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CABLE A TIERRA (Fic Monchele) Capítulo 1 "Complicidad"
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CABLE A TIERRA (Fic Monchele) Capítulo 1 "Complicidad"
Bueno, me presento, soy Mariana Contreras, escribí el FIC Rachel Embarazada que quedó inconcluso debido a que lo extendí mucho con tantas temporadas y ya la historia estaba perdiendo todo tipo de credibilidad (hace 2 años atras)
Hoy quiero presentar un Fic nuevo un tanto diferente que espero disfruten y comenten para poder así saber que mi trabajo es bueno y motivarme a lograr mi meta que es terminar un FIC y que este sea decente jajaja
La verdad es que la temática es un poco controvercial luego de todo lo que pasó últimamente pero encuentro que no porque Cory haya pasado por lo que pasó su hermosa historia de amor deba terminar en la mente de los que somos fans de Glee y especialmente de la pareja y que mejor forma de revivirlo que con un Fic.
Espero les guste el capítulo 1, tengo escrito 2 capítulos que iré actualizando si es que así lo desean y bueno eso, saludos a todos, muchas gracias a los que me apoyaban cuándo escribía hace dos años y espero lo sigan haciendo en mi vuelta al foro, de todo corazón espero que así sea :)
Capítulo 1. “Complicidad”
Tenía 20 años, estaba en una Universidad que no es de mi agrado, en una carrera que no me cuadraba del todo, me encontraba soltera hace dos años y tres meses, vivía sola con mi madre quién me protegía en exceso desde el día que papá murió, estaba a punto de perder un empleo en un local de comida rápida que queda a la vuelta de la casa. Las cosas no andaban del todo bien, algo estaba fallando en mi vida, sentía un nudo en la garganta, ganas de llorar que no eran concretadas, quería pero no podía, me sentía desmotivada, ya nada me parecía novedoso, nada me sacaba de la rutina, nada alumbraba mis pensamientos oscuros por la noche mientras acostada miraba el techo pensando en cómo tirar la toalla de una vez por todas… Me duele un poco encontrarle sentido a esto pero tal vez mi vida en ese momento era envidiable.
Era un viernes de mayo por la tarde, los cielos estaban cubiertos por nubes negras, la lluvia se asomaba sigilosamente, esperando dejar caer toda su amargura en cada alma depresiva transitando por la calle. Mi horario de Universidad el día viernes era hasta las 4:45, mi trabajo no comenzaba hasta las 8, mis compañeras de Universidad nunca fueron grata compañía, por eso cada viernes para pasar esas largas ventanas entre los estudios y el trabajo, me iba a una pequeña plaza ubicada detrás cerca del hospital, el lugar ideal para las personas introvertidas en búsqueda de silencio, también para las parejas, quienes encontraban el panorama perfecto pasando la tarde acostados en el pasto mirando el cielo, regalándose estrellas por la noche, con la suficiente oscuridad cómplice de muchos encuentros sexuales, lo digo por experiencia propia.
Estaba sentada en una banca, miraba mi celular continuamente, cerca mío habían unos chicos consumiendo marihuana, me tenían un poco nerviosa, no dejaban de reírse, hacían bromas porque si y porque no, la mitad de las cosas que les hacían gracia, me parecían estúpidas, la otra mitad me producían pena ajena, faltaba media hora para entrar a mi trabajo, en 15 minutos llegaba hasta con paso lento, era quedarse o aguantar las miradas incomodas del dueño del local el resto del tiempo, un hombre de unos 50 años, con nariz puntiaguda, manos peludas, mediana estatura, viudo y sin hijos, siempre se dijo que le fascinaba mirar chicas jóvenes, que una vez lo descubrieron con una empleada en el baño de su local, totalmente desagradable, pero no más que la risa de los chicos. Me paré de mi asiento, comencé a caminar lo más lento posible, por primera vez le rogaba a los semáforos que cambiaran lento, estos me devolvían la mano, todo marchaba tranquilo, hasta que me percaté de que uno de los chicos me venía siguiendo, ahí decidí apurar el paso, no me importó tener que soportar las miradas del depravado de mi jefe, solo quería sentirme segura en un lugar cerrado.
La jornada terminó rápido, para asegurarme de que no me estuviesen esperando a la salida llamé a un amigo para que me diera un aventón a casa. Entré, subí las escaleras, saqué unas fotocopias de un libro de mi bolso y lo arrojé a un sillón, tomé mi destacador amarillo para resumir contenidos de la Universidad, me tiré a la cama, no alcancé a terminar ni tres hojas y ya estaba durmiendo, estaba exhausta.
