Capítulo Final de In The Key Of Us (Parte 2)

Hola, yo de nuevo y aquí les dejo el último capítulo de In The Key Of Us, como dice en la descripción, esto es gracias a la petición de Maxi_gleek, quien me pidió el favor de traducirlo.


Esta historia se encuentra en la página, pero la chica dejó la historia sin acabar y el capítulo final jamás fue publicado, por lo que he trabajado estos días en la traducción y como son 40 hojas, lo subiré por partes. 


Disfruten!


In The Key Of Us






 
 

- Ha pasado más de un mes – gimió Kurt con desesperación - Ha pasado más de un mes desde que dijo como, dos palabras para mí.
- ¿Ni siquiera te nombran en clase? - Se preguntó Carole, tomando un café con leche, helado.
 
Se sentaron juntos en una mesa pequeña, cómodamente instalados de forma segura en la cafetería más cercana a la escuela, en lugar de la que Kurt y Blaine solía frecuentar. Lo hace con frecuencia, Kurt decidió hacer su mejor esfuerzo para cumplir su promesa y no meterse en la vida de Blaine. Él evita su cafetería habitual, nunca pone un pie dentro de “the soup and salad”, pues sabe que a Blaine le gusta ir a cenar, a veces, y por supuesto, se niega a llegar a la escuela más temprano que el segundo periodo, por lo que no se ve obligado a sentarse en silencio con Blaine en su salón de clases.
 
- No - suspiró Kurt - Pero yo dije que no. Cuando nos separamos, quiero decir. Le dije que no tenía que hacer eso para hacer las cosas menos...
- ¿Complicadas? - preguntó Carole.
- Sí, supongo.
- Hm.
- Tal vez él realmente ha terminado esto - dijo Kurt miserablemente - Tal vez debió…  darse por vencido y dejó de tratar y de preocuparse.
- Bueno - Carole dijo - Creo que es bastante fácil de dejar de tratar. Pero si realmente crees que es la persona con la que deseas estar y de verdad crees que están destinados el uno al otro, la preocupación no desaparecerá nunca.
- Se ve tan triste todo el tiempo - reveló Kurt - No he visto una verdadera sonrisa en su cara en mucho tiempo. Y me gustaría saber por qué. Me gustaría saber si fue por mi culpa, o el hecho de que no tiene un trabajo después de este año o si simplemente no puede decidir si quiere volver a la escuela. Sólo deseo que sepa que yo lo podía ayudar. ¡Pero no hay manera de que pueda enterarse, porque no puedo hablar con él!
- Hm - Carole tarareó de nuevo - Tal vez... Necesitas un nuevo plan.
- ... ¿Cómo qué? - Kurt le pidió, para controlar el brillo travieso en los ojos de su madrastra.
- Hasta este momento, ha estado evitándote, ¿verdad? - Preguntó.
- Bueno, sí.
- Tal vez tú necesitas llegar a él desde el otro lado de las cosas.
- ¿Qué quieres decir? – Se maravilló Kurt.
- En vez de evitarlo - Carole sugirió - tal vez deberías ponerte en su camino con más frecuencia. Discretamente, por supuesto, dada la naturaleza de la relación.
- Así que... ¿estás diciendo que, después de todo este tiempo, debería estar tratando de recuperarlo, en lugar de darle el espacio?
- Pensé que darle espacio le daría tiempo para encontrarse de nuevo a sí mismo - dijo Carole - Pero parece que, en este punto, no es feliz porque sabe exactamente lo que quiere y no lo dejamos tenerlo.
- ¿Te refieres a... mí?
- Eso parece.
- Te das cuenta de que básicamente estás dando tu consentimiento a tu hijastro de dieciocho años para seducir a su profesor, ¿no? – dijo Kurt en voz baja, cuidando que no los oyeran.
 
Carole se ruborizó, tiñéndose sus mejillas de un color rosa.
 
- No estoy diciendo que lo seduzcas - dijo ella - Sólo... digo que no lo debes evitar ya. Probablemente tener una relación inmediatamente no sea la mejor idea, no mientras la escuela está todavía en período de clases. Pero no falta mucho tiempo para la graduación. Tal vez si capta las más que suficientes pistas y acepta, ustedes dos podrían reconciliarse después de haber recibido tu diploma y que ya no seas su alumno.
- Carole - Kurt dijo con una sonrisa de lado - No puedo creer que nunca vi este lado de ustedes.
- Sólo estoy diciendo que... no es el único que no se ve muy feliz - dijo Carole - Recuerdo la forma en que solías mirar antes de todo esto que pasó. Sólo quiero verte mirar de esa manera otra vez. Y si él es el único que puede hacer eso, me imagino que debo ayudar, no detenerte.
 
Inesperadamente, las lágrimas comenzaron a nublar la visión de Kurt. Puso sus manos sobre la mesa y Carole las cubrió con las suyas.
 
- Me sentiría orgulloso de llamarte mamá - Kurt dijo en voz baja - Si el destino te hubiese elegido en lugar de ella.
 
Carole inclinó la cabeza con una sonrisa adornando su rostro triste.
 
- Yo sé que no podré reemplazarla nunca, pero siempre estaré aquí para ti, Kurt.
 
De alguna manera, Kurt lo sabía antes de que ella lo dijese. 
 
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- Buenos días, señor Anderson – dijo Kurt con mucho ánimo en su voz, contoneándose al caminar cuando entró en el salón de Blaine.
 
Su profesor se sacudió abruptamente, alzando la cabeza desde su lugar en la mesa donde al parecer había estado durmiendo.
 
- Buenos…  ¿qué? ¿Kurt?
- Tiene un poco de baba - dice Kurt – Justo ahí.
 
Blaine se limpió la boca con poca delicadeza, frotándose la mano por la barbilla.
 
- ¿Es el segundo período ya?
- Oh no, sigue siendo el primer período - Kurt le dijo.
- Pero…
 
El hombre se veía adorablemente confundido, con la mirada todavía somnolienta, mientras sus cejas se fruncían. Él frunció sus labios un poco, mirando a su alrededor como si estuviera esperando que otras personas se materializan misteriosamente de la nada.
 
- ¿Qué haces aquí tan temprano? - Le preguntó.
- ¿No has oído? - Respondió Kurt - Soy un oficial de ayuda voluntaria para el primer período ahora. No estará en mi expediente cuando me gradúe, por supuesto, pero puedo añadirlo como actividad extra- curricular en el lateral. Puede ser bueno tenerlo en mi curriculum vitae algún día, si sigo el camino de la moda y tengo que empezar en la parte inferior de la cadena alimenticia. Así que, pensé, ¿por qué no?
- Oh - dijo Blaine con una mirada en blanco aún en su rostro somnoliento - Pero... ¿qué estás haciendo aquí?
- Trayendo tu correo - afirmó Kurt, colocando una pila de sobres y papeles encima de la mesa de Blaine – La señora Lowry de la recepción dice que no te acuerdas de recogerlo. Me dijo también que tenía que traértelo todas las mañanas. Los días en que se te olvide, quiero decir.
- Uh, claro. Supongo que probablemente debería comenzar a…
- No te preocupes por eso - Kurt dijo con una sonrisa - Estoy feliz de recogerlo para ti. Es casi parte de mi trabajo ahora, supongo. ¿Hay algo más que necesites de la oficina? Te puedo conseguir más café de la sala de profesores si quieres.
- N… no, estoy bien - dijo Blaine, mirando un poco más despierto, pero estando igual de confundido - Gracias, sin embargo.
- Cuando quieras. Yo estaré por aquí todas las mañanas en el caso de que necesites cualquier cosa. Nos vemos en la clase, Sr. Anderson.
- Cierto. Sí. Nos vemos en clase, Kurt.
 
Kurt salió con una sonrisa brillante y una pequeña presentimiento.
 
¿Primera fase? Completada. 
 
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- Oh, Dios, lo siento mucho - Kurt se disculpó, aferrándose a los hombros del hombre frente a él después del falso tropiezo que tuvo en la alfombra de entrada.
 
Es como perfectamente re-promulgado déjà vu, Kurt pensó con orgullo.
 
- Oh, estás bie… ¿Kurt?
- Sr. Anderson, hola, - dijo Kurt, sonando lo suficientemente aturdido - Realmente tenemos que dejar de vernos así.
 
La mirada de Blaine paseó por la cafetería, la misma en la que se reunía con Kurt y la que este ha estado evitando desde hace más de un mes.
 
