaba casi lista. Ella estaba vestida de manera casual y llevaba un delantal, pero evitar ensuciarse.
El celular de Santana comenzó a sonar.
–Hey preciosa –él saludó con entusiasmo. Brittany colocaba la mesa con la ayuda de Elizabeth– ¿como estas?... eso es bueno. Sabes que te quiero con todo mi corazón.
La conversación no tardó en llamar la atención de Brittany, ya que Santana le hablaba con mucho cariño a esa mujer. Su intestino comenzó a retorcerse. ¿Acaso tenía alguna pretendiente y no le había dicho nada? Bueno a decir verdad solo eran amigas. Hasta ahora no mostraba un mayor interés en ella, mas cuando la miraba a los ojos de una manera que la hacia erizar completa.
–Bien cariño. Hasta la próxima semana. Te quiero. –Santana cuelga su celular– Hey Lizzie, ¿adivina quien bien la próxima semana a visitarnos?
– ¡Samanta!
– ¡Si!
La pequeña comenzó a dar brincos de la emoción. Brittany seguía en la cocina, podía jurar que el apetito se le había quitado. Pero lo mejor era aparentar que estaba bien y no que el hecho de que Santana ya tenia novia le afectaba. Era lógico. ¿Que mujer no estaría encantada de estar alguien tan maravillosa que además tienes una hija increíble?
–Britt –Santana la hizo volver de sus pensamientos– pronto vas a conocer a la segunda mujer mas importante de mi vida.
¡Por Dios! ella estaba feliz, debía querer mucho a su novia y ella haciéndose falsas ilusiones
–Por que no me lo dijiste… yo no…
–Estoy segura que mi otra hija, Samanta, te agradará también.
–Me hubiera hecho… ¿perdón? ¿Que? ¿Tu otra que?
–Mi otra hija. Es una locura que no te la haya mencionado antes. Tengo una hija, de diez años.
Ella se quedó literalmente en shock. Esto era algo completamente inesperado aunque mil veces mejor que el hecho de que tuviera novia.
– ¿Tenemos una semana conociéndonos y no habías mencionado que tienes otra hija? ¿Hay alguna otra cosa que deba saber?
Santana sonrió con diversión, agarró una tirilla de papa frita y la comió. Después de esto miró a Brittany mientras se le acercaba.
-Bueno creo firmemente que debes saber que tienes los ojos más hermosos y la sonrisa más encantadora que jamás haya visto.
–Ah… –Brittany quedó sin aliento una vez más. Santana parecía tan sincera al momento de decir esas palabras. Para ella iba a ser muy difícil evitar enamorarse–.- Yo…
–Tengo hambre. –Se quejó Elizabeth entrando en la cocina–. ¿Podemos comer ya?
–Claro hija. –Santana ayudó a Brittany a llevar el resto de las cosas a la mesa.
La cena se estaba llevando a cavo en silencio. Algo no muy común entre ellas. Brittany aun no terminaba de procesar todo lo que Santana le había dicho.
Santana estaba buscando la manera de acercase mas a Brittany. Y Elizabeth estaba más segura que nunca que su mamá estaba muy interesada en la mujer que ella le agradaba.
– ¿Britt tu tienes novio o novia?
Brittany levanto la mirada de su comida para dirigirla a Elizabeth, no sin darse cuenta que Santana la miraba con algo de expectación por su respuesta.
–No cariño.
–Mi mamá tampoco
Brittany mira a santana quien sonríe por la aseveración de su hija.
–Bueno digamos que en gran parte se debe porque tú y tu hermana se encargan de que ninguna mujer se me acerque.
–Es que no queremos una madrastra fea y mala…
–Oye, tampoco tengo tal mal gusto.
–No, pero no nos gustaba ningunas. Sami y yo estamos buscando la indicada para ti y para nosotras, –después de eso miró a Brittany
Santana le hace una caricia a su hija en la mejilla.
–Bueno espero que la encuentren pronto ¿eh?
–mami creo que tu también la encontraste… sabes que Britt, mi mamá gusta de ti.
