FanFic BRITTANA “The Mighty Storm” (2da Parte "Wethering the Storm) Sinopsis + Epílogo (23 de Junio 2015)

Hola……….buenas tardes a todas/os……….su apoyo a la primera parte de este fic me enorgullece y anima a continuar ….. y bueno, habiendo iniciado la segunda parte de la historia espero les guste….desde ya les digo que en algunos momentos habrá algunas dificultades que naturalmente serán superadas…….en cierta forma hasta el capítulo 11 se tendrá cierta incertidumbre por el ¿posible embarazo de Santana?..........(apuesto a que ya se dieron cuenta que es noticia confirmada jejejeje)






Confirmo que dadas mis obligaciones universitarias, personales y otras, el ritmo de actualización será de 2 veces por semana, es decir: los días LUNES (2 capítulos) y JUEVES (2 capítulos)….últimamente me hallo bastante ocupada, espero poder librarme de esta situación en unas dos semanas aproximadamente….en cuanto lo haga, volveré al antiguo ritmo de actualización (3 por cada día lunes y otros 3 por cada día jueves)……..espero puedan comprenderme





Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)








*Próxima actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….


















https://www.youtube.com/watch?v=K3hP2DLsxIU





NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “The Mighty Storm” y es de autoría de Samantha Towle (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Los Ángeles fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio, Nueva York, Los Ángeles (en pequeñas ocasiones Chicago) (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + 31 capítulos (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de Brittany, en el caso de esta adaptación); el segundo libro se compone de: sinopsis + 25 capítulos + epílogo. Esta historia es narrada desde el punto de vista de Santana (en el caso de esta adaptación) casi al 100%.......aunque en el capítulo 31 del primer libro y algunos capítulos de segundo libro podremos observar también el punto de vista de Brittany sobre algunos sucesos importantes que hacen a la historia………Espero disfruten de esta historia










Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.









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Capítulo 6
Santana…

Estoy a punto de golpearme la cabeza contra la pantalla de mi ordenador portátil cuando Adele empieza a cantarme.

Al mirar hacia abajo veo el nombre de Brittany parpadear. La sonrisa que trae a mis labios se queda allí, ya que he de responderle.

—Hola, cariño.

— ¿Cómo te va?

—No muy bien. Es increíblemente difícil escribir sobre ti, ya sabes.

—Pero increíblemente fácil de amar.

—Bueno, sí, pero eso es sólo porque tienes un cuerpo de infarto —respondo.

—Gracias, nena. Pero tú me vuelves loca con ese precioso cuerpo tuyo.

—Oigo voces en el fondo.

— ¿Estás con alguien?

—Estoy en el estudio con los chicos. Zane está aquí.

—Acabas de decir que mi cuerpo te vuelve loca enfrente de ellos —me quejo. Deja escapar una carcajada.

—Entonces sosn testigos de lo que digo es verdad, nena, tú eres tan sexy y caliente.

—Hmm —murmuro con las mejillas en llamas. Brittany puede no tener ningún problema en hablar de sexo y de nuestros cuerpos delante de sus amigas y amigos, pero yo sí.

—De todos modos, te llamaba porque Zane logró arreglar un lugar para que Vintage apoye a Raine esta noche. Su apoyo se retiró a último momento. Me preguntaba si te apetecía ir a verles.

Raine es una banda indie de gran éxito en Los Ángeles con masivos seguidores locales. Vintage es la banda que apoyó TMS en el Madison Square Garden, los que ganaron el concurso de radio. Me encanta como suenan y le mencioné a Brittany que creía que definitivamente tenían algo. Escuchó alguna de sus canciones, no les había prestado atención en el concierto por muchas razones, pero le gustó lo que escuchó, por lo que envió a Zane a Nueva York para comprobarlos mientras estábamos de vacaciones.

Zane los adoró y les ofreció un acuerdo en el acto. Ahora han firmado el contrato y están en Los Ángeles para grabar su primer álbum.

Me gusta el hecho de que yo haya señalado su potencial a Brittany y que ella me haya escuchado. Me encanta que se preocupe por mis opiniones sobre estas cosas.

— ¿Me estás preguntando si quiero ver en vivo una banda a la que te animé a contratar? Hmm, déjame pensar...

— ¿Te recojo a las siete? —dice riendo.

— ¿No vuelves a casa primero?

—No, tenemos un buen flujo en este momento, consiguiendo nuevo material. Me ducharé y me cambiaré en el estudio y luego iré y te recogeré.

—Pensando en ello, ¿por qué no le pido a Finn que me lleve al show y te encuentro allí? Él irá de todos modos, ¿no es así? Por lo tanto, tiene sentido.

A pesar de que las cosas no son tan "seguir por todas partes a Brittany" en su loco abanico en L.A., ella aún mantiene a Finn o a Ben con nosotras cuando salimos. Sin embargo, tengo el presentimiento de están a nuestro alrededor más por mí que por ella. Creo que se preocupa por mi seguridad.

—Sí, está bien, buena idea —Britt está de acuerdo.

Brittany me dice donde es el espectáculo, así que anoto la dirección y cuelgo. Me quedo en mi ordenador durante unos minutos más, luego lo cierro con un suspiro. Me dirijo a mi vestidor para ver qué llevaré esta noche.






Estoy sentada en la parte trasera del auto y Finn nos está llevando al lugar. El espectáculo es en algún club de la cadena en el centro de Los Ángeles.

Tomando un espejo de mi bolso, reviso mi pelo y el maquillaje. He optado por el pelo rizado levemente, ojos ahumados oscuros y brillo de labios de color rosa. Pensé que el maquillaje debía coincidir con el resto de mis prendas. Estoy usando mi nueva minifalda negra y el top blanco con el hombro fuera, es de tela de gasa.

Como mi top deja un hombro libre evité utilizar alguno de mis nuevos sujetadores de encaje, y en su lugar llevo un sostén blanco con suaves detalles sobre el mismo, que cubre todas las partes importantes. Sobre mis pies estoy usando mis nuevos Christian Louboutin, de punta abierta, con tacones negros tachonados. Son sexys. Sé que Brittany los aprobará.

Finn aparca el auto en la parte trasera del lugar, en la zona de aparcamiento reservado. Veo el Aston Martin de Brittany.

Salgo del auto y sigo a Finn hasta la puerta de metal, que lleva a la entrada trasera del club. Él golpea su puño un par de veces.

Un hombre corpulento abre la puerta y saluda a Finn, lo conocen bien.

Finn me hace un gesto a través de la puerta, entonces le sigo. Me lleva por un pasillo, a través de una puerta y luego otra y luego estamos en el club.

Mirando a la izquierda veo a la gente instalándose en el escenario, preparándolo para Vintage, quienes deben tocar en menos de una hora. Hay música sonando, proporcionada por el DJ local, y las personas están ya en la pista de baile.

Veo a Brittany parada en el bar, bebiendo una botella de cerveza, luciendo siempre magnífica, vestida con su camiseta azul de Led Zeppelin "Song Remains the Same", jeanss rasgados y botas de moto negras.

Se ve tan caliente como el infierno. Y ella es toda mía.

Ben está de pie a un lado de la barra, con lo que parece ser un refresco. Dejándome, Finn va a reunirse con ella.

En el bar con Brittany hay un tipo rubio. Un chico muy guapo. Él parece ser de la misma altura que Brittany y está usando una camisa Oxford blanca, que se rellena sin ningún problema y pantalones grises. Él grita sofisticación urbana, en contraste total y absoluto con Brittany, con su imagen de chica mala de estrella de rock.

La cara de Brittany se ilumina cuando me acerco. Entonces veo que sus ojos se mueven hacia abajo por mi cuerpo y el ceño fruncido estropea su rostro perfecto.

Oh, no. Odia mi vestuario.

Sintiéndome instantáneamente cohibida, meto mi bolso bajo el brazo, paso mis manos por mi falda y retomo mi ritmo hacia ella.

—Oye —le digo cuando le alcanzo.

Britt desliza su mano alrededor de mi cintura. Acercándome, me planta un beso en los labios.

—Odias mi ropa —susurro bajo su boca.

—No, odio que todas las personas en este lugar puede ver tus pechos a través de él —gruñe, besándome una vez más antes de soltarme.

Mierda. Pensé que tenía buena pinta. Supongo que no.

En cuanto al hombre a su lado, Brittany dice:

—Santana, me gustaría que conocieras a Zane. Él es el vicepresidente de la disquera. Zane, esta es la futura señora Pierce.

Zane sonríe. Ardientes ojos de color chocolate se encuentran con los míos.

—Encantado de conocerte al fin, Santana. —Él ofrece su mano—. He oído mucho de ti. Toma mi mano, la levanta a los labios y me besa.

—Espero que fueran cosas buenas —le digo con la boca seca y deslizo una mirada en dirección a Brittany.

—Todo halagador. —Zane sonríe, libera mi mano—. Eres tan hermosa como Brittany ha descrito.

Pero no con esta ropa esta noche, al parecer.

Zane es suave. Muy suave. Pero no de una forma viscosa. Más de un “soy practico llevando a las mujeres a la cama y se marchan muy satisfechas”. El hombre grita confianza y sexo increíble. Al igual que Brittany.

— ¿Dónde diablos has estado? —Brittany dice sobre mi cabeza. Me vuelvo y veo a Puck paseando hacia nosotras.

—En ninguna parte. Hey, Santana —dice, volviendo sus ojos hacia mí—. Linda blusa. Sus ojos parpadean hasta mi pecho, deteniéndose más tiempo del necesario.

—Deja de mirar a los pechos de mi novia —amenaza Brittany.

Mierda. Gracias, Puck.

—Hey, soy un chico... —protesta— y si ellos están en primer plano, ¿qué esperan que haga? Estás impresionante, Santana, en serio impresionante. Estoy muy contento de que decidieras mostrarlas esta noche. Realmente deberías hacerlo más a menudo.

— ¿Quieres que te rompa la cara? —Brittany dice, medio en broma. Al menos creo que es así.

Cogiendo mi bolso para cubrir mi pecho, digo:

— ¿No tienes mejores cosas que hacer, Puck? Como encontrar tu próxima bolsa de comida para llevar a casa, en lugar de mirar fijamente algo que nunca podrás tener.

— ¡Oro! ¡Duro! —Puck golpea su mano sobre su corazón.

—Me gustas más y más a cada minuto, Santana. —Zane me sonríe—. ¿Qué quieres beber?

—Voy por ello —dice Brittany—. ¿Lo de siempre, nena?

—Sí, por favor.

—Puck, ¿quieres una cerveza?
Dándoles la espalda a los chicos, hecho un vistazo alrededor del club. Es un lugar agradable. Un poco sucio, pero sin duda un lugar donde podría pasar el tiempo.

Me doy cuenta de que hay muchos ojos mirando en nuestra dirección. Sobre todo a Brittany. Bueno, todos a Brittany. La mayoría de ellas ni siquiera tienen la decencia de mirar hacia otro lado cuando ven que los he atrapado mirando a mi futuro esposa.

Sutil.

—Gracias —le digo mientras Brittany me entrega mi margarita.

— ¿Así que ella te dejó escapar? —escucho a Zane diciendo a Puck.

—No.

—El hecho de que vuelvas allí para probar suerte con ella y que esté aquí con nosotros, sin duda dice que lo hizo, amigo —Brittany dice con una sonrisa.

—Nunca dije que fui a probar suerte. Fui a ofrecer mi apoyo.

Brittany se ríe.

—El único apoyo que le has estado ofreciendo fue contra la pared.

— ¿Qué es esto? —le digo, tomando un sorbo de mi bebida—. ¿Puck fue rechazado por una mujer? —Le dirijo a Puck una mirada de asombro en gesto de burla.

—Sí —responde Brittany, abriendo mucho los ojos—. Trató de entrar en los pantalones de Lyla y siendo la chica inteligente que es, ella lo apagó como una vela.

Lyla es la bonita cantante de Vintage y al parecer, una chica muy inteligente, por cierto.

—Cállate, rubia, ella no me dejo. Debería haber intentado algo para que eso sucediera. No es que nunca fuera a suceder. Las mujeres no pueden decirle no al chico.

—Wow, hombre, en todos los años que te conozco, nunca has tenido a una chica que te dijera que no —dice Brittany, haciendo caso omiso de la actitud defensiva de Puck—. Espera a que Quinn escuche esto —ríe—. En realidad, debo llamarla ahora.

Britt coge su teléfono.

— ¡Por el amor de Dios! —Puck gime, tomando su cerveza.

Zane le da una palmadita en la espalda, mantiene una cara seria.

—No te preocupes, hombre, le pasa a los mejores. Nunca a mí, pero lo siento totalmente por ti. —Zane se ríe.

—Me gusta Lyla —le echo una mano. Voy por el anterior comentario idiota—. Parece una gran chica. Realmente atractiva. Inteligente. Vergüenza para ti, Puck, que te dejen de esa manera.

Sonrío hacia él.

— ¡Jesucristo! Están volviéndome loco. Ella era un imposible. No me esfuerzo por una mujer. No lo necesito. Hay muchas dispuestas a venir conmigo. —Señala con la cabeza en la dirección de algunos curiosos—. En ese sentido, los atraparé más tarde, ya lo verán. Santana —dice, los ojos van directamente a mi pecho— un placer, como siempre. Espero verte con esa blusa de nuevo, pronto.

—Vete a la mierda, Puck —se quiebra Brittany.

Con una sonrisa, Puck le guiña un ojo a Brittany y se dirige en la dirección de las chicas que lo esperan.

Necesitando un respiro, le pregunto a Brittany,

— ¿Dónde está el baño?

—A través del arco.

Mis ojos siguen hacia donde señala su dedo. Pongo mi copa en el bar, coloco un beso cariñoso en sus labios y voy al cuarto de baño.

Simplemente me he sentado en el inodoro para hacer pis, cuando oigo que entran en el cuarto de baño, riendo y hablando.

—Oh, Dios mío, ¿has visto lo que lleva puesto?

—Lo sé. Se ve como una prostituta. Se ve a través de la parte superior y ¿qué pasa con esa falda? Pensé que las faldas de cuero habían terminado con Pretty Woman.

Miro hacia mi falda de cuero, que actualmente está puesta alrededor de mis muslos y mi cara empieza a sonrojarse.

—Ella está tan totalmente fuera de liga con Brittany. ¿Cómo diablos hizo para lograr obtener un anillo en su dedo? Nunca lo sabré. Definitivamente no por su feo rostro. Tal vez tiene una vagina mágica. —Ella se ríe a carcajadas de su propia broma.

Giro mi anillo de compromiso en mi dedo.

—He oído que crecieron juntas —la otra chica dice— y que al parecer era su gran momento. Siempre lo ha sido. Ella es el amor de su vida y es por eso que nunca se estableció con nadie. O al menos eso he oído.

—Sí, bueno, lo que sea. Es de Brittany S. Pierce de quien estamos hablando. Ella podría tropezar con el “supuesto amor de su vida” ahora, pero dale un par de semanas y ella se irá.

— ¿Eso crees?

—Seguro. Si Brittany va a sentar la cabeza, no será con alguien como ella.

— ¿Tú? —la segunda se ríe.

—Britt no dejó de venir por más, ¿verdad? Me dijo que yo era el mejor polvo que había tenido nunca. Viniendo de ella, me lo tomé como un gran elogio. Apuesto a que todavía estaría dispuesta.

— ¿Eso crees? Por lo que sé, actualmente está jugando con la tarjeta monógama. Nunca mira a otra mujer. Llamó a Cherie Walters de nuevo el otro día y no fue demasiado amable al respecto, por lo que he oído.

—Sí, bueno, Brittany no pudo decirme que no a mí. Sobre todo después de estar de en su oficina, haciéndole el amor de una forma salvaje.

Voy a vomitar.

—Sabía que la estabas viendo, ¿pero lo hicieron en su oficina? Eso es clase. —Ella se ríe.

—Fui a verla un día a su oficina, vistiendo sólo ropa interior debajo de mí abrigo y entonces nos entregamos a nuestros instintos. Entonces ella me folló hasta perder la cabeza.

Oh Dios. Cierro los ojos y pongo mi cabeza en mis manos.

—Eres tan mala. —La otra se ríe.

—Tal vez vaya a ofrecerle mis servicios ahora, si esa morena desabrida no está a su alrededor.

Oigo un beso de sus labios y luego el clic del cierre de un bolso.

—Estoy segura de que será un polvo rápido con la espalda contra la pared. Si no es así, podría hacerle una visita en la oficina en la mañana.

Ruido de tacones alejándose de mí, entonces escucho la puerta que se cierra de golpe.

Todo mi cuerpo está temblando. Mi cabeza punza. ¿Por qué no me levanté e hice acto de presencia?

Ahora ella va a ir allí y le hará la propuesta a Brittany mientras estoy aquí como una idiota con mis bragas alrededor de los tobillos.

Lágrimas calientes pican mis ojos.

No llores. Ni se te ocurra llorar, Santana López, por un par de zorras.

Son momentos como estos en que desearía que Rachel estuviera aquí. Yo sé que ella hubiera salido y abofeteado a esas estúpidas.

Normalmente hubiera dicho algo. Pero sé por qué no lo hice.

Porque ¿qué podía decir? Sí, Brittany había sido una seductora de lo peor, pero ya no. Ellas se habrían reído de mí.

Sinceramente, una parte de mí teme que todavía eso este en Britt. Que un día, yo no sea suficiente para mantenerla a mi lado.

Obligo a mis lágrimas a retirarse, mi cara ardiendo por la vergüenza de mi cobardía, termino con el inodoro, me lavo las manos, me estiro y regreso de nuevo al club.

Cuando vuelvo, miro por la sala y veo a Brittany todavía en el bar. No veo a Zane, y Brittany está hablando con una rubia despampanante. Piernas hasta el cuello, falda allí para reunirse con ellos.

La bilis se levanta hasta mi garganta, junto a un golpe de rabia intensa.

Estoy a punto de marchar hasta allí y dar a la rubia vagabunda un largo discurso, cuando oigo mi nombre, alguien me llama desde atrás.

Volviéndome, veo a una de mis viejas amigas del instituto, Jessica Dunn.

Oí que ella había venido a América para trabajar en una revista. A pesar de que estoy enojada en este momento, una sonrisa aún cruza mi cara por ver a alguien de casa.

—Jessica. —Me dirijo a ella.

—Santana López —dice sonriendo—. Mírate. ¿Cómo demonios estás?

Ella me envuelve en un abrazo. Al instante me invade un fuerte olor a alcohol.

—Estoy bien. Genial, en realidad, gracias. ¿Cómo estás? —le digo, dando un paso atrás de su abrazo.

—Estoy muy bien. Mucho mejor al verte. He oído que te mudaste aquí con Brittany S. Pierce, de todas las personas.

—Sí. —Levanto mis hombros levemente, mis labios quedan en una sonrisa.

Realmente no quiero hablar de Brittany en este momento.

— ¿Dónde está la estrella de rock? —pregunta Jessica, mirando a su alrededor. — Me encantaría conocerla.

No quiero señalar que Brittany está en el bar con una rubia de piernas largas, especialmente a Jessica, que siempre está atenta para una historia. Le digo:

—Oh, Britt está ocupada en este momento. La conocerás en la oficina.

—Claro... me la tendrás que presentar más tarde. —Toma un sorbo de su bebida, lo que parece ser whisky—. ¿Qué te trae por aquí esta noche? —pregunta.

—Apoyando al grupo que tiene un contrato con el sello de Brittany. ¿Qué hay de ti?

—Trabajo. Estoy haciendo un reportaje sobre Raine.

—Bien, bien. —Muevo mis pies, distraída.

Quiero ver a Brittany y la rubia, que, por lo que puedo mirar sobre el hombro de Jessica, está coqueteando descaradamente con todo el cuerpo, pero no quiero ser grosera.

—Si Brittany está ocupada con el negocio ahora mismo, ¿qué tal si te hago compañía hasta que acabe? ¿Quieres bailar? —Inclina la cabeza en dirección a la pista de baile. Veo sus ojos parpadeando sobre mi pecho.

Lanzaré este top a la basura cuando llegue a casa.

—Um...

Realmente no quiero bailar. De hecho, me gustaría bastante ir a casa, para ser honesta. Se me escapa otra mirada sobre el hombro de Jessica a Brittany. Brittany le dice algo a la rubia, y ella echa hacia atrás la cabeza y se ríe, poniendo su mano sobre su pecho.

Tengo un recuerdo de París y de la pelirroja. La pelirroja besó a Brittany delante de mí para regresar conmigo por no romper con Alice, después de que Britt me lo suplicó.

Los celos me ponen al rojo vivo como un hierro candente. Aprieto los dientes.

— ¿Sabes qué? Me encantaría bailar —le digo a Jessica a través de mis dientes.

Jódanse Brittany y su rubia... y todas sus malditas conquistas para el caso.

Saco la correa de mi bolso, lo cuelgo sobre mi hombro. Jessica deja su bebida y tomando su mano tendida, dejo que me guié a través de la multitud hacia el centro de la pista de baile.

Comenzamos a bailar por separado, pero no pasa mucho tiempo antes de que Jessica se mueva más cerca.

—Te ves muy bien esta noche —dice Jessica, inclinándose a mi oído—. Pero siempre lo estás.

Siento su brazo alrededor de mi cintura.

Mierda.

Me tenso en su abrazo.

Brittany no estará feliz si ve esto.

¿No es ese el punto?

—Gracias, a ti también. —Me alejo de ella, pero siento su control sobre su abrazo de nuevo, me sostiene en el lugar y comienza a bailar conmigo, apretando sus caderas cerca de las mías.

Ugh.

Ni siquiera es una buena bailarina. Tratando de no temblar ante sus torpes movimientos de cadera, mientras me mira a los ojos con fuerza, trato de averiguar una manera de salir de esto. Soy una idiota a veces.

Estoy en la pista de baile con una amiga ebria que solía estar enamorada de mí en la secundaria, en un pobre intento de darle celos a Brittany, mientras que Brittany probablemente no sea inteligente y se haya ido con la perra rubia a la parte posterior de la sala, sin que yo le importe un cuerno.

Ahora me siento mal y sólo quiero ir a emborracharme y mandar al diablo a Brittany y su ocasional conquista. Simplemente no estoy segura de en qué orden.

Estoy a punto de zafarme del agarre de Jessica y darle mis excusas, cuando siento de repente que la arrancan de mí.

Mis ojos se abren grandes al encontrar una Brittany de muy mal aspecto mirándome y una muy confundida Jessica tratando de enderezar su camisa.

— ¿Qué demonios...? —Jessica dice, entonces veo que su rostro cambia a asombro cuando se da cuenta de que Brittany sólo la sacó de encima.

—Pensé que estabas en el baño —Brittany me dice, ignorando a Jessica. Suena realmente cabreada.

De pie, digo:

—Estaba. Entonces decidí venir a bailar.

— ¿Y no crees que primero tienes que venir a verme a mí?

— ¿Qué? ¿Tengo que pedirte permiso para bailar? —Estrecho mis ojos hacia Britt—. Y de todos modos, te veías ocupada.

—Nunca estoy demasiado ocupada para ti. Deberías saberlo a estas alturas. —No hay nada bueno en su tono.

Es en ese punto cuando Jessica decide subir el tono.

—No quise faltarle el respeto —dice Jessica—. Conozco a Santana desde hace mucho tiempo. Nos conocimos allá por Lima, en el instituto.

Brittany se pone rígida. Se vuelve hacia ella y se queda más bajo del par de centímetros de la cara de Jessica.

— ¿Dices no faltarle el respeto, pero tenías tus manos sobre mi chica?

Jessica levanta sus manos en defensa.

—Sólo estuvimos bailando. —Pero la sonrisa en su cara dice algo completamente distinto.

Hace que mi cuerpo se ponga rígido.

El rostro de Brittany se endurece. Me preocupo por un segundo que ella vaya a hacer algo estúpido.

—Nos vamos. —Brittany me agarra del brazo y me empieza a alejar.

—Hey, rubia, tómalo con calma —Jessica pone la mano en el hombro de Brittany.

Sé al instante que ha hecho las cosas mal. Rápida como un rayo, Brittany agarra el brazo de Jessica, la gira de nuevo y la baja, lo que obliga a Jessica a doblarse bajo la presión. Entonces Brittany la empuja lejos, casi arrojándola a través de la pista de baile.

La muchedumbre rápidamente se divide, personas que se encontraban en el camino, ven caer a Jessica en la dura pista de baile.

Finn y Ben están a nuestro lado en un instante. Ben es rápido llega a Jessica en el suelo y la pone de pie.

—Yo estaba bailando con ella —grita Jessica, claramente no había aprendido cuándo dejar de hablar.

Entonces veo una sonrisa en su rostro. Como si estuviera realmente tratando de enajenar a Brittany.

—Es una vieja amiga.

—Era una amiga —dice Brittany, dura y fría, dando un paso hacia ella—. Ya no más. Mantendrás las manos lejos de mi chica y si alguna vez te veo cerca de ella otra vez, no vas a conseguir levantarte del suelo la próxima vez.

Una sonrisa se inclina hacia los labios de Jessica.

— ¿Es una amenaza?

Brittany aprieta su mandíbula y deja los puños a sus costados.

—Más bien una promesa.

Finn está entre Brittany y Jessica, yo no podría estar más agradecida.

—Vamos —Finn insta, presionando su mano contra el brazo de Brittany.

Empiezo a realizar movimientos con ganas de salir de aquí. Brittany da un paso atrás, moviéndose conmigo, cuando Jessica dice en voz alta:

—Llámame, Santana.

Brittany se mueve tan rápido, que es casi un borrón. Por suerte, Finn es más rápido y se apodera de ella antes que pueda causar algún daño. He visto lo que Brittany puede hacer cuando se pierde. Y alguien como ella no puede ser una chica de palizas en los clubes.

Especialmente con los periodistas.

Ya no quiero ser parte de la escena que he causado, agacho mi cabeza, empiezo a caminar y me dirijo rápidamente a través de la multitud, en dirección a la salida. Brittany me alcanza cerca de la puerta.

Agarra mi brazo, me da un tirón hacia atrás, girándome hacia ella.

— ¿A dónde vas? —suena sin aliento y con rabia.

—A casa —afirmo con dureza. Todavía estoy enojada con ella por coquetear con la rubia y por lo que he tenido que escuchar en el cuarto de baño. Y también por la escena que causó con Jessica. Sé que me equivoqué en bailar con Jessica por la razón que lo hice, pero Britt no tenía que reaccionar de la forma en que lo hizo.

Trato de sacar mi brazo de su mano, pero es imposible.

— ¿Qué demonios te pasa? —Brittany estaba enojada.

— ¿Yo? ¿Qué demonios te pasa a ti? Sólo estaba bailando con ella, ¡por el amor de Dios!

—Bailando —deja escapar una risa cáustica—. Parecía que estaba a punto de follarte allí mismo en la pista de baile. Y no la estabas frenando exactamente.

— ¡Que te jodan, Brittany! ¡Puedes seguir hablando con tus putas dispersas a la izquierda, derecha y centro, en mi cara toda la noche! Estoy muy disgustada por oír una conversación privada sobre cómo una de tus putas te hizo suya en tu oficina. Oh sí, y entonces te la tiraste encima de tu escritorio.

Se ve confundida. Está desfigurada por la ira, lo que la convierte en una Brittany con miedo al futuro.

—Pude escuchar toda la conversación mientras estaba sentada en el inodoro, acerca de sus actividades. Ellas no sabían que yo estaba allí, —agrego aclarando—. Pero tuve que escuchar que no soy lo suficientemente buena para ti y cómo iba a ir a la oficina mañana para ofrecerte sus servicios.

— ¿Quién? —pregunta, con voz dura.

— ¿Han habido tantas con las que has follado en la oficina que no sabes quién era?

—Sí. —Su tono es bajo y frío y absolutamente desgarrador.

—Me enfermas. —Lloro, mis ojos se llenaron de lágrimas—. ¿Qué pasa con la rubia? ¿Es una de las conquistas de oficina también? ¿O simplemente lo haces con ella en la casa?

Se ve confundida otra vez.

—La rubia en el bar, te vi coqueteando con ella ¿La has follado también?

—No estaba coqueteando con ella. Esa es Dina. Trabaja para mí. Es manager de Vintage.

—No has respondido a mi pregunta.

— ¿Tengo que hacerlo?

— ¡Sí! —le grito. No me importa que me escuchen—. Quiero saber si te la has follado también.

Sus ojos se oscurecen.

—No, no lo he hecho.

—Sólo a cada una en L.A., entonces.

Da un paso hacia atrás, apoyada en la pared.

—Sabías lo que había en mi vida cuando comenzamos a salir, Santana. No actúes como si esto fuera una sorpresa ahora. —Se frota la cara con fuerza—. ¿Alguna vez vas a ser capaz de superarlo? —pregunta. Su voz es más suave, pero grave.

Mi ira se marchita.

Envuelvo mis brazos alrededor mío.

—No lo sé. —Niego con la cabeza, mirando hacia abajo. Después de un instante, digo: —Y si no puedo, ¿dónde nos deja esto?

—Justo donde estamos pero tenemos que encontrar alguna manera para que puedas ser capaz de hacer frente a mis errores pasados.

Alejándose de la pared, da un paso más cerca de mí.

—Nunca te he dado motivos para dudar de mi fidelidad hacia ti.

—Aparte de la chica que encontré en tu cama en Boston.

Mierda. No debería haber dicho eso. Pero ya es demasiado tarde. Sé que he tocado el botón equivocado.

Se le oscurece la cara, me lleva un paso atrás.

—Fuera de nosotras, creo que soy la que tiene más motivos de preocupación, no tuviste exactamente problemas para saltar de la cama de Alice directamente a la mía voluntariamente. Entonces, ¿quién puede decir que no vas a hacer exactamente lo mismo que yo?

Siento que Britt me ha abofeteado. Duro. Repetidamente. Una y otra vez.

Me quema la cara. Mis ojos arden. No puedo contener las lágrimas que se escapan de ellos. Sin decir una palabra o dirigir una mirada, voy a la salida.

—Lo siento. —Britt se apodera de mí desde atrás. Envolviendo sus brazos alrededor de mí con fuerza, su pecho presiona contra mi espalda y sus labios están contra mi oído. Me congelo en su abrazo.

—Lo siento mucho. No debería haber dicho eso. No quise decirlo. —Suspira, y siento unos calores momentáneos sobre mi piel fría—. Sólo que verte bailar con esa antigua amiga tuya esa canción, de todas las canciones...

Mis oídos se vuelven inmediatamente alerta a la canción que está sonando en el club, Beyoncé, “Sweet Dreams”. La canción que Brittany y yo bailábamos en el club en Copenhague. La noche que fue nuestro comienzo.


¿Acaso inconscientemente bailé esta canción con el propósito de hacerle daño?


—Quiero ir a casa —le digo en voz baja. La vergüenza y la confusión corren a través de mí. Y en este momento no estoy muy segura de a qué casa me estoy refiriendo.

Su cuerpo se pone rígido.



—Te llevaré —dice, liberándome.

Capítulo 7
Santana…

Hemos estado conduciendo un rato, sin hablar, sólo con la música haciéndonos compañía. Brittany no va en dirección a la casa. Quiero preguntarle dónde me lleva, he querido preguntarle hace un rato, pero no quiero ser la primera en romper el silencio. Odio cuando peleamos así.

Ni siquiera tuvimos la oportunidad de ver tocar a Vintage. O decir adiós a Zane. Apuesto a que piensa que Brittany y yo estamos locas por estar juntas.

En muchos sentidos lo estamos.

Brittany hace un giro repentino hacia un camino poco delineado de árboles y presiona una llamada en su teléfono, que está enclavado en el manos libres.

La voz de Finn llena el auto.

— ¿Está todo bien?

—Espera en la parte superior. Asegúrate de que nadie viene por aquí.

Brittany cuelga el teléfono.

Ni siquiera me había dado cuenta de que Finn nos seguía. Tiene sentido, siempre está a un solo paso por detrás de Brittany.

Llegamos a un claro que se abre a una vista panorámica desde un acantilado de Los Ángeles. Incluso es mejor que la vista en casa.

Todas las brillantes, centelleantes luces de la ciudad de Los Ángeles están ante nosotras. O más como la ciudad del pecado de Brittany.

Una ciudad a la que no estoy totalmente segura que pertenezco. Brittany apaga el motor pero deja la música sonando.

—Vengo aquí cuando necesito pensar —dice sin mirarme.

— ¿Necesitas pensar ahora? —pregunto, volviéndome hacia ella, con mi corazón latiéndome fuerte.

Encuentra mis ojos en la oscuridad.

—No. Pero tenemos que hablar.

Brittany sale del auto sin decir una palabra, y hago lo mismo.

La encuentro cerca de la parte delantera del auto, está apoyada contra él, con las piernas cruzadas delante y los brazos doblados sobre su pecho.

Me pongo a su lado, dejando un hueco. El hueco de nuestra pelea. Envuelvo mis brazos alrededor de mí.

—Lo que pasó en el club va a estar en las noticias de mañana —no es una pregunta, ya conozco la respuesta.

—Sí.

Mierda.

—Y estoy bastante segura de que recibiré una llamada de la policía pronto, también.

Eso llama mi atención.

— ¿Por qué?

—Porque va a presentar un cargo por asalto.

—Pero no le pegaste.

—No, pero la tiré al suelo.

Jessica estaba en pos de una historia. Es por eso que siguió presionando a Brittany. Es mi culpa. Esa probablemente sea la razón por la que me invitó a bailar en primer lugar. Soy una idiota.

—Lo siento —susurro—. ¿Qué vas a hacer?

—Pagarle para que retire los cargos.

— ¿En serio? —Me quedo boquiabierta.

—El dinero hace que todo desaparezca, Santana.

—Excepto nuestros problemas. —Suspiro.

—Sí, todo menos eso. —Despliega sus brazos, apoyando las manos en el auto.

Quiero tocarla, abrazarla, me está matando no hacerlo, pero siento que no puedo en este momento, y no estoy del todo segura de por qué.

