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[Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
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[Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Primero que todo esta historia no es mía...no me pertenece...es de una excelente escritora... leí esta historia en otro lado...y pues realmente dije como "jooo...creo que esto debe leerlo la demás gente....debe conocerlo mas gente...." así que me dispuse a pedirle el favor a la autora que me permitiera publicarlo...no tiene una sola modificación...todo es tal cual ellos escribió.....aviso de una vez...los capitulos son bastantes largos...pero bueno en lo personal lo prefiero asi!!!!
un saludo muy especial a la Autora Danya......que realmente me ha hecho sentir muchas cosas con esta historia!!! y espero que enserio las o los que lean esto les guste tanto como a mi....sin mas les dejo esta maravillosa historia....si quieren la continuación comenten!!!
A partir de 2x15
Las últimas palabras que resonaron en su mente la estaban destrozando por completo, nunca había sido tan abierta en su vida, nunca había demostrado sus sentimientos, nunca había dicho te amo. Pero a la rubia al frente de ella, nada de eso parecía importarle. Las lágrimas corrían por sus mejillas e intentaba convencerse de que nada de eso era real, de que Brittany en realidad le había dicho que la amaba tanto como ella lo hacía y que no era cierto que la había rechazado por un estúpido chico en silla de ruedas.
No fue capaz de contenerse y cuando Britt intento abrazarla, solo reacciono y la alejó de ella, dolía demasiado, y no quería tenerla cerca otra vez. Estaba herida, y cualquier caricia que la bailarina intentara proporcionarle se sentía como si le quemara la piel, porque eran caricias de lastima, solo quería calmarla porque se sentía mal de haber lastimado a su mejor amiga, porque eso le dejo claro, que ella solo podía ser su mejor amiga.
Santana corrió por los pasillos de Mckinley, escondiendo su rostro para que nadie viera las lágrimas, que aunque intentaba no dejaban de correr. En ese momento agradeció la reputación temible de la que era dueña, porque con solo ver que ella venía la mayoría se corría y evitaban todo contacto visual. Era lo mejor, no deseaba que nadie la viera así, ella era Santana López, ella no lloraba, a ella nadie la rechazaba, ella era fuerte y no podía sentir como si cada pedazo de su corazón estuviera roto, porque ella no se enamoraba.
Empujo la puerta del baño con una fuerza absolutamente desmedida, todo ese dolor se estaba trasformando en ira y necesitaba alguna forma de sacarla, cualquier objeto o persona le servía en ese momento. Santana estaba ensimismada, se miraba al espejo, tomaba agua con sus manos y la llevaba a su rostro, necesitaba limpiar toda esa vergüenza, ella nunca se había declarado y nunca más lo iba a hacer, tenía que reponerse y volver a ser la que era.
-Al parecer en este pueblo la gente no pide disculpas-. Se escuchó. Santana desvió la vista buscando de dónde provenía, y de quien tenía la osadía de reprocharle, cuando vio a una chica de rodillas en el suelo recogiendo sus cosas, al parecer cuando abrió violentamente la puerta la golpeo.
-Deberías tener más cuidado-. Reprochó la chica levantándose del suelo.
Santana se acercó, he intento disimular que minutos antes había estado llorando, aunque con solo mirar la hinchazón en sus ojos eso se hacía más que evidente. Inspecciono a la muchacha, enderezo su postura y puso su mirada fija en ella, esa que hacía temblar hasta a los gigantescos jugadores de Futbol Americano.
-Yo no me disculpo-. Respondió, con una mano puesta en su cadera e inclinándose en forma amenazante, pero la chica parecía indiferente, no mostraba ni un signo de estar asustada ni nada.
-Parece que alguien no ha tenido un buen día-.
-Ok… ¡que acaso no sabes quién soy yo!-. Exclamó tratando de hacer valer su reputación en esa escuela y molesta por la indiferencia de ella.
-Es mi primer día en esta escuela, y aunque lo intentara que no es mi intención, sería difícil que me aprendiera los nombres de todos aquí-. Respondió sarcásticamente.
-No me importa cuánto tiempo lleves aquí, te voy a dejar algo claro, yo soy Santana López y no pido disculpas y nadie siquiera se atreve a hacer contacto visual conmigo, te quedo claro-. Lanzó una última mirada y salió del lugar no dando lugar a una respuesta.
Santana pasó el resto del día sola e intentando poner su mente blanco para olvidar aunque fuera por un segundo las palabras de la rubia. Quería irse a su casa y dormir por semanas, no sentía que tuviera fuerza para enfrentar el resto del día, menos pensar en ir al Club Glee y tener que ver a Britt feliz al lado de Artie, simplemente no lo soportaba. Se daba fuerza, solo quedaba Ciencias, y podría inventar una excusa y no ir al coro.
Estaba sentada en su lugar, garabateando algunas figuras sin sentido en su cuaderno sin prestar ninguna atención a la maestra, hasta que alguien entro a la clase.
-Disculpe por llegar tarde, soy nueva aquí y estaban dándome mi horario-. Dijo la niña
-Adelante…muy bien clase, les presento a Kayle Carpentier, fue transferida de la Academia Akron-.
-Gracias por la presentación-. Dijo con hastío-. Puedo sentarme.
-Primero debo asignarte un compañero de laboratorio-. Dio una mirada y vio que Santana estaba sola-. Por lo que veo tu compañera será la señorita López-.
Santana se dio cuenta que era la misma chica con la que tuvo el incidente en el baño. Era verdad que era nueva y ahora viéndola con más detenimiento era bastante hermosa, tenía un cabello largo negro y ondas que le daba un toque desordenado, era alta y esbelta, pero lo que más resaltaba eran sus ojos verde-esmeraldas, grandes y expresivos, vestía unos jeans oscuros gastados, una camiseta y una chaqueta de cuero a la cadera, con cuello militar, al parecer la ira que tenía antes le había impedido darse cuenta del aspecto de Kayle.
La muchacha se sentó en silencio al lado de Santana. Cuando la maestra pronuncio el apellido López, cruzo en su mente el pensamiento de que había sido el primer nombre que se aprendió al llegar a la escuela. Era la maleducada chica que la golpeo con la puerta de baño y se rehusó a pedir disculpas. Quizás en su antigua escuela, ella la habría obligado a hacerlo, pero por algo se había transferido, quería un cambio y no meterse en problemas, menos el primer día, le había prometido a sus padres que iba a poner todo su esfuerzo en cambiar su actitud y así el cambio de ciudad valiera la pena.
La maestra les asigno un trabajo que era de investigación y debía hacerse en duplas. Santana pensó que ese día cada vez se ponía peor, con suerte tenía fuerza para llegar a su casa, no tenía animo ni ganas de pensar en hacer ese trabajo, pero era ciencias, y su padre doctor por lo que debía pasarlo, llevaba semanas intentando convencerlo de que le comprara un auto nuevo, y él le dijo que si hacía los méritos suficientes se lo compraría, por lo que pasar ciencias con buenas notas era un punto a favor. Así, de mala gana, miro a su nueva compañera de laboratorio, para hacer el trabajo, pero ella solo hacía unos trazos en su libreta y no prestaba la más mínima atención.
-¿Nos ponemos de acuerdo para la investigación?-.Pregunto con desdén. Pero no recibió respuesta, la chica seguía con la mirada en su libreta-. ¡Te estoy hablando!-.
-Lo último que escuche de ti es que nadie podía hacer contacto visual contigo-. Respondió con un tono calmado y siguió haciendo trazos sin sentido-. Que pasa… ¿ahora tengo permiso para mirarte?-.
Santana esbozo una pequeña sonrisa. Si, la chica a su lado se estaba burlando de ella, usando sus mismas palabras, no la miraba, ni demostraba miedo como la mayoría de la escuela, eso debería molestarla, pero no sé, había algo en ella que le atraía, quizás se sentía identificada por esa actitud.
-Está bien…creo...que…siento lo del baño-. Titubeo la latina.
-No hay problema…aunque esa no es una disculpa-. Volteo la mirada y la sostuvo fijo sobre la morena, si había sido muy maleducada pero era muy sexy y eso la distraía, no se podía enojar realmente con alguien que la mirara de esa forma-.
-Es todo lo que conseguirás de mí-.
Kayle iba a responder a eso, cuando el timbre sonó, y la latina se paró de su asiento y salió rápidamente de la sala. No pudo evitar seguirla con la mirada, ver como su cuerpo se contorneaba y su hermoso cabello iba a la par rítmicamente con sus movimientos, era realmente atractiva. Aunque necesitaba que alguien le enseñara a mejorar su actitud.
Santana salió rápido porque no quería encontrarse con ninguno de sus compañeros del coro, estaba decida a no asistir, pero al parecer ese día en particular, el universo estaba conspirando contra ella.
-Santana… ¿A dónde vas?, el señor Schuester nos espera en el auditorio-. Dijo Rachel en tono de reproche-.
-Desde cuando te doy explicaciones Berry-. Usando su tono intimidante-.
-Desde que clasificamos para las regionales y todos debemos ir a los ensayos sagradamente, no podemos perder ni un valioso segundo de preparación, quizás para ti no signifique…-.
El móvil de Santana comenzó a sonar, y era su madre así que se contestó de inmediato, le hablaba rápido por lo que la morena entendió solo la mitad, lo último que hiso fue decirle que se fuera inmediatamente a la casa, porque debían salir. La latina esbozo una sonrisa, tenía una excusa para librarse de Berry.
-Debo irme…era mi mamá y me dijo que me estaba esperando en casa-.
-Pero…y los ensayos...-.
-Adiós Berry-.
Cuando entro a su auto sintió un alivio, lo había logrado, supero ese horrible día. Ahora llegaría a su casa, entraría a su dormitorio y dormiría, quizás así olvidaría aunque fuera un par de horas a Brittany y su rechazo, mañana era sábado, por lo que tendría dos días para reponerse un poco.
Abrió la puerta y su madre la ahogo en un abrazo, parecía feliz y un tanto excitada, ahí recordó su conversación por teléfono y que le había dicho algo acerca de una cena, pero ella no tenía ganas de salir a ningún lugar, solo le diría que se sentía mal y su madre entendería.
-¿Que sucede? ¿Por qué tenía que venir a casa temprano?-.
-Porque tu padre, tiene una cena de trabajo y me llamo para que lo esperáramos
listas-. Respondió la mujer amablemente.
-¿Y porque tenemos que ir? , nunca vamos a sus reuniones-.
-No lo sé Santana, tu padre no dijo nada al respecto-.
-No quiero ir, no me siento bien-. Uso su cara de dolor y sus ojos de cachorro abandonado.
-Esa cara servía cuando tenías siete, no ahora cariño-. Dijo con una expresión de satisfacción-. Así que sube, date un ducha y ponte algo lindo, no queremos atrasarnos-.
Santana subió la escalera gruñendo y lanzando palabras al aire. No necesitaba eso, no quería seguir fingiendo que estaba bien, no quería tener que sonreír para otras personas. Al entrar a su habitación las lágrimas fluyeron otra vez, todos los sentimientos que había estado reprimiendo volvieron con mayor fuerza, no podía sacarse de la mente las palabras de Britt. Se quitó la ropa y se metió a la ducha. Dejo que el agua corriera por todo su cuerpo, que limpiara su rostro, que borrara cada caricia que Brittany le había dado, cada beso apasionado que posiciono en sus labios, quería olvidar cada “te quiero” que salió de sus labios mientras estaban juntas, cuando la rubia le pertenecía a ella y a nadie más, quería olvidar porque sentía que esos “te quiero”, eran falsos, porque si de verdad la quisiera no la habría rechazado, se habría quedado con ella por sobre cualquier chico. Las lágrimas se transformaron en sollozos, no había forma de sacarse a la bailarina, ni de la cabeza ni de su cuerpo, la tenía tan dentro de sí, habían sido mejores amigas siempre, como se supone que la olvidara de un día para otro. Si alguien era irremplazable en su vida era Brittany, su Brittany.
Abrió su gigantesco closet, y comenzó a revisar que se pondría, tenía que elegir algo sobrio, elegante pero casual y no tan sexy, aunque se miró al espejo y se dijo ¡es imposible que no luzcas sexy!, desprendió un sonrisa con esa frase, tenía que darse ánimo, no podía seguir llorando, el dolor debía disminuir en algún momento, de eso estaba segura.
Estaba maquillándose cuando tocaron a su puerta y la voz profunda de su padre se escuchó al otro lado y ella le dijo que pasara.
-Hola papi-. Dijo la latina con una sonrisa.
-Hola pequeña-. Respondió el hombre depositando un tierno beso en la cabeza de su hija.
-Dame un segundo y estaré lista-.
