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MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
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¡Fer Brittana4ever!
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MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Because of you
Perdí el camino
Y no pasó mucho tiempo antes de que me señalaras
No puedo llorar
Por que se que para ti eso refleja debilidad
Me veo forzada a fingir, una risa, una carcajada
Cada día de mi vida
Es imposible que mi corazón se pueda romper
Cuando ni siquiera estaba completo
Por tu culpa
Nunca me arriesgo
Por tu culpa
He aprendido a jugar del lado seguro
Para que no me lastimen
Por tu culpa
Me es muy difícil confiar
No solo en mí, sino en todos los que me rodean
Por tu culpa
Tengo miedo
Because of you — Kelly Clarkson
Capítulo 1
La subida es mucho más gratificante que la caída. Santana gira, choca con algunos cuerpos que también se tambalean en la línea de sus mundos perfectos y luminiscentes, y suelta una pequeña sonrisita. Música que se introduce entre las entrañas y sacude igual que una descarga eléctrica. Pierde el ritmo a ratos, cuando los pies pesan demasiado o la cabeza le da vueltas y solo encaja halos de luces en el horizonte.
Está enfadada y la única forma que tiene de soplar la llama y que se apague es emborrachándose, colocándose hasta que el mundo deje de existir. Durante un breve momento mira a su camella habitual, demasiado joven y estropeada. Una vez le preguntó por qué hacía aquello y ella le golpeó en el rostro y le dijo “no hagas preguntas, solo paga”. A partir de ese momento solo le invita a un vodka cuando parece estar más alegre, y luego se olvida de ella. Solo hasta la siguiente noche, donde todos empiezan siendo amigos y terminan como desconocidos que tienen miedo de mirarse, por si acaso descubren sus secretos a través de ese gesto.
El MDMA y el speed estimulan su cerebro haciéndole creer, muy lentamente, que el mundo se ve mejor desde el punto de vista de los polvos de hadas blancos. Ya no importa nada, ni que ella sea una cobarde y se avergüence de quien es. O incluso de ser su novia.
—San —la llama alguien, internándose en su propia burbuja—. Toma —le mete el dedo en la boca y deja caer sobre su lengua una pastilla en color azul—, es lo mejor que hay por aquí esta noche.
Santana sonríe en su dirección. Recorre con las pupilas dilatadas a su amiga y la atrae para besarla y traspasarle la pastilla.
—Yo no necesito más en este momento. Así estoy bien.
—¿Segura? Tengo unas cuantas más —agita la bolsa delante de todo el mundo—. Hacía tiempo que no nos escapábamos de esta forma.
—Sí, han pasado demasiadas cosas —dice, frunciendo el ceño—. Pero olvidémonos de ello.
No quiere pensar más en todo lo que ha pasado en el último mes. Enamorarse de una persona incapaz de luchar por lo que quiere es una putada, y de las grandes. Santana lo sabe bien. El fruto de todas sus pasiones, delirios y desenfrenos es una sirena a bordo de un barco hundido llamada Brittany.
Brittany. Incluso su nombre es bonito, aunque jamás podrá compararse con sus labios rosados y suaves, sus ojos azules como el cielo o su pelo rubio. Todo en ella la hace enardecer y enloquecer. La hace perder el control de sí misma.
—Quiero bailar —grita por encima de la música a Quinn, su amiga—. ¡Vamos!
Ambas se acercan al altavoz para sentir más profunda la música. Bailan. Mueven los brazos, los pies, las caderas. Se borra el sentido que aún les quedaba. Incluso el alcohol les inunda los labios, la lengua y el paladar, dejando caer más euforia dentro de sus mentes pequeñas.
Pero se lo pasan bien, y no es hasta que los ojos de Santana capta a su sirena bailando en un grupo reducido de víboras que se enfada y suelta una maldición. No esperaba que ella fuese allí cuando siempre había rehusado de ese tipo de antros.
No puede ser, piensa, deteniéndose en seco. Alguien la golpea y le pisa el pie, y ella le ignora, centrando toda su atención en Brittany.
Ella también la ha visto, pero se hace la tonta, intentando que el corazón no le lata tan deprisa. Está allí con la única intención de hablar con Santana, a sabiendas de que
ella no quiere verla. Sabe que la detesta y la odia por lo ocurrido.
—Eh, San, olvídate de ella, no vale la pena —susurra Quinn, tirando de su brazo. Está preocupada por Santana; cree que montará un espectáculo allí en medio, y es lo último que necesitan. Han venido a pasárselo bien y es lo que importa.
—Tengo que solucionar esto —sacude la cabeza Santana, cada vez más nerviosa—. Ya está bien de huir de mí misma y de mis demonios. Tengo que clavarle una estaca.
—San…
Esboza una tímida sonrisa. —Voy a estar bien. Espérame.
Camina con lentitud hacia el grupo de víboras, aquellas que se hacen llamar mejores amigas de Brittany y que siempre han estado estorbando en su relación. Aún siente euforia y ve difuso, pero tiene que hacer aquello o siempre estará huyendo. Y, a diferencia de Brittany, ella no es ninguna cobarde.
Brittany, asustada, recula un poco. No espera hablar en medio de la pista, con sus amigas al lado, de un tema tan peliagudo.
—Hola —saluda Brittany con voz temblorosa una vez la tiene delante.
—Hablemos.
—Yo…
—Eh, tú, lesbiana —increpa una de las víboras con una mueca de asco—. Deja en paz a Britt. No quiere saber nada de ti. Ella no es como tú, así que lárgate.
