FanFic Faberry // "Marea de Recuerdos" - Capitulo 18 "Recuerdos dolorosos" Parte I

Hola! Buen dia para algunos y Buenas noches para mi. Sí! podría decir que tengo cierta afición a dormir tarde; no se cual es mi problema de subir capítulos a esta hora pero empiezo a creer que tengo problemas de insomnio y pues mi manera de combatirlo es escribiendo los siguientes capítulos.
En fin! les dejo esta segunda parte! Espero les guste :D..
Les he dejado un video al final, en especial porque... aparte de que me encanta Quinn, a veces es bueno revivir o despertar esos recuerdos cuando escuchas alguna canción mientras ves Glee y dices "OH! entiendo ese sentimiento que transmite, lo he sentido" y entonces encuentras la canción al sentimiento que tuviste alguna vez!
En fin espero les guste, y dije porque no ponerla? Si al final de cuentas Mr. Shue siempre dice: "Dilo con una canción"
Un saludo!

Brittany y Santana se miraron fijo. Por un momento pensé que la reacción que venía luego de esa mirada no sería nada buena; pero algo en mi no podía permitir que esa desconfianza por parte de Brittany y Santana se genere – “Personas incomparables”.

Ambas reaccionaron casi al mismo tiempo y me abrazaron para consolarme; al sentir ese confortable abrazo las lágrimas dejaron de salir al instante.

“Tranquila Q. – Decía Santana para tranquilizarme. – Estamos aquí, no te dejaremos enmarañarte la cabeza con pensamientos sola”.

“Si.. – Secundaba Brittany. – Estoy con Santana.. Los pensamientos siempre me resultan confusos, y a mi me gusta tener a San a mi lado para que me ayude a entenderlos.. Y ahora tu tienes a dos que te ayudan”. – Termino de decir dejando salir la dulzura en una simple sonrisa.

“No sé si reírme por tu comentario Britt… O sonrojarme y mirarte tiernamente”. – Me dirigí hacia Brittany.

“Puedes hacer las dos.. Mis comentarios son tan profundos como mi alterego.. – San y yo miramos a Britt extrañadas por su comentario. – Soy el Cerebro Humano en la Corte de Súper Héroes que formó Blaine” – “termino de decir con su dulce sonrisa.

Las tres soltamos una carcajada. La tensión se había ido por completo y me sentía lista en hablar con las chicas.

“Bien.. – Les dije parándome de la cama y secándome el resto de lágrimas que quedaron. – Cerebro Humano y compañía vamos a comer a Breadstix y seguimos la charla.. No lo repetiré, pero la verdad es que me hacían falta”.

Ambas se levantaron de la cama de un brinco y me dieron un abrazo rápido; de esos abrazos que van cargados de felicidad.

“Bien.. – Dijo Santana al soltarse. – Breadstix, mas les vale estar listos que Unholy Trinity está en camino”. – Dejo ver una sonrisa.

“wuuw!”. – Gritó Britanny levantando una mano y moviéndola al aire. “Vamos!”.

Bajamos las escaleras, tomé las llaves del coche que me habían dejado mis padres y nos dirigimos al lugar.

La velada con las chicas fue sensacional; como hacía tiempo no hablábamos de cosas que nos ocurrían deje que ellas me pusieran al tanto de la situación con los demás miembros del Glee Club, al fin y al cabo al finalizar el verano yo me uniría a ellos cuando el nuevo año escolar empiece.

Al terminar la animada platica de San y Britt, me decidí a contarles lo que había pasado la noche anterior. Ambas me escuchaban atentas.

“Y eso que sentiste con Rachel, es obvio que no lo sientes así con Finn.. ¿Verdad?” – Me preguntaba Santana.

“Pero es obvio que sientes algo también por Finn.. – Decía Brittany. – Porque de no ser así, no tendrías esa reacción al estar con Rachel, digo; era para terminar con el de una vez”.

“No es tan sencillo Britt.. – Respondí. – ..Finn realmente me ha ayudado mucho desde que regrese a Lima.. Y aunque se que en otras circunstancias lo hubiera hecho.. No se me hace algo justo para el”.

“Y no lo es.. – Interrumpió San. – Pero por ese mismo cariño que le tienes, al menos pienso que Frankenteen se merece la verdad”.

“Y si así fuera.. – Decía Britt. - ¿Con quién de los dos te quedarías Q?”.

“Wow!. – Dije sorprendida, no esperaba esa pregunta aún, menos de Brittany. – ..La verdad es que no tengo respuesta a esa pregunta”. – Respondí bajando la mirada.

“Deberías dejar que el destino hable por ti…” – Continuaba Brittany.

“Normalmente diría que no le hagas caso a Britt; pero quizás tiene razón. – Miré a Santana extrañada por lo que acababa de decir. – ..Si, mira; hace pocos días conoces a Berry y ¿Cómo sabes si ella no está saliendo con alguien más?”

“O quizás lo hace para alejarte de Finn”. – Deducía Brittany.

“O quizás lo que realmente me quieren decir es que es demasiado pronto para que yo haga especulaciones o tome una decisión”. – Dije en tono de sorpresa, lo cierto es que esas últimas palabras no me agradaron para nada. Pero ¿porque no hacerles caso? A veces es mejor conocer un poco más a las personas “Uff, esto es realmente difícil, y comienzo a sentir que me darán dolores de cabeza” – Pensaba.

“Y hablando de la Reina de Roma” – Dijo Santana levantando una ceja y mirando hacia la puerta del lugar.

“¡¿Qué?!” – Fue lo primero que salió de mi boca al mismo tiempo que voltee a ver casi torciéndome el cuello hacia donde Santana señalaba con la mirada.

“Oh por dios!. – Decía Brittany imitando a Santana. – ¿Es Finn ese con el que está?”

Las tres pusimos cara de sorpresa y miramos más detenidamente. Finn y Rachel caminaron hacia una mesa, de manera que quedaron de espaldas hacia nosotras, aún no se percataban de nuestra presencia. El ambiente para mi comenzó a ponerse algo extraño, el corazón me palpitaba a mil por hora, tragaba y tragaba saliva; ni siquiera sabía cómo actuar – “¿Los voy a saludar?.. No mejor no.. ¿O si?.. No!.. Pero y si… un momento ¿Por qué está Rachel con Finn? ¿Qué le estará diciendo?... Por Dios! Espero que no sea nada de lo que pasó anoche”. – Mi cabeza daba vueltas entre tantas palabras; a veces me resulta muy curiosa la manera en que ante situaciones diferentes, de la nada te salen pros y contras, como si en vez de que pensar te ayude a solucionar tus problemas solo le abre puertas a las dudas.

“Y la situación no se puede volver más incómoda” – Decía Santana todavía con la ceja alzada. – No quiero decírtelo Fabray; pero creo que la suposición de Britt dio en el clavo”. – Soltó una pequeña risita burlona.

“San, no seas mala no la desanimes”. – Le decía Brittany casi regañándola por lo bajo.

“¿Te quieres callar?”. – Le dije dejando salir la rabia que poco a poco comenzaba a salir, porque justo en el momento que Santana habló, lo mismo me decía mi cabeza.

“Yo digo que vayamos a saludarlos.. – Dijo Santana. – ..Ya sabes, al más puro estilo de Unholy Trinity”.

“¿Pero si estás mal de la cabeza?. – Le dije. – No puedo pensar en nada siquiera ahora, siento que la sangre empieza a hervirme”. – me agarre la cabeza con las manos y apoye los codos sobre la mesa.

“Bien.. – Me dijo Santana levantándose de la silla. – ..Yo esta oportunidad no la desaprovecho, además siento que empiezo a odiar un poco a la enana esa.. Tienes dos opciones a) Vienes conmigo y te limitas a decir hola Finn hola Rachel y nos vamos, o b) nos esperas en el coche”.

“Yo elijo la a”. – Dijo Britt siguiendo a Santana.

No tuve más remedio que levantarme y seguir a las chicas, no quería hacerlo en verdad; pero me preocupaba lo que Santana les diría, sobre todo a Rachel; y vamos que la latina suele ser maliciosa con las palabras. Las tres caminamos hacia la mesa de Finn y Rachel, Santana iba primero, seguida de Brittany, yo venía detrás de ellas.

“Frankenteen. – Dijo mirando hacia Finn a manera de saludo y luego dirigió la mirada a Rachel. – Vaya si tu no pierdes el tiempo RuPaul; ¿Dedicándote a bajar novios Dianne Warren?

“Santana eso es grosero”. – Decía Finn en tono de defensa.

“Oh y ¿entonces que hacen? Te recuerdo que Quinn es amiga mía.. – Santana levanto la voz ante Finn y regresó la mirada hacía Rachel. – ..Y tu enana espero tengas una muy buena explicación para esto”.

“Santana déjala en paz, ella no ha hecho nada; como te atreves a hablarle así”. – Dijo Finn dejando salir el enojo.

“¿Así que ahora la defiendes?” – Salí detrás de Santana dirigiéndome hacia Finn. – ¿Qué te da valor? apenas y ayer nos peleamos..”

“Q..” – Decía Rachel, quien parecía tener un aire de preocupación.

“Tú no digas nada Berry.. – Levante una mano impidiendo que siguiera hablando. – ..Que tu y yo tenemos que hablar.. ¡Y tu Finn!.. Arrg!” – Deje salir un grito ahogado en rabia, golpee la mesa con el puño di media vuelta y me dirigí a la puerta. –
“Ustedes ¿Van o se quedan?”. – Grité a Brittany y Santana que se habían quedado paradas detrás de mí.

“Hobbit.. Frankenteen”. – Se despidió Santana de ellos y me siguió hasta la puerta.

Las tres salimos apresuradas del local, Santana y Brittany venían riéndose atrás de mí.

“¿Pueden callarse?” – Les dije parándome en seco y dando la vuelta para verlas de frente.

“ay, vamos Q… Tienes que aceptar que fue divertido”. – Decía Santana.

“Divertido para ustedes.. – Les dije colocando una mano en la cintura y levantando una ceja. – ..Para mi no lo fue”.

“San, es la pose Quinn Bee.. Mejor no le digas nada”. – Le susurraba Brittany a Santana al oído”.

“¡QUINN!”. – Gritaba Finn saliendo del restaurante y corriendo hacia donde estaba.

“Frankenteen.. No te lo recomiendo ahorita”. – Dijo Santana virando hacía donde se encontraba Finn”.

“Al diablo Santana quiero hablar con ella”. – Les dijo Finn parándose frente a mi.

“Como quieras, yo te advertí”. – Dijo Santana y ambas se encogieron de hombros, voltearon a verme y se dirigieron al coche para esperarme.

“¿Qué diablos Finn? ¿No has tenido suficiente ya?”. – Me mantenía firme en mis palabras, aunque temía de lo que pudiera salir de mi boca.

“Vamos Quinn, no entiendo porque te pones así, solo vine a comer con Rachel saliendo de la escuela; la verdad es que me encontraba algo triste por la pelea que tuvimos ayer en la tarde, Rachel se dio cuenta y se ofreció para platicar”. – Decía mientras metía las manos en los bolsillos.

“Oh!, ahora resulta que cada vez que nos peleemos saldrás a buscar consuelo con la primera que se ofrezca”. – La conversación subía de tono, una nueva pelea.

“Claro que no!.. Y ya que nos vamos con reclamos podrías decirme porque no contestabas el teléfono anoche ¿eh?, ¿Qué estabas haciendo como para apagarme el celular?”. – Decía Finn casi gritando.

“Oh! Claro!, ahora quieres voltear las cosas.. – Definitivamente las palabras me salían solas. – ..Pero que gracioso ahora resulta que ninguno de los dos tiene confianza en uno”. – Deje salir una sonrisa de sarcasmo.

“No Quinn, no quise decir eso.. – Finn bajó la mirada, como queriendo disculparse. – Lo siento, es solo que me sacó de quicio no saber nada de ti”.

“Bien.. – Trate de tranquilizar las palabras. – ..Finn, esto no está funcionando; así que será mejor que terminemos”.

“No! Quinn no digas eso.. – Suplicaba Finn tomándome de los hombros. – Yo te quiero en serio.. Mira será mejor que nos tranquilicemos y hablemos después”.

“No Finn.. – Dije retrocediendo y librándome del agarre de Finn. – ..Hablo enserio”.
Di media vuelta dejando parado a Finn y me dirigí hacia el coche donde Santana y Brittany ya me esperaban; deje salir unas cuantas lágrimas de rabia.


Definitivamente cuando uno se encuentra al extremo de un estado emocional podríamos decir cosas sin querer, sin pensar; pero por otro lado, quizás esas mismas acciones que tomaste o palabras que dijiste al momento (sea por la adrenalina que corría en ese instante por tus venas) muy en el fondo de ti realmente querías decirlas o hacerlas. Y entonces en ese punto medio creas la duda ¿Realmente eso quisiste hacer o decir? ¿O solo fue un impulso del momento?. Cuando la duda se genera, no hay marcha atrás y las cosas pierden su valor.

Hola nuevamente!.. No se cuanto tiempo ha pasado pero dejo esta actualización :D.
Espero les guste, y siendo corta me limito a mandarles saludos y que espero les siga agradando el Fic!!
Felices Fiestas!

Después de salir de Breadstix, el resto del día fue muy lento. Santana y Brittany se quedaron conmigo la tarde; charlamos largo y tendido sobre lo ocurrido en el estacionamiento del local. Aunque figuraba estar tranquila, en el fondo aún pensaba en lo que acababa de pasar, lo que le dije a Finn.

Santana y Brittany se fueron casi entrada la noche, dejándome sola entre recuerdos.

En última instancia sabes que es momento de terminar con alguien cuando una vocecita dentro de tu cabeza dice “Tu puedes hacerlo mejor”. Mi madre siempre me dijo – “Confía siempre en tu instinto cuando se trate de asuntos del corazón, rara vez te dirigirá mal”. – Esa frase siempre la tomé en cuenta; aunque extrañamente, en cuanto a mis relaciones de pareja se trataba, siempre llegaba al punto de escuchar esa vocecita “Tu puedes hacerlo mejor”

Lo cierto es que cuando dije “terminar”, sentí que me quitaba un gran peso de encima, poco a poco volvía a sentir esa paz, esa serenidad, el hecho de “no rendirle cuentas a nadie”, podría dedicarme a pensar más en mí, en mi futuro, en el mañana. Me sentía liberada, y podía hacer y deshacer lo que quisiera; o al menos eso era lo que yo pensaba y no me arrepentiría – “Cada persona tiene las necesidades de espacio y libertad para perseguir sus propios intereses, y si no la tienes, es el momento de cambiar la situación”. – Una de las frases que me decía mi padre cada vez que me sentía perdida o atrapada.

Pero muy dentro de mi solo había un pensamiento que aún no me abandonaba: Rachel. – “¿Que hacía con Finn? ¿San y Britt tendrían razón? ¿Y si estoy haciendo especulaciones erróneas sobre lo que vimos en Breadstix cuando Finn y Rachel llegaron?.. Quizás la chica solo intentaba realmente ayudar.. O quizás Rachel le comentaría a Finn lo ocurrido en la playa aquel día..” – Decía entre pensamientos, me preocupaba más el tema de Rachel que el hecho de haber terminado con Finn.

Estaba envuelta en pensamientos; llegó a mi el recuerdo de aquella noche bajo las estrellas, aquella noche en la que nuestros labios se juntaron; pude sentir otra vez a mi corazón palpitar con fuerza, un escalofrío que recorrió mi cuerpo; sentía y revivía nuevamente todas las emociones mezcladas aquella noche, pero esta vez con algo de miedo y duda. – “¿Ella habrá sentido lo mismo que yo?” –.

Mis recuerdos se vieron interrumpidos, mi celular sonó.

“¿Y ahora quién será?”. – Me preguntaba mientras levantaba el teléfono y leía el nombre que brillaba en la pantalla de mi celular. – Finn. – Deje salir con un dejo de fastidio.

Dude en contestar el teléfono, quizás sonó un par de veces más hasta me decidí a contestar la llamada. ¿Qué de nuevo podría decirme aquel muchacho? La verdad era que ya no importaba mucho.

“¿Que pasa Finn?”. – Le conteste al chico, dejando notar un tono de fastidio que quizás el chico entendió muy bien.

“Solo quería hablar contigo… Ver cómo estás”. – Decía tímido Finn.

“yo estoy bien… – Traté de tranquilizarme y bajar el tono de la conversación. Después de todo ya le había hecho daño. – Finn… Esto no es bueno, la verdad es que no debiste…”

“Yo solo quiero hablar contigo de lo que ocurrió hoy… No quiero que terminemos así por así”. – Decía Finn interrumpiendo mis palabras.

“Y pensaste que la mejor manera de hacerlo es por teléfono… Eso es de valientes Finn, bravo por ti”. – Deje salir con un tono sarcástico e irónico.

“Q, no seas así; tu y yo hemos pasado mucho desde que llegaste y no estoy de acuerdo con tu decisión… Pero… – Parecía que Finn no se diera por vencido a pesar de lo cortante que podía ser por teléfono. – Pero quiero proponerte algo”.

“Pero nada Finn… – La conversación comenzaba a tornarse algo incómoda para mí. – Vamos Finn, te das cuenta que ese tipo de cosas no se pueden decir por teléfono”.

“Lo se… Lo se… Por eso quería pedirte que nos viéramos”. – Finn parecía seguro de sí mismo.

“Finn… no creo que esa sea buena idea”. – Le contesté casi de inmediato.

“Quiero que me hagas un favor Quinn…” – Seguía insistiendo Finn.

“No Finn, ninguno… No quiero hacerte sentir mal, pero no creo que esto nos lleve a algo bueno”. – Corté las palabras de Finn.

“Quiero que al menos lo pienses, que consideres al menos el hablar conmigo; quizás pudiéramos también acabar la relación bajo buenos términos”. – Finalizó Finn ignorando mis palabras.

Unos segundos de silencio se formaron, muy dentro de mi sabía que no quería causarle daño al chico, al menos no más del que ya le había causado. Reconsideré el hecho de hacerle “ese último favor”.

“Q, por favor… Solo te pido la oportunidad de asegurarme que es lo que esta pasando con nosotros… Que la verdad no lo estoy entendiendo”. – Habló Finn interrumpiendo el silencio que acababa de formarse.

“Esta bien… – Dije cediendo por fin. – Tienes razón, deberíamos hablar tranquilamente”.

“Gracias… – Pude escuchar y con eso imaginarme la leve sonrisa que esbozaba Finn del otro lado de la línea. – ¿Quieres que pase a verte?”

“Mmmm… – Dudé, aunque la verdad era que en ese momento no quería verlo. No ahora. – Y… ¿Qué te parece si mejor te aviso? Tengo cosas que hacer ahora Finn”.

“Bueno, me parece justo… – Aún sentía esa sonrisa en Finn. – Qué tengas buenas noches Q… Descansa”.

“Buenas noches Finn”. – Me despedí para terminar la llamada.

“Uff… ¿Pero que estoy pensando?” – Me decía tras terminar la llamada con Finn.

“¡Q… Corderito!... – Gritaba mi mama por las escaleras. – Baja, vinieron a verte”.

“¿Pero quién será? No pueden ser ni Brittany ni Santana, se fueron hace un par de horas… A menos que tengan planeado pasar la noche aquí... Nah! No creo” – Dije para mi y luego respondiéndole a mi mama. – “Voy!”.

Baje las escaleras casi corriendo; quizás con el entusiasmo de siempre cuando me dicen que llegaron visitas; no para antes de llegar al último escalón pararme en seco.

“Rachel…” – Dije al reconocerla.

“Hola Quinn”. – Dijo Rachel saludándome con la sonrisa de siempre.

La miré de manera extraña, sorprendida de que fuera ella la que estuviera ahí y no Santana y Brittany como me venía imaginando. Parecía que el señor destino no me daría tregua alguna ese día.

“Corderito… - Dijo mi mama dirigiéndose a mí. – Tu papa y yo vamos de salida, no nos esperes despierta; tenemos una cena con el buffet de abogados de la empresa de tu papa”.

“Si claro… No te preocupes, vayan con cuidado”. – Me despedí de ellos con un beso en la mejilla.

“Adios Rachel, que estés bien” – Se despidieron de Rachel y salieron por la puerta.

El silencio entre ambas se hizo presente; ese silencio que imponen los lados oscuros a través del miedo, un silencio que oprime y que se expande acallando y desdibujando los sonidos que lo rodean. La miré eternos segundos.

“¿Corderito?”. – Dijo Rachel con una sonrisa que dejaba salir lo sarcástico de la pregunta, despertándome del trance en el que iba entrando poco a poco. Mi reacción cambió.

“Eh… ahmm… – Moví la cabeza como queriendo sacudir la expresión boba que tenía en ese instante. – Jeje, si.. Así me dice mi mama… ¿Cómo sabes dónde vivo?”. – Pregunte queriendo cambiar la conversación.

“Quinn.. – Me dijo dejando salir una pequeña risa tímida. – Hace un par de noches te traje a tu casa… ¿Recuerdas?”.

“Jaja.. es verdad.. – Sí, me sentí muy estúpida por aquella reacción. – Ahm.. ¿Quieres subir?”. – Le dije tratando parecer tranquila.

“Claro”. – Respondió Rachel todavía con aquella sonrisa.

Ambas subimos las escaleras hasta mi cuarto; abrí el ventanal que daba al balcón para tener una mejor vista. Rachel y yo Salimos a aquel balcón, la mire unos segundos y decidí hablarle.

“Puedes decirme ya.. – Traté de que las palabras salieran de la manera más educada posible. - ¿Por qué veniste a verme?”.

“Quería hablar contigo”. – Decía con serenidad.

“¿Sobre lo de hoy?”. – Pregunté tímidamente, después de todo me había portado un poco grosera en Breadstix.. Pero le echo la culpa a la Snixx que tiene una personalidad contagiosa.

“Si, aunque he de decir primero que la intervención de Santana fue grosera y de muy mal gusto.. Me di cuenta de algo”. – Decía en su tono natural, hablando rápido frunciendo un poco la nariz y cruzándose de brazos.

“Oh, lo siento por eso.. – Deje salir una sonrisa pícara aun manteniendo ese tono peculiarmente educado y tranquilo. - ¿De qué te diste cuenta?”.

Rachel bajo los brazos e intercalando su mirada entre el suelo y yo, siguió hablando tomando un aire mezclado entre arrepentimiento y pena, como si fuera a pedir perdón a algo que hizo.

“Cuando Santana intervino.. – Comenzó a hablar, la expresión de su cara cambió por completo, era una Rachel seria y que al parecer no se andaba con rodeos. Pude sentir un poco de miedo ante lo que pudiera salir de los hermosos labios de aquella pequeña morena; nos mantuvimos la mirada mientras Rachel hablaba. – Y dijo ‘Y tu enana espero que tengas una muy buena explicación para esto’, aunque fue molesto y en ese momento me pareció fuera de lugar.. – Suspiró. – Me di cuenta que Santana tenía razón”.

“Y eso viene porque..” – ironicé un poco, dejando salir a la Quinn que rehúye de los problemas o los líos de palabras.

