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BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
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JVM
claudia1988
Tati.94
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BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Sinopsis
Durante diez años, Brittany y su marido, Sam, trataron de tener un bebé sin éxito. Brittany está devastada cuando Sam le dice que ha conocido a alguien más. Desesperada por escaparse, reserva un vuelo a las Islas Bocas del Toro en Panamá. Esperando que la remota ubicación le ayude a enfrentar el ser abandonada y su sueño perdido de ser madre. Su decisión espontánea trae consigo un cambio sorprendente en el curso de su
vida.
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Wao 10 años! Con sam es mucho, jaja. Veamos como sigue la historia
Tati.94******* - Mensajes : 442
Fecha de inscripción : 08/12/2016
Edad : 30
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Mucho tiempo con boca de trucha y pues mucho daño le hizo a Britt, aunque este viaje esperó lo traiga muchas cosas mejores! Una morena tal vez jaja
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Con labios de mero?????? mucho tiempo para mi gusto, ahora viene lo bueno!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Ya quiero el primer capítulo !!!!
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
capitulo 1
Brittany miró por la ventanilla del avión, viendo kilómetros y kilómetros del brillante azul del mar Caribe pasar por debajo. El gran espacio del agua desapareciendo, parecía simbolizar la vida en la que había pensado que podría confiar, escapándose por debajo de ella. El marido de Brittany por doce años se había enamorado de alguien más. Él no había renunciado a la esperanza de un hijo, había dicho.
Tampoco yo, pensó Brittany miserablemente mientras recordaba las pruebas de fertilidad, inyecciones, y las numerosas ocasiones en que se había recostado con las piernas al aire después del sexo. A pesar de la incomodidad y las molestias de todo, ella había intentado todas las técnicas sin quejarse, sin perder nunca la esperanza de un día sostener a un bebé de ojos brillantes en sus brazos. Hasta que el hombre que yo creía era mi compañero de por vida destrozó todos mis sueños. Las lágrimas brotaron de sus ojos, y las secó con toques ligeros de un pañuelo de papel.
Había esperado recibir el habitual último beso en la mejilla esa mañana. En cambio, Craig había dicho que la estaba dejando en su camino hacia la puerta para trabajar.
Una vez que hubo cerrado la puerta tras él, Brittany se había quedado parada sola en su casa, todavía vestida con su bata de baño, lidiando con lo que él acababa de decirle.
Estaría recogiendo algo de ropa más tarde y había contratado a una empresa de mudanzas para recoger el resto de sus cosas y llevarlas a la casa de su novia. Ella había estado de pie allí, demasiado aturdida para preguntarle por qué estaba haciéndole esto a ella, o cuando había dejado de amarla, o si quería considerar buscar asesoría primero.
Una vez que él se había ido, se dio cuenta de que ya no quería hacer esas preguntas. No quería tener nada más que ver con un hombre que podía decirle que la estaba abandonando en un tono tan casual, como si estuviera diciendo que habían ido por el correo, cuando se sentía como si él hubiera dejado caer un cuchillo en su pecho y luego se hubiera alejado para dejarla morir desangrada.
No era como si su marido alguna vez la hubiera vuelto salvaje en la cama o le leyera sonetos románticos, pero las relaciones más apasionadas que Brittany había experimentado habían sido con hombres que desaparecieron tan pronto como la lujuria disminuyó. Sam era sereno, financieramente estable y una persona en la que podría confiar. Así que ella pensó. Brittany se preguntó si esta novia le ofreció a Sam el
chisporroteo sexy que había estado ausente de su relación junto con la posibilidad de un niño. Tal vez si hubiera iniciado el sexo más a menudo…
Durante más de una hora, se quedó allí como un zombi con la boca abierta, compadeciéndose de sí misma. Entonces, de repente, la ira surgió de su interior y cerró los puños y apretó los dientes, queriendo hacer agujeros en las paredes y romper cristales. Tenía que estar en otro lugar excepto en la casa. En cualquier lugar donde no pudiera ver sus ropas colgando del respaldo de la silla y oler su almizclada loción para después de afeitar. En cualquier lugar que no pudiera ver la cama deshecha donde probablemente se había acostado con su novia por las tardes en que ella no estaba en casa.
Para satisfacer su frustración,Brittany recogió un florero Talavera que Sam le había dado en su décimo aniversario y lo lanzó con todas sus fuerzas contra la pared de la sala, dejando escapar un gruñido satisfecho cuando se rompió en miles de piezas de gran colorido. Luego empacó una maleta pequeña, saltó en el auto y se pasó a toda velocidad varias luces amarillas durante su viaje al aeropuerto. Sin reservas de avión, ni idea de donde planeaba ir; se había acercado al mostrador de boletos con solo el equipaje de mano y preguntó qué vuelos salían dentro de las próximas dos horas que tuvieran asientos disponibles.
—Hay un puesto disponible para la ciudad de Panamá —le había dicho la encargada—. Pero estoy hablando de Panamá el país, no el Noreste de Florida.
—Genial —dijo Brittany, deslizando su tarjeta de crédito. Actuar en un capricho se había sentido tan liberador después de tantos años de días de planificación en torno al horario de Sam. Se había sentido como un paracaidista sin experiencia que acababa de saltar desde un avión por primera vez. No había estado segura de poder abrir el paracaídas, pero al menos había sido lo suficientemente valiente para saltar—. Pero esa es una ciudad grande. Me gustaría terminar en algún lugar remoto.
La mujer había sugerido la Isla Colón, una de las Islas de Bocas del Toro en la costa panameña.
—Eso me sirve. —Un minuto más tarde, la encargada le había entregado a Brittany un boleto de embarque a la ciudad de Panamá.
—Aquí está su confirmación para su conexión. Solo tiene que ir al mostrador de AirPanama en el terminal nacional para conseguir su pasaje de embarque a la Isla Colón.
***
La voz alegre de la azafata de vuelo interrumpió sus pensamientos.
—¿Le gustaría algo de beber?
Brittany negó con la cabeza.
—No, gracias, estoy bien.
La mujer sentada a su lado también rechazó la oferta la bebida de la asistente de vuelo, su atención ocupada por el rubio bebé que se retorcía en sus brazos. Brittany intentó sofocar la ola de celos que se apoderó de ella mientras se imaginaba por un minuto cómo habría lucido el hijo de ella y Sam. Cabello rubio, grandes ojos Azules, mejillas regordetas. Empujó la imagen a un lado y echó un vistazo más cerca al hijo de la mujer. Él es adorable. Cabello rizado, rubio, casi blanco, se pegaba a su cara redonda.
Sus mejillas de querubín estaban rosadas, sus ojos oscuros y brillantes y su cuerpo regordete estaba envuelto en una manta de bebé.
—Tienes las manos llenas allí —dijo Brittany—. Puedes usar mi bandeja, si quieres.
La mujer se volvió hacia ella, sonriendo con agradecimiento. Las pecas salpicaban su pálido rostro, su cabello rubio era una masa enmarañada y sus ojos estaban cubiertos con círculos oscuros. Ella se cubrió la boca para disimular un bostezo.
—¿Seguro que no te importa?
—No, no me importa en absoluto. —Brittany bajó la bandeja.
—Muchas gracias. —La mujer se volvió hacia la azafata y ordenó agua y té antes de volver a mirar a Brittany—. No he tenido nada para beber desde que salí de Phoenix, mi hijo me mantiene tan ocupada, a veces me olvido de cuidar de mí misma.
Brittany miró hacia niño. Largas pestañas se curvaban alrededor de sus ojos brillantes, los cuales seguían cada movimiento que su madre hacia. Él se rió cuando ella le hizo cosquillas en la panza.
—Puedo imaginarlo. Se ve como un paquete de energía. Mis padres viven en Phoenix, en Tempe, no muy lejos de la universidad.
—Vivimos en Mesa, pero mi marido siempre compra boletos de temporada para los partidos de fútbol del estado de Arizona, así que conocemos bien Tempe. Soy Tiffany por cierto.
—Encantada de conocerte, Tiffany. Soy Brittany.
Tiffany agarró el vaso de agua que la azafata le había traído y se la bebió en un par de tragos.
—¿Has estado en la Isla Colón o cualquiera de las otras Islas de Bocas del Toro antes? He oído que hay nueve.
—No. Para ser honesta, este viaje fue una decisión repentina. —Brittany había encontrado la compañía de la mujer reconfortante. El largo silencio durante el extenso vuelo de Los Ángeles a la ciudad de Panamá había sido casi intolerable. Le dio a su mente demasiado tiempo para imaginar situaciones simplemente hipotéticas sobre su matrimonio.
—Para mí también. Esta será mi primera vez fuera del país. Yo creía… —Los ojos de Tiffany se llenaron de lágrimas, y desvió la mirada.
—¿Qué? —Brittany tomó la mano de la mujer y la apretó suavemente.
—Que alejarse sería lo mejor para mi hijo.
—¿Quieres contarme lo qué pasó?
Tiffany se enjugó una lágrima.
—Mi marido, Robert, perdió su trabajo cuando tenía tres meses de embarazo. Afortunadamente, fui capaz de pagar nuestras cuentas con mi trabajo como administradora de reclamaciones de seguros. En lugar de buscar empleo, Robert comenzó a beber mucho. Sus estados de ánimo se volvieron impredecibles y empeoraron después del nacimiento de Santy. Me sentía tan sola todo el tiempo, preocupada por Santiago, trabajando y tratando de cumplir con la casa y las cuentas. Se sentía como si Robert nos hubiera abandonado.
—Lo siento mucho —dijo Brittany—. Estoy segura de que es abrumador, llevar toda la carga y proveer para tu familia.
