Re: [Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas

por 3:) Mar Mar 04, 2014 2:22 pm

hola,...

me gusto se va a poner intenso!!!
me encanta ver a birtt de ama,... a ver que le hace a san????,.....

por dorkyhemo_ Mar Mar 04, 2014 4:42 pm

holaaaaaa perdon por haberles dejado hasta ahi jajaja
no se si se parecera a 50 sombras porque no lo lei [Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas - Página 2 4065562827

[Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas - Página 2 4065562827

pero no tiene nada que ver con el libro jajaja
en fin, hoy traigo capitulo doble
muchas gracias por comentar
y ya falta poco para el final
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Enseñanzas Peligrosas

Capitulo 6

La mano de Brittany se sentía suave y caliente alrededor de los dedos de Santana mientras la conducía a la escalera que subia a la habitación, su habitacion. El aire frío rozó su piel desnuda y le dolían los pezones. Ella estaba tan mojada entre los muslos por estar desnuda, mientras que su profesora todavía estaba vestida.

Mientras subia las escaleras, más nerviosa estaba. Penso:

¿Palabra de seguridad?

¿Castigos?

Santana tragó saliva.

Yo tengo esta habitación construida a mi gusto—dijo Brittany al llegar al frente de la habitación y ver hacia un par de puertas dobles delante de ella.

El estómago de Santana se apretó aún más.

Abrió las puertas y entró en completa oscuridad hasta que oyó un clic y vino la luz.

Ella contuvo la respiración. Era una habitación hermosa, pero un poco rara. La habitación tenía moqueta gruesa color vino tinto, armarios de madera de cerezo, las paredes marrones y un techo blanco.

En una de las paredes había un unicornio blanco con la cola y el cuerno de colores.

Desde niña me han gustado los unicornios, le da un toque infantil y relajado a mi habitación – añadió Brittany lo que hizo sonreir a Santana.

Una punzada de temor se apoderó de ella, al mismo tiempo sentía entusiasmo y curiosidad. Era una inusual combinación de emociones que le hacía hormiguear la piel. Ella miró a su profesora de la universidad, los ojos muy abiertos.

—Deja que te presente a mis "juguetes"—dijo con una sonrisa maliciosa.—Esto te inmoviliza por completo por lo que puedo azotarte o follarte por detrás. —Santana apretó su mano más estrechamente, sin realmente querer. El cepo estaba hecho para que la persona tuviera que estar en sus manos y rodillas, la cabeza, las muñecas y los tobillos restringidos.

—Por aquí hay una silla especialmente diseñada. —Hizo un gesto a una silla de montar de cuero, completa con estribos, salvo que tenía un consolador grande que sobresalía de donde la persona estaría cuando la montara. Sus mejillas se calentaron a la vista de la polla de goma.

—Este es un espaciador de bloqueo. —Ella le dirigió una mirada que ardía con fuego. —Puedo verte en él ahora, tu culo en el aire, los tobillos y las muñecas atadas a la barra mientras te follo.

Las rodillas de Santana casi se doblaron con la imagen. Y su profesora diciéndole la palabra follar.

A continuación le mostró algo que parecía la silla más extraña que había visto.

—Esto es un estimulador doble — ¿Alguna vez has sido follada por el culo, Srta. Lopez?

La atención de Santana fue hacia su cara de nuevo.

—Um, no, profesora.

—Nosotros nos encargamos de eso.

Uh-oh.

Sin embargo, la idea también la intrigaba. Realmente la intrigaba.

La rubia la llevó a una gabeta en la pared llena de juguetes. — Estire esa punta, Srta. Lopez. —Brittany tomo la punta del otro cajón y lo abrio.

Sus labios se entreabrieron, cuando sacó un tubo de lubricante y una cosa con tirantes negros y una especie de objeto de goma en él.

—Un tapón anal con arnés—Lubricó el tapón y casi se sintió mareada por todas las sensaciones extrañas zumbando a través de su cuerpo. Puso el tubo hacia abajo antes de acercarse. Ella se tensó de forma automática cuando se arrodilló detrás de ella. —Relájate, cariño—murmuró. —Va a sentirse muy bien una vez que te adaptes a él.

Uh-uh. Seguro. Relájate.

—Confía en mí. Lo disfrutarás. Una vez que te acostumbres a él. —Poco a poco, empujó el tapón más allá del apretado anillo de su ano y no se detuvo con su grito de sorpresa. Sólo siguió metiéndolo, manteniendo las cosas con calma hasta que el tapón estaba enterrado completamente en su interior.

Oh. Dios. Nunca había sentido algo así antes. Dolió, pero se sentía bien. Entonces se dio cuenta de lo llena que se sentía con éste dentro de ella y de cuanta humedad crecía entre sus muslos.

Ella abrochó el cinturón del arnés a su alrededor hasta que el tapón estaba firmemente en su lugar y no había manera de que se fuera a salir. Una cinta corrió a través de los pliegues de su centro, contra su clítoris, y se retorció por la necesidad de venirse.

—Párate, Srta. Lopez. —Se había trasladado al frente de ella y le tendió la mano.

Ella la tomó y se encontró a un suspiro de distancia de ella. El calor de su cuerpo irradiada a través de su ropa y sus ojos eran claros, con deseo. Le encantaba que la necesidad de su mirada fuera por ella.
Puso su mano en la parte baja de la espalda y continuó guiándola por la gran sala. Se sentía extraño caminar con un tapón en el culo, pero también muy excitante.

—Mi cama—dijo, señalando a una superficie acolchada de cuero lo suficientemente grande como para ser una cama doble, pero elevada del suelo con patas de madera que parecían que podían subirse o bajarse, y había restricciones (sorpresa, sorpresa) sujetas a su alrededor.

Nunca habría adivinado que su profesora de la universidad era de gustos sexuales pervertidos.

La sorprendió poniéndola con fuerza contra su pecho, y tomando su boca en un dulce y dominante beso.

Tomó el mando de su boca, su lengua dominando la de ella, sus labios duros e inflexibles.

Fue un beso –para-morir-por-ella–.

Cuando levantó la cabeza, sintió el ascenso y caída de su pecho contra el de ella y su mente daba vueltas.

Le tomó la mano y la guió hasta la cama. Mariposas le hicieron cosquillas en el vientre mientras le ayudaba a dar un paso hacia arriba y sentarse en el borde.

—Acuéstate sobre tu espalda y separa las piernas—dijo en un tono que fue, sin duda una orden. —Los brazos sobre tu cabeza.

Santana se mordió el interior de la mejilla mientras obedecía. Sentía escalofríos, hormigueo y emoción mientras él ligaba sus tobillos y muñecas en los puños de piel de modo que estuviera con las piernas abiertas.

El tope del tapón se sentía aún más cómodo dentro de su cuerpo y tan profundo, y una de las correas del arnés frotaba su clítoris. El aire frío se movió en la sala desde los ventiladores de arriba y sus pezones se pusieron más duros.. El aire rozó su centro y su piel suave y morena se erizo.

Después de que estuvo restringida, se arrodilló cerca de ella y olió su loción. Suavemente mordió su oreja, luego tomó uno de sus pechos y deslizó su lengua en ellos.

Al instante sintió una oleada de dolor, seguido por placer y jadeó. Brittany repitió el acto con el otro pezón con los mismos resultados, y esta vez ella gimió.

Murmuró cerca de ella.

—Te ves tan condenadamente sexy bebé, que te quiero follar ahora. Pero tendrá que esperar. —Su sonrisa se convirtió en una mirada severa cuando se apartó de ella. —Ahora su primer castigo por ser una chica mala en la escuela, Srta. Lopez.

Santana se estremeció con anticipación. Ni en un millón de años, habría creído que estaría en esta posición. Literalmente. Pero con Brittany… Algo en ella la había atraído desde el primer momento en que la vio. Algo más que el hecho de que ella era la profesora más guapa en el campus. Algo sobre la forma en que sonreía, la forma en que hablaba con autoridad, pero con los pies sobre la tierra. Era obvio que estaba siempre en completo control de su clase cuando enseñaba.

Ahora tenía el control total de ella. Y ella era una estudiante más que dispuesta.

Brittany le sorprendió tomando una larga pluma de avestruz de un cajón debajo de la cama.

—Parte de tu castigo es la anticipación y retrasar la gratificación.

Oh, estaba bien con la anticipación. Era la demora en la gratificación por lo que ella no estaba tan loca. Santana la quería a ella, y la quería ahora.

—¿Por qué no te sacas la ropa, profesora? —Ella se movió contra sus ataduras, poniéndolas a prueba.

Frunció el ceño, pero ella vio un brillo en sus ojos.

—Guarda silencio y no me hables, a menos que yo diga que puedes. No hagas ningún sonido. Si lo haces, voy a añadir otro castigo. —Corrió la pluma por su vientre, la sensación de suavidad, haciendo cosquillas la hizo retorcerse, y apenas contuvo un suspiro. —¿Entiendes, Srta. Lopez?

Santana empezó a decir que sí, pero apretó fuerte la mandíbula y asintió con la cabeza.

Con una leve sonrisa, Brittany dijo: —Bien.

Y luego empezó a acariciarla con la pluma.

¡Oh Dios! Quería gritar, gemir, pedir que se detuviera, rogar que siga adelante. Todo lo que podría hacer era apretar las mandíbulas y contener todos los sonidos construyéndose dentro de ella.

La rubia deslizó la pluma por sus pezones, produciendo su contracción y erección. Deslizó la pluma hasta el ombligo, donde envió sensaciones zumbando directamente a su centro.

Santana pensó que su cabeza iba a estallar de nuevo por contener sus gritos. Por no mencionar el hecho de que su cuerpo no iba a poder aguantar mucho más sin entrar en auto-combustión.

Cuando llegó a su pubis, ella movió la cabeza de lado a lado y cerró los ojos, tratando de centrarse en no hacer ruido y no en lo que estaba haciendo con ella.

—Mírame—exigió y la forzó a abrir los ojos. Sus ojos cafes ardían de pasión. —Quiero que veas todo.

Maldición. Se tragó otro grito cuando rozó la pluma sobre su clítoris y se trasladó al interior de uno de sus muslos.

Por lo menos Brittany no le dijo que no podía tirar de sus ataduras. Agitó las piernas fuerte por las sensaciones de ella acariciando la pluma por el interior de su muslo hasta la rodilla, y luego todo el camino hasta el pie. Tenía un brillo diabólico en los ojos cuando se encontró con la pluma a lo largo del empeine de su pie y le hizo cosquillas.

Tanto una risita como un grito se abrieron paso en su garganta, pero apretó los dientes aun más.

Lo que era más increíble fue el hecho de que su centro estaba poniéndose más húmedo con cada golpe de pluma, cada suave toque susurrado. Le dolía tanto que quería gritar y venirse, era doloroso, mientras que también estaba siendo placentero.