-No te preocupes hay tiempo todavía-. Tomo una silla y sentó junto a la morena-. Tu madre dijo que te sentías mal, que pasa San-.
-Nada, ya estoy bien, no te preocupes-. Ella sabía que tenía los ojos levemente hinchados, pero se había maquillado suficiente para disimularlo-.
-Segura, tú sabes que puedes confiar en mí-. Él tenía un presentimiento de que su hija le ocultaba algo, pero no quería presionarla, confiaba en que cuando estuviera lista se lo diría-. Tú sabes que puedes decirme cualquier cosa.
Santana lo miraba, y le costaba mantener sus ojos en los de su padre, él era un hombre fuerte, seguro de sí mismo y de sus capacidades, así salvaba vidas a diario. Él siempre había sido un ejemplo para ella, y le daba pánico defraudarlo, como le explicaba lo que le pasaba, como le decía que se había enamorado de su mejor amiga y que esta la rechazo, y que por eso se sentía como si todo dentro de ella estuviera roto, no podía, no podía fallarle de esa manera a quien más admiraba.
-Segura Papi-. Respondió fingiendo una sonrisa para tranquilizar a su padre-. Ahora cuéntame a donde vamos y porque es tan importante, mamá no me dijo nada-.
-Bien, iremos a cenar a la casa de mi nuevo jefe, que se mudó recientemente a Lima, es una familia muy poderosa. El punto es que estoy postulando para director del hospital y para ellos es importante conocer a mi familia-.
-Entonces seremos la familia perfecta papi y conseguirás el puesto-. Se paró frente a él y le arreglo la corbata que estaba corrida, le tomo el brazo con una sonrisa-. Vamos.
_______________________________________________________________________
Cuando su padre detuvo el auto, estaba frente a una inmensa casa, en realidad la palabra casa no encajaba, era más una mansión, habían conducido cerca de cuarenta minutos para llegar, estaba en las afueras del pueblo y ciertamente no habían muchas casas cerca, su padre no exageraba cuando dijo que era una familia con mucho dinero.
Tocaron la puerta y una señora de avanzada edad con uniforme de servicio doméstico, les abrió, haciéndolos pasar inmediatamente al salón principal donde estaba la familia. La morena se sentía un tanto incomoda, no iba a haber nadie de su edad, pero tenía que ser gentil para causar una buena impresión y ayudar a su padre.
-Buenas noches-. Saludo el hombre.
-Buenas noches señor Carpentier, esta es mi esposa Sofía y mi hija Santana-.
-Por favor Marcos, dime Ben y es un placer conocerlas.
-¿Y la señora Carpentier?-.
-Está en la cocina viendo unos detalles, se nos unirá pronto.
Santana pensó que se trataría de personas mayores, pero el hombre tenía como la edad de su padre y poseía un aire jovial y amable. Ella lo observaba, cuando se sintieron voces desde la puerta, se escucharon un intercambio de palabras y luego unos pasos que subían las escaleras y otro que se acercaban al salón.
-Buenas noches, disculpen la tardanza-. Dijo la mujer
-No hay problema señora Carpentier-. Exclamó Marcos.
La mujer miro a su esposo con un claro signo de molestia en su rostro.
-Sucede algo, cariño-. Preguntó Ben-.
-Nada, después lo hablamos. Ahora preséntame a nuestros invitados-.
-Él es Marco López, el jefe de cirugía del hospital, ella es su esposa Sofía y su hija Santana-.
-Un gusto, yo soy Isabel. Pasamos al comedor ya está lista la cena-. Invito la mujer amablemente-.
-¿Donde esta K?-. Preguntó el hombre.
-Se está cambiando, se atrasó de vuelta de la escuela y le dije que se fuera a poner algo más apropiado.
-Disculpen, tienen una hija, no lo sabía-. Pregunto el señor López-.
-Sí, es como de la edad de Santana, de hecho hoy fue su primer día en la escuela-. Respondió Isabel-.
-¿En Mckinley?-. Preguntó Santana un poco confundida, ahora no solo tendría que soportar una aburrida cena, sino a una niñita rica, que probablemente intentaría también colgársele en la escuela. Estaba pensando en eso cuando la tercera integrante de la familia hiso su ingreso al salón.
-Disculpen el retraso-. Señalo la muchacha que tenía la respiración agitada y estaba terminando de arreglarse un pañuelo que colgaba de su cuello, pero cuando miro al frente, su vista quedo fija en la morena -. ¿Santana?-. dijo entre sorprendida por encontrársela ahí e impresionada por lo bella que lucía la latina, llevaba un vestido azul corto, unos zapatos taco medio y una coqueta chaqueta negra corta , su pelo estaba tomado solo con un lazo que servía de cintillo.
-¿Kayle?-.Respondió la morena, también confundida. No podía creer que la chica a quien le había gritado en el baño y luego se había medio disculpado, era la hija del jefe de su padre, sintió un leve pánico de que la chica dijera lo maleducada que había sido, la pondría en un grave problema.
-¿Se conocen?-. Preguntó Ben-.
-Mmm…yo…nos…-.Tartamudeó la latina sin poder explicar la situación en la que se conocieron.
-Ella me ayudo a no perderme en la escuela hoy-. Se apresuró a decir Kayle-. Tiene una hija muy amable señor López-. Comentó lanzando un guiño a Santana, al que ella respondió con una sonrisa cómplice-.
No podía negar que esa chica tenía algo, no era solo hermosa, tenía un aire atrayente, quizás misterioso. Por su comportamiento en la escuela, se dio cuenta que no le importaba caer bien ni hacerse de amigas, si hubiera querido con solo decir que sus padres eran ricos, la mayoría de las chicas le habría seguido, pero prefería estar sola. Tenía esos ojos expresivos, esos labios tan bien delineados, su piel bronceada, y esa noche se veía mejor que en la escuela, llevaba un pantalón negro de tela, una blusa gris con diseño, un chaleco de tela sin mangas negro, un pañuelo que combinaba con la blusa y una chaqueta encima.
-¿Entonces son compañeras de escuela y de grado?-. Preguntó Isabel, rompiendo el insipiente silencio que había en la mesa.
-Si-. Respondieron casi al unísono-. Somos compañeras de laboratorio también-. Añadió Santana-.
-Me agrada la idea de que Kayle se esté haciendo amigas, el cambio ha sido fuerte y necesita personas para ambientarse, quizás tu podrías mostrarle el lugar-. Dijo Ben un poco excitado-.
-La verdad es que en Lima no hay mucho que mostrar, pero…
-Papá…no tienes que comprometer a Santana para que pase tiempo conmigo, ella posiblemente tenga cosas más interesantes que hacer que mostrarle a la chica nueva la ciudad-. Interrumpió Kayle-.
-No me molesta, podemos ir al parque o al centro comercial, no es como Nueva York pero seguro podemos pasar un buen rato-. Respondió la latina sinceramente-. Te doy mi dirección después, si quieres claro-.
-Está bien-. Respondió con sus ojos verdes fijos en la morena-.
-Te lo agradezco Santana, primero ayudas a Kayle en la escuela y ahora le enseñaras Lima, eres muy amable, eso dice mucho de crianza que has recibido-. Expresó Isabel haciendo un gesto de aprobación-. Eso sí, vas en auto me escuchaste, no quiero ni siquiera una insinuación de vas en esa cosa, ok-. Dijo mirando a su hija y cambiando su tono por un más severo-.
-Esa cosa se llama motocicleta, y no tenía pensado ir en ella-.
-¿Tienes una motocicleta?-. Preguntó Santana sorprendida, en Lima las chicas nunca andaban en moto, no se veía apropiado.
-Sí, hacía las cosas más fáciles en Nueva York, el tráfico era horrible y la usaba para ir a la escuela a veces, aquí también podría pero mi madre últimamente está un poco sensible con el tema-. Dijo haciendo énfasis burlescamente en lo último-.
-Tú sabes que muchas cosas han cambiado desde Nueva York-. Respondió la señora, mirando a su hija-.
-¿Y de qué escuela vienes Kayle?-. Preguntó el señor López.
-De la academia Akron-. Respondió
-Es la mejor escuela privada de Nueva York, es solo de mujeres, una educación de excelencia-. Añadió Isabel-. Ahora esperamos que se acostumbre a una escuela pública.
-No es tan difícil mamá, además si lo que te preocupa es que mantenga mis calificaciones lo haré-. Dijo Kayle con molestia
-Porque no pasamos al salón a tomar una copa y hablar de negocios-. Intervino Ben para relajar el ambiente que se estaba creando entre su mujer y su hija-. Kayle porque no le enseñas la casa a Santana, aquí se van a aburrir-. Indicó, a lo que el padre de Santana hiso un gesto de aprobación.
Kayle se levantó y comenzó a mostrarle partes de la casa como su padre le ordenó, hasta que salieron a una terraza de donde se veía la parte trasera de la mansión, que podría decirse era prácticamente un parque, y se sentaron en una banca que había, una al lado de la otra a admirar la vista.
-Lo siento por lo de la mañana, y gracias por no decir lo maleducada que fui, tú inventaste eso de que fui amable mientras yo…-. Expresó Santana.
-No te preocupes-. Interrumpió-. No mentí, estoy segura que muy dentro hay una persona amable-. Fijo su mirada en ella y le sonrió haciendo una mueca-.
-De verdad lo siento, solo que hoy no fue un buen día-.
-Lo entiendo, olvídalo, todos tenemos días que quisiéramos olvidar, yo por lo menos tengo muchos que quisiera olvidar-.
-El cambio no es fácil verdad, de Nueva York a esta ciudad pequeña-. Dijo la latina buscando una explicación para la visible sombra que se posó sobre la muchacha al recordar su antigua vida-. Yo voy a intentar mostrarte lo menos aburrido de Lima, aunque no prometo que te gustará-. Cada palabra fue con entusiasmo, no sabía que tenía esa chica pero de cierta manera se sentía mejor. Comenzó a restregar sus manos en sus brazos, el frío de la noche se estaba haciendo notar.
-No tienes que hacer eso, de verdad, mi papá solo quiere que tenga amigas, pero no te sientas obligada a salir conmigo…-. Notando que la morena tenía un poco de frío.
-No me siento obligada…yo…me gustaría pasar tiempo contigo-. Expresó con una sonrisa, y notando que la chica se sacaba su chaqueta-. ¿Qué haces? ¿Hace frío?-.
-No tengo frío-. Coloco suavemente su chaqueta en los hombres de Santana, para cubrirla-.
-No es necesario…tu-. Ese movimiento la descoloco, nadie nunca había sido tan amable con ella, menos alguien que recién conocía-.
-Entonces…te recojo a las 11:00. Así podemos pasar el día y almorzar en alguna parte, ¿hay algún sitio decente por aquí?-. Dijo sin prestar atención a los reclamos de la morena-.
-Creo que te podría gustar alguno-.Expresó la latina.
De verdad quería eso, distraerse, salir, definitivamente conocer a Kayle le servía como remedio para olvidar a cierta rubia que le había roto el corazón.
Estaban animadas siguiendo con la conversación, cuando Marcos López se acercó y le dijo a su hija que ya era hora de ir a casa. Kayle los acompaño a la puerta junto al resto de la familia y quedaron en verse el día siguiente.
Santana ya estaba en el auto y todavía sentía ese aroma agradable que reconocía como el perfume de Kayle, era suave pero intoxicarte. Ahí se dio cuenta que llevaba aún su chaqueta, había olvidado devolvérsela, pero no era problema, la vería de nuevo mañana, además le gustaba la idea de tener algo de esa chica.
-Gracias por llevar a Kayle a recorrer Lima mañana, te comportaste muy bien, San-.
Dijo su padre cuando estaban llegando a su casa y ella subía a su habitación-.
-No hay problema, además de verdad me agrada-.
-Lo sé, o sino aunque te lo hubiera pedido de rodillas no lo habrías hecho-. Indicó seguro ya que conocía de sobra el carácter de Santana.
La morena solo atino a sonreír. “Buenas noches papi”. Y siguió subiendo las escaleras en dirección a su dormitorio, necesitaba dormir, había sido un largo día y tenía que despertar despejada para mostrar a su nueva amiga la ciudad.
_______________________________________________________________________
Kayle, puso su despertador a las 9:00 a.m., quería tomarse su tiempo para una ducha larga y reponedora, no había dormido muy bien porque su teléfono sonó en varias ocasiones durante la noche, ella sabía quién era y se negó a contestar, porque supuso que quien la llamaba estaba borracha, finalmente opto por apagar su móvil. Se tomó aproximadamente media hora en la ducha, selecciono la ropa con cuidado, eligiendo algo simple que pareciera casual, un pantalón gris oscuro con líneas más claras en el mismo tono, una camiseta con cuello en blanco y su chaqueta de cuero favorita encima. Cuando termino de vestirse, se sintió satisfecha, se veía bien y no muy producida, la verdad no sabía porque estaba un poco nerviosa, no era como si eso fuera una cita, era simplemente una salida a conocer el pueblo con una chica que al parecer quería ser su amiga o por lo menos conocerla.