—Ha sido horrible. Todos los días estaba aterrada de volver a casa después del trabajo. Tenía miedo de que Robert pudiera lanzarme su plato si no le gustaba su cena o que me bofetearía si dijera algo que lo ofendiera. Una vez que nació Santiago, lo llevé a la guardería cada semana. A pesar de que abollaba nuestro presupuesto, era la única manera. No había forma de que dejara a Santiago solo con Robert.
—Tiffany hizo una pausa, y sus cejas rubias se juntaron—. Nunca imaginé que esto pasaría. Pensé que
conocía a mi marido. Él era el único al que amaba y podía confiar, lo creía hasta que de pronto me encontré parada a cientos de metros en el aire, sin suelo debajo de mí. Supongo que lo que estoy diciendo no tiene mucho sentido.
Pensé que conocía a Sam también. Brittany perdió la estrecha camaradería que alguna vez había tenido con sus dos mejores amigas en Los Ángeles. Ambas eran ahora jóvenes madres con poco tiempo para socializar. Las tres una vez habían disfrutado largos almuerzos en los que habían compartido sus sentimientos más íntimos. Sus amigas siempre habían sido capaces de entender lo que estaba pasando dentro de su cabeza, lo que de alguna manera hacia que lo que estaba experimentando se sintiera más
aceptable, más universal. Así es como me siento al hablar con Tiffany. Tal vez podamos ser amigas.
—Tiffany, entiendo cómo te sientes. Me siento como si mi vida hubiera sido sacada de debajo de mis pies, también. Mi marido me dejó y ni siquiera lo vi venir. Estaba tan devastada que reservé el primer vuelo disponible y ahora aquí estoy. Pero suena como si tu marido ha sido difícil desde hace un tiempo. ¿Qué te hizo finalmente decidirte a dejarlo?
—Él amenazó con matar a Santy anoche cuando no dejaba de llorar. Me di cuenta en ese momento, tenía que dejar de lado mis falsas esperanzas de que él alguna vez se desintoxicaría y volvería a ser el hombre de quien me había enamorado. Así que le dije que iba a darle unas vueltas a Santy en el auto hasta que se durmiera. En su lugar, huí hacia el aeropuerto con solo una bolsa de pañales y mi bolso.
Brittany sabía que ella haría lo mismo si su propio hijo estuviera en peligro. Él sería su prioridad número uno desde el momento en que naciera hasta el segundo en que ella tomara su último aliento.
—Oh, Tiffany, lo siento. Eso debe haber sido tan espantoso para ti. Tal vez una vez que aterricemos, podemos mantenernos unidas y darnos algo de apoyo la una a la otra.
Sé que yo podría necesitar a un amigo en este momento.
—Me encantaría ser tu amiga —dijo Tiffany—. Eres tan comprensiva y realmente escuchas. Pero te ves tan triste. Debes haber amado mucho a tu marido.
Brittany suspiró.
—Sí, realmente pensé que lo hacía. Nos conocimos en la universidad, y él me rescató de la gran cantidad de chicos malos con los que había estado saliendo.
Tiffany se rió.
—Oh, sí, ellos.
Brittany sonrió, apreciando el sutil intento de Tiffany para levantar su estado de ánimo sombrío.
—Te lo contaré todo sobre ellos uno de estos días. —Hizo una pausa—. Craig era práctico, un hombre con un futuro. Ambos disfrutábamos del senderismo, comida griega e italiana, y de las películas de acción y aventuras, parecíamos bastante compatibles. No me di cuenta cuando éramos novios, de que él fuera de tan alto mantenimiento, pero me comprometí el día que me casé con él, así que estaba dispuesta a lidiar con eso. —Le contó a su nueva amiga cómo había preparado sus comidas, mantenido la casa impecable, recogido su ropa tirada, lavado y planchado la ropa, entretenido a sus amigos, e intentado todos los métodos en el libro para quedar embarazada—. Nunca imaginé que este matrimonio que había pensado era permanente terminaría en un instante. Todavía no puedo creerlo. —Hubo un temblor en la voz de Brittany.
Compasión irradiaba de los oscuros ojos de Tiffany.
—Cariño, no puedo creer que ese hombre te abandonó cuando estabas tan dedicada a él. Debe tener algunos tornillos sueltos en su cerebro. Te mereces algo mejor. Tal vez el hombre adecuado todavía está ahí esperando.
—No creo que pueda tener una relación después de esto alguna vez. No cuando lo que yo pensaba que era real y permanente resultó significar nada. ¿Cómo voy a ser capaz de confiar en alguien más?
—Entonces, ¿nunca tuviste dudas acerca de él?
—De vez en cuando. No había mucha pasión o tomarse de las manos en nuestra relación. Él siempre decía que las parejas que andaban todo el tiempo montados uno sobre el otro por todas partes eran inseguras. Siempre he pensado que eso significaba que estaban muy cómodos el uno con el otro.
Tiffany asintió.
—Eso es lo que la parte de mí que todavía cree en el amor piensa también.
-Sam empezó a llegar tarde a casa del trabajo cada vez más a menudo. A veces me sentaba en la mesa para cenar sola y me preguntaba cómo sería tener un marido que no pudiera esperar a llegar a casa por la noche para darme un beso, y que ocasionalmente, se fuera tarde a trabajar porque habíamos tenido sexo en la ducha.
Tiffany se rió.
—He pensado en eso también. Aunque no estoy segura de que pueda empezar de nuevo, es difícil dejar de lado ese sueño.
—Mmm. —Brittany recordó dos de los más sexys chicos malos con los que se había acostado en la universidad y trató de imaginar sus personalidades lo suficientemente apacibles para que pudieran establecerse. No podía imaginarse a Jake o a Nathan siquiera llegando a casarse.
—Puesto que no tienes hijos, por lo menos no tendrás un complicado divorcio.
Puedes centrarte en encontrar al hombre adecuado; uno que te dará algo a cambio. Si Brittany quisiera centrarse en los hombres era para evitarlos como la peste, así jamás tendría que sentir esta sensación de cuchillo en la espalda de nuevo.
—En este momento, creo que prefiero disfrutar de una existencia libre de hombres.
—Entiendo lo que quieres decir. —Tiffany palmeó el trasero de Kevin y frunció el ceño—. Oh, oh. Necesito llevar a Santy al baño para un cambio de pañal.
Mientras los dos no estaban, Brittany miró por la ventana, hipnotizada por el azul del agua por debajo de ellos.
En Isla Colón, haré lo que yo quiera. Por fin voy a tener paz y tranquilidad. Sam encontraba emocionante vivir en la ciudad de Los Ángeles. Brittany la había encontrado sofocante, el tráfico, el ruido, el smog. Ella quería contemplar el horizonte del océano, ver las colinas cubiertas de árboles sin edificios o carreteras que estropearan su vista, y escuchar solo las olas rompiendo en la arena en lugar del zumbido de los camiones en las autopistas cercanas. Nunca le dijo aSan que se sentía asfixiada en la ciudad, el
matrimonio se trataba de la tolerancia, se había dicho a sí misma. Y que te digan que eres tan querida y necesitada como la basura de ayer.
Su carrera como vendedor de software seguiría creciendo con una mujer más joven y más fértil a su lado. Voy donde pueda respirar el aire libre, no solo por la nariz y la boca, sino también a través de los poros. Observar el paso del agua de color zafiro la hacía imaginarse el sonido de las olas rompiendo, la arena presionando entre los dedos de los pies, y el abrazo sensual de las cálidas aguas del mar alrededor de su cuerpo. Sam estará sorprendido de que me fui de la ciudad. Ella se echó a reír. Su boleto era de un solo
sentido. Tal vez volveré a Los Ángeles la próxima semana o el próximo mes. O nunca.
—Solo me queda un pañal, es bueno que ya casi estamos allí. —Tiffany se sentó de nuevo, metió la bolsa de pañales debajo del asiento y colocó a Santiago en su regazo—. Me gustaría tener una lista de hoteles o un libro de viajes.
—Hablo un pasable español. Puedo preguntar por los buenos hoteles, una vez que aterricemos.
El anuncio del piloto de prepararse para el aterrizaje irrumpió en su conversación. Brittany enderezó su asiento y observó como la cadena de exuberantes islas verdes se hacía más grande en su campo de visión. Metros y metros cuadrados de palmeras y otras plantas de la selva tropical estaban bordeando tramos de blancas playa y el mar turquesa y cerúleo. Además de las islas más grandes, otros cientos de islotes salpicaban las brillantes aguas azules. La sombra del avión flotaba sobre el agua. Ya casi estaban
allí.
Un fuerte golpe hizo que el suelo bajo sus pies retumbara y el avión se tambaleó hacia un lado y se estremeció. Solo un poco de turbulencia, pensó antes de que el temblor se tornara violento, y una voz ahogada por los altavoces urgiera a las personas a prepararse. El caos estalló en la pequeña aeronave. Los gritos y sollozos perforaban el aire.
Algo está mal.
—¿Qué está pasando? —gritó Tiffany por encima del estruendo.
—No lo sé. Todo irá bien. —Brittany se inclinó hacia Tiffany mientras sus músculos se sacudieron con espasmos. El estómago de Brittany se sentía como si hubiera sido dejado a cientos de metros más arriba en el aire. Se atragantó con el vómito que le subió a la garganta. La estructura del avión se quebró y gimió cuando el avión se desplomó. Ella y Tiffany juntaron sus cabezas abajo, refugiando a Santiago. La cabeza de Brittany flotaba, y el miedo contrajo su garganta. Abrió la boca en busca de aire. Esto es todo. Todos vamos a morir. Las personas sollozaban y gritaban los nombres de sus seres queridos. Oh, no.