El sudor estalló en su frente mientras le hacía cosquillas en el otro empeine y luego trasladó la pluma hasta el interior de su pierna. Era una auténtica tortura, golpeó en contra de sus ligaduras y las lágrimas se filtraron desde las esquinas de sus ojos. La necesidad de llegar al orgasmo era tan grande que no estaba segura de que ella pudiera aguantar más, y tampoco podía ya aguantar sus gritos.

Tenía una sensación de que podría ganarse otros dos castigos, y no estaba segura de poder tomar otro de esta manera.

Llevó la pluma subiendo por su lado, y ahora se estaba mordiendo el interior del labio tan duro que probó sangre. Ella no podía dejar de retorcerse y quería cerrar los ojos para luchar contra los sentimientos intensos que estaban creciendo dentro de ella, pero no se atrevió.

—Eso esta bien, nena—murmuró mientras se burlaba de sus pezones con la pluma. —Lo estás haciendo bien.

¿Bien? Ella se estaba volviendo loca por gritar tan fuerte como sus pulmones le permitieran.

Con sus piernas abiertas, Brittany fue capaz de continuar a partir de su lado hacia las axilas, y pensó que iba a morir. Risas dolorosas por la sensación de cosquilleo se agolpaban en su pecho. Ella sólo sonrió y siguió adelante, arrastrando la pluma a sus muñecas, palmas y yemas de los dedos. Y luego se fue hacia su otro lado, repitiendo el mismo tortuoso descenso.

Las lágrimas continuaron rodando sobre los lados de su cara. Cuando llegó a la cintura se trasladó de manera que su cara estaba cerca de ella.

—Muy bien, señorita Lopez. —besó y lamió la sal de las lágrimas. —¿Quieres que te folle ahora?

Santana casi gritó, "¡Sí!" Pero se las arregló para mantenerlo en su lugar y asentir. Sólo el pensamiento de su cuerpo presionado contra el suyo y su largos dedos dentro de ella era suficiente para hacer su clímax.

Brittany le dirigió una mirada y puso la pluma a su lado en la cama antes de retroceder y acomodarse entre sus muslos.

Apretó su cuerpo contra el suyo y la tela de su camisa y pantalones puso su cuerpo en llamas porque su la piel estaba tan sensible.

—Mmmmm—murmuró mientras le acariciaba el pelo al lado de su cara.

Quería gemir por el calor de su aliento y la sensación de su cuerpo contra el de ella, tuvo que morderse el interior de su mejilla para contener otro gemido que quería escapar.

Con una mirada intensa en sus ojos, Brittany se acomodó de tal manera que quedó de rodillas entre sus muslos y comenzó a desabrocharse los pantalones.

Capitulo 7

Santana contuvo el aliento mientras Brittany se bajó la cremallera y se colocaba uno de sus juguetes entre sus piernas. Se veia tan duro y tan grande y se le hacía agua la boca imaginando como se veria con el en su boca.

Pero ahora lo quería dentro de ella. Tuvo que luchar muy duro para no pedirle que se diera prisa mientras ella se tomaba su tiempo acomandose. Tomó el pene de plastico con una mano mientras se apuntalaba con su otra palma al lado de su cabeza.

—¿Lo quieres en tu interior, Srta. Lopez? —Su voz era suave, seductora, prometiéndole placer más allá de su imaginación.

Una vez más, Santana quería gritar: "Sí, sí, sí!", Pero solamente asintió con la cabeza.

Lentamente empuñó el juguete mientras miraba y se retorcía, su centro cada vez más húmedo con cada golpe de su mano.

Brittany se inclinó sobre sus talones y Santana dejó escapar el aliento con incredulidad. ¿Qué estaba haciéndole?

Pero cuando ella metió la mano en su bolsillo trasero y sacó un sobre de lubricante, ella dio un suspiro de alivio. Iba a hacerlo. Ella finalmente iba a tomarla.

La maldita rubia se tomó su tiempo desgarrando el paquete para abrirlo y lo arrojó en el suelo, luego lubrico el juguete. Tiró contra sus ataduras con frustración.

Oh Dios, ella lo necesitaba tanto en su interior. Tanto.

Cuando trajo el juguete a su centro, sacó el arnés del tapón anal a un lado. Lo deslizo en su interior, sólo una fracción, todo su cuerpo temblaba al sentir el otro extremo moverse dentro suyo. Apoyó ambas manos a cada lado de su cabeza.

—¿Estás lista para que te folle, Srta. Lopez?

¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

Santana asintió con la cabeza.

Brittany lo introdujo con fuerza en su interior.

Ella no lo pudo evitar. El grito arrancó de su garganta antes de que pudiera detenerlo. Se sentía tan bien. Era tan grueso, tan profundo que se sentía como si le tocara el ombligo.

En el momento en que el grito se le escapó, Brittany se detuvo, la ingle apretada contra la suya, su juguete enterrado dentro de ambas.

Ella negó con la cabeza.

—Chica mala, Srta. Lopez. Eso te hará ganar otro castigo.

—Profesora, por favor. —Ella simplemente quería que la follara, ahora mismo no le importaba nada sobre los castigos.

—No te puedes venir sin mi permiso. —Se deslizó sacando el juguete de ella hasta la mitad. —¿Entiendes?

—Sí, profesora. Sólo fóllame!

Puesto que ella ya estaba en problemas, Santana gimió con cada impulso. La combinación del tapón anal y su juguete estaba fuera de este mundo. ¿Cómo sería ser follada por el culo?

El clímax construido en su interior era tan intenso que no sabía cómo iba a retenerlo por mucho tiempo más.

—Jesucristo, se sientes bien. —Brittany sonaba ronca mientras continuaba sus golpes lentos. —Tan. Jodidamente. Apretada.

Otra ola de sudor cubrió la piel de Santana y el calor quemó en cada terminación nerviosa. Estar extendida abierta para Brittany y ser incapaz de tocarla, de alguna manera hizo que todo se sintiera aún más intenso.

Ella empezó a temblar mientras luchaba contra su orgasmo que se acercaba. Su cuerpo se puso más y más caliente.

—Tengo que venirme, profesora, por favor. ¡Estoy tan cerca!

Brittany se detuvo, sacó el pene del interior de Santana y se arrodilló entre sus muslos y se lo quito de su centro. Ella la miró con incredulidad mientras lo dejaba en un costado de la cama, se ponia de nuevo en sus pantalones y los abrochaba de nuevo.

—Que…

—No te has ganado tu orgasmo todavía. —La rubia caminó lejos de ella y tiró el sobre de lubricante en una papelera mientras sus ojos se abrían y dejó caer su mandíbula.

Un toque de su clítoris y ella se vendría. Sólo un toque.

—Sin importar que—dijo cuando regresó y comenzó a desatar sus ligaduras—no te tocarás a ti misma o tendrás un orgasmo sin mi permiso. ¿Entiendes?

Santana se tragó un grito.

—Sí, profesora.

Brittany soltó el último puño.

—Desafortunadamente, agregaste otro castigo por gritar cuando te dije que permanecieras en silencio.
Brittany la ayudó a bajar de la cama y la mantuvo mientras sus piernas temblaban. La tomo por la barbilla y le inclinó la cara hacia arriba. Su contacto produjo escalofríos a lo largo de ella.

—¿Estás segura que deseas continuar? —preguntó suavemente. —Las cosas están a punto de ponerse mucho más intensas.

—¿Más intenso que esto, profesora? —Preguntó.

Una sonrisa curvó la comisura de su boca.

—¿Cuánto crees que puedes tomar? ¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar?

—A cualquier parte contigo. —Ella acerco su mano y la puso sobre la suya. —Estoy lista para cualquier cosa. Siempre y cuando me permitas venirme.

La rubia negó con la cabeza.

—Eso tendrá que esperar, nena. Si quieres jugar conmigo y con mis juguetes, tendrás que estar abierta a cualquier cosa y todo. Si no lo estás, di tu palabra de seguridad y te enviaré a casa.

¿Palabra de seguridad? ¿Enviar a casa? ¡No!

Brittany apoyó la frente en la suya.

—¿Confías en mí, Santana?

Ella no lo dudó.

—Sí, profesora. Confío en ti.

Le dio otra sonrisa mientras se apartaba.

—Entonces vamos a ver un poco más de mis juguetes.

—Está bien—dijo.

—Vamos a probar los cepos, Srta. Lopez. —Le tomó la mano de nuevo y le temblaban las piernas cuando empezó a llevarla al suelo. —No puedo esperar a ver ese culo hermoso tuyo en el aire y listo para que lo azote.

El corazón de Santana se aceleró a toda marcha. Oh Por Dios. ¿Podría ella realmente...?

Lo hacía. Y el hecho de que la excitaba y le hacía retorcerse era más que una sorpresa.

En poco tiempo, ella estaba de rodillas con el cuello firmemente sujeto en el cepo. Los codos doblados y sus antebrazos contra la alfombra. Cerró sus muñecas en las restricciones fijadas al suelo, y luego sus tobillos.

Ella no podía moverse, excepto para mirar hacia arriba y retorcerse un poco por estar tan encendida. Sus pechos y centro estaban abiertos para su examen… Alrededor del arnés que sostenía el tapón anal dentro. Y el tapón… Se sentía tan profundo y duro. Se preguntó una vez más como algo más grande se sentiría ahí.

Un sonido como un timbre sonó en la sala.

—Será mejor que vea quién está aquí. —Brittany se paró y le sonrió.

El corazón de Santana latía como loco.

—¿No me dejarás aquí de esta manera, verdad... profesora?

Frotó una de las mejillas de su culo luego la pellizcó.

—Volveré, señorita Lopez. —La observó salir de la habitación rumbo a la sala, su culo apretado flexionándose por debajo de sus pantalones.

Si hubiera podido mover la cabeza lo suficiente, Santana la habría golpeado contra el piso alfombrado.

Una vez más, se preguntó qué estaba haciendo, y si estaba loca, y de nuevo tuvo que admitir lo caliente que estaba.

Sin embargo, cuando oyó una voz masculina cada vez más cerca, su corazón latía tan fuerte que lo sintió
contra su esternón.

¡No traería a un hombre aquí!

Lo hizo.

Como estaba de frente a la puerta, lo vio al momento en que entró con Brittany.

Un oficial de policía.

Viniendo directamente hacia ella.

—Veo que has capturado a la sospechosa—dijo el hombre con una mirada sombría en su rostro. Brittany le guiñó un ojo mientras su quijada cayó.

Él llegó hasta ella, se agachó y se quitó las gafas de aviador. Tenía magníficos ojos celestes, el pelo rubio y lo que parecía un musculoso cuerpo bajo el uniforme de policía.

—¿Puedo tocar a tu esclava? —Dijo el hombre con una voz profunda que le causó un escalofrío.

¿Esclava?

—No me molesta—dijo Brittany y sonrió cuando ella cortó su mirada con la suya. —¿Te importa, Santana?

—Uhhhhh...

Ella abrió la boca mientras el gran hombre arrastraba sus dedos callosos desde sus hombros, hasta llegar su mejilla, causando piel de gallina y un hormigueo.

Él esbozó una sonrisa lenta que provocó una dosis extra de mariposas revoloteando en su estómago.

