[Resuelto]FicKlaine "El diario de mi príncipe" Capitulo 18 FINAL

Kurt H.

Por fin habíamos llegado a la imponente y asombrosa ciudad de Nueva York… Y pensar que hace año y medio “Nuevas Direcciones” era solamente un grupo de seis marginados abriéndose camino a través de un horroroso homenaje de “Sit down, you’re rocking the boat” y después de tanto esfuerzo llegamos a la cima de los coros: Nacionales.
Cuando llegamos al hotel Mr. Shue nos reunió en una habitación para que empezáramos a escribir las canciones para cantar en la competencia, pretendía dejarnos encerrados hasta que el regresara del teatro, pero digamos que entre los colchones y el poco oxígeno no surgió alguna buena idea, la falta de inspiración llevó a Britt a escribir una canción sobre su vaso, sí, así como leíste ¡un vaso! Y aunque tenía una linda tonada, obviamente no era material para un concurso de esta talla. Nuestros cerebros estaban secos. Quinn dijo que teníamos que salir de ahí, y aunque Rachel se opuso, no podíamos perder la oportunidad de recorrer las calles de la ciudad de los artistas. Necesitábamos canciones originales para las nacionales y Nueva York las escribiría por nosotros. Así que salimos a respirar, a sentir el sol en nuestras caras, a bailar y cantar, a pasear por tantos lugares maravillosos, a llenarnos de energía y alegría. Al regresar al hotel planeábamos empezar a escribir pero al parecer teníamos sobredosis de adrenalina porque cuando me di cuenta estaba en medio de una guerra de almohadas.
Al otro día, temprano por la mañana me vestí con un traje divino que compre hace poco y fui a despertar a Rachel para llevarla a desayunar a Tiffany’s… bueno, afuera de Tiffany’s, pero aún así fue muy especial, porque sólo nosotros en el club entendemos lo increíble que es ese lugar. Mi amiga me contó que planea mudarse a Nueva York cuando nos graduemos para ir a la universidad, y le comenté que nosotros también planeamos ir. Ella por su parte no sabe qué hacer con Finn porque no quiere que regresar con él implique abandonar su sueño, le sugerí que él la acompañara pero cree que es un chico “de campo” y no querría irse, así que estaba en un dilema: amor o su carrera. Tenía que tomar una decisión y para ayudarla se me ocurrió llevarla a uno de los grandes teatros de Broadway. Nos colamos. Apenas íbamos caminando hacia el escenario cuando un guardia de seguridad nos vio, inventamos la excusa de que éramos extras y nos habían pedido que llegáramos antes. Creo que no fuimos convincentes porque no nos creyó, pero sorprendentemente nos dejo quedarnos, supongo que no somos los primeros con el sueño de estar en Broadway que entran sin permiso, así que nos dio quince minutos para estar en ese hermoso escenario.
¡No te imaginas la emoción que sentíamos! Rachel tenía una decisión por hacer, y la única forma de lograrlo era que visualizara las dos opciones cantando ahí, usando su imaginación para visualizar y escuchar en su mente la orquesta, para verse de pie en frente de toda la audiencia cantando la canción final de uno de los musicales más grandes de la historia. Fue hermoso estar ahí. Sentí como se erizaba la piel de todo mi cuerpo. Sólo una palabra puede describir ese momento: mágico. Y me encantó compartir ese momento con ella, porque a pesar de sus momentos de diva, es una buena persona, una gran amiga y siente la misma pasión que yo por la música, la actuación y el estrellato. Ah logrado hacer un cambio en mí, en mi vida… para siempre.
Cuando terminamos de cantar llegó a la conclusión de que no tenía que escoger entre el amor y su carrera, porque estar en un escenario de Broadway es lo que más ama.
Por la tarde Mr. Shue entró a la habitación donde estábamos todos reunidos con varias cajas de pizza, no se imaginaba que nos acabábamos de enterar de su “secreto”. Goolsby, el entrenador de Vocal Adrenaline nos contó que se iría a Broadway, pero no lo culpo, sino al contrario, lo entendía y me sentía contento por él, de hecho es una forma de inspirarnos, de hacernos ver que nunca es tarde para cumplir tus sueños. Pero nos dijo que no se iría, que se quedaría con nosotros, porque a pesar de que su momento en el escenario fue glorioso teníamos asuntos pendientes de los cuáles encargarnos; ya era momento de trabajar para ganar las nacionales, pero antes de comenzar nos dimos un gran abrazo grupal. En esos momentos es cuando siento de verdad que ellos son como mi segunda familia.
El glorioso día llegó, todos estábamos con los nervios a tope y con la enorme esperanza de ganar. La competencia empezó. De verdad había muy buenos coros, pero eso no me asustaba, me sentía muy seguro de lo que podemos logara juntos. Al fin era nuestro turno. Comenzamos con un dueto de Finn y Rachel, con una canción que él escribió. Todo iba perfecto, se notaba la química entre ellos, pero se excedieron… se besaron cuando la canción terminó, Hubo unos segundos de tensión hasta que los aplausos de Mr. Shue y luego del resto del público nos devolvieron a la realidad. Así comenzamos la segunda parte de la presentación con una canción fabulosa, llena de ritmo y energía, todos estábamos felices bailando sobre el escenario. Teníamos la competencia en la bolsa… al menos así se sentía cuando el auditorio estalló en aplausos.
Después de una espera que pareció eterna colgaron la lista de los diez mejores, todo estábamos a la expectativa, queríamos saber en qué lugar quedamos, yo estaba hasta brincando de la emoción… mientras nos acercábamos a la lista se sentía la tensión, otros grupos ya estaban festejando, entre ellos Volcal Adrenaline, Mr. Shue se acercó leer la lista y anunció lo que nadie hubiese querido escuchar: no clasificamos. La desilusión en ese momento fue total y la culpa invadió a Finn y Rachel, cosa que empeoró porque Jesse los hacía responsables diciendo que su beso nos costó las nacionales y para terminar, al llegar al hotel Santa perdió el control, gritándole no se qué cosas a Rachel, estaba totalmente furiosa diciendo que en Lima Heights pasan “cosas malas”. El vuelo de regreso a casa fue totalmente silencioso, nadie dijo una sola palabra. Y a pesar de que perdimos no me sentí triste del todo, porque la experiencia fue asombrosa; el volar en avión por primera vez, desayunar en Tiffany’s, cantar en un verdadero escenario de Broadway… todo fue maravilloso. Justo eso te estaba contando cuando de tus labios salieron dos palabras inesperadas: te amo. Por un instante me quede paralizado, ese brillo en tus ojos, la forma tan espontánea en que lo dijiste, la manera en que te perdías totalmente viéndome… sentí como mariposas jugando en mi estómago. Sólo atiné a decir que yo también te amo, y que este ha sido un muy buen año para mí antes de que Sam y Mercedes aparecieran.
Al final, todo resultó de maravilla, aunque no ganamos como hubiera querido aún nos queda un año para llevarnos ese enorme trofeo y haciendo un recuento de todo lo que paso este ciclo escolar gané cosas más valiosas que eso… gané una madrastra que considero también mi amiga, a un hermano, a todos mis amigos del coro además de los Warblers y a ti, a ti que has llegado a iluminar mi vida, a llenarla de amor y de música, aunque esa música sea el simple latido de nuestros corazones. Te amo. Te amo y te lo digo desde lo más profundo de mi corazón, por eso sueño con un futuro a tu lado, con ir un día juntos a la universidad… por eso sueño todos los días contigo, este dormido o despierto.