Brittany apretó los ojos con fuerza y se preparó para el final repentino de la consciencia que había conocido como la vida. Oh, por favor, Dios, no permitas que todo termine así. Solo necesitamos una oportunidad más. El rugido de metal golpeando la pared de agua ahogó los gritos de terror. ¿Por qué no puedo gritar?, fue su último pensamiento antes de que su cabeza golpeara contra el asiento frente a ella.
ana_bys_26- ---
- Mensajes : 555
Fecha de inscripción : 21/11/2015
Edad : 34
A gaby1604 le gusta esta publicaciòn
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
queeee, pero como pudo pasar esto, espero que de verdad se encuentren bien!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Vaya forma de empezar el viaje!!
Al menos conoció a alguien con quien platicar y no estar sola.
Solo espero que no les haya pasado nada!!
Al menos conoció a alguien con quien platicar y no estar sola.
Solo espero que no les haya pasado nada!!
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Siguelaa, no lo dejes ahí. ╥﹏╥
claudia1988* - Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 21/08/2016
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Capítulo 2
Brittany apareció, bajó las olas y sintió náuseas mientras el vómito surgía por su garganta. Abrió los ojos ante la cegadora luz del sol para encontrar su cara puesta en un parcialmente sumergido sillón de almohadón. Trató de ponerse a sí misma verticalmente, el peso de su ropa cargada de agua la tiró hacia abajo. Sus articulaciones y músculos dolían como si hubiera estado con gripe. Jadeó.
Por un momento, esta situación no pareció extraña hasta que su cabeza se aclaró y vio lo que estaba flotando junto a ella en el mar Caribeño de color turquesa. Lo que más la alarmaba no eran los restos flotantes y los desechos, las billetera extraviadas, las valijas, abrigos y trozos de avión. Fueron los cuerpos apareciendo y bajando las olas lo que la hizo jadear.
Imágenes de la explosión se repitieron en su cabeza, los escalofriantes sonidos, las violentas sacudidas, los gritos y más que nada cuán fuerte se aferró a Tiffany y su niño durante esos momentos finales. Todos estaban vivos hace unos minutos. Y ahora... Oh, Dios. ¿Qué pasó con Tiffany y Santiago? Quizás sobrevivieron de algún modo. La subida y bajada de los cuerpos y escombros sobre las olas peleando contra su teoría optimista. El pánico chilló en su garganta.
—Solo respira hondo, Britt.
El avión había colisionado cerca de la isla de arena blanca y jungla frondosa. La playa parecía estar a diez minutos a nado. Después de palmear su bolsillo para asegurarse de que su móvil y su billetera estuvieran ahí, Brittany braceó a través de los restos y flotando en el sillón.
—¿Hay alguien ahí? Hola. ¿Hola? —Mientras las olas se levantaban y caían sobre ella, ella maniobraba alrededor de los restos, cuidadosamente evitando atorarse en las puntas filosas de los restos del avión.
Abandonada y sola, así fue como se sintió cuando fue dejada por su marido y ahora flotando en el solitario océano. Quería despertar y comprender que todo esto había sido un mal sueño. Quería oír un sonido familiar, la alarma del despertador de Sam, el sonido de su afeitadora en el baño, caminar en la cocina y romper sus dos huevos deslizándolos fácilmente en la sartén y sentarse frente a él en la mesa mientras él leía el periódico como lo hacía cada mañana. Quería creer que Sam la amaba; que él nunca la
dejaría sintiéndose tan sola y desesperada que había volado a un extraño, desconocido país en un avión mediocre y terminado flotando en el mar, rodeada de gente muerta.
—Alguien por favor respóndame o despiérteme de esta horrible pesadilla —gritó
Brittany a los restos flotantes. El burlón chapotear de las olas le dijo que esto no era un sueño, esta miseria era su nueva realidad.
Braceó decidida a descubrir lo que había pasado con Tiffany y Santiago.
—¿Tiffany estás ahí?
Una rasposa voz femenina se proyectó sobre el sonido de las olas.
—Aquí. Gracias a Dios estás viva, Britt.
¡Tiffany! El reflejo de la luz del sol en el agua la cegaba. Brittany se tapó los ojos con las manos y los entrecerró mientras braceaba hacia Tiffany. Lágrimas de alivio corrían por su rostro mientras se aproximaba.
—Estoy tan contenta de que estés bien. No te preocupes, estoy aquí para ayudar. — Esperaba y rogaba que el hermoso niño de Tiffany estuviera bien.
Tiffany gimió y levantó un brazo antes de que este cayera al agua. Brittany flotaba junto a ella.
Soportada por una puntiaguda pieza de metal, ella se tumbó inmóvil en su lugar con Satiago abrazado fuertemente a su pecho. Su largo cabello rubio colgando en su cara, y sus labios purpúreos estaban apretados en una línea de sufrimiento. Un chorro de sangre se filtró en el agua clara y el largo vestido multicolor que ella vestía ondeaba en el agua.
Brittany se preguntaba qué tan malherida estaba su amiga. Santiago se contorneaba en los brazos de Tiffany.
Oh, gracias a Dios.
—La costa no está lejos, Tiffany. Podemos hacerlo.
—Por favor —jadeó Tiffany—, escucha. —Trató de levantar su cabeza, pero esta colapsó con un golpe en el metal. Su oreja aún sumergida y sus ojos azules abiertos, le dio a Brittany una imperturbable y desesperada mirada—. Necesito que cuides de mi preciosom Santy.
Brittany jadeó mientras su mirada se deslizaba hacia Santiago. Sus cejas rubias salidas hacia arriba y sus párpados, enmarcados por largas pestañas rubias, caídos como si se sintiera somnoliento. Él parecía satisfecho, alrededor del cuerpo caliente de su madre y el agua de mar tropical. Brittany trató de mantenerse positiva, pese a su miedo de que Tiffany pudiera estar mortalmente herida.
—Voy a llevarnos nadando hasta la orilla y antes de que lo sepas, los tres estaremos secos y a salvo en un confortable hotel.
—No —trinó Tiffany—. Es muy tarde para mí. —Su paladar estaba más seco que la arena en la playa cercana.
Brittany no quería estar sola en esta extraña isla con un bebé que no sabía cómo cuidar. Ella permanentemente evitaba leer artículos y libros de cuidado infantil, no quería torturarse a sí misma. Había sido lo suficientemente agonizante cargar el peso de la tristeza que sentía cada ver que una prueba de embarazo daba negativo.
Se aterrorizaba ante la idea de que su nueva amiga pudiera morir. Se suponía que compartirían una habitación esa noche. Se suponía que beberían una cerveza Panamanian juntas y hablarían acerca de sus esperanzas para el futuro y observarían la puesta del sol mientras Santiago jugaba con un juguete.
—Por favor no te rindas. Sobrevivirás al choque de avión.
Nadó de pecho detrás de la pieza destruida que servía a Tiffany y Santiago como sostén, tratando de empujarla a la orilla.
—Britt, por favor. Necesito que cuides de mi bebé. Él es como el regalo más hermoso que jamás he dado en esta vida. Dijiste que siempre has querido un hijo. Ama a Santy como si fuera tu propio hijo. Puedes darle una vida. —Los cansados ojos azules de Tiffany se llenaron de lágrimas suplicantes que a Brittany le perforaron en lo más profundo de su corazón.
Lágrimas corrían por el rostro de Brittany hasta que sintió que se ahogaría en lágrimas y desesperación. Querido Dios, ¿por qué haces que la vida sea tan injusta? Odiaba que Tiffany estuviera muriendo, que ese pequeño niño creciera sin conocer a su madre.
El dolor se sacudía en su pecho.
—¿Tienes otro familiar además de tu esposo a quien pueda llamar?
Los ojos de la mujer se abrieron en alarma y el agua chisporroteaba de sus labios.
—No, mis padres murieron en un accidente de auto y soy hija única. Los familiares de Robert son tan egocéntricos que ellos jamás sacrificarían el jugar a las cartas hasta tarde en el bar por cuidar de una criatura. Eres la única que puede ayudarme.
Las dos estaban tan solas en el mundo.
—Tiffany, lo siento mucho. —Brittany se estiró por el brazo de su amiga. Se sentía como carne congelada. Ella está muriendo. No, no, no.
Una débil sonrisa apareció en los labios de Tiffany.
—No lo sientas. Fui afortunada de conocerte. Por alguna razón, Dios quiso que sea así. Serás buena para mi pequeño Santy. Serás su madre ahora. —La voz de Tiffany se atoró en su garganta y bajó la vista hacia el pequeñín en sus brazos.
Más lágrimas brotaban de los ojos de Brittany. Ella sabe que jamás volverá a verlo. Deseaba tranquilizarla antes de que fuera demasiado tarde.
—No te preocupes, Tiffany, prometo que voy a amar a tu hijo como si fuera mío y a hacer todo lo que pueda para que él tenga una buena vida. He deseado ser madre por muchos años, y ninguno de los intentos que esos doctores nos hicieron hacer funcionaron. Tener a tu hijo en mi vida será como si todos mis sueños se hicieran realidad. —Brittany esperaba que lo que expresó ayudara a Tiffany a entender que ella amaría a Brittany hasta el día en que muriera. Entonces otra ola de angustia atragantó a Brittany y anheló luchar contra lo inevitable—. Pero tú eres su madre. Si solo... —Pateó fuertemente, pero la dura pieza de metal de avión creó demasiada resistencia. Brittany comenzó a hiperventilar del esfuerzo.
