Fic Brittana: A Su Manera *Cap 9 y 10

—Me estas matando. —se quejó Brittany mientras trataba de levantar las pesas una vez más.
 
—Dos más.
 
—Dos? Dijiste uno.
 
—Mentí.
 
Brittany empujó hacia arriba con esfuerzo. ¿Está realmente fue su idea? ¿En qué había estado pensando? Ella tomó una respiración profunda y finalmente empujó las pesas por encima de su cabeza.
 
—Genial —dijo Santana, tomando la barra de Britt. —Ahora la prensa de piernas.
 
Brittany se puso de pie, agitando los brazos a los costados. —Espero que mañana no tenga que sacar mi arma.
 
—¿Por qué?
 
—Porque dudo que seré capaz de levantar los brazos.
 
—Mañana vas a estar bien. Eso será la próxima vez—dijo Santana. Se acercó a la prensa de piernas y señaló. —Siéntate.
 
Brittany lo hizo, recostándose y doblando las rodillas, apoyando los pies contra la placa. Ella vio como Santana ajustaba el peso.
 
—Trata con eso.
 
Ella lo hizo pero apenas pudo moverse unos centímetros. Santana disminuyo el peso y Britt lo intentó de nuevo. Esta vez, ella fue capaz de extender sus piernas con esfuerzo.
 
—Genial, ahora diez.
 
—¿Por qué no te creo? —Britt murmuró mientras empujaba hacia abajo la placa.
 
Santana observó los músculos bien definidos del muslo. Ella extendió la mano y tocó la pierna de Britt a la ligera, sintiendo como los músculos se movían bajo su mano.
 
—Tu corres? —preguntó.
 
Brittany era consciente de la mano que descansaba sobre su muslo mientras respiraba duro para terminar la serie. —Antes corría, pero ya no lo hago desde hace un par de años. Ahora me conformo con la bicicleta estacionaria.
 
—Es mejor que nada. Tus piernas están en buena forma.
 
—Gracias— Por alguna razón, la hacía sentirse mejor. Luego se inclinó hacia arriba. —¿Por qué tú no te ejercitas?
 
—Yo lo haré esta noche. Pero te prometí que te ayudaría a ti primero— dijo.
 
—¿No podemos hacer las dos cosas? Odio que estés de pie alrededor mirándome.
 
Santana levantó las cejas. —Podría ser peor —bromeó. —te podría estar mirando Puck u otra persona.
 
Brittany sonrió. A ella le encantaba cuando Santana estaba relajada y hacia bromas. —¿Por qué no trabajas conmigo? Entonces después te invito a cenar.
 
—Cenar?
 
—Sí. No creo que te tomes el tiempo para comer si estás pensando en trabajar más adelante. Nosotras podemos comprar una hamburguesa o algo así.
 
Santana se quedó pensando. Ella no había sido invitada a cenar en mucho tiempo y no sabía cómo responder.
Al parecer, Brittany le caía bien, porque ella asintió con la cabeza.
 
Brittany también asintió con una sonrisa y extendió la mano para apretar su brazo. —Gracias.
 
—Esto no quiere decir que ahora voy a ejercitarme a la ligera —dijo Santana, tomando el equipo junto a Britt. Dobló las piernas, estiró su estómago y enganchó los tobillos debajo de la barra. Cerró los ojos y tomó aire, después inició con un ritmo constante, contando en silencio para sí misma.
 
Brittany miró las piernas estiradas a su lado, los músculos se definían suavemente con cada repetición.
 
—Vamos Britt otra serie —dijo Santana a su lado.
 
—Sí, sí —murmuró.
 
Se movieron a través de las diferentes máquinas de pesas, Santana ayudando a Britt a reencontrarse con cada equipo.
Habían pasado años desde que había estado en un gimnasio. Ella en realidad se sentía fortalecida por el ejercicio. Siguió las instrucciones de Santana, no del todo consciente de sí misma mientras luchaba a través de algunos de los pesos. Pero más tarde, en el vestuario, la timidez se apoderó de ella mientras se desnudaba sólo unos casilleros más abajo de Santana.
 
Santana, aparentemente, no tenía un solo hueso tímido en su cuerpo ya que se desnudó y se puso de pie, caminando desnuda hacia la ducha.
 
