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Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
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Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Tócame Despacio.
Sinopsis.
Un par de manos lo agarraron con fuerza y lo inmovilizaron. La ropa fue arrancada de su cuerpo, desgarrando cada prenda a tirones. Sus súplicas resonaron por la habitación y luego fueron reemplazadas por gritos de agonía mientras su cuerpo era violado. El aroma almizclado del sudor y alcohol alcanzó sus fosas nasales, causándole nauseas mientras permanecía debajo del cuerpo que constantemente embestía el suyo. Su mente comenzó a cerrarse. No sintió ni escuchó nada, simplemente se convirtió en la nada. Unos dedos se enterraron en su piel y lo lastimaron. De repente, un líquido cálido llenó su interior y el cuerpo sobre el suyo colapsó. Al intentar moverse, un dolor inimaginable abarcó un costado de su rostro y gritó nuevamente mientras la sangre rodaba por su cara inundando su nariz y su boca, ahogando sus gritos. Tosió una y otra vez, tratando de evitar que el líquido rojizo llegara a sus pulmones.—¡Ahora nadie te querrá! ¡Siempre serás mío!
N/T: ¡Hola! Sí, yo otra vez, jodiendo con otra fic.
Sé que tengo dos más en proceso, pero "Química Perfecta" ya casi termina, y leí este libro el otro día y fue uno de los mejores que pude haber visto. En serio.
Voy a aclarar otra vez que ESTA FIC ES UNA ADAPTACIÓN DE UN LIBRO DE J.R. LOVELESS, y todos los créditos son para esta fantástica escritora.
Bueno, ojalá les halla gustado la sinopsis, y les juro que vale la pena leer esto.
Aclaro, voy a actualizar todos los viernes, y si me siento buena, capaz que algún otro día, ah.
Ojalá disfruten la adaptación tanto o más como yo lo hice con el libro :).
Última edición por RiveraMyLove el Vie Ene 10, 2014 8:18 pm, editado 3 veces
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
OMG OMG OMG
Me encanto la sinopsis y espero leer el primer capitulo pronto porque esta genial este fic
Me tendras aqui muy seguido, eso te lo aseguro
Anyway, enserio espero con ansias el primer capitulo
bye
Me encanto la sinopsis y espero leer el primer capitulo pronto porque esta genial este fic
Me tendras aqui muy seguido, eso te lo aseguro
Anyway, enserio espero con ansias el primer capitulo
bye
Justlit Klainer****** - Mensajes : 383
Fecha de inscripción : 30/10/2013
Edad : 24
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Ya quiero el primer capítulo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
ola me encanto mucho la sinopsis espero el primer capitulo con muchas ansias se ve genial la historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me encanto.
Se ve muy interesante.
Ya quiero leer mas.
Saludos!!
Se ve muy interesante.
Ya quiero leer mas.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
ME GUSTÓ BASTANTE LA SINOPSIS, AUNQUE ME PUSO MUY TRISTEEEE :( JAJAJAJA NO TARDES EN SUBIR!
Invitado- Invitado
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Hola!
Ya quiero leer como se desarrolla la historia...
Espero ansiosa el primer capítulo
Besos
Ya quiero leer como se desarrolla la historia...
Espero ansiosa el primer capítulo
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me gusta, me gusta *u* espero el primer capítulo, askdjs.
Invitado- Invitado
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
JustlitKlainer_206 escribió:OMG OMG OMG
Me encanto la sinopsis y espero leer el primer capitulo pronto porque esta genial este fic
Me tendras aqui muy seguido, eso te lo aseguro
Anyway, enserio espero con ansias el primer capitulo
bye
¡Me alegra que te guste, ya actualizo :). Besos.
Gabriela Cruz escribió:Ya quiero el primer capítulo.
Ya actualizo :).
gleeclast escribió:ola me encanto mucho la sinopsis espero el primer capitulo con muchas ansias se ve genial la historia
¡Hola! Me alegra que te guste, ya actualizo difjgbsdfg.
Alexx Colfer Klainer escribió:Me encanto.
Se ve muy interesante.
Ya quiero leer mas.
Saludos!!
¡Me alegra que te guste :9. Ya actualizo, besos.
dereqarce escribió:ME GUSTÓ BASTANTE LA SINOPSIS, AUNQUE ME PUSO MUY TRISTEEEE :( JAJAJAJA NO TARDES EN SUBIR!
¡Me alegra que te guste! Sí, es muy triste :(, pero bueno, ya se va a poner mejor dfjkgnfdg. Ya actualizo.
Darrinia escribió:Hola!
Ya quiero leer como se desarrolla la historia...
Espero ansiosa el primer capítulo
Besos
¡Hola!
Ya actualizo, besos :).
Milu Colfer ღ escribió:Me gusta, me gusta *u* espero el primer capítulo, askdjs.
¡Ya actualizo, Mili! Gracias por leer ifdgdfg.
Capítulo 1.
Kurt Hummel se sentó súbitamente respirando de forma acelerada; su cuerpo estaba empapado en sudor y había mojado las sábanas a su alrededor. El terror lo inundó al recordar aquellos momentos que le eran imposibles de olvidar.
Sus ojos celestes se movieron alrededor del diminuto apartamento que había
alquilado, buscando los demonios escondidos en la oscuridad. Se dejó caer abatido en la cama, luchando por controlar su respiración y ahuyentar el terror. Los sucesos de aquel día nuevamente habían abierto la puerta de sus recuerdos. Ahora ya con diecinueve años, vivía solo y hoy otra vez había sido despedido de su empleo. Su temor a los hombres grandes siempre hacía que fuera despedido porque no podía controlar sus ataques de pánico. Suspirando, Kurt pasó una delgada y temblorosa mano por su rostro. Sabía que no sería capaz de volver a dormir, así que se levantó de la cama y se preparó una taza de café.
Encendió la luz y caminó hacia el fregadero para llenar la cafetera de agua. La prendió y se sentó a esperar, mientras encendía un cigarrillo. El apartamento en el que vivía era todo lo que podía pagar: pequeño y sencillo, de un solo ambiente que consistía en una cocina, un dormitorio y un pequeño baño en el que apenas si cabía. Se pasó la mano por la horrenda cicatriz que comenzaba en su ojo izquierdo pavor que sentía y que lo hacía querer ocultarse cada vez que miraba a una persona intimidante y llegaba hasta la comisura de su boca. Nadie quería contratarlo más que para trabajo manual debido a su rostro. A la mayoría de personas se les hacía difícil no quedársele mirando o sentirse asqueadas y por eso evitaban mirarlo a la cara.
Mañana regresaría a la agencia de empleo y vería si había alguna oportunidad para él. El gerente ya se estaba cansado, pero no podía evitar el pavor que sentía y que lo hacía querer ocultarse cada vez que miraba a una persona intimidante.
El café terminó de hervir, apagó su cigarrillo y tomó la única taza que tenía, lo lavó y llenó con café caliente. Lo olfateó con apreciación y sorbió titubeante, luego hizo un gesto de dolor cuando el líquido quemó su lengua.
Siempre había sido delgado y un tanto femenino. Su cabello castaño con tintes rubios estaba estilizado y peinado hacia arriba y las capas le daban una apariencia mucho más femenina. Atraía a los hombres de una manera inimaginable. Podría parecer más pequeño de lo que era, a pesar de medir más de 1.70 metros, pero era fuerte físicamente debido a los muchos trabajos que había realizado en los que se le requería levantar cosas pesadas. A pesar de los músculos que había desarrollado, continuaba escondiéndose al ver hombres dominantes. Era emocionalmente inestable por todas las experiencias que había tenido en su vida y se esforzaba lo más que podía para no permitir que esos pensamientos y recuerdos lo controlaran.
