Fic Trulty, Madly y Deeply -Capítulo VI (Parte 1)- Cigarrete (Sam's day)

-Muy bien chicos- Anuncio el señor Shue mientras se incorporaba de su silla y caminaba al centro del coro para llamar nuestra atención.
-Soñé que era Rapunzel… pero que en vez de cabello tenía serpientes como la Calamar - agregó Brittany arrastrando las palabras.
-Creo que te referías a la medusa Britt- Le corrigió Reachel.
-Bueno muchachos, volviendo al tema- Dijo el profesor volviendo a retomar la palabra-. Quiero proponerles un nuevo proyecto de duetos, puesto que la última vez algunos cantaron solos y otros ni siquiera lo hicieron.
-Yo cantare con…
-No Rachel, esta vez no escogerán a sus parejas, como les dije, la ultima vez no resultaron muchas cosas y una de ellas fue que los deje escoger a su pareja… o acaso ya se te olvido el numerito que prepararon Finn y tú. Definitivamente no, esta vez yo organice las parejas, es más. Ya las traigo organizadas en la lista. Y las parejas quedaron así…

Todos nos quedamos en silencio e inclinamos un poco la cabeza para escuchar mejor, la mayoría tenía los dedos cruzados para que la lista tuviera los nombres de las personas con las que queríamos cantar. Yo en lo personal estaba implorando porque me emparejarán con Mercedes, Tina o incluso con la parlanchina de Rachel, no quería por ningún motivo que me tocara con un chico, ya había tenido malas experiencias por emparejarme con uno. Fin me había llamado marica y Sam, bueno… Sam no me dijo nada, pero los demás no querían que cantara con él… bueno mi padre y Finn. Pero de todos modos, no quería hacer pareja con alguien de mi género, los chicos de esta escuela son muy cerrados y poco creativos, nada que ver con Dalton, a veces desearía no haber abandonado aquella escuela…

El señor Shue saco una hoja de papel y comenzó a nombrar las parejas. La primera fue Tina y Mercedes (genial, allí se fueron dos de mis prospectos), la segunda Mike y Santana (no me interesa), Artie y Finn (dos hombres menos), Quinn y Puck (En especial rogaba por no cantar con Puckerman, me hubiera matado antes que aceptar cantar conmigo), Rachel y Brittany (Me quitaron a mi último recurso… ¡un momento! Eso significa que la última pareja es…), y los últimos son Sam y Kurt (¡maldición!, sé que soy ateo pero… dios por qué a mí!!)

-Muy bien chicos así quedaron las parejas, ahora lo que tendrán que hacer…
-Disculpe señor Shue ¿Cómo fue que eligió a las parejas?
- Al “ave María dame puntería”.
- Como dijo señor, sabe que el español no es lo mío.
- Ni tuyo ni de ninguno de los presentes, últimamente se están atrasando mucho en la clase de español muchachos, espero que hayan estudiado para el examen que tuvimos hoy.

Hubo un silencio incomodo en la sala de ensayo, ¡Maldición! me olvide por completo de estudiar para ese examen, y como recordarlo si el día anterior pasaron Moulin Rougue, Mamma Mía y…

- Si señor pero no me ha dicho como… -Interrumpió Rachel nuevamente, inclusive a mis propios pensamientos.
-Fue al azar Rachel y no se pueden cambiar si es eso lo que estas pensando.
-Pero señor Shue…
-Es todo, NO se pueden cambiar. Volviendo a lo de los duetos, quiero que trabajen con la pareja que les toco, que convivan una semana y después canten algo que describa a la persona…
-Entonces no será un dueto, va a ser algo como una declaración amorosa- Aclaro Puck alzando más la voz para que escucharan lo próximo que diría-, lo bueno que me toco Quinn, quizá revivamos lo viejos tiempos, me hubiera sentido gay si le cantara a otro chico.
Pude ver como Sam volteaba a ver a Puck ante aquel comentario pero al final no dijo nada.
-No necesariamente será una canción amorosa, como les dije, la canción se trata de que convivan una semana y después cada uno cantará algo que describa a esa persona, o como es que ustedes la percibieron en ese tiempo que compartieron. Chicos, la idea es que se vuelvan a llevar bien, he visto que muchos de ustedes ya ni siquiera quieren hablarse, como Tina y Artie o Rachel y Fin, lamento decirlo en público pero es cierto, cada día el club se distancia más y espero que con esto se conozcan un poco más y puedan llegara a ser tan unidos como al principio.

Al salir del ensayo del club Glee (aunque la verdad no hubo ensayo) me fuí directamente a mi casillero, se me estaba bajando el flequillo y necesitaba una dosis de mi espray fijador. Abrí mi locker y me coloque frente al pequeño espejo que tenía prendido de la puerta de latón mientras me rociaba el fijador, ¡perfecto!, el cabello de nuevo en su lugar. Al cerrar la puertecilla me encontré con la cara de Sam, estaba recargado sobre su hombro derecho y tenia los brazos cruzados. Iba preguntarle que se le ofrecía cuando recordé la tarea del señor Shue, convivir una semana.

El pobre chico solo me miraba, pobrecillo, quizá pensara que intentaría hacerle algo en ese tiempo, aunque quizá yo tuviera algo de culpa, después de todo lo acose un poco la última vez cuando le mande todas esas canciones y también cuando lo fui a ver la ducha, ¡Cielos!, mejor no pienso en eso sino me sonrojare de la pena y no quiero que me vea ruborizarme.

-Estas bien, tienes la cara roja- Me pregunto mientras se paraba correctamente.
Maldición, de todos los recuerdos que habitaban en mi mente tenía que ser precisamente el de Sam en la ducha el que cruzara por mi cabeza en ese instante, ¡Carajo! Otra vez esa imagen, me estaba poniendo más rojo, podía sentir el rubor en las mejillas.
-Estás seguro, quizá tengas un poco de temperatura.
-No, estoy bien, no te preo…

No termine la frase, su mano en mi frente me hizo callar de golpe. Estaba revisando si tenía temperatura, que chico, el preocupado y yo…, si supiera él por qué de mi enrojecimiento no estaría tan preocupado.
-Parece que estas bien.

