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Don't Run Away From Me |KLAINE|
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Don't Run Away From Me |KLAINE|
Sinopsis
Kurt Hummel ya no está, ahora sólo quedan las cenizas de lo que alguna vez fue un chico vivaz y alegre, y ni siquiera una fogata puede revivirlo.
Luego de un brutal ataque inimaginable, deja el canto, al moda y a sus compañeros para ir a Dalton, una escuela privada donde hay reglas que Kurt podría necesitar por su gran inestabilidad.
Blaine Anderson no es de los que creen en el lema de "amor a primera vista", pero después de ver a un chico castaño en el pasillo, comienza a dudar. El chico es hermoso, casi un ángel, pero hay un problema con él.
Y uno muy grande.
Que nadie, ni siquiera su misma persona puede sanar.
¡¡Holaaaaaaaaaa!! Vuelvo con otra fic original mía, que se me ocurrió leyendo, :p.
No voy a adelantar nada de lo que le pasó a Kurt (que pronto se va a saber), pero solo puedo decir que no va a ser el Kurt que se acostumbra a leer.
Ojalá les guste, ¡los adoro!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Espero el primer capitulo con ansias se ve muy interesante la historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
quiero el primer capitulo se ve arto interesante
nicoleunicornio**** - Mensajes : 176
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 24
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
wow se ve muy interesante lo quiero leer!!! se ve super espero muy ansiosa quiero leer el primer capitulo!!! :DDD
gleeismylife****** - Mensajes : 381
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Edad : 25
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Espero pronto el primer capítulo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
no adelantaste nada que mala, pero sabes me encanta el suspenso y ya quiero saber mas y bueno mi querida celestito necesito esa actualización sino me enojo con tigo, jejejeje, no me podria enojar con tigo aunque quisiera.....................
te mando un abrazo mi y un beso, mi hermosa escritora y amiga!!!!!!
maxi_glee********-*- - Mensajes : 1071
Fecha de inscripción : 10/07/2013
Edad : 30
Capítulo 1| La Transferencia.
La gran estructura de madera se cernía sobre ellos, tapando la luz solar y manteniéndolos alejados de la calma y paz que era la brillante estrella.
Kurt Hummel y su padre, Burt, la miraron por un momento antes de enfocarse en lo que en realidad estaban haciendo ahí. Pero no sólo tenían ese motivo, o por lo menos, Kurt no lo hacía.
Sabía que esa escuela privada y llena de niños mimados no podría brindarle la paz y tranquilidad que él necesitaba, él lo sabía. Los alumnos de allí también juzgaban, también golpeaban, también atacaban poniendo sus manos en las gargantas de inocentes… Kurt movió su cabeza hacia los lados para alejar esos pensamientos y algunas lágrimas que querían salirse de su ojos, pero él no dejaría que eso pase.
Una vez lo habían visto llorar, y había sido algo de extrema gravedad, pero no más.
Eso pertenecía al antiguo Kurt, las lágrimas y los sentimientos, toda esa cosa de chicas, ya no era él. Nada quedaba del viejo Hummel, sólo el miedo a todo lo que le rodeaba.
Tan sumido en sus pensamientos se encontraba, que no sintió como su padre caminó hacia él y puso su mano en el hombro.
Kurt tembló. Y luego gritó.
Fue un sonido corto y bajo, pero eso hizo que Burt Hummel se diera cuenta de su error. No podía seguir haciendo sufrir a su propio hijo, ya mucho tenía él mismo que cargar todos los días.
—Lo siento, Kurt. —dijo desesperado por mirar a su hijo a los ojos, pero sabía que el contacto visual no era del agrado del menor, y menos cuando esas dos perlas celestes se llenaban de lágrimas—Lo siento mucho, hijo, no me di cuenta de que- —en torno iba levantando el tono de voz, Kurt se encogía y se rodeaba a sí mismo con sus brazos, con miedo a que lo lastime.
Él sabía que su papá no era Karofsky, ni ninguno de los deportistas de la escuela, ni Finn. Pero no podía evitar verlos cuando lo miraba, cuando le gritaba; incluso cuando lo tocaba se sentía abrumado. Y Kurt no podía más con esa carga.
—Papá, por favor, basta. —Rogó con voz temblorosa y pequeña, mirando al suelo— Sólo quiero entrar.