— ¿Por qué no nos llevaste a casa? —pregunto en voz baja.

—Porque quiero que nuestro hogar esté lleno de recuerdos felices, no de nosotras peleando. Crecí en una casa donde las discusiones eran un hecho cotidiano, y confía en mí, las peleas se adhieren a las paredes de las casas como pegamento. No quiero eso para nosotras. —Arrastra sus manos por su pelo, colgándolas de la parte posterior de su cuello, dejando escapar un suspiro—. Pensé que al adquirir la nueva casa haría las cosas más fáciles para ti, pero este lugar está cubierto de cada error que cometí antes de que volvieras. —Hace un gesto con su mano abierta a la ciudad de abajo—. Y aparte de dejar L.A., no sé qué más hacer para que sea más fácil para ti.

Suena desesperada. Derrotada. Odio escucharla así.

Pero ahora, después de los acontecimientos de esta noche, dejar Los Ángeles es una cosa que haría felizmente. Alejarme del pasado de Brittany, volver Lima, Ohio juntas, y construir una vida juntas allí... pero su negocio está aquí, y no puedo pedirle que deje eso atrás.

—Yo tampoco —murmuro en respuesta, masticando la uña de mi pulgar.

—No quiero perderte por quien solía ser. —Su voz es apenas un susurro.

—No quiero perderte, tampoco.

Sin mirarme, se acerca y toma la mano de mi boca. Sosteniéndola, entrelaza nuestros dedos.

Mi piel se quema ante su toque.

—La ironía —dice— es que somos celosas porque nos amamos tanto. Dios, Santana, cuando vi las manos de esa tipa en ti, perdí la cabeza. Sólo la idea de alguien más cerca de ti, tocándote... me vuelve loca. No puedo ser objetiva cuando se trata de ti. No es racional, lo sé. Pero es lo que es, y no puedo cambiarlo.

—Al igual que yo no puedo cambiar eso cuando salimos, estoy buscando por la habitación, preguntándome cuál, si no todas, las mujeres con las que has tenido sexo.— Mi aliento se atasca en mi pecho. Solo decir las palabras me corta hasta el hueso—. Honestamente, no sé cómo superarlo —agrego en voz baja.

Dejándome, Brittany se retira del auto y camina hacia el borde del acantilado.

Me quedo mirando su silueta recortada, y por ese momento, Brittany es una figura solitaria.

Me pregunto qué está pensando.

Dios, espero que no esté pensando que la única solución es que nos separemos. Sé que acaba de decir que no quiere perderme, pero ¿qué si siente que todo es demasiado para ella? ¿Qué no hay otra manera?

No podemos romper. No podemos.

— ¿A dónde vamos desde aquí? —Mi voz es tranquila, sabiendo que hemos llegado a una encrucijada. Una que no vi venir.

El dolor en mi pecho es insoportable. Siento como si me estuviera aplastando bajo el peso de mi peor miedo hasta ahora.

Si dice que terminamos, le rogaré.

Brittany se vuelve hacia mí, con determinación en su rostro.

—Bueno, romper no es ni siquiera una opción, si es eso lo que estás pensando.

Niego con la cabeza. Las lágrimas están empezando a empañar mis ojos.

Se acerca a mí. Tomando mi cara entre sus manos, la mirada fija en mí y susurra:

—No voy a perderte, jamás. Sé que lo arruino con regularidad, pero no puedo separarnos de ninguna manera.

—No lo arruinas con regularidad.

—Cometí un error esta noche.

¿Qué? Oh Dios. No.

No quiero saber. No quiero saber.

— ¿En serio? —Trago.

—Sip. Un gran error. No te dije lo increíblemente hermosa que lucías en el instante que te vi esta noche. Estaba tan malditamente preocupada porque otras personas te miraran, que hablé antes de pensar y te hice sentir cohibida en lugar de hacerte sentir tan hermosa como eres. —Acaricia su pulgar sobre mi mejilla.

Dejo escapar el aliento que estaba conteniendo.

—Lo siento, fui una bruja esta noche —susurro, retirando mis ojos de los suyos—. Sólo escuchar esas mujeres hablando de ti de esa manera, me tomó desprevenida. Luego salí del baño y te vi hablando con Dina. Me sentí toda desgarrada por dentro. Supongo que sí, bailé con Jessica para que te enfurecieras. —Mordiéndome el labio, la miro de nuevo—. Lo siento. En serio.

Presiona sus labios en mi frente.

—Me gustaría poder regresar todos esos años, de modo que no tuvieras que vivirlos ahora —dice sobre mi piel, su cálido aliento calmándome—. Pero te lo juro, no soy más esa persona. Te pertenezco, como a nadie antes. Me tienes en los momentos importantes. —Tomando mi mano, la apoya encima de su camiseta, sobre su corazón—. Tienes esto en la palma de tu mano. Eres la única mujer que alguna vez lo ha tenido, y siempre lo harás. Te pertenezco, Santana.

—Tú eres mi dueña también. Completamente.

Brittany mira hacia mí, sus ojos se mueven rápidamente a mis labios, y siento de repente una carga caliente encenderse entre nosotras. Como si la ira de esta noche hubiera estallado y se convirtiera en furiosa tensión sexual. No sé quién se mueve primero, pero de repente nos estamos besando, como nunca nos hemos besado antes.

Es descoordinada y desesperada. Sin ternura. Esto es duro, estamos hambrientas por besar a la otra. Bocas deslizándose sobre la de la otra. La mano de Brittany se apodera de mi cuello. El pulgar contra mi garganta, inclina mi cabeza hacia atrás, dándole un mejor acceso. Su lengua se está hundiendo profundamente en mi boca y me encanta.

Estoy a punto de trepar por su cuerpo tratando de acercarme más a ella. Mis manos están en todas partes.

La boca de Brittany se retira de la mía, baja por mi cuello, mordiendo y chupando. Lanzo un gemido y me oprimo contra su cuerpo, deseándola con desesperación.

Su mano se mueve hacia abajo, trazando la copa de mi sujetador a través de la tela transparente de mi top.

Llevo mi mano más abajo, acariciándola a través de sus jeans. Brittany gime y se empuja a sí misma en mi mano.

Estoy a punto de abrir su cremallera, cuando da un paso atrás, rompiendo el contacto. Mi corazón está latiendo y casi salta fuera de mi pecho cuando ella dice:

—Quítate la ropa, cariño, y siéntate en el capó.

Mis ojos se fijan en ella. Estoy perdida totalmente y completamente. Estamos afuera, y Brittany quiere que tengamos sexo en el capó de su auto.

Honestamente, no puedo esperar a sentarme allí.

Pierdo todas mis inhibiciones cerca de Brittany. No hay nada que tema hacer cuando estoy con ella. O tema hacer por ella.

Tiro de mi top por encima de mi cabeza, dejándolo caer sobre el auto, y luego desabrocho la falda por detrás, empujándola abajo sobre mis caderas.

Veo a Brittany mirándome, amando la forma en que sus ojos devoran cada centímetro desnudo que le revelo.

Nunca nadie me ha mirado antes del modo en que mi rubia lo hace. Como si fuera la única persona en todo el mundo. Que tenerme, haciéndome suya, es la única cosa que le importa.

Saliendo de mi falda, la recojo y la dejo caer sobre el auto.

Estoy a punto de quitarme los zapatos, cuando Brittany dice con voz ronca:

—Déjate los tacones puestos.

Doy un paso atrás, dejando que mi trasero se encuentre con el auto. Me siento sobre él, enganchando mis tacones en el parachoques, la pintura caliente sobre mi piel por el calor del motor.

Ahora estoy más cerca del auto, puedo entender la canción que acaba de comenzar a sonar. “Pour Some sugar on me” de Def Leppard.

Brittany obviamente se da cuenta de la canción también, la inclinación de su cabeza y la sonrisa insinuante que me lanza prácticamente me tiene mojando mis bragas.

Santa mierda.

Brittany se acerca, quitándose su camiseta mientras lo hace, quedando sólo en sujetador. La tira en el auto y se mueve más allá de mí.

Mis ojos la siguen mientras se inclina por la ventanilla abierta. Escucho la música más fuerte.

Entonces Brittany está de vuelta, se para entre mis piernas, se inclina contra mí, pecho con pecho, estirándose por encima de mi hombro, agarra algo, y entonces siento la tela de seda de mi top rozar mi piel.

— ¿Confías en mí? —murmura.

Mi cuerpo empieza a temblar, sabiendo a dónde va con esto. Asiento lentamente, mis ojos cautivados por los de ella.

Veo que Brittany retuerce mi top de seda en una delgada franja de tela. La lleva a descansar sobre mis ojos, atándola en un nudo apretado en la parte posterior de mi cabeza.

—Recuéstate —susurra en mi oído.

Hago lo que dice, todo mi cuerpo temblando de nervios y emoción sexual.

Estamos a la intemperie. Finn está en la parte superior del camino, haciendo guardia. Estoy con los ojos vendados con mi propio top, y Brittany está a punto de hacer el amor conmigo en su sexy Aston Martin con “Pour Some Sugar en Me” sonando de fondo.

¿Podría ser más ardiente?

Brittany me besa una vez en la boca, y luego siento su cuerpo moverse hacia abajo del mío.

Todo lo que puedo oír es la voz áspera de Joe Elliott en mi oído. Siento el tambor pesado y la guitarra eléctrica bombeando a través del metal del auto, vibrando contra mi piel, y la boca de Brittany sobre mí.

Libera mi pecho hinchado de mi sujetador y pasa la lengua alrededor del pezón, tomando mi pecho dentro de su boca.

Gimo, sintiendo su cercanía a través de la línea que se conecta a mi sexo. Empujo mis dedos dentro de su pelo rubio, enredándolos en él.

Brittany repite el movimiento con mi seno izquierdo, mientras su mano acaricia el derecho. Frota el pico de mi pezón entre el pulgar y el índice, casi hasta el punto de dolor. Placer doloroso.

Se siente aún mejor en la oscuridad. Solo sintiendo, sin ver. Y es tan jodidamente caliente.

Brittany besa hacia abajo por mi estómago, siento su lengua y cálido aliento moviéndose sobre mi altamente sensibilizada piel. Mete su lengua en mi ombligo, y luego siento sus dedos trazando la línea entre mis bragas y la piel.

— ¿Nuevas? —pregunta.

—No. —Niego.

Brittany las arranca, y juro por Dios que estoy segura de que siento sus dientes contra mí cuando lo hace.

¿Acaba de arrancar mis bragas con sus dientes?

¡Santa mierda ardiente!

Sinceramente, no creo que alguna vez haya estado tan excitada como lo estoy ahora.

Estoy a punto de saltar, arrancarle la ropa y hacerle el amor sin sentido, cuando siento el dedo de Brittany tocar mi sexo. Mis caderas se sacuden en respuesta. Sosteniéndome con una mano extendida en mi estómago, mueve su dedo entre mi hendidura, acariciando suavemente y luego a lo largo de mi palpitante clítoris.

—Tan húmeda —murmura.

Estoy tan absolutamente a punto. Y tan absolutamente desesperada por la sensación de su lengua en mí que estoy preparándome para rogar si no la pone allí en los próximos cinco segundos.

Quita el dedo de mí, la pérdida del contacto momentáneo es casi dolorosa. Entonces siento su lengua, y explotan luces detrás de mis párpados.

—Ah —gimo en absoluto placer, relajándome en la sensación de su boca sobre mí.

Siento el dedo de Brittany penetrarme lentamente, mientras su lengua tantea y explora. Introduce otro dedo, haciendo que pierda la cordura.

Esto va a terminar muy rápidamente. Es tan increíblemente erótico que ni siquiera puedo encontrar la voluntad de esperar.

—Oh Dios, Brittany... Voy a... Voy a...

Todo mi cuerpo está temblando. La sensación ascendiendo más y más alto. Los dedos de Brittany se mueven más duro, dentro y fuera, su lengua sin piedad llevándome a la dicha absoluta.

Mis uñas arañan sobre la pintura mientras trato de encontrar algo a lo que aferrarme. El sudor como rocío sobre mi piel. Mi cuerpo se retuerce del placer torturante que Brittany me está dando.

—Córrete —ordena.

Un lengüetazo, una caricia, y...

— ¡Woww, Brittany! —grito su nombre mientras el más alucinante orgasmo desgarra a través de mi cuerpo, literalmente levantándome del auto.

Después de largos momentos de intenso y crítico placer, caigo de nuevo a la tierra, mis miembros viscosos, relajados. La tensión de nuestra pelea anterior bastante olvidada.

Oigo la cremallera de los pantalones de Brittany abrirse. Me encanta ese sonido y más cuando estos se deslizan y terminan fuera de ella.

Brittany se mueve entre mis piernas, empujándolas a separarse más con sus caderas.

Puedo sentir la mezclilla de los jeans contra mis muslos. Me encanta que ni siquiera espere para quitárselos. Me desea tanto que no puede esperar a tenerme más cerca.

Siento que se acerca más a mí, con su cuerpo presionando en mi entrada.

Saca la venda de mis ojos. Viéndome con una mirada ardiente, con los dientes apretados, dice:

—Voy a hacerte el amor como nunca antes, nena. Necesito hacerlo. ¿Estás lista?

Sé que apenas tiene algún control en este momento, lo puedo ver en la tensión de su mandíbula, la oscuridad de sus ojos. La única cosa en su mente ahora mismo es la necesidad de luchar por hacerme suya y alcanzar el clímax.

—Estoy lista. —Respiro.

Brittany sonríe.

Gimo al sentir los movimientos erráticos que me induce a realizar junto a ella, haciendo que suspire entrecortadamente.

—Jesús —gime, quedándose quieta momentáneamente.

Sus manos aferran mis caderas, mientras no deja de besarme, y entonces empieza a moverse fuerte y rápido, diciendo una y otra vez cuanto me ama.

Los gemidos que salen de Brittany son ruidosos, el olor de nuestro sexo desenfrenado fluyendo entre nosotras con cada respiración entrecortada que tomo, conduciéndome más cerca del borde de otro orgasmo.

—Eres mía. Dilo, Santana.

—Soy tuya —grito.

—Siempre serás mía —gime—. Dios, eres tan sexy, tan caliente... Necesito... necesito...

Sé lo que necesita.

—Córrete para mi, cariño —digo en un tono de mando.

Brittany grita una palabrota, y luego la siento estremecerse.

Mi propio orgasmo se hace presente, con mis músculos tensándose y solo sé que no puedo dejar de besar a mi rubia.

Cuando Brittany está calmada, se inclina sobre mí, apoyando su pecho pesadamente contra el mío. Nuestra piel resbaladiza se adhiere entre sí, besa mis labios suavemente.

—Lo siento, fui una cretina celosa esta noche —dice contra mi boca.

— ¿Fueron esos orgasmos parte de la disculpa?

— ¿Funcionaron?

—Oh, por supuesto. —Sonrío—. Lo siento, estaba celosa también.

—Todo olvidado, ¿verdad?

—Correcto. Creo que hacemos una buena pareja. Una buena pareja celosa.

—La mejor pareja celosa —murmura, apretándome fuerte.

Después de un momento, Brittany me acaricia lentamente, y me incorporo, tengo el pelo completamente desordenado.

—Así que finalmente conseguiste hacer la cosa de los ojos vendados. —Sonrío.

—Te dije que eras perversa. —Me sonríe.

— ¿Yo? ¡Tú fuiste la que me sujetó con ello! —digo, lanzándole su camiseta. Britt la atrapa riendo y se la pone, al igual que el resto de su ropa.

Mientras me estoy poniendo mi propio, ahora gravemente arrugado, top, agrego:

—Dicho esto... no te diría que no lo hicieras de nuevo. Tal vez atándome al mismo tiempo. —Me muerdo el labio.

Brittany inhala fuertemente y sus ojos se oscurecen como nunca lo he visto antes. Coge mi falda y la empuja en mi mano.

—Vístete. —Su tono es urgente.

— ¿Qué pasa? —Miro a mí alrededor, esperando ver venir a alguien. Tal vez Finn.

—No pasa nada. Lejos de ello. Cariño, me acabas de dar luz verde para atarte y hacerte cosas sucias. He querido hacerte eso durante mucho tiempo. Ahora sólo quiero llevarte de vuelta a casa, a nuestra cama, para poder atarte a ella y hacerte perder el control, una vez más, antes de que cambies de opinión.

Salto del capó, poniéndome la falda, me subo la cremallera en la espalda y me dirijo hacia el lado del pasajero.

Abriendo la puerta, la miro por encima del auto.

—No te preocupes, cariño, no voy a cambiar de opinión. He querido que me lo hagas desde hace un tiempo también.

— ¿Por qué demonios no lo dijiste antes? —dice sonriendo, saltando en el auto y encendiendo el motor.

Brittany nos tiene fuera de allí y de regreso a casa en un tiempo récord. Antes de que me entere, estoy desnuda otra vez. Mis muñecas están atadas a la cama con uno de mis pañuelos de seda, mientras Brittany hace realidad nuestras fantasías.












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¿Qué les parece el inicio de la segunda parte de la historia?..........para que no me consideren malvada jejejeje, voy a ponerles un par de adelantos de lo que se viene en la siguiente actualización…….








Breves adelantos – caps. 8 & 9





Puck se encoge de hombros, y luego se vuelve hacia mí y Quinn.

— ¿Qué pasa con ustedes dos, par de rubias? ¿Les apetece una copa?

—Seguro —digo con un asentimiento—. Sólo déjame llamar a Santana—. Saco mi móvil de mi bolsillo.

— ¿Estás llamando para pedir permiso? Te das cuenta de que oficialmente eres una dominada antes que seductora estos días. —Asiente en dirección a Quinn.

*****

—Si no voy, Puck nunca me dejará en paz —explico.

—Está bien, cariño, lo entiendo. Deberías ir con ellos. Ocupo demasiado de tu tiempo ya. Sólo estoy decepcionada de que tenga que esperar un poco más para verte, eso es todo.

—Quiero que ocupes todo mi tiempo.

Oigo su respiración por la línea.

—Yo también. Ahora ve a divertirte. Estaré aquí esperando cuando vuelvas.

******

— ¿Te tatuaste mi nombre?

—Más o menos —digo, arrugando la cara, mirándolo.

“Santana Love”…

Está a través de mi estómago en una escritura arqueada. Dios, soy tan patética.

—Lo odias. Es patético, lo sé.

—No. —Acuna mi rostro con sus manos—. Me encanta. Te amo. Brittany S. Pierce, eres la chica más dulce que he conocido.

—No quiero ser dulce —me quejo—. Quiero ser sexy y ardiente.

—Oh, definitivamente eres eso también.

+++++++

—Cariño ¿puedo tomar ese café para llevar? Zane acaba de llamar; necesita mi ayuda en algo en la disquera.

—Seguro. —Forzando mi cuerpo a trabajar, alcanzo la taza termo y la lleno con el café con leche, tratando desesperadamente de que el temblor de mi mano no se vea.

Volteándome, veo a Brittany, sentada en el taburete leyendo algo en su teléfono. La miro por un largo rato. No puedo estar embarazada. Esto no puede estar pasando. Las cosas están tan bien entre nosotras. Si estoy embarazada (teniendo en cuenta que no consulté con Britt para iniciar el tratamiento de fertilización), eso nos separará.

No se puede tener un bebé solo cuando una de las partes lo quiere. Ella me mira, me atrapa mirándola. Una sonrisa sexy se extiende por su rostro.

******

Brittany se pone de pie y levanta su termo.

—No te olvides, esta noche tenemos una cena con Ryder y Kitty.

Maldición. Es la última cosa que quiero hacer esta noche; no con lo que tengo en mi mente.

—Seguro. —Sonrío—. Tengo muchos deseos de ello.

—Creo que te llevarás bien con Kitty. Es bueno para ti hacer algunas amigas aquí, ¿no?

*******

Algo tan maravilloso y terriblemente movilizador en la vida como esto, debería tener un momento más grandioso que estar sentada sola en el piso del baño, esperando por que una pequeña pieza de plástico me diga mi futuro. ¿Cómo le voy a decir a Brittany? No puedo ni siquiera imaginar cómo abordar el tema. Cierro mis ojos. No pienses en eso ahora. Cuando sepas, piensas en ello.

¿Cuánto tiempo ha pasado? dos minutos, creo. Debería haber traído mi teléfono conmigo para llevar el tiempo. ¿Debería mirar ahora? Podría estar listo. Me levanto sobre mis rodillas para mirar pero el miedo me sienta de nuevo. No puedo hacer esto. Dejo caer mi cabeza en mis manos. Estoy tan malditamente asustada. Sé que tengo que saber, pero no quiero. Vamos Santana; levántate mujer.

Hago unas cuantas respiraciones profundas, pensando que ya deben haber pasado tres minutos; cierro mis ojos mientras me levanto lentamente. Bien, solo abre tus ojos. Respira profundo. Uno…dos….tres…. Abro mis ojos.

Embarazada.

No puedo creer que este pasando esto…...

Hola……….buenas noches a todas/os……….su apoyo a la primera parte de este fic me enorgullece y anima a continuar ….. y bueno, habiendo iniciado la segunda parte de la historia espero les guste….desde ya les digo que en algunos momentos habrá algunas dificultades que naturalmente serán superadas (en la actualización del día jueves van a querer darle un par de bofetadas a Britt jejeje)……ahhh, creo que hoy que tengo algo de tiempo libre antes de ocuparme de mis deberes universitarios les pondré 3 capítulos……





Confirmo que dadas mis obligaciones universitarias, personales y otras, el ritmo de actualización será de 2 veces por semana, es decir: los días LUNES (2 capítulos) y JUEVES (3 capítulos) (me parece más coherente dejarles 3 capítulos antes de un fin de semana. ¿Les parece la idea?)….últimamente me hallo bastante ocupada, espero poder librarme de esta situación lo antes posible….en cuanto lo haga, volveré al antiguo ritmo de actualización (3 por cada día lunes y otros 3 por cada día jueves)……..espero puedan comprenderme





Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)








*Próxima actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….

















https://www.youtube.com/watch?v=bdLCSEYIfdA



NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “The Mighty Storm” y es de autoría de Samantha Towle (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Los Ángeles fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio, Nueva York, Los Ángeles (en pequeñas ocasiones Chicago) (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + 31 capítulos (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de Brittany, en el caso de esta adaptación); el segundo libro se compone de: sinopsis + 25 capítulos + epílogo. Esta historia es narrada desde el punto de vista de Santana (en el caso de esta adaptación) casi al 100%.......aunque en el capítulo 31 del primer libro y algunos capítulos de segundo libro podremos observar también el punto de vista de Brittany sobre algunos sucesos importantes que hacen a la historia………Espero disfruten de esta historia










Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.








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Capítulo 8
Brittany…

-No digo que lo dejemos por hoy, no creo que vayamos a hacer más.

—Sí —dice Quinn a través de un bostezo desde detrás de su batería, estirando los brazos por encima de su cabeza—. Mi cabeza está deshecha.

—No lo hagan, no parece que tuvieran resistencia —Puck empieza a hablar, tocando su bajo.

— ¿Terminaste? —preguntó a Ryder.

Ryder es el guitarrista principal que trajimos como reemplazo no oficial de Jake. Mi mejor amigo y miembro de la banda, que murió en un accidente de auto un año y medio atrás.

—Sí. —Sus ojos se mueven rápidamente al reloj—. Tengo que ir a casa de todos modos.

—A casa con la esposita —dice Puck, sonriendo—. Iba a sugerir que saliéramos a tomar una cerveza.

—No puedo. —Ryder desenchufa su guitarra del amplificador y la coloca en su soporte—. Mis padres vienen de Tennessee durante unos días, y vamos a llevarlos a cenar.

Puck se encoge de hombros, y luego se vuelve hacia mí y Quinn.

— ¿Qué pasa con ustedes dos, par de rubias? ¿Les apetece una copa?

—Seguro —digo con un asentimiento—. Sólo déjame llamar a Santana—. Saco mi móvil de mi bolsillo.

— ¿Estás llamando para pedir permiso? Te das cuenta de que oficialmente eres una dominada antes que seductora estos días. —Asiente en dirección a Quinn.

—Sí, pero Rachel se encuentra en Lima, así que Quinn no es difícil de vencer. Y no, no estoy pidiendo permiso, imbécil. Se llama estar en una relación.

—Nunca pensé que vería el día en que Brittany S. Pierce se dejaría atrapar por una mujer.

Puck sonríe, poniendo su bajo en su estuche.

—Amor, hombre. Te atrapará un día —dice Ryder.

— ¡De ninguna manera!

—Ryder —dice Quinn— aparte del hecho de que no hay mujer tan estúpida como para querer establecerse con Puck, ¿de verdad crees que alguna vez veremos el día en que estará satisfecho con una sola chica para el resto de su vida?

—Buen punto. —Sonríe Ryder en la dirección de Puck—. Me retracto.

— ¡Jodidamente correcto! Hay más que suficiente del muchacho para todas. ¿Por qué negar a todas esas mujeres el placer de Puck? Soy generoso en extremo, y me comparto en consecuencia. Y desde que Britt se salió solita del mercado de la soltería, la demanda sobre mis servicios se ha duplicado. Alguien tiene que mantener a todas las chicas felices ahora que nuestra líder es fiel a una sola mujer.

Suelto una carcajada.

—Eres más que bienvenido a ellas, hombre.

Puck hace una pausa y me mira como si fuera un maldito rompecabezas que no puede armar.

—En serio, Britt. Santana debe ser una follada impresionante para mantenerte interesada durante tanto tiempo. Eso o los pechos. Son los pechos, ¿no es así? Tienen que ser los pechos. —Pone sus manos en su pecho, simulando un par de pechos—. Nunca he visto un par tan grande que sean de reales. Mantendrían en serio mi atención durante mucho tiempo. No tanto como a ti, pero joder... ¿solo te sientas y las miras fijamente todo el día? En serio, yo lo haría.

— ¡Estás obsesionado con los pechos! —Quinn ríe, tocando su tambor con el palo.

—Aprecio los pechos grandes y Santana vaya que las tiene. También estoy disfrutando de molestarlas, rubias sexys.

Asumo que se está refiriendo a la mueca en mi cara. Le lanzo una mirada y extiendo la mano para apagar los amplificadores.

—Sigue hablando de los pechos de mi prometida así, y necesitarás un cirujano dental después de que te haya tirado todos tus dientes.

El cretino de Puck me fastidia sin fin cuando habla de Santana así. Tiene razón, tiene unos pechos grandiosos, pero no quiero que siga por ahí. Es el único al que yo dejaría llegar tan lejos con comentarios como ese por tanto tiempo. Ya habría golpeado a alguien más a estas alturas.

—No te enojes jefecita, sólo te estoy tomando el pelo. —Puck me da una palmadita en el hombro—. Quinn, ¿te apuntas para esa cerveza?

—No tengo nada mejor que hacer. —Trepa por detrás de su equipo.

—Me voy. Nos vemos después— dice Ryder, dirigiéndose a la puerta—. Oh, Brittany —añade, volviéndose— mi mujer pregunta si tú y Santana quieren salir a cenar después de que mis padres se vayan el viernes.

—Me parece bien. Hablaré con Santana y te lo haré saber.

—Genial, me voy de aquí. Nos vemos mañana.

Estoy muy contento de que la esposa de Ryder sugiriera salir una noche. Sé que Santana extraña a Rachel, y que nunca lo diría, pero está aislada de compañía femenina aparte de la mía. Creo que se llevaría muy bien con Kitty; es una chica genial.

—Voy a llamar a Santana. Los encuentro en el auto en un rato.

Me dirijo fuera del estudio, caminando hacia mi oficina, y mientras llamo a Santana.

—Hola, cariño —ella hace un arrullo al teléfono.

Dios, suena tan sexy. Me encanta su voz. Especialmente cuando está gritando mí nombre cuando hacemos el amor.

—Hola, preciosa. Antes de que me olvide, la esposa de Ryder nos invitó a cenar el viernes. ¿Te parece bien?

—Suena divertido. Me apunto. ¿Así que cuando vuelves a casa? —Ella vuelve a la voz sexy, y lo siento hasta el fondo de mi corazón—. Compré este bote de helado de galletas y crema temprano, y estaba pensando que cuando llegues a casa, podemos llevarlo a la cama, y que tal vez tú podrías... comerlo sobre mí. Puedes vendarme los ojos de nuevo también, si quieres.

Si yo quiero. ¿Es en serio? En este momento, no quiero nada más.

Gimo desesperadamente. Entrando en mi oficina, cierro la puerta detrás de mí y no puedo contenerme.

—San, nena, me has excitado con lo que acabas de decir.

—Eso era un poco el punto. —Prácticamente puedo oír su sonrisa lasciva.

—Qué bueno que estoy sola, entonces.

—Eso también —dice, riendo—. ¿Cuánto tiempo estarás allá?

Mirando alrededor, estoy dividida entre eso y salir con los chicos. Dejo salir el aliento, dejando que mi cabeza se apoye contra la puerta, sabiendo que Puck nunca me dejará vivir tranquila si los planto para ir a casa con mi chica.

—Es por eso que estaba llamando. Sólo para decir que saldré con Quinn y Puck por una cerveza.

—Oh.

Escucho su tono decepcionado alto y claro. Me corta.

—Si no voy, Puck nunca me dejará en paz —explico.

—Está bien, cariño, lo entiendo. Deberías ir con ellos. Ocupo demasiado de tu tiempo ya. Sólo estoy decepcionada de que tenga que esperar un poco más para verte, eso es todo.

—Quiero que ocupes todo mi tiempo.

Oigo su respiración por la línea.

—Yo también. Ahora ve a divertirte. Estaré aquí esperando cuando vuelvas.

— ¿Con el bote de helado?

—Por supuesto que sí.

Sonrío.

— ¿Qué vas a hacer mientras estoy fuera? —Odio pensar en ella allí, sola.

—Podría llamar a Kurt, ver si está libre para ver una película.

— ¿Llamar? Vive muy cerca de nosotras, perezosa.

Se ríe. Como me encanta ese sonido.

— ¡Soy perezosa y orgullosa de serlo! ¿Qué puedo decir?

—Di que me amas.

—Te amo —ella respira. Y lo siento por todas partes, casi como si sus bonitas manos pequeñas estuvieran recorriendo todo mi cuerpo ahora mismo.

—Te amo más.

—No es posible.

— ¿No? —Sonrío—. Te mostraré después exactamente cuánto te amo.

Un golpe en la puerta me asusta a muerte, y luego la voz alta de Puck resuena.

— ¡Vamos, Britt! Deja de susurrarle palabras dulces a Santana y sal de una vez y ven para acomodarte en el automóvil. ¡Estoy que me muero por una copa!

Sacudiendo la cabeza, riendo, digo:

—Me tengo que ir, nena, me están esperando. Nos vemos más tarde.

Cuelgo con Santana, y cuando llego al auto, Puck y Quinn están en la parte de atrás esperando.

— ¿A dónde? —pregunta Finn, saliendo de la plaza de aparcamiento.

Miro por encima de mi hombro a Puckk y Quinn.

— ¡Déjà-puto-vu! —Puck sonríe.

— ¡De ninguna manera, amigo! No voy a ir un club de striptease. Si Santana se entera, me va a matar.

Puck pone los ojos en blanco.

—Está bien, Crazy Girls.

—Dije que nada stripers.

—No es un club de striptease. Es un establecimiento respetable.

—Es un bikini bar.

—Exactamente. Pechos y culo todos cubiertos. Santana no puede molestarse por eso.

—De ninguna manera. —Niego con la cabeza.

— ¡Deja de ser tan cobarde! —Exclama Puck—. Todavía tienes un poco de libertad antes de casarte, ¿no?

—Estoy con Brittany en esto, Puck —interviene Quinn—. Nada de striptease o bikini bar —añade mientras Puck abre la boca para volver a empezar—. Vamos a un club normal.

— ¡Por el amor de Dios! ¡Son un buen par de rubias aburridas! Espero esta negativa de ella —sacude la cabeza en dirección de Quinn— pero tú, Britt —me dice—. Estoy decepcionado, y también un poco destrozado. He perdido realmente a mi compañera de aventuras. Bien podría estar en una cita con Kurt, antes que con ustedes dos. Lo siguiente que dirán es que vamos a ir a un bar decente, porque ahí no hay mujeres.

—Por lo general hay más mujeres en los bares respetables que en los bares que frecuentas —añade Quinn.

Los ojos de Puck se iluminan.

— ¡De ninguna manera! —Lo interrumpo antes de que pueda hablar—. No vamos a ir a un bar de los que te gustan, Puck. —Volviéndome a Finn, digo—: Llévanos a Graphics.

Finn se detiene fuera de Graphics y sale con nosotros, dando al valet las llaves del auto.

Graphics es un refugio de celebridades que solía ser uno de nuestros favoritos. Especialmente de Jake. Tengo una gran cantidad de recuerdos de este lugar.

Buenos y malos.

—Señorita Pierce, ha pasado un tiempo, es bueno verla otra vez —el anfitrión dice cuando nos acercamos a la puerta—. Debería haber llamado y habríamos asegurado su espacio para usted.

—Fue una cosa de última hora.

—Déjeme ver qué puedo hacer. —Empieza a hablar rápidamente en su auricular.

Odio esta formalidad. Solía ser genial cuando estos idiotas querían complacerme, pero se hizo aburrido, muy rápido. Ahora me gustaría poder llegar a un club sin tener que anunciar mi llegada primero, así no se convierte en algún gran problema si no lo hago.

—Mira, no te preocupes —digo, cuando lo veo hablando en el auricular—. Sólo siéntanos donde sea. Los chicos y yo sólo queremos tomar una copa en calma.

Me mira, inseguro, entonces asiente.

—Está bien, tenemos una mesa lista para usted ahora, por favor, sígame.

Lo seguimos por el club a la sección V.I.P.

Asiento a algunas personas que conozco mientras paso.

Me deslizo en el reservado, y la camarera está ante nuestra mesa un segundo después. Es toda tetas y culo. Los trajes aquí dejan poco a la imaginación. Olvidé eso.

Solía gustarme esto. Solía encantarme ver mujeres con la menor ropa posible.