El amanecer comenzó a reflejarse en el cielo, Kurt se dirigió a la ducha y se vistió con uno de los pocos trajes que tenía. Cerró con llave la puerta al salir, bajó por las escaleras y esquivó al ebrio que estaba postrado al final de éstas. El área en la que residía no era considerada muy saludable ni segura, pero era barata y la única que podía pagar. El tráfico ya había comenzado a fluir por las calles de la ciudad de Nueva York mientras caminaba por entre la multitud de transeúntes hacia la agencia de empleo. Al llegar, le mostró a Will Shuester, el gerente, una sonrisa tímida.
—No sé qué voy a hacer contigo chico. —Will le regañó. No sabía cuál era la historia del muchacho, pero sabía que algo malo le había ocurrido. La mirada aterrada que siempre estaba presente en los ojos del adolescente se lo hacía saber.
— ¿Cuántos trabajos has tenido en estas últimas tres semanas? ¿Cinco? Déjame ver si encuentro algo más. —dijo suspirando. Kurt le mostró un gesto agradecido y se dejó caer encima de una de las viejas sillas de vinilo que estaban en frente de la recepción, mientras Will regresaba a su oficina.
Transcurrieron treinta minutos antes de que Will regresara. Se le había ocurrido una gran idea, al menos esperaba que Kurt pensara lo mismo.
—Escucha Kurt, ¿te molestaría irte de la ciudad?
— ¿Cómo? —preguntó Kurt con voz un tanto aguda. Casi no la usaba, pues no tenía amigos y su temor por los extraños lo mantenía en silencio la mayor parte del tiempo.
—Bueno, sé que tienes problemas con los grupos de personas, pero mi primo necesita ayuda para cocinar y asear en su rancho de Montana. ¿Sabes cocinar?
Kurt se le quedó mirando sorprendido. Era un excelente cocinero, o eso creía él. Le encantaba cocinar y lo llevaba haciendo desde que tenía doce años.
—Yo... no sé qué pensarán. Creo que soy buen cocinero, pero... ¿Montana? —La idea le llamaba la atención, era su oportunidad para irse de la ciudad y alejarse de las multitudes de personas.
—Aunque sólo será por tres meses. Después de eso, tendrás que encontrar otra cosa. Verás, tiene muchos trabajadores y el personal del rancho se va a incrementar debido a la temporada alta que se aproxima. Así que necesita a alguien que pueda cocinar en grandes cantidades. ¿Puedo confiarte este trabajo, muchacho? —Will preguntó suavemente.
Kurt asintió y luego miró sus manos.
— ¿Qué pasará con mi apartamento?
—Tendrás que deshacerte de él, pero si tienes problemas cuando transcurran los tres meses, podrás quedarte conmigo hasta que encuentres uno nuevo. —Ofreció Will con entusiasmo.
— ¿Le importará a tu primo el hecho de que sea... gay? —Kurt preguntó suavemente.
—Ya lo llamé. Sabe que eres un hombre y no le molesta mientras sepas cocinar. No es que vayas a dormir con él ni nada.
Kurt levantó la cabeza y sus ojos se abrieron en señal de pánico, pero cuando por fin comprendió las palabras de Will, asintió.
—Muy bien. Supongo que está bien.
—Bien. Te marcharás mañana. Habrá un billete de avión esperándote en el aeropuerto. —Le dijo Will.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
me encanto mucho el primer capitulo pobre kurt espero pronto se conozcan blaine y kurt espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso se ve genial la historia ya quiero ver como se desarrolla
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Estuvo hermoso, no tardes con más capítulos y felices fiestas.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Hola
Me ha gustado mucho. Pobre Kurt, quién le ha marcado la cara que le mato... espero que pronto se encuentre con Blaine.
Actualiza pronto.
Besos
Me ha gustado mucho. Pobre Kurt, quién le ha marcado la cara que le mato... espero que pronto se encuentre con Blaine.
Actualiza pronto.
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Hola, este fic se ve interesante
Pobre de Mi Kurt, pero bueno, así al fin conocerá a Blaine
Pobre de Mi Kurt, pero bueno, así al fin conocerá a Blaine
Gaby Klainer********-*- - Mensajes : 911
Fecha de inscripción : 01/07/2013
Edad : 24
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me encanto.
Pobre Kurt.
Espero y logre vencer su miedo.
Y que consiga una mejor casa.
Ojala y le vaya mejor en Montana.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
Pobre Kurt.
Espero y logre vencer su miedo.
Y que consiga una mejor casa.
Ojala y le vaya mejor en Montana.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Estuvo estupendo, espero que le vaya bien en Montana, ya quiero que aparezca Blaine, ame el episodio.
Klisses y abrazos.
Klisses y abrazos.
Klaine4-eva*** - Mensajes : 149
Fecha de inscripción : 16/05/2013
Edad : 26
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Capítulo II.
Se puso de pie súbitamente, temeroso de pensar en lo que se había involucrado y se dirigió a su apartamento a empacar sus escasas pertenecías. Había pocos artículos de índole personal, pues el apartamento estaba parcialmente amueblado cuando lo alquiló. Lo único que tenía que llevarse con él eran unos cuantos artículos de ropa, su cafetera y algunos diarios en los que había escrito canciones. Amaba escribir canciones hermosas y trágicas. Era una forma mediante la cual podía exteriorizar sus miedos y el deseo de ser amado, aunque sabía que eso jamás pasaría debido a las cicatrices emocionales y físicas que llevaba consigo.
Al día siguiente, mientras estaba parado en la fila del mostrador, con una bolsa a su lado sobre el suelo, Kurt sintió miradas curiosas enfocándose en la cicatriz de su rostro y se mordió el labio para evitar gritar a los extraños que lo dejaran en paz. Siempre era lo mismo, sin importar adónde fuera, las personas se quedaban mirando su grotesca cara. La línea avanzó y por fin llegó al frente para reclamar su billete. Mostró su identificación a la recepcionista y momentos más tarde, estaba sentado en la sala de espera deseando que su vuelo fuera llamado. Sacó el libro blanco y negro de composiciones, se veía bastante viejo por el uso constante, y se puso a escribir. Casi había terminado una canción cuando por fin anunciaron su vuelo y la completó de camino a Montana. Se hubiera quedado dormido todo el camino de no ser porque la azafata lo despertó cuando comenzó a llorar dormido. Le mostró una sonrisa y sacudió la cabeza cuando le preguntó si necesitaba algo.
Cuando el avión de Kurt aterrizó, el joven entró en el aeropuerto y comenzó a mirar por todos lados hasta que encontró la cinta transportadora de equipaje. Caminó hacia adelante y buscó su maleta azul. Luego escuchó una voz detrás de él llamarlo por su nombre y se dio la vuelta para toparse con un hombre un poco más bajo que él. —Soy Kurt Hummel —dijo acercándose al hombre, esperando la misma reacción ante su cicatriz, pero para su sorpresa, jamás ocurrió.
En su lugar, el pequeño hombre le sonrió su bronceado rostro se arrugó y sus ojos azules parecieron sonreírle también.
—Soy Charlie. El capataz de Blaine. ¿Sólo has traído eso?—Preguntó frunciendo el ceño al ver la bolsa en las manos de Kurt.
—Sí. —dijo Kurt sin entrar en explicaciones.
—De acuerdo. Vamos. ¿Algún problema con tu vuelo? —El pequeño hombre lo guió hacia la vieja camioneta que se encontraba frente a las puertas del aeropuerto.
Kurt lanzó la bolsa en la parte trasera del auto y se acomodó en el asiento del pasajero.