Santana la ignora por su bien, no quiere más broncas, solo estar en paz. Y si no consigue hablar con su ex novia, terminará por volverse loca.
—Brittany —insiste, mirándola solo a ella.
—¿Es que no escuchas cuando te hablan? —Ahí está la amiga otra vez, fiel a sus principios de “no me gustan las lesbianas”—. ¡No quiere saber nada de ti!
Santana estalla. Está harta de aguantarlas a todas, sus pullas, malas palabras y golpes. No tiene por qué soportarlo, ellas no son nada.
—A ver, estúpida. Sí, soy una lesbiana. Ya sé que te encantaría que jugase con tu conejito, pero tendrás que pedírselo a alguna idiota, porque nunca me fijaría en ti. Y eso es lo que te jode ¿verdad? Que en el fondo estás loca por mí.
Queda alarmada, escandalizada. Nunca le han dicho nada semejante. ¡A ella no le gustan esos rollos! Le han educado bien, fiel a los principios de que una mujer únicamente puede ser amada por un hombre.
—Maldita imbécil… —alza la mano para golpearle.
Santana, mucho más rápida, detiene el golpe en seco y se acerca a ella.
—Escucha, puedo soportarte porque eres amiga de Brittany. Pero no pienso permitir que me agredas ¿entiendes? A la próxima que me hagas algo, o se lo hagas a Brittany, te sacaré los ojos.
Aprieta los labios, enfadada como nunca lo había estado, y se aparta de su trayectoria.
Santana, victoriosa, coge a Brittany del brazo y la lleva a rastras hasta el baño. Allí espanta a unas cuantas que solo fuman encerradas para que nadie les diga nada y no tener que salir fuera a congelarse de frío.
—¿Qué haces? —pregunta la chica, desconcertada.
Abre la puerta de un tirón, la mete dentro, echa el pestillo y la mira. No puede saber cómo demonios ha aguantado dos semanas sin mirar aquellos ojos azules fijamente y sentir que es una persona mejor, que el mundo, aunque malo, brilla con luz propia cuando Brittany sonríe o habla.
Estira la mano, acaricia ese pelo sedoso e increíblemente liso. Brittany gime. Siente ganas de llorar.
—San… —solloza. Avanza un paso hacia ella—. San.
—Llevo dos jodidas semanas llorando por ti, ¡y te dije que dejaría de quererte en el mismo momento que me hicieras llorar! Sin embargo, no he podido, Britt. He incumplido mi promesa, y me siento sola, derrotada, enferma.
—Lo siento. Sabíamos desde el principio que esto no funcionaría.
—¡Lo sabías tú! Yo confié en esto, si no, jamás habría dado el paso —gruñe, notando lo rápido que va su corazón—. Mierda, B. Te quise tanto.
—¿Ya no me quieres? —pregunta, tremendamente asustada por lo que pueda salir de esos labios carnosos que tanto conoce.
Clava en ella sus ojos café oscuro, vidriosos, y asiente. No tiene más remedio que hacerlo. Negar que la ama todavía, incluso más que antes, sería una mentira demasiado cruel.
—Sí, B. Te quiero como el primer día.
Antes de que diga o haga nada, la besa, tan ferozmente que Brittany pierde el equilibrio y choca contra la pared. Santana ríe. Sujeta con fuerza el bajo de su vestido y lo sube para descubrir, una vez más, aquello que le hace perder la cabeza. Sus ojos vagan por la cicatriz de su costado, por el borde de su ombligo, por sus bragas azules como sus ojos.
Acaricia su vientre plano, haciéndola suspirar. Brittany muerde su labio inferior, lame la curva de su cuello, roza sus hombros, recordando el mapa que se sabe de memoria.
Santana, en cambio, no es nada delicada. Ha pasado demasiado tiempo sin sexo como para empezar a ser condescendiente. Además, sabe que a Brittany le gusta así. Tan potente como acostumbra a ser.
—Mi latina —susurra Brittany, acariciándole el pelo color negro.
Durante minutos el pequeño baño se convierte en el secreto mejor guardado de ellas dos. Hacen el amor degustándose con prisas. Sin perder el norte ni el sur. Recordando que solo existe un puerto en el mundo del amor.
Lo único que escuchan son las palabras que se susurran en el oído o en el borde de sus caderas, así como los jadeos que forman una música que solo ellas entienden. Deja de importar lo que sucede en la pista, a solo dos metros de distancia, y el que la gente se queje al otro lado de la puerta.
Únicamente cuando ambas apenas se sostienen la una a la otra regresan a la realidad. Las rayuelas blancas las mira con superioridad, o pueden ser las drogas de Santana las que hace que se asuste por lo que ha hecho.
—Esto no tendría que haber pasado —murmura, frotándose los ojos con fuerza—. Ha sido un error.
—¿San?
Su corazón se salta un latido cuando la escucha. ¿Qué le está pasando? ¿Qué está haciendo mal? ¿Por qué no se siente llena como otras veces? ¿Por qué piensa que aquello es un error? Tira del pestillo, huyendo de su realidad demoledora. Fuera, dos chicas la fulminan con la mirada. Santana inhala el humo de los cigarrillos y el MDMA reacciona en ella. Necesita un cigarro también, pero fuera de ese baño. Fuera de la discoteca.
Sale a la calle y el frío no le da la bofetada que espera con ansias. Escucha el grito de Brittany detrás. Gruñe. ¡Es tan idiota!
—¡Santana! —grita Brittany—. ¿Qué ocurre?
