ForgiveMeForBeingAMonster

ForgiveMeForBeingAMonster

Resumen:
Finn, es un maldito estafador que ha hecho de las suyas con tal de
mantener viva su empresa. ¿Qué pasará cuando se meta con un Anderson, y
éste quiera a su hermano menor para satisfacer sus más oscuros deseos
sexuales? Boypussykurt/PossesivoBlaine/killer/demente
Advertencia: Esta historia es un poco retorcida, aclaro algo Blaine, tiene Alter- ego y tiene escenas de contenido sexual explícito.
Quiero
darle las gracias a Dominique Estefanía por ofrecerme hacer mi beta, no
sé qué hubiera hecho sin ella, para poder subir este fic, A mi amiga
Candy Criss (Agar) que me estuvieron, dando muchas ideas para formarlo,
mil gracias!, chicas.

Gracias por leer!
Capítulo 1

Se
sentía un poco molesto, estresado, irritado, y todo sinónimo que
tuviera que ver con mal humor, llevaba 3 horas así y no sabía qué hacer,
estaba comenzando a sentir que su mundo se rompería en mil pedazos,
jamás quiso que las cosas sucedieran de esta manera, pero, ¿Que podía
hacer? No podía negar que había logrado estafar a los Anderson, ¡Estaba
orgulloso de ello! Pero estaba preocupado, porque sabía que en cualquier
momento vendrían a buscar su venganza.
Tenía miedo de que se
vengaran de otra manera, y no en dejarlo en la calle, sabía muy bien que
los Anderson eran millonarios, poderosos, extremadamente conservadores,
eran personas sin escrúpulos, eran odiados por muchos, se oían rumores
de que eran un grupo de la mafia más temida, pero no se había comprobado
nada aun.
Sin embargo todavía recordaba la mirada asesina del
hijo menor, Blaine Anderson, estaba jodido, muy jodido, él le había
dicho todo con su mirada y sentía miedo, por primera vez lo sentía, algo
andaba mal con ese chico, le daba pavor que intentara algo contra él,
no quería morir todavía, Kurt lo necesitaba, su hermanito lo necesitaba.
Había
escuchado por boca de la señorita Robinson, que Blaine Anderson tenía
problemas fuertes, que sufría de desorden de personalidad, que era un
asesino, que había matado a 6 de sus prometidos, además era
extremadamente celoso, abusivo, drogadicto, también horrorosamente
agresivo, al grado de asesinar, era muy aterrador, simplemente… odiaba
saber que se había metido con ellos.
Por otro lado Cooper Anderson
era tranquilo y amable, todo el tiempo se echaba la culpa de lo que
hacía su hermano, por decirlo de algún modo, él era, ante los demás, la
máscara del menor. También se decía que Blaine Anderson era Gay, aunque
la verdad le valía una mierda, pero lo que si no le valía una mierda,
era el hecho de sentirse horrorizado por él.

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Miraba
a Noah prepararle un sándwich -rió bajito- por más que Noah hacia el
intento de ser una niñera, fracasaba. Odiaba el hecho de que Finn lo
dejara a su cargo, ya que el ya no era un niño, tenía 16 años, así que
podía cuidarse perfectamente solo.
Finn se había tomado muy enserio el papel de "Ser el hermano responsable" desde la muerte de sus padres a causa de un accidente aéreo.
Noah
era muy bueno con él, lo cuidaba mucho, pero en algunas ocasiones, lo
miraba como si fuera un pedazo de carne o algo por el estilo, y no le
gustaba eso, pensaba decirle a Finn que no le gustaba como lo miraba
pero, no quería hacer enojar a su hermano y menos hacer una discordia
entre ellos, simplemente no quería molestarlo.
Además sentía una
atracción hacia Noah, a veces fantaseaba con él, soñar que esos fuertes
brazos lo acariciaban con fiereza… era estúpido pensar de esa manera, lo
sabía, entonces en momentos como esos recordaba lo que le había dicho
una vez su amiga Santana "Se te están alocando las hormonas". Rió al recordarlo.
-¡Listo!
Aquí está tu sándwich de queso derretido- Kurt rió bajito al ver el
intento de sándwich de Noah, todo quemado y el queso todo desparramado,
negó tomando asiento mientras Puck hacía lo mismo. Puckerman sirvió jugo
tranquilamente, observando a Kurt morder despacito su sándwich, sonrió
al verlo así. Kurt lo probó y lo encontró incomible pero no quería hacer
sentir mal a Noah, así que decidió aparentar que le gustaba.
-¿Cómo te fue hoy en la escuela?- Kurt tomo un poco de jugo, para después dejar su vaso a un lado y responderle.
-Bien... supongo…- le dijo un poco triste mirando su sándwich.
-¿Supones?- lo miró -¿Por qué?- pregunto el moreno preocupado.
-Rachel
volvió a tener el solo para las regionales- susurró limpiándose su boca
con la servilleta delicadamente, levantó la vista y no pudo evitar
sonrojarse furiosamente por la forma en que Puckerman lo miraba, éste se
quedo mirando a Kurt, serio.
No podía negar que Kurt era
precioso, hermoso, tierno, dulce…. lo volvía loco el castaño, estaba mal
pensar de esa forma sobre un niño, pues él era 10 años mayor que Kurt,
le había prometido a Finn cuidar del castaño, por eso cuando salía
temprano de la empresa Hummel, rápidamente se dirigía a ver si Kurt
había llegado bien de la escuela, y el no tenia problema con eso, estaba
feliz de poder pasar más tiempo con el ojiazul, conocerlo más a fondo… y
vaya que se estaba enamorando.
-Bueno, tú sabes que eres mejor que ella- le dijo dándole un sorbo a su vaso de jugo, Kurt sonrió.
-Tienes razón- dijo volviendo a morder su sándwich haciendo reír a Puckerman por ver su cara de asco al comer.

