Fic Perdoname - Capitulo 17 (kurtofsky, blainofsky, klaine, klainofsky, Jerofsky)

Había sido muy fácil, entre comillas, disimular que extrañaba a Hummel,
fácil se podría decir debido a que lo había logrado… o algo así, por que
le dolía. No hacía mucho tiempo atrás que el ex integrante de Glee,
aquel bobo club de coro, huyo a la academia Dalton para alejarse de el;
David Ryan Karofsky, quien a tan poco tiempo de esa partida la
disimulada depresión ocasiono una perdida considerable de peso, todo
mundo lo atribuía a que el deportista extendió su rutina de ejercicios,
pero la realidad era otra, se debía mas al sentimiento de culpa por
alejar el mismo a aquel joven que lo cautivaba. Demasiado tarde ya para
darse cuenta de que un mejor trato, una "confesión" menos agresiva e
impactante como lo fue aquel beso y algo de sinceridad fácilmente
podrían haber marcado la diferencia, lo echo, echo estaba, se había
sumergido en mentiras, falsos sentimientos y el deseo de aceptación,
pero había tomado conciencia de que de poco servia la aceptación de los
demás cuando no se era feliz mediante ella. Mas no todo estaba perdido,
podía darse a si mismo una segunda oportunidad de sincerase consigo
mismo así como con aquella persona tan soñada y si la suerte estaba de
su lado esa personita también se la daría.

Por los suelo andaba
su autoestima desde aquellos días y con todo eso encima alli estaba,
totalmente inocente vestido con ropas nueva, recién afeitado, con una
rosa roja y un estupido chocolate de envoltura roja metálica dentro del
bolsillo de la chamarra, parado a las afueras de Dalton.

Las
puertas se abrieron y los chicos comenzaron a salir a borbotones como
sangre de una herida, todos monocromáticos por los uniformes que
portaban, todos idénticos como el reflejo interminable de dos espejos
encontrados de frente, todos iguales o por lo menos lo fueron asta que
noto brillar a uno entre tantos, el chiquillo de facciones finas y
delgado que lo había llevado a desviarse del camino y es que era todo
culpa de el, de Kurt Hummel.

Respiro hondo, tanto que se le inflo
el pecho, se acomodo las ropas, el pobre tonto no sabia que su pantalón
aun llevaba la etiqueta colgando, era firme mientras caminaba rumbo a
su chico, porque aunque Kurt no lo supiera tenía dueño. A Dave le
sudaban las manos, tenia cierto miedo de llegar asta el otro joven,
miedo de que las cosas salieran mal, el miedo a ser rechazado y miedo a
que lo anterior lo volviera violento, ya no deseaba ser agresivo, no con
Hummel.

Estaba a punto de cruzar la calle, sonreía para no
asustar a Kurt. No era gordo, no era calvo, quizá porque aun no
alcanzaba los treinta, así tenia la fe de conquistar al mas pequeño, de
que el otro no fuera superficial. Casi lo llamo por su nombre para
atraer su atención vio como se le acercaba cariñosamente otro sujeto,
compacto, atractivo, con gracia y gran porte, Blaine era sin duda todo
lo contrario a ese monstruo abusivo y grandote que pretendía a Kurt. Se
detuvo a mirar entristecido, lo mas probable era que su amado saliera
con aquel galán y que Dave solo se estuviera ilusionando, después de
todo… ¿quien gatea pudiendo volar?

"Soy un tonto" se aseguro
asimismo, borrando de momento sus esperanzas y aguardando un mejor
momento para acercarse, el que por fin llego con la partida de Blaine,
Karofsky lo siguió con la mirada, lleno de envidia y a la ves de
admiración por ser justo lo que Kurt parecía querer. Su mirada regreso
al ahora lugar vacío donde anteriormente se hallaba "su niño", ya no
estaba. Debió marcharse mientras el miraba al otro muchacho. No se
altero; camino por la acera buscándolo, Hummel con esas lindas y cortas
piernas no podía ser muy rápido y aun siéndolo lo buscaba con un aire de
desesperación y ansiedad, estaría por ahí cerca. Lo encontró justo
cuando doblo en una esquina, se metió en un callejón que cortaba camino a
su casa, este le siguió, era ancho y bien iluminado pero ciertamente
desolado, si Kurt acostumbraba pasar por ese lugar a Dave le paresia muy
peligroso, inconcientemente acelero su paso, eran tantas las ganas de
verlo que casi voló asta su lado "Hummel" llamo firme pero sin gritar,
se moría por que el se girara y volver a ver sus ojos.

Kurt
escucho una voz llamarlo, de primera instancia no la reconoció, pero
como reflejo volteo a mirar, estaba sonriendo mas en cuanto vio a
Karofsky hizo una mueca de miedo, el corazón casi se le detuvo
"¿Qué..Qué haces aquí?" pregunto con voz temblorosa, en solo décimas de
segundos miles de cosas terribles habían pasado por la mente del menor,
estar solo a la mitad de un callejón deshabitado con el que consideraba
un matón no apuntaba a nada bueno, se echo pasos hacia atrás y registro
todas las direcciones en busca de una posible salida "¡déjame en paz…
jamás te eh hecho nada!", menciono con una voz temblorosa y repleta de
miedo.

Se sentía decaído, el grandulon no quería ver esa
expresión de miedo en el hermosos rostro de Kurt, era justo lo que
deseaba cambiar, lo tomo de un hombro antes de que intentara escapar y
le coloco la rosa frente a los ojos muy cerca de la cara, enseguida vio
la mirada confundida del mas pequeño quien parpadeaba repetidas veces
sin entender el porque de la rosa roja.

Por la flor había hecho
un visco, estaba aun asustado pero con mucha curiosidad, movió los ojos
hacia arriba cruzando mirada con la de Karofsky, no se
atrevía preguntar, pero de seguro era alguna forma cruel de burlarse, y
un poco de seriedad le lleno el rostro, no quería verse retador, se
sentía vulnerable ante el .

"E-es para ti…" aseguro Dave bajando
la altura de la rosa, acercándola a las manos del chico frente a el,
contó las veces que titubeo antes de atreverse a tomarla, paresia como
si fuera alérgico a las flores y se pudiera llenar de salpullido si la
tomaba, el corazón del mas alto se encogió al tamaño de una ciruela
pasa, alejaría la rosa para no seguir hostigándolo cuando
sorpresivamente el niño se la arrebato temblando.

Hummel sostenía
la rosa con ambas manos, quería cerrar los ojos y olerá pero tratándose
de Karofsky, quien estaba frente a el, hasta cerrar los ojos era
peligroso "¿Por qué lo haces?" se atrevió a cuestionar y que el mismo no
hallaba la respuesta, Dave le había parecido siempre tan obvio, tan
simple, de mas ordinario, sencillo de predecir y ahora no tenia ni la
mas remota idea de que era lo que rondaba la cabeza de este.

"¡¿Acaso
para todo debo darte una razón?!" subió la voz por costumbre pero con
eso Kurt se encogió de nuevo agachando la cabeza, pero cuidando de no
estrujar la rosa que le había dado "discúlpame…" se controlo de
inmediato, ya el otro chico acepto la flor y eso se podía nombrar como
un avance, no debía arruinar lo poco que logro hasta el momento, seria
como dicen: un paso adelante y dos atrás; "hummm… lo hago porque…quiero
disculparme, supongo" no se hallaba seguro de lo que decía, en su mente
las palabras no tomaban el acomodo adecuado.

Había mantenido la
idea de alejarse en la primera oportunidad que se presentara, pero el
detalle de pétalos rojos le permitía seguir ahí, y ante la respuesta se
sintió tentado a sonreír, no lo hizo por supuesto, pero en ese momento
Dave le pareció un gran oso de felpa muy tonto, nunca le había
parecido inteligente, verlo como a un cabeza hueca no era raro… pero
que le diera una impresión tierna era digno de extrañarse, mas eso era
lo que le provocaba al vero hay parado, notablemente frustrado por tener
que usar el cerebro para dar una respuesta, le perdió algo de miedo,
paresia solo un cachorro de San bernardo confundido.

"Y me
gustaría que me acompañaras… necesitamos hablar" pidió el grandote de la
mejor manera que le fue posible, esperando un si como respuesta, se
estaba esforzando demasiado y de recibir un "no" quizá Kurt terminaría
con un ojo morado y su perfecta nariz rota, al igual que el corazón del
jugador.

“no veo nada de lo que tu y yo pudiéramos
hablar” opino Hummel con mucho tacto, intentaba librarse de aquella situación
pero de no ser posible tendría que ir con el futbolista, no por gusto si no por
miedo, “sígueme” ordeno el mayor quien no cambiaria de opinión, Kurt avanzo
tras el dando pasos cortos con la flor en mano, daba tropezones mientras
intentaba mantener en su lugar el tirante de su valija que se le resbalaba
constantemente por el hombro, ocasionando que se frenara constantemente para
acomodarlo “hummm” gruño irritado Dave, le arrebato la maleta para llevarla el,
liberando así a Kurt de un peso, el jovencito se detuvo alzando la vista mirando
la espalda de Karofsky casi llegando al final del callejón, parpadeo un sin fin
de veces y suavizo su mirada, sus hombros se relajaron, le había gustado que
tomara su mochila, ahora solo tendría que preocuparse por sostener la hermosa
rosa que le parecía mas hermosa a cada segundo que pasaba.”¿Vienes o voy por
ti?” abrió la puerta para que su “cita” entrara al auto que probablemente era
de su padre “s-si” Kurt se apresuro y subió lo antes posible, estaba algo
sorprendido, la rosa de regalo, que cargara la valija, le abrió la puerta,
¿estaba siendo caballeroso? Muy a su manera pero paresia que el grandote quería
ser amable, el trinero sentía cada ves menos miedo y mas curiosidad “ahora me llevara a cenar” pensó y río por
dentro, mas que por crueldad, por sorpresa.





El motor del auto encendió, Dave se arriesgaría
a manejar con solo una mano en el volante, la otra recientemente la había
acomodado sobre una de las rodillas de Kurt, este arqueo una ceja y después torció
la boca molesto por el atrevimiento del otro, pero no dejo de ser algo cobarde
y guardo silencio. El primer tramo del recorrido paso callado y muerto, se
miraban de reojo uno al otro y el mas bajito era quien procuraba mas
discreción, a Karofsky le sudaba la mano sobre la rodilla.





“a donde vamos” se atrevió a preguntar Hummel
rompiendo para bien la densa atmósfera que se formo, llevaba desde unos minutos
atrás la vista fija en la rosa casi tentado a suspirar. “a mi casa… y ya
llegamos” aseguro usando el control remoto de su garaje para levantar la
cortina de metal, a Kurt se le abrieron tanto los ojos y la boca mientras la
cortina daba paso al auto hacía el interior de la cochera, una ves en su lugar
Dave apago el motor. “¿Para que me has traído aquí?” cuestiono nervioso el pequeño,
mirando como la cortina bajaba, en ese momento el mas alto ya no se encontraba
sobre el auto sino deteniendo la puerta de entrada a la casa “a conversar… ¿Qué
no te dije?” ambos pasaron y Kurt inspecciono a detalle el hogar del gradote,
lucia como cualquier otra casa, hasta podría decirse que era bonita y
acogedora.





Karofsky sentó a Hummel en el sofá de la sala
y fue a traerle algo de jugo de naranja en un vaso de cristal, el invitado no
sabia que pensar “Karofsky ¿Qué es lo que buscas?” se había descansado la rosa
en las piernas, por alguna razón no se quería separar de ella y sostenía el
vaso con ambas manos, entonces sucedió algo que no esperaba, Dave se hincó
frente a el, le quito el recipiente de las manos, lo dejo sobre la mesita en la
que descansaba el teléfono a un costado de ellos y le tomo la mano derecha
“busco…disculparme, por las veces que te hice daño…deseo una oportunidad
mas…eso es…creo” Dave era algo bobo, así
que esas palabras no nacían de momento, probablemente las había estudiado mas
de una, mas de cinco, mas de cien veces quizá…y aun así eran torpes e
imprecisas, pero se estaba esforzando por Kurt Hummel “se que no soy ni un diez
porciento de lo que aspiras y menos un cinco porciento de lo que te mereces
pero puedo esforzarme, no soy todo aquello que me dijiste ese día” El otro se sintió
avergonzado por la confesión, aquello era su declaración de amor, muy ortodoxa,
incluso bizarra pero era… aunque…¿a que se refería con “ese día”? “¿e-eso? ¡Jamás
fue mi intención…yo... yo…!” lo había recordado, el día en que lo beso en los casilleros
le grito que no era en nada su tipo, que no le agradaban los chicos regordetes
y con tendencia a quedarse calvos, se le vatio el estomago con la mirada de Karofsky
en ese momento, por primera ves sintió verdadera tristeza por el, el futbolista
mostró también tener sentimientos y el había logrado herirlos, sintió haberse
convertido justo en lo que tanto odiaba.





“¡eres un inepto! … ese día arruinaste mi
primer beso… me lo robaste, ¡me lo arrancaste haciendo que fuera el primero, el
único y el mas amargo!” se le tornaron rojas las mejillas y sus ojos se
llenaban con lagrimas de coraje, cosa que unida a sus palabras terminaron por
partir en dos el corazón del mas grande, quien no podía hacer mas que callar y
bajar la mirada para escapar de los ojos reclamantes de Kurt “…por e-eso…
quiero…quiero que me des un segundo primer be-beso…para ver si se compensa” se había
engañado a si mismo y con justa razón, ser agredido y amenazado no inspiraba a
enamorarse pero Dave si era su tipo, un chico grande, fuerte que lo defendiera,
un deportista, justo lo que buscaba y lo miraba mas rojo que una manzana.





¿de… de verdad puedo?” pregunto impaciente y
sin querer darse falsas esperanzas mientras que el otro chico se tallaba los
ojos haciendo las lagrimas caer, a Karofsky le paresia tan dulce y en cuanto lo
vio asentir con la cabeza le tomo de la barbilla con una mano, para que alzara
mas el rostro y poder mirarle a los ojos “gracias Hummel” dijo en un tano de
voz casi irreconocible en el y se perdió en esos ojos verdes, le seco las
lagrimas con la otra mano y después esa misma fue a sus labios, se los acaricio
suavemente y lo insito a que abriera un poco la boca, entonces se acerco a el,
poco a poco asta que su labios rozaron, sintió el suave aliento del cantante y unió
sus labios a lo de el, metió la lengua apenas un poco y al instante reconoció
el delicioso sabor del otro, sabor que ya antes había probado y que jamás
olvido, se tomo con la tímida lengua de Kurt quien no se atrevía a hacer nada
aparte de cerrar los ojos, el beso se volvió mas pleno y profundo sin dejar de
ser inocente, después de segundos lo libero y Kurt muy inexperto jalo aire a
grandes bocanadas. Karofsky ya le había dado un beso tierno, amable y puro, ya
tenia Hummel algo lindo que recordar, tocaba algo mas fuerte, tomo por segunda
vez el rostro del menor y volvió a juntar sus labios, esta ves de manera mas
exigente y llena de morbo con el resultado de que a Kurt se le erizara la piel,
Dave busco de nuevo la lengua del chico y jugo con ella, le mordía el labio
inferior por ratos y el niño cooperaba, inclusive intentaba usar la lengua también
pero resultaba algo torpe, la unión de sus bocas incremento de fuerza y tiempo
de duración, ninguno paresia tener prisa por separarse.





A continuación se estaba dando paso a cosas
que Kurt no se atrevía a imaginar y si lo llego a hacer fue dentro de su cama o
en la ducha, el beso se había tornado muy húmedo y las manos de Karofsky se metían
donde no debían, las sentía recórrele la espalda, ya no llevaba el saco de Dalton
encima y su camisa estaba medio desabotonada, se sonrojo completo por lo rápido
que mostró ser Dave.





“¿todo bien Hummel?”
Dave se detuvo a cerciorarse debido a la expresión del menor, y a que sintió
como este se había echado a temblar de repente “Ku-Kurt…y no…no pasa nada” le pidió
que le llamara por su nombre, llevo una mano asta la nuca del deportista y le
recargo la otra sobre el pecho, dejando que lo recostara en el sofá, sentía
mariposas en el estomago, nunca se imagino pasar de temblar de miedo a temblar
de la emoción. Karofsky no deseba asustarlo de nuevo, le acaricio el rostro y
se posesiono sobre el “si sientes miedo o prefieres que me detenga, dímelo” aunque
la verdad era que si a partir de ahí Kurt le permitía llegar mas lejos
probablemente no sabría contenerse. Hacia ya tanto tiempo que necesitaba de el,
de su cuerpo, de su ser, aquellas palabras fueron mero protocolo, e
intencionadas para darle tranquilidad al menor

“Ah…” no podía evitar suspirar, se mantuvo al
tanto cuando Dave le desabotono por entero la camisa pero ahora que sus grandes
manos le subían y bajaban por la cintura y sus labios le rozaban el pecho Kurt
opto por cerrar los ojos con fuerza, de aquella manera su vergüenza era menor.
Entreabrió los ojos cuando sintió humedad en su botón derecho, se trataba de la
lengua de karofsky que lo probaba con gentileza, tras verlo unos segundos
suspiro fuerte y dejo caer la cabeza al sofá de nuevo, su corazón que latía
acelerado, era claramente escuchado por Dave, quien sin dejar de atender el
pecho de su amado, le acomodo una rodilla entre las piernas, la froto un poco
contra el arrancándole un gemido, miro hacia el rostro sonrojado del trinero;
todo ese tiempo procuro la comodidad del mas bajito, le froto la rodilla con
algo mas de fuerza logrando que Hummel por fin “despertara un poco” gracias al
rose, Dave sonrió al notar “eso” dentro del pantalón del uniforme de Dalton
“ah… por favor… Karo- Karofsky, ¡no sigas!” Pidió Kurt ya que se había puesto
mas duro y se lastimaba contra tela que lo aprisionaba, Dave muy “generoso”,
uso las dos manos para quitar el botón y bajar el cierre del pantalón del
muchachito y este se mordió un labio con algo de ansias, la cosa era que Kurt
se moría por probar todo lo que karofsky pudiera causarle ¿Dónde estaban el
miedo y los rencores que le guardaba, en ese momento? Les tomo aun menos
importancia cuando por fin la calida mano de Dave lo tomo y lo libero del
pantalón, los dedos del mayor presionaron la punta y Kurt se cubrió la boca con
una mano para no hacer ruido, después Dave deslizó la mano de la base a la
punta con suavidad mientras terminaba de sacarle el pantalón -que vaya que
estorbaba en esos momentos- Kurt flexiono un poco las piernas y las separo.





“¿te gusta?” pregunto el grandote pues vio los
ojos del otro algo cristalizados, señal de que planeaba llorar, Karofsky no
entendía la razón, esperaba que se tratara de placer. El mismo se desabrocho el
pantalón mientras aguardaba una respuesta “¡si… si me gusta!” soltó de golpe el
ojiverde para enseguida volverse a cubrir la boca. El mas grande sonrió
complacido, saco su propia excitación de su pantalón y la junto a la de Kurt
para así masturbarlas juntas, Hummel se arqueo y gimió con fuerza ya que Dave
había usado su mano libre para alejarle a el de la boca la mano que usaba para
cubrirse. El jugador no perdía de vista los gestos del menor, los sonidos que
emitía con su dulce voz y como se removía sobre el sofá por las ansias, el mismo
sintió su respiración agitarse, no solo por lujuria, lo que mas influía era lo
feliz que se sentía y el miedo a despertar, aquello probablemente solo era otro
sueño de se extenso repertorio.





“Kurt…Kurt” llamo al menor intentando
controlarse lo mas que podía; debía mantenerse centrado pues era obvio que el
otro joven ya no estaba en sus casillas “voy a ir un poco mas lejos… te
cuidare, lo prometo” dijo Dave una vez que estuvo seguro de tener la atención
del cantante, podo después este asintió ya que no era capaz de articular
palabra debido al placer que le provocaba el rose contra la mano del jugador y
el miembro del mismo.





Karofsky dejo de atender ambas erecciones y
Kurt inconscientemente hizo una mueca de desapruebo ante ello. El mayor le
sujetó ambas manos al trinero por sobre la cabeza con solo una de las suyas, la
otra la dejo ir a acariciarle las piernas “tu piel es muy suave” aseguro bajito
rozándole la parte interna de un muslo, el menor se evadió por la pena y desvió
un poco la mirada, Dave jugo un poco en una de las rodillas del otro y encamino
después la mano hacia arriba desviándola rumbo al interior de sus piernas, Kurt
tembló al comprender a donde se dirigía, asta entonces jamás se había detenido
a pensar que era eso de ir mas lejos “aahhh…ngh…” jadeó un poco con solo sentir
un dedo de Dave tentar su entrada y sus piernas temblaron aun mas notoriamente.





“relájate” dijo el mas grande cuando en
realidad también estaba muy nervioso, no tenia experiencia y menos una idea de
si estaba haciendo las cosas bien, pero para Hummel procuraba verse tranquilo,
seductor y confiado. Se aventuro a introducir su dedo, lo hizo poco a poco, sin
prisa, era una sensación extraña, sentir como Kurt lo envolvía y lo estrecho
que paresia ser ese espacio, por un momento dudo si el cabria ahí dentro.





“aahhh….Ka-karof…ahh…” Kurt apretó los dientes
y sus ojos dejaron salir una o dos lágrimas cuando noto la presencia del
intruso, era tan incomodo, quizá hasta se atrevió a dudar de su homosexualidad
ante el escalofrió que le recorrió la columna. En tanto karofsky lo ignoro, de
otra forma no podría avanzar y deseaba llegar hasta el final, movió el dedo
dentro y fuera, no muy rápido pero si lo metía del todo, al primer dedo se le
sumo un segundo, mas ya no era tanta la molestia del niño, ahora Hummel
suspiraba entrecortado y se arqueaba “Da…Dave…Dave” repitió tímido un par de
veces queriendo liberar sus manos para tocar al deportista, a si mismo su
erección pues dolía, sin embargo el otro no lo soltó “por favor…aahhh ¡y-ya!..Mmhh..Aahhh”
no tenia ni idea de lo que suplicaba pero ya no soportaba la situación.





“Esta bien” respondió a las suplicas del menor
retiro lo dedos, tomo su propia erección, se acomodo contra Kurt listo para
volverse uno con el pero se limito a rosar la contra su entrada, como
resultado Kurt se retorció desesperado
“¡por favor! No juegues… Ahh… no juegues conmigo” a el le paresia cruel pero
para Dave era solo la inseguridad de irrumpir o no, empujo un poco, se mordió
el labio inferior, conforme penetraba sentía la precio que ejercía el cuerpo
del menor al envolverlo, entro con tanto cuidado como sus ganas le permitían,
le libero las manos para sujetarlo de las caderas y atraerlo así el.





