FIC: KLAINE Juegos De Amor capitulo 5 “Perdido”

Capitulo 2
“El Escape”


Blaine conducía a casa, con las palabra de Senbastian rondando por su cabeza, no sabe en qué momento estación el auto .En su elegante edificio, bajo deprisa, asegurándose se poner el seguro en el auto, el cual sonó con un pequeño pito para indicar que fue cerrado de manera correcta.

Tenía que actuar rápido, solo faltaba dos horas, necesitaba organizar muchas cosas, saco su celular, mientras buscaba en la lista de contactos un número demasiado familiar. Saludo al conserje con un simple movimiento de cabeza, luego se dirigió al ascensor, esperando que la persona al otro lado de la línea contestara.

— ¿Blaine?, —contesto una voz adormila, era normal, si tomaba en cuenta que apenas eran las cinco de la madrugada.

—Sí, soy yo—entro al ascensor y apretó el botón número nueve, — necesito un avión privado para las siete de la mañana y no me importa lo que tengas que hacer solo consíguelo.— Ordeno antes de que él hombre lo interrumpiera. Para luego cortarla llamada.

La puerta del elevador se abrió, camino por el pasillo deprisa, dejando caer las llaves al sacarla de manera rápida del pantalón de su costoso traje, entro al elegante departamento. Todo era silencio y estaba ordenada tal y como lo recordaba, camino a su estudio cerrando las puerta tras de él.

Se acerco a la pequeña estantería, sacando una botella de whisky, para tomarlo a la roca, lo bebió de una sola vez, arrugando la cara cuando el fuerte licor pasó por su garganta. Estaba en graves problemas.

Sebastian nunca se destaco por ser un hombre paciente, siempre obtenía lo que deseaba ahora quería a su novio, que perdió por idiota, la rabia viajo por su cuerpo. Lo que provoco que lanzara el vaso lejos, estrellándolo contra la pared, un ruido inundo la habitación, él moreno camino hasta el sillón negro, para tirarse y solo pensar lo que había ocasionado por el juego y su gran vicio.

—Muy bien Anderson. Espero mi premio, hoy a las ocho de esta misma mañana en mi casa,

—sonrió acercándose a la cara del moreno hasta quedar a un palmo de él, — si no cumple con lo acordado iré por él. Y tú no quieres eso, ¿verdad?, — la mirada de Smythe era casi negra de lujuria, Blaine trago con dificultad, no podía dejar a Kurt en las manos de semejante monstruo, hizo una mueca a ese pensamiento, la pregunta del millón era. ¿Quién es el monstruo ahora?

—Sebastian, te daré todo lo que quieras, pero deja a Kurt fuera de esto. —Suplico, primera vez que Blaine Devon Anderson imploraba por algo, pero Kurt.
Su Kurt merecía eso y más.

—No...— Susurro chasqueando la lengua de manera divertida, — desde hace mucho que deseo ese redondo y firme trasero. —Blaine vio negro, lanzándose hacia Smythe sin pensarlo, pero no llego ni siquiera a rasguñar su perfecto rostro de este, porque Jeff y Nick lo detuvieron.

—Anderson compórtate. — regaño Jeff, que parecía que en cualquier momento explotaría. Él rubio tenía su ceño fruncido, y su cara roja, Nick al parecer estaba en las mismas condiciones. — ¡Todo esto, es tu maldita culpa!, — soltó Jeff, dándole una gran bofetada.
Todas las personas miraban el motivo de tanto alboroto, los encargados comenzaron acercarse. Ya que ese lugar era importante no podían permitir algo así en el. Debían proteger el buen prestigio del lugar.

—Señores les pediría que se retiraran. — Dijo un hombre alto, escoltados por dos gorilas vestidos de traje que miraban a Sebastian y Jeff con seriedad, mientras los murmullos se escuchaban por toda la sala, muchos dejaron sus juegos para ver la discusión.

—Enseguida, — Susurro un apenado Wes, Sebastian tomo su saco y se lo coloco sin apartar la mirada de Blaine, quien parecía a ver perdido el alma.

—Tienes hasta las ocho Anderson. — Smythe se retiro de manera elegante y petulante cosas que siempre lo caracterizaron.

