Batalla Clasificatoria: OS #04

BATALLA ONE SHOT

Apuntaba la orden rápidamente mientras asentía  la cabeza con una sonrisa. Con una simple sonrisa podía encantar a todos los comensales que la miraban embobados.
Camino hasta la barra donde se acomodo mientras le daba el pedido al cocinero.
-¡Buenos Días! – Le grito un chico pasando un brazo por detrás de sus hombros - ¿Qué tal tu mañana?
-Hasta ahora estaba genial – se burlo deslizándose y empezando a acomodar las cosas del mostrador.
-¿Y eso porque Rachel? – le siguió la corriente parándose en frente.
-Creo que es porque un chico con mucho tiempo libre no deja de hacerme visitas sorpresa – reía mientras apilaba servilleteros.
-Auch amiga, eso me duele – dijo pasando su mano por su pecho – Yo solo vine por una taza de café nada más.
-Dices eso cada treinta minutos, cuando comiencen tus clases en NYADA no tendrás tiempo para nada – le resondro tomando el ultimo pedido que había ordenado – Permiso joven – le sonrió empujando con la cadera y avanzando hasta la mesa.
-¿Joven? – repitió el negando con la cabeza.
-¡Miren a quien tenemos aquí! – Grito Santana con una enorme sonrisa entrando por la puerta principal de la mano de Dani – ¿Cómo andas Anderson? 
Se aceraron pero rapidamente Dani le sonrió amablemente antes de entrar por la puerta trasera con dirección a la cocina a toda prisa.
-¿Dónde está tu prometido? – le pregunto la morena mirando para todos lados arqueando una ceja.
-Tenía clases o algo así – contesto desanimado.
-¿Hoy? – pregunto extrañada notando como su frase ponía mas desanimado a Blaine aunque tratara de ocultarlo.
-Si … bueno… yo creo que quizá…
-¡Hey! ¡Llegan tardísimo! – chillo Rachel acercándose a sus amigos.
-Que humor – rio la latina rodando los ojos y empezando a andar – Hablamos luego Blaine Warbler – se despidió antes de salir hacia la misma puerta donde había entrado su novia.
Blaine miraba como la gente entraba y salía mientras con un rostro pensativo su mente divagaba, principalmente en el futuro.
Estaba nervioso pero con una alegría que sobrepasaba cualquier otro sentimiento, iba a casarse con el amor de su vida y eso era suficiente para soportar cualquier cosa.
-Aquí está tu café – lo saco Rachel de sus pensamientos con una amable voz tendiéndoselo.
-Gracias – le contesto aun sin mirarla y poniéndose de pie – Creo que lo tomare mientras conozco un poco más la zona.
-¿Enserio? Yo ya salgo en un rato, si me esperas te acompaño – le sugirió esperanzada.
-No está bien Rachel, quiero ir solo – se excuso rápidamente – Nos vemos en el apartamento.
Esa última frase llego a los oídos de Rachel con cierto tono de incomodidad.
Blaine lo noto, le dedico una amplia y sincera sonrisa de disculpa antes de salir a las alborotadas calles de Nueva York.
El sonido de la ciudad la aturdía un poco pero eso no arrimaría su felicidad. Trataba de adecuarse pero la verdad es que ya desde hace unos días que se sentía un poco incomodo. Casi dos semanas en los que había empezado a vivir en el apartamento de sus amigos y no lo sentía como su hogar.
Creía que lo mejor era buscar su propio lugar, ellos ya estaban cómodos y establecidos. 
Pero había algo que evitaba que se mudara, y eso era el temor por pasar menos tiempo con Kurt, ya había pasado tanto tiempo en el que pudiera convivir y lo extrañaba demasiado. Extrañaba la forma tan especial que lo podía hacer sentir, acostarse recordando el día tan único que tuvo y despertarse con las ansias de vivir uno igual, él y solo él era capaz de eso.
Camino a lo largo de la acera hasta llegar a un hermoso parque donde se sentó en una banca con las piernas cruzadas y su taza de café intacta.
Su relación con Kurt parecía la misma pero no podía evitar sentirse un tanto ignorado con la agitada vida de su novio. Dos empleos, una banda y sus estudias casi lo tenían todo el día fuera y eso era algo que tenía que aprender a sobrellevar.
-Ojala él estuviera aquí – balbuceo recordando a Sam.
El era una buena compañía, habían hablado en todo ese tiempo y sus consejos a larga distancia lo ayudaban.
Necesitaba a su amigo, Rachel y Santana eran increíbles con él. Le sorprendía lo amable y dulce que podía llegar a ser Santana.
Rachel siempre ha sido una amiga muy cercana suya pero simplemente se sentía un estorbo para ellos.
“Las cosas ya mejoraran con el tiempo” pensó Blaine mirando a unos niños corretear por el parque y chocaban con un señor que vendía globos haciendo soltar cada uno de ellos.
Miro al cielo como se perdían los colores con una sonrisa.
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Santana llenaba envases de cátsup con una velocidad increíble, miraba el reloj inquieta sintiendo que tendría que hacer turno extra si no terminaba a tiempo.