Burt, sin decir nada más, asintió con el corazón roto. Se sentía miserable, no sólo porque su hijo había sufrido un ataque que casi lo había matado, o porque ahora nadie podía acercarse a él ya que saltaba o huía no importa quién sea. No. Él se sentía miserable por no haberse dado cuenta de las cosas antes. Si hubiese sabido que todo andaba tan desastrosamente, nadie hubiera pasado, pero no podía seguirse culpando. Tenía a otros a quién hacerlo, como Nuevas Direcciones, Will Shuester, Figgins, o Finn. O a cualquiera que hubiera estado presente en McKinley los últimos meses. Incluso días antes del incidente.
Toda la mañana, sólo había escuchado como todos, maestros y alumnos, hablaban sobre la transferencia de emergencia inmediata de un nuevo alumno. Al parecer, fue por el acoso.
Si claro, estupideces, pensaba Blaine. Él había sufrido bullying antes por ser gay y nunca había tenido que hacer una transferencia emergente que requería atención inmediata. Y menos de las cinco psicólogas que Dalton tenía.
No lo veía raro, lo veía como un abuso. Ese chico nuevo debía ser un niñito mimado que al mínimo roce de todo, salía gritando asustado como niñita. Quizás tenía un trauma, pero seguro era por no echarse demasiado jabón antes de tocar a alguien de distinta categoría.
—Blaine, ni siquiera lo conoces. —Decía su mejor amigo, Jeff, mientras entraban al aula de Francés— No juzgues un libro por su portada.
Blaine rodó los ojos. Había escuchado esa frase incontables veces ese día y su cabeza no podía escucharla más tiempo.
—Jeff, cállate.
—¡Claro que no! Tendrás que tratar bien a este chico, ¿escuchaste? —su amigo le lanzó una mirada furiosa que Blaine esquivó muy bien, sonriendo inocentemente.
—No me hago cargo de mis acciones, Jeffrey.
—¡Blaine…!
Hubiese sigo gracioso escuchar su monólogo, pensó el moreno mientras veía como la profesora de francés entraba al salón y ponía orden, dando por terminada la charla entre su rubio preferido.
Pero antes de poder reír por eso, se percató de algo, o más bien de alguien.
Iba detrás de la señorita Dresser, era un chico. El mismo que se había cruzado esta mañana en el pasillo de Dalton.
Se acordaba perfectamente, porque algo en su estómago se había encendido al verlo. Nunca lo había conocido antes, se acordaría de alguien así. Era un ángel, un ángel que había bajado del mismo cielo justo para él.
Bueno, eso era lo que pensaba.
—Hola a todos —dijo la mujer con una sonrisa nerviosa, mirando a Kurt, pero sin estar cerca de él— Seguro todos escucharon hablar sobre un nuevo estudiante aquí en Dalton.
No, no puede ser él, se repetía el moreno.
Mientras tanto, Kurt Hummel luchaba con la fuerza de su interior, con los demonios que querían devorarlo, con los monstruos que lo querían muerto. Se metían en su mente y en su corazón, haciendo imposible levantar su cabeza.
—Este es Kurt Hummel. Ojalá todos sean amables con él —finalizó, y esperó a que Kurt hablara por sí solo.
Pero no lo hizo; por largos segundos todos estuvieron sumidos en un incómodo silencio hasta que la silla de alguien chocó contra la pared haciendo un ruido estruendoso. Todos se sobresaltaron, pero nunca esperaron que su nuevo compañero reaccionara así.
Kurt levantó la cabeza de sobresalto, mostrando a todos sus ojos celestes y hermosos, llenos de lágrimas, mientras todo su cuerpo temblaba y su cabeza no sabía donde quedarse. Giraba y giraba, buscando a alguien, parecía un animal herido.
—Kurt, tranquilo… —la mujer Dresser tcó el hombro de Kurt abruptamente, causando que él sólo se alterara más.
—Basta, por favor, basta —susurró con la voz tan quebrada que causaba dolor— Déjeme ir, le prometo que haré todo el trabajo de hoy, por favor, sólo eso quiero.
—Claro, no hay problema.
Kurt asintió y se fue rápido del salón, dejando a todos pasmados. Ni siquiera el sonido de una mosca se escuchaba, y en algún momento, Blaine rompió el silencio hablando con Jeff.