-Sí, te lo dije, debió de ser… algo en el aire.
-Bien, y… ¿Qué haremos?
-¿Cómo dices?
-¿Qué que haremos? Recuerda lo que dijo el señor Shue, convivir una semana.
-Ah sí, disculpa mi mente estaba en otra parte. Pues no sé ¿Qué quieres hacer tú?
-Salir de aquí, entre menos tiempo pasemos en la escuela mejor.
-Okey, y después de salir… ¿cada quién a su casa o qué?
- Podría acompañarte camino a tu casa.
-Vengo en mi beb… mi vehículo.
-Genial, yo vine a pie, sirve que me das un aventón, o quizá podría estar contigo en tu casa… un rato, digo si no te importa que me invite.
-Hem, no, no hay ningún problema, eres bienvenido.
-Entonces no se diga más y vámonos.
-Vamos.

Salimos y nos fuimos en mi bebé camino a casa. No sé cómo fue que me volví a emparejar con Sam, quizá haya sido el destino, quizá debimos de haber cantado juntos desde un principio, eso nunca lo sabré, solo espero que esto de el tiempo de convivencia resulte bien y Sam no termine queriendo ahorcarme. Esta vez voy a ser precavido y no seré un acosador como lo fui con Finn, después de todo Sam tiene novia… aunque Finn también tenía cuando. ¡Basta! Sam es hetero, tiene novia, solo es amable conmigo no quiere decir que le guste…

Y así fui conduciendo mientras en mi cabeza me regañaba constantemente para no echar todo al traste con Sam.

La verdad no sé como vine a dar a la camioneta de Kurt, quería mostrarme amble pero al parecer las palabras salieron solas. En verdad me siento nervioso, aunque creo disimularlo mejor que él. No tengo idea de lo que estará pensando, supongo que no son cosas agradables ya que hace unos gestos algo extraños y… bueno, un tanto graciosos, la verdad también me estoy aguantando las ganas de reírme de sus pucheros. En el tiempo que he estado en el club Glee una de las cosas que he notado de Kurt es lo expresivo que suele ser con su rostro; sus muecas, guiños, inclusive ese movimiento de lengua que suele usar cuando canta…

- ¿De qué te ríes?
- De… nada, un recuerdo gracioso que cruzo por mi mente.

¡Rayos! No pude resistir la risa, aunque apenas y fue un pequeño quejido… pero es que ese maldito movimiento que hace con su lengua tan parecido a Britney Spears…

- Okey me estas asustando, mejor cuéntame de que te ríes.

¡Demonios! esta vez si me reí de verdad. A inventar una excusa… ¡pronto!

- Me acorde de… un chiste que… que… un chiste que leí en facebook.

¡Valla excusa! Ni siquiera tengo cuenta.

- ¿Y de qué trataba el chiste?
- Pues sobre…- Recuerda un maldito chiste o invéntatelo rápido- Es acerca de…- Ya sé, el que Artie me contó ayer- Es sobre una niña que llega a su casa y le dice a su “mamá, mamá, mamá en la escuela un niño no deja de molestarme, me dice que soy Lady Gaga” y la mamá le responde “a sí, y dime que niño es el que te molesta” entonces la hija contesta “Alejandro, Alejandro, Alealejandro, Alealejaandrooo”.

Al parecer el chiste había funcionado para disipar los nervios de Kurt. Su risa resonaba en la cabina de la camioneta, y a decir verdad, fue su risa la que también me relajo haciendo más ameno el viaje a su casa.

- ¿En qué pensabas tú?- Me animo a preguntarle- Veía que hacías caras raras.
- Ya llegamos- Anuncio evadiendo mi pregunta mientras que se estacionaba.

Al entrar a la casa Hummel lo primero que veo es a Finn sentado en un sofá viendo un partido de football con otro hombre que supongo es el padre de Kurt.

- Buenas tardes- Saludo levantando torpemente mi mano.
- Papá él es Sam, es un compañero del club Glee- Dijó mientas se ponía a mi derecha.

Esperaba que su padre levantara la mano o me dijera un simple “hola”. Pero contario a lo que pensaba, el señor se levanto de el sofá y me tendió una mano para estrechársela.

- Burt Hummel, mucho gusto.
- Sam Evans, el gusto es mío- Le contesto el saludo mientras le estrecho la mano-.
- Ahora te conseguiste uno rubio. Y yo pensaba que te gustaban los morenos.

Siento que mi cara esta hirviendo. Volteo rápidamente a ver a Kurt, el está igual o más rojo que yo, además tiene los ojos casi fuera de sus orbitas debido al cometario.

- Hemm… Burt- Interrumpe Finn- Sam no es gay.

Ahora es Burt el que se muestra avergonzado.

- Supongo que no es bueno llevarse por las apariencias- Masculla-.
- ¿Disculpe?- No me gusto eso de “llevarse por las apariencias”.
- Te gustaría sentarte con nosotros- La voz de Finn entra en la conversación nuevamente-, estamos viendo un buen partido ahora mismo.
- No gracias, se supone que debo pasar tiempo con Kurt, al menos eso dijo el señor Shue, y tengo entendido que a Kurt no le gusta mucho el deporte.
- Pues entonces muchacho, siéntete como en tu casa.
- Gracias señor Hummel- Es lo único que atino a decir, su comentario aún me tiene cabreado-.

Un par de minutos después me encontraba en la habitación de Kurt. Sabía de chicos que acondicionaban él ático de sus casas para volverlo habitación, pero nunca me había topado con uno que utilizara el sótano. Y valla que lo había acondicionado, estaba muy bien decorado y todo se encontraba en su lugar, en completo orden. Ver toda esa limpieza me hacía sentirme un poco avergonzado ya que si comparaba su habitación con la mía… bueno, la mía era un completo desastre. Ya podía imaginarme la cara de Kurt si algún día veía mi habitación, se le volverían a salir los ojos de sus orbitas como hace un rato. Esa imagen mental me hizo reír nuevamente.

- Hoy estas muy alegre- Escuche que me decía Kurt mientras bajaba los escalones de su sótano/habitación, cargaba un refractario con galletas en las manos-.
- Es que estaba pensando que de niño te debió de haber dado miedo dormir en el sótano por miedo a los monstruos- Le conteste entre risas-.
- Yo pensaba que los monstruos vivían en el ático o en el closet… creo que yo fui un monstruo entonces-.
¬- ¿Por qué dices eso?
- Porque viví muchos años en el closet.