Bajó las escaleras, buscando a sus padres para despedirse, ya eran las 10:25 y le tomaba cerca de 40 minutos llegar, así que estaba al límite e incluso tendría que manejar un poco rápido, su madre salió a encontrarla para decirle si deseaba desayunar, pero le respondió que no alcanzaba y que la vería en la noche. La mujer le recordó que tenían otra cena, pero Kayle no tenía intención de ir, así que no prestó atención.
Mientras manejaba hacía la casa de Santana, pensaba como su vida había cambiado tanto en menos de un año, como de vivir en Nueva York, estudiar en una escuela privada, tener una hermosa novia y ser la persona más popular en Akron. Hoy conducía por un camino prácticamente inhabitado, iba a una escuela pequeña, estaba soltera y en Mckinley era una más. Pero se sentía mejor así, por lo menos el poco tiempo que llevaba en Lima, había pasado más tiempo seguido con sus padre que en todo un año en la ciudad, se sentía libre y no condicionada por los márgenes sociales de la exigente Socialité Neoyorquina, quería que la conocieran por lo que ella era y no que la trataran bien por el apellido que llevaba, solo quería que alguien se diera el tiempo de conocerla lo suficiente.
Estaciono el auto en la entrada de la casa de la familia López, y camino a la puerta, no entendía porque sus manos le sudaban y su respiración estaba levemente agitada. Le gustaba la idea de pasar tiempo con Santana, a solas, pero a la vez la ponía nerviosa. Tocó el timbre y espero que alguien le abriera.
-Kayle…pasa… ¿Cómo estás?-. Saludo animosamente la señora López-.
-Buenos días…yo…vengo a…- Tartamudeo-.
-Lo sé, vienes por Santana, aún está en su habitación, debe estar por bajar, te puedo ofrecer un café o un té mientras la esperas-.
-No estoy bien, gracias, si no le molesta preferiría esperarla afuera-.
-No hay problema, yo voy a subir a buscarla, saldrá en un momento-.
-Gracias señora López-.
Santana estaba terminando de arreglarse, cuando sintió el sonido de un auto estacionarse en su porche, miro por la ventana y vio que era Kayle, se acercó al reloj y sonrió con satisfacción 11:00 a.m. en punto. Se miró al espejo por última vez y se lanzó un beso, realmente podría ponerse una bolsa de papel encima y aun así lucir sexy. Bajaba la escalera, cuando su madre al parecer iba a subir por ella, la chica la estaba esperando afuera.
Cuando salió, agradeció llevar lentes de sol que disimularon la expresión de su rostro. Kayle estaba apoyada en el capot del auto, que no era cualquier auto, era un Jaguar deportivo descapotable en color negro, una obra de arte, sin embargo, no era el vehículo lo que la impresiono, era definitivamente la chica, con su postura elegante pero descuidada, sus brazos cruzados, unos lentes de sol, y mirándola con esa sonrisa fascinante que siempre tenía.
-Hola, que puntual-. Saludo la latina con un beso en la mejilla-.
-Llegar temprano es lo menos que podía hacer para agradecer tan amable invitación-. Dijo mientras abría la puerta del copiloto para que subiera la morena-.
Santana hiso una nota mental. Anoche cuando se dio cuenta que tenía frío me cubrió con su chaqueta, ahora me abre la puerta del auto, y muchas veces la he sorprendido mirándome fijamente, y sin contar esa sonrisa coqueta que tiene, quizás es amable solamente, la educaron para serlo, no quiero mal interpretar las señales, aunque yo también le he coqueteado, está bastante buena, no me molestaría en lo absoluto enseñarle algunas cosas más que solo la ciudad.
-Entonces… ¿A dónde vamos?-. Pregunto Kayle-. Llegue hasta tu casa con GPS así que sería útil si me dieras las instrucciones para llegar a donde quieras ir-.
-¿A dónde yo quiera?- La morena pregunto aún distraía en sus pensamientos anteriores por lo que esa frase le salió con un tono un tanto malicioso-.
-Eeemmm…yo no conozco lugares aquí todavía…pero no he desayunado… ¿vamos por un café?-. Respondió tragando saliva he intentado no hacer evidente su nerviosismo por la frase descaradamente coqueta de la otra chica-.
-Es una buena idea, yo tampoco desayune y mi cerebro no conecta bien sin un buen café, podríamos pasar al Starbucks y pasear en el parque ¿o es muy aburrido?-. Dijo la morena intentando sonar casual, para esconder su nerviosismo, no había querido decir lo anterior, solo salió.
-Me parece una buena idea-.
Compraron en sus cafés, Latte para Santana, expresso para Kayle, y agregaron unos mufins, una lunas y en realidad todo lo que la latina había querido, la otra chica solo se limitó a consentirla. Conducían hacía al parque en un cómodo silencio, solo interrumpido en ocasiones por las instrucciones de la morena, así estacionaron el auto y salieron para tomar su rico desayuno en una de las bancas cerca de la laguna.
-Tiene su encanto…me gusta el paisaje-. Dijo la chica de ojos verdes mirando fijamente a la morena, mientras le daba un sorbo a su café-.
-No es Central Park…pero-.
-No tienes que comparar todo con Nueva York, sabes…cada lugar tiene sus cualidades-. Interrumpió la chica-. Me gusta encontrar lo hermoso en cada cosa-. No quitaba sus ojos de Santana-.
-¿Eso es lo que haces conmigo?-.
-¿A qué te refieres?-.
-Cuando nos conocimos, te golpee con una puerta, fui grosera y prácticamente te amenace…y tú solo me salvaste con mis padres, para después decirme que pensabas que había alguien amable dentro de mi…entonces eso es lo que buscas en mi…¿encontrar algo hermoso?...porque si es así…tal vez pierdas tu tiempo-. A medida que fue hablando su voz parecía más insegura, no sabía porque había dicho todo eso, quizás porque después de lo de Britt, se sentía que no era suficiente para que alguien la amara solo a ella-.
-Para ver lo hermoso en ti no hay que buscar…tú… eres preciosa a simple vista y estoy segura que no solo por fuera…tú ojos expresan más de lo que imaginas-.
Respondió con seguridad pero dejando algo en el aire…se miraron por unos segundos hasta que la chica tomo el valor para preguntarlo-. Yo…no quiero sonar entrometida…pero…ese día que nos conocimos…tú estabas llorando…parecías de verdad muy triste, y en tus ojos a veces todavía puedo ver algo de tristeza…yo…si tú no quieres hablar de eso lo entenderé quiero decir a penar nos conocemos…no quiero que te molestes -. Estaba nerviosa no quería presionarla, había sido testigo presencial de como
actuaba la latina cuando se sentía amenazada y no quería arruinar el momento-.
-No me molesta-. Estaba sorprendida por como la otra chica había leído en sus ojos que algo pasaba, nadie nunca había hecho eso, o sea si hubo alguien antes, pero esa persona le llevaba años de ventaja, no se podía comparar-. Ese día alguien…alguien que yo quiero mucho…me rechazó…yo me enamore y duele cuando no te aman de la misma forma-. Termino esa frase intentando controlar las lágrimas que querían salir, miro para otro lado para que la muchacha a su lado no se diera cuenta-.
-Hey-. Dijo colocando dos dedos en la barbilla de la morena y girando su cara para mirarla a los ojos-. No tienes que avergonzarte por estar enamorada-.
-No sabía cómo se sentía que alguien te rompiera el corazón-. Una lágrima cayó por su mejilla-.
-Lo entiendo…-. Dijo mientras con su dedo pulgar limpiaba la lágrima de Santana-.
Duele…pero no hay nada que el tiempo no ayude a superar…no se olvida…pero uno se va sintiendo mejor-. Expresó sinceramente-.
-Que acaso alguien también rompió tu corazón-.
-En mil pedacitos…
-Y tiene que ver con que hayas dejado Nueva York-.
-Si-.
Ninguna de las dos sabía porque estaban siendo tan sinceras, quizás la necesidad de liberar sus sentimientos, y que no había otra personas que las entendiera, o era que sentía que había un lazo especial, algo que las hacía sentir confianza aunque fuera contra su naturaleza reservada y defensiva.
-Tengo una idea-. Dijo de repente Kayle mirando una pequeña balsa de madera que estaba en la orilla de la laguna-.
-Ni lo sueñes-. Respondió Santana adivinando lo que la otra chica iba a decir-.
-¡Vamos!...será divertido, yo puedo remar...-.
-Valoro mi vida y no me subiré a esa cosa-.
-Que Santana López le tiene miedo a una simple balsa-. Dijo con un tono burlesco para atacar el ego de la morena-.
-No es eso…no hemos terminado de desayunar-. Respondió apuntando a los mufins que todavía quedaban en la bolsa-.
-Eso es porque tendrías que llamar a un ejército para que se comiera todo lo que compraste-.
-Pero…es que yo quería…
-Parecías una niña de cinco año en una tienda de juguetes, así que no te detuve…era realmente adorable-. Dijo riendo-. Ahora no seas cobarde, prometo que si caes al agua me tirare a salvarte-. Se levantó de la banca y tomo la mano de la morena.
-Está bien…pero si pasa algo…yo te-.
-Deja de reclamar-. Tiró con fuerza el brazo de la latina y se dirigieron a la orilla de la laguna para subirse a la balsa y comenzar a remar para alejarse la orilla.
-¡Hey!-. Dijo Kayle-. No me molestaría que me ayudaras a que esto de mueva-.
-Eeemmm…no lo creo…fue tu idea así que puedes seguir remando-. Dijo estirando su cuello hacía atrás mientras se apoyaba en sus codos-. Yo te doy todo mi ánimo desde aquí…-.
-Eres una abusiva lo sabías…
-Si…creo me lo han dicho un en un par de ocasiones-.
Las dos chicas reían y conversaban acerca de cosas sin mayor importancia, cuando el móvil de Kayle comenzó a sonar.
-No contestas-. Preguntó Santana-.
-No…yo no quiero hablar por el momento-.
-Tiene relación con tu ex -.
-De hecho es mi ex…bloquee su número pero me llama desde otros y no sé qué…
-Lo entiendo…yo también últimamente evito llamar a Br…-. Cuando iba a pronunciar el nombre de la rubia, se dio cuenta de la información que iba a revelar si lo decía, por lo que guardo silencio. Tuvo suerte que la muchacha estuviera más pendiente del teléfono que de lo que ella decía-.
-Creo que es mejor que volvamos…podemos ir a ver un lugar donde almorzar-. Dijo rompiendo el silencio-.
-Si estoy de acuerdo…pero esta vez invito yo ¿ok?-.
-Pero…
-No es una pregunta…está bien que seas una niñita rica pero yo también puedo invitarte-. Expresó la latina haciendo esos gestos de cuando el tema no era discutible para ella-.
-Entiendo, aunque no era necesario llamarme niñita, me habías convencido desde antes con tu mirada fulminante-.
Kayle remó hasta la orilla y ahí tomó el brazo de Santana para ayudarla a bajar, caminaron lento y relajado hacía el auto, riendo de bromas tontas que hacían. La morena agradecía haber salido con vida de la balsa y la otra chica se hacía la indignada por que dudaba de sus capacidades en los remos. Las dos se sentían cómodas con la otra, cada una tenía cosas que necesitaba olvidar y pasando tiempo juntas eso ocurría.
Santana llevo a Kayle a Breadstix, era uno de sus lugares favoritos en Lima, le gustaba la comida y lo encontraba agradable. Pero cuando entraron la latina se dio cuenta inmediatamente que en la mesa del fondo estaban Rachel, Quinn, Britt, Artie y Kurt. Intento devolverse pero iba a ser demasiado evidente por lo que su única solución fue sentarse en una mesa lo más lejos posible de la de sus compañeros del coro.
-¿Te pasa algo?-. Preguntó la morena de ojos verdes-.
-No me pasa nada ¿por qué?-.Intentando ocultar lo mejor posible su incomodidad-.
-Porque estas un poco pálida…quizás no fue buena idea lo de andar en bote inmediatamente después de desayunar-.
-Estoy bien…solo iré al baño…ve la carta por mientras-. Indicó la morena antes de dirigirse al baño de mujeres, sin darse cuenta que su presencia en el lugar ya había sido percibida-.
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-Esa que acaba de entrar no es Santana…y ¿quién es la chica?-. Preguntó Quinn
-No lo sé…es bonita-. Dijo Britt, observando con curiosidad a la chica que ahora estaba sola en la mesa-.