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-¿Por qué no simplemente lo asesinas?- dijo Jeff mirando sin importancia la fotografía de Finn Hudson.
-No
soy estúpido- Blaine dijo recargándose en el respaldo de su silla y
mirando al rubio que seguía observando la maldita fotografía de Hudson,
el rubio solo hizo una mueca.
-Entonces, ¿qué piensas hacer?-
preguntó el rubio dejando la fotografía en el escritorio, tomo asiento
mientas miraba a Blaine curioso.
-Me fascina su hermano- dijo con una sonrisa.
Jeff lo miro aún más curioso, ¿A caso le gustaba el chico que siempre estaba a su lado? ¿El que tenía corte de mohawk? hizo una mueca de asco y Blaine lo notó.
-¿Porqué pones esa cara?-
-¿Te refieres al chico que tiene el corte de…- no pudo terminar su pregunta, porque Blaine lo interrumpió.
- ¡NO, ÉL NO!- gritó sin darse cuenta, asustando a Jeff.
-Si
no es el… entonces ¿Quién es?- Blaine abrió el cajón de su escritorio
rápidamente, buscando dentro de él, revolviendo todo sus papeles, sonrió
cuando encontró lo que buscaba, su preciada joya. Miro a Jeff
preguntándose si sería correcto mostrársela, dudó, no quería ponerse
celoso, pero al final decidió enseñársela.
-¡Wow! Absolutamente hermoso- fue lo único que salió de sus labios al ver la foto del hermoso ángel.
Tania
el cabello castaño y perfectamente peinado, la hermosa piel de
porcelana contrastaba con el intenso azul de sus ojos, los labios rosas
invitaban a ser besados, aparte de un cuerpo perfectamente hermoso,
sonrió ante la idea de poder haberlo conocido antes que a su esposo
Nick.
A Blaine ya no le gustaba como sonreía Jeff al mirar la
fotografía, sintió rabia y celos, por lo que le quitó la foto de sus
manos para guardarla de nuevo.
-Me sorprende, que no lo hicieras tuyo- le dijo nervioso, rascándose un poco la cabeza.
-Quiero hacer las cosas bien, no puedo llegar a hacer esa cosa de nuevo-
-Blaine…
tu y yo sabemos que nunca cambiarás, eres un monstruo, me alegro de que
no hayas actuado rápido para tener a este niño a la fuerza- con esto
último Jeff se levanto dirigiéndose a la puerta, abriéndola, pero antes
de salir se giró y le dijo.
-Sólo… trata de no dañar de nuevo- y salió cerrando la puerta.
Sabía
muy bien que Jeff tenía razón, había lastimado mucho a las personas que
habían sido importantes en su vida, pero no podía dejar de ser lo que
era, un completo monstruo, su naturaleza era ser así y no podía cambiar.
Había intentado solucionarlo con sicólogos, pero terminaba volviendo
loco al médico, e incluso había asistido a charlas para ver si lo podían
ayudar, pero nada daba resultado, el era así, y aunque no le gustara
admitirlo, nunca iba a dejar de serlo.

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Era
la hora de la cena, casi el único momento que podía compartir una
conversación con su hermano mayor, Cooper Anderson, pero este no dejaba
de molestarlo con su plática acerca de Finn Hudson.
-Blaine, solo
nos quitó una estupidez, deberías dejarlo en paz- dijo Cooper enojado de
que Blaine no entendiera que las cosas no se resolverían de la manera
que él tenía pensado hacerlo.
-¿Para qué? ¿Para que otro idiota
nos haga lo mismo y al rato nos deje en la calle?- Blaine dijo cortando
un pedazo de carne para llevárselo a la boca y saborearlo.
-Yo…-
no sabía que decir… Blaine tenía razón, tal vez otro podía hacerles lo
mismo que Hudson, pero… aun estaba en contra de como el menor tenía
pensado resolverlo.
-Además….- Blaine bebió un poco de su jugo -Le
hare una visita mañana- susurró mientras veía a Leo, su joven empleado,
servirle un poco mas de jugo, le sonrió y éste le devolvió la sonrisa
coquetamente.
-Solo… compórtate mañana.- dijo Cooper cuando vio a
Leo coquetearle a su hermano descaradamente, frunció el ceño al ver que
Blaine le hizo una señal al muchacho para que lo esperara en su
dormitorio y se retirara al notar la mirada furiosa de Cooper. Una vez
que el mayor vio a su empleado retirarse, porque eso era… un empleado,
miro a Blaine seriamente.
-Creo que es hora de que termines esa aventura que tienes con nuestro empleado, a Henry no le gusta como miras a su nieto.-
-Crees
que me interesa lo que piense el jardinero, lo que él no sabe, es que
su nieto es una completa puta que se escabulle a mi habitación para
rogar ser follado.- Cooper se quedo sin habla, Blaine lo vio levantarse
furioso, lanzando la servilleta fuertemente en la mesa para después
salir, dejándolo completamente solo.

