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FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
5 participantes
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FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
THE HUMMELS
"El ADN no hace a la familia, el amor sí".
La historia narra la historia de Kurt y su familia, cuando esta regresa a Estados Unidos después de más de ocho años viviendo en Europa. Centrándose así, en el reencuentro entre Kurt y Blaine y sus familias, las cuáles se encuentran unidas por una estrecha amistad entre sus padres.
Kurt es el tercero de cuatro hijos adoptivos: Brody, Sebastián y Brittany. Su padre, Burt Hummel es un prestigioso abogado y político en ascenso. Ellos son los Hummels, y son residentes del tranquilo pueblo de Westerville, Ohio.
Los Hummels son una familia unida y homogénea pese a que no hay sangre que los una. Pero cuando la tragedia llega a sus vidas, arrebatándole a su esposa, Burt, el padre de familia, decide llevarse a sus hijos lejos de allí. A Europa específicamente, Inglaterra para ser exactos.
Es así como Kurt y sus hermanos viven y se crían lejos de su familia y amigos de infancia. Kurt debe despedirse de Blaine, su mejor amigo e hijo de una familia muy cercana a ellos.
Pero los años pasan y Los Hummels regresan sólo para cuando los hijos menores, Kurt y Brittany están a punto de comenzar la universidad, tiempo que coincide con el comienzo de las campañas electorales de las cuales Burt decidirá ser parte para representar a su antiguo pueblo en el congreso. Es así como los cinco miembros regresan a Estados Unidos.
Brody acaba de terminar la universidad y está a punto de comprometerse con su novia de casi toda la vida, Sebastián juega futbol universitario y está a la mira de varios equipos profesionales, y Kurt y Brittany acaban de graduarse de la secundaria, Kurt quiere seguir los pasos de su madre y convertirse en escritor, mientras que Brittany quiere así como su hermano mayor seguir el camino de las artes escénicas, especializándose en danza.
Es así como regresan para instalarse en la ciudad de Nueva York, dónde los Anderson están esperándolos con los brazos abiertos. No por nada Brody, hermano de Kurt se ha comprometido con Rachel, la hermana de Blaine.
Con los preparativos de la boda a la vuelta de la esquina y el verano a punto de comenzar, Los Hummel regresan para poner la vida de varios de cabeza. Y Blaine es el primero en darse cuenta de ello cuando en la despedida de solteros de Brody, Kurt lleva las cosas entre ellos a otro nivel, metiéndolos a ambos en un lío gigantesco. Y aunque ni Kurt ni Blaine recuerdan muchas cosas de su infancia, y son vagos los recuerdos que comparten de la amistad que los unía. Ahora tendrán mucho tiempo para recordar que era lo que los hacía sentir tan especial cuando estaban juntos.
¿Será que al igual que su hermana, Blaine también se unirá al clan Hummel?
Nota de la Autora: ¡Hola, Klainers! Llevo tiempo sin notebook y con el móvil y la tablet se me hacía un lío publicar. Así que hice borrón y cuenta nueva y comencé de cero. Esta historia lleva pleneada un tiempo y como debo un Klaine para un reto, entonces puse a ambos como protagonistas. ¡Espero les guste la idea! Aprendí a hacer planificación, y guía de capítulos así que no abandonaré esta historia, es una promesa :D
Última edición por andersmythe el Mar Sep 09, 2014 3:19 pm, editado 1 vez
andersmythe* - Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 26/07/2014
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Hola!!!!!!!!!!!
Darri loca en 3, 2, 1...
¿Y Cooper? Soy la loca de Cooper y quiero saber cosas de él...
Ok, vuelvo a la normalidad... Suena interesante... Espero que pronto subas el primer capítulo...
Besos
Darri loca en 3, 2, 1...
¿Y Cooper? Soy la loca de Cooper y quiero saber cosas de él...
Ok, vuelvo a la normalidad... Suena interesante... Espero que pronto subas el primer capítulo...
Besos
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Esta genial, no tardes con el primer capítulo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Hola me llamo Ulises me gusto mucho la sinopsis esperare ansioso el primer capitulo se ve que esta genial la historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Darrinia escribió:Hola!!!!!!!!!!!
Darri loca en 3, 2, 1...
¿Y Cooper? Soy la loca de Cooper y quiero saber cosas de él...
Ok, vuelvo a la normalidad... Suena interesante... Espero que pronto subas el primer capítulo...
Besos
Túuuu!! <3 Gracias por ser mi primer comentario. Eso significa mucho para mi!
Cooper saldrá en este fic. Creo que olvidé mencionarlo en el resumen pero ya verás que andará dando vueltas de forma constante.
Espero que te siga pareciendo interesante... Pista: Sam también estará ;)
Besos más!
Cooper saldrá en este fic. Creo que olvidé mencionarlo en el resumen pero ya verás que andará dando vueltas de forma constante.
Espero que te siga pareciendo interesante... Pista: Sam también estará ;)
Besos más!
Gabriela Cruz escribió:Esta genial, no tardes con el primer capítulo.
