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{OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
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MarianMaBe
Lea Berry
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{OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
Es primera vez que juego a imaginar que hubiese sucedido si... Asi que escribí que hubiese sucedido si Kurt y Blaine hubiesen hablado después de lo sucedido en McKinley.
La noche había caído completamente sobre la ciudad cuando Kurt por fin arrastró la puerta corrediza del piso en que vivía. Había llegado a casa después de un largo día.
Cuando cerró la puerta y se volteó para dirigirse a su cuarto, las dos muchachas que vivían con él se pusieron de pie al mismo tiempo desde la sala, para verle directamente. Kurt frunció el ceño porque tanto Rachel como Santana parecían haber estado llorando y la preocupación se desbordaba de sus rostros lánguidos por la inquietud.
— Oh, por Dios. ¿Pasó algo? — Fue lo primer que salió de la boca de Kurt. Su voz entrecortada, porque la expresiones en los rostros de sus compañeras no podían vaticinar nada bueno. Metió inmediatamente la mano al bolsillo de su abrigo negro y sacó de este su teléfono móvil. Se había quedado sin batería a eso de la mitad del día así que si sus amigas habían estado intentando comunicarse con él, había sido imposible poder contactarlo. – Por favor, díganme que no se trata de mi papá. — El corazón parecía querer salírsele del pecho en ese mismo instante. Y todo a su alrededor pareció encogerse. El aire se estaba acabando. Camino hacia Rachel primero, porque la confianza que tenía con ella le permitía tomarle de la mano y exigirle una explicación. — Rach… dime que no se trata de mi papá.
Su mejor amiga inmediatamente negó con la cabeza y Kurt sintió que podía respirar mejor que hace unos segundos atrás. — ¿Entonces?
Santana habló desde su espalda haciendo que Kurt se volteara inmediatamente a mirarla a ella. — Nos llamaron nuestros padres… nuestros amigos… Mr. Schue… y… — Santana apretó sus labios porque las imágenes mentales eran lo suficientemente fuertes como para hacerle querer caer de rodillas y llorar como una niña, porque si ella hubiese estado ahí, tal vez eso hubiese hecho, porque es imposible no tener miedo cuando ves que tu vida y la de tus seres más queridos peligran en lo que es cosa de minutos… — hubo un tiroteo en McKinley.
La boca de Kurt se entre abrió a medida que su mirada comenzaba a cristalizarse por las lágrimas que amenazaban por salir. De la mano de Rachel cayó sentado de lleno en uno de los asientos, su mirada perdida y el televisor que emitía el noticiero de las diez ya estaba comenzando a hablar de ello.
Kurt reconoció en las imágenes la entrada principal de su escuela; a medida que el locutor narraba los hechos y la policía se cruzaba frente a las cámaras. Jóvenes corriendo de un lado a otro, una ambulancia y algunos paramédicos se divisaban al pie de la escala principal. Jóvenes abrazados llorando unos con otros… No podía ser cierto. Una muy mala pesadilla, si incluso se pellizcó así mismo, pero era verdad… Kurt dejó de ver el televisor y desvió la atención a su teléfono apagado. Todo el día concentrado en lo suyo, y quizás cuantas veces quisieron llamarle para avisarle de esto.
— ¿Cómo…? ¿Quién…? — Y antes de querer escarbar en los detalles un solo nombre se coló en su mente como si hubiese sido escrito bajo sus parpados. — ¡BLAINE! — Gritó logrando ponerse de pie. Su cuerpo comenzó a temblar y un zumbido le perforó el subconciente. Rachel y Santana estaban intentando calmarle. Su cuerpo temblaba y las chicas seguían a su lado diciéndole cosas, pero el no podía escucharlas. Era como si el se encontrara a kilómetros del lugar en donde estaba parado. Intentando no caerse del nerviosismo soltó la mano de Rachel y corrió hacia su cuarto. Cayó de rodillas al lado de su mesa de noche y abrió el cajón superior de esta. — Mi cargador… dónde está mi cargador…necesito encender... mi cargador, teléfono — Sus manos comenzaron a sudar a medida que arrojaba las cosas hacia fuera. Todo estorbaba ahora mismo, nada le era útil. — ¡Donde está!
— Cariño, cálmate. — Las manos de Santana sobre su hombro fueron las que lograron hacerle volver en sí. — Nadie está herido… — Dijo y Kurt apenas oído las palabras largó a llorar escondiendo el rostro entre sus manos.