—Mi dios —murmuró Brittany mientras observaba a Santana de pie. La mujer era… increíble, desde la cabeza con el cuerpo esculpido hasta los pies. Ella bajó la mirada hacia su propio cuerpo, todavía vestido con sujetador deportivo y pantalones cortos. Ella ciertamente no estaba avergonzada por su cuerpo. De hecho, Sam había dicho en numerosas ocasiones que tenía un cuerpo maravilloso. Simplemente estaba inexplicablemente tímida. Sacudió la cabeza y se quitó el sujetador y los pantalones cortos, agarrando una toalla, entonces se dirigió rápidamente a una cabina de ducha.
 
Santana ya estaba vestida cuando ella salió. Se inclinaba para atarse los zapatos y miró una sola vez a Brittany, antes de volver a sus zapatos.
 
—Voy a esperarte afuera —dijo.
 
—Está bien. Salgo en un segundo —dijo Brittany.
 
Dejó caer la toalla tan pronto como Santana salió y se vistió rápidamente. Se puso unos vaqueros y una sudadera, cepillo su pelo húmedo y empujó todo en su bolsa de deporte.
 
Encontró a Santana sentada en un banco de pesas cuando salió. —Mejor? —Santana le preguntó.
 
Brittany sonrió. —Me siento muy bien. Gracias.
 
Santana se levantó y metió ambas manos en los bolsillos, esperando. —¿Qué hay de Albert sobre la Quinta Avenida? —Preguntó Britt. —Es suficientemente casual.
 
—Por supuesto. Yo te seguiré.
 
Brittany era consciente de la camioneta Explorer detrás de ella y miró hacia arriba varias veces en el espejo. Estaba nerviosa y no podía imaginar por qué. Tal vez era porque no le había dicho a Sam. Entonces ella miró a su teléfono celular que estaba apagado. Podría llamarlo pero dudaba de que fuera una breve conversación. No, ella hablaría con él después.
 
Albert estaba lleno durante la noche entre semana y tenían que sentarse en el bar hasta que hubiera una mesa vacía. Ambas pidieron una cerveza, luego descansaron sus brazos casualmente en la barra superior.
 
—Oh Dios, esto es tan bueno—dijo Britt después de su primer largo trago.
 
—Mmm —coincidió Santana.
 
—Gracias por hacer esto. El entrenamiento y la cena —explicó Britt. —Realmente quiero que seamos amigas Santana. Creo que va a hacer que sea mucho más fácil trabajar juntas.
 
—¿Eso es lo que crees?
 
—Sí. —Brittany apoyó los codos sobre la mesa y miró a Santana. —Tienes que admitir que esto es mucho mejor que discutir y discutir o simplemente no hablar para nada, ¿Verdad?
 
Santana sonrió y asintió con la cabeza.
 
—Lo digo en serio. Yo tenía un miedo del infierno en mi primera semana, ya sabes.
 
—¿Y yo fui la responsable? —Ella se encogió de hombros. —Yo no sé por qué me comporte así.
 
—¿En serio? —Preguntó Britt. —¿Y quién eres ahora?
 
Santana encendió su mirada en Britt luego volvió a su cerveza, bebiendo la mitad de su trago.
 
—Era como si quisieras que no me gustaras —continuó Britt. —Yo no puedo ir por la vida sin saber el por qué de las cosas.
 
—Nadie me quiere Britt.
 
—Me gustas.
 
—¿Por qué?
 
Brittany se encogió de hombros y sonrió. —Porque… yo te puedo asegurar que tuve más diversión contigo el otro día, que en toda mi vida?
 
—En el túnel? —Santana preguntó con las cejas levantadas.
 
—Sí. En el túnel.
 
—Diversión? Me amenazaste con dispararme varias veces —Santana le recordó.
 
—Ah, ya sé. En ese momento, me pareció una buena idea. —respondió con una sonrisa. —De hecho, hasta cuando pienso en el agua me imagino un bonito color azul! Pero lo más probable es que era de color café.
 
—Lo más probable.
 
—Quiero decir, que estábamos siendo perseguidas, tiroteadas, luego casi nos ahogamos y también estaba la rata comehumanos. Por no hablar de la caída de diez metros en el arroyo.
 
—Y no te olvides de la explosión.
 