“Deja tu tonalidad de ‘no me importa’ y préstame atención.. – Seguía la pequeña morena deteniendo mis palabras, cambiando mi expresión a una Quinn confusa. – La verdad Quinn, es que no soy tonta ¿Sabes? Finn podrá serlo, porque como ocurrieron las cosas era muy obvio que el enojo era mayor por mi que por él”.

“Rachel..” – Le decía tratando de detener sus palabras.

“Simplemente deduje.. – dijo cortando mis palabras, como si entendiera lo que estaba a punto de preguntarle. Miró al piso y siguió. – La tonalidad de Santana entre el ‘dedicándote a bajar novios Dianne Warren’ y el ‘tengas una muy buena explicación’ fue muy diferente, asumí que habías hablado con ella. – Suspiro nuevamente y regreso la mirada hacia mi; pude ver un instante esos ojos que comenzaban a ponerse cristalinos. – Luego llegaste tú diciendo ‘tu y yo tenemos que hablar’; y ahí fue cuando entendí lo que pasaba, sobre todo porque a Finn no le dijiste nada y te resultó bastante fácil zafarte de esa situación con él”. – Término de hablar por un instante, esas últimas palabras salieron como un susurro de aquellos labios.

Hablar siempre en voz baja es algo que, poco a poco, disuelve las palabras y reduce las conversaciones a un intercambio de gestos y miradas. El miedo, que poco a poco se va haciendo presente como la voz que queda, desdibuja los sonidos porque el lado oscuro de las cosas solo puede expresarse con silencio. Y ese lado obscuro es el miedo, el miedo a desconocer el siguiente paso del “futuro próximo”.

“¿Qué quieres decir con eso Rachel?” – Le dije dejando salir las palabras con un hilo de voz que expresaba claramente el miedo que poco a poco se adueñaba de mi cuerpo para darse a conocer en un solo gesto: la mirada perdida en un vació que denotaba borroso por el cristalino que se dejaba expandir en los ojos.

“Vine para darte una explicación. – Decía Rachel que parecía tener la misma mirada que yo, podía sentir en ella que tenía miedo de las palabras que pudieran salir después. – No hay peor sentimiento que el de la culpa” – Dejó salir las lágrimas que llevaba guardadas unos minutos atrás, tapándose la cara con las manos y sollozando en silencio.

Aquella escena era conmovedora; que me creó un vuelco en el corazón como si una mano lo apretara con fuerza. Tragué saliva, la mire una milésima de segundo y la abrace atrayéndola a mí con todas mis fuerzas recargándome en el barandal del balcón.

“Rachel.. Lamento mucho si te hice sentir culpable en ese momento..” – Le decía tratando de tranquilizarla.

“No eres tu Quinnie.. – Dijo con la voz débil todavía. – Es solo que Finn se veía tan triste y por mi cabeza no dejaban de pasar imágenes de la noche anterior.. Me sentí tan mal, tan egoísta..” – Rachel volvía a llorar.

El silencio solamente se veía interrumpido por los sollozos de Rachel, la tenía abrazada a mi; recargue la barbilla en su frente y la abracé aún mas fuerte.. Mirando al vacío sin saber que decirle, con miedo ante mi falta de tacto con la situación. A Rachel le entristecía aquella situación con Finn ¿Era mal visto de mi parte que a mi no me causara ese sentimiento? ¿Tan poco quería a Finn?

“Y luego.. – Comenzó a hablar nuevamente Rachel, con la cabeza apoyada en mi hombro y las manos entrelazadas en el pecho. – Cuando Finn entró a Breadstix, me dijo que habías terminado con él, su mirada era distante y perdida.. Entonces le dije que debía hablar contigo, que quizás no era enserio y solo lo dijiste por la situación”.

“Entonces fuiste tu..” – Susurré dejando salir una pequeña sonrisa.

Rachel se despegó de aquel abrazo, se secó las lágrimas con las mangas de su blusa y me miro fijo sin titubear.

“Vine a pedirte que aceptes hablar con el.. – Dijo. – y solo así podré saber si aquella noche significo algo para ambas..” – Rachel dejó salir la ternura en palabras, yo me limité a mirarla.

“Rach”. – Dije en un susurro casi inaudible.

“Pero sobre todo vine a decirte..”. – Decía Rachel. En ese momento solo sentía la necesidad de besarla.

No lo dude y tan rápido como pude la tome de la cintura pegando su cadera con la mía, plantándole un beso profundo que se hizo largo bajo la Luna; la abrace completamente hasta que mis brazos se entrelazaron en su espalda, Rachel me agarro la cara con dulzura profundizando aún más el beso, nuestras respiraciones parecían suspiros largos llenos de sentimientos.

“Que no regreses con Finn”. – Susurró Rachel entre besos, dejando salir una sonrisa llena de felicidad.

“No tenía pensado hacerlo”. – Le conteste con la misma sonrisa.

Hola! Me alegra tanto que sigan por aquí! Y es un gusto que escriban nuevos lectores! un saludo! :D.. y la verdad espero no decepcionarlos a lo largo de la trama.
Este capitulo, la verdad es algo romanticón xD.. pero que les puedo decir son los estragos del ambiente navideño, pero con el le doy pasó a una nueva trama vienen problemas y confusiones! :3. Espero sea de su agrado! y espero comentarios sean buenos o malos son criticas constructivas! :D y gracias por seguir aqui :3..
Un saludo! y les deseo un Feliz comienzo de Año!
Dejemos pasar el año 2012 y recibamos el 2013!.. Que mejor manera que dando lo mejor de nosotros mismos.. para recibir lo mejor de las situaciones.
Un abrazo!.
Rory :D

Habían pasado ya un par de días desde aquella noche que Rachel y yo hablamos en el balcón de mi cuarto, y a pesar de las palabras de Rachel yo aún sentía algo: confusión. Todo había pasado demasiado rápido para mí, apenas y conocía a Rachel abran pasado si acaso unas 2, 3 semanas del día que la conocí; y ¿Ya estaba dando todo por ella? Al menos eso parecía.

Cuando Rachel me pidió que no regresara con Finn; porque para ella y al menos para mi así era: Finn y yo habíamos terminado; pero algo me decía que Finn aún no lo tenía en cuenta y tenía que dejarle las cosas claras de una vez por todas, o al menos eso pensaba si quería que lo mío con Rachel funcionara.

“Pero que te sucede Quinn! ¿Ya estás pensando en Rachel como pareja? Apenas y has terminado con Finn” – Pensaba mientras reía por lo bajo; lo cierto es que aún le debía esa platica a Finn. Pensé en él. ¿Cómo le digo?

El timbre de la puerta sonó y baje rápidamente las escaleras de la casa; estaba sola en casa, mis padres habían salido esa mañana mi papa fue a su oficina y mi madre salió a tomar el café con sus amigas o como yo les digo “Las señoras de la alta sociedad” ahí es donde mi madre se entera de todos los chismes que corren por Lima Ohio; esas señoras saben todo de todos; no sé como pero lo saben, esos “cafés” se tornan en horas y horas de platica, no me gustaba que mi mama se una al chismerío pero la conozco muy bien y se que ella se limita a escuchar y no forma parte de esa secta chismosa y la verdad es que le hace bien ir a relajarse un par de horas ¿Por qué no? Tiene derecho a salir y no quedarse en la casa encerrada.

En fin, el timbre de la puerta sonó y baje las escaleras sonriendo; aun pensando en Rachel, en lo cálido que sentí su cuerpo mientras la abrazaba, en lo profundos que eran sus ojos, como si dejara desnuda su alma cuando me miraba.. Y en lo estúpidamente tentadores que eran sus labios.

Abrí la puerta con la sonrisa en la cara todavía.

“Rach!! – Dije al mirar a Rachel que estaba del otro lado de la puerta con una sonrisa. – Pasa” – Finalice haciéndome a un lado para que Rachel entrara y cerré la puerta.

Rachel me saludo con un dulce beso en los labios, que la verdad no me esperaba; pensé que quería hablar nuevamente. La tome de la cintura correspondiendo al beso.

“Hola Quinnie.. – Dijo finalizando el beso. – Salí temprano de la escuela, no tenía la siguiente clase”. - Finalizó su relato.

“Vaya!. – Le dije en tono de sorpresa. – La verdad no esperaba que vinieras, me has dejado de sorpresa.. – Esboce una sonrisa al mirar sus perfectos ojos - ¿Subimos?”. – Por instinto tome su mano como guiándole el camino.

“Si Q.. – Me dijo aún con su sonrisa. – He tenido clase de arte antes, me encanta pintar; no tanto como cantar, pero me gusta.. – Seguía sonriente. – Cuando Blaine dijo que no teníamos clase de Matematicas.. Decidí venir.. La verdad es que estaba pensando en ti”.

Sonreí ante el comentario de Rachel, me hacía sentir bien que viniera a verme.

“Yo también estaba pensando en ti justo cuando llamaste a la puerta Rach”. – Le dije al momento que sentía como se dibujaban unos pompones color rosa en mis mejillas.

Con eso Rachel me dejo un pequeño y suave beso en los labios.

“¿Sabías que cuando piensas en alguien como si lo fueras a sentir, lo llamas con el pensamiento?”. – Me dijo con tanta ternura que casi veo arcoíris salir de sus labios.

“jaja.. No tenía idea!.. – Le dije todavía sonrojada. – Pero que bueno que así sea”. – Finalice volviendo a besar sus perfectos labios.

“Por cierto.. – Me dijo tomando una posición algo seria. - ¿Ya hablaste con Finn?”.
Su pregunta me tomo por sorpresa; no me había acordado de el en los últimos días hasta hoy que me llego el pensamiento.

“La verdad no.. – Le dije separándome de sus labios y sentándome en la cama. – No sabría que decirle aún”.

“Q.. – Me dijo tornándose seria. – No me digas que estas dudando con respecto a él”.

La miré fijo unos segundos sin contestar, estaba perdida en su mirada.

“Quinn Fabray!!.. – Me dijo dejando salir su molestia. – No sé ni porqué he venido, si tu apenas y hace poco salías con él y luego he aparecido yo y siento que he puesto todo de cabeza! No sé en qué demonios estaba pensando! Mucho menos cuando vine la otra noche a pedirte que no regresaras con Finn.. y tú, TU! ¿Estas dudando? ¿TIENES QUE DUDAR AHORA? – El tono de Rachel era más y más alto cada vez, y pude notar que su cara se tornaba más y más colorada con cada palabra que decía y caminaba de un lado a otro.

Me limité a mirarla, sonreí ante la desesperación de Rachel, era un poco gracioso verla andar de un lado para otro de la habitación, levantando los brazos en tono de reproche, haciendo gestos y muecas con esos labios, la escena repasaba en mi mente en cámara lenta; me daba tanta ternura verla de esa manera. Estiré la mano y la tomé de la muñeca.

“Me puedes decir ¿A qué viene todo esto?”. – Le dije con una sonrisa en la cara, dejando notar la extrañeza que sentía con sus palabras, parándola en seco cuando la tome de la mano.

“Yo.. yo.. – El tono de Rachel cambio inesperadamente a una posición tímida y parecía estar apenada por sus palabras. – Lo siento, es que me deje llevar, creí que..”

“creíste..” – Le dije levantándome para estar a un lado de ella, aun la tomaba de la mano y la viré de modo que quedara de frente a mí.

“Quinn yo.. Estoy confundida”. – Dejo salir las palabras cambiando la mirada rápidamente hacia el suelo.

“No más que yo.. Pero escúchame.. – Le dije tomando su barbilla y alzando delicada mente su cabeza para que me mirara. – No sé qué está pasando, estamos en la misma situación.. No te pongas así, pero esta plática será mejor que la dejemos para después que hable con Finn ¿vale?”.

“Si Q.. – Me miraba Rachel haciendo un lindo puchero con sus labios. – Tienes mucha razón, lo siento tanto”.

“Tranquila no pasa nada Rach”. – Le dije dejándole un beso en los labios y abrazándola fuertemente contra mí.

Rachel se tranquilizó lo suficiente y luego comenzó a hablar otra vez.
“Lo siento, he venido a verte y no sabía si tenías planes jeje”. – Su sonrisa volvía a aparecer.

“No te preocupes.. – Le dije completamente enternecida por el momento. – La verdad es que me empezaría a cambiar para ir a ver a las Brittana..

“Oh entonces, será mejor que me vaya” – Dijo interrumpiendo mis palabras, y buscando sus cosas de manera desesperada.

“Rach.. – Le dije abrazándola por la espalda para que dejara de moverse. – Déjame terminar de hablar ¿Si?”

“Jeje, lo siento” – Se excusaba.

“¿Quieres acompañarme?.. – Le dije dejándole un beso en la mejilla. – La verdad es que ha sido un gesto muy lindo que hayas venido a verme y no pienso dejarte ir fácilmente”.

“Pero.. – Decía un poco tímida Rachel. – Creo.. Quinn.. No sé.. Creo que no le agrado a Santana”. – Finalizó bajando la mirada.

“Jajaja.. – Reí recordando aquella escena en Breadstix. – Es verdad! Lo había olvidado.. – Después de eso último Rachel levanto la cabeza y entre cerro la mirada hacia mí; mirada que me dio un ligero escalofrío. – Pero.. Pero.. Jejeje ese día fue por otros motivos, jejeje.. No creo que le caigas mal a Santana, Rach.. De verdad, confía en mí, vamos!. – Deje salir la mejor sonrisa fingida.

Ambas bajamos las escaleras para encaminarnos a Breadstix nuevamente el lugar donde había quedado con las Brittana, Rachel se ofreció para que vayamos en su coche, acepte y me decidí a llamarle a Santana. Cerré fuerte los ojos imaginando todo lo que me diría Santana.

“Fabray! Me puedes decir ¡¿Por qué demonios tardas tanto?!” – Contestaba Santana.

“Hola amiga de mi corazón.. – Dejé salir en tono sarcástico. – Ya estoy camino para allá.. Ah! Por cierto voy con Rachel”

“¡¡QUE!!.. – Si, ya me esperaba esa reacción de Santana. – Pero, me puedes decir en qué diablos estabas pensando cuando invitaste a la enana esa!”

“Jajaja.. Si gracias, bye! Nos vemos en unos minutos”. – Intente finalizar la llamada.

“Ni se te ocurr….”. – Fue lo último que alcance a escuchar de Santana, creo que intentó decir “Ni se te ocurra colgarme”

“Ves Rachel, no pasa nada.. Ya nos están esperando en Breadstix” – Le mentí a Rachel con una sonrisa nerviosa.

Rachel se limitó a responderme con la misma sonrisa nerviosa. Podía ver en sus ojos un brillo de nerviosismo.

Cuando llegamos al lugar, le di un beso en la mejilla a Rachel para que se tranquilizara, diciéndole que todo iba a salir bien. Nos dirigimos a la puerta del local y Rachel saludo con la mano a las chicas.

“Primero voy a ir al baño, en un segundo salgo y las alcanzo en la mesa”. – Me dijo Rachel dirigiéndose al baño con la cabeza gacha.

Me dirigí hacia la mesa donde Britt y Santana estaban, la expresión de Santana era de molestia mezclada con picardía como diciendo “no sé qué te traes, sabes que me cae mal, pero te apoyo” por otro lado la cara de Britt expresaba la dulzura en vida.

“Me puedes explicar Fabray.. ¿Qué está pasando?”. – Me dijo Santana en un tono tranquilo.

“Oh por Dios!; Q ¿Están saliendo ya?”. – Preguntaba Brittany.

“Buenos días para ustedes también chicas. – Les saludé sonriente sentándome en su mesa. – Primero que nada.. San te voy a pedir que te comportes con Rachel, suficiente con decirte que creo que te tiene miedo así que.. POR FAVOR LOPEZ.. – Le dije remarcando el “por favor”. – Y Britt, la verdad no estoy segura.. Pero todo marcha bien, ya les contare más a detalle otro día.. Vino porque me fue a ver a la casa y pues ni modo que la deje”.

Santana giró los ojos a modo de fastidio, Brittany simplemente se limitó a sonreír.

“Me alegro por ti Quinn.. – Dijo Brittany. – Pero entonces ¿eres como yo o como San-san?”. – Preguntó a modo susurro apoyando los codos en la mesa y acercando su cara lo mas cerca posible hacia mi.

“Britt.. No entiendo a qué te refieres con eso”. – Le dije con curiosidad.

“Si.. Mira, San es libanesa y yo.. Creo que soy bicuriosa, al menos eso pensaba cuando deje a artie por Santana.. – Dijo reincorporándose en su asiento encogiéndose de hombros. – Yo solo sé que amo a San”. – Volteo a ver a Santana con una sonrisa y mirando sus labios.

“Y yo te amo a ti Britt-Britt”. – Dijo Santana devolviendo la sonrisa a Brittany para luego darle un pequeño beso en los labios.

“Aggh… vomitare arco iris”. – Deje salir contemplando la ternura en vivo.

“Ay, Q.. – Me dijo Brittany esbozando una sonrisa. – No te pongas celosa, ya podrás hacerlo también con Rachel”.

“Hacer ¿Qué?”. – Preguntó Rachel apareciendo de repente en escena.

“Lo que quieras”. – Respondí exaltada, simplemente por ser lo primero que se me ocurrió, en ese momento no medí las consecuencias de mis palabras.

“uhm… wanky!”. – Decía Santana y ambas empezaron a reir.

“¿De qué se rien?. – Preguntaba Rachel extrañada.

“De nada.. Rach.. Ven siéntate”. – Le dije a Rachel tratando de ignorar a Brittany y Santana que no paraban de reír.

La salida con las chicas fue grandiosa, reímos y al final de cuentas Santana se portó muy bien con Rachel, mi intención era que se llevaran bien; pues no sabía lo que resultaría de la situación con Rachel.

Entre risas, el momento que pasábamos las cuatro se vio interrumpido; mi celular empezó a sonar. Lo tomé algo extrañada, para mirar quien llamaba en la pantalla.

“Es Finn”. – Les dije a las chicas.

Rachel se paró de un brinco de la silla y me miró algo asustada.

“Finn..”. – Contesté sin pararme de la mesa.

“Q.. – Contestó Finn del otro lado de la llamada. - ¿Cómo estás?”

“Bien.. Estoy con las chicas ahorita”. – Le dije con extrañeza.

“Oh, bueno no interrumpo, será mejor que te hable más tarde”. – Decía un poco decepcionado.

“No te preocupes.. Sé porque hablas... – Miré a Rachel y sonreí, tenerla a mi lado me daba fuerzas para enfrentarme a Finn. – Aún no hemos hablado, y he pensado lo que me dijiste”.

“Y.. que pensaste”. – Interrumpía Finn.

“Será mejor que hablemos más tarde.. ¿Te parece si nos vemos en la noche?.. Queda como a eso de las 8”. – Le dije sin querer tardar mucho más tiempo con la conversación.

“Perfecto, paso por ti a esa hora”. – Me decía seguro de sí mismo.

“ahm… no Finn, será mejor que yo te vea”. – Le corté

“oh! Bueno.. En ese caso te veo en el parque, donde hablamos cuando recién llegaste a Lima”. – Dijo un tanto triste.

“Perfecto.. Hasta entonces Finn”. – Finalicé la llamada.

Rachel aún seguía parada a un lado de su silla.

“Tranquila Berry, siéntate.. – Le dijo Santana. Me tomó de las manos. – Q, ten en cuenta que es lo mejor para los dos”.

“Para los tres”. – Secundó Brittany dándole una mirada tierna a Rachel cuya cara parecía que acababa de llevarse el susto de su vida por el semblante pálido que tenía.

Rachel asintió con la cabeza y esbozó una ligera sonrisa…..

Cuando te relacionas con otras personas buscas por encima de todo dos cosas: dar y recibir cariño; y poco a poco se van creando lazos o vínculos que los unen, vínculos que uno mismo siente.

Quieres ser honesto, no quieres pensar hacia dónde van esos vínculos y mucho menos te preocupas en el mañana entre ambos. En si, ¿Qué es ser una pareja? Yo realmente no lo sé.

Podemos fingir la expresión de nuestros sentimientos para ir llenando las expectativas del otro; incluso para llenar las nuestras. Pero ese fingimiento nos irá desgastando el brillo de la ilusión. Rachel debía recibir lo que ella me daba hasta ese momento: cariño.

Hola hola!! :D Espero todos esten comenzando el año con el pie derecho! :D a diferencia de mí -.- que hoy dia me siento un Finn Hudson sin futuro :(.. Jeje no es cierto no es para tanto :) solo estoy a meses de graduarme y tengo problemas con una materia que podía significar el fin de mi carrera y porque ahora!?
En Fin, la realidad que yo tenía pensado para mi.. es totalmente diferente a la que vivo hoy día lo cual solo significa dos cosas: 1) o hago lo que me propuse en un principio moviendo mar y tierra para regresar y sigo con mi realidad, o 2) me acoplo a la que estoy viviendo, a esa realidad que se ve marcada por cosas que pasan que realmente no esperabas..
Y porque les digo esto? Ah! Si :), para dejarles este nuevo capitulo.
Espero (como siempre y para no variar) que les agrade :D, y espero sus comentarios sean buenos o malos son criticas constructivas :)
Un saludo! y por si no lo había mencionado antes, que tengan un buen comienzo de año amigos lectores! :D.. Los dejo con Quinn n_n

Al final, la verdad del ser humano es la que queramos creer. Muchas veces pensamos, o mejor dicho interpretamos imágenes y palabras a nuestro pensar, a nuestro sentir.. La verdad yace en nosotros, esa verdad que nosotros interpretamos como nuestra propia realidad.

La verdad que decidimos creer al final, aunque a veces resulte en mentira; es la que nos marcara en los próximos pasos que tomemos…

Terminando de hablar con las chicas Rachel me llevo a casa. Nos despedimos con un pequeño beso.

“¿Ya sabes que le vas a decir a Finn, Quinnie?”. – Me preguntó al mismo tiempo que acariciaba mi cara con su mano.

“Yo.. Aun no lo sé.. – Le dije pensativa, mirando hacía el cristal del parabrisas como buscando una respuesta. – Pero sé que las palabras me saldrán solas cuando llegue el momento”. – Le sonreí.

“Quinn.. – Me dijo cambiando su semblante a uno preocupado. – No le digas lo que está pasando con nosotras.. Siento que sería muy fuerte para él”.

“Lo sé.. – Le dije, cambiando mi mirada hacia el frente. – No pensaba hablarle de eso..”.

“Porque para empezar.. – Me interrumpió Rachel. – Aun no sabemos qué pasará entre nosotras”.

“Sí.. – Mi cara cambió, sentí un poco de decepción al escuchar esas palabras de Rachel. – Será mejor que me vaya Rach.. Hablamos luego”. – Le deje un beso en la mejilla y salí del coche.

Caminé a la entrada de la casa, buscaba las llaves en la pequeña mochila que siempre cargo conmigo, cuando la puerta de la casa se abrió.

Mi madre me miró un instante, con la cara algo confundida; se cruzó de brazos y su mirada cambió.

“¿Quién era Quinn?”. – La cara de mi madre era realmente preocupante.

“¿Qué?.. ah!.. ¿Quién que mama?”. – Pregunté nerviosamente entrando por la puerta haciéndola a un lado intentando esquivar la conversación –“Que no haya visto que la bese”– Pensaba, mientras caminaba hacia la cocina.

“¿Con quién estabas?”. – Insistió mi madre.

