FanFic: Brittana: El Reto del Misterio. Capitulo 5

Brittany Pierce no pudo ocultar su asombro al pasar por las dependencias de la gigante empresa. Había oído hablar del poder de la familia Lopez, pero asumió que no era tanto. El edificio de veinte pisos. Un grupo de empleados transitaban de un lado a otro. De pie delante del ascensor, vio a todos consternados. Sabía que su padre trataba con el viejo señor Lopez, Con su muerte, todo el control automáticamente pasó a manos de su hija.

Había oído muchas cosas acerca de Santana Lopez. Dijeron cosas que dan miedo sobre ella. Decían que era una criatura fría, dura e implacable. Otras historias comentaban de su vida apartada en la mansión Lopez. Decían que un témpano de hielo no era tan frío como ella. Su fama de no perdonar y castigar el más mínimo error era conocida.

Su cuerpo se estremeció cuando se abrió la puerta del ascensor que conducía al último piso. Allí encontraría a la persona que podría salvar su vida o destruirla. Fue recibida por una secretaria que aparentaba unos cuarenta años. La mujer no sonrío lo que la puso más nerviosa. La guió a través de un corredor hasta una puerta enorme y pesada. Dio un leve golpe y la abrió, la anunció con un tono impersonal.

- La señorita Pierce ya está aquí.

Los pasos que dio en ese cuarto oscuro no eran seguros. Miró a su alrededor muy asustada. Vio una biblioteca que ocupaba una pared entera desde el piso casi hasta el techo. Había inmensas ventanas en la amplia habitación. Todas las cortinas cerradas de modo que no entrara luz en el ambiente.

Sintió el olor de cigarrillo en el aire. Todavía no era capaz de dar un solo paso. Le temblaban las piernas sin control. Nunca en su vida sintió tanto miedo. Miró al frente, donde vio una mesa y detrás de ella lo que parecía ser la forma de una persona. ¿Sería ella? ¿Por qué era tan oscuro? Noto en ese instante que había una luz encendida. Había cerca de veinte sillas alrededor de la mesa. La luz era de una lámpara en el centro de la mesa. Llevó la mano al pecho respiraba con dificultad. ¿Había alguien más en esa habitación? La persona que se sentada inmóvil en la silla seria… ¿Santana Lopez?

Mil pensamientos la invadieron cuando una voz muy Femenina sonaba llamando su atención.

- Señorita Pierce. Acérquese, por favor.

Se volvió hacia la voz, viendo a una mujer Rubia en un traje apareciendo ante ella.

- ¡Buenas Tardes!
- ¡Buenas tardes! Yo pensaba que iba a hablar con la Srta. Lopez.
- Va a hablar conmigo primero -dijo señalando una silla donde estaba sentada.
- Bueno, estoy a sus órdenes.

Miró a su alrededor insegura. Vio que había alguien sentado detrás del escritorio. La luz del cigarrillo brillaba en la oscuridad rompiendo sus dudas. Volvió sus ojos a la Mujer Rubia. Élla pareció comprender su miedo indicó en un tono profesional.

- Mi nombre es Quinn Fabray, yo soy la abogada de la empresa. Ahora, por favor, dígame la razón por la que han solicitado esta reunión.

Brittany respiró profundamente mirando a la Mujer que la observaba sin mover un solo músculo de la cara.

- Usted. debe estar enterada de los negocios de mi padre y el fallecido Sr. Lopez, Usted también debe saber que mi padre está hospitalizado porque tuvo un ataque grave al corazón.
- Soy conciente de todo eso.
- Sí, por supuesto -dijo apretando el bolso en su regazo- deben saber que me hice cargo de la empresa de mi padre. Hace seis meses que estoy luchando para salvarla de un desastre mayor. Hoy estoy aquí porque he encontrado entre los documentos de mi padre las notas de que contrajo una gran deuda con el Sr. Lopez. He venido a saber valor de esta deuda y a discutir las mejores formas de pagarla.

La abogada abrió un libro anunciando el valor de la deuda. Tan pronto como oyó la cantidad ella apretó su bolso a su cuerpo con los ojos muy abiertos.