Brittany se echó a reír. —Sí y lo único bueno es que no soy alérgica a la hiedra venenosa.
 
Era el turno de Santana para reír. —No creo que hayas estado allí el tiempo suficiente para averiguarlo. Deberías haber visto tu cara mientras caías.
 
—Deberías haber visto la tuya cuando te sumergí bajo el agua—disparó Brittany de vuelta.
 
Santana sonrió y asintió con la cabeza. Sí, había sido muy divertido. Ellas podrían haber sido asesinadas, pero fue muy divertido. Y ella no podía recordar la última vez que se divirtió.
 

Brittany vio a Santana alejarse, entonces, luego ella siguió su camino por la calle. Ya era tarde, Sam se pondría furioso, pero ella se encogió de hombros. Ya sabría qué hacer con él. El caso es que había estado divirtiéndose mucho antes de poner fin a la noche. Santana se había abierto. No mucho, pero si un poco. Había hablado sobre todo de su barco. De hecho, ella había invitado a Brittany y a Sam a unirse a ella un fin de semana.
 
Eso sorprendió a Britt. Dudaba que Santana haya invitado a alguien a hacer algo con ella alguna vez.
No mencionó una sola palabra sobre su infancia o su familia y Brittany tampoco le preguntó. Si Santana quería compartir algo de aquello, lo haría. Brittany agradeció el hecho de estar solo hablando. Así el trabajo juntas sería mucho más fácil.
 
Por último, no lo podía postergar más. Dio la vuelta a su teléfono celular. El pitido insistente le dijo que tenía mensajes. Cuatro de ellos. Lo agarró y hojeó el identificador de llamadas. Todos de Sam y ella no se molestó en escuchar los mismos. Solo marcó su número a la espera del tono.
 
—¿Estás bien? —preguntó él rápidamente.
 
—Por supuesto.
 
—¿Dónde estás?
 
—Estoy dejando Albert —dijo.
 
—Albert ¿Qué estabas haciendo en Albert?
 
—Comimos una hamburguesa después de nuestra sesión de ejercicios. Lo siento, no tuve la oportunidad de llamar —dijo, permitiéndose a sí misma que una pequeña mentira.
 
—He estado preocupado. Yo esperaba que estuvieras en casa antes.
 
Antes?
 
—Sam, te dije que iba a salir. No entiendo por qué estabas esperando por mí.
 
—Pensé en pasar cerca de las siete y te esperé porque pensé que podríamos cenar juntos —dijo.
 
Ella gimió en silencio. Debió haberlo llamado. —Lo siento—dijo otra vez.—¿Quieres venir ahora?
 
—Eso estaría bien. Incluso podría comprar algo para comer.
 
Ella asintió con la cabeza. —Está bien. Una hamburguesa?
 
—Sándwich de pollo sería mejor.
 
—Está bien. Voy a estar allí en unos quince o veinte minutos —dijo. Estaba cansada y no quería saber nada más que ir a casa y meterse en la cama sola. Pero se sentía culpable por no llamar a Sam. Iría con él esta noche, pero no sentía el haber pasado la noche con Santana López.
 
* * *
 
Santana levantó la vista cuando la mujer rubia caminó con cautela por la habitación. Ella puso una taza sobre su escritorio y otra igual para Santana, luego se sentó lentamente en su silla.
 
Santana sonrió y tomó su café. Cappuccino. Mmm. —Gracias. Sin embargo, me sorprende que fueras capaz de levantarte con tus dos piernas— Santana bromeó.
 
—Ni una sola palabra —amenazó Brittany.
 
—¿Tienes un poco de acumulación de ácido láctico, ¿verdad?
 
Britt la miró. —No podía llegar al baño esta mañana, gracias—dijo Brittany. —Mis muslos se negaron a cooperar.
 
Santana se echó a reír, haciendo que varios de sus compañeros la observarán. Incluso Adams y Donaldson levantaron la vista.
 
—Deberías haber subido a la bicicleta estática esta mañana, afloja un poco.
 
—¿Estás bromeando?
 
—Tal vez deberías haberle dicho a Sam que te diera un masaje —sugirió Santana. —He oído que ayuda.
 