Kurt se arqueo como si fuera a romperse, dolía
tanto, podía sentir como se abría paso en su interior, no duro ni un segundo en
abrazarse a Karofsky cuando sus manos estuvieron libres, se sujeto de el con
fuerza “duele…duele mucho, Dave…aahhh…me du-duele” estaba rojo asta las orejas
y tenia el rostro completamente húmedo por las lagrimas y con todo y eso no
quería que el otro se detuviera.





“lo se…tranquilo” lo abrazo también y le
acariciaba la cabeza, lamio algunas de sus lagrimas y en tanto se mantuvo
quieto, ya estaba totalmente dentro pero no busco moverse de inmediato, primero
consolaría un poco al otro chico.





Llego el punto en que mas que dejar d sentir
dolor, se acostumbro a el, con los ojos cerrados busco los labios de su
acompañante, lo beso exigente y asta mordió sus labios, no hallaba precedentes
para explicar lo que sentía en el estomago, pensar que abrazar así a Dave
pudiera ser tan reconfortante no había pasado antes por su mente, o que sus
labios pudieran tener tan buen sabor, aun menos que su aroma pudiera atraerle
tanto, rodeo las caderas del jugador con las piernas aun dolido, pero en esos
momentos sentía que si Karofsky tubo la voluntad de prometer que lo cuidaría
entonces para el todo estaría bien.

Dave correspondió a su beso y no pretendió
quitarle el control del mismo, le daba a Hummel la oportunidad de desahogarse,
La mano con la que sostenía la cabeza de Kurt se enredaba en los cabellos de la
nuca del más pequeño y con la otra lo abrazaba por los hombros. Las piernas del
trinero lo rodearon y fue entonces que la necesidad de moverse lo ataco, salio
casi por completo y volvió a entrar, intento ser amable muy a sus
posibilidades, repitió el movimiento observando a Kurt retorcerse, no tuvo mas
remedio que dejar de abrazarlo para apoyarse en el sillón, el cantante era tan
estrecho que ambos compartían el dolor al moverse. Conforme el cuerpo del menor
se amoldaba a Dave este se movía mas libre, a cada minuto con mas fuerza y
ligeramente mas rápido.





También Hummel corto el abrazo, descanso mejor
su espalda en el sofá, ya no cohibía su privilegiada voz en absoluto, suspiros
y jadeos sonoros salían de su garganta, sus dedos causaban un rechinido al
arañar la tela plastificada del sillón y a momentos mencionaba en nombre del
joven que lo poseía entre gemidos entrecortados. Como era de esperarse de
alguien primerizo, seguía colorado, con los ojos vidriosos, tampoco era extraño
que no soportara aquello por demasiado tiempo, su entrada palpitaba ligeramente y una de sus
suaves manos fue hasta su entrepierna para tocarse y dar alivio.





El esfuerzo requerido y un pisca de vergüenza
acentuaron un colorcito rojo en las mejillas del mayor, mantenía un ritmo en
sus estocadas que paresia complacer a ambos, disfrutaba tanto la imagen de
Kurt; era tan adorable y hasta sexy, no podía parecerse mas a un sueño. Sin
aviso Dave percibió las contracciones del otro joven y embistió con mas
violencia, provocando que Kurt alcanzara su clímax, el menor se arqueo y abrió
la boca en un gemido ahogado y totalmente mudo, su entrada apretó lo máximo y
Karofsky no pudo contra ello, termino por vaciarse en el interior de aquella
persona con la que tantas noches había soñado. Los dos se dieron cuenta de lo innecesario
de haber sufrido tanto, de que Dave debió ser mas sincero desde el comienzo y
esa así quizá esa bella primera ves abría ocurrido hace ya un tiempo…





La respiración de ambos comenzó a relajarse, Kurt
estiro un poco las piernas que por cierto le dolían, además de eso no pareció
querer moverse de nuevo, cuando menos no en un buen rato, solo se notaba su
pecho subir y bajar debido a las profundas inhalaciones. Dave se decidió a
salir lentamente y con cuidado, todo había sido tan raro pero sin duda lo repetiría
con mucho gusto. En un solo movimiento, bastante rápido y algo brusco, cambio
lugares quedando el de espalda acotado en el sillón mientras el otro chico le
descansaba en el pecho, Karofsky centro su atención en el rostro de Hummel
quien a pesar de mantener los ojos cerrados tenia una bella sonrisa, esa
sonrisa lleno el corazón del deportista con una sensación tu agradable, con
algo que jamás lograría describir y que lo llevo a imitar inconcientemente la
gran sonrisa del menor.





“Karofsky” Kurt llamo al otro sacándolo de su
burbuja de felicidad “¿ahora que Karofsky?” no le tembló la voz ni un poco pero
llena de tristeza si estaba, lo había alcanzado ese momento en que uno se
siente usado y se desea que nada hubiere pasado “un baño, supongo” contesto el
mayor sin darse cuanta del error que cometía “¿so-solo eso… solo eso pudiste
pensar?” la voz del cantante si se quebró en esa ocasión, se incorporo
abandonando la seguridad del pecho del mayor y conteniendo lo que le paresia un
llanto innecesario, se tallaba los ojos rogándole a las lagrimas quedarse
dentro “no.. no no no… ¡discúlpame!” Dave vio llenarse la cara del otro con un
dolor aun mas grande y fuerte que el que debió sentir al perder la castidad, un
dolor no físico sino emocional “me hare responsable ¿a eso te refieres,
verdad?” en ese momento su corazón estaba abierto a Kurt pero su falta de
carisma no le ayudaría a conseguir las palabras adecuadas “yo quiero ser todo
para ti Hu… Kurt, pero me conformare con ser lo que me permitas ser, me tienes
en tus manos… ¿Qué no lo ves?” el que se ahogaba en llanto había huido asta el extremo
contrario del sofá y se había arrinconado ahí, Karofsky fue en su auxilio y lo
abrazo con fuerza no sin antes haber tomado el saco azul con bies rojo para
cubrir la fina figura del menor que templaba sin control.





Prosiguió un gran silencio, lo que en parte era bueno pues significaba
que Kurt dejo de llorar y aceptaba ser protegido por los brazos del mas grande
“¿te sientes mejor? ¿ya podemos hablar?” pregunto Dave con un tacto sorprendente
para venir de un neandertal, el otro lo miro mostrándose mas tranquilo y
asintiendo con la cabeza, Karofsky sonrió por fin y le beso la frente “entonces…¿crees poder otorgarme la posibilidad
de terminar de limar las asperezas que mis actos dejaron entre nosotros y comenzar
a salir como una pareja?” el ahora estudiante de Dalton se quedo boquiabierto
al escuchar hablar al mas alto, eran demasiadas palabra bien aplicadas en una
sola frase, quizá Dave no era un cabeza hueca después de todo “si…si creo
poder” sonrió dulcemente para el grandulón “y tu idea del baño tampoco es mala”
quería refrescar su piel sin mencionar que el meterse a la tina con Karofsky de
pronto sonaba interesante, miles de cosas que incluían a Dave y anteriormente
no cabían en su itinerario ya cabían “bien, entonces vamos a mi alcoba, tengo baño
propio en ella, eso y que no me agradaría que mi madre llegara y nos encontrara
así” al oír eso Kurt técnicamente salto del sofá, se avergonzó tanto con la sola
idea de que los descubrieran “¡si, vamos! Supongo que tu habitación esta
arriba” camino hacia la escalera cubierto solo por su saco, lucia hermoso y muy
atractivo, Dave se embobo un poco mirándolo “si, es la tercera puerta de la
derecha” señalo haciendo un gesto de
duda ocasionado por algo blanquecino que le escurría recorriéndole las piernas casi asta la altura
de las rodillas, se sonrojo y se alarmo cuando dedujo que aquello no era otra
cosa que su propia semilla abandonando el lugar en que la deposito; el interior
de Hummel. “¡v-ve! ¡Yo subo enseguida!” le permitió al menor ir primero
mientras el, aun nervioso y con la nariz a punto de sangrar por la lujuria, comenzó
a recoger del suelo la ropa que le había quitado al trinero, asegurándose de no
dejar ni un casquillo en la escena del crimen que fuera capaz de delatarlo.





En el piso de arriba el ojiverde la perilla de
la habitación que le señalo el mayor, entro analizando todo, desde las cortinas
sin gusto alguno, los muebles tan simples, hasta la enorme pantalla plana
frente a la cama, Dave no era bueno en la decoración pero el lugar estaba
limpio y bastante ordenado, eso ya era suficiente. El adolescente miro la cama,
sin saber los motivos se sintió lleno de necesidad por recostarse en ella, era
seguro que el colchón guardaba el aroma de Karofsky, se sentó en ella y deslizo
la mano sobre la colcha, entrecerró un poco sus ojos “Dave” lanzo al viento el
nombre del mayor con un tono tan suave y dulce “¿si?, dime” la puerta se abrió dando paso al otro joven
quien había alcanzado a escuchar a Kurt llamarlo y dejo sobre un buro el resto
del uniforme de Dalton “no..na-nada” soltó el mas bajo junto a una risita
nerviosa y forzada “…bueno, si…¿tu… quieres que que…deje Dalton?” el futbolista
escucho esas palabras tímidas mientras abría la puerta del baño, soltó la
manija y se giro sorprendido para mirarlo “me encantaría pero…si tu estas cómodo
en esa academia de nenitas con uniforme marica yo lo entiendo” después de todo
el estaba dispuesto a esperar y se podrían citar los fines de semana para verse
pero Kurt Hummel estaba seguro ahora de lo que necesitaba y negó con la cabeza
“no; la verdad es que me transferí a Dalton por dos únicas razones; que tu me
causabas tanto miedo y que me había enamorado de Blaine…” Karofsky supo en ese
momento el nombre del apuesto joven y se sintió pequeño y triste “…pero ahora
no te temo, por lo menos no tanto” dijo burlón “y ya no me interesa Blaine” la
conclusión tranquilizo el corazón del mayor “así que puedo pedir un rembolso
del dinero de la matricula y regresar a McKenly” dijo Kurt seguro de si mismo hasta
escuchar a Dave carcajear sonoramente “jajajajaja mira que eres inocente, eso
llamado rembolso no existe, es como los unicornios, solo se ven en la
imaginación” aseguro el mayor acercándose para despeinar la cabellera del mas
pequeño y este inflo los cachetes eh hiso un puchero a manera de berrinche “que
gracioso eres Karofsky… es decir.. Dave” olvido el berrinche y le regalo una
sonrisa al grandote.

Ya habiendo comprobado que los reembolsos no
eran mas que otra palabra en el diccionario Kurt Hummel metió lo que restaba de
sus cosas a una caja de cartón, desde la cama frente a el un joven de cabello
negro lo miraba con un deje de tristeza “es que…no comprendo por que te vas, es
tan repentino, la semana pasada todo paresia ir bien” se quejaba Blaine a quien
la transferencia de regreso a Mckenly que efectuaría el castaño no lo llenaba
del todo “ya te lo dije Blaine, no tengo capital para un semestre mas aquí”
dijo Kurt muy natural metiendo una figurilla de unicornio con la inscripción *reembolso* en el pedestal “¿Por qué te vas entonces a mitad de este
semestre? Ya lo pagaste… ¿Cuál es la lógica en ello?” el pelinegro era perspicaz
“pues porque…ah… veras… ¡ay mira! La verdad es que conocí a alguien en Mckenly
y regresare ahí porque deseó estar a su lado” no tuvo mas opción que decir la
verdad, lo confeso sonrojándose y sin tener conciencia de la sonrisa enamorada
que se enmarco en su rostro “¿ah, si?” Blaine si noto la sonrisa del Kurt y le
desagrado “¿Cómo puede ser? No me eh enterado de que conocieras a alguien
nuevo…” la noticia había incomodado un poco al pelinegro y se notaba “¿puedo
saber de quien se trata?” sentía algo similar a los celos y de momento no sonreía
“no quiero sonar grosero, pero seria mejor si no te lo digo y claro que no te
diste cuenta, si no estoy a tu lado las 24 horas los 7 días de la semana
jejeje” lo último lo dijo bromeando y riendo un poco para aminorar la tención.
“¿y nosotros? ¿Lo nuestro…?” pregunto el de cabello rizado poniéndose de pie ya
algo angustiado, se acerco al otro trinero “¿lo nuestro?” respondió el ojiverde
con otra pregunta y arqueando una ceja con su tono irónico “¡oh Blaine!
¿bromeas verdad?” le sonrió y soltó una risita “ que yo estuviera perdidamente
enamorado de ti y con ello tu alimentaras tu ego…eso no es una relación, jamás
hubo un *lo nuestro*” dijo cerrando las pestañas de la caja y la cargo,
no era muy pesada y la puso con el mínimo de esfuerzo “¿me abres la puerta,
Blaine?” el ojimiel voló a abrir la puerta y salio enseguida de Hummel “eso no
es verdad, solo no deseaba arruinar nuestra amistad, tenia miedo de perderte,
lo sabes” el castaño paro en seco al escucharlo y se giro para mirarlo a la
cara ahora un tanto ofendido “déjame ver si entendí, cantabas para otras
personas y te besabas con otras gentes…en mis narices sabiendo que te amaba
¿para cuidar nuestra amistad?” torció la boca “que lógica tan rara la tuya” Blaine se quedo callado ante eso y fingió sonreír
asta que Kurt hablo de nuevo “todo este tiempo en Dalton te ame, te pretendí, te
roge… llore por ti… tu solo te quedaste ahí sin hacer nada, se te fue el tren y
dudo que lo alcances” siguió caminando, no estaba molesto e igual quería muchísimo
al otro trinero “voy a extrañarte tanto” dijo algo dolido Blaine insistiendo en
seguirlo por el pasillo “¡awwww Blaine! Si no pienso morir, nos seguiremos
viendo, no cambiaria por nada nuestro café diario” miro sobre su hombro para
ver a Blaine y sonrió dulcemente para el “hasta pronto”.





“¿seguro de esto?” pregunto ya por decima ves
en el trayecto a McKenly, Burt Hummel a su hijo, no asimilaba el cambio tan
repentino de parecer que había tenido Kurt “seguro es poco, New Directions esta
perdido sin mi, no tengo mas alternativa” declaro con un tono por de mas
vanidoso, tanto que su padre se trago la mentira “es ese caso, respeto tu decisión
y no te preocupes por el chico Karofsky, si te molesta solo dilo y mi escopeta
y yo le aremos una visita” el ojiverde suspiro ante la broma de su padre, era
normal que se preocupara por su bienestar pero debía decirle lo de Dave, aunque
seria mas delante, aun no sabia como confesarle que salía justo con el chico
que había amenazado su vida “no te preocupes por eso papá, se que se la pensara
dos veces antes de meterse conmigo” busco tranquilizarlo, no tenia caso que se
preocupara ya por Dave, era solo arriesgar la salud de Burt en vano.





Hummel sonreía casi como un estúpido caminado
a través de los pasillos, se dirigía a su casillero, no supo cuanto extrañaba
Mckenly asta que estuvo de regreso, en
sus brazos cargaba sus libros y cuadernos, se deslizaba como en una pasarela,
con gracia, por un momento el tiempo transcurrió mas lento y sintió como si
todo mundo lo mirara, como si el viento jugara con su cabello, como si las lámparas
hubieran sido colocadas justo de manera en que la luz iluminara sus pasos. Todo
era perfecto y ahora mas pues Mercedes caminaba hacia el “hola Mer…” fue
interrumpido por un fuerte empujón que lo llevo a ver la puerta de un casillero
muy de cerca, trastabillo un poco, sus libros cayeron al suelo y el casi cae
junto con ellos, no llego al suelo ya que Rachel, quien acompañaba a Mercedes,
logro llegar hasta el y asirlo “que te sucede, gorila?” lanzo mercedes para
Matt, este reía junto a otro chico que igual portaba la chamarra roja “¡wow! La
princesita regreso” dijo el jugador en tono de burla y apartando a Rachel del
camino entre el y Kurt “te extrañábamos, es duro no tener a quien molestar” el menor
no hacia mas que apegarse al casillero con la intención de alejarse de Matt lo
mas posible “creo que te molestaremos el doble por el tiempo que no estuviste”
Azimio rio y choco su mano con la del otro jugador, como si su idea de
fastidiar al ex -trinero fuera la gran cosa.





Lo mas inteligente había sido que las cosas
quedaran así, por el contrario, en cuanto Matt dio la vuelta para marcharse un
poco de inconveniente *coraje*
llego a Kurt “¡tonto! ¿Por qué me temes tanto?” al parecer era del
agrado de Hummel meter las manos al fuego, el aludido miro atrás sorprendido
“¿Qué dijiste?” el ojiverde no paro “o es miedo o tratas de llamar mi atención”
lo miraba desafiante y el chico de color comenzaba a sulfurarse “¿y por que habría
de interesarme llamar tu atención?” Kurt
quería cabrearlo y lo que decía, parecía lograrlo, así que decidió molestarlo
mas, debía gustarle la adrenalina, pues lo que diría a continuación quizá arriesgaría
su vida “pues ser homofóbico es un paso a serlo, tal vez te gusto” sonrió de
lado sabiendo que había humillado al jugador y así fue; el otro deportista señalo
a Matt burlándose de el. Azimio enfurecido fue a Kurt para saldar cuentas
“¡nadie me llama gay!” el castaño dio unos pasos hacia atrás, ahora consiente
del acto suicida que cometió segundos antes, sin poder defenderse Matt le había
sujetado el cabello de la nuca y estrello su rostro de manera violenta contra
un casillero. La vista de Kurt se nublo por un rato, se sintió aturdido, se sostuvo
del locker con una mano y la otra la puso sobre su nariz al sentir mucho dolor,
su vista se aclaro para dejarle ver su mano manchada de rojo por la sangre que
emanaba de su nariz, miro a su izquierda a Rachel y Mercedes que parecían
asustadas y estupefactas, continuaba aturdido y los acontecimientos siguientes
no los entendió del todo, algo golpeo los casilleros y escucho el crujido del
metal a su derecha, cuando miro noto a Karofsky quien tenia a Matt sujetó
contra los casilleros, Dave paresia muy enojado, ambos parecían gritarse cosas
que Kurt no escuchaba, su vista se nublo por segunda vez y no supo mas de si
mismo.

La molestia en su nariz le impidió dormir por
mas tiempo, al abrir los ojos solo miro el blanco techo, se preguntaba donde estaba
y que había ocurrido cuando de nuevo una punzada recorrió su nariz, se sentó de
golpe sobre la camilla y quiso tocarse para calcular el daño ocasionado a su
nariz pero el dolor le impedía palparla “esta bien, solo la tienes tan roja que
pareces Rodolfo el reno” le aseguro Karofsky sentado en una silla a un costado
de la camilla, se notaba afligido y tenia un gran moretón en el pómulo derecho
“Dave…¿que tienes ahí?” el mas joven llevo su mano hacía el rostro del mayor, deseaba
acariciar su pómulo, si no lo toco fue por miedo a lastimarlo. Dave cerro los
ojos, amaba las tersas manos de Kurt, el dolor no importaba “es solo un moretón,
no pasa nada…tócame por favor” pidió lleno de la necesidad de sentirlo
“¿duele…?” quiso saber el ojiverde, lo sobaba con cuidado sintiendo como la
piel amoratada paresia estar mas caliente que el resto “lo lamento tanto Dave,
fur culpa mía” alejando su mano del rostro del mayor y empujándola sobre su
pecho como si el corazón le doliera “no seas bobo Hummel…no es tu falta, no la
es de nadie pero esa nariz roja pude evitarla, debí estar ahí” era ahora
Karofsky quien se veía afligido “dejémoslo en que la culpa no es de nadie…¿si?”
concluyo Hummel tan contento que no cabía en si mismo, que aquel tosco y bruto
jugador de fútbol americano se preocupara así por el lo hacia inmensamente
feliz e incluso funcionaba como placebo para su nariz que ya casi ni dolía.
Satisfecho con lo que su novio había dicho, Dave lo jalo un poco para abrazarlo
“estar a tu lado…me hace tanto bien” el mismo jugador estaba conciente de que
Kurt ayudaba a sacar esa parte de el que solía quedarse atascada en el fondo de
su ser “te amo” por primera ves el menor dejo aquella palabra para otro hombre
que no fuera su padre, ambos se sonrojaron y la enfermería se quedo en total
silencio.





