|
Estreno Glee 5x17
"Opening Night" en:
"Opening Night" en:
Últimos temas
Los posteadores más activos de la semana
No hay usuarios |
Publicidad
{Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
+8
dii4n4
-=*::YoungGirl::*=-
johanna anderson
myka-chan
Crazy Vale
MariamXO
tamy22
dancolfer
12 participantes
Página 1 de 1.
{Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
- Hola a tod@s! Soy Daniella, pero diganme Blainer :3
Soy fans de Blaine y Kurt y quise escribir un fic de ellos, mi primer fic en este foro. Espero les guste y me den sus sugerencias. Como soy nueva me gustaría hacer amig@s aquí, así que si alguien quiere podemos contactarnos.
- Les dejo algunas cositas acerca del fic:
Reseña: Blaine y Kurt son dos jóvenes agentes de la CIA (Central Intelligence Agency), a quienes se les asigna una misión en conjunto debido a su indescriptible talento y joven apariencia. Es así como rápidamente se ven envueltos en una misión secreta que consiste en infiltrarse en la Universidad de Nueva York como dos estudiantes comunes y corrientes para dar con el líder y proveedor de una organización que está repartiendo una letal droga a los jóvenes del campus. La misión suena como algo fácil… el único problema es que Blaine y Kurt… bueno, se odian.
Género: AU (Alternative universe, mundo alternativo) Comedia/Romance, Acción.
Advertencia: Este fic no tiene nada que ver con Glee, a excepción de los personajes.
Personajes secundarios: Cooper Anderson, Finn Hudson, Sam Evans, Santana López, Brittany Pierce, Sebastián Smythe y algunos Warblers entre otros.
Nota del autor: Cada capítulo recibirá el nombre de “Fase” ya que es el término que se usa para nombrar cada paso de una misión. En cuanto a la ciudad y la universidad, no manejo mucha información así que muchos datos serán inventados, como horarios, calles e incluso las clases que se reparten en la universidad. En cuanto a Kurt y a Blaine estéticamente se ven y visten más como Chris Colfer y Darren Criss suelen vestirse en la vida real y sus personalidades difieren un poco de las que vemos en Glee, sin embargo ambos conservan su esencia.
"Mission Impossible"
Fase 001: Protocolo Klaine.
A veces ser invisible es considerado algo genial.
Sobretodo cuando a los quince años se puede llegar a ser víctima de bullying, ser invisible podría ser la salvación. Pero cuando a esa misma edad uno se convierte en recluta de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y comienza el entrenamiento para transformarse en espía secreto, ser invisible será simplemente uno de múltiples talentos. Y eso es genial.
Blaine Anderson lo supo cuando a los quince años entró en la CIA siguiendo la tradición familiar.
Porque si había familias en que generación tras generación se convertían en doctores o arquitectos, o los hijos heredaban las acciones de una compañía o crecían para ocupar el puesto de sus padres a la cabeza de una respetada financiera, para los Anderson, la tradición era ser espía.
Y Blaine lo había conseguido.
Tras cinco años de reclutamiento y arduo entrenamiento, el menor de los Anderson se había convertido en uno de los agentes más cotizados. Con decir que eran casi dos años de misiones sin contratiempos, solo éxito tras éxito. Una carrera brillante y apenas si había cumplido los 20 años de edad.
Todo un orgullo familiar. Y eso es algo que vale la pena mencionar. Porque cuando se trabaja en algo tan peligroso, y se lleva una vida tan extrema, no hay mucho tiempo para pasar con los amigos, ni existe la seguridad de entablar una relación amorosa, por lo que contar con su familia, con sus padres y con su hermano mayor Cooper, para Blaine era algo más que suficiente y no podía menos que hacerles sentir orgullosos.
Otra cosa que bien cabe señalar, es que no se puede trabajar de espía secreto sin ir haciéndose de enemigos en el camino. Familias de mafiosos, contrabandistas, ladrones internacionales, la lista de enemigos era larga para Blaine, y aunque muchos se encontraban tras las rejas y otros jamás se atreverían a vengarse, había un enemigo personal a quién Blaine no podía ignorar.
Porque no se puede escapar de Kurt Hummel, cuando él también era un espía secreto.
Sí. Blaine y Kurt eran dos agentes pertenecientes a la misma generación. Se habían convertido en reclutas a la misma edad y se habían graduado con los mismos honores. Y pese a que han pasado más tiempo juntos que muchas parejas antes de decidir contraer matrimonio, Blaine y Kurt se conocían en lo más mínimo, no se agradaban y no podían trabajar en equipo ni aunque el mundo dependiera de ello. En otras palabras: se odiaban.
Al principio había sido una cosa de inmadurez mezclada con soberbia. Pues ambos eran igual de talentosos, alumnos sobresalientes, los mejores reclutas y eso había hecho que entre ellos se forjara una especie de competencia constante. No podía existir dos súper agentes igual de bien dotados, por lo que desde un comienzo los dos lucharon por convertirse en el mejor y eso fue suficiente como para ponerlos uno en contra del otro. Sin mencionar sus opuestas personalidades, si Blaine rayaba en el exceso de confianza, Kurt caminaba por el mundo con una actitud conservadora. Dos polos opuestos que solo congeniaban en una misma idea: no se soportaban.
Aunque mucho de esta aversión se debía a una vez en particular, cuando Blaine en una de tantas fiestas, quiso ganarse a la reina del hielo, Kurt.
{Flashback
Era noche de franco. Los reclutas de tercer año tenían permiso los viernes, sábados y domingos para abandonar la academia, vestirse de civil y en general de disfrutar de un fin de semana como cualquier otro chico de dieciocho años. Y era tradición que cada viernes por la noche todos los reclutas (hombres y mujeres) asistieran a “007” un pub nocturno muy popular entre ellos.