La alarma de mi celular sonó a las 9, me levanté para encerar la casa temprano, así podría recuperar el tiempo que perdí durmiendo y retomar mis fotocopias, se me aproximaba un examen en la Universidad y no era mucho lo que sabía.
La tarde se me hizo corta, a las 6 tuve que concluir mi cita con el destacador y mis apuntes, tenía que arreglarme para comenzar una nueva jornada laboral, me tomé mi tiempo, me alisé el pelo y salí de mi casa.
En el camino me topé con uno de los tres chicos que había visto el día anterior consumiendo drogas, el de la nada se acercó a mí, con cada paso que daba yo temblaba en silencio.
-“Hey, tu eres la chica que estaba en la plaza ayer ¿verdad?, dijo el chico con voz temblorosa.
-“Si, exactamente… Y tú eres el chico que me siguió hasta mi trabajo”, le dije con tono serio para tratar de imponer autoconfianza.
-“Perdóname si te incomodé, de verdad no era mi intención”, me dijo y luego metió sus manos en los bolsillos.
-“No tengo nada que perdonarte”, dije y apuré el paso para llegar rápido al trabajo, el chico se quedó observándome un buen rato, como no me siguió lo fui perdiendo mientras caminaba.
A diferencia del día anterior, el local se llenó de gente, con agresividad replicaban los clientes si con mi compañera de trabajo nos tardábamos mucho en servirles, es tan típico de los sábados, la gente sale, se toma sus copas, les bajan las ganas de comer y se desquitan con una, la única razón que me mantenía trabajando era que de alguna manera tenía que financiar mis gastos en la Universidad.
Faltaba una hora para salir y la clientela disminuía, llegó un momento en el que estábamos solas con Dianna, el jefe estaba arriba revisando unas facturas, podíamos charlar con un poco más de serenidad.
-“¿Quién era el chico con el que hablabas hoy en la tarde?”, me preguntó de la nada mientras recogía unos envases de mostaza para guardarlos
-“¿Me creerías si te digo que no tengo idea?”, le dije tratando de evadir el tema.
-“¿Será que tienes novio?, dijo con una mirada insinuante.
-“Obvio que si, por que el tiempo me falta”, le dije y luego solté una carcajada.
-“Voy a hacer como que te creo”, me dijo, luego se sacó su delantal para entregarle el turno a las chicas que venían llegando.
Yo por mi parte también me quité el delantal, luego salude a las chicas y me dirigí hacia mi bolso para sacar mi teléfono, tenía un mensaje de texto de Darren que decía “Perdón amiga, no voy a poder ir a buscarte, ocurrió algo imprevisto, besos y abrazos”, el pánico invadió mi cuerpo lentamente, pero decidí armarme de valor e irme a la casa sola, afortunadamente no ocurrió nada fuera de lo común de regreso a mi hogar.
Al otro día me desocupé temprano con las labores de la casa, había un sol que invitaba a las personas cursis a querer tener un buen día pero que a su vez no calentaba nada el cuerpo y te morías de frío, como había avanzado bastante en mi repaso para el examen decidí darme la tarde libre e irme a la pequeña y silenciosa plaza, ahí podría leer un poco más a gusto. Al llegar a la plaza mi sorpresa no fue para nada grata, estaban los mismos chicos del otro día con las mismas risotadas, el chico que me siguió al ver que yo llevaba libros le dijo a los chicos que fueran a meter ruido a otro lado de la plaza, luego me sonrió mientras buscaban otro lugar para consumir drogas tranquilamente, yo ignoré su sonrisa y seguí leyendo.
Pasaron 20 minutos y yo estaba de lo mejor en mi lectura disfrutando del silencio que me habían proporcionado los tres molestos drogadictos, cuándo de la nada aparece un tipo con una especie de capucha, este saltó de la nada y tomó mi bolso, me paré y traté de correr lo más rápido posible pero el tipo se alejaba más y más. El chico que me había seguido para hablar la tarde anterior corrió tras el tipo y logró alcanzarlo, lo tiró al suelo y luego comenzó a golpearlo, yo lentamente traté de sacar mi bolso, pero vi que el tipo de uno de sus bolsillos sacó una pcortalumas, lentamente comencé a retroceder hasta lograr una distancia ideal para distanciarme, no había nada de valor en mi bolso como para involucrarme en una pelea con armas.