Brittany quien bebía agua en ese momento, sintió ahogarse y comenzó a toser.
–Elizabeth. –Santana parecía enojada.
Brittany respiró un par de veces antes de que por fin calmara su voz.
–Solo digo la verdad. ¿Britt a ti no te gusta mi mamá?
–Ya basta Elizabeth, deja de hacer comentarios incómodos. ¿Acaso quieres que Brittany no nos invite más?
–No fue mi intención –la niña bajó la mirada.
–Hay cielo no te pongas así –Brittany la consuela –sé que no fue tu intención. Es solo que ese tipo de temas no es algo para conversarlo. Tu mamá y yo solo somos amigas
Si antes de esa conversación todo estaba en silencio. Ahora el nuevo silencio que se estableció era incomodo. Santana y Brittany se miraban con cierta vergüenza.
gracias a todos por comentar
El domingo Santana y Elizabeth se alistaban para ir al departamento de Brittany después de que ella la invitó a cenar.
–Lista, mami.
– ¿Que tal me veo? –Santana le pregunta a su hija mientras terminaba de arreglar su vestido.
Elizabeth se cruza de brazos y la observa de abajo hacia arriba.
–Tranquila mami que a Britt le va a gustar.
– ¿Por qué dices eso? No me arreglo para britt. –hizo lo posible para parecer lo mas convincente.
–Si claro. Y yo tengo dos años.
Santana voltea a mirar a su hija con una expresión casi indescifrable.
–No pero tienes cinco. Estas muy pequeña todavía.
–Pero si yo lo he visto.
– ¿Has visto que?
–Como tus ojitos se iluminan cuando la vez. ¿Te gusta ella verdad?
Hora de la verdad. Su hija se había tardado en preguntárselo, y sabia que una vez que le dijera que si le gustaba Brittany, la magia se acabaría.
–Lizzie –Santana se coloca a la altura de su hija y la sujeta de los hombros– cariño no quiero que lo tomes a mal o después de esto tu cambies tu trato hacia Brittany, sé que lo haces con todas las mujeres con las que he intentado salir… la verdad es que si me gusta y mucho.
Elizabeth quedó en silencio, lo que hiso que Santana se acongojara. Su hija le había dicho muchas veces que no quería una madrastra, ya que así estaban bien. Claro, estaba pequeña y aun no conoce de las necesidades tantos del corazón como las carnales de una persona. La necesidad de amar y ser amado. El saber que cuando se llaga a casa vas a tener a esa persona especial que te espera, y que cuando vas a la cama tendrás un cálido cuerpo al cual abrazar y simplemente sentirse viva.
–Está bien mami.
– ¿Segura? –Santana no lo podía creer.
–Si… ahora nos podemos ir.
Ella no quedó muy convencida en la seguridad que su hija le daba, pero igual no quería presionarla. Al llegar al departamento de Brittany, la cena estaba casi lista. Ella estaba vestida de manera casual y llevaba un delantal, pero evitar ensuciarse.
El celular de Santana comenzó a sonar.
–Hey preciosa –él saludó con entusiasmo. Brittany colocaba la mesa con la ayuda de Elizabeth– ¿como estas?... eso es bueno. Sabes que te quiero con todo mi corazón.
La conversación no tardó en llamar la atención de Brittany, ya que Santana le hablaba con mucho cariño a esa mujer. Su intestino comenzó a retorcerse. ¿Acaso tenía alguna pretendiente y no le había dicho nada? Bueno a decir verdad solo eran amigas. Hasta ahora no mostraba un mayor interés en ella, mas cuando la miraba a los ojos de una manera que la hacia erizar completa.
–Bien cariño. Hasta la próxima semana. Te quiero. –Santana cuelga su celular– Hey Lizzie, ¿adivina quien bien la próxima semana a visitarnos?
– ¡Samanta!
– ¡Si!
La pequeña comenzó a dar brincos de la emoción. Brittany seguía en la cocina, podía jurar que el apetito se le había quitado. Pero lo mejor era aparentar que estaba bien y no que el hecho de que Santana ya tenia novia le afectaba. Era lógico. ¿Que mujer no estaría encantada de estar alguien tan maravillosa que además tienes una hija increíble?
