-Quinntana One Shot -

Open Arms


Siempre he sido una perra. Desde que tengo memoria mi vida entera se ha dedicado a hacer sufrir a los demas.
Y aunque a veces me arrepienta, eso me hace ser temida y poder conseguir todo lo que quiera. Chicos, poder, popularidad e incluso chicas se me han acercado.

Mas no podia pedir, caminar por los pasillos del McKinley con la frente en alto y que todos abran paso para dejarte pasar, no tenia precio. JUntarte con un par de porristas y hacerle la vida miserable a alguna nerd tampoco.

Pero no soy de piedra, hasta Santana Lopez tiene una debilidad. Y la mia se llama Quinn Fabray.

Se preguntaran cuando paso esto. Creo que todo comenzo luego de que se embarazara. Sin duda, tener a aquella criatura en el vientre la habia vuelto mas humana, mas comprensiva. Y haber dejado las porristas, no solo me habia ayudado a mi a alcanzar la capitania, sino que le brindó a ella otra manera de ver el mundo.

El problema era que me odiaba por lo sucedido. Traté miles de veces de explicarle que yo no habia pedido ser capitana, que Sue me obligó, pero parecio no entenderlo.

Verla caminar por los pasillos, con sus vestidos, reluciendo su panza de casi 4 meses, me llenaba por dentro. Con solo mirarla, mi mundo estaba completo. Lastima ese pequeño detalle del odio hacia mi persona, claro.

El unico lugar donde podia verla era en el Glee Club. Y aunque la mayoria de los que estaban ahi me caian mal, verla a ella me alegraba.

Ya se habian enterado todos que el padre del bebe no era Finn, sino Puck y se habia armado un gran escandalo. Me daba lastima la morsa. Pero tampoco se podia culpar a Quinn, ella buscaba lo mejor para su bebe y Puck no le daba estabilidad.

Lo peor sucedió cuando el mastodonte hechó a Quinn de su casa y esta no sabia donde quedarse. De ninguna manera podia permitir que se quedara en casa de Puck.
La vi sola en los casilleros, triste, con la mirada perdida y decidí acercarme, temiendo las consecuencias. Por favor piernas, no me fallen.

-Hey, Quinn- le dije llamandole la atencion. -¿Estas bien?- Muy bien Santana, está pasando el peor momento de su vida y vos le preguntas si está bien, que inteligente!.

-No, San. Y no tengo ganas de hablar contigo. Dejame sola por favor- decia suplicandome y sin mirarme. No podia soportar esta clase de rechazo por parte de ella. No mas.

-Necesitas hablar con alguien. Por favor, descargate conmigo. Ya no puedo soportar que me ignores, eramos amigas. Quiero saber que al menos, una chispita de amistad que teniamos, sigue prendida. Dejame estar contigo, sobretodo en estos momentos- Ok, la Santana perra se habia hecho aun lado y daba paso a la Santana amigable. Esto no solo me sorprendia a mi, sino que ella no lo podia creer. Sus ojos chocaron con los mios. Oh no.. sus ojos se ven verdes. Eso solo significa...problemas.

-QUE ESTAS DICIENDO? ME SACASTE LA CAPITANIA. ME SACASTE AL PADRE DE MI HIJO. Y AUN ASI VIENES A PEDIR MI AMISTAD?- Decia gritando. Oh dios, se estaba volviendo loca. Lo que menos queria era que se pusiera nerviosa.

-Por favor, Quinn- La interrumpí- Tranquilizate- tuve la mala idea de poner mis manos sobre sus hombros.

-SUELTAME- decia sacudiendose- Tu tienes la vida perfecta ahora. La vida que yo tenia. Puedes ir por ahi con tu uniforme de porrista, alardeando que tienes lo que yo luché años por conseguir. No eres nada, eres una copia barata de mi..- no pudo terminar de hablar, sus piernas dejaron de funcionar y cayó desmayada sobre mi.

Los que estaban alrededor mirando la discusion se acercaron a ver como estaba. Inmediatamente ordené que la llevaran a mi auto. No me importaba la discusion, me la iba a llevar a mi casa. Por suerte mi padre doctor estaba allí. Lo llamé pidiendole que despejara alguna cama porque Quinn se habia desmayado por mi culpa.

Me sentia realmente mal por aquello, y mientras esperaba que mi padre revisara a Quinn para asegurarme que todo estaba bien, le explique lo que habia sucedido y le pedí que la dejara vivir con nosotros. Por supuesto no se opuso. El sabia todo lo que la pobre muchacha habia vivido y sabia que yo estaba dolida por haber perdido su amistad.