- Usted debe estar bromeando.
- Lamentablemente, no.
- Pero...
- Su padre pidió dinero prestado durante diez años. Nos imaginamos que por la amistad estos préstamos se siguieron concediendo. Su padre nunca tuvo, obviamente, las condiciones de pagar la deuda. Su compañía esta en la bancarrota. La situación es insostenible. Deben a los empleados, los bancos y las aseguradoras. Las acciones de trabajo se han ido acumulando en los últimos meses. Si entrega su casa, la compañía y todos sus bienes, saldaría el diez por ciento del valor. Debo informarle que tengo en mis manos unas acciones que deben ser enviadas a la justicia. Estoy esperando la opinión de la Srta. Lopez. Ella desea resolver este problema tan pronto como sea posible.
- Oh... ¡Por favor! -le interrumpió desesperada- Por supuesto que hubiera venido antes de haber conocido el hecho. Vivía fuera del país, donde me especialicé en la administración de empresas. Mi único deseo siempre fue de cuidar el negocio de mi familia. Para ser honesta, nunca supimos cómo la empresa alcanzó, esta situación catastrófica. Deben saber que desde que asumí el control la producción fue reestablecida y he conseguido mantener las puertas abiertas. Estoy haciendo un plan de reestructuración completo y...
- ¡Señorita! -la detuvo levantando la mano en el aire mostrando impaciencia- su padre fue informado de la demanda judicial y no nos buscó como suponíamos.
- No se como explicarlo. Mi padre estaba muy nervioso y torpe. Ahora comprendo por qué. Le pido disculpas por su actitud. Señorita debe aceptar que...
- No tenemos nada más que hablar -dijo poniéndose de pie.
- Por favor...
- Las excusas no pagan las deudas, señorita -contesto en tono frío.
- Lo sé, por eso estoy aquí.
- No hay forma de pagar, por lo que tendrá que resolverse en la corte.
- Pero...
- No tenemos nada más que discutir.
- Lo único que pido es hablar con la señorita Lopez de mi predisposición. Luché para especializarme para cuidar de mi empresa. Perderla seria sin duda el fin de mis esfuerzos. Yo estoy dispuesta a pagar hasta el último centavo de la deuda. Pero necesito un tiempo.
- En su caso no me puedo imaginar cómo -contesto tajante.
- El trabajo no me asusta. Si puedo trabajar sin presiones, le garantizo que en un plazo de dos años reconstruiría mi empresa. Hable con ella en mi nombre. Yo le estaré eternamente agradecida. ¡Por favor!

La Mujer la miró por un momento y cogió su maletín diciendo con franqueza.

- Señorita es una soñadora.
- ¡No! ¡Soy una luchadora! Si puedo yo les demostrare lo que valgo.

La miró fijamente sorprendida. Luego miró hacia la puerta hablando en un tono menos duro.

- Voy a hablar de su solicitud. Le daré una respuesta mañana. Que tenga buen día -terminó estrechando su mano.
- Sus palabras son una bendición. Le estoy eternamente agradecida por su ayuda. Nos vemos pronto -respondió con una sonrisa.

Una vez cerrada la puerta, La Rubia se dirigió a Santana.

- ¿Qué debo hacer? ¿Le darás el tiempo que pidió? -preguntó recogiendo su carpeta.

El silencio que siguió fue muy largo. A lo que ella respondió con un tono muy tranquila.

- Voy a pensar en ello. Puedes retirarte nos Vemos Luego.

Santana Lopez giro la silla levantándose lentamente. Brittany Pierce. Una sonrisa apareció en sus labios. Cómo ansiaba este momento. Exactamente cuatro meses de espera. Desde la primera vez que poso sus ojos en ella, nunca logró sacársela de la cabeza. Estaba cenando sola en un restaurante esa noche.

En una mesa frente suyo estaban ella, su madre, su hermana y su hermano. Estaban celebrando el cumpleaños de la madre. En el momento en que sus ojos se encontraron se sintió como una bomba estalló dentro de su pecho. Brittany no le esquivo la mirada. Se pasó todo el tiempo correspondiéndole encantada. Habían coqueteado durante más de dos horas. Cuando pagaron a su cuenta, al dirigirse a la puerta se detuvo y giro hacia su mesa. La veía fijamente con la misma mirada con la que la había devorado sin pudor alguno mientras estuvo sentada frente a ella. Era hermosa. Poseía un porte impecable y una elegancia inusual.