Blaine Anderson bailaba como siempre en medio de la pista con un grupo de sus mejores amigos y amigas. Kurt por su parte se encontraba como siempre sentado en la barra bebiendo un trago sin alcohol, charlando apaciblemente con el camarero de turno. Pero la noche dio un vuelco. Alguien había hecho en el grupo de Blaine una broma pesada acerca de Kurt, debió haber sido algún despechado que tras haber sido ignorado por el chico, sugirió a modo de venganza una apuesta muy atractiva que incluía algo de dinero y la idea de ver quién lograría levantarse al joven esa noche. Blaine jamás entendió en ese momento que fue lo que lo llevó a aceptar la apuesta, jamás supo si había sido por el alcohol, o porque quería una vez más demostrar que era el mejor, o quizás y solo quizás muy en el fondo porque encontraba a Kurt condenadamente atractivo, que al final accedió a pagar cien dólares porque estaba más que seguro que al final de la noche conseguiría un beso de Kurt “La Reina del Hielo” Hummel. Y no solo era atractiva la idea de ganar dinero, sino el hecho de que en sus tres años dentro de la academia nadie, pero definitivamente nadie había conseguido llamar la atención de Kurt, y muchas y muchos lo habían intentado pero lo único que habían conseguido del muchacho de piel de porcelana había sido una sonrisa llena de lástima y algo así como “no, paso” o “no eres mi tipo” o “no ando en busca de una relación, pero gracias” pero siempre alguna frase que comenzaba con la palabra no. Al parecer nadie estaba a la altura de Kurt y eso, según la inmadura lógica de Blaine; lo hacia mucho más interesante.
Confiado, el menor de los Anderson se acercó a la barra y como si se tratara de una mera casualidad tomó asiento al lado de su objetivo.
— ¡Bueno música, ¿no?! — Dijo a modo de ganarse su atención.
Kurt giró lentamente su vista, como si no estuviese muy seguro de que aquel comentario vacío fuese dirigido hacia él, y levantó una ceja elegantemente enarcada una vez comprendió que era Blaine quién le hablaba, más guardó silencio.
—Vamos, Hummel. — volvió a hablar Blaine un poco menos seguro que antes. Con solo verle levantar la ceja, había comprendido que Kurt era para nada parecido a un chico de fácil acceso. — ¿Te comió la lengua algún ratón? — Bromeo ligero, aunque aquella pregunta tan cliché le había parecido la cosa más estúpida que había dicho nunca.
Pero Kurt rió suavemente y Blaine sintió que era una risa más bien de burla. — ¿Qué quieres, Anderson? — preguntó sin siquiera tomarse la molestia de ser educado.
— ¿No eres del tipo amigable, eh? — Blaine preguntó con sarcasmo. —En realidad, he venido a hablar contigo.
— Bueno, lástima por ti, pero estoy charlando ahora mismo. — Tomó un sorbo de su bebida y regresó su atención al camarero ignorando de forma rotunda a Blaine. Kurt realmente sabía como decir “lárgate” sin necesidad de expresarlo en voz alta.
Así que Blaine tubo que ser un poco más persistente y en silencio clavó firmemente su mirada color hazel en su presa. —Vamos, Hummel — bromeó. —No hay necesidad de ser tan frío.
— Déjame en paz— susurró Kurt con los dientes apretados. —Tengo la autoestima lo suficientemente alta como para prestarte atención.
— ¿Y supongo que piensas que a mi solo me prestan atención personas con baja autoestima? —Preguntó, sonriendo.
—Sí, lo pienso. — Y Kurt se pasó una mano peinando su castaña cabellera. — Pienso que eres de aquellos que a los demás le gustan porque eres fácil.
— Oye, me estás lastimando— Fingió Blaine entre pucheros llevándose una mano a su pecho. — Eso fue un comentario hiriente. Vas a tener que recompensarme por aquel insulto.
— ¿Es éste tu intento de coqueteo? — Preguntó Kurt. — Porque si es así, has fracasado. Épicamente…
Blaine se echó a reír. —Pero nunca fallo en el coqueteo. — Y revolvió los dedos por su pelo oscuro y rizado (al parecer ambos tenían la manía de pasarse la mano por sus cabellos) y ajustó su sonrisa torcida de forma arrogante. —Sólo estoy siendo amable. Trato de mantener una conversación agradable.
—Lo siento. No me interesa. —Kurt se dio la vuelta nuevamente y lo ignoró.
Pero Blaine no se movió. Ni siquiera una pulgada.
—Te puedes ir ahora— Reafirmó Kurt con fuerza.
Blaine suspiró. A los dieciocho años comprobó que paciencia no tenía ni una pizca y para no salir como el perdedor de la noche y quedar mal frente a sus amigos, decidió en hacer un trato con Kurt. —Oye, mira. De esto va la cosa. ¿Quieres ganarte cincuenta dólares?
Kurt se giró inmediatamente y quedó frente a frente con Blaine.
El chico ojos hazel prosiguió sin percatarse de la atónita mirada que Kurt le estaba brindando en ese momento. — Te doy cincuenta dólares si dejas que te bese, mira, te explico, lo que sucede es que…
Pero antes de que pudiese explicar de qué se trataba todo, Blaine sintió como sus ojos comenzaron a arder de pronto acompañado de una gotera incesante proveniente de su cabello empapado. Las gotas del líquido rojo oscuro brillaban en sus mejillas y su pelo de color marrón oscuro. Blaine rechinó su cincelada mandíbula de forma feroz. — ¡¿Qué mierda ha sido eso?! — Espetó, limpiándose la cara con el dorso de su mano. Clavando su fiera mirada en Kurt. Pero el chico estaba tan sorprendido como él, y seguía con su trago en la mano. ¿Quién entonces le había lanzado su trago encima?
— ¡Vuelve a hablarle a mi hermano de esa forma y te juro que el vaso lo quiebro en tu cabeza! — Blaine escuchó un grito proveniente desde el otro lado de la barra. El camarero había sido quién lo había atacado.
— ¿Y quién te crees tú para entrometerme en esto?— Respondió Blaine poniéndose de pie y aunque el camarero era quizás veinte centímetros más alto y mucho más grande, él sabía como dejar inconsciente a grandotes como ese.
— Tu coeficiente intelectual es realmente bajo. — Habló Kurt de pronto. Como si a su alrededor no estuviese pasando nada fuera de lo normal.
Blaine colocó sus puños cerrados a cada lado de su cadera.
Pero Kurt no se intimidó. — Dijo que era mi hermano, idiota.
Blaine parpadeó lentamente.
— Y sinceramente; agradece que mi hermano te atacó primero, porque de haber sido yo ya estarías en urgencias, Anderson.
Blaine bufó pero se mordió la lengua antes de responder. En el fondo sabía que había metido la pata y que en cierta forma se lo merecía. ¿Pero como podía haber sabido que el camarero era hermano de Kurt? Además de ser de esos sobreprotectores que son mucho más eficientes que un Pitbull. Y eso lo sabía por experiencia propia. Su hermano Cooper era de aquellos.