Le conté entre llantos todo lo ocurrido a mi compañera de trabajo, Dianna me dijo que había llamado a la policía y que no tardaban en llegar, pasaron 20 minutos y no llegaba ningún hombre uniformado, el único que entró por la puerta fue el chico drogadicto con mi bolso en sus manos
-“Me parece que esto es tuyo”, me dijo con actitud de superhéroe.
-“¿Qué haces aquí?”, le dije y luego me percaté de que tenía un pequeño corte en su cara.
-“¿No me vas a dar las gracias ni nada?”, dijo mientras me hacía señas con el bolso.
-“Yo en ningún momento te pedí ayuda”, dije y me percaté de la cara de Dianna quién lo miraba fijamente.
En eso entró un oficial de policía y al ver al chico con mi bolso lo tomó de un brazo, le quitó mi bolso y estiró su mano con el para devolvérmelo.
-“¿Es este su bolso señorita?”
-“Si”, le dije, y le arrebaté el bolso de las manos.
-“Puedo suponer que fue este chico quién robo su bolso entonces”, me dijo mientras el chico forcejeaba para liberarse.
En ese momento mi cabeza se llenó de pensamientos, era la oportunidad para que el tipo dejara de buscarme, también a partir de ese momento podía hacer que ese trío de drogadictos no volviera a molestar a nadie más en la plaza, pero también sabía que el chico lo único que había hecho era devolverme el bolso amablemente y yo solo lo había tratado con indiferencia en vez de ofrecer una mísera disculpa. Pensamientos iban y venían, opté por lo más sano y le dije al oficial que el chico no había hecho nada, el oficial lo soltó y se marchó con su compañero quién lo esperaba en su vehículo policial.
“Soy yo ahora quién tiene que darte las gracias”, dijo el chico sobándose el brazo.
“Si yo no lo hice… ¿Por qué tu sí?”, le dije con tono sarcástico.
“Yo no sé qué tan superior te sientes amiga pero al menos yo tengo educación… Me parece que tengo un punto a favor ¿no?”
Lo miré enojada y le extendí la mano en señal de gratitud, el chico me sonrió y mientras me recibía el gesto me miró a los ojos y pronunció su nombre, Cory Monteith.
Hoy quiero presentar un Fic nuevo un tanto diferente que espero disfruten y comenten para poder así saber que mi trabajo es bueno y motivarme a lograr mi meta que es terminar un FIC y que este sea decente jajaja
La verdad es que la temática es un poco controvercial luego de todo lo que pasó últimamente pero encuentro que no porque Cory haya pasado por lo que pasó su hermosa historia de amor deba terminar en la mente de los que somos fans de Glee y especialmente de la pareja y que mejor forma de revivirlo que con un Fic.
Espero les guste el capítulo 1, tengo escrito 2 capítulos que iré actualizando si es que así lo desean y bueno eso, saludos a todos, muchas gracias a los que me apoyaban cuándo escribía hace dos años y espero lo sigan haciendo en mi vuelta al foro, de todo corazón espero que así sea :)
Capítulo 1. “Complicidad”
Tenía 20 años, estaba en una Universidad que no es de mi agrado, en una carrera que no me cuadraba del todo, me encontraba soltera hace dos años y tres meses, vivía sola con mi madre quién me protegía en exceso desde el día que papá murió, estaba a punto de perder un empleo en un local de comida rápida que queda a la vuelta de la casa. Las cosas no andaban del todo bien, algo estaba fallando en mi vida, sentía un nudo en la garganta, ganas de llorar que no eran concretadas, quería pero no podía, me sentía desmotivada, ya nada me parecía novedoso, nada me sacaba de la rutina, nada alumbraba mis pensamientos oscuros por la noche mientras acostada miraba el techo pensando en cómo tirar la toalla de una vez por todas… Me duele un poco encontrarle sentido a esto pero tal vez mi vida en ese momento era envidiable.
