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[Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
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adi-santybritt
Elita
zafir
Kayra
¡Fer Brittana4ever!
9 participantes
Página 1 de 1.
[Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Vengo con una nueva propuesta, es otra adaptación de mis amadas Brittana y algunos personajes de Glee.
Espero les guste tanto como a mi!
Placeres Condescendientes
Sinopsis
La escritora Brittany S. Pierce está en la vía rápida para conseguir su propia columna en la revista lésbica Curve, número uno en ventas de San Francisco. Su propósito, investigar las fantasías sexuales más populares de las jóvenes y solteras lesbianas de la ciudad. Pero tiene un gran problema: nadie está dispuesta a ayudarla a poner su amplia investigación a prueba.
La ex-tenista profesional y súper estrella Santana "Snix" Lopez, no pensaba en tener una aventura de una noche en una limusina totalmente enloquecida con la bella y torpe Brittany. Una vez que la tiene, sin embargo, no puede dejar de pensar en ella.
Pronto las chicas están conectando en todas partes, teniendo la aventura más caliente inimaginable de su vida. Haciendo que todas sus fantasías secretas se hagan realidad... y algo más.
La medio tímida Santana no tiene idea de que Brittany es una escritora, y que está compartiendo sus aventuras sexuales con toda la ciudad a través de su columna.
A medida que caen más profundo, Brittany está en conflicto. ¿Debe decirle a la dulce, hermosa y sexy Santana sobre su columna anónima en la cual detalla cada uno de sus encuentros o mantenerlo en secreto y arriesgarse a ser atrapada? Santana nunca la perdonaría por hacer una cosa así…
¿O, lo hará?
Espero les guste tanto como a mi!
Placeres Condescendientes
Sinopsis
La escritora Brittany S. Pierce está en la vía rápida para conseguir su propia columna en la revista lésbica Curve, número uno en ventas de San Francisco. Su propósito, investigar las fantasías sexuales más populares de las jóvenes y solteras lesbianas de la ciudad. Pero tiene un gran problema: nadie está dispuesta a ayudarla a poner su amplia investigación a prueba.
La ex-tenista profesional y súper estrella Santana "Snix" Lopez, no pensaba en tener una aventura de una noche en una limusina totalmente enloquecida con la bella y torpe Brittany. Una vez que la tiene, sin embargo, no puede dejar de pensar en ella.
Pronto las chicas están conectando en todas partes, teniendo la aventura más caliente inimaginable de su vida. Haciendo que todas sus fantasías secretas se hagan realidad... y algo más.
La medio tímida Santana no tiene idea de que Brittany es una escritora, y que está compartiendo sus aventuras sexuales con toda la ciudad a través de su columna.
A medida que caen más profundo, Brittany está en conflicto. ¿Debe decirle a la dulce, hermosa y sexy Santana sobre su columna anónima en la cual detalla cada uno de sus encuentros o mantenerlo en secreto y arriesgarse a ser atrapada? Santana nunca la perdonaría por hacer una cosa así…
¿O, lo hará?
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Última edición por ¡Fer Brittana4ever! el Miér Nov 20, 2013 10:40 pm, editado 2 veces
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Hola! Creo que soy la primera en dejar un comentario(?
Solo paso a decir que seré fiel lectora (aunque no pase seguido a comentar). Ya he leído "BD" y me ENCANTO! Pero creo que nunca lo comente :P
Bueno, hasta la próxima :)
Solo paso a decir que seré fiel lectora (aunque no pase seguido a comentar). Ya he leído "BD" y me ENCANTO! Pero creo que nunca lo comente :P
Bueno, hasta la próxima :)
Kayra* - Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 22/03/2013
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Hola ... Me gusta mucho la trama que planteas ... Actualiza pronto ya quiere ver como se desarrolla la historia
Pasaré por akí seguido a leer este Fic ... Saludos
Pasaré por akí seguido a leer este Fic ... Saludos
zafir***** - Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 24/11/2012
Edad : 32
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Esto se ve genial!
Actualiza cuanto antes :)
Saludos! :*
Actualiza cuanto antes :)
Saludos! :*
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Me encanta!!!
Ya quiero leer el primer cap, tienes una fiel lectora
Ya quiero leer el primer cap, tienes una fiel lectora
adi-santybritt- ---
- Mensajes : 553
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 30
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Hola otra vez me tienes por acá leyendo lo que publicas \o/
Sigue actualizando :)
Saludoos
Sigue actualizando :)
Saludoos
Invitado- Invitado
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Kayra escribió:Hola! Creo que soy la primera en dejar un comentario(?
Solo paso a decir que seré fiel lectora (aunque no pase seguido a comentar). Ya he leído "BD" y me ENCANTO! Pero creo que nunca lo comente :P
Bueno, hasta la próxima :)
zafir escribió:Hola ... Me gusta mucho la trama que planteas ... Actualiza pronto ya quiere ver como se desarrolla la historia
Pasaré por akí seguido a leer este Fic ... Saludos
Elita escribió:Esto se ve genial!
Actualiza cuanto antes :)
Saludos! :*
adi-santybritt escribió:Me encanta!!!
Ya quiero leer el primer cap, tienes una fiel lectora
Mariselsann escribió:Hola otra vez me tienes por acá leyendo lo que publicas \o/
Sigue actualizando :)
Saludoos
Gracias chicas por sus comentarios!
Prometo no decepcionarlas con la historia!
Besitos a todas!
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Capitulo 1
Quería subir ayer un capitulo, pero por tiempo no pude :/
En recompensa les dejare dos y tratare de mañana subir otro!
Disfruten lindas lectoras!
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-¿Una bebida, señorita?
Brittany Pierce tomó el cóctel que lucía delicioso de la bandeja de la camarera y se bebió la mitad de un solo trago. El alcohol abrió un camino de calor punzante en su garganta y tuvo que forzar una sonrisa, esperando como loca no toser.
-Gracias- dijo con voz ronca.
La camarera puso los ojos en blanco y se alejó.
Apretando los labios, miró el club lleno de gente. El lugar estaba repleto, lleno en su mayoría de las jóvenes y exitosas lesbianas de San Francisco y se sentía totalmente fuera de lugar.
¿Qué más era nuevo?
Esta era la primera invitación de Brittany a una de las muchas fiestas que su empleadora Curve Magazine organizaba a diario. Su editora Quinn había parecido reacia a entregarle la invitación después de informarle a Brittany de su nueva asignación. Su jefa incluso había sugerido que podía buscarse una chica potencial mientras estaba en la fiesta.
Y ya estaba fallando. Dios, quería patearse a sí misma. Finalmente, por fin le habían dado una oportunidad de tener su propia columna e iba a echarla a perder antes de que el artículo fuera escrito. Tenía que darle a la invitación un buen uso y llevar a cabo la adecuada investigación de la vida real.
Así como investigar las mejores fantasías sexuales lesbicas de una manera más cercana y personal. Sonaba loco, incluso se había resistido cuando Quinn lo sugirió, pero luego pensó ¿qué podría salir mal? Necesitaba un poco de emoción en su vida.
¿Pero podría llegar hasta el final?
Hace un par de horas habría dicho que de ninguna manera. Ahora se sentía como si no tuviera opción.
Tomó otro sorbo, más lento, de su cóctel Beso Francés. La bebida era rica, cremosa y suave y podía sentir el potente alcohol corriendo por sus venas. No era una gran bebedora, pero en este momento necesitaba calmar sus agitados nervios.
-¿Camarón?
Otra camarera mágicamente apareció con una bandeja de aperitivos en sus manos. Olían y se veían deliciosos, picantes y suculentos y tomó solo uno aunque le hubiera encantado tomar un puñado, estaba muy hambrienta.
Considerando a las flacas a morir, ultra glamorosas mujeres que la rodeaban, decidió que la moderación era la clave esta noche. Algo en lo que normalmente no era muy buena.
-Gracias- murmuró, tomando uno con cuidado.
Una mezcla de sabores picantes dulces irrumpió en su lengua y masticó lentamente, desesperada por hacer que durara. Había estado demasiado nerviosa para cenar y ahora su estómago la acosaba por ello.
Su mirada fue a la deriva alrededor del acogedor bar, la más nueva y más caliente zona de ocio nocturna recién abierta en San Francisco. El establecimiento estaba parcialmente patrocinado por alguien famoso. No podía recordar por quién y en realidad no le importaba de todos modos. Un antiguo local que había crecido en el área de la bahía y su nombre por sí solo había sacado lo mejor del brillante círculo social joven que la ciudad tenía que ofrecer.