Wiiiiii siempre te encuentro comentando fics Klaine! Me alegro verte aquí también <3 ¡Espero te guste este cap!
gleeclast escribió:Hola me llamo Ulises me gusto mucho la sinopsis esperare ansioso el primer capitulo se ve que esta genial la historia
¡Mucho gusto, Ulises! Soy Francisca (Frances como nombre artístico xD) gracias por comentar. Espero que te siga gustando esta historia, prometo poner lo mejor de mi en esto :3
¡Y PARA LOS QUE LEEN Y NO COMENTAN!
un abrazo.
¡Y PARA LOS QUE LEEN Y NO COMENTAN!
un abrazo.
andersmythe* - Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 26/07/2014
Capítulo I: Someone Like You
THE HUMMELS
Capítulo I: "Someone like you"
Afuera de la mansión de los Hummel, la fiesta de cumpleaños del padre de la familia se estaba llevando a cabo hace ya un par de horas. Había música y un servicio de banquetería, una banda y un sinfín de invitados. Y lo que había comenzado cerca del medio día ya estaba por alcanzar las primeras estrellas de un cielo que amenazaba con oscurecer.
El menor de los hijos de la familia Hummel, se hizo paso entre la gente intentando encontrar entre la multitud a su padre, que si bien era el festejado, no por eso debería dejar de cumplir con su rol paternal. El pequeño apenas si se vislumbraba entre los invitados, pero lo que más dificultaba su búsqueda, era que todos vestían de etiqueta. Para Kurt era como ver cientos de pingüinos bebiendo y riendo, su padre también llevaba un frac negro, por lo que era muy difícil encontrarlo de buenas a primera.
Pero lo hizo. Dio con su padre y acortando cada vez más la distancia entre ellos, gritó por él. “¡Papá!” y su voz sonó tan inocente y tan dolorosa al mismo tiempo, que apenas habló todo el barullo de la fiesta en el jardín se detuvo. Un sin número de miradas se posaron en el pequeño castaño que se hizo paso entre la gente.
Algo no andaba bien. Todos los presentes lo comprendieron en aquel mismo instante. Y como si se hubiesen puesto de acuerdo, todos bajaron a voz haciendo silencio para el pequeño.
– ¿Papá? – Llamó Kurt una vez más. La angustia se hacía cada vez más notoria en el tono de su voz.
Burt Hummel, que disfrutaba en aquel momento de una amena charla con algunos de sus amigos, desvió su atención para mirar al pequeño que imploraba por él.
– ¿Qué sucede? – Burt preguntó con cierto encanto paternal.
– Brody y Sebastián están llorando. – Contestó su hijo a modo de respuesta. Y aquello sólo parecía como si estuviese acusando a sus hermanos por algún mal comportamiento.
– ¿Se han peleado otra vez tus hermanos? – Burt volvió a preguntar de manera amable. El conocía a sus hijos, los mayores por ejemplo siempre discutían y se peleaban al borde de hacerse llorar mutuamente. El padre de la familia Hummel se agachó para quedar a la altura de su hijo menor y colocó una de sus manos en el hombro del más pequeño. – Anda, ve jugar… Ya se calmarán esos dos.
– No… – Kurt reprochó. Sus mejillas estaban comenzando a tomar un leve tinte rosa. – Brody dice que mamá no quiere despertar de su siesta…
Fue como si aquellas palabras estuviesen prohibidas.
Tan pronto Kurt concluyó aquella frase, varios invitados a la fiesta se llevaron las manos a la boca, otra persona más allá dejó caer la copa de la cual estaba bebiendo debido a la impresión. Burt se congeló ahí mismo, sin apartar la mirada de su hijo, quién claramente no lograba entender la gravedad de la situación.
– ¡Llamen a una ambulancia! – Gritó el Sr. Anderson. Conocido entre muchas cosas, por ser el mejor amigo de Burt.
Varias personas comenzaron a gritar.
El padre de Kurt se puso de pie repentinamente y sin decirle nada a su hijo, y casi en un estado de inanición comenzó a correr hacia la entrada, como si tuviese que llegar con urgencia a algún lado. Varias personas comenzaron a correr también detrás de Burt, otros comenzaron a hacer llamadas telefónicas. Las voces sonaban quejumbrosas. Todo el mundo en la fiesta estaba alarmado.
– Ven… – Escuchó Kurt como la Señora Anderson lo llamaba. – ¿Qué tal si vamos a buscar a Blaine y a los demás?
Kurt tal vez no podía comprender que estaba sucediendo, sin embargo podía notar como de repente todos comenzaron a mirarlo de forma lastimera. Tal vez todos, menos la Señora Anderson, que si bien parecía estar a punto de echarse a llorar, le mostró una de sus más grandes sonrisas y lo tomó en brazos.
Kurt se dejó querer mientras la Señora Anderson lo llevaba hacia el borde de la cama elástica que se había colocado en un rincón del jardín para que los más pequeños pudieran disfrutar de la fiesta también. Ahí estaba Blaine, tendido de espaldas en medio de la cama, contemplando las estrellas que ya comenzaban a surcar el cielo nocturno.