—Tenías razón. Nunca hay que juzgar a alguien por la primera impresión.
—¿Sabes en que más tenía razón? —Blaine negó con la cabeza— en que estuve toda la mañana diciéndote que el nuevo chico no era como tú, que no todos tienen una historia igual. Que hay casos muchos peores que ser golpeado una vez en un baile.
Bueno, como ya había dicho... esta historia no es nada igual a las otras que escribí o adapté, esta nos muestra un Kurt roto, demasiado, y... ¿alguien podría arreglarlo?
Descúbanlo :), ¡los adoro!
Kurt Hummel y su padre, Burt, la miraron por un momento antes de enfocarse en lo que en realidad estaban haciendo ahí. Pero no sólo tenían ese motivo, o por lo menos, Kurt no lo hacía.
Sabía que esa escuela privada y llena de niños mimados no podría brindarle la paz y tranquilidad que él necesitaba, él lo sabía. Los alumnos de allí también juzgaban, también golpeaban, también atacaban poniendo sus manos en las gargantas de inocentes… Kurt movió su cabeza hacia los lados para alejar esos pensamientos y algunas lágrimas que querían salirse de su ojos, pero él no dejaría que eso pase.
Una vez lo habían visto llorar, y había sido algo de extrema gravedad, pero no más.
Eso pertenecía al antiguo Kurt, las lágrimas y los sentimientos, toda esa cosa de chicas, ya no era él. Nada quedaba del viejo Hummel, sólo el miedo a todo lo que le rodeaba.
Tan sumido en sus pensamientos se encontraba, que no sintió como su padre caminó hacia él y puso su mano en el hombro.
Kurt tembló. Y luego gritó.
Fue un sonido corto y bajo, pero eso hizo que Burt Hummel se diera cuenta de su error. No podía seguir haciendo sufrir a su propio hijo, ya mucho tenía él mismo que cargar todos los días.
—Lo siento, Kurt. —dijo desesperado por mirar a su hijo a los ojos, pero sabía que el contacto visual no era del agrado del menor, y menos cuando esas dos perlas celestes se llenaban de lágrimas—Lo siento mucho, hijo, no me di cuenta de que- —en torno iba levantando el tono de voz, Kurt se encogía y se rodeaba a sí mismo con sus brazos, con miedo a que lo lastime.
Él sabía que su papá no era Karofsky, ni ninguno de los deportistas de la escuela, ni Finn. Pero no podía evitar verlos cuando lo miraba, cuando le gritaba; incluso cuando lo tocaba se sentía abrumado. Y Kurt no podía más con esa carga.
—Papá, por favor, basta. —Rogó con voz temblorosa y pequeña, mirando al suelo— Sólo quiero entrar.
Burt, sin decir nada más, asintió con el corazón roto. Se sentía miserable, no sólo porque su hijo había sufrido un ataque que casi lo había matado, o porque ahora nadie podía acercarse a él ya que saltaba o huía no importa quién sea. No. Él se sentía miserable por no haberse dado cuenta de las cosas antes. Si hubiese sabido que todo andaba tan desastrosamente, nadie hubiera pasado, pero no podía seguirse culpando. Tenía a otros a quién hacerlo, como Nuevas Direcciones, Will Shuester, Figgins, o Finn. O a cualquiera que hubiera estado presente en McKinley los últimos meses. Incluso días antes del incidente.
_____________________________________
Blaine no podía sentirse más curioso en ese momento. Toda la mañana, sólo había escuchado como todos, maestros y alumnos, hablaban sobre la transferencia de emergencia inmediata de un nuevo alumno. Al parecer, fue por el acoso.
Si claro, estupideces, pensaba Blaine. Él había sufrido bullying antes por ser gay y nunca había tenido que hacer una transferencia emergente que requería atención inmediata. Y menos de las cinco psicólogas que Dalton tenía.
No lo veía raro, lo veía como un abuso. Ese chico nuevo debía ser un niñito mimado que al mínimo roce de todo, salía gritando asustado como niñita. Quizás tenía un trauma, pero seguro era por no echarse demasiado jabón antes de tocar a alguien de distinta categoría.
