Midnight in París

Midnight in Paris

"Algo mágico, algo diferente, algo sorprendente, y algo simplemente especial"

- Bienvenida a París, quiere que lleven es cosas?
- no, gracias, prefiero hacerlo yo misma - la aeromoza sonrió, devolviéndome el ticket para poder pasar.t

Era extraño, me sentía extraña. Vine a una boda a París donde ni siquiera nadie me conoce. Mi hermano tenía suerte de que accedí, por que en realidad estos últimos días, lo dudaba demasiado. La boda es mañana, y yo llego tarde, cosa que es increíble.

No conozco a la novia, no conozco a ninguno de los que estarán en la boda, sólo a mi hermano. Realmente aturdida, sentía la cabeza dándome vueltas de lado a lado.

Subí a un taxi que me llevaría hasta mi hotel, donde me hospedaría hasta mañana en la mañana, ya que tan pronto terminara la boda, regresaba corriendo a los Estados Unidos. Este no es mi hogar, no me siento bien, aquí sola.

Al llegar al hotel, me di una larga ducha, en la que estuve horas desiertas allí. El frío sucumbía mi piel. La erizaba de una manera sorprendente. Siempre pensé que en ningún lugar del mundo hacia tanto frío como en Nueva York. Ahora se que estoy equivocada.

Salí a un bar que quedaba cerca del hotel. Allí me divertiría un poco, al menos. Me senté en la barra y ordene un trago para sentirme mejor. El camarero me miraba desde hace un rato. Yo le dedique la misma mirada a ver si se empeñaba en venir a hablarme.

- hola, soy Sebastian Smythe, camarero del bar... - decía dándome la mano. Yo le respondí el saludo.
- hola - conteste sonriente.
- eres Rachel Berry, no?
- si - sonríe rápidamente. Al fin alguien de mi continente.
- hey, soy uno de tus admiradores! Que haces por acá? - el chico se sentía muy confiado y eso me gustaba.
- una boda familiar... Pero debo confesar que estoy perdida - le dije con algo de vergüenza.
- no te preocupes... Cada vez que viene alguien de los Estados Unidos acá, le recomiendo un chico... Se llama Finn Hudson, el es guía turística, te lleva a las diferentes partes de París en una noche.
- enserio?
- si, es muy bueno y luego del recorrido, te sientes como en casa - me pareció buena idea. Sonaba genial conocer la ciudad en una sola noche.
- lo llamarías? Es que realmente necesito conocer la ciudad... Me siento triste por dejar Nueva York... Y a la vez aturdida - Sebastian se sonrió.
- todos se sienten así la primera vez fuera de el continente habitual... Te acostumbrarás - me encanto este sujeto. Sabía justamente lo que necesitaba. - lo llamare... Debe de estar libre por que me invito a comer unos deliciosos hot dogs al mediodía.
- ... Es gay? - rayos! De donde me salió eso? Sebastian sonrió amenamente. - oh, lo siento... No quise decir eso... Digo y si lo fuera realmente no me da ningún problema, tengo un amigo y yo no discrimino a nadie, al contrario pienso que son mejor compañía, te comprenden y todo lo demás - intente explicarme. La realidad es que yo no discrimino... Sólo que al escuchar tanto halago, me llamo mucho la atención.
- tranquila, tranquila... No, el no lo es, pero yo si - ella sonrió.
- no te ofensas por favor...
- claro que no... Te entiendo, te dio curiosidad... Tienes novio?
- no - respondí simplemente.
- el tampoco... Así que aprovéchalo.
- ni siquiera lo conozco...
- veras que lo conocerás tan rápido que se harán amigos a la primera... Cualquier cosa puede pasar en París.
- jeje! - respondí con una sonrisita.
- lo llamare - el se dio vuelta para llamar a ese tal Finn Hudson.

Al menos alguien me llevaría a conocer esta desconocida ciudad. Estaba algo nerviosa a la vez, y lo peor de todo es que no se por que. Al rato, un chico entro al bar y inmediatamente vio a Sebastian lo saludo.