–Britt –Santana la hizo volver de sus pensamientos– pronto vas a conocer a la segunda mujer mas importante de mi vida.
¡Por Dios! ella estaba feliz, debía querer mucho a su novia y ella haciéndose falsas ilusiones
–Por que no me lo dijiste… yo no…
–Estoy segura que mi otra hija, Samanta, te agradará también.
–Me hubiera hecho… ¿perdón? ¿Que? ¿Tu otra que?
–Mi otra hija. Es una locura que no te la haya mencionado antes. Tengo una hija, de diez años.
Ella se quedó literalmente en shock. Esto era algo completamente inesperado aunque mil veces mejor que el hecho de que tuviera novia.
– ¿Tenemos una semana conociéndonos y no habías mencionado que tienes otra hija? ¿Hay alguna otra cosa que deba saber?
Santana sonrió con diversión, agarró una tirilla de papa frita y la comió. Después de esto miró a Brittany mientras se le acercaba.
-Bueno creo firmemente que debes saber que tienes los ojos más hermosos y la sonrisa más encantadora que jamás haya visto.
–Ah… –Brittany quedó sin aliento una vez más. Santana parecía tan sincera al momento de decir esas palabras. Para ella iba a ser muy difícil evitar enamorarse–.- Yo…
–Tengo hambre. –Se quejó Elizabeth entrando en la cocina–. ¿Podemos comer ya?
–Claro hija. –Santana ayudó a Brittany a llevar el resto de las cosas a la mesa.
La cena se estaba llevando a cavo en silencio. Algo no muy común entre ellas. Brittany aun no terminaba de procesar todo lo que Santana le había dicho.
Santana estaba buscando la manera de acercase mas a Brittany. Y Elizabeth estaba más segura que nunca que su mamá estaba muy interesada en la mujer que ella le agradaba.
– ¿Britt tu tienes novio o novia?
Brittany levanto la mirada de su comida para dirigirla a Elizabeth, no sin darse cuenta que Santana la miraba con algo de expectación por su respuesta.
–No cariño.
–Mi mamá tampoco
Brittany mira a santana quien sonríe por la aseveración de su hija.
–Bueno digamos que en gran parte se debe porque tú y tu hermana se encargan de que ninguna mujer se me acerque.
–Es que no queremos una madrastra fea y mala…
–Oye, tampoco tengo tal mal gusto.
–No, pero no nos gustaba ningunas. Sami y yo estamos buscando la indicada para ti y para nosotras, –después de eso miró a Brittany
Santana le hace una caricia a su hija en la mejilla.
–Bueno espero que la encuentren pronto ¿eh?
–mami creo que tu también la encontraste… sabes que Britt, mi mamá gusta de ti.
Brittany quien bebía agua en ese momento, sintió ahogarse y comenzó a toser.
–Elizabeth. –Santana parecía enojada.
Brittany respiró un par de veces antes de que por fin calmara su voz.
–Solo digo la verdad. ¿Britt a ti no te gusta mi mamá?
–Ya basta Elizabeth, deja de hacer comentarios incómodos. ¿Acaso quieres que Brittany no nos invite más?
–No fue mi intención –la niña bajó la mirada.
–Hay cielo no te pongas así –Brittany la consuela –sé que no fue tu intención. Es solo que ese tipo de temas no es algo para conversarlo. Tu mamá y yo solo somos amigas
Si antes de esa conversación todo estaba en silencio. Ahora el nuevo silencio que se estableció era incomodo. Santana y Brittany se miraban con cierta vergüenza.