“¿Qué hacen? ¿Qué están haciendo?” preguntaba
hirviendo en su curiosidad Rachel y jalaba un poco a Mercedes por la rendija de
la puerta “ahh ssh…” la joven de piel oscura alejaba las manos de la otra “nos
van a descubrir así que cállate” dijo Mercedes muy bajito “entonces dime que
hacen” pidió Rachel cruzándose de brazos
y torciendo la boca algo molesta “awwww…no lo creerás… ¡Kurt acaba de decirle
que lo ama!” le contó emocionada pero cuidando siempre el volumen de la voz
“¡me toca ver!” con lo que Mercedes dijo la chica de cabello lacio sintió
terribles ganas de mirar por con sus propios ojos, comenzó a empujar a la
morena con mas fuerza y decidida a alejarla de la rendija y arrebatarle su
postura de espía “¿Qué haces?” “Quiero ver” “¡Déjame, quítate!” “¡Pero si ya es
mi turno! Apártate tu” ninguna quería ceder y a mitad de la discusión comenzaban
a elevar la voz “¿Qué es lo que hacen?” interrumpió Britanny por la curiosidad
al verlas luchar. Ambas saltaron del susto y los ánimos se calmaron “Am…pues
veras…” Mercedes no encontraba que mentira usar para sacarse de encima a la recién
llegada “¿Quién esta ahí dentro?” la rubia miraba la puerta ahora tentada a
saber que se encontraba del otro lado, alargo la mano con la intención de tomar
la perilla y girarla pero Rachel la detuvo muy a tiempo “dentro están Kurt a
Karofsky…todos melosos” le soltó bajito y con algo de pena en la voz, Britanny hizo
una cara indescifrable “¿creen que soy
tonta? Eso es poco creíble, incluso para mi…” tanto Rachel como Mercedes
arquearon una ceja ante esa respuesta de la porrista “Nosotras tampoco lo
creemos y ya lo hemos visto” confeso mercedes “TU lo has visto” reclamo Rachel
que se tuvo que conformar con solo escuchar lo que la morena le contaba “¿Están
hablando enserio?” esta ves la porrista sintió curiosidad de si aquello era
verdad “Recuerdas que Kurt volvería hoy de Dalton ¿no?...pues para su pésima
suerte se topo con Azimio que se encargo de darle la peor de las bienvenidas” comenzó
a amarrar una de las mironas “Si, cuando Azimio lo molestaba, Kurt decidió volverse Kamikaze y dar su vida
en nombre de todos los gays de esta ciudad…” Britanny parpadeaba
constantemente, a su parecer las otras iban demasiado rápido y ella no se hallaba
segura de entender correctamente “…comenzó a decirle a Matt un puño de leladas,
muy valientes pero leladas a fin de cuentas ¡y el muy bestia lo lastimo! Su voz
empezó a ser mas fuerte debido a la emoción del chisme “¡Pero de la nada que aparece
Karofsky!” se interrumpían la una a la otra y la rubia solo escuchaba “¡Y…y que
el grandote defiende a Kurt!” quien narro ese tramo de la historia hizo con
ambas manos una seña de lo grande que Dave le paresia “¡Comenzaron a discutir y
se empujaban y gritaron muy alto!...y…y… Comenzaron ¡¡¡a pelear!!!” estaban
bastante alteradas ante el recuerdo “Lo bueno fue que el profesor Shu llego a
detenerlos antes de que pasara a mayores” concluyo Rachel mas relajada y justo
a tiempo pues Britanny comenzaba a temerles “Fue así como paso” ambas sonrieron
para la rubia satisfechas por la manera en que contaron lo ocurrido “Se les
olvido mencionar en que me golpeo en el rostro” Dave estaba parada tras ellas,
justo bajo el marco de la puerta ahora abierta, las miraba molesto, Kurt
paresia esconderse tras el y le apretaba la mano para relajarlo “Ya Dave, olvídalo…
vamos a clases” el castaño trataba de distraer al mayor y lo jalaba suavemente
“¿Qué hacen aquí?” Karofsky pregunto fuerte haciendo a Kurt saltar “Queríamos
ver si Kurt estaba sano y salvo…ahora veo que lo esta, lo hiciste bien,
grandote” dijo Mercedes sonriendo, el jugador no le desagradaba ya tanto “Kurt,
vamos a clases, llegaremos tarde si no nos damos prisa” la morena tomo a Hummel
del brazo y empezó a caminar obligándolo a soltar la mano de Dave “Dile adiós a
tu chico” soltó Rachel algo juguetona siguiéndolos muy de cerca, el niño hizo
caso y agito la mano para despedirse “Te veo en el almuerzo” lanzó bajito, unos
salones de separación jamás habían representado semejante distancia.





En cuanto puso un pie fuera del aula voló asta
el comedor, no había tenido la oportunidad aun de explicar todo a Mercedes y
Rachel, ya después les pasaría el reporte completo paro por en momento lo que
se hallaba en primer plano era encontrarse con Dave. Freno de tajo tras cruzar
la entrada del comedor, con la vista busco al deportista de mesa en mesa, lo encontró
en un lugar algo apartado, supo que se escondió lo mas posible, era difícil
aceptar quien se es y dejar el closet totalmente en el pasado, camino hacía el
algo dudoso, sintió miedo ¿era correcto llegar y sentarse a su lado? ¿Tomarle
la mano en público? ¿Qué los vieran juntos? ¿Era correcto exponerlo a la burla
y la humillación tan pronto? Conociendo a Dave, podía aun retractarse y de
nueva cuenta buscar refugio en la entrada a Narnia y todo aquello no valdría la
pena, un Dave asustado podía ser un Dave peligroso y violento, Kurt comenzaba a
sentirse incomodo e inseguro pero mientras meditaba ya había avanzado y estaba
parado frente a Karofsky “¿te sentaras…o comeremos de pie?” pregunto el mayor
algo extrañado sin saber que significaba el gesto en el rostro del menor
“¿quieres que te vean conmigo?” basto que Hummel hiciera la cuestión para que
Dave descifrara entonces la expresión en su cara “ya todos lo saben… Santana
vio lo de esta mañana y ella no perdona nada” clavo la mirada en la mesa, se le
veía tan deprimido “solo ve a tu alrededor” entonces Kurt alzó el rostro
echando un vistazo, todos los presentes los miraban, cada mirada en el comedor
estaba sobre ellos.

Durante la hora del almuerzo no había logrado siquiera comer algo, con
todo Mckenly observándolos a Dave y a el no consiguió probar bocado, se
percato también de que Karofsky paso por el mismo impedimento pero ya
era tiempo de abandonar la escuela y lo hacia al lado de su chico, el
día fue mas largo de lo esperado e incomodo para ambos jóvenes, el
ojiverde tomo la mano del mayor "¡felicidades Dave! Manejaste todo muy
bien el día de hoy, estoy orgullosos de ti" dijo en tono sumamente
alegre y lleno de satisfacción, veía a Dave como se tratara un niño
pequeño al que se le podían enseñar muchas cosas, otro detalle se
trataba de la misma Mckenly que por mas que el alumnado se la paso
asechándolos con la mirada, tras el ataque de Matt nadie mas había
vuelto a molestarlos "si te soy sincero, quiero matar a todo aquello que
se mueva en esta escuela" confeso el jugador por demás fastidiado, la
fuente de su paciencia residía en Kurt, soportaba solo por el "ammm…
Dave" pero Kurt tenia algo que confesar, por miedo no se lo había
comentado antes y lo tendría que decir a ultimo momento además ¿no es la
confianza lo primordial en una relación de pareja? "Dave, hoy por la
noche mis padres y Finn no estarán en casa, llegaran asta mañana por la
tarde" le conto cohibido "¿quieres que valla a visitarte?" pregunto
Karofsky con tono pícaro y la cabeza repleta de malos pensamientos, ya
imaginaba como aprovechar esa noche en casa de Hummel cuando este rompió
sus sueños "no mi amor…ammm… veras, le prometí a Blaine que… que le
invitaría un café" el mas bajo temía que Dave simplemente no se lo
permitiera pero le quedaba fe en que lo hiciera "hummm… ¿tengo elección?
Anda… igual nada gano con hacerte un berrinche" sonó frio y soltó la
mano de Kurt, le calaba en el alma y no lo disimulaba, así era el, si se
sentía molesto o incomodo te lo haría saber "ve, no voy a prohibírtelo,
si el lo que deseas hacer, hazlo" no se despidió de Kurt, ni siquiera
lo beso de despedida, solo se metió ambas manos en los bolsillos del
pantalón y se alejo sin mirar atrás totalmente decaído, se dio cuenta de
que quizá nada de lo que había arriesgado por el menor fuera a rendir
frutos, estaba casi seguro de que Blaine y sus encantos le arrebatarían a
Hummel, a fin de cuentas ¿Por qué escogería Kurt a un bruto como el
pudiendo tener al supuesto galán que era el pelinegro?. Kurt se quedo
ahí parado, con el dolor causado por la actitud del otro chico pintado
en el rostro, su mano apoyada en su pecho lo presionaba como intentando
retener su corazón que quería salir, comenzaba a amar realmente a
Karofsky pero no quería alejar completamente a Anderson, sin muchos
ánimos regreso a casa, trasteando arreglo la sala y para la noche, ya
sumamente deprimido porque Dave no lo llamo en toda la tarde, preparo
todo para hacer el café, solo restaba que Blaine llegara.

Las
siete en punto, el timbre sonó, Kurt se levanto cabizbajo del sofá para
ir a abrir, abrió la puerta y tras ella estaba parado el joven pelinegro
con esa sonrisa tan resplandeciente como diario, el menor intento
imitar esa sonrisa para ocultar sus penas. Invito al moreno a pasar, lo
condujo hasta la sala sentándolo en el sofá "traeré el café… ¿algunas
galletas orgánicas te parecen bien?" ofreció el ojiverde a su invitado
"me parece una idea perfecta y ¿Por qué no me cuentas lo que te ocurre
mientras te ayudo con esas galletas?" dijo Blaine siguiendo a Kurt hasta
la cocina "¿lo que me pasa? Si a mi no me pasa nada" el menor fingió
demencia, llenaba la cafetera con agua ¿acaso era tan obvio en sus
sentimientos? "estas triste por algún motivo, lo se, puedo verlo en tus
ojos" ataco de nuevo el trinero abriendo las alacenas en su búsqueda
mística de las galletas " ya deja eso que no es verdad, estoy de
maravilla" alardeo el castaño mientras añadía el café al aparato,
evitaba a toda costa mirar directamente al otro chico "cuéntamelo, si ya
no seremos pareja cuando menos permíteme ser tu confidente" la vos de
Blaine se torno una especie de suplica "se trata de tu nuevo novio ¿no
es así? ¿Las cosas no han salido como esperabas? ¿Extrañas Dalton… me
extrañas a mi? No era su intención sonar ególatra, era que en el fondo
deseaba que Hummel respondiera *si* a todas esas preguntas, no
podía pasar otro día de clases sin el en los pasillos de Dalton y cantar
no tenia el mismo sentido, de seguir así las cosas los Warbles
perderían las regionales "no" respondió el castaño armado de fuerza "es
decir, claro que te extraño a ti… pero a Dalton no regreso aunque la
colegiatura se vuelva gratuita" todos en New Directions se mataban entre
ellos por conseguir un solo, mas cuando menos podías luchar por el, a
cambio en los Warbles se tornaba casi imposible "y no… Con *el*
estoy muy cómodo" sus labios de curvaron en una leve sonrisa, el café
hervía y el sabia que fuera de que Dave estuviera molesto en ese momento
todo lo demás se hallaba bien, eso lo relajaba mucho, anqué su
respuesta no relajo a Blaine a quien se le agrietaba el corazón, en su
frustración se acerco a Kurt y lo abrazo por detrás rodeándole la
cintura, recargo su mentón entre el cuello y hombros de su sorprendido
anfitrión "B-Blaine… ¿Qué haces? Suéltame…" ordeno el extrinero lo mas
amable que se pudo permitir para no lastimar al pelinegro pero tampoco
podía darle alas

"no pidas que te suelte… no quiero hacerlo" la
voz de Blaine sonaba tan dolida que Kurt sonrió su corazón encoger, sin
aviso previo el castaño sintió como el otro lo obligo a girarse y sus
miradas se encontraron "Blaine, no siguas, no nos hagamos daño" pidió en
tono suave y tierno, intentaba no herir los sentimientos del ojimiel,
se jalaba con suavidad pues sus caderas y las del otro estaban
peligrosamente cercanas y eso lo incomodaba pero solo logro que Blaine,
intentando retenerlo, lo aprisionara mas contra la barra de la cocina
ocasionando que sus caderas rozaran completamente "ah…Blaine" gimió muy
bajo y su espalda era recorrida por una especie de rayo debido al rose,
el pelinegro lo llevo al suelo, a medida que bajaban ambas miradas se
entristecían, cuando Kurt estuvo bien sentado en el suelo, con la
espalda apoyada en los cajones y puertas que guardaban los platos,
cucharas y demás utensilios, el moreno quedo frente a el con las
rodillas plantadas en el suelo, una de sus manos se sostenía de un cajón
a un costado del rostro de Hummel, can la que le quedaba libre le
acariciaba las mejillas al menor.

"No lo intentes" pidió Kurt,
estaba confundido, no encontraba cual era la manera mas apropiada de
actuar en una situación así, Blaine besaba su cuello y eso le erizaba la
piel de todo el cuerpo, aquello era incorrecto pero estaba consiente de
que el pelinegro no lo hacia por malicia, sabia que el mismo; Kurt
Hummel en los días en que estuvo perdidamente enamorado de Anderson
podría haber cometido locuras justo por amor, quizá si el rubio de Gap
no hubiera rechazado a Blaine, el, despechado y dolido probablemente
hubiera intentado seducir al vocalista de los trineros, no se sentía con
el derecho a juzgar "solo esta ves Kurt" rogo el mayor jalando el labio
inferior del castaño entre sus dientes y con una mano se deshacía de la
corbata de moño que adornaba el cuello del menor "si *el* se
entera no podre defenderte, es muy celosos" advirtió Kurt y sus ojos se
llenaban de lagrimas, se encontraba al borde de cometer algo indebido,
no quería tampoco que Karofsky arrastrara a Blaine por toda la ciudad,
pero lo mas importante, no quería traicionar el amor de Dave "no quiero
continuar" soltó justo antes de cerrar los ojos ante la suave unión de
los labios del pelinegro con los suyos.

Hallo escondite recargado
contra un árbol en la acera frente a la casa de Kurt, se sentía como un
bobo parado ahí, técnicamente espiando, claro que ponía su plena
confianza en el ojiverde, quien merecía duda era Blaine, había aguardado
con los brazos cruzados desde que vio al moreno entrar, se sentía
disgustado y por supuesto celoso, moría por saber lo que sucedía dentro
pero ninguna cortina estaba abierta, igual Hummel le había contado sobre
la llave para emergencias que estaba sepultada en una de las macetas
del pórtico ¿seria tan grave si entraba a echar un vistazo? Corría el
riesgo de que si el castaño lo atrapaba se enfadara y nacerían fuertes
problemas.

La espalda de Kurt descansaba sobre el frio
piso de la cocina, eso traería consigo una gripa el día de mañana, una de sus
manos se aferraba a una pata de la mesa, se hallaba muy nervioso, su camisa
abierta daba espacio a que los labios de Blaine cada centímetro de su pecho. A
diferencia de cómo Dave lo haría, el moreno era mas cuidadoso, tímido, suave,
no dejaba marcas a su paso pero no por ello al ojiverde le gustaba mas, se había
tornado un poco masoquista, se amoldo a la forma brusca de Dave “Bla… Blaine...”
hablaba entre suspiros al sentir como las manos del mayor le sacaban el
pantalón y rozaban con delicadeza sus piernas, poseía buen tacto debía admitir
pero ni con ello lograba sacar a Karofsky de la mente de Kurt. Todo era tan
difícil para el, era como si su corazón ansiara gritar *basta* pero sus
hormonas le cubrieran la boca silenciándolo, se debatía internamente
orillándose a llorar mientras separaba las piernas para permitirle a Anderson
tomar lugar entre ellas.





El pelinegro amaba la sensación de suavidad
bajo las yemas de sus dedos, la hermosa vista que proporcionaba el cuerpo de
Kurt y el dulce canto de ave que representaba la voz del menor y aun con todo
aquello el ojimiel no lograba sonreír, se culpaba por el echo de que el castaño
abandonara Dalton, con solo un poco mas de atención en Hummel cuando fue el
momento de hacerlo y ambos estarían ensayando un dueto para las regionales. No había
vuelta de hoja, todo paresia perdido y ahora paresia meter mas hondo la pata,
de mal en peor ¿lo odiaría Kurt tras todo esto? abrió a si mismo el pantalón,
se toco un poco en busca de alivio a su excitación, estaba tan duro que lastimaba, llevaría el ritmo de las cosas un
poco mas rápido para de una ves saciar su necesidad, freno el toqueteo para s
mismo y llevó su mano al trasero del otro en busca de su entrada, Kurt se tenso
al instante y se resistió un poco “tranquilo…lo hare bien” o eso esperaba
Blaine, intento relajar al extrinero, froto con la yema de sus dedo para
estimular, tardo en atreverse a introducir la punta de su dedo.





El castaño sintió aquello con claridad pero no
le provocó dolor, en lugar de quedarse quieto comenzó a masturbarse, suspiraba
entrecortado, su corazón estaba ya tan acelerado que se escuchaba su latir. Por
dentro pedía mas, superficialmente parecía sufrir pero ciertamente lo
disfrutaba, cuando menos físicamente.





No podía mas, abandonó la frescura bajo la
sombra de ese frondoso árbol y cruzo la calle, en el pórtico de la casa se incoó
para buscar la llave entre la tierra de las macetas, de las once o doce macetas
apenas llego a la tercera y ahí estaba, soplo para derribarse la tierra y voló
asta la puerta, parado frente a ella dudo sobre si introducir la llave o huir
como gallina perseguida por un zorro ¡no! El no era un gallina pero si un chico
que quería confiar y dejar ser a su pareja, malditos celos que son hermanos del amor en la
misma forma en que el diablo es hermano de los ángeles, metió la llave y la
giro, se escucho como la chapa abría, tomo valor y entro con cuidado que no
hacer ruido, atravesó el recibidor sin
mayor problema, tan discreto y silencioso como un Ninja echo un vistazo a la
sala, el terreno estaba limpio ¿Dónde se habrán metido Kurt y el chango de
cabello negro? Se puso al pie de a escalera, ningún ruido provino del piso de
arriba, poniendo mas atención la casa entera estaba sospechosamente callada,
eso no le agrado mucho, con pasos mudos como los de un gato se movió rumbo a la
entrada de la cocina.





Las uñas de Kurt se lastimaban levemente al
arañar el suelo, Blaine movía dos dedos dentro de el teniéndolo casi al borde
de un orgasmo “Blaine…ah… no…no sigas me...” suplicaba. Por su parte el
pelinegro se derretía de ganas, respiraba agitado, ya no podría esperar un
segundo mas, con delicadeza retiro ambos dedos, los acerco a su propia boca y deslizó
sus lengua por ellos, provocó que Hummel se pusiera tan rojo que sus mejillas
casi brillaban en la poco iluminada cocina “voy a entrar” el ojimiel previno al
otro para no tomarlo por sorpresa.





Escucho al fin voces muy quedas provenir de la
cocina, solo miraría por unos minutos lo que hacían, quizá escucharía un poco
de la conversación que mantuvieran y saldría tan fácil como entro. Dave miro en
interior de la cocina y en efecto lo otros ahí estaban pero no precisamente
entablando una conversación o bebiendo café, en cuestión de nada la rabia lo trastornó, no
lo pensó ni lo razono, no tenia necesidad, estaba todo claro, demasiado, entro lanzándose
directo sobre el moreno “¡hijo de facil!”





El pobre de Anderson pretendía entrar en su
amado pero todo estaba resultando en un terrible fracaso, por mas que hubiera leído
e investigado como hacerlo era casto, no era tan simple como le contaron ni su
instinto tan fuerte como para guiarlo. Se hallaba en medio de uno de tantos
intentos y solo lograba lastimar a Kurt “lo siento…discúlpame” tras disculparse
alzó la vista al escuchar algunas palabras altisonantes, sudo frio en cuanto lo
vio “¿Ka…Karofsky?” toda la sangre de su cuerpo se le bajo a los pies, en cuestión
de milésimas de segundo pensó formas de salir huyendo y no por ser cobarde, es
que ¿Quién desea ser golpeado hasta la muerte? Pero igual no tuvo tiempo de
echar a correr, lo siguiente que supo fue que estaba en el suelo con Dave sobre
el y debido al peso de este ultimo no podía levantarse, al pelinegro le basto
con mirar a los ojos del jugador para darse cuenta de que era el, el “novio secreto” de Kurt, entendía ya aquello
de *no podre defenderte* percibió la falta de aire y no podía gritar, Karofsky
le presionaba la garganta con una mano, lo que realmente lo aterro fue verlo
alzar el puño listo para golpearlo, Blaine cerro los ojos resignándose al golpe
pero este jamás llego, abrió los ojos para revisar lo que pasaba, estaba
bastante pálido por el poco suministro de oxigeno, fue entonces que vio al
ojiverde colgado del brazo del mas grande de los tres, le estaba suplicando en
su nombre.





“¡No Dave! ¡No mi amor, no lo hagas, detente
por favor!” el castaño lloraba mares y se aferraba a su brazo como naufrago a
la orilla. Si algo derrumbaba a Dave mas que haberlos encontrado en aquello
situación era que Kurt además lo defendiera, lentamente desempuño la mano y la
bajo ¿tan poco había durado su felicidad? Jamás debió comprar aquella rosa e ir a
Dalton “¿Qué demonios te pasa? Lo defiendes…” los labios de Dave temblaban y su voz se
quebraba, el dolor de saber que perdía al niño era inmenso, solo aguardaba a que Hummel se lo dijera de
frente para salir de ahí pero no sin antes tumbarle algunos dientes a ambos,
claro esta, “no…no lo defiendo, tu no entiendes” el menor hizo el intento de acercarse
para abrazarlo, el deseo de sentir su calor no había sido tan fuerte antes “no
te me acerques maricon asqueroso… ¿Qué mierda es la que según tu no entiendo?” el
corazón del ojiverde se partió en mas piezas que las de un rompecabezas y lloro
con mas intensidad, callo de rodillas junto a Karofsky “te…t-te amo…cre-créeme
¡perdóname!” había tanta frustración en su interior, las lagrimas le escurrían
por el cuello pero el jugador no le creía “si me amas… ¿Por qué lo hiciste? ¿así
muestras tu amor?” aunque no lo aparentaran también el mayor estaba desecho, el
mas que nadie, usaba todas sus fuerzas para no ceder ante el chico que
representaba el amor de su vida y aquello que siempre soñó, debía conservar el
dejo de dignidad que le quedaba “si, te
amo! ¡Como a nadie! No quise hacerlo…me… me equivoqué… no me dejes” a Kurt dejo
de importarle si lo golpeaba, no era capaz de mantenerse distante de Dave por
mas tiempo, sentía que moría ante su rechazo, se echo sobre el para besarlo a
la fuerza, le sujetó el rostro con ambas manos y lo beso tan intenso como le
fue posible. En manos de él, Karofsky era más débil que un cachorrito, tanto
que por fin libero a Blaine dejándolo respirar y así tomo a Kurt por la
cintura. Anderson comenzó a toser y jalar aire de manera exagerada, incomodo
por el beso que compartían Dave y Kurt quiso
alejarse, el futbolista sin embargo fue veloz, rompió la unión de labios y
pesco al pelinegro a mitad de su huida sujetándolo por el cabello de la nuca, Blaine
se quejo por el dolor “¿lo aprecias tanto, mi amor?” pregunto Karofsky
limpiando las lagrimas del rostro del castaño y el asintió tímidamente
“sniff…pero pero no…no mas que a ti…sniff” mientras ellos charlaban el moreno se retorcía
en busca de libertad ganando solo jalarse el mismo el cabello “¡si vas a
golpearme hazlo ya!” exigió completamente desesperado y furico, no tenia porque
quedarse a ver sus muestras de amor.





La voz del trinero llamo la atención de los
otros dos jóvenes, Dave que no estaba seguro de si estaba siendo muy buen novio
o un completo estúpido ya perdonaba al ojiverde y pensaba en una posible solución
donde todos tuvieran algo que ganar, miro fríamente al ojimiel “Kurt es mío… quizá
también tu puedas serlo” soltó el
grandote paralizando a los otros “así quizá tendrás acceso a el” Blaine abrió
la boca sorprendido por las palabras de Karofsky, debía estar bromeando o eso esperaba.






