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Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
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Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
DIOOOOOOOOOOOOOOOOS.
YAYAYAYAYAYAYAYAYAYA.
Estoy impaciente por el próximo! Ando rápida, así que solo paso a comentar para que sepas que no me olvido... Jamás podría olvidarme de éste fic.
NO LO DEJES POR NADA DEL MUNDO, PORQUE SI LO HACES, VOY A HASTA ESPAÑA A BUSCARTE Y TENDRÁS A UNA MEXICANA DESESPERADA Y LOCA.
NO TE CONVIENE TENER UNA MEXICANA DESESPERADA Y LOCA EN TU CASA.
:3
Espero ansiooooosa :D! Esto está conganas!
YAYAYAYAYAYAYAYAYAYA.
Estoy impaciente por el próximo! Ando rápida, así que solo paso a comentar para que sepas que no me olvido... Jamás podría olvidarme de éste fic.
NO LO DEJES POR NADA DEL MUNDO, PORQUE SI LO HACES, VOY A HASTA ESPAÑA A BUSCARTE Y TENDRÁS A UNA MEXICANA DESESPERADA Y LOCA.
NO TE CONVIENE TENER UNA MEXICANA DESESPERADA Y LOCA EN TU CASA.
:3
Espero ansiooooosa :D! Esto está conganas!
YoyoMay***** - Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 11/04/2013
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
por favor actualiza pronto!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
nueva lectora woooo dios esto es increibleeee dios no tengo palabras es wooooo
por lo q mas quieras siguelooooo actualizaaa
amoooooo a san mmm fuego ufff es una historia pero ya hasta senti calor yo jaaja
los fae debo decir q amooo lost girl dime q le pusiste a santana tambn eso de ser sexosa como bo o a britt porfa eso seria genial
amooo este fic me declaro fan de vdd
por lo q mas quieras siguelooooo actualizaaa
amoooooo a san mmm fuego ufff es una historia pero ya hasta senti calor yo jaaja
los fae debo decir q amooo lost girl dime q le pusiste a santana tambn eso de ser sexosa como bo o a britt porfa eso seria genial
amooo este fic me declaro fan de vdd
airin-SyB***** - Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/01/2013
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Os dejo rapidamente el capitulo. Voy con prisas. Disfruttad y espero que os guste. Espero leer vuestras opiniones.
Besos!
Capítulo 7
Corría sin detenerse y se tiró por el conducto junto a su compañera, sintiendo el ardor de la granada en sus espaldas, y aterrizaron en una enorme cesta de ropa sucia e inservible. Ambas salieron y más allá estaba ese conducto, su escapatoria. Su compañera morena, salió primera y Brittany la siguió sin perder tiempo, entonces las luces se encendieron bruscamente y fueron rodeadas por varias decenas de hombres. Su compañera se giró, revelando una piel canela y unos ojos profundamente oscuros... Santana, era Santana. Sus labios voluptuosos y rojizos se movían diciéndole algo.
-¡Estamos rodeadas! -gritó, Santana.
Brittany se colocó detrás de ella, espalda contra espalda. Un disparo sonó, directo a la rubia pero Santana fue rápida, se colocó en medio, recibiendo ella el tiro. Santana gruñó de dolor y se incorporó, sacudiendo su hombro herido. El casquillo cayó al suelo y la piel rápidamente se regeneró. Brittany le colocó una mano en su hombro, y se inclinó sobre ella susurrándole en su oído.
-Prepárate. Lanzaré una onda expansiva y te tiras de cabeza a las alcantarillas. -susurró, Brittany.
-Estas herida. -siseó, Santana, preocupada.
-Estoy bien. -sonrió, Brittany, ignorando la punzada de su brazo. -Tengo que sacarte de aquí.
-Podemos hacer un ataque conjunto. -murmuró, Santana, lanzando una mirada rápida a su alrededor. -Este lugar es un banco de pólvora.
Brittany esbozó una sonrisa torcida mientras cerraba los ojos. A su alrededor notaba como Santana no dejaba de moverse a su alrededor, protegiéndola. Notó como la temperatura aumentaba considerablemente, sí... Ella también estaba actuando. La rubia resopló con esfuerzo mientras apretaba las manos con fuerza, abrazándose a si misma, tratándose de concentrar toda su energía restante. El sudor perlaba su frente. Estaba agotada y no sabía cuanto más podría aguantar. Abrió los ojos y observo a Santana, que estaba enfrente suyo, tenía las manos con un brillante anaranjado. Ya estaba lista. La rubia notó como su cuerpo hormigueaba también y sus manos estaban cargadas. Inspiró hondo y con un grito, soltó toda su energía. El suelo tembló ante la fuerza expansiva de la rubia y todos salieron despedidos menos ella. Santana giró en el aire lanzando varias bolas de fuego hacia las cisternas, que estallaron con violencia, cubriendo la huida de Brittany. Al mismo tiempo, la morena cerró los ojos con dolor, al notar como su espalda impactaba contra la pared, sin embargo, apenas pudo agarrarse al borde del conducto de las alcantarillas. Sus manos resbalaron pero otra mano blanca la agarró con fuerza. Santana observó el rostro pálido de Brittany, que la sujetaba de una posible dura caída.
-¿Estas bie-?
Santana ahogó un grito al ver como varios cables rodeaban a Brittany. Brittany se revolvió con furia y soltó una descarga pero no fue tan buena idea, pues se volvió contra su propio cuerpo, arrancándole un gemido ahogado. Los cables relucieron brillantes, metálicos, candentes. La rubia soltó un grito de dolor mientras notaba como los hombres la tironeaban hacia atrás. Miró a Santana que agarraba su mano desesperadamente.
-Sa-Santana... Su-suéltame. -gimió, Brittany.
-¡No! -las lagrimas empañaron el rostro de la morena. -¡No pienso dejarte!
-¡Tienes que irte! -gritó, Brittany. -¡Sabes que no pueden encontrarte!
-¡No!
-¡Mírame, Santana, tienes que irte! ¡Búscame! Me encontrarás... -Brittany, gruñó, mientras trataba de acercarse al rostro de la morena. Clavó su mirada en la suya. Notó como los cables se hundían en su piel. -Siempre te amaré pase lo que pase, lo prometo. -susurró, rozando sus labios con la morena pero no pudo más, un nuevo tirón la lanzó hacia atrás.
Santana apenas pudo articular ninguna palabra cuando Brittany la soltó, sacudiendo su mano para librarse de la suya. Santana no pudo aguantar más y su agarre resbaló. Estiró la mano desesperada mientras caía hacia abajo. Brittany le sonrió antes de caer hacia atrás.
-¡¡BRITTANY!!
Brittany abrió los ojos sobresaltada y confusa ¿Otro sueño? No veía nada. Pestañeó varias veces hasta que sus ojos se acostumbraron a las penumbras del lugar. Tenía todo el cuerpo acalambrado y ahora entendía porque, estaba atada y bocabajo. Notaba la garganta reseca.
-Vaya, vaya... Mira quien ha despertado. -susurró, una voz, desgraciadamente familiar.
-Sam. -susurró, Brittany.
Dos hombres aparecieron a su lado y la levantaron, arrastrándola hasta una silla. Un foco se encendió, cegándola. Entonces divisó como una sombra se sentaba enfrente de ella. Sam Evans con una sonrisa satisfecha y perversa.
-Hola, cariño. ¿Como estás? -saludo con entusiasmo, Sam.
-Muérete. -siseó Brittany, mientras extendía las manos lanzando una descarga, sin embargo, esta no salió hacia su objetivo, sino que recorrió dolorosamente todo su cuerpo dejándola sin aire. -Dios... -gimió.
-La ciencia es una maravilla... Cables metálicos reforzados diseñados para la conducción eléctrica. Un solo toque de dedo, puede dejarte frito si pasan más de 2000 voltios. Ni lo intentes... No puedes escapar.
Brittany forcejeó contra sus ataduras pero solo consiguió clavárselas más en la piel. Dejó caer su espalda contra el respaldo, resignada. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que faltaba una persona. Su corazón saltó asustado, acelerándose a limites desconocidos. ¿Donde esta Santana?
-¿Que has hecho con Santana? -gritó, Brittany, sin control.
-Te refieres a la morena esa... -mustió, Sam, desinteresado. -Es dura la cabrona. Se ha cargado a casi todos mis hombres.
Unas luces se prendieron al lado de Brittany, era una pared. El color se le fue de la cara al ver a Santana, pegada a la pared, atornillada a ella con los brazos en cruz y dos enormes clavijas atravesando sus muñecas. La sangre adornaba todo su cuerpo, pero Brittany no sabía si era la suya, si estaba seca o no. Su ropa estaba destrozada y una especie de lanza atravesaba su estomago, de donde goteaba lentamente un liquido carmesí. Su rostro estaba caído y el pelo le tapaba la cara, por lo que no podía ver si estaba consciente o no.
Brittany se revolvió con furia, lanzándose contra Sam. Consiguió salir de la silla pero Sam la esquivo con facilidad y le dio una patada en todo el estomago, lanzándola contra la pared, al lado de Santana. Levantó la cabeza, tratando de distinguir a Santana pero estaba con los ojos cerrados e increíblemente pálida. ¿Por qué no se estaba regenerando? ¡¿Por qué?!
-¡Eres un enfermo! -gritó, Brittany a Sam. -¡Suéltala! ¡Suéltala, maldita sea! -gritó, Brittany, furiosa.
Un destello azul recorrió todo el cuerpo de Brittany pero esta gritó al notar como su propio cuerpo era electrocutado. Lo volvió a intentar una vez más y otra y otra. Sam entrecerró los ojos ante los fulgores azules que despedía el cuerpo de Brittany. Al final, sin fuerzas, se dejó caer contra el suelo. Su pelo rubio estaba enmarañado, y varias quemaduras relucían sobre su propia piel.
-B-britt... -un pequeño susurro, tan pequeño que casi creyó que se lo había imaginado.
Brittany movió la cabeza sin fuerzas hacia arriba, mirando el rostro de Santana. Sus ojos estaban abiertos pero ese brillo tan ardiente había desaparecido. Le costaba horrores hablar y apenas podía mantenerse consciente.
-De-detente... -susurró, débilmente. -D-deja de hacerte d-daño...
Brittany la miró con los ojos empañados. ¡Diablos! ¿Por que le dolía tanto verla así? ¡Maldición!
-Santana... -mustió, Brittany.
-Que escena tan enternecedora. -susurró, Sam, irónicamente. -Estoy que vomito arcoiris.
-Suéltala... Me queréis a mi. -susurró, Brittany.
-Ella es tan especial como tú... ¿Piensas que voy a desaprovechar esta oportunidad? - soltó una risotada. -Lo llevas claro.
-Por favor... Morirá, si la dejas así... Por favor... -suplicó, Brittany, con las lagrimas recorriendo sus mejillas.
-¿En serio que vas a llorar por esta fulana?
-Por favor... -repitió, la rubia.
Sam simplemente se echó a reír mientras negaba con un dedo, juguetón.
-Tal vez si me la chup-
-¡Evans! -tronó, una voz a sus espaldas.
El rubio se sobresaltó asustado mientras retrocedía. Una figura emergió de las sombras. Brittany parpadeó, cansada, tratando de enfocar al nuevo individuo. Alto, delgado y atlético. Castaño y de unos ojos oscuros, junto a una mandíbula marcada y una nariz aguileña. Vestía el mismo uniforme que Sam, de donde en su cadera portaba una pistola.
-Smythe... ¿Que haces aquí? -siseó, tenso, Sam.
Sebastián Smythe apenas giró el cuello para mirar fijamente a Sam. Su rostro era imperturbable, frío como una piedra.
-Sylvester me ha mandado a supervisar todo. -su voz era suave y algo ronca, si no sonara tan amenazante podría pasarse por sexy.
-No necesito vigilancia. -gruñó, Sam.
-No es a ti quien tengo que vigilar, descerebrado. -los ojos de Sebastian enfocaron hacia las dos muchachas. -A ellas... Las quieren vivas, Evans, no muertas como tus últimos casos.
Brittany levantó la vista, respirando fuerte. ¿Vivas? ¿Entonces porque diablos Sam trata de matarla? Sam la miró con una sonrisa torcida, adivinando sus pensamientos. ¡Maldito cabrón!
-Si realmente nos queréis vivas... Soltad a Santana. Morirá si la dejas ahí. -siseó, Brittany, dirigiendose a Sebastian.
Sebastian la miró en silencio y luego asintió. Varios hombres aparecieron de las sombras, acercándose a Santana. Sin ningún miramiento, le arrancaron con brusquedad la lanza y las clavijas. Brittany cerró los ojos al escuchar el quejido de dolor de Santana cuando su cuerpo impactó contra el suelo. Esos imbéciles no la habían sujetado. La rubia gateó hasta Santana pero uno de los hombres la agarró del pelo con brusquedad. Brittany gruñó pero no hizo nada.
-Dejadla. -ordenó, Sebastian, quién cogió una silla, sentándose enfrente de ellas, observándolas con Sam detrás.
El soldado soltó de mala gana a Brittany, quien se arrastró hasta ponerse a la altura de Santana, que estaba siendo atada de manos y pies por la espalda. Cuando acabaron, la dejaron caer pero Brittany interpuso su propio cuerpo, sujetándola. La recostó como pudo en la pared. Santana apenas reacciono, su respiración estaba muy débil. Brittany observó su cuerpo, sus heridas no se estaban regenerando.
-¿Por qué no te estas curando? -mustió, sin apenas mover los labios, tan bajo que dudaba de si Santana la había escuchado.
Santana la miró, pestañeando apenas, sus ojos se le cerraban, cansados. La había oído perfectamente.
-E-energía... Chi... -articuló, débilmente. ¿Que diablos quería decir con eso? Brittany maquinó su mente a full, pero no encontraba un significado a eso. ¿Estaba sin fuerzas para poder regenerarse?
Una palmada las devolvió a la realidad. Brittany dejo caer su cuerpo apoyado en la pared, pegada al costado de Santana, sujetando su peso. Observaron como Sebastián las miraba entretenido.
-No me he presentado como es debido... -sonrió, Smythe, mostrando una hilera de dientes blanquecinos. -Aunque Santana me conoce muy bien.
-Imbécil. -susurró, Santana.
-Me llamo Sebastian Smythe. -siguió hablando, ignorando a la morena moribunda. -Y tu eres nuestra famosa Pierce... Es placer conocerte. He oído mucho de ti en nuestra compañía, La República.
La cara perpleja de Brittany era la perfecta definición de que no sabía de que diablos estaba hablando. Sebastian esbozó una media sonrisa de lado.
-No sabes de que estoy hablando... ¿Verdad? -se giró, enfocando a Sam. -¿No le has dicho la verdad?
Sam se encogió de hombros, despreocupado.
-Luego me ocuparé de ti... -amenazó, Sebastian. -Veras... Brittany... Tú eres un agente doble, trabajas para nosotros y eres una de nuestras mejores asesinas más implacables, he de decir. Trabajamos capturando a los rebeldes de la Colonia, gente especial como tú, que pone en peligro a la sociedad normal.
-¡Mentira! -gimió, Santana. -¡No lo escuches, Brittany! Es una rata embustera.
-¿Mentira? ¿Eso crees? ¡Jack, trae el portátil!
Un hombre apareció, tendiéndole un portátil plateado. Sebastian tecleó unos segundos y luego giró la pantalla, mostrando un reproductor.
-¿Quién crees que mató a esa negra y el flacucho de gafas?
Santana no se movía, tenía la mirada perdida en la pantalla. Era obvio que conocía a esos dos. Brittany alternaba la mirada entre Santana y Sebastian, confusa y asustada... No se acordaba de nada. Abrió la boca para rebatir pero se quedo en blanco... ¿Como iba a negar algo que ni siquiera sabía?
-Claro que... Hubo problemas... -dijo, Sebastian, cerrando e portátil. -Cuando llegamos, estaban esos dos muertos y tú, inconsciente. El chico ese... ¿Como se llamaba?
-Artie Abrahams. -contestó, Sam. -Su habilidad era borrar memorias.
-Una habilidad problemática que nos costó a nuestra mejor agente. -suspiró, Sebastián. -Sin embargo, alabados sean los dioses, nuestra jefa tuvo la mejor idea de los tiempos. Utilizarte como carnada para atraer a las demás ratas.
-¿Qué? -mustió, Brittany, pálida.
-Sabíamos que te buscaban desesperadamente. Eras el cebo perfecto. -dijo Sam. -¿De quién crees que eran ese anciano asiático y ese pelotón? Eran mis hombres. Yo te mande a Drefae, en tu estado, podrías sobrepasar a Tina Cohen-Chang y su telepatía sin sospechas.
-Sabíamos que López había vuelto a Lima, era la oportunidad perfecta. -explicó, Sebastián. -Una lástima... Deberías saber elegir mejor a tus amigos, López.
-Mentira... -susurró, Santana con la cabeza gacha, el pelo le tapaba la cara. -Brittany estuvo en el orfelinato con nosotros toda nuestra vida, nos separamos un tiempo pero luego nos volvimos a encontrar, se acordaba de mi, estuvo con nosotros todo ese tiempo... ¡Incluso cuando me capturaste, ella volvió a por mi! ¡La secuestrasteis y le hicisteis algo, malditos cabrones! ¡Esa no es mi Brittany! -gritó, entrecortadamente, Santana, mirando furiosa a los dos hombres. Tosió sangre, había olvidado su debilitado cuerpo.
-¿Tú Brittany? ¿Tú Brittany? -repitió, Sebastián. -¿Realmente la conociste durante todo ese tiempo? ¿Nunca pensaste que os volvisteis a ver porque así lo planeamos? -sonrió, Sebastian. Tiró una tarjeta al suelo, donde había una foto de una Brittany muchísimo más joven, de hace unos 7-8 años, con su nombre grabado y su rango en la República: 'Espectro'.
Santana había oído hablar de ese rango, ella misma pertenecía a él en su organización, La Colonia. Eran los mejores agentes, la experta de los expertos. Santana se mordió el labio inferior, negándose a llorar y dejo caer su cabeza, sin fuerza ya. Ni pudo mirar a Brittany.
Brittany estaba completamente en blanco... Ya no sabía que creer, a quién creer. Lo que habían dicho ellos tenía sentido, no había ni un solo cabo fuera de lugar. Y ese video... Y esa foto... Era ella, sin dudarlo. Miró a Santana y observó el dolor en su rostro, había relajado su cuerpo y no se movía ya. Se había rendido completamente.
-¿Y los sueños esos...? -murmuró, Brittany, confusa.
-Son recuerdos. Al parecer tu interfaz memorial no fue tan efectiva. Poco a poco iras recuperando la memoria. -respondió, Sebastián.
Brittany cerró los ojos, en silencio, y sonrió sacudiendo la cabeza. Varios flashes llenaron su mente, encajándose como las piezas de un puzzle. ¡Ahora todo tenía sentido! Levantó las muñecas hacia Sebastián.
-¿Que tal si empiezas a liberarme, Smythe? -habló, Brittany por fin, con un tono serio y frío. Su mirada se había vuelto glacial.
Sebastian la miró, serio, en silencio. Sam se echó a reír.
-¡Ni de coña! ¿Por qué deberíamos fiarnos de ti ahora? -rió, Sam.
-Dígame cual era su misión, Pierce. -ordenó, Sebastian.
-¿No os fiáis de mi? -sonrió de medio lado, Brittany. -Os creo... Así que deberíais darme un voto de confianza.
Silencio.
-Me llamo Brittany Susan Pierce, agente Espectro de la República, mano derecha de Sue Sylvester, presidente de nuestra organización. Se me ordenó capturar vivos o muertos a Mercedes Jones y Artie Abrahams, una viajera del tiempo y un psíquico. También se me ordenó infiltrarme entre las filas de la Colonia, ganándome su confianza y vigilar a Santana López, especial pirotécnica y regeneración a partir de la energía o chi de la personas. -soltó, de un tirón, Brittany.
Sebastian se echó a reír, eufórico mientras daba varias palmadas. Sam permaneció serio, la sonrisa se le había borrado del rostro. Sebastian se acercó, liberando las muñecas de Brittany. La rubia se frotó la piel adolorida, le quedara marca. Se incorporó estirando su entumecido cuerpo.
-Bienvenida de nuevo, Pierce. -sonrió, Sebastian, tendiéndole la mano, mano que Brittany estrechó con fuerza. -Sam es incapaz de llenar tu hueco.
Brittany asintió. Miró a Sam y esbozó una sonrisa burlona. La ira y envidia relampagueó en los ojos de Sam
-Lo siento, Evans... Solo es trabajo. -se burló, Brittany.
-¡Esto es un error y lo demostraré! -acusó, Sam, señalándolos con el dedo. -¡Nunca me fiare de ti, perra!
Sam se giró enfurecido y abandonó la sala pisando fuerte. Brittany se giró hacia Santana.
-¿Y ella? -preguntó, Brittany.
-La encerraremos y luego la chipearemos... Sylvester quiere sus habilidades. -respondió, Sebastian.
Varios hombres se acercaron pero Brittany los detuvo con un movimiento de mano. Ellos se detuvieron confusos, mirando a su jefe, desconfiados de la rubia.
-Yo me ocupo de ella. Tus hombres son un burros, la acabaran matando con su torpeza. Ademas a mi no me puede tocar sin recibir un chispazo. -dijo Brittany, sin ninguna emoción.
Sebastián asintió con la cabeza.
-Espero que no te importe ser flanqueada por mis hombres. Ya sabes... Toda precaución es poca. -sonrió, amigablemente, Sebastián, pero Brittany lo vio, vio su desconfianza en sus ojos, estaba siendo puesta a prueba.
Brittany se encogió de hombros mientras se inclinaba enfrente de Santana. Le soltó las ataduras y luego paso un brazo por su espalda y debajo de las piernas. Santana ni se movió, era como un peso muerto en sus brazos. Tenía la mirada perdida y su pulso era cada vez más débil. Enseguida notó el frescor de la sangre en sus manos, extendió más su brazo para ejercer presión en la herida con la mano. Media docena de hombres la rodearon. Brittany ni los miró apenas pero apuntó mentalmente su registro.
-Llevadme a la enfermería. Ya. -ordenó, Brittany.
Sebastian la miro marchar a paso ligero con Santana en sus brazos. Agarró a un de sus hombres.
-Vigiladla bien. No me fío de ella. -susurró, Sebastian.
-Si, señor. -respondió, el soldado, antes de ponerse a la altura de los otros.
Brittany daba largas zancadas para llegar lo antes posible a su destino. Santana cada vez estaba más débil y parecía haberse negado a luchar por mantener el aliento. Se maldijo interiormente. Llegaron a una sala blanca, pequeña, donde tenia todo lo de emergencias. Rápidamente tumbó a Santana en la camilla. Miró hacia los hombres que tenía detrás.
