One-shot Klaine "TE AMO" (NUEVO AVISO)

Desde el día que Kurt decidió regresar a McKinley sabía que las cosas ya no marcharían igual. Los días en Dalton perderían algo de su brillo porque él irradiaba luz y felicidad a su paso. Y aunque en lo más profundo de mi corazón el saber que tendría que separarme de la persona que más amo me dolía… me dolía bastante… sabía que él estaría feliz, y eso también me hacía feliz. Porque cuando conocí a Kurt cambió mi vida, porque desde el día que lo vi bajando aquellas escaleras me cautivó, porque desde el día en que me abrió su corazón y me dejo ver su dolor me propuse cuidarlo, acompañarlo y hacer todo lo que estuviera a mi alcance para no volver a ver lagrimas en sus ojos… aunque eso me costara derramarlas. El día de la despedida puede ver como sonreía al estar de nuevo con sus amigos, al saber que podía regresar a su escuela y sentirse en casa, sin miedo.
Sabía que lo seguiría viendo por las tardes libres, los fines de semana, llamarlo… y aunque definitivamente no era lo mismo era mejor tenerlo un poco a no tenerlo en lo absoluto.
Fue hasta el día que tuvo que viajar a Nueva York que me percate de cuanto me hacía falta.
A pesar de que ya no podía acompañarlo a clases, sentarme con él en el almuerzo, acompañarlo a su habitación, pasar cada minuto libre del día con él, cantar a diario a su lado, lograba sobrevivir viéndolo aunque sea un momento por las tardes, escuchando su voz en el teléfono, pasando con él casi todo el fin de semana, pero ahora… ahora estaba en Nueva York, demasiado ocupado pensando en las Nacionales, demasiado ocupado ensayando, demasiado ocupado conociendo esa gran ciudad, demasiado ocupado para hablar conmigo.
Fue una tortura soportar los días con tan solo un par de mensajes, con su imagen subiendo al avión en mi recuerdo, aguantando la monotonía de los días en el colegio sin su presencia. Y ahí me di cuenta. Ahí me di cuenta de que no quería volver a estar así. Ahí me di cuenta de que quería pasar el resto de mis días al lado de Kurt Hummel. No, esto no es un capricho, no es un amor adolescente, no es un pasatiempo… es simplemente amor.
Hoy estoy seguro de lo que siento. Lo que un día fueron inseguridades, miedo de enfrentar y aceptar lo que sentía, miedo de arruinar nuestra amistad, ya no existen.
Estaba en mi cama, absorto en mis pensamientos cuando mi celular sonó. Y no fue el simple hecho de que sonara lo que me emocionó y me hizo levantarme de un brinco de la cama. No. Es que estaba sonando la canción, nuestra canción… ésa que indicaba que él me estaba llamando.
-Bueno-contesté algo nervioso
-Hola Blaine- ¡por fin! Después de días de no escuchar su voz era música para mis oídos
-¡Kurt! Oh, Kurt… no sabes cuánto te extraño
-Yo también Blaine… y por eso te hablo… acabamos de llegar a Lima, vam…
-¡Enserio Kurt!- no lo deje terminar, la emoción me invadió en ese momento, si ya estaba en Lima era cuestión de minutos para volver a verlo - ¿Porqué no me avisaste que llegarás hoy? Hubiera ido por ti al aeropuerto y…
-No Blaine…-esta vez fue él el que me interrumpió - necesito descansar un poco antes- su voz sonaba un poco desanimada
-¿Kurt estas bien?- pregunte angustiado
-Si, si… es solo que… perdimos…- ¡claro! Por eso regreso antes de lo que esperaba ¿Cómo no pensé en eso antes?
-Lo siento mucho cariño- trate de transmitirle el apoyo que le daría con un abrazo de estar junto a él.
-Yo también…pero aún así fue una experiencia increíble- el tono de su voz esta vez sonó más alegre
-Entonces… ¿te veo en tu casa?- le propuse, de verdad moría por verlo
-Claro, me encantaría… solo dame un par de horas para descansar y arreglarme, el viaje me dejo agotado y eso se refleja en mi rostro; no quiero que me veas así- lo ultimo lo dijo soltando una pequeña risa, ¡cielos! Como extrañaba verlo y escucharlo reír.
-Eso no importa Kurt, para mí siempre te ves hermoso… pero está bien, te daré tres horas para descansar y paso por ti a tu casa ¿está bien?