Ninguna mujer desató la revolución que ella le provocó esa noche. Cuando se hallaba en su cama sentía que el cuerpo le quemaba al pensar en ella. Desde entonces no pensaba en otra cosa. Nunca deseo tanto una cosa como ansiaba verla sentada allí en frente suyo. Sabía que iría desde el día en que leyó en los periódicos que había tomado los negocios de su padre. Ella perecía ser muy inteligente e ingeniosa. Pero no tenía experiencia en el mundo de los negocios.

¿Qué certeza podía tener de que realmente lograría reconstruir la empresa en quiebra? ¿Y si fracasaba? La pérdida sería desastrosa. Suspiró recordando su cuerpo divino. El loco deseo que sentía por ella renacía dominando su cuerpo. No era su estilo ser bondadosa con la gente. ¿Por qué tendría que serlo con ella? ¿Qué ganaría arriesgándose así? Lógicamente necesitaría una compensación. ¿Quién podría condenarla? Al fin que en la vida no se consigue nada de forma gratuita. Nada cae del cielo. No en el mundo de los negocios.

Brittany vivió la peor noche de su vida. Tenía pesadillas horribles. Cuando se despertó estaba bañada en sudor. Saltó de la cama rápidamente. Tendría finalmente la respuesta de Santana Lopez. Lo primero que hizo fue ir al hospital a ver a su padre. El cuadro era el mismo. Permanecía en coma. De allí se dirigió a la empresa. Una gran tristeza llenó su corazón. Su Padre estaba casi muerto en el hospital. Y no había ni un centavo para salvar a la empresa. Sin embargo, sabía que no podía entregar los puntos. Tomó el ascensor subiendo rápidamente a su oficina. Allí le sonrió a su secretaria que se levanto al verla.

- Buenos días. ¿Alguien me llamó?
- Buenos días. Todavía no. ¿Tiene noticias de su padre?
- Continua igual -dijo dando una media sonrisa- Estoy esperando una llamada muy importante de Quinn Fabray. Avisame, ¿si?
- No se preocupe.

Sin embargo, ese fue un largo día de espera. Anochecía, cuando recibió la llamada. Se sorprendió al escuchar las palabras breves cuando respondió.

- He hablado con Santana como me lo pidió.
- ¿Sí?
- No tengo una respuesta aún.
- ¿Por qué no?
- Ella lo está pensando. Voy a llamar cuando tenga algo concreto. Que tenga una buena tarde.

Colgó el teléfono con un suspiro de alivio. Si lo estaba pensando es porque todavía había una esperanza. Esa agonía que sufrió una noche entera fue en vano. Los días pasaban sin obtener respuesta. Desorientada vio la semana llegar a su fin. Una gran ansiedad empezó a invadirla. Pero sabía que no podría presionar a la mujer. La única cosa que podría hacer es seguir esperando. Eso era un hecho que su familia no entendía.

Cada noche, cuando entraba en la casa la llenaban de preguntas sobre el tema. Durante más de una semana se encontró atrapado en esa molesta espera. Comenzó a preguntarse si ella no estaría haciendo esto a propósito. Tal vez era cierta la historia, de que sentía placer en ser mala. Su cabeza era un hervidero de preguntas y dudas.

Al final de la tercera semana recibióla llamada que tanto esperaba de la abogada.

- Debe venir hoy a las seis de la tarde.
- Yo pensaba que iba a obtener una respuesta -comentó sorprendida- ¿Ocurrió algo para que tenga que ir hasta allí?
- Su situación es muy delicada para querer discutir imposiciones ¿No le parece?
- Oh… Lo siento. Voy a ir a la cita. Gracias.

A las seis en punto llegó a la última planta de ese edificio. La misma secretaria la condujo en completo silencio. Brittany entro viendo la puerta cerrarse tras de sí. La sala quedó a oscuras. Una vez más sólo se puede ver la tenue luz de la mesa. Miró a su alrededor y confundida pregunto.

- Señorita Fabray ¿está ahí?