Aun sosteniéndolo del cabello, Dave atrajo el
cuerpo del pelinegro para robarle un beso, Blaine recargo las manos en el pecho
del jugador mas bien en un intento de alejarlo, pero el intento no duro mucho,
en tan solo nada se había rendido y cerrado los ojos, en algún lugar de su ser había
un masoquista al que paresia gustarle las acciones bruscas de Dave tanto como a
Kurt, cerró las manos estrujando la camisa del que lo aprisionaba. Hummel solo
miraba en silencio y aferrado al brazo de su novio, sus mejillas habían
continuado rojas durante todo ese tiempo, imaginaba que se trataba de una forma
bizarra y cruel de venganza, de mostrarle lo doloroso que es ver a tu amado con
alguien mas, lo curioso fue que el dolor no se presento y por el contrario sintió
mariposas en el estomago ¿acaso eso le paresia atractivo? El mayor había aminorado
su odio hacia Blaine, en la mente yacía la idea de que de haber sido rechazado
por Kurt, lo más probable era que intentara también abusar del extrinero. Un
gran parecido insinuaba tener todos los presentes en aquella cocina.

Ese beso había durado ya demasiado, eso
pensaba Kurt y comenzaba a sentir celos, el detalle estaba en que no sabia a
cual de los dos celaba o ¿seria tal ves
que lo que deseaba no era detenerlos sino unírseles? “cof cof” aclaro su
garganta solo para llamar su atención pero para acrecentar sus celos los otros
dos no parecían siquiera haberlo escuchado o simplemente ¿no les importo? Inflo
los cachetes en un gesto infantil a modo de protesta y cruzo los brazos.
Analizo sus propias acciones ¿de que le servia solo cruzar los brazos? De
absolutamente nada. Tomo valor, fingió no sentir pena, se acerco a Dave para
besar sus mejillas, al percibirlo el mayor lo miro de reojo, Kurt opto por
cerrar los ojos para no cruzar miradas, le avergonzaba bastante, Karofsky lo
atrajo tomándole de la cintura, entonces el ojiverde paso de basar las mejillas
del jugador a la comisura de sus labios, en ese punto Blaine estorbó, su pómulo
izquierdo topaba con el rostro del pelinegro y el derecho rozaba con Dave, sentía
algo de cosquillas pero tenia una sensación aun mas fuerte, era el deseo de
besar a Dave y no quería esperar a que ellos dos terminaran, se celaba de nuevo
cuando ¡oh sorpresa! Fue como si Blaine se recorriera apenas unos centímetros dándole
espacio de acercarse más. Algo húmedo paso por sus labios, no podía tratarse de
otra cosa que la lengua… ¿pero de quien? Pronto no necesito investigar a quien permanecía,
eran ahora las leguas de ambos, reacciono separando un poco los labios y unió
la suya propia al juego, se le crispo la piel ante el roce entre los tres, la
mano que Dave mantenía en la cintura del menor acariciaba de manera agradable,
el pelinegro le tocaba una pierna, saber que cada mano pertenecía a un dueño
diferente era muy excitante, se sintió un indecente.





Jamás imagino sentir los labios de Karofsky
y aun menos los de Karofsky y los de
Kurt a un mismo tiempo, era imposible que contestara ¿Qué era lo que hacia? No tenia la menor idea de por que estaba
haciendo pero ¡diablos! Si el castaño dejo Mckenly para huir de Dave le paresia
algo bobo, el no habría tomado esa decisión ¿Qué rayos era lo que decía? No hacía
eso por gusto, no, era su mas grande sacrificio, daría todo a cambio de estar
con el ojiverde, era toda por y para Kurt, no sentía el mas mínimo de placer
por la mano de Dave que rozaba su entrepierna, pero entonces… ¿Por qué
comenzaba a *despertar*? Sus
pensamientos se contradecían unos a otros, nada tenia sentido o estaba claro,
lo único que sabia a ciencia cierta era que ansiaba tocar a Hummel y que a su
vez el jugador lo tocara a el. Existió el momento en que solo sus acompañantes compartían
sus labios excluyendo al pelinegro, este aprovecho para rondar con sus labios
el cuello de Kurt, succiono un poco su piel dejando marcas muy leves, sin aviso
el extrinero gimió con fuerza asustando a Blaine un poco, al echar un vistazo comprendió
que fue debido a que Karofsky introdujo sus dedos en el menor, Blaine atino a
sonrojarse e intentar abrir el cierre del pantalón de Kurt.





Todo avanzaba de manera por demás acelerada,
Hummel empleaba una mano en cada uno para masturbarlos, Blaine no se dio cuenta
del instante en que su pentalón fue
abierto, era el quien mas se resistía, estaba tan rojo como Kurt y movía la
cadera tratando de alejar la mano de Karofsky que acosaba incesablemente a su trasero.
El ojiverde llevaba su voz cada vez mas alto, el pelinegro alcanzo la
entrepierna de este y movió la mano arriba y abajo, de un momento a otro el
juego ya no le gustaba tanto, Dave tentaba la entrada del ojimiel con los dedos.
“esto está llegando demasiado lejos” opino el vocalista de los Warbles estando
muy nervioso “no te vuelvas un cobarde ahora, moreno” respondió Dave también invadió
el cuerpo del moreno con un dedo de manera poco delicada, a Blaine le resulto
molesto e incomodo, no había sentido tal cosa en el pasado y se jalo totalmente
indispuesto a continuar, el mas corpulento de los tres tubo que retirar los
dedos que atendían a Kurt se quejo por el dolor que eso ocasionó, Karofsky aprisionó
al trinero entre sus brazos “¿A dónde planeabas ir?” pregunto e irrumpió de
nuevo en su interior “ah…bruto ¡me duele!” se quejo el pelinegro, Kurt miro sin
saber que hacer, solo estuvo hay con los ojos bien abiertos y el cuerpo
tembloroso asta que Dave le dirigió la palabra “¿te sientes listo? ¿Podrías
recostarte?” Pregunto Dave al ojiverde
con amabilidad, sin duda era más atento con el castaño que con Anderson.





Se dio por sentado que Dave deseaba pasar al
siguiente *nivel*, eso fue lo que capto Kurt, lentamente se echo hacia atrás
dejando su espalda en el frio suelo por segunda ves en aquella tarde, por mas
que atentara evadir la pena era imposible, miro el techo para evitar mirar a
los otros dos, separo las piernas dejándolas un poco flexionadas, no quedaba
mas que esperar, ya se había cansado de dar vueltas en su mente a la razón que podría
existir para que los tres hicieran aquello, solo pedía que Karofsky no fuera
cruel con Blaine.





Su piel morena comenzó a arder cuando vio a
Kurt tomar lugar en el suelo, le paresia tan sexy, no se atrevía a pensarlo
directamente pero sabia lo que se acercaba, de verdad que Hummel lo atraía y
todo parecía ser inevitable a esas alturas, quizá un trozo de el era un
pervertido, después de todo el ser humano no es realmente bueno, algunos suspiros
se escapaban de su garganta, se adapto rápido a los dedo que el jugador usaba
para atormentarlo, inclusive sus caderas, en un movimiento involuntario se
empujaban hacia ese par de dedos, probablemente Dave se percato de que le
gustaba pues tras retirar los dedos de su interior lo lanzo sobre Kurt, el y Blaine
quedaron cara a cara, ambos tan rojos como cerezas y con expresiones tontas y tímidas,
ambas miradas se centraron una en la otra, Kurt sonrió de manera tan hermosa
que el moreno lo olvido todo. De improviso el ojimiel cerro los ojos apretando
los parpados, Dave estaba tras el y había alcanzado su erección para
estimularlo, era demasiado para el trinero y se abrazo a Kurt quien le
acariciaba el cabello con ternura





Él quien quería tomar cartas en el asunto,
aunque se sentía todo un pervertido no tenia manera de cambiar el hecho de que
tener a los dos lo inquietaba demasiado, por así decirlo. Aunque no lo pareciera,
comparado con lo brusco que era, estaba tratando de ser delicado, buscaba la
manera de que el pelinegro no la pasara *tan* mal “relájate o te dolerá mas alla
del alma” le recomendó y con la mano libre se ayudo a sostener su hombría
contra el moreno, empujo nuevamente sin entrar, Blaine pareció dar un brinco
del susto y le temblaron las piernas, a Dave le percibió eso como dulce,
necesito empujar mas firme, el hobbit estaba nervioso y su cuerpo oponía
resistencia al intento de entrar de Karofsky, logro invadirlo lentamente, dolía
un poco por lo estrecho que estaba pero sabia que en nada se comparaba al dolor
que sentía el ojimiel.




El ojiverde miraba los ojos cristalizados y la expresión
dolida en el rostro de Blaine, tenia
presente cuanto podía llegar a doler, le acariciaba el rostro y lo besaba a intervalos
“solo relájate o continuara lastimando” le susurro al oído para después morder
sus labios. Dave estaba dentro por completo, en su intento por ser dulce con
él, esparcía besos a lo largo de sus hombros, unos cuantos en la nuca y le pasaba
una mano por toda la espalda “tu piel es suave” soltó Karofsky cerca del oído
de Blaine y se dio el permiso de iniciar un suave va y vén en el interior del
moreno “y tus gestos son muy sexys” dijo Kurt que leía en el rostro de Blaine
que el dolor disminuía y el dolor ya participaba en

La ventana que había quedado entreabierta permitía
que algo de aire fresco se colara en la habitación, las cortinas se agitaban
con suavidad gracias a el, la noche era mas oscura de lo normal pues a la luna
la cubrían unas densas nubes, para compensar, tres velas aromáticas habían sido
colocadas en diferentes zonas del cuarto y sus flamas que danzaban al compas
del viento iluminaban con una dulce luz cobriza, el silencio era absoluto, sin
duda reinaba la paz después de la tormenta, aun era posible oler los rastros de
pasión en el aire. Tres siluetas se dibujaban en la cama gracias a la tenue luz
de las velas y sus respiraciones eran apacibles.





Su propio cabello callo sobre su rostro incomodándolo,
Kurt abrió los ojos, lo primero que cruzo su vista fue el techo, se tallo los
ojos, le costaba tanto manteneros abiertos debido a la pereza, su mente se
hallaba en blanco, no pensaba o recordaba nada asta que Dave, a su derecha, se giro
para abrazarlo, el ojiverde sonrió con dulzura al ver al gigante dormido, esta
tan enamorado de el que no lo resistió y se acerca asta sus labios y los beso
apenas en un roce ”te amo Dave” dijo tan quedo que ni ante el silencio de la
noche fue claramente audible, se acurruco contra el pecho de Karofsky pero algo
le erizo a piel, era un ruido a su espaldas, no fue necesario que volteara para
saber de que se trataba, lo reconoció al instante, era Blaine el castaño
suspiro, no se atrevería a decir que *aquello* fuera correcto pero lo hacia
sentirse extrañamente feliz, dio la vuelta y topo a su izquierda con la espalda
de Blaine, sonrió como tonto enamorado, era esa cara que te hace parecer un
tonto sonriendo hacia la nada pues callo en la cuenta de que estaba recostado
entre los dos hombres que mas amaba, pego su espalda propia al torso de Dave al
momento que acariciaba sutilmente la del pelinegro únicamente con la yema de
los dedos “también a ti te amo Blaine” cerraba los ojos para perderse entre sueños
una vez mas cuando el ojimiel se movió alejándose de su toque, el movimiento
fue rudo y rápido, claramente el moreno no se encontraba dormido ni quería ser
tocado por Kurt.





“¿estas
despierto Blaine?” Hummel quería saber
la razón que hiso al otro alejarse, aun tenia a la vista solo su angosta
espalda “¿eres serio cuando pretendes
que duerma con *el* en la misma cama?” el castaño dedujo que Blaine hablaba de
Dave, el tomo que Anderson uso era de molestia, Kurt se encogió contra el
cuerpo del jugador, un escalofrió le recorrió la espalda, ese escalofrió que
todos hemos sentido y nombramos mal presentimiento pues no estaba adaptado aun
un Blaine que no sonreía. Tomo algo justamente de ese coraje que el mismo
moreno le había recetado hace tiempo ya, se libero de los brazos fuertes y
protectores de Dave y fue a por Blaine, los dividían solo centímetros, la cama
no era muy grande, roso su cuerpo con el del pelinegro, recargo sutilmente las
palmas en la espalda morena y beso suavemente “el no es tan malo, bueno… cuando
menos puedes dormir tranquilo de noche, no te comerá, almito que me ah mordido
entre sueños pero solo eso” Blaine arqueo la ceja por el detalle final y volteo
para ver a Kurt “¿te a mordido?” no sabia si reír o llorar “no sucede muy a
menudo” aseguro el castaño sonriendo de forma tal que paresia que aquello fuera
de lo mas normal.





Abandono la cama medio envuelto en una sabana
blanca, el objetivo era ir asta la cocina y buscar su uniforme “hice mal al
intentar convencerte… debí alejarme en cuando tupe que tenias novio” no era fácil reconocer en su rostro si se
trataba de enojo o tristeza lo que le corría en la sangre pero lo mas factible
es que fueran ambos, su cuerpo instintivo le suplicaba entrar de nuevo en la
cama, abrazar a Kurt y dormir asta la mañana siguiente, su corazón, ese órgano
tan sensible estaba dolido y lastimado así que solo suplicaba amor pero la mas
peligrosa, su mente mas bien orgullosa solo acreditaba el que había sido
humillado “adiós Kurt” su despedida sonó tan solida, no significo *asta luego*
era un *adiós* bien consolidado, salió de la habitación a oscuras arrastrando
la sabana debido a lo bajito que era, con suerte no moriría en las escaleras ocasionado
por la falta de luz o al pisar la tela tras la que ocultaba su denudes.





Kurt se perdió un poco mirándolo, la espalda
desnuda y los risos despeinados de Blaine lo hechizaron, sacudió la cabeza, no
era tiempo de tener pensamientos impuros “¡no Blaine, no te vallas!” apenas
dijo aquello intento saltar a Dave pero su movimiento fue equivocado y callo
como costal al suelo, el sonido que genero al caer despertó a Karofsky quien ya
no percibió al moreno en la habitación solo a su angelito en el piso “¿Kurt,
estas bien? ¿Qué haces ahí?” el mayor tomo su chamarra del equipo y se la puso
sobre los hombros al ojiverde, el ya traía pantalón puesto, jamás se lo quito “Blaine…
se va y muy molesto” se abrasó a su novio tras confesar lo que le afligía. El
jugador le sobo la espalda pero rodo los ojos “¿solo es eso?” que incomodo
resultaba todo esto para Dave mas había alcanzado un punto en el que Hummel
representaba todo, ya no era capas de negársele, estaba mas ciego que una
lombriz y al mismo tiempo lo hacia ver mas luz que si mirara el sol de frente,
de decirle el ojiverde *salta* el solo preguntaría *¿Qué tan alto?*suspiro fastidiado
“y halla voy” dejo al menor, se puso en pie y fue en búsqueda del moreno.





Abajo, Blaine recolecto su ropa y se abotonaba
la camisa, en cuando estuviera del todo vestido se marcharía, Dave llego asta
el por atrás, lo levanto del suelo con facilidad y lo echo al sofá “a ver
chaparro” si había algo en Blaine que le
gusto a Karofsky fue lo bajito y ligero que era “tu no te vas de aquí hasta que
él esté tranquilo” señalo a Kurt que aparecía en el marco de la puerta.








Si Karofsky estaba en plan de retenerlo el
pelinegro supo que no tenia caso oponerse. No lograría escapar, se acomodo en
el sofá y cruzo los brazos, los miraba acusantes, aguardaba a ver que argumentos
tenían, tarde o temprano tendrían que dejarlo ir.





Era el turno para hablar de Hummel y no sabia
que decir, ni siquiera sabía que quería, no solo el, los tres en aquella sala
no sabían realmente lo que querían, Blaine miraba indiferente, Dave paresia
estar molesto y Kurt jugaba con sus dedos muy nervioso “antes que nada… Dave,
te debo una disculpa por lo que sucedió con Blaine…” el mayor lo interrumpió “¿y que fue lo que sucedió?” pregunto aun
celoso y con el afán de hacerlo sentir culpable que bien merecido se lo tenia
“oh Dave… tu me entiendes, por favor no me hagas decirlo” Karofsky desvió la mirada no muy satisfecho y
Hummel prosiguió “Blaine, perdona si te ofendimos, nosotros no…” en esta ocasión
quien lo interrumpía fue el moreno “no me ofendieron… me destrozaron” Tanto Dave como Kurt lo miraron sorprendidos
“ambos se divirtieron a costa de la necesidad que tenia yo de ti… ustedes… ustedes
tienen algo especial…” a cada palabra se alteraba un poco mas y su vos se
quebraba “…yo solo les serví de entretenimiento” se puso de pie esperanzado a
poder marcharse y camino en dirección a la puerta “no te vallas” pidió el ojiverde y fue la gota que derramo el
vaso “”¡¿y a que me quedo?!” se podría jurar que Blaine estaba por reventar en
llanto, fue entonces que lo menos esperado sucedió, Dave hablo “tienes toda la razón, Kurt y yo tenemos algo muy especial” palmeo
la espalda de su niño para darle apoyo
pues como era típico en el también estaba al borde de las lagrimas “pero si tu
quieres quedarte… podríamos compartirte un trocito de esto tan especial” el
pelinegro escucho todo aquello y miro incrédulo a Kurt “te lo dije… el no es
tan malo” contesto el ojiverde intentando sonreír “entonces… ¿te quedas?” inquirió
el mismo Kurt intentando concluir ese episodio. Blaine guardo silencio un largo
lapso de tiempo durante el cual probablemente inspecciono los pros y contras de
lo que le proponían “se que me voy a arrepentir mas tarde” no dijo mas y regreso al sofá, se sentó
cruzando una pierna sobre la otra, Kurt voló
asta el y lo abrazo “veras como no te arrepientes” dijo contento y muy seguro “jajá
lo mas probable es que si se arrepienta” bromeo Karofsky saliendo de la sala
“¿Qué tal si volvemos a la cama?… aun tengo sueno” subió los escalones hacia el
segundo piso seguido por los otros dos en total silencio. Por mas frio que
hiciera en el exterior, ellos pasarían una noche muy cálida.

Episodio 11




Los rayos del sol
eran potentes, era un día caluroso, pero se trataba de un calor agradable, siempre
y cuando no se durara mucho tiempo estático y bajo el sol, Kurt lucia una piel
brillante y plásticosa, debido a la
fuerza del sol Dave lo había untado con una cantidad exagerada de bloqueador,
según el *con un moreno le bastaba* El ojiverde saltaba de aparador en
aparador, asemejaba a una abeja polinizando flores, buscaba una bufanda que combinara
con una gorra que compro unas tiendas antes, Karofsky lo miraba sin una expresión
clara en el rostro, aunque no lo exteriorizara muy en el fondo disfrutaba de
verlo así de emocionado, que lastima que se debiera a algo tonto y superfluo
como lo era la ropa. Mas a la derecha, casi a orillas de la acera, caminaba
Anderson, con los brazos cruzados y cara de pocos amigos, paresia acompañarlos
mas a la fuerza que por ganas.





“Kurt… ya nos has
hecho perder bastante tiempo” le advirtió Dave, no porque le molestara,
inclusive le encontraba ya gusto a llevarlo de compras, el detalle era que el motivo
de la salida no era volver a casa lleno asta el cuello de cajas de zapatos y bolsas
de ropa, sino que ayudar al moreno a adaptarse mejor y hallar su lugar en la relación.
El día anterior se discutieron las posibilidades, el jugador pidió ir al
gotcha, Blaine ofreció una disco pero el que se impuso fue Kurt, insistió o
mejor dicho; se aferro a que visitaran nevería muy rosa donde solo se vendían
helados y yogurt natural, al pelinegro
le dio igual pues si tenia agrado por la nieve de yogurt, a Dave casi le da una
embolia del disgusto, ni le gustaba el yogurt natural ni le paresia entretenido…
bueno, cuando menos había wi-fi en el lugar, cargaría con su PSP y algunos
juegos para pasar el rato en tanto que los otros dos de seguro hablaban de
unicornios, arcoíris y una que otra cosa de gais.





“¡anda, ven acá!”
dijo Dave y jalo al menor separándolo de sus amados aparadores y lo abrazo del
cuello “pero aun no tengo algo que con el gorro que me compraste” se quejo Kurt
y puso ambos manos en el brazo que rodeaba su cuello, se digno a frenar la búsqueda
y caminar a la par con sus ¿novios?, el ojimiel miro encelado, no con rencor,
solo celos naturales pero que le laceraban el alma “quita esa cara, que de por
si estas feo” bromeo Karofsky y le ofreció su brazo “deja de hacer berrinche”
le pidió mas amable, Blaine se sonrojo, desvió la mirada y a ciegas busco el
brazo de Dave para sujetarse de el, siempre se imagino que alguien se aferraría
a su brazo, sujetar él, el brazo de alguien, eso no estaba estipulado en su
contrato, provocaba en el una sensación extraña pero no molesta, pasos mas
delante recargo la cabeza contra el brazo del jugador pues el hombro no estaba
a su alcance.





“¡hay esta! Por fin
hemos llegado, las botas me matan” chillo Kurt feliz de alcanzar la meta “fuiste
tu el que dijo *vamos a pie para mirar las tiendas, bajar peso y pasar mas
tiempo de calidad juntos*” dijo Dave con una vocecita que de acuerdo a el era
la perfecta imitación del menor “así que no te quejes” soltó mas bien reganando al ojiverde “no me
quejo es solo que… que…¡así no es mi voz! ¡yo no sueno así!” lo ultimo lo dijo
molesto y con un puchero en la cara “je… si se parece un poquito a tu voz” el
de risos negros se unió a la charla riendo un poco. Hummel llevaba días sin
verle una sonrisa al moreno y justo ahora lo miraba con una muy grande.





Dave abrió la puerta
y les permitió ingresar primero, Kurt entro directamente a buscar una mesa, le cedió
el paso a Blaine para que este se sentara y en seguida tomo lugar el, el
espacio era para cuatro personas por lo cual aun cabria Karofsky, aun así el
futbolista se mantuvo de pie “¿Qué van a pedir?” les pregunto, el iría por la
orden “lo que sea mientras este frio” dijo Kurt quien sufría mas por el calor
pues prefería el calor a quitarse su maravilloso chaleco carísimo y de diseñador
“un helado, el sabor me es indiferente mientras tenga gomitas en forma de
ositos, mermelada de fresa, lunetas, crema batida, chipitas de chocolate,
varias cerezas y una galletita” pidió Blaine, Dave arqueo una ceja y Kurt
volteo a ver incrédulo pero nadie dijo nada, el moreno sonrió como menso por la
imagen del helado perfecto que se formo en su cabeza “…ok… voy a comprar los
helados, no tardo” Karofsky fue a esperar su turno de ser atendido. “¿ves como
es divertido salir los tres juntos?” el ojiverde estrujo las manos del
pelinegro entre las suyas “pues si… supongo” Blaine no estaba 100% satisfecho
pero tampoco estaba tan inconforme como en los primeros días, lo que tardaría demasiado
en desvanecerse seria la sensación de exclusión que lo invadía, se sentía
solamente la mal tercia, no disfrutaba esa sensación pero a la misma vez no sedeaba
alejarse, en ocasiones se formaba un enorme nudo en su cabeza. Kurt hacia todo
lo posible por que Anderson se acoplara y sabia que Dave daba todo de su parte
por ayudar con ello pero la barrera que el ojimiel levanto era firme y muy
alta.