— Hemos hablado con la mayoría — Dijo Rachel entrando a la habitación. Ella también lloraba. — Ten… usa mi teléfono… A Blaine le ayudará mucho si lo llamas ahora.
Kurt extendió su mano y agarró fuertemente el móvil de Rachel. El seguía ahí de rodillas y Santana aún lo sostenía de los hombros, aunque esta vez, la latina había terminado por esconder su rostro en la espalda de su amigo, Kurt sintió que ella lloraba en silencio. No se alejó, se quedó ahí, dejándose abrazar por ella mientras se concentraba en discar los dígitos que prácticamente se sabía de memoria. Su pecho dolía. Dolía de pena, de no haber estado ahí, de rabia por no haberse enterado antes, de miedo porque en algún momento pensó lo peor de la situación, de alivio porque nadie había resultado herido, pero por sobre todo, su pecho dolía por la distancia porque ahora más que nunca querría estar sintiendo al moreno entre sus brazos.
— ¿Rachel? — La voz de Blaine se oyó por el auricular. Sonaba apagada, entrecortada. Kurt lo sabía. Blaine tenía una voz para cada ocasión y él podía distinguirlas aún a través del teléfono. Kurt sabía que Blaine seguía asustado y que quizás esta noche ni siquiera sería capaz de conciliar el sueño.
— Oh, Blaine. — Kurt exclamó llevándose la mano a la boca para contener el llanto ahogado que luchaba por salir. Sus lágrimas comenzaron a caer deliberadamente. — ¡Oh, Blaine…! — Repitió sollozando.
– Kurt, no llores por favor. – El moreno comenzó a llorar casi al instante en que escuchó la melódica voz de quien fuese el amor de su vida a través de su teléfono. – Estoy bien… – sollozó. – Pero por favor no llores, sabes que me parte el corazón escucharte llorar…
Kurt apretó los ojos fuertemente y llevó el teléfono hacia su pecho aferrándolo con fuerza contra sí. En cinco minutos todo lo que conocía había dado un giro de 180° grados amenazando con llevarse a la persona que más quería en el mundo, y en cinco minutos todo había vuelto a la calma porque podía escuchar una vez más su voz, Blaine estaba sano y salvo y Blaine le estaba pidiendo que no llore cuando había sido Blaine quién había experimentado aquella tragedia y era Blaine quien tenía todo el derecho de llorar, gritar y mandar el universo a la mierda. Auto controlándose, se secó las lágrimas y contuvo el llanto con todas sus fuerzas. No podía, no debía. Blaine no merecía que Kurt se quedara ahí llorando como un niñito asustado. Kurt enía que ser fuerte, porque por sobre todas las cosas la persona que estaba al otro lado del teléfono no se merecía más que su respeto y cariño. Y su admiración… y todo, absolutamente todo su amor y dedicación.
Rápidamente llevó el teléfono hacia su oído una vez más y escuchó por unos segundos la respiración del moreno. Suspiró jurando oír sus propios latidos: – Blaine, como quisiera haber estado ahí contigo. – Kurt aún no sabía ni una mínima parte de la historia, ni cuanto esto lo pudo o no haber afectado. Pero cualquier cosa que amenazara con el bienestar de Blaine siempre, siempre lo descolocaría. – Lamento tanto lo ocurrido… yo… yo debí estar ahí.
– Esta bien… lo sé. – Respondió Blaine, aun le costaba esfuerzo no quebrarse en cada palabra. – Pero si estuviste aquí. – Sonrió, débilmente, pero era la primera sonrisa que lograba articular desde el incidente de la tarde. – Pensé en ti todo el tiempo… y sé… sé que fue súper egoísta de mi parte… pero… pensé que si moría ahí mismo…
– No, Blaine… no digas esas cosas por favor… No…
– Si moría ahí, lo único que hubiese deseado sería verte.
Kurt comenzó a llorar una vez más. Ambos lo hicieron pero no pusieron resistencia ni le negaron al otro expresar sus emociones. Era natural, era la forma de comenzar a sanar.
Unos segundos después el morenos retomó la conversación. – Kurt. Por favor, Kurt escúchame.
Kurt sollozo dos veces antes de poder decirle a Blaine que le estaba prestando toda su atención.
– ¿Recuerdad el anillo que hice para ti?
¬
— Si… — Kurt dijo con pesar. Ese mismo anillo que le devolvió luego de haber terminado.