No hubo respuesta. Pero justo en frente de ella una llama ligera brilló llamando su atención. Trató de ver a la persona, pero sólo escuchó la voz de una mujer sonando con frialdad.

- Siéntese -Santana pidió con tranquilidad.

Se sentó en la silla frente a ella. Trató de ver su cara, pero era imposible. Un silencio insoportable invadió la habitación. No dijo nada más. Esperó pacientemente durante unos minutos. Forzó una sonrisa confusa preguntando en tono suavemente.

- ¿Usted es Santana Lopez?
- ¿Esperaba otra persona?
- No. Por supuesto que no.
- ¿Está nerviosa?
- Un poco. No sabía qué esperar. Su abogada debería haberle explicado mi situación. Espero su respuesta, dependo de ella para tomar algunas medidas en la empresa. ¿Por las dudas ya tiene una respuesta para mí?

Lo que vio fue la luz brillante del cigarrillo, mientras fumaba. No hablo. No sabía que estaba buscando o si lo estaba haciendo. El silencio le resultaba odioso en aquel lugar oscuro, no podía ver nada. Esa fue una gran la falta de educación estar hablando en la oscuridad. Lo cual no era normal.

- No.
- ¿Qué fue lo que dijo? -pregunto con incredulidad.
- No tengo ninguna respuesta para darle.
- Pero si me llamaron aquí...
- Usted debe entender que mi duda es grande -hablaba lentamente.
- Sí. Creo que entiendo -río nerviosa- No me conoce. Debe estar con miedo de arriesgar y perderlo todo.
- No. No se trata de poner en duda su competencia.
- ¿No?
- No.
- Entonces…
- No puedo entender lo que gano con esto.
- Ahora... ¿No parece obvio? -río más preocupada esta vez- recibirátodo su dinero con intereses.
- ¿Después de dos años?
- Sí
- ¿Por qué debo esperar tanto tiempo?
- Porque no puedo pagar ahora. Estoy sumida en deudas. Estoy a punto de perder todo lo que mi familia construyó, ¿Lo entiende?
- Lo entiendo. Sin embargo, no hago favores. No es mi costumbre.
- Por favor...
- ¿Qué tiene para ofrecer?
- ¿Cómo? -Brittany le preguntó confundida.
- ¿No entiendes mis palabras?

El tono de su voz era la misma desde el comienzo de la conversación. Parecía tranquila y firme. Brittany se preguntó si había algo más que entender. ¿Qué estaba diciendo? ¿Qué podría obtener si nada hubiera?

- No comprendo. Lo siento.
- Usted debe saber que es una mujer hermosa.
- No se que significa esto.
- Sé que es soltera, que es lesbiana y que no tiene novia.

Brittany miró a su alrededor sorprendida. El gran impulso de fumar la invadió. No sabía qué decir. Y lo que pensaba comenzaba a asustarla.

- Siendo una mujer inteligente supongo que comienza a entender.
- Sea más clara, por favor -le pidió temiendo por la respuesta pero con una pizca de esperanza de que no fuera lo que creía.
- Estoy dispuesta a cubrir todas sus deudas si acepta ser mi amante.

Brittany sintió como si el techo se había derrumbado sobre su cabeza. Se puso de pie agarrando su bolso. Empujó la silla tropezando en la oscuridad. Quería pensar con claridad, pero no pudo. Miró a su alrededor sin poder caminar.

- Pienso que es justo ser recompensada. Usted ahorrará el dinero para reinvertir en su compañía. Nada le será cobrado. La acción judicial podría ser retirada. No más preocupaciones por el dinero. Y se puede pagar al final de los dos años como propuso en un comienzo.

Su cabeza le daba vueltas mientras escuchaba las explicaciones. ¿Amante? ¿Qué estaba pensando que era?

- No me importa si piensa que estoy siendo grosera. Yo soy como soy.
- Sé que su situación es mucho peor de lo que le dijo mi abogada. No tiene suficiente dinero para pagar el tratamiento de su padre en el hospital. Pero si usted piensa que está en condiciones de rechazar, no me importa.
- Yo no soy una zorra -hablo ofendida profundamente.
- Estoy seguro de que no lo es. Nunca me gustó la prostitución. No me gusta el sexo con ese tipo de mujer. Si usted fuera una prostituta, no estaría frente a mí ahora.
- ¿Y si yo no aceptara?
- Dejaría su caso acabar en los tribunales. Simplemente me lavaría las manos. La decisión es suya.