—Estuvo bien.
—No hablas mucho, ¿eh? Eso es bueno supongo, ya que estarás solo la mayor parte del día. —Respondió Charlie, encendiendo el vehículo.
El camino del aeropuerto al rancho les llevó entre cuarenta y cinco minutos y una hora. Kurt escuchaba hablar al pequeño hombre mientras conducía y respondía con una o dos oraciones de vez en cuando.
—Ah, hemos llegado. —anunció Charlie, estacionando frente al rancho.
Kurt lo miró con curiosidad, preguntándose qué tipo de rancho era. Cercas blancas rodeaban el empolvado camino y pudo ver a varios hombres en la distancia algunos a caballo y otros a pie. El temor comenzó a apoderarse de él al ver a tantos hombres, pero tosió y logró preguntar.
— ¿Caballos y reses?
—Reses. Los caballos que tiene Blaine son para trabajar en el rancho. Ah, está justo allí, en el corral. —Charlie señaló a un hombre que estaba de espaldas.
Era bajo y estaba vestido con una camisa de franela, pantalones desteñidos y un sombrero negro. Kurt tragó nerviosamente cuando vio su ancha espalda, preguntándose si sólo estaba imaginándose la pequeña altura del hombre. Lentamente se subió en el vehículo para sacar su bolsa. Hizo un gesto de dolor al escuchar a Charlie gritar.
— ¡Blaine! ¡Oye, Blaine!—Charlie movió su sombrero para llamar la atención del vaquero y entonces éste comenzó a caminar hacia ellos.
Su ansiedad aumentó al ver que el hombre se acercaba. Era más bajo que Kurt, quizás cinco centímetros, pero eso no evitó su nerviosismo. Su corazón latió con más fuerza alicatarse de la apariencia del hombre. ¿En qué demonios estaba pensando? El hombre emanaba sexualidad y peligro. Tenía hermosos músculos, ojos avellanas y el cabello café de un tono chocolate, que parecía haber sido cortado con un par de tijeras para niños, dejando rulos de diferentes tamaños enroscarse sobre su cabeza. Su piel estaba tan bronceada como una bota de cuero, y lucía unas ligeras líneas de expresión alrededor de sus ojos y en el anverso de sus manos. Tenía largas piernas que parecían capaces de avanzar grandes distancias en cuestión de segundos.
—Eres muy tímido, ¿no? —Blaine dijo al acercarse. Extendió una mano en saludo. —Blaine Anderson. —Frunció el ceño al ver la mirada atemorizada y la reacción del chico. Fijó su atención en la cicatriz de su rostro y fue incapaz de imaginarse qué podría haber dejado tal marca en la pálida y suave piel.
Kurt colocó su mano en la de Blaine lenta y reaciamente. Pareció como si la mano del otro hombre se tragara la suya. La alejó inmediatamente.
—Ku-Kurt Hummel.
—Vamos, te mostraré la casa. —Blaine subió al pórtico, sacudió la cabeza al pensar cómo era posible que un delgado adolescente como éste estuviera interesado en encerrarse en un rancho durante tres meses. Su primo no le había dicho mucho: sólo que era un joven desesperado y necesitaba un empleo, así que por eso aceptó. —Espero que sepas cocinar porque de lo contrario te meterás en serios problemas con un montón de hombres hambrientos. —Blaine dijo con tono de burla, tratando de hacer que el chico se relajara.
Un pequeño grito de terror se escapó de los labios de Kurt antes que éste pudiera contenerlo y Blaine se detuvo inmediatamente, girándose para mirarlo.
—Era una broma, chico —dijo para relajarlo. Vio el temor que reflejaba el rostro del joven— ¿Sabes cocinar?
Kurt asintió y se relajó ligeramente.
—Sí, comencé a cocinar a los doce.
Blaine asintió antes de entrar a la casa y Kurt lo siguió titubeante.
—Ésta es la cocina. Todos los artículos están la despensa. Bien, hay unos veinte hombres en el rancho y tendrás que cocinar lo suficiente para alimentarlos. ¿Lo comprendes?
—Sí. —Al mencionar la cantidad de hombres que había, Kurt nuevamente se regañó a sí mismo por ser tan estúpido y llegar a un lugar como éste sin conocer a nadie. Aunque tampoco era que conociera a nadie en Nueva York aparte de Will.
—Bien, cuando necesites reabastecer, simplemente haz una lista y enviaré a Charlie por las cosas. Hay poco que hacer durante las noches, así que espero que no te moleste la tranquilidad del lugar. Te mostraré dónde vas a dormir. —Blaine le indicó a Kurt que debía seguirlo y lo guió por un corredor de la primera planta hasta que llegaron a un dormitorio en la parte trasera.
Los ojos de Kurt se abrieron en señal de sorpresa. Supuso que el dormitorio era del mismo tamaño que todo su apartamento y el cuarto de baño era por lo menos tres veces más grande que el anterior, que parecía una cabina telefónica.
—Cielos —dijo sorprendido y no advirtió la ligera sonrisa en los labios de Blaine.
—Tendrás que preparar desayuno, almuerzo y cena. El desayuno es a las 5 de la mañana. Necesitas empacar almuerzos para los hombres, que comerán afuera, exceptuando mañana. Comenzaremos a marcar y castrar las reses que han traído. La cena por lo general es a las seis. Asegúrate de tener todo para esa hora. El almuerzo del día de hoy ya se ha servido, así que te tocará hacer la cena. Te sugiero que comiences en cuanto desempaques tus cosas ya que son más de las dos. —Blaine observó cómo el chico caminaba alrededor de su dormitorio mirando todas las cosas. Se sintió conmovido y a la vez triste: parecía haber transcurrido mucho tiempo desde que el chico hubiera estado en un lugar agradable. Ese hecho hizo que el corazón se le rompiera con simpatía y lástima. —Tengo que regresar, pero volveré a las seis.
—Muy bien. —Kurt respondió viendo partir al hombre.
Rápidamente guardó la poca ropa que tenía, acomodó en el armario su bolsa con la cafetera y puso su libro de canciones en la cama; luego se dirigió a la puerta en dirección a la cocina.
La despensa tenía más comida de la que hubiera visto en toda su vida, exceptuando los supermercados, y caminó por el lugar observándolo todo. Después de decidir qué sería lo más fácil de cocinar en grandes cantidades, Kurt se dejó llevar por el amor que sentía por cocinar. Para las cinco y media, ya tenía platos humeantes de pollo frito y tres canastas de pan, tres enormes platos de puré de patatas y un enorme plato de salsa de carne en una encimera al lado de la mesa del comedor. También tenía un enorme pastel de manzana para el postre, que estaba calentándose en el horno. Se tensó al escuchar el sonido de las voces de los hombres que se aproximaban a la casa y luego regresó a la cocina, tratando de permanecer oculto.
Blaine se preguntó cómo le estaría yendo al chico, pero no tuvo nada de qué preocuparse. En el momento en el que regresaron a la casa, se le hizo agua la boca al oler las delicias que les esperaban. Sus ojos se abrieron de la sorpresa al ver los humeantes platos de comida y los hombres dejaron de hablar al entrar a la casa, todos se quedaron boquiabiertos.
—Cieeeeeeeeeelos, mirad esto.
Kurt sonrió al escuchar las palabras de uno de los hombres, pero permaneció al otro lado de la puerta oyendo cómo las sillas eran corridas sobre el piso de madera y cómo los cubiertos chocaban contra los platos. Una vez los hombres se acomodaron para comer, abrió el grifo del fregadero y dejó que éste se llenara para poner las sartenes y ollas en él.