Desvió la mirada al primero objeto que veo y es una lámpara, me le quedo mirando como tonto. Nos quedamos en silencio por un momento. Kurt se sentó en un pequeño taburete y puso el refractario en una mesita que tenía a su derecha, yo estaba sentado en el borde de su cama, era muy suave y cómoda. Una de las cosas que odio son los silencios incómodos, son muy… incómodos. Lo malo es que no se me ocurre nada para romperlo, me siento como un tonto, creo que Kurt esperaba que le contestara una cosa graciosa por su comentario, pero como no dije nada ahora el pobrecillo pensará que me incomoda que hable a cerca de cosas gay, No quiero parecer intolerante pero tengo la mente en blanco como para idear algo risible. Volteo para ver a Kurt y lo noto cabizbajo, con la mirada absorta en el piso, sus ojos miran y no miran, me gustaría saber que piensa pero a la vez no. Por más que quiero no puedo apartar mis ojos de los suyos, no importa que no me miren, con solo contemplarlos es suficiente. Me gustaría poder clasificarlos dentro de un color pero me resulta imposible; en un momento me parecen azules, en otro verdes, después grises… creo que solo puedo describirlos como brillantes… lor menari. Dejo de lado sus ojos y me centro en esos rosados labios, dicen que yo tengo labios grandes y muy carnosos, pero los de Kurt no se quedan atrás, se ven suaves y… ¿Besables? ¿Acaso estoy pensando en besarle? ¿Acaso… quiero besarle? ¡Mi cabeza está hecha un maldito lio!
Kurt levanta repentinamente su cabeza y me mira, yo desvió mi mirada nuevamente hacia cualquier lado, esta vez mis ojos se cruzan con los míos. Me estoy viendo a través del espejo de tocador de Kurt.

- Si no quieres… no lo hagas Sam.

Me dice solamente. Acaso adivinó lo que estaba pensando, acaso soy tan obvio, ahora comprendo lo que dijo Burt con eso de las apariencias. Me quedo mirándome en el espejo unos segundos antes de contestarle; me veo patético con mi cara roja y mi peinado de Justin Bieber. Volteo para mirarlo mientras me desarreglo ligeramente el cabello. Sus ojos me miran avergonzados y sus mejillas también se notan algo ruborizadas.

- ¿A qué te refieres con eso?- Le pregunto tratando de moderar el temblor de mi voz porque temo que haya intuido lo que pasaba por mí retorcida cabeza-.
- A lo del proyecto, si te sientes obligado, mejor no lo hagas. Sería lo mejor para ti, no creo que te guste trabajar con alguien como… alguien como yo.

Creo que hubiera sido mejor que pensara lo primero. Ahora cree que me desagrada la idea de estar con él. Quizá al principio si tenía un poco de miedo, ya que cuando lo conocí se había mostrado algo acosador, pero supongo que era porque quería ganar la competencia.

- No me molesta- Respondo para hacerlo sentir mejor-. Acaso… ¿Ese fue el motivo por el cual te negaste a cantar conmigo la última vez?
- No fue por mí, lo hice por ti.
- ¿Por mí?
- Si, eras el chico nuevo y al cantar conmigo, bueno… ya sabes… no le habría hecho muy bien a tu reputación. Inclusive te fue mejor, ganaste una cena y una novia, mataste dos pájaros de un tiro.
- Si es cierto, pero a mí no me habría importado cantar contigo.
- Pues pareces el tipo de chico al que le importa mucho lo que piensen de él.
- Eso no es verdad.
- Oye… ya… ya se te empieza a ver la raíz.

Me vuelvo rápidamente hacia el espejo para corroborar si es cierto. Mentira, las raíces se notaban muy poco, después reacciono, caí como un tonto en la treta de Kurt.

- Y dices que no te importa lo que piensen.
- Eso no prueba nada- Le contestó a la defensiva-, además, nos estamos desviando de lo que hablábamos primero.
- Será mejor dejar ese tema- Me responde mientras se voltea para tomar el refractario-. Quieres galletas.
- Si gracias.

Estiro la mano y tomo una galleta. Están deliciosas, son de chocolate con trocitos de almendra. No puedo evitar relamerme los labios.

- Están muy ricas ¿Las hizo la mamá de Finn?
- No. Las… las hice yo.
- Pues tienes buena mano.
- Gracias.

Noto como se sonroja por el cumplido, Kurt tiende mucho a ruborizarse, aunque quizá se deba al contraste que este ocasiona en la blancura de su piel haciendo que se note más. De repente se me ocurre una idea loca, muy descabellada, pero no puedo resistir y termino diciéndosela a AKurt.

- ¿Te gustaría cantar algo?
- Se supone que tenemos que cantar, es el proyecto que nos dejo el señ…
- Me refiero a cantar aquí, ahora, en este momento.
- Pues… si, pero… Es algo extraño, no lo crees.
- Solo déjate llevar, canta algo.
- ¿Y por qué quieres que cante, ya me has escuchado en el club Glee?
- Pero casi siempre te he escuchado en coro, la única vez que te escuche cantar un solo fue cuando interpretaste “le jazz hot” y “happy days”.
- Está bien, pero no tengo idea de que cantar.
- Hay muchas cosas por las que cantar; sobre la secundaria, la vida, el amor, cuando tenías quince.
- Quince… si, esa sería buena.

Veo como cierra los ojos y se concentra en lo que va a cantar. Abre su boca y comienza a entonar una de las canciones más dulces que he escuchado.

**Fifteen**
=Taylor Swift=

You take a deep breath
And you walk through the doors
It's the mornin of your very first day
You say hi to your friends you ain't seen in a while
And try to stay out of everybody's way

It's your freshman year
And you're gonna be here for the next 4 years
In this town
Hopin' one of those Senior boys
Will wink at you and say 'I haven't seen you around before'

Cuz when you're fifteen, somebody tells you they love you
You're gonna believe them
And when you're fifteen
Feelin' like there's nothin to figure out

Count to ten
Take it in
This is life before you know who you're gonna be
Fifteen

You sit in class next to red-head Abigail
And soon enough you're best friends
Laughi'n at the other girls
Who they think they're so cool
We'll be out of here as soon as we can

And then you're on your very first date
And he's got a car
And you're feelin like flyin
And you're momma's waitin up
And you're thinkin he's the one
And you're dancin around the room when the night ends
When the night ends

Cuz when you're fifteen, somebody tells you they love you
You're gonna believe them
And when you're fifteen
And your first kiss makes your head spin around

But in your life you'll do things
Greater than datin the boy on the football team
But I didn't know it at fifteen

When all you wanted
Was to be wanted
Wish you could go back
And tell yourself what you know now

Back then I swore I was gonna marry him someday
But I realized some bigger dreams in life
And Abigail gave everything she had
To a boy who changed his mind
And we both cried

Cuz when you're fifteen, somebody tells you they love you
You're gonna believe them
And when you're fifteen
Don't forget to look before you fall

I've found time can heal most anything
And you just might who you're supposed to be
I didn't know who I was supposed to be
at fifteen

La la la la la la la la la la la la la la la la la la la la...