Ahora con Santana, me excita tanto verla en un par de jeans y una camiseta como en esas sexys minifaldas que usa.

Siempre se ve caliente.

Ordeno una ronda de cervezas y me acomodo en mi asiento.

Golpeando mis dedos sobre la mesa, deseo haber fumado antes de venir, veo a Jase Collins dirigiéndose a nuestra mesa.

Jase Collins. Un pequeño contador en la industria musical. Gran contador en el mundo de las drogas. Y alguna vez, uno de mis distribuidores regulares.

Joder.

—Ha pasado un tiempo —dice, apoyándose en nuestra mesa.

—No el suficiente —respondo secamente. Se ríe.

¿Piensa que estoy bromeando o algo así? Idiota.

—Puck, Quinn. —Asiente hacia ellos.

Lo mejor que ofrecen de respuesta es un par de gruñidos en su dirección.

Tengo que reprimir una sonrisa. Decir que él no les gusta es ponerlo leve. Es un pequeño hijo de puta arrogante que una vez sirvió a su propósito de conseguir la mejor coca de los alrededores para mí.

Ya no más.

En este momento, quiero a este cabrón lo más lejos posible. El hecho de saber lo que tendrá en su bolsillo está rascando en mi piel como agujas afiladas.

Lanzo una mirada rápida en dirección a Finn. Está en el bar, mirando a Jase como un halcón.

Encontrando mis ojos, Finn me da un callado asentimiento. Si tengo que deshacerme de él rápido, Finn se encargará de eso por mí.

La camarera vuelve a aparecer con nuestras cervezas. Caminando alrededor de Jase, baja las bebidas para nosotros.

—Gracias —digo. Vuelvo mi atención a Jase—. ¿Qué puedo hacer por ti, Jase? — Pregunto, yendo directamente al punto. No tiene sentido darle vueltas al asunto, ni perder mi tiempo en un pedazo de mierda como él.

—Escuché que te vas a casar. Quería ofrecer mis felicitaciones.

—Recibidas, y gracias.

Me mira fijamente durante un largo momento, y luego, apoyando la mano en el respaldo del asiento, se inclina y me dice al oído:

—El jefe extraña tu negocio. Traigo algo de coca muy buena esta noche que tiene tu nombre escrito por todas partes.

Lo empujo lejos de mí con un empujón firme en el hombro.

—No estoy interesada.

— ¿Estás segura de eso? —Sonríe. Es una sonrisa arrogante. Una que quiero borrar de su cara.

—Nunca lo he estado más. ¿Ahora te vas a la mierda? Estoy tratando de tener una noche de fiesta con mis amigos.

Levanto mi cerveza, inclino la cabeza hacia atrás. La bebo, pero no muevo mis ojos de los suyos.

—Vi una foto de tu chica en los periódicos. Santana López, ¿verdad? Una verdadera belleza latina la que tienes allí, Brittany. Me han dicho que vive aquí ahora.

Golpeando mi cerveza en la mesa, me pongo de pie, la fuerza empujando la mesa hacia adelante hacia Jase. Puck y Quinn están de pie en un instante.

Veo a Finn moviéndose hacia nosotros, pero extiendo mi mano, diciéndole que tengo todo controlado.

—No hables de ella, cretino. Tu boca no está cerca de estar lo suficientemente limpia para decir el nombre de mi prometida.

—No quise faltar al respeto —dice con una sonrisa, y da un paso atrás—. Sólo quiero hacerte saber que creo que tu chica es bonita. Muy bonita.

—Sé exactamente lo que estás haciendo, cretino. Y creo que se te ha olvidado con quién estás hablando. —Rodeo la mesa, enfrentándome a él—. Sabes lo que soy capaz, así que no me enfrentes —siseo en su rostro—. Olvida que has oído el nombre de mi chica, y mucho menos que viste su cara. ¿Me entiendes, estúpido?

—Alto y claro. —Levanta las manos, dando marcha atrás—. Como he dicho, no quise faltar al respeto, Brittany. Disfruta tu noche.

Lo observo irse, mezclándose entre la multitud. Mi cuerpo está vibrando con absoluta ira.

— ¿Estás bien, Britt? —Quinn pregunta cuando me vuelvo a sentar. Niego con la cabeza, tomando un trago de mi cerveza.

Estoy dolida. El infeliz de Jase Collins haciendo una amenaza a mi chica. Jodido bastardo. Voy a arrancarle la cabeza.

Santana. Está sola en casa. Me muevo hacia Finn.

—Envía a Ben a casa para vigilar a Santana —le digo en voz baja.

— ¿La amenazó?

—No, sólo estaba siendo un bastardo inteligente. Pero no corro ningún riesgo en lo que a ella se refiere.

—Llamaré a Ben ahora, y a la seguridad de la casa para decirles que la intensifiquen.

Tomando mi teléfono, estoy lista para llamarla, pero luego decido no hacerlo. No quiero asustarla.

—Avísame cuando Ben esté en la casa —le digo a Finn antes de que se marche para hacer la llamada.

— ¿Esa jodida mierda amenazó a Santana? —me pregunta Puck.

—No, solo quería ser un hijo de puta arrogante. —Aunque mientras digo las palabras, todavía me siento nerviosa como el infierno. Sé que su amenaza fue vacía, pero todavía me pone ansiosa.

—Odio esa pequeña mierda. Debiste haber pateado su culo años atrás, Britt.

Infierno, debiste patear su culo ahora.

—El cabrón menciona a Santana una vez más y lo haré. Hijo de puta —declaro, tomando otro trago de mi cerveza.

La desventaja de ser una ex-drogadicta es conocer escoria humana como Jase Collins.

Estoy muy contenta de que Quinn y Puck nunca se mezclaran en esa porquería. Incluso con la vida que llevamos, y la gente que está alrededor, se las han arreglado para no tocar nunca las drogas. Fumaban un porro ocasional en la universidad, claro, pero nunca han incursionado en cosas más fuertes. Es especialmente sorprendente teniendo en cuenta cuánto tomábamos Jake y yo.

Me alegro por ello. Estuve muy absorbida por esas cosas. No quiero eso para ninguno de ellos, nunca.

Trataron de intervenir cuando estaba en mi punto más bajo, pero en aquel entonces no quería la ayuda de nadie a excepción de escoria de la talla de Jase Collins, quien podía proporcionarme exactamente lo que necesitaba.

Nunca jamás quiero volver allí.

Tengo la suerte que Puck y Quinn se quedaran conmigo. Aún más suerte de tener a Santana de nuevo en mi vida.

Termino mi cerveza y necesitando el zumbido de más alcohol, llamo a la camarera.

Es una camarera diferente, me doy cuenta. Tetas aún más grandes que la anterior, y son tan falsas como su pelo rubio. Tengo un vistazo bastante cerca mientras se inclina sobre la mesa para retirar la primera ronda, prácticamente poniéndolas en mi cara.

Ignorándola lo mejor que puedo, aparto mis ojos y digo:

—Botella de Jack, y otra ronda de cervezas.

—Estaré de vuelta con su pedido, sexys —dice con un acento sureño.

Echándose hacia atrás, presiona las manos sobre la mesa, llegando a la altura de mis ojos, me lanza una mirada de "jódeme ahora", apretando los labios rojos. Luego, se da la vuelta, asegurándose de que obtenga una buena vista de su culo y se aleja lentamente.

— ¡Ahora estás hablando como se debe, rubia! —Puck golpea con el puño sobre la mesa, consiguiendo mi atención—. ¿Te apuntas para emborracharte?

—Absolutamente. —Todavía me siento al límite y nerviosa después de la visita de Jase Collins, y necesito algo para calmar las cosas.

Sólo hay tres cosas que pueden calmarme: alcohol, cigarrillos y sexo.

Teniendo en cuenta que actualmente no puedo hacer dos de ellas, estoy apostando a la única que puedo, con fuerza.

La camarera vuelve y pone nuestras bebidas en la mesa.

Suelto una risa a Puck, que está mirando su top, si se le puede llamar top. Es más como un pedazo de tela cubriendo sus pezones.

Él solo se encoge de hombros y me sonríe.

Antes de irse mete la bandeja bajo su brazo y pasa sus uñas por mis bíceps de una manera íntima.

Me molesta. Le lanzo una mirada menos que divertida.

Ella sonríe, al parecer, sin interpretar mí mirada correctamente, entonces enfoca descaradamente su mirada en mi cuerpo, lamiéndose los labios, antes de irse.

—Joder, me encanta la ropa aquí —dice Puck, mirándola mientras se aleja —. Y las chicas que la usan.

— ¿Ropa? —Quinn ríe, señalando los cinturones como faldas y las camisetas medio cortadas—. ¿Qué ropa?

—Exacto. —Puck sonríe.

Yo solía pensar como Puck. Era una de las muchas razones por las que venía aquí. Las camareras estaban siempre a medio vestir, y la mayoría eran muy fáciles de seducir.

No son diferentes a las grupies. Todas quieren algo con una celebridad con la esperanza de que dará lugar a más. Salir de esas camisetas, meterse en ropas de diseñador y caminar por la alfombra roja.

La realidad es menos que eso. Mucho menos. La mayoría de quienes vienen aquí suelen tener una chica en casa y están buscando un revolcón sin complicaciones. Sin ataduras.

Era lo mismo para mí, excepto que yo no tenía chica en casa esperándome en aquel entonces.

Si quería tener sexo y drogarme cuando estaba en L.A., Gráphics era el mejor lugar para venir.

Sinceramente, no sé lo que me hizo sugerir venir aquí esta noche.

—Ella está detrás de ti. —Puck asiente en dirección de la camarera rubia que actualmente tiene clavados sus ojos en nuestra mesa. Más específicamente, clavados en mí.

Levantando mi nueva cerveza, digo:

—Puede desearme todo lo que guste. El hecho es, que no va a pasar.

— ¿No? —Puck levanta la ceja.

—No.

—Tengo que decir, rubia, estás siendo realmente fiel a Santana. Yo no podría hacerlo.

—Eso es porque no la tienes.

Cuando al principio Santana volvió a entrar en mi vida, no fue que dejé de desear a otras mujeres por miedo a perderla. El simple hecho es que dejé de desear a otras y punto. No estoy interesada en nadie más que ella. Fue extraño para mí durante mucho tiempo, pero ahora tiene sentido absoluto. Ella es todo lo que quiero.

Nadie me enloquece y seduce como ella lo hace. Y la amo como nunca creí posible.

El sexo se volvió amor para la primera noche que Santana se entregó a mí en esa habitación de hotel en Copenhague. No quiero regresar nunca de eso.

No me malinterpreten, sigo siendo una artista apreciadora de la belleza. Conozco una pieza caliente de chicas cuando las veo. La diferencia es, que ahora no quiero tocarlas.

Todo lo que quiero hacer esta noche es tomar unas copas con los chicos, y luego ir a casa a Santana, subir a la cama con ella, envolver mis brazos con fuerza a su alrededor y besarla hasta que no pueda respirar.

Eso, y lamer el helado de ese cuerpo caliente que Santana tiene sólo para mí.

Finn se acerca a mí.

—Todo está bien. Ben está en la casa. Kurt está allí con ella viendo una película. Está bien. No hay que preocuparse.

Me siento relajar. Estaba considerando terminar la noche muy pronto, pero ella sabría que algo está mal si lo hago. Es tan aguda como una tachuela. Y para ser honesta, sólo necesito estar con los chicos por un rato.

Saco mi teléfono y tecleo un mensaje de texto rápido para ella mientras esos dos hablan sin cesar.

*No puedo esperar a verte más tarde, hermosa. Mantén ese helado frío listo para mí. X

Suena de regreso unos segundos más tarde:

*Eso no es todo lo que tendré listo para ti ;)

Wow, San. Envío una respuesta, sonriendo para mis adentros:

*Me estás excitando otra vez.

Otro mensaje de respuesta:

*Manténte así para mí y me encargaré de ti más tarde. X

Echo una rápida mirada a los chicos, entonces respondo:

*San, te amo, mucho. X

Responde segundos más tarde:

*También te amo, cariño. X

—Deja de enviar mensajes de texto a Santana, o voy a lanzar tu móvil por la ventana —bromea Puck.

—Está bien. —Lo meto en mi bolsillo

— ¿Qué está haciendo Santana esta noche? —pregunta Quinn.

—Viendo una película en casa con Kurt. Extraña a Rachel y sus salidas nocturnas.

—Rachel estaba diciendo el otro día lo mucho que echa de menos a Santana. Está tratando de reservar un par de semanas de vacaciones en un mes más o menos para venir de visita. No le digas a Santana. Quiere darle una sorpresa.

—No diré una palabra. —Tomo otro trago de mi cerveza y me doy cuenta que está casi vacía.

Alineo las copas que la camarera trajo con el Jack, y sirvo tres whiskies. Mientras estoy empujando los vasos sobre la mesa, Puck dice:

—Ha pasado un tiempo desde que hemos estado juntos de esta manera, chicas.

Suena tan nostálgico. Al instante siento el golpe de la silla vacía en este apartado.

Jake.

—Sí, ha pasado un tiempo. Demasiado tiempo. —Miro hacia abajo a mi vaso—. ¿Recuerdas cómo solíamos estar fuera toda la noche, cuando Jake todavía estaba aquí? —Digo, levantando la cabeza.

Sorprendiéndome mientras lo digo, me doy cuenta que decir su nombre no duele tanto como solía hacerlo. Hubo un momento en que ni siquiera podía terminar una frase si su nombre estaba en ella.

—Sí. —Puck se ríe suavemente—. Jake no nos daba un respiro en aquel entonces. Nos tenía cada noche, golpeando traseros y bebiendo licor fuerte. Es por eso que todos podemos aguantar nuestra bebida tan bien ahora. Impartido por el mejor.

—Tú todavía no puedes retener tu licor. —Quinn se ríe de él.

— ¡Vete al diablo, rubia! ¡Podría beber debajo de la mesa todas las noches de la semana!

—Adelante —desafía Quinn.

—Estás tan insoportable, Quinn, no te hagas la graciosa conmigo. —Puck ondea la mano a la camarera rubia. Aquí vamos.

—Tres Sambucas Flaming, dulzura, y una línea de tequilas y mantenlas llegando hasta que diga alto —ordena Puck.

—Claro que sí, querido. ¿Algo más que pueda traerte? —Se vuelve hacia mí, se inclina, pone la mano en mi hombro, y me dice al oído—: ¿Tal vez yo, otra vez?

¿Otra vez? Mierda, ¿la follé antes?

Lanzo una mirada rápida a su cara. No la recuerdo en absoluto.

No sé si sentirme aliviada o asustada ante esa comprensión.

La verdad es, que no creo que reconocería a cerca de la mitad de las mujeres que he jodido.

Para recordarlas tendría que haberme importado, y nunca me importó. Una entraba, una salía. Esas chicas eran solo caras sin nombre.

Hasta Santana.

Ella cambió todo. Ella me cambió.

—Lo siento —digo, sacando mi hombro de debajo de su mano—. Si es un polvo rápido lo que estás buscando, no soy la persona indicada. Me voy a casar.

—Eso he oído. —Pasa su lengua por su labio inferior, luego tira de su labio entre sus dientes—. Pero aún no estás casada, Brittany, por lo que técnicamente todavía eres soltera y estoy más que dispuesta a calentarte realmente bien sin una palabra a tu chica. En este momento, quiero que vengas conmigo en mi descanso, y pondré la boca en verdadero buen uso. Un pequeño recordatorio de lo que puedo hacer. — Acercándose nuevamente, susurra en mi oído—: Te haré tantas cosas cariño, que no vas a querer que me detenga nunca.

Nada. No quiero nada con ella.

Antes de Santana, no habría dudado. La habría empujado donde fuera para entregarme al desenfreno.

Ahora todo lo que quiero hacer es reír.

Lucho por no ser una imbécil y herir los sentimientos de esta chica, a pesar de que estoy realmente tentada a decirle que no puede haber sido tan memorable la primera vez, me río y digo:

—Estoy lejos de estar soltera, cariño. Mi chica me calienta bien. Más que bien, es increíble. No le llegas a los talones, sin ánimo de ofender. Si quieres echar un polvo, vas a tener que buscar en otro sitio. Como he dicho antes, no soy la persona indicada.

Su mirada prácticamente me perfora.

Está bien, quizás no fui tan amable como podría haber sido.

—Hey, dulce, si no te importa, felizmente entro donde Britt está faltando.- Dice Puck, capturando su atención.

Ella se aleja de mí y se centra en Puck.

Estuve a punto de soltar un suspiro de alivio de tenerla a ella y su perfume barato fuera de mi cara.

—Brittany está atada y encadenada, pero yo soy tan libre como un pájaro —dice Puck.

—Noah Puckerman, ¿no? —dice ella, enderezándose, empujando el pecho hacia fuera.

—El único.

—He oído grandes cosas sobre ti. —Mueve su mirada hacia abajo—. Algunas de las chicas han estado en tu casa, ¿verdad?

—Verdad. —Sonríe.

—Me estoy tomando mi descanso ahora. —Inclina la cabeza para que la siga.

—Muchachas, estaré de vuelta en media hora.

Puck se levanta y agarra a la camarera de la mano. Lo veo conducirla a través de la multitud.

Niego con la cabeza, riendo.

—Qué asco —como diría Santana.

Al menos Puck está pasándola bien. Diría que no tiene vergüenza, pero hubo un tiempo que yo habría hecho exactamente lo mismo. Y realmente, debo darle las gracias por llevarse su caliente mirada de misil de mí y enfocarla directamente sobre él.

—Ah, Puck acaba de ir al puto baño con nuestro fácil acceso a tragos —Quinn se queja.

—Tenemos el Jack —digo, levantándolo. Sirvo otro a Quinn, luego a mí misma.

— ¿Así que te vas a Lima, Ohio en pocos días?

—Sí, y no puedo esperar. —Quinn se inclina hacia atrás en el asiento, con la cabeza apoyada en la parte superior mientras toma una copa—. Se siente como si hubiera pasado siglos desde la última vez que vi a Rachel. Bueno, han sido siglos — añade.

—No sé cómo lo haces, amiga. Yo no podría estar lejos de Santana como tú de Rachel. Sólo una noche lejos de ella me pone de cabeza.

Puedo hablar con Quinn así y sé que no me molestará como nuestro buen amigo que acaba de irse con la camarera. Puck, por otra parte, nunca entenderá.

—Es muy difícil —dice—. Pero así tienen que ser las cosas en este momento. Su trabajo está ahí y el mío está aquí.

— ¿No podría conseguir un traslado aquí?

—Nop. —Sacude la cabeza—. Su compañía no tiene oficina aquí. Significa que tendría que conseguir un nuevo trabajo, y sé lo mucho que le encanta trabajar en ese lugar.

— ¿Quieres que se mude aquí, entonces?

Toma otro gran trago, luego, inclinándose hacia adelante, lo pone sobre la mesa. Acuna el vaso en sus manos, girándolo.

—Sí.

—Pues díselo. —Sirvo más whisky en mi vaso y le hago un gesto a Quinn.

Mueve sus manos, lo que me permite servirle.

—Le dije a Santana cómo me sentía, le pedí que viviera conmigo, y lo hizo. No tienes nada que perder preguntándole a Rachel.

—Supongo. —Se encoge de hombros—. Hablaré con ella sobre eso cuando la vea. — Apura su bebida de un trago.

—Al diablo con todo, me voy a emborrachar. —Hace un gesto por una camarera y pone otra orden de tragos para nosotras—. Hey, ¿qué pasó en ese club la otra noche? Zane dijo que por poco golpeaste a una tipa.

—Alguna idiota que Santana conocía de Ohio tenía sus manos sobre toda ella, así que protegí a mi chica. Ojalá hubiera hecho mucho más, para ser honesta.

Como romper su nariz. La infeliz presentó un cargo por asalto justo como sabía que haría.

Luego me serví de su abogado. Le acabo de dar al mío el visto bueno para que le pague. Puedo hacerlo sin la molestia de pequeñas infelices como ella. Sinceramente, para mantener sus manos fuera de Santana, vale la pena cada centavo.

—Suena como que se lo merecía —reflexiona Quinn.

—Claro que sí.

Quinn y yo acabábamos de bebernos nuestra primera ronda de chupitos de tequila cuando Puck vuelve a aparecer en nuestra mesa.

—Amigo, eso fue rápido —digo mientras aterriza de regreso en su asiento—. Quince minutos debe ser un maldito record para ti.

—Fue el tiempo suficiente. No fue de lo mejor, así que sólo visualicé a Maxine Halliday.

— ¿Maxine Halliday, la de la universidad? —pregunto, sonriendo.

Ella era caliente, y una chica que a la que nunca follé. Eso fue sólo porque Puck la tenía en la mira.

No compartíamos en ese entonces.

No es que comparta ahora. Nadie toca a mi chica más que yo.

—La misma. Britt, ¿te acuerdas de ella? Era caliente como el pecado.

—Gracias por detallar sus conquistas —dice Quinn.


—No hay de qué. —Puck le da una palmadita en el hombro—. Y tómala con calma conmigo. Estaba sacrificándome por el grupo, dándole a esa camarera. No iba a dejar de presionar a Brittany, así que desvié su atención de nuestra líder a mí. Y puedes darme las gracias ahora. —Puck mira en mi dirección—. Demando una botella del champagne más caro que tienen aquí, y estoy siendo generoso con eso.

— ¿Quieres que te compre una botella de champán por follar una camarera barata en el baño?

—Absolutamente —dice, sonriendo.

Niego con la cabeza, riendo. Conozco a este hombre desde hace casi diez años, y hasta ahora, nunca deja de sorprenderme.

—No sé cómo lo haces —dice Quinn.

—Quinn, ¿ha pasado tanto tiempo desde que viste algo de acción que se te ha olvidado cómo disfrutar de los placeres de la conquista?

Puck toma un trago de su whisky.

— ¿Debo traer a esa camarera para que te lo recuerde?

— ¿Recuerdas que tengo novia? De todos modos, acabas de decir que la camarera no fue grandiosa. ¿Qué me vas a enseñar?

—Ah, no fue mala. He tenido peores. Y amiga, estás en una relación a larga distancia. Tú necesitas acción cotidiana. Déjame traer a esa chica... —Quinn detiene a Puck de agitar la mano, la que está tratando de llamar la atención de la camarera.

—En serio, Puck, segundos platos no son lo mío. —Quinn niega con la cabeza, sonriéndole—. Y estoy bastante segura de que ya tuvo su satisfacción de ti.

—Lo hizo. El mejor polvo de su vida. —Lanza una sonrisa de satisfacción—. Incluso si fue sólo mediocre para mí.

— ¿Pasó el momento de su vida en quince minutos? —Levanto la ceja, levantando mi tequila.

—Sip.

—Tal vez deberías conseguir un tatuaje de "Frota la lámpara". — Sonríe Quinn, apurando su segundo trago.

La cara de Puck se ilumina.

He visto esa mirada antes. La última vez que Puck me miró así, acabé en la cama con tres strippers.

— ¡Estaba bromeando! —Quinn levanta la mano protestando.

—Esa es probablemente la mejor idea que has tenido desde que sugeriste me pusiera un piercing en la lengua.

— ¡Estaba bromeando entonces también!

—No, ¡eso fue una idea brillante, Quinn! Tú lo amas, el resto de las mujeres lo aman también. Bueno, me voy definitivamente por ese tatuaje. Vamos, volemos de este lugar, encontremos un tugurio de tatuajes, manchémonos de tinta, y luego vamos a otro club. —Puck levanta sus dos tragos de tequila y los apura, golpeando los vasos sobre la mesa.

Me tomo el mío.

—No me voy a hacer otro tatuaje —dice Quinn, poniéndose de pie.

—Vamos, amiga —digo, tirando mi brazo alrededor de su hombro—. Me apunto para hacerme uno.

— ¿Te vas a hacer otro?

—Síp.

Y sé exactamente lo que me voy a hacer.

De pie, lanzo un par de cientos en la mesa para cubrir la factura y la propina, haciendo un gesto a Finn le hago saber que nos vamos. Tomo la botella de Jack para llevarla con nosotros.

Nos subimos al auto.

— ¿A dónde? —me pregunta Finn.

—Shamrock’s.

—Nos vamos a tatuar —dice Puck desde atrás—. Me voy a poner “Frota la Lámpara” encima de donde ya puedes imaginar.

Finn levanta una ceja hacia mí.

—No preguntes —digo, sacudiendo la cabeza, riendo.

—No iba a hacerlo. —Finn sale al tráfico, en dirección a Sunset Boulevard.

*****

— ¡Ah carajo! Mis pantalones siguen frotándose contra él. ¡Me duele mucho!

—Debes aprender a usar ropa interior, entonces, idiota —responde Quinn. Puck está en el asiento trasero, reacomodando sus pantalones alrededor de su nuevo tatuaje.

— ¡De ninguna puta manera! No voy a enjaular a la bestia. Puedo quitarme los jeans. —Alcanza a desabrocharlos.

— ¡No te atrevas! —grita Quinn—. ¡No voy a estar sentada aquí atrás contigo semidesnudo!

—Pero estoy adolorido. —Se queja Puck.

—Aun así. No vas a sacarte los jeans mientras estés aquí atrás conmigo.

—Deja de ser ridícula. No es que vaya a tratar de follarte. No a menos que lo pidas con amabilidad. —Se ríe.

— ¿Podemos cambiar de asientos? —me pregunta Quinn.

— ¡De ninguna manera! Es todo tuyo. Todavía no puedo creer que te tatuaste allí. —Digo a Puck—. Eres oficialmente un idiota, ¿lo sabías?

—Qué va, ¡a las mujeres les encantará! —dice sonriendo. —De todos modos, rubia enamorada, ¿por qué no nos dejas ver tu tatuaje?

—Porque no está destinado para tus ojos, tonto.

— ¡Ah joder! ¿No te tatuaste “Santana”, o sí?

Quinn resopla.

—No, claro que no, no lo hice. —Aunque puedo escuchar mi tono a la defensiva.

— ¡Sí, lo hiciste! —Puck dice, inclinándose hacia adelante—. Te marcaste con el nombre de tu chica.

— ¿De verdad? —dice Quinn, uniéndose a él.

—Puede —digo con un encogimiento de hombros.

—No hay oficialmente ninguna esperanza para ti. —Suspira Puck, cayendo hacia atrás contra el asiento, abriendo sus pantalones para revelar la gasa que cubre su tatuaje. Toma un trago de lo último que queda del Jack en la botella. Bebimos más de ella en la tienda—. Te estás convirtiendo oficialmente en una dominada. Lo siguiente que voy a escuchar, es que estarás horneando y jugando con un par de pequeños rubitos o morenitas.

— ¡Ya basta! Sólo porque tengo el nombre de mi chica tatuado en mí, no significa que estoy controlada. Sólo que la amo demasiado.

Estoy oficialmente lo que sigue de borracha si estoy admitiendo esto frente a Puck.

—Oh Dios. Sostén mi pelo, Quinn, mientras vomito. —Puck se mete los dedos en la boca y frota su cabeza rapada con la otra mano.

Incluso yo me río.

—Dame un respiro. Todos tenemos que crecer un día y enamorarnos, Puck.

—Yo no. Estaré seduciendo chicas cada noche de la semana hasta el día que me muera.

—Una de ellas te atrapará pronto, hombre, y entonces no sabrás qué carajo te golpeó— dice Quinn.

Tiene razón en eso. Excepto que Santana me atrapó hace mucho tiempo. Perdí demasiado tiempo jodiendo por ahí antes de intentar recuperarla.

— ¿Y ahora adónde? —pregunta Puck.

—A casa.

— ¡Al diablo con eso! Todavía es temprano, y necesito más alcohol para adormecer el dolor de mi tatuaje y el hecho de que mis amigas y compañeras de banda están bien y debidamente controladas.

Mirando a Finn y digo:

—Llévanos al siguiente bar decente que veas.

******


Entro, tratando de estar callada para no despertar a Santana. La casa está en completa oscuridad.

Tambaleándome, voy a nuestro dormitorio, tirando de mi camiseta mientras lo hago, cuidando de mi nuevo tatuaje. Dejo la camiseta a un lado, tropiezo dentro de nuestra habitación, tratando de no hacer ruido. Cuando veo a mi chica dormida en la cama, me detengo en seco.

Lleva un camisón de satén, el rosa pálido que me gusta con el encaje en el dobladillo. Echó las sábanas a un lado, y el camisón se ha subido hasta sus muslos.

Es tan hermosa. Y se ve tan sexy.

Su cabello está todo revuelto, extendido a través de la almohada. Centímetro a centímetro de su suave piel oliva se muestra, esperándome.

Necesito probarla. Besarla y hacerla mía. Odio tener que despertarla, pero no lo suficiente para no hacerlo. Tengo una creciente ansiedad de ella, y no se va a ninguna parte hasta que mi chica se encargue de ella.

A ella le encanta el sexo de medianoche, y ha estado muy caliente últimamente. Incluso más de lo normal. No es que me queje. Cuando Santana está ansiosa por hacer el amor conmigo, no escucharán ninguna queja de mí parte.

Me quito la ropa que llevo, la tiro a un lado y subo hasta los pies de la cama.

Empezando en su tobillo, paso la mano por su piel suave y sigo adelante hasta llegar a su muslo.

Agitándose, gime y rueda sobre su espalda.

—Hey, cariño —dice en tono somnoliento.

Me caliento aún más ante el sonido de su voz. La amo tanto, le pertenezco, completamente.

—Hey —contesto, besando su hombro, rozando mis dientes sobre su piel, mi mano todavía moviéndose más arriba.

— ¿Tuviste una buena noche? —murmura, pero puedo escuchar sexo en su voz. Es tan receptiva, y siempre tan lista para mí.

—Hmm, respondo.

Mis dedos encuentran su centro, húmedo y esperando. Sin bragas. Dios, es tan caliente.

—Y la tendré mucho mejor —le susurro al oído. Ella toma aliento cuando mi dedo frota su clítoris.

Empujo un dedo en su interior mientras sigo trabajando su botón hinchado.

Está tan apretada. La forma en que se aferra alrededor de mi dedo, sé que está desesperada por que hagamos el amor. Casi tan desesperada como yo estoy porque suspire mi nombre.

—Te extrañé —susurra, su mano estirándose para llegar a mis piernas.

—Woww. —Me estremezco cuando sus dedos rozan sobre mi estómago, agarrando la gasa.

— ¿Qué es eso? —pregunta en tono preocupado. Incorporándose, enciende la lámpara de noche.

Sus ojos llegan a mi estómago.

— ¿Qué demonios pasó? —Sus ojos están muy abiertos—. ¿Te metiste en una pelea? Jesucristo, Brittany. —Se inclina más cerca para mirarlo, sus dedos moviéndose, con ganas de tocar.

—No, nena, no es nada de eso. No te preocupes.

Rayos, me siento muy nerviosa ahora. ¿Y si cree que soy una tonta por hacerlo?

Levantando su ceja, dice.

— ¿Tienes una gasa cubriendo tu estómago y me dices que no me preocupe?

—Me hice un tatuaje. —Sonrío torpemente.

— ¿En serio? —Se ve confundida—. No dijiste que estuvieras pensando en hacerte otro.

Me encojo de hombros.

—He estado pensando en ello durante un tiempo como una sorpresa para ti. Hacerlo esta noche fue más una cosa de impulso del momento.

— ¿Te hiciste un tatuaje, ebria? —Levanta las cejas.

Dios, se ve tan sexy justo ahora. Pelo todo revuelto, cayendo sobre sus hombros. El tirante de su camisón colgando, sus pechos a punto de salirse, prácticamente rogándome que las ponga en libertad y las adore.

Estoy a punto de lanzarla hacia abajo y hacerla mía hasta dejarla sin sentido, con el tatuaje olvidado, cuando dice:

— ¿Puedo verlo?

Vacilo. Me mira.

— ¿Te estás sonrojando, Brittany S. Pierce? —Toca mi mejilla con sus dedos.

—No —digo, a la defensiva.

Vaya, lo estoy, totalmente. Tengo la cara tan roja como una remolacha.

¡Jesucristo! ¿Qué me hace ella?

— ¿Por qué no quieres mostrármelo? —pregunta en voz baja.

—Sí quiero. Es solo que... mira, sé que probablemente debería haber hablado contigo de esto antes, pero sólo parecía una buena idea en ese momento.

— ¿Brittany?

— ¿Sí?

— ¿Puedes dejar de hablar y sólo mostrarme el maldito tatuaje? Estoy intrigada.

Tomando aliento, tomo la esquina de la gasa y la levanto. La retiro, revelando el tatuaje.

Oigo su brusca inhalación, y me arriesgo a echar un vistazo a su cara.

Su mano está cubriendo su boca, los ojos muy abiertos, mientras deja escapar una pequeña risa.

— ¿Te tatuaste mi nombre?

—Más o menos —digo, arrugando la cara, mirándolo.

“Santana Love”…

Está a través de mi estómago en una escritura arqueada. Dios, soy tan patética.

—Lo odias. Es patético, lo sé.

—No. —Acuna mi rostro con sus manos—. Me encanta. Te amo. Brittany S. Pierce, eres la chica más dulce que he conocido.

—No quiero ser dulce —me quejo—. Quiero ser sexy y ardiente.

—Oh, definitivamente eres eso también.

Me besa, suave al principio, y luego sus besos se profundizan. Separo mis labios, y su pequeña sexy lengua se desliza en mi boca.

Agarro un puñado de su cabello, sosteniéndola hacia mí, y encuentro su lengua con la mía, acariciándola.

— ¿Aún puedes... juguetear? —Dice en mi boca.

—Cariño. —Agarro su trasero, fuerte—. Se necesita más que un tatuaje para detenerme de hacerte mía. La muerte, tal vez.

Se ríe en mi boca, haciendo vibrar todo el camino hasta mi centro, que palpita en respuesta.

—Supongo que debería ir arriba. ¿No puedo lastimarte, verdad?

La miro. Se está mordiendo esos atractivos labios carnosos, y tengo la urgencia de morderlos yo, y mucho más. Entonces me empuja hacia abajo sobre la cama y se pone a horcajadas sobre mis caderas.