Brittany bajó la mirada, sintiéndose decididamente desnuda. Su vestido era de flores de estilo vintage rojo y blanco de puntos polca.
Todas las mujeres que la rodeaban parecían usar llamativos vestidos de seda demasiado cortos o vaqueros ceñidos a la piel y endebles camisetas sin mangas. Su cabello era perfecto, su maquillaje aplicado ingeniosamente, joyas grandes, brillantes y caras. Una de ellas se quedó mirando a Brittany mientras tomaba otro bocado de su aperitivo de camarón, la condescendiente mirada de sus ojos entrecerrados inmediatamente llenó a la rubia de culpa. No era coqueteo. Era su facha.
Oh sí, definitivamente le recordaban a sus dos hermanas mayores. A sus hermanas inteligentes, absolutamente perfectas en todos y en cada uno de los sentidos. Hablando de deprimirse.
Dios, ¿qué estaba haciendo allí? Una desesperación teñida de irritación la llenó. No era de extrañar que rara vez viniera a este tipo de fiestas, la hacían sentirse inferior y no por lo estupendo de las mujeres, pues Brittany Pierce era bastante guapa, de un precioso cabello rubio y sus ojos azules encantaban a cualquiera. Solo le recordaban demasiado sus años de adolescencia. Ella no encajaba nunca, su forma de vida, de pensar y de vestir era bastante peculiar para los ojos de las demás. Definitivamente había estado engañándose al pensar que podría conocer a una mujer esta noche.
Era como una broma. Así que no iba a suceder, al menos no aquí. No entendía cómo había pensado que alguna vez lo haría.
Con un fuerte suspiro, Brittany empujó el resto del camarón en su boca y se dirigió hacia la salida. Tragando fuerte su bebida, fue hacia la multitud, el zumbido alcohólico rápidamente la hizo inestable sobre sus sandalias destalonadas de tacón. Dejó la copa de cóctel vacía en la bandeja de una camarera que pasaba y negó con la cabeza.
Su tobillo de repente giró sobre un objeto desconocido, la cuña de su sandalia se fue a la izquierda mientras su pie se salía. Ella tropezó, dejó escapar un pequeño chillido y estiró los brazos a ciegas, anticipando la caída. Sería una estúpida y rezó porque nadie se diera cuenta.
Pero no se cayó. Unos morenos brazos se envolvieron alrededor de su cintura, impidiéndole aterrizar en el piso y Brittany se aferró a unos desnudos hombros. Sus rodillas cedieron y se hundió contra la mujer, sus senos se aplastaron contra los de ellas, eran muy cálidos y duros.
Con las piernas temblando y su respiración trabajosa, miró a la cara de su salvadora. Dando un suspiro ya tembloroso, el corazón se le disparó mientras la miraba.
Dios, ella era guapa, insoportablemente guapa. Cabello negro largo peinado hacia el lado, de unos intensos ojos marrones y profundos que se estrecharon con preocupación. Una fina nariz, pómulos pronunciados, mandíbula firme y el juego más delicioso de labios carnosos sobre los que alguna vez hubiera tenido el privilegio de poner los ojos.
Sus manos se movieron hacia abajo, maravillándose de la fina y cálida tela de su vestido negro bajo sus palmas. El aroma de un exquisito perfume llenó el aire y ella respiró profundo, deseando más del olor. Deseando más de ella.
-¿Estás bien?- Su voz era profunda y perfecta.
Brittany intentó hablar, pero su boca colgó abierta, con el aire atrapado en sus pulmones. Esa morena era como cada una de sus fantasías, en vivo. Y la miraba como si estuviera completamente loca por ella.
-Hola. –Los dedos la morena se metieron debajo de su barbilla, el pulgar rozó su mandíbula y su piel hormigueó entrando en erupción. -¿Estás lastimada?
La rubia sacudió la cabeza, todavía incapaz de formar palabras. Debería liberar su agarre sobre aquella mujer y alejarse. Ofrecerle un breve gracias por salvarla y salir antes de que hiciera más el ridículo.
Pero no podía moverse. Sólo podía mirar su bello rostro y apretarse aún más firmemente contra su exquisito cuerpo. Ella era extremadamente sexy y ese corto vestido le quedaba a la perfección, luchó contra el impulso de tocarla, de enterrar sus manos en su alzado escote que la llamaba.
-¿Puedes sostenerte sola? ¿Te duele el tobillo?
¿Podría decirle que estaba lastimada terriblemente? ¿Pedirle que la cargara y la llevara fuera de allí? ¿O era pedir demasiado?
Sí, definitivamente era pedir demasiado.
-Estoy bien- dijo finalmente.
Su mirada cayó al cuello bronceado de su garganta y quiso deslizar su labios a lo largo de este, mordisquearlo y lamerlo hasta que la sintiera temblar.
Espera un minuto. Una de las mejores fantasías sexuales femeninas de la lista de Quinn era tener sexo con una extraña.
Brittany frunció el ceño. Siempre había pensado que la idea de tener sexo con una desconocida era completamente increíble. ¿Y si era un violadora? ¿Una asesina en serie? ¿Una enferma pervertida que la secuestraría y mantendría cautiva? No era de extrañar que nunca hubiera tomado ese riesgo. Rayos, sus temores no lo habían permitido.
Pero esta mujer incitaba a un riesgo inmediato. Sólo podía imaginar lo buena que sería en la cama y qué tan experta sería.
La mano de esa mujer finalmente se desplomó desde la barbilla de ella, aunque el otro brazo todavía estaba firmemente plantado en su cintura con la mano extendida en su espalda. Se sentía muy cómodo estar en los brazos de la morena, presionada tan cerca de ella que podía sentir cada aliento y cada movimiento de sus torneadas piernas.
A su alrededor, la fiesta seguía zumbando, podía oír el murmullo de la conversación, el tintineo de los vasos y sentir la ráfaga ocasional de viento cuando abrían la puerta delantera. Sin embargo, era como si el tiempo se hubiera detenido y las dos fueran conscientes sólo de la una y la otra.
La rubia levantó la vista para encontrarla mirándola atentamente, sus cejas estaban fruncidas, su boca suave sensual, y sus labios entreabiertos.
¿Qué se sentiría ser besada por esa carnosa boca? ¿Cómo sabría? De repente, quiso averiguarlo. Desesperadamente.
Santana Lopez se movió en sus pies, el delicioso paquete de mujer aún estaba en sus brazos. Su cuerpo apretado tan cerca que podía sentir la firme presión de sus pechos en cada inhalación y exhalación de ella.
Santana había estado a punto de escaparse de la fiesta cuando la vio, observando cómo su tobillo se torcía y empezaba a caer. Sin pensarlo, se abalanzó sobre ella, sus rápidos reflejos aún le permitieron moverse justo antes de que ella cayera al suelo aunque ahora su rodilla palpitaba de dolor. La mirada de agradecimiento que ella le había disparado cuando habían hecho el primer contacto visual, había hecho que su cuerpo se apretara y su sexo se contrajera con interés.
Era inusual. La morena no solía reaccionar tan rápidamente con la sola mirada de una mujer bonita. Agotada, sabía como el infierno, que era la verdad.
-¿Si te dejo ir te caerás de nuevo?
Esa guapa mujer negó lentamente, su mirada nunca dejó la suya y la miró a los ojos. Le recordaron el mar, una mezcla de remolinos azules y celestes. Su nariz y mejillas estaban sacudidas por una que otra peca. Su cabello era rubio, precioso y estaba peinado hacia atrás en una elegante cola de caballo.
Sus labios se entreabrieron, como si estuviera a punto de hablar y Santana la miró,
esperando con ansiedad. Aquellos labios finos y el inferior con esa pequeña hendidura, estaban cubiertos con una rica barra de labial cremosa de color rojo, que sólo hacía hincapié en su entrepierna.
Ella no era como su tipo habitual. En absoluto.
-No me caeré.- Su dulce voz se apoderó de Santana, haciendo que su sexo se dejara caer un potente chorro de humedad. Prácticamente la empujó lejos, no quería seguir excitándose de esa manera.
Sus ojos se abrieron y la rubia sacudió la parte delantera de su vestido como si pudiera borrar su contacto. Santana miró sus piernas, su falda era un remolino que capturaba su atención. Esas piernas eran largas, con perfectas pantorrillas, terminando en tobillos con unas peligrosas sandalias de cuña de color rojo, casi tan rojo como las lindas uñas de sus pies.
-Siento haber chocado contigo.- Su voz fue brusca, con expresión herida.