Últimamente paraba en las nubes, lo único positivo de eso era que se sentía feliz. Una felicidad completa en todo sentido, como no la había tenía ya desde hace mucho tiempo.
Levanto la vista un segundo al sentirse observada y ahí estaba ella desde el otro lado del establecimiento sonriéndole.
Esa mirada podía hacer temblar sus rodillas y eso se reflejaba en su media sonrisa, nerviosa del siguiente movimiento que podía arruinar ese instante tan increíble.
-¡Oyeeeeme! – grito su pequeña amiga tomándola desde atrás por la cintura.
La hiso sobresaltar de una manera tan exagerada que escucho la risa de Dani y frunció el ceño como respuesta.
-Se puede saber qué te pasa Berry – le gruño removiéndose lejos de su agarre.
-Nada, pero ¿has notado algo raro en Blaine? – pregunto apoyándose en la mesa que servía de mostrados.
-¡Sí! Desde que lo conocí, alguien que use tanto gel no es de fiar -  dijo entrecerrando los ojos – Pero porcelana confía en el así que….
-No estoy hablando de eso – la resondro negando con la cabeza – Estos últimos días – aclaro - ¿No lo ves algo incomodo?
Santana pensó un segundo su reciente convivencia con Blaine Anderson y la verdad era que no tenia queja alguna. El chico era un compañero de piso impecable.
-Para nada, simplemente esta aburrido Rachel y es comprensible.
Rachel no se quedo contenta con esa respuesta pero lo dejo pasar porque no encontraba otra respuesta.
-Quizá tengas razón pero igual no deja de preocuparme – insistió Rachel torciendo el gesto y empezando a avanzar hacia las mesas que estaban algo vacías.
-Ese es problema tuyo – rio sarcásticamente volviendo a su tarea de rellenar envases – ….Ya verás que se nos ocurrirá algo para animarlo, así que deja de hacerte un lio en la cabeza  – dijo después de un momento mientras botaba suspiro tratando de aliviarla.
Rachel sonrió por lo mucho que había cambiado Santana con ella. Sin ella su vida ya no sería la misma.
Ella nunca había tenido una mejor amiga, era lindo saber lo que se sentía.
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Entro a toda prisa tirando su maleta en un sillón, estaba algo cansado pero aun no podía descansar. Tenía turno en el restaurant y al fin podría pasar un momento con Blaine y sus amigas, deseaba quedarse en casa y lanzarse al sofá a ver un película con ellos acunado en los brazos de su prometido.
Pero el tenia responsabilidades y sobre todo metas, sabia que para alcanzarlas debía cumplir todo lo que eso conlleva.
De manera brusca se quito su camisa mientras caminaba de un lado para el otro en busca de su uniforme de trabajo, el sonido de un teléfono lo saco de sus pensamientos.
Lo ignoro al inicio por sus prisas pero por lo insistente que era decidió ponerle fin, resulto ser el teléfono de Blaine. Se extraño un poco por tener que hablar con esta persona.
-¿Sam? – dijo extrañado.
-¿Kurt? Justamente con quien quería hablar – rio el chico aliviando un poco la tensión que se estaba empezando a formar.
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Blaine miro la hora en su reloj de muñeca mientras subía por las escaleras del edificio a toda prisa. Se había echo tarde y olvido recoger a Kurt de su turno.
Pensó  en llamarlo pero no encontraba su móvil, estaba algo preocupado. No quería molestarlo, todo lo contrario.
Al llegar a la puerta estaba cerrada cosa que le pareció extraña, toco escuchando voces del otro lado que se silenciaron al instante.
La puerta se abrió y no había mas que oscuridad se asusto un poco pensando cualquier cosa. Entro con algo de temor pero todo se esfumo al instante.
-¡Sorpresa! – gritaron los chicos al unisonó.
Se quedo atontado al ver a sus amigos con unas enormes sonrisas en sus rostros. Una mesa arreglada en medio del salón y todo perfectamente arreglado.
Kurt se acerco y lo agarro de la cintura para plantarle un beso de lleno de alegría.
Al separarse el estaba más confundido aun.
-¿Qué es todo esto? – rio Blaine acercándose para saludar a Rachel y Santana que estaban hermosas.
-Se que últimamente no te has sentido tomado en cuenta – comento Kurt avanzando atrás de él.
-Y esto es una forma de demostrarte lo mucho que significas para nosotros – prosiguió Rachel empujándolo a la mesa y invitándolo a sentarse.
-Esta es nuestra primera cena juntos – añadió Santana – Y es mejor que te vayas acostumbrando a la idea Anderson, ahora formas parte de este hogar.
-Chicos…. Yo no sé qué….
-Siéntate y come, la comida esta deliciosa – lo corto Kurt dejándolo rápido beso  y se sentándose a su lado.
En el pecho de Blaine se empezó a formar algo indescriptible, algo que no podía contener.
-Son los mejores amigos del mundo – dijo negando mirando como Santana acomodaba la comida en la mesa – Vivir con ustedes será lo mejor de mi vida, ahora lo sé.