— ¡No te mereces el amor de Kurt! — Esas palabras lo trajeron a la vida nuevamente, observo Nick y Jeff, como al resto de sus amigos, tenían una mirada de decepción e ira en ellos.

— ¡Tengo que irme!, — fue lo único que respondió saliendo del lugar, apenas tomando su saco y corriendo hacia la salida ante la atenta mirada de todos y sin percatarse del la cámara que había gravado todo.

— ¡Debo darme prisa!— Se dijo así mismo volviendo a la realidad. Rápidamente se acerco al cuadro que estaba en la pared de su derecha, tenía un hermoso paisaje en el, lo saco sin mucho cuidado dejando ver una puerta gris con un sello holográfico que indicaba un verificador de huella digital. Dirigió su dedo pulgar al verificador, este hizo un pequeño sonido y la puerta se abrió de manera automática, dejando ver dinero, papeles importantes, como pasaportes falsos.

Saco unos fardos de dinero, ya que no podía sacar dinero de alguna cuenta bancaria por un tiempo, por miedo a que Sebastian lo encontrara. Todo tenía que ser perfecto, calcular cada movimiento un paso en falso y Kurt pagaría las consecuencia. ¿Qué le diría?
Con que escusa lo saca del país, si le dice lo sucedido le rompería el corazón, él ira con Smythe para protegerlo y no sufriera daño alguno, así era su castaño, demasiado noble, demasiado bueno para él.

Saco un maletín de mano de un pequeño armario que estaba cerca de la congeladora que mantenía en su estudio, cuando recibía algunos de sus socios ahí. Guardo las cosas que ya había sacado anteriormente, revisando cada una con detalle para no olvidar nada, una idea pasó por su cabeza, no era malo prevenir.

Se acerco a su escritorio abriendo el primer cajón de su lado izquierdo, saco algunas carpetas, cuando este estuvo vacíos. Presiona la madera la cual se levanto, dejando ver el fondo falso, donde descansaba dos pistolas negras, a su lado había un estuche de balas y la licencia para portarla.

Lo que él moreno no noto, que cierta morena despertó por el alboroto causado cuando estrello el vaso contra la pared.

Estaba tan concentrado guardando las cosas en su maletín, que no se dio cuenta cuando abrieron la puerta, sigilosos pasos se acercaron hasta quedar junto a él, la morena al ver las dos armas que guardo Blaine asumió que algo iba mal.
Muy mal.

— ¿Qué sucede Andeson?—pregunto de manera abrupta e impaciente, mirándolo de manera seria y con un presentimiento desagradable.

— ¡Dios!, me asustaste Santana. — Menciono cerrando el maletín y caminado a la salida, pero no pudo llegar muy lejos, porque la moreno lo tomo del brazo fuertemente.

— ¡Ahora mismo me dices que sucede!, — exigió, mirándolo de manera fría.

—No sucede ¡nada!—Sentencio tratando de caminar, pero la mujer se lo impidió.

— ¡Mientes!— suspiro posando su dedo índice y el pulgar en el puente de su nariz —Dime la verdad.- Volvió a exigir acercándose a su hermano, el cual retrocedía a su acercamiento.
Blaine se sentía presionado, confundido y muy nervioso. Esta situación era desesperante y tener a su hermana en pijamas, con el ceño fruncido pidiendo explicaciones, definitivamente no ayudaba. Suspiro y dejo el maletín en el piso.

—Sebastián viene por Kurt.

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Faltaban poco minutos para las ocho, y cierto castaño estaba en la sala de su casa, mirando la chimenea. Un vaso de licor posaba en su mano izquierda, mientras sonreía de manera ansiosa.

—Solo falta poco. — Susurro, bebiendo la última gota de su vaso, toda la paz fue interrumpida por uno de sus hombres, Theres, un chico de ojos celestes, cabello marrón y piel clara.

—Señor, sucedió algo. — Inmediatamente Smythe frunció el ceño, tensándose notoriamente, él quería a ese chico, necesitaba a Kurt, desde que lo conoció siempre lo quiso.