- hey, Rachel, el es Finn Hudson - yo le sonríe.
- hola, mucho gusto - le dije sonriente en todo momento.
- el gusto es mío - me dijo el chico dándome un beso en la muñeca de mi mano. - estas lista?
- claro que si - yo le deje el dinero de los tragos a Sebastian y me marche con Finn. El me abrió la puerta de su auto como todo un caballero. - gracias - entre al auto bien sonriente. El entro por el asiento de conductor.
- bienvenida a París... Soy Finn Hudson y voy a ser tu guía turística una noche en París.
- genial... Realmente estoy un poco asustada. Jamás voy a lugares que no conozco a menos que alguien me los muestre, pero mi hermano esta muy ocupado y... No pudo llevarme a ningún lugar.
- pues ya no estés tan asustada. Estas en buenas manos. Te llevare a conocer los lugares turísticos de la ciudad y antes de las 4 am, estarás en tu habitación, de acuerdo?
- de acuerdo... Genial - accedí contenta.
- nunca me dijiste tu nombre...
- ah, no lo hice? - el negó. - Rachel, Rachel Berry, lo siento por no haberme presentado antes - el sonrió.
- no te preocupes, pues Rachel, vamos a comenzar - el arranco el vehículo.

Por el camino estuvimos hablando de diferentes cosas. Nos conocimos un poco, hablamos de la familia, de como llegamos a ser lo que somos ahora y en fin, muchas cosas. Me pareció buen chico, sonríe amenamente, le gusta hablar, escuchar a las personas, como dije, buen chico.

- este es el arco del triunfo - Finn detuvo el auto frente a el monumento. El fue y le abrió la puerta a Rachel amablemente.
- gracias - sonreí y baje del auto. Finn cerro la puerta a mis espaldas y se paró al lado mío.
- lo he visto en las películas... - accedí.
- pero nada como verlo en vivo, no? - yo sonreí. - cuantas veces haz venido?
- demasiadas para acordarme... He traído a muchas personas... Siempre como lugar final, los llevo a la famosa torre Eifel... Es para terminar con ese espíritu.
- eres muy calculador, no?
- no demasiado...
- ahaha...
- ven, te llevo a probar una jugosa pasta en un puesto ligero por el paseo... - el me ofreció su mano para caminar junto a el. Sin dudarlo dos veces accedí y fui con el.

Caminamos por un paseo, lleno de árboles robustos y verdosos. Luces navideñas alumbraban los senderos. Llegamos a un sendero, donde habían pequeños kioscos de comida. Todos ofrecían una variedad diferente.

- ten - me dio un plato con una pasta con algún tipo de salsa y carne. Nos sentamos en una mesa para dos a disfrutar de aquella pasta.
- mmm, esto es delicioso - dije de sólo probar un poco.
- súper delicioso...
- siempre traes a tus clientes aquí?
- ... No - dijo sonriente. - sólo a dos personas.
- ah si?
- si... A Sebastian al kiosco de al frente... Y a ti a este.
- ahaha... Se puede saber entonces por que me trajiste a mi? Sólo soy otra cliente...
- se, pero eres una diferente... No se por que, pero cuando entraste al auto... Me brindaste una confianza demasiado distinta a la que los clientes me brindan...
- mmm... Tomare eso como un cumplido - le sonreí un poco. El me miraba con unos ojos grandes y estrellados.
- quieres más?
- creo que estoy bien con esto... - el sonrió. Me comí aquel plato de pasta hasta quedar muerta. Estaba tan llena, que me sentía como un barril. Jamás había comido tanto. Finn se quedo mirándome un momento. - que?
- tienes algo....... - el lambió su dedo pulgar y limpio un poco de salsa que había en la parte baja de mi labio. Luego de recoger la salsa en su dedo, lo metió en su boca, lambiendo su interior. Quede paranoica, aquello me dejo algo hipnotizada, realmente no se, me sentí diferente.
- gracias - le agradeci.
- nos vamos? - accedí moviendo mi cabeza. El votó mi plato vacío y el de el en la basura. - vamos - subí a su auto nuevamente. El era muy caballeroso, de donde había sacado tanta caballerosidad? Cuando el subió al auto decidí preguntarle.
- de donde sacas tanta caballerosidad? - le pregunte, el se sonrió.
- aquí todo es diferente... - contesto el sonriente. - los padres educan a los hijos con ese pensamiento, de ser caballerosos y tratar bien a la mujer y a nunca fallarle a nadie en nada...
- pues... Me gusta...