Blaine entró en la cocina y vio a Kurt trabajando.
—Felicidades, chico. —Le mostró una enorme sonrisa que desapareció ligeramente al ver el temor reflejado en las facciones del chico—.Yo... eh... creo que lo has hecho muy bien. ¿Por qué no te sientas a comer con nosotros?
El chico sacudió la cabeza efusivamente y comenzó a caminar por el corredor que lo guiaba a su dormitorio.
—Hay pastel de manzana en el horno, se está calentando. Eh... no tengo mucha hambre ahora, comeré luego. —El adolescente desapareció súbitamente y Blaine suspiró lleno de frustración.
Preparó un plato para su confuso cocinero, lo envolvió con una servilleta, luego lo guardó en el horno microondas y tomó su comida. Los hombres prácticamente estaban lamiendo sus platos para cuando acabó la cena. Sacó el pastel de manzana y cortó dos porciones, una para él y otra para el muchacho; luego llevó el resto a la mesa del comedor.
—Jefe, no sé en dónde encontraste a esta persona, pero hace la mejor comida que he probado desde que me fui de la casa de mi madre —dijo uno de los vaqueros mientras lamía su tenedor con entusiasmo.
Blaine rió y asintió. Le sorprendía que alguien tan joven supiera cocinar tan bien. Se moría de ganas de formular preguntas del pasado de Kurt, Will dijo no saber mucho cuando le pidió contratarlo. Los hombres trajeron sus platos de la cocina y los acomodaron en pilas para que los lavaran. Blaine esperó hasta que el último hombre se marchara antes de ir a tocar a la puerta del muchacho. Escuchó sonidos al otro lado de la puerta antes que ésta se abriera. Kurt parpadeó al verlo. Se reflejaba cautela en esos bellos ojos azules. No sabía por qué le molestaba tanto que el chico pareciera temerle, pero lo hacía.
—Ya se marcharon. Te guardé un platillo pues sabía que no quedaría nada cuando acabaran.
—Gra-gracias, —Kurt tartamudeó, sorprendido de que el hombre tuviera una atención con él—. Primero lavaré los platos.
—No, come primero. —Insistió Blaine regresando a la cocina. Había guardado su porción de pastel para comer con el adolescente y tener una excusa para hablarle. Escuchó a Kurt seguirlo por el pasillo. —Tu plato está en el microondas.
Kurt sacó su plato y se sentó a la mesa. Casi gimió de la angustia cuando Blaine se sentó frente a él. Retiró la servilleta de papel que cubría su comida, la hizo a un lado, tomó una pieza de pollo y comenzó a comerla con delicadeza. Trató de ignorar al hombre mayor pero no tuvo mucho éxito.
Blaine vio la forma en la que el joven comía: esa pequeña lengua rosa salía para atrapar los pequeños pedazos de pollo que se adherían a sus labios. Lo hizo sentir muy excitado, cuestión que lo confundió mucho. Jamás se había sentido atraído hacia un hombre y siempre era capaz de obtener a la mujer que deseaba. De hecho el viernes por la noche, tenía una cita con la sexy Quinn Fabray, la chica del salón de belleza. A pesar de eso, jamás se había casado: la idea del matrimonio dejó de pasarle por la cabeza cuando tenía cinco años y veía a sus padres discutir una y otra vez.
—Dime Kurt, ¿por qué decidiste venir a trabajar hasta aquí? —Preguntó Blaine con curiosidad mientras recostaba su barbilla sobre una de sus manos. Tensándose, Kurt quería decirle al hombre que ése no era asunto suyo.
—Necesitaba un trabajo y era el único disponible.
—Estoy seguro que hubieras podido conseguir algo en la ciudad. Aquí no hay muchas fiestas. —Blaine comentó sin notar que Kurt había comenzado a agitarse.
—No he venido aquí por las fiestas, —dijo Kurt. Se puso de pie y comenzó a lavar los platos.
—No quería molestarte. —Blaine se disculpó titubeantemente, notó los hombros y la postura tensa del adolescente.
—No me gustan las fiestas, señor Anderson. He venido aquí por el empleo. —Los platos chocaron unos contra otros cuando Kurt los arregló y acomodó de acuerdo a su tamaño para lavarlos. Su expresión era seria y trató de contener el enojo que sentía por el vaquero que creía que le gustaban las fiestas.
—Llámame Blaine. Odio que me llamen señor Anderson. Me recuerda mucho a mi padre. —Blaine hizo un gesto de dolor al pensar en ello, se puso de pie, acercándose a Kurt y colocó su plato en el lavabo.
Kurt sintió al hombre acercarse y dio un respingo, tirando el vaso que tenía en su mano y miró horrorizado como se rompía al chocar contra el lavabo.
—Lo lamento, lo lamento —gimió inmediatamente, cubriéndose el rostro con las manos.
Blaine miró horrorizado la reacción del adolescente, pero en vez de comentarlo, decidió ignorar la situación y comenzó a levantar los pedazos.
—Está bien. Son de los baratos.
Kurt se sorprendió al ver que su jefe no parecía estar molesto.
—Pero... lo he roto —dijo confundido, dejando caer sus manos mientras miraba a Blaine recoger los pedazos.
—Eh... he roto uno casi a diario desde que puedo recordarlo —bromeó Blaine, tirando los pedazos en el cesto de basura y dejó que el agua desapareciera y se llevara consigo los fragmentos que quedaban—. Tú los lavas y yo los seco, ¿sí?
Kurt asintió y continuó lavando los platos. Analizó los hechos que habían ocurrido durante día de hoy y logró relajarse ligeramente para trabajar al lado de Blaine. Estaba tan seguro de que el hombre lo golpearía por romper el vaso... pero cuando se mostró tan tranquilo y relajado con el tema, su asombro se hizo mayor. A Kurt se le hizo un nudo en el estómago y terminó de lavar los platos, se despidió y salió huyendo de la cocina.
Se puso de pie súbitamente, temeroso de pensar en lo que se había involucrado y se dirigió a su apartamento a empacar sus escasas pertenecías. Había pocos artículos de índole personal, pues el apartamento estaba parcialmente amueblado cuando lo alquiló. Lo único que tenía que llevarse con él eran unos cuantos artículos de ropa, su cafetera y algunos diarios en los que había escrito canciones. Amaba escribir canciones hermosas y trágicas. Era una forma mediante la cual podía exteriorizar sus miedos y el deseo de ser amado, aunque sabía que eso jamás pasaría debido a las cicatrices emocionales y físicas que llevaba consigo.
Al día siguiente, mientras estaba parado en la fila del mostrador, con una bolsa a su lado sobre el suelo, Kurt sintió miradas curiosas enfocándose en la cicatriz de su rostro y se mordió el labio para evitar gritar a los extraños que lo dejaran en paz. Siempre era lo mismo, sin importar adónde fuera, las personas se quedaban mirando su grotesca cara. La línea avanzó y por fin llegó al frente para reclamar su billete. Mostró su identificación a la recepcionista y momentos más tarde, estaba sentado en la sala de espera deseando que su vuelo fuera llamado. Sacó el libro blanco y negro de composiciones, se veía bastante viejo por el uso constante, y se puso a escribir. Casi había terminado una canción cuando por fin anunciaron su vuelo y la completó de camino a Montana. Se hubiera quedado dormido todo el camino de no ser porque la azafata lo despertó cuando comenzó a llorar dormido. Le mostró una sonrisa y sacudió la cabeza cuando le preguntó si necesitaba algo.