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Al
día siguiente, los hermanos Hummel-Hudson desayunaban tranquilamente
sin decir una palabra, eso raro, Kurt no sabía que tenía su hermano,
ayer había llegado de la oficina muy serio y ni siquiera quiso cenar,
sólo se encerró en su habitación y eso lo puso muy curioso.
Últimamente
lo había notado muy raro, solo lo veía revisar papeles e incluso
quedarse hasta tarde en su ordenador, el tenía que decirle que
descansara, aunque algunas veces lo acompañaba mientras Finn escribía,
él le contaba de su día en la escuela y luego éste le contaba sus cosas
también, pero eso ya se había acabado, ya no hablaban como antes y
extrañaba eso, no era lo mismo contarle a Noah que contarle a Finn como
lo pasaba en la escuela. Necesitaba compartir más tiempo con su hermano,
quería sentir más su cariño, ya ni siquiera le decía que lo quería y lo
ponía triste.
-Finn.- lo llamo tiernamente con una sonrisa.
-¿Si?-
Finn respondió, mientras revisaba si había noticias importantes en el
periódico, pero se dio cuenta que todo era lo mismo de ayer, ¡Oh, espera! ¿Será porque era el mismo periódico de ayer?, sonrió, que distraído era.
-¿Puedo
ir contigo a la empresa?- Finn dejo de mirar el periódico para ver a
Kurt que lo miraba dulcemente con sus hermosos ojitos de cachorrito, él
sabía que fácilmente caía ante esos ojitos.
Finn se quedo
pensativo un rato, no sabía si llevarse a Kurt con él, pero se había
dado cuenta que últimamente con los problemas que tenia, no le había
tomado mucha atención y se sentía mal por eso, el también necesitaba a
su pequeño ya que era el único que podía calmarlo un poco del infierno
que estaba a punto de vivir.
-Claro.- lo vio brincar de alegría en su asiento, rió bajito, adoraba verlo así.
-Te quiero.- le dijo con una sonrisa.
-Y
yo a ti, amigo.- Kurt sonrió más aun y se levanto para abrazar a su
hermano cariñosamente, siendo correspondido de la misma forma.
-Y no me digas amigo.- Dijo el menor con un puchero, Finn solo se rió con ganas.