Minutos se evaporan del reloj antes de que pronuncie algo.
—Tú. Ocurres tú, Brittany. Acostarnos nuevamente solo ha sido un error.
—¿Por qué? Creía que me querías.
—¿Y qué si te quiero? ¿Eso lo arregla todo?
—Sigues molesta por lo ocurrido —dice, comprendiendo por dónde va.
—¡Claro que sigo molesta! Me dejaste porque te da miedo decir abiertamente que te gustan las chicas, que me quieres. ¿De verdad tengo que ser tu puta, Brittany?
—No eres mi puta.
—Te equivocas, lo soy. Por permitir que me hayas usado solo cuando a ti te convenía tenerme cerca. Has sabido utilizarme bien. Así tu familia no se molesta porque su única hija vaya a estar con chicas toda la vida. Porque esa es la realidad, Brittany. Tú no querrás jamás a ningún hombre, incluso aunque formes una familia con alguno, serás infeliz toda la vida.
Brittany sabe que es verdad, por eso le duele el doble sus palabras. No es justo para ninguna de las dos que no se entiendan. Quiere con locura a Santana, pero no puede enfrentarse a toda una vida por ella.
—¿Es tu última palabra?
Santana ríe sin sentir emoción alguna.
—Brittany, tengo tanto que decirte. Desde que me siento sucia y enferma por tu culpa hasta que te amo. No obstante, no lo haré. No lo mereces. Te he querido incondicionalmente durante meses. He aguantado que me dieses desplantes, que tus amigas me llamasen enferma sin que tú movieras un dedo por impedirlo, fingir que era tu amiga delante de tus padres, aguantarme las putas ganas de besarte en clase para que nadie sospeche. Se acabó.
—Sabes que no es tan fácil para mí. Renunciar a muchas cosas es duro.
—Sí, Brittany, lo es. Pero si no arriesgas, perderás todo. Ya me has perdido a mí, es cosa tuya salvar el resto.
Y, antes de que Brittany le reproche, echa a andar en dirección a su cafetería favorita. Necesita un chocolate caliente y patatas fritas. O quizá incluso otro speed. Cualquier cosa que le llene la cabeza de cosas maravillosas y no de mierda.
_____________________________________________________________
Es cortito! 3 capítulos y el epilogo!
Saludines!
Última edición por ¡Fer Brittana4ever! el Mar Nov 05, 2013 5:59 pm, editado 1 vez
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
me encanto!!! ya quiero leer los proximos capitulos!!
ademas en esta historia, brittany es la que esta en el closet y no al revés. Pero entiendo a ambas partes, nada es fácil .
ademas en esta historia, brittany es la que esta en el closet y no al revés. Pero entiendo a ambas partes, nada es fácil .
ana_kunis******* - Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Hola!!
Nueva lectora :)
Me gusto mucho! En serio que empieza con drama he!!
Bueno espero la actu!
Saludos!! Nat!
Nueva lectora :)
Me gusto mucho! En serio que empieza con drama he!!
Bueno espero la actu!
Saludos!! Nat!
naty_LOVE_GLEE- ---
- Mensajes : 594
Fecha de inscripción : 06/05/2013
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Hola! Me encantó tu inicio. Doloroso, sin dudas, pero muy realista. Al igual que Santana, pienso que cuando el miedo a la relación (miedo en el más amplio sentido) es insalvable y viene acompañado de humillación para la otra, lo mejor es la distancia.
Me gustaron muchos tus oraciones cortas, la precisión de las imágenes en la cabeza "colocada" de la latina, y los diálogos punzantes...
Ojalá actualices pronto y muchas gracias, de verdad
Me gustaron muchos tus oraciones cortas, la precisión de las imágenes en la cabeza "colocada" de la latina, y los diálogos punzantes...
Ojalá actualices pronto y muchas gracias, de verdad
MarisaParedes****** - Mensajes : 316
Fecha de inscripción : 25/02/2012
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Jujujuju ME GUSTA ke bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeno se ve...espero cn ansias tu actu....
solo tngo una pregunta:
CÓMO CARAJOS TIENES TIEMPO DE LLEVAR A CABO TANTAS ACTUALIZACIONES Y KE PUEDAS ACTUALIZAR TAN SEGUIDAMENTE???????????????????????????????????
solo tngo una pregunta:
CÓMO CARAJOS TIENES TIEMPO DE LLEVAR A CABO TANTAS ACTUALIZACIONES Y KE PUEDAS ACTUALIZAR TAN SEGUIDAMENTE???????????????????????????????????
kaorip0***** - Mensajes : 200
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Edad : 32
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
¿Solamente 3 capítulos...? Claro, claro, es un minific... recién leí ese pequeño detalle. Leí el titulo de tu historia hace unos dias, creo que es una de las mejores canciones de Kelly (opinion personal) y entré a dar una mirada... Quedé sorprendida, y ahora que lo vuelvo a releer me sigue quedando un buen sabor en la boca pese a la tension expuesta que, aunque ha sido tratada tantas veces, es una realidad que no deja de llamar la atención. Por estas fechas ya pocas veces una lectura me atrae tan velozmente. Tu narración tiene mucho de lo que me gusta: es sencilla pero potente, me parece que usas palabras que llegan a fondo, y describiste las situaciones con detalles que te ubican en un ambiente de inmediato. Me ha encantado, así que espero tu actualización en algún momento. Saludos :)!
Dreamer=)- ---
- Mensajes : 515
Fecha de inscripción : 21/06/2012
Edad : 30
Capitulo 2, 3 y Epilogo!