No debería haberla alejado tan bruscamente y de inmediato se sintió arrepentida.
-Gracias por atraparme.
La rubia se dio la vuelta y se alejó, con su falda todavía girando, con sus pies un poco inseguros sobre esos tacones altos. Santana la vio alejarse, aturdida. Las mujeres no se alejaban nunca de ella. Era Santana Lopez, la jugadora de tenis súper estrella.
“Snix”, estaba siempre arrollando.
Corrección, la ex jugadora de tenis súper estrella, así como la anfitriona de la fiesta de inauguración de esta noche. Y esa rubia se alejaba.
La fiesta la había aburrido, las mujeres que asistían la aburrían aún más. Todas eran iguales.
Altas, huesudas y con enormes pechos y labios inyectados de Botox. Podría tener a cualquiera de ellas con el chasquido de sus dedos, lo sabía y ellas lo sabían. Muchas mujeres la habían visto toda la noche, esperando que les diera la señal para poder acercarse.
No lo había hecho, no les daría ninguna señal. Ninguna de ellas le interesaba.
Hasta que esta torpe mujer llegó junto con sus hermosos ojos azules y con sus labios rojo rubí, un infierno de rojo rubí.
Con la determinación llenándola, fue por su abrigo que había olvidado y se movió hacia la multitud, asintiendo y sonriendo a las personas que reconocía. Su cojera no era tan pronunciada esta noche, algo en lo que había estado trabajando en la vigorosa terapia física diaria y se alegró. Sin embargo, todavía recibía miradas llenas de piedad y de preguntas.
Mierda. Despreciaba su compasión.
Su mirada se quedó fija en la entrada, dirigiéndose directamente hacia las puertas abiertas. Si era lo suficientemente rápida, tal vez podría atraparla. La necesidad de hablar con ella y saber su nombre era casi abrumadora.
¿Siquiera la habría reconocido? No lo creía, y por primera vez en mucho tiempo, le gustaba eso. Lo encontraba como un soplo de aire fresco.
No podía recordar la última vez que había respirado aire fresco.
Capítulo 2
Brittany se quedó en la acera y estiró el cuello, comprobando los autos que se acercaban viniendo de calle abajo. Era un viernes por la noche, las calles estaban ocupadas y no había un taxi a la vista.
Figúrate. La suerte no había estado con ella en todo el día. ¿Por qué cambiaría ahora?
Una brisa se apoderó de ella, fuerte y picante con la sal de la bahía cercana y se estremeció. Deseó haber traído un suéter o un abrigo. No había esperado estar afuera en este momento de la noche, ya que se había ido a la fiesta directamente del trabajo.
-¿Tienes frío?
Brittany se sobresaltó y se volvió en dirección a la deliciosa voz que provenía desde detrás. Allí estaba su nueva heroína viéndose demasiado atractiva para su propio bien. El viento le alborotaba su cabello oscuro en su frente y se veía muy elegante con su vestido negro y ahora su abrigo abierto.
Bastante bien como para comérsela.
El calor tiñó sus mejillas y floreció en todo su cuerpo. De repente, ya no tenía tanto frío.
-Estoy bien. Gracias por preguntar.
Se estremeció ante sus recortadas palabras, pero no podía evitarlo. No podía olvidar la rudeza con la que esa mujer la había apartado, como si tuviera piojos o algo así.
-Hey, escucha quiero disculparme por lo que pasó antes.- Santana sonrió, encantadora y relajada y la visión hizo que sus dedos de los pies se doblaran dentro de sus sandalias. -No quise empujarte. Espero que me perdones.
-No te preocupes por eso. -La rubia agitó la mano, dando un paso hacia atrás. -Estoy agradecida de que me hayas atrapado. Habría hecho el ridículo ahí.
La morena dio un paso más cerca y Brittany capto nuevamente su perfume embriagándose e imaginándosela en una cama desnuda, oliéndola profundamente por cada milímetro de su piel.
-¿Buscas un taxi?
Su voz profunda la sacudió de la pequeña fantasía que había conjurado y sus ojos se encontraron, sosteniéndose durante un momento demasiado largo. Incómoda ella dejó que su mirada vagara, viéndola. Su postura era casual, con sus manos aferradas atrás. Ese vestido negro se extendía sobre sus redondos pechos y vientre plano y Brittany se lamió los labios, repentinamente hambrienta.
Esta mujer definitivamente funcionaría.
Sexo con una desconocida era una de las diez fantasías más populares entre las mujeres lesbianas de acuerdo con la extensa encuesta nacional llevada a cabo por las afiliadas de Curve.
Desde luego, esa morena calificaba como una extraña.
Un escalofrío se movió a través de ella. ¿Sexo con esta mujer, la mujer más guapa con la que había tenido la oportunidad de chocar y mucho menos conocer? ¿Esta sexy morena estaría siquiera interesada en ella?
-Definitivamente tienes frío. - Santana se quitó su abrigo y luego lo envolvió alrededor de ella, sus palmas acunaron sus hombros por un breve instante antes de que la soltara. -¿Mejor?
Brittany negó con la cabeza. -¿Y tú?
La morena se encogió de hombros. –No tengo frió.
La rubia dudo pero acepto. -Gracias.
El abrigo estaba aún caliente de su piel. Olía como ella, su olor le recordaba el aire fresco del otoño y quiso cerrar los ojos, respirar profundamente y absorberlo.
Pero no lo hizo.
En cambio, observó los autos que pasaban y pasó de un pie al otro, adolorida. Su valor líquido la estaba abandonando tan rápido como había llegado.
-Entonces ¿necesitas que te lleven?
-¿Qué? Oh, sí, estoy esperando un taxi que no existe.
Ella miró a la calle una vez más. No pudo evitar el sarcasmo mientras los autos pasaban volando, sin ningún taxi, al lado de ellas.
-Te puedo llevar.
Brittany se volvió hacia la morena de nuevo y se mordió el labio inferior. Su ardiente mirada la recorrió de la cabeza a los pies, haciendo una lectura lenta y su cuerpo reaccionó como si la hubiera tocado físicamente. Ella era toda hormigueos, pezones endurecidos, piel caliente y bragas resbaladizas.
Nunca había reaccionado de esta forma sólo por la mirada de una mujer.
Debería estar ofendida por la descarada manera en que la comprobaba. Pero no lo estaba, ni mucho menos. -¿Tienes auto?
-Oh, sí. Espera.- Se acerco a ella y saco su celular del bolsillo de su abrigo aspirando el olor de la rubia, apretó un botón, hablando tan bajo que no se pudo entender lo que decía. Tan rápido como había hecho la llamada, deslizó el teléfono de nuevo en el bolsillo de su abrigo, con una pequeña sonrisa en sus labios.
-¿Cómo está tu tobillo?
-¿Mi tobillo? -Ella miró su boca, encantándole la manera en que se movía cuando hablaba y su sonrisa creció.
-¿El tobillo que te torciste cuando caíste sobre mí allá en el club? –Dijo con una ceja levantada y un movimiento increíblemente sexy, sus palabras se hundieron lentamente en su cerebro lleno de alcohol.
Oh, cierto. Su tobillo. Palpitaba un poco, pero estaba bien.
-Está bien.- Agitó la mano como para alejar su lesión. -Está tan bien que ya me olvidé de él.
-De acuerdo. –La morena asintió y su mirada cayó a sus pies. -Se ve hinchado.
-¿Ah sí?- Brittany se dio la vuelta, levantando el pie para comprobar que funcionaba, pero se tambaleó otra vez.
-Whoa.
Su salvadora personal, la agarró de nuevo, sus manos envolvieron sus brazos y la mantuvieron quieta. Su corazón se agitó con su toque.
-Confía en mí, está inflamado. Dame un minuto y lo revisaré.
Un elegante Towncar Lincoln negro se estacionó junto a la acera, deteniéndose justo frente a ellas y la rubia la miró. -¿Este es tu auto?
-Por esta noche, si. –Contesto llevándola hacia la puerta trasera de pasajeros. -Ten cuidado con el tobillo cuando entres.
Brittany hizo una pausa, evaluando la situación. Estaba a punto de subir a un auto muy caro, con una mujer muy guapa que no conocía. Una mujer que tenía una bonita sonrisa, un cuerpo caliente y reflejos muy rápidos.
¿Debería hacerlo?
Santana abrió la puerta, esperando por ella con una expresión expectante en su cara y Brittany ni siquiera lo pensó, simplemente se metió en el auto y se deslizó en el asiento suave de cuero. La morena se subió detrás de ella y tiró de la puerta cerrándola, estaba tan cerca de la rubia que podía sentir el calor de su cuerpo y su aroma la envolvió, mareándola.