—Blaine, ni siquiera lo conoces. —Decía su mejor amigo, Jeff, mientras entraban al aula de Francés— No juzgues un libro por su portada.
Blaine rodó los ojos. Había escuchado esa frase incontables veces ese día y su cabeza no podía escucharla más tiempo.
—Jeff, cállate.
—¡Claro que no! Tendrás que tratar bien a este chico, ¿escuchaste? —su amigo le lanzó una mirada furiosa que Blaine esquivó muy bien, sonriendo inocentemente.
—No me hago cargo de mis acciones, Jeffrey.
—¡Blaine…!
Hubiese sigo gracioso escuchar su monólogo, pensó el moreno mientras veía como la profesora de francés entraba al salón y ponía orden, dando por terminada la charla entre su rubio preferido.
Pero antes de poder reír por eso, se percató de algo, o más bien de alguien.
Iba detrás de la señorita Dresser, era un chico. El mismo que se había cruzado esta mañana en el pasillo de Dalton.
Se acordaba perfectamente, porque algo en su estómago se había encendido al verlo. Nunca lo había conocido antes, se acordaría de alguien así. Era un ángel, un ángel que había bajado del mismo cielo justo para él.
Bueno, eso era lo que pensaba.
—Hola a todos —dijo la mujer con una sonrisa nerviosa, mirando a Kurt, pero sin estar cerca de él— Seguro todos escucharon hablar sobre un nuevo estudiante aquí en Dalton.
No, no puede ser él, se repetía el moreno.
Mientras tanto, Kurt Hummel luchaba con la fuerza de su interior, con los demonios que querían devorarlo, con los monstruos que lo querían muerto. Se metían en su mente y en su corazón, haciendo imposible levantar su cabeza.
—Este es Kurt Hummel. Ojalá todos sean amables con él —finalizó, y esperó a que Kurt hablara por sí solo.
Pero no lo hizo; por largos segundos todos estuvieron sumidos en un incómodo silencio hasta que la silla de alguien chocó contra la pared haciendo un ruido estruendoso. Todos se sobresaltaron, pero nunca esperaron que su nuevo compañero reaccionara así.
Kurt levantó la cabeza de sobresalto, mostrando a todos sus ojos celestes y hermosos, llenos de lágrimas, mientras todo su cuerpo temblaba y su cabeza no sabía donde quedarse. Giraba y giraba, buscando a alguien, parecía un animal herido.
—Kurt, tranquilo… —la mujer Dresser tcó el hombro de Kurt abruptamente, causando que él sólo se alterara más.
—Basta, por favor, basta —susurró con la voz tan quebrada que causaba dolor— Déjeme ir, le prometo que haré todo el trabajo de hoy, por favor, sólo eso quiero.
—Claro, no hay problema.
Kurt asintió y se fue rápido del salón, dejando a todos pasmados. Ni siquiera el sonido de una mosca se escuchaba, y en algún momento, Blaine rompió el silencio hablando con Jeff.
—Tenías razón. Nunca hay que juzgar a alguien por la primera impresión.
—¿Sabes en que más tenía razón? —Blaine negó con la cabeza— en que estuve toda la mañana diciéndote que el nuevo chico no era como tú, que no todos tienen una historia igual. Que hay casos muchos peores que ser golpeado una vez en un baile.
Bueno, como ya había dicho... esta historia no es nada igual a las otras que escribí o adapté, esta nos muestra un Kurt roto, demasiado, y... ¿alguien podría arreglarlo?
Descúbanlo :), ¡los adoro!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Espero que actualizes pronto, esta emocionante.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Los pasos de Kurt resonaban en el pasillo de la academia, haciendo un fuerte estruendo. Eso le asustaba. El sonido tan vacío y carente, pero a la vez tan pesado frente a sus oídos lo hacían temblar. Le recordaban a ese día, y Kurt no quería que nada le haga acordar a el desastre.
Quizás podría decirse cobarde, pero él sabía que no lo era. De acuerdo, asustarse con sus propias pisadas no era algo común, ni racional, o por supuesto, algo no-psicótico, pero cualquiera podría asustarse hasta con el sonido de una mosca si hubiese pasado lo que él.
Recuerdos aparecían su cabeza, y no podía hacer nada para controlarlos.