You're very first day
Take a deep breath girl
And take a deep breath as you walk through the doors

Al terminar no puedo más que aplaudir, ha sido una interpretación maravillosa, aún siendo a capella. Kurt inclina la cabeza imitando a los actores de teatro cuando agradecen por los aplausos, me parece gracioso. Me encanta su voz, a veces puede ser grave y otras aguda. Pero hoy fue dulce, muy dulce.



Dos horas después me encuentro tumbado en mi cama mirando el techo de mi habitación. Kurt fue muy amable al traerme a casa en su camioneta, yo hubiera podido llegar por mi cuenta pero el insistió.
No puedo sacarme la canción de la cabeza, no sé si es la voz de Kurt la que aún zumba en mis oídos o la letra, si, quizá sea la letra, porque a los quince… a los quince algunos dicen que te aman y tu les crees…

Bueno amigos después de estar tanto tiempo dessaparecido por fin les traigo
la continuación del fic, lo termine hoy a las 3:40 am. jejejeje incluso
lo escribi entre clases. Espero y sea de su agrado... esta vez escribí
un poco más, osea todavía que no les traía actualizacción y todavia que
nada más les trajera tres parrafitos como que no.
Gracias a todos por sus comentarios... y a los que no comentan también XD XD.
P.D: Hey manamana ya esta la continuación!!! jejejeje

El reloj marca las 6 a.m., hora de levantarse. Mi primera hora de clase comienza a las 9 pero si quiero llegar impecablemente vestido y facialmente exfoliado necesito comenzar a partir de esta hora.
Al salir del baño comienzo con mis rituales de estética y cuidado personal. Una hora después me encuentro completamente listo, el reloj marca las 7 y 30, tengo media hora para desayunar y una hora completa para pensar en la canción de Sam. Aún no tengo idea de que cantarle, quizá… sobre su teñida cabellera. Que idea más estúpida me cruza por la cabeza, aunque su cabello sea rubio artificial la verdad es muy lindo, me recuerda al de Deborah Harry… «Oh your hair is beautiful, Oh tonight», la canción «Atomic» empieza a sonar en mi cabeza, no puedo sacármela. Aunque claro nunca me atrevería a cantársela y mucho menos en el club Glee, sería algo sugestiva, no, sería muy sugestiva. Sin querer comienzo a entonar la pegajosa letra de aquella canción de Blondie, inclusive el nombre de la banda me recuerda al cabello de Sam.


Al subir a desayunar veo a mi padre leyendo el diario en el comedor y a Finn sentado alado suyo aún con los ojos hinchados de dormir, al parecer se levanto de la cama derecho hacia el comedor… el muy desvergonzado ni la cara se lavo.

-¡Buenos días Kurt! ¿Quieres que te sirva el desayuno?- Me pregunta Carol desde la cocina.
-Buenos días para ti Carol. Si por favor, estoy hambriento.
-¿A qué hora se fue tu amigo ayer, no lo escuche irse? -Escucho la pregunta de mi padre desde el otro lado del periódico.
- Alrededor de las 9, estabas con Finn en el taller enseñándole unas piezas. Carol lo vio irse.
-Así es- Dice Carol mientras me pone en frente un plato con unas tostadas-. Es un chico encantador y muy amable, aunque… un poco torpe, pero en si un encanto.
-Si tan encantador te parece mejor te hubieras casado con él en vez de casarte conmigo- Responde mi padre con tono juguetón
-Pues no te haría mal una teñida de cabello.
-Primero me injerto pelo y después vemos si me lo tiño.

Todos comenzamos a reír excepto Finn que ha empezado a cabecearse en el
comedor al grado de casi estampar la cara con la mesa.

-¡Hey despierta!- Levanta la voz Carol mientras le asesta un zape a fin- Ves a darte un baño ahora mismo, a ver si así se te quita la flojera, no quiero que llegues a la escuela con un moretón en la frente a causa de haberte dado un topetazo con la mesa, esa sería una escusa muy estúpida y nadie te la creería.
-Ya voy, ya voy- Refunfuñaba Finn mientras se iba.
-Caray, no sé porque este éste crio siempre se está durmiendo por las mañanas, no le alcanzará la noche para dormir o que rayos-. Comenta Carol.
-Ni idea- Respondo, aunque la verdad si sé. A Finn le encanta jugar al Xbox, pero últimamente no le da tiempo de jugar durante la tarde, así que lo hace durante la noche y parte de la madrugada, es por eso que siempre tiene sueño cuando se levanta.
-Le vendrían bien unas vitaminas o un desparasitante- Agrega mi papá-, tal vez tiene bichos en el estomago.
-Sí, tienes razón-Responde Carol pensativa-. Ahora que recuerdo, tengo una botella de aceite de resino, es lo que me daba mi abuela cuando yo tenía bichos. Le daré una cucharada a Finn cuando termine de bañarse.
-Ya termine, me voy a la escuela, nos vemos después- Me despido y me levanto inmediatamente de la mesa sin siquiera levantar mi plato, no suelo hacer eso pero tengo que irme rápidamente o mi papá le dirá a Carol que me dé una cucharada de ese aceite a mi también… y no estoy dispuesto a sufrir la penitencia de Finn.

Unos minutos más tarde me encuentro sacando unos libros de mi casillero. Estoy entonando nuevamente «Atomic» «…make me tonight, make me right…» Al cerrar mi locker me encuentro nuevamente con Sam, tal cual como ayer, en la misma posición y con su misma cara de bebé crecido. Solo que esta vez esboza una sonrisa burlona.

- ¿En serio quieres que te lo «haga esta noche»?- Me pregunta con tono pícaro mientras me arquea las cejas-.
-¿Co… co… cómo dices?- Atino a balbucear más que a pronunciar.
-¿Qué si quieres qué «te lo haga
bien»?
-¿De…d… de qué… de qué me estás hablando?
-No sé ¿De qué hablabas tú?
-De una canción.
-Ya lo sé, solo bromeaba- Me dice mientras me rodea con un brazo y me sacude de modo juguetón en un intento de espabilarme los nervios, cosa que no resulta porque el solo hecho de sentir su delgado pero fuerte brazo alrededor mío hace que se me pongan las piernas como fideos aguados.
-Pues no me asustes de esa manera- Le respondo mientras me escapo de su
brazo-, haces que se me ponga la piel de gallina.