—No hay lugar donde preferiría estar que con mi hijo. Pero por dentro siento como si estuviera llena de cuchillas. En un minuto, me habré ido. —Tiffany besó la cabeza del rubio niño—. Sé que cuidarás de mi Santy —Jadeó y emitió un débil gruñido y entonces sostuvo su hijo hacia Brittany con los brazos temblando. Los ojos de Santiago, enmarcados por rubias pestañas se abrieron, entonces él abrió su diminuta boca en una O y lloró. Lágrimas corrieron por el rostro de Brittany, mezclándose con las gotas de agua de mar. Brittany tomó al bebé de los brazos de Tiffany. La manta envuelta alrededor de él,
revelaba una empapada camiseta blanca decorada con osos azules y rojos y rota entre sus regordetas piernas. Brittany lo envolvió en la manta y lo abrazó fuertemente a su pecho.
—Lo tengo. Tú solo descansa. —Se sentía caliente allí acurrucado y por un momento, paz como la que jamás experimentó antes se posó en ella. Santy dejó de sollozar, y sunariz de terciopelo rozó contra su cuello.
—Dios te bendiga, Britt. Oh, una cosa más. No olvides tomar... —Las luz que parpadeaba en los ojos de Tiffany se extinguió, los músculos de su cuello estaban flácidos y su cabeza cayó sin vida en el agua.
—¿No olvides tomar qué? No, por favor, no. —Britt sabía que Tiffany no podía oírla. Llorando, subió al bebé al asiento de avión y usó una mano para alejarse de la mujer muerta. Manteniendo una mano en las piernas de Santy, Britt usó el asiento como una tabla de Kickboard para propulsarse hacia la orilla.
—No te preocupes, Santy, todo estará bien. —El niño lloró, emitiendo un patético sonido de "ma-ma-ma-ma" que la desgarraba por dentro. Sus diminutos labios temblaban mientras lloraba. Brittany sintió la mordaz desesperación que él sentía de ser separado de su madre y entonces se forzó a sí misma para controlar sus crecientes emociones. Tenía que continuar nadando. No podía salvar a nadie con su dolor.
ana_bys_26- ---
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Capítulo 3
El sol caía fuerte sobre la cabeza de Brittny. A pesar de sus acalambrados músculos, ella pateó implacablemente hacia la orilla. La punta de la protección en un incómodo ángulo cada vez que surgía una ola y ella usaba una mano para sostener a Brittany de caer al agua. Surfear era duro, y nadar era más difícil de lo que había previsto. La perturbadora sensación de las olas le daba náuseas. Kevin lloriqueaba incluso en voz alta.
—No te preocupes, pequeño, casi llegamos —dijo Brittany en la voz más calmada que pudo conseguir.
Sabía que él no entendía sus palabras, pero había visto un segmento de un programa parental una vez y allí decían que el tono de voz funcionaba con la mayoría de los infantes. Solo finge que estás calmada.
De repente, un estúpido los empujó de lado. Agua corrió a su alrededor como si hubiesen sido transportados a una corriente de agua alejándolos de la orilla.
—Oh no. —Pánico creció en su garganta, amenazando con ahogarla y borrar todo pensamiento lógico de su mente. No. No después de todo lo que hemos pasado—. Concéntrate Britt.
Cambiando sus pensamientos, Brittany cambió el ángulo y pateó furiosamente por la corriente, sujetando la espalda de la camisa de Santy apretadamente para que la furia del agua no se lo arrebatara. Ella hiperventiló con el esfuerzo, sus piernas poniéndose insensibles por el furioso esfuerzo. El pecho de Santy inflado mientras gritaba y pateaba.
—Lo prometo, te mantendré a salvo. —Permanecer con vida nunca había significado tanto. Un pequeño bebé dependía de ella, y era el más hermoso ser sobre el cual hubiese posado sus ojos jamás. Se dio a sí misma la charla motivacional que necesitaba desesperadamente—. No te dejaré caer. No dejaré caer a tu mamá.
Brittany aumentó el ritmo de sus furiosas brazadas, gruñendo cada vez que los impulsaba hacia adelante. Una última patada fue suficiente para alcanzar el borde de la corriente, e instantáneamente sintió la libertad cuando los liberó de su agarre.
Brittany jadeó por aire, atontada por el esfuerzo al ser levantada y empujada repetidamente por las olas.
La orilla parecía estar cayendo en algún precipicio invisible.
Todo su progreso había sido en vano, ya no podía ver la blanca arena en la playa. La desesperación cayó pesadamente en ella, Tiffany le había dejado su hijo a su cuidado, y ahora iban a morir allí. Sus músculos estaban agotados. ¿Cómo lo lograrían? Dejó caer su cabeza en la pastosa protección y sostuvo a Santy de sus suaves muslitos. Miró hacia arriba y se enfocó en sus enormes ojos color azul zafiro. Sus cejas castañas volcadas en una furiosa V, y otro balbuceante sollozo brotó de sus labios.
—Todo estará bien —mintió. Tocó sus preciosas y suaves mejillas, tan redondas como las de un querubín—. Mi hijo.
Brittany escuchó el ruido de un motor fuera de borda y estiró el cuello hacia el sonido.
—Por aquí —gritó. La parte trasera de su garganta se sentía como papel de lija. El bote no era visible por la profundidad de las olas. Cuando se elevaron en otra cresta,Brittany gritó de nuevo y deslizó su brazo en el aire con la esperanza de que eso atrajera la atención de quien manejaba.
Una mujer con largo cabello oscuro miró alrededor del perímetro de las ruinas de un avión desde una pequeña lancha a motor.
—Ayuda. —Ella batió sus brazos de nuevo. Sus frenéticos movimientos parecían no servir de nada, la lancha seguía alejándose a la deriva. Brittany gritó hasta que su garganta ardió herida. Cuando subieron en la cresta de otra ola, tuvo la satisfacción de ver que la cabeza del hombre giró hacia su dirección. Se batió y sacudió agua y pronto el ruido del motor aumentó y luego bajó de volumen.
***
Santana había estado clasificando la arena frente a su centro turístico cuando vio al aeroplano volar bajo y ladearse en un precario ángulo. Iba a chocar, había pensado, justo unos segundos antes de que se volcara en el mar. Supo cuando subió en su lancha que encontraría, docenas de inertes, cuerpos sangrantes, pero mientras los estudiaba, buscando señales de vida, mantenía la esperanza de que hubiese un sobreviviente en algún lugar, una persona a quien hubiese estado vigilando su ángel guardián.
Y entonces
el grito de una mujer cortó el sonido del revuelto mar. Élla giró la lancha hacia el sonido de la voz y vio una mano agitándose en el aire. Mientras se detenía frente a ella y lanzaba el ancla al agua, notó que la mujer sostenía un paquete en sus brazos. Oscuro, empapado cabello enmarcaba su pálido rostro con
forma de corazón y sus ojos Azules oscuros, rodeados con largas y exuberantes pestañas, los cuales estaban amplios con temor y vulnerabilidad. Había un pequeño niño en sus brazos. Mientras el cabello de la mujer era como la noche, el del niño era como los brillantes rayos del sol, amarillo blancuzco.
—Oh, gracias, Dios, nos encontraste. Estaba tan asustada. —Lágrimas salpicaron de sus ojos en el agua.
—Todo está bien ahora. Todo estará bien. —La belleza y vulnerabilidad de la mujer despertaron profundos instintos protectores dentro de élla. Quería sacarlos del agua y tomarla en sus brazos y sostenerla.
***
la mujer se inclinó por el costado de la lancha y extendió sus brazos hacia ella. La mirada de Brittany deambuló sobre los perfectos Pechos debajo de su bikini y el cincelado contorno de sus abdominales. Pelo negro se curvaba en sus hobros, acentuando su Feminidad. Su mirada siguió hacia abajo ambos lados de su pelvis las cuales desaparecían en su patalones cotos negro. Tal vez morí y fui al cielo.
Esta mujer lucía más apetecible que cualquiera de los chicos malos con los que se había enredado en la universidad.
Oscuro cabello entrelazado enmarcaba un robusto rostro con una pequeña nariz y amplia barbilla. Los ojos verdes marrones del hombre, bajo gruesas cejas negras, miraban hacia ella en una manera penetrante y demasiada íntima, haciéndola sentir incómoda. Sus bíceps se flexionaron al estirarse por ella.
—Soy Santana Dame a tu hijo primero, luego te sacaré a ti.
la mujer tenía acento. Brittany se preguntó si vivía en alguna de las islas. Su voz salió sin aire.
—Soy Brittany. Yo… —Casi había confesado que no era su hijo. Pero algo la detuvo. No quería que el hombre imaginara que Santy no importaba tanto para ella cuando de repente él se había convertido en el sol alrededor del cual giraba su vida. Pasó a Santy a la extraño y su cuerpo instantáneamente lamentó la pérdida de los regordetes brazos y piernas presionados contra su carne. Quería salir del agua para poder abrazar de nuevo a su precioso bebé—. Asegúrate de ponerlo en un lugar seguro.
Los ojos marrones de Santana se vieron suaves y gentiles.
—No te preocupes, lo recostaré en unos toldos que tengo puestos aquí. Estará bien.—Las cejas de Santana se inclinaron hacia afuera cuando su mirada cambió hacia e la chica, y acarició con su fuerte y vigorosa mano sobre los pequeños y pálidos dedos de Santy mientras daba un paso atrás del borde de la lancha.
Al Dios griego hecho mujer parecían agradarle los niños. Se inclinó lejos para dejar a Santy dentro de la lancha, dándole a Brittany una vista de su fornida, perfectamentepulida espalda. la MUjer tenía un increíble grupo de músculos dorsales y trapecios, sin mencionar los músculos de los hombros que estaban como para morirse por ellos. Era buena que élla estuviera de espaldas porque seguro que ella estaba babeando. Cada músculo en su torso se flexionó mientras se giraba hacia ella, estirándose por su mano.