Capitulo 2
—Britt, no te preocupes por esa perdedora. Está claro que nunca tuvo
buenas intenciones contigo.
Brittany levanta la cabeza, mira de hito en hito a su amiga, y de repente
siente que una furia abismal la invade por dentro. Quemándolo todo. ¡Aquello
es tan culpa suya como de ellas! Nunca han querido a Santana, ni se han esforzado
por conocerla. ¿Cómo pueden hablar de esa forma de ella, entonces?
—Jódete, Andy —escupe, saliendo de la discoteca con el corazón retumbándole en las sienes y a punto de llorar.
—¡Brittany! —grita Andy, siguiéndola—. ¿Vas detrás de ella?
—Sí.
—No puedes.
Brittany se detiene y la fulmina con la mirada.
—Por supuesto que puedo. Tú no eres nadie para darme órdenes. ¿Y sabes una cosa? Santana jamás se fijaría en alguien como tú. Ella tiene razón, siempre le pusiste pegas a nuestra relación porque estabas celosa. Sabes tan bien como los demás que nadie te querrá como nos queremos Santana y yo —toma un momento para respirar hondo—. Antes pensaba que eramos las mejores amigas del mundo, Andy, pero en los últimos meses solo me has asfixiado. Ahora tengo que estar con Santana o me arrepentiré toda la vida. Olvídame, tú y todas esas víboras sin corazón.
Andy aprieta los puños para no propinarle una bofetada. Ya son dos las que le han ofendido esa noche, no piensa aguantar más. ¡A la mierda si ha existido una amistad antes!
—Estupida. ¡No sabes lo que dices! Terminarás por volver a nosotras con el rabo entre las piernas, y para entonces, no habrá sitio para ti.
Brittany no se lo piensa más. Alza el brazo y le propina un puñetazo. Andy cae al suelo. El gorila de la puerta y varios chicos más se acercan rápidamente. Ella echa a correr, aprovechando el revuelo, y sigue los pasos de Santana. Casi puede jurar que su perfume está en el aire.
Espérame, piensa, corriendo sin miedo a que sus tacones se doblen.
—Chocolate y patatas, qué típico —mira el envoltorio de cartón, donde las patatas se enfrían, y lentamente, las va arrojando al suelo.
El chocolate humea a su lado. Eso no piensa tirarlo. Necesita liberarse de la pena que lleva incrustada en el corazón. Nada ha salido bien esta noche. Todo es una porquería. Basta que te enamores de alguien hasta las trancas para que sufras hasta límites insospechados. ¿Por qué no existirá una cura para el amor? Si lo hay para la gripe o un corazón defectuoso, tiene que haberlo para un sentimiento enfermo.
Hay cientos de pareja en la ciudad esta noche. Los mira a todos con ganas de partirles la cara y que sientan lo que ella siente. Luego se arrepiente, a sabiendas de que ella misma pagaría su vida por estar con Brittany de esa forma otra vez, sin nadie jodiendo algo que sí iba bien.
—Pero tenías que ser una cobarde —dice en voz alta, tomando un trago de chocolate. El líquido le quema la lengua y la garganta. Ignora la quemazón y pega otro trago—. Cobarde.
Un par de lágrimas logran escapar de sus ojos. Santana las aparta con el dorso de la mano, enfadada. ¡No quiere llorar más! ¡Brittany no lo merece! Es una cobarde.
Escucha unas risas provenientes del final de la calle. Sentada donde está, en unas largas escaleras de piedra, no puede ver nada más allá del breve paseo que hay entre una esquina y otra. Pronto cruzan otra pareja, esta vez de dos chicos cogidos de la mano, que comparten un enorme algodón de azúcar y se comen los labios sin pudor.
Santana aparta la cabeza, sin soportar todo eso.
—¿Me estás jodiendo, Karma? —murmura.
—Un poco sí, pero no solo a ti —dice una voz a su espalda.
Su corazón se salta un latido. Los tacones de Brittany están dos escalones más arriba. Aprieta la mandíbula. Respira hondo. Y cuando se siente poderosa otra vez, mira esos ojos tan azules y profundos.
—¿Qué haces aquí?
—Buscarte.
—¿Para qué?
Suspira. Santana se lo pone difícil.
—No voy a dejar que esto termine por algo que, en el fondo, tienes razón. Soy una jodida cobarde. No he luchado lo suficiente por ti, por lo nuestro. Perdóname.
Santana siente que el mundo vuelve a quebrarse bajo sus pies. En otra época habría dicho que sí, abrazándola y besándola con fuerza, olvidando por completo el sufrimiento pasado. Pero no esta noche.
—Te dije que no quería volver a verte, B. Lo nuestro terminó hace dos semanas.
—Dos personas no terminan si una no quiere —insiste—. Y yo aún quiero viajar contigo, ver mundo, conocer gente y tener una casa con un montón de perros callejeros.
—Estás loca. Podías haber pensado en ello cuando las zorras de tus amigas te decían la mala influencia que era para ti, lo enferma que estaba. Ellas no querían que te contagiara, ¿recuerdas?
—He dejado el grupo, las que me enfermaban eran ellas. Incluso golpeé a Andy… —murmura.
Santana esconde a la perfección lo orgullosa que se siente de que por fin alguien le haya dado su merecido a Andy. Esa puta solo sabe molestar a la gente, robarles su esencia.
—Bien. Vas mejorando.
—¡Santana! —grita, pateando el suelo—. ¡Andy y los demás no importan! ¡Estoy aquí porque te quiero! ¡Escúchame!