Era un viernes de mayo por la tarde, los cielos estaban cubiertos por nubes negras, la lluvia se asomaba sigilosamente, esperando dejar caer toda su amargura en cada alma depresiva transitando por la calle. Mi horario de Universidad el día viernes era hasta las 4:45, mi trabajo no comenzaba hasta las 8, mis compañeras de Universidad nunca fueron grata compañía, por eso cada viernes para pasar esas largas ventanas entre los estudios y el trabajo, me iba a una pequeña plaza ubicada detrás cerca del hospital, el lugar ideal para las personas introvertidas en búsqueda de silencio, también para las parejas, quienes encontraban el panorama perfecto pasando la tarde acostados en el pasto mirando el cielo, regalándose estrellas por la noche, con la suficiente oscuridad cómplice de muchos encuentros sexuales, lo digo por experiencia propia.
Estaba sentada en una banca, miraba mi celular continuamente, cerca mío habían unos chicos consumiendo marihuana, me tenían un poco nerviosa, no dejaban de reírse, hacían bromas porque si y porque no, la mitad de las cosas que les hacían gracia, me parecían estúpidas, la otra mitad me producían pena ajena, faltaba media hora para entrar a mi trabajo, en 15 minutos llegaba hasta con paso lento, era quedarse o aguantar las miradas incomodas del dueño del local el resto del tiempo, un hombre de unos 50 años, con nariz puntiaguda, manos peludas, mediana estatura, viudo y sin hijos, siempre se dijo que le fascinaba mirar chicas jóvenes, que una vez lo descubrieron con una empleada en el baño de su local, totalmente desagradable, pero no más que la risa de los chicos. Me paré de mi asiento, comencé a caminar lo más lento posible, por primera vez le rogaba a los semáforos que cambiaran lento, estos me devolvían la mano, todo marchaba tranquilo, hasta que me percaté de que uno de los chicos me venía siguiendo, ahí decidí apurar el paso, no me importó tener que soportar las miradas del depravado de mi jefe, solo quería sentirme segura en un lugar cerrado.
La jornada terminó rápido, para asegurarme de que no me estuviesen esperando a la salida llamé a un amigo para que me diera un aventón a casa. Entré, subí las escaleras, saqué unas fotocopias de un libro de mi bolso y lo arrojé a un sillón, tomé mi destacador amarillo para resumir contenidos de la Universidad, me tiré a la cama, no alcancé a terminar ni tres hojas y ya estaba durmiendo, estaba exhausta.
La alarma de mi celular sonó a las 9, me levanté para encerar la casa temprano, así podría recuperar el tiempo que perdí durmiendo y retomar mis fotocopias, se me aproximaba un examen en la Universidad y no era mucho lo que sabía.
La tarde se me hizo corta, a las 6 tuve que concluir mi cita con el destacador y mis apuntes, tenía que arreglarme para comenzar una nueva jornada laboral, me tomé mi tiempo, me alisé el pelo y salí de mi casa.
En el camino me topé con uno de los tres chicos que había visto el día anterior consumiendo drogas, el de la nada se acercó a mí, con cada paso que daba yo temblaba en silencio.
-“Hey, tu eres la chica que estaba en la plaza ayer ¿verdad?, dijo el chico con voz temblorosa.
-“Si, exactamente… Y tú eres el chico que me siguió hasta mi trabajo”, le dije con tono serio para tratar de imponer autoconfianza.
-“Perdóname si te incomodé, de verdad no era mi intención”, me dijo y luego metió sus manos en los bolsillos.
-“No tengo nada que perdonarte”, dije y apuré el paso para llegar rápido al trabajo, el chico se quedó observándome un buen rato, como no me siguió lo fui perdiendo mientras caminaba.
A diferencia del día anterior, el local se llenó de gente, con agresividad replicaban los clientes si con mi compañera de trabajo nos tardábamos mucho en servirles, es tan típico de los sábados, la gente sale, se toma sus copas, les bajan las ganas de comer y se desquitan con una, la única razón que me mantenía trabajando era que de alguna manera tenía que financiar mis gastos en la Universidad.
Faltaba una hora para salir y la clientela disminuía, llegó un momento en el que estábamos solas con Dianna, el jefe estaba arriba revisando unas facturas, podíamos charlar con un poco más de serenidad.
-“¿Quién era el chico con el que hablabas hoy en la tarde?”, me preguntó de la nada mientras recogía unos envases de mostaza para guardarlos
-“¿Me creerías si te digo que no tengo idea?”, le dije tratando de evadir el tema.
-“¿Será que tienes novio?, dijo con una mirada insinuante.
-“Obvio que si, por que el tiempo me falta”, le dije y luego solté una carcajada.