Siento su húmedo centro contra el mío, y se siente tan bien. Se mueve y empieza con unos movimientos enloquecedore, creando fricción, frotando su dulzura por todo mi cuerpo.

—Jesucristo —gimo—. Eres tan sexy. Sigue haciendo eso y voy a correrme en cualquier momento.

—No podemos dejar que eso suceda —dice, disminuyendo la velocidad—. ¿Quieres que vaya por ese helado?

—Más tarde, cariño. —Estoy prácticamente salivando—. En este momento sólo necesito hacerte perder la cordura.

Sonriendo con esa sonrisa sexy de ella, se levanta sobre sus rodillas. Agarrando una de mis manos, posiciona dos dedos en su entrada.

Se desliza hacia abajo sobre mí con un suave gemido, y juro por Dios que entro en un estado de nirvana por un momento.

Nunca he sentido algo así antes. Nunca me acostumbraré a cuán increíble se siente ella cuando hacemos el amor. Fue hecha para mí.

La miro, viendo como se saca el camisón por la cabeza, su largo pelo suelto cae por su cuerpo, luciendo tan hermosa, y me pregunto cómo demonios tengo tanta suerte.

Es la chica de mis sueños, y más.

Mira hacia abajo, a mi tatuaje y sonríe.

—Santana love, ¿eh?

—Es correcto —gimo—. Ahora ámame, ¿quieres cariño, antes de que muera aquí?

Sonriendo, se levanta sobre sus rodillas, luego, lentamente, continua con lo que estaba haciendo.

—Sabes que me gusta jugar lento, pero ahora mismo, necesito que apures tus movimientos, porque luces demasiado caliente allí arriba para aguantar.

Busca un lugar para descansar sus manos por apoyo, así que le ofrezco mi mano libre.

Enlazando nuestros dedos, mi chica empieza a moverse rápidamente, y estoy tan cerca de correrme que es ridículo, pero necesito que llegue ella primero.

Soltando una de sus manos, ella se deja caer hacia abajo sobre mi pecho y continúa.

Debe estar tan excitada como yo, porque menos de un minuto más tarde, la siento empezar a apretarse alrededor de mis dedos. Entonces está gritando una sarta de palabras en español, y soy un caso perdido porque tanbién llego al clímax.

Cuando termina, cae hacia adelante, la cabeza en mi pecho, pero mantiene su espalda arqueada hacia arriba, evitando que su estómago toque mi tatuaje.

Santana se estira y apaga la lámpara, y luego se acurruca a mi lado.

Pongo mis brazos alrededor de ella, acercándola más. Le acaricio la espalda. Presionando un beso en mi pecho, dice:

—No puedo creer que te hayas tatuado “Santana Love” en tu estómago.

—Podría ser peor —digo—. Puck se tatuó “Frota la Lámpara” justo donde imaginas.

Escupe una carcajada, inclinando la cabeza para mirarme.

— ¿Estás bromeando?

—Nop. Me gustaría estar allí mañana por la mañana para ver su reacción cuando se despierte y lo vea sobrio.

— ¿Qué hay de Quinn? ¿Qué se hizo?

—Se acobardó.

—Entonces, ¿cómo es que te hiciste uno sensato?

—Porque, a diferencia de Puck, puedo manejar mi bebida, nena.

Descansa su cabeza sobre mi hombro, los dedos trazando cerca del tatuaje, y susurra:

—Me encanta, Brittany.

—Te amo, nena.


Más de lo que nunca sabrás.

Capítulo 9
Santana…

— ¿Té o café? —le grito a Brittany mientras se ducha.

—Café —responde.

Salgo de la cama, dándole una rápida mirada a través de la ventana a la mañana de Los Ángeles. Otro hermoso día. Además de las compras, he descubierto otro beneficio adicional a vivir en L.A., el sol es mucho más brillante aunque sea noviembre. Me dirijo a la cocina, coloco un poco de café en la cafetera, la lleno de agua y la enciendo.

Agarro una galleta de chocolate de la jarra y me apoyo contra el mostrador, mordisqueándola mientras espero por el café. Veo la pila de cajas de pizza en el mostrador cerca del fregadero que le había pedido a Brittany que las llevara al bote de basura después que los chicos se fueron anoche. Ella es una perezosa holgazana. Vinieron Puck, Quinn y Kurt a cenar. Bueno, decir que cenamos podría ser que lo engalanamos un poco.

Pedimos pizza y comimos en la sala mientras los chicos veían el futbol. Como esperaba, fui ignorada por la televisión, y terminé trayendo mi computadora portátil, sentándome en la mesa, hablando por Skype con Rachel hasta que Quinn metió la cuchara. La ojiverde volara a Lima, Ohio para verla. Ojalá fuera yo. He estado pensando preguntarle a Brittany cuando puede tomar algún tiempo libre del trabajo para que pueda visitar a mis amigos y Lima y ver a Holly y a Rachel. Sé que ella está ocupada en este momento. Está pasando mucho tiempo en el estudio de grabación con nuevo material, lo que es grandioso.

Ésta es su primera grabación de un álbum sin Jake. Brittany parece estar bien con la situación, y si no, lo oculta muy bien. Recojo las cajas y las llevo por la puerta lateral. El cálido aire de California me abraza. Podría llevar mi portátil fuera y trabajar en el patio hoy. Mi columna vence en tres días y todavía no he escrito nada. Al último minuto, esa soy yo.

Termino de romper las cajas y empujarlas en la basura, luego me dirijo adentro. El café ha terminado de hacerse cuando regreso a la cocina. Tomo dos tazas del armario y busco la leche en el refrigerador. Dándome cuenta que no he comprado nada recientemente, verifico que fecha es, noviembre tres. Reviso el calendario de la pared: noviembre dos. Sigue siendo bueno para hoy. Desenrosco el tapón y cuando estoy a punto de verter la leche, me doy cuenta. Coloco la leche en el mostrador, doy un paso hacia atrás y miro de nuevo el calendario.

Hoy es dos. Seguido del dos, el tercero esta marcado con la píldora. Ése es mi recordatorio para comenzar con la pastilla anticonceptiva después de mi descanso. El descanso en el que tengo mi período. El período que todavía no ha comenzado. Doy un paso atrás del calendario. Maldición. Mi pecho comienza apretarse. Mi cabeza comienza a zumbar……¿será que el tratamiento de fertilización funcionó? ¿Y si lo hizo, Britt me será capaz de dejarme sabiendo que podría tener un hijo suyo?

No, todo estará bien. Solo he estado bajo mucha presión últimamente, sintiéndome estresada con una cosa y la otra. Eso es lo que pasa. Por eso no ha comenzado. Regreso al mostrador, trato de verter la leche en una de las tazas, pero mi mano está temblando tanto que tengo que ponerla abajo nuevamente. Mi corazón comienza a latir salvajemente por lo que puedo oír el pulso latiendo en mis oídos.

Descanso mi mano en el mostrador y cierro mis ojos, respirando profundamente. Nunca me he retrasado antes. Nunca. La píldora me mantiene regular como un reloj. No puedo estar embarazada. No puedo. Brittany no quiere hijos. Ella entra en la cocina como si hubiera oído mi silenciosa llamada.

—Cariño ¿puedo tomar ese café para llevar? Zane acaba de llamar; necesita mi ayuda en algo en la disquera.

—Seguro. —Forzando mi cuerpo a trabajar, alcanzo la taza termo y la lleno con el café con leche, tratando desesperadamente de que el temblor de mi mano no se vea.

Volteándome, veo a Brittany, sentada en el taburete leyendo algo en su teléfono. La miro por un largo rato. No puedo estar embarazada. Esto no puede estar pasando. Las cosas están tan bien entre nosotras. Si estoy embarazada (teniendo en cuenta que no consulté con Britt para iniciar el tratamiento de fertilización), eso nos separará.

No se puede tener un bebé solo cuando una de las partes lo quiere. Ella me mira, me atrapa mirándola. Una sonrisa sexy se extiende por su rostro.

— ¿Disfrutando la vista?

Forzando una sonrisa, camino hacia ella.

—Como siempre.

Coloco mi taza en el mostrador frente a Britt. Se apodera de mi mano en retirada y me tira en sus brazos. Acariciando mi cuello, dice:

—Adoro cada instante que paso contigo.

Tuvimos sexo temprano en la mañana. Siempre tenemos sexo. Y estoy embarazada. Quizás. Posiblemente. Maldición.

—Necesito una ducha.

—Gracias. —Ella se ríe.

—No, no quise decir eso.

—Sé lo que quisiste decir —dice, levantando mi cabeza para mirarme a los ojos.

De repente me siento expuesta. ¿Y si mi rubia puede verlo en mis ojos? Cerrándolos, me inclino hacia ella y beso sus labios. La voy a perder cuando se entere.

No entres en pánico hasta que lo sepas con certeza.

Las manos de Brittany comienzan a deambular y puedo sentir su beso profundizando. Sujetando su mano en mi trasero, rompo el beso y digo:

—Pensé que necesitabas llegar a la disquera.

—Te necesito más a ti —gime ella, sus labios atacando mi cuello, y sus manos van directo a mis pechos.

No puedo tener sexo ahora. Cualquier cosa menos sexo.

—Me tuviste hace media hora, y Zane ¿no está esperando por ti?

Britt pausa y me mira a los ojos. Nunca he disuadido a Brittany de tener sexo. Nunca. Ella sabrá que hay algo raro en mí. Pero en este momento no puedo encontrar la voluntad para preocuparme por eso.

— ¿Te estoy agotando? —pregunta ella, suavemente, pasando sus dedos por mi mandíbula.

—No, estoy bien. —Sonrío—. Me gusta que me agotes. Solo estoy tratando de ser la racional de las dos, y tú tienes que irte a trabajar.

Me alejo bajo el pretexto de conseguir mi café; pero la verdad es que no puedo ni siquiera soporto la idea de beberlo. Mi estómago está agitado por el miedo. Sujeto la taza con mis manos, descansándola contra mi pecho.

Brittany se pone de pie y levanta su termo.

—No te olvides, esta noche tenemos una cena con Ryder y Kitty.

Maldición. Es la última cosa que quiero hacer esta noche; no con lo que tengo en mi mente.

—Seguro. —Sonrío—. Tengo muchos deseos de ello.

—Creo que te llevarás bien con Kitty. Es bueno para ti hacer algunas amigas aquí, ¿no?

—Seguro —digo, sonriendo nuevamente.

Esas sonrisas se sienten tan hipócritas, que estoy muy segura que mi rostro se va a romper bajo la tensión.

—Estos últimos días, he estado hablando con Puck y Quinn —dice Brittany, dándole la vuelta al mostrador— sobre preguntarle a Ryder si quiere ser un miembro permanente de TMS.

— ¿En serio? —digo, me toma por sorpresa. Nunca pensé que Brittany lo consideraría. Estoy muy contenta de que lo haya hecho.

—Por supuesto que él no reemplazará a Jake; pero Puck y Quinn están de acuerdo. Él es un gran chico que encaja muy bien con nosotros y odiaría perderlo por otra banda.

— ¿Alguien ha tratado de robárselo?

—No que yo sepa, pero él se está creando fama en el mundo de la música, por lo que es cuestión de tiempo. ¿Qué piensas?

Britt quiere mi opinión; me encanta eso. Caminando hacia ella, coloco mis brazos alrededor de su cintura y digo:

—Pienso que es una brillante idea. Ryder estará muy contento cuando le preguntes.

Cepillando mi cabello hacia atrás, Britt lo coloca detrás de mí oreja.

— ¿No crees que estoy siendo desleal a Jake? —veo la mueca en sus labios y esto hace que me duela el pecho.

Niego con la cabeza.

—No, no lo creo. No creo que Jake tampoco lo pensara. Tú estás buscando lo mejor para la banda. TMS significaba todo para Jake. Él quisiera que ustedes sigan adelante y hagan lo que sientan sea correcto.

Britt cierra los ojos por un momento y presiona un beso en mi frente.

—Supongo que hablaré con él hoy —dice contra mi piel.

— ¿Así que vamos a celebrar esta noche?

—Si él dice que sí.

—Él dirá que sí.

Colocando sus dedos bajo mi barbilla, inclina mi cabeza hacia atrás, presionando un beso firme en mis labios.

—Estaré en casa a las siete, así que asegúrate de estar lista. Sé cuánto tiempo te lleva vestirte para salir.

Reúno energía para darle una mirada. Britt ríe. Caminando hacia la puerta, me mira sobre su hombro.

—Hasta luego. Te amo preciosa.

—También te amo.

En el instante que ella se va, me recuesto contra el mostrador, sujetándome para apoyo.

¿Qué voy hacer si estoy embarazada? Terminar no es una opción para mí; pero Brittany no quiere un bebé, se enojará porque no le consulté sobre el tratamiento. Dirá que sí por mi o quizás no. Quizás cuando la realidad nos golpee, ella descubrirá lo mucho que no quiere al bebé y me dejará. ¡Oh Dios! Necesito saber si estoy embarazada. Hoy, ahora. No puedo continuar con quizás en mi cabeza.

Estoy tan sobrecargada de energía negativa y la necesidad de saber, que ni me preocupo en darme una ducha. Me pongo un par de jeans y una camiseta; agarro mis gafas de sol y una de las gorras de beisbol de Brittany y me la pongo. Parezco una completa idiota pero no quiero que me reconozcan comprando una prueba de embarazo, por lo que el aspecto de idiota va igual. Desafortunadamente, ser la próxima esposa de Brittany me hacer ser bastante reconocida últimamente. Agarro mi teléfono y bolsa, las llaves del otro auto de Brittany, el Vanquish y me dirijo al garaje.

Cuando llego al portón, Henry, nuestra seguridad, me detiene y pregunta si necesito compañía en mi salida.

—Solo voy a dar una vuelta. Tengo un bloqueo de escritor —digo—. Pienso que conducir podría ayudarme a despejar mi mente.

De ninguna manera quiero seguridad conmigo en este viaje.

—Me parece buena idea —dice con una sonrisa.

—Tengo mi teléfono conmigo por si alguien me necesita.

—Bien. Disfrute su paseo señorita López —Henry abre el portón, dejándome salir.

Le he dicho un millón de veces que me llame Santana; pero él insiste todo el tiempo en llamarme Srta. López. Giro hacia la calle y comienzo a conducir hacia la salida de la cerrada comunidad. Necesito conseguir una farmacia (o droguería, como la llaman aquí), pero una que no sea local. Demasiadas personas saben que vivimos aquí.

Comienzo a jugar con el sistema integrado de navegación por satélite pero desafortunadamente no ofrece la función de aquí está su farmacia local para comprar una prueba de embarazo. Decido conducir hasta que veo una. Conduzco por cuarenta y cinco minutos antes de encontrar una farmacia que está a una distancia decente de casa. Entro y salgo en un instante, desapercibida por suerte, treinta dólares menos y tres pruebas de embarazo más. Una para saber; una para asegúrame y otra para estar doblemente segura.

Dejo caer la bolsa en el asiento del pasajero, enciendo el auto y marco el domicilio de la casa. En todo el viaje, cada vez que echo un vistazo a la bolsa sentada a mi lado, me dan ganas de vomitar. Una vez estoy de vuelta en la seguridad de la casa, me dirijo directamente hacia nuestro cuarto, agarrando la bolsa contra mí pecho como si fuera una bomba a punto de estallar. Esa probablemente es una descripción acertada porque si estoy embarazada preveo unas explosiones gigantescas.

Cierro la puerta del baño detrás de mí, bajo la tapa del inodoro y me siento. Saco una prueba de la bolsa. Tragándome un gran nudo de miedo, me quedo mirándola. Mi futuro con Brittany depende de lo que esto me dirá. ¡Oh Dios! El miedo se filtra entre mis huesos como veneno. Respiro profundo. Todo va a estar bien.

Con dedos temblorosos, abro la caja. Leyendo las instrucciones, retiro el sello de protección de la prueba y agradeciendo a Dios que necesito orinar, hago lo que dice y orino en la barra. Pongo la tapa de nuevo en la prueba y la coloco sobre el tanque del inodoro. Lavo mis manos, luego regreso y me pongo de rodillas justo frente al inodoro. Recojo las instrucciones para leerlas nuevamente.

Está bien, esto es simple. Tengo que esperar tres minutos y si estoy embarazada dirá: “Embarazada.” Si no lo estoy: “No embarazada.” Fácil, ¿no?

Bueno no, no si estoy embarazada. Esto estará muy lejos de ser fácil, no habrá palabra que exista que pueda definirlo. ¿Cómo puede mi futuro completo depender del resultado de lo que me diga una pequeña pieza de plástico? Se siente como si debiera ser más épico que esto. Especialmente si estoy embarazada.

Algo tan maravilloso y terriblemente movilizador en la vida como esto, debería tener un momento más grandioso que estar sentada sola en el piso del baño, esperando por que una pequeña pieza de plástico me diga mi futuro. ¿Cómo le voy a decir a Brittany? No puedo ni siquiera imaginar cómo abordar el tema. Cierro mis ojos. No pienses en eso ahora. Cuando sepas, piensas en ello.

¿Cuánto tiempo ha pasado? dos minutos, creo. Debería haber traído mi teléfono conmigo para llevar el tiempo. ¿Debería mirar ahora? Podría estar listo. Me levanto sobre mis rodillas para mirar pero el miedo me sienta de nuevo. No puedo hacer esto. Dejo caer mi cabeza en mis manos. Estoy tan malditamente asustada. Sé que tengo que saber, pero no quiero. Vamos Santana; levántate mujer.

Hago unas cuantas respiraciones profundas, pensando que ya deben haber pasado tres minutos; cierro mis ojos mientras me levanto lentamente. Bien, solo abre tus ojos. Respira profundo. Uno…dos….tres…. Abro mis ojos.



Embarazada.


No puedo creer que este pasando esto…...

Capítulo 10
Santana…

Me encuentro tumbada en la piscina sobre la tumbona, perdida en mis dolorosos pensamientos cuando oigo la voz de Brittany:

—Pensé que te estabas arreglando para ir a cenar.

Al instante me tenso, me giro y la veo apoyada con el hombro contra la pared, observándome.

Se le ve tan guapa. Desgarradoramente sexy. Hace que se me oprima el pecho y duele tanto que siento que no puedo respirar. Como si nunca más pudiese volver a respirar correctamente.

—Lo siento, perdí la noción del tiempo —murmuro.

— ¿Admirando L.A.? —Sonríe, ladeando un poco la cabeza.

—Algo así. —Me pongo de pie.

— ¡Oye! ¿Estás bien? —pregunta, observándome mientras me acerco.

No Brittany. Estoy embarazada de nuestro bebé.

—Estoy bien —pronuncio.

—No veo que estés bien. —Sus ojos escudriñan los míos—. Pareces.... ¿Has estado llorando? —pregunta enderezándose—. ¿Ha ocurrido algo?

Sí. Estoy embarazada, me hice el tratamiento sin consultarte.

—No, estoy bien. Acabo de ver un anuncio sobre niños hambrientos en África, y al final me provocó las lágrimas —le dije.

Su cabeza gira hacía la pantalla en blanco de la televisión.

—Deberías donar a esas organizaciones benéficas —le dije intentando distraer su rápidamente.

—Ya lo hago.

¿Cómo es que no lo sé? A veces siento como si supiese todo sobre Brittany y a la vez absolutamente nada.

Sus ojos se topan con los míos. Parece nerviosa. Tímida. Me gusta la Brittany tímida.

—Sabes, eres realmente maravillosa. —Cariñosamente acaricio con el dedo su mejilla—. Deberías permitir que todo el mundo viese ese asombroso, solidario lado tuyo.

—Cariño, éste lado sólo está reservado para ti.

Estoy abrumada, el amor y el temor me consume rápidamente. Puedo sentirlo extenderse por mi cara, la rodeo con los brazos, abrazándola fuertemente, presionando mi cara en su pecho.

Brittany me abraza igual de posesiva, descansando su mejilla contra mi pelo.

— ¿Estás segura que te encuentras bien? —murmura. Asiento, temiendo hablar por si acaso me vengo abajo.

—No me gusta pensar que has estado aquí sola, llorando. Odio pensar que llores, punto. No más tristes anuncios para ti, ¿de acuerdo?

Me trago el dolor que me envuelve.

—No. —Sacudo suavemente la cabeza.

—Hoy he hablado con Ryder —dice, acariciando con los dedos mi espalda.

— ¿Y? —Me inclino hacía atrás, mirando su cara.

Sostiene mi mirada y veo inquietud en sus ojos, entonces sonríe y comenta:

—Está dentro.

Sé que está feliz. Pero también está en conflicto. Se siente culpable a causa de Jake.

En estos momentos deseo apaciguar su remordimiento, pero temo que si permanezco más tiempo entre sus brazos me desmoronaré. Y en este preciso momento, cuando tenemos planes para la cena, no es el momento adecuado para contárselo. Necesitamos tiempo para hablar detenidamente sobre ello y no un rápido: A propósito Brittany estoy embarazada.

Primero iremos a cenar.

Más tarde. Se lo contaré más tarde.

Me libero de su abrazo.

—Me parece que será mejor que me vaya a arreglar para la cena. Cuando estoy a punto de irme me agarra la mano.

—Santana, si alguna otra cosa te estuviese preocupando me lo dirías ¿verdad?

—Por supuesto —le respondo, tragando saliva debido a la mentira.

Le aprieto la mano, forzando una sonrisa, camino hacía el salón sintiendo todo el tiempo los ojos de Brittany fijos en mí.


*******


—Bebé, ¿qué vas a tomar? —pregunta Brittany.

Bebé.

Estoy embarazada.

Oh, Dios mío.

La preocupación y el temor crecen exponencialmente según va transcurriendo la noche. Haber estado sola previamente, sabiendo lo que sabía, fue muy duro. Pero estar con Brittany y acallar la verdad, me estaba matando. Cada segundo que pasa siento que le estoy mintiendo al ocultarle mi embarazo.

Temo que en cualquier momento dejaré escapar las palabras. Concentrarse es la clave.

Se lo diré a Brittany, sólo necesito encontrar el momento adecuado, y ahora mismo no lo es.

Levanto la vista y veo al camarero parado en nuestra mesa.

—Oh, vacilo, tomaré ravioles de champiñón, por favor.

— ¿Les gustaría tomar vino con la cena? —pregunta el camarero a Brittany.

— ¿Tesoro, cuál vino te apetece? —pregunta Brittany.

Mierda. No puedo beber. No ahora que voy a tener un bebé.

Pero siempre bebo una copa cuando salimos a cenar. Si digo que no, sabrá que algo sucede. Pero entonces recuerdo que se puede beber de vez en cuando una copa de vino cuando se está embarazada ¿no es así?

Temiendo negarme y darle una pista, le respondo:

—Que elija Ryder. Al fin y al cabo estamos celebrando su aceptación en la banda. De verdad me alegro que ya seas oficialmente parte de TMS.

—Yo también. —Sonríe Ryder—. Y a lo que se refiere al vino, me viene bien cualquiera que tenga un alto contenido de alcohol —le responde a Brittany.

—Tomaremos una botella de Montrachet —pide Brittany.

—Buena elección. —El camarero recoge las cartas de menú de nuestra mesa y se marcha.

—Me encanta tu vestido —me dice Kitty desde el otro lado de la mesa.

—Gracias. —Llevo puesto el vestido jersey estampado de Pucci que me regalé a mi misma en un día de compras con Kurt. Él lo eligió por mí. Tiene un gusto excepcional. Más vale que le saque provecho mientras aún pueda.

Estoy embarazada. Y debo decírselo a Brittany.

—A mí también me gusta tu vestido. —Fuerzo una sonrisa.

Me gusta su vestido de verdad, sólo que ésta noche estoy obligándome a sonreír.

Kitty lleva puesto el vestido Pájaro nocturno de Marc Jacobs. Lo estuve mirando la semana pasada. Es precioso. Kurt me disuadió de comprarlo. Dijo que mis pechos se verían más recargados que el horizonte de Nueva York.

Ahora supe que tenía razón al verlo puesto en Kitty. Ella tiene un poco menos volumen en el área del pecho y le sienta como un guante.

¡Oh Dios mío! ¿No se le ponen a las mujeres que están embarazadas más grandes los pechos? Jesús ya son lo suficientemente grandes.

Miro a Kitty, con su bonito pelo rubio, piel dorada, figura delgada y me acuerdo que yo siempre quise ser así cuando creciese. Solía odiar ser la chica con la apariencia de extranjera en un mar de pelo rubio y ojos azules. Ahora me encuentro satisfecha conmigo misma a causa de Brittany. Por cómo me mira. Por la manera que me adora con sus ojos.

Pero no por mucho tiempo, porque me volveré gorda e hinchada, y Brittany ya no me deseará.

Voy a perderla. Me abandonará por alguna delgada, rubia diosa que no querrá amarrarla con niños.

El pánico se apodera de mí.

— ¿Así que eres escritora, Santana? —pregunta Kitty.

—La mejor. —Brittany sonríe, apoyando el brazo sobre el respaldo de mi silla, los dedos descansando suavemente sobre mi hombro.

Me envaro bajo su toque. Afortunadamente no parece darse cuenta. Recobrando la compostura, le digo:

—Yo no diría tanto, pero sí, escribo para una revista. Y en estos momentos estoy escribiendo un libro.

—Es cierto, estás escribiendo la biografía sobre la gira del grupo. Debe ser genial escribir sobre la chica con quien vives. Supongo que deberás recordar en excluir los malos hábitos, como dejar levantada la tapa del inodoro o toallas mojadas sobre la cama. —Levanta una ceja en dirección de Ryder.

—Intento recordarlo. —Ryder levanta las manos en defensa—. De vez en cuando se me olvida.

—Más bien cada maldito día —responde ella riendo—. Seis años casados, recordándoselo más veces de las que se pueda mencionar, y ¡el hombre todavía no puede recordar colgar la toalla! Estoy segura que lo hace adrede para volverme loca.

—Cariño, ya me conoces, vivo para volverte loca. —Ryder rodea con sus brazos su cuello. La acerca y la besa en la parte superior de la cabeza. Riendo nerviosa, Kitty le riñe con la mano en su torso por despeinarle.

El amor que se confieren es tan obvio, contagioso. Espero que después de seis años de matrimonio Brittany y yo estemos tan enamoradas.

La reflexión se me escapa, hiriéndome, sabiendo que en cuanto le cuente a Brittany sobre mi embarazo, seguramente no permaneceremos ni seis minutos juntas.

Especialmente si le digo que tendré al bebé habiendo hecho el tratamiento sin consultarle.

—Sólo estoy utilizando mis anotaciones de la gira —respondo a su pregunta—. Por lo tanto los malos hábitos de Brittany como nunca limpiar el apestoso cenicero que deja afuera en el patio, ciertamente no se incluirán. —Le dirijo una mirada.

—Cariño los limpias mucho mejor que yo —me dice, mirándome con ojos de cordero.

Me golpea el pecho un dolor agudo, dejándome sin aliento.

—Sí, eso funciona. —De broma le confiero una severa mirada, obligándome a restablecer mi fachada.

Brittany me devuelve una de sus sexys sonrisas, esas con las que siempre se sale con las suyas, mientras se inclina sobre mí y me planta un beso en la mejilla. Mi piel sigue quemando aún mucho tiempo después de que sus labios se hubiesen retirado.

— ¿Kitty qué haces para ganarte la vida? —le pregunto, enfocándome en ella.

—Soy diseñadora de interiores.

—La mejor diseñadora de California —dice orgulloso Ryder.

— ¿Tienes tu propia empresa? —le pregunto.

—La tengo. —Ella sonríe—. Es pequeña pero me va bien.

—Recientemente nos hemos mudado a una nueva casa y necesitaría un poco de ayuda para decorarla. Sí no estás demasiado ocupada me encantaría contratarte para que me ayudaras. No tengo ni idea por dónde empezar. ¿Si a ti te parece bien? —le pregunto a Brittany.

¿Por qué estoy haciendo planes para la decoración? Supongo que el bebé necesitará un cuarto...

¿Qué demonios estoy haciendo, soñando con esto cuando ni siquiera sé sí Brittany querrá éste bebé? No lo querrá, sé que no lo querrá. Recuerdo su mirada cuando el tema salió a relucir en la isla……demonios, porque no le consulté sobre el tratamiento.

—Desde luego. Me parece una idea estupenda —responde Brittany, devolviéndome al presente.

—Entonces me encantaría. —Kitty sonríe—. ¿Qué te parece si me acerco a tu casa el lunes y continuamos desde ahí?

—Fenomenal, no puedo esperar. —Eso es sí aún sigo viviendo ahí. Me obligo a sonreír.

—Así que llevan casados seis años —les digo, necesito cambiar de tema.

—Sí, llevamos juntos diez años —responde Kitty—. Somos los típicos novios de instituto.

—Querida, quizás 'típico' es decir mucho. Yo era el pobre cutre chico emo y ella era la caliente animadora —explica Ryder—. Tardé cinco años para que se fijara en mi, entonces, una vez que tuve su atención, la conquisté con mi ingenio y encanto, llevamos juntos desde entonces.

—Fue su persistencia —dijo ella riendo—. Pensé que un chico que persistía durante tanto tiempo debía tener un enorme aguante.

— ¿O sea que fue mi persistencia y mi aguante y no mi sexy cuerpo y encanto? —dijo Ryder, fingiendo conmoción.

—No, esos fueron los que consiguieron casarme contigo. —Le sonrió abiertamente.

Mientras les observo interactuar, se entibia mi inseguro corazón y siento a Brittany cogerme la mano debajo de la mesa. Cuando la miro sonriendo, me devuelve la sonrisa, pero hay algo apagado en ello.

O quizás se estaba desatando mi propia paranoia.

— ¿Chicas han fijado ya una fecha para la boda? —pregunta Kitty.

—El veintiuno de Julio —responde Brittany, adelantándose en la respuesta.

— ¿Y cómo van los preparativos? —Me dirige la pregunta.

—Lentos —digo con un mohín—. No tengo ni la menor idea por dónde empezar. Hasta ahora, tengo algunas revistas de bodas, algunos vestidos resaltados como posibles y un borrador de la lista de invitados.

—Bueno ya anteriormente he planificado una boda, sí necesitas que te eche una mano, házmelo saber.

—Seguramente te tomare la palabra. —Sonrío.

—Simplemente llámame extraordinaria diseñadora de interiores y coordinadora de bodas —bromea con floritura.

Suelto una carcajada.

Es fácil reír durante ese momento en que me he olvidado que estoy embarazada. Entonces recuerdo que nuestro bebé está creciendo dentro de mí y mi humor se desploma como una roca en el agua.

Llega el camarero con la botella de vino y es en ese momento cuando Brittany aparta el pelo de la nuca. Inclinándose susurra en mi oído:

—Estás muy sexy. Si pudiese, te haría mía ahora mismo sobre esta misma mesa. ¿La mesa del comedor, más tarde, en casa? —Se aparta mirándome fijamente. Sus ojos oscuros y penetrantes.

Asiento en silencio, forzando otra sonrisa.

Deposita un suave beso sobre mis labios, se vuelve a reclinar sobre su silla y empieza a hablar con Ryder.

Esta noche quiere hacer el amor.

Por supuesto que quiere. Todas las noches tenemos sexo. Y por la mañana. Pero no puedo. No con esto en mi mente.

Se lo tendré que decir antes de que lleguemos a casa.

Mierda.




Nos despedimos de Kitty y Ryder y acabamos de meternos en el auto cuando de pronto suelto:

—Tenemos que hablar. Y no es algo que podamos hablar en casa.

Antes de arrancar el auto se queda quieta, gira su cabeza hacía mi, su cara mostrando infinidad de preguntas.

— ¿Por qué no?

Sé lo importante que es para Brittany que nuestra casa permanezca impecable por peleas. Y siento que está conversación no será una muy feliz.

—Sólo porque sí —contesto—. ¿Hay algún sitio privado donde podamos ir a hablar?

— ¿Sólo porque sí? —Frunce el ceño—.Santana ¿crees que eso es una respuesta aceptable?

—Brittany no quiero hablar de ello en el auto. —Me rodeo con los brazos, protegiéndome.

—Pero no quieres hablar sobre ello en casa. Por lo tanto creo que éste es tan buen sitio como cualquier otro. —Gira su cuerpo hacía mi, doblando la rodilla la coloca sobre el asiento.

Negando con la cabeza miro fijamente a través de la ventana del pasajero. Puedo sentir el temor sacudir mi cuerpo, las palabras atascarse en mi garganta.

— ¿Este era el motivo por lo que estabas así antes? ¿Por lo que estabas llorando? ¿Lo que he sentido cocerse durante toda la noche bajo la superficie?

Siento como mis ojos se llenan de lágrimas.

—San, ¿me vas a contestar? —ordena. Su tono es tan severo que me obliga a mirarla—. ¿Vas a dejarme? —Su semblante de puro dolor es como un puñetazo en mi cara.

—No —digo rápidamente—. ¿Por qué piensas eso?

—Santana, por la expresión de tu cara. Tu aspecto es como si estuvieses afligida. Cómo si hubieses perdido algo valioso. Todos tus seres queridos están bien y a salvo, así que por la única cosa que puedes estar de duelo ahora mismo es por la muerte de nuestra relación.

—No, Brittany no. —Niego con la cabeza. Enjuago la lágrima que rueda por mi mejilla—. Jamás te dejaría. Jamás. Pero... posiblemente serás tú la que me deje cuando te diga lo que tengo que decirte. —Entrelazo mis manos sobre el regazo.

Veo una mezcla de dolor e ira pasar por su cara, endureciendo sus hermosos rasgos. Al momento dijo:

—Has... —Se queda callada. Dándose la vuelta agarra el volante, mirando a través del parabrisas. Cuando comienza a hablar, su voz es muy baja, tan desconsoladamente baja—: Lo que me tienes que contar... si va a destruir lo que nos profesamos, éste amor entre nosotras, entonces no me lo digas. No quiero saberlo. Santana te deseo, y cualquier cosa que me hiciese sufrir, por un segundo, que no es así... entonces... no me lo digas.