– Blaine… ¿Podrías hacerle compañía a Kurt un momento?
Blaine Anderson se sentó apenas su madre lo llamó. Tenía la misma edad que Kurt pero no se parecían en nada. Blaine era mucho más moreno y más enérgico que el menor de los Hummel, su mirada era más perspicaz que la del ojiazul, y su cabello lucía mucho más oscuro y revuelto que el de su amigo.
La señora Anderson bajó de sus brazos a Kurt para dejarlo sobre la cama elástica sin antes darle un beso en la frente. – Jueguen tranquilos, ya regresaré.
Dicho esto, la madre de Blaine se retiró dejando a solas a los más pequeños.
Blaine y Kurt se miraron mutuamente y se encogieron de hombros al mismo tiempo. El pequeño Hummel gateo por la cama elástica hasta alcanzar a su amigo. Una vez a su lado, ambos se tumbaron de espaldas para ver el cielo.
– No sé qué está pasando. – Kurt rompió el silencio. Su hombro rosaba ligeramente el de Blaine.
El moreno ladeó su cabeza para observar a Kurt, quién hizo lo mismo. Se contemplaron mutuamente una vez más.
– ¿Por qué? – Preguntó Blaine.
Kurt se encogió de hombros. – Brody dijo que mamá no despertaba de su siesta y Sebastián se puso a llorar por eso… Luego le conté a papá y todos se alarmaron. ¿Qué tiene de malo que mami quiera dormir tanto?
Blaine se sentó abruptamente apenas Kurt dejó de hablar.
– ¿Blaine? – Su amigo lo llamó.
Pero el moreno no se movió ni se volteó.
– ¡No me des la espalda! – Espetó el castaño. – ¿Qué sucede, Blaine? – Kurt se sentó a su lado. Dispuesto a exigirle una explicación.
Blaine suspiró y fue casi como oír un pequeño sollozo. Miró a Kurt fijamente a los ojos y le sonrió, aunque se notaba que era una sonrisa forzada, porque lo que realmente quería era ponerse a llorar. – Sabes que siempre voy a estar contigo ¿verdad? ¿Lo sabes?
Kurt se sorprendió de la expresión triste de Blaine. También la pregunta que le estaba haciendo lo descolocó un poco. Sin embargo conocía la respuesta a esa interrogante. – Lo sé. Eres mi mejor amigo.
Blaine asintió. – Y tú eres mi mejor amigo y siempre, siempre voy a cuidar de ti.
Kurt sonrió. – Lo sé… Pero… ¿Por qué te pusiste triste así de repente?
Pero Blaine lo único que pudo hacer en ese momento fue aferrar a su amigo entre sus pequeños brazos. Tal vez no le correspondía a él hacerlo, o tal vez era precisamente eso lo que un amigo haría por otro: decir la verdad.
Y pese al dolor que aquello le causaba, a sus seis años, Blaine decidió que tenía que ser él quien le diera la noticia a Kurt. Y así lo hizo.
Para cuando Kurt comprendió todo por fin, se encontraba firmemente resguardado entre los brazos de Blaine. El moreno lo contuvo justo en el momento en que Kurt comenzaba a comprender que su madre había fallecido.
Ambos se pusieron a llorar. Kurt mezcla de miedo y profunda tristeza, Blaine por la empatía y cariño que sentía por su amigo.
El funeral no fue para nada modesto. Pese a que aquel día estaba nublado, eran tantas las personas que querían y admiraban a la Señora Hummel, que el lugar se encontraba lleno de vida y rostros amables, aun si se trataba de un cementerio.
Kurt estaba sentado en la primera fila, su mirada estaba perdida en el vacío. Lo único que lo mantenía de vuelta en la realidad era la mano de Brittany, su hermana quién lo sostenía firmemente. La pequeña rubia tenía los ojos rojos, y varias lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas. Más allá el Sr. Hummel, aún más inexpresivo que el resto de sus hijos, contenía a Sebastián que escondido en su abrigo parecía estar llorando. Brody, el mayor de los hijos tenía la vista al frente, escuchando atentamente las palabras del reverendo que oficiaba la ceremonia, en sus brazos estrechaba el retrato de su madre, una fotografía que reflejaba el hermoso rostro lleno de vida de quién en estos momentos estaba a punto de ser cubierta de tierra y de flores.
Kurt intentó concentrarse en aquella fotografía. Como si quisiera dejarla grabada en su memoria, como si tuviera miedo de pestañear y olvidar como era el rostro de su mamá.
Los minutos y las horas pasaron. Pero para él fue casi como una eternidad.
Ya estaba hecho. La tierra había terminado de cubrir el ataúd que resguardaba el cuerpo de la Señora Hummel. Ya no quedaba mucha gente. Solo familia y amigos más cercanos. Muchos abrazos y palabras de consuelo se seguían repartiendo por aquí y por allá.
