FanFic Brittana - Naufragas del Amor. Capitulo 5

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- ¿Estás bien? – me pregunto una chica, mi cara de pánico era tan notoria que la gente del avión me miraba asustada.
- Solo… tengo miedo a volar.
- ¿Por eso cuentas?
- Sí, mi…- pensé en decir que mi psicóloga me había dicho que lo hiciera, esa era la verdad, pero iba a estar sentada todo el viaje junto a ella, lo mejor sería que no creyera que estaba loca, aunque quizás estaba más loca de lo que yo misma pensaba. – cuento, para relajarme. – reí.
- Oh, mmm… pero te sientes bien, ¿no necesitas nada? – me pregunto amablemente.
- quizás… - no alcance a terminar.
- Britt… - Una chica apareció, baja, de pelo castaño, que me miro, esperen… ¿me acaba de mirar feo?, la chica amable que ahora era “Britt” obviamente le sonrió.
- Disculpa, - me dijo, - ¿Qué sucede?. – se dirigió a la chica.
- Estos no son nuestros puestos. – le dijo irónicamente.
- Oh, ¿enserio? – “Britt” se colocó roja enseguida y se levantó del asiento que estaba junto a mí. – Bueno, un gusto.
- Si un gusto – le dije, le hice señas con la mano mientras se iba, la chica castaña, la tomo de la mano, mientras le hablaba muy animada, suspire y eche mi cabeza para atrás.
Unas horas después ya había pasado lo peor el despegue, admito que me descontrole un poco al sentir las turbinas encenderse, sin olvidar de las turbulencias.

Pero ahora estaba más relajada, la gente del avión estaba relajada, leyendo libros, viendo películas, comiendo, besándose unos que otros, y yo aquí seguía mirando el techo, me pare de mi asiento, tenía que ir al baño.
Vi a una de las azafatas caminar hacia la parte trasera del avión, cuando la alcance le pregunte a donde estaba el baño y me señalo el camino, le di las gracias y se fue.

Llegue a la puerta del baño y estaba ocupada, me quede ahí a esperar ya que no sabía dónde había otro baño, cuando la puerta se abrió un chico alto salió, me miro coquetamente, gire los ojos y entre al baño.

Cuando Salí del baño, me pase por un pasillo que no era el mío, soy un asco en los aviones sinceramente.  

