Fic Klaine: ¿We Need A Surrogate? - Capítulo 2: "Tiempo Para Pensar"

|¿We Need A Surrogate?|
Basada en "The New Normal"

        Han pasado siete largos años desde que Kurt Hummel y Blaine Anderson decidieron unir sus vidas en sagrado matrimonio. Siete dichosos años llenos de cambio, complicidad, compañerismo y por sobre todas las cosas, repletos de ese profundo amor que ha quedado intacto a través de los años. Todo había cambiado desde que Ohio y McKinley quedaron atrás. Blaine recibió su doctorado en medicina luego de graduarse con honores de la NYU y Kurt finalizó su estadía en NYADA, enfocándose posteriormente en su trabajo como el redactor general más joven de la revista Vogue.

Amistad. Noviazgo. Rompimiento. Reconciliación. Propuesta. Matrimonio. Carreras exitosas. ¿Qué más podrían desear?

Nada.

Bueno, solo si ignoramos la sensación de vacío que Kurt siente en un rincón de su vida últimamente. Ambos hombres en el trascurso de su matrimonio habían planteado la posibilidad de convertirse en padres, pero solo fue eso; un deseo que comenzó a desgastarse con el paso del tiempo. Actualmente, Kurt con veintisiete años de edad y Blaine con veinticinco, creen que la idea de un hijo resulta bastante alejada a su realidad. Hasta ahora…

Ella. Su amiga desde la preparatoria. Deseando dejar atrás los fantasmas de su pasado decide ofrecer su ayuda para completar la familia del joven matrimonio. Ella se ofrece como su madre sustituta.

¿Kurt y Blaine estarán de acuerdo? ¿O solo ignorarán la sugerencia de su mejor amiga y seguirán con sus vidas cotidianas? ¿Ella se arrepentirá?

(...)

¿Quién les gustaría que fuera la mamá del hijo Klaine? ¿Rachel? ¿Santana? ¿Brittany? ¿Un personaje original?
Yo no se todavía T.T

LIAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!, solo tengo que decir que otra genial idea de mi chica y cómplice de historias ( recuerdas de lo C.G + C.G = H.G) 

BIEN, me ha encantado este prologo y espero muy ansiosos ese primer capitulo, ya que tengo una presentimiento que esto sera muy bueno ( raro en ti, ya que  siempre escribes una historia exitosa  )

y ¿Quién me gustaría que fuera la mamá del hijo Klaine? 

Otro fic lia <3 Me encanto el prologo, ya quiero leer el primer capitulo!

Pd: Me gustaria que la mamá fuera britt :33 Seria muy tierno.

Era un día como cualquier otro, común y corriente. Aburrido. Estaba sentado en una de las esquinas de la extensa mesa de reuniones fingiendo escuchar sobre las nuevas colecciones de verano, pero ni siquiera esos horribles matices anaranjados que parecían vomitados por la mismísima Anna Wintour me traían de regreso a la realidad. Esa ropa realmente sería un insulto hasta para Gaga. Como sea, mi mente no parece querer concentrarse en ello, y como culparla, cada día era igual. La típica rutina. Esa que algunos dicen que puede “matar al amor”, pero gracias a Dios Blaine y yo sabemos sobrellevarla; levantarme y acostarme a su lado es la mejor parte de mi rutina. Bueno, estar con él es lo mejor de mi rutina. No, estar con él es lo mejor y punto. Sí, eso suena bien.

Extraño a Blaine.

¿Qué estará haciendo ahora? Seguramente algo más productivo que yo… Cuidando a todos esos niños pequeños. Ser doctor parece divertido… Con todas esas personitas adorables, cuidándolos y ayudándolos a sentirse mejor como si fueran propios. Niños. Es lindo pensar en ello. Yo-

–¿Sr. Hummel?

Oh, no. ¿Necesitan mi aprobación? ¡Claro que la necesitan, idiota! ¡Eres su jefe! Vamos, Kurt, di algo.

–Demasiado naranja.