Kurt H.

Blaine cerró el pequeño diario que tenía en las manos y lo dejó al lado del papel decorado en el que venía envuelto, había dedicado las últimas horas a leerlo sin detenerse, su vista ya estaba cansada pero no importaba, su corazón se sentía feliz. Tomó entre sus manos un sobre que decía “No abrir hasta terminar de leer el diario de mi príncipe”. Y sí, el príncipe era él. Había seguido la instrucción y ahora que había terminado leería la carta.

Querido Blaine:
Seguramente te preguntaras a que se debe que te diera un regalo… y la verdad es que no hay una verdadera razón… simplemente me nació, y en vista de que la hojas del diario se acabaron era la oportunidad perfecta. Después te cuestionaras porqué te regale mi diario, y para eso sí que tengo una buena explicación. Hace unos días leí una frase que decía: “Amar es dar a una persona el poder para destruirte, y confiar en que no lo hará”. Inmediatamente pensé en ti, ya que tú eres la persona a la que amo, no me da miedo decirte lo que pienso, lo que siento, cuáles son mis sueños, que es lo que me duele, lo que me preocupa, mis más ocultos miedos y secretos… porque quiero ser como un libro abierto para ti, porque sé que aunque muchas personas usarían esa información para burlarse, para herirme, chantajearme o desquitarse, tú jamás lo harías. Y lo sé porque vi la verdad en tus ojos la primera vez que dijiste que me amabas. Por eso no me da miedo darte las armas para destruirme. Porque confío plena, total y ciegamente en ti. Aunado a esto, mi diario siempre fue dirigido a ti, y esto es gracias a que cuando lo vi pensé en ti y lo compré, aún no sé cómo ni porque cruzaste mis pensamientos, pero no me arrepiento, me ha servido mucho desahogarme en el.
Quiero que lo conserves, que cuando lo veas te acuerdes de mí y sepas que mi corazón y mis pensamientos te pertenecen desde el día en que bajando aquellas escaleras de caracol te conocí.