Kurt vio a sus hermanos compartir con sus mejores amigos, compañeros de la escuela y amigos de la infancia quienes habían venido a hacer acto de presencia. Sebastián estaba siendo rodeado por los brazos de Santana, su mejor amiga una pequeña de ocho años muy temperamental. Brody tenía a su lado a Cooper y a Rachel, el mayor y la menor de los Anderson respectivamente. Brittany en cambio se había quedado dormida debido a la emoción, ella era la más sensible de sus hermanos, y era la Señora Anderson quién la acompañaba en una silla, cuidando de su sueño.
Kurt tampoco estaba solo. Y eso realmente lo confortaba. En su asiento podía descansar su cabeza sobre el hombro de Blaine. El moreno había guardado silencio durante toda la ceremonia, pero en ningún momento se había apartado de lado de Kurt, dándole de alguna forma espacio y tiempo para pensar, llorar y lamentarse en privado.
Precisamente fue el mismo Kurt quién rompió el silencio, cuando encontró que era el momento adecuado de volver a la realidad y enfrentar lo que estaba sucediendo. Pues la muerte de su madre no era el primer cambio que su vida desarrollaría desde ahora en adelante.
– Papá dice que nos iremos.
Blaine asintió, acompañando el gesto con un suspiro. – Lo sé.
– No quiero irme. – Kurt espetó, y aunque quería discutir y alzar la voz. No le quedaban fuerzas para hacerlo.
Blaine palideció. No soportaba la idea de ver a su mejor amigo irse lejos. Y deseaba tanto como Kurt que aquello no fuera cierto. Sin embargo era una decisión a la que ninguno de los dos podía hacerle peso. – Yo tampoco quiero que te vayas.
Kurt levantó su rostro para clavar su mirada en Blaine. Quería contemplarlo siempre que podía desde que se había enterado se marcharía junto a su familia a Inglaterra. No quería olvidarlo, quería recordarlo para siempre. – No quiero separarme de ti. Se siente horrible no poder estar con quienes amas. – Argumentó, aludiendo a la pérdida de su madre.
Blaine abrió los ojos y se congeló por un momento. Sintió sus mejilla arder, el labio inferior le tembló al hablar. – ¿Me amas?
Kurt asintió. Sonrojado también. No necesitaban más explicaciones entre los dos. Como niños podían comprender que el sentimiento que compartía el uno por el otro era infinito. Y aquello no necesitaba de mayores explicaciones.
– Yo también te amo. – Blaine se declaró. Sabía que apenas era en un niño y que tal vez no sabía nada acerca del amor, pero también sabía que no por esos sus palabras carecían de valor. Ni menos sus sentimientos.
Ambos volvieron a mirarse fijamente una vez más. Aquella declaración marcó el comienzo de su despedida. Y Kurt jamás olvidó aquel momento.
Doce años habían pasado desde aquel día y Kurt a sus dieciocho años aún lo recordaba. Era curioso para él como trabajaba su memoria, porque en realidad había olvidado muchos aspectos de Blaine. Pero en cambio recordaba algunos, los más importantes.
De hecho, eran tan pequeños cuando se separaron y el se había venido a Inglaterra con su padre y sus hermanos, que mantener la comunicación y el contacto por medio de cartas o incluso e-mails era algo que en su momento le había parecido innecesario. Innecesario porque el dolor era tan grande que se había evitado cualquier tipo de contacto con el menor de los Anderson, para evitar sentirse triste al mantener una amistad a distancia.
Incluso muchos años después el resto de la familia Anderson seguía en contacto, porque en realidad era algo normal entre quienes se consideraban mejores amigos. Sebastián había viajado solo incluso más de alguna ocasión para los cumpleaños de Santana, Brody solía ir a un campamento de música en San Francisco en los veranos junto a Rachel y así sucesivamente. Pero menos Kurt, el era el único que se había mantenido al margen.
Y de las cosas que sabía de Blaine hoy en día, de todas se había informado a través de Rachel y Brody quienes ahora estaban comprometidos. Y era en las visitas que la menor solía hacerles como en vacaciones y en algunas fechas importantes, en las que Kurt intentaba averiguar un poco acerca de él.
Sabía por ejemplo que Blaine se había graduado también y que estaba esperando una carta de aceptación de Yale. Que era un músico amateur y que había salido del clóset a la edad de quince años (casi al mismo tiempo que Kurt) y que incluso, y muy a pesar del castaño, sabía que Blaine tenía novio y que Rachel le había pedido que planeara la despedida de soltero de Brody en Las Vegas. También sabía que había desarrollado una alergia a la mantequilla de maní y que a los diez años lo había mordido un perro por lo cual le había ganado manía a aquellos animales. Que a los dieciséis obtuvo su primer empleo como barista en un café y que producto a eso había aumentado algo de peso debido a los sin fines de cronuts que solía comerse en su hora de almuerzo. Que su color favorito era el azul y que odiaba usar chalecos de lana. Que amaba las bowties, y que era fanático de la coca cola… Incluso sabía que no le gustaba usar calcetines...