Dave por fin volvía a
ellos, había tenido una idea para formar mas unidad, no pidió helados
individuales, en su lugar pidió una presentación
enorme, ni entre los tres habría posibilidad de terminarlo, dejo el gran tazón
sobre la mesa, Kurt lo miro impresionado, el por micho comería tres o cuatro
bocados “¿no te parece un tamaño algo exagerado?” Pregunto el ojiverde “es perfecto” soltó
Blaine, su rostro se ilumino y se le hiso agua a la boca. Karofsky los empujo
para sentarse, casi derribo al pelinegro en el otro extremo, la atención fue
molestar ya que en realidad los tres cabían a la perfección. El primero en meter
su cuchara fue el pelinegro, cogió una cantidad generosa y se aseguro de que
incluyera muchas chispas de chocolate, se llevó todo aquello a la boca y cerro
los ojos con fuerza “mi cerebro” el frio había ido mas halla de su boca, invadiendo su cabeza, los otros dos chicos
rieron por la expresión graciosa en la cara del moreno “se mas cuidadoso” le pidió
Kurt que tomaba un poco de helado en su cuchara y lo lleva a la boca de Dave.
Mientras aceptaba lo que Kurt le ofrecía, Karofsky noto como el de cabello
negro paresia encogerse, esto ya es mucho decir tomando en cuenta lo bajito que
era, golpeo con suavidad la pierna de Hummel por debajo de la mesa, con la
mirada le señalo a Blaine; tanto Kurt como Dave lo habían discutido, llegaron
al acuerdo de que debían ser muy equitativos para prevenir celos ¿trió precavido,
vale por seis? El ojiverde había absorbido algunas casas del jugador y tratando
de distraer al pelinegro para que este no se deprimiese, tomo helado en cuchara
de nuevo y se lo lanzo justo en una mejilla, el primero en reaccionar fue Dave,
sonrió abiertamente con cierta malicia, pocas veces sonreía así, el jugador pensó
que jamás vería algo tan genial como lo era una *nena* tirarle helado al rostro
de otra, no por lo menos asta Blaine paso de molesto por el repentino ataque a risueño,
cogió mas del contenido del gran tazón, Kurt abrió grandes los ojos, anticipaba
que el pelinegro pensaba vengarse y si, sin pensarlo dos veces el aun trinero
lanzo el contraataque dándole al ojiverde también en una mejilla, Karofsky no cabía
en si mismo de tanto regocijo, era como ver a dos chicas sexys luchar en lodo, carcajeaba
por como escurría helado en el rostro de ambos jóvenes, su risa era tal al
grado de generarle dolor en el estomago “¡no le veo la gracia!” Exclamo Hummel quien aparentaba estar muy
molesto “¡JA…JAJAJA yo… JAJAJA yo si se la vao!” aseguro el deportista sin
parar la risa ni un instante. Mientras se limpiaba la mejilla con una
servilleta, el ojimiel sonreía, el también le hallo la gracia, comenzaba a
creer que seria entretenido salir con ellos cuando vio a Kurt recargar de nuevo
su cuchara ¿no estaría pensando el castaño en…? “Kurt, no” pidió Blaine
demasiado tarde, el fashonista había tirado el proyectil sabor chocolate y
manchado la frente de Dave.





Hubo algo de
silencio, la sonrisa que tanto costo sacarle al moreno se borro, Kurt paso saliva,
ambos temblaron ligeramente, Dave no reía mas, los miraba tan molesto que un
tic se formo en su ojo derecho, el Apocalipsis se acercaba, en solo segundos
los miro a ambos amenazadoramente, el ojimiel se preguntaba por que lo miraba a
el y señalo a Kurt “no me mires así, fue el, tu lo viste” Kurt se giro así
Blaine “¡traidor!” el ojiverde no concebía que el trinero lo dejara morir solo
“les mostrare que es divertido” juro Karofsky, los otros dos chicos no
encontraron confort en esas palabras, echaron a huir en la dirección en que
Blaine se encontraba pero solo este ultimo lo logro, al castaño le frustro el
escape el mismo Dave sujetándolo con una mano y con la otra tomo el tazón de
helado y con el le improviso un *fresco* sombrero al menor, este quedo en shock
por el frio en su cabeza “mi…mi cabello” sintió helado escurrir por su
cabellera, su frente, sus oídos, su nuca, la cereza rodo por su nariz y callo
al suelo, se puso histérico no sabia que hacer, el postre no tardaría en llegar
asta vestimenta de diseñador. Ricitos oscuros había mirado perplejo asta que
Dave se puso en pie para dirigirse a el,
el pelinegro rodeo una masa para dejarla como barrera entre el y *el gigante
enfurecido* “¡oh, vamos! Se que podemos negociarlo” Blaine intento persuadirlo
mas Dave estaba firme, sin demasiado trabajo pesco al pequeñín y se lo echo al
hombro en calidad de bulto. Ubicada justo al centro de la heladería se
apreciaba el principal atractivo del establecimiento, una fuente que trabajaba
con agua de un color rosa intenso aunque cristalina, Karofsky camino asta ella
“¡no Davesito, no lo hagas! ¡no deseas hacerlo, estas confundido! ¡Tu lo que
tienes es sed!” Pidió Blaine como
intento final antes de que lo dejara
caer en el interior de la fuente, a su entrada el agua de la fuente se
desbordo, el ojimiel cuido no beber agua, estaba completamente empapado, su
pantalón que alguna ves fue blanco ahora era rosita y el frio le invadió de
golpe el cuerpo. El extrinero llego a la fuente, ya sin el tazón en la cabeza
pero el helado que se derretía le escurría por todos lados “¡oh dios, Blaine!
Dame la mano, déjame ayudarte, dame la mano” se apoyo en el borde de la fuente y extendió
el brazo con intención de tomar la mano dl moreno pero basto con un empujoncito
cotensia del jugador para que Kurt se uniera a Blaine dentro de la fuente “¡mi
chaleco!” por si fuer poco lo que le escurría por el rostro y el cabello, tendría
que lidiar con que su chaleco azul celeste ya no era de ese color y ahora hacia
juego con el pantalón rosa del moreno “eso…eso si es divertido” expreso Dave
muy contento tras descargar su ira acumulada.





Nunca uno de los escuálidos
empleados del local se atrevió a pedirle a Karofsky que se detuviera, el resto
de la clientela se acerco a mirar pero el mismo saco a sus dos *novias* de la
fuente y los llevo al baño “no lo puedo
creer ¡mi chaleco! Espero que este colorante rosa salga con la lavada” rogaba
Hummel lavándose el cabello con agua de la llave del lavamanos “yo dudo que el
colorante salga, la verdad” Blaine quiso ser sincero, aunque el ojiverde hacia
berrinche el pelinegro lucia feliz “ahora veo que no se le puede enseñar trucos
nuevos a un perro viejo” dijo el castaño molesto “yo creo que si puedes, pero
no por enseñarle trucos nuevos anulas los que ya se sabia” respondió el
vocalista de los silbadores “si… tienes razón” confirmo Kurt ya mas sereno y
ambos le sonrieron a través del espejo a Dave quien los observaba recargado
contra la pared y les correspondió la
sonrisa, en ese momento los tres supieron que aquello podía funcionar.

Las sabanas estaban
frescas, generaban una sensación agradable contra su piel tibia, era una mañana
perfecta, no predominaba el fio o el calor sino un clima freso y templado, llovió
durante la noche anterior, afuera todo era se hallaba cubierto de rocío, el sol
perdía intensidad tras algunas nubes que lo cubrían aplacando la intensidad de
sus rayos, siempre y cuando no lloviera de nuevo seria un día apto para salir
sin el auto. Kurt se estiro entre la tela blanca, dio in bostezó de boca bien
abierta, se trataba de uno de esos días en que la cama te reconforta tanto que
no quieres salir de ella, pero el clima era tan bueno que sabes que seria un de
perdición si no aprovechas andar de paseo desde temprano asta que el sol caiga.
Se giro a su izquierda para abrazar y despertar a Blaine, solo topo su lugar
vacio, no había escuchado roncar a Dave,
se seguro tampoco se encontraba en la cama, lo busco con puro tacto, su mirada
la centro en el techo, con la mano descubrió que Karofsky no lo acompañaba
tampoco “que raro…usualmente no despiertan hasta que yo rocío agua en sus
rostros con mi atomizador para el cabello” si bien le extraño que madrugaran no
le preocupo realmente. Desperezó su cuerpo y dejo la cama, se puso un par de pantuflas
para dirigirse a la planta baja.





Una conversación se
entablaba en la cocina, no fue difícil que reconociera las voces, solo podría tratarse
de los otros dos chicos. Tubo la ilusión de que despertaron tan temprano con la
intención de prepararle el desayuno y quizá incluso llevárselo hasta la cama,
eso seria tan dulce por parte de sus par de enamorados “Dave, Blaine… son un
encanto” entro a la cocina con ese sueño romántico en la cabeza mas se topo con
algo que no asemejaba en la mas mínimo a lo que Hummel se esperanzaba, era una
escena completamente diferente y podría considerarse bizarra; Dave y Blaine,
parados ante la estufa, ninguno portaba camisa, cada uno sostenía sobre el fue
de la estufa una sartén con una cantidad poco recomendada de aceite, cada uno
se disponía a soltar tocino en su respectivo sartén.





“cof cof” el ojiverde
tocio solo para captar su atención, cumplido ese cometido prosiguió con las
averiguaciones “ah…¿Qué se supone que están haciendo?” la expresión en su
rostro dejaba claro que no le gustaba lo que veía. Dave respondió con un tono
lleno de alegría, como un niño que saco 10 en matemáticas “¡competimos!” Kurt
solo frunció el entrecejo pues no entendió “¡si! ¡Acabamos de inventar un nuevo
deporte EXTTEMO!”continuo Blaine con una de esas enormes sonrisas que tanto lo
identifican, el castaño aun no lograba atar cabos y comprender de que hablaban
“sean mas específicos…¿deporte EXTREMO?” pidió Hummel cambien poniendo énfasis
en esa ultima palabra “así es, freír cosas sin camisa” preciso Karofsky y tanto
el como el pelinegro sonrieron para el menor, Kurt se vio tentado a discutir
pero se contuvo y solo dejo un suspiro escapar, ya estaba acostumbrado a las
ideas raras que eran capases de formular en unidad el pelinegro y el
deportista, se sobo las sienes como si
sufriera dolor de cabeza “no tengo a dos hombres..tengo a dos niños” se dio la vuelta y salio de la cocina en busca
de pomada para tratar las quemaduras en la piel, entonces escucho el sonido que
hace el aceite al brincar y a los dos mayores pegar un grito en el cielo, el
hermoso joven no podo evitar preguntarse ¿Quién ganaba ese juego?... ¿el que se
quemara mas? ¿el que soportara freír mas tocino? ¿el que gritara mas fuerte? Si
se basaban en esta ultima categoría para definir al ganador a Kurt le parecía
un empate.

La semana había transcurrido
lenta y pesada, le faltaba dormir debidamente, hacia unos deas que un despiadado
dolor de cuello no paraba de atormentarlo, un poco mas y se volvía tan insoportable
como una torticolis, un fuerte dolor de cabeza que ningún analgésico detenía lo
acompañaba a sol y a sombre, claros síntomas de estrés, probablemente por que
la vida de *gay declarado* que se decidió a tomar no resultaba sencilla y tan
solo por la repartición social en Mckenly sino también el echo de que Kurt y
Blaine últimamente parecían dos señoritas a la mitad de su *periodo*, ante la
mas minima de las provocaciones, como podría serlo desde beber un jugo ajeno hasta tomar una
prenda de ropa que no te pertenecía, llevaba al ojiverde y al pelinegro a
estallar y convertir algo tan simple como haberse puesto por casualidad una
camisa del mismo color en una lucha sangrienta por quien debía ir y cambiarla.
Englobando todo lo anterior, Dave había entrado en un estado de estrés e
irritabilidad desmesurados, comprobando así que ver en la escuela a una persona
no es lo mismo que levantarte, desayunar, comer, cenar y dormir con ella para
repetir justo lo mismo el día siguiente.





Hay estaba, aun paso
de entrar en la sala, escuchando como Kurt y Blaine se lanzaban insultos muy
rosas, por lo que Dave lograba entender peleaban por la pertenencia de una
bufanda tejida multicolor, *bien maricosa* en el idioma Karofskyano. Ninguno quería
soltarla, cada uno afirmaba ser el dueño, Dave se froto las sienes, aquel harbullo
no ayudaba en nada para apaciguar su dolor de cabeza, la cual paresia querer
estallar, la pelea le paresia de los mas absurda y decenas similares a esa se venían
repitiendo desde días atrás, lo que resultaba triste era que de alguna manera
lograban inmiscuir al jugador en ella, poniéndolo entre la espada y la pared,
resultaba tan injusto que lo obligaran a elegir, si se decidía a apoyar a uno
le llovían reproches de otro y si optaba por mantenerse neutro se lo tragaban
de coraje entre ambos, en resumen; acababan por desquitarse con el y el solo correspondía
con silencio, para cuando la disputa alcanzaba su fin, Kurt y Blaine se
adoraban de nuevo, nada paresia haber pasado en ellos pero dejaban a un Dave
dolido con el rabo entre las patas tras haber pagado una cuenta de algo que el
no se comió.





“¡¿verdad que es mía!?”
el castaño camino asta Karofsky sosteniendo un extremo de la bufanda
arrastrando con ella a Blaine pues ninguno la soltaría “¡no es verdad, Kurt!
Dave me la regalo” protesto el moreno “¿cierto Dave? díselo” ordeno Blaine
“¡que me la regalo a mi!” dijo en tono mas alto Kurt ya un poco frustrado, Dave
solo se echaba hacia atrás sin saber que decir, estaba deseando huir pero fue
acorralado contra un pared “ah…miren…no se de quien sea eso…le di una a cada
uno ¿Cómo saber de quien es esa?” el jugador era pésimo en la selección de
regalos así que cuando Kurt reacciono bien ante el obsequio le compro lo mismo
al pelinegro, por lo menos a el le pareció algo muy practico y sin embargo los
otros dos lo miraban como si hubiera cometido el peor y mas ruin crimen del
mundo “¡¿nos regalaste lo mismo?! Reclamaron en coro, Dave supo entonces que su
ira se volcaría sobre el “no fue de mala fe…yo…yo solo” tartamudeaba un poco y es
que o se portaba sumiso o los mataba, no había términos medios en el “¿pero en
que pensabas?” “¡que idea tan brillante!” “¿a quien se le ocurre semejante
barbaridad?” con tanto comentario irónico e hiriente ¿Cómo no deprimirse?
Hummel y Anderson contaban con una autoestima adecuada pero la de Karofsky era
algo baja e insegura, esos comentarios tomaban el triple de fuerza, los miraba
entre dolido y molesto, apretaba ligeramente los puños “¿a cuerpo grande poco
cerebro?” Kurt no midió sus palabras y de inmediato se arrepintió, ni Bliane
pudo evitar mirarle sorprendido.





No perdonaría
aquello, pensó que los días en que el trinero y el tenor lo miraban como un grandulón
bruto y agresivo habían terminado, podía estar seguro ahora de que no era así,
empujo muy ligeramente a ambos para abrirse paso “ya cállense” no había as dolor en la mirada del grandote,
solo enojo, habían arrebozado la raya de su tolerancia, los otros pudieron percibirlo
y tenían la impresión de que se avecinaba una tormenta “me tienen arto, no
tengo la necesidad de quedarme a lidiar con sus insultos y complejo de
superioridad” se movió hasta el recibidor y tomo su chamarra “si no son capaces
de verme de una forma diferente…no tengo nada que hacer aquí” a cierto grado
lucia sereno, se coloco la chamarra y copio sus llaves “veo que desde el inicio
fui yo quien estuvo de mas, jamás debí interferir…nunca debí creer en ustedes”
de verdad que sentía lo que decía, cuando jamás se tubo nada no duele, pero cuando se ha ganado tanto, si duele
perderlo todo.





Kurt se sintió pésimo,
son esas el tipo de cosas que suceden si hablas estando molesto y no lo piensas
dos veces antes de abrir tu gran bocota, quiso disculparse de inmediato y
suplicarle a Dave que se quedara cuando lo vio abrir la puerta, pero Blaine lo detuvo,
la puerta se azoto al cerrarse y la figura de Karofsky desapareció tras ella
“¿Por qué no me dejaste detenerlo?” pregunto el castaño a una corta distancia
de llorar y sosteniéndose del ojimiel “esta molesto... lo único que vamos a
lograr es irritarlo mas, vamos a dejarlo desintoxicarse de esto y cuando las
cosas se calmen iremos los dos juntos a buscarlo” propuso Blaine y sus palabras
sonaban lógicas, la idea sonaba factible, el moreno abrazo a Kurt a modo de
consuelo, trataba de verse fuerte, a el también le angustiaba la ausencia de
Dave “todo saldrá va a salir bien” prometió el pelinegro añorando que fuera de
ese modo.





Los días posteriores
asemejaron meses para Karofsky, se adapto a la vida que compartía Hummel y
Anderson, a su constante compañía y raras manías de cada individuo, estar de
regreso en casa de sus padres lo desorientaba, no entendía en que momento los
videojuegos dejaron de ser divertidos, por que su cuarto parecía tan vacio si
solo se había llevado su ropa y un par de cosillas al departamento en que vivía
con su par de “novias”, ¡como le gustaba llamarles de esa forma! No comprendía
tampoco por que el aire estaba tan viciado aun con la ventana abierta, no se
trataba de otra cosa más que la desesperación y la intensa necesidad de ver al narizón
y el enano. Era domingo por la tarde, el lunes, quisiera o no, se cruzaría con
Kurt en la escuela y que caería rendido a sus pies besando sus finas y
lustrosas botas caras de una marca que el no podía siquiera pronunciar, resoplo
molesto al pensarlo, asta que ese momento llegara debía distraerse con algo.
Paseaba entre los estantes de una gran tienda de discos, habrían transcurrido
unos veinte minutos desde que empezó la búsqueda del álbum para estar al
corriente de su banda favorita, por mas que escarbaba entre disco y disco de estante
en estante no hallaba con el que deseaba, comenzaba a disgustarse y estaba por
abandonar el local en el momento en que alguien lo llamo, vio de quien se
trataba, era un joven tan atractivo que al instante capto toda su atención, de
buena estatura pero que no alcanzaba al jugador, a Dave le pareció jamás haber
visto unos ojos azules tan intensos y radiantes, tenia un físico que le paresia
sexy y una cabellera rubia bien risada. El deportista de Mckenly sonrió como estúpido
y se le quedo mirando enmalezado como Homero Simpson a una Dona rellena, por lo
menos así de apetecible hallo Dave al joven frente a el. Con tan poco
discreción, el chico que por el gafete en su suéter parecía ser empleado de la
tienda, lo noto, se lo estaban tragando con solo la mirada “¿hay algo en que te
pueda ayudar?” pregunto ya por fin el rubio con una clara expresión en el
rostro de que se tragaba la risa, Dave deseó ser tragado por la tierra en ese
preciso instante ¿de cuando a acá desvestía a otros varones con la mirada?
“am…de echo si…” se fijo rápidamente en el nombre que venía escrito en el
gafete del rubio “Jeremiah, ahí un disco que logro encontrar ¿puedes
asesorarme?” Karofsky quería su disco tanto como seguir paseando la vista sobre
el otro joven quien ahora le mostraba una risa encantadora, fue la primera ves,
después de su discusión con el trinero y el ojiverde, que se sintió tranquilo
“claro, sígueme, revisare directamente en el catalogo del sistema si lo tengo
en existencia” antes de que el de cabellera rubia se dirigiera al mostrador el
jugador creyó ver en el una sonrisa algo diferente, no quiso creerlo al inicio
pero asi paresa ser, el entró le sonrió coqueteándole, mientras seguía al rubio
hacia el mostrador que estaba ubicado mas al fondo de la tienda Dave juraba que
el muñeco jugaba en su mismo equipo y se daría a la tarea de descubrirlo.

El disco no parecía estar, se cercioró checando cada
catalogo dos veces pero no aparecía, sin descuidar la búsqueda miraba a Dave de
vez en cuando, estaba por golpearse la cabeza contra el mostrador al no ser
capaz de resistirse a las miradas y sonrisas que el otro joven le ofrecía. Lo
encontraba atractivo, le gustaban los hombres fuertes y grandes y en definitiva
ese cliente lo era, le llenaba el ojo, no como el pequeño cantante de Dalton,
por Blaine sentía aprecio, llego incluso a llamar su atención, era solo que el
rubio necesitaba unos centímetros mas de amor
“hmmmm….la mala noticia es que no lo tengo en existencia en la tienda”
dijo un tanto desanimado “pero…si lo pagas por adelantado puedo encargarlo y
estará aquí en tres o cinco días” sonreía poniendo la cortesía y educación como
pretexto cuando en realidad todo lo que deseaba era agradarle al jugador.


“¡por supuesto! ¿Cuánto te debería?” saco al instante
su artera del bolcillo trasero del pantalón,
caminando dos cuadras mas al sur encontraría otra tienda de discos donde de
seguro lo tendrían, pero era aquello el perfecto pretexto para regresar y
deleitarse la pupila de nueva cuenta “veintiuno con cincuenta, por favor”
contesto Jeremiah y tomo enseguida el dinero de la mano de Karofsky, se aseguro
de rozar sus dedos con la mano de Dave y este
ponía cara de tonto ante esas insinuaciones. El toqueteo y demás juegos debió llegar a su
fin cuando la transacción fue terminada “fue un placer atenderte, ya solo
tomare sus datos y podrá retirarse” comento el rubio sacando un bolígrafo y una
especie de recibo, el jugador espero paciente a ser cuestionado “su nombre
completo” comenzó el rubio “David Ryan Karofsky” respondió y una lluvia de
pregustas se le vino encima “numero telefónico, por favor” “¿celular o fijo?”
“ambos, de preferencia” “ah…es 36015480 y 3310823021” “correo
electrónico” “claro, [email=osito_cari%C3%B1osito@hotmail.com]osito_cariñosito@hotmail.com[/email]” “Twitter” pidió Jere y al jugador la
extraño un poco “Dave111…” “Facebook” Dave sin mas alzo una ceja “¿necesitas
toda esa información? ” “políticas de la empresa” contesto secamente el
empleado de la tienda.