Se imaginó lo que haría en caso de perderlo todo. ¿Sería un sacrificio muy grande ser su amante? Por supuesto que sí, pensó desolada. Pero se negó ¿Qué le diría a los suyo? Diría que por moral prefería perderlo todo que andar por la izquierda? ¿Que no era una zorra? ¿No aceptaría pagar con su cuerpo su tranquilidad y la de su familia?

- Tienes un minuto para decir sí o no. Mi tiempo vale oro -Santana aconsejó tensa.

Temblaba ante esta mujer. Nunca había odiado a nadie en su vida. Pero en ese momento sintió como un odio inmenso le presionaba en el pecho. Tragó en seco y dijo con decisión.

- ¡Acepto!
- Genial. Mi abogada ira a verla mañana. Tendrá noticias mías. Gracias por venir.

Brittany no sabía cómo se levantó y mucho menos cómo llegó a su casa. Encontró a su madre y sus dos hermanos reunidos en la sala. Se levantaron al mismo tiempo mirándola intranquilos. Fue la madre la que preguntó agitada.

- Entonces, hija ¿Lo conseguiste?

Miró a los tres con una dulce sonrisa.

- Sí -contesto en el tono más normal que su estado de estupefacción le permitió.

Ellos estallaron en una alegría sin fin. Jamez corrió a buscar una botella de champán. Anna saltó a sus brazos cubriendo su rostro de besos. La madre la abrazó con alivio.

Cenaron y celebraron con una euforia contagiosa. Después de que sus hermanos se fueron a sus habitaciones, la madre la miró con curiosidad y le preguntó.

- ¿Cómo has conseguido este milagro?
- Ella me recibió personalmente.
- ¿Así que se decidió a esperar los dos años que solicitaste de plazo?
- No. No fue así. Ella pagará todas las deudas. También me dará dinero para que yo pueda reestructurar la empresa.
- ¿Por qué? ¿Por qué va a hacer eso por nosotros? ¿Ella te lo dijo?
- Sí
- Entonces dímelo. Yo sé que todo tiene un precio. ¿Qué exigió ella a cambio?
- Ella quiere que yo sea su amante -dijo mirándola a los ojos esta vez.

Nicol Pierce se aclaró la garganta ahogada. Tomó una copa de champán. Bebiendo lentamente. Sus ojos se volvieron hacia su hija. Quien fumaba con aire distraído.

- ¿Sabes lo que dicen de esta mujer? -inquirió preocupada.
- ¿Qué es fría y cruel? -respondió serena.
- Eso es malo.
- No me hagas dudar al respecto.
- Dicen que vive en una mansión monstruosa. Tiene enormes perros que se comen las personas. Quienes los vieron dijeron que son lobos de verdad. Cuando esta en la casa sus empleados no pueden acercársele. Es una criatura melancólica que inspira temor a toda la gente. ¿La has visto? ¿Has visto su rostro?
- No. No la vi porque es una loca que vive en las sombras.
- ¿Las sombras?
- ¡Sí! Al igual que los vampiros.
- Me estás asustando.
- ¿No quieres saber dónde se esconde? ¿Qué esperabas que hubiera hecho? ¿Debería haberle dejado lo qué tenemos?
- Susan...
- Mi intención era salir corriendo sin mirar hacia atrás -comento desolada.
- Oh hija… Lo siento -dijo atrayéndola a sus brazos con tristeza- sé que estás haciendo esto por nosotros. Si tu padre no estuviera mal en el hospital preferiría perderlo todo a la dejarte pasar por esto.
- Voy a sobrevivir -garantizado con valentía.
- Por supuesto que sí. Ella es consciente de que eres...
- Sí, se dio cuenta. Por lo visto estuvo investigando mi vida.
- Vaya. Eso es peligroso -habló con horror- Dios no permita que sea violenta.
- No debes pensar más en ello. Hice lo que tenía que hacer y no voy a estar lamentándome. Lo que importa es que nos salvamos.