Sam se aparta unos centímetros y me mira con la misma picardía de hace unos momentos.

-¿De veras hago que se te erice la piel?
- Es solo un decir.
- Pues yo no le ando diciendo a cualquiera que me pone la piel chinita.
- Pues yo tampoco.
- Solo a mi ¿verdad?
- ¿Como dices?
- Que solo yo te erizo la piel.
- Basta Sam, no me gusta este tipo de conversación.
- Esta bien, no quería molestarte.
- Descuida, ahora vamos con los demás, el señor Shue dijo que quería
hablar con nosotros en el Glee Club sobre algo muy importante.

Camino más aprisa de lo normal, la verdad estoy muy nervioso por la manera como me hablo Sam. No es que me hubiera enojado con él, no, la verdad es que me afectaron sus apalabras sobremanera. Si hace que se me erice la piel, quiero que me lo haga esta noche y, sobre todo, si quiero que me lo haga bien.
Con estos idílicos pensamientos llego hasta el salón de ensayos, me siento como siempre junto a mercedes y veo como Sam se va a sentar hasta el fondo, veo que esta algo preocupado, quizá piensa que en serio me enfade aunque la ‘verdad no estoy en nada alterado, pero prefiero que piense eso antes que en lo verdadero «…make me tonight, make me right…». Nuestras miradas se cruzan sin querer, el me esboza una ligera sonrisa y yo se la devuelvo. Articula unas silenciosas palabras moviendo sus gruesos labios sin emitir ningún sonido, su intención es que yo los lea. Solo dice una palabra «perdón».
No sé que responderle, al parecer mi «enfado actuado» resulto estar muy
bien actuado. Mi intención no era hacerlo sentir mal, pero al parecer todo me
ha salido al revés…

- Hola a todos- Dice el profesor Shue mientras entra a toda prisa.

Todos nos quedamos mirándolo, tiene una expresión algo extraña en el rostro, una expresión que ya conocemos muy bien. Enojo disfrazado.

- ¿Le pasa algo señor Shue?- Pregunta Tina- Parece disgustado.
- En efecto, lo estoy.
- Paso algo con la entrenadora Sue- Interrumpe Rachel- A caso consiguió que al club lo disolvieran-. Entonces se pone de pie y comienza a hablar como si se dirigiese a un batallón de infantería-. Se los dije, les dije que teníamos que sabotearla poniendo laxantes en las bebidas energéticas de las porristas, no es nada personal- Agrega volteando a mirar a Britt y Quinn-. Excepto por Santana, a ti si te pondría laxantes con toda la intención.
- Haré que lamentes haber salido de la comarca hobit…
- ¡Basta!- Interrumpe el señor Shue a la pelea que se estaba gestando entre Rachel y Santana-. No se trata de Sue.
- Entonces de qué, cualquier problema relacionado con el club es de mi incumbencia porque si ya lo olvidaron YO soy la capitana y el club ESTÁ EN MIS MANOS… perdón en sus manos, pero como la capitana y voz principal de este coro me siento responsable y…
- Es sobre sus deplorables calificaciones en Español- Suelta de improviso el señor Shue haciendo que Rachel se callé de golpe y vaya a tomar su asiento nuevamente.
- Todos reprobamos- Pregunta Tina con timidez.
- No Tina solo cuatro personas reprobaron, pero hablare con ellas al final del ensayo.

Ni que decir del ensayo, no puse atención en nada, ni siquiera quise pelear por un solo con Rachel. Me preocupaba lo que había dicho el señor Shue, y no solo presentía, oh no, más bien estaba seguro de que uno de esos reprobados era yo… no es que fuera tonto para el español, pero no estudie nada, absolutamente nada para ese condenado examen.
El ensayo termino y todos comenzábamos a guardar nuestras cosas cuando el señor Shue volvió a tomar la palabra.

- Britt, Sam, Rachel y Kurt- Pronuncio y en ese instante creí sentir lo que experimenta un sentenciado a muerte cuando pronuncian su nombre- Quiero que se queden un momento para discutir sobre el asunto del que hable al principio de la clase.
- ¿Sobre darnos laxantes?- Pregunto Britt.
- No, no es sobre eso, es sobre sus calificaciones.
Todos salieron del salón de ensayos. Había un silencio atroz, incluso un cementerio podría considerarse escandaloso en comparación con el salón en ese instante. De repente el señor Shue tomo su una carpeta y de ella saco 4 hojas, eran nuestros exámenes.
- Quiero saber porque sacaron tan bajas calificaciones. Dos de ustedes
saco menos del 20 por ciento de respuestas correctas. Y tu Britt, ni siquiera lo contestaste, solo pusiste tu nombre.
- Los aliens se robaron mis apuntes de español- Afirmo Britt con tono soñador- … y después quisieron seducirme… pero yo no salgo con chicos de otro
planeta… o chicas.
- Yo reprobé como protesta por no haberme dejado elegir a mi pareja para los duetos que al final no son duetos sino más bien descripciones- Alego Rachel-, es una forma de expresar mí…
- Pero si el examen fue antes de que yo anunciara como habían quedado las parejas.

Rachel esta vez no dijo nada, se quedo en silencio y con las mejillas rojas como el rojo de las manzanas maduras.

- Yo si estudie- Escuche hablar a Sam detrás de mí- Le juro que leí y releí los apuntes y el libro, pero por más que leía no me entraba en la cabeza, créame cuando le digo que hice lo mejor que pude.
- Te creo Sam, fuiste el que más se acerco a una calificación aprobatoria. Pero en cuanto a Rachel, Kurt y Britt.
- Está bien, lo confieso- Soltó Rachel de improviso- No estudie porque la noche anterior a su examen pasaron un maratón de películas del género musical. El amor al arte a veces sale caro, tan caro como una calificación reprobatoria.
- A ti que te paso Kurt- Me pregunto Britt de improviso- También quisieron copular los aliens contigo.
- No yo…- Me pesco por sorpresa, que ironía que Rachel y yo tuviéramos la misma excusa- Yo también… vi el maratón.

El señor Shue se quedo mirándonos fijamente. En su rostro había una expresión inescrutable. Sabía que maquilaba un plan pero no dejaba que su rostro rebelase de que se trataba dicho plan. Al final fue Sam el que se atrevió a preguntar, cosa que me sorprendió mucho ya que yo pensaba que lo haría la impulsiva de Rachel.