En tanto el otro
terminaba de apuntar los datos recabados, el castaño estaba que se le colgaba
de una pierna como niño chiquito pues no quería marcharse, montaría una casa de
acampar en el centro del lugar y encendería una fogata con discos de High
school musical, se quedaría a vivis ahí
para ver a Jeremiah y comería de lo que robara de las valijas de los clientes,
estaba decidido que no pondría un pie fuera de ese establecimiento, arreglaba
los últimos detalles de aquel plan sumamente extremista cuando otro empleado
paso tras el ojiazul palmeándole la espalda “Jere, en diez minutos es tu turno
para comer” el rubio lo miro desinteresado “no podre ir a comer, olvide mi
cartera en casa, así que puede ir otro” el de ojos cafés escuchaba atento, era
su oportunidad de atacar, ahora o nunca se dijo a si mismo, ser cobarde no le
funciono antes ¿por qué funcionaria ahora? “yo te invito” soltó nervioso tan
golpeado que sorprendió al rubio quien se le quedo viendo atónitos por unos instantes,
a continuación sonrió coqueto “¿eso es una cita?” cuestiono Jere tan lento que
casi deletreaba las palabras, Karofsky sobre reaccionó poniéndose algo
histérico y ansioso, era como ver al tren venir a ti y haberte apendejado tanto
que no atinas a salir de las vías “ah…bueno; no, digo ¡si!” jejejeje…” estilaba
vergüenza y estaba colorado, a ricitos de oro le pareció extraño, aun así
reviso que no hubiera testigos mirando, hablo un poco mas bajo de lo normal “en
el bar de la 5ta y Redfiel…te veo ahí en unos dies minutos” le puso el recibo
en la mano rozando otra vez sus dedos con los de el, se dio la vuelta quitado
de la pena abandonando el mostrador...y
a Dave.





Al jugador le
tomo aun un par de segundos reaccionar, sacudió la cabeza, se dirigió a la salida un tanto aturdido por
todo lo que le invadía la cabeza; preguntas, fantasías, anhelos, discos y
lentes a su paso, una pobre niña que no entro en el rango de visión de karofsky
fue arrollada y el castaño ni siquiera no noto. Al salir rodeo la manzana, que
por cierto era demasiado larga, el bar se ubicaba en las calles a espalda de la
tienda de discos, caminaba a pasos largos y rápido, se pasaba una mano por el
cabello como peinándolo, moría de emoción,
el corazón le latía fuerte, cuando llego a la perta del bar busco al
rubio en los alrededores, Jeremiah no aparecía por lo que tuvo tiempo de
aclarar su mente, lo más probable era que amaba a su par de *lloronas*, lo que
el rubio provocaba era sanar su autoestima tan dañada, saber que tenia la
posibilidad de atraer a mas chicos le daba más seguridad y cariño hacia el
mismo. Perdió la mirada en el piso, no porque viera los chicles pegados en el,
meditaba todo aquello, lo trajo a la realidad un ligero toque en el hombro, se
topo con esos hermosos ojos azules, el rubio lo miraba muy de cerca, alcanzaba
a percibir su aroma, casi era capaz de sentir su cuerpo, contuvo el deseo de
abrazarlo “¿todo bien? Tenias cara de estar en otro mundo” bromeo el más bajo y
se encamino a la entrada “anda, no tengo todo el día” Dave apenas pudo
restablecerse y entrar tras él. Jeremiah era veloz, ya estaba sentado
conversando con un mesero, al parecer ya estaba dando su orden, el jugador se
apuro a tomar lugar en la mesa y pidió una hamburguesa, el primero en hablar
cuando el mesero se retiro fue el rubio “ah…Dave ¿cierto?...dime, ¿acostumbras
a invitar la comida a cualquier desconocido?”
Lo miraba con cierta grandeza “no, no, para nada” replico nervioso “¡oh!
¿soy un afortunado entonces?” el chico de de melena risada calculaba a Dave, le
estaba tomando la medida, le había gustado, se acercaba al tipo de hombre que
el deseaba, no como el pelinegro, no podía decir que jamás le gusto Blaine pero
era demasiado caballeroso y formal para su agrado y era menor de edad “si,
digamos que corriste con suerte” dijo Karofsky y se miraron fijamente, el
ojiazul alzo ambas cejas, su acompañante había cambiado de actitud
repentinamente, ahora era capaz de sostenerle la mirada, no era tan manipulable
como lucia, supuso que la timidez del hombre al otro lado de la mesa tenía un límite,
interesante.


Cruzo los brazos
en su asiento, no dejaba de probarlo con la mirada, se convenció de que no le
serviría aturdirse y ser cohibido, se hacía ver como tonto, el güero lucia
astuto, debería serlo el también “deberíamos conversar en lo que traen la
comida” ofreció el rubio “claro” respondió
el otro y busco rápidamente un tema
ligero de conversación “¿llevas mucho tiempo trabajando en ese lugar?” en
efecto comenzó con algo simple “relativamente…la verdad trabajaba en GAP hasta
hace poco” junto con lo dicho puso cara de incomodidad “¿GAP? ¿Por qué lo
dejaste? Me parece un buen lugar” el jugador sintió curiosidad “no lo deje, me
despidieron” resoplo a estallar de molesto acrecentando la curiosidad de
Karofsky “¡¿oh si?! ¿Qué sucedió?” podía apostar a que le contaría todo,
el ojiazul no ocultaba cuanto deseaba sacar toda su incomodidad a pasear “¡arg!
Pues yo era un trabajador feliz de GAP, que vestía muuuuy bien gracias a sus
descuentos para empleados hasta que un sujeto tubo la brillante idea de
declararme sus “sentimiento” mediante una canción que interpreto al lado de su
escolta vestida con uniforma gay…logrando que me despidieran” Dave puso cara de
quien vio al mismo diablo desde que escucho la palabra *canción* y la transformó
en cara de *shit* ante lo de *uniforme gay* “de casualidad… ¿no es un tipo como
de un metro de estatura, piel morena, cabellera negra, con una sonrisa mas
macabra que la del Wason?” el pobre Jeremiah se sorprendió “¿lo…lo conoces?”
pregunto “no, no lo conozco…lo acabo de inventar ¿acerté?” disimulo el grandote
“jajaja ¡si! Justo así es…pero no niego que canta bien” Le causo bastante risa
“jajaja ¿en serio? Je…que cosas” le siguió la corriente al otro “¡si!
Necesitaba un banquito para alcanzar las alacenas” las risas siguieron “¡no,no!
Lo necesitaba hasta para lavarse los dientes” ambos reían al grado que la gente
a su alrededor los miraba. Por mas que Dave se burlara siempre de la estatura
del moreno en realidad así lo quería, tanto Kurt como Blaine le parecían
perfectos así como eran, que lastima que ellos no opinaran de la misma de él y
le replicaran hasta el más mínimo defecto.




El tiempo corrió,
no entendían como pero la charla se tornaba
mas y mas amena, más interesante y en algún momento…más profunda, las palabras
fluían solas, era como si se conocieran de años, un rencuentro con un viejo
buen amigo de la infancia, los secretos y detalles se revelaban, no necesitaban
preguntar directamente al otro si era gay, estaba más claro que el agua las
intenciones que ambos tenían y a ninguno le importo que el otro lo supiera. Los platos se encontraban vacios ya, el mayor
hablaba sobre la universidad cuando coloco la mano al centro de la mesa, Dave
la miro, sintió ansias en su mano
propia, durante los minutos siguientes la fue acercando a la del rubio, espero
a verlo lo bastante distraído y la tomo, Jeremiah callo al instante, se miraron
fijamente, Karofsky no lograba descifrar
la mirada del ojiazul ¿lo había arruinado? Cada segundo en silencio se
tornaba mas incomodo, para buena suerte
del deportista su acompañante retomo la plática
de forma natural y no solto el agarre de su mano, el manor se derritió ante
eso, su corazón se encogió pero de alegría, las personas ya no lo rechazaban
como en el pasado, y no era cualquier persona, era alguien que lo conquisto al
instante. Esa tarde no regresaría a casa de inmediato, lo escoltaría a la
tienda y aguardaría a que concluyera su turno laboral, se sintió con tantos ánimos
fuera de lo normal, fuerte, atractivo, poder sujetar su suave y grácil mano le hacía
sentir que el mundo era suyo y deseaba que Jeremiah también lo fuera.

Llego el lunes y para Dave no fue molesto toparse a Kurt en
la escuela, en un principio no se dirigieron la palabra, el más alto porque continuaba
herido y el más bajo por vergüenza, el día miércoles, al fin, el ojiverde tomo
valor para conversar con Karofsky
“entonces… ¿te parece bien mañana a las seis?” “en el café ¿cierto?”
“si” “de acuerdo” “Blaine y yo te estaremos esperando” Dave se retiró a clases, el otro no tuvo más
que hacer lo mismo pero esta ocasión más tranquilo, ya tenía con Dave una cita
para apaciguar las cosas.


Kurt miraba impaciente su reloj, las manecillas apenas si
marcaban las seis horas y ocho minutos, y él ya estaba que quería correr en
círculos gritando como nena que Dave los había dejado más bien plantados que
una secoya “Kurt, cálmate…son solo unos minutos de retraso” Blaine trato de
tranquilizarlo “¿y si no viene? ¿No vendrá verdad?” cuestionaba Kurt con los
nervios a flor de piel, le causaba algo de gracia al moreno “vendrá, dijo que
lo haría” el castaño no entendía como era que el ojimiel estaba tan tranquilo,
muy a pesar de que Kurt no se diera cuenta Anderson si extrañaba a Karofsky,
solo era bueno disimulando, también ayudaba el hecho de que el moreno estaba
tan seguro de que Dave volvería como de que por las mañanas sale el sol. El
ausente no tardó en llegar, el ojiverde se llenó de alivio al verlo, sonrió inconscientemente,
tampoco deseaba ocultar su alegría así que no importaba, el recién llegado dio las
debidas disculpas por el retraso y se sentó con ellos. Todo empezó bien, los dos cantantes brillaban de felicidad, le
habían pedido perdón y cada uno le recitó al deportista el discurso cursi y
tierno que se acostumbra en esas situaciones, ambos habían aprendido la
lección, Dave por su parte permaneció algo callado, un tanto distante, no bebía
siquiera de su vaso de café, acepto de buena manera sus disculpas, percibía que
eran totalmente sinceros “bien… ¿y cuando vuelves a casa?” Pregunto Hummel creyendo todo solucionado e
impaciente por tenerlo de regreso, si no había tres dentro de ese departamento
no se le podía llamar hogar.


El tenor y el trinero esperaban la respuesta de Karofsky,
pero este les dio unos eternos segundos de silencio, cuando decidió hablar no
fue para hacerlos felices “¿Cuándo dije que regresaría?” se sintió un poco mal
por como lo dijo, pero jamás igual de mal que los otros dos, sin quererlo se
estaba ensañando “¿q-que?” pregunto Kurt que no entendía, Blaine solo lo miro
“miren…están perdonados” lo diría de la mejor manera posible “no hay rencores,
los ame, aun lo hago” no mentía, aunque sonara a que solo quería quedar bien
con ellos no era así “pero me he dado cuenta que…que no funciona, quizá estén
mejor sin mi” en muchas ocasiones se sintió incomodo por las actitudes de ellos
dos “¡claro que no estaremos mejor sin ti! ¿Qué cosas dices?” Kurt se dejó
alterar muy rápido, le temblaron los labios al hablar, Blaine parecía solo no
saber qué decir, puso las manos sobre los hombros del castaño para que se
relajara, intento decir algo también “Dave…estoy consciente de que no fuimos
justos contigo, pero no es necesario llegar a esos extremos, mira…solo regresa
a casa, solucionaremos las cosas sobre la marcha, ya veras que las cosas pueden
mejorar” fue lo único que se le ocurrió para persuadirlo, por supuesto sin
llegar a verse rogón “voy a ser sincero con ambos” el golpe más fuerte de Karofsky
apenas llegaba “creo que conocí a alguien…y me daré la oportunidad de dejar que
el me conozca a mi” se puso de pie y tomo su mochila, sabía que al no conocer
su pasado, el archivo de Dave en el cerebro de Jeremiah estaba limpio y no
predispuesto a considerarlo bruto, con él podía empezar de cero. Kurt se puso
de pie “no te vayas…” ni él ni Blaine procesaban que hubiera *alguien más*
¿Cuándo paso? ¿tan pronto?, el ojiverde hubiera reventado a llorar, sentía en
el estómago mariposas, pero no como cuando estás enamorado, esta vez las
acompañaba una sensación de vacío que le provocaba nauseas, necesitaba ir al
baño y vomitar más su cuerpo estaba tan rígido que no era capaz de moverse un
centímetro de su lugar.


Blaine sujetaba a Kurt, también tieso como roca, se le
hallaba entre sorprendido, confundido, incrédulo, todo menos triste, al moreno
no parecía afligirle realmente, eso supuso Dave y de alguna forma le dolió,
pero no tenía caso preocuparse por algo que en delante formaría parte de su
pasado “de verdad lo siento…debo…debo irme” tartamudeaba un poco, después de
todo le dolía despedirse de ellos, se fue hacia la puerta sin mirar atrás, aun
los amaba, no deseaba verlos, al llagar a la salida ya escuchaba a Kurt llorar,
se negó a voltear ¿Por qué se marchaba si se le estrujaba el corazón al
hacerlo? ¿Estaba solo siendo terco? Ni para que meditar, ya había jalado cartas
y le quedaba jugar con la mano que le toco.


“shuuuu shuuu Kurt, no llores, cálmate, no sigas llorando,
estaremos bien, nos tenemos el uno al otro, no estamos solo…yo voy a cuidarte”
el ojimiel no encontraba palabras adecuadas para darle algo de paz, lo abrazo
fuerte, tanto como le fue posible y sobaba su espalda con dulzura, no paraba de
ver de reojo como el jugador se marchaba, Dave no se había tentado el corazón
para dejarlos, aunque… ¿se lo merecían?





La culpa y nostalgia le picaban la conciencia constantemente
a Karofsky, o por lo menos así fue hasta el día viernes, ese día estaba frente
a él; el mejor de los remedios y el peor de loa males “tengo una cita con dios
a las cinco cincuenta y el diablo me espera en la esquina diez para las seis”
canturreo contento al llegar con el rubio “soy mezcla del diablo y del dios
cuando planto un beso” le respondió Jeremiah dándose la oportunidad de ser
vanidoso, Dave le subía el autoestima, lo abrazo con ambos brazos rodeándole el
cuello “¿A dónde me llevaras hoy?” se miraban a los ojos, desde que se conocieron
unos pocos días atrás el castaño insistió en recogerlo cada tarde al salir del
trabajo, tras convivir un poco supieron que se podrían llevar de maravilla,
pasaban horas hablando sobre la bobada más simple y trillada hasta lo más
profundo en sus mentes, había química. Dave lo tomo de la cintura atrayéndolo hacia
el, lo beso suave en los labios, Jere era un poco más alto que Kurt, lo veía
como la sensual rubia alta, *su rubia*, que no se enterara de qué manera le
llamaba pues el ojiazul lo mataría “ a
donde tú quieras…pero me agradaría beber un poco” el güero acepto su beso y
reviso mentalmente sus opciones de lugares para beber, no sabía que Dave era
menor de edad “ah…¿qué te parece mi casa?” se sintió timidez en sus palabras “
de esa manera si nos emborrachamos no aremos un ridículo en plena vía publica”
la idea a Dave sonó ideal, y no solo porque
no tendría que conducir mareado a casa, también por que le dio
curiosidad si con alcohol en las venas Jeremy se volvía mas cooperativo y se
dejaba *tocar*, sobrio demostró ser más decente y cohibido de lo que aparentaba,
apenas si se habían besado de rose de labios, bueno, ya en sí mismos los labios
del rubio sabias a gloria.





No se discutió para nada, en menos de veinte minutos estaban
subiendo las escaleras para llegar al departamento de Jere, este último se adelantó
y abrió la puerta, permitió que Dave entrara primero, el cerro la puerta
estando ambos dentro “siéntete cómodo, mi casa es tu casa” el anfitrión se movió
directo al refrigerador a sacar cervezas, también un jugo de naranja y metió un
sobre de palomita al horno microondas “tengo vino y vodka ¿Qué se te antoja más?”
le mostro una botella de cada uno “lo que tu decidas estará bien” el pobre
menor (es menor que Jere XD) tenía miedo hasta de moverse, jamás había topado
con algo así, el lugar era más blanco que la Antártida, tan blanco que no
diferenciaba donde terminaba el piso lustroso y comenzaba la pared, los
descoloridos muebles lucían muy limpios, los ornamentos y portarretratos en los
estantes eran contados y en tonos hueso, grises o metálicos, paso saliva, tenía
con la preocupación de que al caminar manchara el piso con los zapatos “¿sucede
algo, Dave?” cuestiono el güero al verlo tan estático, entonces creyó entender
lo que pasaba “puedes tomar unas de mis pantuflas” le sonrió y le señalo un
pequeño mueble en la entrada en el que descansaban diversos tipos de calzado
“me quedarían pequeñas…y ¿si me ando descalzo?” el piso se veía más limpio que
sus calcetines así que no se ensuciarían “me parece bien” rio un poco y se quitó
los zapatos para hacerle segunda a su *nueva pareja*, no recordaba la última
vez que beso a alguien antes de Karofsky, este se acercaba a él un tanto
cohibido y distraído, parecía como si el jugador pensara que podría derribar
todo a su paso, el de cabellos rizados entrecerró los ojos y miro a su invitado
como si estuviera hipnotizado, era tan grande y tan dulce al mismo tiempo, dejo
las botellas de lado sobre la barra blanca de la cocina y fue hasta él, lo sujetó
de la camisa y se alzó para besarlo, eso tomo a Dave por sorpresa, dio un par
de pasos atrás pero sujetando al rubio por la cadera, un paso en falso y cayeron
juntos sobre la alfombra de la sala, Jeremy sobré Dave, el cuestión de nada se
olvidaron de beber, comenzaron a besarse de manera intensa, queriendo devorar
ambos los labios de su contrincante, por fin Dave conocía la lengua del otro,
Jeremiah insistía especialmente en morder los labios de grandote y este no
logro quedarse quieto, dibujo la silueta del rubio con sus dos manos, gozaba
del aliento del chico, de su suavidad, de sus curvas, al momento todo les
gustaba, el ex empleado de Gap estaba más interesado en los labios y cuello del
deportista que en el resto del cuerpo, Karofsky si tocaba lugares cada vez más
prohibidos, buscaba escucharlo gemir, dio la vuelta invirtiendo lugares,
dejando debajo al rubio, se rozó entre sus piernas y fue cuando consiguió que
el otro suspirara.





En *casa*, Kurt cocinaba como desquiciado, sin darse
descanso, Blaine sobreentendía aquello como una manera de distracción, el
moreno entro a la cocina, el castaño lloraba tratando de abrir un frasco de
aceitunas “no llores, es solo un frasco” no tenía idea de que el ojiverde
llevaba unos quince minutos intentando separar la tapa del resto del frasco “ a
ver…yo lo hago” le quito su frustración de entre las manos y beso su frente
“déjamelo a mí” se escuchó confiado, Kurt se secó las lágrimas con las mangas
de la camisa y se sobo un brazo viendo si Blaine lo destapaba “mira…es cosa de
darle unos golpecitos a la tapa, no necesitas a Dave para estas cosas” lo que
dijo lo hiso, golpeo el borde de la tapa contra la mesa e intento abrirlo…nada,
la tapa no cedió, eso lo disgusto, fue al fregador quedando de espaldas al
castaño quien permanecía en silencio “bueno..jeje..eso no funciono” reía
nervioso “pero con algo de agua caliente se abrirá” puso el frasco directo bajo
el chorro de agua caliente, espero un poco y trato de nuevo, otra vez no lo
logro, casi enfurece, intento por tercera vez, comenzaba a ponerse muy tenso y
Hummel lo noto “de-dejalo así…” se acercó
al moreno “¡no! Claro que puedo, solo…es solo que…” el moreno se alejó dándole
la espalda, luchaba contra el frasco y la tapa “en verdad Blaine…no importa” no
deseaba que el ojimiel se obsesionara “ ¡Qué si puedo!” estaba lo que parecía
ser enojado. El tenor suspiraba conteniéndose de llagar a las lágrimas y veía
la espalda de Anderson, se encogía sabiendo que no lo abriría “si…su pu-puedo”
la voz del pelinegro se quebraba, dejo de intentar para empezar a temblar, Kurt
fue a él para hacerlo soltar el frasco pero lo aferraba con fuerza, Blaine
lloraba abundantemente, Kurt por fin le
arrebato el endemoniado contenedor de vidrio y junto sus frentes “también yo lo
extraño” susurro muy suave, sentía el compulsivo temblar del ojimiel, le secaba
las lágrimas pero nuevas seguían saliendo, ahora le dejaba ver que necesitaba a
Dave igual que el castaño “lo recuperaremos…algo me lo dice” dijo Kurt y miraba
el frasco con desprecio, de momento lo odiaba, se quedaron abrazados, se
necesitaban el uno al otro tanto como al jugador.

El escultor

-Cuénteme los detalles… - Exigí al policía local mientras subíamos las escaleras rumbo al departamento de la víctima.
-Los vecinos notaron la desaparición de la chica una semana después del delito. Un olor fétido invadió todo el piso. Fue entonces cuando una vecina, que tenía una llave de repuesto que ella misma le había entregado, entró a su departamento y la descubrió.- Respondió y después añadió un tanto nervioso. – Es mejor que usted misma vea a la victima, jamás había visto algo tan impactante…
En mi interior hubiera querido decir lo mismo, pero yo sabía bien que años en este oficio me habían vuelto un tanto fría ante todo tipo de escenas, que personas comunes ni siquiera se atreven a imaginar. Aunque… la verdad… Por la noche todas esas escenas vuelven a mi mente y comienzo a ahogar gritos en mi almohada.
-¿Es en este lugar?- Le pregunté.
-Así es detective Victoria. – Dijo mientras retiraba la cinta restrictiva que resguardaba el área, para abrirnos paso.
Al entrar el olor penetró en mi nariz de golpe, obligándome a llevar mi mano izquierda a mi rostro; busqué en mis bolsillos por un pañuelo, cubrí mi nariz y boca con el mismo, pero el horrible olor aun seguía… Olía a carne… a carne putrefacta. A partir de ese olor mi mente se dispuso a sí misma para una noche más de imágenes inolvidables.
El policía, que había cubierto la parte inferior de su rostro con su chaqueta, señaló a la chica, y después volteo su mirada hacia mí. Sus ojos parecían querer escapar de tan horripilante imagen… y no era para menos. Una chica de unos diecinueve años de edad estaba literalmente incrustada en la pared. Los brazos estaban abiertos y en cada muñeca se encontraba encajada una alcayata que la sostenía a la pared; las piernas estaban en posición vertical, cubiertas por una sábana blanca manchada de sangre y sus pies desnudos estaban unidos por una tercera alcayata. En un costado de su torso desnudo estaba clavada una improvisada estaca de madera y en su cabeza tenia puesta una especie de corona hecha con un alambre de púas. En la pared estaba escrito algo con sangre… Decía “Crucifixión de Jesucristo”.
-Un extremista religioso- fue lo primero que dije, aunque en realidad en el fondo yo sabía que éste no sería tan sencillo de atrapar como los demás.
- Dejó un recado - Dijo el policía, señalando la pared que se encontraba a nuestra derecha.