Eran pequeños datos que Kurt recolectaba en las visitas constantes de su cuñada. Un poco de información que le permitían hacerse una imagen mental de quién en su infancia consideró su mejor amigo. Y con eso le bastaba. Porque Kurt había llegado a la conclusión incluso de que Blaine ni siquiera se acordaba de él, que tal vez para el moreno su amistad había quedado en el pasado y no había sido tan significativa como lo había sido para él. Kurt pensaba con regularidad en eso, y trataba de convencerse a sí mismo que una vez se volvieran a ver en New York, nada sería igual que antes, porque claramente, desde que se había separado, habían tomado caminos distintos sin intentar comunicarse entre sí.
Y no es que Kurt se arrepintiera de no haberlo intentado. Porque la verdad era que resultaba mucho más fácil para él intentar mantener al moreno lejos de su mente y de su vida, porque desde los seis años que le importaba y desde los seis años es que le dolía no haber podido crecer junto a él, porque desde los seis años aun sabiendo que a esa edad poco se sabe de la vida en general, desde los seis años es que sentía una conexión muy especial con aquel moreno.
Y ahora estaba a solo un par de horas de volver a verlo.
Y estaba aterrado.
Porque en el fondo lo que realmente quería era que todo siguiera igual desde donde lo habían dejado aquella tarde hace doce años atrás.
Nota de la Autora: Bueno, la historia va introduciéndose poco a poco. Ya sabremos más de Blaine y porqué es que los Anderson y los Hummel son tan unidos. Y espero haber explicado porqué para Kurt fue mejor mantener la distancia de Blaine, es que simplemente le dolía esa misma distancia por lo cuál era mejor olvidarse de él. Y bueno... Ya ven como no ha podido hacerlo... Awww...
El menor de los hijos de la familia Hummel, se hizo paso entre la gente intentando encontrar entre la multitud a su padre, que si bien era el festejado, no por eso debería dejar de cumplir con su rol paternal. El pequeño apenas si se vislumbraba entre los invitados, pero lo que más dificultaba su búsqueda, era que todos vestían de etiqueta. Para Kurt era como ver cientos de pingüinos bebiendo y riendo, su padre también llevaba un frac negro, por lo que era muy difícil encontrarlo de buenas a primera.
Pero lo hizo. Dio con su padre y acortando cada vez más la distancia entre ellos, gritó por él. “¡Papá!” y su voz sonó tan inocente y tan dolorosa al mismo tiempo, que apenas habló todo el barullo de la fiesta en el jardín se detuvo. Un sin número de miradas se posaron en el pequeño castaño que se hizo paso entre la gente.
Algo no andaba bien. Todos los presentes lo comprendieron en aquel mismo instante. Y como si se hubiesen puesto de acuerdo, todos bajaron a voz haciendo silencio para el pequeño.
– ¿Papá? – Llamó Kurt una vez más. La angustia se hacía cada vez más notoria en el tono de su voz.
Burt Hummel, que disfrutaba en aquel momento de una amena charla con algunos de sus amigos, desvió su atención para mirar al pequeño que imploraba por él.
– ¿Qué sucede? – Burt preguntó con cierto encanto paternal.
– Brody y Sebastián están llorando. – Contestó su hijo a modo de respuesta. Y aquello sólo parecía como si estuviese acusando a sus hermanos por algún mal comportamiento.
– ¿Se han peleado otra vez tus hermanos? – Burt volvió a preguntar de manera amable. El conocía a sus hijos, los mayores por ejemplo siempre discutían y se peleaban al borde de hacerse llorar mutuamente. El padre de la familia Hummel se agachó para quedar a la altura de su hijo menor y colocó una de sus manos en el hombro del más pequeño. – Anda, ve jugar… Ya se calmarán esos dos.
– No… – Kurt reprochó. Sus mejillas estaban comenzando a tomar un leve tinte rosa. – Brody dice que mamá no quiere despertar de su siesta…
Fue como si aquellas palabras estuviesen prohibidas.
Tan pronto Kurt concluyó aquella frase, varios invitados a la fiesta se llevaron las manos a la boca, otra persona más allá dejó caer la copa de la cual estaba bebiendo debido a la impresión. Burt se congeló ahí mismo, sin apartar la mirada de su hijo, quién claramente no lograba entender la gravedad de la situación.
– ¡Llamen a una ambulancia! – Gritó el Sr. Anderson. Conocido entre muchas cosas, por ser el mejor amigo de Burt.
Varias personas comenzaron a gritar.
El padre de Kurt se puso de pie repentinamente y sin decirle nada a su hijo, y casi en un estado de inanición comenzó a correr hacia la entrada, como si tuviese que llegar con urgencia a algún lado. Varias personas comenzaron a correr también detrás de Burt, otros comenzaron a hacer llamadas telefónicas. Las voces sonaban quejumbrosas. Todo el mundo en la fiesta estaba alarmado.
– Ven… – Escuchó Kurt como la Señora Anderson lo llamaba. – ¿Qué tal si vamos a buscar a Blaine y a los demás?