Cuando el avión de Kurt aterrizó, el joven entró en el aeropuerto y comenzó a mirar por todos lados hasta que encontró la cinta transportadora de equipaje. Caminó hacia adelante y buscó su maleta azul. Luego escuchó una voz detrás de él llamarlo por su nombre y se dio la vuelta para toparse con un hombre un poco más bajo que él. —Soy Kurt Hummel —dijo acercándose al hombre, esperando la misma reacción ante su cicatriz, pero para su sorpresa, jamás ocurrió.
En su lugar, el pequeño hombre le sonrió su bronceado rostro se arrugó y sus ojos azules parecieron sonreírle también.
—Soy Charlie. El capataz de Blaine. ¿Sólo has traído eso?—Preguntó frunciendo el ceño al ver la bolsa en las manos de Kurt.
—Sí. —dijo Kurt sin entrar en explicaciones.
—De acuerdo. Vamos. ¿Algún problema con tu vuelo? —El pequeño hombre lo guió hacia la vieja camioneta que se encontraba frente a las puertas del aeropuerto.
Kurt lanzó la bolsa en la parte trasera del auto y se acomodó en el asiento del pasajero.
—Estuvo bien.
—No hablas mucho, ¿eh? Eso es bueno supongo, ya que estarás solo la mayor parte del día. —Respondió Charlie, encendiendo el vehículo.
El camino del aeropuerto al rancho les llevó entre cuarenta y cinco minutos y una hora. Kurt escuchaba hablar al pequeño hombre mientras conducía y respondía con una o dos oraciones de vez en cuando.
—Ah, hemos llegado. —anunció Charlie, estacionando frente al rancho.
Kurt lo miró con curiosidad, preguntándose qué tipo de rancho era. Cercas blancas rodeaban el empolvado camino y pudo ver a varios hombres en la distancia algunos a caballo y otros a pie. El temor comenzó a apoderarse de él al ver a tantos hombres, pero tosió y logró preguntar.
— ¿Caballos y reses?
—Reses. Los caballos que tiene Blaine son para trabajar en el rancho. Ah, está justo allí, en el corral. —Charlie señaló a un hombre que estaba de espaldas.
Era bajo y estaba vestido con una camisa de franela, pantalones desteñidos y un sombrero negro. Kurt tragó nerviosamente cuando vio su ancha espalda, preguntándose si sólo estaba imaginándose la pequeña altura del hombre. Lentamente se subió en el vehículo para sacar su bolsa. Hizo un gesto de dolor al escuchar a Charlie gritar.
— ¡Blaine! ¡Oye, Blaine!—Charlie movió su sombrero para llamar la atención del vaquero y entonces éste comenzó a caminar hacia ellos.
Su ansiedad aumentó al ver que el hombre se acercaba. Era más bajo que Kurt, quizás cinco centímetros, pero eso no evitó su nerviosismo. Su corazón latió con más fuerza alicatarse de la apariencia del hombre. ¿En qué demonios estaba pensando? El hombre emanaba sexualidad y peligro. Tenía hermosos músculos, ojos avellanas y el cabello café de un tono chocolate, que parecía haber sido cortado con un par de tijeras para niños, dejando rulos de diferentes tamaños enroscarse sobre su cabeza. Su piel estaba tan bronceada como una bota de cuero, y lucía unas ligeras líneas de expresión alrededor de sus ojos y en el anverso de sus manos. Tenía largas piernas que parecían capaces de avanzar grandes distancias en cuestión de segundos.
—Eres muy tímido, ¿no? —Blaine dijo al acercarse. Extendió una mano en saludo. —Blaine Anderson. —Frunció el ceño al ver la mirada atemorizada y la reacción del chico. Fijó su atención en la cicatriz de su rostro y fue incapaz de imaginarse qué podría haber dejado tal marca en la pálida y suave piel.
Kurt colocó su mano en la de Blaine lenta y reaciamente. Pareció como si la mano del otro hombre se tragara la suya. La alejó inmediatamente.
—Ku-Kurt Hummel.
—Vamos, te mostraré la casa. —Blaine subió al pórtico, sacudió la cabeza al pensar cómo era posible que un delgado adolescente como éste estuviera interesado en encerrarse en un rancho durante tres meses. Su primo no le había dicho mucho: sólo que era un joven desesperado y necesitaba un empleo, así que por eso aceptó. —Espero que sepas cocinar porque de lo contrario te meterás en serios problemas con un montón de hombres hambrientos. —Blaine dijo con tono de burla, tratando de hacer que el chico se relajara.
Un pequeño grito de terror se escapó de los labios de Kurt antes que éste pudiera contenerlo y Blaine se detuvo inmediatamente, girándose para mirarlo.
—Era una broma, chico —dijo para relajarlo. Vio el temor que reflejaba el rostro del joven— ¿Sabes cocinar?
Kurt asintió y se relajó ligeramente.
—Sí, comencé a cocinar a los doce.
Blaine asintió antes de entrar a la casa y Kurt lo siguió titubeante.
—Ésta es la cocina. Todos los artículos están la despensa. Bien, hay unos veinte hombres en el rancho y tendrás que cocinar lo suficiente para alimentarlos. ¿Lo comprendes?
—Sí. —Al mencionar la cantidad de hombres que había, Kurt nuevamente se regañó a sí mismo por ser tan estúpido y llegar a un lugar como éste sin conocer a nadie. Aunque tampoco era que conociera a nadie en Nueva York aparte de Will.
—Bien, cuando necesites reabastecer, simplemente haz una lista y enviaré a Charlie por las cosas. Hay poco que hacer durante las noches, así que espero que no te moleste la tranquilidad del lugar. Te mostraré dónde vas a dormir. —Blaine le indicó a Kurt que debía seguirlo y lo guió por un corredor de la primera planta hasta que llegaron a un dormitorio en la parte trasera.
Los ojos de Kurt se abrieron en señal de sorpresa. Supuso que el dormitorio era del mismo tamaño que todo su apartamento y el cuarto de baño era por lo menos tres veces más grande que el anterior, que parecía una cabina telefónica.
—Cielos —dijo sorprendido y no advirtió la ligera sonrisa en los labios de Blaine.
—Tendrás que preparar desayuno, almuerzo y cena. El desayuno es a las 5 de la mañana. Necesitas empacar almuerzos para los hombres, que comerán afuera, exceptuando mañana. Comenzaremos a marcar y castrar las reses que han traído. La cena por lo general es a las seis. Asegúrate de tener todo para esa hora. El almuerzo del día de hoy ya se ha servido, así que te tocará hacer la cena. Te sugiero que comiences en cuanto desempaques tus cosas ya que son más de las dos. —Blaine observó cómo el chico caminaba alrededor de su dormitorio mirando todas las cosas. Se sintió conmovido y a la vez triste: parecía haber transcurrido mucho tiempo desde que el chico hubiera estado en un lugar agradable. Ese hecho hizo que el corazón se le rompiera con simpatía y lástima. —Tengo que regresar, pero volveré a las seis.
—Muy bien. —Kurt respondió viendo partir al hombre.
Rápidamente guardó la poca ropa que tenía, acomodó en el armario su bolsa con la cafetera y puso su libro de canciones en la cama; luego se dirigió a la puerta en dirección a la cocina.
La despensa tenía más comida de la que hubiera visto en toda su vida, exceptuando los supermercados, y caminó por el lugar observándolo todo. Después de decidir qué sería lo más fácil de cocinar en grandes cantidades, Kurt se dejó llevar por el amor que sentía por cocinar. Para las cinco y media, ya tenía platos humeantes de pollo frito y tres canastas de pan, tres enormes platos de puré de patatas y un enorme plato de salsa de carne en una encimera al lado de la mesa del comedor. También tenía un enorme pastel de manzana para el postre, que estaba calentándose en el horno. Se tensó al escuchar el sonido de las voces de los hombres que se aproximaban a la casa y luego regresó a la cocina, tratando de permanecer oculto.