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Revisaba
que algunos papeles estuvieran firmados correctamente mientras de reojo
veía a Kurt arrodillado en la alfombra con un par de libros, lo vio
leer tranquilamente mientras con su otra mano traía una manzana y a
ratos la mordía, sonrió viendo la hermosa escena.
A veces Kurt se
comportaba como un niño y él no tenía problema con eso, mientras el
castaño este perdido en su mundo, para el mucho mejor, prefería eso a
que pensara en la realidad. Que el mundo no es como parece, ya que a
nadie le importas.
De pronto sus pensamientos, fueron cortados por
un par de golpecitos en la puerta de su oficina, Kurt también miro
hacia la puerta, viendo entrar a Nancy la secretaria de su hermano.
Nancy era muy buena con él, lo atendía y cumplía sus caprichos siempre,
incluso le enseñaba los diseños que ella misma hacía y eso le gustaba,
la vio acercarse a su hermano y susurrarle algo que no pudo escuchar,
solo la vio asentir para después acercarse a él, levantándolo
rápidamente para llevárselo, no sin antes mirar a su hermano.
-Anda, ve.- le dijo Finn, con una falsa sonrisa.
Kurt
miraba a Nancy escribir rápidamente en su computador, quería
preguntarle si podía ir a mirar las pinturas que estaban en los
alrededores, pero no estaba seguro si decirle o no, al parecer la chica
leyó sus pensamientos porque volteo a verlo con una sonrisa.
-Puedes
ir a verlas pero… no te alejes demasiado.- Kurt sonrió besándole su
mejilla en forma de agradecimiento, agarro sus libros con una sonrisa.
Caminó
por los pasillos observando algunas pinturas viejas y de colores
horribles, ahora entendía cuando, Noah le decía que le daban miedo las
pinturas, rió bajito al recordarlo. No se dio cuenta cuando alguien
había salido de unos de los ascensores, tropezó con esa persona tirando
todos sus libros y cayendo junto a ellos.
-¡Auch!- se quejó.
Blaine
hizo una mueca de dolor pues el golpe si le había dolido, abrió sus
ojos para ver quién era la persona que había osado en chocar con él,
pero en el momento que vio con quien había chocado, todo se detuvo, no
podía creer que su ángel fuera con el que había tropezado, su corazón
comenzó a latir con desesperación, no entendía este sentimiento, su
cuerpo comenzó a temblar, no sabía si era por lo nervioso que estaba o
porque esos hermosos ojos azules lo miraban con una mezcla de vergüenza y
arrepentimiento, y ternura y curiosidad, sintió una hermosa sensación
al ser observado de esa forma.
Kurt observaba al hombre con el que
había tropezado, pudo apreciar que era muy apuesto, tenía sus pequeños
rulos revueltos por toda su cabeza, aunque muy bien acomodados, sonrió
al verlo así, vio sus hermosos ojos avellana que lo miraban dulcemente
haciéndolo sonrojar, sintió sus manos pasar por su pequeña cintura,
apretándolo levemente cuando lo ayudó a levantarse, se sonrojó, mientras
se sacudía rápidamente.
-Oh, no… mi ropa.- se lamentó, pues estaba un poco sucia.
Blaine
se levanto con rapidez, también sacudiéndose, miro al niño que recogía
rápidamente sus libros e hizo lo mismo, ayudándolo.
-Lo siento.- se disculpó.
-Debería
disculparme yo… estaba distraído- susurró Kurt sin mirarlo, gesto que
hizo enojar al moreno, odiaba que le hablaran sin mirarlo a la cara.
-Podrías…
mirarme a la cara cuando hablas.- Kurt alzó su mirada nuevamente,
encontrándose con los mismos ojos avellana que ahora lo miraban
enojados.
-Lo siento... no tengo permitido hablar con extraños.- dejó claro el castaño.
-Bueno yo no soy un extraño, soy amigo de tu hermano Finn.- mintió el moreno, Kurt lo miro curioso.
-¿Cómo te llamas?- Blaine sonrió -"Te tengo"- pensó, mientras pensaba en un nombre.
-Jonathan.- mintió.
-Hola Jonathan, pero… Finn nunca me dijo de ti.
-Bueno… es que…- "Que le digo"-somos socios, así que… no sería raro que no te hable de mi.- Kurt asintió, aún un poco confundido.
-Debe
ser por eso.- dijo Kurt, aún no muy convencido, pero deseando conocerlo
mejor, así que ni cuenta se dio cuando sus labios pronunciaron la
pregunta que estaba rondando su cabeza -Mmm ¿volveré a verte?- Blaine lo
miró sorprendido, su ángel estaba preguntando si lo volvería ver, SU
ángel quería verlo de nuevo.
-¿Quieres verme de nuevo?- Kurt se sonrojo rápidamente mostrándole a Blaine un hermoso y delicado color cereza en sus mejillas.
-Tal vez.- dijo, ruborizado.
"Tal vez…"pensó
Blaine, era obvio que a partir de ahora lo vería más seguido, porque le
iba a ser imposible controlarse, y más ahora que tenía enfrente suyo a
la persona con la que en muchas noches había fantaseado, él sabía que
éste momento llegaría muy pronto, sonrió maliciosamente, Kurt tenía que
cuidarse de ahora en adelante, por que muy pronto seria suyo.

---

---

Más
tarde en la casa Hummel-Hudson, Kurt se encontraba leyendo su revista
Vogue, o eso aparentaba hacer, ya que no dejaba de pensar en Jonathan,
era ridículo, lo había conocido hace unas horas pero tenía una sensación
muy intensa con respecto a ese hombre, recordaba sus hermosos ojos
color caramelo que lo habían mirado con demasiada ternura, de tan solo
pensar en eso lo hacía sonrojar, miro a Finn que veía el partido
mientras bebía su cerveza, sonrió, no estaba seguro si preguntarle sobre
Jonathan, pero decidió hacerlo, quería saber más de él.
-Finn.-
dijo tocándole el brazo, el más alto asintió volteando a verlo
rápidamente sin dejar de beber su cerveza, Kurt frunció el ceño;
quitándosela.
-¡Hey!- se quejó Finn, pero no dijo nada ya que a veces, aunque él fuera el mayor y Kurt menor, le tenía miedo a su hermanito.
-¿Por
qué no me dijiste que tenías un amigo llamado Jonathan?- Finn lo miro
confundido, él no tenía ningún amigo con ese nombre, además el siempre
le decía todo a Kurt jamás le había mentido, se rascó un poco la cabeza
tratando de hacer memoria, pero nada, Kurt miro a Finn tratando de
averiguar lo que pensaba, pues era raro que Finn pensara.
-¿Quien te dijo a ti, que ese tal "Jonathan" era mi amigo?- preguntó Finn confundido.
-Nadie me dijo, yo hable con el.- Finn ahora, ya no podía pensar de lo confundido que estaba.
-Y
ese tal Jonathan… ¿Como era?- dijo Finn, pero cuando Kurt comenzó a
describirlo, el mayor supo que su mundo se había ido a la mierda, tenía
que cuidar al ojiazul, no podía permitir que ese imbécil se acercara a
su hermano, simplemente no podía dejar que lo hiciera, Kurt era un niño
apenas, fue entonces cuando recordó lo último que le dijo el moreno ese
día, aún podía recordar sus estúpidas palabras.
-No quiero tu dinero, quiero a tu hermano.-
No
sabía qué hacer, no estaba seguro de lo que Blaine Anderson era capaz
de hacer con tal de vengarse, lo había amenazado con que Kurt sería
suyo, ya sea por las buenas o por las malas, y nada ni nadie iba a poder
detenerlo. Miro a Kurt que sonreía embobado cuando acabo de
describirlo, esperen un momento, el conocía esa cara, su hermano estaba
enamorado.
-¡Mierda!- pensó, estaba jodido. Se levanto
del living rápidamente subiendo a su habitación con rapidez, dejando en
la sala a un confundido Kurt, saco el celular de bolsillo de su
pantalón, marcando nervioso el numero de Puckerman, estuvo minutos
tratando que éste contestara pero nada "¡Mierda Puck, contesta!" pensaba impacientemente, hasta que escucho la voz de su amigo.
-Puck… necesito que vengas a mi casa, ¡AHORA!- exigió