La abogada apareció en la compañía al día siguiente. Abrió una maleta con fajos de billetes delante de sus ojos. Entrego lo prometido sin hacer ningún comentario. Luego asintió con la cabeza y se marchó sin dar ninguna explicación. Brittany supuso que Santana debió haberlo mandado en el instante que le entrego el dinero. Sabía que no estaba perdiendo el tiempo con largas explicaciones. Una mujer decidida y práctica.

Brittany pasó cinco días poniendo las deudas al día. Se rehusó a pensar en aquella mujer y sus razones. Obviamente, debía ser demasiado fea para tener a una mujer usando el chantaje. Todo lo que importaba era que estaba logrando reconstruir su vida. Tanto el familiar como el profesional.

Por una Largo tiempo Brittany no tuvo Noticia alguna de Aquella Mujer, Descubrió las razónes en los periódicos, Afirmo lo que decía Rachel sobre ella, Toda la Tarde se la paso pensando en como era , Si era verdad de las Características que mencionaban, Como su Rostro deforme, Que era ciega y que Comía Gente , Aquella Mujer Misteriosa va mucho a Alemania, A Firmado Millones de Contratos con Éxito y lo que se le hacia algo Sumamente estúpido es como Puede ser Posible que no había ninguna imagen de ella.

La Rubia dejo Todo un lado y di un suspiro , Miro la nota que la secretaria le había dejado con la Dirección Anotada , Tomo la Nota con Nerviosismo, Se mordió el Labio Inferior doblando el Papel y mirar Aquella Extraña dirección, ¿Esto era una Broma o que? Nunca había visto en su vida o escuchado Aquel Lugar.

No le estaba haciendo mucha gracia aquello. Era algo que le daba miedo y lo peor
porque, precio. Tendría que salir muchas veces para pagar por todo. El hecho de que ella fuese una mujer no ayudaba mucho. Cada vez que iba a la cama había una implicación. En este caso era completamente diferente. ¿Como se excitaría? Ni conocía a la mujer. Nunca vio su cara. Debe ser fea a matar como le comentaba Rachel. Seguro que era horrible para vivir escondida en las sombras. ¿Valdría todo ese sacrificio? ¿Y si fuera violenta, como su madre había pensado? Prefería no imaginar nada. ¿Para que adivinar lo desconocido? Todas esas preguntas le temían y giraban en la Mente de la Rubia.

En la noche se dirigió a su casa sólo para tomar un baño. La madre le mostró la mesa con la cena servida preguntando curiosa.

—¿No vas a cenar? — Dijo Nicol al colar unos cuantos Panes en medio de la mesa
—No, No tengo hambre. —aclaro la rubia mientras se seguía mirando por el espejo, sus ojos mostraban miedos, su piel estaba mas pálida de lo normal , se sentía realmente extraña, Hoy iba ah conocer a la mujer Misteriosa de la cual Todo el mundo habla.
—¿Vas a ver a esa Mujer? —Pregunto en Tono bajo, Para evitar que escucharan sus hermanos—
—Voy a conocerla hoy, Pero no te preocupes Mamá, Rachel pasara por mi esta misma noche. —Se rio y beso su mejilla— No me esperes de acuerdo, Buenas Noches.
Brittany quería demostrarle a su madre que podía mantener aquel Problema, Se sentia mal, Tenia mucho miedo, pensaba que era la ultima vez que iba a verla, A si que evitaba que ese miedo no se reflejara ante ella.
—¿Hija? — Hablo a tras la espalda de su hija que se quedo intacta en la puerta
—Que sucede mamá —soltó un bufido—
—Si te resulta muy difícil esto, Abandónalo. No vale la pena que te expongas de esta forma.
Indico Nicol mientras ambas guardaban silencio, Brittany alzo la vista hacia su Madre, Todo esto le parecía algo Raro, A si que no iba ah dejar esto a si de fácil.