- Y entonces para que nos sito aquí, nos va a preparar para el regaño de mañana desde hoy.
- Quiero ofrecerles una oportunidad para aprobar- Anuncio el Señor Shue mientras que Britt murmuraba algo a Rachel sobre los métodos alienígenas de seducción- Aunque no esperen una calificación alta solo será la suficiente para que aprueben.
- ¿Tenemos que copular con usted?
- ¡Brittany! ¡Deja de decir tonterías!- Le reprendí, el profesor nos estaba ofreciendo una oportunidad para aprobar y no la quería desperdiciar, no podía imaginar qué pasaría si llegaba con una mala nota a casa, creo que el aceite de resino sería un tarro de miel comparado con lo que mi padre me haría.
- Haré de cuenta que no escuche lo que Brittany dijo- Agregó el señor Shue.
- ¿Al menos sabes que es copular?- Pregunto Rachel algo alterada.
- Pues coj…
- ¿Qué es lo que tendríamos que hacer?- Interrumpió Sam antes de que Britt terminara la frase.
- Pues bien… Para el dueto tendrían que cantar una canción en español.

Rachel abrió los ojos como platos y puso una cara entre emocionada y preocupada. Sam tenía el rostro tan compungido que casi me pongo a reir a carcajadas. Y Britt… bueno… Britt es Britt.

- Es eso o reprobar…
- Yo acepto- Dijo Sam aún con su cara de susto.
- Puedes besar a la novia- Atino a decir Britt y Rachel dejo escapar una risita.
- Yo también acepto- Agrego Rachel- Y no quiero besar al novio o a la novia Britt por si pensabas salir con una de tus ocurrencias.
- Yo solo iba a decir que también acepto.
- Y tu Kurt ¿También aceptas?- Me pregunto Sam. Claro que aceptaba no pensaba reprobar, además como no ceder cuando te lo pide un rubio artificial con unos labios más carnosos que los de Angelina.
- Claro que acepto.
- Los declaro marido y marido- Volvió a entrometerse Britt- Pueden besarse y después copular.

No pude evitar sonrojarme un poco ante aquel disparatado… no sé si llamarlo comentario, ocurrencia, locura o discordancia. Pero incluso el señor Shue dejo entre ver una pequeña sonrisa pero en su papel de profesor tubo que mantener el porte y volver a mostrar seriedad… y reprender a Britt por usar tantas veces la palabra «copular».
Al salir del salón de ensayos me dirigí hacia mi casillero, pero me detuve al ver a Sam parado frente a su locker con la cabeza apoyada sobre la puerta del mismo. No sabía si acercarme o seguir mi camino. Sin embargo una vocecita que la gente llama conciencia me dijo «acércate».
Me acerque a paso lento hasta que estuve a frente a él, al parecer no me
escucho aproximarme y si lo hizo no dio muestra alguna.

- Sam… oye ¿Estás bien?

No me respondió, solo hizo un sonido parecido a un «hum» o «umm».

- Oye… no, no tenemos una relación muy cercana, apenas y nos empezamos a tratar pero si tienes algún problema o algo que te preocupe, o simplemente quieres alguien con quien hablar… bueno pues… yo siempre estaré para escucharte.

«Yo siempre estaré para escucharte», maldición que frase más boba se me ocurrió, que bobo me habré visto. Dios, si sigo así pronto se dará cuenta que me gusta, nada en este maldito día me ha salido bien, primero casi me toca tomar aceite, luego la charla con Sam, después las calificaciones…

- Gracias por querer ayudarme- Escucho la apagada voz de Sam mientras se
incorpora y me mira con sus tristes y llorosos ojos… un momento, ¿llorosos?
- ¿Qué te ha pasado?
- Nada, no es nada. Solo otro examen que me recuerda lo bruto que soy.
- Vamos es solo un tonto examen. No te preocupes tanto- Y lo dijo el que casi moja los pantalones al escuchar reprobado, otra ironía.
- Para ti será pan comido pero para mí es como ver una hoja escrita en canji. Tú te podrás dar el lujo de ver musicales y no estudiar porque al fin y al cabo podrás recuperarte en el siguiente examen. Pero para mí no, yo no puedo darme esos lujos de «diva despreocupada» ya que si salgo mal en el «tonto» examen eso quiere decir que en el siguiente «tonto» examen saldré peor.
-Yo no… no quería molestarte, discúlpame.

Me doy la media vuelta y me alejo lo más rápido que puedo. Llego al estacionamiento de la escuela y busco las llaves de la camioneta. Estoy muy turbado, no pensé que Sam fuera a reaccionar así y… tengo muchas ganas de llorar, solo quiero abrir la maldita puerta y meterme a llorar tras el volante como «la diva despreocupada» que soy.
Cuando estoy a punto de abrir la puerta de la camioneta una mano me toma por el brazo y me da la vuelta. Es Sam. Me paso rápidamente la manga de mi camisa por los ojos en un patético intento por secar las lágrimas que ya se me estaban escapando.

- Se… ¿se te ofrece algo?- Le pregunto intentando moderar mi voz pero el
«algo» se me quiebra antes de terminarlo.
- ¿Fui yo verdad?
- ¿Tu qué?
- Yo fui el que te hizo llorar.
- No, fue una basura en el ojo.

Maldición hoy es el día de las frases estúpidas «una basura en el ojo»,
ni Brittany dice eso.

- Discúlpame por favor.
- Descuida, no fue nada.
- ¿No fue nada? Te trato de lo peor cuando tu solo intentas ayudarme y dices que no fue nada.
- No te preocupes, tuviste un mal día y yo llegue en mal momento, eso fue todo.
- Si, tuve un mal día pero eso no es excusa para que tratase así. Tú no tienes la culpa de que yo sea un completo tarado en todo lo que hago.
- No eres tarado. A mí me pareces muy inteligente, te aprendiste el idioma Navi y eso es de inteligentes.
- Eso es de nerds
- Eso es de alguien original que le gustan determinadas cosas y le da
igual lo que la gente piense de él.- ¿En serio piensas que soy inteligente y… original?
- Muy inteligente y muy original.
- Es bueno encontrarse a alguien que te llama original por las cosas que
te gustan y no te llama raro o nerd.
- Créeme que yo sería el menos indicado para llamarte raro.

Se ríe ligeramente y en ese momentoi las palabras me traicionan.

- Y te ves muy guapo cuando te ríes.

