[Resuelto]¤ Fic Klaine: "Original Song" — Cap: 01

Kurt y Blaine fueron novios sus dos últimos años de preparatoria.  Un romance épico que superó los dilemas típicos que conlleva los prejuicios de una sociedad cerrada al ver a dos chicos expresándose afecto mutuamente, sin embargo supieron salir adelante y su amor se fortaleció con el paso del tiempo. Cuando Kurt se graduó primero y voló a Nueva York para continuar sus estudios en aquella ciudad, jamás pensaron que su amor desfallecería. Pero las cosas fuera del instituto no son fáciles. La vida universitaria y un empleo de medio tiempo, además de la distancia y las pocas instancias para estar juntos terminaron por pasarle la cuenta. Blaine no pudo evitar sentirse dejado de lado. Sólo y despechado terminó en los brazos de otro y aquello gatilló la separación definitiva. El error ya estaba cometido y ahora era turno de enfrentar las consecuencias de un engaño: la distancia y el resentimiento, además del arrepentimiento y la constante sensación de vacío.

Sin embargo la llama entre ambos jamás se apagó y después de un par de conversaciones y visitas intentaron revivir su romance. En navidad Blaine sorprendió a Kurt visitándolo sin aviso. Para la fallida boda de su profesor de coro que se celebró San Valentín volvieron a estar juntos y para cuando al padre de Kurt le diagnosticaron cáncer Blaine estuvo ahí apoyando a Kurt en todo momento. Parecía que todo volvería a la normalidad, incluso con los nacientes deseos de Blaine por pedirle matrimonio. Pero las cosas cambiaron y una tragedia marcó el adiós de su relación. Cuando el hermano mayor de Kurt y amigo de Blaine falleció trágicamente. Fue como si el universo les hubiese mandado un balde de agua fría. Con sentimientos encontrados, descorazonados, y sintiendo el desconcierto que genera la muerte de un ser querido a ninguno de los dos les quedó fuerzas ni intenciones de revivir su romance y por la sanidad de ambos era mucho mejor tomar distancia un poco y recuperarse de la reciente pérdida.

Así pasó el tiempo. Blaine se graduó por fin, mientras que Kurt continuaba con su vida en New York. Pero al destino le encanta repetir las historias, sobre todo para quienes están destinados a estar juntos. El día en el que Blaine entró a estudiar en Julliard jamás pensó que vería bajando por una de las escaleras  a quién fuera su primer amor. Kurt también estaba ahí.


Original Song es una historia que se desprende de Glee, siguiendo el arco argumental de la serie hasta el fin de la cuarta temporada. En esta historia Kurt & Blaine son los protagonistas, ahora viviendo juntos una aventura en Julliard, un lugar en dónde la música seguirá formando parte de sus vidas. ¿Serán capaces Blaine y Kurt de volver a amarse? ¿O será que el tiempo ya los hizo olvidarse mutuamente? Sólo han pasado seis meses desde la última vez que se vieron, pero ha sido tiempo suficiente para provocar algunos cambios. Kurt es un chico más independiente, Blaine está más entusiasmado en vivir el día a día. Ambos lucen diferentes, visten distinto pero nada de eso logra evitar que al reencontrarse ambos sientan como algo se sacude dentro de ellos ¿Quizás es el amor?

Pero en Julliard no estarán solos. Desde su apuesto y promiscuo nuevo profesor de coro, hasta dos compañeros de curso que ninguno de los dos esperaba: dos chicos de su pasado que vendrán a complicar aún más las cosas. Sin mencionar una nueva competencia de coro, ahora a nivel universitario del cuál ni Kurt ni Blaine podrán evitar formar parte.

La historia volverá a empezar. Kurt y Blaine son ahora más grandes, maduros y ambos están solteros. Nada dice que tienen que volver a estar juntos. Pueden salir con otros chicos, conocer gente nueva y ser sólo amigos… Pero… ¿Podrán solamente ser amigos? ¿O volverán a enamorarse el uno del otro? Solo el tiempo les dará la respuesta.


Aclaraciones de la Autora: Este Fic está pensado como un Spin-Off. Sigue el arco argumental de Glee lo único que cambia aquí es que la quinta temporada nunca ocurrió. Después de la muerte de Finn, Kurt y Blaine no volvieron a saber el uno del otro. Luego terminó el año escolar, Blaine se graduó. El verano ya transcurrió y ahora un nuevo año escolar está por empezar. Blaine nunca postuló a NYADA, si lo hizo a Juilliard y las razones por las cuales Kurt ahora está en Juilliard se explicarán en el fic. Habrá dos personajes originales recurrentes. Uno de ellos es completamente nuevo, el otro no tanto, ustedes ya podrán descubrir de quién se trata. Un tercer personaje recurrente ya ha aparecido en Glee antes. Y habrá visitas y apariciones de otros personajes queridos de Glee. Pero esta historia es sólo para el protagonismo de Kurt y Blaine. Además de que quiero un cambio de la serie, no me gusta como está la pareja actualmente, no son el Klaine del que me enamoré... Así que en parte es como volver a empezar.