-Está perfecto… te espero- una vez acordada nuestra cita cortamos la llamada
Aunque resultara tonto, estaba nervioso… y más que eso: emocionado. Después de varios días al fin vería a Kurt. Quería que fuera una tarde perfecta para ambos. Así que me apresure a planear a qué lugar lo llevaría. Cuando estuve listo subí a mi auto y me encamine a la casa Hummel-Hudson.
Llegué a mi destino, toque el timbre y espere hasta que se abrió la puerta. Ahí estaba Kurt, MI Kurt, impecable como siempre, hermoso y radiante como siempre. Me sonrió, yo también, antes de acortar la distancia entre nosotros y abrazarlo con todas mis fuerzas y sentimientos guardados durante los últimos días.
-Te extrañe tanto
-Yo también te extrañé Blaine
Fuimos al café de costumbre, no podía faltar, y contrario a lo pensé cuando hablamos por teléfono, Kurt no estaba triste, al contrario, podía ver en el brillo de sus ojos que aunque el resultado final no fue el que esperaba, había disfrutado cada instante de ese viaje a Nueva York. Me contó todo lo que había pasado, yo lo escuchaba atentamente perdiéndome en sus ojos, su voz, su risa, sus expresiones…simplemente perfecto, perfecto para mí.
-Te amo- las palabras escaparon de mi boca sin siquiera pensarlo, porque salieron directo de mi corazón.
-Yo también te amo


Kurt apenas podía creer lo que acababa de escuchar. Blaine le había dicho que lo amaba en el momento más inesperado y de la manera más sincera posible. No hizo falta nada más que dos simples palabras y su mirada… esa mirada tan característica de Blaine que lo hacía flotar, esa mirada que le transmitía tantas emociones, esa mirada que le aseguraba que lo que acababa de escuchar era totalmente cierto, esa mirada proveniente de los hermosos ojos color miel frente a él. No hacía falta nada más que Blaine a su lado, y él al lado de Blaine para que el mundo pareciera perfecto.
Pasaron el resto del día juntos, en el centro comercial de compras o simplemente caminando de la mano, riendo, jugando y cantando. Por la tarde Blaine sorprendió a Kurt con un picnic en el parque, se quedaron ahí, conversando, mirándose uno al otro, viendo abrazados el atardecer.
Blaine llevo a Kurt a su casa. En el camino puso un disco, en el cuál había recopilado todas las canciones que habían cantado juntos. Y Kurt comenzó a cantar, pero Blaine no lo seguía.
-¿Estás bien? No estás cantando conmigo- no era un reproche, era más bien preocupación
-Cuando estoy contigo siempre estoy bien- y lo miró, otra vez con esos ojos, antes de regresar la vista a la carretera. Y aunque moría por saber en qué pensaba, Kurt decidió dejar el tema y seguir cantando.
-Kurt… - estaban afuera de la casa su novio cuando Blaine comenzó a hablar - estuve pensando… estos días que estuviste lejos me sirvieron para valorar aún más lo que tenemos, para darme cuenta de que quiero estar contigo todo el tiempo que pueda…- continuó mientras tomaba al otro de las manos- he tomado una decisión, es decir, solo si tú estás de acuerdo- titubeó un poco, lo que tenía pensado hacer dependía totalmente de la opinión de Kurt – me transferiré a McKinley el próximo año.
El menor estaba anonadado, por segunda vez en el día Blaine lo sorprendía con sus palabras ¿Qué si estaba de acuerdo? ¡Por supuesto que sí! Tenerlo ahí lo haría sentirse feliz, completo… lo tendría todo: la música, su familia, amigos y al amor de su vida. No oculto su emoción, la sonrisa en su rostro lo decía todo, abrazó por el cuello a su amado y este le correspondió tomándolo por la cintura y dándole un par de vueltas en el aire.
-¿tomo eso como un sí?-
-me harías el más feliz del mundo- contestó Kurt enredando sus dedos en el cabello del moreno y mirándolo a los ojos. Lo atrajo hacia sí y lo besó. Blaine rodeo su cintura y lo acercó más, fundiéndose en un beso lleno de ternura, de amor, escuchando la respiración y los latidos acelerados del otro, disfrutando el dulce sabor de sus labios, sintiendo una corriente eléctrica en todo el cuerpo, sintiendo mariposas en el estomago, creyendo que no existía nada más que ellos y su amor.
¿Sabes? cuando te detienes a pensarlo Kurt Hummel y Blaine Anderson tuvieron un muy buen año, pero el que viene, será mejor.