"Al 70% de los lectores que les gusta la historia no comentan. A
un 17% no le gustan los detalles de edición o simplemente no están
desacuerdo con la historia, esperamos que tú seas de ese 13% que si
comenta porque eso es lo que nos impulsa a escribir" –Autor Desconocido
O.o
Nos leemos pronto!
Besos…
Klaine Anderson Hummel

ForgiveMeForBeingAMonster


Capítulo 2


Finn,
es un maldito estafador que ha hecho de las suyas con tal de mantener
viva su empresa. ¿Qué pasará cuando se meta con un Anderson, y éste
quiera a su hermano menor para satisfacer, sus más oscuros deseos
sexuales? Boypussykurt/PossesivoBlaine/killer/demente/Slave! /Master.


Advertencia:
Esta historia es un poco retorcida, aclaro algo Blaine, tiene Alter-
ego y tiene escenas de contenido sexual explícito, Abuso físico,
autolesiones, Pornografía, Muerte de un personaje, Es por eso el Rated: M

Quiero
darle las gracias a Dominique Estefanía mi beta, no sé qué hubiera
hecho sin ella, para poder subir este fic, A mi amiga Candy Criss (Agar)
que me estuvieron, dando muchas ideas para formarlo, mil gracias!,
chicas.



Escuchó
sonar el timbre, rogó para que Kurt no lo oyera ya que hace más de una
hora que lo había mandado a dormir, la misma puta hora que estaba como
idiota esperando al estúpido de Puck.
Se levantó del living, y se
dirigió a la puerta de la entrada, abriéndola con rapidez, dejando ver a
un molesto Noah, lo jaló de la camisa haciendo que este entrara a la
vivienda al mismo tiempo que cerraba la puerta.
Puck frunció el
ceño mientras se acomodaba su camisa, vio a Finn hacerle una seña para
que lo siguiera, éste solo asintió, caminando detrás del más alto.
Bajaron
al sótano y el hombre del mohawk hizo una mueca, no le gustaba estar en
ese lugar, era extremadamente sucio, había muchas cosas desarmadas y
rotas, además que todo estaba lleno de polvo, pero se dio cuenta que las
veces que entraba al sótano con Finn, era porque algo importante tenía
que decirle y no quería que Kurt escuchara, además la cara de éste lo
decía todo.
- ¿Qué está pasando?-
- Blaine Anderson, me hizo una visita esta tarde.- dijo Finn preocupado.
Puckerman rápidamente comprendió todo, tarde o temprano perderían la empresa gracias a las estupideces de ambos.
- ¿Nos dejó en la calle?- preguntó Noah asustado.
- No, el no quiere la empresa.- Puck se confundió completamente, no entendía nada.
-
Entonces… ¿Qué es lo que quiere?- Finn no sabía cómo decirle que
Anderson quería a su hermanito como paga, de tan solo recordar sentía un
escalofrió recorrer su espalda.
- Finn.- Puck chasqueo sus dedos,
sacando a éste de sus pensamientos, el más alto se mordió su labio
inferior, pasando una mano por su pelo con desesperación, esto hizo que
Noah comenzara a preocuparse con tan solo verlo, apretó el brazo del más
grande fuertemente.
- ¿Qué pasa?- Preguntó, ya molesto de que el otro no dijera ni una sola palabra.
-
E… el qui… quiere a… a K… Kurt.- tartamudeo Finn pateando una caja
fuertemente abriéndola por completo tirando las cosas viejas y sucias
que había ahí, Puck entró en pánico, ¿acaso era una puta broma de mal
gusto?, no podía permitir que ese estúpido abusara de Kurt, ¡ERA SOLO UN
NIÑO, MALDITA SEA! ¡TENÍA 16 AÑOS!
- ¡NO! – gritó enojado.
- Coincidieron en la empresa, le dijo a Kurt que su nombre era Jonathan.- dijo cabizbajo.
-
¿Qué?- Puckerman estaba furioso y también asustado, aunque nunca lo
admitiera, Blaine le causaba pánico, por eso no dejaría que éste le
pusiera un solo dedo encima a Kurt, no podía permitir eso, su princesa
estaba en peligro.
- ¿Qué le dijiste?- Finn se hizo el tonto
mirando hacia a otro lado, Puck notó que Finn esquivaba su mirada, para
no darle la cara y decirle las cosas con claridad, en vez de hacerse el
idiota.