— Bueno, Anderson ¿Qué esperas? — Habló Kurt y por primera vez en la noche su voz sonó realmente molesta. — ¿Cincuenta dólares para que te bese? ¿Y que hubieses ganado tú? ¿Cien? ¿Y pavonearte con tus amigos porque quizás cumpliste tu cometido? No me interesa si esto tiene que ver con alguna apuesta estúpida o no. Porque en el fondo me halaga. Pero créeme… ahora si que terminaste por convertirte en un idiota para mi. Y por cincuenta dólares preferiría besar un sapo. No, miento. Besaría gratis a un sapo mucho antes de querer besarte a ti.
Dicho eso Kurt Hummel se levantó de su asiento y lo último que Blaine vio de él aquella noche fue al muchacho abriéndose camino por la pista de baile en dirección a la salida.
{Fin del Flashback
Las diferencias a partir de esa noche se incrementaron casi el doble entre los dos agentes especiales. Y aunque Blaine sabía que lo que había hecho, o más bien intentado había sido un error de su parte, jamás intentó disculparse al respecto, literalmente no le importaba. Habían pasado dos años desde aquel entonces. ¿Qué de significante podía tener un recuerdo de adolescencia para un agente exitoso como él? Blaine ni siquiera pensaba en eso cuando dos años después salió corriendo del ascensor que se había detenido en el quinto piso de la sede central de la CIA para tener una reunión a la cual estaba llegando tarde. Su hermano Cooper lo había citado con suma importancia y era su deber llegar con puntualidad. Redobló su ritmo mientras maquinaba en su cabeza una buena excusa para darle a su hermano y justificar su demora cuando sin darse cuenta se golpeó de bruces con la espalda de alguien. El sujeto se encontraba fuera la puerta de la oficina de Cooper. Inmediatamente el sujeto a quién había golpeado se giró para mirarlo a la cara mientras Blaine en tanto se llevó una mano a la frente guiado por el dolor. Cuando el malestar disminuyó, ajustó la vista y se encontró con un nuevo rostro que lo miraba con malhumor.
— ¿Hummel?
Éste le sonrió con sorna. — ¿Acaso estás ciego, Anderson?
Blaine suspiró. Lo que le faltaba, encontrarse con Kurt y más encima haberlo golpeado. De seguro Hummel haría un escándalo de proporciones para dejarlo como un idiota por lo sucedido, pero su sorpresa fue tal cuando lo único que vio hacer a Kurt fue cruzarse de brazos y apoyar su espalda a la pared.
— ¿Eso es todo Hummel? — Preguntó fingiendo interés. — ¿No me vas a insultar por haber chocado contigo? ¿No vas a intentar dejarme en ridículo? — Sonrió con suficiencia.
— No mereces mi atención, por lo menos no ahora. — Fue todo lo que Kurt dijo para volver a guardar silencio.
Blaine se encogió de hombros ignorándolo completamente y tocó la puerta dos veces para anunciar que había llegado.
— Cooper no está. — Volvió a hablar Kurt.
Blaine lo miró.
— Cuando llegué el iba saliendo de forma urgente, me dijo que volvería en un par de minutos, que solo se trataba de un papeleo.
— Oh. — Dijo Blaine ante la información, y aunque su personalidad curiosa se moría de ganas de preguntarle a Hummel que hacía él ahí, se abstuvo para no parecer interesado. Al final, ellos se llevaban mal así que no tenían porqué andar entablando conversaciones de pasillo.
Pasaron un par de minutos en el que ninguno dijo absolutamente nada cuando Cooper salió del ascensor, y clavó sus intensos ojos azules en ellos, cargando dos carpetas amarillas bajo el brazo.
— Me alegro de que hallan llegado. — Dijo a modo de saludo. Sacó una llave del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta de su oficina. — Lamento haberme demorado más de lo pensado. Adelante, pasen.
Ambos muchachos siguieron a Cooper entrando a la oficina al mismo tiempo, provocando que los dos se estancaran en la entrada. Blaine retrocedió inmediatamente y cedió el paso a Kurt. Éste giró los ojos con exasperación mientras Blaine sonreía pícaramente. — Las damas primero. — Se atrevió a decir.
Kurt lo golpeó con un certero puño en el brazo.
Y antes de que Blaine contestara, Cooper carraspeó sugarganta llamando su atención.
— Siéntense, por favor.
Los dos muchachos obedecieron al instante tomando asiento de mala gana uno al lado del otro, mientras Cooper tomó asiento en su sillón de cuero negro y comenzó a revolver su escritorio buscando y traspasando papeles de un cajón a otro.
Kurt no hizo preguntas. Blaine tampoco. Ni hablaron. Cooper seguía revolviendo papeles y hasta encendió su computadora. Cuando al fin tuvo todo en orden contempló al par de agentes. Kurt se estaba mirando las uñas, Blaine revisaba su iPhone. Cooper, pensativo, no intentó el inició de una conversación. Porque de seguro los chicos no estaban para conversar del clima o del último partido de beisbol que transmitieron por televisión, e intentar hacerlos hablar de cosas cotidianas solo incrementaría la incomodidad que Cooper sabía que los muchachos estaban sintiendo ahora mismo.
Así que decidió ir al grano.
Descansó los codos sobre su escritorio, entrelazó sus manos y apoyó su mentón sobre ellas. Tomó aire. — Bien chicos. — Dijo en voz alta. — Como ya sabrán, fui ascendido a director de la SAD (División de Actividades Especiales) y por lo mismo seré trasladado a Nueva York.
Ambos lo miraron inmediatamente dejando de lado lo que estaban haciendo. Blaine sonrió con autosuficiencia y Kurt asintió cordialmente.
Cooper volvió a llenar sus pulmones de aire. — Estaré a cargo de la división completa y del control de todas las misiones encubiertas. — Hizo una pausa tecleó algo en su computadora. Luego extendió las carpetas que traía consigo cuando bajó del ascensor y le dio una a cada uno. — Es una de las misiones de las que estaré a cargo.
Kurt alzó una ceja. El expediente estaba cerrado, más la portada llevaba impreso el título “Protocolo Klaine”. Inmediatamente Kurt supo de qué se trataba. Protocolo dentro de la agencia de la CIA significaba que la misión ya estaba planeada y que dentro de la carpeta se encontraban todos los pasos a seguir: el caso en específico, los sospechosos, el lugar de la investigación, como se llevaría a cabo y sobre todo el nombre de los agentes a cargo. Sin embargo... — ¿Klaine? ¿Esta palabra existe siquiera? — Se atrevió a preguntar.