- No te he visto por aquí en mucho tiempo - Blaine comentó.
- Sí, he estado yendo a otro lugar, más cercana a la escuela, ya que está a menos de una cuadra - dijo Kurt - Ellos sencillamente no tienen todo lo que quiero, sin embargo. Así que estoy decidido a volver al Lima Bean.
- Claro, sí - dijo Blaine con una extraña sonrisa y los ojos entrecerrados, como si en realidad no pudiera averiguar qué diablos está pasando, pero disfruta de la serie de eventos de todos modos - Recuerdo que dijiste algo sobre que el otro lugar no tenía el tipo adecuado de atmósfera.
- Entre otras cosas.
 
Blaine se aclaró la garganta y se volvió hacia el mostrador.
 
Pero Kurt no se daría por vencido tan fácilmente.
 
- Echo de menos nuestras clases de piano - dijo Kurt, dando un paso hacia adelante para recargarse adecuadamente al lado de su maestro - Es una pena que no queda mucho para que me enseñes.
- Mmm - dijo Blaine, acordando sin realmente estar de acuerdo - Todas las cosas buenas, como dicen.
- Nunca me gustó esa frase - afirmó Kurt - No todo lo bueno tiene que acabar. A veces, lo que parece ser un final realmente podría ser el inicio de un mejor comienzo.
 
Antes de que Blaine pudiese responder, Kurt avanzó hasta el mostrador pues era su turno en la fila.
 
- Voy a tomar un mocha sin grasa - ordenó - y uno goteado medio para él.
- Kurt – exclamó la chica tras el mostrador. Su cola de caballo oscilando feliz detrás de ella - ¡No te he visto aquí en mucho tiempo!
- Yo estaba tratando algo nuevo - explicó con una sonrisa amable - Simplemente no encajé. ¿Cuánto por la bebida?
- Espera - dijo Blaine, agarrando el hombro de Kurt con su mano, en un esfuerzo para que le dejara pagar – Tu no…
- Corren por cuenta de la casa - la chica dijo - siempre y cuando prometan volver pronto.
- Oh, estoy seguro de que voy a estar aquí mañana - Kurt le dijo.
- Increíble - respondió ella - Sus bebidas estarán en la barra.
 
Kurt se alejó de la encimera, dejando a Blaine aturdido con la brisa de su alejamiento. Finalmente, Blaine despertó de su asombro y se une a Kurt esperando por el café.
 
- No tienes que hacer eso - dijo Blaine a la vez.
- Pero es gratis - Kurt le recordó - ¿Quien rechaza café?
- Yo… pero no lo hiciste…
- Creo que las palabras que estás buscando son gracias, Kurt, eres la persona más generosa que conozco.
 
El enfado abandonó los ojos de Blaine casi de inmediato, siendo sustituido por el buen humor y cariño. Negó con la cabeza, con una leve sonrisa en los labios.
 
- Gracias, Kurt - finalmente dijo.
- Supongo que tendremos que trabajar hasta la parte “persona generosa" - bromeó Kurt - Tal vez algún día.
 
Otra barista deslizó hacia ellos sus bebidas en la barra.
 
- Nos vemos en la escuela, entonces - Kurt dijo mientras agarraba su vaso, no dejándole a Blaine la oportunidad de decir nada más.
 
¿Segunda fase? También completada.
 
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Blaine Anderson suele ser una persona muy perceptiva. Es capaz de encontrar un significado en los pequeños detalles, descubrir montones de subtexto en los cuentos, y él es bastante bueno en adivinar el final de la historia de cada película.
 
También sabe que hay un complot.
 
Después de casi dos meses de no tener contacto con Kurt, excepto por verlo en la clase, el chico aparece de repente en todas partes. Se encuentran en la cafetería casi todas las mañanas y ahora Kurt siempre encuentra una razón para unirse a él en su salón de clases durante el período de planificación de la mañana de Blaine. Algunos días es para preguntarle si necesita cualquier copia realizada, otras veces para darle un anuncio del jefe del departamento de Inglés, y a veces es llevarle su correo.
 
Okay. Blaine también podría admitir que está dejando deliberadamente su correo en  recepción sólo para que Kurt pueda llevárselo.
 
Es un pequeño placer, una pequeña cosita insignificante que puede esperar. Sólo ver a Kurt deambular a través de esa puerta por la mañana con una sonrisa familiar, es uno de los pocos fragmentos de su día que de verdad le llena de algo parecido a la alegría. No hay nada inherentemente malo en eso... ¿no?
 
Debido a que el resto de su clase de vida es una mierda. Todavía no está durmiendo muy bien debido a los sueños vívidos, la mayoría de los cuales cuentan con la piel y el delicioso sudor en ella junto a los ojos exhaustos de Kurt, todas las imágenes fantasmales de la última noche que habían pasado juntos. Por lo general se despierta con una capa pegajosa perlándole el rostro y el nombre de Kurt en sus labios. A veces sueña que está sentado solo en una celda sin ventanas, a oscuras y la voz de David Karofsky se burla de él con esa palabra horrible. Cuando se despierta de esas pesadillas específicas, tiene que detenerse y recordarse a sí mismo que no es un pedófilo y que en realidad se había negado a poner un solo dedo sobre Kurt antes de cumplir dieciocho años.
 
En este punto, las pesadillas eran casi inexistentes. Casi.
 
Son los sueños que realmente lo atormentan durante el día.
 
Él fue a echarle un vistazo a Kurt mientras el chico golpeaba con el extremo de un lápiz, sus labios durante la clase, y la mente de Blaine de repente inundada de recuerdos de los labios de Kurt en su cuello, gimiendo mientras Blaine le embestía.
 
El verdadero peligro venía del hecho de que no era sólo el sexo lo que estaba recordando.
 
A veces, cuando Kurt dejaba su correo, y agachaba la cabeza de esa manera tan  inocente, mirando hacia arriba a través de sus hermosas pestañas. Es entonces cuando Blaine recordaba el décimo octavo cumpleaños de Kurt y la forma en que había sonreído cuando Blaine le había dado una de sus viejas fotos de la escuela secundaria. Es entonces cuando Blaine recordaba lo bonito que Kurt se veía cuando Blaine despertó para verlo en la cama mientras estaban en Columbus por una noche.
 
Es entonces cuando Blaine recuerda como Kurt lo había hecho sentir vivo por primera vez desde que se puso de pie en un escenario y cantó su primer trabajo en solitario.
 
Pero con todo esto, me haces tan miserable.
 
Blaine se analizó internamente luego de acabar su solitaria cena una noche, pensando en ese último día horrible.
 
Ahora, él se daba cuenta, mirando su al rededor silencioso, el apartamento vacío desde su asiento en la pequeña mesa de comedor, tal vez él no conocía la verdadera miseria hasta este mismo momento.
 
Blaine suspiró. Ya no es hambre, se aconsejó pensando en la última comida que intentó comer, yaciendo ahora en la basura y volvió a centrar su atención en los ensayos que necesita calificar. Se dejó caer una vez más en el sofá, metiendo sus pies debajo de él, y arrebató los papeles abandonados de su mesa de café para terminar de calificarlos.
 
Kurt Hummel, el nombre se lee en la esquina superior izquierda de la página.
 
Oh, cierto. Ahora Blaine recordó por qué se había tomado un descanso en la clasificación para hacerse la cena. Una triste sonrisa se ​​arrastró sobre su cara y dejó que su dedo trazara las letras que componían el nombre de Kurt. Su elegante y refinado garabato era una bendición en comparación con los jeroglíficos que leía normalmente.
 
Como Blaine levantó el ensayo de la parte superior de la pila para leerlo en su totalidad, algo inesperado ocurrió.
 
Una pequeña hoja de papel doblada cayó en su regazo de entre las páginas de la monografía.
 
El ritmo cardiaco de Blaine se desenfrenó, rápido y ligero como imitando los aleteos de un pequeño colibrí. Tomó el papel de su regazo y lo desdobló con dedos nerviosos.
 
Pienso que es una señal que las pecas en nuestros ojos sean como una imagen en el espejo y cuando nos besamos están perfectamente alineadas.
 
Para Blaine, las palabras en el centro de la página, eran muy familiares. Se acordaba de la letra, a pesar de que no había escuchado la canción en años. Blaine se mordió el labio inferior, mirando hacia abajo el trozo de papel sobre su mano. No había nada más allí, no había ningún nombre firmado, sin iniciales. Sólo las letras escritas por la mano de Kurt.
 