— Artie… verás, Artie hizo… Un video… Todos, por si nos sucedía algo… Dejamos un mensaje… Y yo, tu… Deje unas palabras para ti.
– ¿De… de verdad?
– Si, no podía… además de mis papás… hable a la cámara como si se tratara de ti. – Rió.
Y la sonrisa se posó en los labios de Kurt también. – ¿Y qué… y que me dijiste? Si se puede saber…
Blaine carraspeó su garganta y habló con claridad sin antes volver a soltar una risita tonta, como la de un niño luego de cometer una travesura – “Kurt… el anillo de papel, está en el velador de mi cuarto… es tuyo si aún lo quieres”
– Eres un tonto, Blaine Devon Anderson… – Kurt comenzó a sollozar… – Ese anillo siempre será mío… tonto… ton… – Y antes de que pudiese seguir hablando, se quebró. Se partió en mil pedazos porque estuvo a punto de perder a la persona que más quería en el mundo, porque no estaba con él y porque lo único que esa persona hizo frente al peligro de una muerte… fue hablarle de una promesa hecha tiempo atrás…
– Kurt… no sigas llorando… yo… no quise… Kurt…
– Eres un tonto Blaine. – Kurt gritó. – Y te odio por amarte tanto… me has hecho pasar el susto de mi vida, y se que es estúpido porque tu estuviste ahí y yo… ¿te estás riendo de mi? – Kurt podía escuchar claramente la risa de Blaine colarse por el auricular.
– No… no… – Dijo Blaine en pausas tratando de volver en sí porque la felicidad que lo embargaba en ese instante era lo suficientemente grande como para devolverle la vida después de aquella pesadilla. – Solo, es solo que… me hace tan feliz escucharte una vez más. Kurt… no importa como estemos tu y yo ahora… no importa… pero prométeme que pase lo que pase, jamás, jamás dejaremos de ser parte de la vida del otro en lo absoluto… ¿me oyes? Debes prometérmelo… es, una promesa post-trauma… y como soy la víctima ahora – Rió, bromeando un poco… – debes prometérmelo, porque no puedes contradecirme…
– Jamás. – Kurt cortó a Blaine para que dejara de hablar.
– ¿Qué dijiste, Kurt?
– Jamás podrías dejar de ser parte de mi vida… porque eres toda la mía.
– Tal vez deberían ocurrir este tipo de cosas más a menudo. – Blaine susurró, porque sabía que estaba mal lo que estaba diciendo y que Kurt probablemente lo regañaría. – Solo porque valdría la pena si al final del día oiré tu voz preguntando por mí.
Kurt sonrió. Fue todo lo que se limitó a hacer. La voz de Blaine era un bálsamo en esos momentos en que lo había dado todo por perdido. – No me vuelvas a dar sustos como este ¿entendido?
La risa de Blaine se mezcló con sus gemidos. Podía imaginarse ahí mismo a Kurt levantándole una ceja. Su corazón se quedó allí, quieto junto a Kurt, mientras la fotografía que estaba sosteniendo en sus manos se borraba empañada por sus lágrimas. Era una fotografía de los dos, una de las tantas que tenía en su cuarto y que jamás se había atrevido a quitar de ahí. – Gracias, Kurt… Gracias por llamarme… gracias, por todo.
Kurt sintió de forma instantánea un nuevo nudo en su garganta. Se le escapó un gemido, pero reprimió las lágrimas. — No tienes nada que agradecer… gracias a ti, por ser tan valiente.
Las lágrimas empañaron los ojos de Blaine una vez más. Los cerró apretando con fuerza. Quería estar en Nueva York. Tragué saliva y los volví a abrir. Su padre y su madre lo observaban desde el marco de la puerta de su cuarto. También ellos habían estado llorando, pero ahora le sonreían. Blaine seguía muerto de miedo, todos quienes lo conocían podían darse cuenta de aquello, pero trataba de disimularlo. Aunque ahora, luego de hablar con Kurt un par de palabras, se estaba sintiendo valiente una vez más. Sus piernas dejaron de flaquear y ya no sentía que en cualquier momento se iba a desvanecer. Camino hacia una de las cómodas de su cuarto y posó el marco con la foto de él y Kurt. Miró a sus padres nuevamente, y les sonrió. Ellos le devolvieron una mirada llena de orgullo.