Brittany sólo gruñó. Sam todavía estaba un poco molesto con ella. No tan molesto como para no querer dormir con ella anoche, pero lo suficientemente molesto como para no querer hablar de su noche en el gimnasio. Sin embargo, ella estuvo demasiado cansada, tanto como para tener relaciones, como también para aceptar cualquier petición.
 
—Lopez? —Santana levantó la vista cuando se acercó Sebastian, tomando la nota de sus manos. —Tengo otro cuerpo en este momento. Little Mexico.
 
Santana miró el papel y asintió con la cabeza.— Gracias Sebastian. Vamos Britt, es tiempo para jugar a los policías.
 
Brittany cerró los ojos mientras permanecía de pie, dejando escapar un pequeño gemido por el ardor en sus muslos.
 
—¿Necesitas ayuda? —Santana le ofreció. —¿Quieres que te lleve?
 
—Todo esto es por tu culpa— dijo. —'Una más, Britt. ¡Una más!'— imitó ella a Santana después de que salieron de la sala de la brigada.
 
* * *
 
Ambas se colocaron los guantes, y se acercaron al contenedor de basura. El médico forense aún estaba de pie sobre la víctima, tomando fotografías.
 
—Lo mismo? —Santana le preguntó a Elaine Spencer.
 
—No lo creo. Echa un vistazo.
 
—Jesús —Brittany susurró y apretó el brazo de Santana con fuerza.
 
La mujer estaba desnuda y cubierta de sangre. Su estómago había sido tajado. —Hay una gran cantidad de sangre—dijo Santana en voz baja. —La mataron aquí?
 
—Lo dudo —dijo Elaine. —La sangre está concentrada en la víctima, por aquí solo se filtraba un poco. —Señaló a la basura. —Se encontró una huella de sangre. —Ella se volvió y señaló hacia el callejón.
 
—Voy a echar un vistazo —ofreció Brittany. Cualquier cosa para evitar mirar a la joven.
 
—Por lo tanto, la mató en otro lugar y luego la arrojó aquí. Es por eso que no hay cantidades de sangre aquí...
 
—Sí, habrá un doble de la escena del crimen. He embolsado sus manos. Tiene las uñas rotas. Posiblemente se defendió. Podemos obtener una muestra de piel.
 
Santana se encogió de hombros. Ya tenían el ADN del partido de semen en los dos primeros. Ella se acercó más, mirando el contenedor a su alrededor. Había gotas de sangre en el borde y una mancha en la cara.
 
—¿Hay alguna posibilidad de huellas? —preguntó ella.
 
—No. La prueba indicó que no hay nada. Estoy segura de que usaba guantes de látex.
 
Santana estiro la mano y apartó el pelo enmarañado lejos de la cara de la chica. Algo no estaba bien.
 
—Elaine... sin maquillaje —dijo Santana. Cogió el brazo de la muchacha, mirando a través de la bolsa de plástico que Elaine había puesto alrededor de su mano. —No hay pintura en las uñas.
 
—¿Y?
 
—No creo que ella fuera una prostituta.
 
—Santana, hay una huella de una zapatilla de deporte —dijo Brittany, mientras caminaba de vuelta a ella. Miró una vez el cuerpo y luego a Santana. —Sin embargo, está a poca distancia y no va hacia el contenedor de basura. ¿Por qué habría una huella de sangre allí —señaló —y no aquí?
 
Todos ellos dieron un paso atrás, mirando el suelo a su alrededor. Santana calculó que la huella estaba a unos veinte metros del contenedor de basura. También que iba hacia el callejón, no hacia la calle donde podría estar un automóvil estacionado.
 
—¿Hasta dónde llega este callejón? —le preguntó a uno de los oficiales uniformados de pie junto a ella.
 
—Hasta tres cuadras. Pero hay una entrada lateral por allá— señaló. —Se divide a la panadería y la tienda de comestibles.
 
—Vamos a echar un vistazo.
 
Santana y Brittany caminaron por el callejón lateral, mirando al suelo en busca de gotas de sangre.
 
—Santana, un auto apenas cabría por aquí.
 
—Sí, apenas. Revisa los botes de basura. Quizá tengamos un rasguño.
 
Britt asintió con la cabeza, caminando hacia la calle, observando los contenedores. Santana caminaba a su lado, dejando a Britt tomar la iniciativa. La mayoría de los contenedores se encontraban abollados.
 