Blaine miró a Cooper con intriga. Él también quería saber que significaba aquello. — ¿y que tiene que ver esto con nosotros? — Preguntó debido a un mal presentimiento.
Cooper sonrió débilmente, explicó. — La Universidad de Nueva York se ha visto azotada por una ola de bajas deportivas, varios atletas han tenido ataques y/o problemas respiratorios y todo porque alguien ha estado vendiendo una droga que se supone les entregaría más energía y mayor concentración, pero la droga ha resultado ser una farsa y ha llevado a varios al borde de la muerte. Casos de venta de drogas son comunes, pero alguien está vendiendo una droga que busca aniquilar a los deportistas. Todo hace pensar que el foco de la droga se encuentra dentro de la universidad, el quipo de futbol americano ha sido el más afectado, pero también lo han sido deportistas de otras disciplinas y por eso han recurrido a nosotros. Sobretodo ahora que comenzarán Las Nacionales de Atletismo Intercolegial y la Universidad de Nueva York será la sede. Se teme que la droga se traspase a atletas de otras universidades.
Kurt asintió. — La mayoría de los deportistas universitarios terminan luego convirtiéndose en atletas profesionales, muchos de ellos atletas olímpicos. Si están atacando a los más jóvenes, es de suponer que alguien no quiere que los deportistas universitarios lleguen muy lejos.
— Eres un chico suspicaz. Por eso es nuestra misión saber quién está detrás de todo esto.
— Un momento. — Intervino Blaine sin poder pasar por alto las palabras de su hermano. — ¿nuestra misión? ¿Qué quieres decir con nuestra?
Cooper Anderson sabía que lo que estaba a punto de hacer era quizás la misión más grande de todas. Y la más peligrosa a decir verdad. Y no sabía por dónde empezar. Porque no estaba preparado para esto. Y sí, tal vez manejaba más de doce idiomas, y tantas disciplinas de defensa personal como se le había hecho posible. Sabía desactivar bombas, hackear computadoras, interceptar teléfonos, técnicas de rastreo. Sabía como dejar inconsciente a sujetos el doble de anchos que él con un solo golpe bajo la clavícula. Pero la única cosa en que jamás se había preparado era para asignar una misión encubierta a dos subalternos que se llevaban como el perro y el gato. Y todos sabían que eran los mejores agentes de los últimos tiempos, y eran los mejores odiándose mutuamente.
Kurt frunció el seño. Y antes de que surgieran más preguntas, Cooper soltó la verdad:
— Ustedes trabajarán para mí ahora. Serán los agentes encubiertos en esta misión. Vendrán a Nueva York conmigo y se infiltrarán en la universidad… harán esto juntos.
Blaine se quedó estupefacto. El rostro de Kurt era indescriptible. Hubo unos segundos de silencio y luego:
— No.
— Joder, no.
— ¿Te volviste loco?
— ¡Yo trabajo solo!
— ¿Cómo pudiste meterme en esto?
— ¡¿Quieres que trabaje con él?!
— ¡La respuesta es NO!
— ¡Rotundamente NO!
— ¡NOOOO!
Cooper que había estado mirando a uno y a otro quejarse y que escuchaba atentamente, intervino.
— Créanme que no es fácil para mí decirles esto. — Por supuesto que no lo era. Nadie en la agencia se hubiera atrevido a encerrarse en una oficina junto a Blaine y a Kurt. — Pero la decisión ya está tomada y espero que puedan ser lo suficientemente profesionales.
— Espera… hay otros agentes. Puedo hacer la misión con otro agente. —Insistió Blaine, que parecía dispuesto a rebatir cualquier cosa que su hermano dijera.
— O dame la misión a mi, yo puedo hacerla solo. — Repuso Kurt.
Cooper suspiró con exasperación.
— ¡Por supuesto! Hazlo solo, a nadie le gusta trabajar contigo. — Alegó Blaine.
— ¡Eso no es cierto!
— Por supuesto que lo es… porcelana.
— Muérdeme, Hobbit.
Cooper alzó una mano. Y ambos guardaron silencio. El mayor de los Anderson no podía creer el dolor de cabeza que estaba sintiendo ahora. Estos dos eran intratables. Así que por su bienestar físico decidió por zanjar el asunto. Tecleó un par de dados en su computadora y luego volvió a mirar a los agentes.
— Chicos, realmente cuento con ustedes.
Blaine negó con la cabeza. Kurt se cruzó de brazos.
Cooper suspiró. — Como quieran. Soy el jefe ahora, quéjense todo lo que deseen. — Dijo volteando la computadora para que tanto Blaine como Kurt observaran la pantalla. — Acabo de comprar nuestros boletos de avión. Salimos en tres horas.
— Cooper, no. — se quejó Blaine.
— No puedes hacernos esto. — terció Kurt.
— Me temo que ya lo hice. — se limitó a responder Cooper, suspirando. Y realmente temía lo que había hecho. Solo esperaba seguir vivo para cuando el avión aterrizase en Nueva York porque si la misión de por sí era difícil, más lo era el hecho de trabajar con ellos dos. Y la forma en que Blaine y Kurt intercambiaban una mirada de odio, lo confirmaba.
Este sería el viaje más largo de su vida.
Sobretodo cuando a los quince años se puede llegar a ser víctima de bullying, ser invisible podría ser la salvación. Pero cuando a esa misma edad uno se convierte en recluta de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y comienza el entrenamiento para transformarse en espía secreto, ser invisible será simplemente uno de múltiples talentos. Y eso es genial.
Blaine Anderson lo supo cuando a los quince años entró en la CIA siguiendo la tradición familiar.
Porque si había familias en que generación tras generación se convertían en doctores o arquitectos, o los hijos heredaban las acciones de una compañía o crecían para ocupar el puesto de sus padres a la cabeza de una respetada financiera, para los Anderson, la tradición era ser espía.
Y Blaine lo había conseguido.
Tras cinco años de reclutamiento y arduo entrenamiento, el menor de los Anderson se había convertido en uno de los agentes más cotizados. Con decir que eran casi dos años de misiones sin contratiempos, solo éxito tras éxito. Una carrera brillante y apenas si había cumplido los 20 años de edad.