—¿Vas a compartir hoy, hermanita?

¿Hermanita?

¿Compartir?

—Santana, conoce a mi hermano mayor, el oficial David Pierce. Te dirigirás a él como Oficial.

—Hola, oficial. —La voz de Santana tembló mientras miraba a David.

—Tengo dos hermanos. —La boca de Brittany se elevó en una sonrisa. —Los tres solteros... y nos gusta compartir nuestros juguetes.

David apretó una mano en su menton y le sonrió.

—Me gusta lo que veo, Santana. —Dijo su nombre, luego se volvió su mirada a Brittany y alzó las cejas. —Sexy como el infierno, ¿no? —Brittany se arrodilló delante de ella y corrió uno de sus dedos sobre sus labios lentamente, con un movimiento sensual.

—El Oficial Pierce va a unirse a nosotras a menos que digas tu palabra de seguridad, y entonces estarás fuera.

El rostro de Santana cambio, su profesora compartía sexo con sus hermanos? Eso era raro pero a la vez excitante.

—Sí, profesora—dijo.

—Ahora es el momento de tu castigo por no estar callada cuando se te instruyó—dijo.

¿Ser puesta en un cepo no era suficiente castigo? Supongo que no.

—Bueno rubia, sigo con lo mio—se agacho y miro a Santana— Un placer conocerte Santana— dijo y se dio la vuelta y se fue.

Santana confundida miro a Brittany.

La rubia le sonrio y se inclinó y rozó sus labios sobre los de ella.

—¿Lista para más Srta. Lopez?

Santana dio un suave gemido.

—Sí, profesora Pierce.

—Has sido una niña muy mala, Srta. Lopez. —Su aliento era caliente sobre sus labios. —¿No?

—Sí, profesora—murmuró, —lo he sido.

—Ok, pero será mas tarde ahora tengo que atender a mi hermano —sonrio con picardia.

—Que…? Bri…Profesora, no me dejara aca, asi no? — dijo Santana con voz temerosa.

—Si, haz sido una chica mala y tienes que reflexionar a cerca de tu comportamiento, y ya sabes que tienes tu palabra seguridad la dices y vuelvo te desato y te envio a casa.

—De acuerdo Profesora— añadió Santana.

— Asi me gusta —Dijo Brittany mientras se agachaba, besaba a Santana y se proponía salir de la habitación.

Ya en la sala, Brittany encontró a su hermano viendo un partido de baseball, el cual la rubia había olvidado por completo que había quedado de verlo con David.

—¿Dónde encontraste esa bebé? — dijo David al ver a Brittany.

Brittany negó con la cabeza, todavía incapaz de creer que había tomado la oferta de Santana.

—Ella es una de mis estudiantes. Sonrió y miró a su hermano mayor. —Ha estado detrás de mí todo el semestre. Entré en mi oficina al final de las clases de hoy y estaba sentada en mi escritorio sin una maldita cosa sobre ella.

—No jodas. — David arqueó las cejas. —Nunca pensé que irías allí, pero infiernos, ella te hizo una oferta que no podías rechazar.

—No es broma. — Brittany se frotó la cabeza.—Pero creo que me dara algo si no la follo pronto.

—Ella va a ser un paseo salvaje—dijo David mientras miraban el partido.

Al terminar el partido, David decidió ir a casa a hacerle el amor a su esposa, las cosas que le había contado Brittany sobre Santana lo hizo pensar en su mujer y terminando salió corriendo prácticamente a su casa.

—Me voy,te dejo con alumnita. Por cierto esta muy guapa, si quieres luego le enseño un poco mas de respeto y autoridad — Dijo David bromeando a su hermana.

Brittany se carcajeo — Claro, pero creo que conmigo aprenderá bastante — sonrio.

No le había gustado nada, que su hermano dijera eso a cerca a Santana. Al salir David, cerro la puerta y volvio a la habitación sorprendida que Santana no haya emitido ni un sonido en tanto tiempo.

_La morena se sentía ni aquí ni allá. Había caído en un lugar donde la realidad no existía. Solo el fuego en su cuerpo y la inconciencia del momento. Se sentía casi borracha.

Cuando Brittany habló, ni siquiera la sobresaltó.

—Hola, cariño. Cepilló sus labios sobre los de ella y Santana olió su aroma embriagador. —¿Pensaste en lo mala chica que has sido?

Santana asintió con la cabeza.

—Voy a ser buena, te lo prometo, profesora.

—Excelente, Srta. Pierce. Lanzó su lengua para tocar la línea de sus labios y su estómago saltó cuando llegó lo suficientemente cerca para frotar su cuerpo desnudo contra el suyo.

Ojalá pudiera verlo, pero todavía tenía los ojos vendados.

—Un examen más y vas a graduarte con honores—dijo.

Ella esperaba por Dios que el "examen", incluyera follarla porque ella iba a morir si no la sentía pronto.

Manos fuertes trabajaron en el arnés a su alrededor, y un momento después éste fue removido y el tapón anal retirado. De inmediato sintió una sensación de vacío, pero sabía que probablemente no iba a durar por mucho tiempo.

—¿A quién quieres follándote por el culo, Srta. Lopez—dijo Brittany—A mi o al vibrador?

No había duda en su mente a quien ella quería en su centro.

—Yo…Yo quiero que el vibrador por mi culo. Quiero que tu folles mi centro, profesora.

—¿Ahora, bebé? —dijo Brittany, con un borde duro y suave a la vez de su voz como si estuviera teniendo un momento difícil para contenerse.

—Sí. —Ella no estaba por encima de la mendicidad.—Por favor, fóllame, profesora. Por favor.

Ojalá pudiera ver su hermoso cuerpo y sus hermosos ojos. Ojalá pudiera tocarla.

Pero ser vendada había hecho todos sus sentidos más agudos. El más mínimo roce de su piel contra la suya la encendía.

Brittany la agarró por debajo de los muslos y levantó sus piernas, la colocó de modo que su juguete estaba a la entrada de su ano, y el que ella lo tenia dentro estaba justo en su canal.

—Vamos a ver si pasa su final—dijo Brittany, al mismo tiempo que introducía el vibrador en su ano, ella metia su juguete doble y se estrellaba contra Santana.

Santana gritó y lágrimas se derramaron de sus ojos detrás de la venda. La sensación de tener los dos juguetes en su interior, al mismo tiempo era casi demasiado. Se sentía tan llena, tan necesitada de un orgasmo que ella casi gritó de nuevo mientras se mantenían todavía dentro de ella. El vibrador era mucho más grande que el tapón anal y su entrada en el culo había dolido, pero ahora se sentía tan condenadamente bien.

—Vas a conseguir la mejor follada de tu vida, señorita Lopez. —Brittany se mantuvo apretada a ella, todavía sin moverse.

Ella asintió con la cabeza, las lágrimas todavía escapaban de sus ojos.

—Sí, profesora.

Santana hizo un sonido de satisfacción y luego Brittany comenzó a entrar y salir de su cuerpo.

Ella se volvió salvaje en sus brazos. A pesar de que estaba esposada a una barra, se retorcía y se retorcía.

—Oh Dios, profesora. —Sus palabras vinieron como un sollozo.—Necesito venirme, tengo que venirme.

—Todavía no, señorita Lopez—dijo la rubia y gimió.—Has sido una chica tan mala todo el semestre que estamos componiendo eso ahora.

Se aferró a su pezón con su boca caliente y luego le mordió el hombro continuando follándola, duro y rápido.

Su cuerpo se sacudió, cada parte de ella empezó a temblar. Luchó contra el orgasmo que se aproximaba con todo lo que tenía. Su coño, el culo, los pezones, sus cuerpos calientes, sudorosos, los ojos vendados, todo a lo que la había sometido y todo lo que le había negado.
¡Era demasiado!

—Todavía no…— dijo Brittany.

Pero ella explotó. Su orgasmo se la llevó con tanta fuerza que ella gritaba y lloraba y se resistía. Su corazón golpeaba y sentía como si su piel estuviera en llamas, su cuerpo entero en fuego. Las sensaciones no se detenían mientras la rubia continuaba empujando dentro y fuera de su cuerpo. Se sentía como si estuviera volando.

Orgasmo tras orgasmo sacudieron su cuerpo.

—No más, profesora—sollozó.—No puedo soportarlo más.

—No pasaste tu final—dijo Brittany con voz ronca por el esfuerzo.—Te viniste sin permiso.

—Lo siento, profesora. —Santana se estremeció por el placer extremo mientras que más espasmos arrasaban en ella.

Brittany lo siguió unos momentos más tarde, dio un fuerte grito llegando a un gran orgasmo. Su núcleo se cerró sobre su juguete y se sentía tan bien que hasta Santana lo sintio.

Por un momento, las dos se quedaron allí. Sudorosas, y el olor fuerte del sexo.

Brittany solto cada uno de sus puños de cuero, y saco el vibrador de su ano, liberándola, y ella se desplomó. Ella la abrazó con fuerza y le quitó la venda de los ojos.

Parpadeó lentamente, mientras miraba hacia arriba a los ojos de Brittany. Continuó sintiendo las contracciones residuales y cuando ella se movió un poco, se desató un conjunto más de espasmos.

Se echó hacia atrás y la miró. Maldición, era hermosa. La tomó por sorpresa dándole un duro, exigente y posesivo beso.

Finalmente la dejó resbalar por su cuerpo y retiró su juguete de su interior. Ahora se sentía completamente vacía. Apenas pudo mantenerse de pie mientras Brittany se deshacía de su juguete empapado, lo limpiaba y lo guardaba.

—Parece que tendrás que tomar un nuevo examen si planeas pasar esta clase, señorita Lopez—dijo Brittany con una expresión seria.—¿Crees que puedes pasar al siguiente?

Dio un débil, agotado asentimiento, a pesar de que no estaba segura en absoluto.

—Sí, profesora.
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bueno espero les guste los capitulos
son bastante intensos jejeje
queda poco para el final
una vez mas gracia por leer y comentar
besos hasta la actu<3

por tatymm Mar Mar 04, 2014 6:01 pm

me gusto, bastante intenso!!! besos!

por tatymm Mar Mar 04, 2014 6:02 pm

me gusto, bastante intenso!!! besos!

por Elita Mar Mar 04, 2014 6:17 pm

O_o esto es demasiado para mi...