gracias a todos por comentar
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
:O tiene otra hija? esa no la veia venir jajaj pero me mato de ternura Elizabeth tratando de ya emparejar a su mami con britt esperemos que a samantha tambien le agrade la rubia, un beso:)
brittanasfor4ever*** - Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 20/11/2012
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Quiero otro capitulo :c espero actualices pronto! *-* ya quiero que la relación de Brittany y Santana se empieza a dar! estoy muy emocionada y la cosita tierna de Elizabeth awwww *-* espero estés bien, cuídate! <3
Invitado- Invitado
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
siii ........definitivamente amo la actitud de Elizabeth.......jejeje que manera de poner a San en una situacion tan inesperada cuando Lizzie dice que a su mama le gusta Britt
Saludos, hasta la proxima actualizacion
Saludos, hasta la proxima actualizacion
_Claudia_100%fanGLEE_Bol-* - Mensajes : 1976
Fecha de inscripción : 26/06/2012
Capitulo 7: ¿una cita?
Capitulo 7: ¿una cita?
Los días siguieron trascurriendo con normalidad. Después de lo sucedido en el departamento de Brittany, Santana se había vuelto más profesional que amiga.
Ambas estaban en la calle persiguiendo un sospecho. Sin poder evitarlo el hombre empujó a Brittany y ella cayo golpeándose la rodilla. Santana logró doblegarlo y esposarlo usando fuerza algo excesiva pata hacerlo pagar por empujarla.
– ¿Estas bien? –le preguntó él llevando al hombre al vehículo.
–Si – Brittany se quejó al momento de ponerse de pie, pero en general no había sido nada grave.
En la estación. Tim se encargó de hacer el interrogatorio. Mientras que Brirttany se fue al cuarto de descanso y Santana la siguió. Ella se sentó en una de las camas y subió su pantalón para revisar el golpe en su pierna. Tenía un pequeño corte.
–Te llevo al medico.
–No es nada.
–Como no –ella fue por el botiquín de primeros auxilios– voy a curarte entonces.
Santana se sienta en el suelo, justo frente a ella.
–De verdad no es nada.
–Esto va a arder un poco –Santana no le hiso caso a ella y prosiguió a curarla–. Así que aguanta.
Limpió la sangre y luego aplicó el peróxido con cuidado. Brittany por más que aguantó igual dejó escapar un pequeño grito de dolor, el cual comenzó a disminuir en el momento en que él sopló con cuidado su herida.
– ¿Mejor?
Ella asintió. Santana terminó de curarla y le colocó unas curitas, protectoras.
–Gracias.
Britt yo… quería preguntare algo desde hace días –fue a colocar el botiquín en su lugar y regresó a su lado–. Tu, bueno no sé si se pueda… yo quería invitarte a cenar.
Ella dejó escapar el aire que había retenido.
–Claro. ¿A que hora en tu casa?
–Oh no… me refiero cenar tu y yo en un restauran.
– ¿Nosotros? ¿Y Lizzie?
–Pues la niñera esta disponible este viernes… esto seria algo así como: una cita. ¿Que dices?
Su mirada parecía expectante por su respuesta.
–Si… está bien.
La recompensa a esa respuesta fue la amplia sonrisa que Santana le regaló.
El viernes llegó y con el, todos los nervios que Brittany sentía. Le gustaba el hecho que fuera a salir con Santana, le gustaba el hecho de que consideraba su salida como una cita… Su habitación era un campo de batalla, todo esta regado. No sabia que ropa ponerse, según ella nada le quedaba bien. Sin duda parecía la típica adolescente que va a salir con la primera persona que le gusta, y en cierto punto era así. Justo antes de la hora tope, se decidió por un ajustado jeans y un suéter verde aceituna. Su cabello suelto y maquillaje simple pero que destacaba su rostro. Podía parecer un look informal pero era representativo.
Un suspiro de alivio escapó de Brittany cuando vio a Santana. Ella iba vestida igualmente informal, ella se había arrepentido de su ropa un minuto antes ya que no sabía si debía vestirse formal, ya que no le había avisado.
–Estás hermosa.
Las mejillas de Brittany se sonrojaron al escucharlo.
–Yo no sabía como… –ella señaló su ropa.
– ¡Oh, no, no! Esta hermosa. Muy hermosa. ¿Nos vamos?