“Oh!.. Era Rachel mama.. Fuimos a comer con Brittany y Santana”. – Le dije sin mirarla, haciendo como que buscaba algo en el refrigerador.

“Y ahora.. Rachel también se lleva con ellas”. – Decía dando énfasis al “ellas”.

“Ah.. que sí.. mamá.. – Le dije tomando una manzana del refri y mordiéndola al mismo tiempo – ¿A qué viene todo esto?”.

“Hoy en el café me entere que ellas dos son.. – Decía interrumpiendo sus palabras, como si le costara trabajo hablar. – Son pareja”. – Dejó salir por fin.

Al escuchar esto último, casi me atraganto con el pedazo de manzana que acababa de morder. Digo, ¿Enserio esta conversación va a donde creo que va? La miré detenidamente rogando con la mirada que no fuera lo que estaba pensando.

“Si Quinn ¡Me escuchaste bien!.. – Sentenció mi madre. – ¡Sabes muy bien que nuestra religión no acepta ese tipo de gente! Y yo no sabía de ellas hasta hoy me vengo a enterar de que.. de que.. ¡de que son lo que son!”.

Esto ya no era una simple discusión; poco a poco sentía que se volvía muy personal. Era como si el rechazo que creaba mi madre hacía Santana y Brittany también fuera una pedrada indirecta para mí. Mi única reacción fue entrecerrar los ojos, tomando una posición defensiva.

“¿Cómo dices?”. – Repliqué a mi madre.

“Me oíste Quinn”. – Respondió mi madre.

“¿Religión?.. ¿Cómo hablas de religión ahorita madre?.. – Respondí subiendo de tono. – Bien sabes que yo también tenía puesta mi fe en eso que tu llamas “religión”, bueno.. ¿Dónde estaba esa religión cuando me vi envuelta en drogas? ¿Cuándo me paso todo eso que me paso en Nueva York?.. No me hables de Religión que de eso.. Salí yo sola, y con tu ayuda; ninguna religión me ayudo a salir adelante..”

“No repliques así Quinn!.. – Repetía mi madre. – Tu sabes muy bien que eso no es bien visto por nosotros.. Y te prohíbo volver a ver a esas niñas de ahora en adelante”.

“¡¿Qué?!.. Tú no puedes prohibirme eso!.. – Repliqué.

“Claro que si puedo porque puedo! ¡Y punto!”. – Sentenció dándome a entender que la conversación había terminado. – No le diré nada a tu padre, pero quedas bajo mi advertencia Lucy Quinn Fabray”.

“Uy! Dijo mi nombre completo.. ¡Pues bien!.. Solo te digo que tengas mucho cuidado con tu religión porque eso puede hacer que tú y yo nos distanciemos madre”. – Grité resaltando la palabra que en esos momentos no me agradaba para nada.

Subí corriendo las escaleras y me encerré en mi cuarto, cerrando la puerta de un portazo.

“¡Maldición! – Pensaba agarrándome la cabeza con furia. - ¿Porque tiene que estar pasando esto precisamente ahora?”. – Aventé la manzana que había mordido.

Busqué rápidamente un cambio de ropa y me di un baño; para salir nuevamente. Solamente quería huir un rato. Baje corriendo las escaleras; mi mama estaba sentada en el sillón de la sala con la cara tapada ahogada en llanto.

Debo admitir que verla así, hizo que me entrara un remordimiento de conciencia por haberle gritado. Me limité a agachar la mirada y seguir de largo.

“¿A dónde vas?”. – Mi madre se había levantado del sillón al verme pasar.

“Saldré a caminar.. Necesito despejarme”. – Le dije abriendo la puerta, para después cerrarla detrás de mí. A mis espaldas solo escuche a mi madre gritar mi nombre.

Caminé un buen rato poco a poco obscurecía; ya iba llegando la hora de ver a Finn, así que decidí encaminarme al parque donde habíamos quedado. Me senté en la misma banca donde hablamos la primera vez y lo espere.

Me hundí en una marea de pensamientos. Mi madre me había prohibido ver a las chicas; sabía que andaba con Finn, pero todo parecía indicar que aún no se percataba de Rachel o al menos no le había dado la suficiente importancia al asunto. Lo cierto es que, si habíamos peleando por Santana y Brittany.. ¿Qué pasaría cuando se entere de Rachel?. – “No no, eso no puede estar pasando..” – Me decía a mi misma ovillándome en la banca y recargando la cabeza en mis rodillas. Comencé a llorar desesperadamente imaginando lo que podría pasar si mi madre llega a saber de Rachel.

“QUINN!.. ¿Qué tienes?.. ¿Estás bien?”. – Me dijo Finn al encontrarme en esa posición.

No me percaté de que Finn había llegado. El muchacho nada más me miraba, se había agachado, estaba de cunclillas frente a mí contemplándome.

“Finn”. – Le dije alzando la mirada para verlo de frente.

Finn reaccionó instantáneamente a abrazarme. Yo simplemente cerré los ojos con fuerza dejando salir las últimas lágrimas.

“Que sucede Q?”. – Preguntó Finn tomándome de los hombros para separarme de él, haciendo que lo mire a los ojos.

“Diablos Finn ¿porque eres tan lindo conmigo?.. – Pensaba. Tarde unos segundos más sosteniéndole la mirada; buscando en mi cabeza las palabras adecuadas.

“Finn.. – Dije por fin, tenía claro en mente otras cosas, así que debía cuando menos quitarme un pensamiento menos de la cabeza. – No hagas esto más difícil”.

“¿Qué dices?.. Pero.. ¿Estas así por mi? Porque de ser así..” – Decía Finn poniéndose de pie frente a mi.

“No Finn.. – Interrumpí. – Estoy así por otra cosa.. Pero no viene al caso ahora”.

“Pero ¿porque Q?.. – Decía Finn, muy confundido por la situación. – Sabes que te quiero y siempre.. Pase lo que pase me preocupare por tu bien”.

Me levante de un brinco de la banca y di unos cuantos pasos agarrándome la cabeza; como a punto de explotar. Las palabras de Finn eran demasiado lindas para lo que estaba a punto de hacer. Sabía que era mejor dejar las cosas de lado con Finn, tal como había dicho Santana es lo mejor para los dos, así ni yo lo engaño, ni el se engaña a si mismo pensando que lo quiero casi de la misma manera que el a mí.

Siento cariño por Finn, un cariño de amistad, pero nada más. Aunque debo admitir que no se exactamente lo que siente Finn por mi; lo único que puedo asegurar es que no es lo mismo.

“Basta!.. Finn, por favor no hagas esto más complicado”. – Grité, bajando las manos.

“Hacerlo más complicado – ironizaba Finn. – No entiendo porque te pones en ese plan, lo único que has estado haciendo estos últimos días es evitarme.. La verdad no te entiendo, estás conmigo en presencia, pero tu mente siempre parece estar ausente.. Llevas semanas comportándote de esa manera! Y sigo sin saber porque lo haces! Yo simplemente sigo atrás como un estúpido tratando de entenderte de darte tu espacio y lo único que hemos estado haciendo es pelear y pelear.. – El tono de Finn iba en aumento con cada palabra que decía. – Así que creo que será mejor que empieces a dar explicaciones Quinn".

Quedé atónita con el repentino cambio de humor de Finn; cada palabra que decía iba cargada de verdad. La única persona que había actuado mal en esta relación era yo, y debía acabar con eso mismo antes de causarle más daño a Finn.

“¿Cómo te lo podría explicar?.. – Empecé hablando de manera muy calmada, me limité a mirar al piso, ni siquiera podía ver a Finn a los ojos. – Me había resignado; resignado a vivir disfrazando la realidad, engañándome o no reconociendo lo que sucedía.. Era más cómodo pensar que te quería”.

La expresión de Finn cambió por completo. Yo, simplemente hice lo que sentí que debía hacer.

“¿Era más fácil pensar que me querías?”. – Decía fin abriendo los ojos.

El silencio se formuló entre ambos unos minutos. Miraba a Finn de manera atónita, esperando cualquier reacción de el, aunque sonara mal, sentía que me iba quitando un peso de encima poco a poco, lo que venía después era simplemente esperar la reacción de Finn y rogar en mi cabeza que lo entienda.

Finn se había quedado inmóvil, aún con los ojos muy abiertos su mirada parecía perdida. Al transcurrir los minutos, la expresión de Finn cambio de manera repentina.

“¡Soy un estúpido!.. – Grito al aire agarrándose la cabeza con sus manos y dejando salir las primeras lágrimas que a mi pensar, iban cargadas de enojo. – Sabía que algo andaba mal. – Dijo tratando de tranquilizarse, su mirada parecía perdida, pero sabía perfectamente en ese momento que me estaba viendo a mi, y de sus ojos solo podía entender algo: odio. – Tu siempre fuiste la misma, desde que llegaste a Lima, luego nos hicimos novios y tu forma de ser para conmigo nunca cambio, a pesar de eso me limité a pensar.. A engañarme, que te gustaba desde aquella primera vez que nos vimos o que simplemente así era tu forma de ser.. –

Las lágrimas de Finn seguían cayendo, mi mirada fue cambiando con cada palabra de Finn, hasta que sentí la tristeza que el podría estar sintiendo. No sabía cómo reaccionar.. Estaba ahí, parada, sin hacer nada, escuchando y dejando que cada palabra me atacara con el mismo filo que la conversación de mi madre hace un momento. ¿Es que cada quién está dispuesto a pensar lo que quiere?.

“Luego, después del día del evento, comenzaste a distanciarte.. Tu mirada cambió, tenías ese brillo en los ojos, te volviste más pensativa y me evitabas cada vez que podías.. Nos peleábamos muy seguido… Me limité a pensar que el haberte reencontrado con Sam había hecho que revivieras momentos que.. No se! Hayan sido dolorosos en Nueva York ¡O qué se yo!” – Finn subía de tono nuevamente.

Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, aquel muchacho tenía razón. Finn suspiro tomando aire para relajarse y luego continuar hablando. Yo simplemente bajé la mirada.

“Yo.. yo me limité a tratar de entenderte.. Y.. ¡Ja!. – Finn esbozó una sonrisa sarcástica. – Y no fue hasta la última pelea que tuvimos.. Que me di cuenta de lo que estaba pasando..”

Yo no podía hablar siquiera, me limitaba a escuchar todo lo que tenía que decir Finn.

“Ese día, cuando te pregunté si había algo o alguien más en tu mente.. Noté tu reacción, lo único que dijiste fue ‘diablos Finn, No puedo creer que me acuses de engañarte’ ¿Cómo quieres que tome esa respuesta si después de decirlo te paraste y saliste corriendo de mi casa?.. Por eso y por todas las acciones que fuiste tomando después solo hay una cosa que podía intuir.. – Finncerro los ojos y dio un ultimo suspiro, bajo el tono y casi tan tranquilo siguió hablando. – Te lo voy a preguntar una última vez, y por favor quiero que me contestes con la verdad”.

Cerré los ojos esperando la pregunta de Finn, que ya sabía muy bien cual era y también sabía perfectamente la respuesta. Ambos dejamos pasar unos segundos de silencio.

“Quinn.. – Habló interrumpiendo el silencio. - ¿Estas enamorada de alguien más?”.

El silencio volvió a invadirnos. Tardé un poco en comprender la palabra “enamorada” y la verdad era que lo dudaba, dudaba estar enamorada de Rachel hasta ese momento; pero no fue hasta que Finn habló diciendo cada una de mis expresiones lo que me hizo darme, o mejor dicho, hizo que ambos nos diéramos cuenta de aquello, no era la pregunta que me esperaba después; pero en ese momento ya me sabía la respuesta.

“Si Finn.” – Deje salir por fin.

“¿De quién Quinn? ¿Lo has estado viendo? ¿Me has estado engañando con otro todo este tiempo?..” – Finn soltaba de preguntas al aire retomando esa posición agresiva; él bien sabía que no quería escuchar respuestas.

“Finn.. – Le dije interrumpiendo aquel cuestionamiento. – Hay muchas cosas que no te puedo decir porque simplemente te haría mucho daño..”

Finn quedó atónito y mudo, con esa respuesta había contestado quizás a todas las preguntas que se formulaba o que aún le faltó formular.

“Entiendo..” – Dijo bajando la mirada.

“Finn.. Yo..” – Intente hablarle a Finn, tratando de calmar la situación o al menos tratar de hacerla menos incomoda, de modo que no fuera tan doloroso para Finn.

“No Quinn.. – Dijo levantando un dedo y mirándome de manera amenazante. – No digas nada mas.. No quiero saber nada de ti!.. No quiero más explicaciones.. No quiero nada que venga de ti!.. Nunca más Quinn”. – Finalizó Finn dando media vuelta para dirigirse a su camioneta.

Ahí estaba, parada, inmovilizada, mirando como Finn se marchaba.. Miré a mi alrededor unos segundos, no sabía que hacer después, pero necesitaba a alguien en quien apoyarme.

“Hiciste lo que tenías que hacer Quinn Fabray”. – Me dije a mi misma, tomando mis cosas y empecé a caminar al único lugar donde quería estar en ese momento.

Creo que he roto una promesa! Si y me arrepiento.. pero me vi complicada en toda la semana entre viajes y pendientes academicos. Pero me he dado un día libre por fin y he subido el siguiente capitulo! Espero tenerlos todavía por aquí! Me excuso e imploro perdón a mis lectores por la tardanza. Tengo escrito el capitulo desde hacía ya un tiempo, solo no me daba los suficientes minutos para subirlo.

Todos tenemos un pasado obscuro, o al menos la gran mayoría; que cuando llevamos ciertas situaciones personales en nuestro ahora, no queremos dejar entrever lo que haya sucedido en nuestro pasado, alejando ese pasado del presente queriendo eliminarlo del futuro que no sabemos que depara. Es gracioso cuando a veces pequeñas cosas tocan en tu vida de cierto modo.
Sin mas que explicar les dejo con Quinn..
No sin antes querer dedicarle este capítulo a mi Rachel Berry, mi morena de ojos cafés que ha cautivado y le ha dado un vuelco a mi vida en los últimos 6 años que aun en la distancia, sabe como tocarme el corazón.

Caminaba con la mirada perdida, dejaba salir las lágrimas que me faltaba sacar; lágrimas que no eran por Finn aunque no lo creía, las palabras de mi madre aún sonaban en mi cabeza.

Era de noche y lo único que alcanzaba a escuchar eran los sonidos que emitían las hojas de los árboles al contacto con el viento y uno que otro coche que pasaba. La noche era fría por lo que andaba con los brazos cruzados queriéndome proporcionar ese calor que me hacía tanta falta. Siendo la luna mi única luz.

Venía sumergida en mis pensamientos ¿Qué pasará cuando mi madre se entere de Rachel?.. Mejor aún ¿Qué es lo que tengo con Rachel? Es decir, podría tener el título de mi “amante”, aunque solo nos hemos besado ya un par de veces pero ahora que Finn y yo hemos terminado, debo ser completamente sincera y decir que no sé qué es lo que seguía a continuación.. Lo de San y Britt, sabía que podía verlas a espaldas de mi madre, aunque la idea no me agradaba mucho pues detesto ocultarle lo que hago o a donde voy; lo cierto es que ya lo venía haciendo. Pero si esa era la reacción de mi madre ¿Cuál sería la reacción de las demás personas? ¿La de mi padre? Son personas muy conocidas en Lima y no soportarían escuchar que su hija anda con una chica.

“¿Soportarías acaso esconderte de la sociedad?”. – Me decía a mi misma, aún caminando por la obscuridad. Mientras caminaba podía sentir una mirada a mis espaldas, que ignoraba pues prefería mantenerme encerrada entre pensamientos. Era esa extraña sensación de que alguien me seguía lo que me hizo comenzar a andar más a prisa.

Hasta que un fuerte ruido me regresó a la realidad. El ruido de las ruedas de un carro que frenó en seco. Por unos segundos giré mi mirada y me topé con el peor destino. Cerré los ojos por una milésima de segundo para abrirlos y colocar mis manos con un golpe ensordecedor en el capirote de un carro. La adrenalina corría por mis venas, y fue ese movimiento que realicé el que pudo sacarme finalmente del trance, un coche había frenado a escasos centímetros de mi, tan escasos que pude llegar a tocar aquel coche sin moverme.

“Pero si estás imbécil?!.. Cómo no puedes ver donde caminas!”. – Me gritaba un molesto conductor.

Eso era, el último grito que podía recibir en el día, ya no soportaba ni un enfrentamiento más.

“¿Cómo me has dicho?.. – Cerré las manos que aun estaban recargadas en el capirote del coche de aquel molesto conductor. Y con un fuerte golpe comencé a defenderme. – Pero si el imbécil eres tu! ¿Qué no sabes que se le da preferencia a la gente? ¿Dónde tienes la vista que no me viste caminar?.. – Mi mirada era profunda, y llena de rencor y enojo. – Todo mundo se la pasa culpando a cualquiera que se le cruce en el camino cuando nunca se dan cuenta que por más mínimo detalle que sea, la culpa no la tiene cualquiera sino aquel mismo que grita!.. – Volví a darle un fuerte puñetazo al coche y me giré para seguir mi trayecto. – ¡¿Es que todo mundo está empeñado en gritarme hoy?! – Gritaba alejándome del conductor, que me miraba extraño y maldecía para sí.

Caminaba más rápido, la adrenalina aún corría por mi cuerpo, y una vez fuera de mi cabeza, esa extraña sensación de que alguien me iba siguiendo se hacía más presente a cada paso que daba.

“Por favor.. Se que hoy no es mí día.. Pero realmente espero no acabar moribunda o que se yo!”. – Si, la verdad es que suelo hablar conmigo casi todo el tiempo.

Regresaba la mirada constantemente como esperando comprobar que en efecto alguien iba siguiéndome; por un instante me pareció ver una silueta que doblaba una calle atrás de mí. Apreté los puños que guardaba en mi chaqueta de cuero y con un resoplido me dispuse a caminar aún más rápido.. Mi destino no estaba tan lejos, ya llevaba 20 min caminando; la verdad es que disfruto mucho haciéndolo y puedo pasar horas caminando; pero no esa noche, simplemente quería llegar a mi destino y sentía que el camino se hacía largo a cada paso que daba.

“Un poco más Quinn..” – Baje la mirada y sentí ganas de correr; con aquella extraña sensación de paranoia que sentía iba en aumento.

Doblaba la cuadra, el aire era frío golpeaba contra mi cara por la velocidad que ahora llevaba, era una buena manera de descargar ese enojo que llevaba guardando desde que le grite al conductor malhumorado, hasta que un golpe en seco me dejo en un instante caer de espaldas al suelo.

“¡Fíjate por donde caminas!”. – Dije sin reaccionar aun sentada en el piso tratándome de levantar y tallándome los ojos intentando no mirar a la persona contra la que había chocado.

“Diablos!.. ¿Quinn?”. – Una voz familiar se levantaba a mi lado, tapándose la boca de dolor.

“¿Sam?”. – Mire a Sam sorprendida. Vaya que es pequeño el lugar.

Sam me tendió una mano para ayudarme a levantar. Reaccioné a agarrarme la frente cuando sentí un ardor en la ceja.

“Demonios Quinn! De quien huías para no ver por dónde vas? Jaja.. – Decía en tono divertido con una mezcla de dolor. - ..Casi me tumbas los dientes!”.

“Ahg.. Rayos Sam!.. Jajaja. – Comencé a reírme de la situación. – Perdóname.. Menos mal que fuiste tú contra el que choqué y no alguien mas.. Pero ¿que? – Reaccione cuando vi mi mano al terminar de frotarme la ceja. – Diablos Sam! Tienes unos dientes muy filosos”. – Reí todavía más al ver una pequeña mancha de sangre en mis manos.

Ambos reímos por la situación. Mi risa era incontrolable en ese momento, no paraba de reír hasta que deje caer unas lágrimas entre tantas risas, lagrimas que no sabía porque salían. Sam reaccionó al mirarme y se acercó a mi dándome un abrazo.

Eso era, un fuerte abrazo, que en ese instante fue cálido contrastante con el frío de la noche, en todo el día no había tenido una muestra de cariño como la que me daba Sam. En ese momento me sentí cobijada en aquel amistoso abrazo que poco a poco iba formándome un nudo en la garganta y deje salir las lágrimas más amargas que pude sentir; comencé a sollozar entre los brazos de Sam que me miraba confundido.

Agradecí el gesto de aquel chico en ese momento, que sin preguntarme nada simplemente me apretó entre sus brazos emitiendo esa seguridad, ese respaldo que me hacía tanta falta. Así estuve un instante más y las lágrimas dejaron de salir.

“Quinn.. ¿Está todo bien?” – Preguntaba Sam un tanto confundido.

“Si Sam.. Todo está bien.. – Mentí secándome ya las últimas lágrimas y alejándome de su abrazo. – Solo fue un mal día. – Respondía con una leve sonrisa. – Es extraño que casi siempre nos estemos topando ¿no crees? Podría pensar que me estas siguiendo”.

“Jajaja.. Extrañas coincidencias debo decir. – Me contestó Sam con una sonrisa casi perfecta. – Todo se lo dejas al destino”.

“Claro el destino..” – Esa ya era una palabra que venía escuchando seguido. Comenzaba a resultarme un poco irritante.

“¿Y a donde te diriges?.. – Preguntaba Sam, yo me limitaba a seguir mi camino y el simplemente comenzó a caminar a mi lado. – Es muy peligroso que andes así caminando sola y de noche”. – Sam sonreía.

“Voy a casa de Santana”. – Le dije sin titubear.

“Oh vaya.. – Sam seguía sonriente. – Bueno, te acompaño no dejare que sigas tu camino sola.

Ambos seguimos el camino, repito que no faltaba mucho para llegar a casa de Santana, pero con Sam caminando a mi lado me sentía segura, esa sensación paranoica de que alguien me perseguía poco a poco se fue desvaneciendo.

“Me intriga saber.. – Le hable al muchacho rompiendo el silencio que nos acompañaba. – ¿Qué hacías caminando por aquí?”.

Sam tardo un poco en contestar, parecía buscar una respuesta adecuada.

“Bueno.. – Comenzaba su relato. – Vengo de casa de Rachel, me quite hace ya un rato y me dispuse a caminar hacia mi casa que no queda muy lejos de aquí”.

“Sam.. – Interrumpí el relato de Sam. – Si tienes que irte adelante, de verdad que no falta mucho para llegar a casa de Santana”.

“No digas mas Quinn. – Me cortó. – He dicho que te voy a acompañar y no tengo prisa por irme, te recuerdo que vivo solo y a veces no es bueno estar solo en casa.. – Esbozó otra sonrisa. – Es más un día les invitare a mi casa.. Dejando claro que tu puedes pasar cuando quieras”.

“No digas más.. – Sonreí de la misma manera que Sam. – Ya pasaré un día que me des la dirección.. Por cierto. – Trataba de disimular en la cara la alusión que me hacía escuchar el nombre de Rachel. – Desde el día que te vi, el día del evento, nunca te pregunte que hacías por aquí”.

“Tienes razón.. – Seguía sonriente. – Nunca me has preguntado pues solo nos hemos visto un par de veces.. Quinn.. – Su mirada cambió, mientras seguíamos caminando mantenía su mirada fija en mi. – No quiero que pienses que te sigo, pero creo que ambos sabemos que estamos escapando de Nueva York”.