-¿A dónde, jefa? -El conductor estaba sonriéndoles a las dos mientras miraba por el espejo retrovisor.
-¿Dónde vives? -Los ojos marrones de la guapa morena encontraron los de la rubia y no pudo evitar tomar una respiración rápida por el calor que vio allí.
-En Emeryville. -En un apartamento infernal con una compañera malintencionada con la que trabajaba, pero no se molestaría en compartir esos pequeños detalles con ella.
Santana silbó bajo. Ir a través del Puente de la Bahía a esta hora de la noche debe ser una aventura.
-Andando amigo. -El conductor negó mientras encendía el auto y salía a la calle.
-No tienes que llevarme si es un problema. Puedo encontrar otro camino a casa. -Se sentía un poco mal haciéndola que fuera todo el camino hasta el lugar donde vivía.
La morena negó. -Confía en mí, no me importa. Ahora, ¿por qué no miro tu tobillo
y me aseguro de que está bien?
Brittany parpadeó una vez, dos veces. ¿Esa mujer quería poner sus manos sobre ella?
No sabía si podría soportarlo. -¿Qué es exactamente lo que quieres que haga?
-Déjame ver tu tobillo. Podré decirte si es un esguince o no. -Dio una palmadita en su muslo, lo que indicaba exactamente donde quería que su tobillo estuviera.
Manteniendo su vestido hasta las rodillas, ella levantó la pierna y apoyó la sandalia en su moreno muslo. Santana estaba toda mojada bajo la tela de sus bragas y muy caliente. Sus finas manos se envolvieron alrededor de su tobillo, sus dedos la sondearon suavemente y la rubia se estremeció. Todavía le dolía un poco, no era que se estuviera quejando de que la tocara.
-¿Cómo te llamas?
-¿Eh? -Su tranquila pregunta no penetró mucho su niebla cerebral. Estaba demasiado extasiada viendo sus dedos largos y bronceados tocarla, acariciando suavemente su piel. Su toque se sentía increíble, sus dedos enviaron un hormigueo deslizándose a lo largo de su cuerpo.
-¿Tu nombre? -Santana levantó la vista y su mirada se encontró con la de ella. -Y el tobillo está un poco hinchado, pero no creo que esté torcido.
-Oh. Es bueno saberlo. –La rubia hizo una pausa y esperó, sus dedos seguían acariciando su piel a pesar de que habían alejado su tobillo. Sí, ahora se estaban deslizando hasta su pantorrilla. –Brittany. Mi nombre es Brittany.
-Encantada de conocerte, Brittany. - Estiró la mano hacia la puerta y apretó un botón en el reposabrazos.
El cristal tintado que separaba el asiento trasero de la parte delantera, lentamente se deslizó hacia arriba, separándolas del chófer. -Creo que vivirás.
Brittany se rió, agradecida de haberse afeitado las piernas esta mañana, y sus dedos se curvaron alrededor de su tobillo, sosteniéndolo cuando llegó a su zapato.
-¿Te importa si te quito estos?
-Sólo si me dices tu nombre. -El flirteo fue fácil, la situación era mucho más íntima con ellas dos solas en tan estrecho espacio. Sus manos estaban en ella, con su pie situado en su regazo y ella ni siquiera sabía su nombre.
La morena hizo una pausa, pareciendo reacia a decírselo, lo que la rubia encontró extraño.
-Santana. -Está la miró, como si esperara una reacción y lo único que Brittany pudo hacer fue sonreír.
-Encantada de conocerte también, Santana.
La rubia la observó mientras le quitaba el zapato. La morena lo dejó caer en el piso con
un golpe pesado y luego sus dedos amasaron la planta de su pie.
Su toque se sentía tan bien que ella quiso gemir. Quería cerrar los ojos y disfrutar de Santana, pero pensaba que podría ser un poco demasiado. Su pulgar hizo círculos radicales lentos, empujando la parte inferior de su pie y Brittany dobló los dedos de sus pies. Su piel se tensó, poniéndose caliente y enrojecida y ella se quitó el abrigo, poniéndolo a su lado.
Si podía hacer que su pie se sintiera tan bien ¿qué pasaría con todo lo demás? Ella casi se estremeció con anticipación.
Brittany no la reconoció, Santana casi dejó escapar un suspiro de alivio. Lo último que quería era una delirante fan y que comenzara a hablar sobre lo grandiosa que era y lo triste que era que no jugara más. No necesitaba los golpes y no estaba de humor. Nunca más estaría de humor para esas tonterías.
No, en vez de eso prefería acariciar a esta mujer. Le gustaba la forma en que ella se sentaba en la esquina de su asiento, con la falda de su vestido descansando recatadamente en sus rodillas con su pie en su regazo. Aquellas sexys uñas rojas se movieron y se encontraron con su mano y el pie se movió por su muslo con cada presión de sus dedos y pulgar.
Si esa rubia se movía un poco más alto, los dedos de sus pies rozarían su mojado centro. Sólo la idea de eso hizo que el hormigueo apareciera. Esta sería una larga noche.
-Entonces, ¿qué pasa con el auto de lujo?
Si Santana podía evitar decirle exactamente quién era entonces lo haría. -Sabía que bebería esta noche y no quería conducir mi propio auto.
-¿Así que alquilaste esto en su lugar? -Sonó incrédula.
Probablemente, a pesar de que no era tan inusual para alguien de su estado hacer algo como esto. Demonios, Santana tenía un montón de dinero para gastar. Además, como una idiota esperanzada, había anticipado llevar a una mujer de vuelta con ella.
No había contado con llevarse a una más tarde, pero era esa rubia de ojos azules fue una agradable y excitante sorpresa. Una que queria disfrutar si ella la dejaba.
Cómo esperaba que hiciera.
La morena se encogió de hombros. -No quería correr ningún riesgo.
-Supongo que eso es un rasgo admirable.
-¿Supones? -Le gustaba cómo hablaba. No ocultaba nada y la mitad del tiempo parecía un poco confundida. ¿Cómo si ella la confundiera, tal vez?
Ella era preciosa. Y tenía pies sexys. Una parte del cuerpo que nunca antes había encontrado muy sexy.
-Bueno, creo que es mejor que hayas alquilado esto respecto a potencialmente conducir ebria. Aunque el plan de emborracharte no es muy admirable, sabes. -Brittany se mordió el labio inferior, la carne roja contrastaba con el destello de sus dientes blancos.
Maldición, todo lo que ella hacía era sexy.
Esta sin duda sería una larga noche.
-No tenía planes concretos de necesitar a alguien. Fue sólo por precaución. - No podía creer que estuviera defendiéndose a sí misma.
-Oh. -Ella asintió, con sus dedos de los pies doblándose de nuevo y la morena tuvo el fuerte deseo de llevar ese pie hasta sus labios y besarlo. De chuparle todos y cada uno de esos pequeños dedos con su boca.
Grandioso, ahora tenía un fetiche con los pies de esa rubia. Increíble.
-Dame el otro pie. -Cuando Brittany la miró curiosamente, Santana lo alcanzó. Metió una mano por debajo de su rodilla y se lo levantó.
La rubia captó la indirecta, descansando lentamente el otro pie en su muslo y lo extendió, metiéndose incluso más atrás en el rincón del asiento. Santana le quitó el zapato, dejándolo caer al suelo y luego comenzó a masajear la parte inferior de su pie.
Brittany tenía la cabeza inclinada hacia atrás, sus párpados estaban a media asta y frunció los labios. La expresión de placer en su rostro era inconfundible y su sexo se contrajo, de repente ansiosa, el aire se volvió demasiado cerrado.
Sí, no había duda de que le gustaba, tal vez casi tanto como ella a Santana.
Un pequeño gemido se le escapó cuando la morena masajeaba su pie y dio un toque en un lugar en particular. Santana lo empujó de nuevo, hundiendo su pulgar con profundidad, provocando otro gemido. Sus ojos brillaron a la tenue luz del exterior que pasaba por encima de ellas mientras el auto se movía y la morena dejó que sus dedos pasearan hasta su tobillo y subió por su pantorrilla. Brittany tenía la piel firme y suave y le hizo cosquillas ligeramente detrás de la rodilla, haciéndola reír.
-¿Cosquillas?
-Un poco.
-¿Se siente bien? -Su voz era profunda, y se volvió más ronca. Sus labios se entreabrieron.
El impulso de besar a esa rubia de ojos azules fue tan fuerte que casi la abrumo.