—No hay Vuelta atrás , Olvídalo mamá y Duerme Bien.
Rachel había llegado en su Camioneta Honda Negra, Que Al instante Brittany Reconoció, Al abrir la puerta del Automóvil Pudo notar a una Rachel mas que blanca con unos lentes obscuros y con las manos engarruñadas en el volante
Suspiro en el aire, Quería también calmarse, saco el aire por sus labios y se sentó en el otro lado del asiento de Rachel
—Por que no dejaste que el chofer que nos iba ah llevar, nos llevara, — Dijo Rachel con una expresión Tensa— Este tipo de Dirección es demasiada extraña.
—No iba a dejar que También un desconocido nos llevara a Ambas, Bastante tenemos en las dos desconocidas que veremos esta misma Noche. —Responde , mientras jalaba un poco de aire y se colocaba sus guantes negros ya que la Temperatura estaba Bajando—
—Haber Brittany — la mira para tomar el papel — Donde demonios es esta Dirección,
—Estuve investigando y me dijo Danie que es del lado Oeste de la ciudad, — afirmo apuntando hacia al frente de ellas, Para que Rachel prendiera la camioneta y pone la Honda en marcha, Las dos estaban en silencio, Como si se tratara de esas películas de miedo que mencionaba mucho Rachel, Se podían escuchar sus oraciones, Algo que le causo Gracia a la Rubia, No era para tanto, No iban a morir, dos mujeres no les iban ah ser daño ¿O si?. La desesperación inundaba el Interior , Al ver tras la ventana notaba la larga Carretera obscura y los Arboles gigantes ante los ojos azules de Brittany eran sumamente Tenebrosos, Dio un Fuerte suspiro , necesitaba mantener una Platica osino iba ah explotar del miedo.
—Creo que es por Aquí —Dijo Brittany al notar como los morenos nudillos se la morena seguía agarrados firmemente en el timón, con la vista hacia al frente
—Vamos a morir — Fue lo único que salió de los labios rojos de la morena, Estaba igual o Peor de nerviosa que ella — ¿Estamos perdidas verdad?—Ella detiene el vehículo en una parada rápida en medio de la nada de la obscuridad, Prendió mas las luces , y se giro en su asiento parar mirar a la Rubia,
—No , No creo mira …—apunto asustada a un hombre que iba caminando a varios metros de ellas, evitando la pesada mirada de enojo y molestia de su amiga—
—baja tu y pregúntale, Tu eres la que nos metió en este caos. —dijo la Morena al apretar un botón de la camioneta y abrir el seguro de la puerta algo que hizo que Brittany diera un pequeño salto y viera a su amiga con compasión.
—Ven conmigo

Rachel se giro sorprendida cuando sintió la presencia de un rostro en su Ventana, Los corazones de ambas empezaron a latir de una forma rápida y Rachel empezó a gritar con desesperación, Al ver a aquel Hombre que tocaba con sus nudillos la ventana, El Rostro del hombre era de una persona mayor de 60 años, Sus ojos eran pequeños y su mirada era sumamente tenebrosa,

—Baja la ventana — Dijo Brittany al intentar calmarse
—estas loca, ese ansiano salió de la nada, de la obscuridad,
—Puede que nos ayude, Abre la ventana RACHEL — grito mientras apretaba el botón para abrir lentamente la ventana, Rachel apretaba fuertemente su brazo y evitaba la mirada del anciano.
—¿Disculpe señor usted sabe donde se encuentra Dunkle Aufenthalt? —Pregunto con una sonrisa forzada ya que el anciano la miraba sin la menor simpatía alguna—
—Son dos Kilómetros mas hacia adelante, Dos señoritas como ustedes no deberían de estar solas por aquí. — Dijo el anciano al darles una sonrisa realmente tenebrosa, Tanto que Rachel subió un poco el ventanal del Automóvil con uno de los botones, No iba a exponerse de que el anciano les hiciera algo.
—Bueno Muchas Gracias — Dijo Rachel al volver ah poner a andar la camioneta con sumamente rapidez y mirar por el retrovisor al anciano que seguía intacto parado mirando al automóvil , el miedo de Rachel hizo que subiera un poco la velocidad, Pensaba que el anciano se iba a transformar en algún monstro y las iba a atacar sin piedad— Ese anciano sigue mirándonos, Todo por tu culpa , YO NO DEBERIA DE HABER ESTADO AQUÍ.