Blaine se preguntó cómo le estaría yendo al chico, pero no tuvo nada de qué preocuparse. En el momento en el que regresaron a la casa, se le hizo agua la boca al oler las delicias que les esperaban. Sus ojos se abrieron de la sorpresa al ver los humeantes platos de comida y los hombres dejaron de hablar al entrar a la casa, todos se quedaron boquiabiertos.
—Cieeeeeeeeeelos, mirad esto.
Kurt sonrió al escuchar las palabras de uno de los hombres, pero permaneció al otro lado de la puerta oyendo cómo las sillas eran corridas sobre el piso de madera y cómo los cubiertos chocaban contra los platos. Una vez los hombres se acomodaron para comer, abrió el grifo del fregadero y dejó que éste se llenara para poner las sartenes y ollas en él.
Blaine entró en la cocina y vio a Kurt trabajando.
—Felicidades, chico. —Le mostró una enorme sonrisa que desapareció ligeramente al ver el temor reflejado en las facciones del chico—.Yo... eh... creo que lo has hecho muy bien. ¿Por qué no te sientas a comer con nosotros?
El chico sacudió la cabeza efusivamente y comenzó a caminar por el corredor que lo guiaba a su dormitorio.
—Hay pastel de manzana en el horno, se está calentando. Eh... no tengo mucha hambre ahora, comeré luego. —El adolescente desapareció súbitamente y Blaine suspiró lleno de frustración.
Preparó un plato para su confuso cocinero, lo envolvió con una servilleta, luego lo guardó en el horno microondas y tomó su comida. Los hombres prácticamente estaban lamiendo sus platos para cuando acabó la cena. Sacó el pastel de manzana y cortó dos porciones, una para él y otra para el muchacho; luego llevó el resto a la mesa del comedor.
—Jefe, no sé en dónde encontraste a esta persona, pero hace la mejor comida que he probado desde que me fui de la casa de mi madre —dijo uno de los vaqueros mientras lamía su tenedor con entusiasmo.
Blaine rió y asintió. Le sorprendía que alguien tan joven supiera cocinar tan bien. Se moría de ganas de formular preguntas del pasado de Kurt, Will dijo no saber mucho cuando le pidió contratarlo. Los hombres trajeron sus platos de la cocina y los acomodaron en pilas para que los lavaran. Blaine esperó hasta que el último hombre se marchara antes de ir a tocar a la puerta del muchacho. Escuchó sonidos al otro lado de la puerta antes que ésta se abriera. Kurt parpadeó al verlo. Se reflejaba cautela en esos bellos ojos azules. No sabía por qué le molestaba tanto que el chico pareciera temerle, pero lo hacía.
—Ya se marcharon. Te guardé un platillo pues sabía que no quedaría nada cuando acabaran.
—Gra-gracias, —Kurt tartamudeó, sorprendido de que el hombre tuviera una atención con él—. Primero lavaré los platos.
—No, come primero. —Insistió Blaine regresando a la cocina. Había guardado su porción de pastel para comer con el adolescente y tener una excusa para hablarle. Escuchó a Kurt seguirlo por el pasillo. —Tu plato está en el microondas.
Kurt sacó su plato y se sentó a la mesa. Casi gimió de la angustia cuando Blaine se sentó frente a él. Retiró la servilleta de papel que cubría su comida, la hizo a un lado, tomó una pieza de pollo y comenzó a comerla con delicadeza. Trató de ignorar al hombre mayor pero no tuvo mucho éxito.
Blaine vio la forma en la que el joven comía: esa pequeña lengua rosa salía para atrapar los pequeños pedazos de pollo que se adherían a sus labios. Lo hizo sentir muy excitado, cuestión que lo confundió mucho. Jamás se había sentido atraído hacia un hombre y siempre era capaz de obtener a la mujer que deseaba. De hecho el viernes por la noche, tenía una cita con la sexy Quinn Fabray, la chica del salón de belleza. A pesar de eso, jamás se había casado: la idea del matrimonio dejó de pasarle por la cabeza cuando tenía cinco años y veía a sus padres discutir una y otra vez.
—Dime Kurt, ¿por qué decidiste venir a trabajar hasta aquí? —Preguntó Blaine con curiosidad mientras recostaba su barbilla sobre una de sus manos. Tensándose, Kurt quería decirle al hombre que ése no era asunto suyo.
—Necesitaba un trabajo y era el único disponible.
—Estoy seguro que hubieras podido conseguir algo en la ciudad. Aquí no hay muchas fiestas. —Blaine comentó sin notar que Kurt había comenzado a agitarse.
—No he venido aquí por las fiestas, —dijo Kurt. Se puso de pie y comenzó a lavar los platos.
—No quería molestarte. —Blaine se disculpó titubeantemente, notó los hombros y la postura tensa del adolescente.
—No me gustan las fiestas, señor Anderson. He venido aquí por el empleo. —Los platos chocaron unos contra otros cuando Kurt los arregló y acomodó de acuerdo a su tamaño para lavarlos. Su expresión era seria y trató de contener el enojo que sentía por el vaquero que creía que le gustaban las fiestas.
—Llámame Blaine. Odio que me llamen señor Anderson. Me recuerda mucho a mi padre. —Blaine hizo un gesto de dolor al pensar en ello, se puso de pie, acercándose a Kurt y colocó su plato en el lavabo.
Kurt sintió al hombre acercarse y dio un respingo, tirando el vaso que tenía en su mano y miró horrorizado como se rompía al chocar contra el lavabo.
—Lo lamento, lo lamento —gimió inmediatamente, cubriéndose el rostro con las manos.
Blaine miró horrorizado la reacción del adolescente, pero en vez de comentarlo, decidió ignorar la situación y comenzó a levantar los pedazos.
—Está bien. Son de los baratos.
Kurt se sorprendió al ver que su jefe no parecía estar molesto.
—Pero... lo he roto —dijo confundido, dejando caer sus manos mientras miraba a Blaine recoger los pedazos.
—Eh... he roto uno casi a diario desde que puedo recordarlo —bromeó Blaine, tirando los pedazos en el cesto de basura y dejó que el agua desapareciera y se llevara consigo los fragmentos que quedaban—. Tú los lavas y yo los seco, ¿sí?
Kurt asintió y continuó lavando los platos. Analizó los hechos que habían ocurrido durante día de hoy y logró relajarse ligeramente para trabajar al lado de Blaine. Estaba tan seguro de que el hombre lo golpearía por romper el vaso... pero cuando se mostró tan tranquilo y relajado con el tema, su asombro se hizo mayor. A Kurt se le hizo un nudo en el estómago y terminó de lavar los platos, se despidió y salió huyendo de la cocina.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Esta increíble, no tardes con más capítulos.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me encanto.
Que bueno que a todos les gusto la comida de Kurt.
Es tan lindo que Blaine sienta cosas por Kurt.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
Que bueno que a todos les gusto la comida de Kurt.
Es tan lindo que Blaine sienta cosas por Kurt.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me encanto mucho el capitulo que bueno que blaine sienta cosas por kurt espero pronto kurt confie en el espeto actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me encanta esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Lamento no comentar el capitulo anterior pero aquí me tienes de nuevo y ahora si estaré pendiente de tu actualización
Espero que Kurt vaya tomándole confianza a Blaine
Que bueno que Blaine ya esta empezando a sentir cosas por Kurt y espero que pronto tambien se de cuenta de que lo que siente por él es AMOR
Estare esperando tu actualizacion
Bye.