—Pintura verde en este—dijo Britt, señalando. —Podría ser cualquier cosa, pero parece fresco.
 
—Sí—Santana levantó la tapa. El contenedor estaba lleno. Sintió el olor. —Grandioso.
 
Miró de nuevo a los dos oficiales uniformados que estaban de pie en el callejón a su espera. —Britt, ¿cuál es el nombre de ese tipo de la otra vez?
 
—Sánchez.
 
—Correcto. —Santana hizo señas a los dos chicos. —Sánchez? Averigüe a qué tienda pertenece este contenedor. Quiero llevarlo al laboratorio. Quiero saber de esta pintura.
 
—Sí, señora.
 
Se puso en cuclillas al lado del contenedor de basura, mirando la pequeña raspadura de la pintura en el lateral.
 
—Él empujó aquí —dijo Santana —golpeo el contenedor cuando trataba de pasar entre él y la pared. Llevó el cuerpo hasta el otro contenedor de basura. La puso dentro como todas las demás y luego regresó a su coche, dejando la huella en una.
 
—¿Por qué sólo una?
 
—¿Y por qué tan lejos del contenedor de basura?
 
—Tal vez lo dejó a propósito —sugirió Brittany.
 
—Una pista? Se burlan de nosotras? Entonces sí que tengo un enfermo hijo de puta —dijo Santana.
 
—Ella era mucho peor que las demás—dijo Britt en voz baja. —¿Por qué?
 
Santana se encogió de hombros. —Tal vez por oponer resistencia. No creo que ella sea una prostituta, Britt. Su cara se veía muy limpia. No hubo maquillaje. Tenía las uñas cortas y sin pintar.
 
—Podría haberla limpiado.
 
—¿Por qué haría eso? Los otras dos estaban completas. Sin lesiones en otra parte. Esta no.
 
Britt se encogió de hombros. Ella no tenía una respuesta.
 
 
* * *
 
Apenas habían entrado en la sala de la brigada, cuando Shuester las llamó a su oficina. Cerró la puerta detrás de ellas.
 
—El capitán llamó. Quiere saber si se trata de un asesino en serie. Si es así, tenemos que llamar a un perfilador de CIU.
 
—Las dos primeras están enlazadas. No tenemos el reporte del laboratorio hasta mañana.
 
—¿Qué dice tu instinto, Lopez?
 
—Esto es diferente. No estoy segura de que fuera una prostituta. Las dos primeras lo eran. Las dos primeras fueron estranguladas. Esta tenía el vientre destrozado. Las dos primeras tenían la ropa puesta. Ésta estaba desnuda— dijo Santana.
 
—Copia? Dos prostitutas asesinadas apenas están en los periódicos. Dudo que sea un imitador —dijo.
 
—No. Ella fue colocada en el contenedor de basura como las demás. Pero tal vez nuestro ángulo sobre prostitutas está mal.
 
—¿Qué te hace pensar que no era una prostituta?
 
—Ella era simplemente diferente.
 
—Ella no tenía maquillaje, teniente —dijo Brittany. —Tenía las uñas cortas y tampoco estaban pintadas como las demás.
 
—Apenas concluyente. Vamos con algo. Dos prostitutas fueron mencionadas a través de los periódicos. Tres? Va a estar en la página principal. La oficina del alcalde va a llamar. Ellos quieren enviar a alguien para elaborar un informe. Voy a tratar de detenerlo por unos cuantos días pero serán pocos.
 
—Eso estaría bien, por lo menos hasta que tengamos los resultados del laboratorio. También quiero ir mañana a la autopsia.
 
—¿Quieres un perfilador?
 
—CIU? Eso va a estar bien —dijo López.
 
—Tal vez deberías dejar que Pierce maneje esa parte. No creo que les moleste tanto como tú lo hiciste.
 
* * *
 
Santana aún estaba en la introducción de notas acerca de su caso cuando Britt le dio un golpecito en el brazo. Santana levantó la vista cansada.
 
—Me voy—dijo Brittany— Ya son más de las seis. —Santana asintió con la cabeza y luego volvió a sus notas. —Sé que estás cansada. ¿Por qué no te das un descanso hasta mañana? —Britt sugirió en voz baja.
 