- Hola otra vez – me saludo la chica, no me fije hasta ahora que la chica tenía los ojos azules, me recordó tanto a él, el dolor en mi pecho empezó otra vez.
- Hey – dije casi ahogada, la chica llevaba un poleron gris y unos pantalones negros, su cabello era rubio, era como lo contrario a mí.
- Se me olvido preguntar hace un rato, - me sonrió. – ¿Cómo te llamas?
- Santana López… - la mire un rato y pregunte - ¿Y tú cómo te llamas?
- Brittany S. Pierce… ¿te sientes mejor ahora?
- Si ahora estoy más relajada, gracias – sonreí, me di cuenta que no sabía cómo seguir la conversación, por lo normal no tengo conversaciones con nadie que no sea Quinn, o El. Bueno con él tenía muchas conversaciones algunas mejores que otras pero al final todas eran geniales, el dolor empezó otra vez en mi pecho, no tengo que pensar más en él.
- ¿Hola? – me dijo pasando una mano enfrente mío.
- Oh, perdón – rei, realmente estoy loca. – es que a veces pienso mucho.
- Si me di cuenta, ¿te acompaño a tu asiento? – justo en ese momento hubo una turbulencia, me aferre a la chica más bien de su brazo, y juro que fue una de las más espantosas turbulencias de todo el vuelo, quería ir a mi asiento.
- Claro acompáñame por favor – caminamos hasta mi asiento, donde la azafata nos miraba con una ceja levantada, que extraña pensé.
- Bueno, fue un gusto volver a verte Santana – me sonrió. No quería que se fuera, porque la verdad hace mucho que no conversaba con alguien aunque nuestra conversación no fue larga, si no intercambiamos unos diálogos, pero era algo, no le respondí me quede observándola.
- ¿Puedes acompañarme un ratito más? – se sorprendió mucho esta chica, por mi pregunta pero más me sorprendí yo. Había un asiento junto a mí que estaba vacío, Brittany se sentó para hacerme compañía, pensé en la chica que creo recordar se llamaba Rachel. No quise preguntarle por ella, porque quizás se acordaba y se iba, mejor me quede callada, lo se soy un poco egoísta, la vida fue egoísta conmigo.
Lo más increíble de todo fue como pasaron las horas hablando con esta chica cada vez me gustaba más nuestra conversación, me conto que vivía en Ohio, pero se mudó a Inglaterra para estudiar allá. Ahora volvía  para ver a su familia por navidad, Le conté que yo también vivía antes en Ohio pero a los 19 me fui a Inglaterra, ahora volvía para quedarme. Brittany tiene 24 estudia medicina en Inglaterra.
Cuando me pregunto más cosas de mí, no sabía si contarle mi pasado, si contarle que iba al psicólogo, pero la verdad me da tanta confianza esta chica, me siento tan cómoda, podría contarle hasta el más mínimo detalle pero qué pensaría ella, mejor dejare eso para otra ocasión, porque tiene que haber otra ocasión ¿no? Así lo siento.
Le conté algo alejado de mi vida, que tengo 1 hermana que en realidad es mi prima, solo nos criamos juntas, trabajaba en una universidad dando clases de Ingeniera civil. Lo más gracioso fue que cuando le dije mi edad, se quedó estupefacta. Luego me sonrió y dijo.
- ¿Es enserio?
- Si, tengo 32.
- Pero te ves de unos 20 años… te ves estupenda.
- 32 no es vieja – sonreí. Un poco ruborizada por el cumplido anterior.
- Lo sé, no es mucha edad pero representas mucho menos. – nos quedamos un rato más hablando hasta que apareció esa chica castaña, otra vez.
- Brittany, donde estabas, te busque en todas partes.
- Lo siento Rach, acompañaba a Santana. – la chica me miro unos minutos y me sonrió débilmente. He de decir que tengo muy mal carácter con las personas así, pero me estoy controlando porque a mí nadie me mira feo, solo por esta chica Brittany me controlo.
- ¿Te quedaras acá? – pregunto
- Mmm… si unos minutos más – ¿minutos?  Diablos quería que se quedara todo el viaje, bueno igual es injusto dejar a esa chica sola.
- Okey… te espero – esto último lo dijo muy coquetamente antes de irse, tanto que me incomodo un poco, Brittany la miro seria, esto es raro.
- ¿Es tu amiga? – pregunte.
- Es una amistad rara…, es mi compañera en la universidad, pasara la navidad con mi familia. – “Rara” ¿a qué se referiría? Terminamos hablando de libros, a ambas nos gustaban mucho, me conto que su libro favorito había sido las ventajas de ser invisible. Literatura juvenil, buena a mí me llama mucho la atención, la entiendo. Cuando llego la hora de que se retirara, justo otra vez hubo una turbulencia, me aferre a ella más fuerte que la vez anterior, gracias a esa turbulencia se quedó media hora más. Luego, se levantó y me dijo que tenia que irse, además que iban a apagar las luces habían muchos pasajeros durmiendo.
- ¿Y si hay otra turbulencia?
- Si hay una muy fuerte volveré… - me sonrió desde el pasillo, le respondí la sonrisa.
- ¿Pero si lo que para mí es fuerte, para ti no lo es?. Como sabremos – creo que la descoloque después de esa pregunta.
- Si mi cuerpo se mueve así, vendré ¿Okey? – hizo un extraño movimiento en su cuerpo, que me causo mucha gracia, su forma de ser madura, y juvenil, infantil a veces me gustaba mucho.
- Adiós Brittany – me despedí con la mano
- Nos vemos, Santana – dijo mientras desaparecía por el pasillo del avión.

“Cuando llegue a Ohio, la vi bajar, traía sus maletas me sonrió y yo intente no ponerme colorada, tenía en mi mano un papel, con mi dirección y mi número, quería volver a verla, me daba un poco de vergüenza admitirlo, se acercó a mi muy rápido.
- Hola – me saludo
- Hola Britt – le respondí, le entregue el papel de mi dirección, y mi teléfono. Me miro seria, creo que la espante, leyó el papel, y luego levanto su cabeza para mirarme, de pronto el piso donde estábamos empezó a temblar, y su cara se distorsiono, me empecé a desesperar, mi respiración, mis latidos se incrementaban.”
Abrí los ojos. Había sido un sueño, estaba en mi asiento aun, suspire, tenía miedo aun, me sentía igual de agitada que en mi sueño, me abroche el cinturón, y me tape con una manta.

Me quede ahí dos minutos y trate de cerrar mis ojos otra vez, quería dormir, pero me daba miedo tener otro sueño así, cuando estaba con los ojos cerrados empecé a sentir una turbulencia, no me atreví abrir los ojos, estaba durando mucho, y Brittany no aparecía, creo que no es tan fuerte, “Señores pasajeros tenemos muchas dificultades, es necesario que se abrochen sus cinturones y tengan sus mascarillas respiratorias, esperen nuevas indicaciones” cuando escuche eso, me empecé a desesperar mas, tome mi mascarilla, y ahí fue cuando sentí una Fuerte explosión, Los gritos de las personas, mas turbulencias, sentí como que estábamos en picada, empezó a faltarme oxígeno ya no podía más, lo último que recuerdo fue una gran sonido, acompañado de gritos y un golpe. Luego todo se oscureció.