-Es nueva, su nombre es Kayle algo, tengo español con ella-. Respondió Rachel
-Y que hace Santana saliendo con una chica nueva, no es precisamente del comité de bienvenida-. Exclamó Artie sarcásticamente-.
-¿Qué pasa Kurt?...si la sigues mirando fijo pensará que la acosamos-. Dijo Quinn
-Es que creo haberla visto antes…pero no estoy seguro, si es donde pienso no tiene mucho sentido que viva acá y estudie en Mckinley-. Dijo pensativo y tomando su móvil para ingresar a internet a verificar su información-.Cual dijiste que era su nombre Rachel, recuerdas su apellido-.
-No estoy segura, pero creo que es Kayle…Carpentier.
Todos estaban en silencio esperando a que Kurt ingresara los datos en su celular aunque ninguno sabía que es lo que estaban esperando, para ellos solo era la niña nueva, lo único extraño, era que le hubiesen permitido transferirse a solo cuatro meses de finalizar el año escolar.
-¡Lo sabía!-. Exclamó de repente Kurt, asustando un poco a los demás que tenían cierto desconcierto-.
-Que es lo que se supone que sabías…no estamos entendiendo mucho-. Dijo Quinn intrigada-.
-Nuestra nueva compañera es parte de la Elite Neoyorkina, estudiaba en una exclusiva academia de esa ciudad y viene de una de las familias más ricas de los Estados Unidos, su familia tiene negocios en casi todo, clínicas, bancos, teatros, estudios de cine y podría seguir, en resumen es una heredera, miren-. Les mostro una fotografía de una revista de sociedad donde salía una entrevista a Kayle-. Es casi una celebridad-.
-Pero que puede estar haciendo alguien como ella en Lima-. Preguntó Rachel confundida-.
-Es una buena pregunta…creo que otra es que hace con Santana-.
Se quedaron observando a la chica, casi fijamente y tomando el acuerdo que cuando tuvieran la posibilidad interrogarían a Santana al respecto.
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Kayle, estaba viendo la carta, cuando su móvil estaba sonando otra vez, fue cuando ya perdió la paciencia y decidió que terminaría con eso.
-Hasta cuando piensas seguir molestándome-. Expreso agresivamente-. Te dije que no quiero hablar más contigo, ya cerré mi Facebook, cambie mi mail y bloquee tu número, ahora vas a hacer que cambie mi teléfono-. Iba cada vez aumentando el tono y el disgusto-.
-Solo dime dónde estás…por favor y así podremos arreglar todo esto-. Se escuchó en la otra línea en tono de súplica-.
-No tenemos nada que arreglar entiende…Francis por favor deja de llamar esta es la última vez que te contesto-.
-No voy a dejar de llamar hasta que me digas dónde estás…es lo único que te pido-. Decía la voz a punto de llorar-.
-Tú no tienes derecho a pedirme nada, ¿me engañaste recuerdas?, así que no llores ni te hagas la victima ahora, se terminó y voy a colgar porque estoy ocupada-.
-Estás con alguien…tú ¿tienes novia?-. Preguntó tímidamente-.
-Eso tampoco tengo que responderlo, tú ya no eres mi novia por lo que no tengo que darte ningún tipo de explicación. Adiós.
Cuando cortó, sintió una punzada fuerte en medio del pecho. No podía evitar sentir que todo lo que estaba construyendo se cayera cada vez que hablaba con Francis, si, ella la engaño, pero no podía evitar pensar que si la volvía a ver podría perdonarla, ella había sido su primer amor y era difícil olvidarla.
-¿Y?... ¿ya elegiste?-. Preguntó una voz, rosándole el hombro antes de tomar asiento en la silla al frente de ella.
-Eeemm…no lo siento, me distraje en algo-. Respondió intentando ocultar sus sentimientos por la conversación telefónica que había tenido antes.
-Ahora yo debo preguntar ¿estás bien?...estás como extraña…paso algo mientras no estuve-.
-No nada…bueno solo que ese grupo de allá no deja de mirarme, pero supongo que es porque soy nueva-. Exclamó con una sonrisa para desviar la atención en el grupo-.
-Si es porque eres nueva, es una ciudad pequeña, y tú llamas la atención, sobre todo si estacionas un auto afuera que probablemente vale más que el restaurant-.Dijo bromeando la morena para distender el ambiente y sacar una sonrisa de la chica.
Además sabía quiénes eran los que la miraban.
Cuando el mozo se acercó ya habían elegidos sus órdenes, mientras comieron siguieron conversando, de la escuela, del proyecto de ciencias y de lo que harían después de salir de Breadstix, para lo que Santana ya tenía un plan. Estaban en eso cuando la morena se dio cuenta que sus compañeros se acercaban a la mesa.
-Hola Santana-. Dijo Kurt animadamente y mirando con curiosidad a la otra chica-.
-Hola-. Respondió la latina no tan amistosamente-.
-Te vimos y como ya nos vamos pensamos en saludarte antes-. Dijo Quinn
Santana noto que Britt no decía nada solo se limitaba a inspeccionar con la mirada a Kayle, la observaba como si analizara cada centímetro de la muchacha. Esa actitud le produjo una sensación de satisfacción, sabía que detrás de esa mirada había solo una cosa y eso era celos.
-Y no nos presentas a tu amiga-. Dijo Kurt-.
-Claro, ella es Kayle Carpentier y es nueva en la escuela-.
-Hola chicos-. Añadió la morena
-Hola es un placer conocerte-. Respondió Kurt quien casi se le abalanzo para darle la mano.
-Bueno nos vemos en la escuela el lunes-. Exclamó la morena en un tono cortante intentando que sus amigos se fueran.
-Ahora vamos al cine a ver una película, pensábamos que podrían ir con nosotros-. Dijo Rachel -.
-Eemmm-. Santana no quiso ser desagradable así que miro a Kayle esperando a que ella decidiera-.
-Agradecemos la invitación, pero ya tenemos planes, podríamos dejarlo para otra ocasión-. Respondió cordialmente la chica-.
-Ok, lo entendemos…nos vemos en la escuela entonces.
El grupo se alejó, susurrando entre ellos, mientras que las chicas se relajaron al encontrarse solas otra vez.
-Gracias por no aceptar ir con ellos-. Soltó Santana, en tono de alivio.
-No hay problema, la verdad son un poco extraños, ellos eran los que me miraban fijo desde el otro lado…aunque ya me imagino porque-.
-¿Por qué?-. Preguntó la morena un tanto perdida-.
-Deben haber visto alguna fotografía mía en alguna revista antes solían entrevistarme, mi familia participa en muchos eventos-. Respondió algo resignada-.
-Lo siento…debe ser incomodo que te traten diferente…lo lamento…ellos no son así todo el tiempo-.
-No te preocupes no es tu culpa…sabes es una de las cosas que me gusta de ti, tu eres tan desagradable conmigo como con todos, creo que nadie me había golpeado antes-. Recordó riendo.
Terminaron de comer y Santana le dijo que la llevaría a uno de sus lugares favoritos en la ciudad, que era la tienda de helado. Disfrutaron de la mutua compañía durante el resto de la tarde, caminaros por las calles de Lima y aprovecharon de conocerse, intercambiar experiencias y soltarse un poco. Ya estaba anocheciendo cuando Santana le hablo de un lugar al que quería ir con ella.
-¿Es muy tarde para conocer un último lugar?-. Preguntó la morena en un tono infantil que utilizaba cuando no quería un no por respuesta-.
-No lo creo…tendría que llamar a papá para decirle que no voy a ir a la cena-.
-Que todas las noches tienes alguna cena que asistir-.
-Créeme es mejor que mi rutina en Nueva York-. Respondió con fastidio-. Dame un segundo-.
Marco al móvil de su padre y tuvieron una breve conversación, a lo que el hombre no se negó a que llegara tarde y se saltara la cena. Ya iban en el auto camino al último lugar.
-Entonces… ¿A dónde vamos?-.
-Tú solo conduce-.
-Ok-.
Cuando se iban acercando, Kayle, vio de lo que se trataba, después de pasar varios minutos sin nada más que árboles de paisaje, llegaron a un lugar que estaba prácticamente escondido, pero que daba una vista privilegiada de la ciudad, más a esa hora donde estaba atardeciendo, se veía todo iluminado.
-Es realmente impresionante…no pensé que Lima pudiera verse así-. Dijo la chica de ojos claros, observando el paisaje-.
-Vengo cuando necesito pensar…es como mi lugar especial-. Expresó la morena, colocándose al lado de la otra chica en el capot del auto-.
-Gracias por…compartirlo conmigo…-. Señaló fijando sus ojos en la morena-.
-Considéralo la disculpa que te debía-. Dijo sonriendo y devolviendo la mirada-.
-Ya me había olvidado de eso-.
-Hay algo que quiero preguntarte…cuando estábamos en Breadstix…escuche parte de tu conversación por teléfono…no fue con intensión lo prometo…solo que…hay algo que…-. La morena estaba nerviosa-.
-Si mi ex es una chica-. Respondió antes que la latina pudiera preguntar-.
-Como sabes que iba a preguntar eso-. Preguntó confundida-.
-No lo sé…creo que porque no aclaré eso en nuestra conversación en el parque, si nos estamos conociendo, no me gustaría ocultar esa parte de mí.
-O sea no encuentras que haya algo malo en…-. Preguntó desviando la mirada-.
-Para nada…o sea creo que hay muchas cosas mal conmigo, pero que me gusten las chicas no es una de ellas-. Respondió con una sonrisa-. Porque… ¿tú quieres decirme algo?-.
-Es acaso muy obvio-.
-Lo fue un poco, cuando tenía a una chica rubia y alta mirándome con odio en Breadstix…y pensé porque me miraba así y lo único que he hecho desde que llegue es salir contigo, por lo que tú eras la única causa probable de ese odio-.
-Esa conjetura es lógica aunque rebuscada…
-En realidad…fue más obvio cuando vi como la mirabas-. Respondió con una cuota de decepción-. Quieres contarme… ¿Fue ella la que rompió tú corazón?-.
- Si…ella es Brittany, es mi mejor amiga y…nosotras…nos besábamos y dormíamos juntas, y ella me pidió que le dijera que sentía…yo sé que la herí, mentí muchas veces diciendo que era solo sexo, pero cuando le dije que la amaba… prefirió quedarse con su estúpido novio-. Su voz se escuchaba temblorosa, sentía como las lágrimas caían por sus mejillas, ahí estaba derrumbándose otra vez, sin embargo, esta vez sintió como unos brazos la envolvieron, dándole consuelo y apoyo, fue como sacar un gran peso de sus hombros, era primera vez que se lo contaba a alguien y la hacía sentir mejor, acurruco su cabeza en el hombro de Kayle, mientras ella le acariciaba el cabello intentando consolarla. No podía entender, como alguien a quien conocía hace dos días la podía hacer sentir así-.
-Ya estoy mejor-. Dijo la latina separándose de la otra chica y limpiándose el rostro-. Esto está siendo vergonzoso…debo dejar de llorar-.
-Llorar no es algo por lo que se deba sentir vergüenza…para otras cosas si-.
Respondió melancólicamente-.
-¿Cómo para engañar?-.
-Si…creo que eso lo escuchaste de la conversación-.
-Lo siento no quería ser tan brusca…
-No te preocupes…pero si…supongo que es mi turno de contar mi historia…Francis, ha sido mi única novia, me enamore creo, y era todo perfecto, éramos las personas más populares de la academia por lo que nadie nos cuestionaba…ella para mí era todo hasta que un día creo que se aburrió de mi porque descubrí que se estaba acostando con un tipo amigo de su hermano y créeme no lo supe de la mejor forma…y de ahí todo fue caos, pasaron muchas cosas y…mis padres decidieron que era mejor sacarme de Nueva York por un tiempo-. La chica solo miraba hacía la ciudad lo que le daba un reflejo brilloso en sus ojos-.
-¿La extrañas?...
-Si…aunque hoy…ha sido el primer día que no la he extrañado…y te lo debo a ti-. Dijo tomando la mano de Santana-.
Santana sintió calor agradable que iba desde su mano viajando por todo su cuerpo. Ella le daba una seguridad que nunca había sentido antes, de cierta manera se sentía viva de nuevo y no vacía, era confuso, quería disfrutar cada segundo de ese momento, y no soltar la mano de Kayle. Se miraban la una a la otra, sin decir nada. Sus sentidos expresaban mucho más. Sus corazones y cada uno a su manera comenzaban a latir otra vez.
un saludo muy especial a la Autora Danya......que realmente me ha hecho sentir muchas cosas con esta historia!!! y espero que enserio las o los que lean esto les guste tanto como a mi....sin mas les dejo esta maravillosa historia....si quieren la continuación comenten!!!