Importante: Soy 100% Klainer. Por lo que aclaro inmediatamente que esta historia está hecha para un final feliz para ambos JUNTOS. Sin embargo eso no significa que Kurt y Blaine ahora que están solteros no puedan conocer a otras personas entre medio ¡Necesitamos drama, enredos sino sería todo muy aburrido! Además, el amor verdadero supera cualquier obstáculo. Por eso es que intento repetir la fórmula que vimos de los episodios de Dalton, en dónde empezaron siendo amigos y luego enamorados.

No sé cada cuanto podré actualizar. Tal vez dos veces por semana o incluso tres. Pero de antemano aviso que estudio en la universidad y también soy mamá joven, pero amo escribir, amo Glee y amo Klaine y quienes me conocen saben que siempre termino una historia. Así que sean pacientes si solo puedo actualizar los domingos y miércoles por dar un ejemplo :)

Votación: ¿Podrían ayudarme a elegir un buen nombre para el club Glee de Julliard?



PD: Escribo One Shots a pedido, asi que si quieren les escriba un OneShot visiten este tema y hagan su pedido: http://www.gleeklatino.com/t22161-wonderland-taller-de-one-shot#520911

PD2: Gracias al usuario Bas Smythe por prestarme el código para este post =)

Darrinia. Muchas gracias por comentar. Espero seguir conociéndote ya que me resultaste una persona muy agradable ♥ ojalá te guste esta historia. Extrañaba escribir fanfics y Kurt y Blaine me resultan los protagonistas perfectos. Voy a enviarte un inbox con mi solicitud de fics ;) y ya sé que historia tuya quiero comenzar a leer :) ¡Nos estamos leyendo!

Tonto ¡Bueno tu sabes lo apasionada que soy al escribir! ¡ESTOY LOCA! Jajaja gracias por comentar ♥ Sé que te gustará porque tu personaje favorito andará dando vueltas :) Yo también extraño administrar páginas, pero bueno ¡Los estudios demandan todo mi tiempo! Probaré relajarme escribiendo ;) Espero sigas leyendo esta historia, cariños por millón! Gracias por la recomendación, ya sé que historia de Darrinia quiero comenzar a leer Yujuuuuu!

Kurt y Blaine; Ambos solteros. Llevan algo más de seis meses sin saber el uno del otro. Pero el destino se encarga de reunirlos nuevamente ahora como alumnos de Juilliard. Ambos han cambiado: Kurt ha dejado el resentimiento de lado y ha vuelto a ser el chico con carácter, soñador e idealista que luchaba por sus metas y combatía los prejuicos sin perder su fragilidad y sensibilidad. Aún siente cosas por Blaine.Elijahserá su dolor de cabeza en Juilliard, y aunque el rubio se demuestra amable con él, en el fondo Kurt sabe que no debe confiar en aquel muchacho.  Blaine en cambio ha madurado y se ha reencontrado con el talentoso cantante, buen consejero y el chico seguro de si mismo que era antes. Ha vuelto a peinarse el cabello de la forma que solía llevarlo cuando asistía a Dalton y ha desarrollado una personalidad de líder nato. Elijah complicará sus sentimientos, mientras que Sebastian intentará centrarlo en quién verdaderamente importa: Kurt.


Nathaniel Adler; El un estudiante de Juilliard a punto de graduarse. Está a cargo del club de coro de la academia. Es un chico abierto de mente, coqueto y con muy buen sentido del humor. Se hará amigo de Kurt y Blaine y del resto del grupo en general. Es bastante promiscuo y desde el primer instante no esconde su interés por Sebastian. Conoce a mucha gente (incluído al hermano de Blaine, Cooper). Su único deseo es llevar a su grupo a las nacionales de coro a nivel universitario.


Sebastian Smythe; Sorpresivamente Sebastian también ha comenzado a asistir a Juilliard y es compañero de generación de Kurt y Blaine. Está algo cambiado, por lo que los chicos descubren algo triste ha pasado con él. A diferencia de lo que se pensaría, resulta hacer mejor amistad con Kurt que con Blaine. De hecho ayudará al castaño a recuperar a su exnovio. Por lo mismo no se lleva muy bien con Elijah. No se deja conquistar por Nathaniel ni tampoco anda en busca de algún tipo de relación.


Elijah Coulter; ¿Recuerdan al chico que una vez iría con Blaine a un baile y unos matones los interceptaron para golpearlos? Bueno, Elijah es el chico al que se refería Blaine y a quién no ha visto en mucho tiempo. Comienza a asistir a Juilliard por obligación. Es de caracter soberbio. Está acostumbrado a tener todo lo que quiere y siempre utiliza su rostro angelical para conseguir sus objetivos por mucho que su personalidad sea la de un diablillo. No dejará en paz a Blaine porque lo quiere de regreso. Y fingirá amistad con Kurt y lo tratará bien porque el sabe que a los enemigos hay que tenerlos cerca.