Mi corazón se rompe en un millón de pequeños pedazos. Sé lo que está pensando. Detesto que piense eso.

—Cuando me pediste matrimonio luego de aquel concierto estaba tan emocionada, un día vi unos hermosos niños pequeños jugando en el parque, me emocionó tanto la idea de tener nuestros propios hijos, un día te pregunte que pensabas, no muy convencida me dijiste que sería perfecto para nosotras, inicié el tratamiento con tus óvulos en aquella clínica donde los habías dejado cuando empezaste la banda….pero cuando nos fuimos de vacaciones a la isla, me dijiste que definitivamente no querías niños en nuestra relación. Brittany……..Estoy embarazada. —Las palabras brotan de mi boca. Por un momento parece que todo el aire dentro del auto se hubiese evaporado. Mi mundo se para. Espero. Espero a que se pronuncie. Cualquier cosa.

Pero no lo hace.

Y cuando arranca el auto y lo pone en marcha y empieza a transitar por la calle, siento como mi mundo se desploma sobre mi regazo, vaciándome hasta el fondo.

Una lágrima se escapa. Muchas más quieren seguirla, pero las retengo. Enjugando discretamente la solitaria lágrima me pongo a mirar por la ventana.

La trayectoria a casa dura más de quince minutos. En todo ese tiempo Brittany no dice nada y yo tampoco.

Siento como un distanciamiento se interpone entre nosotras, aumentando con cada minuto que pasa hasta el punto que podría haber entre nosotras doce años y un océano.

Brittany se para ante la entrada. Me apeo del auto y cierro con un portazo.

Mientras me acerco a la puerta de entrada busco a tientas las llaves en el bolso. Las cojo entre los dedos, las meto en la cerradura y entro.

También le doy a ésta un portazo. Estoy furiosa y dolida por no decirme nada. Quiero que lo sepa.

Doy un paso adelante y es entonces cuando oigo el auto dar marcha atrás.

Moviéndome con rapidez abro de golpe la puerta y veo las luces traseras saliendo deprisa del vado.

El dolor me atraviesa, tan feroz que mis piernas ceden. Me desplomo contra la pared, apretándome el pecho. Me encuentro vulnerable. Rota. Asolada.

Se ha ido.

Ardientes lágrimas me queman los ojos.

No llores, Santana. Mantén la calma.

Presiono las palmas de las manos contra los ojos, intentando mantener a raya las lágrimas.

Se supone que me ama. Tanto así que cuando pensó que le fui infiel no quiso saberlo.

Pero le digo que estoy embarazada y sale pitando como si su cuerpo estuviese ardiendo, sin decir ni una palabra.

Bastarda. Condenada bastarda.

Entonces me pongo furiosa. Realmente furiosa.

Bien, ella no quiere éste bebé. Entonces no quiero su patético perdón.

Me encamino a nuestro dormitorio. Cojo uno de los bolsos de viaje de Brittany y unos jeans, camisetas, pijamas y ropa interior. Lo meto todo en la bolsa.

En el vestidor, saco el pasaporte de la caja fuerte. Cojo el teléfono del bolso.

Necesito un taxi.

En mi teléfono hago una rápida búsqueda de empresas de taxis locales y llamo al primero que aparece.

Me comunican que el taxi tardará quince minutos.

Voy al recibidor y descuelgo el interfono de la pared y llamo a la puerta principal para hacerles saber que espero un taxi.

Preparada para irme, me quedo un momento quieta en el recibidor, la bolsa de viaje a mis pies, el bolso colgado del hombro.

En estos momentos no estoy muy segura lo que estoy haciendo.

Dándole vueltas a mi anillo de compromiso, me paro. Levanto el dedo para mirarlo.

“Santana Marie López, te quiero más allá de cualquier lírico que pudiese escribir o cualquier palabra que pudiese pronunciar. Siempre te quise y siempre te querré. ¿Cásate conmigo?”

Una lágrima se desliza por la mejilla y me quito el anillo de compromiso.

Volviendo lentamente a nuestro dormitorio pongo el anillo sobre la almohada de Brittany.

Entonces me dirijo directamente al recibidor, cojo la bolsa de viaje la echo sobre mi hombro y salgo a la tibia noche californiana.

Cierro la puerta de entrada, mantengo las llaves en mi mano y empiezo a caminar por el largo camino de entrada.

Jackson uno de los guardias de seguridad nocturnos sale del garito cuando me ve.

—Señorita López ¿va todo bien? —Veo como sus ojos de dirigen a la bolsa de viaje.

—Por favor ¿le podría dar esto a Brittany cuando regrese? —le extiendo las llaves. Sus ojos se posan sobre ellas y después de vuelta a mi cara.

— ¿Está segura que no quiere quedárselas usted?

—No. —Niego con la cabeza—. Ya no las voy a necesitar. Renuente me las coge.
Cuando empiezo a caminar hacía la verja, él dice de pronto:

—Si necesita que la lleven a alguna parte, Parker puede llevarla donde desee. — Señala con el pulgar a Parker, el otro guarda de seguridad que se encuentra de pie ante la puerta, observando nuestra interacción.

—No, está bien. Gracias. Estoy esperando un taxi. —En ese preciso momento llega el taxi.

—Adiós Jackson. Adiós Parker. —Les saludo brevemente con la mano. Mientras Parker abre la verja, dejándome salir, Jackson me sonríe con tristeza. Sin mirar atrás, me subo al taxi poniendo las bolsas a mi lado.

— ¿A dónde? —pregunta el taxista.



—Por favor al aeropuerto.












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¿Qué les parece el inicio de la segunda parte de la historia?..........para que no me consideren malvada jejejeje, voy a ponerles un par de adelantos de lo que se viene en la siguiente actualización…….






Breves adelantos – caps. 11, 12 & 13






Sé que sin lugar a dudas que Santana querrá el bebé. Un aborto no será una opción para ella.

Ahora me siento como la peor de las cretinas por solo pensarlo. Pensar en deshacerme de una parte de mí formándose en el interior de Santana.

Pero ¿qué sé yo de ser mamá? Nada. No sé absolutamente nada. No tuve exactamente el mejor modelo con mi padre, mi madre hizo lo que pudo. Puede que haya tenido a mi padrastro Dale en la última etapa, y por supuesto, él es un buen tipo, pero el daño estaba hecho a esas alturas. Yo estaba más allá de la reparación para el momento en que mi padre Paul se había ido.

******

No es una excusa, pero me entró el pánico. Cuando ella dijo que estaba embarazada, fue como un fusible pasando dentro de mi cabeza y sin dejarme pensar con claridad. Durante todo el camino a casa, me sentí vehemente.

No podía pensar o concentrarme en nada. Era sólo... Conduce el auto, Brittany.

Vuelve a casa, Brittany.

No pude llegar más lejos que eso. Cuando ella salió del auto, supe que estaba enojada y herida, pero quedé congelada en mi asiento.

Me estaba diciendo a mí misma que debía salir del auto, seguirla, hablar con ella, pero literalmente no podía hacer que mi cuerpo se moviera.

*******

Un minuto más tarde, mi móvil comienza a sonar, pero no es ella. Es la seguridad.

— ¿A dónde va? —pregunto con una voz cortante.

—Al aeropuerto, señorita Pierce.

Mierda.

Pongo el auto en marcha, doy una vuelta alrededor, presiono el pedal a fondo, desesperada por llegar al aeropuerto para detener a la única mujer que he amado de abandonarme y llevarse a mi hijo con ella.

+++++++

Voy a tener que esperar en el aeropuerto hasta que pueda tomar el próximo vuelo fuera de este lugar de mala muerte.

Esperaba que Brittany reaccionara mal a la noticia de mi embarazo. Esperaba una pelea. Que me gritara por no consultarle sobre el tratamiento…..Lo que no esperaba fue que no dijera una palabra, y luego se alejara en el instante en que me sacó del auto.

Sólo pensar en ello hace que me duela el pecho de nuevo. Cruzo los brazos, tratando de comprimir el dolor.

********

—Me merezco eso también. —Arrastra una mano por su pelo—. Mira, solo déjame llevarte segura a casa. Luego dame diez minutos de tu tiempo, escucha lo que tengo que decir, y si todavía deseas irte, haré los arreglos para que el jet te lleve a donde quieras ir. No puedes simplemente andar por ahí sola sin seguridad. No es seguro para ti... o el bebé.

Inhalo fuerte ante la mención del bebé. Las lágrimas brotando de mis ojos, y luego se me escapa un sollozo. Presiono mi mano en mi boca.

—Santana... —Extiende la mano para tocarme. Me aparto de Brittany.

—No me toques —susurro mis palabras llorosas por las lágrimas.

—Lo siento mucho...

— ¡Basta! —espeto—. No necesito tu lástima o compasión. Déjame en paz.

*******

—Pero mientras estaba sentada allí pensando en todas las cosas negativas, me di cuenta de algo.

— ¿De qué? —Estoy casi en el borde de mi asiento.

—Que te tengo a ti —dice con sencillez—. Contigo sé que puedo hacerlo, porque tú eres mi fuerza, Santana. Me haces querer ser una mejor mujer, una buena mamá para nuestro bebé. La mejor. Y quiero pasar el resto de mi vida cuidando de los dos —oigo su voz romperse antes de continuar en un tono más tranquilo—. No quiero ser como mi padre, Santana. No quiero que nuestro hijo experimente nunca lo que yo al crecer, y eso es lo que me mantendrá fuerte. Ustedes me mantendrán fuerte.

Veo lágrimas tiñendo sus mejillas, y mi corazón se rompe. Ahogo un sollozo. Soltando mi cinturón, me lanzo a su regazo.

Sus brazos me agarran con gran fuerza, y entierra su cara en mi cuello.

—Lo siento mucho. Por favor perdóname por dejarte.

++++++++++

— ¿Cómo va a saber Kurt sobre obstetras? Él puede ser gay, pero no le ha aparecido mágicamente una vagina durante la noche, que yo sepa.

Eso consigue sacarle una sonrisa. Una pequeña, pero es un comienzo.

—Porque, listilla, no hay nada que Kurt no sepa o que no pueda encontrar. Por eso le pago muy bien.

Levantando mi mano de la suya, digo:

—De acuerdo, bien, sólo no le digas que estoy embarazada. Dile que estoy teniendo problemas de mujeres.

*****

En realidad debería haber una ley en contra de este tipo de cosas. A la gente tan hermosa como ella no se les debe permitir ser pediatras. Creo que debería patear hasta la muerte a Kurt dos veces ahora, sólo por si acaso. Él está oficialmente fuera de mi lista de Navidad. Acababa de presentarle a Brittany a una inteligente, hermosa chica quien sabe bastante acerca de las partes de las mujeres, probablemente de los hombres también, así que por lo tanto, será increíble en el sexo. Y yo estoy a punto de convertirme en la gorda, rechoncha Santana, quien muy pronto no tendrá mucho que ofrecer en el departamento de sexo.

—Estoy tomando a partir de la urgencia a verme hoy, que tienen algo de preocupación con respecto al embarazo —afirma la doctora más que preguntar, interrumpiendo mis mal intencionados pensamientos.

—Sí. —Brittany se sienta hacia adelante en su asiento, pero mantiene un férreo control de mi mano—. Es de conocimiento público mi consumo de drogas desde que TMS tuvo éxito y que estaba en rehabilitación limpiándome. —La siento tensarse, así que pongo mi mano libre en su rodilla.

*******

—Ahí vamos —dice ella—. Esta pequeña cosita aquí es tu bebé.

Abro mis ojos de un golpe y me encuentro cara a cara con una pequeña mancha en la pantalla.

Mi bebé. Nuestro bebé.

Mi corazón se eleva en mi boca, y las lágrimas pinchan mis ojos. Me doy cuenta de que el agarre de Brittany en mi mano se ha tensado junto con el mío, y cuando volteo a mirarla, veo sus ojos fijos en la pantalla. Brillando y llenos de asombro. Mi corazón se estremece, se levanta, y luego revolotea graciosamente fuera de mi pecho.

— ¿Brittany? —susurro.

Sus ojos se mueven a los míos, y en su encuentro, una desgarradora sonrisa arrasa su cara. Una sonrisa que recordaré por el resto de mis días.

Inclinándose hacia mí, presiona un beso en mi frente.

—Gracias —susurra contra mi piel, y estoy a punto de quebrarme en el acto. Una lágrima se desliza de mi ojo, y discretamente la quito.

—Todo luce perfecto—dice la doctora Súper Modelo, viendo a la pantalla, moviendo el ratón alrededor, haciendo pequeñas marcas alrededor de mi pequeño bebé—. Tenemos un fuerte latido de corazón. El bebé está creciendo bien. Yo diría que estás cerca de las seis semanas.

Hola……….buenos días a todas/os……….su apoyo a la primera parte de este fic me enorgullece y anima a continuar ….. y bueno, habiendo iniciado la segunda parte de la historia espero les guste….desde ya les digo que se viene el drama desde el capítulo 18…..tranquilas, recuerden que todo se superara






Confirmo que dadas mis obligaciones universitarias, personales y otras, el ritmo de actualización será de 2 veces por semana, es decir: los días LUNES (2 capítulos) y JUEVES (3 capítulos) (me parece más coherente dejarles 3 capítulos antes de un fin de semana. ¿Les parece la idea?)….últimamente me hallo bastante ocupada, espero poder librarme de esta situación lo antes posible….en cuanto lo haga, volveré al antiguo ritmo de actualización (3 por cada día lunes y otros 3 por cada día jueves)……..espero puedan comprenderme





Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)








*Próxima actualización: día LUNES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….

















https://www.youtube.com/watch?v=LV2wdhqQgIU






NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “The Mighty Storm” y es de autoría de Samantha Towle (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Los Ángeles fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio, Nueva York, Los Ángeles (en pequeñas ocasiones Chicago) (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + 31 capítulos (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de Brittany, en el caso de esta adaptación); el segundo libro se compone de: sinopsis + 25 capítulos + epílogo. Esta historia es narrada desde el punto de vista de Santana (en el caso de esta adaptación) casi al 100%.......aunque en el capítulo 31 del primer libro y algunos capítulos de segundo libro podremos observar también el punto de vista de Brittany sobre algunos sucesos importantes que hacen a la historia………Espero disfruten de esta historia










Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.







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“Estoy embarazada”……son dos palabras que no dejan de repetirse en mi mente.

Santana está embarazada. Con mi bebé.

¿Cómo puede estar embarazada? Jesucristo………ahora recuerdo que cuando nos reconciliamos luego de aquel concierto, recuerdo que la veía tan radiante que cuando me dijo que quería tener un hijo mío mediante el tratamiento de fertilización no pude decirle que no, pensaba que sólo era una idea del momento, que quizás pronto se le olvidaría, luego nos fuimos de vacaciones a la isla y allí me eché para atrás con la idea de tener hijos porque estaba aterrada y no concebía a niños en un futuro, pude ver su rostro desilusionado y no hice ni dije nada para borrar esa tristeza que se formó en sus bellos ojos; pero ahora todo es tan fuera de lo común porque Santana sí se realizó el tratamiento de fertilización antes de nuestras vacaciones…….

Ella está embarazada. Con mi bebé.

No puedo ser madre. No tengo material de madre perfecta y amorosa.

Consigo un encendedor fuera del paquete y me doy cuenta que mis manos tiemblan.

Aprieto mis puños, tratando de aliviar el temblor. Pongo un cigarrillo entre mis labios, lo enciendo, y tomo una larga y lenta bocanada.

Descendiendo por la ventana, soplo el humo hacia la noche, y miro Los Ángeles.

La última vez que estuve estacionada aquí, estaba viendo a Santana en el capó de mi auto, y ahora estoy aquí, después de enterarme de que voy a ser madre.

Rayos.

Sé que sin lugar a dudas que Santana querrá el bebé. Un aborto no será una opción para ella.

Ahora me siento como la peor de las cretinas por solo pensarlo. Pensar en deshacerme de una parte de mí formándose en el interior de Santana.

Pero ¿qué sé yo de ser mamá? Nada. No sé absolutamente nada. No tuve exactamente el mejor modelo con mi padre, mi madre hizo lo que pudo. Puede que haya tenido a mi padrastro Dale en la última etapa, y por supuesto, él es un buen tipo, pero el daño estaba hecho a esas alturas. Yo estaba más allá de la reparación para el momento en que mi padre Paul se había ido.

Él me arruinó con su desprecio. Y yo no puedo hacerle lo mismo a un niño como él lo hizo conmigo. No a mi propia carne y sangre. Yo nunca me lo perdonaría.

Tomando otra calada, descanso mis codos en el volante y pongo mi cabeza en mis manos y recuerdo una de las tantas frases insultantes de mi padre.


Flashback

“—Eres un desperdicio de espacio, Brittany... ¿No puedes hacer nada bien? ...Te pareces a tu madre, lo haces, maldita inútil... Ojalá no hubieras nacido, nunca quise que me endilgaran con una niña, sobre todo, no con una pequeña llorona de mierda como tú... nunca llegarás a nada... ¿Por qué diablos estás llorando? Si no dejas de llorar, niña, te voy a dar una maldita razón para llorar”...

Fin de flashback


Golpeo mis manos contra mi frente, tratando de alejar el sonido de su maldita voz de mi cabeza.

Él está muerto, y aún está aquí, molestándome. Todavía burlándose de mí. Necesito borrar sus recuerdos.

Prendo la música, buscando rápidamente a través de Linkin Park, y presiono reproducir en "Numb". Subo el volumen fuerte, hasta que las canciones sangren a través de todos mis sentidos.

Siempre escucho esta canción cuando necesito despejar mi mente. Mi asesora en abusos de drogas dijo que encuentre algo para enfocarme cuando sienta que todo está desvaneciéndose lejos de mí. La música es mi vida, aparte de Santana, así que escogí esta canción.

Sé que esto puede parecer una canción extraña para calmarme, pero funciona. "Numb" es mi canción de bajón.

Puedo sentir que mi ira y frustraciones ya empiezan a menguar.

Numb es exactamente cómo necesito sentirme en estos momentos. No quiero pensar. No quiero sentir.

Porque si lo hago, voy a dar la vuelta alrededor del auto e iré en la dirección equivocada, directamente a un traficante de drogas.

Descanso en mi asiento, tomo otro largo trago de humo, tirando la ceniza por la ventanilla.

Voy a ser madre..

No sé cómo ser una. Quiero serlo... por Santana y mi hijo. Quiero ser todo lo correcto para ellos. Pero no sé si puedo. Voy a arruinarlo. Arruino todo.

La idea de meter la pata en algo tan importante como tener un hijo me aterroriza más que palabras.

No puedo estar con él. No puedo ser Paul. Y lo he sido, durante mucho tiempo.

Nunca le levantaría la mano a una mujer o a un niño. Nunca. ¿Pero qué pasa si tuviéramos un niño y algo simplemente se quebrara dentro de mí cambiándome al bastardo que era mi padre? No se necesita sólo los puños para herir y romper un niño. Las palabras hacen un grave daño también.

Lo sé muy bien.

Y yo soy como él en muchos aspectos. En demasiadas maneras. ¿Quién dice que no me transformaré en la copia exacta de porquería que fue Paul Pierce una vez que nazca mi hijo?

Yo puedo ser exitosa profesionalmente, pero detrás de esa fachada, soy una porción entera de persona destrozada. Santana es el pegamento que me mantiene unida, y mira lo que acabo de hacer con ella. Ella es todo mi mundo.

Me dijo que está embarazada y yo sólo me alejé. La dejé sola.

¿Qué tipo de pareja hace eso? Una maldita cobarde, eso es.

Dios, cuando ella me dijo que estaba embarazada, sonaba tan asustada. Podía oírlo en su voz.

Casi como si supiera lo que yo haría. Que huiría. Que lo echaría a perder.

¿No lo hago espectacular?

No es una excusa, pero me entró el pánico. Cuando ella dijo que estaba embarazada, fue como un fusible pasando dentro de mi cabeza y sin dejarme pensar con claridad. Durante todo el camino a casa, me sentí vehemente.

No podía pensar o concentrarme en nada. Era sólo... Conduce el auto, Brittany.

Vuelve a casa, Brittany.

No pude llegar más lejos que eso. Cuando ella salió del auto, supe que estaba enojada y herida, pero quedé congelada en mi asiento.

Me estaba diciendo a mí misma que debía salir del auto, seguirla, hablar con ella, pero literalmente no podía hacer que mi cuerpo se moviera.

La siguiente cosa que supe es que el auto estaba en reversa, y yo estaba girando a su alrededor, conduciendo fuera de allí.

Estaba tan aterrorizada. Todavía estoy aterrorizada.

Santana está llevando a mi bebé dentro de ella, y yo los deje a ambos atrás. Me aleje.

Lo soy.

Soy el legado que mi padre dejó atrás. Consiguió exactamente lo que quería. Él me quería tan infeliz... no, más imbécil... de lo que él estaba.

Bueno, muchas gracias, papá. Has hecho un gran trabajo de primera categoría.

Tomando una última calada de mi cigarro, tiro la colilla por la ventana. Nunca seré lo suficientemente buena para Santana o el bebé. Pero quiero serlo.

Sé que el bebé va a ser perfecto y hermoso, porque así es Santana. Va a parecerse a ella, porque tiene que hacerlo. No quiero una onza de mi estúpido padre en nuestro bebé.

Nuestro bebé.

Vamos a tener un bebé. Está creciendo dentro de ella en estos momentos. Un pequeño bebé.

Será tan pequeño... tan diminuto, con un pequeño corazón latiendo en su pecho. Necesitará protección, que lo mantenga seguro para toda su vida.

Y es mío para protegerlo.

Voy a ser mamá.

De la nada, siento un pequeño elevamiento en mi corazón ante la idea. Una pequeña chispa de esperanza enterrada profundamente dentro de mi fracturada alma.

A continuación, la realidad me da una bofetada en la cara.

Estoy completamente arruinada. Ella nunca me va a perdonar por esto.

Tengo que volver. Tengo que hablar con ella. Rogarle que me perdone. Decirle que haré que funcione de alguna manera. Ya pensaré en algo. Encontraré la manera de ser una buena madre para nuestro bebé. Quiero ser la mujer ejemplar que ella cree que puedo ser. Haré cualquier cosa por ella.

No puedo perder a Santana. Es mi razón de ser. Es mi todo. Y quiero ser lo mismo para nuestro bebé.

Estoy a punto de encender el auto cuando mi móvil empieza a sonar. Echo un vistazo a la pantalla y veo que es la seguridad de mi casa.

Santana.

Rayor, no.

— ¿Qué pasa?

—Señorita Pierce. Es Jackson. Yo, um, sólo pensé que usted querría saber que la señorita López acaba de salir en un taxi. Ella tenía equipaje, y, um, dejó sus llaves de la casa conmigo para que se las entregue.

Mi corazón cae a través de mi estómago.

Dios, no.

— ¿Simplemente la dejaste ir? —le digo entre dientes.

—Lo siento, señorita. Traté de hablar con ella, me ofrecí a llevarla a donde sea que iba a ir, pero no lo permitió.

Esa es Santana. Obstinada hasta la exageración.

— ¿Sabes dónde iba? —pregunto por medio de mi boca seca.

—No, señorita.

—Averígualo.

— ¿Cómo?

— ¿Viste qué compañía de taxis fue la que la recogió?

—Sí.

— ¡Entonces hazles la maldita llamada y averigua donde el conductor está llevándola! ¿Cuánto hace que se fue? —Llevo mi mano por mi cabello.

—El taxi se alejó hace menos de un minuto.

—Llámalos ahora. Luego llámame de nuevo.

Cuelgo.

Ella se fue. No tengo a nadie a quien culpar sino a mí misma. He arruinado total y monumentalmente todo.

Maldita idiota, soy una total y completa idiota.

Tengo que hacer esto bien. Tengo que traerla a casa. Traerlos a casa. Hago un marcado rápido al móvil de Santana.

Está sonando.

Responde, nena, por favor.

Al cabo de tres sonidos, se desvía al buzón de voz. Ella me cortó.

Mierda.

Prosigo la re-llamada. Correo de voz.

Mierda. Mierda. Mierda.

Espero el tono para dejar un mensaje.

—Cariño, lo siento mucho. Lo arruiné, lo sé, pero no me dejes. Llámame, por favor. Podemos hablar y solucionar esto. No debí irme cuando lo hice. No debí dejarte así. Sólo me entró el pánico. No soy tan fuerte como tú, nena. No es una excusa, lo sé, pero por favor no te vayas. —Exhalo—. Yo realmente... Te amo demasiado.

Puedo sentir mi garganta apretarse, así que cuelgo la llamada antes de que me ponga a llorar.

Saco otro cigarro, lo enciendo, me siento y miro fijamente mi móvil.

Llámame, cariño, por favor.

Un minuto más tarde, mi móvil comienza a sonar, pero no es ella. Es la seguridad.

— ¿A dónde va? —pregunto con una voz cortante.

—Al aeropuerto, señorita Pierce.

Mierda.



Pongo el auto en marcha, doy una vuelta alrededor, presiono el pedal a fondo, desesperada por llegar al aeropuerto para detener a la única mujer que he amado de abandonarme y llevarse a mi hijo con ella.

Capítulo 12
Santana…

Adele comienza a cantar en mi bolsa. Rebusco para encontrar mi teléfono.

Brittany…

Mi corazón golpea pesadamente en mi pecho mientras me quedo mirando su nombre en la pantalla.

Ella me dejó. Sólo se marchó y me dejó.

El dolor, el rechazo, y la humillación todos se agrupan y queman directamente a través de mi corazón.

Rechazo su llamada y apago mi teléfono.

— ¿Cuánto tiempo más hasta el aeropuerto? —le pregunto al conductor.

—Unos quince minutos.

Descanso en mi asiento. Ni siquiera sé cuándo sale el siguiente vuelo de vuelta a Lima, Ohio. No lo planeé tan lejos. No planeé esto en absoluto.

Voy a tener que esperar en el aeropuerto hasta que pueda tomar el próximo vuelo fuera de este lugar de mala muerte.

Esperaba que Brittany reaccionara mal a la noticia de mi embarazo. Esperaba una pelea. Que me gritara por no consultarle sobre el tratamiento…..Lo que no esperaba fue que no dijera una palabra, y luego se alejara en el instante en que me sacó del auto.

Sólo pensar en ello hace que me duela el pecho de nuevo. Cruzo los brazos, tratando de comprimir el dolor.

—Un bonito lugar del que la recogí —dice el conductor.

—Sí —respondo no queriendo meterme en una conversación con él.

—Valen un montón de dinero esas casas. ¿Usted vive ahí? Sigue lanzando miradas hacia mí por el espejo retrovisor. Oh Dios, espero que no me reconozca.

—No. Solo estaba de visita. —Vuelvo la cara para mirar por la ventana, haciéndole saber que no estoy de humor para hablar.

Gracias a Dios capta el mensaje.

Quince minutos más tarde, veo el gran signo del aeropuerto. Estoy absolutamente lista para salir de este taxi y de esta maldita ciudad.

Sólo quiero ir a casa. Quiero a mi mamá y a mi papá…

Dios, no puedo ni siquiera empezar a pensar en cómo va a reaccionar mamá cuando le diga que estoy embarazada y que Brittany no quiere al bebé. Mi papá se pondrá furioso. Probablemente volará aquí sólo para poder discutir con Brittany la siguiente semana.

Mierda.

Todo esto es un maldito desastre.

— ¿Cuánto? —pregunto cuando el conductor se detiene en la acera.

—Setenta y cinco dólares.

Maldito. Estoy seguro de que me está estafando, pero no vale la pena discutir el punto.

Saco dos de cincuenta de mi bolso y le digo que se quede con el cambio. Sé que el hijo de puta ya me timó, pero solo quiero salir de este taxi, no sentarme a esperar el cambio.

Salgo, tambaleándome sobre mis tacones, con la bolsa de viaje en un hombro y el bolso en el otro.

Echando un vistazo a la entrada, tomo una respiración profunda. Sujeto la correa en mi hombro, camino hacia las puertas.

Oigo los neumáticos de un auto chirriar. Me doy la vuelta y veo el auto de James Bond deteniéndose en medio del camino. La puerta del conductor se abre de golpe y Brittany salta fuera.

Las bocinas pitan mientras los autos se detienen alrededor de su auto abandonado, pero no parece importarle.

La veo explorando la zona, y luego me localiza, así que doy vuelta rápidamente sobre mis talones y me dirijo a la puerta.

— ¡Santana, espera! —grita.

— ¡Vete a la mierda! —grito en respuesta.

Veo a gente deteniéndose a mirar, y mi rostro al instante llamea. Oigo a alguien decir en voz alta:

—Hey, señorita, ¡no puede dejar el auto allí!

Lo siguiente que sé, es que Brittany se encuentra frente a mí, agarrando mis brazos.

—Solo espera. Lo siento, Santana. Por favor, lo siento tanto. No te vayas. Sólo escúchame, por favor.

— ¡No estoy interesada en escuchar una maldita cosa que tengas que decir! —grito.

Está bien, quizás no me importa mucho que la gente nos esté viendo en estos momentos. Supongo que estoy demasiado herida y enojada para que me importe.

Siento lágrimas brotando de mis ojos, pero me niego a llorar.

—Te entendí fuerte y claro.

—Lo arruiné. Me asusté y corrí, y no debería haberlo hecho. Lo siento. Lo siento más de lo que jamás lo he sentido en mi vida. —Sacude la cabeza. Mirando hacia abajo, suelta un suspiro. Levantando la cabeza, se encuentra con mis ojos—. No es una excusa, Santana, pero no sabía qué decir ni qué hacer. No podía pensar con claridad. Estoy tan arrepentida, nena.

— ¡No me llames así! —le grito, sus palabras tocando un nervio sensible en mí—. ¡No soy tu nena!

—Sí, lo eres. —Su tono es tan bajo, tan intenso, que lo único que puedo hacer es mirarla fijamente—. Siempre serás mía, Santana. Siempre.

—Hey, muchacha, ¿no me oíste? ¡Te dije que no puedes dejar el auto allí!

Aparto mi mirada de Brittany para ver a un empleado del aeropuerto caminando hacia nosotros. Joven, a principios de los veinte.

Mira a Brittany, parando en seco.

—Hey, ¿Eres... Brittany S. Pierce? —Le echa un vistazo a Brittany—. ¡Santa mierda, sí eres! ¡Eres tú! ¡Hey, es Brittany S. Pierce! —exclama señalando a la gente alrededor, atrayendo toda su atención hacia nosotras.

Estamos aquí solas, sin Finn y Ben, rodeadas de una veintena de personas que ahora reconocen a Brittany.

Demonios.

Siento a Brittany tensarse, apretando su agarre en mis brazos. Mueve sus ojos de mí y dice al tipo:

—No soy ella.

—Lo eres —dice él dando un paso más cerca—. ¡Te reconocería en cualquier lugar! He estado en todos tus shows. Tengo todos tus álbumes. ¡Soy uno de tus mayores fans! Joder, ¡amo tu música! Woww, ¡no puedo creer que estés aquí! ¡Espera a que Marie oiga esto! Mi novia, ¡ella te ama casi tanto como yo! Cuando Jake murió, lloró por semanas. Oh, tengo que tener tu autógrafo y una foto.— Empieza a moverse más cerca metiendo la mano en el bolsillo.

No puedo creer que estemos en el medio de una discusión y que algún demasiado entusiasta fan de Brittany quiera un autógrafo y una foto.

Oigo las voces susurrantes de las personas que nos rodean, la emoción eleva sus tonos, y mi corazón comienza a latir con inquietud.

Vamos a ser atacadas en masa.

—Nos vamos ahora —ordena Brittany en voz baja pero firme, mirándome.

Asiento una vez, y luego Brittany agarra fuerte mi mano. Tan rápido como el rayo, nos estamos moviendo hacia su auto.

Escucho a la gente siguiéndonos, voces llamando.

— ¡No te vayas, rubia!

— ¡Firma mi camiseta!

— ¿Puedo tener una foto contigo?

— ¡Déjame darte mi número!

Brittany abre la puerta del pasajero y casi me empuja dentro, cerrando firmemente detrás de mí. Miro, inquieta, mientras intenta maniobrar en dirección al lado del conductor mientras la gente la agarra. Brittany empuja a las personas fuera del camino, la multitud de repente mucho más densa que antes.

Aunque Brittany quiera detenerse y dar autógrafos, la gente está demasiado excitada ahora, y son demasiados para controlar.

Una persona es racional. Más de una es simplemente una locura.

Estoy asustada y temblando ante la aglomeración en torno al auto, atrapándome.

Entonces Brittany está en el auto. Revoluciona el motor fuerte en advertencia y mueve el auto hacia adelante, consiguiendo sacarnos de allí.

Aún temblando, la veo hacer una llamada. No lo pone en el altavoz sino que conduce mientras está al teléfono. Nunca hace eso.

—Hubo un incidente en el aeropuerto... te contaré más tarde... No, nos alcanzó una muchedumbre... sí, estábamos discutiendo, la gente oyó. Seguro llegará a las noticias, límpialo lo mejor que puedas... ella está bien, las dos estamos bien... no, no me están siguiendo... Me dirijo a casa ahora mismo... Está bien. —Cuelga—. ¿Estás bien? — pregunta.

Asiento.

—No huyas así nunca más. Sé que estás furiosa conmigo ahora, pero fue una cosa estúpida hacerlo.

La ira destella a través de mí. Dejo escapar una risa aguda, girando en mi asiento hacia ella.

— ¿Me estás tomando el pelo?

— ¿Me veo como si esto fuera una broma? —La mirada que me lanza es lo suficientemente dura para que me encoja en mi asiento—. Pudiste haberte hecho daño —dice en voz baja. No estoy segura, pero creo que ver que un escalofrío la recorre.

Entonces me enojo otra vez.

Yo ni siquiera habría estado en el aeropuerto si no se hubiera largado sin decirme nada. ¡Esto es toda su maldita culpa!

Le lanzo una mirada de disgusto.

—Como si te importara. ¡Todo esto es tú culpa!