Kurt tal vez no podía comprender que estaba sucediendo, sin embargo podía notar como de repente todos comenzaron a mirarlo de forma lastimera. Tal vez todos, menos la Señora Anderson, que si bien parecía estar a punto de echarse a llorar, le mostró una de sus más grandes sonrisas y lo tomó en brazos.
Kurt se dejó querer mientras la Señora Anderson lo llevaba hacia el borde de la cama elástica que se había colocado en un rincón del jardín para que los más pequeños pudieran disfrutar de la fiesta también. Ahí estaba Blaine, tendido de espaldas en medio de la cama, contemplando las estrellas que ya comenzaban a surcar el cielo nocturno.
– Blaine… ¿Podrías hacerle compañía a Kurt un momento?
Blaine Anderson se sentó apenas su madre lo llamó. Tenía la misma edad que Kurt pero no se parecían en nada. Blaine era mucho más moreno y más enérgico que el menor de los Hummel, su mirada era más perspicaz que la del ojiazul, y su cabello lucía mucho más oscuro y revuelto que el de su amigo.
La señora Anderson bajó de sus brazos a Kurt para dejarlo sobre la cama elástica sin antes darle un beso en la frente. – Jueguen tranquilos, ya regresaré.
Dicho esto, la madre de Blaine se retiró dejando a solas a los más pequeños.
Blaine y Kurt se miraron mutuamente y se encogieron de hombros al mismo tiempo. El pequeño Hummel gateo por la cama elástica hasta alcanzar a su amigo. Una vez a su lado, ambos se tumbaron de espaldas para ver el cielo.
– No sé qué está pasando. – Kurt rompió el silencio. Su hombro rosaba ligeramente el de Blaine.
El moreno ladeó su cabeza para observar a Kurt, quién hizo lo mismo. Se contemplaron mutuamente una vez más.
– ¿Por qué? – Preguntó Blaine.
Kurt se encogió de hombros. – Brody dijo que mamá no despertaba de su siesta y Sebastián se puso a llorar por eso… Luego le conté a papá y todos se alarmaron. ¿Qué tiene de malo que mami quiera dormir tanto?
Blaine se sentó abruptamente apenas Kurt dejó de hablar.
– ¿Blaine? – Su amigo lo llamó.
Pero el moreno no se movió ni se volteó.
– ¡No me des la espalda! – Espetó el castaño. – ¿Qué sucede, Blaine? – Kurt se sentó a su lado. Dispuesto a exigirle una explicación.
Blaine suspiró y fue casi como oír un pequeño sollozo. Miró a Kurt fijamente a los ojos y le sonrió, aunque se notaba que era una sonrisa forzada, porque lo que realmente quería era ponerse a llorar. – Sabes que siempre voy a estar contigo ¿verdad? ¿Lo sabes?
Kurt se sorprendió de la expresión triste de Blaine. También la pregunta que le estaba haciendo lo descolocó un poco. Sin embargo conocía la respuesta a esa interrogante. – Lo sé. Eres mi mejor amigo.
Blaine asintió. – Y tú eres mi mejor amigo y siempre, siempre voy a cuidar de ti.
Kurt sonrió. – Lo sé… Pero… ¿Por qué te pusiste triste así de repente?
Pero Blaine lo único que pudo hacer en ese momento fue aferrar a su amigo entre sus pequeños brazos. Tal vez no le correspondía a él hacerlo, o tal vez era precisamente eso lo que un amigo haría por otro: decir la verdad.
Y pese al dolor que aquello le causaba, a sus seis años, Blaine decidió que tenía que ser él quien le diera la noticia a Kurt. Y así lo hizo.
Para cuando Kurt comprendió todo por fin, se encontraba firmemente resguardado entre los brazos de Blaine. El moreno lo contuvo justo en el momento en que Kurt comenzaba a comprender que su madre había fallecido.
Ambos se pusieron a llorar. Kurt mezcla de miedo y profunda tristeza, Blaine por la empatía y cariño que sentía por su amigo.
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El funeral no fue para nada modesto. Pese a que aquel día estaba nublado, eran tantas las personas que querían y admiraban a la Señora Hummel, que el lugar se encontraba lleno de vida y rostros amables, aun si se trataba de un cementerio.
Kurt estaba sentado en la primera fila, su mirada estaba perdida en el vacío. Lo único que lo mantenía de vuelta en la realidad era la mano de Brittany, su hermana quién lo sostenía firmemente. La pequeña rubia tenía los ojos rojos, y varias lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas. Más allá el Sr. Hummel, aún más inexpresivo que el resto de sus hijos, contenía a Sebastián que escondido en su abrigo parecía estar llorando. Brody, el mayor de los hijos tenía la vista al frente, escuchando atentamente las palabras del reverendo que oficiaba la ceremonia, en sus brazos estrechaba el retrato de su madre, una fotografía que reflejaba el hermoso rostro lleno de vida de quién en estos momentos estaba a punto de ser cubierta de tierra y de flores.
Kurt intentó concentrarse en aquella fotografía. Como si quisiera dejarla grabada en su memoria, como si tuviera miedo de pestañear y olvidar como era el rostro de su mamá.