Personajes Recurrentes; Cooper Anderson, Burt & Carol Hummel-Hudson, Rachel Berry, Sam Evans, Mike Chang, Nick Duval y Jeff Sterling entre otros.

Gabriela! Muchas gracias por leer y darte el tiempo de comentar. Espero te guste esta historia de principio a fin.

Primero que todo: gracias por lo de guapa. Segundo: ya te lo dije en el chat, tu locura es una locura en el buen sentido. Así como Hogwarts se necesita la chispa de Fred & George Weaseley, aquí se necesita de la tuya. ¿Por cierto, has visto  arry Potter? Para saber si entiendes mi referencia xD

Ya leeré tu fic Blam! Siento que la curiosidad me matará cual gato.

Y lo bien que me lo estoy pasando hablando de tu locura <3

Kurtbastian está fuera de todo pronóstico. O por lo menos no lo he conciderado ni lo consideraré de forma romántica. Aunque sí como una linda amistad. Así que Don't Worry be Happy! ;)

Mi problema es Elijah! El tipo es un encanto y un dolor de cabeza a la vez. Y oye, no seas dura con Kurt, al menos en esta historia dale una oportunidad...

Cooper y Sam no pueden faltar. Jajajá! Y sí, ya me he dado cuenta de tu amor por Blam ;)

Ves que al final insistes en que estás loca? Yo digo que me caes bien así tal cual, con locura desbordante y todo. Jajajá! Ya quiero saber más de tu voz en off.

Ysi quiero llamarte INIA? Las últimas cuatro letras de tu nombre son puro estilo ;) Sino, te llamaré por tu nombre, que es muy bonito.

Hola!Ay, que bueno que te gustó esta historia, y los personajes nuevos también. Awww! Yo quedé embelesada con un fic tuyo, ya me leí todos los caps de golpe porque me encantó tu fic, te felicito. Espero poder seguir leyendote por estos lados. Y ojalá te siga gustando esta historia.

Hola! Que bueno que te gustó. Actualizaré dos días por semana o quizás más. Ya es domingo, así que aquí está el primer cap.

No me odies!! :( Jajajá! Yo también leo el fic de Alex! Y gracias por seguir leyendo pese a que en el fondo no te gusta,eres un gran amigo!

Oh!! Es un gran consejo. ¿Y si hago como en el Mary Sue en dónde las autoras se crean un personaje a semejanza? Podría ser, de todas maneras me hiciste darme cuenta de mi error. Gracias por lo de "realista" eso me motiva a mejorar todo!!

Oo también amo a Sebas y amo/odio a ELijah! el chico es un verdadero dolor de cabeza!!

Blaine caminaba por los pasillos de Juilliard. Sus maletas y equipaje como la de muchos otros estudiantes yacían custodiadas en la entrada por alumnos mayores de la escuela quiénes les estaban dando la bienvenida y los que posteriormente trasladarían las cosas a las habitaciones de los alumnos una vez les asignaran dormitorio. Era viernes y el lunes recién comenzarían las clases oficialmente, pero los alumnos nuevos habían sido citados para el reconocimiento del edificio, la inscripción de materias, talleres y alguno que otro club y/o actividad extra programática. Blaine caminaba apaciblemente, con su nueva credencial universitaria enganchada a su polera a la altura del pecho. No pudo evitar sentirse orgulloso de sí mismo en aquel momento, Juilliard era una de las escuelas de estudios superiores con menor porcentaje de ingresos por generación, lo que significaba que cada nuevo grupo de estudiantes se componía de una mínima cantidad de ellos: sólo los mejores. Los más talentosos y los que tenían más proyección como artista, dramaturgo, músico y/o actor etc… y Blaine era uno de ellos.

Blaine fue aceptado al primer intento. Aunque no consiguió una beca, sabía que era algo de lo que no debía preocuparse. Sus padres habían accedidos orgullosos a costearle los estudios, era su deber. Claro que con un par de restricciones y reglas que debía cumplir reflejo del carácter perfeccionista del Sr. Anderson. Por ejemplo: debía olvidarse de arrendar un departamento y  en cambio aceptar vivir en el edificio comunitario que Juilliard tenía a disposición de sus alumnos. Un edificio residencial sólo para miembros, muy cerca de la misma academia y con todas las necesidades que pudiese necesitar. Blaine tenía que prometer también que sería responsable con su salud y sobre todo con sus calificaciones, cumplir con sus horarios de sueños y no faltar a clases. Y aunque tenía permitido salir de fiestas, no tenía permitido meterse en escándalos ni en problemas debido al consumo del alcohol o algún otro tipo de sustancias de las que  suelen manejarse en las típicas fiestas universitarias. Tampoco tenía permitido aprender a fumar y si llegase a enfermarse o a sentirse mal por cualquier motivo, sus padres le habían dado el número de teléfono de un doctor amigo de la familia que vivía en Nueva York.