Todo un orgullo familiar. Y eso es algo que vale la pena mencionar. Porque cuando se trabaja en algo tan peligroso, y se lleva una vida tan extrema, no hay mucho tiempo para pasar con los amigos, ni existe la seguridad de entablar una relación amorosa, por lo que contar con su familia, con sus padres y con su hermano mayor Cooper, para Blaine era algo más que suficiente y no podía menos que hacerles sentir orgullosos.
Otra cosa que bien cabe señalar, es que no se puede trabajar de espía secreto sin ir haciéndose de enemigos en el camino. Familias de mafiosos, contrabandistas, ladrones internacionales, la lista de enemigos era larga para Blaine, y aunque muchos se encontraban tras las rejas y otros jamás se atreverían a vengarse, había un enemigo personal a quién Blaine no podía ignorar.
Porque no se puede escapar de Kurt Hummel, cuando él también era un espía secreto.
Sí. Blaine y Kurt eran dos agentes pertenecientes a la misma generación. Se habían convertido en reclutas a la misma edad y se habían graduado con los mismos honores. Y pese a que han pasado más tiempo juntos que muchas parejas antes de decidir contraer matrimonio, Blaine y Kurt se conocían en lo más mínimo, no se agradaban y no podían trabajar en equipo ni aunque el mundo dependiera de ello. En otras palabras: se odiaban.
Al principio había sido una cosa de inmadurez mezclada con soberbia. Pues ambos eran igual de talentosos, alumnos sobresalientes, los mejores reclutas y eso había hecho que entre ellos se forjara una especie de competencia constante. No podía existir dos súper agentes igual de bien dotados, por lo que desde un comienzo los dos lucharon por convertirse en el mejor y eso fue suficiente como para ponerlos uno en contra del otro. Sin mencionar sus opuestas personalidades, si Blaine rayaba en el exceso de confianza, Kurt caminaba por el mundo con una actitud conservadora. Dos polos opuestos que solo congeniaban en una misma idea: no se soportaban.
Aunque mucho de esta aversión se debía a una vez en particular, cuando Blaine en una de tantas fiestas, quiso ganarse a la reina del hielo, Kurt.
{Flashback
Era noche de franco. Los reclutas de tercer año tenían permiso los viernes, sábados y domingos para abandonar la academia, vestirse de civil y en general de disfrutar de un fin de semana como cualquier otro chico de dieciocho años. Y era tradición que cada viernes por la noche todos los reclutas (hombres y mujeres) asistieran a “007” un pub nocturno muy popular entre ellos.
Blaine Anderson bailaba como siempre en medio de la pista con un grupo de sus mejores amigos y amigas. Kurt por su parte se encontraba como siempre sentado en la barra bebiendo un trago sin alcohol, charlando apaciblemente con el camarero de turno. Pero la noche dio un vuelco. Alguien había hecho en el grupo de Blaine una broma pesada acerca de Kurt, debió haber sido algún despechado que tras haber sido ignorado por el chico, sugirió a modo de venganza una apuesta muy atractiva que incluía algo de dinero y la idea de ver quién lograría levantarse al joven esa noche. Blaine jamás entendió en ese momento que fue lo que lo llevó a aceptar la apuesta, jamás supo si había sido por el alcohol, o porque quería una vez más demostrar que era el mejor, o quizás y solo quizás muy en el fondo porque encontraba a Kurt condenadamente atractivo, que al final accedió a pagar cien dólares porque estaba más que seguro que al final de la noche conseguiría un beso de Kurt “La Reina del Hielo” Hummel. Y no solo era atractiva la idea de ganar dinero, sino el hecho de que en sus tres años dentro de la academia nadie, pero definitivamente nadie había conseguido llamar la atención de Kurt, y muchas y muchos lo habían intentado pero lo único que habían conseguido del muchacho de piel de porcelana había sido una sonrisa llena de lástima y algo así como “no, paso” o “no eres mi tipo” o “no ando en busca de una relación, pero gracias” pero siempre alguna frase que comenzaba con la palabra no. Al parecer nadie estaba a la altura de Kurt y eso, según la inmadura lógica de Blaine; lo hacia mucho más interesante.
Confiado, el menor de los Anderson se acercó a la barra y como si se tratara de una mera casualidad tomó asiento al lado de su objetivo.
— ¡Bueno música, ¿no?! — Dijo a modo de ganarse su atención.
Kurt giró lentamente su vista, como si no estuviese muy seguro de que aquel comentario vacío fuese dirigido hacia él, y levantó una ceja elegantemente enarcada una vez comprendió que era Blaine quién le hablaba, más guardó silencio.
—Vamos, Hummel. — volvió a hablar Blaine un poco menos seguro que antes. Con solo verle levantar la ceja, había comprendido que Kurt era para nada parecido a un chico de fácil acceso. — ¿Te comió la lengua algún ratón? — Bromeo ligero, aunque aquella pregunta tan cliché le había parecido la cosa más estúpida que había dicho nunca.
Pero Kurt rió suavemente y Blaine sintió que era una risa más bien de burla. — ¿Qué quieres, Anderson? — preguntó sin siquiera tomarse la molestia de ser educado.
— ¿No eres del tipo amigable, eh? — Blaine preguntó con sarcasmo. —En realidad, he venido a hablar contigo.
— Bueno, lástima por ti, pero estoy charlando ahora mismo. — Tomó un sorbo de su bebida y regresó su atención al camarero ignorando de forma rotunda a Blaine. Kurt realmente sabía como decir “lárgate” sin necesidad de expresarlo en voz alta.
Así que Blaine tubo que ser un poco más persistente y en silencio clavó firmemente su mirada color hazel en su presa. —Vamos, Hummel — bromeó. —No hay necesidad de ser tan frío.
— Déjame en paz— susurró Kurt con los dientes apretados. —Tengo la autoestima lo suficientemente alta como para prestarte atención.
— ¿Y supongo que piensas que a mi solo me prestan atención personas con baja autoestima? —Preguntó, sonriendo.
—Sí, lo pienso. — Y Kurt se pasó una mano peinando su castaña cabellera. — Pienso que eres de aquellos que a los demás le gustan porque eres fácil.
— Oye, me estás lastimando— Fingió Blaine entre pucheros llevándose una mano a su pecho. — Eso fue un comentario hiriente. Vas a tener que recompensarme por aquel insulto.