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Caminaba hacia a la
habitación de Blaine con tranquilidad, quería disculparse con su hermano
sobre la pequeña discusión que tuvieron en la cena, además quería saber
que fue lo que exactamente acordó con Finn Hudson, aunque él hubiera
querido poder arreglar las cosas de otra manera con Hudson, Blaine no se
lo hubiera permitido así que pues no podía decir nada o intentar algo,
en este caso el que arreglaba todo era el moreno y no él.
Pero
todavía creía que era una estupidez. Lo que Hudson les había quitado era
muy poco y ellos en un par de días lo hubieran podido recuperar y hasta
superar, el lo veía como una inversión mal hecha, hasta como un
préstamo, pero para Blaine era una vergüenza haber sido estafado por un
idiota. Sí, se sentía culpable por no haber leído detenidamente esos
papeles antes de firmarlos como lo hizo, pero es que nunca se le paso
por la cabeza que Hudson, FINN HUDSON, los estafaría en sus propias
narices.
De pronto, sus pensamientos fueron cortados cuando
comenzó a oír ¿Gemidos?... se detuvo en seco. Si, esos eran gemidos y no
eran de placer precisamente, eran de sufrimiento. Un grito de dolor
creyó escuchar, aunque también había algo más, ¿satisfacción tal vez? Se
acercó un poco más, siguiendo el sonido. Sabía que al final del pasillo
se encontraba la habitación del más bajo, y tal como pensó, esos
gemidos provenían de la habitación de Blaine.
La puerta de la
habitación estaba entreabierta, miro a los lados verificando que no
había ningún empleado caminando por el pasillo, se asomo cuidadosamente
sin hacer el más mínimo ruido, pero con lo que encontró ahí dentro, la
escena que vio era horrible, su hermano estaba torturando a Leo.
Lo
estaba follando de una manera brutal, Leo estaba atado a la cabecera de
la cama, traía el antifaz de dormir de tal forma que no podía moverse
ni ver nada, la luz de la habitación de Blaine era roja no muy apagada
ni muy llamativa.
Cooper estaba en shock no podía creer lo que
estaba viendo, su hermano era una bestia. Si supiera Henry lo que Blaine
le hacía a su nieto, seguro le daría un infarto. Aunque no era la
primera vez que el menor hacia esto, ya que en varias ocasiones había
visto como su hermano lastimaba de esta forma a Leo.
Sabía que
Blaine estaba enfermo, pero por más que trataba de ayudarlo, de
acercarse a él, éste lo mandaba a la mierda, y ya no sabía de qué otra
forma ayudarlo. Además, sus cambios de humor eran extremadamente raros,
no sabía cuando podía hablar con él, y otras veces era demasiado
agresivo. Decidió retirarse y dejarlo terminar lo que estaba haciendo,
dañando a una persona de nuevo.