Los señores Anderson dejaron también una tarjeta de crédito a su disposición, así que tenía que aprender a ser responsable con el dinero y si quería gastos extras o darse algún gusto extravagante tendría que comenzar a ahorrar o buscarse algún trabajo de medio tiempo. La comida, la ropa y todo lo necesario para sus estudios correrían por parte de sus padres. Y Cooper tenía como misión  visitarlo al menos una vez al mes para comprobar que todo estuviese marchando a la perfección.

Blaine se tomó todo esto con mucha naturalidad, sabía el tipo de padres que tenía. Los señores Anderson eran bastante sobreprotectores, por lo que tener  al menor de sus hijos viviendo lejos de ellos no era un paso sencillo de dar, por lo mismo se estaba asegurando con tantas reglas y restricciones. Reglas que para Blaine no serían difíciles de cumplir. Él siempre había sido un hijo ejemplar, obediente y ajeno a meterse en líos y claro está: muy, pero muy talentoso. En algún tiempo tal vez,  su condición sexual  había sido motivo del distanciamiento con sus padres, pero después del supuesto “tiroteo” ocurrido en McKinley, los señores Anderson volvieron a ser aquellos padres cariñosos y aprensivos que él siempre había conocido, el sólo temor de sentir que podrían haber perdido a su hijo en aquel momento, los hizo arrepentirse por haberlo rechazado solo porque a él le atraían los muchachos. Era un pensamiento idiota y retrograda del cual se arrepintieron una vez ocurrido el incidente en la escuela. Amaban a su hijo, sin importar qué. Aquel sentimiento incluso se intensificó cuando al tiempo después, uno de los mejores amigos de Blaine falleció trágicamente.

Finn ya no estaba y aquello resultó de gran impacto en la vida de Blaine, porque el simplemente admiraba al “gigante”, torpe pero sabio líder de Nuevas Direcciones. Se llevaban bien, confiaban mutuamente en el otro y se respetaban. Tenían gustos similares en el fútbol, algo que compartían todos los sábados en la tarde cuando se sentaban juntos en la sala de estar de la familia Hummel-Hudson a ver el partido de la liga. Finn no sólo era un buen amigo, sino que también era el hermano mayor de Kurt, su ex novio y primera relación seria de toda su adolescencia. Y esto fue lo que más le dolió a Blaine de la trágica muerte, porque tras este lamentable hecho, las cosas entre él y Kurt se tornaron distante, en parte por el duelo, en parte porque ambos se dieron cuenta de que la vida podía acabarse en cualquier momento, de que eran jóvenes y de que aún les quedaba mucho por vivir y experimentar. Era necesario que cada uno emprendiera camino por su lado. En definitiva, la partida de Finn de este mundo marcaba un antes y un después en la vida de Blaine.
Poco a poco las heridas fueron sanando. Los recuerdos se volvieron en tesoros y el año escolar de Blaine prosiguió. Junto a sus amigos, el clubg Glee y la graduación el tiempo pasó volando. Tan rápido que pareciera que entre su audición para Juilliard y el día en que recibió su carta de aceptación, apenas si había pestañado. El verano había concluido entre planes y despedidas, viajes y un merecido descanso y ahora Blaine se encontraba a punto de comenzar en la escuela de sus sueños.

Blaine siguió caminando por los pasillos de Juilliard, saludando abiertamente a todo chico o chica que pasaba a su lado. La mayoría de los que se encontraban esa mañana recorriendo las instalaciones eran los alumnos nuevos, así que en general el ambiente que se respiraba era de entusiasmo, nerviosismo y exaltación.  Blaine no solo se sentía orgulloso por ser un alumno nuevo en tan prestigiosa academia de artes, sino que también se sentía ansioso por inscribir sus materias, anotarse en algún taller y sobre todo conocer a su nuevo o nueva compañera de habitación.

El hall que marcaba la entrada al edificio y que conectaba a las escaleras que llevaban a los pisos superiores estaba completamente atiborrado de stands y puestos informativos. Talleres y clases que invitaban a los nuevos a registrarse en sus filas. El propio Blaine se vio indeciso acerca de si unirse al taller de composición o seguir sus andanzas en las competencias de coro. Juilliard también ofrecía un club Glee y la idea le sonó realmente tentadora.

El problema era que seleccionar algún u otro taller le estaba dando algo de trabajo, por lo que decidió sería mejor tomarse un respiro, no quería elegir apresuradamente y aún tenía mucho tiempo para tomárselo con calma. Ya tenía su horario de clases facultativas  listo, lo había retirado de uno de los puestos indicados en dónde una muchacha alegremente le dio la bienvenida. También tenía entre sus manos una gran cantidad de folletos informativos que había ido retirando de otros puestos. En todos lados algún alumno o alumna de nivel superior le daba una calurosa bienvenida. Juilliard en ese sentido era como cualquier otra típica universidad.