Bien. Parecen satisfechos con mi respuesta y… ¿Qué…? ¡Esperen! ¿Por qué se ponen de pie? ¿Ya termino la reunión? Pero si apenas son las… ¡7:30!

–Hasta el lunes Sr. Hummel. Que tenga un lindo fin de se –Apenas escuche la voz chillona de mi secretaria hablándome. Estaba cansado de todo esto, solo quería llegar a casa, relajarme y pasar el resto del día junto a mi esposo. Nada más que eso.

Cuando conducía mi  trayecto a bordo del Mercedes Benz me permití imaginar cómo sería este fin de semana un poco, digo, es nuestro primer fin de semana juntos en bastante tiempo; sin trabajo ni preocupaciones. Debería ser especial, ¿cierto? 

–Bien, vamos… ¡NO! ¿Qué ha...? ¡Vamos, pásala! –Blaine soltó un gruñido, como solía hacerlo cuando miraba los partidos de… de… contra… Da igual.

–Hola.

–Hola, cariño. ¿Cómo estuvo tu día? –Quiso saber Blaine mientras apagaba la televisión.

–Bien, normal, creo –murmuré, dejando mi maletín en el suelo y acurrucándome junto a él en el sofá, sin poder reprimir el suspiro de satisfacción que salió cuando sentí sus brazos a mí alrededor–. Te extrañaba… ¿Y el tuyo?

–También te extrañé… siempre –susurró Blaine a mi lado, besando la parte trasera de mi cuello con suavidad–. Bien. Hoy lidie con muchos embarazos adolescentes y madres convulsionado por todos lados, hipotéticamente. No entienden que las adolescentes embarazadas, además de encontrarse en la misma situación que cualquier otra mujer embarazada, deben enfrentarse a mayores preocupaciones sobre su salud y su situación y-

–Aburrido. Mejor bésame –Agarré la solapa de su chaqueta para besarlo con intensidad, pero él correspondió con tanta suavidad y ternura que mi corazón comenzó a latir erráticamente. Lo ame más por eso, si eso aún era posible.

Blaine se apartó del beso demasiado pronto para mi gusto.

–Yo también te amo –dijo sin aliento, sonriendo de la manera tan encantadora que solo el sabia.

–Yo no dije que te amo.

–Pero lo pensaste.

–¿Por qué me conoce tanto Sr. Anderson-Hummel? –Era cierto, él podría llegar a conocerme incluso mejor de lo que yo mismo lo hacía. Siempre fue el mejor esposo que cualquier persona podría desear y aun no lograba entender como alguien como yo logró tener la suerte de encontrar a alguien como él en el camino.

–Porque te amo y porque es mí deber hacerlo.

–Gracias. –musité, sonriendo contra sus labios.

–¿Por qué?

–Por esto –Lo vi sonreír mientras entrelazaba nuestras manos para dar énfasis–. Por todo.

–Te amo tanto –dijo él, mirándome con tanto amor que creí que mi corazón saldría corriendo en cualquier momento y tendría que pegar su imagen por toda la Quinta Avenida para encontrarlo.

–También te amo. –Me acerqué para besarlo, explorando con mis manos cada rincón de ese cuerpo tan conocido para mí. A pesar de los años nunca podía conseguir suficiente de él, necesitaba más. Sentí como sus manos bajaban por mi pecho hasta llegar a la parte inferior de mi camiseta.

–¿Quieres que…? –Dejo que las palabras quedaran implícitas en el aire, mientras se alejaba del beso.

–No lo sé, estoy algo cansado ahora –Estiré todo mi cuerpo, fingiendo cansancio extremo.

–¿Eso significa “no”? –preguntó Blaine rascándose la nuca, seguramente intentado ocultar su decepción.

Sonreí. –No. Significa ve y llena la bañera, voy en dos minutos.

La cara de Blaine se iluminó al instante y prácticamente corrió escaleras arriba. Sonreí ante eso, él seguía siendo un niño pequeño por dentro después de todo. Bien. No creo que consigamos dormir mucho esta noche pero ¡Da igual! ¿Quién dijo que las noches son para dormir?