-Una mujer necesita privacidad. -gruñó, Brittany, con una mirada helada. -¿O acaso sois unos sádicos pervertidos?
El cabecilla de los guardias apretó la mandíbula con fuerza mientras hacia una seña y uno a uno, fueron dejándolas solas.
-Estaremos fuera, señora. -mustió con los dientes apretados, antes de cerrar la puerta.
Por fin, Brittany se permitió respirar aliviada. Agarró el rostro de Santana, sacudiéndolo con suavidad.
-Despierta, Santana. -susurró, Brittany. -Maldita sea...
Rajó la camiseta y observó sus heridas, estaba hecha un desastre. Cogió varias trozos de tela y enrollo con ellas las muñecas de Santana, deteniendo parte su sangrado. Pero la herida del estomago era mortal. Necesitaba regenerarse ya.
-Santana, escúchame. Necesitas regenerarte o morirás. -siseó, Brittany.
-¿Por qué debería? -el susurró de Santana hizo que Brittany suspirara aliviada. Su mirada estaba apagada, dolida. -Eres una traidora... Y yo te creí... Yo creí que lo nues... -Santana cerró la boca, respirando erráticamente, le dolía todo.
Brittany estiró la mano, acariciando la mejilla de Santana. La obligó a que la mirara a los ojos.
-Siempre te amaré, pase lo que pase, lo prometo. -recitó, suavemente, Brittany. -Quien haya sido antes, no significa que sea esa persona ahora.
Santana la miró en silencio.
-Te acuerdas... -susurró, Santana. -¿Quien eres, Brittany?
-No lo sé... -susurró, sinceramente. -Solo sé que desde el primer día que te vi, revolucionaste mi mundo.
-¿Por qué debería creerte, espectro Pierce?
-¿Que te dice el corazón?
Santana no dijo nada, simplemente la miró en silencio. Notaba el temblor de las manos de Brittany presionando su estomago. Inspecciono sus ojos azules y vio el temor en ellos, estaba asustada. Santana levantó una mano temblorosa y sujetó la nuca de Brittany, atrayendo su rostro al suyo.
-Te dolerá... -susurró, Santana, rozando sus labios.
-Aguantaré.
Entonces Santana fundió sus labios con los de la rubia, con fuerza. Apenas Brittany pudo sorprenderse de la familiaridad que sintió cuando notó como le aspiraban algo dentro suyo. El pecho le ardió molesto, como si le faltara algo. Santana estaba tomando su energía. Brittany se apoyó en la camilla, Santana se incorporó hasta quedar sentada, sin separarse de ella y la agarró con más fuerza, besándola. Santana separó su rostro, respirando agitadamente. Brittany se tambaleó pero se mantuvo firme apoyada en la mesa. La herida del estomago aun no se le había cerrado del todo.
-Sigue... -susurró, Brittany, sacudiendo la cabeza, medio mareada. -Puedo aguantar.
-No servirás de nada si te quedas como un vegetal. -negó, Santana.
Brittany frunció el ceño y se incorporó, tambaleante. Se acercó a un equipo electrónico y lo empujó hacia un lado, revelando un entramado de cables. Brittany hundió la mano en ellos. Un chispazo saltó y las luces de la habitación parpadearon. Brittany tendió una mano a Santana, quien se la agarró, confundida.
-Yo también se recargarme. -una corriente de energía atravesó todo el cuerpo de Brittany, fundiéndose en su piel, una sonrisa de satisfacción adornaba el rostro de Brittany. Sus ojos centellaron de un azul relampagueante, brillantes.
-Pero tú... Antes... Los cables... -mustio, perpleja Santana.
-Ven.
Santana se acercó, dubitativa, agarró el rostro de Brittany entre sus manos. Se detuvo a unos milímetros de sus labios.
-Te mataré... ¿Lo sabes, no? -siseó, Santana.
-No esperaba menos de ti. -sonrió, Brittany.
Y entonces, Santana la besó por segunda vez.
Besos!
Capítulo 7
Corría sin detenerse y se tiró por el conducto junto a su compañera, sintiendo el ardor de la granada en sus espaldas, y aterrizaron en una enorme cesta de ropa sucia e inservible. Ambas salieron y más allá estaba ese conducto, su escapatoria. Su compañera morena, salió primera y Brittany la siguió sin perder tiempo, entonces las luces se encendieron bruscamente y fueron rodeadas por varias decenas de hombres. Su compañera se giró, revelando una piel canela y unos ojos profundamente oscuros... Santana, era Santana. Sus labios voluptuosos y rojizos se movían diciéndole algo.
-¡Estamos rodeadas! -gritó, Santana.
Brittany se colocó detrás de ella, espalda contra espalda. Un disparo sonó, directo a la rubia pero Santana fue rápida, se colocó en medio, recibiendo ella el tiro. Santana gruñó de dolor y se incorporó, sacudiendo su hombro herido. El casquillo cayó al suelo y la piel rápidamente se regeneró. Brittany le colocó una mano en su hombro, y se inclinó sobre ella susurrándole en su oído.
-Prepárate. Lanzaré una onda expansiva y te tiras de cabeza a las alcantarillas. -susurró, Brittany.
-Estas herida. -siseó, Santana, preocupada.
-Estoy bien. -sonrió, Brittany, ignorando la punzada de su brazo. -Tengo que sacarte de aquí.
-Podemos hacer un ataque conjunto. -murmuró, Santana, lanzando una mirada rápida a su alrededor. -Este lugar es un banco de pólvora.
Brittany esbozó una sonrisa torcida mientras cerraba los ojos. A su alrededor notaba como Santana no dejaba de moverse a su alrededor, protegiéndola. Notó como la temperatura aumentaba considerablemente, sí... Ella también estaba actuando. La rubia resopló con esfuerzo mientras apretaba las manos con fuerza, abrazándose a si misma, tratándose de concentrar toda su energía restante. El sudor perlaba su frente. Estaba agotada y no sabía cuanto más podría aguantar. Abrió los ojos y observo a Santana, que estaba enfrente suyo, tenía las manos con un brillante anaranjado. Ya estaba lista. La rubia notó como su cuerpo hormigueaba también y sus manos estaban cargadas. Inspiró hondo y con un grito, soltó toda su energía. El suelo tembló ante la fuerza expansiva de la rubia y todos salieron despedidos menos ella. Santana giró en el aire lanzando varias bolas de fuego hacia las cisternas, que estallaron con violencia, cubriendo la huida de Brittany. Al mismo tiempo, la morena cerró los ojos con dolor, al notar como su espalda impactaba contra la pared, sin embargo, apenas pudo agarrarse al borde del conducto de las alcantarillas. Sus manos resbalaron pero otra mano blanca la agarró con fuerza. Santana observó el rostro pálido de Brittany, que la sujetaba de una posible dura caída.
-¿Estas bie-?
Santana ahogó un grito al ver como varios cables rodeaban a Brittany. Brittany se revolvió con furia y soltó una descarga pero no fue tan buena idea, pues se volvió contra su propio cuerpo, arrancándole un gemido ahogado. Los cables relucieron brillantes, metálicos, candentes. La rubia soltó un grito de dolor mientras notaba como los hombres la tironeaban hacia atrás. Miró a Santana que agarraba su mano desesperadamente.
-Sa-Santana... Su-suéltame. -gimió, Brittany.
-¡No! -las lagrimas empañaron el rostro de la morena. -¡No pienso dejarte!
-¡Tienes que irte! -gritó, Brittany. -¡Sabes que no pueden encontrarte!
-¡No!
-¡Mírame, Santana, tienes que irte! ¡Búscame! Me encontrarás... -Brittany, gruñó, mientras trataba de acercarse al rostro de la morena. Clavó su mirada en la suya. Notó como los cables se hundían en su piel. -Siempre te amaré pase lo que pase, lo prometo. -susurró, rozando sus labios con la morena pero no pudo más, un nuevo tirón la lanzó hacia atrás.
Santana apenas pudo articular ninguna palabra cuando Brittany la soltó, sacudiendo su mano para librarse de la suya. Santana no pudo aguantar más y su agarre resbaló. Estiró la mano desesperada mientras caía hacia abajo. Brittany le sonrió antes de caer hacia atrás.
-¡¡BRITTANY!!
Brittany abrió los ojos sobresaltada y confusa ¿Otro sueño? No veía nada. Pestañeó varias veces hasta que sus ojos se acostumbraron a las penumbras del lugar. Tenía todo el cuerpo acalambrado y ahora entendía porque, estaba atada y bocabajo. Notaba la garganta reseca.
-Vaya, vaya... Mira quien ha despertado. -susurró, una voz, desgraciadamente familiar.
-Sam. -susurró, Brittany.
Dos hombres aparecieron a su lado y la levantaron, arrastrándola hasta una silla. Un foco se encendió, cegándola. Entonces divisó como una sombra se sentaba enfrente de ella. Sam Evans con una sonrisa satisfecha y perversa.
-Hola, cariño. ¿Como estás? -saludo con entusiasmo, Sam.
-Muérete. -siseó Brittany, mientras extendía las manos lanzando una descarga, sin embargo, esta no salió hacia su objetivo, sino que recorrió dolorosamente todo su cuerpo dejándola sin aire. -Dios... -gimió.
-La ciencia es una maravilla... Cables metálicos reforzados diseñados para la conducción eléctrica. Un solo toque de dedo, puede dejarte frito si pasan más de 2000 voltios. Ni lo intentes... No puedes escapar.
Brittany forcejeó contra sus ataduras pero solo consiguió clavárselas más en la piel. Dejó caer su espalda contra el respaldo, resignada. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que faltaba una persona. Su corazón saltó asustado, acelerándose a limites desconocidos. ¿Donde esta Santana?
-¿Que has hecho con Santana? -gritó, Brittany, sin control.
-Te refieres a la morena esa... -mustió, Sam, desinteresado. -Es dura la cabrona. Se ha cargado a casi todos mis hombres.
Unas luces se prendieron al lado de Brittany, era una pared. El color se le fue de la cara al ver a Santana, pegada a la pared, atornillada a ella con los brazos en cruz y dos enormes clavijas atravesando sus muñecas. La sangre adornaba todo su cuerpo, pero Brittany no sabía si era la suya, si estaba seca o no. Su ropa estaba destrozada y una especie de lanza atravesaba su estomago, de donde goteaba lentamente un liquido carmesí. Su rostro estaba caído y el pelo le tapaba la cara, por lo que no podía ver si estaba consciente o no.
Brittany se revolvió con furia, lanzándose contra Sam. Consiguió salir de la silla pero Sam la esquivo con facilidad y le dio una patada en todo el estomago, lanzándola contra la pared, al lado de Santana. Levantó la cabeza, tratando de distinguir a Santana pero estaba con los ojos cerrados e increíblemente pálida. ¿Por qué no se estaba regenerando? ¡¿Por qué?!
-¡Eres un enfermo! -gritó, Brittany a Sam. -¡Suéltala! ¡Suéltala, maldita sea! -gritó, Brittany, furiosa.
Un destello azul recorrió todo el cuerpo de Brittany pero esta gritó al notar como su propio cuerpo era electrocutado. Lo volvió a intentar una vez más y otra y otra. Sam entrecerró los ojos ante los fulgores azules que despedía el cuerpo de Brittany. Al final, sin fuerzas, se dejó caer contra el suelo. Su pelo rubio estaba enmarañado, y varias quemaduras relucían sobre su propia piel.
-B-britt... -un pequeño susurro, tan pequeño que casi creyó que se lo había imaginado.
Brittany movió la cabeza sin fuerzas hacia arriba, mirando el rostro de Santana. Sus ojos estaban abiertos pero ese brillo tan ardiente había desaparecido. Le costaba horrores hablar y apenas podía mantenerse consciente.
-De-detente... -susurró, débilmente. -D-deja de hacerte d-daño...
Brittany la miró con los ojos empañados. ¡Diablos! ¿Por que le dolía tanto verla así? ¡Maldición!
-Santana... -mustió, Brittany.
-Que escena tan enternecedora. -susurró, Sam, irónicamente. -Estoy que vomito arcoiris.
-Suéltala... Me queréis a mi. -susurró, Brittany.
-Ella es tan especial como tú... ¿Piensas que voy a desaprovechar esta oportunidad? - soltó una risotada. -Lo llevas claro.
-Por favor... Morirá, si la dejas así... Por favor... -suplicó, Brittany, con las lagrimas recorriendo sus mejillas.
-¿En serio que vas a llorar por esta fulana?
-Por favor... -repitió, la rubia.
Sam simplemente se echó a reír mientras negaba con un dedo, juguetón.
-Tal vez si me la chup-
-¡Evans! -tronó, una voz a sus espaldas.
El rubio se sobresaltó asustado mientras retrocedía. Una figura emergió de las sombras. Brittany parpadeó, cansada, tratando de enfocar al nuevo individuo. Alto, delgado y atlético. Castaño y de unos ojos oscuros, junto a una mandíbula marcada y una nariz aguileña. Vestía el mismo uniforme que Sam, de donde en su cadera portaba una pistola.
-Smythe... ¿Que haces aquí? -siseó, tenso, Sam.
Sebastián Smythe apenas giró el cuello para mirar fijamente a Sam. Su rostro era imperturbable, frío como una piedra.
-Sylvester me ha mandado a supervisar todo. -su voz era suave y algo ronca, si no sonara tan amenazante podría pasarse por sexy.
-No necesito vigilancia. -gruñó, Sam.
-No es a ti quien tengo que vigilar, descerebrado. -los ojos de Sebastian enfocaron hacia las dos muchachas. -A ellas... Las quieren vivas, Evans, no muertas como tus últimos casos.
Brittany levantó la vista, respirando fuerte. ¿Vivas? ¿Entonces porque diablos Sam trata de matarla? Sam la miró con una sonrisa torcida, adivinando sus pensamientos. ¡Maldito cabrón!
-Si realmente nos queréis vivas... Soltad a Santana. Morirá si la dejas ahí. -siseó, Brittany, dirigiendose a Sebastian.
Sebastian la miró en silencio y luego asintió. Varios hombres aparecieron de las sombras, acercándose a Santana. Sin ningún miramiento, le arrancaron con brusquedad la lanza y las clavijas. Brittany cerró los ojos al escuchar el quejido de dolor de Santana cuando su cuerpo impactó contra el suelo. Esos imbéciles no la habían sujetado. La rubia gateó hasta Santana pero uno de los hombres la agarró del pelo con brusquedad. Brittany gruñó pero no hizo nada.
-Dejadla. -ordenó, Sebastian, quién cogió una silla, sentándose enfrente de ellas, observándolas con Sam detrás.
El soldado soltó de mala gana a Brittany, quien se arrastró hasta ponerse a la altura de Santana, que estaba siendo atada de manos y pies por la espalda. Cuando acabaron, la dejaron caer pero Brittany interpuso su propio cuerpo, sujetándola. La recostó como pudo en la pared. Santana apenas reacciono, su respiración estaba muy débil. Brittany observó su cuerpo, sus heridas no se estaban regenerando.
-¿Por qué no te estas curando? -mustió, sin apenas mover los labios, tan bajo que dudaba de si Santana la había escuchado.
Santana la miró, pestañeando apenas, sus ojos se le cerraban, cansados. La había oído perfectamente.
-E-energía... Chi... -articuló, débilmente. ¿Que diablos quería decir con eso? Brittany maquinó su mente a full, pero no encontraba un significado a eso. ¿Estaba sin fuerzas para poder regenerarse?
Una palmada las devolvió a la realidad. Brittany dejo caer su cuerpo apoyado en la pared, pegada al costado de Santana, sujetando su peso. Observaron como Sebastián las miraba entretenido.
-No me he presentado como es debido... -sonrió, Smythe, mostrando una hilera de dientes blanquecinos. -Aunque Santana me conoce muy bien.
-Imbécil. -susurró, Santana.
-Me llamo Sebastian Smythe. -siguió hablando, ignorando a la morena moribunda. -Y tu eres nuestra famosa Pierce... Es placer conocerte. He oído mucho de ti en nuestra compañía, La República.
La cara perpleja de Brittany era la perfecta definición de que no sabía de que diablos estaba hablando. Sebastian esbozó una media sonrisa de lado.
-No sabes de que estoy hablando... ¿Verdad? -se giró, enfocando a Sam. -¿No le has dicho la verdad?
Sam se encogió de hombros, despreocupado.
-Luego me ocuparé de ti... -amenazó, Sebastian. -Veras... Brittany... Tú eres un agente doble, trabajas para nosotros y eres una de nuestras mejores asesinas más implacables, he de decir. Trabajamos capturando a los rebeldes de la Colonia, gente especial como tú, que pone en peligro a la sociedad normal.
-¡Mentira! -gimió, Santana. -¡No lo escuches, Brittany! Es una rata embustera.
-¿Mentira? ¿Eso crees? ¡Jack, trae el portátil!
Un hombre apareció, tendiéndole un portátil plateado. Sebastian tecleó unos segundos y luego giró la pantalla, mostrando un reproductor.
-¿Quién crees que mató a esa negra y el flacucho de gafas?
Dos personas corrían y se detuvieron en un callejón sin salida. Una era una chica de piel oscura, regordita y el otro, un chico desgarbado con gafas. Hablaban desesperados, buscando una salida. Unas sombras se movieron, revelando a una tercera persona. Una rubia alta, atlética con unos ojos azules y un rostro frío, tan frío que apenas era irreconocible, Brittany S. Pierce. Los chicos se quedaron en shock, incrédulos, al ver como se acercaba amenazante, con una pistola en ristre. Hubo destello y la pantalla se fundió a negro.
Santana no se movía, tenía la mirada perdida en la pantalla. Era obvio que conocía a esos dos. Brittany alternaba la mirada entre Santana y Sebastian, confusa y asustada... No se acordaba de nada. Abrió la boca para rebatir pero se quedo en blanco... ¿Como iba a negar algo que ni siquiera sabía?
-Claro que... Hubo problemas... -dijo, Sebastian, cerrando e portátil. -Cuando llegamos, estaban esos dos muertos y tú, inconsciente. El chico ese... ¿Como se llamaba?
-Artie Abrahams. -contestó, Sam. -Su habilidad era borrar memorias.
-Una habilidad problemática que nos costó a nuestra mejor agente. -suspiró, Sebastián. -Sin embargo, alabados sean los dioses, nuestra jefa tuvo la mejor idea de los tiempos. Utilizarte como carnada para atraer a las demás ratas.
-¿Qué? -mustió, Brittany, pálida.
-Sabíamos que te buscaban desesperadamente. Eras el cebo perfecto. -dijo Sam. -¿De quién crees que eran ese anciano asiático y ese pelotón? Eran mis hombres. Yo te mande a Drefae, en tu estado, podrías sobrepasar a Tina Cohen-Chang y su telepatía sin sospechas.
-Sabíamos que López había vuelto a Lima, era la oportunidad perfecta. -explicó, Sebastián. -Una lástima... Deberías saber elegir mejor a tus amigos, López.
-Mentira... -susurró, Santana con la cabeza gacha, el pelo le tapaba la cara. -Brittany estuvo en el orfelinato con nosotros toda nuestra vida, nos separamos un tiempo pero luego nos volvimos a encontrar, se acordaba de mi, estuvo con nosotros todo ese tiempo... ¡Incluso cuando me capturaste, ella volvió a por mi! ¡La secuestrasteis y le hicisteis algo, malditos cabrones! ¡Esa no es mi Brittany! -gritó, entrecortadamente, Santana, mirando furiosa a los dos hombres. Tosió sangre, había olvidado su debilitado cuerpo.
-¿Tú Brittany? ¿Tú Brittany? -repitió, Sebastián. -¿Realmente la conociste durante todo ese tiempo? ¿Nunca pensaste que os volvisteis a ver porque así lo planeamos? -sonrió, Sebastian. Tiró una tarjeta al suelo, donde había una foto de una Brittany muchísimo más joven, de hace unos 7-8 años, con su nombre grabado y su rango en la República: 'Espectro'.
Santana había oído hablar de ese rango, ella misma pertenecía a él en su organización, La Colonia. Eran los mejores agentes, la experta de los expertos. Santana se mordió el labio inferior, negándose a llorar y dejo caer su cabeza, sin fuerza ya. Ni pudo mirar a Brittany.
Brittany estaba completamente en blanco... Ya no sabía que creer, a quién creer. Lo que habían dicho ellos tenía sentido, no había ni un solo cabo fuera de lugar. Y ese video... Y esa foto... Era ella, sin dudarlo. Miró a Santana y observó el dolor en su rostro, había relajado su cuerpo y no se movía ya. Se había rendido completamente.
-¿Y los sueños esos...? -murmuró, Brittany, confusa.
-Son recuerdos. Al parecer tu interfaz memorial no fue tan efectiva. Poco a poco iras recuperando la memoria. -respondió, Sebastián.
Brittany cerró los ojos, en silencio, y sonrió sacudiendo la cabeza. Varios flashes llenaron su mente, encajándose como las piezas de un puzzle. ¡Ahora todo tenía sentido! Levantó las muñecas hacia Sebastián.
-¿Que tal si empiezas a liberarme, Smythe? -habló, Brittany por fin, con un tono serio y frío. Su mirada se había vuelto glacial.
Sebastian la miró, serio, en silencio. Sam se echó a reír.
-¡Ni de coña! ¿Por qué deberíamos fiarnos de ti ahora? -rió, Sam.
-Dígame cual era su misión, Pierce. -ordenó, Sebastian.
-¿No os fiáis de mi? -sonrió de medio lado, Brittany. -Os creo... Así que deberíais darme un voto de confianza.
Silencio.
-Me llamo Brittany Susan Pierce, agente Espectro de la República, mano derecha de Sue Sylvester, presidente de nuestra organización. Se me ordenó capturar vivos o muertos a Mercedes Jones y Artie Abrahams, una viajera del tiempo y un psíquico. También se me ordenó infiltrarme entre las filas de la Colonia, ganándome su confianza y vigilar a Santana López, especial pirotécnica y regeneración a partir de la energía o chi de la personas. -soltó, de un tirón, Brittany.
Sebastian se echó a reír, eufórico mientras daba varias palmadas. Sam permaneció serio, la sonrisa se le había borrado del rostro. Sebastian se acercó, liberando las muñecas de Brittany. La rubia se frotó la piel adolorida, le quedara marca. Se incorporó estirando su entumecido cuerpo.
-Bienvenida de nuevo, Pierce. -sonrió, Sebastian, tendiéndole la mano, mano que Brittany estrechó con fuerza. -Sam es incapaz de llenar tu hueco.