Es que.. es tan JODIDAMENTE WANKY!
Ya quiero leer los proximos caps :)

Saludos :D

por monica.santander Mar Mar 04, 2014 7:13 pm

Hola mmmmmm no se la verdad me gusto hasta ahí ya que creo que Britt no le interesa San creo que la trata como a su p....a y eso de compartir con los hermanos?????? NO ME GUSTA!!
Pero bue seguiré leyendo a ver como sigue.
Saludos

por 3:) Mar Mar 04, 2014 9:47 pm

uuuuuffffff,........ oooookkkkkk,...
eso fue jodida mente intenso,... DEFINITIVAMENTE WANKY!!!!
quiero ver como va a ser el próximo examen de san....

por raxel_vale Miér Mar 05, 2014 10:18 am

definitivamente intensooooo....

por dorkyhemo_ Miér Mar 05, 2014 6:23 pm

holaaaaa
como estan?
ya atacaran de nuevo a Britt? voy a llorar(? jajajaja
ok, si si es intensa y se paso con lo del hno y compartir y asi, pero su hno se fue
creo que solo lo hizo para "asustar" a santana ._.
me agrada que les guste la historia, es intensa y extremadamente wanky
hoy les dejo un capitulo simple!
espero les guste! :)
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Enseñanzas Peligrosas

Capitulo 8

Santana se dejó caer en una piscina de agotamiento mientras Brittany terminaba de limpiar su habitacion. Se sentía muy dolorida y bien utilizada. Casi podía sentir ambas juguetes en su interior al mismo tiempo y la idea la hizo retorcerse, su sexo estaba dolorido otra vez. Después de lo que le habían hecho pasar, tanto tiempo que la habían hecho esperar por un orgasmo, ¿por qué estaba tan lista para otra ronda?

Santana observaba a Brittany moverse por la habitación recogiendo la ropa y demás cosas que había tirado, cuando dijo a la rubia

—Y tu hermano? Pensé que se quedaría, dijiste que se uniria a nosotras

Para sorpresa de Santana, Brittany no se veía feliz, se veía casi celosa luego de esa pregunta.
¿Cómo de asombroso era eso?

Brittany recordaba lo que le había dicho su hermano antes de irse y que Santana preguntase por el, no le causo gracia alguna.

La rubia parecía tan molesta luego de la pregunta, que Santana tenía ganas de reír.

— Tuvo que irse, debía ir a su casa. — contesto la rubia.

Brittany fue directamente a ella y no pudo evitar una sonrisa. Se convirtió en un grito de asombro cuando le recogió en sus brazos y la abrazó.

—Eres tan hermosa bebé—, murmuró mientras la abrazaba. —Desde la primera vez que te vi, me hiciste caer de culo.

Santana sonrió.

—Te tomaste el tiempo suficiente.

La comisura de la boca de Brittany se torció.

—Tuve una pequeña persuasión extra.

Soltó una risa suave, le echó los brazos alrededor de su cuello y le sostuvo la mirada, hipnotizada por sus hermosos ojos cafes. La besó con fuerza antes de llevarla de nuevo a la cama.

Su camisa estaba caliente contra su carne desnuda, y su olor a sexo, sudor y a su perfume era un afrodisíaco ¿alguna vez iba a tener suficiente de ella? Se preguntó si alguna vez había tomado a otras estudiantes en su cama, y el pensamiento le hizo fruncir el ceño.

—Hey—.Tocó sus labios con el dedo mientras la sentaba en la cama —¿Por qué el ceño fruncido?
Ella negó.

—Nada.

Brittany sacó la colcha gruesa y la acomodó sobre la cama para que ella estuviera mas comoda. Se enderezó a si misma con sus manos a cada lado en el colchón mientras lo miraba.

Tenía una expresión severa en su rostro.

—No acepto la mentira. Si mientes, te castigan. ¿Entendido, señorita Lopez?

Santana se mordió el labio inferior y asintió con la cabeza.

—Sí, profesora.

—Ahora dime lo que estabas pensando.

Sus mejillas se calentaron un poco.

—Me preguntaba si alguna vez habías llevado a otra estudiante a tu casa y a tu cama.

—Y estabas celosa. —Su tono era cuestión de hecho.

Ella miró hacia otro lado.

—Sí.

Brittany rió suavemente, sorprendiéndola. Cuando se volvió a mirarlo, le sonrió.

—Santana, ningún otra estudiante ha estado cerca de esta casa. Tú eres la primera y la única.

Un peso que no se había dado cuenta había estado allí, se deslizó de sus hombros y ella sonrió con alivio.

No tenía dudas de que había tenido otras mujeres aquí, pero al menos ninguna de sus alumnas.

—Eso está mejor. —La rubia comenzó a despojarse de su ropa definitivamente y la tiró a un lado. Su mirada hambrienta estuvo en su físico hermoso y su piel dorada. Parecía que se las arreglaba para conseguir un poco de sol. La forma en que su cuerpo se flexionaba mientras se movía le hacía agua la boca y su sexo dolía.
Sabía como era tenerla dentro de ella y quería más.

Cuando estaba desnuda.

—Acuéstate y deslízate más para que haya espacio suficiente para mí.

Santana obedeció. Se estremecía con deseo y necesidad mientras la rubia subía a la cama y se acercaba a ella. La atrajo hacia sí rudamente, le sujetó las piernas con su muslo y ella contuvo el aliento.

—Maldita sea, Santana. Empuñó un poco de su pelo y se lo llevó a la nariz y audiblemente inhaló.—Estás tan jodidamente caliente.

—¿Tengo que llamarte profesora en este momento? —Colocó sus palmas contra su pecho y lo tocaba por primera vez mientras su mirada se encontraba con la suya.

—No. — Soltó su cabello y trazó el pulgar sobre los labios.—Por ahora sólo estamos Brittany y Santana, ¿de acuerdo?

Ella asintió y sonrió, y Brittany reemplazó su dedo pulgar con sus labios. Era amable esta vez, corriendo ligeramente su lengua a lo largo de la costura de sus labios antes de caer en su boca para una exploración suave. Lo probó disfrutando de su sabor, e incluso del suyo propio desde el momento en que había lamido sus pliegues más temprano. Suaves gemidos se levantaron dentro de ella y se acurrucó más cerca de ella mientras una de sus manos recorría su cuerpo desde el cuello hasta su culo.

La humedad de Santana se sentía en su pierna y la frotó contra ella y juró que lo sintió a su clítoris ponerse mas duro. Su beso siguió siendo lento, como si estuviera saboreándola. Mordisqueó ligeramente su labio inferior y atrapó sus suspiros en la boca. Su mano libre seguía acariciando su carne, vagando sobre su cuerpo, explorando sus curvas.

Por su parte, Santana deslizó una de sus manos hacia abajo por su pecho desnudo y de nuevo hacia arriba, amando el juego de sus músculos debajo de sus dedos con cada movimiento que hacía. Sus bíceps eran firmes, duros. Su respiración se volvió más rápida mientras le clavaba los dedos en la mejilla del culo y su beso se volvió un poco más urgente, como si estuviera teniendo un momento más y más difícil para controlarse a sí misma. Cuando liberó su culo apretado, llevo su mano a su entrepierna y rozo su centro humedo suavemente.

Mientras acariciaba su centro, contuvo el aliento contra sus labios.

—No voy a durar mucho tiempo si sigues así.

—No quiero que te contengas, Brittany. —Ella se permitió probar decir su nombre por primera vez, y le gustó la forma en que sonaba procedente de ella.

Le dio un sonido estrangulado mientras capturaba su mano en la suya.

—Créeme, si no te detienes esto terminará antes de que realmente comience.

Santana no pudo evitar la risa suave que se le escapó, y la rubia se echó hacia atrás, encontrando su mirada. —Eres tan hermosa—, murmuró, sorprendiéndola.—Te he deseado durante tanto tiempo.

—Lo mismo digo. —Ella besó la comisura de su boca.—Demasiado para dejarte ir sin captar tu atención.

Esta vez se echó a reír.

—Bebé, tienes más de mi atención.

—Y más de lo que esperaba. —se retorció contra ella recordando el momento que la tenia a ella y al vibrador dentro.Sus pezones estaban adoloridos, pero le encantaba.

—Si alguna vez quieres dejar de…

—Lo sé, mi palabra de seguridad. Movió su cara a la curva de su cuello, inhalando su aroma mientras hablaba. —Pero eso no va a suceder.

—¿Crees que puedes tomar cualquier cosa que te doy? —preguntó con voz suave, pero muy excitada.

Santana lamió un camino desde el cuello hasta la mandíbula.

—Sip. Cualquier cosa.

Brittany se apartó, le agarró el hombro y la miró a los ojos.

—Puedo empujar muy duro.

—Y yo puedo tomarlo. —Llegó a la boca y le mordió el labio inferior. —Quiero todo lo que tienes para ofrecer.

Un gruñido primitivo que no pudo contener se levantó en Brittany.

—¿Dijiste que tu familia se ha ido por el verano?

Santana dio un grito ahogado cuando metió los dedos en su centro.

—A Europa hasta septiembre. —Su voz estaba completamente sin aliento. —No tengo ningún plan.

—Ahora sí. —La rubia levantó su dedo dentro de su núcleo duramente. Maldita sea, estaba mojada y resbaladiza. —Voy a follarte tantas veces que vas a estar adolorida todo el verano.

Ella gimió y apretó las caderas contra su mano.

—Eso es lo que quiero. Pasarlo contigo.

La satisfacción fluía a través de Brittany.

—Vas a ser mi juguete sexual. —La rubia deslizó sus dedos fuera de su canal y los llevó a sus labios. —Y tengo la intención de jugar duro contigo.

Ella gimió cuando Brittany movió la mano y luego deslizó sus dedos entre sus labios, dejándola probarse a sí misma.

—Chupa—exigió, y ella obedeció como si estuviera programada para hacer lo que él quisiera.

Infiernos, sí que este iba a ser un verano que ninguna de ellas jamás olvidaría. No estaba dispuesta a preocuparse por el inicio del próximo semestre. Por ahora tenía la intención de disfrutar de su cuerpo exuberante y todo lo que tenía para ofrecer.

Que era más de lo que había esperado. Había tomado todo lo que le había hecho y estaba lista para más.
Y desde este punto en adelante pensaba mantenerla para sí misma. Dejar que su hermano la vea desnuda, no fue una gran idea y eso se reprochaba. Brittany no tenía ninguna intención de dejar otra persona ingrese en su interior. Y mucho menos a su hermano.

—Todavía hay un castigo por llegar. —Contuvo el aliento mientras Santana chupaba sus dedos.

—Pero ahora mismo, voy a follarte, a montarte duro. ¿Es eso lo que quieres?

Sacó los dedos de su boca y ella asintió.

—Por favor. Ahora.

—Debería hacerte esperar. —Pellizcó su pezón, la dura protuberancia estaba entre sus dedos pulgar e índice. —Llegaste sin permiso.

—¿Puedes castigarme más tarde? —Su mano encontró su sexo de nuevo y frotó sus dedos en su entrada. —Has dicho que podríamos ser Brittany y Santana, por ahora.

—Lo hice, ¿no es cierto? —La rubia tomó su boca con otro beso, tan hambriento por ella, que apenas podía contenerse. Ella se retorció en su contra, cada momento más salvaje. Sí, esto iba a ser un infierno de verano.

—Por favor no me hagas esperar más. —Introdujo sus dedos en ella arrancando un gemido pesado en Brittany.—Te quiero dentro de mí y sentir de nuevo.

Brittany no podía esperar a estar en su dulce centro de nuevo. Tuvo que estirarse, pero se acercó y sacó un vibrador del cajón.

—Quiero sentirte a ti…ahora. —suplico Santana.