Cargando sus folletos, se encaminó hacia el pie de la escalera para sentarse ahí y leer con calma las descripciones de algunas clases en las que se encontraba interesado. Su horario era bastante flexible por ser alumno de primero año, así que le quedaba tiempo para tomar algunas clases extras o algún taller pero no quería elegir nada sin estar completamente seguro.

Salvo que no alcanzó ni a llegar al segundo peldaño cuando todos sus folletos se resbalaron de sus manos. Había quedado impactado ante la vista de un muchacho bajando las escaleras. No cualquier muchacho, sino que él muchacho. Venía caminando despreocupadamente, mirando con confianza todo a su alrededor. Naturalmente y dada la posición en la que ambos se encontraban, no bastó ni un par de segundos para que sus miradas se cruzaran. Blaine lo reconoció inmediatamente, no sólo por aquellos ojos verdeazulados intensos, ni por la piel marfileña, sino porque más allá de cualquier aspecto físico, aquel muchacho que ahora lo miraba fijamente desde unos peldaños más arriba, alguna vez había sido su primer y gran amor.

— Kurt — Murmuró Blaine en un susurro apenas audible. Ni siquiera estaba seguro de haber movido los labios para pronunciar su nombre. Sin embargo descubrió que estaba sonriendo abiertamente ante la imagen de su exnovio. Como si sus labios supieran de antemano cómo reaccionar ante el castaño.

Por la reacción en el rostro Kurt este  también terminó por reconocerlo. Como si la vida los pusiera a revivir un momento exacto de su adolescencia. Así mismo se habían conocido en Dalton, y así mismo es que se estaban reencontrando en estos momentos: al pie de una escalera.

Se sonrieron más confiadamente. Llevaban más de seis meses sin saber el uno del otro.
Y como era de esperar el tiempo había dejado su marca en los dos. Demostrando de alguna u otra manera que ambos habían cambiado. Kurt por ejemplo no vestía ropas de diseñador, aunque seguía conservando su estilo único, ya no parecía un muchacho extravagante, sino que lucía mucho más como un típico modelo sacado de un catálogo de moda de esos que hacia suspirar a las muchachas. Ahora se veía más varonil. O ”Condenadamente Sexy”, como había pensado Blaine al pasar su vista de arriba abajo por el cuerpo del castaño.

Kurt por su parte intentó no suspirar ante la impresión. Blaine se veía como la primera vez que se conocieron en Dalton; su rostro asimétrico, su cabellera notoriamente más despeinada y vistiendo como un típico actor de Hollywood, jeans y una camiseta blanca entallada que no dejaba nada a la imaginación “Joder” pensó Kurt al descubrir que aquel cambió se debía a que Blaine había estado posiblemente ejercitándose. Dando un gran resultado en el cuerpo del moreno.  

Sin interrumpir el contacto visual, Kurt se apresuró en bajar las los últimos peldaños. Blaine no pudo dejar de notar que Kurt también llevaba una credencial de Juilliard, y antes de poder preguntarse qué es lo que el otro chico estaba haciendo ahí, los brazos de Kurt lo rodearon por el cuello en un cariñoso abrazo que rompió con cualquier límite de espacio personal.

— ¡Blaine! — Exclamó Kurt, con una voz más viva que de costumbre.

— K-Kurt — Tartamudeó el moreno, aún está impactado.  — ¿Qué haces… qué haces aquí? — Preguntó inmediatamente después de responder el abrazo.

— Lo mismo que tú ¿No? — Respondió el más alto, tratando de no hacer evidente su qué quería evadir esa pregunta a como dé lugar. — Así que postulaste a Juilliard ¿Qué… al primer intento? — Intentó hacer tema de conversación.

Blaine frunció el ceño. No se sentía incómodo en lo más mínimo como pensó alguna vez se sentiría al reencontrarse con él. Pero definitivamente la curiosidad por saber qué era lo que Kurt estaba haciendo en Juilliard no le permitía concentrarse en nada más. — ¿Qué pasa? ¿Qué te trae a esta escuela?

—Nada…—  Mintió con poca convicción. — Es sólo que NYADA no era lo que yo esperaba. Así que postulé aquí.

—Okay, pinocho. Ahora vamos con la verdad… — Blaine insistió. Conocía a Kurt como a la palma de su mano. Y la razón de Kurt le pareció poco concluyente. De seguro había un motivo mucho más grande para haberse cambiado de academia. — ¿Qué haces aquí?

— No… No es nada, no es importante — Kurt se evadió notoriamente sonrojado.

—Bueno, si no me quieres decir lo comprendo — Blaine continuó encogiéndose de hombros. — De todas maneras, llevamos tiempo sin hablar. Es obvio que no confías en mí como antes…

— ¡Tonto! — Exclamó Kurt golpeándolo en el hombro. — Ese es un juego sucio Blaine. Sabes perfectamente que jamás podría dejar de confiar en ti. No lo vuelvas a repetir. — Sentenció, terminando su semi-berrinche con una risilla nerviosa.