Brittany asintió. Miró a Sam y esbozó una sonrisa burlona. La ira y envidia relampagueó en los ojos de Sam
-Lo siento, Evans... Solo es trabajo. -se burló, Brittany.
-¡Esto es un error y lo demostraré! -acusó, Sam, señalándolos con el dedo. -¡Nunca me fiare de ti, perra!
Sam se giró enfurecido y abandonó la sala pisando fuerte. Brittany se giró hacia Santana.
-¿Y ella? -preguntó, Brittany.
-La encerraremos y luego la chipearemos... Sylvester quiere sus habilidades. -respondió, Sebastian.
Varios hombres se acercaron pero Brittany los detuvo con un movimiento de mano. Ellos se detuvieron confusos, mirando a su jefe, desconfiados de la rubia.
-Yo me ocupo de ella. Tus hombres son un burros, la acabaran matando con su torpeza. Ademas a mi no me puede tocar sin recibir un chispazo. -dijo Brittany, sin ninguna emoción.
Sebastián asintió con la cabeza.
-Espero que no te importe ser flanqueada por mis hombres. Ya sabes... Toda precaución es poca. -sonrió, amigablemente, Sebastián, pero Brittany lo vio, vio su desconfianza en sus ojos, estaba siendo puesta a prueba.
Brittany se encogió de hombros mientras se inclinaba enfrente de Santana. Le soltó las ataduras y luego paso un brazo por su espalda y debajo de las piernas. Santana ni se movió, era como un peso muerto en sus brazos. Tenía la mirada perdida y su pulso era cada vez más débil. Enseguida notó el frescor de la sangre en sus manos, extendió más su brazo para ejercer presión en la herida con la mano. Media docena de hombres la rodearon. Brittany ni los miró apenas pero apuntó mentalmente su registro.
-Llevadme a la enfermería. Ya. -ordenó, Brittany.
Sebastian la miro marchar a paso ligero con Santana en sus brazos. Agarró a un de sus hombres.
-Vigiladla bien. No me fío de ella. -susurró, Sebastian.
-Si, señor. -respondió, el soldado, antes de ponerse a la altura de los otros.
Brittany daba largas zancadas para llegar lo antes posible a su destino. Santana cada vez estaba más débil y parecía haberse negado a luchar por mantener el aliento. Se maldijo interiormente. Llegaron a una sala blanca, pequeña, donde tenia todo lo de emergencias. Rápidamente tumbó a Santana en la camilla. Miró hacia los hombres que tenía detrás.
-Una mujer necesita privacidad. -gruñó, Brittany, con una mirada helada. -¿O acaso sois unos sádicos pervertidos?
El cabecilla de los guardias apretó la mandíbula con fuerza mientras hacia una seña y uno a uno, fueron dejándolas solas.
-Estaremos fuera, señora. -mustió con los dientes apretados, antes de cerrar la puerta.
Por fin, Brittany se permitió respirar aliviada. Agarró el rostro de Santana, sacudiéndolo con suavidad.
-Despierta, Santana. -susurró, Brittany. -Maldita sea...
Rajó la camiseta y observó sus heridas, estaba hecha un desastre. Cogió varias trozos de tela y enrollo con ellas las muñecas de Santana, deteniendo parte su sangrado. Pero la herida del estomago era mortal. Necesitaba regenerarse ya.
-Santana, escúchame. Necesitas regenerarte o morirás. -siseó, Brittany.
-¿Por qué debería? -el susurró de Santana hizo que Brittany suspirara aliviada. Su mirada estaba apagada, dolida. -Eres una traidora... Y yo te creí... Yo creí que lo nues... -Santana cerró la boca, respirando erráticamente, le dolía todo.
Brittany estiró la mano, acariciando la mejilla de Santana. La obligó a que la mirara a los ojos.
-Siempre te amaré, pase lo que pase, lo prometo. -recitó, suavemente, Brittany. -Quien haya sido antes, no significa que sea esa persona ahora.
Santana la miró en silencio.
-Te acuerdas... -susurró, Santana. -¿Quien eres, Brittany?
-No lo sé... -susurró, sinceramente. -Solo sé que desde el primer día que te vi, revolucionaste mi mundo.
-¿Por qué debería creerte, espectro Pierce?
-¿Que te dice el corazón?
Santana no dijo nada, simplemente la miró en silencio. Notaba el temblor de las manos de Brittany presionando su estomago. Inspecciono sus ojos azules y vio el temor en ellos, estaba asustada. Santana levantó una mano temblorosa y sujetó la nuca de Brittany, atrayendo su rostro al suyo.
-Te dolerá... -susurró, Santana, rozando sus labios.
-Aguantaré.
Entonces Santana fundió sus labios con los de la rubia, con fuerza. Apenas Brittany pudo sorprenderse de la familiaridad que sintió cuando notó como le aspiraban algo dentro suyo. El pecho le ardió molesto, como si le faltara algo. Santana estaba tomando su energía. Brittany se apoyó en la camilla, Santana se incorporó hasta quedar sentada, sin separarse de ella y la agarró con más fuerza, besándola. Santana separó su rostro, respirando agitadamente. Brittany se tambaleó pero se mantuvo firme apoyada en la mesa. La herida del estomago aun no se le había cerrado del todo.
-Sigue... -susurró, Brittany, sacudiendo la cabeza, medio mareada. -Puedo aguantar.
-No servirás de nada si te quedas como un vegetal. -negó, Santana.
Brittany frunció el ceño y se incorporó, tambaleante. Se acercó a un equipo electrónico y lo empujó hacia un lado, revelando un entramado de cables. Brittany hundió la mano en ellos. Un chispazo saltó y las luces de la habitación parpadearon. Brittany tendió una mano a Santana, quien se la agarró, confundida.
-Yo también se recargarme. -una corriente de energía atravesó todo el cuerpo de Brittany, fundiéndose en su piel, una sonrisa de satisfacción adornaba el rostro de Brittany. Sus ojos centellaron de un azul relampagueante, brillantes.
-Pero tú... Antes... Los cables... -mustio, perpleja Santana.
-Ven.
Santana se acercó, dubitativa, agarró el rostro de Brittany entre sus manos. Se detuvo a unos milímetros de sus labios.
-Te mataré... ¿Lo sabes, no? -siseó, Santana.
-No esperaba menos de ti. -sonrió, Brittany.
Y entonces, Santana la besó por segunda vez.
Elisika-sama**** - Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 01/12/2012
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Wooowwww!!!! nada que decir! o sea sí.. es confusa la historia, de verdad se conocen de peques?
Tal vez dp de eso la tomaron los de la república para seguir a San...
Ahora, respecto a tu otro fic... Quiero saber si seguirás alguna vez el de "danzas élficas" es que es demasiado bueno.
Porfa sigue, me ha fascinado.
Aunque te demores :)
Saludos (%)
Tal vez dp de eso la tomaron los de la república para seguir a San...
Ahora, respecto a tu otro fic... Quiero saber si seguirás alguna vez el de "danzas élficas" es que es demasiado bueno.
Porfa sigue, me ha fascinado.
Aunque te demores :)
Saludos (%)
Tat-Tat******* - Mensajes : 469
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
has tardado demasiado, pero ha valido la pena!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Wow .. necesito mas caps... estoy super intrigada q paso dsps de peques? ... actualiza! !
Vn-Hide** - Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 16/12/2012
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Hola a todos! Aquí teneis el proximo cap, y ya no actualizare hasta los dos siguientes de Danzas Élficas, que hay que compenzar un poco ambos fics.
Se que puede que os resulte un poco desesperante el fic, ya que hay mucha accion y apenas se han podido juntar nuestras chicas, pero ya vereis como todo se calma. Espero que os este gustando y se acepta cualquier surgerencia y comentario.
Gracias a todos por los comentarios y me encanto uno en especial, que hablaba de una de mis series favoritas: Lost Girl. Acertaste, pues esta inspirada en parte en ella jajaja.
kiss xoxoxo
Capitulo 8
-¿Estas bien? -murmuró, Santana, de brazos cruzados, apoyada en la pared. A pesar de la pregunta, no había ni una solo atisbo de arrepentimiento en su rostro y palabras.
Observó como Brittany estaba apoyada en una de las superficies metálicas, con la cabeza gacha. Su respiración se oía agitada, como si hubiera corrido una maratón durante tres días seguidos sin parar. Santana ya estaba completamente recuperada, se quitó las vendas de las muñecas. No tenía ni una sola marca. La única prueba de su tortura sangrante era su ropa teñida de color carmesí.
-Sobreviviré. -suspiró, Brittany, incorporándose con un gesto de dolor. A diferencia de Santana, ella notaba sus heridas en su piel y dolía.
-Deberías mirarte las quemaduras. -dijo, Santana, señalando los trozos de piel rojiza. -No tienen buena pinta.
Brittany asintió distraída mientras se aplicaba una pomada en la zonas afectadas. Santana la observó en silencio.
-¿Y ahora qué? -preguntó, la latina.
-Ahora... Saldremos por esa puerta como si nada, siendo mi prisionera.
-¿Que te hace pensar que aceptare tan fácilmente? Antes prefiero estar muerta que estar a vuestras ordenes. -escupió, Santana, con rabia.
-Pero no puedes morir. -cortó, Brittany, acercándose a Santana con un rostro serio. -Y yo no permitiré eso. -susurró. Santana notó como su corazón se aceleró ante la insinuación.
-¿Quien eres, Brittany? ¿Que es... toda esta mierda? Pensaba que eras tú la que estabas perdida pero por lo visto no es así... Al parecer he sido yo la estúpida durante todo este tiempo.
-Nunca te he mentido, Santana. -siseó, Brittany, mirándola fijamente a sus ojos. -No se en que mierda me he metido ni que cojones es todo eso de las compañías. No sabía ni quien eras hasta hace una semana atrás... Solo te había visto en mis... sueños. -titubeó, al final.
-¿Sueños o pesadillas? -dijo, adivinando el pensamiento de Brittany.
-Ambos. -susurró, como respuesta. -Corro por un pasillo y tiro una puerta. Te encuentro rodeada de cuatro hombres que mato. Escapamos por un conducto, huyendo de una explosión y al llegar abajo... Estamos rodeadas, abrimos una brecha con nuestro poder o lo que sea y tu sales despedida hacia las alcantarillas y-
-Y tu me sujetas pero te atrapan, no puedes soltarte y me sueltas a mi, obligándome a huir. -interrumpió, Santana, con una expresión indescifrable. Brittany, asintió. -Eso fue real. ¿Has tenido más recuerdos?
Brittany permaneció en silencio, pensativa. Santana lo tomó como un 'sí'. Se pasó las manos por el pelo, aturdida y desesperada. No sabía que hacer. Todo por lo que había estado luchando se había quedado en nada. Miro a la rubia alta que tenía delante. ¿Realmente todo fue una mentira?
-Quiero que me digas algo... Todo lo que dijo Smyhte... ¿Es cierto? -Santana, tomó aire profundamente. -Siempre has estado con ellos... ¿Verdad?
-¿Sinceramente? No lo sé... -Brittany arrugó su nariz. -Hay cosas que no tienen sentido... Pero... Creo que... -silencio. -... si que tienen razón, no percibí ninguna mentira en ninguna palabra. -susurró, bajito, casi con miedo, pero Santana la oyó perfectamente.
Santana dio dos pasos y antes de Brittany pudiera reaccionar, le soltó una cachetada, tan fuerte, que la rubia se tambaleó hacia atrás. Se quedo perpleja, mirando a Santana, con una mano en la mejilla irritada. Eso le había dolido. Santana volvió a levantar la mano pero Brittany fue más rápida. La sujeto con fuerza antes de que fuera a por su otra mejilla. Santana la empujó bruscamente, furiosa. Brittany se cayó hacia atrás y Santana se tiró encima suyo, sujetándola del cuello. Su mirada estaba teñida por la rabia.
-¿Sabes quienes eran? Pues te lo recordare... Mercedes fue como una hermana mayor para ti... Y Artie, era un imbécil de cuatro ojos, que estaba hasta los huesos por ti pero siempre te ayudó, nos ayudó. -siseó, rabiosa, Santana. -¡Si no hubiera sido por él, nunca habríamos estado juntas! -gritó.
Las ultimas palabras resonaron como un eco en la cabeza de Brittany. ¿Juntas? ¿Juntas como? Miró confundida a Santana, sus nudillos estaban blancas de apretar con fuerza el cuello de su camiseta.
-¿A que te refieres? -dijo, con un hilo de voz, Brittany, temiendo la razón de sus pensamientos enredados, aunque ya se lo imaginaba desde que tuvo el sueño. -¿Tú y yo?
La servera mirada de Santana confirmó sus sospechas. La mirada de Brittany se torno vidriosa. Sentía que iba estallar en cualquier momento. Todo se estaba volviendo tan bizarro. ¿Tan mala persona fue? ¿Tuvo a esta morena en sus brazos? ¿Era una asesina sin escrúpulos? Brittany no dijo nada. Se mordió el labio inferior mientras parpadeaba repetidamente, reprimiendo las lagrimas.
-Lo siento. -susurró, sin saber que decir.
-Dime otra cosa... -habló, seria, Santana. -¿Como sabías que decir exactamente a Smythe? Según tú no recuerdas nada. -acusó, Santana.
-Solo me deje llevar por mi instinto. -murmuró, la rubia. -Até cabos.
-¿Instinto, eh?
Santana la soltó pero no se movió. Simplemente se quedó sobre las piernas de la rubia, mirándola fijamente, analizándola. Sabía que una de las cualidades de Brittany era su instinto innato, nunca le fallaba y eso pertenecía a su Brittany.
-Mira, Santana... No se quién fui realmente en el pasado, ni lo que hice... Pero no puedo cambiarlo. El pasado es pasado pero si que puedo elegir mi futuro. -habló, seriamente, Brittany. -Y no soy esa persona. No pienso estar con ellos ni con los tuyos. Solo quiero respuestas.
Santana suspiró, llevándose una mano a los ojos, huyendo de la mirada firme de Brittany.
-Dios... Me vas a volver loca... -susurró.
Brittany abrió la boca para decir algo pero pareció arrepentirse porque la volvió a cerrar. Santana se incorporó y de un tirón de la camiseta de la rubia, la obligó a ponerse en pie. En los ojos castaños de la morena, brillaba una férrea decisión.
-Ambas necesitamos respuestas y sé quién puede dárnoslas... Ms. Shue. -dijo, Santana.
-Hay que salir de aquí. -respondió, Brittany.
-¿Alguna idea?
Brittany esbozó una sonrisa de medio lado y sus ojos chispearon, vivaces. Santana parpadeó, embobada, por un momento había visto a su Brittany, su Brittany, inocente, traviesa e aparentemente ingenua pero lista como ninguna y vivaz. Santana sacudió la cabeza, confundida. 'No... Esa ya no es Brittany...' Santana recordó una conversación de Mike de hace mucho tiempo:
-El cerebro es como una casa, tiene varias habitaciones, unas más profundas que otras. Puedes llegar a perder la memoria pero tarde o temprano tus recuerdos más profundos llegan a salir... Las personas chipeadas simplemente les han cerrado con llave esas habitaciones y han construido unas falsas, y todo su ser cambia, gira alrededor de esos recuerdos falsos, su forma de ser, de actuar, de pensar... Es una persona completamente nueva, sin embargo, tiene un fallo fundamental... Y es que sus recuerdos originales no han sido borrados. Basta con encender una chispa y todos los recuerdos brotaran, destruyéndolo todo a su paso y chocando con los otros, y por eso mucha gente acaba volviéndose loca. Pero hay dos excepciones; uno, que la persona tenga una mente y fuerza de voluntad extraordinaria como para resistir hasta que su verdadera memoria se implante, y dos, borrar el chipeado memorial, con, por ejemplo, la habilidad de nuestro querido Artie. -rió, Mike, levantándose mientras palmeaba la espalda de su amigo.
-Ya ves... Solo sirvo para arreglar cosas. -bromeó, Artie, haciendo reír a Santana.
-¿Y si borras la memoria no se quedan en blanco? -preguntó, Santana.
-Depende de la persona... Hay gente que recupera su memoria en pocos días y otros que pueden no llegarla a recuperarla nunca. Normalmente las 'habitaciones originales' quedan cerradas, yo solo puedo borrar los recuerdos falsos, no devolver los verdaderos. Necesitan de esa chispa... Necesitan despertarse. -respondió, Artie.
-¿Y esa chispa es...? -incitó, Santana.
-Ese es el misterio de cada uno. -sonrió, enigmático, Artie.
-¿Pero realmente vuelven a ser los mismos de antes?
-¿Eres la misma persona que ayer?
Santana se quedó callada ante la respuesta de Artie. Lo miró fijamente, buscando alguna trampa pero solo había sinceridad en sus ojos. Sin embargo, Santana no pudo pensar más porque unos brazos envolvieron su cuello, sonrió al reconocer el aroma.
-¿Que hacéis aquí solos? Estamos todos allí. -preguntó, Brittany, besando la mejilla de Santana.
-Solamente hablar de cosas de la vida. -respondió, Artie, levantándose de la mesa. -Recuerda, Santana, chispa.
Santana asintió con una pequeña sonrisa mientras giraba la cabeza para ver el rostro confundido de Brittany.
-¿Se le ha zafado el ultimo tornillo que le quedaba? -murmuró, Brittany, con los ojos bien abiertos. Santana rompió a carcajadas mientras abrazaba con fuerza a la rubia.
-Eres increíble. -susurró, Santana, mirándola fijamente a los ojos.
-Lo sé. -murmuró, arrogante, Brittany, mientras se inclinaba hacia el rostro de Santana.
-¡Eh, buscaros un hotel!
-¡Dejad de comeros la boca y venid de una vez!
Brittany sonrió y se echó hacia atrás, girando la cabeza. Santana lanzó un gruñido frustrado ante la interrupción. Miraron como Rachel, acompañada de Quinn, Mike, Artie y Mercedes las esperaban más lejos. Ambas caminaron hacia sus amigos con las manos entrelazadas.
-¡Santana!
Santana se sobresaltó ante el grito. Miró como Brittany la miraba con un rostro lleno de preocupación.
-¿Que pasa? -resopló, Santana.
-No me estabas escuchando... -refunfuñó, Brittany.
-Lo siento. -dijo, Santana. -¿Y bien, que decías?
-Tenemos media docena de hombres fuera, sumando a que no sabemos donde estamos, si es que seguimos en Lima. -enumeró, Brittany. -Lo mejor será salir sin levantar sospechas y estudiar el terreno, buscando una oportunidad.
-Necesitamos un teléfono, se quienes pueden ayudarnos. -añadió, Santana. -Pueden crear una distracción y ayudarnos a escapar.
-Entendido. -suspiró, la rubia. -Ahora déjame ponerte esto.
Brittany mostró en sus manos lo que parecían bridas para cables.
-¿Cual es tu plan? -murmuró, recelosa, Santana, dándose la vuelta para que le atara por detrás.
-Llevarte inconsciente y atada e inspeccionar el terreno. Necesitamos más información. Y tú, se supone que estas moribunda. -apretó el plastico, tratando de no clavárselos en la piel. -Pase lo que pase, oigas lo que oigas, no hagas nada.
Santana resopló asintiendo. Brittany la miró fijamente con el ceño fruncido.
-Hablo en serio, Santana. Déjamelo a mi. Es esto o te doy un buen golpe, tu decides.
-Entendido, Pierce.
Brittany se acercó a la morena a paso cauteloso. Santana apoyó las manos en el pecho de la rubia, deteniendo brevemente su avance. Respiro hondo y con un movimiento de cabeza le indicó que estaba lista. Entonces Brittany se inclinó brevemente y agarró a Santana por las piernas, cargándosela en el hombro. Santana relajó su cuerpo y cerró los ojos. Se concentró en sus demás sentidos y agudizó su oído. Notó como Brittany le palmeaba brevemente el muslo, avisándola, era la hora.
***
Brittany caminaba tranquilamente, flanqueada por los guardias. Miraba al frente pero no perdía detalle de todo lo que le rodeaba, memorizándolo todo. Parecía que estaban en un solar abandonado. Antes debió ser una empresa de frigoríficos y aparatos similares, pues en las paredes se amontonaban varios trozos de metales abollados y doblados. También había neveras tiradas de toda clase, desde pequeñas portátiles hasta las enormes de los almacenes. Observó como salían a una sala amplia, la única que parecía estar limpia decentemente y más allá, hacia la derecha, una puerta resguardada por cuatro guardias, por dentro y fuera. La intensa luz que se filtraba indicaba que era la salida.
Cruzaron toda la sala, saliendo a otra más pequeña donde había una especie de cámara frigorífica. Brittany la miró con una ceja arqueada y luego se giró al cabecilla del grupo.
-¿No pretenderéis que meta a López ahí? -bufó, Brittany.
-Son las ordenes, señora... Este es el único lugar lo suficientemente resistente para sus rarezas. -dijo, firme ante la mirada azul.
Brittany resopló mientras dejaba caer sin ningún cuidado a Santana al suelo. La morena ni reaccionó, se quedo ahí, hecha un amasijo de brazos y piernas. Brittany encuadró sus hombros mientras estiraba el cuello. Miró a los seis hombres que la acompañaban.
-¿Donde están Smythe y Evans? -preguntó, indiferente, Brittany.
-El comandante Smythe se ha ido a la base ya, y el capitán Evans se ha ido a un bar, aquí al lado. -respondió.
-Parece que tengo que hacerlo yo todo... -gruñó, Brittany. -Vamos a empezar con una pequeña clase básica. ¿De que esta hecha esta habitación? -dijo, golpeando una de las paredes metálicas.
-¿Acero, señora?
-Punto para el pelirrojo. Muy bien... Ahora explicadme porque vuestra idea de meter a López ahí es una soberana tontería, que ni merece ser llamada así ya que se queda corta.
-El fuego calienta el acero.
-Pero la cámara es un frigorífico, esta a bajo cero. No podrá usar sus poderes.
Brittany se rió entre dientes negando con la cabeza. Levantó un dedo.
-Os lo explicaré como a los niños para que lo podáis entender... Uno, morirá congelada antes de poder usar sus poderes. -levantó un segundo dedo. -Dos, no hay ni una puta corriente de electricidad conectada en este edificio, ya me diréis como funcionara la nevera. -levantó un tercer dedo y sus ojos azules refulgaron en un brillo eléctrico. -Y tres, ya estabais muertos antes de entrar en esta habitación.