Su agarre era firme y fuerte, y su palma y dedos se sentían callosos por labores manuales. Su toque era tan magnéticamente sexual, calor subió por su brazo. Tiró de ella hacia arriba, y mientras el tirón de las olas la liberaba, ella cayó contra su duro cuerpo. Santy estaba recostado pateando en una cama de toldos, una amplia sonrisa infló sus mejillas, su lucha de vida o muerte aparentemente olvidada.
***
En el instante en que Santana agarró la mano de Brittany, poderosas sensaciones rebotaron a través de su cuerpo. La primera vista de ella lo había tenido queriendo abrazarla y protegerla, pero la excitación de su contacto piel con piel lo hizo imaginar besar esos suntuosos labios, imaginar cómo se vería desnuda.
Entre más de su cuerpo sacaba del agua, más se dispersaba su sangre hacia abajo. Su camisa azul de seda colgaba de sus senos, y su empapado pantalón delineaba sus bien redondeadas caderas y nalgas.
Esta Brittany no se había obligado a hacer dietas, estaba dotada con voluptuosas curvas que no podían ser mejoradas. Esto es un rescate, nada más, se dijo a sí mismo, tratando de convencerse de ser objetiva.
Cuando Brittany cayó en sus brazos, esperaba que lo alejara. Después de todo, era una extraña, alguien a quien no había visto hasta hace un minuto.
En lugar de eso, ella hizo lo que su lado libidinoso había esperado que hiciera; escondió su rostro contra su pecho. Su respiración le hizo cosquillas en la piel y su largo cabello goteó en sus hombros. Y luego rompió a llorar. Santana se compadecía de la mujer.
Acababa de sufrir un accidente aéreo, y ella y su hijo habían estado luchando por su vida desde ese momento.
Santana había estado buscando sobrevivientes por más de dos horas. Imaginaba que ahora Brittany debía estar física y emocionalmente exhausta. No haría daño consolarla por un momento o dos. El pasó una mano por la cabeza de ella. Ella tenía abundante cabello. Imaginaba que se sentiría suave y sensual enredado entre sus dedos.
—Todo está bien. La pesadilla terminó, y ambos están a salvo. —Fuimos atrapados por una corriente y estaba casi exhausta. De no ser por ti, no sé qué hubiese podido suceder con nosotros.
El aliento que salió con las palabras le hizo cosquillas en el cuello.
—Me alegra haber sido capaz de salvar a alguien. He estado dando vueltas por los restos toda la mañana y solo he encontrado cuerpos. —Estaba a punto de abandonar la búsqueda cuando oyó su grito. Se torcía en su pecho esa posibilidad de casi haberlos dejado solos en el océano.
La presión de sus caderas contra su ingle fue demasiado para resistirse. Santana la alejó a la distancia de un brazo, esperando que al poner distancia entre ellas se detuviera su creciente excitación. Ayudarla era una cosa, pero sentir lujuria desbocada era otra. Se había mudado a su isla remota para evitar mujeres tentadoras. No estaba listo para enfrentar otra decepción.
ana_bys_26- ---
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Que horror, algo puso a ese bebe en el camino de Brittanny, ahora a ver cuando y como es rescatada!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Como a veces me pasa comento un capitulo y entra el otro, que bueno que Santana los rescato, ahora Brittany debe hacerse a la idea que Santiago es su hijo y ver que va a pasar con ellos!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Triste todolo que ocurrió con el avión, ahora britt a cuidar a santy, y san que la ayude ,porque me imagino que perdió sus pertenencias, y es un país que no conoce
Tati.94******* - Mensajes : 442
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Edad : 30
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Pobre Tiffany que triste!!!!!!!!
Que triste forma de encontrarse!!!
Veremos que pasa ahora.
Saludos
Que triste forma de encontrarse!!!
Veremos que pasa ahora.
Saludos
monica.santander-*-*- - Mensajes : 4378
Fecha de inscripción : 26/02/2013
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
pobre lo de tiffany,..
es bueno que san pudo rescatar a britt dentro de todo el desastre,..
que bueno que estan los dos bien con santy!!!
a ver como van las cosas ahora?
es bueno que san pudo rescatar a britt dentro de todo el desastre,..
que bueno que estan los dos bien con santy!!!
a ver como van las cosas ahora?
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
Fecha de inscripción : 06/11/2013
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Que te has hecho? (╥_╥)
claudia1988* - Mensajes : 41
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Capítulo 4
Los hoyuelos en sus mejillas lucían tan malditamente sexy. ¿Por qué no se había fijado en ellos antes? Tal vez élla está apretando su mandíbula, irritado porque estoy colgando de élla así. Ella no podía culparlo por alejarla, era un desastre empapado. Brittany secó las lágrimas de sus ojos, prometiéndose recobrar la compostura.
—Te debemos nuestras vidas… Estoy tan contenta que siguieras buscando.
Los hipnóticos ojos de Santana cautivaron a Brittany. Eran marrone profundo rompiendo alrededor de ellos, pero ella vio algo más. Manchas brillantes de oro.
—¿Por qué no tomas a tu hijo para que podamos ir a la orilla. ¿Cuál es el nombre del pequeño?
Ella liberó su mirada del campo magnético que parecía mantenerla en trance y se giró hacia Santy. Este niño que dependía de ella para todo era en el que tenía que concentrarse, no en un hombre goteando testosterona que terminaría siendo nada más que problema.
—Su nombre es Santiago. —Ella lo alzó y lo aferró cerca de su pecho, notando cómo sus curiosos y vivaces ojos la estudiaban.
—Es un niño muy tierno. ¿Dónde viven?
—En un suburbio a las afueras de Los Ángeles.
—Mmm.
Santana agarró su brazo y la condujo a la parte delantera del pequeño bote, donde el conductor y un pasajero podrían sentarse codo a codo en una pequeña cabina protegida del sol. Emoción se disparó a través de ella. Se había olvidado cómo se sentía la atracción salvaje, cómo hacía que su ser entero se sienta fuera de balance de una manera deliciosa.
—Lo siento por todas las lágrimas. Este no ha sido un típico día.
—Está bien, Brittany, entiendo. Volveré en un momento. Necesito levantar el ancla.
Élla caminó los nueve metros hacia la parte trasera del bote y alcanzó la cuerda y luego la dejó caer de nuevo en el agua como si hubiera cambiado de opinión. Regresó a la cabina y se sentó junto a Brittany.
Su mirada estaba en sus pies en lugar de mirándola a ella, pero su voz era gentil y consoladora.
—Lo siento… debí haberte escuchado en lugar de solo alejarme.
—Está bien, pero me alegro que volvieras. Realmente quiero sacarme esto del pecho. Fue todo horrible. —Se estremeció ante los recuerdos del accidente y Tiffany muriendo que corrieron a través de su mente.
Ella acercó a Santy un poco más, meciéndolo contra su pecho. Él balbuceó inentendiblemente y luego tomó un mechón mojado de su cabello, curvando un dedo alrededor de él y tirando suavemente.
—Adelante, dime qué fue lo que pasó.
Su paciente y femenina voz podría calmar a un bebé alterado. A ella la calmó con seguridad.
—Nuestro avión se dirigía a la Isla Colon y el piloto anunció que estábamos por aterrizar. —Ella mencionó la vibración repentina, el avión hundiéndose, y cómo cuando la gente había gritado y llorado, ella había cerrado sus ojos y esperado su final. No segura de cómo explicar su compleja situación, omitió a Tiffany de su historia antes de continuar contándole cómo ella y Santy habían luchado en el océano.
—La pesadilla ya ha terminado y ambos estarán seguros de ahora en adelante.
La voz segura de Santana y la presencia fuerte y femenina la hicieron sentir más segura de lo que estuvo en todo el día.
—¿Así que esta es una de las Islas de Bocas del Toro?
—Sí, Brittany, estamos cerca de la Isla Bastimentos, la isla más lejana al continente. Es remota y pacífica, casi como una isla desierta. Puedo llevarte a la Isla Colon si lo prefieres. Está a solo unos pocos kilómetros en bote.
Su proximidad la consolaba más que la cálida cama que había deseado durante el tiempo que se habían rebotado impotentes sobre las olas. La vida era una gran contradicción, una hora atrás, había orado para que la pesadilla terminara; ahora estaba ansiosa por descubrir qué pasaría después. El matiz sensual entre ella y Santana no podía ser ignorado. El toque de la mujer la encendía, su piel bronceada y sus hoyuelos luciera sexy, e incluso su aroma la seducía. Olía un poco a canela; incluso más como mujer y océano salado. Su vista se desvió a lo largo de las líneas sudorosas de su cuello, sobre los contornos de sus pechos y su imaginación llenó los espacios en blanco de cómo lucía bajo su traje de baño. Su voz salió apurada y sin aliento:
—Si el lugar es tranquilo, estoy contenta de estar aquí.
—Está bien. Vayamos a la isla entonces. —Santana acarició con su mano los rizos rubios de la cabeza de Santy antes de ponerse de pie. Caminó hacia la parte trasera del bote y alzó el ancla antes de regresar a la cabina.
—¿Estaban los dos viajando solos?
No estaba segura de cómo responder. No tenía documentos legales para mostrar que el pequeño niño era suyo. Solo Santana sabía que estaba viva. Podría ser una persona desaparecida dada por muerta por su infiel esposo y el resto del mundo. Si decía que Santy era suyo, Santana pensaría que seguía casada, y ella no quería eso. ¿Qué mejor manera de empezar que pretender que estoy soltera? Fabricar mentiras parece funcionar para mi esposo. Tal vez puedo probar.