Siempre ha tenido lo que quiere, el auto de dieciséis, la vacaciones a Europa, conocer Disney. Todo lo que ha pedido lo ha tenido, sus padres siempre fueron adinerados, su madre dueña de hoteles y su padre de la mejor constructora.

— ¿Qué sucedió?—Pregunto acercándose a su mini bar, para serviré otro vaso de licor. Tratando de que su voz no sonara nerviosa.

—Eric, el hombre que vigila la casa de los Anderson, — Sebastian bebió de una sola vez todo su trago, miro de manera fría al joven frente a él. —Vio a Blaine salir hace una hora atrás con el joven Hummel y la hermana de Anderson.

— ¿Y porque me entero ahora?—pregunto de manera calmada, acercándose a Theres, el joven retrocedió con miedo, — ¡responde!— Exigió.

—yo… no lo sé.- Admitió, tragando con dificultad.

—preparen un auto, ¡YA!— Theres salto de la impresión y corrió para preparar lo indicado.

— ¡Mierda!, — en un ataque de rabia, volteo la mesa ratona que decoraba la elegante sala, lo cual causo un estruendoso sonido, cuando algunas figuras de cristal cayeron al suelo rompiéndose en mil pedazos.- ¡Elvis, Andrés, vamos a salir! .— Grito, caminado a la salida, no sin antes tomar un revolver del armario que estaba detrás de la puerta principal.
Kurt seria suyo, aunque tenga que recorrer cielo mar y tierra Sebastian Smythe lo encontraría.

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— ¡Lo apostaste!— el grito de Santana, de seguro se escucho por todos lados, la chica paso de compresiva a una mujer fuera de control.— Eres un idiota,— paso su mano por su largo cabello, caminado por todo el estudio, maldiciendo. Su hermano le había contado con lujo de detalles todo lo sucedido esa noche.

—No tengo tiempo para tu sarcasmo.- Dijo el moreno retomando el paso, salió del estudio y camino por un pasillo donde había una escalera de caracol que conectaba con la planta alta, con la morena siguiendo sus pasos.

— ¿Qué haremos?- Blaine levanto una ceja y volteo a ver a su hermana.

—Bueno, no sé, ve a maquillarte, o a molestar a otra persona. — dijo sonriente

— ¡Mira pedazo de mierda!, — la fuerte mirada de su hermana lo hizo sentirse más pequeño de lo normal.- Tú y tu estúpido egocentrismo, — comenzó la mujer apuntando con su dedo índice y picando el pecho de su hermano. —Apostaste a un chico Blaine, ¿te das cuenta de lo que has hecho?, y no cualquier chico, ese chico que duerme tranquilamente en tu habitación, te ama, tú eres su mundo, — Blaine sintió como si una manada de toros paso por su cuerpo, recién ahora se percato de la magnitud de sus errores.

Sintió sus piernas debilitarse, su espalda se deslizo por la pared color caramelo con algunos cuadros en ellos. Sus manos fueron hacia su cabello, tomándolo con fuerza para luego golpearse contra la pared, iba a repetir el movimiento, pero dos gentiles manos lo evitaron.

—Lo arruine todo, — Santana asintió, este suspiro y cerró los ojos dejando que esas lagrimas de rabia e impotencia se deslizaran con libertad. — Solo que no me pude contener a la tentación y ahora perderé lo que más amo en el mundo.
El moreno rompió en llanto, dejándose cubrir por los brazos de su hermana, quien lloro con él ambos podrían perder algo muy importante en su vidas.

—Deja de drama Blaine, debemos sacar al chico de aquí, — Blaine la observo sorprendido— ¿pensabas que te dejaría llevarte a mi bebé solo?, estas equivocado— la mujer camino a su habitación. —Date prisa solo queda una hora.

Fue como si su cuerpo se moviera de manera autómata, camino a la habitación abriendo con cuidado, para no despertar al chico en su interior. Su corazón termino de romperse cuando vio a Kurt acurrucado con la almohada que utilizaba, despeinado y con las mejillas enrojecidas, su boca entreabierta y el cabello despeinado.