-Sí. –Susurró y Santana quiso desesperadamente oír su susurro de esa sola palabra en su oído cuando ella metiera sus dedos en su centro por primera vez. Quería oírla decir eso cuando tuviera sus pezones en su boca y los lamiera lentamente.
Más que nada, quería oír su susurro de un sí sin aliento cuando ella la hiciera
venirse, con sus centros húmedos unidos.
El sudor empañó su frente, su piel se sentía apretada y caliente.
La rubia se percato de las gotitas. -¿Tienes calor? -Su dulce voz hizo una pregunta tan inocente, pero el doble sentido conjuró todo tipo de imágenes.
Definitivamente tenía calor. Estaba positivamente ardiendo por Brittany.
-Eh, sí se puede decir eso.
-¿Quieres que mueva mis pies?
-No. -Santana hizo una pausa, sintiéndose más que lista para saltar. -Quiero que te acerques más.
Supongo que por la sinopsis ya sabrán lo que viene no?
En recompensa les dejare dos y tratare de mañana subir otro!
Disfruten lindas lectoras!
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Capitulo 1
-¿Una bebida, señorita?
Brittany Pierce tomó el cóctel que lucía delicioso de la bandeja de la camarera y se bebió la mitad de un solo trago. El alcohol abrió un camino de calor punzante en su garganta y tuvo que forzar una sonrisa, esperando como loca no toser.
-Gracias- dijo con voz ronca.
La camarera puso los ojos en blanco y se alejó.
Apretando los labios, miró el club lleno de gente. El lugar estaba repleto, lleno en su mayoría de las jóvenes y exitosas lesbianas de San Francisco y se sentía totalmente fuera de lugar.
¿Qué más era nuevo?
Esta era la primera invitación de Brittany a una de las muchas fiestas que su empleadora Curve Magazine organizaba a diario. Su editora Quinn había parecido reacia a entregarle la invitación después de informarle a Brittany de su nueva asignación. Su jefa incluso había sugerido que podía buscarse una chica potencial mientras estaba en la fiesta.
Y ya estaba fallando. Dios, quería patearse a sí misma. Finalmente, por fin le habían dado una oportunidad de tener su propia columna e iba a echarla a perder antes de que el artículo fuera escrito. Tenía que darle a la invitación un buen uso y llevar a cabo la adecuada investigación de la vida real.
Así como investigar las mejores fantasías sexuales lesbicas de una manera más cercana y personal. Sonaba loco, incluso se había resistido cuando Quinn lo sugirió, pero luego pensó ¿qué podría salir mal? Necesitaba un poco de emoción en su vida.
¿Pero podría llegar hasta el final?
Hace un par de horas habría dicho que de ninguna manera. Ahora se sentía como si no tuviera opción.
Tomó otro sorbo, más lento, de su cóctel Beso Francés. La bebida era rica, cremosa y suave y podía sentir el potente alcohol corriendo por sus venas. No era una gran bebedora, pero en este momento necesitaba calmar sus agitados nervios.
-¿Camarón?
Otra camarera mágicamente apareció con una bandeja de aperitivos en sus manos. Olían y se veían deliciosos, picantes y suculentos y tomó solo uno aunque le hubiera encantado tomar un puñado, estaba muy hambrienta.
Considerando a las flacas a morir, ultra glamorosas mujeres que la rodeaban, decidió que la moderación era la clave esta noche. Algo en lo que normalmente no era muy buena.
-Gracias- murmuró, tomando uno con cuidado.
Una mezcla de sabores picantes dulces irrumpió en su lengua y masticó lentamente, desesperada por hacer que durara. Había estado demasiado nerviosa para cenar y ahora su estómago la acosaba por ello.
Su mirada fue a la deriva alrededor del acogedor bar, la más nueva y más caliente zona de ocio nocturna recién abierta en San Francisco. El establecimiento estaba parcialmente patrocinado por alguien famoso. No podía recordar por quién y en realidad no le importaba de todos modos. Un antiguo local que había crecido en el área de la bahía y su nombre por sí solo había sacado lo mejor del brillante círculo social joven que la ciudad tenía que ofrecer.
Brittany bajó la mirada, sintiéndose decididamente desnuda. Su vestido era de flores de estilo vintage rojo y blanco de puntos polca.
Todas las mujeres que la rodeaban parecían usar llamativos vestidos de seda demasiado cortos o vaqueros ceñidos a la piel y endebles camisetas sin mangas. Su cabello era perfecto, su maquillaje aplicado ingeniosamente, joyas grandes, brillantes y caras. Una de ellas se quedó mirando a Brittany mientras tomaba otro bocado de su aperitivo de camarón, la condescendiente mirada de sus ojos entrecerrados inmediatamente llenó a la rubia de culpa. No era coqueteo. Era su facha.
Oh sí, definitivamente le recordaban a sus dos hermanas mayores. A sus hermanas inteligentes, absolutamente perfectas en todos y en cada uno de los sentidos. Hablando de deprimirse.
Dios, ¿qué estaba haciendo allí? Una desesperación teñida de irritación la llenó. No era de extrañar que rara vez viniera a este tipo de fiestas, la hacían sentirse inferior y no por lo estupendo de las mujeres, pues Brittany Pierce era bastante guapa, de un precioso cabello rubio y sus ojos azules encantaban a cualquiera. Solo le recordaban demasiado sus años de adolescencia. Ella no encajaba nunca, su forma de vida, de pensar y de vestir era bastante peculiar para los ojos de las demás. Definitivamente había estado engañándose al pensar que podría conocer a una mujer esta noche.
Era como una broma. Así que no iba a suceder, al menos no aquí. No entendía cómo había pensado que alguna vez lo haría.
Con un fuerte suspiro, Brittany empujó el resto del camarón en su boca y se dirigió hacia la salida. Tragando fuerte su bebida, fue hacia la multitud, el zumbido alcohólico rápidamente la hizo inestable sobre sus sandalias destalonadas de tacón. Dejó la copa de cóctel vacía en la bandeja de una camarera que pasaba y negó con la cabeza.
Su tobillo de repente giró sobre un objeto desconocido, la cuña de su sandalia se fue a la izquierda mientras su pie se salía. Ella tropezó, dejó escapar un pequeño chillido y estiró los brazos a ciegas, anticipando la caída. Sería una estúpida y rezó porque nadie se diera cuenta.
Pero no se cayó. Unos morenos brazos se envolvieron alrededor de su cintura, impidiéndole aterrizar en el piso y Brittany se aferró a unos desnudos hombros. Sus rodillas cedieron y se hundió contra la mujer, sus senos se aplastaron contra los de ellas, eran muy cálidos y duros.
Con las piernas temblando y su respiración trabajosa, miró a la cara de su salvadora. Dando un suspiro ya tembloroso, el corazón se le disparó mientras la miraba.
Dios, ella era guapa, insoportablemente guapa. Cabello negro largo peinado hacia el lado, de unos intensos ojos marrones y profundos que se estrecharon con preocupación. Una fina nariz, pómulos pronunciados, mandíbula firme y el juego más delicioso de labios carnosos sobre los que alguna vez hubiera tenido el privilegio de poner los ojos.
Sus manos se movieron hacia abajo, maravillándose de la fina y cálida tela de su vestido negro bajo sus palmas. El aroma de un exquisito perfume llenó el aire y ella respiró profundo, deseando más del olor. Deseando más de ella.
-¿Estás bien?- Su voz era profunda y perfecta.
Brittany intentó hablar, pero su boca colgó abierta, con el aire atrapado en sus pulmones. Esa morena era como cada una de sus fantasías, en vivo. Y la miraba como si estuviera completamente loca por ella.
-Hola. –Los dedos la morena se metieron debajo de su barbilla, el pulgar rozó su mandíbula y su piel hormigueó entrando en erupción. -¿Estás lastimada?
La rubia sacudió la cabeza, todavía incapaz de formar palabras. Debería liberar su agarre sobre aquella mujer y alejarse. Ofrecerle un breve gracias por salvarla y salir antes de que hiciera más el ridículo.
Pero no podía moverse. Sólo podía mirar su bello rostro y apretarse aún más firmemente contra su exquisito cuerpo. Ella era extremadamente sexy y ese corto vestido le quedaba a la perfección, luchó contra el impulso de tocarla, de enterrar sus manos en su alzado escote que la llamaba.
-¿Puedes sostenerte sola? ¿Te duele el tobillo?
¿Podría decirle que estaba lastimada terriblemente? ¿Pedirle que la cargara y la llevara fuera de allí? ¿O era pedir demasiado?