Deja caer el cartón de patatas al suelo. Maldito Karma. Tanto tiempo buscando esto y se lo da cuando ya no hay vuelta de hoja.
—Es demasiado tarde. Lo siento, B, pero ya no puedo continuar con esto.
—No —sacude la cabeza, reprimiendo las lágrimas—. No podemos acabar así.
—B, sé razonable. Solo ha sido un romance, vendrán otros muchos. Luché durante mucho tiempo, de verdad que lo hice, pero perdí y lo asumo. A veces, apostar por la causa equivocada nos hace perder mucho más de lo que dimos al comienzo.
—¡Imbécil! —chilla—. ¡Me he dado cuenta de mi error a tiempo, aún podemos luchar por esto!
Sí, podrían, pero que se haya librado de sus amigas no significa nada. Todavía quedan sus padres, y sabe de sobra que Brittany jamás podrá decirles quién es realmente. No hasta que se marche de casa, y aún queda para eso. Demasiado. Santana se moriría de pena esos años conformándose con ser la mejor amiga, la rarita. Incluso en clase deberá fingir para que no llegue nada hasta los oídos de los padres de Brittany. ¿Quién, en su sano juicio, quiere una relación así?
Ella no, desde luego. Prefiere perderla para siempre que conformarse con
una mínima parte de que lo se merece.
—Escucha, B, el tiempo siempre pone todo en su lugar. Si realmente tenemos que estar juntas, será dentro de algunos años, no ahora.
—No vas a convencerme con eso, ni a echarme de tu vida porque seas idiota. Me quieres y te quiero, ¿qué maldito problema tienes con eso? ¿Se te ha ido la olla o es que vas tan colocada que no eres consciente de la realidad? Mira tus pupilas, tan dilatadas. Otra vez lo has vuelto a hacer.
—¡A ti no te importa lo que yo me meta!
—Te equivocas, sí que me importa. Y me importará siempre. ¿Y sabes otra cosa? Si me echas de tu vida esta noche, que sea para siempre, no para cuando a ti te dé la gana —se seca las lágrimas como puede, intentando, por todos los medios, mantener la dignidad—. Tan falta de sentimientos siempre, San. Una vez dijiste que te hacía sentir mejor, que junto a mí te sentías poderosa. ¿Dónde quedó eso?
—En la basura, junto a tu valentía —escupe—. ¿Qué harás cuando tus padres sepan que somos pareja? ¿Les dirás cómo te sientes en realidad o volverás la cara y les darás la razón, como siempre?
—Mis padres llevará tiempo, y si quisieras pelear esa batalla junto a mí… yo… no estaría sola.
—Nunca has estado sola, Brittany —y rompe a llorar, encogiéndose sobre sí misma—. Siempre me tuviste a mí, ¡Mierda! —golpea el escalón con el puño—. Juré quererte siempre, ¿por qué tuviste que joderlo todo? ¿Por qué?
A Brittany se le rompe el corazón al ver tan hundida a Santana. Nunca la ha visto de esa forma. Para ella, Santana es pura fuerza, una montaña invencible. Y, sin embargo, la montaña se ha venido abajo ante la tormenta.
—Lo siento —susurra entre sollozos—. Lo siento, lo siento, lo siento tanto. Tuve tanto miedo de perder todo lo que me importaba que no me paré a pensar en que podría desaparecer lo que más amo. Perdóname.
Sacude la cabeza, avergonzada hasta límites insospechados. Le aterra enfrentarse a ella cara a cara cuando más vulnerable está.
—Perdóname tú, Brittany, por no saber seguir. Me has hecho sentir tan insignificante que ya no sé si podría soportarlo una segunda vez.
—San… —un sollozo más fuerte—. Por favor, no.
—Vete, Britt. Déjame sola, lo necesito.
—San.
—¡Que te vayas! —ruge.
Brittany se resiste a hacerlo. Por un lado quiere abalanzarse hacia ella y abrazarla con fuerza, suplicarle porque no la deje, pero por otro sabe de sobra que Santana necesita recuperarse. Destruida no hará nada a derechas.
—Vale. Si todavía quieres recorrer el mundo a mi lado, estaré en Turquía.
Ve a la chica entre las cataratas de lágrimas que fluyen sobre sus ojos y siente que solo ella podrá recomponer su corazón para que siga latiendo. Ninguna otra llegaría tan lejos.
Capitulo 3
Abre los ojos lentamente cuando escucha el insistente sonido de su móvil que indica la batería baja. Estira la mano, palpa la mesita de noche, y da con el artilugio. Lo mira y descubre que son más de las siete de la tarde. La cabeza le da vueltas, tiene un mal sabor de boca y, por si eso fuera poco, hay alguien tocando su estómago.
Gira la cabeza y descubre a su compañera, una de sus muchas chicas favoritas. Con el dedo le recorre la nariz y los labios. Es Lindsay, una chica encantadora. Posee muchos buenos recuerdos de ellas dos juntas en el pasado. Sonríe, aparta su mano y se levanta para ir al baño.
Allí mete la cabeza en la ducha, abre el grifo del agua fría y se empapa el pelo por completo. Espabilando de pronto. Retazos de los recuerdos de esa noche llegan hasta sus ojos con mucha nitidez. En ellos ve a Brittany, con su mirada triste y sus labios mordidos. A Brittany desnuda en el estrecho baño mientras ella le hace el amor furiosamente. Y a Brittany marchándose porque ella la ha echado de su vida.