—¡Déjame! —lloraba Kurt, desesperado. Pero nadie podía escucharlo, nunca nadie lo hacía; y ese era el precio que debía pagar por ser invisible incluso para sus llamados “amigos”.
—No puedo, Kurt. ¿Qué tal si confiesas todo? —preguntó con ojos rojos y manos apretadas en el cuello del menor— No puedo arriesgarme a que digas que te besé, ¡seré tan despreciado como lo eres tú! No, no permitiré eso.
Kurt estaba asustado. No, más bien… aterrorizado, en completo shock.
Sufría insomio, no podía dormir bien, y siempre, siempre, despertaba gritando y sudado. Kurt odiaba la noche. Odiaba dormir. Lo odiaba a él.
Su mandíbula estaba apretada, pero sus labios y cuerpo entero temblaban como una simple hoja. No puedes dejar que esto te eché hacia atrás, estás en Dalton, él no te encontrará aquí, estás a salvo. Eso mismo se repetía el castaño para poder tranquilizarse, aunque la cantidad de veces que lo lograba eran nulas. Tan asustado y en sí mismo estaba, que no escuchó los pasos de alguien más. Ni tampoco escuchó su nombre salir por la boca del desconocido. Lo único que logró divisar fue la mano de alguien en su hombro.
Kurt ahogó un grito en su garganta y saltó despacio. No quería dar vuelta, sabía que él lo había encontrado, sabía que venía a terminar lo empezado. No, no, no, por favor, no.
—Tranquilo —Blaine abrió grandes los ojos al percatarse de la reacción del chico que tenía en frente— tranquilo —volvió a decir, pero no causó efecto en Kurt.
—¿Quién- —el castaño intentó no hacer notar el temblor y temor en su voz—¿Quién eres tú?
Blaine miró los ojos de Kurt. Eran celestes, azules, tan azules como el mar. Pero… tenían algo raro, verde, sí, también tenían una pizca verduzca que los hacían aún más hermosos. Esos ojos podían ver su alma, pensaba Blaine, su alma y corazón. Eran grandes, hermosos y definitivamente, hipnóticos, porque no podía quitar los suyos de ahí.
Kurt se sentía incómodo, demasiado. No le gustaba hacer contacto visual con nadie, ni siquiera contacto común ¡con cualquiera!
Cuando el castaño llevó sus ojos hasta sus pies, Blaine dejó de verlos para pasar a otro lado… su boca. No debería pensar en eso cuando está justo en frente de un chico completamente inestable y nuevo, que nunca había visto en su vida. Pero no podía deajr de imaginar cómo sería tocarlos, besarlos, sentirlos sobre los suyos. Seguramente, son suaves y hermosos, se repetía el moreno.
—¿Quién eres tú? —volvió a preguntar Kurt. Ese chico le incomodaba. Bastante.
—Soy Blaine —respondió en un susurro mientras quitaba la mirada de allí. Territorio prohibido, lo llamaría desde ahora— estaba en la clase anterior, cuando te presentaste.
Las mejillas de Kurt se tiñeron de rojo. Puede sentirse asustado y no agradarle el contacto humano, pero todavía tenía la capacidad de sonrojarse ante cualquier cosa diminuta. Una mala cualidad.
—Lo siento si te incomodé —le dijo sin emoción en su voz. No quería demostrar nada. Pero… ¿qué hacía ese chico allí? ¿Iba a pegarle por haber hecho tal papelón en el salón? ¿Le diría palabras hirientes? No, Kurt no podía soportar más de eso.
Pero debes, chilló su mente de algún rincón oscuro y frío, y el castaño sabía que tenía razón.
—Mira, hagamos esto rápido… —tomó aire y se encogió— golpéame, dime lo que quieras decirme, adelante.
Kurt cerró los ojos, intentando no dejar fluir las lágrimas que se acumulaban en su rostro.
—¿Qué? —atinó a preguntar Blaine. El chico estaba peor que lo que pensaba. Era grave. Muy grave— ¿Cómo crees? ¿Pegarte, herirte? ¡Por supuesto que no! Acabo de conocerte, y sólo te seguí porque, bueno —te encuentro obviamente atractivo y quisiera perderme en tus ojos por días enteros y besar tus labios hasta verlos rojos, sé que asusta porque acabo de verte, pero tengo ese don de “amor a primera vista” —quería saber si estabas bien, o necesitabas ayuda para llegar a tu dormitorio —dijo en su lugar. Si decía la verdad, seguro asustaría a Kurt y eso era lo que menos quería— Vamos, ¡te enseñaré todo la escuela, si quieres!