— Debo irme, Kurt. — Dijo Blaine. No quería, pero era necesario. De las tantas conversaciones que tenía pendientes, había dos personas que merecían una y estaba ahí, a su lado. — Solo una cosa más…
— Te escucho… — Dijo Kurt con completa atención.
— ¿Mis promesas… siguen siendo importantes para ti?
— Si, Blaine. Siempre… — La respuesta de Kurt no se hizo esperar. No había necesidad de pensar algo así dos veces, el sabía la verdad: — eres la persona en quién más confío… tu palabra, jamás dejará de importarme.
— Que alivio… — Blaine sonrió. – Porque me acabo de dar cuenta que perdí el anillo de papel que te hice… — Y largó a reir como si aquello fuese la broma más graciosa del mundo… — y el mensaje que grabé para ti… y … ahora no sé dónde está el anillo. – Pero seguía sonriendo mirando hacia todas partes, rascándose la cabeza porque sabía que lo había dejado sobre su cómoda… y ya no estaba.
¬
— Yo lo tengo… ¬— Kurt admitió desviando su mirada hacia su propia cómoda. Ahí, entre sus productos para el cuidado de su piel y uno que otro libro de su club de lectura, descansaba la cajita que Blaine había hecho para él, con un anillo dentro. – Lo robé de tu cuarto… después de la pseudo boda de Mr. Schue… no pude evitar hacerlo… ese anillo siempre ha sido mío. Nunca debí devolvértelo…
— Bien. – Blaine se limitó a decir, porque no quería ponerse a llorar otra vez, y porque sus padres estaban ahí de pie en la puerta esperándolo. Tal vez sería justo guardar un poco de lágrimas para ellos también. – me alegro… yo… debo irme.
Kurt asintió. — Intenta descansar. ¿Si? Mañana hablaremos.
— ¿Lo prometes?
Kurt asintió. — Por supuesto.
— Mañana hablaremos entonces… Buenas noches Kurt.
— Buenas noches, Blaine… — El bip sonó desde el otro lado. La llamada finalizó y Kurt no soltó el teléfono por un buen par de minutos. Sorbió con su nariz y secó el resto de las lágrimas que aún quedaban resbalando por su rostro. Miró de reojo la cajita con el anillo sobre su cómoda, jamás podría renunciar a ver esas promesas hechas realidad, jamás podría renunciar a Blaine y una sola llamada se lo recordó.
ONESHOT: UNA SOLA LLAMADA
La noche había caído completamente sobre la ciudad cuando Kurt por fin arrastró la puerta corrediza del piso en que vivía. Había llegado a casa después de un largo día.
Cuando cerró la puerta y se volteó para dirigirse a su cuarto, las dos muchachas que vivían con él se pusieron de pie al mismo tiempo desde la sala, para verle directamente. Kurt frunció el ceño porque tanto Rachel como Santana parecían haber estado llorando y la preocupación se desbordaba de sus rostros lánguidos por la inquietud.
— Oh, por Dios. ¿Pasó algo? — Fue lo primer que salió de la boca de Kurt. Su voz entrecortada, porque la expresiones en los rostros de sus compañeras no podían vaticinar nada bueno. Metió inmediatamente la mano al bolsillo de su abrigo negro y sacó de este su teléfono móvil. Se había quedado sin batería a eso de la mitad del día así que si sus amigas habían estado intentando comunicarse con él, había sido imposible poder contactarlo. – Por favor, díganme que no se trata de mi papá. — El corazón parecía querer salírsele del pecho en ese mismo instante. Y todo a su alrededor pareció encogerse. El aire se estaba acabando. Camino hacia Rachel primero, porque la confianza que tenía con ella le permitía tomarle de la mano y exigirle una explicación. — Rach… dime que no se trata de mi papá.
Su mejor amiga inmediatamente negó con la cabeza y Kurt sintió que podía respirar mejor que hace unos segundos atrás. — ¿Entonces?
Santana habló desde su espalda haciendo que Kurt se volteara inmediatamente a mirarla a ella. — Nos llamaron nuestros padres… nuestros amigos… Mr. Schue… y… — Santana apretó sus labios porque las imágenes mentales eran lo suficientemente fuertes como para hacerle querer caer de rodillas y llorar como una niña, porque si ella hubiese estado ahí, tal vez eso hubiese hecho, porque es imposible no tener miedo cuando ves que tu vida y la de tus seres más queridos peligran en lo que es cosa de minutos… — hubo un tiroteo en McKinley.