— ¿Es éste tu intento de coqueteo? — Preguntó Kurt. — Porque si es así, has fracasado. Épicamente…
Blaine se echó a reír. —Pero nunca fallo en el coqueteo. — Y revolvió los dedos por su pelo oscuro y rizado (al parecer ambos tenían la manía de pasarse la mano por sus cabellos) y ajustó su sonrisa torcida de forma arrogante. —Sólo estoy siendo amable. Trato de mantener una conversación agradable.
—Lo siento. No me interesa. —Kurt se dio la vuelta nuevamente y lo ignoró.
Pero Blaine no se movió. Ni siquiera una pulgada.
—Te puedes ir ahora— Reafirmó Kurt con fuerza.
Blaine suspiró. A los dieciocho años comprobó que paciencia no tenía ni una pizca y para no salir como el perdedor de la noche y quedar mal frente a sus amigos, decidió en hacer un trato con Kurt. —Oye, mira. De esto va la cosa. ¿Quieres ganarte cincuenta dólares?
Kurt se giró inmediatamente y quedó frente a frente con Blaine.
El chico ojos hazel prosiguió sin percatarse de la atónita mirada que Kurt le estaba brindando en ese momento. — Te doy cincuenta dólares si dejas que te bese, mira, te explico, lo que sucede es que…
Pero antes de que pudiese explicar de qué se trataba todo, Blaine sintió como sus ojos comenzaron a arder de pronto acompañado de una gotera incesante proveniente de su cabello empapado. Las gotas del líquido rojo oscuro brillaban en sus mejillas y su pelo de color marrón oscuro. Blaine rechinó su cincelada mandíbula de forma feroz. — ¡¿Qué mierda ha sido eso?! — Espetó, limpiándose la cara con el dorso de su mano. Clavando su fiera mirada en Kurt. Pero el chico estaba tan sorprendido como él, y seguía con su trago en la mano. ¿Quién entonces le había lanzado su trago encima?
— ¡Vuelve a hablarle a mi hermano de esa forma y te juro que el vaso lo quiebro en tu cabeza! — Blaine escuchó un grito proveniente desde el otro lado de la barra. El camarero había sido quién lo había atacado.
— ¿Y quién te crees tú para entrometerme en esto?— Respondió Blaine poniéndose de pie y aunque el camarero era quizás veinte centímetros más alto y mucho más grande, él sabía como dejar inconsciente a grandotes como ese.
— Tu coeficiente intelectual es realmente bajo. — Habló Kurt de pronto. Como si a su alrededor no estuviese pasando nada fuera de lo normal.
Blaine colocó sus puños cerrados a cada lado de su cadera.
Pero Kurt no se intimidó. — Dijo que era mi hermano, idiota.
Blaine parpadeó lentamente.
— Y sinceramente; agradece que mi hermano te atacó primero, porque de haber sido yo ya estarías en urgencias, Anderson.
Blaine bufó pero se mordió la lengua antes de responder. En el fondo sabía que había metido la pata y que en cierta forma se lo merecía. ¿Pero como podía haber sabido que el camarero era hermano de Kurt? Además de ser de esos sobreprotectores que son mucho más eficientes que un Pitbull. Y eso lo sabía por experiencia propia. Su hermano Cooper era de aquellos.
— Bueno, Anderson ¿Qué esperas? — Habló Kurt y por primera vez en la noche su voz sonó realmente molesta. — ¿Cincuenta dólares para que te bese? ¿Y que hubieses ganado tú? ¿Cien? ¿Y pavonearte con tus amigos porque quizás cumpliste tu cometido? No me interesa si esto tiene que ver con alguna apuesta estúpida o no. Porque en el fondo me halaga. Pero créeme… ahora si que terminaste por convertirte en un idiota para mi. Y por cincuenta dólares preferiría besar un sapo. No, miento. Besaría gratis a un sapo mucho antes de querer besarte a ti.
Dicho eso Kurt Hummel se levantó de su asiento y lo último que Blaine vio de él aquella noche fue al muchacho abriéndose camino por la pista de baile en dirección a la salida.
{Fin del Flashback
Las diferencias a partir de esa noche se incrementaron casi el doble entre los dos agentes especiales. Y aunque Blaine sabía que lo que había hecho, o más bien intentado había sido un error de su parte, jamás intentó disculparse al respecto, literalmente no le importaba. Habían pasado dos años desde aquel entonces. ¿Qué de significante podía tener un recuerdo de adolescencia para un agente exitoso como él? Blaine ni siquiera pensaba en eso cuando dos años después salió corriendo del ascensor que se había detenido en el quinto piso de la sede central de la CIA para tener una reunión a la cual estaba llegando tarde. Su hermano Cooper lo había citado con suma importancia y era su deber llegar con puntualidad. Redobló su ritmo mientras maquinaba en su cabeza una buena excusa para darle a su hermano y justificar su demora cuando sin darse cuenta se golpeó de bruces con la espalda de alguien. El sujeto se encontraba fuera la puerta de la oficina de Cooper. Inmediatamente el sujeto a quién había golpeado se giró para mirarlo a la cara mientras Blaine en tanto se llevó una mano a la frente guiado por el dolor. Cuando el malestar disminuyó, ajustó la vista y se encontró con un nuevo rostro que lo miraba con malhumor.
— ¿Hummel?
Éste le sonrió con sorna. — ¿Acaso estás ciego, Anderson?
Blaine suspiró. Lo que le faltaba, encontrarse con Kurt y más encima haberlo golpeado. De seguro Hummel haría un escándalo de proporciones para dejarlo como un idiota por lo sucedido, pero su sorpresa fue tal cuando lo único que vio hacer a Kurt fue cruzarse de brazos y apoyar su espalda a la pared.
— ¿Eso es todo Hummel? — Preguntó fingiendo interés. — ¿No me vas a insultar por haber chocado contigo? ¿No vas a intentar dejarme en ridículo? — Sonrió con suficiencia.
— No mereces mi atención, por lo menos no ahora. — Fue todo lo que Kurt dijo para volver a guardar silencio.
Blaine se encogió de hombros ignorándolo completamente y tocó la puerta dos veces para anunciar que había llegado.
— Cooper no está. — Volvió a hablar Kurt.
Blaine lo miró.
— Cuando llegué el iba saliendo de forma urgente, me dijo que volvería en un par de minutos, que solo se trataba de un papeleo.
— Oh. — Dijo Blaine ante la información, y aunque su personalidad curiosa se moría de ganas de preguntarle a Hummel que hacía él ahí, se abstuvo para no parecer interesado. Al final, ellos se llevaban mal así que no tenían porqué andar entablando conversaciones de pasillo.