Lo observo por unos instante ante de ponerse en marcha, debía sacar a su novio del país ante que Smythe lo notara. Camino a los amplios armarios que parecían habitaciones pequeñas, eran perfecta como cuarto para un bebé, saco una gran maleta negra con ruedas, y comenzó a guardar ropa, mucha ropa, luego tomo otra un poco más grande que la primera, color plata, Kurt necesitaba más ropa que él, guardo abrigos, pantalones de diseñador y camisas, algunas bufanda, él menor amaba las bufandas.

Una vez que se convenció de tener la ropa suficiente saco una maleta de mano y guardo accesorios de limpieza y personales, las cremas del joven, la máquina de afeitar aunque Kurt todavía no la ocupa, cepillo de diente y su tan amado gel.
Cerró cada una de las maletas. Ahora venia lo difícil, despertar al castaño. Su corazón se acelero por el simple hecho de hacer, algo que ha realizado durante varios años ya.

Se acerque al castaño con cuidado como si quemara, se sentó en el borde de la cama, podía sentir su respiración lenta y la calma que emitía su relajado cuerpo. Su cuerpo cubierto por las sedosas sabanas color azul pato, su sencilla camiseta de dormir la cual estaba levantada dejando ver su estomago, bueno parte de este.

Sus ojos comenzaron a volverse borroso, las lágrimas querían salir nuevamente pero no podía llorar. Necesitaba tener a Kurt, fuera del país lo antes posible, lo meció de manera suave, pero el menor no se movió ni siquiera un centímetro, siguió durmiendo de manera
calmada. — Vamos Kurt, es hora de despertar — dijo de manera suave, enredando sus dedos en el cabello castaño y sedoso a su lado.

Kurt se removió de manera lenta, abrió los ojos, cerrándolo de inmediato cuando la luz que entraba por el pequeño espacio entre la ventana y la cortina, llego a su rsotro. Se estiro como cual gato acaba de despertar, refregándose los ojos y bostezando.

— ¿Qué hora es?—pregunto de manera perezosa y mirando el lugar, como si no reconociera donde estaba.

— Hora de despertar, — Blaine saco las mantas del cuerpo del menor, este al sentir que era despojado de sus mantas, se hizo bolita acurrucándose junto a una almohada.—Vamos Kurt tienes que darte prisa.

El moreno se estaba desesperando, ya solo faltaba media hora, necesitaba darse prisa. — ¿Para qué son esas maletas?, ¿vas de viaje?, — pregunto mirando con los ojos entrecerrados las maletas frente a la cama.

—Nos vamos Kurt, — suspiro de manera frustrada— ve a bañarte, — ordeno sacándose el
traje costoso que portaba para buscar algo más cómodo, Kurt comenzó a irritarse.

—no me moveré si no me cuanta que sucede, ¿Dónde vamos?—exigió saber, cruzándose de brazos y mirando a su novio de manera intensa. — ¿Blaine que sucede?

—Kurt…yo, — comenzó, pero para su suerte una morena vestida con un buzo ligero y una coleta alta, una maleta de mano y otra color rojo. Entro salvándolo de la incomoda situación.

— ¡Todavía no están listo!— grito asustando al menor, dejo las maletas en la entrada, — ¿Qué sucede?

—Blaine quiere llevarme de viaje, — expreso Kurt con angustia, luego suspiro. — Realmente no me molesta, pero sospecho que hay algo raro—camino por la habitación de manera dramática, — además, no me ha dicho donde iremos, o por cuánto tiempo. —Expreso de manera nerviosa.

Ambos morenos intercambiaron una mirada y Santana tomo la palabra—Kurt cariño. El viaje durara bastante, — la cara de horror de Kurt, fue el detonador para terminar con el corazón de Blaine.

— ¡De que hablas!— grito frustrado. —En dos mese ingresare a la universidad, es mi sueño, de toda mi vida, no pueden hacerme eso. —Kurt observo a Blaine de manera suplicante, en cualquier otra situación el mayor hubiera cedido a las petición de su novio pero esta vez no podía ceder, era por el bien de él.