Brittany gustosamente acepta ser escoltada hacia la noche de ensueños que le espera junto a la mujer que la hacia sentir importante, pero sobre todo, estaba despertando el amor en un corazón. Ese amor que hasta ahora estaba cerrado.
Ella se extrañó cuando vio que un taxi los esperaba.
– ¿Y tu vehículo?
–Hoy quiero que vivamos una típica noche neoyorquina.
Brittany no tuvo ninguna objeción a eso. Dejó que ella se encargara de todo.
Santana la llevó a un restauran de corte bohemio y apartado del bullicio de la ciudad. Quería tenerla lo más cerca posible. Esta noche era importante porque le demostraría que no simplemente la quería como compañera de trabajo sino como una compañera para su vida.
–Esta lindo el lugar –ella mira a su alrededor– nunca había venido aquí.
–Me alegra saber eso. Quiero que todo ésta noche sea una nueva experiencia para ti.
Santana no dejaba de verla de esa manera especial y tentadora. Ella sentía que su corazón se enamoraba más de ella, de sus gestos, su atención, su sonrisa, sus ojos… su pequeña hija.
–Gracias…
–Creo que te debo algunas explicaciones.
– bueno la verdad saber que tenias otra hija… ¿Samanta se llama? ¿Porque no está contigo?
–Es una larga historia…
Cuando Santana conoció a Summer su primera esposa ella ya tenia una hija la cual es Samanta, cuando Summer murió de cáncer Samy tenia cuatro años y Elizabeth a penas tenia ocho meses. Los padres de Summer siendo personas influyentes llevaron a Santana a juicio para quitarle las niñas, principalmente porque Samanta no era hija de Santana, además, ella era una detective con un sueldo mínimo y sin otro apoyo familiar, haciéndose cargo dos niñas, y ellos se valieron de eso para intentar quitársela. La batalla legal fue ardua y al final llegaron a un acuerdo de que ellos se quedarían con una niña y Santana con otra.
–Fue horrible separarme de mi bebé, pero no tenia opción. Mi abogado me dijo que si no aceptaba el trato ellos me quitarían a las dos. –ella se encoje de hombros y baja la mirada por un momento–. Pero puedo verla cuando quiera y me permiten pasar vacaciones con ella o algunas semanas que no tenga clases como la semana próxima.
Brittany tomó la mano de Santana para hacerle saber que entendía su padecimiento. Podía notar en sus facciones lo que le afectaba hablar del tema.
–Eres una madre maravillosa. Elizabeth es una niña increíble… ¿no existe una manera de recuperarla?
–Si, –la mira fijamente–. Casándome.
Brittany traga hondo y disimuladamente aparta la mano.
– ¿Y por qué no lo has hecho? –le preguntó con cierta restricción.
–Porque mis hijas le hacen la guerra a cualquier mujer u hombre con los que salgo… a la última insistieron jugar a la peluquería y no querrás saber como la dejaron. Ellas son un par de ángeles traviesos. Todas las mujeres salen corriendo una vez que las conocen…
Brittany no dejaba de reír al escuchar como Santana le contaba todas las travesuras que sus pequeñas les hacían a todas las mujeres que pretendía y de alguna manera amaba más a esas niñas.
–Pues como veras –continuó– ellas son especiales, y se me ha hecho imposible encontrar a la mujer indicada.
Santana agarró la mamo de ella y entrelazó los dedos, mientras sus ojos no apartaban los suyos. Para Santana, ella era la única persona del lugar. Fuera de ella no existía nada ni nadie en ese momento.
–San…
–Pero desde que te conocí siento que eso ha cambiado.
El aire que Brittany había sostenido segundos antes fue expulsado con rapidez. Su corazón palpitaba con locura y en su estomago sentía una revolución de mariposas. Ella iba a decir algo pero la interrumpió
–Solo te pido una oportunidad Britt, déjame demostrarte que puedo ser una mujer digna de tus sentimientos. Sé que conmigo traigo una responsabilidad pero… –le coloca la otra mano en la mejilla y la acaricia suavemente–… me gustas mucho.