Pasaron un par de minutos en el que ninguno dijo absolutamente nada cuando Cooper salió del ascensor, y clavó sus intensos ojos azules en ellos, cargando dos carpetas amarillas bajo el brazo.
— Me alegro de que hallan llegado. — Dijo a modo de saludo. Sacó una llave del bolsillo de su pantalón y abrió la puerta de su oficina. — Lamento haberme demorado más de lo pensado. Adelante, pasen.
Ambos muchachos siguieron a Cooper entrando a la oficina al mismo tiempo, provocando que los dos se estancaran en la entrada. Blaine retrocedió inmediatamente y cedió el paso a Kurt. Éste giró los ojos con exasperación mientras Blaine sonreía pícaramente. — Las damas primero. — Se atrevió a decir.
Kurt lo golpeó con un certero puño en el brazo.
Y antes de que Blaine contestara, Cooper carraspeó sugarganta llamando su atención.
— Siéntense, por favor.
Los dos muchachos obedecieron al instante tomando asiento de mala gana uno al lado del otro, mientras Cooper tomó asiento en su sillón de cuero negro y comenzó a revolver su escritorio buscando y traspasando papeles de un cajón a otro.
Kurt no hizo preguntas. Blaine tampoco. Ni hablaron. Cooper seguía revolviendo papeles y hasta encendió su computadora. Cuando al fin tuvo todo en orden contempló al par de agentes. Kurt se estaba mirando las uñas, Blaine revisaba su iPhone. Cooper, pensativo, no intentó el inició de una conversación. Porque de seguro los chicos no estaban para conversar del clima o del último partido de beisbol que transmitieron por televisión, e intentar hacerlos hablar de cosas cotidianas solo incrementaría la incomodidad que Cooper sabía que los muchachos estaban sintiendo ahora mismo.
Así que decidió ir al grano.
Descansó los codos sobre su escritorio, entrelazó sus manos y apoyó su mentón sobre ellas. Tomó aire. — Bien chicos. — Dijo en voz alta. — Como ya sabrán, fui ascendido a director de la SAD (División de Actividades Especiales) y por lo mismo seré trasladado a Nueva York.
Ambos lo miraron inmediatamente dejando de lado lo que estaban haciendo. Blaine sonrió con autosuficiencia y Kurt asintió cordialmente.
Cooper volvió a llenar sus pulmones de aire. — Estaré a cargo de la división completa y del control de todas las misiones encubiertas. — Hizo una pausa tecleó algo en su computadora. Luego extendió las carpetas que traía consigo cuando bajó del ascensor y le dio una a cada uno. — Es una de las misiones de las que estaré a cargo.
Kurt alzó una ceja. El expediente estaba cerrado, más la portada llevaba impreso el título “Protocolo Klaine”. Inmediatamente Kurt supo de qué se trataba. Protocolo dentro de la agencia de la CIA significaba que la misión ya estaba planeada y que dentro de la carpeta se encontraban todos los pasos a seguir: el caso en específico, los sospechosos, el lugar de la investigación, como se llevaría a cabo y sobre todo el nombre de los agentes a cargo. Sin embargo... — ¿Klaine? ¿Esta palabra existe siquiera? — Se atrevió a preguntar.
Blaine miró a Cooper con intriga. Él también quería saber que significaba aquello. — ¿y que tiene que ver esto con nosotros? — Preguntó debido a un mal presentimiento.
Cooper sonrió débilmente, explicó. — La Universidad de Nueva York se ha visto azotada por una ola de bajas deportivas, varios atletas han tenido ataques y/o problemas respiratorios y todo porque alguien ha estado vendiendo una droga que se supone les entregaría más energía y mayor concentración, pero la droga ha resultado ser una farsa y ha llevado a varios al borde de la muerte. Casos de venta de drogas son comunes, pero alguien está vendiendo una droga que busca aniquilar a los deportistas. Todo hace pensar que el foco de la droga se encuentra dentro de la universidad, el quipo de futbol americano ha sido el más afectado, pero también lo han sido deportistas de otras disciplinas y por eso han recurrido a nosotros. Sobretodo ahora que comenzarán Las Nacionales de Atletismo Intercolegial y la Universidad de Nueva York será la sede. Se teme que la droga se traspase a atletas de otras universidades.
Kurt asintió. — La mayoría de los deportistas universitarios terminan luego convirtiéndose en atletas profesionales, muchos de ellos atletas olímpicos. Si están atacando a los más jóvenes, es de suponer que alguien no quiere que los deportistas universitarios lleguen muy lejos.
— Eres un chico suspicaz. Por eso es nuestra misión saber quién está detrás de todo esto.
— Un momento. — Intervino Blaine sin poder pasar por alto las palabras de su hermano. — ¿nuestra misión? ¿Qué quieres decir con nuestra?
Cooper Anderson sabía que lo que estaba a punto de hacer era quizás la misión más grande de todas. Y la más peligrosa a decir verdad. Y no sabía por dónde empezar. Porque no estaba preparado para esto. Y sí, tal vez manejaba más de doce idiomas, y tantas disciplinas de defensa personal como se le había hecho posible. Sabía desactivar bombas, hackear computadoras, interceptar teléfonos, técnicas de rastreo. Sabía como dejar inconsciente a sujetos el doble de anchos que él con un solo golpe bajo la clavícula. Pero la única cosa en que jamás se había preparado era para asignar una misión encubierta a dos subalternos que se llevaban como el perro y el gato. Y todos sabían que eran los mejores agentes de los últimos tiempos, y eran los mejores odiándose mutuamente.
Kurt frunció el seño. Y antes de que surgieran más preguntas, Cooper soltó la verdad:
— Ustedes trabajarán para mí ahora. Serán los agentes encubiertos en esta misión. Vendrán a Nueva York conmigo y se infiltrarán en la universidad… harán esto juntos.
Blaine se quedó estupefacto. El rostro de Kurt era indescriptible. Hubo unos segundos de silencio y luego:
— No.
— Joder, no.
— ¿Te volviste loco?
— ¡Yo trabajo solo!
— ¿Cómo pudiste meterme en esto?
— ¡¿Quieres que trabaje con él?!
— ¡La respuesta es NO!
— ¡Rotundamente NO!
— ¡NOOOO!
Cooper que había estado mirando a uno y a otro quejarse y que escuchaba atentamente, intervino.