Los hombres se miraron confusos, sin entender sus palabras. Un portazo suave rompió el silencio. Santana estaba de pie, junto a la puerta, con una sonrisa cínica. Antes de que pudieran reaccionar, Brittany ya se había movido a la velocidad de la luz. Agarró al cabecilla por el cuello, tirándolo al suelo. Se movió con agilidad, encajando su codo en el que estaba al lado, que cayó al suelo también. Uno trató de agarrarla por el cuello pero antes de poder tocar a la rubia salió despedido hacia atrás por un buen rayo.
Santana se apartó, esquivándolo pero lo agarró por el pie, evitando que hiciera mucho ruido al caer. Observó con una media sonrisa como Brittany luchaba como una autentica guerrera, lanzando chispazos por todos los lados. Santana se tiró al suelo, esquivando por los pelos uno de los rayos desviados de Brittany, aunque teóricamente no le habría hecho nada pero aun así...
-¡Cojones, Brittany! ¡Mira a donde apuntas! -gritó, exaltada, con el corazón aún en la boca.
-¡Lo siento! -exclamó, la rubia, sin distraerse apenas.
Era hermoso pero también terrorífico, la rubia no tenía ni una sola pizca de duda o compasión en matar a las personas que se interponen en su camino. Observó como uno de los hombres, caía de rodillas, desarmado, asustado, pidiendo clemencia. Brittany lo miró indiferente, como si fuera un insecto más. Jugó pasando el dedo por la frente del soldado, quien temblaba y gemía ante las descargas que le lanzaba. Santana frunció el ceño, se estaba pasando tres pueblos.
-Brittany. -rugió, Santana, con una mirada de advertencia. -Suficiente.
Brittany parpadeó confusa, como si se hubiera despertado de un sueño. Miro hacia el hombre tembloroso que tenía a sus pies. Suspiró mientras se pasaba la mano por la frente.
-Acaba tú con él. -mustió, Brittany.
Santana dio dos zancadas y antes de que el hombre pudiera hacer cualquier movimiento, la morena había girado su cuello con fuerza, quebrándoselo. Lo sujeto, dejándolo caer con suavidad al suelo y le cerró los ojos. Miró a Brittany, que estaba de espaldas. Se acercó cautelosa. Ya había visto eso antes, esas sombras oscuras del fondo del corazón de Brittany. La rubia podía ser el ser más valiente, honrado, apacible e inocente del planeta pero como todos, tenía sus sombras oscuras. Diablos, incluso ella misma las tenía y hasta les había puesto un nombre, Snix.
-Eh... -susurró, Santana. -¿Estas bien?
Brittany se giró con una pequeña sonrisa. Se le notaba cansada.
-Si... Lo siento. -sonrió, la rubia. -Es solo que... Odio perder el control de mi misma.
-Te entiendo. -sonrió, la morena, dándole un apretón cariñoso en el brazo. -Es algo con lo que todos tenemos que luchar.
-¿A ti te ha pasado alguna vez?
-Creo que he perdido la cuenta... -rió, Santana.
Brittany sonrió pero no dijo nada. Simplemente se agachó rebuscando entre los ropajes de los soldados muertos. Agarró un móvil que se lo lanzó a Santana y luego encontró dos pistolas. Se guardó una detrás, debajo de la camiseta, y se levantó con la otra en la mano. Se acercó a Santana que parecía esperar a que descolgaran. Le dio la otra pistola. Santana sonrió como agradecimiento mientras la cogía.
-Al fin lo coges, Berry. -suspiró, Santana, aliviada. -¿Qué?... No... Espera... Pero... Escúchame... Si... ¡Maldita sea, cierra el pico! -gruñó, Santana, impaciente. -Estoy con Brittany, al parecer estamos en un solar de frigoríficos abandonado. Lo que no se es si seguimos en Lima. No tenemos tiempo. Hemos conseguido ponernos a salvo por el momento pero en cualquier momento vendrán a buscarnos... No... Ha sido Brittany, no yo... Media docena de hombres... Si... Bueno, ya vale, gnomo. Venid a buscarnos. Entendido... Okey... Tened cuidado, Evans sigue por ahí.
Santana colgó el teléfono con un suspiro frustrado. Brittany la miro con una ceja arqueada, divertida.
-Rachel es horriblemente desesperante. -explicó, encogiéndose de hombros. -Tenemos quince minutos antes de que vengan. Crearan una distracción y escaparemos.
-¿Como sabremos cual será la distracción? -preguntó, Brittany.
-Créeme, lo sabremos... Le gustan hacerlas por todo lo alto. -sonrió maliciosamente, Santana, mientras sacaba el cargador y lo comprobaba. -Será todo un espectáculo.
Se que puede que os resulte un poco desesperante el fic, ya que hay mucha accion y apenas se han podido juntar nuestras chicas, pero ya vereis como todo se calma. Espero que os este gustando y se acepta cualquier surgerencia y comentario.
Gracias a todos por los comentarios y me encanto uno en especial, que hablaba de una de mis series favoritas: Lost Girl. Acertaste, pues esta inspirada en parte en ella jajaja.
kiss xoxoxo
Capitulo 8
-¿Estas bien? -murmuró, Santana, de brazos cruzados, apoyada en la pared. A pesar de la pregunta, no había ni una solo atisbo de arrepentimiento en su rostro y palabras.
Observó como Brittany estaba apoyada en una de las superficies metálicas, con la cabeza gacha. Su respiración se oía agitada, como si hubiera corrido una maratón durante tres días seguidos sin parar. Santana ya estaba completamente recuperada, se quitó las vendas de las muñecas. No tenía ni una sola marca. La única prueba de su tortura sangrante era su ropa teñida de color carmesí.
-Sobreviviré. -suspiró, Brittany, incorporándose con un gesto de dolor. A diferencia de Santana, ella notaba sus heridas en su piel y dolía.
-Deberías mirarte las quemaduras. -dijo, Santana, señalando los trozos de piel rojiza. -No tienen buena pinta.
Brittany asintió distraída mientras se aplicaba una pomada en la zonas afectadas. Santana la observó en silencio.
-¿Y ahora qué? -preguntó, la latina.
-Ahora... Saldremos por esa puerta como si nada, siendo mi prisionera.
-¿Que te hace pensar que aceptare tan fácilmente? Antes prefiero estar muerta que estar a vuestras ordenes. -escupió, Santana, con rabia.
-Pero no puedes morir. -cortó, Brittany, acercándose a Santana con un rostro serio. -Y yo no permitiré eso. -susurró. Santana notó como su corazón se aceleró ante la insinuación.
-¿Quien eres, Brittany? ¿Que es... toda esta mierda? Pensaba que eras tú la que estabas perdida pero por lo visto no es así... Al parecer he sido yo la estúpida durante todo este tiempo.
-Nunca te he mentido, Santana. -siseó, Brittany, mirándola fijamente a sus ojos. -No se en que mierda me he metido ni que cojones es todo eso de las compañías. No sabía ni quien eras hasta hace una semana atrás... Solo te había visto en mis... sueños. -titubeó, al final.
-¿Sueños o pesadillas? -dijo, adivinando el pensamiento de Brittany.
-Ambos. -susurró, como respuesta. -Corro por un pasillo y tiro una puerta. Te encuentro rodeada de cuatro hombres que mato. Escapamos por un conducto, huyendo de una explosión y al llegar abajo... Estamos rodeadas, abrimos una brecha con nuestro poder o lo que sea y tu sales despedida hacia las alcantarillas y-
-Y tu me sujetas pero te atrapan, no puedes soltarte y me sueltas a mi, obligándome a huir. -interrumpió, Santana, con una expresión indescifrable. Brittany, asintió. -Eso fue real. ¿Has tenido más recuerdos?
Brittany permaneció en silencio, pensativa. Santana lo tomó como un 'sí'. Se pasó las manos por el pelo, aturdida y desesperada. No sabía que hacer. Todo por lo que había estado luchando se había quedado en nada. Miro a la rubia alta que tenía delante. ¿Realmente todo fue una mentira?
-Quiero que me digas algo... Todo lo que dijo Smyhte... ¿Es cierto? -Santana, tomó aire profundamente. -Siempre has estado con ellos... ¿Verdad?
-¿Sinceramente? No lo sé... -Brittany arrugó su nariz. -Hay cosas que no tienen sentido... Pero... Creo que... -silencio. -... si que tienen razón, no percibí ninguna mentira en ninguna palabra. -susurró, bajito, casi con miedo, pero Santana la oyó perfectamente.
Santana dio dos pasos y antes de Brittany pudiera reaccionar, le soltó una cachetada, tan fuerte, que la rubia se tambaleó hacia atrás. Se quedo perpleja, mirando a Santana, con una mano en la mejilla irritada. Eso le había dolido. Santana volvió a levantar la mano pero Brittany fue más rápida. La sujeto con fuerza antes de que fuera a por su otra mejilla. Santana la empujó bruscamente, furiosa. Brittany se cayó hacia atrás y Santana se tiró encima suyo, sujetándola del cuello. Su mirada estaba teñida por la rabia.
-¿Sabes quienes eran? Pues te lo recordare... Mercedes fue como una hermana mayor para ti... Y Artie, era un imbécil de cuatro ojos, que estaba hasta los huesos por ti pero siempre te ayudó, nos ayudó. -siseó, rabiosa, Santana. -¡Si no hubiera sido por él, nunca habríamos estado juntas! -gritó.
Las ultimas palabras resonaron como un eco en la cabeza de Brittany. ¿Juntas? ¿Juntas como? Miró confundida a Santana, sus nudillos estaban blancas de apretar con fuerza el cuello de su camiseta.
-¿A que te refieres? -dijo, con un hilo de voz, Brittany, temiendo la razón de sus pensamientos enredados, aunque ya se lo imaginaba desde que tuvo el sueño. -¿Tú y yo?
La servera mirada de Santana confirmó sus sospechas. La mirada de Brittany se torno vidriosa. Sentía que iba estallar en cualquier momento. Todo se estaba volviendo tan bizarro. ¿Tan mala persona fue? ¿Tuvo a esta morena en sus brazos? ¿Era una asesina sin escrúpulos? Brittany no dijo nada. Se mordió el labio inferior mientras parpadeaba repetidamente, reprimiendo las lagrimas.
-Lo siento. -susurró, sin saber que decir.
-Dime otra cosa... -habló, seria, Santana. -¿Como sabías que decir exactamente a Smythe? Según tú no recuerdas nada. -acusó, Santana.
-Solo me deje llevar por mi instinto. -murmuró, la rubia. -Até cabos.
-¿Instinto, eh?
Santana la soltó pero no se movió. Simplemente se quedó sobre las piernas de la rubia, mirándola fijamente, analizándola. Sabía que una de las cualidades de Brittany era su instinto innato, nunca le fallaba y eso pertenecía a su Brittany.
-Mira, Santana... No se quién fui realmente en el pasado, ni lo que hice... Pero no puedo cambiarlo. El pasado es pasado pero si que puedo elegir mi futuro. -habló, seriamente, Brittany. -Y no soy esa persona. No pienso estar con ellos ni con los tuyos. Solo quiero respuestas.
Santana suspiró, llevándose una mano a los ojos, huyendo de la mirada firme de Brittany.
-Dios... Me vas a volver loca... -susurró.
Brittany abrió la boca para decir algo pero pareció arrepentirse porque la volvió a cerrar. Santana se incorporó y de un tirón de la camiseta de la rubia, la obligó a ponerse en pie. En los ojos castaños de la morena, brillaba una férrea decisión.
-Ambas necesitamos respuestas y sé quién puede dárnoslas... Ms. Shue. -dijo, Santana.
-Hay que salir de aquí. -respondió, Brittany.
-¿Alguna idea?
Brittany esbozó una sonrisa de medio lado y sus ojos chispearon, vivaces. Santana parpadeó, embobada, por un momento había visto a su Brittany, su Brittany, inocente, traviesa e aparentemente ingenua pero lista como ninguna y vivaz. Santana sacudió la cabeza, confundida. 'No... Esa ya no es Brittany...' Santana recordó una conversación de Mike de hace mucho tiempo:
-El cerebro es como una casa, tiene varias habitaciones, unas más profundas que otras. Puedes llegar a perder la memoria pero tarde o temprano tus recuerdos más profundos llegan a salir... Las personas chipeadas simplemente les han cerrado con llave esas habitaciones y han construido unas falsas, y todo su ser cambia, gira alrededor de esos recuerdos falsos, su forma de ser, de actuar, de pensar... Es una persona completamente nueva, sin embargo, tiene un fallo fundamental... Y es que sus recuerdos originales no han sido borrados. Basta con encender una chispa y todos los recuerdos brotaran, destruyéndolo todo a su paso y chocando con los otros, y por eso mucha gente acaba volviéndose loca. Pero hay dos excepciones; uno, que la persona tenga una mente y fuerza de voluntad extraordinaria como para resistir hasta que su verdadera memoria se implante, y dos, borrar el chipeado memorial, con, por ejemplo, la habilidad de nuestro querido Artie. -rió, Mike, levantándose mientras palmeaba la espalda de su amigo.
-Ya ves... Solo sirvo para arreglar cosas. -bromeó, Artie, haciendo reír a Santana.
-¿Y si borras la memoria no se quedan en blanco? -preguntó, Santana.
-Depende de la persona... Hay gente que recupera su memoria en pocos días y otros que pueden no llegarla a recuperarla nunca. Normalmente las 'habitaciones originales' quedan cerradas, yo solo puedo borrar los recuerdos falsos, no devolver los verdaderos. Necesitan de esa chispa... Necesitan despertarse. -respondió, Artie.
-¿Y esa chispa es...? -incitó, Santana.
-Ese es el misterio de cada uno. -sonrió, enigmático, Artie.
-¿Pero realmente vuelven a ser los mismos de antes?
-¿Eres la misma persona que ayer?
Santana se quedó callada ante la respuesta de Artie. Lo miró fijamente, buscando alguna trampa pero solo había sinceridad en sus ojos. Sin embargo, Santana no pudo pensar más porque unos brazos envolvieron su cuello, sonrió al reconocer el aroma.
-¿Que hacéis aquí solos? Estamos todos allí. -preguntó, Brittany, besando la mejilla de Santana.
-Solamente hablar de cosas de la vida. -respondió, Artie, levantándose de la mesa. -Recuerda, Santana, chispa.
Santana asintió con una pequeña sonrisa mientras giraba la cabeza para ver el rostro confundido de Brittany.
-¿Se le ha zafado el ultimo tornillo que le quedaba? -murmuró, Brittany, con los ojos bien abiertos. Santana rompió a carcajadas mientras abrazaba con fuerza a la rubia.
-Eres increíble. -susurró, Santana, mirándola fijamente a los ojos.
-Lo sé. -murmuró, arrogante, Brittany, mientras se inclinaba hacia el rostro de Santana.
-¡Eh, buscaros un hotel!
-¡Dejad de comeros la boca y venid de una vez!
Brittany sonrió y se echó hacia atrás, girando la cabeza. Santana lanzó un gruñido frustrado ante la interrupción. Miraron como Rachel, acompañada de Quinn, Mike, Artie y Mercedes las esperaban más lejos. Ambas caminaron hacia sus amigos con las manos entrelazadas.
-¡Santana!
Santana se sobresaltó ante el grito. Miró como Brittany la miraba con un rostro lleno de preocupación.
-¿Que pasa? -resopló, Santana.
-No me estabas escuchando... -refunfuñó, Brittany.
-Lo siento. -dijo, Santana. -¿Y bien, que decías?
-Tenemos media docena de hombres fuera, sumando a que no sabemos donde estamos, si es que seguimos en Lima. -enumeró, Brittany. -Lo mejor será salir sin levantar sospechas y estudiar el terreno, buscando una oportunidad.
-Necesitamos un teléfono, se quienes pueden ayudarnos. -añadió, Santana. -Pueden crear una distracción y ayudarnos a escapar.
-Entendido. -suspiró, la rubia. -Ahora déjame ponerte esto.
Brittany mostró en sus manos lo que parecían bridas para cables.
-¿Cual es tu plan? -murmuró, recelosa, Santana, dándose la vuelta para que le atara por detrás.
-Llevarte inconsciente y atada e inspeccionar el terreno. Necesitamos más información. Y tú, se supone que estas moribunda. -apretó el plastico, tratando de no clavárselos en la piel. -Pase lo que pase, oigas lo que oigas, no hagas nada.
Santana resopló asintiendo. Brittany la miró fijamente con el ceño fruncido.
-Hablo en serio, Santana. Déjamelo a mi. Es esto o te doy un buen golpe, tu decides.
-Entendido, Pierce.
Brittany se acercó a la morena a paso cauteloso. Santana apoyó las manos en el pecho de la rubia, deteniendo brevemente su avance. Respiro hondo y con un movimiento de cabeza le indicó que estaba lista. Entonces Brittany se inclinó brevemente y agarró a Santana por las piernas, cargándosela en el hombro. Santana relajó su cuerpo y cerró los ojos. Se concentró en sus demás sentidos y agudizó su oído. Notó como Brittany le palmeaba brevemente el muslo, avisándola, era la hora.
***
Brittany caminaba tranquilamente, flanqueada por los guardias. Miraba al frente pero no perdía detalle de todo lo que le rodeaba, memorizándolo todo. Parecía que estaban en un solar abandonado. Antes debió ser una empresa de frigoríficos y aparatos similares, pues en las paredes se amontonaban varios trozos de metales abollados y doblados. También había neveras tiradas de toda clase, desde pequeñas portátiles hasta las enormes de los almacenes. Observó como salían a una sala amplia, la única que parecía estar limpia decentemente y más allá, hacia la derecha, una puerta resguardada por cuatro guardias, por dentro y fuera. La intensa luz que se filtraba indicaba que era la salida.
Cruzaron toda la sala, saliendo a otra más pequeña donde había una especie de cámara frigorífica. Brittany la miró con una ceja arqueada y luego se giró al cabecilla del grupo.
-¿No pretenderéis que meta a López ahí? -bufó, Brittany.
-Son las ordenes, señora... Este es el único lugar lo suficientemente resistente para sus rarezas. -dijo, firme ante la mirada azul.
Brittany resopló mientras dejaba caer sin ningún cuidado a Santana al suelo. La morena ni reaccionó, se quedo ahí, hecha un amasijo de brazos y piernas. Brittany encuadró sus hombros mientras estiraba el cuello. Miró a los seis hombres que la acompañaban.
-¿Donde están Smythe y Evans? -preguntó, indiferente, Brittany.
-El comandante Smythe se ha ido a la base ya, y el capitán Evans se ha ido a un bar, aquí al lado. -respondió.
-Parece que tengo que hacerlo yo todo... -gruñó, Brittany. -Vamos a empezar con una pequeña clase básica. ¿De que esta hecha esta habitación? -dijo, golpeando una de las paredes metálicas.
-¿Acero, señora?
-Punto para el pelirrojo. Muy bien... Ahora explicadme porque vuestra idea de meter a López ahí es una soberana tontería, que ni merece ser llamada así ya que se queda corta.
-El fuego calienta el acero.
-Pero la cámara es un frigorífico, esta a bajo cero. No podrá usar sus poderes.
Brittany se rió entre dientes negando con la cabeza. Levantó un dedo.
-Os lo explicaré como a los niños para que lo podáis entender... Uno, morirá congelada antes de poder usar sus poderes. -levantó un segundo dedo. -Dos, no hay ni una puta corriente de electricidad conectada en este edificio, ya me diréis como funcionara la nevera. -levantó un tercer dedo y sus ojos azules refulgaron en un brillo eléctrico. -Y tres, ya estabais muertos antes de entrar en esta habitación.
Los hombres se miraron confusos, sin entender sus palabras. Un portazo suave rompió el silencio. Santana estaba de pie, junto a la puerta, con una sonrisa cínica. Antes de que pudieran reaccionar, Brittany ya se había movido a la velocidad de la luz. Agarró al cabecilla por el cuello, tirándolo al suelo. Se movió con agilidad, encajando su codo en el que estaba al lado, que cayó al suelo también. Uno trató de agarrarla por el cuello pero antes de poder tocar a la rubia salió despedido hacia atrás por un buen rayo.
Santana se apartó, esquivándolo pero lo agarró por el pie, evitando que hiciera mucho ruido al caer. Observó con una media sonrisa como Brittany luchaba como una autentica guerrera, lanzando chispazos por todos los lados. Santana se tiró al suelo, esquivando por los pelos uno de los rayos desviados de Brittany, aunque teóricamente no le habría hecho nada pero aun así...
-¡Cojones, Brittany! ¡Mira a donde apuntas! -gritó, exaltada, con el corazón aún en la boca.
-¡Lo siento! -exclamó, la rubia, sin distraerse apenas.
Era hermoso pero también terrorífico, la rubia no tenía ni una sola pizca de duda o compasión en matar a las personas que se interponen en su camino. Observó como uno de los hombres, caía de rodillas, desarmado, asustado, pidiendo clemencia. Brittany lo miró indiferente, como si fuera un insecto más. Jugó pasando el dedo por la frente del soldado, quien temblaba y gemía ante las descargas que le lanzaba. Santana frunció el ceño, se estaba pasando tres pueblos.
-Brittany. -rugió, Santana, con una mirada de advertencia. -Suficiente.
Brittany parpadeó confusa, como si se hubiera despertado de un sueño. Miro hacia el hombre tembloroso que tenía a sus pies. Suspiró mientras se pasaba la mano por la frente.
-Acaba tú con él. -mustió, Brittany.
Santana dio dos zancadas y antes de que el hombre pudiera hacer cualquier movimiento, la morena había girado su cuello con fuerza, quebrándoselo. Lo sujeto, dejándolo caer con suavidad al suelo y le cerró los ojos. Miró a Brittany, que estaba de espaldas. Se acercó cautelosa. Ya había visto eso antes, esas sombras oscuras del fondo del corazón de Brittany. La rubia podía ser el ser más valiente, honrado, apacible e inocente del planeta pero como todos, tenía sus sombras oscuras. Diablos, incluso ella misma las tenía y hasta les había puesto un nombre, Snix.
-Eh... -susurró, Santana. -¿Estas bien?
Brittany se giró con una pequeña sonrisa. Se le notaba cansada.
-Si... Lo siento. -sonrió, la rubia. -Es solo que... Odio perder el control de mi misma.
-Te entiendo. -sonrió, la morena, dándole un apretón cariñoso en el brazo. -Es algo con lo que todos tenemos que luchar.
-¿A ti te ha pasado alguna vez?
-Creo que he perdido la cuenta... -rió, Santana.
Brittany sonrió pero no dijo nada. Simplemente se agachó rebuscando entre los ropajes de los soldados muertos. Agarró un móvil que se lo lanzó a Santana y luego encontró dos pistolas. Se guardó una detrás, debajo de la camiseta, y se levantó con la otra en la mano. Se acercó a Santana que parecía esperar a que descolgaran. Le dio la otra pistola. Santana sonrió como agradecimiento mientras la cogía.