Gracias de nuevo por sus comentarios ya le quedan pocos capitulos
Los días siguieron trascurriendo con normalidad. Después de lo sucedido en el departamento de Brittany, Santana se había vuelto más profesional que amiga.
Ambas estaban en la calle persiguiendo un sospecho. Sin poder evitarlo el hombre empujó a Brittany y ella cayo golpeándose la rodilla. Santana logró doblegarlo y esposarlo usando fuerza algo excesiva pata hacerlo pagar por empujarla.
– ¿Estas bien? –le preguntó él llevando al hombre al vehículo.
–Si – Brittany se quejó al momento de ponerse de pie, pero en general no había sido nada grave.
En la estación. Tim se encargó de hacer el interrogatorio. Mientras que Brirttany se fue al cuarto de descanso y Santana la siguió. Ella se sentó en una de las camas y subió su pantalón para revisar el golpe en su pierna. Tenía un pequeño corte.
–Te llevo al medico.
–No es nada.
–Como no –ella fue por el botiquín de primeros auxilios– voy a curarte entonces.
Santana se sienta en el suelo, justo frente a ella.
–De verdad no es nada.
–Esto va a arder un poco –Santana no le hiso caso a ella y prosiguió a curarla–. Así que aguanta.
Limpió la sangre y luego aplicó el peróxido con cuidado. Brittany por más que aguantó igual dejó escapar un pequeño grito de dolor, el cual comenzó a disminuir en el momento en que él sopló con cuidado su herida.
– ¿Mejor?
Ella asintió. Santana terminó de curarla y le colocó unas curitas, protectoras.
–Gracias.
Britt yo… quería preguntare algo desde hace días –fue a colocar el botiquín en su lugar y regresó a su lado–. Tu, bueno no sé si se pueda… yo quería invitarte a cenar.
Ella dejó escapar el aire que había retenido.
–Claro. ¿A que hora en tu casa?
–Oh no… me refiero cenar tu y yo en un restauran.
– ¿Nosotros? ¿Y Lizzie?
–Pues la niñera esta disponible este viernes… esto seria algo así como: una cita. ¿Que dices?
Su mirada parecía expectante por su respuesta.
–Si… está bien.
La recompensa a esa respuesta fue la amplia sonrisa que Santana le regaló.
El viernes llegó y con el, todos los nervios que Brittany sentía. Le gustaba el hecho que fuera a salir con Santana, le gustaba el hecho de que consideraba su salida como una cita… Su habitación era un campo de batalla, todo esta regado. No sabia que ropa ponerse, según ella nada le quedaba bien. Sin duda parecía la típica adolescente que va a salir con la primera persona que le gusta, y en cierto punto era así. Justo antes de la hora tope, se decidió por un ajustado jeans y un suéter verde aceituna. Su cabello suelto y maquillaje simple pero que destacaba su rostro. Podía parecer un look informal pero era representativo.
Un suspiro de alivio escapó de Brittany cuando vio a Santana. Ella iba vestida igualmente informal, ella se había arrepentido de su ropa un minuto antes ya que no sabía si debía vestirse formal, ya que no le había avisado.
–Estás hermosa.
Las mejillas de Brittany se sonrojaron al escucharlo.
–Yo no sabía como… –ella señaló su ropa.
– ¡Oh, no, no! Esta hermosa. Muy hermosa. ¿Nos vamos?
Brittany gustosamente acepta ser escoltada hacia la noche de ensueños que le espera junto a la mujer que la hacia sentir importante, pero sobre todo, estaba despertando el amor en un corazón. Ese amor que hasta ahora estaba cerrado.
Ella se extrañó cuando vio que un taxi los esperaba.
– ¿Y tu vehículo?
–Hoy quiero que vivamos una típica noche neoyorquina.
Brittany no tuvo ninguna objeción a eso. Dejó que ella se encargara de todo.
Santana la llevó a un restauran de corte bohemio y apartado del bullicio de la ciudad. Quería tenerla lo más cerca posible. Esta noche era importante porque le demostraría que no simplemente la quería como compañera de trabajo sino como una compañera para su vida.