Malditos recuerdos amargos, piensa, apartándose de allí. Duele demasiado ser consciente de que la única relación fiable que ha tenido se ha ido a la mierda de forma definitiva. Ni siquiera han durado medio año. Eso sí que es triste.
—Eh, pequeña —dice Lindsay desde la puerta del baño, sonriéndole.
Santana recorre con la mirada su desnudez y le devuelve la sonrisa. Ciertamente, la chica es preciosa. Pero Brittany es mucho más dulce. Si tiene que comparar a las dos, Lindsay sería el tabasco y Brittany el chocolate blanco. Ni punto de comparación, en realidad.
—Buenos días —saluda, sin saber muy bien qué decirle.
¿Hola, nos acostamos ayer y fue genial pero iba tremendamente colocada y, además, sigo enamorada de mi ex? No, desde luego que no. Eso sería hacer sufrir a la chica de forma innecesaria.
—¿Cómo has dormido? —pregunta.
—No lo sé. Creo que simplemente me desmayé.
Lindsay suelta una suave carcajada. —Tranquila, no nos acostamos —dice—. Solo dormimos juntas. Te encontré muy borracha en el Cheriot y decidí traerte a casa. Luego opté por quedarme.
Santana parpadea. —¿En serio?
—Sí. Sé que ahora estás con alguien, o lo estabas. No entendí muy bien lo que decías anoche —Santana agacha la cabeza, presa de la vergüenza, y Lindsay piensa que es adorable—. En fin, ¿por qué no lo arreglas? Tú no sabes estar sola.
—Las cosas entre Britt y yo no van bien. Ella se niega en rotundo a decirle a sus padres y conocidos que es lesbiana y que me quiere. Me siento tan… frustrada y enfadada al respecto.
—Tiene dieciocho años, es la primera vez que tiene pareja y, por si eso fuese poco, sus padres son estrictos. ¿No crees que necesita tiempo para aceptar lo que siente y cómo quiere vivir su vida antes de ir pregonándolo por ahí?
—No la justifiques —resopla Santana.
—No lo hago. Solo intento ser justa con las dos. Entiendo tu forma de ver el asunto, pero también sé cómo se siente ella. Yo, en su lugar, estaría tan aterrada que me escondería bajo las mantas.
Santana gruñe por lo bajo. —Brittany es una cobarde. Mira, sencillamente no entiendo por qué todo es tan complicado. Sus padres son estrictos, sí, y puedo comprender que lleve más tiempo hablar con ellos. Pero ¿y sus amigas? ¿Y compañeros de clase? ¡A ellos no hace falta darle explicaciones?
Lindsay sacude la cabeza, pensando que es muy difícil hacer entrar en razón a la morena que tiene delante. —Verás, San. Tus compañeros son hijos de familias que están en
continuo contacto con la familia de Brittany. Es lógico que tema el hecho de que
sus padres se enteren por otros y no por ella.
Santana exhala un largo suspiro. Qué razón tiene la jodida bomba que tiene delante. Ha estado tan cegada por sus propios sentimientos que en ningún momento se ha puesto en el lugar de Brittany. Aunque eso no justifique que la haya dejado solo por no ser capaz de afrontar el asunto.
—Te odio —dice, esbozando una sonrisa torcida.
Lindsay sacude la cabeza, se acerca, besa sus labios y luego se aleja para vestirse. Santana mira su espalda y su trasero. Desde luego, dejó escapar una buena pieza cuando decidió dedicarse a la fidelidad con Brittany.
—Gracias por todo —añade al final, pasándose una mano por el cabello.
—No hay de qué —guiña un ojo y pasa los vaqueros por sus torneadas piernas.
Santana no pierde más el tiempo. Coge lo primero que pilla del armario — unos shorts vaqueros y una camiseta larga— y sale corriendo de casa en dirección a Turquía.
Claro que no va a Turquía realmente, solo es el nombre que le pusieron ella y Brittany a la casa abandonada que hay justo al final de su misma calle. Descubrieron el lugar una noche de borrachera, botella de tequila en mano, mientras se comían los labios la una a la otra. Allí hicieron el amor por primera vez. Lo recordaría siempre. Por eso guardaba especial cariño a la casa, porque era donde podía estar con Brittany sin malos rollos, sin quejas ni miedos. Solo ellas dos.
Entra y sube corriendo las escaleras. Como ya ha supuesto, Brittany está dormida sobre el viejo colchón del suelo, con un vaso de chocolate a medio beber, y la manta que las dos trajeron de su casa para no pasar frío.
Observa cómo el pelo rubio le cubre parte del rostro, cómo su mano descansa sobre el suelo, cómo su pecho sube y baja con cada respiración. Adorable, simplemente.
Camina despacio, toca su frente y se sienta sobre el colchón. Allí la zarandea suavemente para que despierte.
—Hola —susurra cuando ve sus ojos azules de nuevo.
A Brittany le late el corazón muy deprisa cuando se sienta, incapaz de comprender por qué está ahí Santana, como si nada.
—¿Qué…?
—He venido a hablar.
—¿A hablar o a discutir? —interroga.
Santana suspira. —No lo hagas más difícil, ¿quieres?
—Después de lo de anoche…
—Escucha —corta, suave pero firme—. Creo que tienes razón en que tus padres no deben saber todavía que eres lesbiana. Puede que ni siquiera puedas decírselo en la vida. Pero el resto… En fin, la gente no mira tanto la vida de los demás. Dudo mucho que nadie de clase vaya a ir corriendo a sus padres a decirle que estamos juntas si nos ven besándonos. Y si lo hacen, sus padres pasarán del tema. No es asunto de nadie a quien amemos, B. Compréndelo.