Capitulo Uno: “Mi primera herida”
A partir de 2x15
Las últimas palabras que resonaron en su mente la estaban destrozando por completo, nunca había sido tan abierta en su vida, nunca había demostrado sus sentimientos, nunca había dicho te amo. Pero a la rubia al frente de ella, nada de eso parecía importarle. Las lágrimas corrían por sus mejillas e intentaba convencerse de que nada de eso era real, de que Brittany en realidad le había dicho que la amaba tanto como ella lo hacía y que no era cierto que la había rechazado por un estúpido chico en silla de ruedas.
No fue capaz de contenerse y cuando Britt intento abrazarla, solo reacciono y la alejó de ella, dolía demasiado, y no quería tenerla cerca otra vez. Estaba herida, y cualquier caricia que la bailarina intentara proporcionarle se sentía como si le quemara la piel, porque eran caricias de lastima, solo quería calmarla porque se sentía mal de haber lastimado a su mejor amiga, porque eso le dejo claro, que ella solo podía ser su mejor amiga.
Santana corrió por los pasillos de Mckinley, escondiendo su rostro para que nadie viera las lágrimas, que aunque intentaba no dejaban de correr. En ese momento agradeció la reputación temible de la que era dueña, porque con solo ver que ella venía la mayoría se corría y evitaban todo contacto visual. Era lo mejor, no deseaba que nadie la viera así, ella era Santana López, ella no lloraba, a ella nadie la rechazaba, ella era fuerte y no podía sentir como si cada pedazo de su corazón estuviera roto, porque ella no se enamoraba.
Empujo la puerta del baño con una fuerza absolutamente desmedida, todo ese dolor se estaba trasformando en ira y necesitaba alguna forma de sacarla, cualquier objeto o persona le servía en ese momento. Santana estaba ensimismada, se miraba al espejo, tomaba agua con sus manos y la llevaba a su rostro, necesitaba limpiar toda esa vergüenza, ella nunca se había declarado y nunca más lo iba a hacer, tenía que reponerse y volver a ser la que era.
-Al parecer en este pueblo la gente no pide disculpas-. Se escuchó. Santana desvió la vista buscando de dónde provenía, y de quien tenía la osadía de reprocharle, cuando vio a una chica de rodillas en el suelo recogiendo sus cosas, al parecer cuando abrió violentamente la puerta la golpeo.
-Deberías tener más cuidado-. Reprochó la chica levantándose del suelo.
Santana se acercó, he intento disimular que minutos antes había estado llorando, aunque con solo mirar la hinchazón en sus ojos eso se hacía más que evidente. Inspecciono a la muchacha, enderezo su postura y puso su mirada fija en ella, esa que hacía temblar hasta a los gigantescos jugadores de Futbol Americano.
-Yo no me disculpo-. Respondió, con una mano puesta en su cadera e inclinándose en forma amenazante, pero la chica parecía indiferente, no mostraba ni un signo de estar asustada ni nada.
-Parece que alguien no ha tenido un buen día-.
-Ok… ¡que acaso no sabes quién soy yo!-. Exclamó tratando de hacer valer su reputación en esa escuela y molesta por la indiferencia de ella.
-Es mi primer día en esta escuela, y aunque lo intentara que no es mi intención, sería difícil que me aprendiera los nombres de todos aquí-. Respondió sarcásticamente.
-No me importa cuánto tiempo lleves aquí, te voy a dejar algo claro, yo soy Santana López y no pido disculpas y nadie siquiera se atreve a hacer contacto visual conmigo, te quedo claro-. Lanzó una última mirada y salió del lugar no dando lugar a una respuesta.
Santana pasó el resto del día sola e intentando poner su mente blanco para olvidar aunque fuera por un segundo las palabras de la rubia. Quería irse a su casa y dormir por semanas, no sentía que tuviera fuerza para enfrentar el resto del día, menos pensar en ir al Club Glee y tener que ver a Britt feliz al lado de Artie, simplemente no lo soportaba. Se daba fuerza, solo quedaba Ciencias, y podría inventar una excusa y no ir al coro.
Estaba sentada en su lugar, garabateando algunas figuras sin sentido en su cuaderno sin prestar ninguna atención a la maestra, hasta que alguien entro a la clase.
-Disculpe por llegar tarde, soy nueva aquí y estaban dándome mi horario-. Dijo la niña
-Adelante…muy bien clase, les presento a Kayle Carpentier, fue transferida de la Academia Akron-.
-Gracias por la presentación-. Dijo con hastío-. Puedo sentarme.
-Primero debo asignarte un compañero de laboratorio-. Dio una mirada y vio que Santana estaba sola-. Por lo que veo tu compañera será la señorita López-.
Santana se dio cuenta que era la misma chica con la que tuvo el incidente en el baño. Era verdad que era nueva y ahora viéndola con más detenimiento era bastante hermosa, tenía un cabello largo negro y ondas que le daba un toque desordenado, era alta y esbelta, pero lo que más resaltaba eran sus ojos verde-esmeraldas, grandes y expresivos, vestía unos jeans oscuros gastados, una camiseta y una chaqueta de cuero a la cadera, con cuello militar, al parecer la ira que tenía antes le había impedido darse cuenta del aspecto de Kayle.
La muchacha se sentó en silencio al lado de Santana. Cuando la maestra pronuncio el apellido López, cruzo en su mente el pensamiento de que había sido el primer nombre que se aprendió al llegar a la escuela. Era la maleducada chica que la golpeo con la puerta de baño y se rehusó a pedir disculpas. Quizás en su antigua escuela, ella la habría obligado a hacerlo, pero por algo se había transferido, quería un cambio y no meterse en problemas, menos el primer día, le había prometido a sus padres que iba a poner todo su esfuerzo en cambiar su actitud y así el cambio de ciudad valiera la pena.
La maestra les asigno un trabajo que era de investigación y debía hacerse en duplas. Santana pensó que ese día cada vez se ponía peor, con suerte tenía fuerza para llegar a su casa, no tenía animo ni ganas de pensar en hacer ese trabajo, pero era ciencias, y su padre doctor por lo que debía pasarlo, llevaba semanas intentando convencerlo de que le comprara un auto nuevo, y él le dijo que si hacía los méritos suficientes se lo compraría, por lo que pasar ciencias con buenas notas era un punto a favor. Así, de mala gana, miro a su nueva compañera de laboratorio, para hacer el trabajo, pero ella solo hacía unos trazos en su libreta y no prestaba la más mínima atención.
-¿Nos ponemos de acuerdo para la investigación?-.Pregunto con desdén. Pero no recibió respuesta, la chica seguía con la mirada en su libreta-. ¡Te estoy hablando!-.
-Lo último que escuche de ti es que nadie podía hacer contacto visual contigo-. Respondió con un tono calmado y siguió haciendo trazos sin sentido-. Que pasa… ¿ahora tengo permiso para mirarte?-.
Santana esbozo una pequeña sonrisa. Si, la chica a su lado se estaba burlando de ella, usando sus mismas palabras, no la miraba, ni demostraba miedo como la mayoría de la escuela, eso debería molestarla, pero no sé, había algo en ella que le atraía, quizás se sentía identificada por esa actitud.
-Está bien…creo...que…siento lo del baño-. Titubeo la latina.
-No hay problema…aunque esa no es una disculpa-. Volteo la mirada y la sostuvo fijo sobre la morena, si había sido muy maleducada pero era muy sexy y eso la distraía, no se podía enojar realmente con alguien que la mirara de esa forma-.
-Es todo lo que conseguirás de mí-.
Kayle iba a responder a eso, cuando el timbre sonó, y la latina se paró de su asiento y salió rápidamente de la sala. No pudo evitar seguirla con la mirada, ver como su cuerpo se contorneaba y su hermoso cabello iba a la par rítmicamente con sus movimientos, era realmente atractiva. Aunque necesitaba que alguien le enseñara a mejorar su actitud.
Santana salió rápido porque no quería encontrarse con ninguno de sus compañeros del coro, estaba decida a no asistir, pero al parecer ese día en particular, el universo estaba conspirando contra ella.
-Santana… ¿A dónde vas?, el señor Schuester nos espera en el auditorio-. Dijo Rachel en tono de reproche-.
-Desde cuando te doy explicaciones Berry-. Usando su tono intimidante-.
-Desde que clasificamos para las regionales y todos debemos ir a los ensayos sagradamente, no podemos perder ni un valioso segundo de preparación, quizás para ti no signifique…-.
El móvil de Santana comenzó a sonar, y era su madre así que se contestó de inmediato, le hablaba rápido por lo que la morena entendió solo la mitad, lo último que hiso fue decirle que se fuera inmediatamente a la casa, porque debían salir. La latina esbozo una sonrisa, tenía una excusa para librarse de Berry.
-Debo irme…era mi mamá y me dijo que me estaba esperando en casa-.
-Pero…y los ensayos...-.
-Adiós Berry-.
Cuando entro a su auto sintió un alivio, lo había logrado, supero ese horrible día. Ahora llegaría a su casa, entraría a su dormitorio y dormiría, quizás así olvidaría aunque fuera un par de horas a Brittany y su rechazo, mañana era sábado, por lo que tendría dos días para reponerse un poco.
Abrió la puerta y su madre la ahogo en un abrazo, parecía feliz y un tanto excitada, ahí recordó su conversación por teléfono y que le había dicho algo acerca de una cena, pero ella no tenía ganas de salir a ningún lugar, solo le diría que se sentía mal y su madre entendería.
-¿Que sucede? ¿Por qué tenía que venir a casa temprano?-.
-Porque tu padre, tiene una cena de trabajo y me llamo para que lo esperáramos
listas-. Respondió la mujer amablemente.
-¿Y porque tenemos que ir? , nunca vamos a sus reuniones-.
-No lo sé Santana, tu padre no dijo nada al respecto-.
-No quiero ir, no me siento bien-. Uso su cara de dolor y sus ojos de cachorro abandonado.
-Esa cara servía cuando tenías siete, no ahora cariño-. Dijo con una expresión de satisfacción-. Así que sube, date un ducha y ponte algo lindo, no queremos atrasarnos-.
Santana subió la escalera gruñendo y lanzando palabras al aire. No necesitaba eso, no quería seguir fingiendo que estaba bien, no quería tener que sonreír para otras personas. Al entrar a su habitación las lágrimas fluyeron otra vez, todos los sentimientos que había estado reprimiendo volvieron con mayor fuerza, no podía sacarse de la mente las palabras de Britt. Se quitó la ropa y se metió a la ducha. Dejo que el agua corriera por todo su cuerpo, que limpiara su rostro, que borrara cada caricia que Brittany le había dado, cada beso apasionado que posiciono en sus labios, quería olvidar cada “te quiero” que salió de sus labios mientras estaban juntas, cuando la rubia le pertenecía a ella y a nadie más, quería olvidar porque sentía que esos “te quiero”, eran falsos, porque si de verdad la quisiera no la habría rechazado, se habría quedado con ella por sobre cualquier chico. Las lágrimas se transformaron en sollozos, no había forma de sacarse a la bailarina, ni de la cabeza ni de su cuerpo, la tenía tan dentro de sí, habían sido mejores amigas siempre, como se supone que la olvidara de un día para otro. Si alguien era irremplazable en su vida era Brittany, su Brittany.
Abrió su gigantesco closet, y comenzó a revisar que se pondría, tenía que elegir algo sobrio, elegante pero casual y no tan sexy, aunque se miró al espejo y se dijo ¡es imposible que no luzcas sexy!, desprendió un sonrisa con esa frase, tenía que darse ánimo, no podía seguir llorando, el dolor debía disminuir en algún momento, de eso estaba segura.
Estaba maquillándose cuando tocaron a su puerta y la voz profunda de su padre se escuchó al otro lado y ella le dijo que pasara.
-Hola papi-. Dijo la latina con una sonrisa.
-Hola pequeña-. Respondió el hombre depositando un tierno beso en la cabeza de su hija.
-Dame un segundo y estaré lista-.
-No te preocupes hay tiempo todavía-. Tomo una silla y sentó junto a la morena-. Tu madre dijo que te sentías mal, que pasa San-.
-Nada, ya estoy bien, no te preocupes-. Ella sabía que tenía los ojos levemente hinchados, pero se había maquillado suficiente para disimularlo-.
-Segura, tú sabes que puedes confiar en mí-. Él tenía un presentimiento de que su hija le ocultaba algo, pero no quería presionarla, confiaba en que cuando estuviera lista se lo diría-. Tú sabes que puedes decirme cualquier cosa.