—Desafortunadamente, no. Mi hermana y su esposo estaban en ese avión conmigo. Santy es su hijo. —Mientras pensaba en todos esos años que había desperdiciado con su marido y la muerte de Tiffany, lágrimas nublaron su visión—. Perderlos es tan terrible, especialmente Tiffany, las dos éramos muy cercanas. Ahora Santy no tiene padres y no sé nada sobre bebés.
Santana estiró su mano hacia ella, masajeando su brazo con sus fuertes y callosos dedos mientras dirigía el bote con su otra mano.
—Lo siento, Britt. Eso es terrible —hizo una pausa y su mirada se centró en el agua más allá del parabrisas—. Pero me pregunto por qué no me corregiste antes cuando me referí a Santiago como tu hijo.
Genial, ni siquiera he mentido por dos minutos, y ya me estoy atando en nudos.
—Cuando me estaba hundiendo en el océano, no tenía la energía para explicaciones.
***
¿Qué estoy haciendo? Santana apartó su mano del brazo de Brittany. Fingió rascarse un punto en su mejilla y trató de ignorar la energía eléctrica que hormigueaba en el aire entre ellas. Élla no podía permitirse involucrarse con Brittany incluso si ella pulsaba cada botón caliente en su cuerpo. Sin lugar a dudas, ella estaría reservando el próximo vuelo a casa. Santana se aclaró la garganta.
—Te llevaré a mi complejo. Puedes quedarte en una de las cabinas.
El cabello de Brittany se había secado en la brisa y enmarcaba su rostro en una sexy maraña. Había posado a Santy en su regazo y le estaba haciendo rebotar arriba y abajo.
La sonrisa del pequeño revelaba dos dientes, y él dejó escapar una jovial risa de bebé.
Ella pellizcó su mejilla antes de mirar hacia Santna.
—Si tienes espacio, realmente lo apreciaría.
Los dos deben pasar mucho tiempo juntos. Parece que ella lo adora. Brittany parecía que sería una buena madre. Supuso que ella estaría en sus treinta y se preguntó por qué no tenía hijos propios. Tal vez sigue soltera, pensó, antes de pelear contra preguntarle si estaba casada en una relación seria. Ella se iría pronto, élla sabía, pero quería saber qué tan pronto. Si ella decía mañana, dejaría de hacer preguntas, pero si decía que podría quedarse por un día o dos, se tomaría algo de tiempo para llegar a conocerla.
—Me imagino que querrás que te encuentre un vuelo mañana así puedes regresar con tu familia.
El rostro de Brittany se volvió de un tono verdoso.
—Oh, no. No más aviones por un tiempo.
Santana hizo una mueca, molesta consigo misma por ser tan insensible.
—No debí haber mencionado los aviones en un momento como este… lo siento.
—Está bien… por favor, no te preocupes por eso. Tal vez puedas compensarme ayudándome en algo. —Su sonrisa le pareció coqueta.
Ayudarla a quitarle las ropas mojadas que se aferraban a sus pechos y nalgas vino instantáneamente a su mente. Élla trato de fingir que estaba hablando con un huésped masculino del complejo que acababa de conocer.
—¿Ayudarte con qué?
Se apartó algunos mechones de cabello de su rostro.
—Para ser sincera, no sé mucho sobre bebés. Ni siquiera estoy segura de qué edad tiene Santy… quiero decir, exactamente.
A Satana le pareció extraño que no supiera la edad del hijo de su hermana. Santy parecía tan cómo con Brittany, como si hubiera estado en su cuidado en una base regular.
Ahora Brittany estaba mordiéndose su labio. Tal vez ella estaba mintiendo. Ella le había permitido llamar a Santy su hijo y luego había cambiado su historia un minuto después.
Élla había conocido a una mujer que llevó la mentira a una forma de arte, y ella había roto su corazón. Nunca más.
Élla enseñaría a Brittany sobre los bebés y trataría de enfocarse en la popó y el vómito en lugar de en cómo las ropas mojadas y tal vez cualquier otra cosa que ella usara se aferraba a sus curvas y endurecía su pene hasta que apenas podía caminar. Maldita sea.
Sí que tiene un cuerpo.
—Mi conjetura es que Santy tiene seis o siete meses.
—¿Cómo sabes eso?
—Es difícil saber a ciencia cierta, porque el desarrollo de cada bebé en un poco diferente. Diría que está cerca sin embargo, porque tiene dos dientes, trata de girar y hace sonidos que casi suenan como si hablara. Crecí en una casa con ocho hermanos afuera de Ciudad de Panamá, así que sé mucho sobre bebés. He calentado más biberones y cambiado más pañales de lo que la mayoría de las mujeres en este país, estoy seguro.
Los ojos oscuros de Brittany brillaron con emoción.
—¿Así que entonces podrías darme alguna lecciones sobre cuidados de bebés? Te pagaré por tu tiempo.
—Eso no será necesario. Darte instrucciones sobre cualquier cosa que necesites saber será mi placer.
¿Acabo de decir eso? Santana apretó sus dientes y fingió una sonrisa.
***
La sonrisa sensual de Santana mostró sus fuertes y robustos dientes, incitando reacciones viscerales que Brittany no pudo contener.
—Eso sería genial —dijo ella, mientras imaginaba sus gruesos y sensuales labios presionados contra los de ella.
Cualquier cosa, había dicho. Mientras ella se imaginaba a élla dándole instrucciones privadas estando desnuda y sudorosa bajo las sábanas, un extraño aleteo en su pecho dificultó su respiración y calor ardió entre sus muslos. Trató de recordarse que Santana estaba simplemente siendo agradable por su difícil situación, no porque él sintiera alguna atracción hacia ella. Ningúna mujer la abia llamado la atencion como ella con su apariencia me querría. Suspiró y se preguntó si su autoestima se había hundido junto con el avión. Nunca llegarás a ninguna parte con esa actitud, se dijo a sí misma. Sam es un imbécil.
Tienes que dejarlo ir en lugar de llevarlo alrededor de tu cuello.
El bote se deslizó por el agua cristalina hacia un muelle de madera. La costa frente a ella era una exuberante jungla y arena blanca. La isla parecía como puro paraíso comparada con el bullicio de Los Ángeles. Edificios de madera se asomaban por encima del follaje. Brittany apuntó hacia ellos.
—¿Esas son tus cabinas?
—Sí. Las construí en lo alto de zanjos. —Apagó el motor del bote y saltó desde la proa al muelle con una cuerda para amarrar el bote antes de esperar por ella con sus manos extendidas—. Cuida tus pasos. Los ayudaré a bajarse.
Mientras Brittany tomaba pequeños y vacilantes pasos hacia la proa del bote, Santy parecía tan contento como nunca. La brisa marina voló sus rizos rubios y él dejó escapar una corriente de ba-ba-bas.
Ella se preguntó cuándo el pequeño niño se daría cuenta que nunca iba a volver a ver a su mamá de nuevo. Trató de no pensar en eso. Si lo amaba lo suficiente, tal vez estaría tan contento; que no extrañaría tanto a su mamá. No era que Brittany quisiera olvidar a Tiffany, ella solo odiaba la idea de que este hermoso niño esté triste. Calidez se envolvía alrededor de su corazón cada vez que escuchaba sus gorjeos de felicidad y lo veía sonreír.
Los músculos del muslo de Santana estaban flexionados mientras estaba de pie con un pie en el bote y el otro seguro en el muelle. Él colocó sus manos en los hombros de Brittany para estabilizarla mientras ella bajaba, pero ella se tambaleó, desequilibrada por el cambio en la elevación. Las fuertes manos de Brittany la agarraron por los hombros, tirando de ella hacia su pecho fuertemente musculado. Cuando ella alzó la vista, un rubor de excitación se calentó en su rostro. Un destello de deseo se registró en sus ojos marrones, lo cual la hizo olvidarse momentáneamente de respirar.
—Gracias.
Su profunda voz sonaba ronca de deseo.
—De nada.
Tensión sexual hormigueó en el aire. Brittany miró alrededor, esperando aclarar su cerebro. Palmeras, cargadas de cocos se arqueaban sobre la arena blanca. Sillones de madera se alineaban en la gruesa cama de arena que calentaba al sol. Brittany dejó escapar un suspiro de satisfacción mientras escuchaba el estruendo de las olas, el coro de pájaros y miraba un pájaro verde neón aterrizar en un grupo de arbustos de uva de playa. Era el lugar perfecto para una luna de miel. El lugar perfecto para enamorarse.
—Esto es hermoso, Santana. Debes amar vivir aquí.
—Sí, prefiero mucho más la vida de isla que el ajetreo de la ciudad. —Le hizo un gesto para que lo siguiera por el muelle—. Mi hermana,Rechel, me ayuda a mantener el lugar. Ella y yo compartimos la carga de cocinar las comidas, y yo hago el trabajo de mantenimiento. Ella traerá toallas frescas cada día y arreglará tu habitación. Servimos comidas familiares tres veces al día. —Enumeró las horas de las comidas y señaló hacia un pabellón de madera con marco en forma de A, que se encontraba situado en lo
profundo del bosque—. Durante la cena, puedes anotarte para las actividades del día siguiente. Podemos organizar excursiones, viajes de buceo, paseos por la naturaleza y excursiones a otras islas.
—Eso suena como mucho trabajo. ¿Cómo los dos se manejan para hacer todo eso?
—Solo hay seis cabinas en la propiedad y los hijos de Rechel ayudan mucho, también.
—Estoy impresionada. Parecen tener todo cubierto. No creo que iré a hacer mucho tour, pero sería lindo no tener que cocinar mientras me acostumbro a cuidar de este pequeñito. —Brittany dejó de caminar y metió una mano en su bolsillo trasero mientras agarraba a Santy con la otra. Sacó una billetera mojada—. Tengo una tarjeta de crédito aquí, en alguna parte.