-Al fin lo coges, Berry. -suspiró, Santana, aliviada. -¿Qué?... No... Espera... Pero... Escúchame... Si... ¡Maldita sea, cierra el pico! -gruñó, Santana, impaciente. -Estoy con Brittany, al parecer estamos en un solar de frigoríficos abandonado. Lo que no se es si seguimos en Lima. No tenemos tiempo. Hemos conseguido ponernos a salvo por el momento pero en cualquier momento vendrán a buscarnos... No... Ha sido Brittany, no yo... Media docena de hombres... Si... Bueno, ya vale, gnomo. Venid a buscarnos. Entendido... Okey... Tened cuidado, Evans sigue por ahí.
Santana colgó el teléfono con un suspiro frustrado. Brittany la miro con una ceja arqueada, divertida.
-Rachel es horriblemente desesperante. -explicó, encogiéndose de hombros. -Tenemos quince minutos antes de que vengan. Crearan una distracción y escaparemos.
-¿Como sabremos cual será la distracción? -preguntó, Brittany.
-Créeme, lo sabremos... Le gustan hacerlas por todo lo alto. -sonrió maliciosamente, Santana, mientras sacaba el cargador y lo comprobaba. -Será todo un espectáculo.
Elisika-sama**** - Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 01/12/2012
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Uuuu se viene lo buenooo . Ya quiero ver que pasa entre las brittaanas . Muy buen capitulo
espero que actualices luegoooooo. Esta muy bueno
espero que actualices luegoooooo. Esta muy bueno
brittana-bitches!!!***** - Mensajes : 228
Fecha de inscripción : 02/09/2012
Edad : 27
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
muy bueno, a esperar la actualizacion!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Ya quiero el próximoooooo:(
YoyoMay***** - Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 11/04/2013
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
holaaa
actualiza porfa !!
que esto esta muy muy cool quiero seguir leyendo
actualiza porfa !!
que esto esta muy muy cool quiero seguir leyendo
raxel_vale****** - Mensajes : 377
Fecha de inscripción : 24/08/2013
Edad : 34
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Gracias a todos por los comentarios. Lamento no poder contestaros pero que ando liada y he pasado a dejaros el proximo capitulo. Como prometí actualizar cada semana, esta semana toca esta historia y a la próxima, la otra. Intentaré ser equitativa.
Espero que os guste el capitulo. Dejad vuestras criticas tanto destructivas como constructivas
Capitulo 9
Silencio, brevemente roto por respiraciones acompasadas. Santana y Brittany estaban apoyadas en la pared, cerca de la puerta, esperando a que las recataran o las encontraran. Habían pasado ya más de diez minutos y seguramente la gente habrá empezado a echar en falta al pelotón que estaban muertos a sus pies. Brittany arrugó la nariz, si no entraba nadie, estaba dispuesta a salir ella misma. No iba a aguantar como el olor pestilente de la putrefacción iba aumentando y por la mueca de asco en la cara de Santana, ella tampoco.
-¿Cuando aparecerán? -susurró, impaciente, Brittany.
-Pronto... Sino no tendrán cuerpo que rescatar. -gruño, Santana, tan o incluso más impaciente que ella. -Dios, que peste...
-Tengo una propuesta... ¿Y si salimos por patas por nuestro propio pie? Necesito una ducha.
-Llegaran pronto.
-¿Pronto? ¿Cuando es pronto?
-No lo sé, pero pronto.
-¿Pronto de un minuto o pronto de veinte minutos?
-¡Dios, Brittany, pronto! -gritó, Santana, exasperada.
Brittany resopló mientras se cruzaba de brazos. Se giró apoyándose para tener una vista completa de frente de Santana. La miro lentamente, de abajo arriba. No era por exagerar pero para ella era la persona mas bella de tierra. Sus ojos estaban cerrados suavemente y su ceño ligeramente fruncido mostrando un rostro aparentemente relajado pero la ligera tensión de sus hombros mostraba que estaba alerta. Miró sus labios, suaves, rojos y esponjosos... No pudo evitar relamerse los labios. Realmente esos besos le habían sabido a gloria.
-Me estas mirando. -susurró, Santana. No era una pregunta. Sus párpados temblaron y se abrieron, lanzándome una mirada extraña... Entre curiosa y desconfiada.
-Me estoy preguntando... -murmuró, Brittany, en voz alta, sin dejar de mirar a la morena. -¿Como podría olvidarte alguien? Simplemente mírate... Eres hermosa.
Santana luchó contra la sonrisa que pujaba por salir en sus labios. Carraspeó intentando mantener el semblante serio pero no lo consiguió. Su mirada se había ablandado y sus labios se curvaron en una sonrisa triste.
-Parece ser que no es suficiente... -su voz se había tornado suave. -La persona que más me importa lo ha hecho.
A Brittany se le removieron la entrañas dolorosamente. No era una acusación pero sabía que lo decía por ella.
-Lo siento.
-No es culpa tuya. Al parecer todo era una mentira... -Santana la miró duramente. -Parece ser que perder la memoria muestra a la verdadera Brittany Pierce.
Brittany la miró sin saber que decir. No pensaba volver a excusarse otra vez. Además esas palabras le habían dolido realmente. Veía la desconfianza en sus ojos marrones y eso, acuchillaba su corazón, matándolo lentamente. La rubia se acercó titubeante a la morena y le agarró de la muñeca. Santana la miró extrañada.
-Sé que no tengo derecho a decirte eso... -murmuró, Brittany, nerviosa. -Pero creo que... No, estoy segura de que lo que vivimos fue real. Nunca podría hacerte daño. Por favor, no dudes de eso...
-¿Por qué estas tan segura? -mustió, Santana, con el dolor reflejado en sus ojos.
-Porque el corazón nunca miente. -aseguró, Brittany.
Santana esbozó una sonrisa sarcástica.
-Creo que he perdido la cuenta de las veces que te he oído decir eso... -Santana miró fijamente a Brittany. -Tienes razón en una cosa... No tienes derecho a pedirme eso. -siseó, Santana, agitando su muñeca para librarse del agarre de la rubia.
Brittany notó como un nudo se le asentaba en la boca del estomago. Le había dolido ese rechazo tan frío. Se apartó de Santana mientras trataba de pensar en otra cosa pero ahora solo sentía unas ganas irrefrenables de llorar. Se quedaron en un silencio opaco. Santana no volvió a mirar en su dirección. De repente, un temblor sacudió el edificio, seguido de una explosión y gritos.
-Es la hora. -dijo, Santana, incorporándose. -Sígueme. No te quedes atrás.
Brittany asintió y se preparó. contaron hasta tres y ambas salieron a la carrera por la puerta. Brittany apenas pudo mantenerse concentrada al ver como una de las enormes paredes de la nave estaba cubierta de hielo. Todo estaba helado. Varios soldados estaban por el suelo congelados y otros atravesados de parte en parte por esquirlas. La sangre brillaba, resbalando por ese hielo blanquecino.
-¿Que diablos...? -susurró, Brittany, medio horrorizada y embelesada ante esa siniestra obra de arte.
-¡No te pares! -gritó, Santana.
Brittany se dio cuenta de que estaban corriendo directas hacia la pared de hielo. Santana levanto una mano, cerrándola en un puño. Su piel se estaba tornando candente, hasta volverse de un rojo ardiente. Entonces descargó todo el puño contra la pared de hielo. Todo tembló mientras unas llamas abrasadoras surgieron de su mano, devorando todo a su paso. El hielo se resquebrajó en miles de pedazos mortíferos. Brittany tragó saliva, Santana era fuerte, muy fuerte. Corrieron sin detenerse y cuando sintieron la luz del sol sobre su piel, el espectáculo exterior las sobrecogió... Era totalmente distinto. Si dentro apenas había soldados, fuera era todo distinto. Todo estaba destruido, humo, llamas y sangre rodeaba todo el lugar. Varias patrullas de soldados permanecían fieros disparando más allá de la humareda. Lo acompañaban varios tanques e incluso un par de helicópteros. Santana no se quedó quieta, una bola de fuego apareció en su mano y con una puntería excelente la lanzó contra las astas del helicóptero, que se incendiaron al instante. Unos segundos después, el helicóptero se estrellaba contra el suelo. Brittany inconscientemente se llevó las manos a los oídos, protegiéndoselos del ruido de la explosión.
-¡Santana!
Brittany pegó un brinco al ver como la castaña bajita apareció a su lado de repente. Casi se le sale el corazón. ¿De donde había salido? Santana ni se inmutó.
-Blaine y Quinn se están encargando de los soldados pero tenemos que irnos ya. Los refuerzos vendrán pronto. -resopló, Rachel, a toda velocidad mientras agarraba por la muñeca a Brittany y a Santana.
De repente todo cambió enfrente de los ojos de Brittany. En apenas un parpadeo, ese espectáculo de fuego, llamas y destrucción, había desaparecido para mostrar un descampado verde y un cielo azul. Brittany se apartó trastabillando hacía atrás, Santana la miró brevemente pero la ignoró. Rachel si que se preocupo, a diferencia de la morena.
-Oye... -dijo, mientras se acercaba a ella. -¿Estas bien? Se que puede ser un poco angustioso la primera vez.
-¿Que demonios has hecho? -mustió, Brittany, blanca como la cal.
-¿No le has contado todo ya? -preguntó, Rachel, mirando a Santana, quién se encogió de hombros. -Tengo habilidades como tú. Soy una teleporter. Puedo viajar en el espacio y transportarme a mi misma o cosas.
Brittany asintió, aún pálida. Suspiró mientras trataba de que esas nauseas extrañas de su estomago se calmaran. No debería sorprenderse ya... Confusa, se apretó las sienes. La cabeza le empezaba a doler otra vez, su cuerpo temblaba. Rachel la miró preocupada y lanzó una mirada acusatoria a la morena. Esta vez, Santana si que pareció importarle, ya que se acercó a Brittany y la rodeó con su cuerpo. Puso una mano en su cintura y otra en su nuca.
-Tranquila, Britt. No te fuerces. Cálmate. -susurró, Santana, masajeandole el cuello. ''¿Ahora soy Britt para ti?'' pensó Brittany, irritada.
Brittany inspiró hondo mientras trataba de relajarse pero estaba demasiado tensa. Santana estaba demasiado cerca de ella y eso la ponía nerviosa, a pesar de tener esos dedos ágiles masajeando su nuca, aliviándole ese punzante dolor de sienes.
-Voy a buscar a Blaine y a Quinn. Quedaros aquí. -ordenó, Rachel. Y se esfumo, desapareciendo.
Brittany se dejó caer a la hierba verde, inspirando hondo y luego soltando aire lentamente. Santana se sentó a su lado sin decir nada.
-¿Que soy? ¿Que somos? -preguntó, Brittany, aliviada ya de poder soltar esa pregunta de una vez.
-Nos llaman de muchas formas... El gobierno nos llaman especiales. Nosotros preferimos el termino de Skills. Significa 'habilidades' en danés. -respondió, Santana, mirando al cielo azul.
-¿Nosotros?
-La Colonia. Es un refugio para gente como nosotros.
-¿Y estos... poderes... de donde salen?
-Nacen con nosotros, al menos, los normales. Es un don que crece con nosotros, es parte de nosotros. Pero... -Santana se mordió el labio, pensativa. -También hay experimentos que te implantan la habilidad a la fuerza. Yo fui uno de ellos. -susurró, por lo bajo, Santana. Brittany observó como se abrazaba a si misma, temblorosa.
-Tu tienes dos habilidades. -entendió, Brittany, al instante. Santana asintió.
-Todos nacemos con una. -explicó, mientras levantaba un dedo, donde apareció una pequeña llamarada. -Mi habilidad es la regeneración instantánea. El fuego fue artificialmente. Tenía tres años.
-Eso es horrible... ¿No es ilegal? ¿Tus padres no...?
-¿Que padres, Brittany? Todos nosotros nacimos en orfanatos. No tenemos familia. Nuestra familia es la Colonia. -interrumpió, Santana, hosca.
-¿Como fue...? -preguntó, suavemente, Brittany.
-Doloroso, horriblemente doloroso. No recuerdo apenas más que eso... -gimió, Santana, con la voz rota. -Solo recuerdo paredes blancas y millares de agujas. El cuerpo me dolía, como si me arrancaban cada miembro lentamente. Les daba igual, siempre me regeneraba pero el dolor siempre estaba ahí. -Santana permaneció en silencio, un rato. Brittany extendió una mano, acariciando sus dedos, temblorosa y respiró aliviada al ver que Santana no la apartaba, apretó su mano con fuerza. -Ms. Shue me rescató y me trajo aquí, a Lima. Aquí fue donde nos conocimos.
Brittany se quedó en silencio, asimilando la información. Trato de hacer memoria pero solo consiguió un punzante dolor de cabeza. Brittany iba a abrir la boca para seguir preguntando pero tres figuras aparecieron repentinamente. Brittany pegó un pequeño brinco, sorprendida. Santana se levantó al instante y se acercó a ellos. Brittany la imitó. Observó a los recién llegados. Reconoció a Quinn, que se veía bastante despeinada y cubierta de hollín. No tenía más que una marca rojiza debajo del ojo derecho, en el pómulo, seguramente de un puñetazo o algún golpe. La otra persona era un chico, de estatura media, moreno, piel blanca y ojos claros. Tenía el pelo brillante y pegado a la cabeza, engominado. ''Demasiada gomina.'' pensó Brittany. Vestía un jersey y unos pantalones que le llegaban por los tobillos. El chico dio un paso hacia Brittany extendiendo su mano.
-Soy Blaine Anderson. -sonrió, mostrando unos dientes blanquísimos. -Encantado de conocerte por fin.
Brittany aceptó su mano, sorprendiéndose de lo fría que estaba. ¡Estaba helada!
-¿No tienes frío con esos pantalones cortos? Estas helado. -dijo, Brittany, confusa, arrancando varias carcajadas de los demás. ¿Que había dicho?
-Mi habilidad es el hielo. -sonrió, Blaine, mientras cerraba una mano que empezaba a rodearse de una neblina blanca. Tras medio segundo, le tendió una rosa de hielo. Brittany la cogió, admirando su belleza. -Mi temperatura corporal siempre es fría.
-Bueno, ya hechas las presentaciones, mejor vámonos a casa. -sonrió, Rachel, dando una palmada.
-Esperad, necesito hablar con Maribel. -dijo, Santana.
-Ya hablé con ella y con tu abuela, Santana. No te preocupes. -dijo, Quinn. -No le di muchos detalles, ni me los pidió. Solo me dijo que tuvieras cuidado.
-Vale, gracias, Q.
Rachel se acercó con una amplia sonrisa a Brittany y le tendió una mano.
-¿Lista para ir a casa? -preguntó. Brittany esbozó una pequeña sonrisa indecisa, dudaba que pudiera llamarlo casa. La mirada renuente de Santana lo confirmaba, no era bienvenida.
Rachel agarró la mano de Quinn, quien a su vez agarró a Santana, y esta, a Blaine. Brittany cerró los ojos, no quería volver a marearse. Y antes de poder contar hasta dos, ya habían aparecido en una enorme vestíbulo. La rubia miró a su alrededor, era enorme. Paredes de madera oscura con numerosas lamparas colgantes. Una enorme chimenea estaba prendida al fondo y numerosos sillones y butacas rodeaban la estancia. El suelo estaba forrado de alfombra y los tapices colgaban del techo. Era viejo todo pero estaba muy bien conservado. Brittany se dio cuenta de que no estaban solos. Enfrente había un hombre mayor, de pelo claro, donde se asomaban varias canas y con un rostro extrañamente simétrico. Su cabeza volvía a dolerle. Le había visto antes... ¿Pero donde? Su mirada oscura la hizo temblar. No supo porque, pero de repente sintió miedo. Notó como la piel le cosquilleaba. Había activado sus defensas inconscientemente.
-Ms. Shue. -saludo, Rachel, acercándose a él.
-Chicos, me alegro de que hayáis llegado a salvo. -su voz era suave y tranquila, amigable, pero eso a Brittany no le gusto.
Blaine también se movió acercándose a saludar pero se fue hacía un chico alto que estaba al lado del Ms. Shue. Apenas pudo soltar un gritito de sorpresa al ver como le daba un beso en los labios al castaño alto.
-Me alegro de tenerte aquí, Brittany. Ha pasado mucho tiempo. -saludó, Ms. Shue.
Brittany lo miró desconfiada. Dio un paso atrás, tensa, con las manos echas puños. Santana estaba apartada, mirando a otro lado, de brazos cruzados.
-¿Y tu eres...? -murmuró, Brittany, tensa.
-William Shuester. Pero puedes llamarme Will o Ms. Shue... Como tu quieras. -sonrió, Ms. Shue. -Llevamos mucho tiempo buscándote. Santana lo sabe bien... Pero al parecer las cosas no salieron como lo esperábamos... ¿No, Santana?
Todos miraron a Santana, quien frunció el ceño. Sus labios estaban fruncidos en una linea recta, y estaba tensa e incomoda. Su mirada era el puro reflejo del dolor de traición. Entonces Brittany, lo supo. Apenas pudo reaccionar cuando una sombra se movió velozmente, echándose sobre ella. Rayos azules salieron de su cuerpo y su atacante salió despedido hacia atrás, pero notó como algo se le clavaba en el brazo. Se tambaleo hacia delante, mientras notaba como su cuerpo se quedaba flácido, sin fuerzas. Rápidamente fue agarrada por ambos lados e inmovilizada en el suelo. Distinguió el rostro borroso de Puck y Mike.
-¿Pero que estáis haciendo...? -gritó, Rachel, que estaba siendo sujetada por Tina -¡Santana!
-¡¿Que diablos?! ¡Santana! -protestó, Quinn. -¿Que esta pasando? ¡Es Brittany! ¡Santana!
Los gritos resonaban en la sala y Santana simplemente estaba de pie, abrazada a si misma, con las manos clavadas en sus brazos, ignorando el espectáculo, mirando a otro lado.
-Ella mató a Artie y a Mercedes. -susurró, Santana, en voz queda. Un silencio se adueñó de la habitación. -Trabajaba para ellos.
-¿Que significa esto? -preguntó, Blaine, en voz alta, tan confuso como los demás.
-Que la tendremos bajo custodia hasta que realmente nos demuestra que podemos confiar en ella. -explicó, Ms. Shue, serio. -Lo siento, Brittany. No podemos arriesgarnos.
Brittany solo gruñó algo entre dientes, adormecida. La vista se le estaba empezando a nublar... ¡Vaya asco! Huyendo de una compañía para encontrarse en otra que también la quieren entre rejas. Miró el rostro de Santana y en sus ojos vio que no estaba de acuerdo con esto pero no le quedaba remedio. Lo ultimo que vio era como los labios de Santana se movían en un susurro quedo.
-Lo siento.
Espero que os guste el capitulo. Dejad vuestras criticas tanto destructivas como constructivas
Capitulo 9
Silencio, brevemente roto por respiraciones acompasadas. Santana y Brittany estaban apoyadas en la pared, cerca de la puerta, esperando a que las recataran o las encontraran. Habían pasado ya más de diez minutos y seguramente la gente habrá empezado a echar en falta al pelotón que estaban muertos a sus pies. Brittany arrugó la nariz, si no entraba nadie, estaba dispuesta a salir ella misma. No iba a aguantar como el olor pestilente de la putrefacción iba aumentando y por la mueca de asco en la cara de Santana, ella tampoco.
-¿Cuando aparecerán? -susurró, impaciente, Brittany.
-Pronto... Sino no tendrán cuerpo que rescatar. -gruño, Santana, tan o incluso más impaciente que ella. -Dios, que peste...
-Tengo una propuesta... ¿Y si salimos por patas por nuestro propio pie? Necesito una ducha.
-Llegaran pronto.
-¿Pronto? ¿Cuando es pronto?
-No lo sé, pero pronto.
-¿Pronto de un minuto o pronto de veinte minutos?
-¡Dios, Brittany, pronto! -gritó, Santana, exasperada.
Brittany resopló mientras se cruzaba de brazos. Se giró apoyándose para tener una vista completa de frente de Santana. La miro lentamente, de abajo arriba. No era por exagerar pero para ella era la persona mas bella de tierra. Sus ojos estaban cerrados suavemente y su ceño ligeramente fruncido mostrando un rostro aparentemente relajado pero la ligera tensión de sus hombros mostraba que estaba alerta. Miró sus labios, suaves, rojos y esponjosos... No pudo evitar relamerse los labios. Realmente esos besos le habían sabido a gloria.
-Me estas mirando. -susurró, Santana. No era una pregunta. Sus párpados temblaron y se abrieron, lanzándome una mirada extraña... Entre curiosa y desconfiada.
-Me estoy preguntando... -murmuró, Brittany, en voz alta, sin dejar de mirar a la morena. -¿Como podría olvidarte alguien? Simplemente mírate... Eres hermosa.
Santana luchó contra la sonrisa que pujaba por salir en sus labios. Carraspeó intentando mantener el semblante serio pero no lo consiguió. Su mirada se había ablandado y sus labios se curvaron en una sonrisa triste.
-Parece ser que no es suficiente... -su voz se había tornado suave. -La persona que más me importa lo ha hecho.
A Brittany se le removieron la entrañas dolorosamente. No era una acusación pero sabía que lo decía por ella.
-Lo siento.
-No es culpa tuya. Al parecer todo era una mentira... -Santana la miró duramente. -Parece ser que perder la memoria muestra a la verdadera Brittany Pierce.
Brittany la miró sin saber que decir. No pensaba volver a excusarse otra vez. Además esas palabras le habían dolido realmente. Veía la desconfianza en sus ojos marrones y eso, acuchillaba su corazón, matándolo lentamente. La rubia se acercó titubeante a la morena y le agarró de la muñeca. Santana la miró extrañada.
-Sé que no tengo derecho a decirte eso... -murmuró, Brittany, nerviosa. -Pero creo que... No, estoy segura de que lo que vivimos fue real. Nunca podría hacerte daño. Por favor, no dudes de eso...
-¿Por qué estas tan segura? -mustió, Santana, con el dolor reflejado en sus ojos.
-Porque el corazón nunca miente. -aseguró, Brittany.
Santana esbozó una sonrisa sarcástica.
-Creo que he perdido la cuenta de las veces que te he oído decir eso... -Santana miró fijamente a Brittany. -Tienes razón en una cosa... No tienes derecho a pedirme eso. -siseó, Santana, agitando su muñeca para librarse del agarre de la rubia.