Blaine también se contagió de aquella risa. En parte Kurt había acertado. Si bien llevaban seis meses sin verse, era como si entre ellos las cosas no hubiesen cambiado en nada. La confianza, la complicidad, su amistad. Todo seguía intacto. — Entonces…—Se detuvo un segundo, a pensar. Luego alargó su mano para coger la de Kurt cerrando sus dedos alrededor.  — ¿Qué tal si buscamos un lugar en dónde sentarnos y nos ponemos al corriente? — Invitó. Una centellante sonrisa decoraba sus labios.

Y como siempre, Kurt no pudo resistirse.

Caminaron en silencio buscando un banquillo en algún lugar del hall. En ningún momento dejaron de mirarse de forma furtiva, sonriendo cada que sus ojos se encontraban. Aún seguían tomados de las manos, más allá de lo que pudiese significar, sólo era una muestra más de lo mucho que confiaban entre ellos y en lo cómodo que se hacían sentir mutuamente, fuera de eso, que caminaran tomados de las manos no significaba nada más ahora. Y eso era algo que ambos tenían claro, sin necesidad de hablar al respecto.
Eligieron un banco cerca de uno de los grandes ventanales del edificio, aún seguían en el primer piso de la academia por lo que podían observar todo el barullo provocado por los estudiantes que iban y venían por doquier.

— Así que… ¿NYADA no era lo tuyo? — Preguntó Blaine. No había necesidad de preámbulos. Además se sentía curioso y quería ponerse al día con su ahora amigo Kurt.

Kurt suspiró ante la pregunta una vez más. No era un cuestionamiento simple, al contrario, para él significaba una gran parte de todos los cambios que había viniendo experimentando hasta ahora. — Prométeme que no me juzgarás… Si te digo porqué es que vine a Juilliard y no me quedé en mi vieja escuela de artes dramáticas. — Su voz tembló un poco.

Blaine frunció el ceño expectante, tampoco quería presionar a su amigo. En realidad el no tenía ni una pequeña pista al respecto por lo que tampoco sabía si aquello era algún tema delicado. Pero asintió, porque jamás podría juzgar a Kurt con respecto a nada. Entre los dos, el castaño era realmente el más correcto, o por lo menos el que menos errores había cometido con respecto a su relación, y en general, como persona, Kurt no era un mal chico. — No podría juzgarte… Tú lo sabes… Vamos, anda. Confía en mí.

Kurt tomó aire. Sus mejillas volvieron a tornarse enrojecidas por la sangre que se arremolinaba en ellas. Estaba nervioso y a la vez avergonzado, lucía como un chico indefenso. A Blaine le recordó el Kurt que conoció en Dalton: frágil, sensible y temeroso.

— Quiero ser profesor de música.

Blaine inspeccionó el rostro de Kurt. El castaño le había confesado la verdadera razón por la cual había hecho el intercambio, sin embargo… — ¿Y de eso no querías hablarme? Kurt, solo quieres ser profesor de música, no te estás convirtiendo en un tirano ¿Eso te avergonzaba decirme?— Preguntó sorprendido y divertido a la vez. No encontraba que aquello fuese gran cosa, mucho menos algo para avergonzarse. Aunque en realidad el siempre se había imaginado a Kurt como un gran actor de teatro, o director de Broadway… Sólo en sus opciones más osadas se lo imaginaba como un escritor serio. Era cierto que enterarse de que el castaño quería ser profesor rompía todo sus esquemas, sin embargo no era nada del otro mundo. — Entonces, Juilliard es el lugar indicado, aunque insisto, Kurt. No comprendo el no quisieras contarme…

— Es por Finn, Blaine… — Interrumpió el castaño con tristeza, aún había otra razón detrás. — Quiero hacerlo en honor a él, cumplir su meta.

Los labios de Blaine enmudecieron, boquiabierto inspeccionó nuevamente el rostro de Kurt como si su cerebro no fuese capaz de realizar ninguna otra acción. Era algo que tampoco se esperaba. Pero claro, ahora todo tomaba mucho más sentido.

Blaine sintió que en su pecho algo se encogía. Oír el nombre de Finn aún le provocaba ese nudo en la garganta, además de ver a Kurt triste, y la razón noble por la cual ahora quería ser profesor. Todo aquello le había llegado directo al corazón. — Oh, Kurt… Eres… adorable. — Fue lo único capaz de decir. Pero dada la sonrisa que el castaño de pronto esbozó, sintió había escogido las palabras correctas.

— ¿No me crees un tonto? — Kurt inquirió.

— ¿Cómo puedes pensar eso de ti mismo Kurt Elizabeth Hummel? Es el gesto más noble, leal y enternecedor que una persona podría hacer en memoria de quién significó mucho en su vida. Kurt, eres tan valiente. Nadie más que tú podría tomar una decisión como esta y dedicar parte de su vida a alguien que ya no está… Créeme, Finn estaría tan agradecido de ti  en estos momentos. — Blaine cayó de golpe, porque ya no necesitaba seguir diciéndole a Kurt lo mucho que aprobaba su decisión. En cambio lo estrechó nuevamente en un abrazo, distinto al de minutos atrás. Este era un abrazo de soporte, de apoyo. — Serás un gran, sexy y talentoso profesor. — Concluyó. — Cortando el abrazo, bromeando mientras volvía a acomodarse en el banquillo.