Sólo la letra de una canción que había olvidado que conocía y una bonita melodía bailando alrededor en su mente con exceso de trabajo.
 
Él puso la nota a un lado con reverencia, estirándola y dejando que se sentara a su lado por el resto de la noche, mientras él continúa calificando.

No tardes con la siguiente parte, me encanto este fic.

 
 
 
- Panecillos - Kurt anunció una mañana durante el primer período.
 
Blaine dejó caer su pluma sobre el escritorio, recostándose en su silla antes de volver su atención a Kurt.
 
- No hay de arándanos - dijo Kurt, colocando un panecillo envuelto en una servilleta encima de los papeles por los cuales Blaine se había estado quejando - Pero la señora Lowry trajo algunos extras hoy, así que pensé que podría traerte uno.
- No tengo hambre - murmuró Blaine - Gracias, de todos modos.
- Parece que has estado comiendo como un pájaro bebé - dice Kurt, empujando el panecillo más cerca de su maestro - Come.
 
Blaine suspiró, sabiendo cuándo perdía sus batallas, y tomó un gran bocado de la merienda ofrecida.
 
- Muy bien - se burló de Kurt.
 
Blaine resopló divertido, negando con la cabeza.
 
- Está bien, mamá - dijo después de que terminó de mascar.
- ¿Necesitas algo esta mañana? - Kurt le preguntó cortésmente.
- ¿Cómo… ¿Cómo estás? - dijo Blaine sorprendiéndolo, bajando la voz.
 
Kurt le devolvió la mirada con sorpresa, como si él no pudiera creer que Blaine en realidad intentaba tener esa conversación. La verdad sea dicha, Blaine no podía creer que lo estaba haciendo bien. Se sentía raro, con Kurt adaptándose a él, como esto de la mañana, sin realmente tener una conversación decente. Por lo general, Blaine estaba demasiado desconcertado tratando de descubrir el plan de Kurt, pero hoy... él realmente quería saber.
 
- Estoy... bien - dijo Kurt finalmente - Estoy ocupado, ya que es el final del año y los profesores acumulan tarea antes de final.
- Sí - asintió Blaine - Supongo que eso tratamos y el plan de estudios corre al final, tratando de meter en la última parte de cosas que estamos obligados a enseñar.
- Bueno, es desesperante - Kurt le dijo, poniendo los ojos en blanco y dándole a Blaine una sonrisa cariñosa.
- ¿Qué pasa con… um, ¿qué pasa fuera de la escuela - le preguntó Blaine - ¿Cómo está tu familia y todo eso?
- Están bien - aseguró Kurt - Finn está considerando unirse al ejército después de la escuela, por lo que mi papá y Carole están un poco preocupados tratando de enfrentarlo. Yo estoy a la espera de las cartas de aceptación.
- Oh, está bien, ya has tenido que aplicar a las universidades. ¿Cuál es tu favorita? ¿Aún NYU?
- Mmm - Kurt zumbó - Estoy preocupado por las cartas de recomendación que le di. La carta del Sr. Schuester estaba bien, pero la de la Sra. Pillsbury era un poco sosa. No sé si será suficiente para convencerlos de que soy lo suficientemente bueno para ninguno de los programas de la especialidad en los cuales estoy interesado. Hay una posibilidad de que ingrese por mis calificaciones y el puntaje SAT solamente, pero eso no me pondría por encima del resto. Siempre he odiado ser... promedio, supongo.
- No estoy seguro de que alguien pueda clasificarte como promedio, Kurt - susurra Blaine con una sonrisa fácil.
 
Algo parecido al placer se arrastró por el cuerpo de Blaine cuando vio en las suaves mejillas de Kurt un rubor rojizo.
 
- Yo podría escribir una carta adicional para ti - ofreció Blaine.
- ¿Tú… qué harías eso por mí?
- Por supuesto que sí - dijo Blaine – No soy tan malvado. Y tú… quiero verte feliz también. Quiero que vayas a Nueva York. Te lo mereces después… después de todo.
- Es todo lo que siempre he querido - Kurt dijo en voz baja.
- Lo sé. Así NYU tendrá mi carta de recomendación para el final de la semana.
- Me gustaría poder escribir una para ti.
 
Completamente sorprendido por la desesperación en la voz de Kurt, Blaine se acercó más al chico. En un rápido momento de insensatez, Blaine casi alcanza la mano de Kurt, pero en vez de eso, simplemente agarró sus propias manos y las juntó en su regazo.
 
- No es necesario que te preocupes tanto por mí. Mi vida no está en ruinas porque no puedo enseñar aquí de nuevo el año que viene. Ya se me ocurrirá algo.
- Creo que tu sabes que eso no es lo que quiero decir - dijo Kurt.
- Kurt... estoy bien.
- Parece que no has dormido bien en meses - Kurt le dijo – He oído hablar a los otros profesores. Ellos piensan que todavía estás molesto a causa de todo ese incidente con la policía, pero yo… siento como que no es sólo eso.
 
Blaine tomó una respiración profunda y se quedó mirando hacia arriba al muchacho que amaba.
 
Porque él lo hace, él todavía lo ama. Blaine no cree que nada vaya a cambiar ese hecho. Al día de hoy, todavía se arrepiente de sus palabras hacia Kurt cuando rompió las cosas. Nunca se lo dijo a Kurt, por supuesto, teniendo en cuenta que es la única conversación adecuada que ha tenido que no tiene nada que ver con la escuela o el café. Pero él se arrepiente de su terquedad, del inútil intento de mantenerse alejado de Kurt. Él sabe que Kurt no cree realmente lo que había dicho acerca de que no lo amaba y que sólo quería dormir con él, pero todavía había un poco de culpa en su corazón por haber dicho esas cosas horribles.
 
Blaine se sacudió de sus propios pensamientos. El amor no es ni aquí ni allá, no en este momento.
 
- Soy consciente de que estás preocupado - dijo al final - pero en realidad, las cosas no son tan malos como lo eran antes. Últimamente no, de todos modos.
 
Él no le dice a Kurt que la razón de sus buenos estados de ánimo, es el propio Kurt. Estar cerca del chico, de alguna manera, simplemente le levanta el ánimo. Su conciencia no está tan obsesionada últimamente en acusarlo, pero Blaine no puede determinar exactamente por qué. Tal vez sea el hecho de que, incluso aunque en un par de meses, Kurt perderá la redondez de su rostro y crecerá, Blaine sabe que el adulto ya está dentro.
 
O tal vez es porque Blaine se está dando cuenta de que la miseria que él pensó que había conocido cuando él y Kurt estaban juntos era simplemente su propio miedo.
 
Tal vez Kurt no era el diablo que le arrastraba por debajo. Tal vez Blaine era el de los demonios que todavía necesitaba batalla.
 
- Sólo… sólo házmelo saber, ¿de acuerdo? - Kurt declaró - Aún tienes mi número, espero. Texteame o algo si... necesitas cualquier cosa.
- Lo haré - dijo Blaine.
- En serio - continúa Kurt - No me digas que te quieres y luego te sientes solo en tu apartamento cuando las cosas se pongan mal.
- Lo haré, lo prometo. Pero como he dicho, las cosas para mí son mejores ahora.
- Bueno - dijo Kurt con una inclinación de cabeza - Tengo que irme. La señora Lowry necesita algunas copias realizadas y la copiadora en la oficina está averiada, así que tengo que ir a la sala de profesores.
- Te veré en clase en un momento.
 
Cuando Kurt se fue, Blaine dejó que su cabeza cayese hacia adelante, casi apoyando la barbilla en el pecho.
 
Él no sabe qué hacer con esto.
 
 
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- Él habló conmigo hoy - dijo Kurt a Carole, mientras trituran varios vegetales para echar en el guiso para la cena - Como, realmente hablándome.
- Eso suena como el progreso - Carole comentó.
- Sí, fue un placer. Pero todavía… me dice que está bien, o por lo menos, él dice que está bien ahora. Me gusta pensar que tal vez me estoy ayudando de alguna manera extraña. Todavía parece como si estuviera reteniendo, sin embargo, como si todavía tuviera algunos problemas, pero él no tiene a nadie con quien hablar de ellos.
- ¿Y crees que serías capaz de ayudarle a enfrentarlos? - preguntó Carole.
- Sé que puedo - dijo Kurt - Si él me dejaría entrar otra vez, yo podría decirle que yo… que todavía me preocupo por él y que lo amo. Podría decirle que yo no voy a forzar nada sobre él y que todavía estaré allí si él me quiere.
- ¿No me dijiste que habías dicho algo como eso cuando ustedes dos rompieron?
- Lo hice, pero yo no sé si él estaba escuchando.
- Ah.
 