Tomó a Kurt de la mano, lentamente, esperando su aprobación para entrelazar sus dedos.
El castaño se sentía extrañamente cómodo alrededor de Blaine, y nunca había sentido eso. Nunca había sentido su estómago cerrarse un momento por quedar perdido en los ojos avellana del moreno, nunca había sentido un fuego pequeño quemando su corazón por escuchar palabras tan hermosas provenientes de un desconocido. “Quería saber si estabas bien”. Kurt hubiera jurado que nadie se preocupaba por él, ¡no su papá, no su “hermanastro”, no sus “amigos”, no Carole, nadie! Pero ahora venía este nuevo chico, desconocido pero tan cómodo a la vez, llamado Blaine, con ojos hermosos y mucho gel en su pelo, preguntando si se encontraba bien luego de un ataque de pánico. Y lo hacía sentir bien. Querido, seguro… confiado. Por primera vez luego de meses, no temió.
Por eso dejó que Blaine tomara su mano, entrelazara sus dedos y los llevará a los dos en un viaje —o tour— por todo Dalton.
¡Perdón por tardar tanto! Pero este capítulo me costó mucho; no sabía como plasmar todo lo que tenía que decir. Creo que lo hice unas tres veces, borré todo y volvía a escribir para ver si quedaba conforme. Al final, me gustó, y bueno, ¡se los traje! Gracias a todos por leer, ¡Los adoro!
Quizás podría decirse cobarde, pero él sabía que no lo era. De acuerdo, asustarse con sus propias pisadas no era algo común, ni racional, o por supuesto, algo no-psicótico, pero cualquiera podría asustarse hasta con el sonido de una mosca si hubiese pasado lo que él.
Recuerdos aparecían su cabeza, y no podía hacer nada para controlarlos.
—¡Déjame! —lloraba Kurt, desesperado. Pero nadie podía escucharlo, nunca nadie lo hacía; y ese era el precio que debía pagar por ser invisible incluso para sus llamados “amigos”.
—No puedo, Kurt. ¿Qué tal si confiesas todo? —preguntó con ojos rojos y manos apretadas en el cuello del menor— No puedo arriesgarme a que digas que te besé, ¡seré tan despreciado como lo eres tú! No, no permitiré eso.
Kurt estaba asustado. No, más bien… aterrorizado, en completo shock.
Sufría insomio, no podía dormir bien, y siempre, siempre, despertaba gritando y sudado. Kurt odiaba la noche. Odiaba dormir. Lo odiaba a él.
Su mandíbula estaba apretada, pero sus labios y cuerpo entero temblaban como una simple hoja. No puedes dejar que esto te eché hacia atrás, estás en Dalton, él no te encontrará aquí, estás a salvo. Eso mismo se repetía el castaño para poder tranquilizarse, aunque la cantidad de veces que lo lograba eran nulas. Tan asustado y en sí mismo estaba, que no escuchó los pasos de alguien más. Ni tampoco escuchó su nombre salir por la boca del desconocido. Lo único que logró divisar fue la mano de alguien en su hombro.
Kurt ahogó un grito en su garganta y saltó despacio. No quería dar vuelta, sabía que él lo había encontrado, sabía que venía a terminar lo empezado. No, no, no, por favor, no.
—Tranquilo —Blaine abrió grandes los ojos al percatarse de la reacción del chico que tenía en frente— tranquilo —volvió a decir, pero no causó efecto en Kurt.
—¿Quién- —el castaño intentó no hacer notar el temblor y temor en su voz—¿Quién eres tú?
Blaine miró los ojos de Kurt. Eran celestes, azules, tan azules como el mar. Pero… tenían algo raro, verde, sí, también tenían una pizca verduzca que los hacían aún más hermosos. Esos ojos podían ver su alma, pensaba Blaine, su alma y corazón. Eran grandes, hermosos y definitivamente, hipnóticos, porque no podía quitar los suyos de ahí.