— Muérdete la lengua, Blaine. No soy sexy…

— ¿Te has visto en el espejo últimamente, bebé pingüino? — Desafió Blaine. Aquello era algo que solo los dos entendían.

— ¡Mira quién lo dice! — Respondió Kurt. Dejando que una de sus manos desordenara la cabellera de Blaine. — Tu cabello, las fábricas de gel deben de estar en la quiebra ya que no compras su producto. Pero me alegro, te sienta. Además, de que llevas haciendo ejercicio ¿cierto? El sexy aquí es otro…

— Ajá. Ten cuidado Kurt, ahora estoy prohibido para ti “amigo” no te tientes con lo que ves en mí…

— ¡Tonto!

Ambos largaron a reír. Para cuando se tranquilizaron, lograron escuchar la voz de una mujer que sonó a través de un megáfono,  llamando a todos los alumnos nuevos para que se reunieran en el centro del hall y así recibir algunos anuncios importantes dentro de los próximos cinco minutos. Sin pensarlo dos veces, ambos caminaron para reunirse con quienes serían sus nuevos compañeros. Sintiéndose mucho más cómodos y relativamente contentos de saber que volverían a estudiar juntos. La aventura en Juilliard parecía ser mucho mejor de lo que los dos hubiesen imaginado jamás.

En el centro del hall, un grupo de muchachos en un puesto improvisado tenían entre sus cosas una ruma de lo que parecían poleras recién planchadas y en otra mesa ordenadamente hileras con juegos de llaves. Eran tres chicos, dos de ellos hombres y quién llevaba el megáfono era una chica, la que volvió a hablar a través del megáfono.

— ¡Bienvenidos chicos! Gracias por venir como se les ha pedido con anticipación. Era muy importante contar con su presencia hoy, ya que era necesario realizar el acomodamiento de ustedes en nuestra residencia. Lo que haremos ahora será llamarlos uno a uno, ahí les entregaremos un calendario con todas las actividades anuales de Juilliard, además de un juego de llaves y el número de su habitación en la residencia. Además todos recibirán como regalo de bienvenida una linda camiseta con el logo de Juilliard.

Cuando la chica terminó de hablar, todos los alumnos nuevos comenzaron a aplaudir. La chica volvió a hablar. — Serán llamados por orden de admisión.

Si antes el grupo de estudiantes había aplaudido con emoción, ahora todos guardaron  un silencio descomunal. E orden de admisión solo significaba una cosa: los mejores serían los primeros en ser llamados adelante.

— Vaya, no me esperaba eso. — Susurró Blaine al oído de Kurt.

Kurt asintió. Se acercó más a Blaine para susurrarle de vuelta. — Créelo. En NYADA no se perdía ningún momento en destacar a los mejores alumnos y avergonzar a los peores. Los propios profesores lo hacen. Es parte de la exigencia. Así los que van más atrasados se exigen más a sí mismos. La propia Rachel fue humillada varias veces en público por nuestra profesora de baile, y ya vez. Ahora nuestra amiga será estrella de Broadway.

De la forma en que Kurt lo planteaba, Blaine podía entenderlo. Sin embargo aún le seguía pareciendo algo innecesario, sobre todo en el primer día. Tal vez debería comenzar a acostumbrarse al exigente estilo de vida de su nueva escuela. El moreno dejó de pensar al respecto cuando escuchó su nombre a través del megáfono:

— ¡Anderson, Blaine!

Todos estaban en silencio, sin duda esperando ver al muchacho que había sido admitido en primer lugar. Pero el propio Blaine no lo podía creer. Se quedó tan quieto que fue Kurt quién lo empujó para que pasar adelante. Con timidez y ligeramente sonrojado, Blaine se acercó a la chica. Uno de los muchachos le entregó su llave correspondiente y el número de su habitación. Además de un montón de folletos y el calendario de actividades de la escuela.
Mientras Blaine estaba al frente y para su tranquilidad, el grupo de  alumnos le aplaudió de forma confortante. Incluso escuchó como entre la multitud alguien le lanzaba un sonoro beso, algo que hizo reír a todos. Más tranquilo y con la mirada perdida en sus pasos, Blaine volvió a su lugar junto a Kurt.

— Jamás creí sería el primero.

Kurt sonrió. — A mí no me sorprende para nada, eres el chico más talentoso que conozco. — Le respondió guiñándole un ojo. En otro momento de su vida, Kurt tal vez podría haber sentido algo de celos, pero ahora era un chico diferente y estaba muy contento por Blaine y su reconocimiento como “el mejor alumno nuevo”

— ¡Forbes, Susan!