---

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Se
miraba en el espejo mientras se ataba la corbata, en su cama veía a Leo
dormir tranquilamente, frunció el ceño al ver pequeños hematomas que
tenía su empleado en algunas partes de su cuerpo, pudo ver sus muñecas
extremadamente rojizas por haberlo atado fuertemente a la cabecera de la
cama.
Gruño un poco, se odiaba por haberlo lastimado, pero al
maldito niño le gustaba que lo maltratara, el mismo le había dicho que
le gustaba el dolor, y el gustoso lo complacía.
Por primera vez
sentía miedo, miedo de poder lastimar y hacerle lo mismo a Kurt, el
ángel que lo salvaba de cada sueño oscuro que se le presentaba cada
noche, y lo salvaba de no caer en el infierno una vez más.
Ansiaba
tenerlo bajo su control, pero tenía que ser absolutamente listo, audaz
para poder acercársele, aunque se muriera por dentro por tenerlo de una
vez, tenía que mantener la calma, quería ser su dueño de una puta vez,
tener el control sobre ese virgen cuerpo, hacerlo que obedeciera cada
deseo sexual que se le presentase, dejarle claro que jamás permitiría
que otro hombre lo toque o de lo contrario haría desaparecer a ese
estúpido.
Pero todo a su debido tiempo, no podía asustarlo,
primero tenía que enamorarlo, si tenía que comportarse como un
adolecente idiota, enviándole regalos o lo que sea que lo mantuviera
enamorado de él, lo haría.
Sabía que Kurt tenía pensamientos de colegial enamorado, pero con gusto él se encargaría de que viera la realidad a su lado
-
Señor Anderson, ¿Quería verme?- Blaine dejo de firmar algunos
documentos que no eran de mucha importancia, para después mirar a Hunter
Clarington, un chico de su misma edad, rubio de ojos color celestes,
cuerpo musculoso y un poco más alto que él, le hizo una señal para que
tomara asiento. - ¿Sabes porque he solicitado de tu presencia?- preguntó
recargándose en el respaldo de su asiento, Hunter negó con confusión,
no tenía la mínima idea del por qué se encontraba en la oficina de su
jefe. Y menos que lo quisiera ver con demasiada urgencia.
Blaine
no sabía cómo decirle, ya que ningún Anderson, y menos él, pedía este
tipo de cosas, además no sabía a quien más acudir, Cooper no era de gran
ayuda, y menos su padre, para decirle lo que realmente ardía dentro de
él.
Miro a hunter curioso, quien ya se encontraba sentado
mirándolo con atención ¿Realmente Hunter podría ayudarle? No estaba
seguro pero, sabía que Hunter tenía experiencia en poder controlar a
Sebastián y realmente necesitaba algún tipo de consejo para poder evitar
que en cualquier momento fuera en busca de Kurt y lo tomara sin ningún
problema, pero no quería llegar a esos extremos, era la primera vez que
buscaba un consejo, para no cagarla como otras veces, ahora como había
pensado necesitaba ser audaz en esto y que mejor forma que decirle a uno
de sus mejores empleados, Hunter.
- Lo he encontrado, aunque eso
ya lo sabías.- dijo viendo la cara de sorpresa del rubio y era lógico,
ya que las veces que lo mandaba a llamar, era solamente para que hiciera
visitas a las empresas más jodidas, no era como Hudson un estafador,
aunque sabía que su verdadero trabajo no era bien visto ante la
sociedad, pero le valía mierda lo que pensara el mundo.
- No…
señor.- Blaine hizo una mueca de disgusto, abriendo el cajón de su
escritorio sacando la fotografía de su preciada joya, mostrándosela a
Hunter, el rubio asintió, tomándola.
- ¿Qué es lo que ves en él?- interrogó el moreno.
-
Inocencia.- contestó el rubio rápidamente, notando los hermosos ojos
azules que, a pesar que estaban en una fotografía, brillaban
preciosamente.
- Que pronto quitare.- Hunter alzó su mirada de la
fotografía, encontrándose con los ojos color avellana que ahora se veían
de un color oscuro, casi se podría decir que negros, juraría que el
señor Anderson ha encontrado a su…
- Es su….- trató de decir.
-
¿Esclavo? No, todavía no.- aclaró levantándose de su asiento para
caminar al mini-bar que tenía en su prestigiosa oficina, sirviéndose un
poco de whiskey, y sirviendo del mismo licor en una segunda copa. Camino
hacia a Hunter entregándole su whiskey, el rubio sonrió en respuesta.
-Es el hermano menor de Hudson.- Hunter entendió rápidamente el mensaje,
y no era de extrañarse, el señor Anderson se estaba vengando de la
estafa de Hudson, aunque sabía que todo era un pretexto para poder
acercarse a Kurt.
- Oh…- salió de los labios del rubio mientras dejaba la fotografía en el escritorio de su jefe.
- ¿Te imaginas como lo entrenaría?- Hunter asintió de nuevo.
- ¿Piensa reclamarlo?-
- No, todavía no.-
- ¿Qué lo detiene?-
-
Quiero que sea completamente mío, de una forma que jamás podrá olvidar,
aunque con lo que tengo pensado, no creo que lo haga.- dijo con una
sonrisa asomando en sus labios. El rubio lo miró intrigado.
. ¿Ha tenido algún tipo de contacto con él?- Blaine le dio otro trago a su copa antes de dejarlo sobre su escritorio.
-
Sólo cree que mi nombre es Jonathan.- dijo con voz gruesa, haciendo que
su expresión se torne dura , Hunter trago un poco de whiskey, ya sentía
lastima por el niño, porque sabía bien que Blaine Anderson era un
maldito controlador y que tarde o temprano regresaría la bestia que
guardaba en su interior.
- Señor, usted debe marcar lo que es suyo
y tiene ser cuantos antes, tal vez… - hizo una pausa -hacerle saber
quién será su dueño, de ahora en adelante, y si tiene la posibilidad de
hacerlo, no espere tanto tiempo, hágalo como yo lo hice con Sebastián-
Blaine lo miró, asintiendo, sabía que Hunter tenía razón, pero se había
prometido no acercarse a Kurt hasta su debido tiempo, aunque Clarington
estaba en lo correcto en algo y era que tenía que marcarlo cuanto sea
posible, antes de que otra idiota se le adelante.

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-
Creo que Blaine tiene una nueva obsesión.- Nick dejo de leer su libro
para ponerle atención a su esposo, que seguía contándole sobre la
obsesión de Blaine, y no le extrañaba ya que sabía que en cualquier
momento el moreno encontraría a su nueva víctima, y si, eran víctimas,
no podía llamarse de otra forma ya que se comportaba como un animal, una
bestia, daba las gracias que él nunca había caido en las garras de
Blaine, por suerte, también agradecía de que Jeff nunca se haya enterado
de eso, pero no podía negar que Blaine ocasionaba demasiadas
sensaciones en él.
- Hudson debe tener cuidado con su hermano.- siguió diciendo Jeff
-
Espera… ¿Dijiste Hudson?- preguntó, cerrando su libro rápidamente,
acomodándose en el living y viendo a Jeff que cambiaba de canal de la
televisión.
- ¿Hudson no fue quien lo estafo? ¿De ese idiota hablas?- interrogó Nick.
- ¡Hey!- exclamó el rubio - Yo estuve con Cooper cuando firmó esos documentos.- dijo Jeff con un puchero.
Nick rodo los ojos quedándose pensativo por un momento, tratando de recordar por que el apellido Hudson le sonaba tan familiar.