Blaine se acerco de manera lenta, hasta quedar frente del castaño, con ambas manos a cada lado de la cara del menor y lo miro con todo ese amor que solo Kurt puede merecer, —cariño necesito que confíes en mí, ¿puede ser?—Kurt observo la desesperación y el miedo en los ojos de su amado y solo asintió sin preguntar más, tratando de ignorar el nudo que se formaba en su garganta.

—Date prisa bebé. —Santana comento cuando vio al adolescente entrar a la ducha, se sentía tan mal mentirle al chico, — el auto está listo, el avión ya llego al aeropuerto. —Blaine asintió, tomando las maletas para salir de la habitación.

—Dile a Jeff y Nick que se preparen quiero que vengan con nosotros. — la mujer asintió, bajando la escalera que conectaba con el cuarto de servicio.

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Kurt salió luego de quince minutos, marcando un récord en sus duchas, ya que suele demorarse demasiado. Busco algo ligero para vestir, tampoco se preocupo de hacer su meticuloso cuidado de piel. Algo le decía que este viaje iba a terminar mal, lo presentía.

Bajo sin mucho ánimo la puerta principal estaba abierta y Jeff, un chico rubio de tés blanca y ojos claros, sacaba las maletas .Nick el amigo de este también lo ayudaba, aunque Kurt sabía perfectamente que Nick quería a Jeff. Él menor saco ese pensamiento de su cabeza, ya que ahora no importaba demasiado.

—Señor Hummel está todo listo. —Informo Jeff, de manera amable, se veía nervioso y algo ansioso.

—Está bien, — salió de la casa mirando por última vez la sala, con un extraño presentimiento que comenzaba a emerger en su pecho.

EL mercedes de Blaine, estaba listo, todo las maletas estaban en la cajuela, santana en el asiento de copiloto, Blaine hablaba con algunos hombres, dándole intrusiones, se detuvo al ver al castaño. Se acerco al menor para tomar su mano y deja r un beso en la mejilla, tratando de consolarlo.

— ¿Nos vamos?

—Claro cariño. — Tyler, encárgate de todo, el pelirrojo asintió mirando a Blaine de manera seria, — sube al auto. — Abrió la puerta para el castaño y sonriendo de manera tranquilizadora, necesitaba estar calmado, al cerrar la puerta se dirigió al asiento del conductor, los chicos abrieron las grandes puertas de la mansión y acelero a fondo necesitaba poner varios metros de distancias.

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— ¡Rápido!— Sebastian grito apenas el auto freno en el aeropuerto, corrió hacia la pista de vuelo privadas, Elvis camino a su paso, mientras Andrés preguntaba por cierto avión privado.

Al llegar al área de despegue para mala suerte del castaño, no encontraron lo que buscaban. — ¡Mierda!—grito descontrolado.

—Sebastian calma, —Andrés dijo calmadamente, cosa que hizo enojar aun más al castaño.

— En dos horas te prometo que tendrás a tu lindo chico en tus brazos.- Sebastian alzo una ceja confundido, con la ira no podía pensar de manera correcta. —En treinta minutos parte nuestro vuelo exprés.

— ¿Hacia dónde?—pregunto de manera curiosa

—Alemania. — Sebastian sonrió con arrogancia

—Siempre me ha gustado los viajes sorpresa, — susurro sonriente para abordar su avión.

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El viaje fue rápido y sin interrupciones, Kurt se distrajo cuando supo que el destino era
Alemania, comenzó a parlotear de todo lo que debían visitar y comprar. Por una parte Blaine se sintió aliviado, de que el castaño olvidara lo que sucedía a su alrededor un rato.

Al llegar al aeropuerto, todo estaba listo abordaron el avión, Kurt seguía muy distraído con lo bien decorado que estaba el transporte, Blaine dio las ultimas orden a Jeff y Nick de no separase de Kurt y abordaron rumbo Alemania.

—Sebastian debes estar hecho una fiera, ¿no?— dijo Santana, sirviéndose una gaseosa, Blaine solo asintió sonriendo, había ganado esta partida a Sebastian Smythe.

Bueno aquí está el segundo capítulo, sé que es un poco aburrido pero es para explicar lo que sucedería. El próximo es más divertido espero que les agrade nos leemos.

Próximo Capitulo

“¡Te encontré!”