Brittany llena de extasis, no se resistió y guardo el vibrador.

—De acuerdo bebe, ahora jugaremos solo nosotras.

No tardó mucho en poner se sexo sobre ella y posicionando su cadera entre sus piernas para que ambas sintieran rozar sus clítoris por primera vez. Apoyo las manos a ambos lados de la cabeza y comenzó a moverse lentamente. Ella lo miró con sus hermosos ojos cafes. Sus rasgos estaban rojos, sus párpados cerrados mientras ela se movia.

Brittany llevo sus dedos a su entrada y lo rozo suavemente mientras se movia.

—No me hagas esperar, por favor, Brittany.

A ella le gustaba la forma en que decía su nombre, tanto como le gustaba que lo llamara profesora, cuando jugaba a la estudiante traviesa.

Santana era definitivamente una estudiante traviesa. Y disfrutaba de la enseñanza de una lección o dos. Más bien, muchas más.

—¿Quieres mis dedos dentro tuyo, bebé? —Bajó la cabeza y le mordió ligeramente el labio inferior. —¿Me quieres dentro de ti?

—¡Sí! —Su expresión parecía casi como si estuviera siendo torturada. Agarró el culo con más fuerza, su uñas causando dolor placentero en su carne.

Brittany sonrió y de golpe introdujo dos dedos en su interior, ella gritó.

Jesucristo, estaba tan mojada. Apretó los dientes y se mantuvo inmóvil por un momento. Que la parta un rayo si no estaba cerca de venirse ya. Su sexo le dolía y ya estaba al borde del precipicio.

Apretó los ojos bien cerrados, respiró hondo y miró hacia abajo a Santana. Ella arqueó sus caderas hacia arriba y empezó a follarla lentamente. Sacudió sus caderas juntas, sintiendo la presión de la carne de uno contra la del otro. Dios, se sentía incluso mejor que la primera vez que la había tomado.

El sudor ya había estallado en su frente y estaba húmeda. Se sonrojó, sus labios entreabiertos, los ojos fijos en ella. Su aroma a vainilla caliente le llenaba mientras respiraba profundo, deleitándose en ella y el olor de su almizcle.

Sacó sus dedos dentro y fuera a un ritmo lento, construyendo su necesidad de llegar al orgasmo. Puede que no estuvieran jugando roles ahora mismo, pero aún así disfrutaba de hacerla desearlo hasta que estaba lista para gritar.

—Oh Dios, Brittany. —la morena levantó sus caderas y movió las piernas por debajo de ella. Maldita sea, pero amaba una mujer salvaje.

—Demasiado lento. ¡Vas demasiado lento!

Se contuvo. Tenía un montón de entrenamiento en autocontrol, aunque ahora no era uno de esos momentos en que era capaz de controlarlo fácilmente.

—Bebé, voy exactamente tan rápido como vas a conseguir ahora mismo.

Santana gimió, pero siguió retorciéndose debajo de ella. Rastrilló las uñas por su espalda y silbó entre dientes por el dolor y el placer que estaba dándole.

Una gota de sudor rodó por el lado de su cara mientras luchaba por contenerse y por hacerla esperar. Pero la rubia estaba a punto de perder su auto-control.

Brittany estaba conduciéndola a la locura. Otra vez. Se sentía tan jodidamente bien dentro de ella… llenándola, estirándola, llegando profundo en su interior.

¡Pero iba demasiado malditamente lento!

El sudor brillaba en su frente y parecía que estaba luchando para contenerse. Bueno, estaba sufriendo también.

Miró hacia abajo donde se unían, y su vientre hizo volteretas de nuevo mientras miraba sus largos y finos dedos deslizarse dentro y fuera de ella. Sacudió y alzó las caderas hacia arriba para encontrarse con ella en la medida de lo posible, pero aún así tomó las cosas con calma.

Demasiado. Jodidamente. Lento.

Ella iba a morir.

Por alguna razón, esto era aún más intenso que lo que había sucedido hace unos minutos atras. Tal vez porque eran sólo ellas dos sintiendo sus cuerpos sin ningún juguete y ella lo había querido durante tanto tiempo.

Respiró hondo los olores del sexo. La llenaba, extendiéndose a lo largo de ella.

Clavó las uñas en su culo de nuevo, deseando que la tomara más rápido, estiro su mano y metió sus dedos dentro de ella.

Quería sentirla, por primera vez Santana estaba en el interior de Brittany y se sentía tan bien. Tan mojada, caliente y palpitante.

Finalmente Brittany al sentir los dedos de Santana en su interior tomo ritmo y se encontró haciendo pequeños gritos mientras sus dedos golpeaba ese tan especial lugar dentro de ella. La acarició, lo que la hizo acercarse más y más hacia el orgasmo. Inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos. Sus muslos empezaron a temblar alrededor de sus caderas.

—Mírame, bebé. —Su voz sonó como un gruñido. —Mírame follarte.

Las emociones giraron a través del vientre de Santana cuando abrió los ojos y vio su expresión feroz. Tenía la mandíbula apretada, los músculos faciales rígidos.

Sus caderas se movían cada vez mas fuerte, más rápido, y sus dedos iba cada vez más profundo.

La habitacion estaba empezando a girar en espiral.

—Voy a venirme—dijo mientras el mundo estaba cerca de girar fuera de control.

—Espera. —Golpeó su cadera contra la suya, sus empujes tan fuerte que sentía como si su centro fuera molido por el impacto. —Va a ser mucho mejor si te contienes por solo un poco más de tiempo.

—No sé si puedo. —Santana tomando con una mano su bíceps a medida que su mareo crecía y el cuarto comenzaba a desvanecerse.

—Un poco más, bebé y me vendre contigo. —Su voz era tan dulce y sexy. No tenía duda de que estaba en el borde y frenándose demasiado.

La sensación de girar en su cabeza se hizo más intensa. Se sentía fuera de su cuerpo, como si estuviera fuera sí misma.

—Por favor. —Dios, estaba tan cerca. —Por favor, déjame venirme.

Brittany no respondió mientras sus caderas se estrellaban contra ella con mayor rapidez. Agitó su cabeza de lado a lado. No podía más. ¡No podía!

—Ahora, Santana—gritó.

Todo en su universo dejó de girar. Todas las sensaciones se apresuraron a su centro, luego se ampliaron a su músculos abdominales, el pecho, y a lo largo de todo su cuerpo cuando su orgasmo se estrelló contra ella.

Ella gritaba y lloraba y no podía controlar lo salvaje que se sentía o la forma en que se volvió loca en sus brazos.

Brittany gritó su nombre y sentía el pulso de su centro mientras se venía en sus dedos. Metió los suyos un par de veces más, y luego sus brazos cedieron y estaba fijando a Santana a la cama. Su peso se sentía bien y se aferró a ella mientras sus centros continuaba palpitando alrededor de sus dedos.

Con un gemido, Brittany retiró sus dedos de ella y los llevo a la boca. Luego se acomodó sobre su espalda y tiró de ella en sus brazos para que su cabeza descansara sobre su pecho. Ella dio un suspiro estremecido y todo su cuerpo se relajó contra el suyo. No pasó mucho tiempo hasta que cayó en un profundo y satisfecho sueño.

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quedan solo dos capitulos de esta mini-historia
espero les guste el capitulo
una vez mas gracias por leer y comentar
besos
hasta la actu<3

por Elita Miér Mar 05, 2014 6:59 pm

2 nada mas? Por que lo Wanky tiene que acabarse tan rapido? ):

Genial cap, al menos sabemos que Britt tiene un lado bonito :) jeje

En fin, actualiza pronto.
Saludos :)

por 3:) Miér Mar 05, 2014 7:37 pm

hola,...
estuvo bueno el capitulo,...
es lindo el lado bueno de britt,.... jajajajajaj
si que estas dos hacen todo intenso y demasiado WANKY!!!
lastima que ya termina,... :(

por tatymm Jue Mar 06, 2014 12:59 am

te pasaste muy buen caap y mejoraron mis chicas besos!

por fanybeaHEYA Jue Mar 06, 2014 2:48 am

re contra super buen cap
me recordo a 50 shades of grey
solo dos [Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas - Página 2 4065562827

bueno

[Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas - Página 2 1206646864

hasta la proxima actu... besos saludos

por dorkyhemo_ Jue Mar 06, 2014 6:19 pm

Holaaaaa
Bueno penultimo capitulo [Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas - Página 2 4065562827

yo tampoco quiero que acabe
vere si luego la puedo continuar y dar un giro a la historia
gracias por sus comentarios [Resuelto]FanFic Brittana - Enseñanzas Peligrosas - Página 2 1206646864

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Enseñanzas Peligrosas

Capitulo 9

Santana despertó, sintiéndose un poco desorientada. Se levantó de la cama y miró parpadeando la luz del sol derramándose a través de las persianas de madera de roble. La sábana se había caído de su pecho hasta la cintura, dejando al descubierto sus desnudos pechos. Su corazón comenzó a golpear mientras lentamente miraba por la habitación.

La habitación de la profesora Pierce

La habitación de Brittany.

El calor quemó a través de ella mientras caía en la cuenta de lo que acababa de hacer por la tarde y la noche anterior, junto con un poco de triunfo por haber terminado en la cama de la profesora Pierce. Sonrió lentamente, satisfecha. Había aterrizado justo donde quería estar.

Aunque no exactamente en la manera en que lo había imaginado.

Más calor ruborizó su piel cuando pensó en Brittany y sus juguetes, follándola. Wow. Ni en sus sueños más locos se hubiera imaginado a sí misma desnuda en un cepo, o siendo follada en su centro y el culo al mismo tiempo.

Sólo los pensamientos estaban haciendo a sus pliegues ponerse húmedos de nuevo y endurecer sus pezones. Se sentía adolorida entre sus muslos, un dolor bueno por ser montada duro. El ligero dolor en el culo era un poco diferente, pero recordaba lo bien que se sintió una vez que había ido más allá de la explosión inicial de dolor y tuvo al juguete vibrando dentro de ella.

Dios, estaba caliente otra vez.

—Buenos días, señorita Lopez—dijo la voz de Brittany desde la puerta y su atención se desvió para encontrarse con su mirada.

Llevaba una bandeja de cama y su sonrisa devastadora. Era tan hermosa, vestida a penas en unos bóxers rojos y una camisa gris ceñida que hacía que sus ojos parecieran aún más azules y describía todos sus deliciosos músculos.

—Ya son las diez. Te dejé dormir hasta tarde, imaginé que probablemente estabas agotada.

¿Se había acostado tan tarde?

—Buenos días, profesora—dijo, casi sintiéndose avergonzada por alguna razón.

Tal vez era porque, como ella, Brittany sin duda estaba pensando en todas las cosas pervertidas que habían hecho la noche anterior.

—Siéntate un poco más arriba—dijo cuando llegó hasta ella. La cama se hundió por su peso mientras se sentaba cerca de ella. —¿Hambrienta bebé?