Santana se reclinó en su silla, mirando a Britt. Sus pantalones estaban un poco arrugados ahora, pero seguía viéndose muy bien. Deslizo sus ojos hacia los brazos, después los hombros de su camisa y observo su cabello rubio que estaba algo desordenado. Santana sabía que en numerosas ocasiones Britt había corrido sus manos a través de el durante el día.
 
—Sólo quiero asegurarme de colocar todas las notas en el ordenador cuando todavía estoy despabilada.
 
—Despabilada? Hemos estado repasando esto todo el día—dijo Brittany.—Supongo que vas a quedarte aquí esta noche?
 
—Probablemente.
 
—¿Por lo menos, vas a conseguir algo de cenar?
 
—Sí. Tengo el nombre del repartidor de pizza.
 
—Está bien. Entonces no voy a preocuparme por ti.
 
—Yo no estoy acostumbrada a que alguien esté preocupado por mi—dijo Santana.
 
—Bueno, mejor acostúmbrate a ello—dijo Britt mientras se alejaba. Entonces se detuvo. —Yo ni siquiera tengo tú número de teléfono. Si te necesito para algo, ¿cómo puedo ponerme en contacto contigo?
 
—Sólo comunícate a mi celular.
 
—Sí. No tengo ni siquiera eso.
 
Santana abrió su cajón y agarro una de sus tarjetas. Ella garabateó su número de celular en la parte posterior y se lo entregó a Britt.
 
—Gracias. Ahora descansa un poco.
 
Santana asintió con la cabeza. —Tú también.
 
—Me gustaría pero le prometí a Sam que iba a ir a una cena con él. Aunque eso sea lo último que quiero hacer. —Luego hizo una pausa. —Podría quedarme aquí contigo y trabajar. Entonces tendría una excusa para no ir —dijo esperanzada.
 
—No quiero que te quedes aquí, Britt. Ve y pasa un buen rato. Por lo menos tendrás una cena.
 

Brittany asintió con la cabeza. Luego sonrió y se alejó, a sabiendas de que Santana pasaría muchas más horas allí mismo, en su escritorio. Ella hizo una nota mental para invitar a Santana a cenar de nuevo mañana después de su entrenamiento.




Hola! Yo había dicho dos caps ayer…pero mi señal y la net me jugaron una mala pasada, sin embargo, antes de seguir con mi día de facu, aca les dejo los dos caps que eran para ayer…
Siento la tardanza, esto de los parciales me tuvo loca y ahora tengo los libres pero voy a hacerme más tiempo! Y espero no tardar tanto otra vez…en todo caso les avisare a las que pueda por wsp! :)
Gracias por seguir por aca y de nuevo, les pido mil disculpas!

Saludos, NaT!

Wow estas dos estan tan cerca y a la vez tan lejos que el asesino en serie mate a sam odio a sam y mas cuando esta con britt dame brittana ya plisss

Hola Nat!! que gusto que volviste espero que si puedas actualizar pronto no puedo esperar a ver avances entre ellas (más) ojalá san hubiera aceptado que britt se quedara y dejara plantado a boca trucha jajaja saludines!! Espero más interacciones brittana el próximo cap

por favor, podrias hacer algo con labios de almohada? ya estorba como mucho, hasta pronto, espero!

Hola me gusta esta historia entre asesinatos y amor. 
San se esta soltando con Britt veremos hasta donde llega.
Saludos

holap nat,...

ya me puse al corriente con los capítulos,...
me gusta como va avanzando la relación de san y britt,..se esta poniendo interesante!!!
me párese a mi o britt inconscientemente esta buscando dejar a sam,... no sep creo!!!

nos vemos!!

Yaaa me puse al dia! Y bueno Sam se las ingenia para que nos caiga mal xD! Jejejeje hasta la siguiente actualizacion :)

Me los leí todos de golpe! Me encanta seguilo pronto:3

Volve!!!!!!

Volverás????

Hola!!!!! Volve!!!!!

Mmm olle quisiera saber si vas a continuar el fic,esta buenisimo siguelo porfavoooor

Vuelveeeeeee! Es uno de mis favoritos!!

Vuelve

Hola (^.^) , vuelve por favor :'( :'( :'(

Vuelve,tu fic es uno de mis favorable favoritos