Ya con ropa mas comoda, me dirigi a la casa de Hudson para buscar sus cosas. Por suerte el no estaba, asi que la madre me dejó entrar y coloqué la ropa de Quinn en una valija y volví a mi casa. Todo en tiempo record para estar con ella cuando se despertara.

Sentada a los pies de mi cama, no podia dejar de verla. Se veia tan hermosa, como siempre. Y su cara reflejaba paz, como si la pelea que hacia momentos habiamos tenido, nunca hubiese sucedido.

Por la impaciencia empezé a recorrer mi propia habitacion mirando las fotos pegadas en la pared. La mayoria eran de Britt, Quinn y yo con nuestros uniformes de porristas festejando por varios triunfos. Millones de recuerdos inundaron mi mente. Preguntandome realmente cuando me habia comenzado a gustar Quinn.

-Embarazada o no, eres hermosa igual. Y me duele que nos peleemos por estas cosas- decia mientras miraba como dormia- Me duele que no me creas que yo no le pedi a Sue que me hiciera capitana y despues de tantos años de amistad, deberias saberlo.
Sabes, tambien me obligó a dejar el Glee Club- comenté como algo obvio- y aunque estaba tentada a hacerlo, debido a que la mayoria de esos loosers me caen mal, no pude. Porque tu seguias en el- esto ultimo lo dije susurrando- No se cuanto tiempo pueda aguantar que me odies. Y aunque se que mucha gente lo hace, me duele que tu lo hagas.
No preguntes porque, pero no se que es lo que siento, creo que te quiero mas de lo que imaginé. Y me asusta sentir esto. Sabes que me cuesta abrirme, y que te este hablando mientras tu duermes, es medio raro.
No soportaria que algo malo te pase. Mataria a aquel que te hiciera daño- las lagrimas comenzaban a salirme, ya no podia soportar tener todo esto guardado.- Se que no es el mejor momento para soltarte todo esto, pero ya no puedo mas con mi bestia interior. Eres la unica a la que nunca trataria mal, ni la haria sufrir. Y eso lo se porque te amo.- oh dios Santana, lo dijiste. Por favor que no te haya escuchado. Cuando me di cuenta de lo que acababa de decir, me levanté para retirarme de mi habitacion, pero una mano sosteniendome el brazo, me lo impidió.

-Hace cuanto estas despierta?- pregunté con voz temblorosa.

-Lo suficiente como para pedirte disculpas- sus ojos ya no estaban verdes furiosos. Habian vuelto a su marron claro de siempre e incluso estaban brillantes.

-No, yo quiero que.. - sus dedos en mi boca me callaron.

-Ya hablaste mucho. Y no voy a dejar que intentes retractarte de lo que has dicho. Crees que no me he dado cuenta de como me has mirado este ultimo tiempo?- preguntó levantando la ceja. Oh esa ceja que me vuelve locaa. Lo unico que pude hacer fue tragar y empezar a balbucear cosas que ni yo entendia. - Tambien te amo, San. Enojarme contigo por las porristas era un pretexto para ocultar lo que verdaderamente sentia. Tenia mucho miedo.- decia cabizbaja.

- Quiero que las cosas entre nosotras esten bien. Me gustes o no, primero eres mi amiga. Y mira- dije señalando a la esquina de la habitacion donde se encontraba su maleta- vas a vivir aqui, conmigo.

-No, San, no podria..- Muy bien Santana, si que eres bruta eh.. sabia que iba a comenzar a negarse, asi que que mejor que interrumpirla dandole un beso? Que poco romantica eres, Lopez. Te ganas el premio a la idiota del año.
Pero lejos de molestarse, pareció corresponderlo, no se molestó. Es mas, colocó sus brazos alrededor de mi cuello para preofundizarlo mas. PUNTO PARA LOPEZ.

- si - dijo aun con los ojos cerrados.

- "si" que?- la mire extrañada.

- viviré contigo- dicho esto continuamos con nuestra sesion de besos.

Podrian pensar que gracias a que encontré el amor, la Santana perra se ha ido. Pero no es asi.. luego de que nació la hermosa Beth, Quinn recuperó la capitania, y lejos de molestarme, la apoyé y la ayudé par que lo conguiera. Y ahora eramos co-capitanas . Las mas temidas de todo el instituto.

Compartir algo asi con mi chica no tiene precio. Juntas habiamos logrado superar todas las barreras que se nos pusieron en frente. Salir del closet no fue algo facil. Y aunque tuvimos nuestras peleas por aquello. Todo lo conseguimos gracias al amor que hace bastante habiamos logrado consolidar.