Sí, definitivamente era pedir demasiado.
-Estoy bien- dijo finalmente.
Su mirada cayó al cuello bronceado de su garganta y quiso deslizar su labios a lo largo de este, mordisquearlo y lamerlo hasta que la sintiera temblar.
Espera un minuto. Una de las mejores fantasías sexuales femeninas de la lista de Quinn era tener sexo con una extraña.
Brittany frunció el ceño. Siempre había pensado que la idea de tener sexo con una desconocida era completamente increíble. ¿Y si era un violadora? ¿Una asesina en serie? ¿Una enferma pervertida que la secuestraría y mantendría cautiva? No era de extrañar que nunca hubiera tomado ese riesgo. Rayos, sus temores no lo habían permitido.
Pero esta mujer incitaba a un riesgo inmediato. Sólo podía imaginar lo buena que sería en la cama y qué tan experta sería.
La mano de esa mujer finalmente se desplomó desde la barbilla de ella, aunque el otro brazo todavía estaba firmemente plantado en su cintura con la mano extendida en su espalda. Se sentía muy cómodo estar en los brazos de la morena, presionada tan cerca de ella que podía sentir cada aliento y cada movimiento de sus torneadas piernas.
A su alrededor, la fiesta seguía zumbando, podía oír el murmullo de la conversación, el tintineo de los vasos y sentir la ráfaga ocasional de viento cuando abrían la puerta delantera. Sin embargo, era como si el tiempo se hubiera detenido y las dos fueran conscientes sólo de la una y la otra.
La rubia levantó la vista para encontrarla mirándola atentamente, sus cejas estaban fruncidas, su boca suave sensual, y sus labios entreabiertos.
¿Qué se sentiría ser besada por esa carnosa boca? ¿Cómo sabría? De repente, quiso averiguarlo. Desesperadamente.
***
Santana Lopez se movió en sus pies, el delicioso paquete de mujer aún estaba en sus brazos. Su cuerpo apretado tan cerca que podía sentir la firme presión de sus pechos en cada inhalación y exhalación de ella.
Santana había estado a punto de escaparse de la fiesta cuando la vio, observando cómo su tobillo se torcía y empezaba a caer. Sin pensarlo, se abalanzó sobre ella, sus rápidos reflejos aún le permitieron moverse justo antes de que ella cayera al suelo aunque ahora su rodilla palpitaba de dolor. La mirada de agradecimiento que ella le había disparado cuando habían hecho el primer contacto visual, había hecho que su cuerpo se apretara y su sexo se contrajera con interés.
Era inusual. La morena no solía reaccionar tan rápidamente con la sola mirada de una mujer bonita. Agotada, sabía como el infierno, que era la verdad.
-¿Si te dejo ir te caerás de nuevo?
Esa guapa mujer negó lentamente, su mirada nunca dejó la suya y la miró a los ojos. Le recordaron el mar, una mezcla de remolinos azules y celestes. Su nariz y mejillas estaban sacudidas por una que otra peca. Su cabello era rubio, precioso y estaba peinado hacia atrás en una elegante cola de caballo.
Sus labios se entreabrieron, como si estuviera a punto de hablar y Santana la miró,
esperando con ansiedad. Aquellos labios finos y el inferior con esa pequeña hendidura, estaban cubiertos con una rica barra de labial cremosa de color rojo, que sólo hacía hincapié en su entrepierna.
Ella no era como su tipo habitual. En absoluto.
-No me caeré.- Su dulce voz se apoderó de Santana, haciendo que su sexo se dejara caer un potente chorro de humedad. Prácticamente la empujó lejos, no quería seguir excitándose de esa manera.
Sus ojos se abrieron y la rubia sacudió la parte delantera de su vestido como si pudiera borrar su contacto. Santana miró sus piernas, su falda era un remolino que capturaba su atención. Esas piernas eran largas, con perfectas pantorrillas, terminando en tobillos con unas peligrosas sandalias de cuña de color rojo, casi tan rojo como las lindas uñas de sus pies.
-Siento haber chocado contigo.- Su voz fue brusca, con expresión herida.
No debería haberla alejado tan bruscamente y de inmediato se sintió arrepentida.
-Gracias por atraparme.
La rubia se dio la vuelta y se alejó, con su falda todavía girando, con sus pies un poco inseguros sobre esos tacones altos. Santana la vio alejarse, aturdida. Las mujeres no se alejaban nunca de ella. Era Santana Lopez, la jugadora de tenis súper estrella.
“Snix”, estaba siempre arrollando.
Corrección, la ex jugadora de tenis súper estrella, así como la anfitriona de la fiesta de inauguración de esta noche. Y esa rubia se alejaba.
La fiesta la había aburrido, las mujeres que asistían la aburrían aún más. Todas eran iguales.
Altas, huesudas y con enormes pechos y labios inyectados de Botox. Podría tener a cualquiera de ellas con el chasquido de sus dedos, lo sabía y ellas lo sabían. Muchas mujeres la habían visto toda la noche, esperando que les diera la señal para poder acercarse.
No lo había hecho, no les daría ninguna señal. Ninguna de ellas le interesaba.
Hasta que esta torpe mujer llegó junto con sus hermosos ojos azules y con sus labios rojo rubí, un infierno de rojo rubí.
Con la determinación llenándola, fue por su abrigo que había olvidado y se movió hacia la multitud, asintiendo y sonriendo a las personas que reconocía. Su cojera no era tan pronunciada esta noche, algo en lo que había estado trabajando en la vigorosa terapia física diaria y se alegró. Sin embargo, todavía recibía miradas llenas de piedad y de preguntas.
Mierda. Despreciaba su compasión.
Su mirada se quedó fija en la entrada, dirigiéndose directamente hacia las puertas abiertas. Si era lo suficientemente rápida, tal vez podría atraparla. La necesidad de hablar con ella y saber su nombre era casi abrumadora.
¿Siquiera la habría reconocido? No lo creía, y por primera vez en mucho tiempo, le gustaba eso. Lo encontraba como un soplo de aire fresco.
No podía recordar la última vez que había respirado aire fresco.
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Capítulo 2
Brittany se quedó en la acera y estiró el cuello, comprobando los autos que se acercaban viniendo de calle abajo. Era un viernes por la noche, las calles estaban ocupadas y no había un taxi a la vista.
Figúrate. La suerte no había estado con ella en todo el día. ¿Por qué cambiaría ahora?
Una brisa se apoderó de ella, fuerte y picante con la sal de la bahía cercana y se estremeció. Deseó haber traído un suéter o un abrigo. No había esperado estar afuera en este momento de la noche, ya que se había ido a la fiesta directamente del trabajo.
-¿Tienes frío?
Brittany se sobresaltó y se volvió en dirección a la deliciosa voz que provenía desde detrás. Allí estaba su nueva heroína viéndose demasiado atractiva para su propio bien. El viento le alborotaba su cabello oscuro en su frente y se veía muy elegante con su vestido negro y ahora su abrigo abierto.
Bastante bien como para comérsela.
El calor tiñó sus mejillas y floreció en todo su cuerpo. De repente, ya no tenía tanto frío.
-Estoy bien. Gracias por preguntar.
Se estremeció ante sus recortadas palabras, pero no podía evitarlo. No podía olvidar la rudeza con la que esa mujer la había apartado, como si tuviera piojos o algo así.
-Hey, escucha quiero disculparme por lo que pasó antes.- Santana sonrió, encantadora y relajada y la visión hizo que sus dedos de los pies se doblaran dentro de sus sandalias. -No quise empujarte. Espero que me perdones.
-No te preocupes por eso. -La rubia agitó la mano, dando un paso hacia atrás. -Estoy agradecida de que me hayas atrapado. Habría hecho el ridículo ahí.
La morena dio un paso más cerca y Brittany capto nuevamente su perfume embriagándose e imaginándosela en una cama desnuda, oliéndola profundamente por cada milímetro de su piel.
-¿Buscas un taxi?
Su voz profunda la sacudió de la pequeña fantasía que había conjurado y sus ojos se encontraron, sosteniéndose durante un momento demasiado largo. Incómoda ella dejó que su mirada vagara, viéndola. Su postura era casual, con sus manos aferradas atrás. Ese vestido negro se extendía sobre sus redondos pechos y vientre plano y Brittany se lamió los labios, repentinamente hambrienta.
Esta mujer definitivamente funcionaría.
Sexo con una desconocida era una de las diez fantasías más populares entre las mujeres lesbianas de acuerdo con la extensa encuesta nacional llevada a cabo por las afiliadas de Curve.