Santana lo miraba, y le costaba mantener sus ojos en los de su padre, él era un hombre fuerte, seguro de sí mismo y de sus capacidades, así salvaba vidas a diario. Él siempre había sido un ejemplo para ella, y le daba pánico defraudarlo, como le explicaba lo que le pasaba, como le decía que se había enamorado de su mejor amiga y que esta la rechazo, y que por eso se sentía como si todo dentro de ella estuviera roto, no podía, no podía fallarle de esa manera a quien más admiraba.
-Segura Papi-. Respondió fingiendo una sonrisa para tranquilizar a su padre-. Ahora cuéntame a donde vamos y porque es tan importante, mamá no me dijo nada-.
-Bien, iremos a cenar a la casa de mi nuevo jefe, que se mudó recientemente a Lima, es una familia muy poderosa. El punto es que estoy postulando para director del hospital y para ellos es importante conocer a mi familia-.
-Entonces seremos la familia perfecta papi y conseguirás el puesto-. Se paró frente a él y le arreglo la corbata que estaba corrida, le tomo el brazo con una sonrisa-. Vamos.
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Cuando su padre detuvo el auto, estaba frente a una inmensa casa, en realidad la palabra casa no encajaba, era más una mansión, habían conducido cerca de cuarenta minutos para llegar, estaba en las afueras del pueblo y ciertamente no habían muchas casas cerca, su padre no exageraba cuando dijo que era una familia con mucho dinero.
Tocaron la puerta y una señora de avanzada edad con uniforme de servicio doméstico, les abrió, haciéndolos pasar inmediatamente al salón principal donde estaba la familia. La morena se sentía un tanto incomoda, no iba a haber nadie de su edad, pero tenía que ser gentil para causar una buena impresión y ayudar a su padre.
-Buenas noches-. Saludo el hombre.
-Buenas noches señor Carpentier, esta es mi esposa Sofía y mi hija Santana-.
-Por favor Marcos, dime Ben y es un placer conocerlas.
-¿Y la señora Carpentier?-.
-Está en la cocina viendo unos detalles, se nos unirá pronto.
Santana pensó que se trataría de personas mayores, pero el hombre tenía como la edad de su padre y poseía un aire jovial y amable. Ella lo observaba, cuando se sintieron voces desde la puerta, se escucharon un intercambio de palabras y luego unos pasos que subían las escaleras y otro que se acercaban al salón.
-Buenas noches, disculpen la tardanza-. Dijo la mujer
-No hay problema señora Carpentier-. Exclamó Marcos.
La mujer miro a su esposo con un claro signo de molestia en su rostro.
-Sucede algo, cariño-. Preguntó Ben-.
-Nada, después lo hablamos. Ahora preséntame a nuestros invitados-.
-Él es Marco López, el jefe de cirugía del hospital, ella es su esposa Sofía y su hija Santana-.
-Un gusto, yo soy Isabel. Pasamos al comedor ya está lista la cena-. Invito la mujer amablemente-.
-¿Donde esta K?-. Preguntó el hombre.
-Se está cambiando, se atrasó de vuelta de la escuela y le dije que se fuera a poner algo más apropiado.
-Disculpen, tienen una hija, no lo sabía-. Pregunto el señor López-.
-Sí, es como de la edad de Santana, de hecho hoy fue su primer día en la escuela-. Respondió Isabel-.
-¿En Mckinley?-. Preguntó Santana un poco confundida, ahora no solo tendría que soportar una aburrida cena, sino a una niñita rica, que probablemente intentaría también colgársele en la escuela. Estaba pensando en eso cuando la tercera integrante de la familia hiso su ingreso al salón.
-Disculpen el retraso-. Señalo la muchacha que tenía la respiración agitada y estaba terminando de arreglarse un pañuelo que colgaba de su cuello, pero cuando miro al frente, su vista quedo fija en la morena -. ¿Santana?-. dijo entre sorprendida por encontrársela ahí e impresionada por lo bella que lucía la latina, llevaba un vestido azul corto, unos zapatos taco medio y una coqueta chaqueta negra corta , su pelo estaba tomado solo con un lazo que servía de cintillo.
-¿Kayle?-.Respondió la morena, también confundida. No podía creer que la chica a quien le había gritado en el baño y luego se había medio disculpado, era la hija del jefe de su padre, sintió un leve pánico de que la chica dijera lo maleducada que había sido, la pondría en un grave problema.
-¿Se conocen?-. Preguntó Ben-.
-Mmm…yo…nos…-.Tartamudeó la latina sin poder explicar la situación en la que se conocieron.
-Ella me ayudo a no perderme en la escuela hoy-. Se apresuró a decir Kayle-. Tiene una hija muy amable señor López-. Comentó lanzando un guiño a Santana, al que ella respondió con una sonrisa cómplice-.
No podía negar que esa chica tenía algo, no era solo hermosa, tenía un aire atrayente, quizás misterioso. Por su comportamiento en la escuela, se dio cuenta que no le importaba caer bien ni hacerse de amigas, si hubiera querido con solo decir que sus padres eran ricos, la mayoría de las chicas le habría seguido, pero prefería estar sola. Tenía esos ojos expresivos, esos labios tan bien delineados, su piel bronceada, y esa noche se veía mejor que en la escuela, llevaba un pantalón negro de tela, una blusa gris con diseño, un chaleco de tela sin mangas negro, un pañuelo que combinaba con la blusa y una chaqueta encima.
-¿Entonces son compañeras de escuela y de grado?-. Preguntó Isabel, rompiendo el insipiente silencio que había en la mesa.
-Si-. Respondieron casi al unísono-. Somos compañeras de laboratorio también-. Añadió Santana-.
-Me agrada la idea de que Kayle se esté haciendo amigas, el cambio ha sido fuerte y necesita personas para ambientarse, quizás tu podrías mostrarle el lugar-. Dijo Ben un poco excitado-.
-La verdad es que en Lima no hay mucho que mostrar, pero…
-Papá…no tienes que comprometer a Santana para que pase tiempo conmigo, ella posiblemente tenga cosas más interesantes que hacer que mostrarle a la chica nueva la ciudad-. Interrumpió Kayle-.
-No me molesta, podemos ir al parque o al centro comercial, no es como Nueva York pero seguro podemos pasar un buen rato-. Respondió la latina sinceramente-. Te doy mi dirección después, si quieres claro-.
-Está bien-. Respondió con sus ojos verdes fijos en la morena-.
-Te lo agradezco Santana, primero ayudas a Kayle en la escuela y ahora le enseñaras Lima, eres muy amable, eso dice mucho de crianza que has recibido-. Expresó Isabel haciendo un gesto de aprobación-. Eso sí, vas en auto me escuchaste, no quiero ni siquiera una insinuación de vas en esa cosa, ok-. Dijo mirando a su hija y cambiando su tono por un más severo-.
-Esa cosa se llama motocicleta, y no tenía pensado ir en ella-.
-¿Tienes una motocicleta?-. Preguntó Santana sorprendida, en Lima las chicas nunca andaban en moto, no se veía apropiado.
-Sí, hacía las cosas más fáciles en Nueva York, el tráfico era horrible y la usaba para ir a la escuela a veces, aquí también podría pero mi madre últimamente está un poco sensible con el tema-. Dijo haciendo énfasis burlescamente en lo último-.
-Tú sabes que muchas cosas han cambiado desde Nueva York-. Respondió la señora, mirando a su hija-.
-¿Y de qué escuela vienes Kayle?-. Preguntó el señor López.
-De la academia Akron-. Respondió
-Es la mejor escuela privada de Nueva York, es solo de mujeres, una educación de excelencia-. Añadió Isabel-. Ahora esperamos que se acostumbre a una escuela pública.
-No es tan difícil mamá, además si lo que te preocupa es que mantenga mis calificaciones lo haré-. Dijo Kayle con molestia
-Porque no pasamos al salón a tomar una copa y hablar de negocios-. Intervino Ben para relajar el ambiente que se estaba creando entre su mujer y su hija-. Kayle porque no le enseñas la casa a Santana, aquí se van a aburrir-. Indicó, a lo que el padre de Santana hiso un gesto de aprobación.
Kayle se levantó y comenzó a mostrarle partes de la casa como su padre le ordenó, hasta que salieron a una terraza de donde se veía la parte trasera de la mansión, que podría decirse era prácticamente un parque, y se sentaron en una banca que había, una al lado de la otra a admirar la vista.
-Lo siento por lo de la mañana, y gracias por no decir lo maleducada que fui, tú inventaste eso de que fui amable mientras yo…-. Expresó Santana.
-No te preocupes-. Interrumpió-. No mentí, estoy segura que muy dentro hay una persona amable-. Fijo su mirada en ella y le sonrió haciendo una mueca-.
-De verdad lo siento, solo que hoy no fue un buen día-.
-Lo entiendo, olvídalo, todos tenemos días que quisiéramos olvidar, yo por lo menos tengo muchos que quisiera olvidar-.
-El cambio no es fácil verdad, de Nueva York a esta ciudad pequeña-. Dijo la latina buscando una explicación para la visible sombra que se posó sobre la muchacha al recordar su antigua vida-. Yo voy a intentar mostrarte lo menos aburrido de Lima, aunque no prometo que te gustará-. Cada palabra fue con entusiasmo, no sabía que tenía esa chica pero de cierta manera se sentía mejor. Comenzó a restregar sus manos en sus brazos, el frío de la noche se estaba haciendo notar.
-No tienes que hacer eso, de verdad, mi papá solo quiere que tenga amigas, pero no te sientas obligada a salir conmigo…-. Notando que la morena tenía un poco de frío.
-No me siento obligada…yo…me gustaría pasar tiempo contigo-. Expresó con una sonrisa, y notando que la chica se sacaba su chaqueta-. ¿Qué haces? ¿Hace frío?-.
-No tengo frío-. Coloco suavemente su chaqueta en los hombres de Santana, para cubrirla-.
-No es necesario…tu-. Ese movimiento la descoloco, nadie nunca había sido tan amable con ella, menos alguien que recién conocía-.
-Entonces…te recojo a las 11:00. Así podemos pasar el día y almorzar en alguna parte, ¿hay algún sitio decente por aquí?-. Dijo sin prestar atención a los reclamos de la morena-.
-Creo que te podría gustar alguno-.Expresó la latina.
De verdad quería eso, distraerse, salir, definitivamente conocer a Kayle le servía como remedio para olvidar a cierta rubia que le había roto el corazón.
Estaban animadas siguiendo con la conversación, cuando Marcos López se acercó y le dijo a su hija que ya era hora de ir a casa. Kayle los acompaño a la puerta junto al resto de la familia y quedaron en verse el día siguiente.
Santana ya estaba en el auto y todavía sentía ese aroma agradable que reconocía como el perfume de Kayle, era suave pero intoxicarte. Ahí se dio cuenta que llevaba aún su chaqueta, había olvidado devolvérsela, pero no era problema, la vería de nuevo mañana, además le gustaba la idea de tener algo de esa chica.
-Gracias por llevar a Kayle a recorrer Lima mañana, te comportaste muy bien, San-.
Dijo su padre cuando estaban llegando a su casa y ella subía a su habitación-.
-No hay problema, además de verdad me agrada-.
-Lo sé, o sino aunque te lo hubiera pedido de rodillas no lo habrías hecho-. Indicó seguro ya que conocía de sobra el carácter de Santana.
La morena solo atino a sonreír. “Buenas noches papi”. Y siguió subiendo las escaleras en dirección a su dormitorio, necesitaba dormir, había sido un largo día y tenía que despertar despejada para mostrar a su nueva amiga la ciudad.
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Kayle, puso su despertador a las 9:00 a.m., quería tomarse su tiempo para una ducha larga y reponedora, no había dormido muy bien porque su teléfono sonó en varias ocasiones durante la noche, ella sabía quién era y se negó a contestar, porque supuso que quien la llamaba estaba borracha, finalmente opto por apagar su móvil. Se tomó aproximadamente media hora en la ducha, selecciono la ropa con cuidado, eligiendo algo simple que pareciera casual, un pantalón gris oscuro con líneas más claras en el mismo tono, una camiseta con cuello en blanco y su chaqueta de cuero favorita encima. Cuando termino de vestirse, se sintió satisfecha, se veía bien y no muy producida, la verdad no sabía porque estaba un poco nerviosa, no era como si eso fuera una cita, era simplemente una salida a conocer el pueblo con una chica que al parecer quería ser su amiga o por lo menos conocerla.
Bajó las escaleras, buscando a sus padres para despedirse, ya eran las 10:25 y le tomaba cerca de 40 minutos llegar, así que estaba al límite e incluso tendría que manejar un poco rápido, su madre salió a encontrarla para decirle si deseaba desayunar, pero le respondió que no alcanzaba y que la vería en la noche. La mujer le recordó que tenían otra cena, pero Kayle no tenía intención de ir, así que no prestó atención.