Brittany notó como un nudo se le asentaba en la boca del estomago. Le había dolido ese rechazo tan frío. Se apartó de Santana mientras trataba de pensar en otra cosa pero ahora solo sentía unas ganas irrefrenables de llorar. Se quedaron en un silencio opaco. Santana no volvió a mirar en su dirección. De repente, un temblor sacudió el edificio, seguido de una explosión y gritos.
-Es la hora. -dijo, Santana, incorporándose. -Sígueme. No te quedes atrás.
Brittany asintió y se preparó. contaron hasta tres y ambas salieron a la carrera por la puerta. Brittany apenas pudo mantenerse concentrada al ver como una de las enormes paredes de la nave estaba cubierta de hielo. Todo estaba helado. Varios soldados estaban por el suelo congelados y otros atravesados de parte en parte por esquirlas. La sangre brillaba, resbalando por ese hielo blanquecino.
-¿Que diablos...? -susurró, Brittany, medio horrorizada y embelesada ante esa siniestra obra de arte.
-¡No te pares! -gritó, Santana.
Brittany se dio cuenta de que estaban corriendo directas hacia la pared de hielo. Santana levanto una mano, cerrándola en un puño. Su piel se estaba tornando candente, hasta volverse de un rojo ardiente. Entonces descargó todo el puño contra la pared de hielo. Todo tembló mientras unas llamas abrasadoras surgieron de su mano, devorando todo a su paso. El hielo se resquebrajó en miles de pedazos mortíferos. Brittany tragó saliva, Santana era fuerte, muy fuerte. Corrieron sin detenerse y cuando sintieron la luz del sol sobre su piel, el espectáculo exterior las sobrecogió... Era totalmente distinto. Si dentro apenas había soldados, fuera era todo distinto. Todo estaba destruido, humo, llamas y sangre rodeaba todo el lugar. Varias patrullas de soldados permanecían fieros disparando más allá de la humareda. Lo acompañaban varios tanques e incluso un par de helicópteros. Santana no se quedó quieta, una bola de fuego apareció en su mano y con una puntería excelente la lanzó contra las astas del helicóptero, que se incendiaron al instante. Unos segundos después, el helicóptero se estrellaba contra el suelo. Brittany inconscientemente se llevó las manos a los oídos, protegiéndoselos del ruido de la explosión.
-¡Santana!
Brittany pegó un brinco al ver como la castaña bajita apareció a su lado de repente. Casi se le sale el corazón. ¿De donde había salido? Santana ni se inmutó.
-Blaine y Quinn se están encargando de los soldados pero tenemos que irnos ya. Los refuerzos vendrán pronto. -resopló, Rachel, a toda velocidad mientras agarraba por la muñeca a Brittany y a Santana.
De repente todo cambió enfrente de los ojos de Brittany. En apenas un parpadeo, ese espectáculo de fuego, llamas y destrucción, había desaparecido para mostrar un descampado verde y un cielo azul. Brittany se apartó trastabillando hacía atrás, Santana la miró brevemente pero la ignoró. Rachel si que se preocupo, a diferencia de la morena.
-Oye... -dijo, mientras se acercaba a ella. -¿Estas bien? Se que puede ser un poco angustioso la primera vez.
-¿Que demonios has hecho? -mustió, Brittany, blanca como la cal.
-¿No le has contado todo ya? -preguntó, Rachel, mirando a Santana, quién se encogió de hombros. -Tengo habilidades como tú. Soy una teleporter. Puedo viajar en el espacio y transportarme a mi misma o cosas.
Brittany asintió, aún pálida. Suspiró mientras trataba de que esas nauseas extrañas de su estomago se calmaran. No debería sorprenderse ya... Confusa, se apretó las sienes. La cabeza le empezaba a doler otra vez, su cuerpo temblaba. Rachel la miró preocupada y lanzó una mirada acusatoria a la morena. Esta vez, Santana si que pareció importarle, ya que se acercó a Brittany y la rodeó con su cuerpo. Puso una mano en su cintura y otra en su nuca.
-Tranquila, Britt. No te fuerces. Cálmate. -susurró, Santana, masajeandole el cuello. ''¿Ahora soy Britt para ti?'' pensó Brittany, irritada.
Brittany inspiró hondo mientras trataba de relajarse pero estaba demasiado tensa. Santana estaba demasiado cerca de ella y eso la ponía nerviosa, a pesar de tener esos dedos ágiles masajeando su nuca, aliviándole ese punzante dolor de sienes.
-Voy a buscar a Blaine y a Quinn. Quedaros aquí. -ordenó, Rachel. Y se esfumo, desapareciendo.
Brittany se dejó caer a la hierba verde, inspirando hondo y luego soltando aire lentamente. Santana se sentó a su lado sin decir nada.
-¿Que soy? ¿Que somos? -preguntó, Brittany, aliviada ya de poder soltar esa pregunta de una vez.
-Nos llaman de muchas formas... El gobierno nos llaman especiales. Nosotros preferimos el termino de Skills. Significa 'habilidades' en danés. -respondió, Santana, mirando al cielo azul.
-¿Nosotros?
-La Colonia. Es un refugio para gente como nosotros.
-¿Y estos... poderes... de donde salen?
-Nacen con nosotros, al menos, los normales. Es un don que crece con nosotros, es parte de nosotros. Pero... -Santana se mordió el labio, pensativa. -También hay experimentos que te implantan la habilidad a la fuerza. Yo fui uno de ellos. -susurró, por lo bajo, Santana. Brittany observó como se abrazaba a si misma, temblorosa.
-Tu tienes dos habilidades. -entendió, Brittany, al instante. Santana asintió.
-Todos nacemos con una. -explicó, mientras levantaba un dedo, donde apareció una pequeña llamarada. -Mi habilidad es la regeneración instantánea. El fuego fue artificialmente. Tenía tres años.
-Eso es horrible... ¿No es ilegal? ¿Tus padres no...?
-¿Que padres, Brittany? Todos nosotros nacimos en orfanatos. No tenemos familia. Nuestra familia es la Colonia. -interrumpió, Santana, hosca.
-¿Como fue...? -preguntó, suavemente, Brittany.
-Doloroso, horriblemente doloroso. No recuerdo apenas más que eso... -gimió, Santana, con la voz rota. -Solo recuerdo paredes blancas y millares de agujas. El cuerpo me dolía, como si me arrancaban cada miembro lentamente. Les daba igual, siempre me regeneraba pero el dolor siempre estaba ahí. -Santana permaneció en silencio, un rato. Brittany extendió una mano, acariciando sus dedos, temblorosa y respiró aliviada al ver que Santana no la apartaba, apretó su mano con fuerza. -Ms. Shue me rescató y me trajo aquí, a Lima. Aquí fue donde nos conocimos.
Brittany se quedó en silencio, asimilando la información. Trato de hacer memoria pero solo consiguió un punzante dolor de cabeza. Brittany iba a abrir la boca para seguir preguntando pero tres figuras aparecieron repentinamente. Brittany pegó un pequeño brinco, sorprendida. Santana se levantó al instante y se acercó a ellos. Brittany la imitó. Observó a los recién llegados. Reconoció a Quinn, que se veía bastante despeinada y cubierta de hollín. No tenía más que una marca rojiza debajo del ojo derecho, en el pómulo, seguramente de un puñetazo o algún golpe. La otra persona era un chico, de estatura media, moreno, piel blanca y ojos claros. Tenía el pelo brillante y pegado a la cabeza, engominado. ''Demasiada gomina.'' pensó Brittany. Vestía un jersey y unos pantalones que le llegaban por los tobillos. El chico dio un paso hacia Brittany extendiendo su mano.
-Soy Blaine Anderson. -sonrió, mostrando unos dientes blanquísimos. -Encantado de conocerte por fin.
Brittany aceptó su mano, sorprendiéndose de lo fría que estaba. ¡Estaba helada!
-¿No tienes frío con esos pantalones cortos? Estas helado. -dijo, Brittany, confusa, arrancando varias carcajadas de los demás. ¿Que había dicho?
-Mi habilidad es el hielo. -sonrió, Blaine, mientras cerraba una mano que empezaba a rodearse de una neblina blanca. Tras medio segundo, le tendió una rosa de hielo. Brittany la cogió, admirando su belleza. -Mi temperatura corporal siempre es fría.
-Bueno, ya hechas las presentaciones, mejor vámonos a casa. -sonrió, Rachel, dando una palmada.
-Esperad, necesito hablar con Maribel. -dijo, Santana.
-Ya hablé con ella y con tu abuela, Santana. No te preocupes. -dijo, Quinn. -No le di muchos detalles, ni me los pidió. Solo me dijo que tuvieras cuidado.
-Vale, gracias, Q.
Rachel se acercó con una amplia sonrisa a Brittany y le tendió una mano.
-¿Lista para ir a casa? -preguntó. Brittany esbozó una pequeña sonrisa indecisa, dudaba que pudiera llamarlo casa. La mirada renuente de Santana lo confirmaba, no era bienvenida.
Rachel agarró la mano de Quinn, quien a su vez agarró a Santana, y esta, a Blaine. Brittany cerró los ojos, no quería volver a marearse. Y antes de poder contar hasta dos, ya habían aparecido en una enorme vestíbulo. La rubia miró a su alrededor, era enorme. Paredes de madera oscura con numerosas lamparas colgantes. Una enorme chimenea estaba prendida al fondo y numerosos sillones y butacas rodeaban la estancia. El suelo estaba forrado de alfombra y los tapices colgaban del techo. Era viejo todo pero estaba muy bien conservado. Brittany se dio cuenta de que no estaban solos. Enfrente había un hombre mayor, de pelo claro, donde se asomaban varias canas y con un rostro extrañamente simétrico. Su cabeza volvía a dolerle. Le había visto antes... ¿Pero donde? Su mirada oscura la hizo temblar. No supo porque, pero de repente sintió miedo. Notó como la piel le cosquilleaba. Había activado sus defensas inconscientemente.
-Ms. Shue. -saludo, Rachel, acercándose a él.
-Chicos, me alegro de que hayáis llegado a salvo. -su voz era suave y tranquila, amigable, pero eso a Brittany no le gusto.
Blaine también se movió acercándose a saludar pero se fue hacía un chico alto que estaba al lado del Ms. Shue. Apenas pudo soltar un gritito de sorpresa al ver como le daba un beso en los labios al castaño alto.
-Me alegro de tenerte aquí, Brittany. Ha pasado mucho tiempo. -saludó, Ms. Shue.
Brittany lo miró desconfiada. Dio un paso atrás, tensa, con las manos echas puños. Santana estaba apartada, mirando a otro lado, de brazos cruzados.
-¿Y tu eres...? -murmuró, Brittany, tensa.
-William Shuester. Pero puedes llamarme Will o Ms. Shue... Como tu quieras. -sonrió, Ms. Shue. -Llevamos mucho tiempo buscándote. Santana lo sabe bien... Pero al parecer las cosas no salieron como lo esperábamos... ¿No, Santana?
Todos miraron a Santana, quien frunció el ceño. Sus labios estaban fruncidos en una linea recta, y estaba tensa e incomoda. Su mirada era el puro reflejo del dolor de traición. Entonces Brittany, lo supo. Apenas pudo reaccionar cuando una sombra se movió velozmente, echándose sobre ella. Rayos azules salieron de su cuerpo y su atacante salió despedido hacia atrás, pero notó como algo se le clavaba en el brazo. Se tambaleo hacia delante, mientras notaba como su cuerpo se quedaba flácido, sin fuerzas. Rápidamente fue agarrada por ambos lados e inmovilizada en el suelo. Distinguió el rostro borroso de Puck y Mike.
-¿Pero que estáis haciendo...? -gritó, Rachel, que estaba siendo sujetada por Tina -¡Santana!
-¡¿Que diablos?! ¡Santana! -protestó, Quinn. -¿Que esta pasando? ¡Es Brittany! ¡Santana!
Los gritos resonaban en la sala y Santana simplemente estaba de pie, abrazada a si misma, con las manos clavadas en sus brazos, ignorando el espectáculo, mirando a otro lado.
-Ella mató a Artie y a Mercedes. -susurró, Santana, en voz queda. Un silencio se adueñó de la habitación. -Trabajaba para ellos.
-¿Que significa esto? -preguntó, Blaine, en voz alta, tan confuso como los demás.
-Que la tendremos bajo custodia hasta que realmente nos demuestra que podemos confiar en ella. -explicó, Ms. Shue, serio. -Lo siento, Brittany. No podemos arriesgarnos.
Brittany solo gruñó algo entre dientes, adormecida. La vista se le estaba empezando a nublar... ¡Vaya asco! Huyendo de una compañía para encontrarse en otra que también la quieren entre rejas. Miró el rostro de Santana y en sus ojos vio que no estaba de acuerdo con esto pero no le quedaba remedio. Lo ultimo que vio era como los labios de Santana se movían en un susurro quedo.
-Lo siento.
Elisika-sama**** - Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 01/12/2012
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
vaya santana resulto de lo peorcito, siempre le ha gustado vengarse, en casi todas las historias lo hace, en fin..... a ver que pasa ahora!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Siempre tengo que estar buscando este fic porque nunca lo encuentro :( y luego de que ya casi ni comento porque casi siempre leo desde el cel, y no sabía como meterme para comentar, pero ya sé, y aquí me tienes... Súper tarde, pero aquí me tienes.
¿Ya no lo seguirás? Lo extraño :( quiero saber qué sucede. Quiero saber si Santana y Brittany estarán juntas, y qué va a pasar con todos. ¿Por qué los buenos fics tardan choooorros en actualizar?
Ojalá puedas seguir con la historia, ¡Porque me encantaaa! Escribes de una manera que agradezco muchísimo, porque, desgarciadamente, no hay muchas historias tan bien escritas como la tuya.
Ojalá puedas actualizar pronto. ¡Saludos!
¿Ya no lo seguirás? Lo extraño :( quiero saber qué sucede. Quiero saber si Santana y Brittany estarán juntas, y qué va a pasar con todos. ¿Por qué los buenos fics tardan choooorros en actualizar?
Ojalá puedas seguir con la historia, ¡Porque me encantaaa! Escribes de una manera que agradezco muchísimo, porque, desgarciadamente, no hay muchas historias tan bien escritas como la tuya.
Ojalá puedas actualizar pronto. ¡Saludos!
YoyoMay***** - Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 11/04/2013
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Tu fic me encanta esta muy bueno ... espero tu actualización :)
Vn-Hide** - Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 16/12/2012
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Me encanta *-*
Ojala regreses pronto porque en serio es una buena historia :)
Ojala regreses pronto porque en serio es una buena historia :)
Elita- - Mensajes : 1247
Fecha de inscripción : 17/06/2012
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Me acabo de encontrar
con tu Fic porfa actualizaa me gusto mucho
y espero seguir leyéndolo
con tu Fic porfa actualizaa me gusto mucho
y espero seguir leyéndolo
PAUlANyH**** - Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 17/11/2013
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Hola a todas! Se que estado desaparecida otra vez, les pido mil perdones ya que ando súper liada. No se cuando podré actualizar pero el capitulo ya esta muy adelantado, ademas de que ya se como continuar con la historia. Lo que pasa es que no se si hacerla mas larga o menos... Ya que tampoco os quiero dejar con la tortura de esperar cada 'x' tiempo porque ni yo se cuando puedo ponerme a escribir. Ahora estoy en periodo de exámenes (otra vez)
La historia ahora se esta volviendo interesante e incluso creo que es mas oscura e intrigante pero el final es completamente inesperado. Eso si que os puedo prometerlo. Lo único difícil es enlazar todas estas ideas locas en mi cabeza.
Os pido disculpas otra vez, y espero que sigáis teniendo esa paciencia tan bella.
Nos leemos pronto, y otra vez... Gracias!
Con cariño,
Elisika-sama
La historia ahora se esta volviendo interesante e incluso creo que es mas oscura e intrigante pero el final es completamente inesperado. Eso si que os puedo prometerlo. Lo único difícil es enlazar todas estas ideas locas en mi cabeza.
Os pido disculpas otra vez, y espero que sigáis teniendo esa paciencia tan bella.
Nos leemos pronto, y otra vez... Gracias!
Con cariño,
Elisika-sama
Elisika-sama**** - Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 01/12/2012
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Hola. Tu historia es alucinante, así que no molesta esperarla.
Ojalá vaya bien en tus exámenes y pronto podamos saber cómo sigue esto.
Gracias y suerte de nuevo!
Ojalá vaya bien en tus exámenes y pronto podamos saber cómo sigue esto.
Gracias y suerte de nuevo!
MarisaParedes****** - Mensajes : 316
Fecha de inscripción : 25/02/2012
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Hola, a todos y todas! He vuelto! Tras una buena desaparición y muy mala inspiración, por fin he completado el capitulo. Ahora las cosas las tengo mas o menos 'tranquilas'. Tratare de subir otro capitulo más, que será el de Danzas Élficas, para compensar ambos.
Espero que puedan perdonar mi tardanza y que aún disfruten de esta historia algo olvidada. Vuestros comentarios son siempre bienvenidos. Cualquier duda que tengáis, me preguntaos y os respondo sin preguntas pero creo que en si el capitulo esta bastante claro.
Lo que si quiero que tengáis en cuenta que los párrafos en cursiva corresponden a escenas de recuerdos. Y respecto al orden temporal, puede ser bastante lioso. He puesto que pasan cuatro años desde que capturan a Brittany hasta ahora, lo que no recuerdo es si me coincide con el tiempo de los capítulos anteriores, porque no se si puse cuatro o cinco... Así que os explico resumidamente:
Brittany rescata a Santana, y entonces la capturan -- Pasan cuatro años -- Santana vuelve a Lima, Ohio y se reencuentra con Brittany... etc.
Revisare los capítulos anteriores para que el tiempo concuerde. Ahora sí, sin más preámbulos, os dejo con el capitulo.
Capitulo 10
Brittany sentía el cuerpo flácido, prácticamente sin fuerzas. El abrir los ojos ya le costaba un gran esfuerzo, al principio solo era dos rendijas hasta que al final consiguió abrirlos del todo. Parpadeó varias veces con esfuerzo, tratando de acostumbrarse a la luminosidad del lugar. Estaba en un lugar completamente blanco, donde al fondo se veía una gran pared de cristal. No había ninguna otra salida, más que el ventanal.
-Dios... ¿Que mierda me han metido? -gimió, Brittany, mientras se llevaba las manos a la cabeza. Trató de incorporarse pero todo le dio vueltas, al final solo pudo quedarse a cuatro patas mientras trataba de enfocar cada doble en su sitio.
-¿Primera vez con Vértigo? -dijo, una voz a su lado. -Lo recuerdo bien... Será mejor que te quedes sentada.
Brittany ladeó la cabeza hacia la derecha, descubriendo otra pared transparente. Se arrastro como pudo hasta allí y apoyó la frente, tratando de enfocar hacia el otro lado. Y entonces lo vio, un chico, probablemente de su misma edad, o incluso un poco más. Pelo oscuro, con una barba de varios días descuidada y una mirada castaña cansada pero de acero. Estaba rodeado de cadenas, sobre todo sus brazos y piernas, a pesar de su delgadez. Por la largura de sus piernas, Brittany calculaba que ese chaval sería muchísimo mas alto que él. La rubia se incorporó como pudo y se quedo sentada, apoyada de lado en la pared, mirando a su vecino.
-¿Quién eres? -susurró, Brittany.
-Un amigo, supongo... -dijo, el chico. -Llámame Finn, Finn Hudson. Tú debes ser la chica relámpago.
¿Chica relámpago? Era la primera vez que la llamaban así. Brittany se rió entre dientes mientras cerraba los ojos cansada.
-Veo que me conoces. -murmuró, la rubia.
-Creo que no hay nadie que no te conozca, Brittany, la Centelleante... Después de todo, me encarcelaste tú.
Brittany abrió los ojos sorprendida y escaneó bien al chico, de arriba abajo. No le sonaba de nada, es más, no recordaba haberle visto en su vida... Claro, es cierto, le habían borrado la memoria poniéndole otra completamente falsa y nadie se fiaba de ella. Era un supuesta agente infiltrada en ambos bandos ¿Pero a cual pertenecía realmente...? Aunque ya daba igual, los dos la querían entre rejas y sino peor, muerta.
-Lo siento, Tim... -suspiró, Brittany.
-Finn.
-Lo que sea... Siento no acordarme de haberte encerrado y de tratarte mal, seas quién seas... Al parecer mi memoria no es la que debe ser. -Brittany se encogió de hombros. -Aunque da igual, os he cogido manía a todos.
-Veo que has estado ocupada desde que te fuiste. -bromeó, Finn.
-No sabes cuanto... -murmuró, sarcástica. -¿Por que estás aquí? ¿Trabajas para la República?
-Digamos que estuve en el lugar equivocado en el momento equivocado. Solo soy un mecánico. - dijo, el chico, encogiéndose de hombros, desinteresado.
-¿Por qué será que no te creo...? -sonrió, Brittany de medio lado.
Finn simplemente sonrió y le guiñó un ojo, divertido. Brittany no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa... Este chico... Le daba una increíble sensación de seguridad... A diferencia de los anfitriones. Un silencio cómodo se adueño del lugar.
-¿Realmente te encarcelé yo? -rompió el silencio, Brittany.
-Tú solo lo ves como una jaula pero yo lo veo como mi refugio. -murmuró, Finn, apoyando la barbilla en sus rodillas. -Realmente me salvaste. -Finn guardo silencio. Al final susurró en voz baja, apenas audible para la rubia. -Hay verdaderos monstruos ahí fuera...
-Como yo, eh... -susurró, Brittany, mientras miraba el techo. Finn la observó en silencio.
-¿De verdad que no recuerdas nada? -preguntó, curioso.
-Me llamo Brittany Susan Pierce... Mi nombre es lo único real... ¿Pero quién soy realmente? ¿Una huérfana acogida por la Colonia? ¿Una espía de la República? ¿O solo una profesora de baile de Ohio con extraños poderes? -la rubia se rió entre dientes mientras negaba con la cabeza. -Elige la opción que más te guste. -siseó, sardónica.
-¿Eso es lo que crees que eres tú o lo que creen los demás?
-¿A que te refieres? -Brittany miró fijamente a Finn que jugueteaba distraído con las cadenas.
-Bueno... La gente siempre cuenta historias y el 90% de lo que dicen no es verdad. Yo no creo que seas ninguna de esas ''Brittany''... Esas ''Brittany'' son las que la gente ve desde fuera y si algo sé, es que todo el mundo miente... Y tú eras experta en eso. -Finn suspiró mientras se encogía de hombros. -Creo que solo tú debes creer en quien eres ahora.