La primera vez fue la más difícil. A ella la conocía desde hace tiempo… Era una conocida mía de la infancia, recuerdo que solíamos jugar juntos por largo tiempo. Siempre me gustó verla correr y que su precioso cabello se moviera con el viento. Fue mucha suerte haberla encontrado esa tarde en la agitada ciudad. Ella caminaba en dirección contraria mía y yo la reconocí a distancia.
-¡Hola! ¡Cuánto tiempo!- Me dijo ella en cuanto me reconoció.
-Demasiado, diría yo – Dije, fascinado al verla sonreír; en ese momento supe que ella seria la más indicada para semejante obra de arte.
-No sabes cuantas ganas tengo de charlar contigo, pero, voy tarde para ir a trabajar… ¿Cómo le haremos…? – Parecía esforzarse para hallar una solución. Entonces le dije.
-¿Por qué no te doy mi número telefónico?, así me llamas para poder ir a charlar a algún lugar… Aunque la verdad es que no me gusta ir a lugares públicos… -Le dije mientras ella esbozaba una sonrisa.


-¿Qué te parece si hablamos en mi departamento? No es muy amplio, pero sí bastante cómodo.
- De acuerdo… ¿por qué no me llamas mañana?, a las ocho estaría bastante bien ¿qué te parece? – Dije y un segundo después comencé a anotar mi número telefónico en un papel.
-Bien, entonces, nos veremos mañana. – Dijo mientras me daba un beso en mi mejilla. Mi corazón se lleno de júbilo… y a la vez… miedo.
Una hora antes de que mi teléfono sonara estaba inquieto, veía entusiasmado todos los recortes que estaban en mi pared… cada obra hermosa, tan llena de vida y a la vez tan careciente de espíritu.
Sonó el teléfono, el sonido del timbre se filtro por mis oídos, y se deslizó por todo mi cuerpo hasta llegar a mi mano, que presionó la jeringa. El liquido transparente llenó mi ser de un éxtasis que debía perdurar hasta el momento de estar a su lado… las acciones que estaba a punto de cometer llenaban mi corazón de dudas, pero ahora sería mucho más sencillo.
En poco tiempo mi puño tocaba la puerta de su departamento, aquel edificio de paredes grises hacía que el intervalo de tiempo que existía entre cada golpe durara una eternidad. Por fin mis ansiedades terminaron en el momento que ella abrió la puerta y me recibía con una hermosa sonrisa. Cuando entré, el olor a comida dominaba el ambiente. El tiempo parecía alentarse mientras ella ordenaba los platos. Al momento en que ella con su delicada mano izquierda puso el último vaso sobre la mesa, yo la miré a los ojos y la golpee en el rostro con todas mis fuerzas.
Estaba tendida en el suelo, así que aproveche su inconciencia para crear dos poleas, no fue muy difícil por que contaba con el material adecuado… uno debe estar preparado para cualquier cosa. Después de haber terminado mi trabajo amarre sus muñecas con las sogas de las poleas y por fin la elevé a la altura adecuada.
Era momento…saqué de su propia cocina un cuchillo. De regreso jalé una silla del comedor, el ruido que producían las patas traseras de la silla no me incomodó en lo absoluto… pero al parecer a mi compañera si, ya que al poner la silla frente a ella, abrió sus ojos. Intentó hablar, pero la mordaza que le hice se lo impidió.
-Ya, ya… tranquila. Tú eres tan… perfecta… tan hermosa… Siempre lo has sido, y por fin… esa belleza será inmortalizada.-Dije al tiempo de subir a la silla para estar frente a ella.
Ella intentó mover los brazos, pero se dio cuenta que era inútil. Se notaba triste, más en ese momento no me importó… aún no me importa.
Pasé el cuchillo por su rostro, lentamente, sin herirla. Después el cuchillo se traslado hasta su nuca, ella me miró a los ojos, nerviosa, pero no me importó, y de un tajo corté su cabellera.
- No te preocupes, vuelve a crecer…- Y comencé a cortarle más el cabello hasta que note que era del tamaño adecuado.
Ella comenzó a llorar, yo atrapé una de sus lágrimas con mis labios, sabía como agua de mar. Me bajé de la silla y fui por mis herramientas. El martillo era pesado, pero se volvía más ligero mientras avanzaba hacia ella. Subí de nuevo a la silla, posicione el gran clavo en su muñeca, apunte con el martillo y… comenzó. El sonido de una orquesta completa retumbó en mis odios, mientras el primer golpe que daba salpicaba mi rostro con su sangre, no pude contener una sonrisa y después di el segundo golpe, este lleno mis dientes con pequeñas gotas de rojo intenso, de ahí no podía contar mis golpes ni contenerlos. Uno tras otro, me brindaban tanto jubilo… era tanta mi felicidad
Conejo Rosa

que empecé a golpear más fuerte, después más rápido, después más fuerte y más rápido y más fuerte… Hasta que note que el clavo estaba completamente adentro. Volteé a ver el rostro de aquel ángel, y noté como aún gritaba con todas sus fuerzas… pero era inútil... ningún gritó lograba filtrarse por aquel pedazo de tela que había colocado en su boca.
Terminé con su otro brazo y sus pies, ella aún estaba viva, esta vez solo sollozaba. Fui a la cocina, la examiné con mis ojos y encontré un viejo y sucio trapeador… No… no era un trapeador, era una lanza. Rompí el palo de aquel objeto sin vida y regresé con ella.
-Debes estar contenta mi musa… eres la primer obra de arte que e creado… y debo decirte que ah sido un placer… Mi reina. – Y saqué de mi valija la corona.
Volví a pararme sobre la silla y mí mirada choco directamente con la suya mientras descendía la corona que había hecho con alambre. Cuando esta estuvo colocada, y algunas gotas de sangre manchaban las púas, bajé de un salto de la silla. Recogí la lanza, la miré, ella me miró, yo preparaba el golpe y ella comenzó a dar negaciones con su cabeza. De un golpe, fatal y fugaz penetré su abdomen desnudo, mientras sus pupilas se dilataban y se llenaba de carmesí la mordaza, el instante perduró y mi felicidad llegaba al clímax hasta que ella, bajó su cabeza de golpe… Aún no termino… falta la firma.

-“Solo una mujer tiene la perfección para ser el hijo de Dios”… Es lo que dice detective, y debajo de eso puso lo que creo que es una “S”.
- No es una “S” es un “5”… esta pintado con los dedos, ¿cierto? Dudo mucho que sea tan tonto como para pintarlo con sus propias manos – Observé.
- Y tiene la razón.- Dijo el policía señalando la mano derecha de la victima. Note la ausencia de el dedo índice y luego le pregunté.
- ¿Encontraron el miembro?
- No, y eso no es todo… al parecer uso guantes pues no se encontró una sola huella dactilar, y debido a que le corto el cabello a la victima y lo esparció, nos fue imposible encontrar alguna muestra capilar de el culpable.
Volví a ver a la víctima, anoté los datos que creí que fuesen sobresalientes y regresé a mi hogar.
Pasaron tres días desde la aparición de la primera victima y yo hubiera olvidado completamente el caso si esa noche no hubiese recibido esa llamada…
-Diga.
- ¿Victoria?
- A… eres tu Raúl.
- Si, llamo para preguntarte algo.
- Pregunta.
- ¿Sabes algo de un asesino que deja un “5” escrito en sangre?
- Un “5”…. Espera… Si, mató a una chica llamada María de Jesús.
- Bueno… también a un chico que estudiaba filosofía…
Unas horas después me encontraba frente a dos padres llorando y un cuarto ensangrentado. Los padres me contaron que el chico había invitado a alguien a su casa en su ausencia, y cuando regresaron se encontraron con el cuerpo mutilado de su primogénito.
Entré al cuarto del muchacho y mi sorpresa no tuvo limites. En un banco estaba un chico de una complexión admirable, estaba sentado completamente desnudo, a su
Conejo Rosa
barbilla estaba unida su mano derecha con hilaza y a su vez, el codo del mismo brazo estaba unido con hilaza a su pierna izquierda, su mano izquierda estaba sobre su rodilla
de nuevo con hilaza ensangrentada, lo más sorprendente es que su rostro estaba sereno y pensativo, todo hubiese sido perfecto en ese rostro… de no ser por esa contusión en su frente. En el piso había escrito algo con sangre, decía “El pensador”, revisé las cuatro paredes en búsqueda de algo más, solo algunas salpicaduras de sangre…. Entonces se me ocurrió voltear hacia arriba… en el techo, también con sangre, había un mensaje: “El pensamiento es lo único que puede romper con la barrera de la ignorancia”, y debajo de esa nota había un “5”

Al tratarse de un hombre, me fue extraño el convencerlo de ir a su casa solos… más difícil aún cuando lo acabas de conocer en un vehiculo de transporte público… No puedes conquistar a alguien de tus mismas preferencias, pero lo bueno es que, por la misma razón, me fue sencillo ganar su confianza.
Estaba sentado en el rincón esperando ese momento… mi reloj marcaba las 8:05 y ya me sentía con ansiedad… estaba cayendo en una gran desesperación mientras las manecillas daban su marcha lenta e interminable cuando por fin… sonó el teléfono, y por fin mi cuerpo se lleno de esa sustancia adictiva, otra vez el éxtasis llegó a mi y estaba preparado para otra noche inigualable.
Había una figura de bronce en su habitación, él me la pasó con su mano izquierda… Y me dijo algo de un premio. Él charlaba incesante y yo sólo afirmaba con la cabeza, era tan… sencillo… sin complicaciones… Todo estaba ahí, como si el destino mismo lo hiciera.
Yo tomé la figura de bronce y el hablaba, sus dientes no eran blancos… mas bien amarillentos, y yo solo veía como su boca hablaba incansable… Notaba hasta los detalles más insignificantes, como sus labios se unían por líneas de saliva, como sus dientes chocaban y, de repente, como estos seguían hablando sin emitir sonido alguno… No pude más y le asesté un buen golpe en la frente con la figurilla de bronce. Estaba despierto, supuse que no se desmayaría así que inmediatamente me lancé sobre él y comencé a asfixiarlo con mis manos.
Fue hermoso, la gran aguja hacia que la hilaza entrara blanca y pura, y saliera roja y poderosa. Podía sentir como iba penetrando el metal en la carne… lamente que este individuo no pudiera ver lo precioso que estaba pasando en ese instante… pero no importaba… yo lo vivía. Y pronto mas personas lo verían.

Yo lo llamé el asesino del “5” aunque, cuando aparecieron más victimas note que no era tan repetitivo. Encontraron a una chica que le habían arrancado los brazos, la llamó “La Venus”… había escrito un “8” en sangre.

¿Qué cual fue mi inspiración con la tercera victima? Bueno, al igual que la obra original ella tenía brazos… el serrucho se encargo de solucionarlo.

La cuarta victima fue un chico muy atlético, el chico se llamaba David y así llamo a su “obra”… a este lo habían asesinado a golpes con un objeto contundente… había un “4” escrito en su abdomen.

Jajaja, el pobre tipo solo sentía los golpes de mi martillo en todo su cuerpo, él había golpeado a muchos chicos menores que él en su vida… supongo que ah mucho les


Hubiera gustado ver como lloraba y suplicaba cuando, con mucho placer debo admitir, lo desnucaba.

La quinta victima fue una chica que luchaba por los derechos de lo animales, la encontraron en su cuarto parada, con varillas metálicas enterradas permitiendo la posición erguida en la que se encontraba, tenía en su mano un antorcha encendida, su cuerpo estaba cubierto por una sábana… pero noté que algo goteaba y al quitar la sabana vi asqueada que no tenia piel en su abdomen… “Libertad” Y estaba escrito, en sangre obviamente, un “3” en un cuadro que tenía en la pared

¿Qué puedo decir de lo que le hice a nuestra preciosa dama que proclama Libertad?, bueno… a veces uno solo desea divertirse…

“Hermes con Dionisio niño”… comencé a odiarlo cuando vi que maldito ahogo a un bebé de unos 7 meses… a su padre le cortaron el brazo… El maldito… los mató y puso sus cuerpos inertes juntos por su obsesión… tenían un “9” escrito en sangre a sus espaldas…

¿Qué fue insensato?, no… ese niño ya hizo algo grande de su vida… cosa que muchas personas al llegar a su muerte no planificada jamás lograron.

Encontramos el cuerpo de un joven de unos 14 años, estaba suspendido por cuerdas que se clavaban en su cuerpo debido a ganchos como los que usan los carniceros… el numero “0” estaba escrito en el piso justo debajo de él…”La anunciación”
Su verdadero nombre, su verdadera ocupación… lo llamé el escultor… Tenía la manía de mutilar a sus victimas antes de matarlas sin piedad y ajustar su cuerpo de tal forma de que semejasen una escultura famosa…
¿Qué tenían en común todas estas victimas?, a todas ellas les habían cortado el dedo índice de su mano derecha…. Vamos Victoria tu puedes descubrir más…. Todas ellas estaban relacionadas con el titulo de la obra, ya sea por su nombre o por su ocupación… ¿Por qué deja un número diferente… por qué?

Las últimas tres victimas fueron en un corto tiempo… al contrario de lo que pensaba la cantidad de heroína a la que estaba acostumbrado a consumir había disminuido cada vez que iba dar una visita a mis amigos… eran los únicos que podían encontrarme… pero pobre de ellos si no era a la hora adecuada… Ahí estaba de nuevo ese sonido… el sonido del timbre del teléfono, mi cuerpo se excitó y entró a un estado de placer inigualable… pero esta vez noté algo, la inyección seguía llena… ¿Por qué entonces tengo la misma sensación?
-Necesito verte… nos veremos en un rato… ¿de acuerdo? – Le dije, y colgué sin escuchar su respuesta.
Cuando me encontraba frente a él no perdí el tiempo, le di un codazo en la nuca haciendo que gritara de el dolor, aproveche el instante para poner mis manos en su boca abierta; él intento morderme… ¿Quién creía que era?, yo sabía lo que hacia… tonto… le disloque la quijada, el crujido se mezcló con un grito de dolor… yo apenas comenzaba…
Una de las mejores obras que eh realizado, la cabeza apuntaba hacia el techo, con su boca abierta por las quijadas dislocadas, sus dedos de las manos estaban rotos hacia
Conejo Rosa
atrás, y lo que fue más hermoso, y difícil de realizar, fue que la mitad inferior de su cuerpo apuntaba al este y la mitad superior al oeste… “El hombre fulminado”, Ahora lo terminaré…

Y la última victima, que fue la que se encontró mas deforme tenía un “6”… aunque la el mensaje esta vez no fue referente a la obra decía: “La felicidad… el éxtasis… ¿debo temerme a mi mismo por no sentir pena por lo que hice?… No puedo parar”.
-“5”, “5”, “8”,”4”,”3”,”9”, “0”, “6”… 5”, “5”, “8”,”4”,”3”,”9”, “0”, “6… ¿Qué significa?- Me repetía a mi misma una y otra vez.
Ya había visto esa serie de números… ¿dónde?...
-55-84-39-06… ¡Es un teléfono!- Grité encerrada en mi habitación.
Ahora lo recordaba ese teléfono estaba en una agenda de la 5ta victima… Debía ser su número personal. Tomé el teléfono y marqué la serie de números impaciente, sonó una vez, luego otra, cuando paso un tiempo relativamente corto colgué. Era una tontería hacer lo que estaba haciendo… pasé el número a mi colega Raúl, el investigaría la dirección. Era solo cuestión de tiempo para encontrarlo.
Raúl no tardo en investigar, me llamó para decirme que era una casa al lado de un abandonado almacén de material para construcción… eso explicaba como obtenía el material tan inusual para cometer los homicidios…
Me encontraba sumida en mis pensamientos, feliz de estar a punto de cerrar un caso más, cuando fui a la cocina a beber un poco de agua. Luego miré el vaso, miré mi mano… Era mi mano izquierda… Soy zurda…
-¡Por dios!, el acomodo de los platos en la primera victima… el vaso estaba a la izquierda…. La libreta de la 5ta victima… la letra no era muy común… era Zurdo… ¡Todos zurdos! –Dije en voz alta.

-Victoria… no esperaba menos de alguien como usted… Aunque algo tarde… uno no debe vivir en los demás sino que debería cuidarse a si mismo… Usted fue la primera en la que pensé al empezar a crear mis obras de arte… - Le dije mientras me acercaba a ella con una hacha… oxidada… El miedo que se notaba, la decepción, me llenó por dentro, mi cuerpo estaba lleno de excitación.
- La primera vez fue la más difícil. A ella la conocía desde hace tiempo… era una conocida mía de la infancia… - Le dije mientras, con toda mi fuerza, le daba un golpe con el hacha, cortándole casi por completo su brazo derecho…
Limpio mi hacha, ella esta sin cabeza y sin brazos… termine la obra encajándole unas alas que yo mismo hice especialmente para ella… tengo sus dientes en mi bolsillo… y las gotas de sangre aun caen desde su degollado cuello al piso… donde había escrito: “La Victoria de Samotracia”.
Suficiente de escultura… vayamos con pintura.

"¡Que te controles te digo!" Jeremiah se refugiaba contra la cabecera de la cama. Propina un almohadazo tras otro a Dave, a orillas de intimidado y molesto le grita "¡pareces adolescente! ¡Solo puedes pensar en sexo?" dio un último golpe con la bolsa de plumas y el aludido ni se inmuto, seguía acercándose "y tu… se supone que eres un adulto…y permaneces virgen" contrarrestó el castaño ya casi sobre Jeremy "no... es que yo…yo…" era difícil contestar, tampoco se hallaba seguro de la razón por la cual seguía casto. Sin amargado jamás fue su plan, pero aun así eso había conseguido. Se encogió en hombros y abrazo la almohada , hecho la mirada a un lado perdiéndola en la ventana "esto no es justo…" afuera estaba frio y miraba el vidrio empañado, quizá llovería "¿no he logrado que confíes en mí?" cuestionó Karofsky ayudándolo a soltar la almohada y sus labios probaron el cuello de su acompañante "no uses eso contra mi…eso es lo que no es justo" sentía que era la manera, un poco inocente pero manipuladora, por la que Dave opto para convencerlo. Cerro ambos ojos, sus piernas fueron desplegadas y tembló cuando el jugador lleno el espacio entre ellas. A Jeremiah lo cubría una camisa de color claro, pero realmente solo los dividía su ropa interior y el pantalón del castaño.

"Si me duele…juro que te mato" advirtió el rubio cooperando para que le quitara la camisa "moriré feliz" se burló el otro; Jeremiah incómodo soltaba la lengua pero lo que dijera lo tenía sin pendiente. Le recorrió el pecho a besos, tranquilo, suave, sin prisas, concentrado en escuchar cada suspiro, descendió hasta el ombligo, jugo ahí con su lengua metiéndola y humedeciéndolo un poco, suplió su lengua con su dedo y el ojiazul gimió involuntariamente "pervertido" soltó Dave "¿yo…? Tú… tu eres que está ahí abajo haciendo…no sé qué" acuso a Karofsky mientras este le bajaba la ropa interior, librando así su erección del dolor innecesario provocado por el rose de la tela "estas un poco húmedo" comento Dave y paso su dedo por la punta manchándose un poco, Jeremy flexiono las piernas muy atento a como Dave acercaba sus labios "…ah…" gimió apenas audible cuando se metió el glande en la boca. Se tendió completamente en la cama y jalo las sabanas, se sentía tan bien la manera en que succionaba y rosaba con los dientes "ah… Dave... no…" alzaba la cadera para inducirlo a *tragarlo* entero, no se percataba de lo desesperado que se empujaba contra los labios del otro. Se quejó cuando Dave se detuvo "¿Por qué?" más que pregunta sonaba a suplica para que regresara al trabajo oral "no quiero que te vayas a correr" le aclaro sus dudas, ahora acariciaba sus piernas, alcanzo su chamarra y saco un tubo de lubricante "siempre salgo preparado" muy sin pena lo destapo y se colocó un poco en los dedos.

Jeremiah no veía marcha atrás, Dave roso un dedo contra su entrada esparciendo lubricante, Jere miraba con ojos entrecerrados, su respiración se agitaba, el dedo comenzó a entrar "..ah… ¡pero que feo se siente eso…!" protesto tensándose entero "relájate" pidió el jugador moviendo el dedo, era un lugar notoriamente estrecho "mmm… casi no tienes espacio aquí" unió otro dedo forzando un poco la entrada de Jeremiah quien había comenzado a masturbarse para buscar alivio, sentía curiosidad de que podría provocar *aquello* tan grande que Karofsky guardaba en el pantalón, se alzó abriendo el pantalón de su acompañante, metió la mano "la tuya esta grande" hecho un vistazo a el miembro que sostenía entre sus dedos, se sonrojo muchísimo y lo acaricio apenas un poco.

Saco los dedos, él quería ahora ocupar ese espacio, se acomodó con una de las piernas del güero sobre su hombro derecho y le paso un par de beses la mano, le gustaba mucho su piel, Jeremiah se aferró a las a la tela blanca y su cuerpo se puso a la defensiva "no te tenses…te dolerá aún más" insistió el castaño, esperaba lastimarlo lo menos posible pero lo veía con expresión de querer llorar. Aplico una generosa cantidad del lubricante sobre su erección y a su vez se sobaba un poco, estaba tan hinchado que dolía, se rozó contra él, entre más lo excitara más fácil seria, se sentía palpitar y se empujó abriéndolo apenas un poco. El pasivo sintió un tirón y sacudió la cadera "no compliques las cosas, cariño" pidió Dave y le tomo las caderas con fuerza, la suficiente para retenerlo y dejarle las manos marcadas, con decisión se hecho hacia enfrente.