La boca de Kurt se entre abrió a medida que su mirada comenzaba a cristalizarse por las lágrimas que amenazaban por salir. De la mano de Rachel cayó sentado de lleno en uno de los asientos, su mirada perdida y el televisor que emitía el noticiero de las diez ya estaba comenzando a hablar de ello.
Kurt reconoció en las imágenes la entrada principal de su escuela; a medida que el locutor narraba los hechos y la policía se cruzaba frente a las cámaras. Jóvenes corriendo de un lado a otro, una ambulancia y algunos paramédicos se divisaban al pie de la escala principal. Jóvenes abrazados llorando unos con otros… No podía ser cierto. Una muy mala pesadilla, si incluso se pellizcó así mismo, pero era verdad… Kurt dejó de ver el televisor y desvió la atención a su teléfono apagado. Todo el día concentrado en lo suyo, y quizás cuantas veces quisieron llamarle para avisarle de esto.
— ¿Cómo…? ¿Quién…? — Y antes de querer escarbar en los detalles un solo nombre se coló en su mente como si hubiese sido escrito bajo sus parpados. — ¡BLAINE! — Gritó logrando ponerse de pie. Su cuerpo comenzó a temblar y un zumbido le perforó el subconciente. Rachel y Santana estaban intentando calmarle. Su cuerpo temblaba y las chicas seguían a su lado diciéndole cosas, pero el no podía escucharlas. Era como si el se encontrara a kilómetros del lugar en donde estaba parado. Intentando no caerse del nerviosismo soltó la mano de Rachel y corrió hacia su cuarto. Cayó de rodillas al lado de su mesa de noche y abrió el cajón superior de esta. — Mi cargador… dónde está mi cargador…necesito encender... mi cargador, teléfono — Sus manos comenzaron a sudar a medida que arrojaba las cosas hacia fuera. Todo estorbaba ahora mismo, nada le era útil. — ¡Donde está!
— Cariño, cálmate. — Las manos de Santana sobre su hombro fueron las que lograron hacerle volver en sí. — Nadie está herido… — Dijo y Kurt apenas oído las palabras largó a llorar escondiendo el rostro entre sus manos.
— Hemos hablado con la mayoría — Dijo Rachel entrando a la habitación. Ella también lloraba. — Ten… usa mi teléfono… A Blaine le ayudará mucho si lo llamas ahora.
Kurt extendió su mano y agarró fuertemente el móvil de Rachel. El seguía ahí de rodillas y Santana aún lo sostenía de los hombros, aunque esta vez, la latina había terminado por esconder su rostro en la espalda de su amigo, Kurt sintió que ella lloraba en silencio. No se alejó, se quedó ahí, dejándose abrazar por ella mientras se concentraba en discar los dígitos que prácticamente se sabía de memoria. Su pecho dolía. Dolía de pena, de no haber estado ahí, de rabia por no haberse enterado antes, de miedo porque en algún momento pensó lo peor de la situación, de alivio porque nadie había resultado herido, pero por sobre todo, su pecho dolía por la distancia porque ahora más que nunca querría estar sintiendo al moreno entre sus brazos.
— ¿Rachel? — La voz de Blaine se oyó por el auricular. Sonaba apagada, entrecortada. Kurt lo sabía. Blaine tenía una voz para cada ocasión y él podía distinguirlas aún a través del teléfono. Kurt sabía que Blaine seguía asustado y que quizás esta noche ni siquiera sería capaz de conciliar el sueño.
— Oh, Blaine. — Kurt exclamó llevándose la mano a la boca para contener el llanto ahogado que luchaba por salir. Sus lágrimas comenzaron a caer deliberadamente. — ¡Oh, Blaine…! — Repitió sollozando.