Los minutos y las horas pasaron. Pero para él fue casi como una eternidad.
Ya estaba hecho. La tierra había terminado de cubrir el ataúd que resguardaba el cuerpo de la Señora Hummel. Ya no quedaba mucha gente. Solo familia y amigos más cercanos. Muchos abrazos y palabras de consuelo se seguían repartiendo por aquí y por allá.
Kurt vio a sus hermanos compartir con sus mejores amigos, compañeros de la escuela y amigos de la infancia quienes habían venido a hacer acto de presencia. Sebastián estaba siendo rodeado por los brazos de Santana, su mejor amiga una pequeña de ocho años muy temperamental. Brody tenía a su lado a Cooper y a Rachel, el mayor y la menor de los Anderson respectivamente. Brittany en cambio se había quedado dormida debido a la emoción, ella era la más sensible de sus hermanos, y era la Señora Anderson quién la acompañaba en una silla, cuidando de su sueño.
Kurt tampoco estaba solo. Y eso realmente lo confortaba. En su asiento podía descansar su cabeza sobre el hombro de Blaine. El moreno había guardado silencio durante toda la ceremonia, pero en ningún momento se había apartado de lado de Kurt, dándole de alguna forma espacio y tiempo para pensar, llorar y lamentarse en privado.
Precisamente fue el mismo Kurt quién rompió el silencio, cuando encontró que era el momento adecuado de volver a la realidad y enfrentar lo que estaba sucediendo. Pues la muerte de su madre no era el primer cambio que su vida desarrollaría desde ahora en adelante.
– Papá dice que nos iremos.
Blaine asintió, acompañando el gesto con un suspiro. – Lo sé.
– No quiero irme. – Kurt espetó, y aunque quería discutir y alzar la voz. No le quedaban fuerzas para hacerlo.
Blaine palideció. No soportaba la idea de ver a su mejor amigo irse lejos. Y deseaba tanto como Kurt que aquello no fuera cierto. Sin embargo era una decisión a la que ninguno de los dos podía hacerle peso. – Yo tampoco quiero que te vayas.
Kurt levantó su rostro para clavar su mirada en Blaine. Quería contemplarlo siempre que podía desde que se había enterado se marcharía junto a su familia a Inglaterra. No quería olvidarlo, quería recordarlo para siempre. – No quiero separarme de ti. Se siente horrible no poder estar con quienes amas. – Argumentó, aludiendo a la pérdida de su madre.
Blaine abrió los ojos y se congeló por un momento. Sintió sus mejilla arder, el labio inferior le tembló al hablar. – ¿Me amas?
Kurt asintió. Sonrojado también. No necesitaban más explicaciones entre los dos. Como niños podían comprender que el sentimiento que compartía el uno por el otro era infinito. Y aquello no necesitaba de mayores explicaciones.
– Yo también te amo. – Blaine se declaró. Sabía que apenas era en un niño y que tal vez no sabía nada acerca del amor, pero también sabía que no por esos sus palabras carecían de valor. Ni menos sus sentimientos.
Ambos volvieron a mirarse fijamente una vez más. Aquella declaración marcó el comienzo de su despedida. Y Kurt jamás olvidó aquel momento.
***
Doce años habían pasado desde aquel día y Kurt a sus dieciocho años aún lo recordaba. Era curioso para él como trabajaba su memoria, porque en realidad había olvidado muchos aspectos de Blaine. Pero en cambio recordaba algunos, los más importantes.
De hecho, eran tan pequeños cuando se separaron y el se había venido a Inglaterra con su padre y sus hermanos, que mantener la comunicación y el contacto por medio de cartas o incluso e-mails era algo que en su momento le había parecido innecesario. Innecesario porque el dolor era tan grande que se había evitado cualquier tipo de contacto con el menor de los Anderson, para evitar sentirse triste al mantener una amistad a distancia.
Incluso muchos años después el resto de la familia Anderson seguía en contacto, porque en realidad era algo normal entre quienes se consideraban mejores amigos. Sebastián había viajado solo incluso más de alguna ocasión para los cumpleaños de Santana, Brody solía ir a un campamento de música en San Francisco en los veranos junto a Rachel y así sucesivamente. Pero menos Kurt, el era el único que se había mantenido al margen.
Y de las cosas que sabía de Blaine hoy en día, de todas se había informado a través de Rachel y Brody quienes ahora estaban comprometidos. Y era en las visitas que la menor solía hacerles como en vacaciones y en algunas fechas importantes, en las que Kurt intentaba averiguar un poco acerca de él.
Sabía por ejemplo que Blaine se había graduado también y que estaba esperando una carta de aceptación de Yale. Que era un músico amateur y que había salido del clóset a la edad de quince años (casi al mismo tiempo que Kurt) y que incluso, y muy a pesar del castaño, sabía que Blaine tenía novio y que Rachel le había pedido que planeara la despedida de soltero de Brody en Las Vegas. También sabía que había desarrollado una alergia a la mantequilla de maní y que a los diez años lo había mordido un perro por lo cual le había ganado manía a aquellos animales. Que a los dieciséis obtuvo su primer empleo como barista en un café y que producto a eso había aumentado algo de peso debido a los sin fines de cronuts que solía comerse en su hora de almuerzo. Que su color favorito era el azul y que odiaba usar chalecos de lana. Que amaba las bowties, y que era fanático de la coca cola… Incluso sabía que no le gustaba usar calcetines...