Mi semblante cambió por completo al recordar lo vivido en Nueva York. Cada vez que alguien mencionaba aquella ciudad, yo me estremecía, había hecho hasta lo imposible por olvidar todo lo que tuviese relación con ello. Y tener a Sam cerca solo hacía lo contrario, ese era uno de los motivos por el que no mantenía contacto con el chico; y su amistad con Rachel se comenzaba a volver preocupante, tenía que averiguar a como dé lugar que tanta amistad había entre ellos. Mi relación con Sam y Nueva York no dejaría un buen sabor de boca a Rachel, y debía reprimir aquel pasado si bien quería rehacer mi vida.

“Me habías hablado tan bien de Lima que parecía un muy buen lugar para comenzar una vida.. Y bueno, no dudé que estarías aquí.. Después del tiempo que estuvimos juntos sabía que regresarías, te conozco lo suficiente.. – Sam continuaba su relato percatándose de mi silencio. – Esperaba que pudiéramos seguirnos apoyando.. Como lo hacíamos en NY. Pero al perder contacto contigo por completo.. Jamás creí volver a verte.. Y entonces conocí a Rachel, ella me dio mucho apoyo, fue mi única amiga los primeros meses y con eso fue volviéndose poco a poco mi mejor amiga.. – Sam sonrió. – Hasta que un día tuvo la maravillosa idea de ir a ese evento y fue ahí que te vimos.. Y heme aquí”.

“Vaya.. – Respondí tras escuchar a Sam. – Veo que te llevas muy bien con ella”.

“Bastante.. – Sam esbozó una sonrisa maliciosa que sentí como una patada en el estómago. – Lo suficiente para saber que tu y ella se llevan.. Digamos que muy bien desde el día que las presenté”.

Sam me miró sonriente y me limité a devolverle la sonrisa. Una sonrisa de complicidad.

“¿Cómo ha ido todo con Finn?”. – Preguntó. No era una pregunta que me esperaba.

“¿Cómo sabes que he visto a Finn?”. – Pregunté extrañada. Sam dudó que responderme, pude notarlo en su mirada, pero no dejó correr mucho tiempo en su respuesta.

“Te repito que Rachel se ha vuelto una de mis mejores amigas”. – Su semblante volvía a parecer tranquilo.

“Cierto” – Respondí con algo de duda.

“Hablando de Rachel.. – Volvía a hablar al notar que no quería contestarle esa pregunta. – Santana vive muy cerca de su casa”.

“¿Casa de quién?” – Pregunte, nuevamente extrañada con el comentario de Sam, tampoco me lo esperaba.

“De Rachel.. – La sonrisa maliciosa volvía a aparecer en su cara. – Vive ahí”. – Señaló indicándome una casa que sobresalía de las demás que existían por ese rumbo.

Era una casa de dos pisos color blanca, las casas alrededor eran de un solo piso, por lo que la casa de Rachel se veía a la perfección faltando una cuadra desde la distancia donde estábamos. Caminé dirigiéndome a la casa de Rachel, no podía creer que pasaba muchas veces por esa calle percatándome siempre de la casa y preguntándome quien vivía ahí; siempre me pareció que lucía un ambiente acogedor desde fuera. La casa de la latina se encontraba atravesando la avenida que intersectaba a unas cinco cuadras más de la casa que Sam señalaba.

“Creo que cambiare mi destino”. – Le dije a Sam a manera de complicidad.

Sam compartió el gesto conmigo y me acompaño hasta la puerta de casa de Rachel. Como había mencionado la casa de Rachel parecía pequeña por fuera, al menos a lo ancho, daba la sensación de que dentro vivía una familia modesta. La entrada daba a un porche vacio donde cabía perfectamente un solo coche dejando un pasillo libre que conducía a la puerta de la casa, arriba del porche se apreciaba que había un cuarto con un balcón que daba a la calle; el porche permanecía cerrado con unas rejas blancas del mismo color de la casa y una columna redonda delimitaba la reja que se abría al porche y le seguía una pequeña reja que suponía era la reja de entrada. En la columna asomaba un timbre inalámbrico que se comunicaba con el interior de la casa.

“Será mejor que tu toques el timbre.. Y una vez que me asegure que te va a abrir, me marcho.. – Sonrió. – Al fin y al cabo no tiene mucho que me quité de aquí, y no quiero hacer un mal trio.” – Finalizó riendo sarcásticamente.

Accedí a tocar el timbre, del cual salió un sonido algo extraño. Aquel sonido se vio ahogado por los ladridos de un perro desde el interior de la casa. La puerta de la casa sostenía un margen de madera que dejaba en medio un vitral semitransparente que tenía formas extrañas de estrellas, por ella pude ver como un perro de tamaño mediano ladraba en la puerta.

“¿Quien es?”. – Tardé en darme cuenta de la dulce voz que salía desde el micrófono del timbre inalámbrico.

“Hola Rachel.. – Saludé con una sonrisa. – Soy..”

“Quinn!.. – Cortó la morena al reconocer mi voz. – Bajo en 5 minutos cielo”.

“¿Te dijo cielo? – Preguntaba Sam divertido antes de soltar una pequeña risita viendo la cara de sorpresa que tenía cuando escuche aquello. – Misión cumplida.. Llegaste sana y salva.. Y creo que no tengo nada que hacer aquí”. – Finalizó riendo nuevamente y dejando un beso sobre mi mejilla.

“Gracias Sam.. – Le dije al salir de mi ensimismamiento. – Hablamos luego”.

“Tenlo por seguro Quinn”. – Dejando una última sonrisa maliciosa para luego girarse sobre sus pasos y comenzar a caminar.

Esperaba impaciente cuando la puerta se abrió y Rachel salió dejando salir detrás de ella al perro que ladraba minutos antes, era un Chow Chow color beige cuyo pelaje brillaba y daba un aire magistral de superioridad, parecía que tenía personalidad; el perro se plantó frente a la reja manteniendo su mirada en mi.

“Uryan.. – Se refería al perro. – Ella es Quinn, es una amiga mía.. Ya te puedes ir acostumbrando a ella. – Miraba al perro, y luego me regalo una sonrisa que me dejaba ver lo perfectamente blancos que eran sus dientes. – Lo siento, tengo que presentarte con el, es mi perro guardián y me cuida muy bien cuando mis padres no están en casa..”

“Entiendo.. – Le sonreí, todavía atónita ante Rachel, y dirigí la mirada al perro. – Hola Uryan, mucho gusto, soy Quinn Fabray”.

‘Irremediable ahora hablo con los perros’ pensaba mientras dibujaba una sonrisa; el perro se limitó a mirarme unos segundos y pareciendo dar sentido de aprobación bajó la cabeza a modo de saludo y se retiró de la reja de entrada tumbándose en el porche.

“Vaya! – Quedé sorprendida con la actitud del perro aún lo miraba extrañada mientras Rachel abría la reja. – Pareciese que tiene personalidad”.

“Si, es mi consentido. – Decía esbozando una sonrisa al tiempo que me daba un fugaz beso en los labios. – Hola Quinn Fabray, adelante”. Finalizo extendiendo la mano para darme paso hacia la entrada.

Una vez dentro de la casa, el perro se coló por la entrada detrás de mí y se echó en medio de lo que parecía era la sala de estar. No me equivocaba, la idea que tenía de la casa cuando pasaba cerca no se alejaba mucho de la imagen que ahora veía. En la entrada, a un lado había una pequeña sala de estar con tres muebles de tamaños diferentes que hacían juego con el color del pelaje del can que yacía recostado al pie de una mesita de café al centro de la sala; a un lado habían unas escaleras que daban al segundo piso, frente a estas estaba el comedor colocado con una mesa con seis sillas que contrastaban con los muebles de la cocina que estaba a un lado de las escaleras, la cocina tenía una barra en medio con cuatro bancos. Entre la cocina y el comedor había un ventanal que dejaba ver un espacio de pequeño jardín dentro de la casa que se dejaba ver con el brillo de las estrellas que penosamente se colaban por el aire libre. Para no hacer largo el cuento los muebles de madera le daban un aíre rústico a la casa.

“Tienes una casa muy bonita Rach”. – Comentaba maravillada por la casa.

“Gracias.. – Contestaba con timidez. – Todo es gracias a mis padres”.

Ambas caminamos hacia la sala de estar sentándonos en los cómodos muebles, Rachel me ofreció un vaso de agua al que no me pude negar y nuestras miradas por fin se cruzaron de frente al sostener el vaso que la morena me extendía.

“Cielos!, Quinn! ¿Qué te pasó en la ceja? – Refiriéndose a la extraña herida que me había producido el extraño choque con Sam. – Voy por algo para desinfectarlo”.

El golpe no era muy grande, ahora solo me quedaba una pequeña cicatriz formada por el coagulo de sangre seca que se había formado; pero la preocupación de Rachel por la pequeña herida provocaba un dejo de ternura que deje entrever con una ligera sonrisa.

“No es para tanto Rach.. – Sonreía mientras miraba como rebuscaba sin cesar algún botiquín de auxilio, que insisto, no era necesario. – No sabes todo lo que me ha pasado hoy”. – Reí un poco al recordar mi día.

“Pues espero ninguna pelea de tipo callejera Srita. Fabray, que esos estereotipos no me van nada bien!”. – Decía intentando tranquilizar su angustia, que yo solo veía ternura.

“Jajaja, no para nada.. – Seguía sonriente viendo como Rachel se aproximaba con un pequeño algodón y un bote de agua destilada. – He chocado con Sam camino aquí, pegué una carrera y al doblar una esquina choqué con sus dientes”. – Explique mientras Rachel se sentaba sobre la mesa quedando frente a mi, humedeciendo el algodón con el agua.

El roce del algodón humedecido con mi ceja me produjo un pequeño ardor. Deje salir una mueca mientras tenía a Rachel frente a mi “curando” la pequeñez de herida; tenerla tan cerca sintiendo su respiración sobre mí me hizo estremecer.

“Vaya que Sam tiene unos dientes muy filosos.. – Sonreía la morena. – Hablando de el, hace unas horas se quitó, es un buen amigo aunque.. – Un gesto de dolor salió de mi cara al sentir que Rachel hizo presión nuevamente en mi ceja. – Hay algo que no me va de el.. Siento que tiene una doble cara”.

“auch!.. Rach creo que ya está.. – Dije interrumpiendo sin querer a la morena que en ese instante retiro el algodón y lo colocó sobre la mesa. – ¿A que te refieres con doble cara?”.

La mirada de Rachel bajó al suelo unos instantes, esa reacción solo me hacía dudar y querer interesarme ante lo que Rachel tenía que decir de Sam.

“No se, es solo que siento tiene algo que siento que no me va a gustar.. – Decía con total sinceridad. – Solo me ha dicho que te conoció en NY, y desde que te vimos el día del evento no ha hecho más que tratar de acercarse a ti.. Hablamos muy poco de NY y de ti solo hemos hablado lo necesario – Rachel se sonrojo tras esas palabras. – Pero aun así, hay algo que me hace pensar que está aquí por algo y siento que tiene que ver con NY”.

“¿Cómo estás tan segura?”. – Pregunte intrigada por la situación.

“Tengo un sexto sentido para las cosas.. – Me sonrió. – Pero no debería de hablar de el, es mi amigo y aunque no me ha hecho dudar de su amistad, siento que algo esconde se ha mantenido misterioso a pesar de todo.. Pero ya no hablemos de el.. Dime que te trae por aquí”. Volvió a sonreírme sin apartar su mirada de mi colocándose a mi lado en el sofá.

“Pasaba por aquí con Sam, que me acompaño.. Como no sabía dónde vives, y aprovechando que choque con el.. pues, me trajo.. y ahm.. – Mi cara se ruborizó y baje la mirada a mis pies. – No tuve un buen día.. Y tenía muchas ganas de verte”. – Sonreí, con la cara aún roja levante la mirada buscando los ojos de Rachel.

Rachel se sonrojo de manera tímida, lo que alimentó mi sensación de ternura y esbozo una sonrisa que pronto me contagió.

“Yo también te extrañe cielo”. – Palabras que hicieron que me ruborizara aún mas. Rachel se limitó a acariciar mi mejilla con una mano, y lentamente se aproximó.

Miré sus labios con locura, los anhelaba, cerré los ojos esperando aquel momento con ansias. Sus labios se posaron sobre los míos. Aquel besó dejo la última sensación de tranquilidad que esperaba en todo el día y me hundí en la mayor felicidad sentida, olvidando todo lo ocurrido en el día.
Ahí obtuve mi respuesta, podría permanecer oculta ante la sociedad, guardandome un pequeño secreto.. Solamente si ese secreto me dejaba esa satisfacción al final del día. Inexplicablemente me hacía afrontar lo que me depararía el mañana.

Perdonenme por dejarlos asi... Se que no es un buen final de capitulo, pero en cada capitulo dejo entrever un sentimiento nuevo resurgido, y pues así es la culminación de ese sentimiento. Un saludo y.. actualizo pronto! pero ya no diré cuando -.-

Paso a colarme rapídito dejando una actualización!! :3
Espero puedan leer entre lineas, y paso a preguntarles si recordaran los primeros capitulos?? Sino es así en su momento les daré un pequeño review no se preocupen.. tanto :D
Diganme.. Quien no ha sentido miedo por alguna mala jugada que haya hecho en su pasado? O por algun momento que juegue en las cabezitas ajenas? Yo si! lo he sentido y tengo un pasado que uff! Es tan obscuro que muy pocas personas saben pero siempre hay una ventanita de luz. Y enmendar ese pasado, puede romper lo que logras en tu presente en un 2 por 3.. A veces los días resultan ser bipolares.
Desde luego que no me alargo más y les dejo disfrutar el capitulo si es que lo hacen.. y encantada de leer comentarios ya lo saben!. Se que quizás los haya dejado adormilados con tanto arcoíris.. Pero ya va siendo hora que despierten :D o al menos eso quiero dejar ver..
Jaja un saludo! Los dejo con mi AlterEgo Quinn que sin duda alguna le gustán las metáforas tanto como a mi.
P.D. Este capitulo tmb se lo quiero dedicar a mi Rachel Berry, con la que aprendi cosas maravillosas, sin duda!.. Esos recuerdos vividos no se alejaran de mi.
Y a la distancia.. Feliz cumpleaños :)

Todos intuimos que abrirnos honestamente a otro es bueno para nuestro crecimiento vital, que ha de contribuir a nuestra felicidad; esa intuición explica la atracción, la ansiedad por vivir relaciones íntimas. Mas sin embargo, suelo creer que en la intimidad mostramos nuestras vulnerabilidades y podemos pensar que la otra persona pudiera rechazarnos; y esta sensación de sentirnos rechazados proviene del miedo: le estamos dando armas al otro para hacernos daño. Y quede claro que no solo hablo de relaciones sexuales…

Aún mantenía los ojos cerrados, sentí a Rachel apartarse de mí; sentir su respiración cerca de la mía no hacía otra cosa que desearla bajo otras circunstancias. El brillo que llevaba la morena en los ojos me dejaba ver la pasión que se escondía en ella.

“Si decir te extraño.. Me llevase a sentir esto.. Lo diría siempre”. – Hable entrecortadamente al librarme de aquel beso.

“Es solo para demostrarte.. Que a pesar de que el día empiece mal.. No quiere decir que tenga que terminar mal.. – Rachel dejó salir una sonrisa que llenaba todos mis sentidos y solo pedían volverme a fundir en aquellos labios. Sus ojos aún dejaban ver ese brillo pasional. – Cuéntame que tal fue tu día”.

Rachel recargo su cabeza en mí, reaccioné a colocar un brazo por encima de sus hombros y le acariciaba la piel mientras le contaba cómo había sido el día. Rachel se veía tan vulnerable entre mis brazos, tan.. No sé cómo explicarlo! Lo único que quería transmitirle era seguridad. Empecé mi relato a partir del momento en el que Rachel me había dejado en casa, lo de mi madre, lo de Finn, Sam.. Omitiendo lo que hablé con él.

“Q.. – Rachel escucho atenta cada una de mis palabras, y cuando terminé mi relato se decidió a hablar, tengo la extraña sensación que siempre tiene un punto de vista para todo y tal como pasa por su cabeza, tiene que expresarlo. – Se que ha sido un largo día desde que te llevé a tu casa después de salir con Brittany y Santana, lamento mucho lo que tu madre piense.. Pero entiéndela, déjala ser.. Ese tipo de pensamientos hoy día, en el siglo en que vivimos se van con el tiempo.. Limítate a demostrarle que eres feliz, y hazle ver lo ilógico de su comportamiento pues Britt y San no son malas personas.. – Rachel sonreía – Y con lo de Finn.. Bueno es evidente que las relaciones íntimas implican riesgos y el principal es que para darse requieren que crezca el afecto y la confianza, requiere entregarse al otro.. Y si te soy sincera, tu no lo eras y es lo mejor que les pudo haber pasado.. Además.. – Me miró fijo, noté como sus mejillas coloraron. – Me alegra tenerte solo para mi”.

Rachel me regalo el beso más profundo que había sentido, el tiempo se hacía eterno entre esos besos.. Pero sentía que la tranquilidad regresaba a pesar del extraño mal día. Hasta ese momento, mi noche no podía acabar mejor. Tal vez me equivocaba.

“Aprovechando que estás aquí.. – Rachel me empujo levemente para salvarse de la intensidad a la que llegaba beso. – Quiero mostrarte algunas de mis pinturas, desde que te conocí sentí que debía mostrártelas.. Vamos sígueme” – Finalizó sonriente, tomándome de la mano y casi llevándome a rastras.

No sabía si cortaba el momento por timidez o por otra cosa, pero ese beso me dejó una sensación de calor, que solo pensaba en saciar la sed. Asentí sonriente, tratando de que Rachel no se diera cuenta que quería más que un beso, no sabía cómo era hacerlo con una mujer, pero mentiría si te dijera que no me moría de ganas por saber.

Rachel me guió hasta su cuarto, en la parte de arriba. El cuarto de Rachel era el cuarto que estaba justo arriba del porche. Abrí los ojos contemplando el decorado del cuarto, tenía una cama tamaño queen size para ella sola, las sabanas hacían juego con las almohadas, varias almohadas; pero eso no me interesaba mucho, a pesar del espacio que ocupaba la inmensa cama, a un lado tenía un guarda-ropa cuyas puertas eran espejos que dejaban ver el cuarto en su totalidad. Lo que más llamaba mi atención eran los cuadros enmarcados que decoraban las paredes de la habitación, habían de todos tamaños y cada uno expresaba algo, me aproxime al más cercano, era un cuadro de 1m de largo por 70cm de ancho aproximadamente, algo grande; pero lo llamativo ahí era la imagen del cuadro: Era una representación del universo, en la esquina superior dejaba ver una imitación de la Vía Láctea que ocupaba una cuarta parte del cuadro y en el resto había un degradado de colores que poco a poco se oscurecían terminando en la esquina contraria a la vía láctea dejando ver un negro que plasmaba un aspecto triste; la forma de la vía láctea daba a entender un doble concepto, pues tenía la forma de un ojo que entre puntos de estrellas dejaba caer una lagrima terminante en aquella zona obscura. La impresión del cuadro me hacía sentir nostalgia, tristeza, enfado.. Un pasado triste.

“Nunca le pongo nombre a mis cuadros.. – Interrumpía Rachel al verme hipnotizada en aquella imagen. – Esa pintura, la hice al óleo, cada una de mis pinturas dejan ver lo que sentía al dibujarlas.. – Yo no atinaba a decir algo, la pintura llamaba toda mi atención, pero escuche cada palabra de Rachel que se limitaba a seguir hablando ante mí silencio. – En esta imagen me sentía triste, sola.. Da a reflejar que todos tenemos un secreto obscuro que a veces nos atormenta de formas diferentes si no lo enfrentamos, la lagrima deja ver que aún no era capaz de enfrentarlo y….. Me dolía”.

Un gran nudo se formó en mi garganta, las palabras me caían como baldes de agua helada. Seguía muda bajo la atenta mirada de Rachel, que reacciono al ver que una lágrima caía de mi mejilla.

“Quiero que veas otro”. – Espetó tomándome de la mano, halándome con delicadeza.

Rachel sacó un cuadro que era un poco más chico que el anterior, la imagen estaba acomodada de manera horizontal; mostraba la silueta de una mujer que daba la espalda y parecía estar desnuda, abrazaba un tigre de bengala, la mirada del tigre era desafiante pero iba cargada de un dejo de confianza ante el abrazo de la mujer. La imagen estaba centrada en el cuadro resaltando con un espacio de color blanco que dejaba entrever un espacio de luz y el resto simulaba un fondo color verde significado de la naturaleza. A diferencia del cuadro anterior, este parecía estar inconcluso, las siluetas del tigre y la mujer parecían difuminadas.

“¿No está terminado?”. – Atine a preguntar mientras contemplaba esa imagen en mis manos.

“No.. – Rachel dejo salir una sonrisa nostálgica. – Está en proceso, este significa el valor de afrontar esa situación. Abrazar un tigre es peligroso, te puede morder.. Pero si lo logras y generas confianza en ti, la generas en el tigre.. Y afrontas tu miedo, el resultado es la satisfacción de la propia naturaleza”.

“Rach.. – El nudo en la garganta volvió a aparecer, deje salir otra lágrima. – Son hermosos.. Es.. Es.. Es como una historia.. En aquel cuadro – Señale el cuadro de la vía láctea. – Dejas ver que algo te atormenta, y en este.. No está terminado.. ¿Quiere decir que aún estas afrontándolo?”.

“Me falta inspiración.. Quinn.. – Rachel me quito el cuadro de las manos y con un sispiro clavo su mirada en la mía. – Cuando te conocí.. Casi nos damos un beso, no sabía porque lo hacía pero simplemente me dejaba llevar.. Sentía que quería ese contacto con tus labios.. Desde ese día no hay noche que no piense en ti, te quería, después de ese primer beso solo te deseaba.. Mi miedo crecía día con día porque no sabía cómo reaccionarías, que sería de nosotras y las dudas me llegaban y bombardeaban, en un principio no aceptaba nada, sabía que tú estabas con Finn.. Incluso hasta llegué a pensar que solo jugabas conmigo.. – Sonrió. – No te enojes pero.. Tienes el tipo de ser esas personas que cambian regularmente de novio”

Ambas sonreímos, levante la mano para acariciar la mejilla de Rachel cuyos ojos parecían vidriosos, le deje un suave beso.

El camino pasa necesariamente por riesgos; y estos riesgos, al final de cuentas son las experiencias más fructíferas de nuestras vidas, y era justo lo que Rachel trataba de demostrar en sus cuadros. Sabía que ambas pasábamos por una confusión, que no sabíamos que hacer, era una nueva experiencia; a pesar de haber tenido novios con anterioridad, la mirada de la morena, sus labios, sus besos me hicieron sentir en tan poco tiempo lo que ningún otro beso o mirada. Estábamos confundidas, pero nos dejábamos llevar.

“¿Por qué es tan difícil aceptar que yo estoy aquí y ahora contigo porque quiero estar contigo, de la forma que aquí y ahora te quiero y porque creo.. bueno no.. siento que tu me quieres a mi y quieres tanto como yo estar conmigo?” – Hablé alejándome de Rachel, con la mano aún sobre su mejilla dejando entre ver lo que pensaba.