Brittany lo miró asombrada, nadie le había dicho eso, hasta ahora. Esbozó una pequeña sonrisa, realmente ese chico es encantador. No sabe cuanto le han reconfortado esas palabras pero no se lo mostraría, además su instinto decía que Finn lo sabía.
-Profundo... Sabes conquistar a las chicas. -dijo, Brittany, burlona, a lo que Finn se sonrojó, provocando las carcajadas de la rubia. -Gracias. -susurró, enternecida, Brittany.
Un ruido los distrajo de la conversación. Finn se tensó y Brittany no pudo evitar notar como el chico se arrastraba hasta la pared del fondo. Lo notaba, estaba calmado pero eso no evitaba que en sus ojos brillara el miedo. ¿Que diablos le han hecho? Los pasos resonaron por el pasillo, cada vez estaban más cerca. Brittany pensó a toda velocidad, todavía estaba muy débil pero si hacía acopio de todas sus fuerzas podría aturdir al visitante y correr al menos hasta donde haya algo de energía... ¿Pero y si eran más? La rubia se concentró en los sonidos, solo era un par de pasos, una persona... Bien, podría hacerlo.
-No lo hagas. -ese susurró la distrajo completamente. Brittany miró a Finn.
-Quizá tendremos una oportunidad de escapar. -susurró, Brittany.
-No puedes enfrentarte sola a todos ellos. Sé lo fuerte que eres, quizás lo consigas... Pero aún te queda ella.
-¿Ella?
-El verdadero monstruo... -eso último apenas lo entendió a duras penas, Brittany. -Es inmortal.
¿Inmortal? Brittany frunció el ceño, pensativa y entonces abrió los ojos sorprendida... No podía ser... Pero ella realmente no es inmortal, tiene una debilidad... Una debilidad que quizá prácticamente nadie sabe... Diablos, si ni siquiera lo sabía ella, hasta ahora.
-¿Estas hablando de Santana López? -siseó, Brittany, acelerada.
Finn ya no contestó. Simplemente se quedó mirando, pálido, como su visitante aparecía ante ellos. Morena e increíblemente hermosa, Santana los miraba en silencio. Su rostro estaba vació de expresiones y su mirada fría. Brittany tragó saliva, sabía que la morena tenía un genio de temer pero el poco tiempo que estuvo con ella no le pareció una mala persona... ¿Realmente es un monstruo? Sin embargo, sabía que Finn no mentía. Santana apoyo la mano en un lado oculto de la enorme vitrina de la celda y por los pitidos parecía estar introduciendo una combinación. Entonces el cristal se levantó y Santana dio tres pasos. Brittany no se lo pensó dos veces, se levantó fiera a toda velocidad pero no contaba con que su cuerpo realmente estuviera débil y lento por la droga. Santana fue más rápida, le encajó su puño con fuerza en su estómago, haciéndola soltar un gemido ahogado. Brittany cayó al suelo, apretándose el estómago con las manos mientras notaba como la bilis le subía amenazante hasta su garganta. Santana la observaba sin expresión, de pie. La morena levantó una pierna.
-¡Déjala, por favor! -gritó Finn, golpeando el cristal con su cabeza para llamar su atención, ya que sus movimientos estaban bien restringidos por las cadenas. -No puede moverse ya... ¡No puede defenderse!
-Oh... La foca sabe hablar... -sonrió, Santana. -Al parecer eres algo más que decoración, Hudson. -soltó, con veneno en su voz. -Eres la última persona para hablar de quien puede defenderse o no... ¿O quieres recordar la larga lista de mutilados que tienes en tu mano? -dio varios pasos hacia él. -Finn Hudson, el Torturador. ¿Quién iba a decir que tenía su corazoncito. -Finn bajó la mirada, derrotado.
Santana sonrió victoriosa, realmente odiaba a ese gigantón. Le recordaba a esas personas sin rostro con bata blanca de los laboratorios de experimentación. Una mano blanca se aferró a su tobillo. La morena observó como Brittany levantaba la cabeza del suelo para mirarla fijamente.
-Déjalo. -susurró, Brittany. -Es suficiente.
-Esto es un horrible deja vú... -siseó, Santana, enfadada pero le dio la espalda al muchacho.
Brittany suspiró aliviada al ver que le iba a hacer caso. Santana la agarró de un brazo, levantándola. Cuando la tuvo de pie, la sujeto del cuello.
-No intentes nada. -ordenó, la morena. -Sabes que conmigo no funciona.
Santana pasó un brazo por sus hombros y la arrastró fuera de la celda.
-¿A donde me llevas?- susurró, Brittany.
Santana no contestó, solo siguió andando por ese pasillo oscuro arrastrando a Brittany. El pasillo era alargado y angosto, brevemente iluminado por pequeños focos situados en el techo. Brittany trató de mantenerse consciente, alerta a lo que tenía a su alrededor pero estaba tan cansada que no se sorprendería si volviera a perder la consciencia. La droga de su torrente sanguíneo aún no se había disipado y eso la dejaba sin fuerzas. Las únicas celdas iluminadas que vio eran la de Finn y la suya. Seguramente eran los únicos prisioneros. Cuanto mas profundo se adentraban mas oscuro se volvía el ambiente. Se detuvieron ante una puerta pesada de hierro. Santana golpeó la puerta con el puño cerrado varias veces y el sonido reverberó a lo largo del pasillo perdiéndose en un eco lejano. Un chirrido resonó, y ambas chicas se adentraron en el interior. Nada más entrar, Brittany se dio cuenta de que no estaban solas. Puck y Mike agarraron a la rubia por cada lado y la sentaron en una camilla, atando sus muñecas y pies. Brittany ni se resistió, sabía que era inútil.
-¿Que estoy haciendo aquí? -preguntó, relajada, Brittany. Una mente tranquila es el secreto del éxito, nunca pierdas los nervios si quieres algo.
-Tina y Mike tienen una idea de comprobar cuan real son tus recuerdos, Brittany. -dijo, Ms. Shue, apareciendo de las sombras.
Brittany observo como Tina preparaba una serie de utensilios y electrodos al lado de su camilla. También distinguió una pequeña pantalla. Eso ya lo había visto antes.
-Queréis enchufarme el cerebro. -suspiró, Brittany.
-Queremos solo la verdad... Necesitamos saber cual es tu nivel de interfaz memorial y cuan dañado esta. Tu también quieres saber la verdad, Brittany. Es la única manera. -respondió, Ms. Shue.
-¿Como se que no vais a meterme mas recuerdos falsos?
-Porque morirás. Tu cerebro no soportaría una segunda sobrecarga de memoria. No habría más espacio. -habló, Mike, sin despegar la vista de un portátil que tenía sobre sus piernas. -El cerebro tiene dos zonas, hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Cuando se implanta una interfaz memorial o 'chip', ocupas uno de ellos, superponiéndolo sobre el otro, normalmente es el lado principal que más controlamos. ¿Eres zurda o diestra?
-Diestra. -respondió otra voz. Brittany ladeó la cabeza, mirando a Santana, quien estaba apoyada de brazos cruzados con una mirada extraña. La rubia asintió, confirmando su respuesta.
-Pues tu chip esta en el hemisferio derecho, mientras que en el izquierdo tienes almacenados tus recuerdos reales. -explicó, Mike. -Tina es telépata, te conectamos a ella y ella navegará por tus recuerdos. Todo lo que ella vea, lo veremos en pantalla gracias unos electrodos especiales diseñados por mi. La ciencia es maravillosa. -se mantuvo callado unos segundos. -No va a ser agradable.
-La ciencia nunca lo es. -susurró, Brittany. Notó los electrodos helados al contacto con su piel.
-Cuanto más te resistas, más te dolerá. -dijo, Tina. -¿Lista?
-¿Lo estáis vosotros? -siseó, Brittany desafiante.
Santana frunció el ceño y se acercó varios pasos, tenía un mal presentimiento.
-Conectadla. -ordenó, con voz potente, Ms. Shue. Cruzó miradas con la morena, estaba tan intranquilo como ella.
Tina apoyó una mano en la frente de Brittany y cerró los ojos. Y entonces, Brittany perdió todo el sentido del tiempo y el espacio.
Brittany sonreía mientras aplaudía marcando el ritmo a sus estudiantes. Brittany saliendo de la academia, dirigiéndose a su moto. Brittany y su estudiante, quien le devuelve la chaqueta. Brittany y Sam, en el parque corriendo y jugueteando como unos adolescentes enamorados. Brittany y Sam, besándose y apenas llegando al sofá. Brittany y Sam en una cita..
-Dios, voy a vomitar... -murmuró, con asco, Santana. Sus ojos viajaban de un lado a otro, sin despegarse de las imágenes de la pantalla azulada.
-Todo esto es falso, Santana. -dijo, Mike.
-Aún así es asqueroso...
-Atentos, estamos llegando a la parte más profunda. -avisó, Mike.
Brittany abrió los ojos con lentitud y una luz blanca la cegó. Parpadeó repetidamente mientras trataba de enfocar correctamente. Pasaron unos cuantos minutos hasta que se acostumbrara su vista. Una sala blanca, máquinas y olor a antiséptico. Estaba en el hospital.
-¿Brittany? -susurró una voz, a su lado. -¿Puedes oírme?
Brittany giró la cabeza, aturdida, mirando a una señora alta, de pelo corto y rubio, con una bata blanca. Asintió con la cabeza, pues parecía que las palabras no salir de sus cuerdas vocales. Abrió varias veces la boca pero solo consiguió emitir unos gemidos.
-No te esfuerces. -dijo, la médico. -Soy la doctora Sylvester y estoy a cargo de tu caso. Llevas cuatro años en coma.
-¿Po-por... qué? -articuló con los labios, Brittany. -N-no... Record-dar...
-Sufriste un accidente. Tenías una lesión cerebral muy grave pero eres una superviviente. -sonrió, la doctora. -Ahora yo cuidare de ti.
-¿T-tengo familia?
El rostro de la doctora fue cubierto por una sombra de tristeza. Agarró una de las manos de Brittany, apretandosela con fuerza.
-No sobrevivió nadie más. Solo tú. Lo siento.
Brittany se quedó confusa... Se supone que debía dolerle pero... No recordaba no haber tenido ningún sentimiento de familiaridad. Veía unos rostros borrosos en su mente pero le eran indiferentes. Era extraño.
-Sin embargo... -interrumpió sus pensamientos, la doctora. -No estas sola. Tu prometido ha estado todos los días aquí, esperando a que despertaras.
-¿Prometido? -repitió, débil, Brittany.
Un ruido hizo que miraran la puerta, la cual, se abrió dando paso a un chico de porte atlético, pelo rubio revuelto y ojos claros. Se acercó a paso rápido y se dejó caer sobre sus rodillas al lado de Brittany. Estaba llorando.
-¡Dios! Brittany... No lo puedo creer... -sollozó, el chico. -Cuando me dijeron que habías despertado... Siempre tuve esperanza en ti, mi amor.
Brittany lo miro extrañada. La doctora Sylvester se fue, dejándolos solos.
-No te recuerdo...
-Me dijeron que esto podría pasar... Tranquila, empezaremos desde cero. Me llamo Sam Evans y tu eres Brittany Susan Pierce, quién ha vuelto al mundo de los vivos. -explicó, con una risita, Sam.
-Sam...
-Fue directamente supervisada por Sue Sylvester, no es de extrañar. -dijo, Ms. Shue, llevándose una mano a la barbilla, pensativo. -Sam se pasó por su prometido y así vigilarla de cerca... Un buen plan.
-La interfaz memorial empezó desde aquí... A partir de aquí estaremos pasando al hemisferio izquierdo. -indicó, Mike.
-Es extraño... -interrumpió, de repente, Tina. -Normalmente todos los recuerdos tienen un patrón ordenado pero ella... Los tiene todos revueltos e incluso hay espacios en blanco. No tiene sentido.
-No puede ser... -susurró, Santana, incrédula. -Busca una firma, o una marca de algo.
-¿Santana? -preguntó, Mike, extrañado.
-¡Lo encontré! -exclamó, Tina. -Es el patrón de... -silencio. -Artie... -susurró, sin poder creérselo.
-Entonces es cierto... Ella los mató. -acusó, Puck.
-No nos precipitemos. -dijo, Ms. Shue. -No sabemos realmente si era ella conscientemente. Pudieron obligarla de mil maneras.
-No lo entiendo. -gruñó, frustrada, Tina.
-¿Que ocurre? -preguntó, Santana.
-Esto no es propio de Artie. Aunque estuviera en sus últimos momentos, Artie nunca habría 'revuelto' la memoria... No es propio de él. Seguramente la hubiera borrado dejando un mensaje de advertencia pero no hay nada de eso. Solo hay algunos recuerdos de hace cuatro años, cuando la República la capturo y reconozco algunos de cuando estaba con nosotros pero hay muchas lagunas. Es como un bloqueo memorial. -explicó, Tina.
-¿Hay algo de estos cuatro años? -preguntó, Santana. -Tiene que haberlo. Ella recuerda cuando me rescató. Tiene que tener algo de lo que sucedió después de que la capturaran.
-Puedo intentar ordenar las pocas imágenes que tiene... Pero será peligroso. -suspiró, Tina. -Artie puso un bloqueo protector muy fuerte.
Brittany levantó la cabeza al oír unos pasos. La puerta de la celda se abrió, mostrado a uno de sus muchos carceleros pero esta vez, no estaba solo.
-¿Sigue sin hablar? -preguntó, uno de ellos.
-No ha dicho nada desde que la atrapamos. -respondió, su compañero.
-Entonces la haremos hablar.
Brittany notó como era jalada sin miramientos, obligándola a ponerse de pie. Estaba encadenada de pies y manos con gruesos grilletes pesados de hierro. No podía usar su poder, estaba completamente adormecida bajo los efectos de drogas y sedantes. Y sin perder más tiempo, la empujaron fuera de la oscuridad de su prisión.
Otra vez se despertó tumbada en un suelo frió. Tiritó violentamente. Estaba completamente desnuda. Encerrada en una habitación hermética, el frío atravesaba su piel. Se encogió sobre si misma, esperando el nuevo asalto. Una cascada de agua helada cayó sin cesar desde el techo, empujándola violentamente contra el suelo, otra vez...
Brittany abrió los ojos, parpadeando débilmente. Le dolía todo el cuerpo. Sin embargo se sentía flotar en las nubes. El techo blanco le devolvió su propio reflejo. Claro, estaba en una camilla, atada pero lo más cómodo que había tenido en semanas. Estaba en un estado lamentable. Heridas y hematomas apenas curados, sucias, sangre seca y mugre por todo su cuerpo, seguramente suya. Se le marcaban los huesos y tenía los labios partidos y el pelo completamente enmarañado.
-Pierce, ya estas despierta. -dijo, una voz que reconoció.
-Sue Sylvester... ¿Porque no me habéis matado ya? -susurró, débilmente, Brittany.
-Eres vital para la supervivencia de todos. Plan D.I.S en marcha. ¡Que empiece la operación!
Tina resopló trastabillando hacia atrás, cortando cualquier conexión con Brittany. La rubia había perdido el conocimiento completamente, un hilillo de sangre caía de su nariz.
-Lo siento. -jadeó, Tina. -No podía más... Es demasiado fuerte y sus sentimientos eran... Abrumadores... Dolorosos.
-La torturaron. -gimió, Santana, acercándose a Brittany. -Fue mi culpa.
Ms. Shue apoyó una mano en el hombro de Santana.
-Ella no cree eso, y tú lo sabes. Será mejor que te la lleves a tu habitación. De momento se quedará ahí hasta que sepamos que hacer con ella. De momento esta libre de cualquier sospecha... Al parecer ya la controlaban poco tiempo después de capturarla. -habló, Ms. Shue. -Pero vigílala de cerca.
Santana asintió con el dolor reflejado en sus ojos. Miró a Puck en silencio. El chico suspiró mientras se acercaba y cargaba a la rubia en sus brazos. Ambos se dirigieron hacia la puerta.
-Santana... -la llamó, Tina. La morena se volvió en silencio. -Hemos conseguido eliminar los bloqueos de la interfaz memorial... Quizás no recuerde todo lo que pasó pero... Es nuestra Brittany, ha vuelto.
Santana le lanzó una pequeña sonrisa.
-Eso espero. -susurró, antes de desaparecer.
***
Santana estaba sentada al lado de la cama, donde Brittany dormía plácidamente. Tras una revisión rápida de Kurt, dijo que la chica solo necesitaba descansar. Y ahí estaba, esperando con un libro en sus manos a que despertara. Unos golpes ligeros la distrajeron de su lectura. Quinn asomó la cabeza por la puerta.
-Santana, te he dejado un poco de cena. -saludó, Quinn. -Come algo.
-No quiero que esté sola cuando despierte. -dijo, Santana.
-Me quedaré con ella. Ve y cena algo... A Brittany no le gustaría ver como te desmayas por inanición cuando despierte.
Santana soltó una risita mientras se levantaba.
-Supongo que tienes razón. Dame diez minutos. -sonrió, Santana.
-Tomate tu tiempo.
Quinn ocupó el lugar de Santana y tras mirar, varios minutos la puerta cerrada, se inclinó sobre la rubia.
-Britt... -susurró, Quinn. -Se que estabas despierta desde que entré.
Brittany sonrió mientras abría los ojos completamente.
-Siempre me pillas, Q.
-¿Que tal te sientes?
Brittany se incorporó, quedándose apoyada en la pared. Miro sus manos donde pequeños rayos azulados bailaban sobre su piel.
-Mejor que nunca. -susurró. -Ha sido como despertar de un largo sueño...
-¿Recuerdas todo?
-Absolutamente todo.
Quinn suspiró, relajando sus hombros.
-Este plan ha sido una locura desde el principio... Pensaba que te había perdido, todos lo pensábamos. -suspiró, Quinn.
-Te dije que funcionaría... -afirmó, Brittany, segura.
-Lo que tu digas... Artie hizo un trabajo perfecto.
-Yo no diría que fue perfecto... Algunas cosas casi se salen de control... ¿Quien coño es Sam Evans? Nunca lo vi antes en el equipo.
-Fue el ultimo reclutado, salido de nada, un día apareció al lado de Beiste. Tu ya estabas en la primera fase del plan.
-¿Sabe algo?
-Nada de nada. Ella no se fía de nadie más. -silencio. -En realidad, creo que te tiene ganas. Aprovechará cualquier momento para matarte.
-Bien, eso lo hará más creíble. ¿Como te ha ido?
-Perfectamente. Todo sigue de acuerdo al plan.
-Entonces que empiece la segunda fase del plan D.I.S.
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Espero que haya sido lo suficientemente largo para satisfaceros. Espero vuestras teorías. ¿Brittany siempre ha sido parte de la República? ¿Que hay de Santana?
Espero que puedan perdonar mi tardanza y que aún disfruten de esta historia algo olvidada. Vuestros comentarios son siempre bienvenidos. Cualquier duda que tengáis, me preguntaos y os respondo sin preguntas pero creo que en si el capitulo esta bastante claro.
Lo que si quiero que tengáis en cuenta que los párrafos en cursiva corresponden a escenas de recuerdos. Y respecto al orden temporal, puede ser bastante lioso. He puesto que pasan cuatro años desde que capturan a Brittany hasta ahora, lo que no recuerdo es si me coincide con el tiempo de los capítulos anteriores, porque no se si puse cuatro o cinco... Así que os explico resumidamente:
Brittany rescata a Santana, y entonces la capturan -- Pasan cuatro años -- Santana vuelve a Lima, Ohio y se reencuentra con Brittany... etc.
Revisare los capítulos anteriores para que el tiempo concuerde. Ahora sí, sin más preámbulos, os dejo con el capitulo.
Capitulo 10
Brittany sentía el cuerpo flácido, prácticamente sin fuerzas. El abrir los ojos ya le costaba un gran esfuerzo, al principio solo era dos rendijas hasta que al final consiguió abrirlos del todo. Parpadeó varias veces con esfuerzo, tratando de acostumbrarse a la luminosidad del lugar. Estaba en un lugar completamente blanco, donde al fondo se veía una gran pared de cristal. No había ninguna otra salida, más que el ventanal.
-Dios... ¿Que mierda me han metido? -gimió, Brittany, mientras se llevaba las manos a la cabeza. Trató de incorporarse pero todo le dio vueltas, al final solo pudo quedarse a cuatro patas mientras trataba de enfocar cada doble en su sitio.
-¿Primera vez con Vértigo? -dijo, una voz a su lado. -Lo recuerdo bien... Será mejor que te quedes sentada.
Brittany ladeó la cabeza hacia la derecha, descubriendo otra pared transparente. Se arrastro como pudo hasta allí y apoyó la frente, tratando de enfocar hacia el otro lado. Y entonces lo vio, un chico, probablemente de su misma edad, o incluso un poco más. Pelo oscuro, con una barba de varios días descuidada y una mirada castaña cansada pero de acero. Estaba rodeado de cadenas, sobre todo sus brazos y piernas, a pesar de su delgadez. Por la largura de sus piernas, Brittany calculaba que ese chaval sería muchísimo mas alto que él. La rubia se incorporó como pudo y se quedo sentada, apoyada de lado en la pared, mirando a su vecino.
-¿Quién eres? -susurró, Brittany.
-Un amigo, supongo... -dijo, el chico. -Llámame Finn, Finn Hudson. Tú debes ser la chica relámpago.
¿Chica relámpago? Era la primera vez que la llamaban así. Brittany se rió entre dientes mientras cerraba los ojos cansada.
-Veo que me conoces. -murmuró, la rubia.
-Creo que no hay nadie que no te conozca, Brittany, la Centelleante... Después de todo, me encarcelaste tú.
Brittany abrió los ojos sorprendida y escaneó bien al chico, de arriba abajo. No le sonaba de nada, es más, no recordaba haberle visto en su vida... Claro, es cierto, le habían borrado la memoria poniéndole otra completamente falsa y nadie se fiaba de ella. Era un supuesta agente infiltrada en ambos bandos ¿Pero a cual pertenecía realmente...? Aunque ya daba igual, los dos la querían entre rejas y sino peor, muerta.
-Lo siento, Tim... -suspiró, Brittany.
-Finn.
-Lo que sea... Siento no acordarme de haberte encerrado y de tratarte mal, seas quién seas... Al parecer mi memoria no es la que debe ser. -Brittany se encogió de hombros. -Aunque da igual, os he cogido manía a todos.
-Veo que has estado ocupada desde que te fuiste. -bromeó, Finn.
-No sabes cuanto... -murmuró, sarcástica. -¿Por que estás aquí? ¿Trabajas para la República?
-Digamos que estuve en el lugar equivocado en el momento equivocado. Solo soy un mecánico. - dijo, el chico, encogiéndose de hombros, desinteresado.