La sorpresa la llenó mientras empujaba contra las almohadas y la cabecera y acomodaba la bandeja en su regazo. Se quedó mirando la bandeja y su estómago gruñó por el olor de los huevos revueltos, salchichas, brownies y tostadas, dispuestos en el plato. Una rosa blanca moteada de rosa se arqueaba por encima del plato y la copa de jugo de naranja.

Santana lo miró y sonrió.

—Gracias.

Brittany la besó ligeramente en los labios y acariciando uno de sus pezones al descubierto. —Me imaginé que tendrías un buen apetito después de anoche.

El calor se precipitó sobre ella otra vez, y la rubia sonrió.

Empezó a recoger un tenedor, pero negó con la cabeza.

—Déjame que te alimente.

Procedió a llevar un bocado de huevos revueltos a su boca y ella lo tomó.

—Dime acerca de tu familia—dijo mientras cortaba una salchicha y luego la clavaba con su tenedor.

El hecho de que Brittany estaba interesada en algo más que su cuerpo le hizo sentir calor en su interior. Tragó el huevo y sonrió.

—Tengo un hermano mayor y una hermana mayor. Mi hermano está casado y tiene dos niños, y mi hermana está saliendo con un hombre mucho más joven y dice que no quiere volver a casarse.

Brittany se echó a reír y puso el trozo de salchicha en sus labios. Masticó, estaba delicioso.

—¿Cuál es la diferencia de edad entre tu hermana y el hombre con el que está saliendo? — preguntó.

Santana le dio una especie de mirada tímida.

—Nueve años. Ella tiene veintinueve años y él mi edad.

Eso lo hizo sonreír. Bebió un sorbo de su vaso de jugo de naranja y luego dijo: —Y tú eres todo lo opuesto al salir con una mujer mucho mayor.

Su vientre se agitó y lo miró, sin tomar un sorbo de jugo de naranja que ella le ofrecía.

—¿Es eso lo que estamos haciendo? —, preguntó casi en un susurro. —¿Salir?

Dejó el vaso de jugo de naranja en la bandeja de cama y se inclinó de modo que su cara estaba cerca de la suya.

—¿Qué quieres que sea, Santana? ¿Un rollo de una noche o algo más?

—Salir. —Tragó saliva por la emoción en su cuerpo. —Definitivamente saliendo.

—Bien. —Tomó su boca en un beso dulce y probó el jugo de naranja en la lengua. —Quiero más de ti que sólo tu cuerpo. Quiero conocer el resto de ti también.

Wow, fue todo lo que podía pensar.

Brittany tomó un triángulo de pan tostado con mantequilla y ella tomó un bocado mientras lo sostuvo cerca de su boca.

—Soy diez años mayor que tú—, dijo mientras comía la tostada—¿Eso no te molesta?

Sacudió la cabeza y se llevó una servilleta a los labios y se limpió una miga.

—¿Y a ti?

Se encogió de hombros y clavó otro trozo de salchicha.

—El hecho de que eres mi alumna era lo único impidiéndome que te invitara a salir. —Comió el trozo de salchicha mientras hablaba, su corazón latía con fuerza.

—Ahora sólo tienes que dejar esa clase en la que estás inscrita en el otoño, y no vas a ser más mi alumna.

—Dejó el tenedor en el plato y colocó la frente junto a la suya. —¿Suena como un plan?

—Considéralo hecho—se las arregló para decir antes de que la besara de nuevo.

Cuando Brittany se alejó, podía ver el deseo chispeando en sus ojos, y cuando miró hacia abajo se dio cuenta de que su humedad comenzaba a notarse tras su boxer.

—Necesitas terminar tu desayuno, y será mejor que cambiemos de tema antes de que haga de ti mi almuerzo.

Santana sonrió, luego comió mientras hablaba.

—Has conocido a mi hermano mayor—dijo mientras le daba de comer, y su rostro enrojeció por el calor. — Pero es la última vez que lo voy a dejar poner sus manos sobre ti. —La dejó beber un poco de jugo de naranja. —Porque eres mía, Santana Lopez, y no tengo la intención de compartirte con nadie.

Ella casi se fundió en un charco en ese mismo momento.

Mientras continuaba alimentándola, le hacía preguntas sobre sus padres que habían ido a Europa por el verano. Su hermano vivía en Sacramento y su hermana en Washington.

—Ella odia la lluvia, sin embargo—dijo Santana, —si no fuera por su novio y el trabajo fantástico que tiene como ingeniero informático, creo que se mudaría de nuevo en un latido del corazón. Ella se mudó sólo para salir de la casa, creo. Siempre ha sido una especie de rebelde, supongo.

Brittany levantó una ceja mientras dejaba el tenedor en la bandeja de cama. Extendió la mano y rozó su mano primero sobre un pezón y luego el otro.

—¿Y tú? — le dio una sonrisa pícara. —Tengo la sensación de que eres una de esas personas que va por todo lo que quiere hasta que lo consigue.

El cuerpo de Santana hizo cosas locas mientras ella la tocaba, y sintió más calor por sus palabras.

—Siempre he tenido impulso, y trabajo duro. He tenido puras A desde que estaba en la escuela primaria. El fracaso no es una opción.

—Me di cuenta. — Pellizcó uno de sus pezones y ella jadeó. —Entonces, ¿qué te hizo ir detrás de mí?

Se aclaró la garganta.

—Um, bien. No es sólo que eres muy linda sino que pareces ser el tipo de mujer que quiero conocer mejor.

—Y querías follarme. —Brittany sonrió y le pellizcó los pezones sensibles. —¿Cómo te sientes ahora?

—Dolorida—dijo, y Brittany rió.

La rubia respondió a sus preguntas a cambio. No sólo tenía un policía por hermano, sino que había un hermano más, que era terapeuta físico, ella la única mujer.

—¿Han tenido sexo todos juntos?

Ella negó con la cabeza.

—David nos contó sobre algunas fiestas y convenciones de BDSM y las comprobamos. Nos gustó lo que vimos.

Santana respiró hondo.

—¿Has “compartido” mujeres con todos tus hermanos?

—No. Brittany tomó una servilleta y se limpió los labios con ella. —Bueno solo con David en un par de ocasiones. Es decir, no al mismo tiempo, el ha estado con ex novias mias y yo con las de el.

Su estómago se disparó.

—¿Por qué dijiste que se uniria a nosotras?

Brittany encontró su mirada.

—La verdad... yo no quería compartirte, quería mantenerte para mí. Pero David pensó que era buena idea decírtelo para que ver que pasaba y que respondías. — Santana sonrio aliavada — No me gusto como se dirigió a ti, él quería saber si pasaría lo mismo que antes. Pero yo sólo quiero estar contigo de ahora en adelante.

Eso sacó otra sonrisa de ella.

—Me alegro de que sientas lo mismo que yo. —continuo Santana.

Tomó la bandeja de cama con su plato casi vacío y se acercó a un aparador bajo donde dejó la bandeja.

Tenía una gran vista de su culo y lo bien que se veía en sus boxers. Se volvió sosteniendo la rosa blanca y rosa.

—¿Qué piensas ahora que has llegado a conocer cómo me gusta jugar?

—Honestamente—dijo con un aleteo en el estómago, —nunca he hecho algo así antes, pero realmente me encendió todo lo que me hiciste.

—Eres tan condenadamente hermosa. Se sentó en el borde de la cama y trazó la curva de su cuello con el capullo de rosa. —¿Mis juguetes pueden darte cualquier fantasía más allá de lo que ya hemos hecho, Santana?

Ella se estremeció mientras rozaba la rosa sobre su esternón.

—Me gustaría probar un poco de todo.

Esa sonrisa suya era tan devastadoramente sexy.

—Créeme, hay mucho que me gustaría hacer para ti y contigo. —Cepilló la piel suave entre sus pechos con la rosa. —¿Qué quieres hacer hoy?

Sus pezones estaban tan duros y el dolor entre sus muslos tan grande que sus palabras salieron en un susurro ronco.

—Lo que quieras, profesora.

—Mmmmm... —Brittany bajó la cabeza y le acarició el cuello mientras deslizaba la rosa por su vientre hasta su abdomen. —Tengo un montón de cosas que me gustaría hacerte, Srta. Lopez. Lo cual nos lleva a una cosa. —Señaló con la rosa hacia el doblez de la sábana que ocultaba su sexo. —Todavía tengo que castigarte por alcanzar el clímax sin permiso.

Dijo castigarte de una manera que la hizo estremecerse. Su culo ardía aún de la noche anterior, pero aún así, estaba preparada para cualquier cosa que quisiera hacer con ella.

—Voy a ser buena la próxima vez. Te lo prometo, profesora Pierce.

—Aún necesitas que te castigue—.Negó con la cabeza. —Fuiste una niña muy, muy mala, Srta. Lopez.

Quitó la sábana de su regazo y la tiró a un lado de manera que su cuerpo estaba completamente al descubierto.

—Probablemente quieras tomar una ducha. No es necesario vestir algo para lo que vamos a hacer—dijo mientras le hacía cosquillas en su centro con la rosa.

Su corazón latía. Mientras tomaba su mano, sacó las piernas por el lado de la cama y la rubia la ayudó a ponerse de pie. La besó suavemente luego le señaló una puerta que conducía a lo que obviamente era el cuarto de baño principal, pudo ver que era de mármol y bronce a través de la puerta. Comenzaba a dirigirse al cuarto de baño cuando golpeó su culo, duro. Gritó y le devolvió la mirada.

—No me hagas esperar demasiado tiempo—dijo con la mirada dominante que significaba que estaban jugando roles de nuevo.

—Sí, profesora—dijo antes de ir al baño.

La ducha se sintió maravillosa, el calor del agua la alivio de los dulces dolores en su cuerpo. Cuando terminó, se secó el pelo con un secador y estudió su rostro en el espejo. Sus labios estaban hinchados de los besos de Brittany y cuando se volvió y miró por encima del hombro a su culo, vio que estaba aún rosa de los azotes y las palizas.

Después de que su cabello se secó, lo esponjó alrededor de sus hombros, abrió la puerta y salió del cuarto de baño. Fue una experiencia erótica caminar desnuda, sobre todo cuando vio a Brittany vestida en sus short deportivos, una camiseta y un par de zapatillas de correr.

—Te tomaste un tiempo demasiado largo, Srta. Lopez. Ella tenía una expresión severa. —Eso sólo te hizo ganar un segundo castigo.

Santana se quedó sin aliento por la emoción y ese toque sensual de miedo. ¿Qué haría con ella?

—Lo siento, profesora—dijo.

—Ven. —Le tendió la mano y la tomó. Avanzó tan rápido que tenía dificultades para mantenerse con ella.

Una vez más, la condujo hasta otra habitacion, abrió la puerta y la dejó dentro antes de cerrar la puerta detrás de ellas.

—Esta vez, el timbre de la puerta puede sonar sin parar, pero no vamos a detenernos, Srta. Lopez—dijo y Santana trató de no sonreír.

—Sí, profesora.