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- No soy un bebe.- se quejó Kurt, quitándose el cinturón de seguridad mientras Puckerman hacia lo mismo.
-
Yo sé que no eres uno, princesa, pero mi deber es protegerte, y eso
estoy haciendo.- Kurt hizo un puchero abriendo la puerta del carro
bajándose enojado, Puck rodó los ojos suspirando cansado y haciendo lo
mismo.
Kurt se acomodó la correa de su mochila rápidamente, pues
quería irse lo antes posible a clases ya que no quería escuchar el
parloteo que Noah estaba a punto de darle, y éste al parecer leyó sus
pensamientos ya que lo detuvo, Kurt rodó los ojos mientras volteaba a
verlo.
- No te enojes conmigo… yo solo obedezco las ordenes de
Finn.- dijo Puckerman, acariciando su mejilla con delicadeza y viendo su
hermoso sonrojo.
- No tenía que decirte que me dejaras en la entrada de la escuela.- Dijo algo ofendido quitando la mano de Noah de su mejilla.
Puck
iba a decirle algo pero el sonido de su celular se hizo presente
rompiendo la tensión entre Kurt y él, le hizo una señal al castaño para
que esperara mientras contestaba.
Miro la pantalla del celular,
viendo que era el idiota de Finn, se le hizo raro, ya que el más alto le
había dicho que no lo necesitaba para nada hasta que no supiera que
hacer con lo de Anderson.
Contestó y al segundo escuchó la voz de
Finn, se oía desesperado, preocupado y con un dejo de miedo y angustia
en su tono de voz, esto lo dejo preocupado si Finn se encontraba así,
era por que algo iba a suceder. Sintió pánico y volteó con rapidez para
ver a Kurt que conversaba con la hija de Sara Pierce.
- Finn, ¿Qué
pasa?- Finn miro a Blaine Anderson que se encontraba recargado en el
respaldo de su silla, observándolo seriamente con una mirada aterradora
la cual le daba miedo, poniéndolo nervioso. Tragó grueso aun escuchando
la voz de Puck.
-No… Kurt.- pensó Finn, bajando la mirada, sintiendo las lágrimas deslizarse por sus mejillas.
- ¿Dónde estás?- Puck arrugo sus cejas, ¿Finn era idiota o qué? el más alto sabía bien que estaría dejando a Kurt en la escuela.
- En Mackinley con Kurt… ¿Por qué? ¿Qué pasa?- volvió a preguntar, queriendo saber que mierda le sucedía a Finn.
Finn
trato de retroceder a un sin mirar a Blaine, cuando de pronto sintió su
cuerpo estrellarse con un par de rocas, sintió su cuerpo temblar,
volteando a ver a dos gorilas que cubrían la salida de su oficina, ¿Qué demonios? Pensó asustado. Alzo su mirada para ver a Anderson sonreír con una mueca en el rostro, como si se estuviera riéndose de él.
-
¿Qué demonios estás haciendo aquí? - pregunto en un susurro. Viéndolo
jugar con par de dados en sus manos moviéndolos con demasiada lentitud.
- Quiero ver a tu hermano.- ordenó claro y firme el moreno.
- ¿Acaso crees que voy a dejar que me des ordenes?- Blaine suspiró.
-
Tienes que hacerlo, ¿no querrás conocer al verdadero Anderson o sí?-
Dijo con una sonrisa de suficiencia, Blaine. Esto captó completamente la
atención de Finn. Ese chico lo intrigaba demasiado. El solo hecho de
darle ordenes sin siquiera ser algún tipo de jefe para él.
- A menos que... - susurro Blaine que Finn negó rápidamente.
-¿Qué pasa?-
La voz de Puckerman lo hizo reaccionar, sintió un dolor inmenso en su
corazón, como si lo apretaran con fuerza, por lo que estaba a punto de
hacer, no quería hacerlo, pero no tenía otra opción, Blaine Anderson
tenía un control que era demasiado fuerte como desafiarlo en estos
precisos instantes.
- Necesito a Kurt en la oficina, Blaine está
aquí.- dijo en un mínimo susurro, de tal modo que Blaine no pudiera
escuchar, los ojos de Puck se abrieron como platos sin poder creer lo
que escuchaba, ¿Acaso Finn le estaba entregando a Kurt?
- Pero, Finn….- trató de decir el chico, pero el otro lo interrumpió.
- ¡ES UNA ORDEN!- y con eso colgó el teléfono, dejando a Puck sin saber si lo mejor era hacerle caso, o no.


Datos curiosos: En este capítulo también se termina en una llamada.
Nota: Blaine no puede controlarse, y yo no pude controlarlo cuando lo escribía, siento que no será bueno en el otro capítulo.
Tratare de actualizar la otra semana para no dejarlos así, de todos modos les dejare:
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KlaineAndersonH
En
mi perfil están también donde pueden localizarme, Por si quieren saber
cuándo actualizo o cualquier duda sobre la historia, solo digan que son
Mis Lectores y los sigo de vuelta.