– Kurt, no llores por favor. – El moreno comenzó a llorar casi al instante en que escuchó la melódica voz de quien fuese el amor de su vida a través de su teléfono. – Estoy bien… – sollozó. – Pero por favor no llores, sabes que me parte el corazón escucharte llorar…
Kurt apretó los ojos fuertemente y llevó el teléfono hacia su pecho aferrándolo con fuerza contra sí. En cinco minutos todo lo que conocía había dado un giro de 180° grados amenazando con llevarse a la persona que más quería en el mundo, y en cinco minutos todo había vuelto a la calma porque podía escuchar una vez más su voz, Blaine estaba sano y salvo y Blaine le estaba pidiendo que no llore cuando había sido Blaine quién había experimentado aquella tragedia y era Blaine quien tenía todo el derecho de llorar, gritar y mandar el universo a la mierda. Auto controlándose, se secó las lágrimas y contuvo el llanto con todas sus fuerzas. No podía, no debía. Blaine no merecía que Kurt se quedara ahí llorando como un niñito asustado. Kurt enía que ser fuerte, porque por sobre todas las cosas la persona que estaba al otro lado del teléfono no se merecía más que su respeto y cariño. Y su admiración… y todo, absolutamente todo su amor y dedicación.
Rápidamente llevó el teléfono hacia su oído una vez más y escuchó por unos segundos la respiración del moreno. Suspiró jurando oír sus propios latidos: – Blaine, como quisiera haber estado ahí contigo. – Kurt aún no sabía ni una mínima parte de la historia, ni cuanto esto lo pudo o no haber afectado. Pero cualquier cosa que amenazara con el bienestar de Blaine siempre, siempre lo descolocaría. – Lamento tanto lo ocurrido… yo… yo debí estar ahí.
– Esta bien… lo sé. – Respondió Blaine, aun le costaba esfuerzo no quebrarse en cada palabra. – Pero si estuviste aquí. – Sonrió, débilmente, pero era la primera sonrisa que lograba articular desde el incidente de la tarde. – Pensé en ti todo el tiempo… y sé… sé que fue súper egoísta de mi parte… pero… pensé que si moría ahí mismo…
– No, Blaine… no digas esas cosas por favor… No…
– Si moría ahí, lo único que hubiese deseado sería verte.
Kurt comenzó a llorar una vez más. Ambos lo hicieron pero no pusieron resistencia ni le negaron al otro expresar sus emociones. Era natural, era la forma de comenzar a sanar.
Unos segundos después el morenos retomó la conversación. – Kurt. Por favor, Kurt escúchame.
Kurt sollozo dos veces antes de poder decirle a Blaine que le estaba prestando toda su atención.
– ¿Recuerdad el anillo que hice para ti?
¬
— Si… — Kurt dijo con pesar. Ese mismo anillo que le devolvió luego de haber terminado.
— Artie… verás, Artie hizo… Un video… Todos, por si nos sucedía algo… Dejamos un mensaje… Y yo, tu… Deje unas palabras para ti.
– ¿De… de verdad?
– Si, no podía… además de mis papás… hable a la cámara como si se tratara de ti. – Rió.
Y la sonrisa se posó en los labios de Kurt también. – ¿Y qué… y que me dijiste? Si se puede saber…
Blaine carraspeó su garganta y habló con claridad sin antes volver a soltar una risita tonta, como la de un niño luego de cometer una travesura – “Kurt… el anillo de papel, está en el velador de mi cuarto… es tuyo si aún lo quieres”
– Eres un tonto, Blaine Devon Anderson… – Kurt comenzó a sollozar… – Ese anillo siempre será mío… tonto… ton… – Y antes de que pudiese seguir hablando, se quebró. Se partió en mil pedazos porque estuvo a punto de perder a la persona que más quería en el mundo, porque no estaba con él y porque lo único que esa persona hizo frente al peligro de una muerte… fue hablarle de una promesa hecha tiempo atrás…
– Kurt… no sigas llorando… yo… no quise… Kurt…
– Eres un tonto Blaine. – Kurt gritó. – Y te odio por amarte tanto… me has hecho pasar el susto de mi vida, y se que es estúpido porque tu estuviste ahí y yo… ¿te estás riendo de mi? – Kurt podía escuchar claramente la risa de Blaine colarse por el auricular.
– No… no… – Dijo Blaine en pausas tratando de volver en sí porque la felicidad que lo embargaba en ese instante era lo suficientemente grande como para devolverle la vida después de aquella pesadilla. – Solo, es solo que… me hace tan feliz escucharte una vez más. Kurt… no importa como estemos tu y yo ahora… no importa… pero prométeme que pase lo que pase, jamás, jamás dejaremos de ser parte de la vida del otro en lo absoluto… ¿me oyes? Debes prometérmelo… es, una promesa post-trauma… y como soy la víctima ahora – Rió, bromeando un poco… – debes prometérmelo, porque no puedes contradecirme…
– Jamás. – Kurt cortó a Blaine para que dejara de hablar.