Caminaba hacia el refrigerador para buscar una botella de champaña cuando el timbre sonó. Mire hacia la puerta extrañado, no esperábamos visitas a esta hora. Abrí y me encontré con las últimas personas que hubiera imaginado encontrar en el umbral de esta.

–¡Unicornio! ¡Te extrañé! –Brittany se colgó de mí con demasiado entusiasmo, yo apenas pude corresponder el abrazo por cuan sorprendido estaba.

–Sí, sí, sí. Sacúdete Britt, tienes un “pequeño poni” ahí. –Oh, mierda. ¿Santana también está aquí?

–Es un unicornio, San, un unicornio –dijo Brittany creyéndose la más coherente de la conversación, pellizcándole una mejilla a Santana.

–Por favor pasen –reproché al ver que mis amigas ya se habían adentrado en mi apartamento y sentado en mis sillones como si nada–. ¿Qué hacen aquí? ¿Nos estaban en Los Ángeles? ¿Qué son todas esas maletas, Santana?

Bueno, esto es malo.

–Deja de hostigarme Lady Hummel, estoy cansada por el vuelo.

–Eso veo… ¡Quita tus pies de la mesa!…

Santana soltó un bufido y se sentó más erguida sobre el sofá. – ¿Qué cenaremos?

–Britt –acudí a ella–. ¿Qué están haciendo aquí?

–Santana dijo que podíamos vivir aquí. –dijo con una dulce sonrisa Brittany.

¿Qué? No, esperen ¿Qué?

–¿Qué demo…?

–Kurt, ¿dónde estás? –Escuché la voz de Blaine en una de las esquinas, volteé y lo vi parado ahí; vistiendo solo su ropa interior y una de sus capas de “Nightbird”. Se veía sexy y realmente avergonzado a la vez.

–Vaya, vaya, vaya, miren a quien tenemos aquí... Señora Hummel, ¿qué se supone que eres? Sabía que Robín era gay pero esto…

–Hola, Santana. Hola, Brittany.

–¡Cúbrete Blaine Warbler! ¡Hay menores de edad aquí! –chilló Britt cubriéndose los ojos con ambas manos. Sonreí, a pesar de todo lo que paso ella supo conservar ese brillo e inocencia que tanto la caracterizaban.

–No hay menores de edad aquí, Britt –Reí al ver como Blaine intentaba cubrirse con la capa torpemente, todavía luciendo abochornado.

–¡Claro que sí! –Camino hasta una de las maletas y la abrió–. Díganle hola a Lord Tubbington –¡Genial! Brittany trajo a la bestia a mi casa… ¡Y al gato obeso también!

–¡¿Eso estuvo en la maleta todo el tiempo?! ¡Tuve que subirla hasta aquí, Brittany! Te dije que le dejaras el gato a tus padres… te lo dije…

–¡No podía dejarlo con mis padres, San! Sabes que volvió a fumar –dijo susurrando lo último, para que el gato no la escuchara supongo.

–¿Qué hacen aquí? –Me dijo Blaine al oído mientras se ponía unos pantalones que estaban doblados sobre el sofá–. ¿No vivían en Los Ángeles? ¿Por qué traen maletas?

–Vivimos aquí, Frodo.

Blaine soltó una carcajada. – ¿Qué?

–Santana, ¿de qué hablas? –inquirí–. No nos vemos hace unos… ¡4 meses! ¿Y ahora de la nada vendrán a vivir con nosotros? Dime que ocurre.

La vi suspirar y bajar la mirada como nunca lo había hecho antes. Se veía triste por algo. – No tenemos dinero, Kurt. Perdí mi empleo en el bar y Britt no consigue trabajo… Aun después de graduarse de la universidad.

–Soy alérgica a los números.

–El punto es que no tenemos a donde ir. Era o vivir en el basurero o vivir con los gemelos fantásticos… Y su casa quedaba más cerca del aeropuerto.

–¿Qué hay de Rachel? –preguntó Blaine sentándose junto a Santana–. ¿O Mercedes quizás?