“Si es difícil, pero es necesario, es impredecible justamente para que ese aquí y ahora se dilate en el tiempo y el espacio.. – Rachel volvía a besarme, con mayor calor, dejando salir un suspiro apasionado.

Las pasiones son por definición, fuerzas que nos arrebatan, que nos dominan. Cuanto más apasionado vive el hombre, es menos libre y su capacidad de actuar disminuye.. Simplemente se deja llevar…

“Te necesito Rachel.. – Dije entre suspiros librándome unos instantes de un beso que me inundaba de calor. – Necesito ese cariño, apoyo, comprensión, alguien con quien vaciarme, que me ayude a recoger mis añicos, que me deje mostrarme tal y como soy… Y necesito tanto a ese alguien que me estoy aferrando a ti”

Rachel suspiro, no pude entender el significado del suspiro, pero la morena volvía a brincar a mis labios atrapándome por completo con sus brazos sobre mi cuello.

“No sabes cuanta inspiración me da escuchar esas palabras”. – Su voz sonaba entrecortada que luchaba por salir entre calurosos besos.

Y es que es así.. Cuando la pasión se apodera de nosotros pasamos a ser sujetos pasivos de esas fuerzas tempestuosas. No somos los dueños de nosotros mismos, hemos perdido la capacidad de dominar nuestros actos. Somos juguetes de la pasión, plumas en el vendaval de los sentimientos. Ese estado de ánimo por el cual lo que más deseas es estar con la persona que amas y que esa persona te ame y desee estar contigo. Esos deseos son tan intensos que absorben casi toda nuestra capacidad racional de estar dominados por la pasión amorosa, que suele llamarse también: estar enamorado.

Y ahora lo sabía, era imposible para mí que en tan poco tiempo pudiese enamorarme, pero Rachel, ella fue capaz de hacérmelo sentir en tan solo menos de un mes. La abracé con fuerza, la necesitaba, la quería para mí.. Ese momento era mío y solo mío.

Los besos de Rachel dejaban salir un deseo carnal que poco a poco iba contagiándome, me sostuve de su cintura y poco la fui presionando contra mí, solo quería sentirla. Rachel dejó salir un suspiro entrecortado que se ahogaba en mis labios; un escalofrío recorrió mis sentidos desde el vientre. Por deseo, por pasión, por instinto bajé las manos acariciando las piernas de Rachel y con un suave pero veloz movimiento la levante sobre mi cintura, la morena reacciono a abrazarme entre sus piernas y sin dudarlo la lleve hasta su cama.

Guardaré para mí esa cálida noche, me limito a describir las sensaciones. Era la primera vez que estaba con una mujer; nunca estuve de esa manera con Finn, tuve una experiencia desagradable en NY y me excluía de cualquier situación que me llevase a dar ese paso, con Finn apenas fueron besos supe que estaba con él por simple compañía. Pero lo que sentí esa noche dejó atrás todos mis miedos, sentí como ambas nos dejamos llevar por la situación y el calor que desprendía la habitación de Rachel así lo dejaba ver. Ninguna de las dos sabía que hacer o cómo actuar, pero todo se dio con total naturalidad que llegue a pensar que estaba nuevamente en la senda correcta de mi camino.

Rachel se encontraba abrazada a mi torso, le acariciaba el cabello con una mano y la otra la abrazaba de igual forma, lo logré sentía a Rachel segura entre mis brazos.

“Quinn.. – Rachel alzó la mirada buscando mis ojos. – Yo.. Nunca he tenido novio.. – La morena se ruborizó. – Nunca he hecho algo así.. Eres.. Eres mi primera vez”.
Pude ver en los ojos de Rachel la sinceridad, la deseaba sí!; pero al escucharla un halo de ternura se me vino encima y desde ese momento supe que era capaz de todo por ella. Por ver esos ojos sinceros.

“Mi amor..”. – Era la primera vez que sentí que el tiempo se detenía y sin saber cómo continuar, me limite a dejarle un tierno beso. Un beso que agradecía que yo fuera esa primera persona.

Si leíste bien. Le dije mi amor a Rachel, lo dije bien y sin forzarlo; a Finn nunca le dije amor y si se lo habré dicho un par de veces nada más fue por puro compromiso o porque la situación así lo ameritaba. ¿Cómo se los puedo explicar? Simplemente todo lo que tenía relación con la morena dejaba salir lo más sincero desde el fondo de mi ser y eso.. Me asustaba hasta la punta del pelo.

No supe en que momento me quede dormida abrazando a mi Rachel hasta que una luz brillante se coló por entre las cortinas pegando de lleno en mi cara. Rachel aún estaba aferrada a mí, no se movió ni un instante de mi lado hasta mi despertar rotundo.

Pegué un brinco al notar que era de día y asuste a Rachel. Me paré como pude de la cama y comencé a vestirme con rapidez.

“Diablos! Diablos! Diablos!.. – Maldecía mientras buscaba mi ropa que yacía en el piso de la habitación. – Ha amanecido!”.
Rachel me miraba fuera de sí, y claro que la entiendo, no era una bonita forma de despertar.

“Mi amor.. – Me aproximé a ella con cara de preocupación. – Me tengo que ir, es tardísimo y aún no he hablado con mi mama”.

“Tu mama!.. – Rachel abrió los ojos como plato cuando mencione a mi madre. – Diablos Quinn tu mama me mata!.. Seguro que me mata!.. – La desesperación ahora ocupaba el cuerpo de la morena que igual de veloz rebuscaba su ropa. – Mi amor! ¿Qué le vas a decir?”.

“Rachel.. – La miré extrañada. – No es necesario que te vistas, puedo irme caminando..”

“Ni hablar!.. – Interrumpió mis palabras. – Yo te llevo y me obedeces!”.

Sonreí al ver la escena que se había formado delante de mi, una Rachel desesperada buscando su ropa pensando en la reacción de mi madre me llenaba de ternura. Di una pequeña risita.

“Mi amor.. – La tomé por el brazo tratando de calmarla y le di otro beso. – Buenos días solecito!”.

Rachel se tranquilizó por mi comentario y me respondió de la misma manera. Unos minutos más tarde ambas bajábamos las escaleras corriendo mientras Rachel me llevaba de la mano y se dirigió a abrir la puerta de entrada.

“Buenos días señoritas!.. – Escuchaba una voz detrás de mí. - ¿A dónde con tanta prisa?”.

“Buenos días papa! – Reaccionaba Rachel al instante. – No tengo tiempo de responderte ahora pero no tardo y te explico la situación! Te amo!”. – Gritaba Rachel para que su padre la escuchase.

“Buenos días Mr. Berry.. – Grité aun siendo jalada por Rachel. – Un gusto conocerlo”.

Nos subimos al carro y ambas reíamos mientras me llevaba a casa.

“Esas no son maneras de conocer a tus papas”. – Le dije aún sonriente.

“Tranquila, no son tan malos.. Me llevo bien con ellos.. Pero sí creo que les debo una explicación y seguro que me esperaran con el desayuno y sentados en la mesa”. – Rachel sonreía y yo me hipnotizaba al verla.

“Rach.. – Cambié el tono de mi voz, un poco seria. – Será mejor que me dejes aquí, no quiero que mi madre te vea.. No hasta que aclaremos la situación”.

Y es que esa era la verdad, no sabía qué pensaría mi madre, pero por como fue el día anterior sabía que nada bueno me esperaba en casa. Rachel no quería, pero pude hacerla entrar en razón, no quería complicar más las cosas con mi madre, acabamos de pasar un mal trago y por amor a mi madre debía respetarla. Pero en el fondo no quería seguir aguantando esa actitud; pase lo que pasase no iba a quitar la sonrisa que me había provocado mi noche con Rachel.

“Nos vemos al rato bebe”. – Me dijo sonriente mientras le daba un beso.

Le respondí con un “Tenlo por seguro” y baje sin dudarlo, al pisar la acera y ver mi casa a dos esquinas del lugar donde me había dejado Rachel, me hizo caer en la realidad de un dos por tres. La adrenalina corría nuevamente por mis venas y trataba de parecer tranquila formando conversaciones en mi mente, de lo que podrían simular posibles respuestas hacia mi madre.

Y ahí estaba, parada frente a la puerta; en el garaje no vi ningún coche por lo que supuse que mis padres no se encontraban en la casa. Suspire, si! Suspiré de alivio al ver aplazada aquella reprimenda que a sabiendas me esperaba. Subí corriendo las escaleras y la puerta de mi cuarto permanecía cerrada y una nota estaba pegada en ella.

“Quinn, hemos salido de viaje y te quedaras una semana sola.. Que no representa ningún problema para ti puesto que parece que te mandas igual sola.
Te llamamos en la tarde. Te deje dinero en el cajón de mi cuarto ya sabrás como manejarte. Te quedas sin coche.. Por mientras.

Cuídate. Y que sea la última vez Quinn Fabray.

Mama.”

Uff!!!! Pero qué alivio! Solté una carcajada ante mi propia suerte. Sé que dentro de lo que cabe no es la gran cosa la pelea con mi madre, pero poco a poco aquel pasado se alejaba con cada día y bien hice méritos volviéndome a ganar su confianza que me ha costado. Pero se los debía, a ellos y a mí.

Después de la tormenta siempre viene la calma.. ¿Y después de la calma?

Me tumbé en la cama para tener que pararme nuevamente cuando escuche el celular sonar. Mi felicidad y la suerte que tenía en ese momento se esfumaron el recibir la llamada, que sin ver la pantalla conteste pensando que sería Rachel.

“Vaya que si cuesta localizarte rubia..” – La voz que salía de aquél aparato dejó caer toda mi felicidad como cristal acabado de estallar con un golpe. La reconocí, sabía quién era.. Era la tormenta misma que parecía avecinarse nuevamente. Los nervios recorrieron mi cuerpo.

Solamente tuve una imagen de Nueva York. Abrí los ojos como platos y en ese momento me arrepentí de haber tomado la llamada.

“Puck….” - Apenas y pude pronunciar.

Bien!.. He tardado lo se! Pero no se imaginan la de vueltas y borradores que ha creado este capitulo en mi ahora revolucionaria cabeza.. Si bien lo terminé con los detalles finales despues de ver el musical de Chicago xD.. Espero vean donde!..
Regresando!.. Les prometí darles una ligera review antes de que leyeran el capitulo con el fin de que no les confunda.
Recordemos que en primera instancia, la historia que ha narrado Quinn hasta capitulos anteriores son recuerdos, de como conoció a Rachel; recuerdos que tuvo entre sueños mientras estaba en el hospital, recordemos que el momento que vive Quinn en la actualidad es el de estar en el hospital..
"Rory.. todo son recuerdos.."
Ya va Quinn ya va!.. ¿Que la llevo a quedar en el hospital? ¿La Rachel que vió en el hospital es su Rachel?...... Y retomando la pregunta de Mary04 ¿Que pasó con Fabrevans en NY?... ¿Y que pasó con la llamada de Puck?....
Estamos comenzando a enlazar momentos, y es cuando la historia va tomando sentido, y quizás una que otra duda se vayan solucionando mientras nuevas aparecen.. Pero aun nos falta un recorrido con Quinn..
"Ya, ¿me dejas a mi el resto Rory?"..
Un momento!.. Bien antes de que mi AlterEgo se apodere de mí, solo me queda decirles lo de siempre.. Espero que disfruten el capitulo, y aquí esperando sus comentarios y criticas.. sean buenas o malas siempre son bien recibidas.. Mas sin embargo es bueno que sigan dejando correr la historia.. la maraña se va resolviendo con forme avanzada la historia..
Sin mas!! Los dejo con Quinn.. Disfruten!..
Un saludo! n_n..

Dolor, cansancio, frio, dolor, mareo.. Dios! Tengo ganas de vomitar.. Abro los ojos, estoy.. ¿Dónde estoy?.. Todo gira, veo una luz.. Siento.. Dolor, más dolor.. AH!!! ¿Qué es ese pitido? Agarro mi cabeza y hago presión, ¡no se va!.. ¿De qué viene?.. No alcanzo a entender si cierro los ojos o no, todo me parece igual.

“Quinn.. Hija!” – Escucho la voz de mi madre. - ¿Estas bien? ¿Cielo, que tienes? ¿Qué sientes? ¡Habla hija por dios!”.

¿Mi madre?.. ¿Dónde estoy?.. Mi cuarto, Si, este es mi cuarto.. Estoy casi segura.. ¿Rachel? ¿Hablas como mi madre?..

“Rach… ¿Rachel?.. ¿Dónde está San?..” – No entiendo lo que pasa a mí alrededor, ¿Por qué la voz de mi madre sale de Rachel?

“Sra. Fabray.. – Una voz, la conozco, ¿Dónde?. ‘Es un doctor Quinn’.. ¿Doctor? ¿Que dices Rachel? ‘shhh.. calla’ – Tengo que pedirle que se retire, su hija entra en shock y debemos llevarla a urgencias; su médico hablara con usted”.

“¿Que? ¿Shock? ¿Porque?”. – Otra vez la voz de mi madre.

“Sra. Fabray.. Debe entender, en un momento se le explicara mejor la situación de la señorita”

Se mueve, mi cama se mueve lo puedo sentir, escucho todo.. Pero solo veo a Rachel a mi lado.

“¿Rachel?”. – Pregunto confundida, no tengo ni la menor idea que está pasando.. Este dolor de cabeza es insoportable. Rachel me mira, tiene una sonrisa enternecedora. ‘Shh.. Quinn.. Tranquila.. No pasa nada.. Aquí estoy’.

“Esta en shock, se queja de dolor, respira con dificultad, el ritmo cardiaco es acelerado pero débil, mandíbula tensa y parece tener alteraciones visuales.. No deja de nombrar a una tal Rachel..”

“Necesitamos un neurólogo.. Pronto a urgencias, hay que mantenerla estable…”

¿Quiénes son? Las voces se van apagando.. No las reconozco, no quiero saber..

‘Quinn.. Tranquilízate.. Estas en buenas manos.. No es nada que no te haya pasado antes.. Estas bien.. Cierra los ojos.. Descansa’

“Rachel..” – Fue el último suspiro hasta que la obscuridad invadió nuevamente mi memoria.



Subí a mi apartamento, lo único que buscaba era tranquilidad. Estoy regresando del doctor; dice que Beth está bien y no corre ningún peligro, eso me hace respirar paz; quizás en un principio no todo se dio como debía ser.. Pero que Beth esté bien, realmente me quita un peso de los hombros.

Doy un suspiro a escuchar el ruido dentro del apartamento pues no estoy sola, vivo con Puck. El suspiro es porque sé que me toparé con la misma escena, otra vez.

“Ya no aguanto esto.. Necesito hacer algo.. Es la última vez”. – Con una mano mantengo agarrada la perilla de la puerta y con la otra me dispongo a meter la llave. No es necesario porque la puerta esta abierta. Giro la perilla y cierro los ojos no queriendo ver que o quienes están dentro.

“Hey MILF”. – Puck me saluda sonriente desde la sala, está con sus amigos. Personas que nuevamente desconozco y no pienso conocer.

Me limité a hacer un gesto, una sonrisa, una sonrisa forzada.

“Estoy cansada Puck.. Voy a servirme algo de beber”. - Puck es consciente de la situación, sabe que corro un riesgo mayor si me presenta a todas y cada una de las personas que entran a la casa; yo lo ayudo en lo que puedo, es mi pareja y yo me he metido en ese lío. A pesar de todo le quiero, o al menos eso pensaba, pero las personas tienen un límite y el mío estaba pronto.

En mi mente nunca deje de pensar que había desperdiciado parte de mi vida, por una sola decisión: Estar al lado de Puck. Soy consciente de no poder recuperar el tiempo perdido, y la idea de abandonar esa miserable vida estaba presente desde el día que supe que llevaba dentro de mí una vida que Puck y yo habíamos decidido llamar Beth.

Me aproxime al refrigerador tomando un jugo de naranja, el día era caluroso y tenía una sed casi insaciable. El apartamento era espacioso, afortunadamente Puck tenía el dinero suficiente de solventar nuestros gastos y vivíamos aparentemente bien. No era suficiente, me faltaba algo más. Abandoné todo y a todos, y solo pensaba en regresar a Lima y saber cómo me recibirían mis padres después de todo.

“Mi pequeña mama”. – Puck se acercó a mi abrazándose a mi espalda y rodeando mi ahora notable barriga con sus brazos.

“Puck.. No empieces.. No estoy de humor”. – No mostré sentimiento alguno, me limité a seguir bebiendo jugo de naranja.

“¿Cómo ha ido la cita con el doctor?”. – Preguntaba Puck mientras besaba mi cuello.

“Puck.. Basta.. Enserio que no me apetece ninguna clase de mimos ahora.. – Me aparté del abrazo de Puck. – Deberías considerar el acompañarme a esas citas”.

“Ahg!.. – Puck lanzó un bufido de molestía – Estas hormonal otra vez.. Sabes que no puedo acompañarte a las citas, tengo que estar pendiente del negocio”.

“¿Negocio? ¿Llamas a eso negocio?”. – El tono de la conversación comenzaba a subir. Estoy casi segura que las personas que estaban en la sala nos escuchaban perfectamente.

“Quinn! Ese negocio nos ha pagado todo lo que llevamos hasta ahora”. – Protestó Puck dándole énfasis a la palabra negocio.

“¿Llevamos hasta ahora? Puck! Esto es una mierda! Mira dónde y cómo estamos!”. – Si, este tipo de peleas son normales entre nosotros, llevamos meses con lo mismo.

“Cállate rubia!.. – Puck dio un golpe al refrigerador, para luego girarse y señalarme. – Nadie.. Entiéndelo bien.. Nadie te obligó!”.

Puck tenía razón.. Nadie.. Nadie te obliga a nada.. Las decisiones las toma uno a conciencia ¿Quién iba a pensar en arrepentirse?.. Porque en ese momento nada marcaba al arrepentimiento.

Arrepentimiento.. Quizás una duda, que te lleva a pensar si la situación que pasas es la correcta o no y siempre viene después de una decisión. Pero nadie es perfecto! todos cometemos errores. Pero aquel arrepentirse siempre te lleva a tomar otra decisión: o sigues igual, o cambias tu situación. Y es que a veces, por más duras que sean las palabras, al final son un pequeño empujón.

Aún sostenía el vaso de cristal con jugo de naranja y esquivando la mirada de Puck, salí de la cocina y me dirigí a la recamara. Sabía que Puck no me seguiría, las personas que acompañaban a Puck seguían escuchando todo en la sala y eso solo significaba que iba a regresar con ellas, tenía un “negocio” que cerrar.

Una vez en el cuarto tomé la única maleta que tenía y rápidamente metí lo necesario, sin tomarme la libertad siquiera de doblar la ropa. El tiempo era crítico y Puck ya no tardaba en despedirse de sus amigos. Una vez hecha la maleta la coloque a un lado de la puerta del dormitorio de manera que Puck no la viese si entra buscándome. Tome el vaso con jugo que deje en la mesita del cuarto y bebí.

Cuando Puck se despidió de sus amigos, tal y como lo supuse llegó al cuarto y se apoyó en el marco de la puerta de brazos cruzados. Lo escuché.

“Puck.. Voy a dar en adopción a Beth”. – Hablé con un hilo de voz, tratando de mantener una postura tranquila.

“Que!, No puedes dar en adopción a Beth!”. – Recriminaba Puck, pude sentir la desesperación en sus palabras. A pesar de todo, el chico si quería tener a su hija.

“Puck! Miranos! Vivimos en un pequeño departamento donde los muros apenas se van a caer!.. – Le grité. – ¿Es que no te das cuenta?”

“Y eso que! Puedo hacerlo mejor.. Yo.. Sé que puedo.. – Puck detuvo sus palabras, como buscando en su cabeza las palabras adecuadas.

“Puck basta! No le voy a dar una buena vida a una pequeña donde su papa es un drogdealer y su mama esta que consume drogas y ni siquiera sabe cómo va a nacer!”. –

“¿Te vas a ir?” – Puck se dio cuenta de la maleta.

“Puck.. ¿Cuándo te vas a dar cuenta que esto no es vida?”. – Traté de tranquilizar la situación, de hacerlo reaccionar. Lo intenté

“Cállate!.. No sabes lo que haces!.. – Puck gritaba y agitaba las manos golpeando las paredes. – No puedes hacer nada sin mi”

Aún sostenía el vaso de cristal, ahora estaba vació… No lo dudé

“Te atreves a gritarme una vez más…” – Amenacé señalándolo con un dedo mientras sostenía el vaso con fuerza.

Y lo hizo…

“¿O qué?.. ¿Me vas a dejar?.. bah!. – Hizo un ademan de fastidio y se giró para darme la espalda dispuesto a abandonarme. – Has lo que quieras!”

Y como dije.. No lo dudé.. Con todas mis fuerzas lancé el vaso que fue directo a romperse en la espalda de Puck.. Las astillas volaron por todos lados.

Por el golpe fuerte que se llevó Puck choco con la puerta y calló de espaldas al suelo entre los cristales, con la mirada perdida y agarrándose la nuca, quejándose de dolor, tardó en reaccionar. Mientras lo hacía agarré la maleta que me esperaba a un lado de la puerta y no lo pensé dos veces y me dirigí a la puerta de entrada.

“De esta no te libras!... A donde crees que vas!” – Gritaba desde el cuarto intentando reincorporarse.

“Lejos de ti!.. No soporto más esta situación”. – Abrí la puerta y me topé con el destino de Puck.

“¿Señorita?.. – Quedé como piedra frente a la puerta. Dos policías esperaban del otro lado, y unos cuantos más encapuchados detrás de ellos. – “¿Es esta la residencia de Noah Puckerman?”

“QUINN!!”. – Puck hacía acto de presencia. Podría yo pensar que en el momento preciso.

Con la puerta totalmente abierta, totalmente atónita me giré hacia Puck. Este abrió los ojos como pudo, y reaccione a abrirle paso a los policías que lo reconocieron instantáneamente.

“Noah Puckerman.. Está usted bajo arresto por narcotráfico, Tiene derecho de permanecer en silencio.. Menudo lío Puck”. – Hablaba burlón el Policía mientras esposaban a Puck para llevarselo.

“Yo ya me iba”. – Me dirigí a uno de los policías que me dejó libre el camino; al fin y al cabo no pueden hacerle nada a una joven embarazada.

Salí del edificio apresuradamente y me detuve en la esquina para ver cómo se llevaban a Puck. Ya no tenía nada más que pensar, no sabía si el destino acudía en mi ayuda para enmendar ese arrepentimiento.. No sabía porque las cosas pasaban de esa manera. Solo una cosa era cierta.

“Es imposible que me encuentres después de esto”. – Esas palabras fueron para mí misma, que con un suspiro retomé el camino que llevaba a casa de Sam.

Toqué la puerta y espere a que Sam abriera después de escuchar un ligero “voy” en respuesta.

“Quinn!.. – Sam abría la puerta, y lo primero que hizo fue bajar la mirada y ver mi maleta. – Pero Quinn.. ¿Qué pasó?”