Lo que Kurt no sabía, es que en ese momento, Burt Hummel estaba sin duda escuchando.
 
 
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Cuando un fuerte sonido golpeó su puerta, Blaine se congeló de desdoblar el último ensayo de la clase de último grado que necesita calificar. Eran casi las nueve de la noche, se dio cuenta cuando dio un vistazo rápido a su reloj.
 
¿Quién diablos podría golpear tan fuerte?
 
Al abrir la puerta, el corazón de Blaine casi se paraliza.
 
Nunca, ni un millón de años, habría esperado ver a Burt Hummel en su puerta.
 
- M-Mr. Hummel – tartamudeó - ¿Qué… ¿Qué está haciendo aquí?
- Vengo por una charla – dijo el hombre metiendo sus manos en los bolsillos, una gran sonrisa forzada en su cara - ¿Vas a dejarme pasar?
- Uh, sí. Sí, claro – dijo Blaine mientras que retrocedía lejos de la puerta.
 
Cuando Burt estuvo completamente dentro y se sentó en el sofá sin una invitación, Blaine cerró la puerta y tuvo que preguntar:
 
- ¿Cómo supo donde vivo?
- He vivido en esta ciudad por mucho tiempo - dijo Burt – Y tengo amigos en el sistema escolar. Eso es todo lo que necesitas saber.
- O-Okay – respondió Blaine, incapaz de controlar los nervios en su voz - ¿Puedo, um, le gustaría algo de beber? Creo que tengo agua embotellada o jugo o, o una cerveza si quiere una.
- ¿Le dabas cerveza a Kurt cuando estaba aquí?
 
Los ojos de Blaine se abrieron en shock.
 
- No, señor, no. Nunca le di nada de alc…
- Siéntate, niño. Solo estoy jugando contigo.
- Oh. Um, claro – murmuró Blaine sentándose cuidadosamente al final opuesto del sofá – Entonces… ¿Quiere conversar?
- Bueno, el plan era venir aquí y hacerte sentir lo más incómodo posible antes llegar al asunto real, pero ha sido un día largo así que supongo que solo iré al grano.
- O… okay – tartamudeó Blaine - ¿Qué era lo que…
- ¿Amas a mi hijo?
 
El aliento de Blaine se detuvo, su boca cayó abierta como la de un pez y su rostro perdió el color.
 
- No-No sé de qué habla.
- Es una pregunta bastante simple – dijo Burt - ¿Amas a mi hijo?
- Nosotros nunca, quiero decir, Kurt y yo, sé que las cosas que David Karofsky dijo ese día podrían haber sonado - Burt agitó su mano frente a su rostro, como si pudiera esfumar la mentira de Blaine con el movimiento.
- Corta con eso. Ya lo sé todo. Kurt me lo dijo.
- Él… ¿él se lo dijo? – Preguntó Blaine incrédulo - ¿todo?
- Todo desde las clases de piano, el primer beso, la cita en Columbus, el primer te amo y el jugueteo entre las sabanas.
- Oh Dios – se quejó Blaine horrorizado sujetando su estómago porque se sintió perfectamente enfermo en ese momento – Señor, yo… lo siento. Lo siento. Nunca quise que usted… Oh Dios.
- Nunca quisiste que lo descubriera – terminó Burt por él – Si, esa parte está bastante clara.
- No puedo ni siquiera explicar cómo… Oh Dios, ¿usted… ya llamó a la policía?
- ¿Por qué demonios haría eso?
- Porque yo… porque su hijo y yo- Blaine se cortó a si mismo tapándose la boca con su mano temblorosa.
 
Eso era terrible. Eso era horroroso. Eso era posiblemente lo peor que podría pasar. Que un estudiante descubriera su secreto ya es lo suficientemente malo pero ¿esto?
Blaine quiso que un hoyo se abriera en la fábrica del tiempo y en el espacio, y se lo tragara entero. Eso probablemente sería mejor que tener a Burt Hummel estrangulándolo aquí y ahora.
 
- Me entregaré - dice Blaine – solo… por favor, por favor no haga esto público.
- Creo que tienes la idea equivocada aquí, niño – dice Burt, estudiando a Blaine con ojos serios – Si quisiera encerrarte, habría llamado a la policía cuando Kurt me lo dijo hace meses.
 
Blaine se detuvo.
 
Espera. ¿Qué?
 
- ¿Qu… ¿Hace cuánto lo sabe?
- Desde el día en que tú y Kurt se separaron – le informó Burt – El mismo día de esa reunión del infierno. Me tomó todo el día para que me lo dijera pero creo que lo presioné un poco más y lo escupió. Kurt luchó con uñas y dientes para mantener su secreto, no te preocupes. Él solo nos dijo después de que le prometimos no te encerraríamos en la cárcel.
- Lo siento – dijo Blaine otra vez porque no sabía exactamente qué otra cosa podía decir. – Si pudiera volver atrás, lo haría. Nunca debí haber hecho lo que hice. No debí… fue horrible. Lo que hice estuvo mal y bajo y lo siento. Fui… fui estúpido y desubicado e irresponsable y sé que no… ni siquiera debería seguir enseñando. Ellos solo deberían despedirme y no mirar atrás y…
- Woah, cálmate, Anderson – le interrumpió Burt – Dios, Kurt tenía razón sobre tu complejo de culpa.
 
Blaine lo miró perdido, sus latidos demasiado ruidosos y rápidos en su pecho.
 
- No estoy aquí para ponerte a prueba ni nada de eso – le dijo Burt.
- Pero entonces… ¿Por qué está aquí, señor?
- Estoy aquí porque tengo una pregunta que ya te hice dos veces: ¿Amas a mi hijo?
 
Si fuera físicamente posible, el pulso de Blaine se aceleró incluso más.
 
- Nosotros… yo no puedo… no puedo…
- Mira - suspiró Burt fuertemente, apoyándose atrás, poniéndose más cómodo en el sofá – No estoy diciendo que estoy feliz de que ustedes dos se hayan estado viendo a mis espaldas. Y definitivamente no estoy feliz de que hayan pasado tanto tiempo solos juntos porque, Dios sabe las cosas que dos niños pueden hacer cuando no hay nadie mirando. Pero eso es más porque él es mi hijo. Y tengo derecho a saber si está con alguien que pueda engatusarlo y forzarlo a hacer algo que él no está listo.
- Lo juro - dijo Blaine enfáticamente. – Nunca…
- Pero - le interrumpió Burt una vez más – Kurt me dijo que ni siquiera lo besaste hasta el día que cumplió dieciocho. Así que supongo que respeto eso. Y me alegro de que ambos esperaran un tiempo para llegar algo más.
- Nunca podría forzarlo a nada, señor. Nunca lo hice y nunca lo haría.
- Ahora entiendo eso – dice Burt - ¿Personalmente? Creo que todo esto es una locura. Eres su profesor. Y para mí, Kurt sigue siendo mi niño pequeño.
 
Blaine no dijo nada. Él mordió sus labios juntos, sintiéndose más joven de lo que ha sido en toda su vida.
 
- Lo cierto es que - explicó Burt con otro fuerte suspiro – supongo que es tiempo de admitir que él ya no es mi niño pequeño. Ha tenido que madurar muy rápido y yo solo… quisiera poder mantenerlo como un niño cuando él ya nunca será uno. Y tengo que convencerme a mí mismo de que él es lo suficientemente seguro como para decidir con quién quiere salir – Burt entornó los ojos – Y con quién quiere dormir.
 
Blaine tragó saliva.
 
- Así que si él te escoge a ti, supongo que tengo dar un paso atrás y dejar que lo tengas.
- Pero yo… terminé las cosas – susurró Blaine – Tuve que hacerlo. Como dijo, todo esto es una locura.
- Es una locura porque él es tu estudiante - asiente Burt – Pero no es para nada una locura si los sentimientos son reales.
- Sr. Hummel, yo…
- Estoy bastante seguro de que hasta este punto me puedes llamar Burt.
 