Espero que Kurt vaya tomándole confianza a Blaine
Que bueno que Blaine ya esta empezando a sentir cosas por Kurt y espero que pronto tambien se de cuenta de que lo que siente por él es AMOR
Estare esperando tu actualizacion
Bye.
Justlit Klainer****** - Mensajes : 383
Fecha de inscripción : 30/10/2013
Edad : 24
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Hola!!!!!!!
Ya se conocen... Eso es un avance... Espero que kurt se de cuenta pronto de que Blaine es bueno y no le hará daño...
Actualiza pronto.
Besos
Ya se conocen... Eso es un avance... Espero que kurt se de cuenta pronto de que Blaine es bueno y no le hará daño...
Actualiza pronto.
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Yey Se conocieron... Aunque creo que Kurt debería dejar de ser tan tímido
Gaby Klainer********-*- - Mensajes : 911
Fecha de inscripción : 01/07/2013
Edad : 24
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
¡Muchas gracias a todos por sus comentarios! No les contesto porque tengo que irme, pero sepan que los adoro sdfg.
Capítulo III.
A la mañana siguiente, Kurt se levantó de la cama a eso de las tres y media para comenzar con el desayuno y no había pasado mucho tiempo antes de que tuviera pilas de huevos revueltos, tortitas, waffles y patatas fritas junto con pan tostado y gachas esperando a que los hombres llegaran. Uno de ellos lo miró cuando regresaba a la cocina y lo siguió, recostó un hombro en el umbral de la puerta y observó cómo Kurt se movía por el lugar.
—Así con que tú eres el que ha preparado toda esta deliciosa comida —dijo lentamente, mirando con interés al pequeño cuerpo que tenía frente a él.
Louis gimió alterado, girándose para mirar al hombre alto a la cara antes de tartamudear.
—Sí-sí...
El hombre alto, aunque no tanto como él, se paró detrás de Kurt. Tenía pequeños ojos de color café que parecían recorrer lascivamente su cuerpo. Kurt trató de contener las náuseas. Había una pequeña marca roja sobre la frente del vaquero, donde su sombrero reposaba todo el día. Kurt se mantuvo alerta ante el extraño mientras lavaba las ollas y sartenes del desayuno de la mañana. El bullicio que acompañaba a la aparición de los hombres llegó a la cocina y el sujeto se alejó de la puerta.
—Me llamo Franklin Williams. ¿Y tú? —Preguntó, acercándose mientras sus ojos se fijaban en los temblores que recorrían el cuerpo del chico. Lamió sus labios mientras caminaba en su dirección. Los temblores se incrementaron y eso hizo que su pene se endureciera, presionando contra la cremallera de sus vaqueros. Franklin se sentía como un zorro cazando un conejo, sintiendo el olor del miedo de su presa.
—Ku-Kurt Hummel. —murmuró en respuesta, alejándose cada vez que el hombre daba un paso.
—Bueno, Kurt Hummel, para ser un hombre eres realmente bien parecido. —Murmuró mientras se acercaba al chico y recorría con las yemas de los dedos la pálida piel del antebrazo del chico. Era una caricia no bienvenida. — ¿Qué te parece si dentro de poco tú y yo pasamos un rato a solas? Podría darte más placer del que jamás te hayas imaginado. Franklin se acercó y trató de capturar sus labios, pero Kurt giró la cabeza e intentó alejarse, provocando la ira del hombre. Entrecerró los ojos ante el rechazo y olfateó el delicado cuello frente a él.
—Hueles muy bien, chico. Quizás mejor te desayuno a ti.
Blaine se acercó al comedor, sonriendo al escuchar como sus empleados charlaban y apreciaban la comida. El sonido de un plato rompiéndose en la cocina llamó su atención y se dirigió allí en vez de al comedor. Observó inmediatamente la escena que tenía frente a él: el plato yacía hecho pedazos en el suelo, Kurt estaba temblando al lado de la encimera y Franklin estaba parado detrás de él con una mirada lasciva y tenía una mano sobre la diminuta cintura de Kurt.
—Franklin, —Blaine dijo furioso. Sus ojos transmitían una advertencia—. Vete por tu desayuno y comienza a trabajar. —Gruñó advirtiéndole y el hombre salió corriendo como alma en pena.
—Cla-claro que sí, jefe. —Franklin dijo al retirarse de la habitación.
Kurt respiró profundamente. El pánico aún recorría sus venas. Apenas se dio cuenta de que Blaine se le acercaba ni de que éste recogía los pedazos del plato. Los recuerdos recorrieron su mente y cuerpo, dejando a su paso un desastre de temblores y temor. — ¿Kurt? —Escuchó una voz ronca y gimió, levantando los brazos para proteger su cabeza y esperó a recibir unos golpes que jamás llegaron.
—Oye, ¿qué te pasa? No te voy a pegar... shhhh... Relájate. —Esa voz sensual le sorprendió y le conmovió e hizo sentir seguro, algo que Kurt no había experimentado en mucho tiempo. Sintió cómo la mano del otro hombre se posaba en su hombro y su cuerpo se estremeció, dejando escapar un maullido de su garganta.
Blaine sintió que el corazón se le estrujaba de la lástima y otro tipo de emoción que no fue capaz de identificar. Si no lo hubiera sabido antes, Blaine ahora estaba seguro que el adolescente había sufrido abusos y los hombres grandes lo aterrorizaban. Se alejó con cautela.
—Kurt —dijo con severidad para tratar de llamar la atención del muchacho.
El sonido hizo que Kurt recuperara la cordura y se dio cuenta de que lo había hecho una vez más. Cerró los ojos por la vergüenza.
—Lo lamento, ¿desea que me vaya?
— ¿Qué? No, que no se te olvide que el almuerzo es al mediodía. —Blaine dijo con calma antes de retirarse de la cocina.
Kurt escapó a la soledad de su dormitorio, se recostó sobre su cama y miró al techo. Su cuerpo aún temblaba por el abrumador sentimiento de terror y comenzó a notar un dolor de cabeza desde detrás de sus ojos. No llevaba ni un día entero aquí y ya casi había tenido un ataque de pánico. Cerró los puños sobre las sábanas y sintió las lágrimas acumularse en sus ojos. Se acurrucó en posición fetal, tocando su pecho con las rodillas y envolviéndolas con los brazos. No quería decepcionar a Will ni a Blaine y eso lo sorprendió. Aunque apenas habían transcurrido unas dieciséis horas, le importaba lo que Blaine pensara de él.
Finalmente, logró sentarse sin que las náuseas lo dominaran y con cuidado se levantó de la cama; luego se tambaleó a la cocina para terminar de lavar los platos del desayuno y comenzar a preparar el almuerzo.
Para el almuerzo, comenzó a preparar enormes sándwiches y un gigantesco plato de ensalada de patatas. Una vez los terminó, los guardó en el refrigerador para más tarde y comenzó a asear el comedor. Lo primero que llamó su atención fue una enorme mesa en el centro con docenas de sillas apiladas alrededor. Una tabla estaba recostada contra la pared de la puerta de la cocina. Los muros estaban pintados de blanco y unos cuantos cuadros eran toda la decoración del lugar.
La sala parecía ser un área cómoda y la más usada. Dos enormes sofás acolchados ocupaban el espacio. Una mesita raspada y astillada para el café estaba en el centro de esos sofás. Una chimenea dominaba una pared y había una silla mecedora en una esquina junto con una estantería de libros. Se acercó a esta última y comenzó a leer los títulos. Disfrutaba de la lectura porque le inspiraba para escribir canciones y huir de la realidad. Aunque Kurt había llenado toda una libreta con ellas, jamás había enseñado sus canciones a nadie. La timidez y el temor a la decepción mantenían sus esperanzas ocultas en su interior.