“Sam..” – No soporté más, al verme segura en aquella situación sentí como las piernas me temblaron y me lancé a sus brazos dejando salir amargas lágrimas cargadas de miedo y angustia.

“¿Pero que paso?.. Ven.. Entra.. – Sam cruzó su brazo sobre mis hombros y con la mano libre tomo mi maleta y me dirigió a la sala dejando la maleta a un lado de la entrada. - ¿Te peleaste con Puck?”.

“Sam.. – Me deje vencer en el sillón, y limpiando mis lágrimas me dispuse a contarle lo sucedido. – Se llevaron a Puck.. Es.. Es muy posible que después de él.. Vengan por nosotros”. – No fue suficiente mis lágrimas seguían incontrolables.

“Tranquila Q.. – Sam trataba de tranquilizarme entre sus brazos. – Vamos a salir de esta ya lo verás.. A ti no te pueden hacer nada.. Solo vivías con él”.

“Eso ya veremos después.. – Finalmente dejé de llorar. – Puedo..”

“¿Quedarte aquí? Claro! El tiempo que quieras.. Ya veremos cómo salir adelante” – Finalizó Sam dejandome un beso en la mejilla.




Tengo conocimiento otra vez.. Todo está más tranquilo a mi alrededor..

“Señora Fabray.. – Esa voz.. Rachel me dijo que era el Doctor, le habla a mi madre. – Su hija está estable ahora.. Necesito que preste atención a lo que voy a decirle”.

¿Qué va a decir? ‘Shh.. Quinn.. Calma.. Escucha’ ¿Rachel? ¿Sigues Aquí?

“Si Doctor”. – Respondía mi madre.

“Señora Fabray.. Sabemos que su hija está aquí por intento de suicidio, ahora mismo está estable y la tenemos bajo observación..”

“Eso es bueno!”. – Interrumpía mi madre.

“No he terminado.. Creemos que su hija, padece un trastorno psicológico que la ha llevado a actuar de esa manera en los últimos días… Este trastorno es conocido como TEPT, el TEPT es un Trastorno por Estrés Post-Traumático; nos atrevemos a dar esta información puesto que dentro del cuadro clínico que presenta la Señorita Quinn está el Shock neurogénico que tiene síntomas físicos como dolor en el pecho, dificultad al respirar, fatiga, nauseas, vómitos, mareos, sudoración excesiva, aceleración del ritmo cardiaco, sed, dolores de cabeza, alteraciones visuales, espasmos de la mandíbula, entre otros.. Me veo en la obligación de decirle los síntomas puesto que la gran mayoría de ellos los presentó hace un momento y no dudo que usted haya visto a su hija quejarse por algún dolor o mareo..”

“S-Si.. Si se ha quejado últimamente”. – Respondía mi madre, quien parecía estar preocupada de la situación.

“Ok.. Si bien este trastorno solo puede deberse a algún tipo de exposición a un acontecimiento estresante.. Revisando su historial médico he visto que acudía a un centro de psiquiatría en Nueva York ¿Cierto?”.

“Si.. Es.. Correcto”. – Afirmaba mi mama.

“Ok.. El psiquiatra al que acudió, describió ese trastorno en su historial; sin embargo bajo una anotación dice que este no fue tratado del todo puesto que regreso con ustedes a Lima..”

“Si es verdad.. La llevamos porque parecía desorientada.. Sin embargo vimos mejoría en ella.. Y nos suplicó que la saquemos del centro.. Yo.. Yo la vi afligida.. Rogaba salir de ahí así que pedimos que así fuera y regresamos a Lima”. – Respondía mi madre bajo la atenta mirada del Doctor.

“Bien.. Entiendo su posición.. Como podrá ver suspender este tipo de tratamientos trae consecuencias, puesto que Quinn aún no sabría enfrentarse a situaciones que le induzcan a cierto estrés.. Incluso un recuerdo puede llevarla a un Shock”.

Todo lo que el doctor decía me hacía estremecer, no atinaba a moverme, me limité a escuchar atónita.

“No sabemos qué tan avanzado esté el trastorno, pero es un hecho que es tan grave como para llevarla a cometer actos como el suicidio, un acto que quizás sucedió de manera inconsciente.. Sin duda alguna esos son los resultados de la tormenta existente en la cabeza de su hija si continúa así puede incluso llegar a perder la memoria.. Por la seriedad del caso, nos vemos obligados a dejar a Quinn en observación unos días más, le practicaremos exámenes de re-experimentación donde trataremos de averiguar si hay algún recuerdo que la lleve a ese tipo de estrés mientras es monitoreada para conocer su reacción emocional.. La reacción que tenga bajo este tipo de exámenes será determinante para su tratamiento, reacción que a usted como madre puede afectarle por el comportamiento que pueda llegar a tomar su hija, sin embargo es totalmente normal y no correrá ningún peligro mientras este aquí.. Por lo que debo preguntar, ¿Está totalmente de acuerdo en seguir este tratamiento? ”.

“Haga lo que sea necesario”. – Afirmaba mi madre.

“Bien, prosigamos a llenar el formato..” – El doctor guió a mi madre fuera de la habitación en la que me encontraba.

‘Mi amor.. Tu cabecita está hecha un lio’

“Jajaja, Rachel.. No te burles de mi..” – Rachel seguía a mi lado, nunca se fue. Estuvo conmigo todo este tiempo.

‘No lo hago.. Me gusta saber que llevó a Quinn Fabray a caer rendida en mis brazos’.

Sonreía, la sentía, estaba recostada a mi lado todavía, sentí sus labios besar mi frente mientras ese pitido que se escuchaba mantenía un ritmo al compás de mi corazón.

‘Cuando estabas en Nueva York con Puck tenías 16 años.. No es fácil llevar un embarazo a esa edad.. No imagino todo lo que tuviste que pasar.. Pero aún no llegas a la parte donde eres mi novia.. Cuéntame.. ¿Qué paso cuando llegaste a casa de Sam?’

Las palabras de Rachel fueron suficientes para continuar mi relato. Cerré los ojos y nuevamente me deje llevar………………………….

Hola otra vez!.. Disculpen la tardanza, pero hoy día por fin me tomo un par de minutos para subir la segunda parte del capitulo.
No tengo mucho que decir al respecto, como siempre se agradecen sus comentarios al final, si hay algo que no entiendan les pido disculpas y prometo aclararlo solo háganlo saber.
Este capitulo se lo quiero dedicar a "Mama Madonna" a quien guardaré siempre en mi corazón y que forma parte de mis recuerdos.

Cuando las cosas parecer seguir su rumbo, mejoran hasta cierto punto.. Pero una noticia desconcertante de último momento puede llevarte a un minuto de mutismo absoluto. Sea por no saber cómo llevar la noticia, o el que va a pasar después.

Después de ese día, no volví a saber de Puck, y no volvería a saber de el en los próximos 2 años.. Mi vida tomó nuevo rumbo junto a Sam, sin embargo en Nueva York no solo contaba con el apoyo de Sam, también contaba con el apoyo de la única persona que comprendía cada una de mis palabras, cada uno de mis apuros, y siempre me hacía entrar en razón, su sabiduría era el más puro resultado de cada arruga en sus manos que enmarcaba el paso de los años: La abuelita de Sam.

Cuando Sam me la presentó, no tarde en encariñarme con ella, cuando salía de la escuela pasaba caminando a su casa y siempre me recibía con una sonrisa y un buen plato de comida que devoraba apenas llegaba a mis manos, le seguían horas de plática y risas mientras mirábamos la televisión, a veces Sam estaba en su casa y otras veces yo pasaba solamente para verla.

Un día, saliendo de la escuela Sam pasó a verme, ahora vivíamos juntos y él me apoyaba en las citas con el doctor para conocer el desarrollo de Beth; poco a poco iba tomando cariño al ser que dentro de mí crecía.

La cita no fue diferente, terminamos y nos decidimos a pasar el día con su abuelita que había enfermado. Comimos haciéndole compañía en la cama en la que yacía y las risas vinieron igual que siempre, viendo una película antigua en la televisión.

“Es una lástima que esta preciosura no sea mi nieta.. – Decía la abuelita de Sam mientras acariciaba con cariño el pequeño baloncito que tenía como panza. – Es una lástima que este soquete no sepa conquistar chicas”. – Concluyó dándole un pequeño pero cariñoso golpe a Sam en la cabeza. Ambos reímos por las ocurrencias de su abuela.

“Ay! Abuela!.. Usted no se da cuenta pero la mano la tiene pesada”. – Se quejaba Sam mientras se sobaba la cabeza fingiendo dolor.

“Bah!.. Eres un payaso.. – Refunfuñaba su abuelita, y con una mirada cariñosa se dirigió a mi. – Hija, ese ser que crece dentro de ti es lo más hermoso que te regala la vida, la situación es lo de menos.. Tu siempre debes velar por el bien de esa criatura”.

Me regaló una caricia en la mejilla, mientras yo le devolvía el gesto con una sonrisa llena de cariño. Esas palabras se me quedaron grabadas, y con ellas reafirme la decisión de dar a Beth en adopción.

Después de una maravillosa tarde con la abuela de Sam, ambos regresamos al departamento que ocupábamos.

“Q, ¿Ya sabes que vas a hacer respecto a Beth?”. – Sam se dejó caer al sofá a mi lado mientras alzaba un brazo por encima de mis hombros.

“Si.. – Contesté recargándome en su hombro. – La mejor vida que pueda tener no se la voy a ofrecer yo, quiero que crezca sin problemas, llena de amor.. La voy a dar en adopción”.

“Quinn.. ¿Estás segura? Puede que la pases mal dando ese paso..”

“Si Sam.. – Interrumpí antes de que Sam continuara con su sermón. – Estoy completamente segura.. Es lo mejor que puedo hacer por Beth”.

“Bueno.. Si es así como piensas, no te voy a detener.. Que sepas que voy a estar para ti, apoyándote siempre”. – Sam sonrió mientras terminaba abrazándome contra su pecho.

“Gracias.. Es lo menos que puedo pedirte..” – Respondí dándole un beso en la mejilla.

“¿Y ya sabes a quien se la vas a entregar? Digo! No es que quiera presionarte pero ya llevas 7 meses y sería bueno empezar a buscar por ahí una buena pareja dispuesta a formar una familia”.

“Si, tengo una idea.. El día que fui a la consulta, el último día que fui sola cuando me salí de casa de Puck, conocí a una señora..”

“¿Una señora? ¿Qué tiene de especial una señora que quiera aceptar cuidar de una bebe por ella misma?”.

“Pues.. Platique con ella un rato antes de la consulta, y la verdad se me hizo una buena persona; me dio su número de teléfono y hace unos días salimos a por un café”.

“Ya.. – Sam me miraba serio, pero sabía que lo mataba la curiosidad. - ¿Y qué te hace pensar que ella cuidara bien de Beth?”.

“Ella.. Tuvo una vida difícil Sam.. Me dijo que ella había quedado embarazada igual que yo, pero que su bebe lo había dado en adopción.. Solo supo expresarme lo mucho que se arrepentía de haber tomado esa decisión”.

“¿Y eso no te hizo cambiar de idea?”. – Interrumpía Sam.

“No sigas por ahí.. Escucharla solo me hizo saber que en un futuro quizás yo también podría arrepentirme, pero ella también me dijo que aún tiene contacto con los padres de su hija y aunque no la conozca todavía, piensa que lo va a hacer, y que.. Que fue lo mejor que pudo haber hecho, su hija está bien y que lleva una vida que no le pudo haber dado si se quedaba con ella”.

“Ya.. ¿No te gana la intriga de saber si serás como ella?.. – Preguntaba Sam en un tono bromista. – Soltera y adoptando otro bebe en un futuro!”

“Jaja.. No digas eso Sam.. No sé qué pasará en un futuro.. Pero me quedo con la idea de tomar acciones hoy.. – Respondí levantándome del sillón dirigiéndome a la cocina para tomar un vaso de agua. – Tu abuelita tiene razón eres un payaso”.

“Jaja.. Basta!.. A veces tengo la impresión de que ambas se juntan para hacerme la vida imposible! – Sam se levantó del sofá y se sentó en la barra que dividía la cocina de la sala; un lujo que el apartamento de Sam ofrecía. - ¿Cómo la viste hoy?”.

“¿A tu abuelita? La ví.. Bien! Feliz como siempre, igual de bromista.. – Hablé tras beber un poco de agua. El gesto en la cara de Sam se volvió serio - ¿Qué pasa Samy?”

“No se.. La verdad me preocupa verla así.. – Recargó los codos en la barra y me miró fijo. – No me lo tomes a mal, pero quiero quedarme con ella un tiempo..”

“Pero Sam!.. Estás en tu derecho, por el apartamento y por mi no te preocupes pue..”

“Tranquila Q, no vayas por allá.. – Interrumpió Sam. – Quédate aquí en el apartamento, yo aún tendré mis cosas aquí vendré igual de vez en cuando, es solo como si durmiera con ella, y seguiré pagando el apartamento.. Solo será un tiempo mientras se recupera”.

“Me parece buena idea.. Aunque no me convence eso de que pagues solo tú, ya buscaré que hacer para pagar parte también..”.

“Quinn, no quiero dejarte sola completamente, por lo demás no te preocupes, de verdad.. Además dudo que quieran contratarte para trabajar en tu estado” – La seriedad de Sam realmente me preocupaba.

“Bien, pues.. Muchas gracias por todo, y de verdad que por mí ni te ocupes.. Quédate tranquilo con tu abuelita que yo estaré más que bien”. – Le dije dándole un beso en la mejilla y dirigiéndome nuevamente al sillón para mirar la televisión.

“Perfecto.. ¿Entonces no te molestara que vaya hoy a dormir con ella?..”

“Para nada Sam.. Ocúpate de ella.. Te repito que yo estaré más que bien”. – Respondí dando por finalizada la conversación.


De la última conversación que tuve con Sam no tuvimos otra más, apenas y cruzamos palabras un par de veces. Había pasado 1 mes, yo me limité a seguir en la escuela entre proyectos que me ayudaban a relajarme, pero que envolvían parte de mi tiempo entre las citas con el doctor y demás. Sam iba todas las noches a dormir con su abuelita y las últimas 2 semanas solo llegaba a la casa a darse un baño y coger ropa. No supe más.

Esté día lo recuerdo, era un día lluvioso de febrero; de esos días cuando el clima se vuelve loco y sin razón alguna aparece una de las primeras lluvias del año, el cielo se volvía gris y se avecinaba una tormenta. Llegué al apartamento y deje la bolsa en el sofá y a un lado me senté y me dispuse a ver la televisión. Estaba finalizando un día, un día como cualquiera diría yo.

Apagué la tele desganada y saque la laptop y me dispuse a poner música mientras limpiaba el apartamento, cantando y bailando evitando escuchar los relámpagos de la tormenta; estaba asustada porque estaba sola. Cuando una llamada me hizo apartarme de lo que hacía.

“¿Si?” – Respondí con duda porque el número que aparecía no lo tenía en la agenda.

“¿Quinn?” – Me respondió una voz femenina que tardé en reconocer.

“Si soy yo..” – Respondía aún con la confusión de la llamada, el tono de voz de la chica era serio.

“Quinn.. Soy la novia de Sam.. ¿Me recuerdas?”

“Oh!.. Si si.. Claro.. ¿Qué ocurre?” – La voz de la chica realmente me asustaba.

“Quinn.. No sé cómo decirte esto.. Pero, la abuelita de Sam..” – Pude escuchar a través del teléfono como la chica tragaba saliva.. Y la situación empezaba a preocuparme.

“Vamos! Habla ya! ¿Qué ocurre? ¿Dónde está Sam?” – Me senté en el sillón con los ojos desorbitados.

“Sam te necesita, la abuelita de Sam.. ella.. ahm.. murió en la tarde.. Est..”

“QUE!.. ¿Dónde están?” – Me levanté de golpe del sillón y mi mente se bloqueó.

“Estamos en el velatorio..” – Respondía con un hilo de voz.

“Voy para allá.. Mandame la dirección por mensaje” – Respondí y sin darle tiempo a la chica de contestarme y colgué la llamada.

Me quedé en shock un par de segundos y rápidamente me dirigí al cuarto y me cambié la ropa con lo primero que encontré; con la misma salí y me encamine hacia donde Sam.

Llegué temblando, el nerviosismo me comía, no podía estar pasando.. Era imposible me negaba. ¿Cómo no supe antes? Hubiera ido a verla antes, hubiera hablado con Sam, hubiera mostrado más interés, hubiera, hubiera hubiera!!! Pero, él hubiera ya no existe “El hubiera es el sinónimo de me hice tonta” eso era lo que decía su abuelita.

Entre a la sala donde se encontraba Sam, no había nadie más; solamente Sam su novia y un par de amigos de ellos. Me aproxime, Sam me miró y se lanzó sobre mí abrazándome con dolor, lo sentí ¿Qué haces en una situación así? Lo abracé con fuerza.

“Todo va a ir bien Sam.. Todo está bien”. – Le dije en un susurro.

Sam estaba en shock, no supe que decir, no supe que hacer, simplemente lo acompañe. Me quedé con el cuanto pude. “Sonríe hoy, puede que el mañana no exista” Fue lo último que escuche de la abuelita de Sam en una llamada de teléfono que le hice a Sam el día anterior.

¿Qué sentía entonces? Muchas cosas mezcladas que seguramente no dejé que se desenvolvieran, que pospuse para que no interfirieran con la acción necesaria, tomar las riendas, dar los pasos procedentes. Pensaba entonces que lo que debía de hacer era mostrarme confiada y optimista, ofrecerle una seguridad en que todo iba a resolverse satisfactoriamente.

La tormenta siempre cae, viene y se va. Como pueden haber días difíciles pueden haber días buenos. A partir de ese día, la tormenta se vino sobre mí, los días buenos se veían lejanos. Aún no se expresar claramente lo que sentí ese día, me encariñe mucho con la abuelita de Sam, y hasta cierto punto fue una pérdida para mí también. Ese día marcaría el inicio de la tormenta que ahora se avecinaba contra mi.

Me dedique a ser el apoyo de Sam en el duelo que llevaba. Cambios de humor, a veces se dejaba consumir por la ira y otros días estaba sumido en la tristeza. ¿Qué le dices a tu mejor amigo? ¿Cómo te comportas?


Los días pasan y la situación se tranquilizaba, o al menos era lo que pensaba apenas un par de semanas después.

Sam había salido a hacer las compras de la semana; me tenía bajo un enorme cuidado, no me dejaba moverme y no faltaba mucho para el nacimiento de Beth, te imaginaras la sorpresa, eso era lo que mantenía a Sam de pie. Miraba la televisión buscando algo que me entretenga lo suficiente mientras esperaba a Sam, cuando escuche ruido proveniente del exterior.

Me asomé por la ventana que daba a la avenida principal, y mi asombro fue mayor.

“¡¿Es que no puede haber un día en el que las cosas mejoren?!” – Hable en voz alta mientras buscaba rápidamente el teléfono en mi bolso y le marcaba a Sam.

“Quinn!.. Ya estoy cerca, no desesperes!” – Respondía Sam del otro lado de la línea.

“Sam.. No vengas a la casa!.. Vete!”. – Le conteste a las prisas, no tenía mucho tiempo para hablar.

“¿Quinn que sucede? Me estas asustando..”

“Sam.. La policía está a punto de subir al apartamento están abajo formándose y rodeando el edificio, parece que Puck te ha volcado.. Te lo dije Sam! Te dije que tarde o temprano nos iban a buscar”. – La desesperación se apoderaba de mi.

“Quinn tranquilízate!.. Escúchame, no te van a hacer nada, Puck no es capaz de delatarte a ti, arroja el teléfono y sal del apartamento.. Ya veremos cómo solucionar esto!” – La voz de Sam se tensó y Sam dio por finalizada la llamada.

“Pero… Sam!.. Sam?!.. Demonios!”. – Maldije mientras y me dispuse a mandarle un último mensaje a Sam.

Vete Sam, no te preocupes por mí, estaré bien.. Espero verte pronto.

Metí el teléfono a la bolsa del pantalón y salí del apartamento con nada más que mi celular, las llaves de la casa y la cartera. Caminé rápido por el pasillo que daba al elevador y bajé por él. Cuando las puertas del elevador se abrieron, salí caminando y un policía me detuvo.

“Señorita el edificio está rodeado, le pedimos por favor que salga rápido y se aleje de aquí cuanto antes”. – Me habló un policía mientras me guiaba casi empujándome hacía la salida del edificio mientras unos encapuchados subían a toda prisa las escaleras.

Yo me limité a asentir sin atinar a responder algo, la impresión se veía reflejada en mi cara y con la misma seguí caminando hasta perder de vista el edificio. Las emociones se volcaron, y me detuve en una esquina apoyando mi espalda contra un muro y me deje caer sobre mis rodillas, me lleve una mano a la boca y ahogue un suspiro dejando caer las primeras lágrimas.

Esa fue la última vez que vi a Sam en Nueva York, supuse que partió para Lima.

Cuando recibes un golpe duro hay dos opciones extremas: intentar mitigar sus efectos o exprimirlos y vivirlos con la mayor intensidad posible.




“¿Quinn?.. ¿Estás bien hija?”. – Una dulce voz me despertó del ensueño.

Abrí los ojos como pude, le mantuve la mirada detenidamente buscando alguna respuesta en mi cabeza, la desesperación se apoderaba de mi…

“Quinn.. Quién.. Quién es Quinn?”…......................

Hola gente!.. Mil disculpas! (Eso ya se me va haciendo costumbre) No he actualizado en casi un mes! Un mes demasiado movido para mi! A veces tu tiempo se ve ocupado por tu actividad cotidiana y tus "tiempos libres" lo ocupan pensamientos y/o recuerdos o que se yo!.. Pero este mes definitivamente no me ha ayudado mucho al Fic pues no he adelantado nada! Espero agarrarme tiempo pronto! Mientras eso sucede les seguiré pidiendo miles de disculpas.. Pero para que me entiendan les comento que ando buscando el tema para mi tesis mientras veo la manera de resolver ciertos conflictos académicos que me tienen en la "cuerda floja" por un mal entendido que tuve con un profesor.. No les ha pasado que a veces les sale su lado Fabray o Snyx y contestan? Bueno! Por experiencia propia traten de contenerlo! A la larga y por semestres no trae buenos resultados T___T..
En fin! Como quería empezar a decirles, les dejo el siguiente capitulo, que yo considero un "capitulo de relleno" que no resuelve muchas dudas como: Donde esta Berry? o Que pasó con la llamada de Puck? mejor aún: Y el bebe de Quinn?..
Porque nunca completo los recuerdos y se los dejo a medias! xD Pero denle tiempo a la historia que ya verán por que Quinn perdió la memoria; en efecto es algo relevante para ella y aun falta la historia!.. Mientras me perdía en mi mente escribía en mi celular algunas cosillas más para agregarle al Fic que está la idea pero aun faltan unos cuantos capítulos para acabar la historia.. Considero sacar una continuación.
Sin más les dejó el capitulo que espero que lo disfruten tanto como yo disfruté escribirlo, hay un recuerdo por ahí demasiado tierno. Espero sacarles una sonrisa con ello.
Un saludo! y como siempre: Esperando que estén más que bien! y espero sus comentarios! :) Que aunque no crezcan me sorprende como lo que crece son las vistas. Exito! Y que tengan buen día!. Les dejo con Quinn.