Desde luego, esa morena calificaba como una extraña.
Un escalofrío se movió a través de ella. ¿Sexo con esta mujer, la mujer más guapa con la que había tenido la oportunidad de chocar y mucho menos conocer? ¿Esta sexy morena estaría siquiera interesada en ella?
-Definitivamente tienes frío. - Santana se quitó su abrigo y luego lo envolvió alrededor de ella, sus palmas acunaron sus hombros por un breve instante antes de que la soltara. -¿Mejor?
Brittany negó con la cabeza. -¿Y tú?
La morena se encogió de hombros. –No tengo frió.
La rubia dudo pero acepto. -Gracias.
El abrigo estaba aún caliente de su piel. Olía como ella, su olor le recordaba el aire fresco del otoño y quiso cerrar los ojos, respirar profundamente y absorberlo.
Pero no lo hizo.
En cambio, observó los autos que pasaban y pasó de un pie al otro, adolorida. Su valor líquido la estaba abandonando tan rápido como había llegado.
-Entonces ¿necesitas que te lleven?
-¿Qué? Oh, sí, estoy esperando un taxi que no existe.
Ella miró a la calle una vez más. No pudo evitar el sarcasmo mientras los autos pasaban volando, sin ningún taxi, al lado de ellas.
-Te puedo llevar.
Brittany se volvió hacia la morena de nuevo y se mordió el labio inferior. Su ardiente mirada la recorrió de la cabeza a los pies, haciendo una lectura lenta y su cuerpo reaccionó como si la hubiera tocado físicamente. Ella era toda hormigueos, pezones endurecidos, piel caliente y bragas resbaladizas.
Nunca había reaccionado de esta forma sólo por la mirada de una mujer.
Debería estar ofendida por la descarada manera en que la comprobaba. Pero no lo estaba, ni mucho menos. -¿Tienes auto?
-Oh, sí. Espera.- Se acerco a ella y saco su celular del bolsillo de su abrigo aspirando el olor de la rubia, apretó un botón, hablando tan bajo que no se pudo entender lo que decía. Tan rápido como había hecho la llamada, deslizó el teléfono de nuevo en el bolsillo de su abrigo, con una pequeña sonrisa en sus labios.
-¿Cómo está tu tobillo?
-¿Mi tobillo? -Ella miró su boca, encantándole la manera en que se movía cuando hablaba y su sonrisa creció.
-¿El tobillo que te torciste cuando caíste sobre mí allá en el club? –Dijo con una ceja levantada y un movimiento increíblemente sexy, sus palabras se hundieron lentamente en su cerebro lleno de alcohol.
Oh, cierto. Su tobillo. Palpitaba un poco, pero estaba bien.
-Está bien.- Agitó la mano como para alejar su lesión. -Está tan bien que ya me olvidé de él.
-De acuerdo. –La morena asintió y su mirada cayó a sus pies. -Se ve hinchado.
-¿Ah sí?- Brittany se dio la vuelta, levantando el pie para comprobar que funcionaba, pero se tambaleó otra vez.
-Whoa.
Su salvadora personal, la agarró de nuevo, sus manos envolvieron sus brazos y la mantuvieron quieta. Su corazón se agitó con su toque.
-Confía en mí, está inflamado. Dame un minuto y lo revisaré.
Un elegante Towncar Lincoln negro se estacionó junto a la acera, deteniéndose justo frente a ellas y la rubia la miró. -¿Este es tu auto?
-Por esta noche, si. –Contesto llevándola hacia la puerta trasera de pasajeros. -Ten cuidado con el tobillo cuando entres.
Brittany hizo una pausa, evaluando la situación. Estaba a punto de subir a un auto muy caro, con una mujer muy guapa que no conocía. Una mujer que tenía una bonita sonrisa, un cuerpo caliente y reflejos muy rápidos.
¿Debería hacerlo?
Santana abrió la puerta, esperando por ella con una expresión expectante en su cara y Brittany ni siquiera lo pensó, simplemente se metió en el auto y se deslizó en el asiento suave de cuero. La morena se subió detrás de ella y tiró de la puerta cerrándola, estaba tan cerca de la rubia que podía sentir el calor de su cuerpo y su aroma la envolvió, mareándola.
-¿A dónde, jefa? -El conductor estaba sonriéndoles a las dos mientras miraba por el espejo retrovisor.
-¿Dónde vives? -Los ojos marrones de la guapa morena encontraron los de la rubia y no pudo evitar tomar una respiración rápida por el calor que vio allí.
-En Emeryville. -En un apartamento infernal con una compañera malintencionada con la que trabajaba, pero no se molestaría en compartir esos pequeños detalles con ella.
Santana silbó bajo. Ir a través del Puente de la Bahía a esta hora de la noche debe ser una aventura.
-Andando amigo. -El conductor negó mientras encendía el auto y salía a la calle.
-No tienes que llevarme si es un problema. Puedo encontrar otro camino a casa. -Se sentía un poco mal haciéndola que fuera todo el camino hasta el lugar donde vivía.
La morena negó. -Confía en mí, no me importa. Ahora, ¿por qué no miro tu tobillo
y me aseguro de que está bien?
Brittany parpadeó una vez, dos veces. ¿Esa mujer quería poner sus manos sobre ella?
No sabía si podría soportarlo. -¿Qué es exactamente lo que quieres que haga?
-Déjame ver tu tobillo. Podré decirte si es un esguince o no. -Dio una palmadita en su muslo, lo que indicaba exactamente donde quería que su tobillo estuviera.
Manteniendo su vestido hasta las rodillas, ella levantó la pierna y apoyó la sandalia en su moreno muslo. Santana estaba toda mojada bajo la tela de sus bragas y muy caliente. Sus finas manos se envolvieron alrededor de su tobillo, sus dedos la sondearon suavemente y la rubia se estremeció. Todavía le dolía un poco, no era que se estuviera quejando de que la tocara.
-¿Cómo te llamas?
-¿Eh? -Su tranquila pregunta no penetró mucho su niebla cerebral. Estaba demasiado extasiada viendo sus dedos largos y bronceados tocarla, acariciando suavemente su piel. Su toque se sentía increíble, sus dedos enviaron un hormigueo deslizándose a lo largo de su cuerpo.
-¿Tu nombre? -Santana levantó la vista y su mirada se encontró con la de ella. -Y el tobillo está un poco hinchado, pero no creo que esté torcido.
-Oh. Es bueno saberlo. –La rubia hizo una pausa y esperó, sus dedos seguían acariciando su piel a pesar de que habían alejado su tobillo. Sí, ahora se estaban deslizando hasta su pantorrilla. –Brittany. Mi nombre es Brittany.
-Encantada de conocerte, Brittany. - Estiró la mano hacia la puerta y apretó un botón en el reposabrazos.
El cristal tintado que separaba el asiento trasero de la parte delantera, lentamente se deslizó hacia arriba, separándolas del chófer. -Creo que vivirás.
Brittany se rió, agradecida de haberse afeitado las piernas esta mañana, y sus dedos se curvaron alrededor de su tobillo, sosteniéndolo cuando llegó a su zapato.
-¿Te importa si te quito estos?
-Sólo si me dices tu nombre. -El flirteo fue fácil, la situación era mucho más íntima con ellas dos solas en tan estrecho espacio. Sus manos estaban en ella, con su pie situado en su regazo y ella ni siquiera sabía su nombre.
La morena hizo una pausa, pareciendo reacia a decírselo, lo que la rubia encontró extraño.
-Santana. -Está la miró, como si esperara una reacción y lo único que Brittany pudo hacer fue sonreír.
-Encantada de conocerte también, Santana.
La rubia la observó mientras le quitaba el zapato. La morena lo dejó caer en el piso con
un golpe pesado y luego sus dedos amasaron la planta de su pie.
Su toque se sentía tan bien que ella quiso gemir. Quería cerrar los ojos y disfrutar de Santana, pero pensaba que podría ser un poco demasiado. Su pulgar hizo círculos radicales lentos, empujando la parte inferior de su pie y Brittany dobló los dedos de sus pies. Su piel se tensó, poniéndose caliente y enrojecida y ella se quitó el abrigo, poniéndolo a su lado.
Si podía hacer que su pie se sintiera tan bien ¿qué pasaría con todo lo demás? Ella casi se estremeció con anticipación.
Brittany no la reconoció, Santana casi dejó escapar un suspiro de alivio. Lo último que quería era una delirante fan y que comenzara a hablar sobre lo grandiosa que era y lo triste que era que no jugara más. No necesitaba los golpes y no estaba de humor. Nunca más estaría de humor para esas tonterías.