–De Mercedes no sé nada y Berry… Berry está ocupada con toda esa basura de Broadway y no sé cómo localizarla… Además leí en Google que volvió con Jesse St. Gay.

–¿Y Noah? –insistí.

–Ku-

–¿O Quinn?

–Yo-

–¿Qué hay de Tina? ¿O de esa chica Sugar que siempre desaparecía?

–¡Kurt! ¿Qué paso con eso de “un New Direction siempre será un New Direction”?

–Ese es el lema de los Warblers.

–Cállate, Frodo. Solo digo que… se supone que somos una familia.

–Lo somos. –Sentí como era derrotado por el cansancio.

–¿Eso significa “si”?

–No creo que signifique llena la bañera, voy enseguida –me gritó en susurros Blaine. Reí y lo codeé en las costillas–. ¿Qué dices, cariño? ¿Sí o no?

Suspiré. Se supone que los amigos están en las buenas y en la malas ¿cierto? No podía simplemente decirles que no después de todo lo que pasaron y en especial después de todo lo que pasamos juntos, aunque no estén totalmente cuerdas, las quiero. A su manera ellas siempre estuvieron ahí para mí cuando más las necesité, no puedo simplemente dejarlas dormir en la calle.

–Está bien… ¡pero! –subí la voz para detener el festejo de Santana–. Solo hasta que puedan solucionar sus problemas… ¡Lo que haga el gato lo limpian! Y nada de andar haciendo “cosas” en mi casa.

–¿Ustedes pueden tener sexo en bañeras pero nosotras no? Estas siendo injusto y lo sabes Lady Hummel.

–Nosotros estamos felizmente casados, Santana. –Blaine acotó mirándome con una sonrisa triunfante.

–Nosotras también… no legalmente pero…

–¿No podremos hacer manualidades, San? –Todos giramos a ver a Brittany con las cejas alzadas, las cabezas ladeadas y todo.

–Se refiere a tejer… nosotras amamos tejer… –Se apresuró a decir Santana señalándonos a mí y a Blaine respectivamente. Si claro, tejer.

–¿Tejer? ¿Nosotras sabemos tejer?

–Sí, Britt-britt, siempre lo hacemos.

–Bien, luego hablaremos sobre eso. –Dije haciendo un gesto, queriendo descartar el tema del sexo lésbico de la conversación de una vez por todas. Luego hablaría con Santana. O pensándolo bien, mejor no.

–Si no quieren dormir en el sofá pueden dormir en la habitación de huéspedes, a mí y a Kurt no nos molesta.

–¿Lord Tubbington puede dormir con ustedes?

–¡NO! ¿Por qué esa cosa dormiría con nosotros? –pregunté horrorizado. Ese gato podría asfixiarme, soy muy joven para morir aplastado por un felino con sobrepeso.

–Porque se unió al KKC… Es como el Ku Klux Klan para gatos… No quiero dormir con un gato homófono.

–Se dice homofóbico. –Corrigió Blaine mirándola divertido.

–Pero Blaine y yo… también… Mejor preparé café, ¿alguien quiere café? –Dije levantándome rápidamente y caminando hacia la cocina.

–Necesito ir a desagotar primero, demasiada comida de clase turista. ¿Dónde está el baño Real? –Advirtió Santana frotándose el estómago.

–Subes las escaleras y vas a la tercera puerta a la derecha… ¡No toques nada!...

–¡Ha! He visto condones y botellas de lubricante antes, Lady Hummel, no te preocupes.

Blaine envolvió sus brazos a mí alrededor por detrás mientras preparaba el café. –Me estoy arrepintiendo, ¿crees que tomamos la decisión correcta? 

–Claro que sí, Kurt. Ellas son nuestras amigas y esto solo será temporal. Podría hasta… No lo sé… ser divertido. –Sugirió apoyando las manos sobre mis hombros, apretándolos ligeramente.

Me volteé y lo tome por la cintura, recibiendo sus manos alrededor de mi cuello tentativamente. –Quizás tengas razón, pero ¿qué hay de nosotros? Tenía planeado que “tejiéramos” todo el fin de semana. –Declaré soltando un suspiro de frustración.