—¿Y si no estoy preparada? —dice con voz ronca—. No sé nada ahora mismo. Solo que te amo, y es muy difícil hacerlo. Para mí eres un huracán, San, arrasándolo todo. No me importa estar contigo, ni me avergüenzo ni te uso como mi puta, como dijiste ayer. Pero sí es verdad que yo necesito tiempo para algunas cosas.
—Lo sé.
—¿De verdad? Anoche no parecías entender nada.
—Britt, estoy intentando hacer lo que mejor sé. Ambas hemos sufrido con esta relación. Cada una a su manera. No quiero discutir más ese hecho, quiero saber si valdrá la pena seguir adelante o no.
Brittany siente un pinchazo en el pecho, bastante molesto. —Si tienes que preguntarlo, a lo mejor la respuesta es negativa.
—¿Sabes? Estoy harta de tu actitud de victima, Britt. Todo esto es culpa tuya. Tú la jodiste.
—Sí, es cierto. Sin embargo, tú también tuviste parte de culpa. Tu egoísmo llega a límites insospechados. Repites todo el tiempo que tengo que cambiar cosas ajenas a nosotras para estar juntas, pero no veo que tú te mires en un espejo y hagas algo por cambiar esa maldita manía que tienes de solo pensar en ti. Agradezco que hayas venido, pero esperaba otra cosa.
Sus frías palabras hacen conciencia en Santana, que aparta la mirada de ella. Se siente muy culpable porque sabe que ella tiene razón. Ha sido una completa egoísta.
—¿Esto es todo? —pregunta.
—No lo sé —dice Brittany, retorciendo las manos—. Te quiero muchísimo, San, lo sabes de sobra, pero…
—Pero necesitas tiempo.
—Sí. Ambas lo necesitamos. Quizás si dejamos el tiempo correr, consigamos llegar a algún sitio.
—De acuerdo, B —accede—. Dejemos que el tiempo decida qué será de nosotras.
La mira una última vez, indecisa, y se va de allí a paso lento, esperando con todo su corazón escuchar un «no te vayas». Pero no llega, y termina por desanimarse totalmente. Fuera, el sol se alza victorioso sobre la ciudad, dándole de lleno. Se permite a sí misma derramar un par de lágrimas, y mete las manos dentro de los bolsillos de los shorts.
Solo cuando ha alcanzado la mitad de la calle, escucha unos pasos acelerados, un jadeo.
—¡San!
El corazón se salta un latido. Se limpia las lágrimas con el dorso de la Mano y mira a Brittany por encima del hombro.
La rubia, temerosa, se acerca y le da un último beso.
—Espérame, ¿vale? Volveré a Turquía cuando todo esté bien. Cuando sea valiente, te lo prometo.
Asiente, sin saber muy bien cómo sentirse acerca de todo esto. Brittany dice adiós con la mano y regresa a Turquía con el corazón menos pesado. Es una promesa de ellas dos el volver a encontrarse, da igual si pasan dos días o veinte años. Están destinadas la una a la otra y lo saben. Nada ni nadie puede con el sentimiento tan fuerte que sienten, ni siquiera ellas mismas.
Santana alza la cabeza y mira el cielo, sonriendo y llorando al mismo tiempo. Después de todo no ha ido tan mal. La pérdida es menos dolorosa ahora. Y sabe que algún día volverá a abrazar a la dulce de Brittany Pierce sin miedo a perderla horas después.
Sí, la vida empieza a sonreír un poco más ahora.
—Te esperaré —susurra, y echa a andar hacia su casa de nuevo.
5 años después
Epílogo
Turquía ya no existe. El ayuntamiento de la ciudad decidió tirar la casa y hacer una nueva. Siguen en obras, pero ese lugar solo es un viejo recuerdo en la memoria de dos chicas que, sin saberlo, observan la misma casa desde dos puntos distintos.
Brittany, con el pelo rubio muy largo, y unas grandes gafas de sol cubriendo su rostro, analiza aquellos ladrillos rojos con el corazón pesado. Lleva dos años sin pasar por allí, ya sea en coche o a pie. Lo ha evitado a propósito, pero ahora que su vida va mejor, siente las fuerzas suficientes para reencontrarse con Santana. Solo espera que ella pase por allí, o simplemente que las piernas le lleven hasta su casa.
Por el contrario, Santana sigue tan oscura como de costumbre. El pelo negro y largo, cazadora de cuero, un vaquero negro ajustado y botas. Sus ojos vagan por todo el terreno, hasta que la ve y su corazón se detiene. Allí está la única mujer que la ha hecho feliz e infeliz a partes iguales. A la que lleva tanto tiempo esperando.
Camina despacio hacia ella. Cuando las separan apenas dos metros, Brittany repara en ella. Sonríe, despacio. Y le abre los brazos. Santana, dejando a un lado su faceta de chica madura y frívola, la abraza con fuerza. Estrechándola y escondiendo el rostro en la curva de su cuello. Huele como siempre, dulce y delicada.
—Te amo —le dice Brittany, acariciándole la cabeza—. Al fin las cosas van bien. Mis padres ya lo saben, y aunque han tardado tres años en volver a mirarme a la cara y tratarme bien de nuevo, no tengo mucho más que esconder.
—Lo has hecho… Realmente lo has hecho.