Luego de aquel momento entre ambos en el que hablamos un poco sobre París y todo lo demás, visitamos más lugares en los que quede maravillada. El me llevo a conocer varios mercados y restaurantes donde dijo que eran los mejores para turistas.

En el camino hablamos sobre diferentes cosas. Tuvimos par de conexiones, así que no somos tan diferentes, tenemos varias cosas en común. El desde lo de la salsa en la parte inferior de mi labio ha estado mirándome de una manera diferente, lo noto mirándome cuando yo no lo estoy haciendo, y hemos tenido una que otra mirada.

- entonces... A dónde vamos ahora?
- ahora vamos a un mercado navideño, venden de todo un poco - me contesto el sonriente.
- haz tenido novia? - le pregunte yo algo curiosa. El se sonrió.
- si... Hace un tiempo.
- y que paso? Por que no siguen juntos?
- no pegábamos... No éramos perfecto - dijo haciendo miradas diferentes. - siempre peleaba conmigo... Por cualquier cosa... Yo la quería, pero al parecer ella no.
- ah... Ella se lo pierde - el me miro un momento y vi cuando sus labios se movieron para hablarme.
- y tu?
- si... Pero como viajo mucho, el me dejo...
- que mala suerte? Cierto? - intento animar el ambiente.
- si...
- ellos se lo pierden - me dijo sonriendo y estirando la mano para abrazar a la mía mientras conducía. Yo sonreí.

Llegamos al mercado. El ambiente lucía ameno, personas por doquier con rostros de alegría y todo por demás. Finn me abrió la puerta del auto, y al yo poner mi pie fuera del auto, perdí el equilibrio y me resbale. Finn rápidamente me sostuvo. Nuestros rostros quedaron frente a frente, el rápidamente me dedico una sonrisa, yo simplemente hice lo mismo y le sonreí.

- uf, que suerte - dije yo aliviada. El me soltó y entonces pude bajarme tranquilamente.
- si... Por qué usas esos tacones tan altos?
- me gustan... Estoy acostumbrada, pero perdí el equilibrio. - le dije sonriendo.
- ah, si, de acuerdo - el no me creyó mucho.
- enserio - le asegure.
- quieres comprar algo?
- no... Quiero ir a esos árboles de por allá - el sonrió.
- es mi lugar favorito - el me agarro la mano y fuimos corriendo como niños contra el viento hacia allá. Allí me soltó la mano y nos paseamos por los árboles. Yo me perdí por allí y el me buscaba con la vista, mirando hacia todos lados.

Habían árboles con diferentes adornos y diferentes colores de bombillas. Eran preciosos, la brisa estaba fresca y era espontánea. Cuando menos la esperabas, apareció estremeciendo la piel y moviendo cabellos al compás.

- Rachel? - me llamaba Finn, mirando hacia todos lados, buscándome con la mirada. - donde estas? No estoy jugando... - su tono parecía preocupado. Camine hasta quedar detrás de el para darle un susto.
- buuuuhhhh! - el brinco para arriba. Yo empece a reír amenamente mientras que el me miraba sonriente.
- estaba asustado. Pudiste haberte perdido - dijo este preocupado.
- te preocupas por mi?
- claro que si, eres mi cliente. Si te pierdes sabes cuanto tendré que pagar de multa?
- ah, entonces sólo te interesa la multa? - el me mira fijamente a ver a donde quería llegar con aquello.
- y que más me puede interesar? Claro me interesa tu bienestar y todo eso, pero la multa no podré pagarla, perderé mi licencia y quedare en la calle.
- y además de mi bienestar, no te interesa nada más? - me le fui acercando un poco. El se quedo estático durante un minuto. Fingí que me acercaba para besarlo, pero en el momento en el que uniría mis labios a los de el, me fui corriendo. - atrapame! - el sonrió y vi como comenzaba a correr detrás de mi.