— Créanme que no es fácil para mí decirles esto. — Por supuesto que no lo era. Nadie en la agencia se hubiera atrevido a encerrarse en una oficina junto a Blaine y a Kurt. — Pero la decisión ya está tomada y espero que puedan ser lo suficientemente profesionales.
— Espera… hay otros agentes. Puedo hacer la misión con otro agente. —Insistió Blaine, que parecía dispuesto a rebatir cualquier cosa que su hermano dijera.
— O dame la misión a mi, yo puedo hacerla solo. — Repuso Kurt.
Cooper suspiró con exasperación.
— ¡Por supuesto! Hazlo solo, a nadie le gusta trabajar contigo. — Alegó Blaine.
— ¡Eso no es cierto!
— Por supuesto que lo es… porcelana.
— Muérdeme, Hobbit.
Cooper alzó una mano. Y ambos guardaron silencio. El mayor de los Anderson no podía creer el dolor de cabeza que estaba sintiendo ahora. Estos dos eran intratables. Así que por su bienestar físico decidió por zanjar el asunto. Tecleó un par de dados en su computadora y luego volvió a mirar a los agentes.
— Chicos, realmente cuento con ustedes.
Blaine negó con la cabeza. Kurt se cruzó de brazos.
Cooper suspiró. — Como quieran. Soy el jefe ahora, quéjense todo lo que deseen. — Dijo volteando la computadora para que tanto Blaine como Kurt observaran la pantalla. — Acabo de comprar nuestros boletos de avión. Salimos en tres horas.
— Cooper, no. — se quejó Blaine.
— No puedes hacernos esto. — terció Kurt.
— Me temo que ya lo hice. — se limitó a responder Cooper, suspirando. Y realmente temía lo que había hecho. Solo esperaba seguir vivo para cuando el avión aterrizase en Nueva York porque si la misión de por sí era difícil, más lo era el hecho de trabajar con ellos dos. Y la forma en que Blaine y Kurt intercambiaban una mirada de odio, lo confirmaba.
Este sería el viaje más largo de su vida.
---
Espero les haya gustado el primer cap! :3
Invitado- Invitado
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
me gusto mucho sigelo pronto
dancolfer*** - Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 10/11/2012
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
me gusto mucho el capitulo siguleo porfa
tamy22********- - Mensajes : 606
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
Estuvo muy interesante el principio ya quiero ver como comienza a desarrollarse, continualo por favor. Gracias por escribir.
MariamXO- ---
- Mensajes : 566
Fecha de inscripción : 08/08/2012
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
ME encantooooooooo!!! esta muy buena tu ideaaa y como dicen por ahi del odio al amor un paso! o al reves? bueno da igual se que se amaran :D
Crazy Vale***** - Mensajes : 275
Fecha de inscripción : 10/08/2012
Edad : 35
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
lol "muerdeme hobbit" jajajaja amo como es la relacion d odio d estos dos esos van a terminar amandose casi q ni si quiera van a poder vivir el uno sin el otro. Espero q continues el fic
Saludos!!!!
Saludos!!!!
myka-chan**** - Mensajes : 156
Fecha de inscripción : 08/04/2011
Edad : 29
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
INCREIBLE toda mi vida ame los fanfics asi lo ame porfa actualiza pronto que me muero por saber que sucede
seria un placer sewr tu amiga
seria un placer sewr tu amiga
johanna anderson****** - Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 12/06/2012
Edad : 27
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
Wow está incluso mejor que la mía me encanta!! Yo amo las relaciones Amor/Odio Son lo más. Jaja me mató lo de Muérdeme Hobbit. xD En mi cole les digo Hobbit a todo el mundo y me mira como O.o. Jajaja actualiza :D
-=*::YoungGirl::*=-** - Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 04/09/2012
Edad : 25
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
wow!!! al principio lo vi y me quede como o_o?, pero lo lei y...wow! en serio me encanto como se odian y lo que finn le hiso a blaine me dio mucha risa y lo de "muerdeme hobbit" ME ENCANTO! SIGUELO PRONTO!
dii4n4* - Mensajes : 43
Fecha de inscripción : 06/09/2012
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
kurt es malo!!!!!!
jajaj me encanto,
jajaj me encanto,
Mary Alexander********-* - Mensajes : 893
Fecha de inscripción : 14/08/2012
Edad : 26
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
me encanto! excelente capitulo porfa acutualisa pronot!
pAscAleGLEEK* - Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 11/01/2012
Edad : 25
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
me encanto y esto es solo el principio
ya quiero que lo sigas
ya quiero que lo sigas
lilianita****** - Mensajes : 382
Fecha de inscripción : 31/08/2012
Edad : 24
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
cielos esta genial me encanta ya quiero verlos en una pelea gracias por escribir esta genial el fic.
Kenigal********-*- - Mensajes : 1009
Fecha de inscripción : 15/12/2011
Edad : 34
Re: {Fic!Klaine} "Mission Impossible" - Capítulo I
dancolfer, tamy22, MariamXO, Crazy Vale, myka-chan, johanna anderson, -=*::YoungGirl::*=-. dii4n4, Mary Alexander, pAscAleGLEEK, lilianita y Kenigal.
Muchas gracias por leer y comentar.
De verdad aprecio mucho a las personas que leen los fics y se toman el tiempo de dejar un lindo comentario.
El segundo cap está casi listo, pero será hasta el lunes. Hoy y mañana sábado es la Teletón acá en Chile y la verdad es que en mi ciudad soy voluntaria y tengo que varias cosas que hacer (:
Este es mi primer fic Glee, mi primer fic Klaine aunque escribo fics para Livejournal desde hace mucho tiempo. Jamás he dejado un fic a la mitad, siempre los termino así que espero volver a verlos en los siguientes capítulos.
Gacias otra vez por comentar :)*
Muchas gracias por leer y comentar.
De verdad aprecio mucho a las personas que leen los fics y se toman el tiempo de dejar un lindo comentario.
El segundo cap está casi listo, pero será hasta el lunes. Hoy y mañana sábado es la Teletón acá en Chile y la verdad es que en mi ciudad soy voluntaria y tengo que varias cosas que hacer (:
Este es mi primer fic Glee, mi primer fic Klaine aunque escribo fics para Livejournal desde hace mucho tiempo. Jamás he dejado un fic a la mitad, siempre los termino así que espero volver a verlos en los siguientes capítulos.
Gacias otra vez por comentar :)*
Invitado- Invitado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1