La llevó hasta el sofá de aspecto extraño. La iluminación atenuada del ambiente hizo a la escena parecer un poco exótica. El aire rozaba su piel mientras ella se movía, y el aroma del almizcle era fuerte.
El sofá era difícil de describir. Tenía una enorme joroba a la izquierda que se elevaba la longitud de un torso antes de curvarse de nuevo. El lado derecho se veía casi como un sofá normal.

—Acuéstate sobre la joroba, Srta. Lopez.

Se arrodilló en el extremo más bajo y cubrió con su cuerpo la parte alta y redondeada. La superficie estaba cubierta con un material de suave piel que se sentía suave en sus senos y su pubis.

Brittany le puso grilletes en las muñecas y los tobillos, extendiéndola amplia mientras lo hacía, dejando al descubierto su sexo. Frotó las manos sobre su culo dolorido.

—Perfecto, murmuró. —Todo lo que hizo y dijo la encendió, y estaba tan mojada que podía oler su propio almizcle.

Volvió el rostro para que su mejilla estuviera contra la piel y lo vio irse a la pared de los juguetes. Regresó con una pelota verde con correas a cada lado de ella y lo que parecía un tipo de escobilla de mano para barrer.

—Puesto que has sido tan mala, vas a obtener una paliza fuerte—dijo. —Y no vas a ser capaz de gritar. Se trata de una mordaza de bola, y puedes morderla cuando sientas algún dolor.

Santana abrió la boca por la sorpresa y de inmediato deslizó la pelota dentro todo lo que podía, atando luego las correas detrás de su cabeza. Con los ojos muy abiertos, lo miró. No sólo no podía moverse, no podía hacer un sonido. Un indefenso, aunque excitante sentimiento se apoderó de ella. Era totalmente vulnerable y ni siquiera podía decir su palabra de seguridad.

Su mirada se encontró con Brittany y parecía grave.

—Si en algún momento quieres que me detenga, levanta dos dedos. Va a ser en lugar de la palabra de seguridad. ¿Entiendes, Srta. Lopez?

Su corazón latía con fuerza, ella asintió con la cabeza.

Cuando se movió hacia su espalda, un escalofrío se arrastró por su columna vertebral mientras colocaba una de sus manos en la parte baja de su espalda.

Frotó una mejilla de su culo con la mano en círculos lentos y sensuales.

Justo cuando ella comenzó a relajarse, la mano de Brittany aterrizó duro en la mejilla que había estado acariciando. Sus ojos se humedecieron y gritó detrás de la mordaza de bola, pero no salió ningún sonido. Ella la abofeteó de nuevo y esta vez mordió la bola. Sus ojos se llenaron de lágrimas por el dolor mientras la zurraba.

Pero fue tan extraño, cuanto más duro la zurraba, más húmedo se ponía su centro, y más necesitaba venirse. Ella quería ser follada tanto que podía casi gritar, y lo hubiera hecho si no fuera por la mordaza de bola. En lugar de eso mordió sobre la bola y sintió el aguijón, la quemazón y el placer extraño que venía con la paliza.

—Esto es por ser tan mala chica y venirte sin permiso—dijo Brittany en una voz severa. —¿Te vas a venir otra vez sin que yo lo diga?

Ella movió la cabeza de lado a lado, lo mejor que pudo con la cara contra la piel.

Se detuvo bruscamente, y ella dio un suspiro de alivio. Dios, el culo quemaba.

—Muy bien, señorita Lopez. Has tomado tu primer castigo bien. Ahora el segundo.

Santana casi gimió. Estaba amando esto, pero al mismo tiempo no sabía cuánto más podía manejar. La estaba llevando hasta el límite.

Lo siguiente que sintió fue lo que tenía que ser la escoba siendo deslizada suavemente sobre su culo. No estaba hecha de paja, sino de algo suave, como hebras de fibra.

Se sentía tan bueno mientras ella recorría con la escobilla sobre su culo, la espalda, los muslos y, después, su centro.

Una vez más la azotó cuando comenzó a relajarse. Se quedó sin aliento por la sorpresa. La escobilla no la afectó tan gravemente como los azotes lo habían hecho, pero realzó las sensaciones en su culo, por lo que más lágrimas fluyeron por sus mejillas. Esta vez le dio un manotazo a su sexo, no tan duro como en el culo, pero lo suficientemente fuerte que se sacudió con sorpresa.

Increíblemente, se acercaba más y más al orgasmo. Se retorció bajo sus palmadas, frotando su pubis contra la piel, y tiró de sus ataduras. Un gemido trató de escapar a través de la mordaza. Un gemido de dolor, placer y excitación.

Brittany se detuvo y tiró la escobilla a un lado y se dejó caer contra la piel, relajando su cuerpo en el domo sobre el que estaba arqueada.

—Has manejado bien tus castigos. —Brittany se subió al sofá detrás de ella y sintió la aspereza de sus vaqueros contra su culo y muslos doloridos. Pero aún mejor fue la erección fria que había liberado de su pantalón que se presionó ahora contra su culo. — Ella llevaba puesto un arnes que santana no lo había percibido dentro de su pantalón.

La morena luchó contra sus ataduras, con ganas de tenerlo dentro de ella. Su centro estaba en llamas, tanto por las palmadas como por la necesidad de venirse.

Brittany se inclinó sobre ella, sus pezones podía sentirse tras su camiseta rozando su espalda, y le hizo cosquillas en la oreja con su aliento. Se sentía tan bien tener su cuerpo contra ella. Le gustaba la sensación de la ropa áspera contra su piel desnuda y movió el culo para que la rozara con el arnes.

Su voz era profunda y sensual y la hizo temblar de necesidad.

—Te has ganado un buen polvo, bebé.

¡Sí, Dios, sí!

Introdujo su juguete en su sexo y ella quería gritar en éxtasis. Pero mordió la mordaza de bola en lugar de eso y gimió.

—No te vengas sin permiso—dijo en un gruñido pero suave.

Brittany la folló duro y rápido. Se condujo dentro y fuera sin piedad, tan profundo y grueso, y tocando ese lugar dentro de ella que la estaba volviendo loca. Al penetrarla sentía como el arnes a la vez rozaba su centro cada vez mas mojado. Esta vez las lágrimas escocían en sus ojos por la necesidad de venirse. Estaba tan fuertemente restringida mientras estaba sobre la joroba que apenas podía retorcerse bajo ella.
Su cuerpo se apretó más y más fuerte hasta que ella estaba tan cerca del orgasmo, en un borde que la hizo sentir como si estuviera en la cresta de una ola antes de estrellarse contra la costa.

—Estás tan. Jodidamente. Apretada—gruñó Brittany mientras sostenía sus caderas y empujaba dentro y fuera a un ritmo alucinante. Sus vaqueros restregaban contra su culo sensible, y movió las manos de sus caderas a sus pezones, inclinándose para poder apretarlos y retorcerlos, mientras la tomaba.

Santana gimió y lloró, y luchó contra el orgasmo que estaba corriendo hacia ella. Brittany la llevó a lo largo de la cresta de esa ola, a lo largo de ella, a lo largo de ella... Todo su cuerpo empezó a temblar, su mente giraba, su piel hormigueaba.

—¡Ahora, bebé! —gritó.

Su orgasmo se estrelló contra ella con tal fuerza que sentía como si pudiera rasgar directamente las restricciones y volar.

Todo su cuerpo estaba en llamas y se resistió tanto como fue posible por la forma en que estaba clavada en el sofá y restringida. Brittany no detuvo su ritmo y ella quería gritar a medida que las olas pasaban a través de ella, una tras otra, y tras otra. Se sentía como si nunca fuera a terminar. El placer casi se convirtió en dolor porque no creía que fuera a sobrevivir otro orgasmo.

Brittany dio un grito llegando a un gran orgasmo y apretó sus pechos duros. Sus caderas se sacudieron y sólo la penetró unas pocas veces más antes de detenerse y apuntalarse apretado contra su culo.
Parecía que su cuerpo se había rendido mientras se hundía contra ella en la joroba de piel. La rubia continuó retorciendo sus pezones, causando más espasmos en su núcleo, apretando y soltando su juguete dentro de ella.

Santana gimió detrás de la mordaza de bola y sintió las restricciones sosteniendo las muñecas y los tobillos en su lugar. Le encantaba la sensación de su cuerpo sobre el de ella y no quería dejar ir este momento nunca.

No quería dejarlo ir a ella, nunca.
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Bueno espero les guste es capitulo
que piensan que pasara?
Una vez mas muchisimas gracias por leer y comentar
Besos
hasta la actu<3

por 3:) Jue Mar 06, 2014 7:56 pm

hola,...

uff,... WANKY,...
se nota que ahora si san paso el examen,.. jaajajajajaja
como siempre intenso,...
ya san no va a alejarse de britt,.. ya disfruta demasiado de los juego de britt para dejarlos,...!!!

por tatymm Jue Mar 06, 2014 8:30 pm

wwwwwwwwwwwwoooooooooooooooooooooowwwwwwwwwwwwwwww super hot!! dios estas niñas jaja aunque tiene algo morbo tmb es exitante besos!!

por micky morales Jue Mar 06, 2014 10:26 pm

vaya esto es demasiado intenso para mi gusto, entiendo que exista este tipo de placer pero .......

por Elita Jue Mar 06, 2014 11:17 pm

Esto siempre es tan Wanky, no me gustan esas practicas pero es TAN WANKY *-* es genial :)

Saludos!

por monica.santander Vie Mar 07, 2014 3:23 am

jajaj bastante interesante. Me gusto la aclaración de Britt y la idea de compartir con los hermanos!!
saludos

por raxel_vale Vie Mar 07, 2014 2:45 pm

esto esto es jodidamente intenso. ....
jajaja xD

por dorkyhemo_ Vie Mar 07, 2014 6:13 pm

holaaaa...bueno muchisimas gracias por haber seguido esta historia
fue bastante intensa porque wanky ya se queda corto
vere si la continuo en algun momento pero no creo
noticias? si, estoy continuando mi fic anterior asi que pronto volvere con mas de estas chicas
con ¿Y a ti que te importa?
espero les guste el final es mega corto, lo se pero recuerden q es una adaptacion :/
y nos leeremos pronto
gracias por leer y comentar siempre!
besos hasta la proxima<3
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Enseñanzas Peligrosas

Capitulo 10

El verano pasó demasiado rápido. Santana suspiró mientras yacía sobre la manta en Ka'anapali Beach en Maui, justo debajo de su complejo hotelero. Brittany estaba frotando aceite bronceador con aroma a coco en su espalda, prestando mucha atención a los hombros y el cuello y trabajando su magia, mientras que la masajeaba. No es que ella estuviera tensa. Con todo el sexo fabuloso, estaba satisfecha y relajada casi todo el tiempo.

Habían pasado todos los días de sus vacaciones de verano juntas. Se había quedado en su casa y habían hablado de todo bajo el sol y hecho cosas increíbles bajo la luna.

Su parte superior se desató, pero ella estaba acostada boca abajo sobre la manta, mientras Brittany trabajaba el aceite sobre su espalda. El sol era caliente sobre su espalda y sus manos eran tan talentosas.