Pude sentir mis ojos abrirse, pero la vista me nublaba; una silueta de una mujer adulta de cabello rubio y recogido estaba frente a mi.

“Quinn?.. ¿Quién es Quinn?..” – Dudé, buscaba algún punto de referencia, pero dentro de mi solo podía oír dos voces, la mía y otra que no distinguía. La mujer adulta se alejó corriendo y tardo quizás un par de segundos, fue muy rápida a mi pensar.

“Hola!.. – Me saludó efusivamente una voz masculina. – Veo que ya despertaste.. ¿Me puedes decir cómo te llamas?”.

“Amh.. Yo…. – Sacudí la cabeza y me lleve las manos a la frente sosteniéndola, un dolor agudo (posiblemente aquellas voces que no alcanzaba a distinguir) me impedía aclarar mi mente. – Como me llamo..”

“ Si.. Tu nombre”.

‘¿Tu Nombre?’

‘Quinn Fabray.. Hija de Judy y Russel Fabray..’

‘Bienvenida.. Sigueme’ – Aquello se escuchó fuerte y claro como un recuerdo latente.

“Mi nombre.. – Levante la vista que poco a poco se iba aclarando y mire los ojos cafés de aquel hombre sentado frente a mi y esbozando una sonrisa sarcástica respondí – Quinn.. Quinn Fabray”.

“Bien Quinn.. – El hombre hizo unas anotaciones en una tabla con hojas que tenía en mano, lo observe detenidamente tratando de descifrar aquello que escribía. – Y.. ¿Tus padres son?”

“¿Me estas jodiendo?.. ¿Esperas que conteste cada una de tus preguntas sin que me digas que está pasando? – La indiferencia del hombre que seguía en sus anotaciones llegaba a sacarme de quicio. – Primero dime donde estoy y luego continuo respondiéndote”.

“Bien, tienes un trato.. – Respondió con una sonrisa mientras continuaba escribiendo. – Estas en el Hospital Memorial de Lima.. – Levantó la vista para enfrentarme con la mirada. - ¿Tus padres son?”.

“Russel y Judy Fabray.. – Respondí con desgano, realmente me la jugó. - ¿Alguna otra pregunta?”.

“Veo que nos levantamos de malas.. – Se dejó caer en el respaldo de la silla en la que estaba sentado dejando la tabla sobre sus piernas y soltó una pequeña risita. - ¿Puedes describirme a tu madre?. – Entrelazó sus manos tocándose la barbilla con los dedos y retándome aún con la mirada.

“Definitivamente.. Esto tiene que ser una broma.. Una cruel broma.. – Le devolví la risa sarcástica y sin dar señales del claro dolor de cabeza que tenía, me acomode respaldándome de la fría almohada sobre la cama y señale a la mujer rubia que se encontraba recargada en la puerta del pequeño cuarto en el que estaba. – Ella es mi madre, no necesito describirla”

“Bien..” – Retomó su posición y continuó escribiendo. Me lleve una mano a la frente queriendo presionar y así apaciguar el dolor agudo que sentía mientras conversaba con el extraño hombre de bata blanca, que supuse era un doctor de aquel hospital. - ¿Te encuentras bien? – Preguntó generosamente.

“Si.. – Respondí de manera seca. – Solo me harta que me pregunte estupideces”.

“Hablando de estupideces.. – Sonrió y extendió su mano pasándome una hoja que tenía impreso un complicado formato. – Puedes firmar aquí, después de leerlo y pones la fecha de hoy antes de la firma por favor”.

Levanté una ceja y lo miré fijo a modo de reproche mientras extendía mi mano agarrando la hoja y el bolígrafo que me ofrecía. Miré el papel y comencé a leer; no había nada más que letras y uno que otro espacio en blanco, otros espacios estaban escritos por la letra del doctor donde aparecía mi nombre y el de mis padres. Leí rápidamente y me dispuse a hacer lo indicado. Dudé, apoye el bolígrafo dispuesta a escribir y dudé; levante la vista buscando con la mirada al doctor.

“¿Qué sucede Quinn?”. – Preguntó aún despreocupado.

“Ahm.. – Regrese la mirada al documento pensando en encontrar una respuesta. ’23 de febrero.. No, no.. Quinnie es Octubre, definitivamente es Octubre.. ¿Qué? ¿Estás loca? Hoy es..’. – BASTA! – Grité queriendo callar aquellas dos voces de mi cabeza; aventé el formato hacía el doctor que rápidamente busco la hoja que volaba en el aire mientras recibía un golpe por el bolígrafo que también arrojé. – No.. No sé que fecha es hoy”. – Me volví a llevar las manos a la cabeza y me recosté frustrada dándole la espalda al doctor.

“Tu nunca cambias Fabray.. Quizás tu físico sí, estas un poco más pálida de lo normal, pareces un fantasma.. Pero tu orgullo Fabray, sigue siendo el mismo”. – Me sonrió una morena que entraba por la puerta saludando a mi madre.

“Santana!..” – Me incorporé rápido para recibir a mi amiga.

“¿La reconoces?” – Preguntó el doctor.

“¿Pero que dices?.. Claro que la conozco! Es mi mejor amiga – Respondí indiferente – De lo contrario no la hubiera nombrado”. – Sentencié recibiendo un abrazo de la latina.

“¿De dónde?”. – Volvió a preguntar. La latina se deshizo del abrazo y me dio una mirada cómplice ironizando las preguntas del doctor, por alguna extraña razón presentí que la latina no respondería como normalmente hacía ante esas situaciones; me dedico una sonrisa despreocupante y miró confusa al doctor para luego regresar la mirada hacia mi con un dejo más serio y lleno de preocupación esperando escuchar alguna respuesta.

Dude.. Sí, conocía a la latina, es mi mejor amiga, mi hermana. ¿De dónde? Bajé la mirada hacia mis manos que se movían inquietas.

“Quinn.. Sé que es horario de visita pero antes de dejarlas solas para que platiquen debo hablar con tu madre y con Santana antes.. – Dijo encaminándose hacia la puerta esperando que lo acompañasen. – Si me permiten podemos hablar afuera”.

Santana y mi madre siguieron al doctor, una vez cruzado el umbral de la puerta la cerraron, al parecer nadie quería que escuchase aquello que el doctor tuviera que decirles. Pero eso no era un impedimento para mi, tenía que saber; en mi mente solo hablaban esas voces y el dolor, aunque lo ignoraba, seguía presente. Me levanté como pude de aquella cama, mis piernas eran débiles y con trabajo me sostuvieron el tiempo suficiente para acercarme a la puerta y escuchar la conversación “privada”.

“… Todo apunta a que Quinn tiene un bloqueo de memoria como le mencione con anterioridad; creemos que ha recordado o revivido algún momento traumático para ella y el cerebro en defensa bloquea todo recuerdo que pueda llegar a perjudicar su estado de salud.. Puede ser algún accidente vivido o un suceso problemático al que le haya dado importancia, eso aún no lo sabemos bien. El bloqueo puede deberse a haber recordado aquel incidente o problema, o incluso recordar a una persona relacionada con ello..”

“¿Está diciendo que Quinn no tiene memoria?”

“No necesariamente.. Quinn parece ser capaz de recordar pequeñas cosas, incluso todo conocimiento empírico que tuvo alguna vez y quizás también lo relacionado a lo académico.. Lo que Quinn parece no recordar son ciertas situaciones”

“Pero Quinn me recuerda a mi…”

“En efecto y eres un claro ejemplo de ello; Quinn sabe que eres Santana su mejor amiga, pero no sabe dónde te conoció; sabe quiénes son sus padres y como se llama, pero no sabe qué día es hoy..”

“¿Hay alguna posibilidad de que recupere la memoria?”

“Si la hay, como dije el bloqueo fue un estado de autoprotección; eventualmente recuperará la memoria, poco a poco el cerebro irá destapando todos sus recuerdos siempre y cuando Quinn esté tranquila y no pase situaciones que rompan esa tranquilidad..”

“Eso es bueno..”

“Si, pero eso no quita que debamos estar preparados cuando Quinn recuerde aquel punto de estrés; el ver a una persona incluida en aquel recuerdo o pasar una situación similar puede destapar todo de un solo golpe; sería demasiada información para procesar..”

“¿Qué pasaría?”

“No lo sabemos, puede ser desde un nuevo shock neurológico hasta cambios emocionales que pueden ir desde lo depresivo a una ansiedad difícil de controlar o un estado de paranoia; todo va a depender de que tan traumático sea el recuerdo de su hija.. Todo dependerá de ella y su interacción con su alrededor.”

“¿Qué puedo hacer yo como su amiga? Porque supongo que todo esto también me lo dice por algo”

“Quinn te preguntara cosas de su pasado, trata de mencionarle recuerdos que hayan pasado que sean, digamos felices, solo trata de mantenerla tranquila, que ella sola vaya recordando.. Quizás se queje mucho de dolores de cabeza, cuando eso suceda será mejor dejarla descansar y…”

Escuché demasiado, toda aquella información era demasiado para mí; me llevé las manos a la cabeza controlando esas punzadas que se hacían cada vez más presentes avanzada la conversación. Decidí ignorar lo demás y regresar a la cama, me recosté y tallándome los ojos decidí esperar a que alguien entrara.

‘No! Sueltame!.. Vete! Te dije que te quiero lejos de mi! Lejos de mi vida!...... 1 año, 1 año 6 meses.. 2 años! Felicidades……… Te amo……… Quinn Bienvenida!........ Cállate Santana!...’

“Basta… Basta!... BASTA! – Grité llevándome las manos a la cabeza y haciendo presión. – SAN!!!”

“Hey, hey!.. – Santana abrió la puerta de golpe y se acercó a mi con preocupación; detrás de ella entraron Judy y el molesto doctor. – ¿Que pasa rubia?”.

“Diles.. Dile que me quite el dolor de cabeza y que se vayan de aquí.. – Hablé entrecortadamente aún con las manos en la cabeza recargándome en Santana que rápidamente reacciono a abrazarme. – Quiero estar tranquila”.

“Bien Quinn, te pondré un analgésico y te dejaremos hablar con Santana” – Afirmó el doctor escuchando mi petición.

El buen hombre, debo decir muy paciente con mi incontrolable humor; se aproximó y me inyecto un fuerte analgésico que me dejaba respirar con tranquilidad. Antes de alejarse rápidamente lo tomé del brazo haciendo que este se girara con delicadeza y nuestras miradas chocaran.

“Sólo quiero irme de aquí pronto.. Si he perdido la memoria ya, no tiene caso que me quede; un par de sesiones con quien destape mi cabeza deben ser más que suficientes..” – Rogué con la mirada.

“Tranquila Señorita Fabray.. Por lo mientras descanse y luego hablamos”.

Asentí satisfecha con la respuesta. El doctor y mi madre salieron del cuarto dejándome a solas con la latina. No necesitaba palabras, la simple compañía de Santana me hacía sentir mejor; notaba la intranquilidad de la latina al no encontrar palabras para mi.

“Nos conocimos hace 8 años en la primaria… - Sonrió recordando aquella situación, yo simplemente la observé y la escuche atenta, rogando que aquel recuerdo que Santana estaba a punto de contarme aún permaneciera en mi memoria; o simplemente lograr recordarlo cuando escuchase.


- Flashback -

“Hola pequeña.. ¿Tu nombre?” – Me decía una mujer de color, tení unos 35 años; era alta, delgada, de cabello largo pasando sus hombros y totalmente rizado de un color castaño claro, no me ocupo en describir su cara pero daba la impresión de estar siempre molesta.

“Quinn.. Quinn Fabray.. Soy hija de Judy y Russel Fabray.. – Sonreí con esa superioridad que me caracteriza desde ese entonces. – Recién me transfirieron a esta primaria y busco el salón del 4° Año.. Estoy un poco perdida” – Me encogí de hombros.

“Bienvenida Quinn.. Sígueme, Yo soy tu nueva maestra.. – Se dirigió a mí para luego seguir caminando apresuradamente. – Vamos date prisa”.

Apresure mis cortos pasos para estar a la misma altura de la maestra. Una vez en el salón me indicó una silla donde sentarme; la única que quedaba vacía era una de las más alejadas del pizarrón.

“Buenos días niños!.. – Todos saludaron de la misma manera. – Les presento a su nueva compañera, Quinn, recién la transfieren a nuestra escuela, sean buenos”.

Todos regresaron la mirada hacia al fondo del salón, sonreí ante la incomodidad. La profesora anunció tenía que salir rápido y el pequeño salón saltó en bullicio, como era muy pronto para tener amiguitos saque un libro que traía leyendas de la luna (obviamente era para niños); desde muy pequeña encontré cierta fascinación por la luna y las estrellas.

Me encontré leyéndolo cuando una morena mano dejó caer mi libro con brusquedad. Levante la mirada buscando a la causante de aquella molesta situación.

“Bien pequeña rubia de ojos claros, solo quiero dejar claro algo.. Soy Santana Lopez y aquí mando yo, y todos me tienen respeto, solo quiero dejarte claro que yo no soy alguien que quisieras tener de enemiga”. – Sentenció la morena inclinándose hacia mi queriendo intimidarme.

“Bien.. Pequeña niña color canela de rasgos latinos, sólo quiero dejarte claro que YO Quinn Fabray no me voy a dejar intimidar por tu forma de ser odiosa”. – Sonreí sarcásticamente y cruce los brazos sosteniéndole la mirada.

“¿Mi forma de ser odiosa? ¿Que no te estas escuchando? La odiosa pareces tú..” – Continuó hablando la latina señalándome con un dedo.

“No peleen por favor.. Santy no empieces, no te ha hecho nada”. – Intervino una pequeña rubia de ojos azules.

“Tranquila Britt.. Solo quiero dejarle claro a la ojos verdes que aunque tenga padres ricachones, que así parece, conmigo no debería tener problemas si es que quiere sobrevivir”. – Continuaba desafiante la morena.

“¿Y qué si mis padres son ricachones? Al menos no me muero de hambre a diferencia tuya que parece ser que sí por lo flacucha que estas”. – Sentencié a modo de defensa levantándome de mi asiento quedando de frente a Santana cuyos ojos parecían anunciarme una muerte lenta.

“¿Quién te crees? – Gritó dándome un fuerte empujón que me desequilibró. – No eres nada más que una pequeña blanca debilucha..”

El discurso de Santana fue silenciado por una fuerte cachetada, el descontrol se apoderaba de mí e intentando intimidarla con la mirada sostuve mi posición. La latina clavó nuevamente la vista en mi agarrándose una mejilla y con la boca entre abierta; con la misma fuerza me regresó la cachetada. Ambas quedamos atónitas cubriendo la mejilla con una mano.

“SANTANA! QUINN! Se me van ambas a la dirección!”. – Gritó la maestra que recién llegaba, presenciando la escena armada entre la latina y yo.

- Fin Flashback -


“Y nada parece cambiar hasta la fecha”. – Reía Santana contagiándome de su risa.
Ambas reímos hasta faltarnos la respiración, poco a poco fueron cesando y tomando una bocanada de aire, hablé.

“Solo espero poder recordar más momentos como ese..” – Me deje caer vencida sobre la almohada, sonreí tristemente.

“Tranquila rubia, el doctor dice que vas a poder recordarlo todo.. – Esbozo una media sonrisa acompañada de una cariñosa caricia en mi hombro. – Algún día”. – Sentenció.

“Me siento frustrada San.. Solo pude saber quién soy por un recuerdo que me vino a la mente.. El hecho de no saber nada es atemorizante, ni siquiera sé como soy o que hago.. – Resoplé y sentí un mechón de cabello que rozó con mi frente, me lleve la mano tocando el mechón. - ¿Siempre he tenido el cabello corto?”.

“Jajaja.. De niña lo tenías presumidamente largo y siempre lo llevabas en una diadema, como Alicia en el País de las Maravillas.. – Reímos. – Y así lo mantuviste hasta que.. – Sacudió la cabeza dejando de lado el comentario que empezaba. – Hace como 2 años que te lo cortaste y desde entonces siempre lo traes despreocupado.. Pero debo admitir que me encanta y no soy la única que piensa así”. – Sonrió.

“¿Quién más piensa así?”. – Pregunté incrédula.

“Bueno pues..”

“Espera!.. – Interrumpí. – Antes de que me digas.. ¿Por qué detuviste tu comentario? Lo mantuve así hasta que ¡¿Qué?!”. – La miré y crucé los brazos esperando una respuesta.

“¿Qué?.. – Miró a todos lados implorando alguna interrupción. – Estas delirando rubia, yo no dije nada así”. – cruzó los brazos y sacudió la cabeza irónicamente dándome a entender que estaba loca.

“Buenas noticias Quinn! – Saludaba el doctor entrando nuevamente a la habitación. La interrupción que Santana esperaba, pude notarlo en su gesto. – Puedes salir del hospital, te hemos dado el alta para que descanses en tu casa tranquila”.

“¿Qué? – La noticia del doctor me agarro por sorpresa. – Pero.. No llevo mucho tiempo aquí”.

“Quinn.. Sé cuál es la pregunta que intentaste ocultar, no te preocupes, por lo de tu memoria serás tratada en otra clínica; pero he decidido darte unas semanas de vacaciones antes.. – Sonrió el doctor. - Puedes empezar a alistarte con ayuda de Santana.. – Se dirigió a la latina dándole una mochila. – Tu madre se encargó de traerte ropa y en unos minutos viene con tu padre para que puedan irse”.
Asentí con una sonrisa cargada de felicidad, expresando la alegría que me causaba salir de ese horrendo lugar. Me puse la ropa que mi madre metió en la maleta y la esperé.

Una vez en casa, todo parecía nuevo, observe la entrada de la casa y deduje qué, cómo me platicó Santana: Mis padres eran ricachones. Mi padre abrió la puerta y se hizo a un lado dejándome entrar primero; me llevé la mochila al hombro y contemple absorta el interior de la casa hasta colocar la mirada en las escaleras de madera.

“Bienvenida a casa mi corderito.. – Dijo mi madre acariciándome la mejilla. – Sube a tu habitación, será mejor que descanses”.

“Sí.. – Asentí con cariño; di un par de pasos y me detuve, giré hacia mis padres con la mirada en el piso. – D.. Dónde.. Ahm.. ¿Cuál es mi habitación?”. – Pregunté, la frustración de no recordar siquiera mi habitación levantaba mi ya reflejado mal humor. Jugué con mis manos inquieta mientras esperaba una respuesta.

Madre me observó con tristeza y se llevó una mano a la boca ahogando un suspiro. Jugué con mayor fuerza mis manos, me rompía el corazón ver la preocupación de mi madre.

“Ven, vamos.. – Habló mi padre. – Yo te guío y te doy un pequeño tour mientras tu madre prepara algo de cenar.. ¿Judy?”. – Dibujó una media sonrisa y me tomó del hombro, dándole una última mirada a mi madre con la esperanza que saliera de su trance y se dirigiera a la cocina. Asentí y me dejé guiar.

Una vez en mi habitación y después de haberla examinado curiosamente, me senté a orillas de la cama y me miré en aquél espejo que yacía despreocupado sobre un tocador frente a mi. Me llevé las manos a la cara e inspeccione cada una de mis facciones con el tacto para luego agarrarme el cabello. Le di la razón a la latina, mi cabello era corto y despreocupado.

Era la primera vez, según yo, que miraba mi reflejo.

A veces existen esos fantasmas que te aterran durante toda la vida, aunque el encuentro no vaya más allá de un par de días, meses o incluso años. Se vuelve aterrador toda la vida, por el simple recuerdo que queda marcando como una cicatriz. Cicatriz que te hace fuerte con el paso del tiempo. ¿Pero que no darías por reprimir aquellos recuerdos perturbadores? Él hubiera no existe y muchas veces esos fantasmas nos encuentran por “errores” que no supimos reconocer, o que ya era demasiado tarde cuando lo reconoces.

Puede considerarse un privilegio la pérdida de memoria. Pero a la vez puede ser un castigo, llámalo karma o como quieras, pero esa sensación de no saber nada o perder parte de esos recuerdos.. Es tan doloroso como recordar aquella cicatriz, porque al final de cuentas, la cicatriz forma una parte de ti.. Perderlo, es perder esa parte tuya.

Hola hola! Queridos lectores! y no tardo con las disculpas! Pero ha sido un mes algo agitado y no he tenido un tiempito para actualizar, ni siquiera me he podido poner al corriente con otros Fics que estoy leyendo! :(..
Pero si, es verdad aquello de más vale tarde que nunca!. En fin rapidamente les dejo la actualización del capitulo. Si bien quiero aclarar algo antes.
1) Este capitulo estaba dividido en 2 partes, por mi tardanza y para no seguir castigandolos, especialmente aquellos quienes de verdad van disfrutando la historia y me siguen capitulo con capitulo, he decidido poner el capitulo entero! Sin intermedios! Por ustedes!. Quizás es un poco largo, pero espero llegue a cautivarles tanto como a mi me ha cautivado el escribirlo. Difruté mucho al escribirlo y ha sido uno de mis favoritos!
2) Aunque me tarde los miles de dias! Seguiré actualizando! no piensen que lo dejare! no no no! xD.. Es mi historia y me fascina escribirla. Espero me comprendan y sepan tenerme un poco de paciencia.
3) Este capitulo lleva incluido un video de uno de mis artistas favoritos, Les gusta The Cranberries?.. Bueno Dolores O'riordan a pesar de andar como solista sigue teniendo ese toque que el grupo tenía!. Espero la hayan oido antes!. Así que les dejo dos opciones: 1, les recomiendo que mientras leen el final pongan la canción es mas llegador, pero si se me distraen, 2, disfruten la canción y continuen con la lectura :3.
Un gran abrazo de Fenix! Y espero sus comentarios! Porque al final son los que te motivan a continuar con la historia! que en su efecto.. Llegando al climax esta.

Les dejo con Quinn.

Existe un solo hecho que uno trata de descubrir a lo largo de los años; para esto puede pasar 15, 17, 20 años y aún no conocerlo del todo, aunque científicamente se dice que este descubrimiento lo encuentras a los 30 años (aproximadamente), no podemos evitar vernos en su busqueda desde el preciso momento en que abres los ojos al despertar. Y no, no hablo del amor, hablo del hecho de encontrarnos a nosotros mismos. Hecho que nos conlleva a alcanzar todo eso que añoramos, nuestros sueños, la meta alcanzable.. O cómo le quieras llamar, resumidamente: madurar. Y todo eso solo lo encuentras en tus recuerdos, en el análisis de estos. ¿Quién eres? ¿Cómo llegaste hasta el día de hoy? Preguntas que siempre están en tu cabeza desde el instante en que te levantas de la cama.

Dos semanas después de haber salido de ese hospital, mi madre no me dejo hacer mucho en la casa, más que ordenarme a “descansar” y con eso quiero decir que de mi cuarto no pude salir en esas dos largas semanas; solo bajaba a desayunar, almorzar o cenar; aunque para esta última tenía dos opciones: bajar al comedor o cenar en mi cuarto; siempre opté por la última, pues si bien no podía hacer nada; mi cena siempre era bajo la compañía de mis dos mejores amigas Santana y Brittany, que gracias a la primera, pude desempolvar un muy viejo recuerdo, aquello me ayudó a comprender que si buscaba dentro de mí, eventualmente tendría respuesta a aquellas preguntas.