Considerando todas las cosas, Blaine creyó que eso era demasiado amable de parte del hombre.
 
- Burt – comenzó él otra vez – No es… no es tan simple. Él sigue siendo mi estudiante. Sigue siendo ilegal.
- No es como que esté diciendo que deberían saltar a todo de nuevo - dice Burt – pero no soy ciego. Solo con mirarte ahora mismo me dice que todo lo que Kurt me ha dicho en el último par de meses es cierto. Te ves como la mierda, niño. Te ves como si no tuvieras ni una sola cosa buena en tu vida. Es duro de ver. Y te lo diré ahora, no importa como se ve Kurt cuando lo ves en la escuela, cuando está en casa y nos sentamos solos en la sala viendo TV juntos, él se ve exactamente de la misma forma que tú.
 
 
Cerrando sus ojos, Blaine bajó la cabeza, resignado en su propia desesperación y forzándose a mantener las lágrimas que amenazan con caer. Si es difícil para Burt verlos a ambos de esta manera, es mucho más doloroso para Blaine pensar en Kurt sintiéndose de la misma forma que él se ha estado sintiendo durante los últimos meses.
 
- Así que preguntaré una vez más. Y quiero una respuesta correcta. Nada de “él es mi estudiante” y esa basura de “no es tan simple” – dijo Burt - ¿Amas a mi hijo?
 
Un largo y estrecho silencio se produjo, durante el cual la determinación de Blaine se convirtió en polvo.
 
- Sí – admitió Blaine agotado con su voz quebrándose. Las lágrimas que había estado esforzándose en retener comenzaron a caer libremente por los círculos oscuros bajo sus ojos y aún más abajo tiñendo sus mejillas – Amo a su hijo.
 
Era la primera vez que lo admitía para alguien más, además de Kurt, por supuesto. Nunca discutió su relación con algún amigo o sus padres (Dios, no). Nunca lo dijo ni siquiera en una habitación vacía.
 
Algo pesado, como dolor o presión o miedo se levantó de sus hombros y por primera vez en meses, se sintió como si pudiera respirar correctamente otra vez.
 
- Entonces solo déjalo volver a tu vida, niño – sugirió Burt, inclinándose en su lugar para poner una mano sobre el hombro delgado de Blaine – Deja que te haga feliz otra vez. Sé que él quiere. Dios, es todo lo que habla en estos días.
 
Blaine aspiró por su nariz, secándose sus mejillas húmedas.
 
- Qué pasa si… ¿Qué pasa si ya lo arruiné? – Preguntó él, desesperado por hablar esto con alguien - ¿Qué pasa si él no me quiere nunca más de esa forma?
- Confía en mí – declaró Burt – Él te quiere. Deberías haberlo escuchado esa noche. Hablaba sobre como creía que podría encontrar a alguien más un día pero sabía que nunca tendría tu sonrisa o alguna otra basura romántica. Creo que mi cerebro se derritió por mis oídos.
 
Un resoplido cayó de la boca de Blaine, estrangulado por una explosión de risa.
 
- Pero como dije antes - Burt continuó – No sé si es muy buena idea llegar y saltar dentro otra vez. Pero tal vez… demonios, no sé. Vuelve a darle clases de piano o algo así. Ven a cenar otra vez. Solo haz algo para mostrarle que sigues interesado. Porque a este paso, él cree que es un caso perdido en tus ojos. Incluso después del tonto plan que él y Carole comenzaron.
- … ¿Qué plan? – preguntó Blaine mirando de lado al padre de Kurt.
- Me imaginé que ya lo habías adivinado - murmuró Burt – Él trató de mantenerse lejos y darte tu espacio pero, Carole me dijo algo sobre haberle sugerido que intentara algo más. Por eso es que es voluntario en medio de la oficina de la escuela y por qué lo has visto en otros lugares alrededor de la ciudad. Está tratando de ser parte de tu vida otra vez.
- Oh – dijo Blaine secamente – Ni siquiera me había dado cuenta.
- Si, así veo – dijo Burt – Ahora es tu turno.
- ¿Mi turno?
- De poner un poco de esfuerzo en todo esto – aclaró Burt – Kurt solo puede hacer mucho antes de rendirse. Algunos días creo que se está agotando, corriendo por ahí y tratando de verte solo para que tú puedas callarlo otra vez.
- Él… ¿Él sabe que usted está aquí?
- Por supuesto que no – se quejó Burt, levantándose en sus pies – Me cuelga de los pies si sabe que estoy hablando contigo.
- Cierto. – dijo Blaine, porque eso enserio suena mucho como a Kurt. – Bueno, yo… trataré. Está… ¿está bien si él viene para acá? Por clases, quiero decir.
- Apreciaría si mantienen sus manos y… sus labios en sí mismos hasta que él se gradúe. – dijo Burt. – Pero sí. No tengo problema con que venga aquí. Mientras esté feliz otra vez.
- Entiendo. – dijo Blaine a la vez. – Sin besos. No, um, nada de esa naturaleza hasta que ya no sea mi estudiante.
- Suena bien. – dijo Burt, encaminándose hacia la puerta.
 
Blaine saltó adelantándose para abrir la puerta para el hombre que podría perfectamente haber salvado su cordura.
 
- ¿Señor? - lo llamó tímidamente.
- ¿Hm?
- Gracias. – dijo Blaine, su voz bordeando el susurro. – Sé que esto es… bueno, sé que probablemente no es la relación ideal que quería para su hijo. Pero gracias por entender. No sé cómo podría pagarle su…
- Solo asegúrate de que mañana vuelva a casa con una sonrisa en la cara. Eso es suficiente para mí.
 
Blaine asintió una vez más como una despedida final y Burt palmeó su hombro como para darle fuerza antes dejarlo solo.
 
Cuando Blaine cerró la puerta, giró y hundió su cuerpo cansado contra la madera. Por primera vez, después de unos largos y dolorosos meses, él dejó que una genuina sonrisa se dibujara en su rostro.
 
 
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- ¿No hay panecillos hoy? – bromeó Blaine cuando Kurt caminó atravesando la puerta del salón la mañana siguiente con el correo de Blaine en mano.
 
Kurt detuvo el proceso de dejar el correo en su escritorio. Miró hacia su profesor con ojos sorprendidos, como si la felicidad en la voz de Blaine fuera un concepto completamente olvidado en estos días.
 
- Uh… no. – respondió Kurt finalmente. – Hoy no.
- Lástima. – dijo Blaine. Pateó sus pies sobre el escritorio mientras entrelazó sus dedos detrás de su cabeza.
- Yo… puedo traerle un poco de café. – ofreció Kurt, exactamente como lo hacía cada mañana.
- Un café estaría bien. – dijo Blaine aceptando la oferta por primera vez desde Kurt comenzó a ofrecerle. – Toma un poco para ti, también.
 
Asintiendo rápidamente, Kurt se apresuró fuera de la puerta y por el pasillo para tomar sus cafés.
 
Okay, tal vez Blaine se sintió un poco culpable por jugar con las labores de oficina de Kurt. Pero es un comienzo de un nuevo día, un día mejor, y Blaine iba a absorber tanto como pudiese.
 
Cuando Kurt regresó, él volvió con dos vasos de café, como se le pidió.
 
- Una de crema y tres de azúcar. – dijo Kurt mientras le entregaba su café a Blaine. – Así está bien ¿verdad?
- Perfecto. – dijo Blaine. - ¿Siéntate conmigo?
- Uh… es eso… me refiero a… ¿es una buena idea? Después de…
- Si alguien pregunta, estamos hablando sobre lo que debería poner en tu recomendación para la Universidad de NY.
- … ¿y si nadie pregunta? – dijo Kurt tomando asiento en su escritorio usual.
- Sigo teniendo algunos de tus libros de lecciones en mi departamento. – dijo Blaine. – Los de piano. Me preguntaba si querías ir a recogerlos.
 
Si los ojos de Blaine estaban brillando demasiado al mirar el puro asombro en el rostro de Kurt, él simplemente no podía hacerse responsable.
 
- Yo... está bien si quiere traerlos aquí, - dijo Kurt. – No quiero molestar.
- No estarías molestando. Te lo estoy pidiendo.
- Um, está bien. Sí. Okay. ¿Cuándo?
- ¿Hoy después de clases? - ofreció Blaine. – Estoy libre de ensayos por un par de días así que puedo salir justo después de que terminen las clases.
- Bien. Supongo que ahí nos vemos, entonces.
- Ahí nos vemos.
 