—Cuidado. —Cuando su pie encontró el borde de un tablón desigual y se tropezó hacia adelante, Santana la agarró fuertemente con ambas manos para evitar que cayera.
Sensaciones potentes rasgaron a través de su cuerpo. Brittany esperó que Santana no sintiera el efecto que élla tenía en ella.
Ella trató de enmascarar la atracción fuera de control que sentía riéndose, pero salió en un staccato
que sonaba falso. Se sentía más como una adolescente con un flechazo que una mujer de treinta y cuatro años a punto de divorciarse quien repentinamente se había convertido en madre.
—Todavía soy un poco torpe caminando con Santy.
Élla soltó su agarre en ella y se aclaró la garganta.
—Eso es seguro. Ahora pon esa billetera lejos por ahora y cuida tus pasos. Nos preocuparemos por el pago después.
Brittany quería convencerle que ella estaba financieramente bien sin mencionar su inusual línea de trabajo o su esposo. Si Santana supiera cuánto dinero había ganado en Amazon el mes pasado, élla probablemente se ahogaría con sus amígdalas, pero al menos evitaría que sintiera que tenía que ofrecer sus descuentos.
—Gracias,Santana. Solo quería hacerte saber que puedo pagar.
Élla se giró hacia ella y levantó una ceja mientras su mirada vagaba por los vaqueros y la blusa desgarrada que se aferraban a su cuerpo. La sonrisa insinuante que le dirigió casi la hizo tropezarse de nuevo.
—Estoy seguro que puedes. Pero ahora mismo necesitas llegar a tu habitación sin caer de cara.
Vergüenza calentó su rostro.
—Sí, eso estaría bien.
Ella lo siguió por la playa hacia un estrecho sendero que conducía a través de una exuberante selva de árboles, rodeado por helechos, palmeras y uvas de playa bajas.
¿Qué había estado pensando cuando élla la había estudiado tan de cerca? Élla había parecido encantado con la vista. ¿Siente la misma mareante atracción que yo siento? Cada vez que Santana la miraba o la tocaba, cada terminación nerviosa en su cuerpo quemaba con un calor ardiente.
A pesar de la densidad de las plantas a su alrededor, los márgenes del sendero estaban alineados por conchas marinas y pulcramente recortados así ninguna rama o helecho rozaba sus piernas. Se acercaron a una estructura de madera en forma de L con rejilla en la mayoría de sus lados, encaramado en lo alto de los árboles sobre pilotes de apoyo resistentes. Tenía que haber más de cincuenta escalones hasta la cima.
—Apuesto a que esta habitación no apelaría a un huésped que conduce alrededor del estacionamiento tres veces para encontrar un lugar a solo tres metros de la entrada de la tienda de comestibles.
Una sonrisa amante de la diversión surgió en el rostro de Santana, haciéndolo parecer casi juvenil.
—Tienes razón en eso, Britt, pero esos no son los huéspedes que pretendemos atraer. Una vez que lleguemos al porche, vas a entender por qué construí las habitaciones de esta manera.
—¿Tú las construiste todas? Eso debió haber sido un montón de trabajo.
***
Santana se alegró de escuchar admiración en la voz de Brittany. Sus pendientes de diamantes y vaqueros de diseñador sugerían que ella vivía una vida predecible llena de comodidades. Probablemente conducía un sedán de lujo y se hacía manicura semanalmente. Sin embargo ella no lo trataba como alguna de las mujeres americanas bien acomodadas que visitaban el complejo, que le ordenaban cosas como si fuera un
sirviente o un botones. A élla le gustaba hacer que sus huéspedes se sientan cómodos, pero también le gustaba ser tratado como un igual. Brittany le había hecho sentir como un héroe desde el día en que se conocieron.
—No fue un esfuerzo en solitario. Cuatro hombres que contraté trabajaron conmigo. Me dio un sentido de orgullo ayudar a diseñar y construir todo aquí, desde el principio. Quería que las estructuras se mezclaran con el entorno y mostrar nuestras increíbles vistas. Por favor, aférrate a la barandilla mientras subes. —Santana la siguió por la larga escalera, tratando sin éxito de desenganchar su mirada de la mezclilla azul marino que se aferraba a la perfección a las nalgas de Brittany como en un sueño húmedo.
***
Afortunadamente, los escalones habían sido construidos en un ángulo poco profundo, pero había tantos que las piernas de Brittany pronto se sintieron como si cargaran arena.
Mientras resoplaba haciendo su camino arriba, Santy se reía. Aunque se iba al gimnasio tres veces a la semana en casa, Brittany no estaba acostumbrada a respirar aire húmedo tropical, el cual se sentía como si goteara hasta la base de sus pulmones y colgara allí en una piscina líquida. Una vez que llegó a la cima, se recostó por la baranda del balcón y dejó escapar un largo suspiro, demasiado cansada al principio para apreciar la vista.
—Vaya, esa fue una caminada. —El calor y el agotamiento de su terrible experiencia la dejaron sintiéndose mareada.
Santana plantó una fuerte mano en su brazo.
—¿Estás bien? Luces pálida.
Su toque envió chispas eléctricas dispersándose por sus venas, y ella reprimió una mareada risita. Sudor goteaba por la ancha nariz y el amplio mentón de Santana, y élla se limpió el sudor de su labio inferior con su mano. La boca de la mujer le rogaba que lo besara, ella se imaginó chupando ese sexy labio inferior que tenía que era tan grueso que tapaba su barbilla y trazando su lengua en cada milímetro de su boca.
—Sí, estoy bien. —Ella se distrajo de sus pensamientos pecaminosos dándole la espalda para mirar hacia el océano—. Cielos… eso es increíble.
El balcón de la cabina proporcionaba una vista espectacular de la playa, el brillante mar azul y la cercana Isla Colon, que parecía llena de colinas y montañas y estaba bordeada por agua de color verde pálido que gradualmente se transformaba a turquesa y luego el zafiro del océano abierto.
—Mira dónde nos estamos quedando, pequeñito. —Ella apartó a Santy de ella para que pudiera ver la vista, también, y élla soltó una risa de felicidad.
—Supongo que le gusta el lugar tanto como a ti. —Santana sonrió y le pellizcó la mejilla a Santy.
La ternura que vio en la expresión de Santana la conmovió. Sus hermanos y hermanas fueron afortunados de tenerle cerca cuando estaban creciendo. Calidez se acurrucó dentro de su vientre.
—Creo que esta vista hace que la caminata valga la pena. Pero construí algunas cabinas al nivel del suelo si esta caminata es demasiado para ti.
—No, no renunciaría a esta vista por nada del mundo. La caminata estará bien una vez que descanse.
Santana abrió la puerta con una sola llave y colocó su brazo alrededor de sus hombros mientras entraban. Su proximidad la sobresaltó. Su picante loción de afeitar y aroma varonil tiñeron su nariz como un afrodisíaco.
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
que bueno que volviste!!!!
britt tiene que empezar a combinar las mentiras de que paso con santy,... y si va a ser su hijo tiene que armar una historia convincente!!!
demasiada química entre las dos jajaj a ver como va el curso para britt!!!
britt tiene que empezar a combinar las mentiras de que paso con santy,... y si va a ser su hijo tiene que armar una historia convincente!!!
demasiada química entre las dos jajaj a ver como va el curso para britt!!!
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
excelente hasta ahora, aunque no creo que santana use locion de afeitar para su aroma varonil!!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Gracias por volver!!
Y si, demasiada atracción entre las chicas, y parece que San ya descubrió su metirilla sobre Santy ojala que con el paso de los días confíe en ella y le cuente la verdad. Y pues también veremos que tanto duran sin caer en la tentación!
Y si, demasiada atracción entre las chicas, y parece que San ya descubrió su metirilla sobre Santy ojala que con el paso de los días confíe en ella y le cuente la verdad. Y pues también veremos que tanto duran sin caer en la tentación!
JVM- - Mensajes : 1170
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Capítulo 5
Santana parecía ser capaz de mantener sus manos fuera de ella. Era como si un imán lo atrajera en su dirección. Brittany ya no estaba en ningún peligro de caer, así que no tenía excusa. Sintiéndose incómodo, apartó con brusquedad su mano de su suave y tentadora piel, y se dirigió al otro lado de la habitación para encender el ventilador de techo. Combinado con la brisa que fluía, hacía girar una brisa refrescante en torno a la habitación.
—¿Por qué no te sientas en la mesa de la cocina? —Señaló hacia una silla—. Te conseguiré una bebida en un minuto.
—Primero me gustaría echar un vistazo alrededor. —Brittany miró alrededor de la cabaña en forma de L, que se proyectaba en tres lados. Cruzó el área de la sala, por dónde habían entrado. Los muebles de mimbre que había comprado estaban cubiertos de cojines verdes y blancos.
Santana la siguió nuevamente hacia la cocina.
—Esta cocina es muy alegre. Me encantan estos azulejos pintados a mano. Hacen un hermoso salpicadero. —Se inclinó sobre la estufa y rozó sus dedos sobre uno que tenía una tortuga de mar verde pintada en su superficie lisa.
—Me alegro de que te guste. —Brittanyobviamente apreciaba las manualidades sobre los lugares de trabajo. Algunas mujeres se quejaban de que las encimeras no eran de granito. Querían otra estéril habitación de las cadenas de hoteles, no una estructura artesanal diseñada para acentuar el entorno natural.
Ella caminó alrededor de la esquina, dentro del dormitorio, donde una colcha que su hermana había cosido se extendía sobre la cama matrimonial.
—Hermosa —susurró mientras alisaba sus manos a través de la tela—. ¿Hiciste esas mesas, también?