– ¿Qué dijiste, Kurt?
– Jamás podrías dejar de ser parte de mi vida… porque eres toda la mía.
– Tal vez deberían ocurrir este tipo de cosas más a menudo. – Blaine susurró, porque sabía que estaba mal lo que estaba diciendo y que Kurt probablemente lo regañaría. – Solo porque valdría la pena si al final del día oiré tu voz preguntando por mí.
Kurt sonrió. Fue todo lo que se limitó a hacer. La voz de Blaine era un bálsamo en esos momentos en que lo había dado todo por perdido. – No me vuelvas a dar sustos como este ¿entendido?
La risa de Blaine se mezcló con sus gemidos. Podía imaginarse ahí mismo a Kurt levantándole una ceja. Su corazón se quedó allí, quieto junto a Kurt, mientras la fotografía que estaba sosteniendo en sus manos se borraba empañada por sus lágrimas. Era una fotografía de los dos, una de las tantas que tenía en su cuarto y que jamás se había atrevido a quitar de ahí. – Gracias, Kurt… Gracias por llamarme… gracias, por todo.
Kurt sintió de forma instantánea un nuevo nudo en su garganta. Se le escapó un gemido, pero reprimió las lágrimas. — No tienes nada que agradecer… gracias a ti, por ser tan valiente.
Las lágrimas empañaron los ojos de Blaine una vez más. Los cerró apretando con fuerza. Quería estar en Nueva York. Tragué saliva y los volví a abrir. Su padre y su madre lo observaban desde el marco de la puerta de su cuarto. También ellos habían estado llorando, pero ahora le sonreían. Blaine seguía muerto de miedo, todos quienes lo conocían podían darse cuenta de aquello, pero trataba de disimularlo. Aunque ahora, luego de hablar con Kurt un par de palabras, se estaba sintiendo valiente una vez más. Sus piernas dejaron de flaquear y ya no sentía que en cualquier momento se iba a desvanecer. Camino hacia una de las cómodas de su cuarto y posó el marco con la foto de él y Kurt. Miró a sus padres nuevamente, y les sonrió. Ellos le devolvieron una mirada llena de orgullo.
— Debo irme, Kurt. — Dijo Blaine. No quería, pero era necesario. De las tantas conversaciones que tenía pendientes, había dos personas que merecían una y estaba ahí, a su lado. — Solo una cosa más…
— Te escucho… — Dijo Kurt con completa atención.
— ¿Mis promesas… siguen siendo importantes para ti?
— Si, Blaine. Siempre… — La respuesta de Kurt no se hizo esperar. No había necesidad de pensar algo así dos veces, el sabía la verdad: — eres la persona en quién más confío… tu palabra, jamás dejará de importarme.
— Que alivio… — Blaine sonrió. – Porque me acabo de dar cuenta que perdí el anillo de papel que te hice… — Y largó a reir como si aquello fuese la broma más graciosa del mundo… — y el mensaje que grabé para ti… y … ahora no sé dónde está el anillo. – Pero seguía sonriendo mirando hacia todas partes, rascándose la cabeza porque sabía que lo había dejado sobre su cómoda… y ya no estaba.
¬
— Yo lo tengo… ¬— Kurt admitió desviando su mirada hacia su propia cómoda. Ahí, entre sus productos para el cuidado de su piel y uno que otro libro de su club de lectura, descansaba la cajita que Blaine había hecho para él, con un anillo dentro. – Lo robé de tu cuarto… después de la pseudo boda de Mr. Schue… no pude evitar hacerlo… ese anillo siempre ha sido mío. Nunca debí devolvértelo…
— Bien. – Blaine se limitó a decir, porque no quería ponerse a llorar otra vez, y porque sus padres estaban ahí de pie en la puerta esperándolo. Tal vez sería justo guardar un poco de lágrimas para ellos también. – me alegro… yo… debo irme.
Kurt asintió. — Intenta descansar. ¿Si? Mañana hablaremos.
— ¿Lo prometes?
Kurt asintió. — Por supuesto.
— Mañana hablaremos entonces… Buenas noches Kurt.
— Buenas noches, Blaine… — El bip sonó desde el otro lado. La llamada finalizó y Kurt no soltó el teléfono por un buen par de minutos. Sorbió con su nariz y secó el resto de las lágrimas que aún quedaban resbalando por su rostro. Miró de reojo la cajita con el anillo sobre su cómoda, jamás podría renunciar a ver esas promesas hechas realidad, jamás podría renunciar a Blaine y una sola llamada se lo recordó.