Sus cabellos rizados se encontraban algo empapados de sudor, arqueo el cuerpo por la invasión, su boca se abrió enteramente en un grito mudo, lo sentía abrirse paso dentro. Dave toco fondo, no se movió, el aire les hizo falta, el primero en recobrarlo fue Jeremiah y en seguida gimió alto, el dolor cristalizó sus ojos "mal… maldito…" dijo muy apenas, abrazo con una pierna la cadera de Karofsky "me duele…" pese a todo se controlaba, no pensaba llorar. Lo araño cuando el movimiento empezó, aunque fallo en contener el llanto a cada estocada parecía doler menos, el robo de espacio en su interior era el que permanecía. Aquello mejoraba y jadeaban juntos, Jeremy más sonoro que Dave. El calor aumentaba, con él, el placer también. La cama chillaba un poco por los movimientos cada vez más erráticos. Dave le apartaba el cabello dorado de la cara para poder mirar sus ojos vidriosos y lamia sus lágrimas. Jeremiah se contraía más a cada segundo, esto impulsaba a Karofsky a ir más rápido, a aumentar fuerza. Cuando el rubio se vino Dave sintió su claro y fuerte palpitar, así que él se permitió *acabar* junto con él y en su interior. Bajo la pierna del rubio de su hombro para permitirle relajarse mejor, quiso derrumbársele encima, mas no deseaba aplastarlo, salió con cuidado, y se tiró a su lado, el colchón era aún más cómodo tras tener sexo. Jere creía percibir aquello tibio dentro de él, fue a vergonzante que aquello comenzara a derramarse.

Las piernas entumecidas, la cadera fregada y el pecho manchado de su propia semilla fue lo primero que reconoció cuando el placer se desvaneció "me dejaste invalido" dijo cansado, tomaba cuanto aire podía, su entrada aun palpitaba "no exageres" se mofó Karosfky y lo atrajo para abrazarlo provocándole toda una serie de incomodidades "¡oh por dios! ¿no podías haberme dejado donde estaba?" intentaba hallar su lugar, necesitaba una buena siesta "nop…no podía, te necesito cerca de mi" Dave estaba cómodo y contento, sentía la vida resuelta, porque de nuevo, todo era perfecto "mañana no me podre parar" lloriqueo el ojiazul.

Pero contrario a sus creencias, si logro ponerse de pie. La mañana contigua, a poco tiempo de haberse marchado Dave a la escuela, el celular del rubio entonó When I get you alone, supo al momento de quien se trataba, le dio algo de gracia, ciertamente no le incomodaba y atendió el llamando del teléfono.

"Buen día" deseó Jeremiah y tomo asiento, en esa silla, en la mesa de siempre, en el mismo café donde varias cosas se malinterpretaron tiempo atrás "y… ¿a qué me has citado?" pregunto curioso "pedí tu café preferido" el moreno esquivó ávidamente la pregunta y acerco el vaso a las manos del rubio "¡oh gracias! Aun lo recuerdas" acepto el café y le dio un soplo "¿Cómo olvidarlo?" respondió Blaine con otra pregunta, miraba su propio vaso, era extraño tenerlo tan cerca de nuevo, tan melancólico, el entendía el motivo por el cual Dave se enamoró del Jeremiah "anda, dime a que hemos venido" al escucharlo volvió la mirada a la escena del mayor pasándose la mano entre su caballera risada para descubrirse la cara y miro sus ojos azules, tan vivos como los de Kurt.

Jamás imagino esa situación. Parado al pie de la puerta, Jeremiah no le permitía ingresar al departamento, por el contrario, echaba afuera las pertenencias del deportista; su ropa, libros, artículos de aseo personal, pero Dave estaba más preocupado por razonar con el rubio que levantar todo aquello del suelo. Cada vez que Dave trataba de tocar a Jere, este lo golpeaba lanzándole alguno de los objetos que exiliaba de su hogar "¡vete, piérdete!" repetía el ojiazul como si solo esas palabras conociera "¡NO! … no me iré. Cuando menos dime que es lo que ocurre" el castaño no entendía su error, en que momento había metido la pata ¿que hizo mal? "tú sabes lo que hiciste" gruño en respuesta "NIÑO mentiroso" el especial énfasis en la palabra le aclaro a Karofsky lo que pasaba, lo habían dejado al descubierto, no sabía cómo, no sabía quién, igual ahora Jeremiah sabia su edad "amor… mira… es solo un número, una identificación con foto, el derecho a votar, no marca la diferencia entre si te amo o no".

Por unos segundos el ajetreo paro, el piso del pasillo tapizado de prendas presenciaba lo eventos, existió ese silencio incomodo, incomodo sobre todo para Karofsky, quien esperaba con el corazón en las manos la respuesta del rubio. Si bien la escena resultaba divertida para los vecinos, para la joven pareja constituía el fin de cada sueño, ilusión, esperanza y proyecto que crearon juntos. Jeremiah se encogió, se mantuvo con actitud molesta, con solo coraje en la mirada, hasta ese momento en que sus ojos se cristalizaron y sus labios se curvaron al contrario de una sonrisa "vete…" pidió y cerró la puerta, recargo la espalda contra ella, la sintió sacudirse, Dave estaba al otro lado tratando de abrirla. Dave le suplicaba y pedía tantas cosas, Jeremy hacia oídos sordos. La edad del castaño en si le importaba un comino, la mentira, la falta de confianza, la decepción, esas eran las cosas que ahora hacían llorar al ojizaul. Se cubrió la boca para no hacer ruido, prefería llorar para sí mismo, que el otro no se enterara de lo débil que era.

Karofsky no se atrevía a marcharse, a dejar de sentir a Jeremiah del otro lado de la madera, a abandonar ese suave sollozo en el otro lado, a una perilla de distancia, ambos sentían que de alejarse de esa puerta todo acabaría.

Sumergió dos sobres de té en cada taza, le gustaba el sabor concentrado "… ¿y que más le contaste?" cuestiono Kurt a Blaine "solo eso, bueno… y también un poco de nuestra relación tripartita…" al inicio parecía tan buena idea, ahora se ahogaban en remordimientos "no debí hacerlo… ¿cierto?" el moreno arrastro las palabras "lo hecho, hecho esta" el ojiverde suspiro alcanzando unos sobres de azúcar. Hummel le dio una de las tazas de té al moreno, estaba por comentar algo más cuando el timbro sonó "yo abro, total ya estoy de pie" dijo Kurt, atravesó la cocina y la sala, apestoso departamento del tamaño de una nuez, no se molestó siquiera en preguntar quién llamaba a la puerta solo la abrió permitiéndole el paso al jugador. Dave entro en silencio, a pasos coros y cansados, arrastrando la suela de los zapatos, Kurt aún no se atrevía decir nada, ni a cerrar la boca que abrió por el asombro "¿puedo quedarme aquí?... solo unos días… mi pareja me boto…" su voz sonaba rasposa, sabia a dolor. El más bajo asintió y cerró la puerta, sentía pena por Dave, remordimiento por sus egoístas acciones, pero todo era devorado la felicidad de tenerlo una vez más en casa.

Se entablo una pequeña charla en la sala del departamento, en la cual Kurt y Blaine trataron de dar apoyo moral al miembro prodigo, de recordarle que no estaba solo, que aún lo amaban y que siempre le brindarían su apoyo. Deseaban sacar a Karofsky del pozo, este se negaba; solo quería tirarse en el sofá y lamentarse, pero una cosa llevo a la otra y la insistencia del par alcanzo para convencer al deportista de sacudirse la melancolía. Noche de fiesta y alcohol.

El trio de adolescentes entro a un Karaoke Bar. Desde días antes el vocalista de los Warblers adopto la idea de un trago y algo de música. Conociendo a Blaine, un trago significaba beber hasta no poder caminar en línea recta, Kurt se mantendría a salvo del alcohol, así sus acompañantes tendrían la posibilidad saturarse la sangre con bebidas y el los cuidaría. Escogieron una mesa situada en una esquina, retirados del escenario y la rocola podrían escucharse entre ellos claramente sin gritar. Los tragos de fuerte Vodka y Whisky no se hicieron esperar. Dave se mostraba frio, mas entro en calor con las primeras copas. El moreno, de esperarse, era más impetuoso y atosigaba su organismo con toda clase de bebidas, formando una cruza que como bomba lo hizo estallar en carcajadas, comentarios incoherentes y falta de coordinación. Hummel bebía refresco con apenas un toque de alcohol, la mayor parte de las acciones alocadas del aun trinero le daban risa, se percibía una moderada brisa fría que sirvió de pretexto para que Kurt se acurrucara en los brazos del deportista, brazos que le hicieron mucha falta en esos días.

Anderson se apodero del micrófono un sin número de ocasiones, cosa que el público disfrutaba "¡anda Kurt!" alzaba la voz de más "¡ve a cantar!" la forma de pronunciar delataba su ebriedad "nooooo… tengo frio y no quiero abandonar mi lugar" el castaño se libró de los brazos de Karofsky y lo miró "¿Por qué no nos cantas algo tú?" le picaba la curiosidad ¿qué música acostumbraba Dave?. "Si grandote, ve a sorprendernos" Blaine secundo la idea, tomó asiento, destapó una cerveza, le dio un trago, se atraganto un poco así que Dave golpeo su espalda para despejarle la garganta "no, eso no es lo mío, no soy tan bueno como ustedes" dijo Dave golpeando aun la espalda del pelinegro "no soy tan bueno como ustedes…" repitió el ojiverde "entonces… ¿si cantas?" se sorprendería en caso de que Karofsky pudiera entonar bien una nota "bueno, en la ducha" aclaro el grande en tono divertido, pero su mirada aun declaraba melancolía "¡OH VAMOS! Cántanos algo" suplico el ebrio Silbador tumbado en su silla "pues… no lo sé" ni con todo ese Vodka en sima David se sentía de humor. Hummel y Anderson insistían en lo que parecía ser imposible: que Karofsky cantara. Kurt se rindió, paso su mano entre sus cabellos, para cuando se acomodó bien en su asiento Dave abría la boca "está bien…cantare".

El jugador voló a la rocola y busco una moneda, tan ansioso que papeles y otras monedas cayeron al suelo desde sus bolsillos, el ojiverde frunció el ceño, eso era extraño, Davy miraba hacia el mismo punto una y otra vez, como si algo lo apurara. Kurt miro la dirección que Dave, hacia la entrada, el alma abandono su cuerpo, su respiración se cortó, basto con que se quitara la boina para reconocer ese cabello rubio.

Jeremiah sacudió un poco la cabeza a tiempo que tomaba asiento sin prestar atención a su alrededor. Kurt miro de regreso a Dave, este sostenía el micrófono y miraba fijo al de cabellera risada, Hummel nunca antes deseó tanto frenar la pista de una canción como en ese instante.

Santo pecado conocerte
santo pecado preguntarte
si viajas solo por la vida
si aceptas de inquilino entre tus brazos
a este pobre pecador abandonado, abandonado

Blaine sonrió como tonto al escuchar la primera estrofa, Dave no cantaba mal, busco a Kurt con la mirada, se topó con la expresión inconforme del ojiverde que perdía la mirada hacia algún lugar cerca de la entrada, reviso entonces también y vio a Jeremiah, este último residía un vaso de manos de uno de los meceros, se notaba que aún no prestaba atención a la canción.

Santo pecado fue besarte
santo pecado hacerme adicto
al brillo que disparan tus ojos
a tus manos investigando todo

y el vértice cálido y siniestro
archivo de mis fantasías
tan cerca siempre del cielo
y del infierno, y del infierno

El rubio no conocía tampoco la voz de Dave al cantar, por lo que jamás se imaginó que se tratara de él, si se enteró de que era su ex novio fue porque miro la rocola y por consecuencia a Karofsky quien no estaba estático, si no que se dirigía directo a él.

He tratado de encontrar la analogía
para ponerle algún nombre
a este caos que has causado que me gusta
y me fastidia y me ha dado por llamarle solo….

Dave estaba demasiado cerca, Jeremiah abandono su silla, sentía el corazón acelerarse, entre avergonzado y molesto rodeo la mesa en forma circular huyendo de Dave.

Santo pecado, santo pecado
¿si me das una razón para estar vivo
porque después dar dos para estar muerto?

La contada gente que sabía la canción aplaudía al ritmo de la misma, disfrutaban la escena de la joven pareja sin saber la historia tras de esta.

Y grito que es un santo pecado santo pecado
¿si construyes paraísos por un rato
porque después me avientas al infierno?

Las mejillas del ojiazul estaban rojas, miraba con rechazo, pero sentía la diferencia, esa diferencia de Blaine cantando para él contra Dave haciendo, en esta ocasión su corazón si estaba emocionado por más que se resistiera.

Mentiras que te creo
verdades que te inventas
santo es el coraje
y pecado es el delirio
de quererte para mí

Santo pecado, santo pecado
¿si me das una razón para estar vivo
porque después dar dos para estar muerto?
y grito que es un santo pecado santo pecado


Se esforzaba por tragarse la sonrisa, porque Dave no supiera que le hacía feliz verlo, que podría perdonarlo, que lo enamoraba todavía más su canción. Una mujer corto el paso de Jemery a propósito para que Karofsky pudiera sujetarlo y abrazarlo.

…santo pecado conocerte.

La música acabo, el rubio ocultaba el rostro apenado pero con una sonrisa en él, Dave beso su cabeza. Todos aplaudían compartiendo la alegría de la pareja, sin importar que se tratara de dos varones, todos excepto Kurt y Blaine que se apachurraban contra sus sillas, sin saber qué futuro se aproximaba, en aquella mesa de una esquina.

Dave correspondió a su beso y no pretendió
quitarle el control del mismo, le daba a Hummel la oportunidad de desahogarse,
La mano con la que sostenía la cabeza de Kurt se enredaba en los cabellos de la
nuca del mas pequeño y con la otra lo abrazaba por los hombros. Las piernas del
trinero lo rodearon y fue entonces que la necesidad de moverse lo ataco, salio
casi por completo y volvió a entrar, intento ser amable muy a sus
posibilidades, repitió el movimiento observando a Kurt retorcerse, no tubo mas
remedio que dejar de abrazarlo para apoyarse en el sillón, el cantante era tan
estrecho que ambos compartían el dolor al moverse Karofsky. Conforme el cuerpo
del menor se amoldaba a Dave este se movía mas libre, a cada minuto con mas
fuerza y ligeramente mas rápido.





También Hummel corto el abrazo, descanso mejor
su espalda en el sofá, ya no cohibía su privilegiada voz en absoluto, suspiros
y jadeos sonoros salían de su garganta, sus dedos causaban un rechinido al
arañar la tela plastificada del sillón y a momentos mencionaba en nombre del
joven que lo poseía entre gemidos entrecortados. Como era de esperarse de
alguien primerizo, seguía colorado, con los ojos vidriosos, tampoco era extraño
que no soportara aquello por demasiado tiempo, su entrada palpitaba ligeramente
y una de sus suaves manos fue asta su entrepierna para tocarse y dar alivio.





El esfuerzo requerido y un pisca de vergüenza
acentuaron un colorcito rojo en las mejillas del mayor, mantenía un ritmo en
sus estocadas que paresia complacer a ambos, disfrutaba tanto la imagen de
Kurt; era tan adorable y asta sexy, no podía parecerse mas a un sueño. Sin
aviso Dave percibió las contracciones del otro joven y embistió con mas
violencia, provocando que Kurt alcanzara su clímax, el menor se arqueo y abrió
la boca en un gemido ahogado y totalmente mudo, su entrada apretó lo máximo y
Karofsky no pudo contra ello, termino por vaciarse en el interior de aquella
persona con la que tantas noches había soñado. Los Dos se dieron cuenta de lo innecesario
de haber sufrido tanto, de que Dave debió ser mas sincero desde el comienzo y
esa así quizá esa bella primera ves abría ocurrido ase ya un tiempo…





L respiración de ambos comenzó a relajarse,
Kurt estiro un poco las piernas que por cierto le dolían, además de eso no pareció
querer moverse de nuevo, cuando menos no en un buen rato, solo se notaba su
pecho subir y bajar debido a las profundas inhalaciones. Dave se decidió a
salir lentamente y con cuidado, todo había sido tan raro pero sin duda lo repetiría
con mucho gusto. En un solo movimiento, bastante rápido y algo brusco, cambio
lugares quedando el de espalda acotado en el sillón mientras el otro chico le
descansaba en el pecho, Karofsky centro su atención en el rostro de Hummel
quien a pesar de mantener los ojos cerrados tenia una bella sonrisa, esa
sonrisa lleno el corazón del deportista con una sensación tu agradable, con
algo que jamás lograría describir y que lo llevo a imitar inconcientemente la
gran sonrisa del menor.





“Karofsky” Kurt llamo al otro sacándolo de su
burbuja de felicidad “¿ahora que Karofsky?” no le tembló la voz ni un poco pero
llena de tristeza si estaba, lo había alcanzado ese momento en que uno se
siente usado y se desea que nada hubiere pasado “un baño, supongo” contesto el
mayor sin darse cuanta del error que cometía “¿so-solo eso… solo eso pudiste
pensar?” la voz del cantante si se quebró en esa ocasión, se incorporo
abandonando la seguridad del pecho del mayor y conteniendo el que le paresia un
llanto innecesario, se tallaba los ojos rogándole a las lagrimas quedarse
dentro “no.. no no no… ¡discúlpame!” Dave vio llenarse la cara del otro con un
dolor aun mas grande y fuerte que el que debió sentir al perder la castidad, un
dolor no físico sino emocional “me are responsable ¿a eso te refieres, verdad?”
en ese momento su corazón estaba abierto a Kurt pero su falta de carisma no le ayudaría
a conseguir las palabras adecuadas “yo quiero ser todo para ti Hu…Kurt, pero me
conformare con ser lo que me permitas ser, me tienes en tus manos… ¿Qué no lo
ves?” el que se ahogaba en llanto había huido asta el estreno contrario del sofá
y se había arrinconado ahí, Karofsky fue en su auxilio y lo abrazo con fuerza
no sin antes haber tomado el saco azul con bies rojo para cubrir la fina figura
del menor que templaba sin control.





Prosiguió un gran silencio, lo que en parte era bueno pues significaba
que Kurt dejo de llorar y aceptaba ser protegido por los brazos del mas grande
“¿te sientes mejor? ¿ya podemos hablar?” pregunto Dave con un tacto sorprendente
para venir de un neandertal, el otro lo miro mostrándose mas tranquilo y
asintiendo con la cabeza, Karofsky sonrió por fin y le beso la frente “entonces…¿crees poder otorgarme la posibilidad
de terminar de limar las asperezas que mis actos dejaron entre nosotros y comenzar
a salir como una pareja?” el ahora estudiante de Dalton se quedo boquiabierto
al escuchar hablar al mas alto, eran demasiadas palabra bien aplicadas en una
sola frase, quizá Dave no era un cabeza hueca después de todo “si…si creo
poder” sonrió dulcemente para el grandulón “y tu idea del baño tampoco es mala”
quería refrescar su piel sin mencionar que el meterse la tina con Karofsky de pronto sonaba
interesante, miles de cosas que incluían a Dave y anteriormente no cabían en su
itinerario ya cabían “bien, entonces vamos a mi alcoba, tengo baño propio en
ella, eso y que no me agradaría que mi madre llegara y nos encontrara así” al oír
eso Kurt técnicamente salto del sofá, se avergonzó tanto con la sola idea de
que los descubrieran “¡si, vamos! Supongo que tu habitación esta arriba” camino
asía la escalera cubierto solo por su saco, lucia hermoso y muy atractivo, Dave
se embobo un poco mirándolo “si, es la tercera puerta de la derecha” señalo haciendo un gesto de duda ocasionado por
algo blanquecino que le escurría recorriéndole
las piernas casi asta la altura de las rodillas, se sonrojo y se alarmo cuando
dedujo que aquello no era otra cosa que su propia semilla abandonando el lugar
en que la deposito; el interior de Hummel. “¡v-ve! ¡yo subo enseguida!” le permitió
al menor ir primero mientras el, aun nervioso y con la nariz a punto de sangrar
por la lujuria, comenzó a recoger del suelo la ropa que le había quitado al
trinero, asegurándose de no dejar ni un casquillo en la escena del crimen que
fuera capaz de delatarlo.





En el piso de arriba el ojiverde (creo que son
azules pero me vale XD) gira la perilla de la habitación que le señalo el
mayor, entro analizando todo, desde las cortinas sin gusto alguno, los muebles
tan simples, asta la enorme pantalla plana frente a la cama, Dave no era bueno
en la decoración pero el lugar estaba limpio y bastante ordenado, eso ya era
suficiente. El adolescente miro la cama, sin saber los motivos se sintió lleno
de necesidad por recostarse en ella, era seguro que el colchón guardaba el
aroma de Karofsky, se sentó en ella y deslizo la mano sobre la colcha, entrecerró
un poco sus ojos “Dave” lanzo al viento el nombre del mayor con un tono tan
suave y dulce “¿si?, dime” la puerta se abrió
dando paso al otro joven quien había alcanzado a escuchar a Kurt llamarlo y
dejo sobre un buro el resto del uniforme de Dalton “no..na-nada” soltó el mas
bajo junto a una risita nerviosa y forzada “…bueno, si…¿tu..quieres que
que…deje Dalton?” el futbolista escucho esas palabras tímidas mientras abría la
puerta del baño, soltó la manija y se giro sorprendido para mirarlo “me encantaría
pero…si tu estas cómodo en esa academia de nenitas con uniforme marica yo lo
entiendo” después de todo el estaba dispuesto a esperar y se podrían citar los
fines de semana para verse pero Kurt Hummel estaba seguro ahora de lo que
necesitaba y negó con la cabeza “no; la verdad es que me transferí a Dalton por
dos únicas razones; que tu me causabas tanto miedo y que me había enamorado de
Blaine…” Karofsky supo en ese momento el nombre del apuesto joven y se sintió
pequeño y triste “…pero ahora no te temo, por lo menos no tanto” dijo burlón “y
ya no me interesa Blaine” la conclusión tranquilizo el corazón del mayor “así
que puedo pedir un rembolso del dinero de la matricula y regresar a McKenly”
dijo Kurt seguro de si mismo asta escuchar a Dave carcajear sonoramente
“jajajajaja mira que eres inocente, eso llamado rembolso no existe, es como los
unicornios, solo se ven en la imaginación” aseguro el mayor acercándose para despeinar
la cabellera del mas pequeño y este inflo los cachetes eh hiso un puchero a
manera de berrinche “que gracioso eres Karofsky… es decir.. Dave” olvido el
berrinche y le regalo una sonrisa al grandote.