No, en vez de eso prefería acariciar a esta mujer. Le gustaba la forma en que ella se sentaba en la esquina de su asiento, con la falda de su vestido descansando recatadamente en sus rodillas con su pie en su regazo. Aquellas sexys uñas rojas se movieron y se encontraron con su mano y el pie se movió por su muslo con cada presión de sus dedos y pulgar.
Si esa rubia se movía un poco más alto, los dedos de sus pies rozarían su mojado centro. Sólo la idea de eso hizo que el hormigueo apareciera. Esta sería una larga noche.
-Entonces, ¿qué pasa con el auto de lujo?
Si Santana podía evitar decirle exactamente quién era entonces lo haría. -Sabía que bebería esta noche y no quería conducir mi propio auto.
-¿Así que alquilaste esto en su lugar? -Sonó incrédula.
Probablemente, a pesar de que no era tan inusual para alguien de su estado hacer algo como esto. Demonios, Santana tenía un montón de dinero para gastar. Además, como una idiota esperanzada, había anticipado llevar a una mujer de vuelta con ella.
No había contado con llevarse a una más tarde, pero era esa rubia de ojos azules fue una agradable y excitante sorpresa. Una que queria disfrutar si ella la dejaba.
Cómo esperaba que hiciera.
La morena se encogió de hombros. -No quería correr ningún riesgo.
-Supongo que eso es un rasgo admirable.
-¿Supones? -Le gustaba cómo hablaba. No ocultaba nada y la mitad del tiempo parecía un poco confundida. ¿Cómo si ella la confundiera, tal vez?
Ella era preciosa. Y tenía pies sexys. Una parte del cuerpo que nunca antes había encontrado muy sexy.
-Bueno, creo que es mejor que hayas alquilado esto respecto a potencialmente conducir ebria. Aunque el plan de emborracharte no es muy admirable, sabes. -Brittany se mordió el labio inferior, la carne roja contrastaba con el destello de sus dientes blancos.
Maldición, todo lo que ella hacía era sexy.
Esta sin duda sería una larga noche.
-No tenía planes concretos de necesitar a alguien. Fue sólo por precaución. - No podía creer que estuviera defendiéndose a sí misma.
-Oh. -Ella asintió, con sus dedos de los pies doblándose de nuevo y la morena tuvo el fuerte deseo de llevar ese pie hasta sus labios y besarlo. De chuparle todos y cada uno de esos pequeños dedos con su boca.
Grandioso, ahora tenía un fetiche con los pies de esa rubia. Increíble.
-Dame el otro pie. -Cuando Brittany la miró curiosamente, Santana lo alcanzó. Metió una mano por debajo de su rodilla y se lo levantó.
La rubia captó la indirecta, descansando lentamente el otro pie en su muslo y lo extendió, metiéndose incluso más atrás en el rincón del asiento. Santana le quitó el zapato, dejándolo caer al suelo y luego comenzó a masajear la parte inferior de su pie.
Brittany tenía la cabeza inclinada hacia atrás, sus párpados estaban a media asta y frunció los labios. La expresión de placer en su rostro era inconfundible y su sexo se contrajo, de repente ansiosa, el aire se volvió demasiado cerrado.
Sí, no había duda de que le gustaba, tal vez casi tanto como ella a Santana.
Un pequeño gemido se le escapó cuando la morena masajeaba su pie y dio un toque en un lugar en particular. Santana lo empujó de nuevo, hundiendo su pulgar con profundidad, provocando otro gemido. Sus ojos brillaron a la tenue luz del exterior que pasaba por encima de ellas mientras el auto se movía y la morena dejó que sus dedos pasearan hasta su tobillo y subió por su pantorrilla. Brittany tenía la piel firme y suave y le hizo cosquillas ligeramente detrás de la rodilla, haciéndola reír.
-¿Cosquillas?
-Un poco.
-¿Se siente bien? -Su voz era profunda, y se volvió más ronca. Sus labios se entreabrieron.
El impulso de besar a esa rubia de ojos azules fue tan fuerte que casi la abrumo.
-Sí. –Susurró y Santana quiso desesperadamente oír su susurro de esa sola palabra en su oído cuando ella metiera sus dedos en su centro por primera vez. Quería oírla decir eso cuando tuviera sus pezones en su boca y los lamiera lentamente.
Más que nada, quería oír su susurro de un sí sin aliento cuando ella la hiciera
venirse, con sus centros húmedos unidos.
El sudor empañó su frente, su piel se sentía apretada y caliente.
La rubia se percato de las gotitas. -¿Tienes calor? -Su dulce voz hizo una pregunta tan inocente, pero el doble sentido conjuró todo tipo de imágenes.
Definitivamente tenía calor. Estaba positivamente ardiendo por Brittany.
-Eh, sí se puede decir eso.
-¿Quieres que mueva mis pies?
-No. -Santana hizo una pausa, sintiéndose más que lista para saltar. -Quiero que te acerques más.
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Supongo que por la sinopsis ya sabrán lo que viene no?
¡Fer Brittana4ever!***** - Mensajes : 212
Fecha de inscripción : 19/08/2013
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Wanky!!!
Hola me encanto el cap!!! (Los caps)
Me alegro que britt no sufriera ninguna caída!! Gracias a eso conoció a san
Espero el cap
Xoxo
Hola me encanto el cap!!! (Los caps)
Me alegro que britt no sufriera ninguna caída!! Gracias a eso conoció a san
Espero el cap
Xoxo
adi-santybritt- ---
- Mensajes : 553
Fecha de inscripción : 27/07/2013
Edad : 30
Camila18**** - Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 28/05/2013
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
:O
esta genial el fic solo dire
WANKY!!!
saludos
esta genial el fic solo dire
WANKY!!!
saludos
raxel_vale****** - Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 34
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Ha estado demasiado Wanky y apenas lleva 2 caps :o
Espero tu atualizacion prontoooo!
Saludos :)
Espero tu atualizacion prontoooo!
Saludos :)
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
wow haha continua asi con fetiches y fantasias tan excitantes haha.
madridcks*** - Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 15/05/2013
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
Seguiras con el FF?
Es que.. ha estado tan Wanky *-* & no vuelves :(
Es que.. ha estado tan Wanky *-* & no vuelves :(
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Edad : 39
Re: [Resuelto]Fanfic Placeres Condescendientes "Capitulo 1 & 2"
cvlbrittana-*- - Mensajes : 2510
Fecha de inscripción : 27/02/2012
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Lun Mar 14, 2022 3:20 pm por Laidy T
» Busco fanfic brittana
Lun Feb 28, 2022 10:01 pm por lana66
» Busco fanfic
Sáb Nov 21, 2020 2:14 pm por LaChicken
» [Resuelto]Brittana: (Adaptación) El Oscuro Juego de SATANÁS... (Gp Santana) Cap. 7 Cont. Cap. 8
Jue Sep 17, 2020 12:07 am por gaby1604
» [Resuelto]FanFic Brittana: La Esposa del Vecino (Adaptada) Epílogo
Mar Sep 08, 2020 9:19 am por Isabella28
» Brittana: Destino o Accidente (GP Santana) Actualizado 17-07-2017
Dom Sep 06, 2020 10:27 am por Isabella28
» [Resuelto]Mándame al Infierno pero Besame (adaptación) Gp Santana Cap. 18 y Epilogo
Vie Sep 04, 2020 12:54 am por gaby1604
» Fic Brittana----Más aya de lo normal----(segunda parte)
Mar Ago 25, 2020 7:50 pm por atrizz1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Lun Ago 03, 2020 5:10 pm por marthagr81@yahoo.es
» Que pasó con Naya?
Miér Jul 22, 2020 6:54 pm por marthagr81@yahoo.es
» [Resuelto]FanFic Brittana: Medianoche V (Adaptada) Cap 31
Jue Jul 16, 2020 7:16 am por marthagr81@yahoo.es
» No abandonen
Miér Jun 17, 2020 3:17 pm por Faith2303
» FanFic Brittana: " Glimpse " Epilogo
Vie Abr 17, 2020 12:26 am por Faith2303
» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
» [Resuelto]FanFic Brittana: Wallbanger 3 Last Call (Adaptada) Epílogo
Miér Mayo 08, 2019 9:25 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Comportamiento (Adaptada) Epílogo
Miér Abr 10, 2019 9:29 pm por 23l1
» [Resuelto]FanFic Brittana: Justicia V (Adaptada) Epílogo
Lun Abr 08, 2019 8:29 pm por 23l1