Con una mano en el volante, gira la cabeza, dirigiéndome una mirada tan intensa que temo pueda dividirme en pequeños pedazos bajo la fuerza de la misma.

— ¿Crees que no me importaría si algo te sucediera? —Su mandíbula está muy tensa. Le devuelvo una dura mirada, y niego con la cabeza.

Su rostro se tensa. Incluso puedo ver una vena palpitando en su cuello. No creo que alguna vez la haya visto tan enojada.

Y es conmigo con quien está enojada. Descarada. Eso me pone los pelos de punta otra vez.

—Déjame salir de este maldito auto —exijo a través de los dientes apretados.

—No.

— ¿Acabas de decirme que no?

—Parece que sí.

— ¡Parece que sí! ¿Qué demonios? —Me enfurezco—. ¿Quién diablos te crees que eres? ¡Eres una idiota arrogante, Brittany S. Pierce! ¡No soy una de tus empleadas a la que puedes andar dando órdenes por ahí! Dios, ¡eres un grandísimo idiota!

Y yo tengo trece años de nuevo, al parecer.

—Me lo merezco —dice. En realidad parece que está reteniendo una sonrisa, lo que me cabrea aún más—. Pero no puedo dejarte salir, Santana. No es seguro.

— ¿Qué vas a hacer? ¿Secuestrarme?

—Sí, si tengo que hacerlo.

Suena tan seria que no estoy totalmente segura de que esté bromeando.

—Joder, te odio —siseo. Mierda, ¿de dónde salió eso?

Veo un destello de dolor pasar por su rostro. Eso no me hace sentir bien. Me hace sentir como una perra.

—Me merezco eso también. —Arrastra una mano por su pelo—. Mira, solo déjame llevarte segura a casa. Luego dame diez minutos de tu tiempo, escucha lo que tengo que decir, y si todavía deseas irte, haré los arreglos para que el jet te lleve a donde quieras ir. No puedes simplemente andar por ahí sola sin seguridad. No es seguro para ti... o el bebé.

Inhalo fuerte ante la mención del bebé. Las lágrimas brotando de mis ojos, y luego se me escapa un sollozo. Presiono mi mano en mi boca.

—Santana... —Extiende la mano para tocarme. Me aparto de Brittany.

—No me toques —susurro mis palabras llorosas por las lágrimas.

—Lo siento mucho...

— ¡Basta! —espeto—. No necesito tu lástima o compasión. Déjame en paz.

Quitándome los zapatos, llevo mis pies en alto para descansarlos en el borde del asiento. Envolviendo mis brazos alrededor de mis piernas, apoyo mi mejilla en mi rodilla y miro fijamente por la ventanilla.

Oigo su ligera exhalación, pero no hace un nuevo intento de hablar conmigo.

Oigo el calmado sonido de Linkin Park perderse en el fondo. Lo siguiente que oigo es Make this go on forever de Snow Patrol.

Bastarda.

Odio cuando hace esto. Tocar una canción en particular para hablar conmigo. Para llamar mi atención cuando no quiero escucharla.

Pero todo lo que está haciendo ahora es simplemente recordarme lo mucho que ella me lastimó. Cuánto sigue lastimándome.

No voy a jugar sus juegos. Y ciertamente no estoy escuchando. Se puede ir derechita al infierno.

Levantando mi abatida cabeza, suelto un brazo de alrededor de mi pierna, lo extiendo y apago la música.

Reanudando mi posición, paso el resto del largo, callado viaje a casa tratando de equilibrar el dolor que amenaza con aplastarme derrotada.

Brittany se detiene en el camino fuera de nuestra casa y apaga el motor, lo que nos deja sólo con las luces del tablero que proporcionan un pequeño resplandor.

— ¿Estás lista para escucharme, o necesita más tiempo? —pregunta en voz baja. Levanto mi cabeza cansada y la miro con fijeza.

Se ve desgarrada y rota. Odio verla así. Pero me siento desgarrada y rota en este momento también.

—Estoy escuchando —susurro poniendo los pies en el suelo, no del todo segura de que esté lista para escuchar lo que tiene que decir.

Gira su cuerpo hacia mí.

—Siento mucho por haberme marchado y dejado antes. —Su voz es suave, incierta—. Mi comportamiento fue cruel y estúpido. Santana, necesito que sepas que nunca te haría daño a propósito. —Se frota la cara con fuerza, llevando sus dedos a su cabello—. Dios, la idea de ti herida, sabiendo que yo lo causé, es como un cuchillo a través de mi corazón. Créeme, si pudiera ir atrás y volver a hacerlo, esta noche iría muy diferente.

Sorprendida, miro hacia arriba.

—Diferente, ¿cómo?

Mira hacia abajo a sus manos, y cuando habla, el tono sincero en su voz casi me rompe.

—Para empezar, me gustaría decirte que te amo y que nada me importa excepto tú. Pero estoy asustada. Aterrorizada. Dios, Santana, en el segundo que me dijiste que te habías realizado el tratamiento de fertilización y que estabas embarazada, mi propia infancia pasó ante mis ojos. —Respira profundamente—. Es por eso que huí: debido a mis propios miedos, no porque no te quiera a ti o al bebé.

¿Quiere al bebé?

— ¿Qué te aterroriza? —pregunto en voz baja.

—Que no sea lo suficientemente buena para ser mamá. Que lo arruinaré. Que voy a fastidiar todo. Que volveré a nuestro hijo un desastre como yo. Al igual que mi padre hizo conmigo.

Estoy a punto de hablar, de protestar, de decirle que no está arruinada, que ella no es Paul, que nunca podría serlo, cuando habla de nuevo.

—Pero mientras estaba sentada allí pensando en todas las cosas negativas, me di cuenta de algo.

— ¿De qué? —Estoy casi en el borde de mi asiento.

—Que te tengo a ti —dice con sencillez—. Contigo sé que puedo hacerlo, porque tú eres mi fuerza, Santana. Me haces querer ser una mejor mujer, una buena mamá para nuestro bebé. La mejor. Y quiero pasar el resto de mi vida cuidando de los dos —oigo su voz romperse antes de continuar en un tono más tranquilo—. No quiero ser él, Santana. No quiero que nuestro hijo experimente nunca lo que yo al crecer, y eso es lo que me mantendrá fuerte. Ustedes me mantendrán fuerte.

Veo lágrimas tiñendo sus mejillas, y mi corazón se rompe. Ahogo un sollozo. Soltando mi cinturón, me lanzo a su regazo.

Sus brazos me agarran con gran fuerza, y entierra su cara en mi cuello.

—Lo siento mucho. Por favor perdóname por dejarte.

—Lo hago. Por supuesto que sí. Siento haber dicho que te odiaba. No lo hago. Nunca podría. Sólo estaba haciendo daño.

—En este momento, me merecería que me odiaras, pero me rompería si lo hicieras.

Levantando su cabeza, me mira, y la fuerza de su mirada me golpea directamente en el corazón.

Limpio sus lágrimas con mis dedos y beso cada centímetro de su rostro, moviéndome lentamente, hasta que ella atrapa mis labios con los suyos.

—No me dejes nunca de nuevo —respira contra mi boca.

— ¿Cómo sabías que estaba en el aeropuerto?

Retirándose, descansa su cabeza en el reposacabezas.

—Jackson llamó para decirme que te habías ido en un taxi, así que hice que llamara a la compañía de taxis para saber a dónde te estaban llevando.

Siempre resolutiva. Así es Brittany.

Toco su rostro con mi mano, pasando mis dedos por su cabello, girando suavemente los mechones de ébano alrededor de las puntas, y ella cierra los ojos, contenta.

Al verla, espero que nuestro bebé se parezca a Britt. Espero que tenga los preciosos rasgos de Brittany y sus hermosos ojos azules y mi tono de piel. Pero no la talla de mi trasero Boricua.

Entonces siento las dudas comenzando a formarse de nuevo. ¿Y si cambia de opinión una vez que llegue el bebé? No creo que pueda soportar su partida entonces.

—Brittany —murmuro. Abre los ojos—. ¿Estás absolutamente segura de que esto es lo que quieres? El bebé, quiero decir.

—Estoy segura. —Su mirada cae hasta mi estómago—. Este bebé va a ser todo lo que he querido toda mi vida.

—Voy a engordar —murmuro.

—No, vas a estar aún más sexy. —Acercándose de nuevo, envuelve sus brazos alrededor de mí con fuerza, frotando la punta de su nariz contra la mía—. ¿Cómo no voy a querer a un pequeño pedacito de cielo creciendo en tu interior Santana Pierce?

—Todavía López. —Sonrío—. No has hecho una mujer honesta de mí todavía.

— ¿Estás lista para saltar a ese avión a Las Vegas ahora?

—Una boda relámpago. Mis padres estarán tan orgullosos. —Me río.

— ¿Qué quieres hacer sobre la boda? —pregunta—. ¿Adelantarla?

—Eso me daría una cuestión de semanas para planearla. ¿Por qué no sólo esperamos hasta después de que el bebé haya nacido?

La veo rápidamente hacer los cálculos en su cabeza.

—Nos podríamos casar el veintiuno de julio. ¿Estás bien con eso?

—Voy a tener una o un mini-Brittany pronto. Por supuesto que estoy bien con eso.

—O una mini-Santana —dice. Entonces su expresión cambia de repente—. Dios, una niña. Puede que tengamos que encerrarla, Santana.

Arrugo la cara.

— ¿Por qué?

—Porque, si se ve como tú, un día voy a estar peleando con adolescentes cretinos a la izquierda, derecha y centro. Probablemente voy a terminar en la cárcel por golpear a uno hasta la muerte si lo encuentro con las manos sobre mi niña. —Se estremece cómicamente.

Suelto una carcajada.

—Esperemos que si tenemos un niño, no crezca para ser uno de esos adolescentes de los que hablas... o Dios no lo quiera, tan seductor como tú. De lo contrario tendremos alrededor algunos padres de chicas persiguiéndolo.

—Entonces voy a terminar en la cárcel por golpear hasta la muerte al papá, rayos, nunca gano, cariño —se queja dejando caer la cabeza hacia atrás contra el respaldo—. Estoy condenada a un futuro detrás de las rejas.

Riendo suavemente, digo:

—No te preocupes, cariño, encontraremos una manera de mantenerte fuera de la cárcel. —Beso la punta de su nariz, luego, abro la puerta, lista para salir del auto y entrar a la casa, a la cama.

Una vez dentro, me dirijo a la habitación, tomando un vaso de agua de la cocina para llevar conmigo.

Sonrío, sintiéndome un millón de veces más feliz que la última vez que estuve aquí, entro en nuestra habitación para encontrar a Brittany todavía vestida y sentada en el borde de la cama, mirando algo en su mano. No se ve feliz.

—De verdad me ibas a dejar —susurra.

Mis ojos van a su mano, y veo mi anillo de compromiso.

Mierda.

Mi cara hormiguea, la vergüenza quemando cuando veo cuán apresurada estuve en quitarlo.

—Lo siento. —Doy un paso hacia ella—. Estaba enojada, tan molesta por no consultar sobre el tratamiento contigo y pensé que no querías al bebé. Pensé que no teníamos un futuro.

Brittany se pone de pie. Viniendo a mí, toma el vaso de mi mano y lo pone en la mesa de noche.

Se apodera de mi mano izquierda.

—No puedo prometer que no voy arruinarlo de nuevo, Santana. He intentado y fallado tantas veces. Sólo espero que sepas que no importa qué, los quiero mucho a los dos. — Desliza el anillo en mi dedo—. Siempre te voy a querer.

Tomando su rostro en mis manos, la jalo hacia mí y beso sus labios suavemente.

Ella me levanta y me lleva a la cama. Apagando la luz, Brittany se acuesta a mi lado, tirando de mí, los brazos apretados a mí alrededor.

Estamos todavía vestidas, pero tengo la sensación de que en este momento, Brittany no quiere estar ni un centímetro alejada de mí, al igual que yo no lo quiero estarlo de ella.

En la oscuridad, la mano de Brittany va a mi estómago, con sus dedos trazando la tela de mi vestido.

—Te amo —susurra.


Por primera vez desde que estamos juntas, sé que esa declaración no está destinada sólo para mí. Me da un destello de esperanza de que tal vez, sólo tal vez, las cosas vayan a estar bien después de todo.













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Capítulo 13
Santana…

Me levanto en brazos de Brittany, todavía usando el vestido de la noche anterior.

Vuelvo mi cara hacia ella, miro directamente sus ojos azules. Su pelo rubio esta todo revuelto de dormir, pero sus ojos están bien despiertos. Ha estado pensando.

No es bueno.

—Hola —dice en voz baja a mi lado.

— ¿Por cuánto tiempo has estado despierta? —pregunto, mi voz vacilando ligeramente.

—No mucho. —Quita un rizo suelto de mi frente.

Hay un momento de silencio entre nosotras. No sé qué decir después de anoche, y me parece que tampoco lo sabe Brittany.

— ¿Estás bien? —pregunta, rompiendo nuestra silenciosa mirada.

¿Necesito una razón para no estarlo?

—Sí. —Asiento, tragando saliva. ¿Lo estás tú?

Brittany cierra sus ojos, soltando un suspiro.

¿En qué está pensando? Tengo miedo de preguntar. Miedo de que haya cambiado de opinión sobre el bebé. La miro, esperando. Abriendo sus ojos, toma mi cara en sus manos y me besa. Profundamente. Apasionadamente. Con veneración. Es un beso lleno de palabras no dichas, promesas, y amor. Profundo amor. El amor que nos ha unido por casi tres décadas.

—Vamos a tener un bebé —digo cuando el beso de Brittany se desacelera.

—Así es. —Recuesta la cabeza hacia atrás, mirando mis ojos.

—Vamos a ser madres. —No puedo leerla ahora. Todavía se mantiene apartada de mí.

Sonríe, pero es forzado. Puedo ver en sus ojos el miedo que estaba escondiendo hace un momento. Se desencadena un dolor en mi pecho. Un dolor horrible, uno que consume todo.

—Brittany, ¿estás… bien?

—Sí, sólo un poco...

—Abrumada. Asustada. No lista. Cambiaste de idea —dejo escapar, interrumpiéndola.

Luce perpleja, y luego sus ojos se reafirman, su mirada clavándome.

—Más bien preparada. Feliz. Deseando a nuestro bebé más que nada. —Su mano toca mi estómago, y exhalo el aliento que estaba conteniendo—. Sólo estoy preocupada —añade en voz baja, lanzando su mirada más allá de mí.

Mi estómago se tensa bajo su toque.

— ¿Sobre?

—Que el bebé no esté bien.

—El bebé está bien. —Me relajo, poniendo mi mano sobre la suya, presionando mi estómago.

—Quiero que veas a un médico hoy, Santana.

—Estaba planeando ir el lunes.

—Tiene que ser hoy —dice con firmeza—. Le pediré a Kurt que lo arregle.

Se sienta, dándome la espalda, poniendo sus pies en el suelo. La sigo, sentándome a su lado. Volteo para enfrentarla, envuelvo una pierna alrededor de su estomago y la otra alrededor de su espalda, atrapándola.

— ¿Por qué la prisa? —pregunto, inclinando mi cabeza a un lado, mirando su cara. Suspirando, encuentra mis ojos por un momento, y luego mira hacia otro lado.

—Santana, he pasado mucho consumiendo drogas desde que la banda tuvo éxito, también lo hacia en aquella época de mi vida cuando pedí que me extrajeran un par de óvulos para dejarlos en la clínica.

—Pero estás limpia ahora —aporto.

—Sólo necesito asegurarme de que el bebé está bien, que las drogas no han tenido ningún efecto sobre él o causado algún daño a largo plazo. —Su voz suena dolorida.

Rayos. Yo ni siquiera había pensado en eso. Y si Brittany está preocupada, necesito estarlo también. Ella nunca se preocupa innecesariamente.

Asustada pero tratando de mantener una actitud positiva, digo:

—Estoy segura que el bebé va a estar bien.

Su pecho se expande en una respiración rápida y profunda.

—Creeré eso cuando lo escuche de un médico. Necesito saberlo hoy, Santana. Una vez que lo sepa, puedo descansar y disfrutar de esto contigo.

Me acerco y tomo su mano, entrelazando nuestros dedos.

—Está bien —digo, pasando mi otra mano a través de su suave, rubio cabello. Alcanzando su teléfono de la mesa de noche dice:

—Llamaré a Kurt ahora para que nos haga una cita con el mejor médico de embarazos que haya.

Puse mi mano en la suya, deteniéndola.

—Se llaman obstetras, cariño. Y ¿no crees que deberíamos decirle a mis padres, y a tu mamá y a Dale en primer lugar, antes de decírselo a Kurt?

—Claro que sí, pero no les diremos hasta que sepamos que todo está bien. No conozco un buen obstetra, ¿y tú?

Niego con la cabeza.

—Entonces es Kurt.

— ¿Cómo va a saber Kurt sobre obstetras? Él puede ser gay, pero no le ha aparecido mágicamente una vagina durante la noche, que yo sepa.

Eso consigue sacarle una sonrisa. Una pequeña, pero es un comienzo.

—Porque, listilla, no hay nada que Kurt no sepa o que no pueda encontrar. Por eso le pago muy bien.

Levantando mi mano de la suya, digo:

—De acuerdo, bien, sólo no le digas que estoy embarazada. Dile que estoy teniendo problemas de mujeres.

No es que no quiera decirles a mis padres primero, no quiero que nadie sepa del bebé hasta que sepa que todo está bien. No estaba preocupada antes de que Brittany dijera algo. Pero ahora... ahora estoy aterrada de que pudiera haber algo mal con el bebé.







Tres horas más tarde, Brittany y yo estamos sentadas en la oficina de la doctora Suzanne Kline, doctora de los ricos y famosos y la mejor obstetra que el dinero puede comprar.

Su recepcionista nos deja entrar en su despacho. Se ve menos que feliz de trabajar en sábado, pero al momento en que ve a Brittany caminar detrás de mí, su rostro se ilumina como un árbol de Navidad.

Nos hizo sentar en la consulta de la Doctora Kline, con el ofrecimiento de una bebida, diciéndonos que la doctora estaría con nosotras en breve. Tengo que decir que es la oficina médica más bonita en la que he estado. Es iluminada y espaciosa, todo crema y beige. Estoy sentada en el sillón de cuero más cómodo en el que me he sentado, frente a un enorme escritorio de caoba que parece que cuesta más de lo que gano en un año. Hay un sofá en la esquina que se asemeja al que tenemos en casa, y hay fotos de bebés en todos lados. Supongo bebés famosos.

Mi hijo va a ser famoso.

Mierda. Ni siquiera había registrado ese hecho. A veces me olvido que Brittany es famosa. A pesar de que me golpea en la cara todos los días, todavía sólo pienso en mi rubia sólo como Brittany S. Pierce, mi mejor amiga y la chica de al lado. Nuestro hijo va a ser famoso por el simple hecho de que Brittany lo es. El bebé no va a tener la oportunidad de tener una infancia normal como yo. Va a vivir su vida acompañado de guardaespaldas, la seguridad siempre es un motivo de preocupación. Voy a tener que hablar con Brittany sobre esto. Quiero que nuestro hijo tenga una vida lo más normal posible. Sé que ella lo querrá también, así que vamos a tener que encontrar la manera de que suceda.

Brittany no se ha sentado desde que llegamos. Puedo sentir nervios y tensión irradiando de ella. Nunca la había visto tan alterada antes. Me está volviendo loca. Apoyo mi mano en su muslo, apaciguando su inquieta pierna. Me mira, dándome una sonrisa tensa.

—Va a estar bien —digo, tratando de sonar convincente, aunque estoy menos que segura de mí misma. Me vuelvo más insegura a medida que pasan los minutos.

—Eso espero —dice por lo bajo—. Realmente lo espero. —Toma mi mano, llevándola a su boca, y roza un beso sobre mis nudillos.

Es en este punto que la doctora Kline finalmente hace su aparición.

Imagina a la doctora que no quieres en la misma habitación que tu caliente, ex-mujeriega, rockera prometida. Bueno, sí, esa es la doctora Suzanne Kline. Es alta, al principio de sus treintas, diría yo, pelo largo y rubio que está recogido en una elegante cola de caballo. Lleva jeans de talle alto que sólo las personas delgadas como palo pueden usar, con una camisa blanca abotonada metida dentro, la cual le sienta a la perfección alrededor de su pecho de tamaño perfecto. No hay ojales abiertos para ella. Básicamente, es hermosa. Y la odio al instante.

Recordaré patear hasta la muerte a Kurt cuando lleguemos a casa.

Ella puede ser la mejor obstetra/ginecóloga en L.A., pero yo hubiera preferido conformarme con la segunda mejor, incluso la tercera, siempre y cuando no se parecieran en nada a ella.

—Lo siento estoy un poco atrasada —dice, avanzando a través de la habitación hacia nosotras. Lleva su mano hacia mí, veo su perfecta manicura y me avergüenzo de mi desconchado esmalte de uñas rojo.

—Soy la doctora Suzanne Kline —dice—. Pero por favor llámenme Suzanne.

—Santana López —respondo. Pero por favor sólo llámame señorita López, estoy tentada a decir sólo para ser una perra. Me muerdo la lengua, duro.

Volteando a Brittany, quita su mano de la mía y se la ofrece. Britt la toma.

—Brittany S. Pierce —dice.

—Sé quién es usted, señorita Pierce. —Aprieta los labios en una sonrisa arqueada, luciendo un poco tímida, y veo que sus ojos se han ampliado en su mirada. En este instante se ve como una de sus fanáticas.

Odio el efecto que tiene sobre las mujeres. Ella es una inteligente, exitosa doctora, una que entra en contacto con celebridades de forma regular, sin embargo, un toque y una mirada de Brittany y es una adolescente de nuevo.

Creo que puedo vomitar.

—Brittany, por favor —dice, suena tan suave que tengo ganas de darle una bofetada en la parte posterior de su cabeza.

Soltando su mano, al instante se apodera de mi mano de nuevo, jalándola para que descanse en su regazo. Me apetece dar una sonrisa de suficiencia, pero no lo hago. Sé que estoy siendo irracional, sé que Brittany sólo tiene ojos para mí, pero odio la forma en que ella la miraba. Tomo una rápida mirada a su mano izquierda mientras hace su camino alrededor del escritorio hasta su silla.

Es un sí en el anillo de boda. Pero ¿cuando ha sido la pequeña cuestión de tener un marido un impedimento para que las mujeres traten de meterse con Brittany?

—Por favor, disculpe mi vestimenta —dice en su sexy acento estadounidense, señalando su ropa mientras se sienta—. He venido directamente de un almuerzo familiar.

—Lo siento por alejarte —dice Brittany—. Pero quería que Santana viera a un médico hoy.

—No te preocupes. ¿Cuál parece ser el problema, Santana? —Dirige su pregunta a mí, inclinándose hacia adelante en su asiento.

Me tenso un poco bajo su escrutinio de ojos azules.

—Bueno, yo, um, tomé una prueba de embarazo, tres en realidad, y todas ellas dijeron que estoy, um, embarazada. —No tengo ni idea de por qué, pero mis mejillas están de color rojo brillante, y me siento nerviosa.

— ¿Esta es una buena noticia... para las dos? —pregunta cuidadosamente, moviendo sus ojos entre Brittany y yo.

—Muy buenas noticias. —Brittany me sonríe, apretando mi mano.

Mi corazón se derrite.

—Es una noticia maravillosa. —Ella irradia, mostrando una brillante sonrisa blanca de Hollywood. Si es posible, se ve aún más hermosa.

Ugh.

—Muchas felicidades a las dos —añade.

—Gracias —responde Brittany.

No puedo responder porque estoy demasiado ocupada royéndome por el hecho de que me voy a poner tan gorda como una casa y la doctora de mi bebé es como una súper modelo

Doctora Súper Modelo.


En realidad debería haber una ley en contra de este tipo de cosas. A la gente tan hermosa como ella no se les debe permitir ser pediatras. Creo que debería patear hasta la muerte a Kurt dos veces ahora, sólo por si acaso. Él está oficialmente fuera de mi lista de Navidad. Acababa de presentarle a Brittany a una inteligente, hermosa chica quien sabe bastante acerca de las partes de las mujeres, probablemente de los hombres también, así que por lo tanto, será increíble en el sexo. Y yo estoy a punto de convertirme en la gorda, rechoncha Santana, quien muy pronto no tendrá mucho que ofrecer en el departamento de sexo.

—Estoy tomando a partir de la urgencia a verme hoy, que tienen algo de preocupación con respecto al embarazo —afirma la doctora Glamazone más que preguntar, interrumpiendo mis mal intencionados pensamientos.

—Sí. —Brittany se sienta hacia adelante en su asiento, pero mantiene un férreo control de mi mano—. Es de conocimiento público mi consumo de drogas desde que TMS tuvo éxito y que estaba en rehabilitación limpiándome. —La siento tensarse, así que pongo mi mano libre en su rodilla.

— ¿Sigues consumiendo ahora? —pregunta.

—Ya no, hace poco lo hice pero lo dejé. —Niega con la cabeza vehementemente—. Consumí por dos semanas, paré, y he estado limpia durante las últimas cinco.

— ¿Qué drogas estabas tomando cuando decidiste extraerte algunos de tus óvulos para dejarlos en la clínica donde hicieron el tratamiento?

—Cocaína.

— ¿Supongo que estás preocupada de que todavía tuvieras drogas en tu sistema cuando Santana concibió?

—Sí. —El agarre de su mano se aprieta cerca al dolor, pero no digo nada. Estoy tan ansiosa como Britt de escuchar lo que tiene que decir.

Estoy viendo a la doctora Súper Modelo, tratando de calibrar su reacción a lo que Brittany está preguntando, pero no hay ni una pizca de emoción en su rostro. Cara de póquer. Apuesto a que se ha hecho Botox. Se recuesta hacia atrás en su silla, con los codos en los descansos, dedos juntos.

—Entiendo tu preocupación, Brittany, pero sinceramente, no hay nada de que preocuparse. Ha habido una gran cantidad de investigaciones realizadas acerca de los posibles efectos secundarios por el uso recreativo de drogas, y hasta la fecha no hay nada que pruebe que las drogas causan efectos secundarios a largo plazo sobre el desarrollo del feto. —Le da una sonrisa de entendimiento, la cual me pone los pelos de punta. Sé que es una doctora, pero en serio no debería ser permitido que chicas preciosas como ella lo fueran. Me aclaro la garganta y levanto mi ceja hacia ella.

Lleva una mirada sobre mí, recomponiéndose, le dice a Brittany:

—Por lo general, el problema que vemos del uso de drogas y el desarrollo del feto viene directamente de la madre gestante. Si una mujer consume drogas cuando está embarazada, las drogas podrían pasar a través de la placenta e ir directamente al bebé. Ahí es cuando tenemos problemas tales como deformidades y problemas de salud a largo plazo.

Ooh, tú perra.

Estoy pensando seriamente en conseguir un nuevo ginecólogo.

—Nunca he tocado drogas en mi vida —afirmo, probablemente un poco demasiado fuerte. Clavo las uñas tan duro en la mano de Brittany, que la oigo gemir—. ¡Ni siquiera fumo cigarrillos, mucho menos porros!

—Eso es realmente bueno de escuchar, Santana. —Sonríe amablemente.

Ahora sólo quiero abofetearla. Duro. Algunas veces. Dios, ¿qué diablos está mal conmigo? ¿Es esto lo que hace el embarazo? ¿O es que siempre he sido así de celosa? Creo que solo soy celosa cuando se trata de Brittany.

Ella pasa la yema de su pulgar sobre la palma de mi mano. Sé que está tratando de calmarme, pero estoy irritada ahora mismo y no estoy de humor para ser calmada.

—Hubieron algunos cambios de idea luego del tratamiento mientras estuvimos de vacaciones, por eso estaba tomando la píldora cuando quedé embarazada —dejo escapar.

Rayos, ¿cómo me olvidé de eso? En realidad, ¿cómo diablos me las arreglé para conseguir quedarme embarazada mientras tomaba píldora?

— ¿Estabas tomando la píldora cuando quedaste embarazada? —pregunta la doctora Súper Modelo, con su perfectamente delineada ceja en alto.

¿Acaso piensa que estoy mintiendo o algo así? ¿O que he atrapado a Brittany quedando embarazada a propósito? ¿Britt piensa lo mismo? Deslizo una rápida mirada a ella, pero su rostro es impasible mientras mira a la doctora Súper Modelo. Me gustaría saber lo que estaba pensando en este momento.

—Sí—murmuro, no ayudando a mi caso en absoluto.

Empiezo a masticar la uña de mi pulgar libre, matando toda esperanza para mi esmalte.

— ¿Has olvidado tomar alguna pastilla este mes? —pregunta la doctora.

—No. —Mi cara es rojo brillante, como si fuera culpable de algo. Odio cuando eso sucede—. Nunca lo olvido. Siempre he sido metódica en cuanto a tomarlas.

— ¿Has tomado algún otro medicamento últimamente?

—Sí lo ha hecho —responde Brittany. Quita mi mano de mi boca, deteniéndome de morderme las uñas—. Santana estuvo enferma mientras estuvimos de vacaciones. Tuvo una intoxicación alimenticia, y el doctor le recetó algunos medicamentos.

— ¿Les advirtió si habría alguna interferencia con el anticonceptivo al tomar la medicación? —pregunta.

—No —responde Brittany de nuevo antes de que yo tenga la oportunidad—. Santana estaba demasiado enferma para hacer o responder cualquier pregunta en ese momento, así que yo era la responsable, y sinceramente no fue algo que consideré siquiera en preguntarle al doctor. La culpa cae sobre mí en eso.

Lo siento hablándome a mí en esa última frase.

—No hay culpa —le susurro—. Estoy feliz de tener a nuestro bebé.

Sonríe. Una de esas sonrisas especiales, reservadas sólo para mí.

La doctora Súper Modelo empieza a hablar, interrumpiendo nuestro momento.

—El medicamento que tomaste, combinado con la enfermedad, posiblemente haya hecho ineficaz la píldora anticonceptiva. El médico que lo prescribió debería haberte advertido de esto.

— ¿Tomar la píldora durante el embarazo no ha hecho daño al bebé en absoluto? — Volteo a ella, desplazándome hacia adelante en mi asiento, cambiando la dirección de esta conversación.

Vaya, Brittany y yo no parecemos pretender darle a nuestro bebé el mejor comienzo en la vida.

Ella sonríe, y ésta de hecho parece genuina.

—Es una cosa común que sucede entre mujeres, así que no, no creo que vaya a haber efectos secundarios por ello. Sólo para darles una total paz mental, haré una exploración ahora y echare un vistazo a su bebé para asegurarme de que todo está bien.

¿Una exploración? ¿Ahora? ¿Voy a ver a mi bebé en este momento? Mi corazón prácticamente salta con garrocha fuera de mi pecho.

Tampoco me pierdo la manera en que la mano de Brittany se tensa alrededor de la mía. Arriesgo una mirada hacia ella, pero su rostro es impasible. Una máscara. La que usa cuando no quiere que la gente, sobre todo yo, sepa lo que está pensando.

Poniéndose de pie y moviéndose alrededor de su escritorio, junto a nosotras, la doctora Súper Modelo pregunta:

— ¿Cuándo fue el último día de tu último período, Santana?

Echo la mente hacia atrás. Volviéndome en mi asiento, digo:

—El tres de octubre, creo.

—De acuerdo, ¿puedes desnudar tu mitad inferior y subir al sillón? —Señala al esterilizado sillón en el lado opuesto de la habitación hacia donde está caminando—. Puedes cubrirte con esto. —Coloca una sábana en el sillón.

Con los nervios revoloteando en mi estómago, voy a la cama, dejando a Brittany en su asiento. La doctora Súper Modelo jala la cortina, dándome privacidad. No es hasta que realmente estoy en el sillón que me pregunto ¿por qué demonios tengo que quitarme mis pantalones si va a explorar mi barriga? A menos que vaya a hacer un examen interno primero. Oh Dios, va a hacer un examen interno frente a Brittany. Sé que ha visto todo lo que tengo que ofrecer, pero realmente resulta incómodo mientras la doctora explora mis partes femeninas.

— ¿Todo listo? —pregunta la doctora detrás de la cortina.

—Sí —contesto, mi voz suena un poco estrangulada.

Haciendo un poco a un lado la cortina ingresa, seguida de Brittany. Ella luce incómoda. Entonces veo sus ojos ir inmediatamente a mi mitad inferior, la cual está cubierta por la sábana, y una sexy sonrisa coquetea en sus labios.

Sólo Brittany puede ver el lado sexy de la situación actual. Es una pervertida. Pero me gusta que no le importe en qué circunstancias estoy, todavía puedo conseguirla así. Alcanzo su mano, sonriéndole. Articulo: Pervertida. Sus ojos brillan, y sonríe con los labios apretados. Le da una rápida mirada a la doctora Súper Modelo, quien está de espaldas hacia nosotras, agarrando algo de un armario. Articula hacia mí: Te ves muy sexy en este momento. Recorre su dedo a lo largo de mi mandíbula. Le pongo los ojos en blanco y le articulo en respuesta: Sí, seguro que sí. Otra mirada a la doctora y articula de nuevo, con una expresión seria y firme: Sí, lo haces. Siempre lo haces.

De acuerdo. Eso me han dicho.

Le sonrío suavemente, y entonces la doctora aparece a mi lado.

—Muy bien, Santana —comienza, mientras jugueteaba con un monitor que puso junto a mí—. Porque estás muy reciente en tu embarazo, voy a hacer un ultrasonido transvaginal.

— ¿Un qué?

—Un ultrasonido transvaginal. Pondré esto dentro de ti. —Levanta algo que sólo puede ser descrito como una batidora de mano—. Esto nos mostrará a su bebé. Es lo mismo que una ecografía, sólo que se realiza internamente.

— ¿Va a poner eso dentro de mí? —Mis pulmones se paralizan durante unas cuantas respiraciones sostenidas.

—No te preocupes, es perfectamente seguro e indoloro.