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Aunque la clase de Glee estaba cerca ese día, la cabeza de Kurt aún seguía girando. Blaine lo invitó. Blaine lo invitó a su casa. Lo invitó a ir y dijo que sí a su oferta de café y él nunca dice que sí a la oferta de café de Kurt en las mañanas.
 
Y él… él sonaba feliz. No una felicidad forzada tampoco, una felicidad genuina.
 
Algo extraño estaba pasando, decidió Kurt cuando subió al asiento de conductor en su auto. Ayer, Blaine se veía, bueno, no exactamente triste, pero definitivamente no así de alegre y burbujeante. Así que ¿qué pasó entre ese entonces y ahora para causar un cambio tan drástico en el hombre?
 
Si Kurt creyó estar confundido antes, entonces ahora no entendía nada de todo este día.
 
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- Hola – saludó Blaine con su usual y tonta sonrisa apareciendo en sus labios.
 
Kurt no había visto esa sonrisa en meses.
 
- ¡Pasa! – dice Blaine.
 
Cuando Kurt entró al departamento, una súbita ola de emociones llenó su cuerpo. La última vez que estuvo ahí, su mundo entero había colapsado en sus oídos. Pero ahora, todo lo que sabía es que se besaron en esa baquilla de piano y que durmieron una o dos veces en ese sofá, con sus extremidades entrelazadas y la cabeza de Kurt apoyada en el pecho de Blaine. El lugar lo ahogaba en calidez y familiaridad.
 
- Te vez perdido. – remarcó Blaine, sacando a Kurt de sus pensamientos.
- Lo siento. – dijo Kurt rápidamente. – Yo solo… lo siento. Entonces, um ¿los libros? No quiero tomar mucho de tu tiempo.
- ¿Algún lugar donde tengas que ir?
- N-no. – tartamudeó Kurt. – Es solo que no quiero prolongar mi bienvenida.
- Bueno, tú siempre eres completamente bienvenido. – le dijo Blaine. - ¿Quieres un poco de té?
- … ¿Té? – preguntó Kurt, entrecerrando los ojos sospechando desconfiado. - ¿Desde cuándo tomas té?
- No… no lo hago. – admitió tímidamente Blaine con un ligero rubor en sus mejillas. – No normalmente. Pero compré de esas galletas de manteca y la caja dice que son mejores con té. Así que pensé que podría hacer el intento.
- Y quieres que… me quede, - dijo Kurt lentamente. – y tome té con galletas contigo.
- Creo que los británicos las llaman biscuits. – le informó Blaine con una brillante sonrisa.
- Estás… ¿estás en la drogas? - Kurt sintió que necesitaba preguntar inspeccionando a fondo el rostro de Blaine. - ¿estás drogado?
- Solo estoy vivo. – dijo Blaine tomando una mano de Kurt para llevarlo a la cocina.
 
En el momento en que sus dedos se tocaron, Kurt no pudo detener el pequeño jadeo que se derramó entre sus labios. Era la primera vez que realmente se tocaban en mucho tiempo, sin contar su falso tropiezo en el Lima Bean hace poco. Pero esto era piel contra piel y era Blaine quién lo había iniciado.
 
Lo que sea que esté pasando, Kurt no podía encontrar la fuerza en sí mismo para detenerlo. No todavía.
 
Kurt observó, su cabeza giraba en círculos mientras Blaine llenó una vieja tetera con agua del grifo antes de ponerla a hervir en la cocina. El hombre tarareaba felizmente para sí mismo. Estaba tarareando y sonriendo con ojos risueños, muy ocupado sacando tazas del armario y leyendo las instrucciones en la lata llena de bolsas de té.
 
Si Kurt no estuviera tan confundido, la imagen lo podría llevar a las lágrimas ahora mismo.
 
- ¿Cómo estuvo tu día? – preguntó Blaine, sus ojos seguían en la lata de té.
- Oh. Igual que todos los otros, supongo. Sacando fotocopias, yendo a clases y a Glee. ¿Y el tuyo?
- Bien. – dijo Blaine mirando directamente hacia Kurt cuando lo dijo. – Fue un día muy bueno.
- Me alegra. – respondió Kurt suavemente.
- Mmm. – murmuró Blaine asintiendo. - ¿Cómo estuvo Glee? ¿Pasó algo nuevo?
- Solo estamos decidiendo las canciones para cantar en la graduación.
- Ni siquiera es Mayo aun. – apuntó Blaine.
- No, pero nos lleva mucho tiempo decidir las canciones. – dijo Kurt. – Siempre hay opiniones feroces.
- ¿Cantarás? – preguntó Blaine. - ¿Incluso cuando serás unos de los graduados?
- Por supuesto. – dijo Kurt deslizándose en una de las sillas y finalmente dejando su bolso en el suelo.
 
Si Blaine quería crear una conversación, entonces eso estaba perfectamente bien con él. Mientras estuvieran realmente hablando.
 
– No podría perderme la última oportunidad que tengo de cantar con todos ellos una vez más.
- ¿Vas a extrañarlos, huh? – preguntó Blaine cuando comenzó a remojar las bolsas de té en sus tazas antes de tomar las galletas que mencionó antes.
- Sí. – admitió Kurt. - Lo haré.
- Bueno, los verás otra vez. – le aseguró Blaine. – Por la forma en que hablas de todos ellos, se ve que son realmente cercanos. No puedo imaginar que no haya algún tipo de reunión en el futuro.
- No será lo mismo, sin embargo.

- No. – asintió Blaine. – No lo será. Pero tienes que hacer tu mejor esfuerzo por estar en contacto. De otra forma los viejos amigos se desvanecen en el fondo si no haces el esfuerzo suficiente para verlos otra vez.


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Sé que tardé un poco, pero aquí la segunda parte.


No estoy segura de cuantas partes tendrá, pero trataré de hacer pocas y bien largas 

Ojalá y pronto actualizes más capítulos.

espero que actualizes pronto
quieor mas capitulos  

Gabriela Cruz escribió:Ojalá y pronto actualizes más capítulos.

Lo intentaré aunque traducir no es tan fácil como parece.

JustlitKlainer_206 escribió:espero que actualizes pronto
quieor mas capitulos   

Pronto, no desesperes!

maxi_gleek escribió:

¡AHHHHHHHHHHH!, como amo esta historia, es realmente muy, muy, muy increíble.

Pero mas increíble eres tu querida traductora, de todo  corazón te doy las gracias y no sabes cuan ansioso espero el siguiente capitulo, te mando un beso y gracias por tu ardua labor. 

PD: ¿como te llamas, hermosa? 

  Que ternura de comentario, jajaja... Lo hago por que me gusta, nada más.



PD: Me llamo Fran.


También tengo mis fics; Manual de lo Prohibido y Cupido, ambos Kline por supuesto. Eso, Bye.

 
 
 
Blaine miró fijamente las tazas y volvió a la lata de té, como si se asegurara de seguir bien las instrucciones. Decidió que hizo el trabajo adecuado y llevó las tazas a la mesa, seguido de las galletas, y se sentó frente a Kurt.
 
Kurt tenía que preguntar si eso era lo que le había pasado a Blaine. ¿Todos sus amigos se desvanecieron en el fondo? Él raramente hablaba sobre sus amigos de la escuela cuando eran una pareja, pero entonces, Blaine nunca hablaba para nada de sus amigos.
 
Desearía que aun fueran cercanos, así él podría preguntarle por ellos.
 
Pero ese ya no era su lugar, pensó tristemente.
 
- Hasta tienes tazas refinadas. – dijo Kurt en su lugar, llevando una taza de té a sus labios.
- Puedo ser perfectamente refinado. – le dijo Blaine.
- Nombra un momento en donde yo pueda decir que vi esa parte de ti.
- Fui muy refinado cuando estábamos en ese restaurant en Columbus. – dijo Blaine. – O al menos yo creí que estaba siendo refinado.
 
Mientras Blaine continuó alardeando sobre sus forzados y perfectos modales, los recuerdos de su primera noche en una cama juntos golpeando a Kurt en el pecho. La fuerza lo llevó de vuelta a las imágenes del rostro de Blaine ensombrecido por los faroles de las calles mientras caminaban de regreso al hotel con la sensación de la mano de Blaine, cálida y segura en la suya. Una dolorosa sensación.
 