–Aunque eso suena muy sexy –murmuró pegando su cuerpo más estrechamente al mío–.  ¿Sabes que pienso? Pienso que a escondidas es mucho mejor.

–Sí, pero-

–¿Puedo preguntarles algo? –Me alejé de Blaine de un salto. No había notado que Brittany estaba sentada detrás de nosotros observando la escena con una sonrisa embobada pegada al rostro.

–Claro Britt –Accedió Blaine.

–¿Qué es y porque Satán no puede saberlo?

–Kurt –me reprochó negando con la cabeza–. Dinos Brittany, has estado muy callada desde que llegaron.

–¿Ustedes se aman? –Preguntó simplemente.

¿Qué clase de pregunta es esa?

–Por supuesto –Respondimos al unísono.

–¿Mucho?

–Sí.

–¿Son almas gemelas?

–¿Si?

–¿Quieren pasar el resto de sus vidas juntos?

–¡Bien!... ¿Cuál es el punto de todo esto? –Exclame temiendo que la avalancha de preguntas no tuviera fin.

–¿No les gustaría tener un bebé Kurt o un bebé Blaine en la familia?

–S-… No… No lo sé –se entrecortó mirándome–. ¿Kurt?

La respuesta más lógica y absoluta sería sí, pero no le veo el sentido. ¿Por qué está preguntando todo esto?

–¿A qué te refieres Brittany? No entiendo lo que dices.

–¡Ay unicornio! Estoy hablando de un hijo –Me dio un golpecito en la cabeza con el puño cerrado.

–Eso lo sé, Britt –Dije sobándome–. No entiendo que tiene que ver todo esto con lo que quieres preguntar… Las cigüeñas no traen a los bebes. ¿Es eso cierto?

–No eso yo-

–Los hombres no pueden quedar embarazados.

–Tampoco es eso… aunque aún tengo mis dudas al respecto. Unicornio, la última vez que hablamos me dijiste que querías tener un hijo pero Blaine aún no estaba listo para algo así, ¿recuerdas?

–¿Tu dijiste eso? –Blaine preguntó con sorpresa.

–No… Si… ¡Pero fue hace mucho tiempo! Era verdad en ese entonces.

–¿Y aun lo quieres, Kurt? ¿Aun quieres tener un hijo?

Oh, Dios. Esto es demasiado para solo un par de horas. ¡Por supuesto que aún lo quiero! Sería lo único que nos faltaría para completar nuestra familia; un pequeño niño con la sonrisa de Blaine caminando entre nosotros. Eso claramente llenaría el vacío pero no es el momento. No aún.

–Yo… no lo sé, Blaine. Tenemos mucho tiempo por delante, yo creo que-

–¿Mucho tiempo? Tienes prácticamente treinta años, y todos saben que un año de persona equivale a siete años de unicornio. Entonces tienes… tienes…  unos… ¡186 años, Kurt!

–Sigo sin entender a donde va esta conversación.

–Quiero ser la mama de su bebe mestizo. Mitad Warbler, mitad unicornio.

¿Qué?

–¿Estas bien, Brittany? –Blaine posó su mano en la frente de nuestra amiga, como intentado asegurarse de que no se tratara de un delirio por alguna clase de fiebre o algo.

–Si… Quiero ser su reemplazante. –Repitió tranquilamente.

–¿Nuestra madre sustituta quieres decir? ¿Acaso sabes lo que eso significa? –preguntó Blaine, mirándola como si hubiera perdido la cabeza ¡O peor! Como si hubiera sugerido lavar todos sus corbatines junto con la ropa roja.

–Sí, lo busque en Wikipedia. Solo tienen que meterme algún mini Kurt o algún mini Blaine y cuando uno gane la carrera ¡BUM! Su bebé crece en mi barriga.

–¿Estás hablando en serio? –Me las arregle para formular mientras hundía la cara entre mis manos. No solo tenía a Brittany, a Santana y al gato obeso como nuevos inquilinos, sino que también una de ellas estaba ofreciendo su cuerpo para engendrar a nuestro hijo.