Mientras manejaba hacía la casa de Santana, pensaba como su vida había cambiado tanto en menos de un año, como de vivir en Nueva York, estudiar en una escuela privada, tener una hermosa novia y ser la persona más popular en Akron. Hoy conducía por un camino prácticamente inhabitado, iba a una escuela pequeña, estaba soltera y en Mckinley era una más. Pero se sentía mejor así, por lo menos el poco tiempo que llevaba en Lima, había pasado más tiempo seguido con sus padre que en todo un año en la ciudad, se sentía libre y no condicionada por los márgenes sociales de la exigente Socialité Neoyorquina, quería que la conocieran por lo que ella era y no que la trataran bien por el apellido que llevaba, solo quería que alguien se diera el tiempo de conocerla lo suficiente.
Estaciono el auto en la entrada de la casa de la familia López, y camino a la puerta, no entendía porque sus manos le sudaban y su respiración estaba levemente agitada. Le gustaba la idea de pasar tiempo con Santana, a solas, pero a la vez la ponía nerviosa. Tocó el timbre y espero que alguien le abriera.
-Kayle…pasa… ¿Cómo estás?-. Saludo animosamente la señora López-.
-Buenos días…yo…vengo a…- Tartamudeo-.
-Lo sé, vienes por Santana, aún está en su habitación, debe estar por bajar, te puedo ofrecer un café o un té mientras la esperas-.
-No estoy bien, gracias, si no le molesta preferiría esperarla afuera-.
-No hay problema, yo voy a subir a buscarla, saldrá en un momento-.
-Gracias señora López-.
Santana estaba terminando de arreglarse, cuando sintió el sonido de un auto estacionarse en su porche, miro por la ventana y vio que era Kayle, se acercó al reloj y sonrió con satisfacción 11:00 a.m. en punto. Se miró al espejo por última vez y se lanzó un beso, realmente podría ponerse una bolsa de papel encima y aun así lucir sexy. Bajaba la escalera, cuando su madre al parecer iba a subir por ella, la chica la estaba esperando afuera.
Cuando salió, agradeció llevar lentes de sol que disimularon la expresión de su rostro. Kayle estaba apoyada en el capot del auto, que no era cualquier auto, era un Jaguar deportivo descapotable en color negro, una obra de arte, sin embargo, no era el vehículo lo que la impresiono, era definitivamente la chica, con su postura elegante pero descuidada, sus brazos cruzados, unos lentes de sol, y mirándola con esa sonrisa fascinante que siempre tenía.
-Hola, que puntual-. Saludo la latina con un beso en la mejilla-.
-Llegar temprano es lo menos que podía hacer para agradecer tan amable invitación-. Dijo mientras abría la puerta del copiloto para que subiera la morena-.
Santana hiso una nota mental. Anoche cuando se dio cuenta que tenía frío me cubrió con su chaqueta, ahora me abre la puerta del auto, y muchas veces la he sorprendido mirándome fijamente, y sin contar esa sonrisa coqueta que tiene, quizás es amable solamente, la educaron para serlo, no quiero mal interpretar las señales, aunque yo también le he coqueteado, está bastante buena, no me molestaría en lo absoluto enseñarle algunas cosas más que solo la ciudad.
-Entonces… ¿A dónde vamos?-. Pregunto Kayle-. Llegue hasta tu casa con GPS así que sería útil si me dieras las instrucciones para llegar a donde quieras ir-.
-¿A dónde yo quiera?- La morena pregunto aún distraía en sus pensamientos anteriores por lo que esa frase le salió con un tono un tanto malicioso-.
-Eeemmm…yo no conozco lugares aquí todavía…pero no he desayunado… ¿vamos por un café?-. Respondió tragando saliva he intentado no hacer evidente su nerviosismo por la frase descaradamente coqueta de la otra chica-.
-Es una buena idea, yo tampoco desayune y mi cerebro no conecta bien sin un buen café, podríamos pasar al Starbucks y pasear en el parque ¿o es muy aburrido?-. Dijo la morena intentando sonar casual, para esconder su nerviosismo, no había querido decir lo anterior, solo salió.
-Me parece una buena idea-.
Compraron en sus cafés, Latte para Santana, expresso para Kayle, y agregaron unos mufins, una lunas y en realidad todo lo que la latina había querido, la otra chica solo se limitó a consentirla. Conducían hacía al parque en un cómodo silencio, solo interrumpido en ocasiones por las instrucciones de la morena, así estacionaron el auto y salieron para tomar su rico desayuno en una de las bancas cerca de la laguna.
-Tiene su encanto…me gusta el paisaje-. Dijo la chica de ojos verdes mirando fijamente a la morena, mientras le daba un sorbo a su café-.
-No es Central Park…pero-.
-No tienes que comparar todo con Nueva York, sabes…cada lugar tiene sus cualidades-. Interrumpió la chica-. Me gusta encontrar lo hermoso en cada cosa-. No quitaba sus ojos de Santana-.
-¿Eso es lo que haces conmigo?-.
-¿A qué te refieres?-.
-Cuando nos conocimos, te golpee con una puerta, fui grosera y prácticamente te amenace…y tú solo me salvaste con mis padres, para después decirme que pensabas que había alguien amable dentro de mi…entonces eso es lo que buscas en mi…¿encontrar algo hermoso?...porque si es así…tal vez pierdas tu tiempo-. A medida que fue hablando su voz parecía más insegura, no sabía porque había dicho todo eso, quizás porque después de lo de Britt, se sentía que no era suficiente para que alguien la amara solo a ella-.
-Para ver lo hermoso en ti no hay que buscar…tú… eres preciosa a simple vista y estoy segura que no solo por fuera…tú ojos expresan más de lo que imaginas-.
Respondió con seguridad pero dejando algo en el aire…se miraron por unos segundos hasta que la chica tomo el valor para preguntarlo-. Yo…no quiero sonar entrometida…pero…ese día que nos conocimos…tú estabas llorando…parecías de verdad muy triste, y en tus ojos a veces todavía puedo ver algo de tristeza…yo…si tú no quieres hablar de eso lo entenderé quiero decir a penar nos conocemos…no quiero que te molestes -. Estaba nerviosa no quería presionarla, había sido testigo presencial de como
actuaba la latina cuando se sentía amenazada y no quería arruinar el momento-.
-No me molesta-. Estaba sorprendida por como la otra chica había leído en sus ojos que algo pasaba, nadie nunca había hecho eso, o sea si hubo alguien antes, pero esa persona le llevaba años de ventaja, no se podía comparar-. Ese día alguien…alguien que yo quiero mucho…me rechazó…yo me enamore y duele cuando no te aman de la misma forma-. Termino esa frase intentando controlar las lágrimas que querían salir, miro para otro lado para que la muchacha a su lado no se diera cuenta-.
-Hey-. Dijo colocando dos dedos en la barbilla de la morena y girando su cara para mirarla a los ojos-. No tienes que avergonzarte por estar enamorada-.
-No sabía cómo se sentía que alguien te rompiera el corazón-. Una lágrima cayó por su mejilla-.
-Lo entiendo…-. Dijo mientras con su dedo pulgar limpiaba la lágrima de Santana-.
Duele…pero no hay nada que el tiempo no ayude a superar…no se olvida…pero uno se va sintiendo mejor-. Expresó sinceramente-.
-Que acaso alguien también rompió tu corazón-.
-En mil pedacitos…
-Y tiene que ver con que hayas dejado Nueva York-.
-Si-.
Ninguna de las dos sabía porque estaban siendo tan sinceras, quizás la necesidad de liberar sus sentimientos, y que no había otra personas que las entendiera, o era que sentía que había un lazo especial, algo que las hacía sentir confianza aunque fuera contra su naturaleza reservada y defensiva.
-Tengo una idea-. Dijo de repente Kayle mirando una pequeña balsa de madera que estaba en la orilla de la laguna-.
-Ni lo sueñes-. Respondió Santana adivinando lo que la otra chica iba a decir-.
-¡Vamos!...será divertido, yo puedo remar...-.
-Valoro mi vida y no me subiré a esa cosa-.
-Que Santana López le tiene miedo a una simple balsa-. Dijo con un tono burlesco para atacar el ego de la morena-.
-No es eso…no hemos terminado de desayunar-. Respondió apuntando a los mufins que todavía quedaban en la bolsa-.
-Eso es porque tendrías que llamar a un ejército para que se comiera todo lo que compraste-.
-Pero…es que yo quería…
-Parecías una niña de cinco año en una tienda de juguetes, así que no te detuve…era realmente adorable-. Dijo riendo-. Ahora no seas cobarde, prometo que si caes al agua me tirare a salvarte-. Se levantó de la banca y tomo la mano de la morena.
-Está bien…pero si pasa algo…yo te-.
-Deja de reclamar-. Tiró con fuerza el brazo de la latina y se dirigieron a la orilla de la laguna para subirse a la balsa y comenzar a remar para alejarse la orilla.
-¡Hey!-. Dijo Kayle-. No me molestaría que me ayudaras a que esto de mueva-.
-Eeemmm…no lo creo…fue tu idea así que puedes seguir remando-. Dijo estirando su cuello hacía atrás mientras se apoyaba en sus codos-. Yo te doy todo mi ánimo desde aquí…-.
-Eres una abusiva lo sabías…
-Si…creo me lo han dicho un en un par de ocasiones-.
Las dos chicas reían y conversaban acerca de cosas sin mayor importancia, cuando el móvil de Kayle comenzó a sonar.
-No contestas-. Preguntó Santana-.
-No…yo no quiero hablar por el momento-.
-Tiene relación con tu ex -.
-De hecho es mi ex…bloquee su número pero me llama desde otros y no sé qué…
-Lo entiendo…yo también últimamente evito llamar a Br…-. Cuando iba a pronunciar el nombre de la rubia, se dio cuenta de la información que iba a revelar si lo decía, por lo que guardo silencio. Tuvo suerte que la muchacha estuviera más pendiente del teléfono que de lo que ella decía-.
-Creo que es mejor que volvamos…podemos ir a ver un lugar donde almorzar-. Dijo rompiendo el silencio-.
-Si estoy de acuerdo…pero esta vez invito yo ¿ok?-.
-Pero…
-No es una pregunta…está bien que seas una niñita rica pero yo también puedo invitarte-. Expresó la latina haciendo esos gestos de cuando el tema no era discutible para ella-.
-Entiendo, aunque no era necesario llamarme niñita, me habías convencido desde antes con tu mirada fulminante-.
Kayle remó hasta la orilla y ahí tomó el brazo de Santana para ayudarla a bajar, caminaron lento y relajado hacía el auto, riendo de bromas tontas que hacían. La morena agradecía haber salido con vida de la balsa y la otra chica se hacía la indignada por que dudaba de sus capacidades en los remos. Las dos se sentían cómodas con la otra, cada una tenía cosas que necesitaba olvidar y pasando tiempo juntas eso ocurría.
Santana llevo a Kayle a Breadstix, era uno de sus lugares favoritos en Lima, le gustaba la comida y lo encontraba agradable. Pero cuando entraron la latina se dio cuenta inmediatamente que en la mesa del fondo estaban Rachel, Quinn, Britt, Artie y Kurt. Intento devolverse pero iba a ser demasiado evidente por lo que su única solución fue sentarse en una mesa lo más lejos posible de la de sus compañeros del coro.
-¿Te pasa algo?-. Preguntó la morena de ojos verdes-.
-No me pasa nada ¿por qué?-.Intentando ocultar lo mejor posible su incomodidad-.
-Porque estas un poco pálida…quizás no fue buena idea lo de andar en bote inmediatamente después de desayunar-.
-Estoy bien…solo iré al baño…ve la carta por mientras-. Indicó la morena antes de dirigirse al baño de mujeres, sin darse cuenta que su presencia en el lugar ya había sido percibida-.
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-Esa que acaba de entrar no es Santana…y ¿quién es la chica?-. Preguntó Quinn
-No lo sé…es bonita-. Dijo Britt, observando con curiosidad a la chica que ahora estaba sola en la mesa-.
-Es nueva, su nombre es Kayle algo, tengo español con ella-. Respondió Rachel
-Y que hace Santana saliendo con una chica nueva, no es precisamente del comité de bienvenida-. Exclamó Artie sarcásticamente-.
-¿Qué pasa Kurt?...si la sigues mirando fijo pensará que la acosamos-. Dijo Quinn
-Es que creo haberla visto antes…pero no estoy seguro, si es donde pienso no tiene mucho sentido que viva acá y estudie en Mckinley-. Dijo pensativo y tomando su móvil para ingresar a internet a verificar su información-.Cual dijiste que era su nombre Rachel, recuerdas su apellido-.