En ese instante me mira, no puedo dejar de reprenderme «hable de más, hable de más» «que estúpido» «mejor ya dile que sueñas con él todas las noches, sería menos embarazoso que tus comentarios estúpidos». Sin embargo en vez de ponerme mala cara o propinarme una paliza, solo esboza una linda sonrisa.

- ¿En serio te parezco guapo?

Si me hubiera hecho esa pregunta con el tono de broma con el que me había hablado en los casilleros, cuando entonaba la canción de «Atomic», quizá lo hubiera mandado por un tubo. Pero esta vez no había picardía ni juegos en sus palabras. Era una pregunta sincera, acompañada de una ligera timidez que casi me recordó a mí cuando conocí a Blaine.

- El más guapo de toda la secundaria.

Entonces los dos nos comenzamos a reír como un par de idiotas, tal vez por los nervios o simple y sencillamente porque la presencia de uno alegraba a el otro. Lo más seguro es que quien sabe. Eso sí, lo único que teníamos seguro en ese instante eran dos cosas, la primera era que sin saber y sin querer habíamos encontrado un amigo y la segunda, que teníamos que prepararnos para el proyecto del señor Shue… para el proyecto especial

Hay veces que me siento como un completo tonto. No poder comprender las cosas a la primera a veces se convierte en un gran tormento. Tampoco me gusta que la gente piense que soy torpe o bobo., pero la verdad si lo soy y mucho. Por eso hago de todo para no verme como alguien raro, aunque para lograrlo tenga que verme como un chico plástico; el que siempre se preocupa por ser popular, por gustarle a las chicas, el deportista y rubio con buen cuerpo. Es una barrera protectora que funciona muy bien, no importa que a veces las personas piensen que lo único que me importa es mi cuerpo o mi popularidad, mientras no vean lo que hay más allá de esa pantalla todo está bien. Mientras no vean que detrás de toda esa actuación se encuentra un chico inseguro de sí mismo.
Es verdad, soy raro. Me gusta la ciencia ficción y amo sobremanera todo lo que tenga que ver con Avatar… y eso es de gente rara. «Eso es de alguien original»… «A mí me pareces muy inteligente»…

- Hey, Sam ¿Escuchaste lo que te dije?

Levanto ligeramente la cabeza y veo a Kurt sentado en su pequeño taburete. Este me devuelve la mirada con una ceja enarcada.

- No escuchaste nada.
- No la verdad no- le respondo mientras me rio un poco.
- Te estás riendo de mi verdad, no soy tu payaso.

Ahora los dos nos reímos como un par de idiotas. Me encanta convivir con Kurt, tal vez por eso siempre insisto en venir a su casa.
En estos últimos tres días he estado frecuentando la casa de los Hummel. El señor Shue extendió el plazo para la canción a dos semanas para así darnos más tiempo por eso de la pronunciación y traducción. Es verdad que al principio me molesto haber reprobado y arrase hasta con el pobre de Kurt, pero al final no resulto tan mal. Kurt es un muy buen compañero y… amigo, me agrada trabajar con él, es muy atento y amable, pero sobre todo divertido.

- Lo siento, es que estaba pensando en otras cosas ¿Qué me decías?
- Que si quieres que te traiga algo de la cocina. Agua, soda, galletas…
- Agua estaría bien.

Kurt asiente con la cabeza y sube por los escalones de su sótano/habitación mientras yo me quedo acostado en su cama esperando a que regrese, esta es muy suave y sus sabanas tienen un olor fresco.
Pronto la sonrisa se borra de mi rostro, había olvidado lo que era tener un amigo, un amigo de verdad y no un simple compañero de proyecto o de clase
Ahora me encuentro solo en su habitación, solo conmigo mismo… solo con mis pensamientos, y la mente…nuestra mente… puede ser nuestra peor enemiga ya que solo nosotros conocemos nuestros peores miedos, nuestros peores traumas y nuestros peores recuerdos y, aunque parezca mentira, en ocasiones somos nosotros los que solemos lastimarnos con lo que más nos duele una y otra vez en un ridículo acto de masoquismo.
En mi caso… me duele recordar esto pero… soy masoquista y recordar lo que más duele me produce un desquiciado placer agridulce. Recordar los malos tiempos, los malos tratos y las malas palabras me hace delirar y rabiar al mismo tiempo.
Todo aquel que me ve ahora piensa «que buen cuerpo tiene» o «es uno de los más populares»… nadie pensaría en mi como un chico enclenque, nerd y sin ningún tipo de talento especial. No, porque exactamente esa es la idea, no volver a ser lo que una vez fui, aunque tenga que sacrificar y dejar mis gustos y preferencias… o mejor dicho ocultar lo que no se puede mostrar, porque ocultar no es lo mismo que dejar.
Es por eso que no suelo hablar de Avatar, Star Wars, Comics y SiFy más de lo necesario, aunque de vez en cuando no puedo evitar comentar sobre estos temas… y ya cuando de plano desvarío las palabras me salen en Navi… pero eso solo es en casos extremos… como cuando vi los ojos de Quinn, fue imposible evitarlo, fue un encanto hipnótico.
Mientras mi mente trabaja a mil por hora poso, sin darme cuenta, una mano sobre mi estomago y siento los músculos de mi abdomen por debajo de la playera. El solo contacto con estos hace que vengan a mi memoria un sinfín de recuerdos.
Antes no era así; yo era el típico chico que se juntaba con los más raros de la escuela (chicos granosos, narizones, con anteojos de botella, etc., etc., etc.…). Y a todos nos unía un interés común, la ciencia ficción y todo lo que tuviera que ver con esos universos que solo nosotros comprendíamos. Y como es costumbre en toda escuela, éramos motivo de burlas y abuso por todo bravucón que se dignara de hacerse llamar así. Yo en ese entonces era delgado, sin una sola fibra de masa muscular en mi larguirucho cuerpo y mi cabello era castaño. Cuando no hundían nuestras cabezas en el excusado, nos utilizaban de saco de boxeo… mi vida en mi anterior secundaría fue una mierda, sin embargo lo único que me hacía sentir feliz en aquel lugar era saber qué no estaba solo, había más gente que compartía mis aficiones y solo con eso me bastaba.

- ¡Sam!

Doy un respingo y me topo nuevamente con la figura Kurt frente a mí, el cual sostiene en su mano derecha un vaso, y en la izquierda una jarra de cristal mediana y llena con agua a tres cuartos. No lo escuche llegar, ni siquiera lo escuche bajar los escalones.