-“Voy a hacer como que te creo”, me dijo, luego se sacó su delantal para entregarle el turno a las chicas que venían llegando.
Yo por mi parte también me quité el delantal, luego salude a las chicas y me dirigí hacia mi bolso para sacar mi teléfono, tenía un mensaje de texto de Darren que decía “Perdón amiga, no voy a poder ir a buscarte, ocurrió algo imprevisto, besos y abrazos”, el pánico invadió mi cuerpo lentamente, pero decidí armarme de valor e irme a la casa sola, afortunadamente no ocurrió nada fuera de lo común de regreso a mi hogar.
Al otro día me desocupé temprano con las labores de la casa, había un sol que invitaba a las personas cursis a querer tener un buen día pero que a su vez no calentaba nada el cuerpo y te morías de frío, como había avanzado bastante en mi repaso para el examen decidí darme la tarde libre e irme a la pequeña y silenciosa plaza, ahí podría leer un poco más a gusto. Al llegar a la plaza mi sorpresa no fue para nada grata, estaban los mismos chicos del otro día con las mismas risotadas, el chico que me siguió al ver que yo llevaba libros le dijo a los chicos que fueran a meter ruido a otro lado de la plaza, luego me sonrió mientras buscaban otro lugar para consumir drogas tranquilamente, yo ignoré su sonrisa y seguí leyendo.
Pasaron 20 minutos y yo estaba de lo mejor en mi lectura disfrutando del silencio que me habían proporcionado los tres molestos drogadictos, cuándo de la nada aparece un tipo con una especie de capucha, este saltó de la nada y tomó mi bolso, me paré y traté de correr lo más rápido posible pero el tipo se alejaba más y más. El chico que me había seguido para hablar la tarde anterior corrió tras el tipo y logró alcanzarlo, lo tiró al suelo y luego comenzó a golpearlo, yo lentamente traté de sacar mi bolso, pero vi que el tipo de uno de sus bolsillos sacó una pcortalumas, lentamente comencé a retroceder hasta lograr una distancia ideal para distanciarme, no había nada de valor en mi bolso como para involucrarme en una pelea con armas.
Le conté entre llantos todo lo ocurrido a mi compañera de trabajo, Dianna me dijo que había llamado a la policía y que no tardaban en llegar, pasaron 20 minutos y no llegaba ningún hombre uniformado, el único que entró por la puerta fue el chico drogadicto con mi bolso en sus manos
-“Me parece que esto es tuyo”, me dijo con actitud de superhéroe.
-“¿Qué haces aquí?”, le dije y luego me percaté de que tenía un pequeño corte en su cara.
-“¿No me vas a dar las gracias ni nada?”, dijo mientras me hacía señas con el bolso.
-“Yo en ningún momento te pedí ayuda”, dije y me percaté de la cara de Dianna quién lo miraba fijamente.
En eso entró un oficial de policía y al ver al chico con mi bolso lo tomó de un brazo, le quitó mi bolso y estiró su mano con el para devolvérmelo.
-“¿Es este su bolso señorita?”
-“Si”, le dije, y le arrebaté el bolso de las manos.
-“Puedo suponer que fue este chico quién robo su bolso entonces”, me dijo mientras el chico forcejeaba para liberarse.
En ese momento mi cabeza se llenó de pensamientos, era la oportunidad para que el tipo dejara de buscarme, también a partir de ese momento podía hacer que ese trío de drogadictos no volviera a molestar a nadie más en la plaza, pero también sabía que el chico lo único que había hecho era devolverme el bolso amablemente y yo solo lo había tratado con indiferencia en vez de ofrecer una mísera disculpa. Pensamientos iban y venían, opté por lo más sano y le dije al oficial que el chico no había hecho nada, el oficial lo soltó y se marchó con su compañero quién lo esperaba en su vehículo policial.
“Soy yo ahora quién tiene que darte las gracias”, dijo el chico sobándose el brazo.
“Si yo no lo hice… ¿Por qué tu sí?”, le dije con tono sarcástico.
“Yo no sé qué tan superior te sientes amiga pero al menos yo tengo educación… Me parece que tengo un punto a favor ¿no?”
Lo miré enojada y le extendí la mano en señal de gratitud, el chico me sonrió y mientras me recibía el gesto me miró a los ojos y pronunció su nombre, Cory Monteith.
marynitha******* - Mensajes : 407
Fecha de inscripción : 17/11/2010
Edad : 31
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1