Miro a Brittany, preocupada. Sonríe y alisa el pelo de mi frente, pero puedo ver en sus ojos que incluso ella está un poco asustada.

—Estarás bien —dice Brittany—. Si haces eso significa que vamos a llegar a ver a nuestro bebé.

Sí, bueno, es fácil para ella decir eso. No va a tener una enorme batidora de mano metida en su vagina. Por supuesto que quiero ver a nuestro bebé y saber que está bien, pero vaya, esa cosa se ve dolorosa.

—Normalmente haría una ecografía para la primera exploración —explica la doctora— pero se hacen a las doce semanas. Como tu embarazo es tan reciente, el bebé no se vería en una ecografía. Ésta es la única manera en que podré ver al bebé para comprobar que todo está bien.

Supongo que no tengo otra opción, entonces. Saca un par de guantes quirúrgicos de una caja y se los pone.

—No te preocupes, Santana. En sólo unos minutos vas a ver a tu bebé en esta pantalla de aquí. —Asiente en dirección a la pantalla al lado mío.

—Está bien. —Trago. Voy a ver a mi bebé en un momento. Guau. Esto se pone real ahora.

—Si pudieras doblar tus rodillas para mí. Perfecto. Ahora sólo relájate —dice la doctora, apoyando su mano sobre mi rodilla mientras empieza a introducir esa horrible cosa de Dios dentro de mí.

Haciendo una mueca, arrugo la cara, apretando la mano de Brittany. Oh, de acuerdo, en realidad no es tan malo como pensé que sería.

—Ahí vamos —dice ella—. Esta pequeña cosita aquí es tu bebé.

Abro mis ojos de un golpe y me encuentro cara a cara con una pequeña mancha en la pantalla.

Mi bebé. Nuestro bebé.

Mi corazón se eleva en mi boca, y las lágrimas pinchan mis ojos. Me doy cuenta de que el agarre de Brittany en mi mano se ha tensado junto con el mío, y cuando volteo a mirarla, veo sus ojos fijos en la pantalla. Brillando y llenos de asombro. Mi corazón se estremece, se levanta, y luego revolotea graciosamente fuera de mi pecho.

— ¿Brittany? —susurro.

Sus ojos se mueven a los míos, y en su encuentro, una desgarradora sonrisa arrasa su cara. Una sonrisa que recordaré por el resto de mis días.

Inclinándose hacia mí, presiona un beso en mi frente.

—Gracias —susurra contra mi piel, y estoy a punto de quebrarme en el acto. Una lágrima se desliza de mi ojo, y discretamente la quito.

—Todo luce perfecto—dice la doctora Súper Modelo, viendo a la pantalla, moviendo el ratón alrededor, haciendo pequeñas marcas alrededor de mi pequeño bebé—. Tenemos un fuerte latido de corazón. El bebé está creciendo bien. Yo diría que estás cerca de las seis semanas.

Mirando a mi pequeño bebé, siento todo tipo de emociones que nunca había sentido antes. Ni siquiera puedo empezar a formar palabras para expresarlos. A continuación, la doctora quita la varita de mí, y mi pequeño bebé desaparece de la vista.

—Voy a imprimir algunas copias para ustedes. —Nos sonríe tanto a Brittany como a mí, y supongo que es debido al reflejo de las expresiones de desilusión en nuestras caras.

Dejándome para que me vista, Brittany regresa a su asiento mientras que la doctora ordena nuestras fotos del bebé. Me visto, sintiéndose feliz y emocionada. Vamos a tener un bebé. Un bebé real cien por cien. Ver las pruebas de embarazo lo hizo real, por supuesto. Pero de una manera surrealista. Ver a nuestro bebé en esa pantalla lo hizo real en la mejor manera posible.

Me pongo de nuevo mis zapatos y regreso a mi asiento al lado de Brittany. Se apodera de mi mano en el momento en que me siento, enlazando sus dedos con los míos. Me besa la mano. El amor y la emoción moviéndose entre nosotras en este momento son palpables. No puedo esperar a estar a solas con ella y hablarle sobre el futuro que vamos a tener con nuestro bebé.

—Te daré una receta para algunas vitaminas prenatales —dice la doctora Súper Modelo, garabateando en un cuaderno de recetas—. Y le pediré a mi recepcionista que haga una cita para tu próximo chequeo para que así podamos ordenar algunos análisis de sangre. —Arranca la receta y me la da—. No olvides las fotos de tu bebé —añade, entregándome un sobre blanco.

Mi bebé. Voy a ser mamá.

Tomando eso como nuestra señal para salir, me levanto de mi asiento.

—Gracias, doctora. Y gracias por vernos en tu día libre.

—Estaba feliz de hacerlo. Si tienen alguna otra pregunta, por favor no duden en llamarme.

—Tengo una pregunta —añade Brittany, todavía apostada en su silla, con sus largas piernas estiradas. Me detengo y bajo la mirada hacia ella—. Sexo —le dice a la doctora.

— ¿Sexo? —repite la doctora Súper Modelo.

¿Sexo?

—Sí, sexo. ¿Podemos Santana y yo tener todavía sexo mientras está embarazada? ¿Es seguro para el bebé?

Ella sonríe. Yo también. De hecho tengo que parar de reír. Es tan malditamente linda para mí en este momento.

—Es absolutamente seguro —dice la doctora, asintiendo—. Pueden seguir teniendo una sana y activa vida sexual durante todo el embarazo.

Brittany se rasca la frente.

—Sí, sé que la gente generalmente tienen sexo durante el embarazo, pero es solo que yo, um... bueno, tengo... —Pasa la mano por su cabello, y yo no puedo evitar sonreír ante su lucha, preguntándome a dónde diablos va con esto—. Mira, tengo un líbido enorme —afirma, mirando a la doctora Súper Modelo directo a los ojos.

Me echo a reír, rápidamente aprieto mi mano sobre mi boca. La doctora luce sorprendida. No la puedo culpar. Brittany S. Pierce acaba de decir "que es prácticamente lujuriosa" en su oficina. Concretamente, "tengo un líbido enorme".

Mi sexy estrella de rock Brittany acaba de decir "líbido enorme". Simplemente suena muy, muy mal. Empiezo a reír de nuevo. Brittany voltea su cabeza, dándome una mirada cabreada. Bueno, ella no está entretenida.

—Lo siento —digo, moviendo la mano de mi boca—. Es sólo que nunca te había escuchado decir esa palabra antes. —Resoplo—. Está bien, me callaré —agrego ante su endurecida expresión. Presiono mis labios juntos, eliminando la sonrisa de ellos. Es más difícil de lo que piensan.

—Mira, lo que estoy tratando de decir es... —Brittany mete la mano por su cabello otra vez—. Es que soy muy adicta a la piel de mi prometida. No exagero para nada. Y sólo quiero saber que no lastimaré al bebé cuando Santana y yo tengamos sexo.

Miro a la doctora Súper Modelo y puedo ver sus ojos mirando rápidamente a todo menos a Brittany. Sé que está tratando desesperadamente de no mirarla directamente. Honestamente, no puedo culparla. La curiosidad me estaría matando también.

Se aclara la garganta.

—Um, Brittany, el bebé estará bien durante la relación sexual. Honestamente bien. Está muy bien protegido. No hay manera de que puedas lastimarlo, no importa lo que ambas... um, hagan. —Se ve tan incómoda ahora que realmente lo siento por ella. Pero todavía me dan ganas de reír. Me muerdo con fuerza mi labio.

Veo la cara de Brittany relajarse.

—Genial, saber eso es muy bueno —dice, poniéndose de pie. Suena como si acabara de terminar una conversación sobre el clima, y no una sobre líbidos enormes.

Líbido.

Resoplo otra carcajada, y Brittany me dispara otra mirada cabreada mientras se vuelve a mí. Estoy en grandes problemas cuando salgamos de aquí.










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¿Qué les parece el inicio de la segunda parte de la historia?..........para que no me consideren malvada jejejeje, voy a ponerles un par de adelantos de lo que se viene en la siguiente actualización…….





Breves adelantos – caps. 14 & 15




—Nunca vas a poder olvidar esto, ¿o no? —refunfuña, agarrando la palanca de cambios.

—No —le doy una divertida mirada.

—Le vas a decir a todos nuestros conocidos, ¿no es así?

—No a todos. Quizás solo a Kurt, a Rachel y a mi padre.

Mi padre seguro lo encontrara divertido. Él tiene el mismo sentido del humor retorcido que yo.

—Si le vas a decir a Robert que le dije líbido a la doctora, entonces le voy a decir exactamente lo que tú me haces con esa sucia y caliente boca.

—No te atreverías —suspiro.

—Inténtalo. —Ella estrecha sus ojos, desafiándome.

—Eres una niña —me enfado.

—Lo dices tú, que llevas riéndote los últimos 10 minutos por la palabra líbido.

Líbido.

La miro; estoy sonriendo. Entonces Brittany sonríe y ambas comenzamos a reírnos fuerte; se siente bien. Por un momento, se siente cómo si fueranos las adolescentes despreocupadas que éramos. Todavía nos estamos riendo cuando Brittany llega a la puerta y Henry nos deja entrar.

******

—Santana, ¿todo está bien? —Sale el tono de preocupación de mi madre.

—Sí, todo está bien. De hecho, grandioso. —Paso mi lengua sobre mis labios secos—. ¿Papá todavía está allí?

—Estoy aquí —dice él.

—Bien. Brittany también está aquí, y um, tenemos noticias. Estamos, um…Vamos a tener un bebé.

Hay un silencio total; por un largo tiempo. Entonces mi padre lo rompe.

—Cariño, esa es una gran noticia. Muy, muy buena noticia. ¿No es así Maribel? — Prácticamente podía sentirlo dándole un codazo a mi madre para que responda.

— ¿Cómo pudiste permitir que eso sucediera?

Mi rostro se calienta y hormiguea.

— ¿Qué esto suceda? ¿Qué esto suceda, mamá? —Lo repito en inglés, ya que no quiero ocultar nada de esta conversación a Brittany—. Yo no dejé que nada sucediera. Obviamente, nosotras no teníamos la intención de que pasara pronto. Pero es algo que luego cambiamos cuando sucedió luego del tratamiento y ambas estamos extremadamente felices por eso. Esperaba que ustedes también.

—Nosotros también lo estamos —insiste mi padre.

— ¿Mamá? —presiono.

*******

—Bueno, yo confío en ti y eso es lo cuenta. —Agarro su mano trayéndola de mi estomago hacia mi boca y la beso—. ¿Quieres llamar a tu mamá y a Dale?

Ella niega con la cabeza, riendo.

—No, creo que necesitamos un descanso después de esto.

— ¿Piensas que ella será tan difícil cómo mamá?

—No, pero en este momento todo lo que puedo pensar es en desnudarte y terminar lo que habíamos comenzado antes. Seriamente necesito tocarte después de escucharte furiosa, hablando en español.

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Será bueno ver a Susan nuevo. No la he visto desde el funeral de Paul. Y a Dale no lo he visto desde que tenía catorce años.

Ella estaba en la luna cuando la llamamos y le dijimos que estoy embarazada. La suya fue una reacción completamente opuesta a la de mi mamá.

Creo que está aliviada y feliz de que Brittany está finalmente asentándose. Que haya encontrado la felicidad.

Todo el mundo estaba feliz por el bebé. Kurt se volvió loco, de la mejor manera posible. Rachel también enloqueció. La más conmovedora fue la reacción de Holly. Cuando le dije que estaba embarazada, comenzó a llorar lágrimas reales de felicidad. Estaba en una charla por Skype con ella, y pude ver la emoción genuina. Y me puse a llorar también.

Le debo mucho a Holly. Si ella no me hubiera entregado la entrevista con Brittany, no estaríamos juntas ahora. Tengo todo en el mundo para darle las gracias por eso.

********

—Tengo que darle crédito a tu madre, preciosa —dice Kurt—. Es la única mujer que conozco a la que Brittany no puede tener comiendo de la palma de su mano en cinco segundos. No sólo eso, en realidad creo que ella le tiene miedo. Me parece que puedo estar enamorado de una mujer por primera vez en mi vida —reflexiona, golpeando mi codo, riendo.

—Esa es mi mamá —suspiro, dejando el vaso—. Una fuerza a tener en cuenta. Sólo espero que ella la acepte pronto. Ella lo hará. Creo.

Después de la cena, Finn dejó a Kitty en su casa, y luego nos llevó a Kurt y a mí de vuelta. Finn es ahora mi guardaespaldas personal. Brittany se ha puesto toda sobreprotectora, más de lo normal, ahora que estoy embarazada, y tengo que tener Finn conmigo en todo momento.

Honestamente, apenas puedo hacer pis sin él allí. En serio, es un buen trabajo y me gusta Finn porque estoy con él más de lo que estoy con Brittany hoy en día.

Brittany ha incrementado mi seguridad cuando se conoció la noticia de mi embarazo. He estado esperando recibir algunos correos electrónicos de algunos de sus más "demasiado entusiastas" aficionados.

*******

—Escúchame, Brittany S. Pierce. No tienes un hueso de malicia en tu cuerpo. Sí, tú cometiste un error al no llamar, pero creo que incluso si hubieras llamado, habría reaccionado de la misma forma. Ella perdió a su hijo y todavía está herida y enojada por eso. Pero se equivoca, cuando dice que estas “reemplazando a Jake”. No lo haces. Si lo hubieras olvidado, entonces el show que estás haciendo la próxima semana para presentar oficialmente a Ryder en la banda, no lo harías donando los ingresos a una organización benéfica que proporciona apoyo a las personas afectadas por accidentes de tráfico y sus familias, ¿verdad? Estás haciendo lo que está bien para la banda ahora. Eso es lo que querría Jake, y lo habría hecho, si estuviera en tus zapatos.

El pecho de Brittany se expande con su respiración. Cerró sus ojos, su cabeza agitándose suavemente.

Yo sé que no estoy alcanzándola. Esto no la va a arreglar. Sé que va a carcomerla por dentro. Esta es Brittany. La única Brittany que conozco.

— ¿Por qué no vas a verla para hablar con ella en persona? Siempre es mejor un cara a cara que por teléfono. A veces sólo tienes que ver la cara de la persona, ¿sabes?

Hola……….buenas tardes a todas/os……….su apoyo a la primera parte de este fic me enorgullece y anima a continuar ….. y bueno, habiendo iniciado la segunda parte de la historia espero les guste….puse la actualización por adelantado, dado que mañana tengo una evaluación importante y debo prepararme para ello.





Confirmo que dadas mis obligaciones universitarias, personales y otras, el ritmo de actualización será de 2 veces por semana, es decir: los días LUNES (2 capítulos) y JUEVES (3 capítulos) (me parece más coherente dejarles 3 capítulos antes de un fin de semana. ¿Les parece la idea?)….últimamente me hallo bastante ocupada, espero poder librarme de esta situación lo antes posible….en cuanto lo haga, volveré al antiguo ritmo de actualización (3 por cada día lunes y otros 3 por cada día jueves)……..espero puedan comprenderme





Mantengo mi posición sobre el episodio final de la serie, este final fue bueno, pero no colmo del todo mi expectativas para el cierre de lo que fue y será una gran serie: GLEE……lo que lamento es que no se haya dado a conocer el futuro o líneas de dialogo a otros personajes importantes (creo yo) para saber de ellos, por ejemplo: Santana, Brittany, Quinn, Puck o Mike, etc. Demás está decir que por ahora supongo que o mientras creo que voy a distraerme con los fic’s (benditas adaptaciones o historias originales por hacer que me distraiga un poco de la realidad jejejeje)……..








*Para quienes no hayan leído las historias anteriores, estas son las direcciones:







http://www.gleeklatino.com/t20759p300-resueltofanfic-brittana-5ta-avenida-neoyorkina-2da-parte-primero-viene-el-amorluego-viene-el-matrimonio-epilogo
(5ta Avenida Neoyorkina)






http://www.gleeklatino.com/t21732p330-resueltofanfic-brittana-play-with-me-epilogo
(Play with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22139p255-fanfic-brittana-safe-with-me-capitulo-bonus-track-halloween-con-el-clan-familiar-de-los-pierce-31-de-agosto
(Safe with Me)






http://www.gleeklatino.com/t22314p90-resueltofanfic-brittana-beautiful-stranger-cap-16-final-12-de-noviembre
(Beutiful stranger)







http://www.gleeklatino.com/t22405p135-fanfic-brittana-lick-sinopsiscapitulo-22-final-09-de-enero#536524
(Lick)




http://www.gleeklatino.com/t22471p135-resueltofanfic-brittana-breathe-with-me-epilogo-06-de-abril-2015#540911
(Breathe With Me)








*Próxima actualización: día JUEVES…….si pudiera actualizar antes se los haré saber (pero si no, tengan la seguridad que lo haré en el día señalado)






Sin más que decir por el momento……….no las aburro más, disfruten del capítulo






Me encantará recibir sus críticas, comentarios, sugerencias, etc.………….así que a escribir.







Y la canción del día es……….


















https://www.youtube.com/watch?v=uzDBXl7I_go




NOTA DE ACLARACIÓN PERMANENTE E IMPORTANTE.- El presente trabajo es una adaptación a mi pareja favorita de Glee (Brittana), aclaro que conserve el título de la historia porque me pareció lo más conveniente, además de que soy malísima para ponerle nombre a algo o las cosas jejejeje……..La historia original obviamente no me pertenece …………esta obra se titula “The Mighty Storm” y es de autoría de Samantha Towle (todos los derechos reservados para esta estupenda escritora, así como a todos los involucrados en la publicación de su trabajo) (así que a esta distinguida escritora mis más grandes felicitaciones y admiración por la forma y estilo literario que realiza); la traducción, corrección y diseño de dicha obra fue realizada por la fabulosa comunidad virtual FALLEN ANGELS (gracias a todos quienes hacen posible que el resto de las personas podamos disfrutar de tantas maravillosas obras) (la obra original traducida la podrán encontrar en distintos blogs).








Aclaro que si bien en la obra, los lugares recurrentes que se mencionan son Inglaterra y EE.UU (Los Ángeles fundamentalmente), tomando en cuenta las características y sitios donde se desarrolló GLEE desde su primera hasta la sexta temporada …….decidí que los lugares donde se desarrollará la historia sea Lima-Ohio, Nueva York, Los Ángeles (en pequeñas ocasiones Chicago) (Espero les parezcan estas alternativas). Sobre el resto de los personajes, considerando las características de algunos de la obra original y en correlación con los de Glee puse a quienes se ajustaban a estas personalidades, aunque en algunos casos me deje llevar por la emoción del momento y puse a quienes creí conveniente jejejeje.











Algo más……enfatizo nuevamente que esta historia se compone de dos libros, el primero consta de: sinopsis + 31 capítulos (aunque el último capítulo corresponde a la rememoración de uno de los primeros capítulos desde el punto de Brittany, en el caso de esta adaptación); el segundo libro se compone de: sinopsis + 25 capítulos + epílogo. Esta historia es narrada desde el punto de vista de Santana (en el caso de esta adaptación) casi al 100%.......aunque en el capítulo 31 del primer libro y algunos capítulos de segundo libro podremos observar también el punto de vista de Brittany sobre algunos sucesos importantes que hacen a la historia………Espero disfruten de esta historia










Ahora……….solo queda esperar sus opiniones.









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Capítulo 14
Santana…

— ¿Quieres dejar de reírte? —gruñe Brittany.

A ella no le hizo gracia que diez minutos más tarde, todavía este riéndome sobre el comentario del líbido.

—No me estoy riendo. —Me chupo el labio inferior, mirando por la ventana del pasajero.

—Seguro que no —murmura—. Mírame.

Trato de ponerme seria antes de voltearme hacia ella, pero no puedo. Estrujo mis facciones.

—Te estás riendo —ella frunce el ceño.

—Lo siento. —Una risa se sale. Trato de cubrirme con una tos—. Sólo qué no puedo creer que de toda la gente, tú hayas dicho la palabra “líbido”.

— ¿Y cómo quieres que lo llame? —ella dice.

—Hubiera preferido que no le dijeras nada a la doctora Hot.

Britt me da una mirada de “no vamos a ir allí” Girando a la izquierda, Brittany nos lleva hacia la casa.

—Mira —dice—. Sólo quiero estar segura que no lastimaré a nuestro bebé cuando tengamos sexo, que cómo sabes lo quiero hacer a menudo, de hecho, varias veces al día. —Ella pasa su mano sobre mi muslo y mi sexo tiembla, de repente por su toque, con la necesidad de hacer muchas cosas con mi sexy novia.

—No es como si fuera a decirle a la doctora: “tengo unas ganas enormes de hacerle el amor a Santana en su consultorio” —añade ella, y esto es como un balde de agua fría a mi libido, dando paso a que mi risa comience de nuevo.

—Nunca vas a poder olvidar esto, ¿o no? —refunfuña, agarrando la palanca de cambios.

—No —le doy una divertida mirada.

—Le vas a decir a todos nuestros conocidos, ¿no es así?

—No a todos. Quizás solo a Kurt, a Rachel y a mi padre.

Mi padre seguro lo encontrara divertido. Él tiene el mismo sentido del humor retorcido que yo.

—Si le vas a decir a Robert que le dije líbido a la doctora, entonces le voy a decir exactamente lo que tú me haces con esa sucia y caliente boca.

—No te atreverías —suspiro.

—Inténtalo. —Ella estrecha sus ojos, desafiándome.

—Eres una niña —me enfado.

—Lo dices tú, que llevas riéndote los últimos 10 minutos por la palabra líbido.

Líbido.

La miro; estoy sonriendo. Entonces Brittany sonríe y ambas comenzamos a reírnos fuerte; se siente bien. Por un momento, se siente cómo si fueranos las adolescentes despreocupadas que éramos. Todavía nos estamos riendo cuando Brittany llega a la puerta y Henry nos deja entrar.

Estaciona el auto en el garaje, vamos a dentro me quito mis zapatos y me tiro en el sofá. Saco el sobre que contiene las fotos del bebé de mi cartera. Me estoy muriendo por verlas pero quería esperar hasta que estuviésemos en casa para poderlas ver en privado juntas. Otro momento feliz para cubrir las paredes de nuestro hogar. Brittany se sienta a mi lado, colocando mis pies en su regazo.

— ¿Puedo? —hace un gesto al sobre.

Le entrego el sobre y veo como saca las fotos. Me acerco a ella, sentada a su lado, mi muslo presiona contra el de suyo. Brittany me rodea con su brazo y descanso mi hombro sobre su pecho mientras ambas miramos las fotos blanco y negro de nuestro hijo. Nuestro pequeño, pequeño hijo. Brittany está tan quieta; que todo lo que puedo escuchar es el sonido de su respiración. Le doy un vistazo a su rostro y la emoción que veo, opaca la mía.

—Es realmente nuestro —ella dice, pasando sus dedos sobre la imagen de nuestro bebé. Su voz es tan suave.

—Es realmente nuestro —pronuncio quebrándose mi voz.

— ¿Quién diría que yo podría contribuir hacer algo tan perfecto? —Brittany me mira a través de sus largas pestañas—. Gracias.

Es la segunda vez que me da las gracias hoy y está vez tengo que preguntar por qué.

—Por estar conmigo. Por darme la oportunidad de enderezar mi vida. Sólo contigo tendría la oportunidad de tener una familia. Tú eres todo para mí, y ahora me has dado mucho más con nuestro bebé.

Girando su cabeza hacia mí, me besa suavemente en los labios. Envuelve sus brazos a mí alrededor, llevándome con ella hacia el sofá, sus labios besando mi frente. Me encanta sentir a Brittany de esta manera; contento y en paz consigo mismo. Trazo mi dedo sobre sus brazos.

—La vida es buena, ¿verdad? —murmuro.

—La vida es grandiosa. —Siento su sonrisa sobre mi piel.

— ¿Tienes hambre? —pregunto.

—Puedo comer algo. ¿Quieres ordenar? Me alejo de ella para poder ver su rostro.

—Sabes, podríamos cocinar algo de vez en cuando. —Bromeo.

— ¿Estás de ánimo para cocinar?

Estando tan cómoda como para considerar moverme en este momento, niego con la cabeza.

—Entonces ordenamos. —Ella se ríe profundo; vibra a través de mi pecho —. ¿De qué tienes deseos hoy?

—Ensalada César con parmesano y un rollo crujiente.

—Entonces, nada en específico —bromea ella.

—Hey, estoy comiendo por dos, sabes.

Sonriendo, Brittany saca su teléfono y ordena mi ensalada y un queso a la plancha para ella del delivery cercano.

Mientras Britt está al teléfono, mis pensamientos van a las fotos y cómo se siente ver a nuestro bebé. Entonces mis pensamientos se van a la Doctora Kline y cuan atractiva es. Me pregunto si Brittany piensa en lo bonita que es ella. Antes de que pueda pensar en ello, en el estilo usual de Santana, digo:

—La doctora Kline es realmente bonita.

Britt guarda su teléfono en el bolsillo.

—No lo había notado.

—Seguro que no. —Pongo mis ojos en blanco.

Brittany levanta la pierna que tengo sobré ella; se inclina, obligándome a acostarme y coloca sus manos a ambos lados de mí, su pelvis presionando fuerte contra mi sexo. Ella descansa la punta de su nariz sobre la mía:

—No lo había notado —repite—. Cariño, cuando tu éstas en el cuarto, no veo a nadie más que a ti.

Un escalofrío recorre mi columna y comienzo a tararear de deseo.

—Me voy a poner gorda —digo haciendo un mohín.

—No, tú vas a tener a mi bebé creciendo dentro de ti, y en estos momentos no puedo pensar en algo más sexy.

Brittany inclina su boca contra la mía, besándome pausadamente. Separo mis labios con un gemido y su lengua se mueve dentro acariciando la mía. En estos momentos, nada más me gustaría que tener a Brittany haciéndome suya, pero nuestro almuerzo viene de camino; y tengo ésta persistente preocupación de llamar a mis padres para decirles lo del bebé. Sobre todo a mi madre.

Me preocupa cómo vaya a tomar la noticia. Estoy consciente de sus preocupaciones sobre mi relación con Brittany y mi mudanza aquí después de estar tan poco tiempo juntas. Además el compromiso, junto con los problemas que Brittany tuvo, que tuvimos. Me temo que esto la pondrá al borde.

—Estábamos hablando del bebé —digo mientras su lengua se arrastra sobre mi labio inferior.

— ¿Estábamos? Yo pensé que estábamos mas en dirección de hacer algunas cosas calientes.

Mete su mano levantando mi camisa, baja una copa de mi sostén y gentilmente acaricia mi pezón con su pulgar e índice. Mi cuerpo instantáneamente se arquea ante su toque.

—Necesito llamar a mis padres y decirles lo del bebé —pronuncio sin aliento.

—Pronto. —Se queja, acelerando sus caricias.

—No puedo llamar a mis padres inmediatamente después de haber hecho el amor.

—Pues los llamas esta noche. Eso si he terminado contigo para entonces —Britt respira mordiendo el lóbulo de mi oreja con sus dientes—. Estoy desesperada por ti —se queja.

Dolida por su promesa, pero preocupándome más, pongo mis manos sobre su pecho.

—También te deseo Brittany, pero en éste momento, necesito llamarlos.

Deteniendo el ataque hacia el lóbulo de mi oreja, ella se mueve hacia atrás y me mira directo a los ojos.

—Estas preocupada de que no estén contentos por lo del bebé, ¿verdad?

Me muerdo mi labio y sacudo mi cabeza. Britt se sienta sobré sus talones, mirándome y veo la oscuridad que tienen sus ojos.

—Disculpa, déjame reformularlo. Estás preocupada de que Maribel no esté contenta de que tú tengas un hijo conmigo.

Suspiro y paso mis manos a través de mi cabello.

—Tú sabes lo que mamá piensa sobre que vamos demasiado rápido. Ella está preocupada por mí, bastante, ya vivió esta vida con mi papá, tener un hijo con un músico, de giras, y... —me empecé apagarme, luchando por encontrar las palabras correctas—. Supongo que sólo estoy preocupada de que ella…

— ¿Qué? ¿Qué regreses a vivir a Lima? ¿Tomar una decisión? —ella frunce el ceño.

—No. No lo sé. —Me encojo de hombros. Me siento, y envuelvo su cintura con mis brazos, descansando mi mejilla contra su pecho—. Sólo que no quiero que se enoje conmigo.

—Santana. —Britt descansa su mano sobre mi hombro y baja a nivel de mis ojos. Puedo ver que su expresión endurecida se ha suavizado—. Tú acabas de decir que ella ha vivido esta vida. —Él coloca mi cabello detrás de oreja—. Pero recuerda, que financieramente nosotras estamos más seguras que ellos en esa época. Yo no soy sólo la cantante de una banda.

—Pero cuando a ella se le mete algo en la cabeza, Brittany, es difícil tratar de cambiarlo.

—Me recuerda alguien que conozco bien —dice con una sonrisa—. Vamos a llamarlos ahora, tranquiliza tus sentimientos y luego te haré el amor.

Saca su teléfono, marca el número de la casa de mis padres, coloca la llamada en altavoz y deja el teléfono en la mesa frente a nosotras.

—Hola —dice una voz profunda a través de la línea. Sólo escuchar su voz hace que mi corazón lata más rápido.

—Hey, papá.

— ¡Mi pequeña! —casi puedo ver su brillante y gran sonrisa. Lo extraño muchísimo—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, papi. Mmm… ¿Mamá está allí? —Trago.

—Sí, ¿quieres que la busque? ¿Tu viejo padre no es suficientemente bueno para hablar estos días? —Él bromea.

—En realidad, necesito hablar con ambos. ¿Me puedes poner en altavoz?

— ¿Cariño, está todo bien?

—Todo está bien, papi. Yo, nosotras tenemos noticias.

—Está bien, déjame buscar a tu mamá.

Le doy un vistazo a Brittany, tratando desesperadamente de calmar mis nervios. Ella frota mi espalda.

—No te preocupes, todo va a estar bien —me susurra.

—Santana, ¿todo está bien? —Sale el tono de preocupación de mi madre.

—Sí, todo está bien. De hecho, grandioso. —Paso mi lengua sobre mis labios secos—. ¿Papá todavía está allí?

—Estoy aquí —dice él.

—Bien. Brittany también está aquí, y um, tenemos noticias. Estamos, um…Vamos a tener un bebé.

Hay un silencio total; por un largo tiempo. Entonces mi padre lo rompe.

—Cariño, esa es una gran noticia. Muy, muy buena noticia. ¿No es así Maribel? — Prácticamente podía sentirlo dándole un codazo a mi madre para que responda.

— ¿Cómo pudiste permitir que eso sucediera?

Mi rostro se calienta y hormiguea.

— ¿Qué esto suceda? ¿Qué esto suceda, mamá? —Lo repito en inglés, ya que no quiero ocultar nada de esta conversación a Brittany—. Yo no dejé que nada sucediera. Obviamente, nosotras no teníamos la intención de que pasara pronto. Pero es algo que luego cambiamos cuando sucedió luego del tratamiento y ambas estamos extremadamente felices por eso. Esperaba que ustedes también.

—Nosotros también lo estamos —insiste mi padre.

— ¿Mamá? —presiono.

—Brittany, ¿tu vas a dejar la banda? —ella le pregunta directamente a mi rubia.

—No, ella no va hacerlo —digo antes de que Britt tenga la oportunidad de hablar. Ella suspira fuerte.

—Así que ella estará de gira y tu estarás sola en la casa con el bebé.

—No. —Brittany contesta antes de que yo tenga una oportunidad para hablar. Probablemente sea lo mejor porque estoy malditamente enojada en este momento—. Maribel todavía no hemos resuelto los detalles, pero Santana no estará sola con el bebé en la casa. Voy a ser la parte más importante en la vida de nuestro bebé. No voy a dejar que mi hijo crezca en la manera que yo crecí. —La dureza de su tono me sorprende, pero no puedo culparla—. Puedo ver tu preocupación, realmente lo hago pero no será de esa manera. Siempre estaré ahí para Santana y mi bebé. No quiero que Robert y tu se preocupen.

Mi madre está en silencio en un momento de tensión.

—Mamá, quiero que estés feliz por esto. Esto no es como cuando papá y tú estaban de gira. La vida de Brittany es diferente.

—Sí, es mucho más grande que la que tuvo tu padre. Brittany está ocupada y en demanda, y su vida está bajo presión. Mira lo que ocurrió la última vez que las cosas se pusieron difíciles para ella. Regresó a usar drogas y tú la encontraste con esa chica en su cama. Estuviste con el corazón roto.

— ¡Mamá! —grito devastada por lo que ella trae a refutar.

—Basta, por ahora, Maribel —dice mi padre—. Tú sabes lo que ocurrió.

Otro momento silencioso de tensión, mientras las lagrimas bajan por mis mejillas.

—Sé que lo arruiné en el pasado y le fallé a Santana —dice Brittany, rompiendo el silencio—. En verdad, nadie conoce eso mejor que yo. —Su voz es ronca y me duele escucharla—. Pero no volverá a suceder. Créeme, se lo que puedo perder. Yo amo muchísimo a Santana. Ella es todo para mí y yo quiero su felicidad tanto como tú.

Extiendo mi mano y acaricio su mejilla. Me vuelvo hacia el teléfono.

—Pensé que ustedes entenderían esto mejor que cualquiera, mamá. —Me seco las lágrimas de mi rostro—. Que ustedes estarían de mi lado y nos apoyarían en tener a esté bebé.

Escucho su brusca inhalación.

—Santana, yo estoy de tu lado. Siempre estaré de tu lado.

—Pues entonces alégrate por mí… por nosotras. Vas a ser abuela y papá será abuelo.

El momento de silencio es suave, no hosco; ahí se que la tengo de mi lado.

— ¿De cuánto tiempo estas? —pregunta ella, con su voz un poco temblorosa.

—Seis semanas. —Una sonrisa muerde mis labios—. Tengo unas fotos. Puedo escanear una en mi computadora portátil y enviárselas por correo electrónico.

—Eso me encantaría.

—Bien —digo para terminar la conversación—. La voy a escanear en breve para enviarla.