Capítulo III.
A la mañana siguiente, Kurt se levantó de la cama a eso de las tres y media para comenzar con el desayuno y no había pasado mucho tiempo antes de que tuviera pilas de huevos revueltos, tortitas, waffles y patatas fritas junto con pan tostado y gachas esperando a que los hombres llegaran. Uno de ellos lo miró cuando regresaba a la cocina y lo siguió, recostó un hombro en el umbral de la puerta y observó cómo Kurt se movía por el lugar.
—Así con que tú eres el que ha preparado toda esta deliciosa comida —dijo lentamente, mirando con interés al pequeño cuerpo que tenía frente a él.
Louis gimió alterado, girándose para mirar al hombre alto a la cara antes de tartamudear.
—Sí-sí...
El hombre alto, aunque no tanto como él, se paró detrás de Kurt. Tenía pequeños ojos de color café que parecían recorrer lascivamente su cuerpo. Kurt trató de contener las náuseas. Había una pequeña marca roja sobre la frente del vaquero, donde su sombrero reposaba todo el día. Kurt se mantuvo alerta ante el extraño mientras lavaba las ollas y sartenes del desayuno de la mañana. El bullicio que acompañaba a la aparición de los hombres llegó a la cocina y el sujeto se alejó de la puerta.
—Me llamo Franklin Williams. ¿Y tú? —Preguntó, acercándose mientras sus ojos se fijaban en los temblores que recorrían el cuerpo del chico. Lamió sus labios mientras caminaba en su dirección. Los temblores se incrementaron y eso hizo que su pene se endureciera, presionando contra la cremallera de sus vaqueros. Franklin se sentía como un zorro cazando un conejo, sintiendo el olor del miedo de su presa.
—Ku-Kurt Hummel. —murmuró en respuesta, alejándose cada vez que el hombre daba un paso.
—Bueno, Kurt Hummel, para ser un hombre eres realmente bien parecido. —Murmuró mientras se acercaba al chico y recorría con las yemas de los dedos la pálida piel del antebrazo del chico. Era una caricia no bienvenida. — ¿Qué te parece si dentro de poco tú y yo pasamos un rato a solas? Podría darte más placer del que jamás te hayas imaginado. Franklin se acercó y trató de capturar sus labios, pero Kurt giró la cabeza e intentó alejarse, provocando la ira del hombre. Entrecerró los ojos ante el rechazo y olfateó el delicado cuello frente a él.
—Hueles muy bien, chico. Quizás mejor te desayuno a ti.
Blaine se acercó al comedor, sonriendo al escuchar como sus empleados charlaban y apreciaban la comida. El sonido de un plato rompiéndose en la cocina llamó su atención y se dirigió allí en vez de al comedor. Observó inmediatamente la escena que tenía frente a él: el plato yacía hecho pedazos en el suelo, Kurt estaba temblando al lado de la encimera y Franklin estaba parado detrás de él con una mirada lasciva y tenía una mano sobre la diminuta cintura de Kurt.
—Franklin, —Blaine dijo furioso. Sus ojos transmitían una advertencia—. Vete por tu desayuno y comienza a trabajar. —Gruñó advirtiéndole y el hombre salió corriendo como alma en pena.
—Cla-claro que sí, jefe. —Franklin dijo al retirarse de la habitación.
Kurt respiró profundamente. El pánico aún recorría sus venas. Apenas se dio cuenta de que Blaine se le acercaba ni de que éste recogía los pedazos del plato. Los recuerdos recorrieron su mente y cuerpo, dejando a su paso un desastre de temblores y temor. — ¿Kurt? —Escuchó una voz ronca y gimió, levantando los brazos para proteger su cabeza y esperó a recibir unos golpes que jamás llegaron.
—Oye, ¿qué te pasa? No te voy a pegar... shhhh... Relájate. —Esa voz sensual le sorprendió y le conmovió e hizo sentir seguro, algo que Kurt no había experimentado en mucho tiempo. Sintió cómo la mano del otro hombre se posaba en su hombro y su cuerpo se estremeció, dejando escapar un maullido de su garganta.
Blaine sintió que el corazón se le estrujaba de la lástima y otro tipo de emoción que no fue capaz de identificar. Si no lo hubiera sabido antes, Blaine ahora estaba seguro que el adolescente había sufrido abusos y los hombres grandes lo aterrorizaban. Se alejó con cautela.
—Kurt —dijo con severidad para tratar de llamar la atención del muchacho.
El sonido hizo que Kurt recuperara la cordura y se dio cuenta de que lo había hecho una vez más. Cerró los ojos por la vergüenza.
—Lo lamento, ¿desea que me vaya?
— ¿Qué? No, que no se te olvide que el almuerzo es al mediodía. —Blaine dijo con calma antes de retirarse de la cocina.
Kurt escapó a la soledad de su dormitorio, se recostó sobre su cama y miró al techo. Su cuerpo aún temblaba por el abrumador sentimiento de terror y comenzó a notar un dolor de cabeza desde detrás de sus ojos. No llevaba ni un día entero aquí y ya casi había tenido un ataque de pánico. Cerró los puños sobre las sábanas y sintió las lágrimas acumularse en sus ojos. Se acurrucó en posición fetal, tocando su pecho con las rodillas y envolviéndolas con los brazos. No quería decepcionar a Will ni a Blaine y eso lo sorprendió. Aunque apenas habían transcurrido unas dieciséis horas, le importaba lo que Blaine pensara de él.
Finalmente, logró sentarse sin que las náuseas lo dominaran y con cuidado se levantó de la cama; luego se tambaleó a la cocina para terminar de lavar los platos del desayuno y comenzar a preparar el almuerzo.
Para el almuerzo, comenzó a preparar enormes sándwiches y un gigantesco plato de ensalada de patatas. Una vez los terminó, los guardó en el refrigerador para más tarde y comenzó a asear el comedor. Lo primero que llamó su atención fue una enorme mesa en el centro con docenas de sillas apiladas alrededor. Una tabla estaba recostada contra la pared de la puerta de la cocina. Los muros estaban pintados de blanco y unos cuantos cuadros eran toda la decoración del lugar.
La sala parecía ser un área cómoda y la más usada. Dos enormes sofás acolchados ocupaban el espacio. Una mesita raspada y astillada para el café estaba en el centro de esos sofás. Una chimenea dominaba una pared y había una silla mecedora en una esquina junto con una estantería de libros. Se acercó a esta última y comenzó a leer los títulos. Disfrutaba de la lectura porque le inspiraba para escribir canciones y huir de la realidad. Aunque Kurt había llenado toda una libreta con ellas, jamás había enseñado sus canciones a nadie. La timidez y el temor a la decepción mantenían sus esperanzas ocultas en su interior.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me encanta mucho este grandioso capitulo pobre kurt tuvo un ataque de panico espero no le vuelva a ocurrir espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me encanta mucho la historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Tócame despacio -FIC Klaine ||Capítulo 3.
Me encanto.
Odio a Franklin como pudo tratar tan mal a Kurt.
Que bien que Blainey llego antes de que algo malo le pasara a Kurt.
Espero que ya no le ocurran ataques de pánico.
Amo que Blaine haya sido tan tierno con Kurt.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
Odio a Franklin como pudo tratar tan mal a Kurt.
Que bien que Blainey llego antes de que algo malo le pasara a Kurt.
Espero que ya no le ocurran ataques de pánico.
Amo que Blaine haya sido tan tierno con Kurt.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
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