—Las hice. Tallé la mesita de noche y muchas de las otras mesas de árboles muertos que encontré en el bosque.
Los ojos deBrittany brillaron con lágrimas de felicidad.
—Santana, me encanta esta habitación. Tiene una vista tan hermosa de la selva y el mar y muchos pequeños detalles personales, también. Estoy tan emocionada de que me trajeras aquí. —Se miró los pies descalzos y la piscina de agua reunida alrededor de ellos antes de levantar la vista hacia élla, sus grandes ojos Azules luciendo pesados con la culpa—. Oh, no. Estoy goteando por todas partes en tus pisos de madera.
—No te preocupes por eso. —Señaló hacia la puerta abierta—. Hay un albornoz colgando en la parte posterior de la puerta del baño. ¿Por qué no te duchas y cambias mientras te sirvo una bebida fría? Hay mucha agua caliente, y estoy seguro de que te sentirás mejor si te limpias el agua salada. —Santana la imaginó quitándose la blusa y los pantalones, entrando en la ducha desnuda, y el agua acariciando todas esas deliciosas curvas.
—Está bien, voy a hacer eso ahora. ¿Puedes sostener a Santy por mí?
—Sí, por supuesto. —Élla se frotó la barbilla. Estaba tan excitada imaginando las gotitas de agua deslizándose por su cuerpo desnudo; que apenas pudo enlazar tres palabras juntas—. Eh, ¿qué tipo de jugo te gustaría? ¿Mango, papaya, piña, naranja? También hay refrescos y cerveza.
***
La cerveza habría sido su primera opción si no estuviera a cargo de cuidar a un bebé. Una dichosa confusión habría sido bienvenida antes de derrumbarse en la cama en un montón agotado. A pesar de que Santy había estado feliz y tranquilo la mayor parte de la mañana, Brittany sabía que en cualquier momento estaría hambriento o necesitaría un cambio de pañal y entonces ella trastabillaría sin saber qué hacer.
—De mango suena bien.
Santana se dirigió a grandes zancadas hacia ella, con los brazos extendidos hacia Santy.
—Ten, yo lo llevaré. Si me traes una toalla de mano, voy a quitar su ropa mojada, lavarlo en el fregadero, y envolverlo. Ah, y ¿podrías traer una toalla de baño para mí? Estoy un poco hecho un lío.
Brittany no lo creía. Pensaba que lucía simplemente perfecto en su traje de baño negro y zapatos náuticos. Sus manos se tocaron al pasarle a Santiago, y un intenso deseo rebotó a través de su cuerpo, dejándola sin aliento. ¿Planearía retirar su traje de baño o simplemente envolver la toalla alrededor de éste? Salivó ante la idea de estudiar cada centímetro de su cuerpo masculino, probablemente perfeccionado debido a construir cabañas y hacer trabajo físico en la propiedad. Sufría por moverse más cerca en vez de hacer el retiro esperado.
—Voy a, eh, enseguida vuelvo.
Después de buscar las toallas y entregárselas a Santana, regresó al cuarto de baño. Aun fantaseando con élla, se quitó los pendientes y sus ropas mojadas y pegajosas. Enjuagó sus pantalones vaqueros y blusa en el lavabo y los colgó en la barra de la cortina de la ducha antes de ducharse rápidamente y ponerse el albornoz.
Salió de la habitación y sonrió ante la vista de Santy, envuelto en una toalla en el regazo de Santana. Sintiéndose vulnerable al estar vestida solamente con un albornoz, con el pelo oscuro cayendo por su espalda en torrentes húmedos, jugó con el lazo de la cintura.
—Lamento haber tardado tanto. Sé que estás muy ocupado.
Sus ojos se transformaron en un tono más oscuro marrones oscuros mientras la estudiaba.
—No tardaste en absoluto. Por aquí, no nos apresuramos o preocupamos. Hacemos nuestro mejor esfuerzo para mantener a los clientes contentos y simplemente disfrutar de las cosas buenas de la vida. Ahora siéntate y relájate, ¿de acuerdo?
Brittany apartó una silla y se sentó frente a él en la mesa de la cocina.
La mirada de Santana vagó de su cara hasta sus pechos. Una esquina de su boca se curvó hacia arriba en una sonrisa lasciva, y sus párpados se entrecerraron por el deseo.
Santy; estoy aquí para cuidar de Santy. Brittany se aclaró la garganta y desvió la mirada cuando la vergüenza hizo hormiguear sus mejillas.
—Imagino que debes tener algunos clientes difíciles. ¿No te parece que eso es estresante? —Recogió el vaso de jugo dulce que élla había colocado sobre la mesa y se lo bebió de un trago. La repentina ráfaga de azúcar instantáneamente le aclaró su cabeza confundida.
—La hospitalidad es un arte, y Rechel y yo trabajamos duro para aprender a hacer las cosas bien. La mayoría de los clientes están encantados con su experiencia aquí. Siempre hay algunas personas que jamás están satisfechos, pero no te preocupes demasiado por ellos. Me concentro en los invitados que puedo complacer.
Su voz proyectaba confianza y Brittany estaba fascinada por la forma en que su boca se movía cuando hablaba. Sus gruesos labios sensuales rogaban ser besados. La forma en que su labio inferior proyectaba una sombra en la barbilla la volvía loca. Deseo húmedo se acumuló entre sus muslos. Imágenes detalladas de élla acariciándola en sus senos con esos labios y proporcionando una variedad de servicios personales, ninguno de los cuales tenía nada que ver con proveer comida u ordenar la habitación, flotaron en su mente. Se reprendió a sí misma por estos pensamientos descarriados. Ya desperdicié doce años con un hombre que no era confiable, por qué querría volverme propensa a tener más sufrimiento con una chica.
Santana parecía una estrella del deporte; una modelo de portada que probablemente se iba a la cama con todas las mujeres que pasaban por ese lugar.
Élla se inclinó hacia ella y la miró a los ojos; sus ojos iluminados con los colores del mar de poca profundidad.
—Puedo decir que hay muchas cosas pasando en esa cabeza tuya. ¿Quieres hablar de ello?
Tus labios gruesos me están poniendo salvaje.
—Estaba pensando que me gustaría otro vaso de jugo.
—Mmm. —La ceja gruesa que se arqueó por encima de un ojo le sugirió que no estaba convencido de que hubiera revelado la verdad—. Eso se puede arreglar. — Haciendo rebotar a Santy en sus brazos, se dirigió de nuevo hacia la nevera, cogió una caja de cartón de jugo y volvió a llenar su vaso.
Brittany sintió una oleada de culpabilidad. Había evocado imágenes horribles de esta mujer que solo había demostrado ser caballerosa y servicial.
—Gracias. Ya me siento mucho mejor. —Tocando sus labios, sintió un bigote de jugo frío y húmedo bordear su boca.
—Apuesto a que deseas una servilleta. —Santana le dio otra sonrisa de esas que derriten el corazón.
Ella anhelaba extender la mano y acariciar el hueco debajo de su labio inferior.
—Claro. Pero puedo…
—Simplemente quédate allí y relájate. —Cruzó la habitación, abrió un cajón y sacó una servilleta antes de entregársela—. Aquí tienes.
Ella se limpió la cara, esperando que él no notara su rubor. Cada lugar que élla tocaba dejaba puntos calientes residuales que la hacían estar dolorida de que la tocara de nuevo.
—Si estás de acuerdo en quedarte aquí sola con Santy por un rato, voy a correr a la ciudad y comprar algunas botellas de leche, fórmula y otras cosas que necesitarás.
Brittany se levantó de su silla y se acercó a Santana, extendiendo sus brazos para agarra a Santy de vuelta.
—No, por favor, no puedo aceptar que pases por todos esos inconvenientes. Voy a llamar a un taxi o algo así. —Sus narices chocaron cuando Santana le entregó al bebé. Sus labios carnosos y su rostro femenino parecían aún más atractivos de cerca; Brittanyse sintió embriagada por su aroma masculino y la chisporroteante e intensa electricidad que incitaba su cercanía.
Élla levantó un dedo y lo colocó sobre sus labios.
—Eso está fuera de discusión. No tenemos taxis en esta isla. Apenas si tenemos carreteras. La forma más fácil de moverse es en barco. No va a tomar mucho tiempo.
Simplemente tómatelo con calma hasta que yo regrese.
Su toque se sintió como una caricia, y ella todavía estaba perdida en la bruma de ésta cuando dio un paso atrás y salió por la puerta principal, cerrándola detrás de élla. ¿Qué acaba de suceder? No estaba segura, pero se sentía avergonzada de sí misma. Acabo de decirle que mi hermana y su marido murieron y en lugar de actuar miserable y deprimida, estoy actuando como un animal en celo. Mantenerse al día con sus mentiras podría llegar a ser tan difícil como aprender a cuidar a su nuevo hijo. Mi hijo...
ana_bys_26- ---
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Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Gracias por actualizar, va a ser muy dificil que Brittany mantenga la farsa de la hermana y el sobrino-hijo, a ver como siguen las cosas!!!!!
micky morales-*-*-*-* - Mensajes : 7138
Fecha de inscripción : 03/04/2013
Edad : 54
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
Jajaja cada vez se acercan más, espero que se vayan conociendo mejor y que Britt sea honesta con San
JVM- - Mensajes : 1170
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: BRITTANA NEVER LET YOU GO G,P SANTANA capitulo 16 fin
sigo diciendo que britt se tiene que sentar un poco en lo que es su historia,..
aunque teniendo a san serca es muy difícil pero bue,..
a ver como van las cosas,..???
aunque teniendo a san serca es muy difícil pero bue,..
a ver como van las cosas,..???
3:)-*-*-* - Mensajes : 5621
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