Kurt se sentía incómodo, demasiado. No le gustaba hacer contacto visual con nadie, ni siquiera contacto común ¡con cualquiera!
Cuando el castaño llevó sus ojos hasta sus pies, Blaine dejó de verlos para pasar a otro lado… su boca. No debería pensar en eso cuando está justo en frente de un chico completamente inestable y nuevo, que nunca había visto en su vida. Pero no podía deajr de imaginar cómo sería tocarlos, besarlos, sentirlos sobre los suyos. Seguramente, son suaves y hermosos, se repetía el moreno.
—¿Quién eres tú? —volvió a preguntar Kurt. Ese chico le incomodaba. Bastante.
—Soy Blaine —respondió en un susurro mientras quitaba la mirada de allí. Territorio prohibido, lo llamaría desde ahora— estaba en la clase anterior, cuando te presentaste.
Las mejillas de Kurt se tiñeron de rojo. Puede sentirse asustado y no agradarle el contacto humano, pero todavía tenía la capacidad de sonrojarse ante cualquier cosa diminuta. Una mala cualidad.
—Lo siento si te incomodé —le dijo sin emoción en su voz. No quería demostrar nada. Pero… ¿qué hacía ese chico allí? ¿Iba a pegarle por haber hecho tal papelón en el salón? ¿Le diría palabras hirientes? No, Kurt no podía soportar más de eso.
Pero debes, chilló su mente de algún rincón oscuro y frío, y el castaño sabía que tenía razón.
—Mira, hagamos esto rápido… —tomó aire y se encogió— golpéame, dime lo que quieras decirme, adelante.
Kurt cerró los ojos, intentando no dejar fluir las lágrimas que se acumulaban en su rostro.
—¿Qué? —atinó a preguntar Blaine. El chico estaba peor que lo que pensaba. Era grave. Muy grave— ¿Cómo crees? ¿Pegarte, herirte? ¡Por supuesto que no! Acabo de conocerte, y sólo te seguí porque, bueno —te encuentro obviamente atractivo y quisiera perderme en tus ojos por días enteros y besar tus labios hasta verlos rojos, sé que asusta porque acabo de verte, pero tengo ese don de “amor a primera vista” —quería saber si estabas bien, o necesitabas ayuda para llegar a tu dormitorio —dijo en su lugar. Si decía la verdad, seguro asustaría a Kurt y eso era lo que menos quería— Vamos, ¡te enseñaré todo la escuela, si quieres!
Tomó a Kurt de la mano, lentamente, esperando su aprobación para entrelazar sus dedos.
El castaño se sentía extrañamente cómodo alrededor de Blaine, y nunca había sentido eso. Nunca había sentido su estómago cerrarse un momento por quedar perdido en los ojos avellana del moreno, nunca había sentido un fuego pequeño quemando su corazón por escuchar palabras tan hermosas provenientes de un desconocido. “Quería saber si estabas bien”. Kurt hubiera jurado que nadie se preocupaba por él, ¡no su papá, no su “hermanastro”, no sus “amigos”, no Carole, nadie! Pero ahora venía este nuevo chico, desconocido pero tan cómodo a la vez, llamado Blaine, con ojos hermosos y mucho gel en su pelo, preguntando si se encontraba bien luego de un ataque de pánico. Y lo hacía sentir bien. Querido, seguro… confiado. Por primera vez luego de meses, no temió.
Por eso dejó que Blaine tomara su mano, entrelazara sus dedos y los llevará a los dos en un viaje —o tour— por todo Dalton.
¡Perdón por tardar tanto! Pero este capítulo me costó mucho; no sabía como plasmar todo lo que tenía que decir. Creo que lo hice unas tres veces, borré todo y volvía a escribir para ver si quedaba conforme. Al final, me gustó, y bueno, ¡se los traje! Gracias a todos por leer, ¡Los adoro!
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Estuvo genial, me encanto espero más capítulos pronto.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Me encanto:L Espero tu actualización. Lectora nueva y fiel!
Juliett S. Pierce** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 17/07/2013
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
Me encanto el capitulo pobre kurt que bueno que ahora este blaine con el perdon por no comentar en el anterior capitulo espero actualices pronto ya quiero ver el sig cap esta muy interesante la historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Don't Run Away From Me |KLAINE|
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
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Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
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Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
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Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
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Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
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Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
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Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
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