Ese día, me levante decidida a buscar una respuesta. Me incorpore con la mirada todavía adormilada, intentando acomodarme la corta melena rubia mientras me veía al espejo, sin retocarlo mucho, pues me encantaba aquel look descuidado. Baje las escaleras como rutina habitual dispuesta a desayunar, mis padres se encontraban sentados en la mesa.

“Buenos días”. – Saludé, mientras tomaba mi lugar en la mesa del comedor.

“Buenos días hija”. – Respondió mi padre, para después beber un sorbo de la humeante taza de café que sostenía con una mano, mientras que con la otra sostenía un periódico sobre la mesa.

“Buenos días corderito.. – Sonreía mi madre acercándome un nutritivo desayuno y un vaso de jugo de naranja. Le sonreí dulcemente cuando mi madre dejo un pequeño beso en mi frente. – ¿Qué tal dormiste?”.

Mi respuesta fue un sencillo y despreocupado “Bien”; como siempre cada quien disfrutaba de su desayuno en silencio. Ambos evitaban temas de conversación referentes a mi. Terminando el desayuno siempre hablábamos lo cotidiano, lo que pasaría en el hoy o alguna novedad del día anterior. Yo no tenía ninguna, así que oscilaba la mirada entre ambos mientras mantenían una conversación referente a un cliente de mi papa.

“Mama.. Papa.. – Comencé captando la atención de ambos. – Ahm, yo.. Sé que nadie puede decirme nada, y no es algo que quiera reprochar.. Pero esta situación me incomoda un poco, y pues.. Si voy a seguir con mi vida, ahm.. pues.. me gustaría.. salir un rato con San y Britt y disfrutar un poco el sol – Esto último salió de mi boca rápidamente esperando atenta la respuesta que no parecía llegar. – Bueno, no hay ningún inconveniente, puedo, puedo seguir aquí encerrada sin hacer nada y esperarlas a que lleguen en la noche. – Dije sin convencerme al ver la expresión de ambos que abrían los ojos preocupados y se miraban buscando quien era el que debía hablar.

“Yo.. No sé si eso sea conveniente Quinn..” – Atinó a decir mi madre mientras se levantaba rápidamente de la mesa recogiendo los platos evitando la conversación. Ella dijo Quinn, se refirió a mi como Quinn; por lo que eso no debía ser algo bueno.

“Judy.. – Resopló mi padre un poco resignado, y con un pequeño halo de comprensión me regresó la mirada. – ¿Solo vas con Britt y San?”.

“Sí..” – Respondí.

“¿Y qué van a hacer?”

“No sé, quería ir a caminar por el parque o a cualquier lugar que ellas me lleven.. – Me pareció mirar una respuesta afirmativa en los ojos de mi padre, así que intenté convencerlo. – Después de todo, no recuerdo nada, por lo que no conozco nada, y me gustaría hacerlo al menos para saber si es así o quizás si reconozca algo.. No sé, solo decía..”

“Bien, supongo que no hay nada de malo en eso” – Finalizó mi padre.

“¿Eso es un sí?” – Pregunté incrédula con la respuesta.

“Russel!”. – Se escuchó a mi madre recriminar a mi padre desde la cocina.

“Tranquila Judy.. Es solo una salida, además de que le hace falta tomar el sol, tu hija casi parece un vampiro paliducho como los que brillaban en aquella película que vimos la otra vez en el cine.. A lo mejor y recuerda que le gusta la fotografía.” – Respondía guiñándome un ojo a manera cómplice.

“¿Me gusta la fotografía?”. – Respondí abriendo los ojos, me gustaba la idea de ese pequeño pasatiempo.

“RUSSEL!.. Se supone que no…” – Las palabras de mi madre se vieron interrumpidas.

“Calma Judy.. Siempre fui fiel admirador de sus fotos, no veo por qué no pueda hacerlo y de paso recoger la cámara que está en un cajón de su tocador mientras pasea por la ciudad en compañía de Santana y Brittany.. Además si mal no recuerdo ¿Santana sabe manejar no? – Me encogí de hombros esperando respuesta. – Yo se que sí, vayan en tu coche y que maneje ella, las llaves están en el porta llaves a un lado de la puerta junto con las llaves de la casa”. – Me guiño el ojo por última vez.

Ante el sí tan divertido, me levante rápidamente de la silla dándole un abrazo, y corrí hasta mi cuarto evitando escuchar el reproche que seguramente daría mi madre hacia el otro. Sabía que mis padres me estaban sobreprotegiendo, sin duda alguna instrucción de aquel pesado doctor; situación que me desesperaba y yo me hacía notar con claridad. Cogí el celular que me dieron mis padres, el cual tenía solamente los números de San, Britt y el de ellos y marque el primero de estos.

“Uff rubia!.. Son las 9 am y recién empiezo a disfrutar mis vacaciones escolares y tienes que llamarme a esta hora.. Más te vale que sea algo bueno!” – Respondía molesta la latina.

“Buenos días para ti también gruñona” – Hablé ignorando el comentario de Santana.

“Habla..”

“Bueno es que, mis padres me dieron permiso de salir a caminar un rato, pero solo puedo hacerlo si es con ustedes.. Estoy harta de estar como león enjaulado, y me viene bien un poco de aire y reconocer un poco la ciudad” – Sonreí, la primera enorme sonrisa que desprendía en mis dos largas semanas de recuerdos, esperando por la respuesta de la latina.

“Uffa.. Tranquila LionQuinn, tampoco es para tanto.. – Del otro lado de la línea pude escuchar una leve sonrisa de la latina. – Bien, dos cosas, uno más te vale controlar esa hiperactividad que me saca de quicio y dos, déjamelo todo a mí que se dónde llevarte, me pongo de acuerdo con Britt y te vemos en un rato”

“Perfecto! Aquí las espero” – Finalicé la llamada.

Me dirigí al guardaropa pensando en que ponerme para salir y me encamine a la ducha, me quité la venda que tenía en el brazo izquierdo dejando ver una profunda herida que apenas cicatrizó, mientras pensaba en lo que me dijo mi padre. ¿Cómo no se me había ocurrido revisar los cajones? Salí del baño y abrí el primer cajón del tocador, por un momento dudé en revisar todo lo que tenía ahí guardado pero el timbre de la casa interrumpió mis pensamientos limitándome a buscar aquella cámara y tras comprobar que todavía tenía batería suficiente me la colgué del cuello y bajé para encontrarme con las niñas.

“wow rubia!.. ¿Quién diría que alguna vez tendría el placer de manejar tu precioso convertible rojo?” – Reía Santana mientras manejaba por la carretera.

“Jaja.. Santana no se lo hubieras recordado!”. – Britt siguió inocentemente el chiste de la latina. San dirigió rápido su mirada hacia mi luego de aquel comentario, queriendo averiguar mi reacción.

“Sin duda.. – Respondí de manera sería para después sonreír y evitar destruir aquella buena vibra que me llenaba. – Si lo recordara, no estuvieras manejando.. Aún así ni siquiera estoy segura de saber usarlo por mi cuenta.. jajaja”. – Las tres estallamos en risas.

Santana estaciono cerca del parque central, el único de lima al que, bueno casi siempre vamos; o al menos eso entendí después de que Brittany lo mencionara.

Caminaba delante de ellas con la cámara en mano. No sabía porque, pero aquel parque me daba una extraña sensación, quizás algo de culpa, tristeza, no eso no, melancolía tal vez; como ese raro y espantoso sentimiento de haber estado ahí antes bajo alguna situación que no haya sido grata; al menos para mí porque San y Britt iban tomadas de las manos caminando sin preocupaciones.

El parque estaba lleno de gente, había rampas por todos lados donde los chicos hacían acrobacias en patineta, bicicletas y demás, los “adultos” caminaban despreocupados por los alrededores. Preparé la cámara dispuesta a sacar fotografías, una de un chico que hacía acrobacias en el aire con su tabla, una feliz pareja sentada en una banca donde las palmeras los resaltaban, una de las manos entrelazadas de mis amigas, y una de una chica que caminaba a lo lejos, una chica que me cautivo, la luz del sol al contraste con su piel deslumbraba, caminaba erguida pero con un semblante de preocupación, iba sola; habré tomado cinco fotos de aquella chica en el que solo se veía su larga cabellera y parte de su perfil, estaba completamente de espaldas y nunca vi sus ojos con claridad.

Me habré quedado inmóvil un par de minutos mientras contemplaba las fotografías cuando la voz de Santana me sacó del trance.

“No puede ser.. ¿Es Finn?”. – Se dirigía a Brittany. Ambas parecían preocupadas.

“¿Finn?.. – Pregunté curiosa. - ¿Quién Finn?”.

“Finn! – Decía Brittany. – El alto que viene allá, el que en la escuela.. auuch!”. – Se quejó después de haber recibido una palmada en el hombro por parte de Santana.

“En la escuela que.. ¿qué?”. – Pregunté incrédula, cruzándome de hombros. Quiero decir, imbécil no soy!

“El que en.. en..” – Buscaba una respuesta Brittany.

“En la escuela odiábamos!.. – Sentenció Santana cortando las palabras de la otra. – Uff! Nos caía muy mal, ¿No recuerdas?”.

"ah.. ya.. – Dije con indiferencia. – Claro que no lo recuerdo Santana, de lo contrario no preguntaría.. ¿Nos caía mal? Se ve buen chico." – Desvié la mirada hacia donde se encontraba Finn, que al parecer nos vio y ahora se dirigía hacia nosotras.

“Si Quinn.. Le hacemos la vida imposible..” – Respondía Santana

“Y.. ¿Finn sabe de lo que me pasa?”. – Pregunte regresando la mirada hacia ellas. Ambas se miraron y fue Britt la que contestó.

“No, no sabe nadie más que Santy, yo.. Y claro tus padres..”

“Bien, dejémoslo así.. Nadie tiene porqué saberlo, pero si dicen que no nos cae bien.. Pues habrá que comportarse como tal”. – Sonreí con malicia.

“Esto va a ser tan divertido”. – Reía Santana.

“Hola chicas!.. – Saludaba el apuesto castaño, con una encantadora sonrisa. - ¿Cómo está todo?”.

“Frankenteen.. – Saludaba Santana tomando la iniciativa. – Pues, todo iba bien hasta que tu grande y nada musculoso cuerpo apareció por aquí”. – Mi primer pensamiento fue: “eso fue grosero.. pero divertido”, me limité a sonreír irónicamente.

“Todo bien Finn.. – Respondía Brittany. – Salimos a pasear un rato, ya sabes disfrutando las vacaciones..”

“Muy bien Britt, no me esperaba menos de ti.. – Sonrió dulcemente a la ojiazul y luego dirigió su mirada hacía mi. - ¿Y que es de ti Quinn? No te he visto por la escuela en el último mes..”

Realmente no sabía que responder, sobre todo si lo único que sabes es lo que te ha pasado en dos semanas que es prácticamente nada nuevo para mi, ¿Cómo iba yo a responder aquello? Solo tenía una salida ante aquella situación: Contestarle en un punto medio entre Santana y Brittany, no tan despreciable como la primera y no tan dulce como la segunda.

“Vaya no sabía que me extrañaras tanto Finn.. Respondí con el mejor tono irónico que sabía tenía y me crucé de brazos. – Pero todo bien, un viaje familiar nada más”.

“Oh.. Ya veo, Rachel y yo estábamos preocupados por ti..” – Respondió con un gesto de confusión.

“¿Rachel y tu?.. ¿Rachel?.. ¿Qui…” – Cuestione siendo interrumpida por la latina

“Rachel.. la enana.. También la odiamos”. – Susurró a modo imperceptible para Finn, pero no para mi.

“Si.. Rachel y yo.. ahm.. Lamento todo lo que pasó.. – Hablaba inquieto el castaño, rascándose la cabeza.

“¿Todo lo que pasó?” – Pregunté confusa, levantando una ceja y con los brazos aún cruzados.

“Basta Finn”. – Habló Brittany en tono serio, era la primera vez en esas dos semanas que la escuchaba tan seria.

“Si Frankenteen.. – Siguió la latina mirando su reloj, para luego dirigirse a mi. – Se nos hace tarde y tenemos que irnos Quinn”.

“Ok.. no las retengo más.. – Respondió el chico. – Lo lamento Quinn, espero podamos hablar un día de estos”.

“Finn.. – Contesté intentando camuflar la confusión que ahora se apoderaba de mi. – Me importa poco todo lo que pasó o lo que tengas que decir de Rachel y tú. – Acomodaba las palabras que había escuchado del castaño. – Así que si nos disculpas, nos tenemos que ir”.

“Bien, lamento haber molestado chicas”. – Se despidió para luego continuar con su camino.

“Estúpido Frankenteen”. – Dijo Santana una vez que el chico se perdió.

“Tranquila San.. No le hagas caso el no sabe lo que pasa”. – Susurro Brittany reconfortando a su novia.

“¿Y que es lo que pasa?”. – Pregunté dando la vuelta para quedar frente a ellas.

“Pues.. Eso de que.. De que el no sabe que.. Pues.. Lo que te paso.. no..” – Respondía una temerosa Brittany.

“No hablo de eso.. Que es lo que pasa!.. ¿Quien es Finn y quien es Rachel? ¿Y porque se lamenta?”. – Mi tono de voz empezaba a elevarse, la situación realmente me había fastidiado.

“Hey.. Tranquilízate Quinn.. – Santana tomaba una posición defensiva ante mis preguntas. – No es momento para hablar.. Ya lo sabrás.. Mientras disfruta!”. – Intento tranquilizarme.

Suspiré..

Suspiré de frustración porque sabía a ciencia cierta que no me iba a decir nada mas. Nadie me iba a decir nada mas. No hice más nada que virar los ojos y seguirlas.

Y ahí estábamos, después de una larga tarde, nos encontrábamos cenando en una rustico y nada aparatoso lugar cercano a mi casa. Santana y Brittany no hacían mas que hacerse mimos mientras una banda de música intrumental tocaba al ritmo de un suave y relajante bossa nova. Todo en aquel lugar era de madera, y creaba un ambiente demasiado romántico a mi gusto. Era especial para una pareja como San y Britt; pero no para mí. ¿Qué hacía yo ahí?

Me dejé llevar por el ritmo, aún con la sensación de hacer un “mal tercio” en esa mesa, giré la silla de modo que frente a mí tuviera a la banda y detrás la pareja de tórtolas cuyos mimos empezaban a hartarme.

Pensaba en mí, en cómo era, que hacía, y ese romanticismo latente en aquel rústico restaurante solo me hacía pensar en si tenía alguna historia de amor que contar. Pensé en Finn, y mi asombrosa actuación, lo peor del caso es, pensar que estoy actuando, pero que aquel chico no fuera capaz de reconocer mi actuación solo quería decir algo: Soy un fastidio igual o peor que Santana; y esta había dicho que odiábamos a Finn.. ¿Por qué odiamos a Finn? El castaño parecía simpático a mi gusto y tenía una bonita sonrisa que sin duda podría conquistar chicas; aunque claro quizás su personalidad un poco fofa lo mantenía equilibrado; pero algo me decía que el sería un gran hombre.

¿Habría el sido parte de mi vida en algún momento?.. Rachel.. ¿Quién es Rachel y porqué la menciono de esa manera? ¿Qué es todo lo que paso?.. ¿Por qué los odiamos a ambos? En ese momento solo pude formularme una teoría, vaya a saber yo si sea errónea o no; pero lo único que podía pensar era que Finn y yo éramos algo y luego llegó esa tal Rachel.

Pero que errónea era mi teoría.

“Quinnie..” – Escuche un susurro que me hizo girar hacia mi lado izquierdo casi instantáneamente; entre mis pensamientos solo escuchaba la música instrumental que sonaba de fondo, dentro de mi no existía nadie más a mi alrededor.

Al girar hacia donde escuche a alguien decir mi nombre; no vi a nadie que haya tenido intenciones de hablarme. Pero en una de las paredes había algo que llamaba mi atención: Un cuadro.

Me levante de la silla y camine hacia el cuadro. En el pude divisar la silueta de una mujer abrazando un tigre, la expresión del tigre era indiferente mientras que la mujer lo abrazaba con seguridad; una mujer desnuda de cabellera larga y castaña, su rostro estaba escondido tras la cabeza del tigre.

“Esto ya lo he visto antes”. – Susurré para mi, la imagen me cautivaba tanto y me dispuse a leer la inscripción.




“No.. no puede ser..” – Mis ojos llegaron al máximo de su expresión mientras me llevaba una mano a la boca y contemplaba esas iniciales: R.B.B.

Me abre perdido minutos contemplando aquel cuadro cuando una mano morena me toco el hombro y me giró al instante.

“Quinn.. ¿Estás bien?”. – Me pregunto preocupada la latina.

Muda.. Estaba muda, no articulaba palabra alguna; con un leve movimiento señale el cuadro que estaba mirando segundos antes. Por la expresión de Santana pude entender que si era yo la persona que dicho cuadro mencionaba.

“Ven..” – Santana me guió de regreso a la mesa, y digo guió porque no pude reaccionar; la impresión de aquel cuadro (que juro haber visto antes) seguía latente.

Me sentó nuevamente en la silla y se dirigió a pagar la cuenta mientras le decía algo a Britt; esta se giró hacia mi.

“¿Que tienes Quinn?”. – Preguntó acariciándome el hombro, mostrando comprensión.

“¿Y Santana?”. – Ignoré la pregunta de la ojiazul. Las ganas de irme de aquel lugar me invadieron.

“Fue a pagar la cuenta.. Ya nos vamos a ir.. – Britt se levantó y se aproximó a mi tomándome de la mano para luego tirar de ella. – Ven, vamos a esperarla afuera”.

La seguí por inercia, buscando con la mirada a la latina. Una vez afuera del lugar, Brittany me guió hacia el coche y abrió la puerta para que subamos mientras Santana llegaba.

“Quinn.. ¿Hay algo que quieras decir?”. – Me miró con dulzura.

“No Britt.. Ahora no.. – Respondí tratando de mostrarme tranquila. – Por el momento solo quiero llegar a casa”.

El regreso a casa fue silencioso; ni Brittany ni Santana hablaron entre ellas, se limitaban a darme miradas de preocupación. Yo solo repetía las mismas palabras “quiero llegar a casa”.

Tarde un par de minutos en reaccionar cuando Santana ya había aparcado el coche en el garaje. Suspiré.

“¿Se quedan conmigo esta noche?”. – Les pregunté con la mirada clavada en el piso.

“Lo que tu quieras Q”. – Sonrió Santana y ambas me abrazaron.

Un abrazo que se fundió por segundos, donde pude entender que a pesar de todo; siempre contaría con mis dos mejores amigas. Una lágrima rodó por mi mejilla cuando pude separarme de ellas.

Abrí la puerta con cautela y las tres subimos hacia mi cuarto. Las chicas se sentaron a orilla de la cama; las contemple unos segundos parada frente a ellas.

“Gracias”. – Les sonreí tímidamente y me di la vuelta para toparme con el espejo.

No escuche con claridad lo que San y Britt dijeron pues mi mirada oscilaba perdida en mi reflejo. Santana se adueño del control remoto y encendió la televisión en un canal de música, la melodía de una canción comenzó a sonar. Con la mirada todavía fija en aquel espejo me adentre a aquellos acordes que se escuchaban y se desvanecían en mi memoria.


Parpadee, un dolor en mi brazo izquierdo me hizo bajar la mirada; retiré la venda limpia y una herida latente se asomó; acaricié aquella herida. Parpadee por segunda vez y regresé la mirada a aquel espejo. Estaba roto.


Desvié la mirada hacia Santana y Brittany que aun no se percataban de mi estado. Regresé la mirada al espejo y como si fuera una alucinación, vi el espejo intacto. Parpadee nuevamente y me dispuse a abrir uno de los cajones. Revolví todo lo que había dentro de el y me detuve en una foto.

En aquella foto habían dos chicas, por lo que pude distinguir una de ellas era yo; la otra cara me parecía familiar. Una chica de cabello castaño y largo se perfilaba con una nariz peculiar, sus labios estaban posados sobre mi mejilla; en la foto yo miraba hacia el piso mientras mis labios figuraban una sonrisa, una sonrisa que solamente podía enmascarar toda mi felicidad en ese momento.


Seguí revolviendo el cajón y me encontré con un dibujo del tamaño de media hoja de libreta hecho con bolígrafo, el dibujo resaltaba dos palmeras entrelazadas a la orilla de la playa donde el mar apenas y hacia contacto con ellas; arriba de estas se encontraba la luna y a un lado una estrella, en los troncos de las palmeras estaban escritas las palabras: “tu” en la palmera mas larga, y “yo” en la palmera mas corta.

Le dí la vuelta al dibujo y estaba escrita la siguiente nota: “Eres mi inspiración, hermosa chica, en cada canción que canto y en cada dibujo o pintura que hago. R.B.B.”


Deje caer la fotografía y el dibujo que permanecían en mis manos; mis ojos se abrieron y recordé aquella pintura en el restaurante, volví la vista hacia la fotografía que se encontraba ahora en el suelo; y con un rápido reflejo agarre la cámara que aun colgaba de mi cuello y me dispuse a mirar las fotos que había sacado del día.

Cinco fotografías, cinco fotografías a una chica que me había cautivado con su simple brillo; aquel cabello castaño era muy parecido al de la chica que posaba sus labios sobre mi mejilla en la fotografía que encontré en el cajón.

“R.B.B”. – Susurre. La firma de aquella pintura en el restaurante era la misma firma que estaba escrita detrás del dibujo.

Cómo si de un flash se tratara, una imagen invadió mi memoria.

La chica de la fotografía y yo estábamos sentadas debajo de unas palmeras entrelazadas cercanas a la playa; la luz de la luna era el único foco de luz entre nosotras, era lo suficiente para vernos con claridad en la fría noche que nos envolvía. Aquella chica descansaba su espalda en una de las palmeras y tenía una guitarra en las manos, y junto con su melodiosa voz cantaba con un brillo en los ojos sin dejar de mirarme.


“Rachel”. – Hablé en voz alta mientras regresaba a la realidad.

Nuevamente la imagen del espejo roto, todo daba vueltas a mi alrededor mientras unas voces martillaban fuerte en mi cabeza y miles de imágenes aparecían ante mis ojos. Rachel, Finn, la pintura del restaurante, un beso, el espejo roto, una herida sangrante en mi brazo izquierdo, mi madre gritando, el hospital, Sam, una llamada por teléfono, Santana gritando furiosa, Brittany corriendo atrás de mi, una tarjeta con el nombre de Shelby Corcoran, Beth, Puck tomándome del brazo y gritando.

“Puck”. – Lo mencione en un susurro. Fue lo último que alcancé a recordar mientras aquel dolor agudo perforaba mi cabeza, alcé las manos apretándome la sien.

“ALEJATE DE MI!”. - Gritaba de dolor.

“Quinn!.. QUINN!.. Tranquilízate, soy yo Santana!.. – Decía la latina mientras me abrazaba fuertemente. – Britt! Ve por Judy y Russel!”.

Tanto fue mi esfuerzo en ese momento, que al sentir los brazos de mi amiga apretándome con fuerza no hice más que dejarme caer.