Eran pequeños datos que Kurt recolectaba en las visitas constantes de su cuñada. Un poco de información que le permitían hacerse una imagen mental de quién en su infancia consideró su mejor amigo. Y con eso le bastaba. Porque Kurt había llegado a la conclusión incluso de que Blaine ni siquiera se acordaba de él, que tal vez para el moreno su amistad había quedado en el pasado y no había sido tan significativa como lo había sido para él. Kurt pensaba con regularidad en eso, y trataba de convencerse a sí mismo que una vez se volvieran a ver en New York, nada sería igual que antes, porque claramente, desde que se había separado, habían tomado caminos distintos sin intentar comunicarse entre sí.
Y no es que Kurt se arrepintiera de no haberlo intentado. Porque la verdad era que resultaba mucho más fácil para él intentar mantener al moreno lejos de su mente y de su vida, porque desde los seis años que le importaba y desde los seis años es que le dolía no haber podido crecer junto a él, porque desde los seis años aun sabiendo que a esa edad poco se sabe de la vida en general, desde los seis años es que sentía una conexión muy especial con aquel moreno.
Y ahora estaba a solo un par de horas de volver a verlo.
Y estaba aterrado.
Porque en el fondo lo que realmente quería era que todo siguiera igual desde donde lo habían dejado aquella tarde hace doce años atrás.
***
Nota de la Autora: Bueno, la historia va introduciéndose poco a poco. Ya sabremos más de Blaine y porqué es que los Anderson y los Hummel son tan unidos. Y espero haber explicado porqué para Kurt fue mejor mantener la distancia de Blaine, es que simplemente le dolía esa misma distancia por lo cuál era mejor olvidarse de él. Y bueno... Ya ven como no ha podido hacerlo... Awww...
andersmythe* - Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 26/07/2014
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Hola!!!
Ok, estaba deseando hacer un comentario divertido (más después de saber que Coop y Sam aparecerán) peeeeeeeeero... Me mataste con la historia de Kurt...
Si hay algo de Kurt que es mi debilidad es la muerte de su madre y la unión que tiene con su padre porque me identifico demasiado con él...
Pero bueno... Me ha encantado (aunque me ha dejado muy sensible) y espero saber más de mi bebé...
Acabas de empezar y ya te debo un comentario loco y divertido... ¡Bien empiezo!
Besos
PD: por favor, dime que Sam no es el novio de Blaine... ¡O por lo menos que no va a ser malo! No quiero que Sam y Blaine rompan y no acaben juntos :/
Darrinia-*- - Mensajes : 2595
Fecha de inscripción : 24/10/2013
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Estuvo muy sensible este capítulo, te felicito , sólo te pido que por favor Sam NO aparezca , espero con ganas el reencuentro entre Kurt y Blaine.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Me gusto mucho este genial capitulo espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me gusta la historia se ve realmente genial
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: FanFic Klaine: "The Hummels" — Capítulo I.
Hola Frances...
Tengo que decir que Noooo mi Kurtie Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Pobre de mi Kurt como ha sufrido, primero por la muerte de su madre, luego por separarse de Blaine y luego, por que Blaine tiene novio...
Waaaaaaaaaaaaa pobre de mi Kurtie...-Rueda en el piso llorando-
--------------------------------
40 minutos despues
Waaaa mi pobre Kurtie
-----------------------------
10 minutos despues.
Despues de haber llorado tanto, tengo que decir que se me hace gracioso eso de la gordura de Blaine... xD B-Days comelon
Y luego me emociono saber que Rachel se casa, con Brody... ¡Yeyyy!
Luego grite como loca por la relación de amistad de Sebby y Santy...
Se ve tan lindo este fic... *-* Para derrochar dulzura
Espero la actualización ansiosa *-*
Besos
Tengo que decir que Noooo mi Kurtie Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Pobre de mi Kurt como ha sufrido, primero por la muerte de su madre, luego por separarse de Blaine y luego, por que Blaine tiene novio...
Waaaaaaaaaaaaa pobre de mi Kurtie...-Rueda en el piso llorando-
--------------------------------
40 minutos despues
Waaaa mi pobre Kurtie
-----------------------------
10 minutos despues.
Despues de haber llorado tanto, tengo que decir que se me hace gracioso eso de la gordura de Blaine... xD B-Days comelon
Y luego me emociono saber que Rachel se casa, con Brody... ¡Yeyyy!
Luego grite como loca por la relación de amistad de Sebby y Santy...
Se ve tan lindo este fic... *-* Para derrochar dulzura
Espero la actualización ansiosa *-*
Besos
Gaby Klainer********-*- - Mensajes : 911
Fecha de inscripción : 01/07/2013
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