- Otra vez en la luna, eres más distraído que…

Se interrumpe y se me queda mirando fijamente, o más bien a una parte de mi, mi abdomen. Entonces caigo en la cuenta de lo que en realidad ve; cuando puse la mano sobre el abdomen levante mi playera inconscientemente a un nivel más arriba de mi ombligo, mi mano se encontraba justo encima de mis abdominales.

- No… no es lo que tú piensas- Digo mientras cubro rápidamente mi parte desnuda-, yo solo…
- No, no. Si yo no pienso nada- Me contesta mientras sirve el agua en el vaso y me lo da-. Lo bueno es que le puse hielo a esta agua.
- Te digo que no es eso que estas pensando- Le digo mientras me incorporo para tomar el vaso.
- Y según tú ¿Qué estaba pensando yo?
- Pues que me estaba cachondeando.

Kurt se ríe por mi atinado comentario mientras toma asiento nuevamente en su taburete.

- Créeme cuando te digo que para que yo pensase eso tendría que haber visto tu mano posada en otro lugar.
- ¿Dónde?- Le pregunto haciéndome el inocente y posando mi mano derecha sobre mi entrepierna- ¿En este lugar quizá?
- Ya deja de hacerte el «gracioso»- Me contesta haciéndose el estricto- Mejor sigamos con tu «curso intensivo» de español.
- Esta bien- Refunfuño a la par que le hago unos pucheros- Eres malo.

Una hora después me encuentro totalmente aburrido. Kurt explica muy bien, incluso me sorprendo de cómo es que reprobó si no esta tan perdido en el español. Al parecer mi compañero se da cuenta de mi aburrimiento porque cierra el libro y lo deja en una mesita.

- ¿Qué ocurre?- Le pregunto.
- Creo que es todo por hoy. ¿Te gustaría hacer otra cosa?
- Depende a que te refieras con «otra cosa».
- No lo sé… ver una película, ensayar un canción, jugara algo…
- ¿A que podríamos jugar?
- Y yo qué sé.
- Pues tu lo mencionaste.
- Está bien, está bien ¿Qué quieres jugar? Tengo un tablero de damas chinas, ajedrez, submarino.
- Las damas chinas nunca las aprendía a jugar, el ajedrez me estresa y los submarinos me aburren.
- Eres más quisquilloso que Rachel.
- Yo no soy quisquilloso.
- Si, y yo no soy una «diva despreocupada».
- Discúlpame por eso, en serio, yo no quería decirt…
- ¡Hey! Solo bromeaba.
- Te recompensare por eso, pídeme lo que quieras.
- ¿Lo que yo quiera?

Ahora es Kurt el que usa el tono juguetón que yo suelo usar con él mientras me arquea la ceja izquierda.

- Lo que tú quieras- Le contesto siguiendo el juego mientras me levanto de la cama y me dirijo hacia él- Tu solo pídelo.

Estoy frente a él, me doblo un poco para alcanzar la altura en la que él está sentado en el taburete y coloco mis dos manos sobre sus piernas que tiemblan ligeramente con mi contacto.

- Pídeme lo que quieras y yo con gusto te lo daré.
- Sam… esto ya no me está gustando…
- Pero si tu empezaste ¿Acaso te pongo nervioso?

Kurt no contesta, solo se queda en silencio mientras mira hacia otro lado. Quizá me haya pasado un poco. Lo suelto y me siento en el piso frente a él.

- Discúlpame, a veces me pongo pesado.
- Muy pesado, pero eres muy agradable cuando no te haces el gracioso o el chico plást…

Se interrumpe de golpe, aunque no hacía falta que lo hiciera ya que sabía exactamente lo que diría.

- O el chico plástico, lo sé.
- Disculpa, disculpa. No lo quería decir de ese modo.
- No importa creo que es cierto.
- No, no lo es, a mi me pareces muy agradable.
- Te puedo hacer una pregunta.
- Mientras no me la hagas con dobles sentidos.
- ¿Qué fue lo primero que pensaste de mí cuando me viste?

Esta vez la cara de Kurt adopta un color tan blanco que ni siquiera creo haberlo visto en los documentales de los osos polares. Parece que lo que sea que haya pensado de mí no fue muy bueno.

- Contéstame, te juro que no me enojare.
- Es que pensé tantas cosas de ti ¿en serio no te enojaras?
- No lo haré.
- Esta bien. Lo primero que pensé cuando te vi cruzar la puerta del salón de ensayos fue… ¡Ay! ¿En serio no te enojarás?
- No lo haré. Continua.
- Bueno… cuando te vi cruzar esa puerta y vi tu cabello teñido pensé «chico gay» y se lo comente a Mercedes y ella me dijo que no me emocionara. Después cuando cantaste con Quinn resulto cierto lo que dijo Mercedes.
»Con el tiempo pensé que serías alguien agradable pero solo hablabas de lo mucho que te gustaba tu cuerpo y de lo cerca que estabas de ser el más popular de toda la secundaría y yo solo pensaba… «buen cuerpo igual a cero cerebro», aunque luego mi opinión a cerca de ti cambio drásticamente cuando te vi con el ojo moreteado al luchar con Karofsky.

- ¿Y qué piensas de mi ahora?
- En lo agradable que eres… pesado, pero agradable.
- Si, lo sé, puedo ser muy pesado cuando quiero.
- ¿Creo que ya sé cómo puedes recompensarme?
- ¿Cómo?
- Mañana iré a tu casa, quiero ver tu cuarto. Ya sabes lo que dicen. Nunca conoces realmente a alguien hasta que vez lo que tiene escondido en su cuarto.
- ¿En serio dicen eso?
- Y yo qué sé. Lo acabo de inventar.
- Pero…
- Pero nada, ya es justo que yo vaya a tu casa. O a caso tienes algo que ocultar, lo que quieres que no vea será mejor que lo guardes.
- No, no es eso… lo que pasa es que tendré que limpiar un poco.
- Por eso no te preocupes, si he entrado al cuarto de Finn y he sobrevivido para contarlo entonces el tuyo será pan comido.
- ¿Qué hay precisamente en el cuarto de Finn?
- Calcetas sucias, playeras sucias, calzones sucios…
- Entonces puede que sobrevivas a mi habitación.
- Entonces mañana estaré allí.

*******
Maldición, son las tres de la mañana y no termino de limpiar mi habitación… tengo que darme prisa, solo me quedan cinco horas antes de entrar a la primera clase. Tengo que dejar esto limpio antes de que venga Kurt ¡Diablos! Porque habré dicho que sí… ¡Mi cuarto es un desastre!