-¿Por qué será que no te creo...? -sonrió, Brittany de medio lado.
Finn simplemente sonrió y le guiñó un ojo, divertido. Brittany no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa... Este chico... Le daba una increíble sensación de seguridad... A diferencia de los anfitriones. Un silencio cómodo se adueño del lugar.
-¿Realmente te encarcelé yo? -rompió el silencio, Brittany.
-Tú solo lo ves como una jaula pero yo lo veo como mi refugio. -murmuró, Finn, apoyando la barbilla en sus rodillas. -Realmente me salvaste. -Finn guardo silencio. Al final susurró en voz baja, apenas audible para la rubia. -Hay verdaderos monstruos ahí fuera...
-Como yo, eh... -susurró, Brittany, mientras miraba el techo. Finn la observó en silencio.
-¿De verdad que no recuerdas nada? -preguntó, curioso.
-Me llamo Brittany Susan Pierce... Mi nombre es lo único real... ¿Pero quién soy realmente? ¿Una huérfana acogida por la Colonia? ¿Una espía de la República? ¿O solo una profesora de baile de Ohio con extraños poderes? -la rubia se rió entre dientes mientras negaba con la cabeza. -Elige la opción que más te guste. -siseó, sardónica.
-¿Eso es lo que crees que eres tú o lo que creen los demás?
-¿A que te refieres? -Brittany miró fijamente a Finn que jugueteaba distraído con las cadenas.
-Bueno... La gente siempre cuenta historias y el 90% de lo que dicen no es verdad. Yo no creo que seas ninguna de esas ''Brittany''... Esas ''Brittany'' son las que la gente ve desde fuera y si algo sé, es que todo el mundo miente... Y tú eras experta en eso. -Finn suspiró mientras se encogía de hombros. -Creo que solo tú debes creer en quien eres ahora.
Brittany lo miró asombrada, nadie le había dicho eso, hasta ahora. Esbozó una pequeña sonrisa, realmente ese chico es encantador. No sabe cuanto le han reconfortado esas palabras pero no se lo mostraría, además su instinto decía que Finn lo sabía.
-Profundo... Sabes conquistar a las chicas. -dijo, Brittany, burlona, a lo que Finn se sonrojó, provocando las carcajadas de la rubia. -Gracias. -susurró, enternecida, Brittany.
Un ruido los distrajo de la conversación. Finn se tensó y Brittany no pudo evitar notar como el chico se arrastraba hasta la pared del fondo. Lo notaba, estaba calmado pero eso no evitaba que en sus ojos brillara el miedo. ¿Que diablos le han hecho? Los pasos resonaron por el pasillo, cada vez estaban más cerca. Brittany pensó a toda velocidad, todavía estaba muy débil pero si hacía acopio de todas sus fuerzas podría aturdir al visitante y correr al menos hasta donde haya algo de energía... ¿Pero y si eran más? La rubia se concentró en los sonidos, solo era un par de pasos, una persona... Bien, podría hacerlo.
-No lo hagas. -ese susurró la distrajo completamente. Brittany miró a Finn.
-Quizá tendremos una oportunidad de escapar. -susurró, Brittany.
-No puedes enfrentarte sola a todos ellos. Sé lo fuerte que eres, quizás lo consigas... Pero aún te queda ella.
-¿Ella?
-El verdadero monstruo... -eso último apenas lo entendió a duras penas, Brittany. -Es inmortal.
¿Inmortal? Brittany frunció el ceño, pensativa y entonces abrió los ojos sorprendida... No podía ser... Pero ella realmente no es inmortal, tiene una debilidad... Una debilidad que quizá prácticamente nadie sabe... Diablos, si ni siquiera lo sabía ella, hasta ahora.
-¿Estas hablando de Santana López? -siseó, Brittany, acelerada.
Finn ya no contestó. Simplemente se quedó mirando, pálido, como su visitante aparecía ante ellos. Morena e increíblemente hermosa, Santana los miraba en silencio. Su rostro estaba vació de expresiones y su mirada fría. Brittany tragó saliva, sabía que la morena tenía un genio de temer pero el poco tiempo que estuvo con ella no le pareció una mala persona... ¿Realmente es un monstruo? Sin embargo, sabía que Finn no mentía. Santana apoyo la mano en un lado oculto de la enorme vitrina de la celda y por los pitidos parecía estar introduciendo una combinación. Entonces el cristal se levantó y Santana dio tres pasos. Brittany no se lo pensó dos veces, se levantó fiera a toda velocidad pero no contaba con que su cuerpo realmente estuviera débil y lento por la droga. Santana fue más rápida, le encajó su puño con fuerza en su estómago, haciéndola soltar un gemido ahogado. Brittany cayó al suelo, apretándose el estómago con las manos mientras notaba como la bilis le subía amenazante hasta su garganta. Santana la observaba sin expresión, de pie. La morena levantó una pierna.
-¡Déjala, por favor! -gritó Finn, golpeando el cristal con su cabeza para llamar su atención, ya que sus movimientos estaban bien restringidos por las cadenas. -No puede moverse ya... ¡No puede defenderse!
-Oh... La foca sabe hablar... -sonrió, Santana. -Al parecer eres algo más que decoración, Hudson. -soltó, con veneno en su voz. -Eres la última persona para hablar de quien puede defenderse o no... ¿O quieres recordar la larga lista de mutilados que tienes en tu mano? -dio varios pasos hacia él. -Finn Hudson, el Torturador. ¿Quién iba a decir que tenía su corazoncito. -Finn bajó la mirada, derrotado.
Santana sonrió victoriosa, realmente odiaba a ese gigantón. Le recordaba a esas personas sin rostro con bata blanca de los laboratorios de experimentación. Una mano blanca se aferró a su tobillo. La morena observó como Brittany levantaba la cabeza del suelo para mirarla fijamente.
-Déjalo. -susurró, Brittany. -Es suficiente.
-Esto es un horrible deja vú... -siseó, Santana, enfadada pero le dio la espalda al muchacho.
Brittany suspiró aliviada al ver que le iba a hacer caso. Santana la agarró de un brazo, levantándola. Cuando la tuvo de pie, la sujeto del cuello.
-No intentes nada. -ordenó, la morena. -Sabes que conmigo no funciona.
Santana pasó un brazo por sus hombros y la arrastró fuera de la celda.
-¿A donde me llevas?- susurró, Brittany.
Santana no contestó, solo siguió andando por ese pasillo oscuro arrastrando a Brittany. El pasillo era alargado y angosto, brevemente iluminado por pequeños focos situados en el techo. Brittany trató de mantenerse consciente, alerta a lo que tenía a su alrededor pero estaba tan cansada que no se sorprendería si volviera a perder la consciencia. La droga de su torrente sanguíneo aún no se había disipado y eso la dejaba sin fuerzas. Las únicas celdas iluminadas que vio eran la de Finn y la suya. Seguramente eran los únicos prisioneros. Cuanto mas profundo se adentraban mas oscuro se volvía el ambiente. Se detuvieron ante una puerta pesada de hierro. Santana golpeó la puerta con el puño cerrado varias veces y el sonido reverberó a lo largo del pasillo perdiéndose en un eco lejano. Un chirrido resonó, y ambas chicas se adentraron en el interior. Nada más entrar, Brittany se dio cuenta de que no estaban solas. Puck y Mike agarraron a la rubia por cada lado y la sentaron en una camilla, atando sus muñecas y pies. Brittany ni se resistió, sabía que era inútil.
-¿Que estoy haciendo aquí? -preguntó, relajada, Brittany. Una mente tranquila es el secreto del éxito, nunca pierdas los nervios si quieres algo.
-Tina y Mike tienen una idea de comprobar cuan real son tus recuerdos, Brittany. -dijo, Ms. Shue, apareciendo de las sombras.
Brittany observo como Tina preparaba una serie de utensilios y electrodos al lado de su camilla. También distinguió una pequeña pantalla. Eso ya lo había visto antes.
-Queréis enchufarme el cerebro. -suspiró, Brittany.
-Queremos solo la verdad... Necesitamos saber cual es tu nivel de interfaz memorial y cuan dañado esta. Tu también quieres saber la verdad, Brittany. Es la única manera. -respondió, Ms. Shue.
-¿Como se que no vais a meterme mas recuerdos falsos?
-Porque morirás. Tu cerebro no soportaría una segunda sobrecarga de memoria. No habría más espacio. -habló, Mike, sin despegar la vista de un portátil que tenía sobre sus piernas. -El cerebro tiene dos zonas, hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Cuando se implanta una interfaz memorial o 'chip', ocupas uno de ellos, superponiéndolo sobre el otro, normalmente es el lado principal que más controlamos. ¿Eres zurda o diestra?
-Diestra. -respondió otra voz. Brittany ladeó la cabeza, mirando a Santana, quien estaba apoyada de brazos cruzados con una mirada extraña. La rubia asintió, confirmando su respuesta.
-Pues tu chip esta en el hemisferio derecho, mientras que en el izquierdo tienes almacenados tus recuerdos reales. -explicó, Mike. -Tina es telépata, te conectamos a ella y ella navegará por tus recuerdos. Todo lo que ella vea, lo veremos en pantalla gracias unos electrodos especiales diseñados por mi. La ciencia es maravillosa. -se mantuvo callado unos segundos. -No va a ser agradable.
-La ciencia nunca lo es. -susurró, Brittany. Notó los electrodos helados al contacto con su piel.
-Cuanto más te resistas, más te dolerá. -dijo, Tina. -¿Lista?
-¿Lo estáis vosotros? -siseó, Brittany desafiante.
Santana frunció el ceño y se acercó varios pasos, tenía un mal presentimiento.
-Conectadla. -ordenó, con voz potente, Ms. Shue. Cruzó miradas con la morena, estaba tan intranquilo como ella.
Tina apoyó una mano en la frente de Brittany y cerró los ojos. Y entonces, Brittany perdió todo el sentido del tiempo y el espacio.
Brittany sonreía mientras aplaudía marcando el ritmo a sus estudiantes. Brittany saliendo de la academia, dirigiéndose a su moto. Brittany y su estudiante, quien le devuelve la chaqueta. Brittany y Sam, en el parque corriendo y jugueteando como unos adolescentes enamorados. Brittany y Sam, besándose y apenas llegando al sofá. Brittany y Sam en una cita..
-Dios, voy a vomitar... -murmuró, con asco, Santana. Sus ojos viajaban de un lado a otro, sin despegarse de las imágenes de la pantalla azulada.
-Todo esto es falso, Santana. -dijo, Mike.
-Aún así es asqueroso...
-Atentos, estamos llegando a la parte más profunda. -avisó, Mike.
Brittany abrió los ojos con lentitud y una luz blanca la cegó. Parpadeó repetidamente mientras trataba de enfocar correctamente. Pasaron unos cuantos minutos hasta que se acostumbrara su vista. Una sala blanca, máquinas y olor a antiséptico. Estaba en el hospital.
-¿Brittany? -susurró una voz, a su lado. -¿Puedes oírme?
Brittany giró la cabeza, aturdida, mirando a una señora alta, de pelo corto y rubio, con una bata blanca. Asintió con la cabeza, pues parecía que las palabras no salir de sus cuerdas vocales. Abrió varias veces la boca pero solo consiguió emitir unos gemidos.
-No te esfuerces. -dijo, la médico. -Soy la doctora Sylvester y estoy a cargo de tu caso. Llevas cuatro años en coma.
-¿Po-por... qué? -articuló con los labios, Brittany. -N-no... Record-dar...
-Sufriste un accidente. Tenías una lesión cerebral muy grave pero eres una superviviente. -sonrió, la doctora. -Ahora yo cuidare de ti.
-¿T-tengo familia?
El rostro de la doctora fue cubierto por una sombra de tristeza. Agarró una de las manos de Brittany, apretandosela con fuerza.
-No sobrevivió nadie más. Solo tú. Lo siento.
Brittany se quedó confusa... Se supone que debía dolerle pero... No recordaba no haber tenido ningún sentimiento de familiaridad. Veía unos rostros borrosos en su mente pero le eran indiferentes. Era extraño.
-Sin embargo... -interrumpió sus pensamientos, la doctora. -No estas sola. Tu prometido ha estado todos los días aquí, esperando a que despertaras.
-¿Prometido? -repitió, débil, Brittany.
Un ruido hizo que miraran la puerta, la cual, se abrió dando paso a un chico de porte atlético, pelo rubio revuelto y ojos claros. Se acercó a paso rápido y se dejó caer sobre sus rodillas al lado de Brittany. Estaba llorando.
-¡Dios! Brittany... No lo puedo creer... -sollozó, el chico. -Cuando me dijeron que habías despertado... Siempre tuve esperanza en ti, mi amor.
Brittany lo miro extrañada. La doctora Sylvester se fue, dejándolos solos.
-No te recuerdo...
-Me dijeron que esto podría pasar... Tranquila, empezaremos desde cero. Me llamo Sam Evans y tu eres Brittany Susan Pierce, quién ha vuelto al mundo de los vivos. -explicó, con una risita, Sam.
-Sam...
-Fue directamente supervisada por Sue Sylvester, no es de extrañar. -dijo, Ms. Shue, llevándose una mano a la barbilla, pensativo. -Sam se pasó por su prometido y así vigilarla de cerca... Un buen plan.
-La interfaz memorial empezó desde aquí... A partir de aquí estaremos pasando al hemisferio izquierdo. -indicó, Mike.
-Es extraño... -interrumpió, de repente, Tina. -Normalmente todos los recuerdos tienen un patrón ordenado pero ella... Los tiene todos revueltos e incluso hay espacios en blanco. No tiene sentido.
-No puede ser... -susurró, Santana, incrédula. -Busca una firma, o una marca de algo.
-¿Santana? -preguntó, Mike, extrañado.
-¡Lo encontré! -exclamó, Tina. -Es el patrón de... -silencio. -Artie... -susurró, sin poder creérselo.
-Entonces es cierto... Ella los mató. -acusó, Puck.
-No nos precipitemos. -dijo, Ms. Shue. -No sabemos realmente si era ella conscientemente. Pudieron obligarla de mil maneras.
-No lo entiendo. -gruñó, frustrada, Tina.
-¿Que ocurre? -preguntó, Santana.
-Esto no es propio de Artie. Aunque estuviera en sus últimos momentos, Artie nunca habría 'revuelto' la memoria... No es propio de él. Seguramente la hubiera borrado dejando un mensaje de advertencia pero no hay nada de eso. Solo hay algunos recuerdos de hace cuatro años, cuando la República la capturo y reconozco algunos de cuando estaba con nosotros pero hay muchas lagunas. Es como un bloqueo memorial. -explicó, Tina.
-¿Hay algo de estos cuatro años? -preguntó, Santana. -Tiene que haberlo. Ella recuerda cuando me rescató. Tiene que tener algo de lo que sucedió después de que la capturaran.
-Puedo intentar ordenar las pocas imágenes que tiene... Pero será peligroso. -suspiró, Tina. -Artie puso un bloqueo protector muy fuerte.
Brittany levantó la cabeza al oír unos pasos. La puerta de la celda se abrió, mostrado a uno de sus muchos carceleros pero esta vez, no estaba solo.
-¿Sigue sin hablar? -preguntó, uno de ellos.
-No ha dicho nada desde que la atrapamos. -respondió, su compañero.
-Entonces la haremos hablar.
Brittany notó como era jalada sin miramientos, obligándola a ponerse de pie. Estaba encadenada de pies y manos con gruesos grilletes pesados de hierro. No podía usar su poder, estaba completamente adormecida bajo los efectos de drogas y sedantes. Y sin perder más tiempo, la empujaron fuera de la oscuridad de su prisión.
Otra vez se despertó tumbada en un suelo frió. Tiritó violentamente. Estaba completamente desnuda. Encerrada en una habitación hermética, el frío atravesaba su piel. Se encogió sobre si misma, esperando el nuevo asalto. Una cascada de agua helada cayó sin cesar desde el techo, empujándola violentamente contra el suelo, otra vez...
Brittany abrió los ojos, parpadeando débilmente. Le dolía todo el cuerpo. Sin embargo se sentía flotar en las nubes. El techo blanco le devolvió su propio reflejo. Claro, estaba en una camilla, atada pero lo más cómodo que había tenido en semanas. Estaba en un estado lamentable. Heridas y hematomas apenas curados, sucias, sangre seca y mugre por todo su cuerpo, seguramente suya. Se le marcaban los huesos y tenía los labios partidos y el pelo completamente enmarañado.
-Pierce, ya estas despierta. -dijo, una voz que reconoció.
-Sue Sylvester... ¿Porque no me habéis matado ya? -susurró, débilmente, Brittany.
-Eres vital para la supervivencia de todos. Plan D.I.S en marcha. ¡Que empiece la operación!
Tina resopló trastabillando hacia atrás, cortando cualquier conexión con Brittany. La rubia había perdido el conocimiento completamente, un hilillo de sangre caía de su nariz.
-Lo siento. -jadeó, Tina. -No podía más... Es demasiado fuerte y sus sentimientos eran... Abrumadores... Dolorosos.
-La torturaron. -gimió, Santana, acercándose a Brittany. -Fue mi culpa.
Ms. Shue apoyó una mano en el hombro de Santana.
-Ella no cree eso, y tú lo sabes. Será mejor que te la lleves a tu habitación. De momento se quedará ahí hasta que sepamos que hacer con ella. De momento esta libre de cualquier sospecha... Al parecer ya la controlaban poco tiempo después de capturarla. -habló, Ms. Shue. -Pero vigílala de cerca.
Santana asintió con el dolor reflejado en sus ojos. Miró a Puck en silencio. El chico suspiró mientras se acercaba y cargaba a la rubia en sus brazos. Ambos se dirigieron hacia la puerta.
-Santana... -la llamó, Tina. La morena se volvió en silencio. -Hemos conseguido eliminar los bloqueos de la interfaz memorial... Quizás no recuerde todo lo que pasó pero... Es nuestra Brittany, ha vuelto.
Santana le lanzó una pequeña sonrisa.
-Eso espero. -susurró, antes de desaparecer.
***
Santana estaba sentada al lado de la cama, donde Brittany dormía plácidamente. Tras una revisión rápida de Kurt, dijo que la chica solo necesitaba descansar. Y ahí estaba, esperando con un libro en sus manos a que despertara. Unos golpes ligeros la distrajeron de su lectura. Quinn asomó la cabeza por la puerta.
-Santana, te he dejado un poco de cena. -saludó, Quinn. -Come algo.
-No quiero que esté sola cuando despierte. -dijo, Santana.
-Me quedaré con ella. Ve y cena algo... A Brittany no le gustaría ver como te desmayas por inanición cuando despierte.
Santana soltó una risita mientras se levantaba.
-Supongo que tienes razón. Dame diez minutos. -sonrió, Santana.
-Tomate tu tiempo.
Quinn ocupó el lugar de Santana y tras mirar, varios minutos la puerta cerrada, se inclinó sobre la rubia.
-Britt... -susurró, Quinn. -Se que estabas despierta desde que entré.
Brittany sonrió mientras abría los ojos completamente.
-Siempre me pillas, Q.
-¿Que tal te sientes?
Brittany se incorporó, quedándose apoyada en la pared. Miro sus manos donde pequeños rayos azulados bailaban sobre su piel.
-Mejor que nunca. -susurró. -Ha sido como despertar de un largo sueño...
-¿Recuerdas todo?
-Absolutamente todo.
Quinn suspiró, relajando sus hombros.
-Este plan ha sido una locura desde el principio... Pensaba que te había perdido, todos lo pensábamos. -suspiró, Quinn.
-Te dije que funcionaría... -afirmó, Brittany, segura.
-Lo que tu digas... Artie hizo un trabajo perfecto.
-Yo no diría que fue perfecto... Algunas cosas casi se salen de control... ¿Quien coño es Sam Evans? Nunca lo vi antes en el equipo.
-Fue el ultimo reclutado, salido de nada, un día apareció al lado de Beiste. Tu ya estabas en la primera fase del plan.
-¿Sabe algo?
-Nada de nada. Ella no se fía de nadie más. -silencio. -En realidad, creo que te tiene ganas. Aprovechará cualquier momento para matarte.
-Bien, eso lo hará más creíble. ¿Como te ha ido?
-Perfectamente. Todo sigue de acuerdo al plan.
-Entonces que empiece la segunda fase del plan D.I.S.
_______________________________________________________________
Espero que haya sido lo suficientemente largo para satisfaceros. Espero vuestras teorías. ¿Brittany siempre ha sido parte de la República? ¿Que hay de Santana?
Elisika-sama**** - Mensajes : 194
Fecha de inscripción : 01/12/2012
Edad : 30
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
que significa esto, quinn es una traidora? que pasara con santana, no entiendo nada y por favor no te pierdas!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
hola que tal! Nueva lectora
Me gusta mucho tu FIC Pero entonces...
Quinn es un espectro también?? Pobre de Santana!!
Hasta tu siguiente actu!!
Me gusta mucho tu FIC Pero entonces...
Quinn es un espectro también?? Pobre de Santana!!
Hasta tu siguiente actu!!
Dolomiti- - Mensajes : 1406
Fecha de inscripción : 05/12/2013
NUEVA LECTORA
NUEVA LECTORA!!!
OK LO ACABO DE LEER TODO Y AL FINAL ME CONFUNDI MAS !!!
Q ONDAAAA CON QUINN??
Q PASA CON SANTANA?
QUE DIABLOS SUCEDE CON BRITT?
ME VA A DAR MIGRAÑA!!
HASTA LA PROXIMAAAA ..
PD:ME ENCANTO EL FIC
OK LO ACABO DE LEER TODO Y AL FINAL ME CONFUNDI MAS !!!
Q ONDAAAA CON QUINN??
Q PASA CON SANTANA?
QUE DIABLOS SUCEDE CON BRITT?
ME VA A DAR MIGRAÑA!!
HASTA LA PROXIMAAAA ..
PD:ME ENCANTO EL FIC
fanybeaHEYA***** - Mensajes : 208
Fecha de inscripción : 04/03/2014
Edad : 29
Re: Fanfic: Brittana, Faberry - All this Time - Capítulo 10 (4-03-14)
Hola! Wow! Extraño Fic... Raro pero atrapante! Espero no tardes en actualizar!
Estoy super intrigada, para mí Britt no es de las malas y ese plan que tiene en mente es para ayudar a San y a los que son como ella....
Bella historia! Besos!
Estoy super intrigada, para mí Britt no es de las malas y ese plan que tiene en mente es para ayudar a San y a los que son como ella....
Bella historia! Besos!
Claru!***** - Mensajes : 209
Fecha de inscripción : 22/09/2012
Edad : 33
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