—Ya dejo de mirarnos — Dijo la Rubia al quitar sus ojos azules de el retrovisor— No te alteres tanto, vez, tenia razon ya mero llegábamos y no estábamos Perdidas.
Rachel Clavo la vista ascia adelante sin decir nada, ya que no quería pelear, Lo que ella quería era llegar a su Muerte o Aquel Infierno en el cual amabas iban a entrar , Brittany esbozaba poco a poco una mueca de terror y de Asombro al percibir una gigantesca Mansión como tipo de DRACULA o de Los Locos Adams tan grande y llena de arboles gigantesco alrededor de ella, Rachel estaba mas que intacta, sus ojos se agrandaron mas y sus manos empezar a temblar. detuvo el auto frente a un portal inmenso. Dos hombres se acercaron a ellas mirándolas sin mover ningún Musculo de su Rostro. Uno de ellos acerco una linterna a sus rostros preguntando en tono frío

—Nombres —Anuncio al seguir mirándolas con la cara pálida y sus tan obscuros como aquella obscuridad en la cual ambas se encontraban.
—Ra…Rachel Berry y Britt..Brittany Pierce —Respondió con cierto miedo y molestia por la luz en su rostro que calaba demasiado—
—Ya veo, Pueden Pasar — Dijo con una voz mas gruesa, mientras levantaba la vista, dándole la señal al otro para que abriera el Portal—
Al Entrar La casa se veía mientras que Rachel conducía por el borde de una especie de lago, daba miedo. Mucho Miedo que Brittany no cerraba la boca de la impresión. Detuvo el auto de golpe y ambas miraron a su alrededor. No había nadie. Todo era desierto.
—Que bueno que deje mi testamento ya escrito — La Pobre de Rachel bajo del auto al mismo tiempo que la Rubia bajo, Ambas Vestían realmente Formales, Pantalones obscuros , camisa obscura y unas Bufandas que rodeaban el cuello de ambas del mismo color.
—Lo bueno es que nos vestimos para nuestro funeral.. —Dijo Brittany al ponerse a un lado de su amiga que se acomodaba su cabello negro por delante de su pecho—
—No seas Tonta, No digas estupideces. — exclamo con Brusquedad
—Pero si tu eres la que comenzó —Dijo la Rubia al poner sus ojos en blanco—
Ambas dieron unos pasos hacia la casa y se detuvieron abruptamente. Ya que Casi mueren del susto cuando vieron a dos enormes bestias dirigirse en su dirección. Un Huski siberiano enorme , color negro con los ojos azules como la luna que estaba en ese momento en la mancion, El otro era un Pastor Aleman , que en la obscuridad le brillaban los ojos, Los dos parecían mas que lobos.

Ambas Recordaron que de los perros no se corre. Se detuvieron conteniendo la respiración , Mientras apretaban ambas sus brazos,
—Te dije que tenia Lobos — Dijo Rachel al apuntar a aquellas “Bestias” que las miraban caminando tras de ellas
—No son lobos, son perros, pero no sabemos si sean Salvajes— dijo al seguir dando pasos lentos , En eso ambas Oyeron un silbido y las dos bestias simplemente se sentaron a sus pies. Aprovecharon la oportunidad para mirar a su alrededor en busca de ayuda. La voz de un hombre sonó en alguna parte que no pudo distinguir.
—Vayan a la Mansión, La puerta ya estaba abierta para ambas.

El corazón les latía salvajemente en el pecho. Fueron a la casa. Entre pasos de que regresaban y volvían a avanzar, Tenian Tanto miedo, Por la obscuridad que estaba ante sus ojos.

Entraron y cerraron la puerta rápidamente. Miraron a su alrededor suspirando. La única luz venia desde el pasillo. Ciertamente debería ir allí. Las dos se quedaron paradas sin mover ni un dedo, Se miraban entre ellas y apretaban sus manos fuertemente, demostrando a la una a la otra que estaban ahí, Solas , en una mansión desconocida y en Plena obscuridad. En eso una voz hizo que las dos miraran al mismo tiempo entre las penumbras una larga silueta de una Mujer. ¿Sera ella? ¿Sera Santana Lopez?.