—Santana. —Pausa ella—. Estoy contenta por ti… por ambas. Las lágrimas pinchan mis ojos.

—Gracias mamá. Te quiero.

—Te quiero —dice ella.

— ¡Y yo! —Papá grita.

Me rio sobrepasando el nudo en mi garganta.

—También te quiero papi.

—Oh, y asegúrate que Brittany no fume cerca de ti ahora que estas embarazada —mamá comienza a decir— y tu necesitaras comenzar a tomar las vitaminas prenatales. Nada de cafeína o mariscos…

—Lo tengo todo, mamá —sonrío—. No te preocupes.

—Bien, nos veremos pronto.

Todos nos despedimos y Brittany termina la llamada. Caigo contra el sofá.

—Maldición, eso fue estresante —murmuro, pasando mis dedos por mi adolorido cuero cabelludo.

Brittany se recuesta a mi lado.

—No puedo culparla. Ella se preocupa porque te quiere y puedo ver por dónde viene. A sus ojos, yo no soy la pareja o madre ideal.

—Bueno, está equivocada. —Me volteo hacia ella y paso mi dedo sobre sus labios.

—Puede ser, pero tengo que demostrárselo.

—No necesitas demostrarle nada a nadie.

—Sí. A tus padres. Quiero que ellos confíen en que puedo hacerme cargo de ti y nuestro hijo. —Britt pasa sus dedos por mi barriga.

—Mi padre confía. Él piensa bien de ti.

—Santana, yo le agrado. Nos llevamos bien. Pero no sé si confía en mí, en especial con su pequeña.

—Bueno, yo confío en ti y eso es lo cuenta. —Agarro su mano trayéndola de mi estomago hacia mi boca y la beso—. ¿Quieres llamar a tu mamá y a Dale?

Ella niega con la cabeza, riendo.

—No, creo que necesitamos un descanso después de esto.

— ¿Piensas que ella será tan difícil cómo mamá?

—No, pero en este momento todo lo que puedo pensar es en desnudarte y terminar lo que habíamos comenzado antes. Seriamente necesito tocarte después de escucharte furiosa, hablando en español.

Riendo digo:

—La comida llegara pronto.

—Tenemos tiempo —ella dice, tomándome las piernas y bajándolas del sofá.

Ella se arrodilla entre ellas y comienza a quitarme mis vaqueros y bragas mientras yo me quito la camisa y el sostén. Brittany se quita su camisa y entonces estamos piel con piel mientras ella descansa su pecho contra el mío. Paso mis dedos por su cabello, atrayendo su boca hacia la mía. Coloco mi pierna alrededor de su cadera mientras su mano se desliza por mi muslo, apretando mi trasero, y me besa cómo si estuviese hambrienta por mí, su lengua se sumerge en mi boca, fuerte y profundo. Sus manos toman las mías sobre mi cabeza colocándolas encima del cojín. Muevo mi pelvis contra ella, gimiendo en su boca. Entonces suena el timbre de la puerta.

—Rayos —gruñe fuertemente en mi boca—. ¿No podemos tener nuestro espacio? —Ella se queja, levantándose para contestar la puerta.

Me siento para recuperar mi ropa.

—No te atrevas a moverte —ordena—. Quiero regresar y encontrarte exactamente cómo te dejé.

— ¿Y cómo es eso? —pregunto, descansando mis brazos en la parte trasera del sofá y mi barbilla en mi brazo, mirándola. Dios, en éste momento ella se ve tan caliente. Su vientre plano. El tatuaje con mi nombre. Sus pechos casi visibles a través de su sujetador casi transparente.

—Desnuda y esperando para ser follada. —Sonríe caminando hacia atrás.

—Sí señorita. —Yo saludo.

Ella gime, luego se pone una chaqueta, se voltea y se dirige hacia la puerta. Me acuesto en el sofá para que desde la puerta no me vean desnuda sentada aquí. Escucho abrirse la puerta y luego la voz de Henry. La puerta se cierra, por lo que me levanto justo cuando Brittany regresa a la sala con la bolsa conteniendo nuestro almuerzo.

— ¿Quieres comer ahora? —Ella pregunta en tono de burla. Niego con la cabeza.

—Quiero que traigas tu caliente trasero aquí y me hagas tuya. —Me muerdo la sonrisa.

Brittany coloca la bolsa de comida en la mesa lateral y avanza hacia mí cómo una pantera moviéndose para atacar a su presa.

—Con absoluto maldito placer —dice, saltando sobre el respaldo del sofá aterrizando entre mis piernas, se arrodilla e instantáneamente una de sus manos va directo al grano.

Capítulo 15
Santana…

Miro alrededor, a las decoraciones de Navidad que adornan el restaurante y siento ese vértigo y excitación que siempre consigo en esta época del año.

Ahora están un millón de veces amplificados, ya que en esta Navidad será la primera que paso con Brittany en años, y el primero como pareja. Una pareja que va a tener un bebé.

¡Vamos a tener un bebé! Todavía estoy emocionada por ello, por si no lo adivinan.

También es el cumpleaños de Brittany el veintitrés de diciembre. Ella tendrá la gran edad de veintisiete.

Al igual que nuestra Navidad, este es el primer cumpleaños juntas en doce años, así que estoy asegurándome de que sea uno muy bueno.

Es por eso que me voy a cenar esta noche con Kurt y Kitty: estamos programando una fiesta sorpresa de cumpleaños para Brittany.

Consideré pasar su cumpleaños solo nosotras dos, pero hay muchas personas viniendo para Navidad, y parecía justo compartir su día con todos nuestros seres queridos.

Kitty se ha convertido en una buena amiga desde que contraté su compañía para decorar nuestra casa. Ella está haciendo un trabajo increíble. Estamos a mitad de camino a través de la decoración, pero Kitty me asegura que estará terminado a tiempo para Navidad, gracias a Dios. No puedo pensar en nada peor que una casa llena de gente a medio decorar.

Mi mamá y papá están llegando para la Navidad. Estoy tan emocionada de verlos, ha sido demasiado tiempo.

Rachel viene también. Se quedará en casa de Quinn, pero vienen para la cena de Navidad.

También vendrá Puck y Zane. Al parecer, Zane no está cerca de su familia en Nueva York, así que le dije a Brittany que lo invitara. No puedo soportar la idea de que alguien esté solo en Navidad, y mucho menos las personas de las que me preocupo.

Invité a Ryder y Kitty, pero ellos van a su casa en Tennessee después de la fiesta de Brittany.

Por supuesto, la madre de Brittany, Susan, y su padrastro, Dale, vendrán.

Brittany no sabe nada de esto, aunque sabe que todo el mundo viene para Navidad.

Será bueno ver a Susan nuevo. No la he visto desde el funeral de Pau. Y a Dale no lo he visto desde que tenía catorce años.

Ella estaba en la luna cuando la llamamos y le dijimos que estoy embarazada. La suya fue una reacción completamente opuesta a la de mi mamá.

Creo que está aliviada y feliz de que Brittany está finalmente asentándose. Que haya encontrado la felicidad.

Todo el mundo estaba feliz por el bebé. Kurt se volvió loco, de la mejor manera posible. Rachel también enloqueció. La más conmovedora fue la reacción de Holly. Cuando le dije que estaba embarazada, comenzó a llorar lágrimas reales de felicidad. Estaba en una charla por Skype con ella, y pude ver la emoción genuina. Y me puse a llorar también.

Le debo mucho a Holly. Si ella no me hubiera entregado la entrevista con Brittany, no estaríamos juntas ahora. Tengo todo en el mundo para darle las gracias por eso.

Yo estaba animando a Holly que venga para Navidad también, pero ella ya tiene planes con su familia. Pero estoy asegurándome de verla muy pronto.

— ¿Así que realmente estamos teniendo esta fiesta de cumpleaños en Pizza Hut? — Kurt hace muecas.

—Deja de ser un snob —le digo, riendo—. Pizza Hut es importante para Brittany y para mí.

—Ah sí, los años de sueño adolescente. —Él pone su mano sobre su corazón, en broma.

— ¿Qué es eso? —pregunta Kitty.

—Fue una tradición de cuando Brittany y yo éramos más jóvenes. Solíamos celebrar nuestros cumpleaños en Pizza Hut. Cuando retomamos el contacto, lo primero que hizo Brittany fue llevarme a cenar a Pizza Hut.

—Contrató todo el sitio para ella —añade Kurt.

—Fue muy dulce. Yo estaba realmente impresionada con ella. —Britt me sonríe, y me da un guiño secreto.

— ¿Has elegido su regalo? —Kurt pregunta, cortando su filete.

—Lo he hecho. —Sonrío con orgullo, mordiendo un palo de espárragos.

Me he quedado atrapada en qué comprar a Brittany. Quiero decir, ¿qué es lo que le compras a la chica que lo tiene todo?

Entonces recordé la vieja guitarra, la primera guitarra que había tenido y que mi padre le compró.

Cuando se fue a Nueva York, dejó su guitarra atrás, y mi padre la ha guardado durante todos estos años. Estaba embalada en el garaje, así que le pedí a mi papá que la sacara y la reacondicionara.

Está enviándomela esta semana, y cuando llegue, voy a enviar a hacerle en la parte posterior algún trabajo artístico.

Definitivamente creo que vale la pena trece cumpleaños, sólo en el pensamiento.

— ¿Así que tenemos la lista de invitados definitiva? —le digo, mirando hacia abajo en mi block de notas en la mesa, para llegar a mi agua.

—En realidad, es necesario agregar un acompañante... para mí —dice Kurt, mirando tímidamente.

Puse mi copa hacia abajo sin tomar un trago.

—Un acompañante. —Sonrío—. ¿Pude ser ese misterioso hombre que has estado ocultando de nosotras?

—Sí, y no es un misterio. Tú sabes su nombre.

— ¡Blaine, el doctor caliente! —Kitty y yo decimos juntas—. Y sí, lo es —agrego— no has dejado que ninguno de nosotros le eche un vistazo, por no hablar de conocerlo.

—Porque no quiero que lo espanten. Es tímido. —Muerde la carne de su tenedor.

— ¿Pero va a venir a la fiesta?

Kurt sonríe, masticando.

—Lo hará.

— ¡Siii! —Aplaudo.

Este tipo es importante para Kurt, lo puedo decir por la forma en que él se comporta sobre él. No puedo esperar para conocer al chico que está poniendo esa hermosa sonrisa en su rostro.

Garabateo el nombre de Blaine, el médico caliente en mi lista y lo subrayo.

— ¿Tus padres vienen a la fiesta? —pregunta Kitty.

—Sí. —Presiono mis labios.

— ¿Tu mamá ahora está bien con Brittany y el bebé?

Kitty ha sido el oído atento a mis descargos. A pesar de que mamá ha aceptado el hecho de que Brittany y yo vamos a tener un bebé, y está esperando ser una abuela, todavía es un poco fría cuando se trata de Brittany. Y sé que es un hecho que piensa que debería regresar a Lima, Ohio para tener al bebé.

—Ella está casi allí —le digo señalando con la cabeza, recogiendo el agua otra vez—. Creo que la visita en Navidad lo logrará. Brittany va a ganarse a mamá. Estoy segura de ello.

Bueno, tal vez no estoy segura, esperanzada sería la palabra.

Mamá no puede ver más allá de la historia de Brittany. Pero yo no soy perfecta. Ella no vio cómo lastimé a Brittany cuando me quede atrapada entre ella y Alice, y cómo peleó por mí. Lo mucho que me ama.

No importa cuántas veces le digo que Brittany y yo nos dañamos mutuamente, lo suficiente para durar toda la vida y no me va a hacer daño de esa forma nunca más, ella piensa que lo que ella piensa.

Puede tomar un tiempo para que mi mamá cambie sus creencias.

Sé que en el fondo ella sabe que mi rubia me ama, el motivo de su preocupación es que Brittany lo arruine, y yo termine sola, rota y herida.

No estoy preocupada por el momento. Conozco a Brittany. Sé lo que significa para ella que estemos juntas, que tengamos al bebé.

Espero que vea esto en Navidad, entonces todo estará bien, y ella dejara descansar lo de Brittany.

—Tengo que darle crédito a tu madre, preciosa —dice Kurt—. Es la única mujer que conozco a la que Brittany no puede tener comiendo de la palma de su mano en cinco segundos. No sólo eso, en realidad creo que ella le tiene miedo. Me parece que puedo estar enamorado de una mujer por primera vez en mi vida —reflexiona, golpeando mi codo, riendo.

—Esa es mi mamá —suspiro, dejando el vaso—. Una fuerza a tener en cuenta. Sólo espero que ella la acepte pronto. Ella lo hará. Creo.

Después de la cena, Finn dejó a Kitty en su casa, y luego nos llevó a Kurt y a mí de vuelta. Finn es ahora mi guardaespaldas personal. Brittany se ha puesto toda sobreprotectora, más de lo normal, ahora que estoy embarazada, y tengo que tener Finn conmigo en todo momento.

Honestamente, apenas puedo hacer pis sin él allí. En serio, es un buen trabajo y me gusta Finn porque estoy con él más de lo que estoy con Brittany hoy en día.

Brittany ha incrementado mi seguridad cuando se conoció la noticia de mi embarazo. He estado esperando recibir algunos correos electrónicos de algunos de sus más "demasiado entusiastas" aficionados.

Ellos piensan que estoy tratando de alejarla de su estilo de vida del rock por tener a su bebé. Convertirla en una mujer de familia y llevarla lejos de su música.

Sí, algunas personas están locas.

La reacción general de la opinión pública, ha sido muy positiva, sin embargo. Creo que la normal y sana está contenta de ver a Brittany feliz. No podría estar más contenta de ser yo quien la ha traído a este lugar en su vida.

Así que ahora Brittany tiene a Ben con ella, y yo tengo a Finn permanentemente unido a mi lado.

Finn estaciona el auto, y yo a salgo del auto, dándole las buenas noches.

Kurt me acompaña a la puerta, dejándome con un beso en la mejilla, y se dirige a su casa. No escucho a Finn alejarse hasta que estoy de forma segura dentro de la casa. Es lo más que cuidadoso cuando se trata de su trabajo. Y en la actualidad, y para el futuro previsible, soy el trabajo de Finn.

La casa está en oscuridad.

Sin molestarme en encender las luces, me dirijo directamente a nuestra habitación, pensando que quizás Brittany ya está en la cama.

Cuando entro, la encuentro vacía.

No estaba afuera fumando, yo la habría visto cuando he pasado a través de la sala de estar. Me pregunto si está en su estudio.

Puse mi bolso en el tocador, me saque de una patada mis tacos, y me dedicó a la búsqueda de Brittany.

Mientras camino por el pasillo, escucho el piano en la biblioteca. La puerta está entreabierta.

Empujo para abrirla y encuentro la sala a oscuras, iluminado sólo por la brillante luna que entraba por la ventana.

Brittany está sentada al piano, tocando una canción que no reconozco, vestida sólo con su sujetador y un sexy pantalón corto de pijama negro.

Se corta una figura solitaria.

Escucho la canción que está cantando muy suavemente, pero no puedo entender las palabras reales. Suena hermoso.

—Ella toca el piano en la oscuridad —digo, apoyada en el marco de la puerta. Al instante se detiene y mira por encima del hombro.

—Hey. —Sonríe. Pero incluso desde aquí, puedo ver algo que está fuera de su sonrisa.

Se vuelve a mí, de nuevo al piano y empieza a tocar el clásico coro de Brenda Russell "Piano in the Dark”.

Esta es la canción favorita de mi madre.

Tengo tantos recuerdos de mi infancia. Recuerdo haber escuchado a mamá cantar con el estéreo mientras estaba en la cocina preparando la cena. Me pregunto si Brittany lo recuerda. Me encanta cómo la música puede suscitar recuerdos.

Y me encanta cómo hasta ahora nos sigue vinculando a Brittany y a mí. Es nuestra conexión. Es la forma en que hablamos.

Brittany siguió tocando mientras camino por el suelo de madera dura hacia ella.

Trazo mis dedos sobre la parte de atrás de su cuello, moviéndolos en su pelo, y beso su sien antes de inclinarse sobre el piano, apoyada en los codos.

No importa dónde estemos o lo que este cantando, la voz de Brittany hace cosas increíbles para mí. Es como puro sexo caliente escucharla. Su voz toca partes de mí que ni siquiera sabía que existían. Partes en las que yo pertenezco sólo a ella. Eso sólo tendrá que pertenecer a Britt.

Viendo la forma en que mueve sus dedos sobre el teclado hace que quiera sus manos sobre mí muy mal.

Aprieto mis muslos.

—Brittany... —Trazo mi dedo por el área suave del piano—. ¿Alguna vez vas a escribir una canción sobre nosotras? ¿Acerca de mí?

Se detiene y se me queda mirando.

—Cada canción que he escrito se trataba de ti de alguna manera.

— ¿En serio? —Mis ojos se abren. Su mirada está fija en mí.

— ¿Cómo crees que he escrito sobre el amor, Santana? Tú fuiste la única persona que he amado. Cada mensaje de amor de esas canciones vino de ti... por ti. Cada línea de pérdida vino de perderte. Escúchalos y lo oirás. Me sorprende que no lo hicieras hasta ahora.

Ella mira hacia abajo a las teclas y empieza a jugar con ellas. Tengo la clara sensación de que se siente decepcionada de que yo no lo supiera. Yo tiemblo, inquieta.

—Supongo que cuando estaba escuchando tu música, pensé que no te importaba nada de mí. —Apartándome, descanso mi espalda contra el piano y miro a través de la habitación a oscuras.

—Odio que pensaras eso. —Su voz es suave detrás de mí—. No podría estar más lejos de la verdad.

Volviendo de nuevo a ella, con ganas de parar esto antes de empezar a hablar, digo:

—Me gustó el sonido de la canción que estabas tocando antes. ¿Es nueva?

Britt asiente.

— ¿Vas a tocarla para mí ahora?

Me mira fijamente por un largo tiempo y sacude la cabeza.

—Esto no está terminado. Voy a tocar para ti cuando lo esté.

—Está bien. —Me acerco y toco su cara con la punta de mi dedo índice. Dibujo un camino a través de su mejilla, a lo largo de la nariz, y luego trazo la línea de tiempo de su frente.

Brittany con los ojos cerrados, la respiración profunda. Luego llega arriba, agarrando mi muñeca. Me arrastra hacia ella, y me pone entre ella y el piano.

Apoya su frente contra mi estómago. Paso los dedos por su pelo, sujetándolo contra mí.

Sus respiraciones profundas me calientan la piel a través de la fina tela de mi camisa. Inhala y exhala.

Algo la está molestando. Lo sabía antes por su sonrisa, pero ahora lo sé con más seguridad.

Lo puedo ver en la línea de los hombros tensos. Lo siento que con cada aliento que toma.

— ¿Cómo estuvo tu noche? —Brittany pregunta, amortiguada su voz por mi camisa.

—Bueno, nos divertimos. ¿Cómo estuvo la tuya? Levanta sus hombros.

—Estándar.

—Bebé, ¿qué es lo que te molesta? —pregunto pasando mis dedos por sus hombros tensos.

Levantando la cabeza, mirando hacia mí en la oscuridad, agarra mi cintura.

Sin decir una palabra, se levanta y me levanta, me sienta en el piano. Las teclas tintinean cuando yo descanso los pies en ellas.

Inclinándose hacia mí, Britt entierra su cara en mi cuello.

—No quiero hablar. —Me sorprende por tomar una respiración temblorosa—. Sólo necesito tocarte, Santana.

Sus palabras tiemblan a través de mí. Yo sé que lo que la está molestando en este momento, ella necesita olvidar algo, en mí.

Sus manos empujan mi falda sobre mis piernas. Britt se queja a la vista de mis portaligas y dirige un dedo por el borde de uno, entonces empuja mis muslos para que se abran y me agarra el trasero, me tira hacia ella. Me besa.

Se me entrecorta la respiración por su intensidad, siento su excitación, me besa apasionadamente. Es una combinación embriagadora.

Alcanzando mi camisa, la rasga para abrirla. Dispersando los botones a través del piano, golpeando el suelo.

Brittany empuja la camisa por mis brazos. Levantándome, me libero y la arrojó a un lado.

Su mano se mueve por encima de mi pecho, trazando el borde de la copa de mi sujetador. Dirige su dedo dentro y sobre la punta de mi pezón. El toque suave me hace jadear.

Su mano me deja solo para empujar el pantalón del pijama hacia abajo y yo me atrevo a acariciarla con ardor.

Ella se empuja contra mi mano, sus ojos arden en los míos, llenos de un dolor que no entiendo.

—Brittany... —susurro, pero ella me interrumpe, aplastando su boca en la mía. Ella arranca mis bragas y desliza rápidamente sus dedos en mi interior.

Lloro de placer ante la repentina invasión. Brittany agarra con férreo control mis caderas, sujetándome con su mano libre como ella quiere, y me empieza a hacer suya. Su boca en mi cuello, los dientes me muerden, la lengua lamiendo, como un calmante. Con cada roce, las teclas del piano dan su propio gemido frustrado, un acorde caótico. Puedo sentir a Britt tratando de conseguir ir más rápidp, casi desesperada por encontrar su escape, mientras que mis sonidos de placer hacen eco alrededor de la biblioteca.

—Acuéstate —gime en mi oído.

Mi espalda desnuda golpea el fresco piano ante su orden. Apenas puedo sentir el frío porque estoy absolutamente tomada por Brittany. Observando el hambre y la necesidad por mí que lo que está consumiendo en este momento. Somos sólo ella y yo. Somos nuestra propia isla, y nada ni nadie nos pueden tocar. Y sé que es exactamente donde tengo que estar en este momento.

Brittany con su mano libre levanta mis piernas más alto, acercándome más, y el momento en que toca ese punto en mí que ella sólo puede, un orgasmo corre a través de mí cuerpo.

Pero Brittany no ha terminado, continua persiguiendo su propio clímax, mientras yo me dedico simplemente a amarla. Sus dientes rechinan. Su mandíbula apretada, los ojos ardiendo con hambre, la luz de la luna perfilando su rostro, y en este momento ella nunca ha parecido más sexy para mí.

Encuentra su liberación, con la cabeza echada hacia atrás, el rostro tenso, mientras su orgasmo sale, sus caderas sacudiéndose contra mí, y yo me corro otra vez palpitando con fuerza mientras nuestros cuerpos tratan de recuperar su ritmo normal.

—San —dice mientras mis músculos se relajan, con las dos tratando de recuperar el aliento.

Se inclina hacia abajo, apoyando su pecho contra mí. Su cabeza en mi pecho, se queda dentro de mí.

Paso mi dedo alrededor de su oído, escuchando su respiración superficial, sintiendo la sensación persistente como si su frustración fuera mía.

—Habla conmigo —murmuro.

Levanta la cabeza, la barbilla apoyada en mi pecho. Me mira a los ojos.

—Vamos a la cama. —Levantándose.

Brittany me da una mano y me ayuda a bajarme del piano. Se mantiene agarrándome de la mano hasta el final, de vuelta a nuestro dormitorio.

Quitándome la ropa que me queda, mi sujetador, falda y portaligas agarro una de las camisetas de Brittany del armario y me la pongo.

Cuando vuelvo, ella que ya está en la cama, así que me subo a su lado y me acurruco junto a su cálido cuerpo.

Exhala, y siento su aliento caliente rozar mi piel.

—La mamá de Jake llamó cuando no estabas.

Así que esto es lo que está molestándola. Es por eso que me folló tan desesperadamente en el piano.

Inclino mi cabeza hacia ella.

— ¿Qué es lo que quiere?

Se pasa la mano por el pelo, y mira hacia el techo oscuro.

—Ella vio la nota de prensa de que Ryder va unirse a la banda.

—Oh.

Sus ojos se encuentran con los míos en la oscuridad.

—No había llamado para decirle lo que estaba pasando.

— ¿Cómo se lo tomó?

—Gritó. Lloró. Está herida, y tiene una razón para estarlo. Lo arruiné. Debí haberle dicho. No lo pensé. No me gusta no haberlo hecho. Me siento como una imbécil. —Sacude la cabeza—. Ella dijo que soy despiadada y egoísta...

—No, Brittany, no...

—Ella tiene razón. Lo soy. Pero ella dijo... —Toma un suspiro tembloroso—. Me dijo que estaba reemplazando a Jake. Que me había olvidado de él. Que poner a Ryder en la banda es borrar a Jake de ella, que yo estoy actuando como si nunca hubiera existido. Dijo que Jake nunca lo hubiera hecho si yo hubiera sido la que terminara muerta. Y ella tiene razón. Él no lo haría.

—Eso es mentira. —Me muevo poniéndome de frente, así que puedo hablar con Britt directamente—. Ella está equivocada.

Estoy temblando con la rabia que siento. Yo sé que ella perdió a su hijo y está de duelo, pero no tiene derecho a lastimar a Brittany de esta manera.

—Yo no creo que ella lo este, Santana. —Sacude la cabeza, mirando a otro lado—. Pero no lo he olvidado. —Su voz es tan tranquila, cuando sus ojos vuelven a los míos—. ¿Cómo podría? Pero he estado tan contenta contigo y el bebé... que cuando le pregunté a Ryder si quería convertirse en un miembro permanente, era puramente una decisión de negocios. No estaba tratando de hacerle daño a nadie. Pero menos a los padres de Jake. Debí haber llamado avisando.

Me incorporó y me siento a horcajadas sobre su cintura y atrapo su cara entre mis manos, la obligó a mirarme. Puedo ver el dolor en sus ojos brillantes, y eso hace que me duela cada fibra de mi ser.

—Escúchame, Brittany S. Pierce. No tienes un hueso de malicia en tu cuerpo. Sí, tú cometiste un error al no llamar, pero creo que incluso si hubieras llamado, habría reaccionado de la misma forma. Ella perdió a su hijo y todavía está herida y enojada por eso. Pero se equivoca, cuando dice que estas “reemplazando a Jake”. No lo haces. Si lo hubieras olvidado, entonces el show que estás haciendo la próxima semana para presentar oficialmente a Ryder en la banda, no lo harías donando los ingresos a una organización benéfica que proporciona apoyo a las personas afectadas por accidentes de tráfico y sus familias, ¿verdad? Estás haciendo lo que está bien para la banda ahora. Eso es lo que querría Jake, y lo habría hecho, si estuviera en tus zapatos.

El pecho de Brittany se expande con su respiración. Cerró sus ojos, su cabeza agitándose suavemente.

Yo sé que no estoy alcanzándola. Esto no la va a arreglar. Sé que va a carcomerla por dentro. Esta es Brittany. La única Brittany que conozco.

— ¿Por qué no vas a verla para hablar con ella en persona? Siempre es mejor un cara a cara que por teléfono. A veces sólo tienes que ver la cara de la persona, ¿sabes?

—Ella está en Nueva York.

—Está a unas pocas horas de avión.

—Seis. Y tengo reuniones por la mañana.

—Reorganízalas. Yendo vas a demostrarle que te importa. Iré contigo si quieres. Nosotras podemos quedarnos en un hotel, pasar algún tiempo con su mamá y papá.

— ¿Harías eso por mí?

La miro, sorprendida.

—Haría cualquier cosa por ti, Brittany. ¿No sabes eso a estas alturas?

Aprieta sus manos contra mi estómago, moviéndolas hacia afuera, colocándolas en mi cintura.

—Te amo tanto, Santana.

—Lo sé. —Me acuesto con ella y me encanta la sensación de sus brazos a mí alrededor, sosteniéndome apretadamente.

—Yo también te amo. —Beso su boca—. ¿Así que vamos a Nueva York mañana?

—Vamos a Nueva York mañana.











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¿Qué les parece el inicio de la segunda parte de la historia?..........para que no me consideren malvada jejejeje, voy a ponerles un par de adelantos de lo que se viene en la siguiente actualización…….






Breves adelantos – caps. 16, 17 & 18






Cuando dejamos la casa de Lyn y Bob, Brittany y yo visitamos la tumba de Jake en el Cementerio Woodland, por mi sugerencia. Estaba renuente, pero sabía que Britt lo necesitaba. La última vez que había estado allí había sido para el funeral. Dejé a Brittany sola con Jake por un momento, y di un paseo. Es un hermoso lugar. Pacífico, como un lugar así debería ser.

Después de la visita, pude sentir el alivio de Brittany. Parecía más libre, y yo sabía que había hecho lo correcto animándola a ir.

Estuvimos en Nueva York unos pocos días, de compras y saliendo a cenar. Era relajante, y disfruté cada minuto de estar allí con ella. Por otra parte, con Brittany podía estar en un basurero, y ser feliz.

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—Tenemos una nueva canción del álbum que vamos a presentar ahora. Como escribí esta canción sobre mi chica, pensé que debía estar aquí la primera vez que la canto.

Mi cabeza se mueve bruscamente hacia Britt. ¿Ha escrito una canción sobre mí? Nuestros ojos se encuentran, pero no puedo leer los suyos. Empiezo a sentir una extraña sensación de malestar en el pecho. Escribió una canción sobre mí por lo que dije esa noche en el piano. De que no había oído sus palabras para mí en ninguna de sus otras canciones. No sé si darle un beso por la consideración o llorar porque escribió una canción para mí por lástima.

En la periferia, veo un par de ayudantes trayendo un pequeño piano al escenario. Brittany me lleva al piano y deja la guitarra. El asiento es lo suficientemente grande para acomodarnos las dos, y Brittany me tira hacia abajo para que me siente a su lado. Lo bueno es que ella está mirando al escenario, así que al menos puedo esconderme un poco detrás de su cuerpo.

Miro a Quinn detrás de la batería, y me dirige una sonrisa de complicidad. Le digo con la mirada “Te mataré después de Brittany y Kurt”. Quinn se ríe, moviendo la cabeza hacia mí.

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—Creo que a ella le gusta la canción. ¿Qué dicen ustedes?

Inclinando la cabeza hacia mí, sonríe, sus ojos brillan y la multitud se vuelve loca.

No puedo quitar la radiante sonrisa de mi cara. Todo lo que quiero es que toque la canción de nuevo.

Poniéndose de pie, Brittany me ofrece su mano.

—Saluda a tu público, nena.

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— ¿Es esta…. mi vieja Start? —Su voz suena tranquila, y se gira hacia mí. Asiento.

— ¿Cómo? —Su boca está abierta—. Pensé que se había perdido hace tiempo. Quiero decir, después de…

—Mi padre la guardó todos estos años. —Paso mi lengua por mis labios secos—. Tú sabes cómo es él. Nunca se podría deshacer de una guitarra.

—Yo… Yo… —Vuelve a mirar la guitarra. Luego se gira hacia mí y veo la emoción en su rostro. Me quita el aliento—. Mi madre no me dejó llevármela. —Comienza a decirme la historia que ya conozco—. Todo había sido enviado a New York; pensé que podía llevármela en el avión conmigo pero ella dijo que no y tuve que dejarla.

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—Sabes que estaba tratando de seducirte con algunas de esas canciones que cantaba cuando éramos adolescentes.

Comienzo a reír.

— ¿Estabas tratando de seducirme con Honk Tonk Woman?

—Quizás no con esa. —Pasa sus dedos por mi espina dorsal. Me estremezco con su toque—. Pero definitivamente sí con Touch Me.

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—Me voy a portar bien por ti. No lo voy a tratar como a un bicho raro. Lo prometo.
—Hago la señal de la cruz sobre mi corazón.

Entonces retiro mi promesa de inmediato mientras Kurt me lleva hacia un galán. Totalmente sexy. Cabello negro, mandíbula cincelada, ojos verdes oscuros, piel bronceada. Está vestido con jeans y una camisa ajustada negra. Maldición, es muy sexy. Ahora sé porque Kurt lo llama sexy doctor Blaine.

—Blaine, esta es Santana. Santana, cierra la boca y dile hola a Blaine.

Dándome cuenta de que lo estoy mirando con la boca abierta, la cierro rápidamente y mi rostro se pone rojo brillante.

—Hola Santana, es un placer conocerte. —Sonríe Blaine.

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— ¿Qué pasa?

—Nada.

—Brittany... —La insto a mirarme.

—No lo sé —dice encogiéndose de hombros—. Yo sólo tengo una sensación extraña.

— ¿Qué clase de sensación? —Me siento a su lado en la cama.

No me gusta la mirada de sus ojos.

Mi corazón salta en mi pecho, haciendo que mi pulso repiquetee.

Entonces, rápido como un rayo, Brittany me tira en la cama, atrapando mis piernas con las suyas. Fija mis brazos por encima de mi cabeza y me besa, toda su actitud cambia al instante a relajada.

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He intentado reproducir la música de Brittany cuando ella no está cerca, pero esto no detiene el maratón de sesiones de patadas. Al parecer, el bebé sólo va a conformarse con las interpretaciones en vivo y acústicas de Brittany, cantando viejas canciones de rock.

Lo cual ha hecho algunas noches interesantes.

Brittany hace todo lo posible, usando pantalones de cuero y tocando su vieja Strat, cuando Brittany hace algo, lo hace al máximo. Y siempre termina con nosotras haciendo el amor.

Nos acostamos juntas hasta que Brittany termina la canción. Con el bebé tranquilo ahora, me levanto de la cama y voy a vestirme.

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Reconozco la música que Finn está escuchando, Pearl Jam.

—Ooh, ¿esta es del álbum Backspacer? —Le pregunto.

— ¿Cómo adivinas el disco por una sola canción? —Me lanza una mirada rápida—. Das un poco de miedo, Santana. Te das cuenta de eso, ¿no es así? —Se ríe.

—Es un don —asiento, sonriendo—. Y Finn, un fan de Pearl Jam. ¿Cómo no sabes esto? Siete meses de prácticamente andar contigo todos los días, y sólo ahora me revelas tus excelentes gustos musicales.

—Siempre espero al menos siete meses antes de revelar mis excelentes gustos musicales a cualquiera. —Se ríe.

Aflojo mi cinturón de seguridad, inclinándome hacia delante para hablar con él.

— ¿Puedes saltarla hasta “Just Breathe”? De las tuyas es mi favorita con mucho. Ah, y ponla a todo volumen.