–Esta lindo el lugar –ella mira a su alrededor– nunca había venido aquí.
–Me alegra saber eso. Quiero que todo ésta noche sea una nueva experiencia para ti.
Santana no dejaba de verla de esa manera especial y tentadora. Ella sentía que su corazón se enamoraba más de ella, de sus gestos, su atención, su sonrisa, sus ojos… su pequeña hija.
–Gracias…
–Creo que te debo algunas explicaciones.
– bueno la verdad saber que tenias otra hija… ¿Samanta se llama? ¿Porque no está contigo?
–Es una larga historia…
Cuando Santana conoció a Summer su primera esposa ella ya tenia una hija la cual es Samanta, cuando Summer murió de cáncer Samy tenia cuatro años y Elizabeth a penas tenia ocho meses. Los padres de Summer siendo personas influyentes llevaron a Santana a juicio para quitarle las niñas, principalmente porque Samanta no era hija de Santana, además, ella era una detective con un sueldo mínimo y sin otro apoyo familiar, haciéndose cargo dos niñas, y ellos se valieron de eso para intentar quitársela. La batalla legal fue ardua y al final llegaron a un acuerdo de que ellos se quedarían con una niña y Santana con otra.
–Fue horrible separarme de mi bebé, pero no tenia opción. Mi abogado me dijo que si no aceptaba el trato ellos me quitarían a las dos. –ella se encoje de hombros y baja la mirada por un momento–. Pero puedo verla cuando quiera y me permiten pasar vacaciones con ella o algunas semanas que no tenga clases como la semana próxima.
Brittany tomó la mano de Santana para hacerle saber que entendía su padecimiento. Podía notar en sus facciones lo que le afectaba hablar del tema.
–Eres una madre maravillosa. Elizabeth es una niña increíble… ¿no existe una manera de recuperarla?
–Si, –la mira fijamente–. Casándome.
Brittany traga hondo y disimuladamente aparta la mano.
– ¿Y por qué no lo has hecho? –le preguntó con cierta restricción.
–Porque mis hijas le hacen la guerra a cualquier mujer u hombre con los que salgo… a la última insistieron jugar a la peluquería y no querrás saber como la dejaron. Ellas son un par de ángeles traviesos. Todas las mujeres salen corriendo una vez que las conocen…
Brittany no dejaba de reír al escuchar como Santana le contaba todas las travesuras que sus pequeñas les hacían a todas las mujeres que pretendía y de alguna manera amaba más a esas niñas.
–Pues como veras –continuó– ellas son especiales, y se me ha hecho imposible encontrar a la mujer indicada.
Santana agarró la mamo de ella y entrelazó los dedos, mientras sus ojos no apartaban los suyos. Para Santana, ella era la única persona del lugar. Fuera de ella no existía nada ni nadie en ese momento.
–San…
–Pero desde que te conocí siento que eso ha cambiado.
El aire que Brittany había sostenido segundos antes fue expulsado con rapidez. Su corazón palpitaba con locura y en su estomago sentía una revolución de mariposas. Ella iba a decir algo pero la interrumpió
–Solo te pido una oportunidad Britt, déjame demostrarte que puedo ser una mujer digna de tus sentimientos. Sé que conmigo traigo una responsabilidad pero… –le coloca la otra mano en la mejilla y la acaricia suavemente–… me gustas mucho.
Gracias de nuevo por sus comentarios ya le quedan pocos capitulos
July Lopez_Pierce**** - Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 13/09/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
Pero porque lo dejas ahi!! Me encanta este fic.. pero porque?.. lo cortas ahi.. y me dejas con mi corazón en las manos?? ;( Genial cap! Cuidate!
Alice56** - Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 21/11/2012
Edad : 28
Re: Fic Brittana: Eres Tú-Capitulo20: The Family
di que siiiii Brittany Pierce ! jajajaj por dios me has dejado totalmente colgada actualiza ya de ya! por favor jajaja un besote:)
brittanasfor4ever*** - Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 20/11/2012
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
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Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
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Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
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Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
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Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
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Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
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Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
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Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
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Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1