Lea Berry-*- - Mensajes : 2622
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
Bueno, no sé si soy la primera en comentar pero quiero darte las gracias por traernos algo de Klaine relacionado con el incidente de McKinley.
¡La verdad todavía no lo supero! Así como tampoco superaré que todos dijeron un mensaje menos Blaine. O quizá no pudo debido al miedo (he ahí la escena donde le pregunta a Artie qué hace con el celular). En fin, muchas gracias por esta pequeña dosis Klaine luego del capítulo de ayer.
¡Saludos!
¡La verdad todavía no lo supero! Así como tampoco superaré que todos dijeron un mensaje menos Blaine. O quizá no pudo debido al miedo (he ahí la escena donde le pregunta a Artie qué hace con el celular). En fin, muchas gracias por esta pequeña dosis Klaine luego del capítulo de ayer.
¡Saludos!
Invitado- Invitado
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
También sigo traumada con respecto al capítulo y sé que es una realidad, pero... aún así...
Te quedó maravilloso, me gustó mucho la llamada de Kurt, tenía que hacerlo. DEBIERON grabar una escena así. TIENEN que hacerlo
En fin, yo sé lo que se siente cuando llamas y te contestan y comienzas a llorar y la otra persona en el teléfono también llora. Es horrible Pero me alegra que esto sea pasajero y pronto estén juntos o algo similar.
¡Gracias por escribir, me encantó tu trabajo!
Te quedó maravilloso, me gustó mucho la llamada de Kurt, tenía que hacerlo. DEBIERON grabar una escena así. TIENEN que hacerlo
En fin, yo sé lo que se siente cuando llamas y te contestan y comienzas a llorar y la otra persona en el teléfono también llora. Es horrible Pero me alegra que esto sea pasajero y pronto estén juntos o algo similar.
¡Gracias por escribir, me encantó tu trabajo!
MarianMaBe*** - Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 01/01/2013
Edad : 29
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
La verdad fue un pequeño lapsus para mi, pero me encantó poder volver a escribir algo relacionado con ellos. Ojalá que hablen del tema alguna vez si es que tienen escenas juntas en lo que queda de la temporada. Gracias por sus comentarios, fue lindo despertar y leerlos (:
Lea Berry-*- - Mensajes : 2622
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
yo no deje de llorar despues de ver el capitulo y hermoso, que se me hace que Blaine si le llamo a Kurt, pero eliminaron la escena jajaja
lizzz***** - Mensajes : 248
Fecha de inscripción : 27/01/2013
Edad : 26
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
Blaine y Kurt hablaron....de eso estoy segura!!!!!!!!!!!
Me encanto Lea.....BRAVO!
SaludosNewyorkina!!!!!!!!!!!!
Me encanto Lea.....BRAVO!
SaludosNewyorkina!!!!!!!!!!!!
Alondra* Anderson *Criss********- - Mensajes : 795
Fecha de inscripción : 02/10/2012
Edad : 28
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
yyeeeiii!!!!! me gusto el OS la verdad es que je hubira gustado mucho vero en pantalla!!!
gracias por escribir!!
gracias por escribir!!
♫Alice Anderson♫********-*- - Mensajes : 1051
Fecha de inscripción : 03/09/2012
Edad : 27
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
Creo que todos quisimos ver algo así en pantalla. Hubiese sido genial poder ver como reaccionaron los de New York con respecto a lo que sucedió en McKinley. Gracias por leer (:
Lea Berry-*- - Mensajes : 2622
Fecha de inscripción : 05/01/2013
Re: {OneShot: Klaine} "Una sola llamada" (Shooting Stars)
Lea Berry me haz hecho llorar.
¿Por que Ryan no te contrata como escritora? No se vale ¬¬ lo ame *w* Oh my feels :3 me encanto, la preocupacion de Kurt :'( ellos merecen volver!! Dios Ryan lee el OneShot de esta niña e inspirate!! xD.
Atte: Fabiana :3♥.
¿Por que Ryan no te contrata como escritora? No se vale ¬¬ lo ame *w* Oh my feels :3 me encanto, la preocupacion de Kurt :'( ellos merecen volver!! Dios Ryan lee el OneShot de esta niña e inspirate!! xD.
Atte: Fabiana :3♥.
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
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