La rubia se estaba tomando libertades, aceitando los lados de sus pechos y deslizando sus dedos por debajo para pellizcar sus pezones.

Santana se echó a reír. —Eres una profesora mala.

—Mmmm ... Ella se acercó y le murmuró al oído, —Me gustaría follarte, aquí y ahora, enfrente a toda esta gente.

Sensaciones de hormigueo bajaron por su espalda hasta el diminuto bikini de tiras que Brittany había comprado para ella. Su culo estaba completamente desnudo, pero todo bronceado por todo lo que se habían asoleado en San Diego, Los Ángeles, Tucson y ahora Hawaii, por lo que las marcas de color rosa de ser azotada en realidad no se veían. Su centro dolía y estaba humedeciendo el trozo de tela que cubría sus pliegues.

—Tienes tan buen culo, dijo mientras empezó a frotar el aceite primero en una mejilla y luego en la otra. —Estoy tan dispuesta a follarlo otra vez.

—Y estoy tan lista para ti, dijo con voz ronca, que traicionó lo mucho que lo deseaba. Otra vez.

Y otra vez. No se cansaba de ella, y parecía que la rubia opinaba lo mismo sobre ella.

Brittany pellizcó una de las mejillas de su culo dolorido por la paliza que le había dado ayer por ser una chica mala. Ella le había molestado a propósito, toqueteando su entrepierna en público sin autorización.

Ella sonrió mientras la rubia se movía hacia abajo para aceitar sus muslos y pantorrillas. Había sido sólo una excusa para azotarla y follarla duro, y le encantaba. A veces a propósito haría cosas que la metieran en problemas para que la castigara de alguna manera erótica. Incluso llegaría al clímax sin permiso sólo para meterse en problemas otra vez.

Brittany se movió de nuevo hacia arriba en su cuerpo, frotando su carne mientras movía las manos debajo de sus pechos para pellizcar los pezones. Se inclinó hacia ella y sintió el aroma de su carne caliente con el sol y el aceite de coco.

Sólo podía imaginar su cuerpo pulido deslizando uno contra el otro y sus pechos le dolían aún más a medida que ella los acariciaba.

—Vamos a volver a nuestra habitación, señorita Lopez. Dio un mordisco duro al lóbulo de su oreja y ella dio un pequeño grito. —Es hora de que te castigue por no usar nada que te cubra en la playa hoy y dejar que todos los hombres vean tu cuerpo perfecto.

Por lo general llevaba algo envuelto alrededor de la cintura para que su culo desnudo no pudiera ser visto desde que ella sólo llevaba tangas de tiras.

El dolor entre sus muslos se hizo más intenso. —Lo siento, profesora. No lo volveré a hacer.

—Demasiado tarde para eso. Ató las correas del top y luego le pellizcó el culo sensible, lo que la hizo dar un grito ahogado. —Esta vez voy a tener un nuevo castigo.

Oh Dios. No podía esperar.

Brittany le ayudó a ponerse en pie, y sus ojos eran claros y brillosos por la excitación. Con satisfacción, vio su gran humedad justo antes de que se atara una toalla a la cintura. Sacudió la arena de la manta de playa y la puso sobre su brazo, junto con su toalla, antes de tomar su mano y caminar por la playa con ella.

A medida que sus pies se hundían en la arena mientras caminaban por la playa, ella miró a Brittany y encontró su ardiente mirada.

Oh, sí, ella estaba en un paseo salvaje.

Después de haberse lavado la arena de sus pies en una de las estaciones, entró en el hotel. Era contra de las reglas caminar en un bikini de tiras sin cubrirse, y se sentía absolutamente malvada por ir contra las reglas. Se las arreglaron para llegar a los ascensores sin ser descubiertas. En tan sólo unos minutos la campana del ascensor sonó, entraron en el y Brittany pulsó el botón de la planta 25a.

La rubia la sorprendió cuando la empujó contra la pared, dejando caer todo lo que había estado llevando. —¿Qué…? — comenzó cuando se quito la toalla que llevaba puesta, sacó a un lado el trozo de material que cubría el sexo ambas, tomo su mano e introdujo dos dedos su interior mientras metia dos dedos dentro del sexo de Santana al mismo tiempo.

—Oh, Dios mío, gritó mientras se conducía dentro y fuera de ella, duro y rápido.

—Eres una provocadora, ¿no es así, Srta. Lopez?, le dijo mientras la follaba.

—Si. Oh Dios sí, profesora. — dijo Santana mientras movia sus dedos en ella.

El peligro de quedar atrapadas en el ascensor la acercó al orgasmo más rápido que nunca antes. Continuó moviendo sus dedos dentro y fuera, su respiración era fuerte y rápida mientras los pisos pasaban de largo.

—Ya casi hemos llegado, acertó a decir, refiriéndose, tanto a su piso como a su orgasmo.

—Vente, nena, exigió y llegó a su clímax con su orden.

Su canal se cerró sobre sus dedos mientras nuevas sensaciones se difundían a través de ella, las sensaciones causadas por el amenaza de ser descubiertas.

Brittany emitió un gruñido fuerte y sintió venirse sobre los dedos de Santana. Se estremeció y se retiró de ella, y luego quito su mano llevando sus dedos a la boca mientras la campana sonaba en su piso.

Sus piernas estaban tan flojas por la experiencia que apenas podía soportar mientras recogía las toallas, manta y crema solar. Fijó su tanga para que su centro no se viera, y Brittany se cubrió de nuevo con la toalla justo a tiempo para que la puerta se abra y una pareja de ancianos entrara.

Brittany tomó su mano. —Disculpe, dijo con un guiño a la pareja. Santana evitó sus miradas. Sabía que probablemente olía a sexo.

Se echaron a reír mientras corrían por el pasillo hacia su habitación, la rubia a la cabeza.

—¿Qué piensas de tu castigo, Santana?, dijo en voz baja y tierna mientras sacaba la tarjeta de acceso del bolsillo de su traje de baño y abría la puerta con ella. La arrastró y la lanzó en el interior, la inmovilizó contra la puerta cuando se cerró. Tomó su boca con un duro beso y luego levantó la cabeza y la miró. —¿Tenías miedo de ser atrapada?

Se lamió los labios húmedos y asintió con la cabeza. —Mucho.

—Bien. Presionó con más fuerza contra ella, desató la soga del top y cada lado de la tanga, tirando los pedazos de tela fuera de su cuerpo luego hizo lo mismo con su ropa y los arrojó al suelo. —Es mejor que tengas cuidado o voy a encontrar más maneras de castigarte.

Santana asintió con la cabeza y se apretó a ella. La rubia era insaciable. Y también ella.

La besó con fuerza y ferozmente, luego, el beso se hizo más sensual. Le tomó el rostro entre sus manos y besó en la comisura de su boca, sus labios viajando hasta su oreja, donde le susurró, —Tengo algo para ti.

Con curiosidad, lo siguió por la habitación del hotel de lujo. Para su sorpresa había un ramo de rosas blancas con puntas rosa, una botella de champán frío en un cubo de plata, un plato de fresas cubiertas con chocolate y un regalo. La caja era del tamaño de una tostadora y envuelto con un lazo rosa.

—¿Qué es todo esto?, preguntó, su vientre revoloteando. El aire fresco de la habitación de hotel rozó su piel desnuda mientras se movía hacia la mesa.

Se le acercó por detrás y la agarró por la cintura y apoyó la barbilla en su hombro.

—Hoy es nuestro aniversario de dos meses, desde el día que te encontré desnuda en mi oficina.

—Brittany—, dijo, con un nudo en la garganta—simplemente no puedo creer que…

—Ábrelo, dijo, sujetándola fuertemente por la cintura.

Santana se mordió el labio inferior, preguntándose qué demonios había comprado para celebrar su aniversario de dos meses. Quitó el lazo y arrancó el papel de regalo, levantó la tapa de una caja blanca. Todo lo que vio fue un papel tisú.

—Vamos, continúa, la convenció.

Comenzó a excavar a través del tisú y luego se detuvo cuando llegó a una caja de joyería de terciopelo negro del tamaño de una caja de anillo. Ella ahogó un grito mientras la levantaba del papel y la sostuvo en sus manos que temblaban tanto que no podía abrirla.

Brittany liberó su cintura para cubrir sus manos y la ayudó a levantar la tapa.

Santana golpeó una mano sobre su boca y sus ojos se abrieron. Ubicado en el terciopelo negro estaba un diamante solitario de por lo menos un quilate.

—Te amo. Le dio vuelta en sus brazos de modo que se enfrentaran entre sí. —Se que sólo han pasado dos meses, pero yo sé lo que quiero, y eres tú, nena. Podemos tener tanto tiempo de compromiso como quieras, pero di que vas a casarte conmigo.

Santana se inclinó hacia adelante y presionó su rostro contra su pecho mientras apretaba la caja. Levantó la cabeza y la miró. Por una vez parecía un poco inseguro de sí mismo y lo encontró mucho más adorable.
Sonrió, sintiendo vértigo y escalofríos, y sin poder creerlo. —Sí. Se estiró hacia arriba y apretó los labios contra los suyos. —Te amo tanto, Brittany. No pudo decir que sí lo suficientemente rápido.

Ella sonrió, tomó el diamante y le colocó el anillo en su dedo antes de arrojar la caja a un lado. Cayó a la alfombra con un golpe sordo.

Mientras la conducía hacia atrás, a la cama, cayó sobre ésta y casi rió. Se deslizó entre sus piernas y entró en un instante.

Llevo sus dedos dentro de ella, dándole la bienvenida, sintiendo tanto amor por la mujer que había deseado por meses.

La lujuria se había convertido en un amor tan profundo que lo sentía a lo largo de todo su ser.

Mantuvo el ritmo lento, haciendo el amor con ella como nunca lo había hecho antes. Sus ojos nunca dejaron los suyos, y cuando ella montó la ola de éxtasis, siguió con ella.

Una sensación de paz y felicidad se alivió a través de Santana cuando le dio vuelta en sus brazos y la sostuvo como si nunca fuera a dejarla ir.

FIN.-

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por Elita Vie Mar 07, 2014 6:51 pm

Corto, dices?
Ha estado genial, ademas de Wanky *-*
Amo los ff's super wankys y este es uno de ellos :D

El final? Mas que perfecto :3 ha tenido su toque wanky & ademas su momento romantico *-* no se puede pedir mas :D

Saludos :)

por 3:) Vie Mar 07, 2014 7:12 pm

hola,...

uff intenso como siempre,...
me encanto que se vayan a casar el final perfecto,...!!!!

me encanto el fic!!!!!

por monica.santander Vie Mar 07, 2014 7:25 pm

Que final!!!! No poda terminar de otra manera jajaaja!!!
Buenísimo!!
Saludos, espero que vuelvas pronto!!

por micky morales Dom Mar 09, 2014 9:17 pm

corto, genial y excelente, que mas se puede pedir de una historia, a veces hace falta la carencia de drama, gracias!

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