El rostro de Kurt se endureció, sus labios se estrecharon en una delgada línea y no pudo decir nada en respuesta a las divagaciones de Blaine. Si abría la boca, sabía que un quejido lastimoso se escaparía y sabía que simplemente no era tiempo para eso.
 
A veces creía que su tiempo juntos fue siempre un sueño y que cuando rompieron, la realidad se convirtió en una pesadilla.
 
En lugar de eso, metió una galleta en su boca.
 
Demonios, enserio saben bien con té.
 
De pronto se volvió demasiado difícil sentarse ahí y crear una pequeña charla, a pesar de que minutos antes había estado desesperado por eso. Esas paredes guardaban demasiados recuerdos y si escuchaba con atención, aun podía oír el eco de sus “te amo” y simplemente era demasiado para soportar ahora.
 
- Debo irme. – dijo Kurt, inclinándose a recoger su bolso.
- Pero… tu té…
- Fue agradable. – terminó Kurt por él. – Pero esto es… Lo siento.
 
Se levantó, colgó el bolso sobre su hombro y se giró para salir.
 
- Espera – dijo Blaine, saliendo de su silla para agarrar el brazo de Kurt. – No te vayas.
- No puedo…
- Por favor no te vayas.
 
El pecho de Kurt se levantó con un suspiro. Se giró sorprendido para capturar la esperanza pura en los ojos de miel de Blaine y eso y solo eso logró que se quedara para expresar sus sentimientos.
 
- ¿Por qué estás haciendo esto? – preguntó Kurt, pero a penas miró a Blaine, lo único que podía recordar era que estaba maravillosa y trágicamente enamorado de este hombre. – Invitándome aquí, hablando sobre mis amigos y Glee y, y cosas que ni siquiera importan mientras yo estoy parado aquí, tomando todo lo que tengo para no… no derrumbarme a tus pies.
- Kurt – respiró Blaine, la mirada más desgarradora llenando sus ojos.
- Ayer apenas nos manteníamos juntos y me dijiste que solo estabas comenzando a sentirte mejor otra vez y ahora te ves como si todo fuera simplemente maravilloso y estás haciendo té, por el amor de Dios. No puedes solo… simplemente sacarme de tu vida y arrastrarme de vuelta cada vez que quieres con un “¿cómo estuvo tu día?” porque no es justo y no puedo estar aquí sin recordar todo lo que te hizo miserable y…
- Me equivoqué. – admitió Blaine. – Me equivoqué con todo.
 
Él dio un paso más cerca y en el momento en que sus manos estuvieron en las mejillas de Kurt, Kurt se disolvió en polvo de estrellas, el mismo polvo de estrellas que veía en los ojos de Blaine hace meses atrás. Él se quebró y un sollozo ahogado se escapó de su garganta mientras sus lágrimas comenzaron a caer.
 
- Aun te amo – continuó Kurt desesperado. – Te amo tanto que apenas puedo respirar por sentirlo y tú no puedes… no puedes llegar de repente y actuar como si fuéramos amigos cuando en todo lo que puedo pensar es en tus labios sobre mi cuello y la forma que solías abrazarme y no es justo!
- Lo siento. – le arrulló Blaine, barriendo las lágrimas de Kurt con sus pulgares. – Kurt, nunca quise hacerte sentir así, lo juro.
- Cómo…- ahogó un sollozo. - ¿cómo creíste que me sentiría? No me hablaste por meses y luego yo hice todo mi esfuerzo por hacer que me miraras otra vez. Tomé ese estúpido trabajo en la oficina y dejé esas letras en mi ensayo. Te llevé tu correo solo para que me miraras a los ojos y recordaras que seguía existiendo.
- No lo entendía, yo… o quizás sí, pero no quería verlo. - explicó Blaine. – Pero ahora lo entiendo y tenías razón. Tenías razón en todo. Somos solo personas. Yo soy solo un tipo y tú eres solo un chico del que me enamoré y me enamoré tanto que me asusté. Me asusté mucho porque eras muy joven y no podía soportarlo. Tú no me hiciste miserable. Yo me hice miserable a mí mismo porque traté de detener que esto pasara pero fui un idiota ¿Okay? Fui un idiota y me odio a mí mismo por hacerte sentir de esta forma.
 
Kurt aspiró por su nariz, sus hombros encogiéndose con el último poco de hipo a través de sus lágrimas.
 
- Y qué… ¿qué se supone que tengo que hacer ahora? – dijo él porque ya no entendía que significa todo esto. – ¿Simplemente tengo que tomar té contigo volver a la escuela y fingir que no estoy enamorado de ti? ¿Qué se supone que voy a hacer con esto?
- Solo déjame amarte. – susurró Blaine, deslizando una mano por el cabello gloriosamente suave de Kurt. – déjame amarte, Kurt.
 
Su respiración se detuvo, sus ojos grandes y brillosos con aun más lágrimas para caer, él sintió la mano suave de Blaine en su cabeza y el tenue olor de su colonia.
 
Y Kurt Hummel perdió todo lo demás en el mundo.
 
- Solo déjame amarte y sostener tu mano. – dijo Blaine con un poco de tristeza en su sonrisa. – Toca el piano conmigo. Ve películas viejas conmigo y hazme reír. Háblame sobre tu día y deja que te hable sobre los estudiantes más molestos con los que tengo lidiar. Duerme conmigo y toca mi mejilla para despertarme cuando el sol se esconde en el atardecer y así podemos simplemente mirarnos antes de que tengas que irte.
- Blaine - suspiró Kurt suavemente. Estaba bastante seguro de que nunca había oído que cosas tan lindas salieran de la boca de alguien antes, incluso si sus palabras son tan simples como adorables.
- Quiero todo lo que solíamos tener. Lo quiero todo y nunca jamás te alejaré o me llamaré a mí mismo… monstruo o algo de eso que solía decir. Porque ¿el amor? No puede ser tan malo. ¿Verdad?
- No. – le dijo Kurt negando con su cabeza a pesar de que gimió una pequeña risa. – No es para nada malo.
 
Blaine se rió también y Kurt solo pudo sentir cambiar la energía de la habitación, la alegría del momento arrastrándolo hacia algo como el cielo. Él inclinó su cabeza, apoyando su frente contra la de Blaine. Todo lo horrible en el mundo desapareció por solo unos pocos y escasos segundos y no había preocupaciones ni dudas y todo era felicidad.
 
- Te amo. – dijo Kurt otra vez solo porque podía decirlo.
- También te amo. – respondió Blaine sin dudarlo.
 
Y siempre ha sido solo una historia de amor.
 
La edad es solo un número ahora. Seguirán con su historia en secreto. Mantendrán el secreto, lo mantendrán a salvo. El mundo no lo entenderá hasta que el estudiante ya no esté más en la lista de su profesor.
 
Pero este estudiante siempre estará bajo el cuidado de su profesor.
 
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Acurrucado bajo una manta afgana más tarde esa noche, Kurt volvió a contar los acontecimientos de su increíble tarde a su madrastra con una humeante taza de té de manzanilla.
 
- Fue una de las cosas más románticas - Kurt le confesó, agachando la cabeza detrás de su taza.
 
Carole suspiró, casi desmayándose, desde el otro extremo del sofá, haciéndole cosquillas a los dedos de Kurt con los suyos por debajo de la manta.
 
- Te dije que las cosas saldrían bien - dijo con una amplia sonrisa - Nuestro plan fue un éxito.
- Sí - Kurt respondió soñador - Él dice que no podemos ni siquiera besarnos, sin embargo.
- Hm. ¿Por qué lo dijo?
- Él dice que hizo una promesa.
- ¿A sí mismo?
- No me lo dijo, en realidad - Kurt le dijo, frunciendo el ceño mientras pensaba. En ese momento, había estado demasiado extasiado con sólo estar en los brazos de Blaine que en realidad no había cuestionado sus reglas - Tal vez a sí mismo, no lo sé.
- Hm - Carole zumbó en respuesta.
 
Cuando Kurt levantó la vista hacia ella, la vio mirando justo por encima del hombro. Una de las comisuras de su boca, se amplió en una peculiar sonrisa mientras negaba con la cabeza.
 