—No podía retrasarlo más. Nos lo debía…
—Tendría que haber estado contigo, ser más madura y luchadora, y te abandoné… —Se seca los ojos y la mira. Brittany se quita las gafas de sol, sin dejar de sonreír—. Me he lamentado todo este tiempo. Y ya no sé si me quieres, si esto ha servido de algo, si volveremos a estar juntas…
—¿Sabes? Hubo un tiempo en que creí de verdad que te había perdido. Me culpé a mí misma por cobarde, pero lo fuimos las dos. Y me dolió ese hecho, San, porque siempre nos hemos querido. Solo que, a veces, viene bien meter la pata y luego arreglarlo. Y yo me muero por hacer el amor contigo. Aquí, en la nueva Turquía.
Santana sonríe, y pasa de eso a reírse de forma histérica. No logra creérselo. Brittany está ahí, algo más alta, también más guapa y más madura. Y, sobre todo, más Brittany que nunca.
—Nos pondremos perdidas. No me apetece. Ven a casa —le ofrece Santana.
La rubia parpadea, con los nervios apretándole el estómago. Tanta normalidad le abruma y le asusta. ¿Qué pasará si no sale bien? ¿Si Santana le ha olvidado o sus sentimientos se han enfriado?
No lo soportaría. Dolería demasiado.
—¿Estás segura?
—¿Acaso dudas de mi palabra? Te he echado tanto de menos que lo único que me quiero ahora mismo, aparte de ponerme al día contigo, es desnudarte y tenerte en mi cama todo el día. O toda la semana. O toda la vida. Y después… Después te contaré qué he hecho, y cómo he mejorado. ¿Sabes que gané una carrera ilegal de moto hace seis meses? Todavía guardo parte del dinero que recibí. Me encantaría gastármelo contigo. Si me dejas.
—¿Ya no me guardas rencor? —Brittany agacha la cabeza, se lleva una mano a los labios y rompe a llorar. Aquello sobrepasa cualquier otra imagen que se hubiera formado en su cabeza en los últimos tiempos.
Santana la abraza y, cuando Brittany levanta la cabeza para hablar, la besa. Ese gesto mata todos los miedos de su interior. Elimina todo lo vivido, todos los momentos de tristeza, de echar de menos, de soñar abrazada a la almohada. Está tan feliz que solo la besa y la toca. Asegurándose de que no se esfumará.
—Quédate conmigo —murmura Santana entre sus labios.
—Siempre. —Brittany le toca el rostro, palpa sus mejillas, la besa—. Te amo, y eso es culpa tuya.
—También es por tu culpa que te ame de esta manera. Y que te haya sido fiel incluso sin estar contigo.
Brittany parpadea, y su felicidad es tan inmensa que le duele el estómago y el pecho.
—¿San?
—No digas nada. O me besas, o me cuentas algo divertido. Pero no saquemos más este tema. A estas alturas de la vida, ya me da igual todo. Excepto tú, Britt-Britt.
Que la llame de esa forma lo normaliza todo. Brittany la besa de nuevo, sujeta con fuerza su mano y tira de ella calle abajo. Es imposible explicar todos los sentimientos que hay en sus corazones. Pero el más importante es el amor. El amor que ha podido contra los miedos, los errores y el tiempo. El amor que las mantiene unidas a pesar de lo malo. Santana Lopez y Brittany Pierce son una sola.
Ahora lo tienen claro.
Santana le pasa el brazo por la cintura, y Brittany deja caer su cabeza sobre su hombro. Por fin pueden ser ellas mismas.
______________________________________________________________________
¡Subí todo de una! Olvide poner que en verdad este relato tampoco es mio. La historia original es de Hollie Deschanel y tiene un blog donde se encuentran varias de sus historias.
¡Gracias por leer! Y gracias por los comentarios que si estuvieron muy buenos.
Saluditos!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
*O* morí *O*
Las Brittana juntas al final, hermosooo
y Santana le fue fiel! no sé si creerle o no xD
Gracias por compartir este fic :D
Las Brittana juntas al final, hermosooo
y Santana le fue fiel! no sé si creerle o no xD
Gracias por compartir este fic :D
Invitado- Invitado
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
en toda historia que esten juntas para mi siempre sera lo mejor en fic que pueda haber, asi que gracias!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Hola!!
Wow!! Estuvo buenisimo!!!! y sobre todo en el final:
"El amor que ha podido contra los miedos, los errores y el tiempo"
Cuando leí eso no pude evitar pensar que en la serie sería igual! Es que le queda perfecto!!! Si fuera asi.............
Bueno, en serio, me encanto!!!
Gracias por subirlo!!!
Saludos!! Nat!
Wow!! Estuvo buenisimo!!!! y sobre todo en el final:
"El amor que ha podido contra los miedos, los errores y el tiempo"
Cuando leí eso no pude evitar pensar que en la serie sería igual! Es que le queda perfecto!!! Si fuera asi.............
Bueno, en serio, me encanto!!!
Gracias por subirlo!!!
Saludos!! Nat!
naty_LOVE_GLEE- ---
- Mensajes : 594
Fecha de inscripción : 06/05/2013
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
estuvo buenisimo me encantoo :D
pauu** - Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 27/10/2013
Edad : 30
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
estuvo genial,..... me gusto mucho!!!!!!!
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
Edad : 33
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Me encanto de verdad!! estuvo buenisimo!!!
Saludos
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: MiniFic Brittana: Because Of You! Capitulo 2,3 y Epilogo!
Muchas gracias por compartir esta historia.
Un abrazo
Equipo Moderadores de Zona Fan Fics
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
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Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
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