¿Qué está pasando?

–Sí, estoy muy segura. En serio quiero hacerlo. –Sonaba convencida. Diablos. ¿Por qué sonaba tan convencida?

–Esto… esto tiene algo que ver con lo que paso contigo y Santana ¿no es así? –preguntó Blaine queriendo acariciar su hombro pero arrepintiéndose.

Creo que nunca estuve tan agradecido de Blaine como ahora. Bueno, quizás exagero, pero la verdad es que yo nunca hubiera tenido el suficiente coraje como para abarcar ese tema con tanta ternura como él lo hizo. Más aun sabiendo lo doloroso que fue para Brittany y Santana, y lo mucho que les costó superarlo juntas. Las admiro. Creo que yo no lograría recuperarme si algo así nos sucediera a mí y a Blaine.

–No, Blaine Warbler eso… No.

–Britt, tu mejor que nadie sabes lo afectada que quedo Santana después de lo que paso. Ella se alejó del mundo, de ti, de mí, de nosotros. Si hipotéticamente aceptáramos, ¿cómo se lo dirías? –Intente preguntarlo con el mayor tacto y suavidad que pude, pero por la mirada en el rostro de Brittany supongo que fracase. Odio verla así.

–Ella no tiene que saberlo. –Susurró.

–Claro, aparecerás con un gran vientre de embarazada y luego nosotros por arte de magia tendremos un hijo. ¡Nadie lo notara! –Estúpido, estúpido, estúpido. ¿Por qué tengo que decir cosas como esa? Sé que suelo usar el sarcasmo como arma cuando las situaciones van más allá de mi pero esto fue demasiado. –Lo siento.

–Está bien. De todos modos creo que tienes razón, unicornio.

–Además, ¿conoces los riegos que implica? Casi el 25 por ciento de los embarazos terminan en abortos y-

–No es el momento, Blaine.

–Escuchen –Pidió, agarrándonos a ambos de las manos–. Sé que ustedes me siguen viendo como esa niña ingenua e inocente que solía ser en la preparatoria, y si, en muchos sentidos aun lo sigo siendo pero algo cambió… Tengo veintiséis años y creo ser capaz de tomar decisiones por mí misma. En serio quiero hacerlo. Ustedes se aman, puedo notarlo, ¿en serio no les gustaría poder compartir ese amor tan grande con alguien más? Si ustedes aceptan, no solo tendrán un hijo muy atractivo, sino que le darían la oportunidad a un niño de tener los mejores papás del mundo. Porque ustedes dos serán excelentes padres, estoy segura de eso.

Me encontré con los ojos humedecidos de Blaine, y por un momento, perdiéndome en la profundidad de sus ojos avellanas, pude proyectar todo nuestro futuro en mi mente. Una cena familiar, es navidad creo, nuestros hijos están ahí al igual que nuestros nietos. También lo están Brittany y Santana.

Parecíamos felices ahí.

–Sí que eres inteligente, Brittany. –Susurré con sinceridad y ella no dudo en ponerse de pie y envolvernos en un apretujado abrazo.

–Me siento mucho mejor ahora… ¿De que hablaban? –Oímos a Santana bajar las escaleras. Vaya. ¡Dios bendiga a su estómago!

–Piénsenlo –Nos susurró antes de voltearse hacia Santana–. Les hablaba sobre Los Ángeles, San.

Santana se acercó y enrolló sus brazos alrededor de los hombros de Brittany con cariño. Por alguna razón me encontré a mí mismo sonriendo. – ¡Oh!... ¡Los Ángeles es genial! Deberían ir como segunda luna de miel o algo, nosotras…

Ella continuo hablando totalmente ajena a lo que había sucedido segundos atrás mientras yo me perdía en mis pensamientos, y al juzgar por la cara de Blaine pude deducir que él también. No se cómo definir con exactitud todos los sentimientos que se formaron en mi interior, pero claramente puedo decir que el deseo es uno de ellos.

Solo espero que Santana lo entienda, aunque no creo que eso suceda tan fácilmente.