- ¿Qué? - Kurt le preguntó antes de mirar por encima del hombro, sólo para encontrar nada de importancia - ¿Qué es?
- Nada en absoluto - dijo Carole - Sólo pensaba. ¿Así que vamos a mantener todo muy discreto hasta la graduación, entonces?
- Definitivamente - dijo Kurt, volviéndose hacia ella - Discreto es el nombre del juego.
- Estoy tan feliz por ti, Kurt. Ya era hora de que tuvieras algo a tu favor.
 
Kurt se mordió el labio, de lo contrario la sonrisa amenazaba con expandirse por toda su cara. Se acurrucó debajo de la manta y sorbió su té.
 
El mundo se sentía bien de nuevo.
 
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La tarde siguiente, Kurt cayó de sorpresa en el apartamento de Blaine, parando para explorar el área para los espectadores. Una vez que estuvo en el interior, inmediatamente dejó caer su bolso, se quitó sus zapatos y abrazó a Blaine en el sofá.
 
- He echado de menos esto - susurró Kurt, frotando su nariz contra la de Blaine.
 
Sus piernas se entrelazaban con los brazos, descansando sobre la cintura del otro. Kurt acarició el lado de Blaine constantemente, con dedos perezosos, simplemente disfrutando del hecho de tocarle de nuevo.
 
- Yo también - admitió Blaine - No puedo siquiera comenzar a decirte lo mucho que he echado de menos esto.
 
No dijeron nada durante mucho tiempo. Por el contrario, absorbieron el calor y el amor y el resplandor del otro, a veces sonriendo en el pequeño espacio entre sus caras. Era perfecto allí. Aunque Kurt no tenía la oportunidad de besar a Blaine de nuevo, era casi seguro de que podía morir feliz con ese hombre. A veces Blaine levantaba la mano de su lugar en la cintura de Kurt y la llevaba hasta trazar el puente de la nariz de Kurt, el arco de la ceja, la comisura de sus labios, como si estuviera memorizando la cara de Kurt por el tacto y la vista. Cuando Blaine suspiró, su aliento era cálido y dulce, y Kurt deseó poder tragarlo con un beso.
 
- Me gustaría poder darte un beso - dice Kurt.
- No falta mucho para la graduación – le recordó Blaine - Te voy a besar todos los días. Voy a darte un beso en la mañana cuando te despiertes en la cama y mientras bebemos nuestro café. Voy a besarte cuando te rías y te besaré cuando estés enojado porque yo te seguiré amando incluso cuando me estés gritando. Te voy a besar un millón de veces al día, porque vamos a tener mucho tiempo para compensarlo.
 
- Pero ¿por qué no me besas ahora? - Kurt pidió, sacando el labio inferior en un puchero.
 
Blaine le deslizó el pulgar por el labio. Kurt se enamoró aún más.
 
- Te lo dije. Hice una promesa.
- ¿A ti? - pregunta Kurt, haciéndose eco de las palabras de Carole - Porque no puedo pensar en nadie más a quien le hayas hecho una promesa de una cosa así.
 
De repente, las mejillas de Blaine se tornaron de color rojo como una cereza.
 
- ... Blaine? - Se preguntó Kurt, inquieto por las posibilidades - ¿A quién le has prometido?
- Oh Dios, tú me vas a odiar - dijo Blaine, a pesar de estar reprimiendo una carcajada cuando lo decía.
- ¿Qué? ¿Quién?
- Por favor - suplicó Blaine – No debes asustarte. Por favor, no te asustes.
- No es cierto… es alguien de la escuela, ¿verdad?
- No - dijo Blaine a la vez - No, en absoluto.
- Así que fue alguien fuera de… ¡Oh, Dios, no! – Jadeó Kurt con horror al comprender de quién se trataba – Fue… fue a mi padre, ¿no?
- No puedes gritarle, ¿de acuerdo? No puedes enojarte con él. Si no hubiera sido por él, no creo que alguna vez habría sido capaz de hacer esto de nuevo.
- Pero ¿cuándo lograste hablar con él?
- Se acercó la otra noche - explicó Blaine - No sé cómo consiguió mi dirección, algo acerca de conocer a la gente en el sistema escolar, y que más o menos me dijo que sabía todo y me hizo reconocer que aún te amo.
- Yo le dije que no…
- Él dijo que le harías algo horrible si lo sabías. Pero no puedes, simplemente no puedes. Sin esa conversación, yo nunca habría tenido el valor de estar de nuevo contigo.
 
Kurt gimió en respuesta, pellizcándose el puente de la nariz en el proceso. Grande. Ahora, en lugar de reprender a su padre por entrometerse en su vida amorosa, iba a tener que agradecerle realmente el hombre.
 
- No te enojes - Blaine declaró - Por favor no te enojes con él.
- Estoy enojado porque no puedo estar loco - dice Kurt - Yo casi le debo mi vida ahora.
- Creo que es algo bueno que seas su hijo, debido a que ya le debía de todos modos. ¿No te parece? - Blaine sonrió.
- No seas zalamero.
- Yo, nunca.
- ¿Nunca? - Kurt tentó con una delicada elevación de las cejas.
 
Blaine se sonrojó una vez más antes de agachar la cabeza bajo la barbilla de Kurt. Kurt se olvidó inmediatamente de su agitación hacia su padre y se dejó respirar el aroma del cabello de Blaine, todo a gel y el champú y el aroma limpio de la vida debajo de todo.
 
- Voy a ser agradable, entonces - cedió Kurt - Desde que me tengas.
 
Más tarde esa noche, cuando Burt caminó desde el trabajo, Kurt le persiguió corriendo a toda velocidad hacia su padre y lo abrazó con fuerza.
 
- Whoa, chico, lo que…
- Gracias - le susurró Kurt.
- Uh, de nada. Pero, ¿por qué estás dando las gracias?
- Simplemente gracias - dijo Kurt simplemente - Por todo lo que alguna vez has hecho por mí.
 
Por último, Burt abrazó a su hijo también.
 
- Cuando quieras, Kurt. Para eso estoy aquí, ¿sabes?
- Sí. Yo sé.
 
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Kurt tomó nota del hecho de que Blaine aún no lo mencionaba durante las discusiones en clase. Probablemente sea lo mejor, pensó. No deben hacer nada para llamar la atención sobre su romance reavivado, y algunas personas pueden malinterpretar algo tan simple como que Blaine de repente ponga en el frente a Kurt durante la clase de nuevo.
 
Y no están tomando ningún riesgo. No esta vez.
 
Kurt continuó sus deberes de asistencia de oficina y todavía traía a Blaine el correo de la mañana, pero no se permitían cualquier conversación ajena. Fue peligroso las pocas veces que lo hicieron antes, pero antes en realidad no tenían nada que perder.
 
En cambio, mantenían las conversaciones coquetas con los textos durante el día. Habían cambiado los nombres de cada uno en sus teléfonos para simplemente leer la palabra "él" (que es lo suficientemente sospechoso en sí mismo, pero Kurt se negó a permitir que Blaine cambiara su número con el nombre de “osito apretable”) en caso de que alguien fuera a ver  sus mensajes.
 
Por supuesto, Kurt no podía evitar echar unas cuantas miradas a través de sus pestañas con el fin de ver a su novio durante la clase. Adoraba la forma como Blaine inclinaba la cabeza en respuesta al comentario de un estudiante que no tenía sentido en absoluto. Se reía internamente cuando Blaine se posaba sobre el borde de la mesa, sólo para revelar el hecho de que él no estaba usando calcetines en absoluto. Él suspiró feliz para sí mismo cuando Blaine volvió a sus tareas calificadas para encontrar un sticker “raspa y huele” en la esquina del examen con su nombre en lugar de caras sonrientes por lo general dibujaba.
 
Si tan sólo hicieran un sticker “raspa y huele” que oliese a Blaine.
 
Con todo, ellos eran discretos y reservados. Incluso Rachel dejó de molestarlo para obtener información sobre el escándalo que todavía se negaba a discutir. Kurt asumió lo que Finn le dijo que todo había sido un error y que el Sr. Anderson era un tipo muy agradable que tenía mucho en común con Kurt y eso era todo.
 
Kurt podía deberle a su padre la vida, pero le debe a Finn el preservar su salud mental.
 
 


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Me tardé un poco pero no pude hacerlo antes, lo siento.



 

Esta genial, espero más capítulos pronto, ya quiero saber el fin de este fic, muchas gracias por traducirlo.

me encanto el capitulo
espero que actualizes pronto  

me encanto el capitulo
espero que actualizes pronto