Me fui corriendo entre los árboles. Al mirar a mis espaldas, el ya no estaba corriendo detrás de mi. Seguí caminando poco a poco entre los árboles. Me quede mirando una rama que se movía ligeramente con la esperanza de que el estuviera allí para asustarlo.

Al caminar un poco hacia la rama en movimiento, el me agarro por la cintura a mis espaldas sonriendo en voz alta. Yo comencé a reír alegremente. Me había tomado el pelo.

- eres bien malo - el hizo mi cuerpo girar con sus brazos para quedar frente a frente a el. Me miro durante un minuto fijamente. - que? - le pregunte sonriendo.
- me gustan tus ojos - sentí como mi rostro se sonrojaba un poco.
- a mi también me gustan los tuyos... Pero sabes que es lo más que me gusta?
- que? - me pregunto mirando mis ojos fijamente.
- tus labios - me acerque un poco para besarlo. El se acercó el otro 5% y unimos nuestros labios al mismo compás. Fue un beso dulce, cariñoso y tierno. Diría que es el mejor beso que he tenido en Navidad. Además era media noche, era simplemente un beso que no olvidaría. El me abrazo, haciendo que yo sintiera como el se sentía. Era mágico, especial, diferente. Luego de aquel beso, el unió su frente a la mía, bajando la vista.
- esto no esta bien - decía arrepintiéndose.
- por que dices eso? - le susurre.
- eres mi cliente... Que voy a hacer después cuando te vayas?
- ... No me iré... Me quedare si quieres estar conmigo...
- es que....... No puedo, Rachel... Lo siento - el alejó su frente de la mía. - sólo falta un lugar... Vamos - yo camine frente a el, devuelta al auto. Yo misma abrí la puerta y la cerre. El se montó por el otro lado sin decir una palabra.

Me quede callada todo el camino. Al llegar al lugar, mis ojos se deslumbraron al ver monumento más bonito. Era la torre Eifel, preciosa, mágica, era lo más bello que había visto en mi vida. El me abrió la puerta, yo baje con la vista hacia el suelo.

Camine por todo el lugar, observando aquella bella torre iluminada. Sentía como mi corazón palpitaba por aquello. Era simplemente preciosa. En ese momento pensé, París no es la ciudad del amor?

- por que? - me voltee a mirarlo.
- por que, que? - me pregunto metiendo sus manos en los bolsillos.
- por que no quieres estar conmigo? París es la ciudad del amor... No estas con nadie, yo tampoco, por que no quieres estar conmigo?
- Rachel - el vino hasta donde yo estaba y me tomo de las manos. - no es que no quiera, realmente quiero, pero cuando tu te regreses a los Estados Unidos que pasara con nosotros?
- me quedare, me quedare por ti - le dije sonriendo.
- no, no quiero que dejes cosas por mi... Entiéndelo... Allí tienes tu trabajo, tu casa.
- escúchame... Te amo, se que es loco - dije sonriendo frenéticamente. - acabamos de conocernos hace unas horas, pero te amo. Me enamore de ti en horas.
- ... Rachel, no me hagas esto... Me voy a sentir mal que dejes todo para quedarte... Luego me echarás cosas en cara, discutirás conmigo...
- yo no soy así... No soy como tu novia anterior, soy diferente... - le dije sonriéndole. - te amo... - el se quedo callado observándome. Yo no dudé un minuto más y coloque mi mano en su nuca y acerque su rostro al mío para besarlo una vez más. Me contesto el beso, sentí como poco a poco se movía y amarraba mi cintura con sus manos y me hacia arquearme a su cuerpo. Un beso lleno de furor y pasión.
- prométeme que no te iras...
- lo prometo - el sonrió haciendo que sus ojos se vuelvan más pequeños de lo común. Volvimos a compartir un dulce beso en el cual ambos quedamos enloquecidos.

Un beso frente a la torre Eifel... Es lo mejor que una persona de personalidad romántica puede desear. La pasión, el entusiasmo, todo esta contigo. Un beso frente a la torre del amor en el país del amor, Navidad alegré, brisa fresca rozando nuestras pieles descubiertas en una noche en París.



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Este One Shot esta dedicado a Fernny! Feliz Navidad y próspero año nuevo! :D