Una muchacha delgadísima, con el cuerpo digno de una bailarina de ballet pasó al frente. Mientras los demás le aplaudían, entre ellos Kurt  y Blaine que se unieron a la ovación.

— ¡Cameron, Linda!

Una esbelta muchacha que haciendo honor a su nombre pasó adelante. Ella, además de aplausos se llevó varias galanterías y halagos de parte de los muchachos del grupo.

— ¡Coulter, Elijah!

El siguiente en pasar fue un muchacho alto y delgado, de cabellos rubios y un rostro que asemejaba a los que se tallaban en las antiguas estatuas griegas. Todos le aplaudieron como se había hecho costumbre por cada nuevo alumno que pasaba adelante. Todos, excepto Blaine que de pronto pareció congelarse ante la imagen que tenía enfrente. — E… El… Elijah… — Pronunció entrecortadamente.

Kurt fue el único que lo escuchó. — ¿Sucede algo Blaine… lo conoces? — Preguntó. Blaine lucía pálido. Como si hubiese visto algún fantasma.

— Fuimos compañeros. — Fue lo único que Blaine pudo responder. Sus neuronas se encontraban algo disparadas, tanto como los latidos de su corazón.

— ¿En Dalton? Yo jamás lo vi. — Respondió Kurt como si nada…

— No… No… De antes de que me cambiara de escuela… — Intentó responder el moreno con claridad. Sacudió su cabeza para quitarse la expresión idiota de su rostro. No quería parecer un embobado frente a Kurt. Pero, si el castaño supiera la mitad de lo que Elijah significaba en su vida, entendería mucho mejor su rostro anonadado.

Ambos amigos vieron a Elijah perderse entre la multitud. Blaine había sentido el deseo de llamarlo, pero se reprimió en el instante en el que un mar de recuerdos inundó su cabeza y la cantidad de sentimientos encontrados que aquellos recuerdos le generaron, lo hicieron desistir. Era mejor intentar no darle importancia. Por su propio bien… Incluso el de Kurt.

— ¡Hummel, Kurt! — La muchacha llamó a través del megáfono y Blaine se alegró de que fuese el castaño el siguiente en ser llamado. Así tenía una razón más para salir de su ensimismamiento. Comenzó a aplaudir junto con el resto de los estudiantes mientras Kurt pasaba adelante a recibir sus cosas.

Cuando Kurt regresó junto a él, Blaine ya se sentía más recuperado de la impresión que se había llevado minutos atrás.

— Soy tres estudiantes mejor que tú. — Intentó bromear el moreno, haciendo eco de la cantidad de estudiantes que lo separaban en la lista.

Kurt negó con su cabeza, divertido. — Ah, señor “soy el centro del universo”  Sabía que en algún momento me lo echarías en cara— bromeó de vuelta.

Los dos largaron a reír intentando no llamar la atención de los demás. Estar juntos era algo
que indiscutiblemente les hacía bien a los dos. Entre ellos no importaba quién era el más talentoso, o quién tenía más atención, quién cantaba más solos o se llevaba la admiración de los demás. Para ambos, los dos eran igual de talentosos y siempre serían el primero en estar felices si el otro conseguía algún tipo de logro.

Intercambiaron una última mirada de complicidad cuando la voz de la muchacha a través del megáfono captó esta vez, la atención de los dos.

— ¡Smythe, Sebastián!

Tanto Blaine como Kurt se quedaron solidificados en su lugar, incapaces de aplaudir siquiera. Sebastián, estaba ahí, caminando en dirección al centro para recibir sus cosas. Mientras el resto del alumnado aplaudía. Sebastián también se llevó algunos sonoros besos por parte de las muchachas y algún que otro alago. Mientras que los dos amigos aún no podían terminar de creerse lo que estaban viendo. El chico rubio no había cambiado mucho, seguía vistiendo como un típico chico de familia acomodada, y su rostro se veía mucho más masculino que antes. El cabello lo llevaba de forma distinta, sin embargo la esencia de Smythe parecía seguir siendo la misma.

— ¡Esto sí que no me lo esperaba! — Susurró Kurt al oído de Blaine.

— Menos yo. — Le contestó Blaine.

Los dos amigos volvieron a intercambiar una mirada cómplice cuando al frente, Sebastián parecía haberlos reconocido. Con toda la fresca personalidad que caracterizaba al ex warbler, Sebastián les guiñó un ojo desde la distancia y lo que menos se esperaron, era que el muchacho decidiera caminar en dirección de ellos una vez estuvo listo.

— ¡Vaya, vaya! Pero miren a quienes tenemos aquí. — dijo al lado de los dos amigos cuando los alcanzó en la multitud.

Blaine sonrió divertido, mientras que Kurt se cruzó de brazos y giró los ojos con exasperación. En cambio, Sebastián sonrió con coquetería.

¡Juilliard realmente se convertiría en toda una aventura desde ahora en adelante!