Siempre tuyo, Kurt Hummel.

Blaine llevó una de sus manos hasta su mejilla para limpiar la lágrima que resbalaba. Se sentía feliz, tan lleno, tan afortunado de tener a alguien como Kurt en su vida. Tomó una hoja blanca de las que tenía en su escritorio, una pluma de tinta china y empezó a escribir. Una hora después estaba afuera de la casa de Kurt, ya comenzaba a anochecer, se veían los primeros destellos de las estrellas y la blancura de la luna.
-Voy- se escuchó desde adentro de la casa después de que tocó el timbre- ¡Blaine! – dijo Kurt sorprendido y le dio un fuerte abrazo a su novio -¿Qué haces aquí?
-Vine a traerte un regalo- le contestó con una enorme sonrisa entregándole una cajita bellamente forrada con un papel lleno de corazoncitos y un moño rojo.
-Aww, gracias- contestó el ojiazul y luego le dio un cálido y breve beso en los labios- Ven, pasa, hace frío afuera – tomó de la mano a su novio, como aquél día en que se conocieron, sólo que esta vez era él quién lo guiaba y era a la sala de su casa.
-Ábrelo- le indico Blaine una vez sentados en el sofá. Kurt solo lo miró, creía saber a qué se debía todo eso y después abrió su obsequio. Lo vio y una sonrisa escapó se sus labios. Eran dos diarios, muy parecidos al que él le había dado, solo que estaban en blanco.
-Hay una carta- le indicó su novio. Estaba entre los dos libritos. Blaine permaneció en silencio mientras él la leía

Querido Kurt:
Dudo que pueda con palabras describir todo lo que siento justo ahora que acabo de leer tu diario y la carta. Quiero agradecerte por confiar así en mí y prometerte que jamás te traicionaré. No sé qué de bueno hice para merecerte, eres lo más hermoso que me ha paso en mucho, muchísimo tiempo. Siento la necesidad de corresponder el hermoso regalo que mi hiciste, porque además de abrirme por completo tu corazón, de dejarme entrar en tus pensamientos, me hiciste recordar y revivir todos los bellos momentos que hemos pasados juntos, desde el día en que te conocí, como has sido un ejemplo de vida para mí, volví a sentir un nudo en la garganta al recordar los momentos en los que lloraste, las mariposas en mi estómago cuando nos besamos por primera vez, los nervios tremendos que sentía cuando me decidí a confesarte lo que sentía, esa paz al escucharte cantar, lamento tanto las veces que llegue a lastimarte o decepcionarte, reí con tu forma de ver algunas cosas, me perdí leyendo tus pensamientos, me sentí flotar solo de saber que amas tanto como yo a tí. Sentí que otra vez me enamoré de ti. Y creo que la única forma posible de agradecerte es hacer lo mismo por ti. Por eso compré dos diarios, uno porque sé que te hace bien escribir y quiero que continúes haciéndolo y el otro porque quiero comenzar el mío, y quiero que puedas leerlo siempre que así lo desees. No creo que haya algo más especial que este sentimiento que nos llena, que nos hace confiar tanto en el otro, que no hace sentir que somos uno solo. Gracias por ser parte de mi vida. Te amo.

Para siempre tuyo, tu príncipe

Kurt dobló la carta, sus ojos brillaban de una manera especial. Se refugió en el regazo de su novio y Blaine lo rodeó con sus brazos.
-¿Ya viste que tiene candado?- dijo el ojos hazel tomando uno de los diarios en sus manos. Kurt asintió. Conseguí estos en forma de corazón y esta…- dijo separándose un poco para sacar algo de la bolsa de su pantalón- esta llave es la que lo abre- continuó, mostrándole una pequeña llave colgada de una cadena- es la llave que abre mi corazón, ahora es totalmente tuya- dijo poniéndola alrededor del cuello del castaño. Kurt sentía que el corazón le iba a estallar de tanta felicidad.
-Te amo, nunca olvides eso- le dijo Blaine mirándolo directo a los ojos y dándole un tierno beso en la frente
-Yo también te amo- contestó Kurt y luego se fundieron en un cálido abrazo. Kurt respiraba el perfume de Blaine mientras él le acariciaba el cabello.
Y en ese momento todo era perfecto. Solo estaban presentes dos personas que se aman, compartiendo todos aquellos sentimientos que llenan sus almas, compartiendo la esperanza de un aún mejor año, con el sueño de compartir sus vidas por mucho más tiempo, con sus corazones latiendo como uno solo.