-No estoy segura, pero creo que es Kayle…Carpentier.
Todos estaban en silencio esperando a que Kurt ingresara los datos en su celular aunque ninguno sabía que es lo que estaban esperando, para ellos solo era la niña nueva, lo único extraño, era que le hubiesen permitido transferirse a solo cuatro meses de finalizar el año escolar.
-¡Lo sabía!-. Exclamó de repente Kurt, asustando un poco a los demás que tenían cierto desconcierto-.
-Que es lo que se supone que sabías…no estamos entendiendo mucho-. Dijo Quinn intrigada-.
-Nuestra nueva compañera es parte de la Elite Neoyorkina, estudiaba en una exclusiva academia de esa ciudad y viene de una de las familias más ricas de los Estados Unidos, su familia tiene negocios en casi todo, clínicas, bancos, teatros, estudios de cine y podría seguir, en resumen es una heredera, miren-. Les mostro una fotografía de una revista de sociedad donde salía una entrevista a Kayle-. Es casi una celebridad-.
-Pero que puede estar haciendo alguien como ella en Lima-. Preguntó Rachel confundida-.
-Es una buena pregunta…creo que otra es que hace con Santana-.
Se quedaron observando a la chica, casi fijamente y tomando el acuerdo que cuando tuvieran la posibilidad interrogarían a Santana al respecto.
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Kayle, estaba viendo la carta, cuando su móvil estaba sonando otra vez, fue cuando ya perdió la paciencia y decidió que terminaría con eso.
-Hasta cuando piensas seguir molestándome-. Expreso agresivamente-. Te dije que no quiero hablar más contigo, ya cerré mi Facebook, cambie mi mail y bloquee tu número, ahora vas a hacer que cambie mi teléfono-. Iba cada vez aumentando el tono y el disgusto-.
-Solo dime dónde estás…por favor y así podremos arreglar todo esto-. Se escuchó en la otra línea en tono de súplica-.
-No tenemos nada que arreglar entiende…Francis por favor deja de llamar esta es la última vez que te contesto-.
-No voy a dejar de llamar hasta que me digas dónde estás…es lo único que te pido-. Decía la voz a punto de llorar-.
-Tú no tienes derecho a pedirme nada, ¿me engañaste recuerdas?, así que no llores ni te hagas la victima ahora, se terminó y voy a colgar porque estoy ocupada-.
-Estás con alguien…tú ¿tienes novia?-. Preguntó tímidamente-.
-Eso tampoco tengo que responderlo, tú ya no eres mi novia por lo que no tengo que darte ningún tipo de explicación. Adiós.
Cuando cortó, sintió una punzada fuerte en medio del pecho. No podía evitar sentir que todo lo que estaba construyendo se cayera cada vez que hablaba con Francis, si, ella la engaño, pero no podía evitar pensar que si la volvía a ver podría perdonarla, ella había sido su primer amor y era difícil olvidarla.
-¿Y?... ¿ya elegiste?-. Preguntó una voz, rosándole el hombro antes de tomar asiento en la silla al frente de ella.
-Eeemm…no lo siento, me distraje en algo-. Respondió intentando ocultar sus sentimientos por la conversación telefónica que había tenido antes.
-Ahora yo debo preguntar ¿estás bien?...estás como extraña…paso algo mientras no estuve-.
-No nada…bueno solo que ese grupo de allá no deja de mirarme, pero supongo que es porque soy nueva-. Exclamó con una sonrisa para desviar la atención en el grupo-.
-Si es porque eres nueva, es una ciudad pequeña, y tú llamas la atención, sobre todo si estacionas un auto afuera que probablemente vale más que el restaurant-.Dijo bromeando la morena para distender el ambiente y sacar una sonrisa de la chica.
Además sabía quiénes eran los que la miraban.
Cuando el mozo se acercó ya habían elegidos sus órdenes, mientras comieron siguieron conversando, de la escuela, del proyecto de ciencias y de lo que harían después de salir de Breadstix, para lo que Santana ya tenía un plan. Estaban en eso cuando la morena se dio cuenta que sus compañeros se acercaban a la mesa.
-Hola Santana-. Dijo Kurt animadamente y mirando con curiosidad a la otra chica-.
-Hola-. Respondió la latina no tan amistosamente-.
-Te vimos y como ya nos vamos pensamos en saludarte antes-. Dijo Quinn
Santana noto que Britt no decía nada solo se limitaba a inspeccionar con la mirada a Kayle, la observaba como si analizara cada centímetro de la muchacha. Esa actitud le produjo una sensación de satisfacción, sabía que detrás de esa mirada había solo una cosa y eso era celos.
-Y no nos presentas a tu amiga-. Dijo Kurt-.
-Claro, ella es Kayle Carpentier y es nueva en la escuela-.
-Hola chicos-. Añadió la morena
-Hola es un placer conocerte-. Respondió Kurt quien casi se le abalanzo para darle la mano.
-Bueno nos vemos en la escuela el lunes-. Exclamó la morena en un tono cortante intentando que sus amigos se fueran.
-Ahora vamos al cine a ver una película, pensábamos que podrían ir con nosotros-. Dijo Rachel -.
-Eemmm-. Santana no quiso ser desagradable así que miro a Kayle esperando a que ella decidiera-.
-Agradecemos la invitación, pero ya tenemos planes, podríamos dejarlo para otra ocasión-. Respondió cordialmente la chica-.
-Ok, lo entendemos…nos vemos en la escuela entonces.
El grupo se alejó, susurrando entre ellos, mientras que las chicas se relajaron al encontrarse solas otra vez.
-Gracias por no aceptar ir con ellos-. Soltó Santana, en tono de alivio.
-No hay problema, la verdad son un poco extraños, ellos eran los que me miraban fijo desde el otro lado…aunque ya me imagino porque-.
-¿Por qué?-. Preguntó la morena un tanto perdida-.
-Deben haber visto alguna fotografía mía en alguna revista antes solían entrevistarme, mi familia participa en muchos eventos-. Respondió algo resignada-.
-Lo siento…debe ser incomodo que te traten diferente…lo lamento…ellos no son así todo el tiempo-.
-No te preocupes no es tu culpa…sabes es una de las cosas que me gusta de ti, tu eres tan desagradable conmigo como con todos, creo que nadie me había golpeado antes-. Recordó riendo.
Terminaron de comer y Santana le dijo que la llevaría a uno de sus lugares favoritos en la ciudad, que era la tienda de helado. Disfrutaron de la mutua compañía durante el resto de la tarde, caminaros por las calles de Lima y aprovecharon de conocerse, intercambiar experiencias y soltarse un poco. Ya estaba anocheciendo cuando Santana le hablo de un lugar al que quería ir con ella.
-¿Es muy tarde para conocer un último lugar?-. Preguntó la morena en un tono infantil que utilizaba cuando no quería un no por respuesta-.
-No lo creo…tendría que llamar a papá para decirle que no voy a ir a la cena-.
-Que todas las noches tienes alguna cena que asistir-.
-Créeme es mejor que mi rutina en Nueva York-. Respondió con fastidio-. Dame un segundo-.
Marco al móvil de su padre y tuvieron una breve conversación, a lo que el hombre no se negó a que llegara tarde y se saltara la cena. Ya iban en el auto camino al último lugar.
-Entonces… ¿A dónde vamos?-.
-Tú solo conduce-.
-Ok-.
Cuando se iban acercando, Kayle, vio de lo que se trataba, después de pasar varios minutos sin nada más que árboles de paisaje, llegaron a un lugar que estaba prácticamente escondido, pero que daba una vista privilegiada de la ciudad, más a esa hora donde estaba atardeciendo, se veía todo iluminado.
-Es realmente impresionante…no pensé que Lima pudiera verse así-. Dijo la chica de ojos claros, observando el paisaje-.
-Vengo cuando necesito pensar…es como mi lugar especial-. Expresó la morena, colocándose al lado de la otra chica en el capot del auto-.
-Gracias por…compartirlo conmigo…-. Señaló fijando sus ojos en la morena-.
-Considéralo la disculpa que te debía-. Dijo sonriendo y devolviendo la mirada-.
-Ya me había olvidado de eso-.
-Hay algo que quiero preguntarte…cuando estábamos en Breadstix…escuche parte de tu conversación por teléfono…no fue con intensión lo prometo…solo que…hay algo que…-. La morena estaba nerviosa-.
-Si mi ex es una chica-. Respondió antes que la latina pudiera preguntar-.
-Como sabes que iba a preguntar eso-. Preguntó confundida-.
-No lo sé…creo que porque no aclaré eso en nuestra conversación en el parque, si nos estamos conociendo, no me gustaría ocultar esa parte de mí.
-O sea no encuentras que haya algo malo en…-. Preguntó desviando la mirada-.
-Para nada…o sea creo que hay muchas cosas mal conmigo, pero que me gusten las chicas no es una de ellas-. Respondió con una sonrisa-. Porque… ¿tú quieres decirme algo?-.
-Es acaso muy obvio-.
-Lo fue un poco, cuando tenía a una chica rubia y alta mirándome con odio en Breadstix…y pensé porque me miraba así y lo único que he hecho desde que llegue es salir contigo, por lo que tú eras la única causa probable de ese odio-.
-Esa conjetura es lógica aunque rebuscada…
-En realidad…fue más obvio cuando vi como la mirabas-. Respondió con una cuota de decepción-. Quieres contarme… ¿Fue ella la que rompió tú corazón?-.
- Si…ella es Brittany, es mi mejor amiga y…nosotras…nos besábamos y dormíamos juntas, y ella me pidió que le dijera que sentía…yo sé que la herí, mentí muchas veces diciendo que era solo sexo, pero cuando le dije que la amaba… prefirió quedarse con su estúpido novio-. Su voz se escuchaba temblorosa, sentía como las lágrimas caían por sus mejillas, ahí estaba derrumbándose otra vez, sin embargo, esta vez sintió como unos brazos la envolvieron, dándole consuelo y apoyo, fue como sacar un gran peso de sus hombros, era primera vez que se lo contaba a alguien y la hacía sentir mejor, acurruco su cabeza en el hombro de Kayle, mientras ella le acariciaba el cabello intentando consolarla. No podía entender, como alguien a quien conocía hace dos días la podía hacer sentir así-.
-Ya estoy mejor-. Dijo la latina separándose de la otra chica y limpiándose el rostro-. Esto está siendo vergonzoso…debo dejar de llorar-.
-Llorar no es algo por lo que se deba sentir vergüenza…para otras cosas si-.
Respondió melancólicamente-.
-¿Cómo para engañar?-.
-Si…creo que eso lo escuchaste de la conversación-.
-Lo siento no quería ser tan brusca…
-No te preocupes…pero si…supongo que es mi turno de contar mi historia…Francis, ha sido mi única novia, me enamore creo, y era todo perfecto, éramos las personas más populares de la academia por lo que nadie nos cuestionaba…ella para mí era todo hasta que un día creo que se aburrió de mi porque descubrí que se estaba acostando con un tipo amigo de su hermano y créeme no lo supe de la mejor forma…y de ahí todo fue caos, pasaron muchas cosas y…mis padres decidieron que era mejor sacarme de Nueva York por un tiempo-. La chica solo miraba hacía la ciudad lo que le daba un reflejo brilloso en sus ojos-.
-¿La extrañas?...
-Si…aunque hoy…ha sido el primer día que no la he extrañado…y te lo debo a ti-. Dijo tomando la mano de Santana-.
Santana sintió calor agradable que iba desde su mano viajando por todo su cuerpo. Ella le daba una seguridad que nunca había sentido antes, de cierta manera se sentía viva de nuevo y no vacía, era confuso, quería disfrutar cada segundo de ese momento, y no soltar la mano de Kayle. Se miraban la una a la otra, sin decir nada. Sus sentidos expresaban mucho más. Sus corazones y cada uno a su manera comenzaban a latir otra vez.
Última edición por atercio el Dom Mar 03, 2013 9:14 pm, editado 3 veces
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Wooow, no sé que decir... amo Brittana, pero cuando Brittany prefiere a Artie, eso realmente me partió el corazón u_u
Siento como que Santana también merece ser feliz, pero algo ha de hacer Brittany para recuperarla y dejar a Artie, aunque no me gustaría que solo fuera por celos.
Aunque Si Brittany quiere tenerla de nuevo, se va a tener que apurar antes de que Santana se enamore completamente de Kayle
Actualiza pronto c:
Siento como que Santana también merece ser feliz, pero algo ha de hacer Brittany para recuperarla y dejar a Artie, aunque no me gustaría que solo fuera por celos.
Aunque Si Brittany quiere tenerla de nuevo, se va a tener que apurar antes de que Santana se enamore completamente de Kayle
Actualiza pronto c:
Pamela Lopez-Pierce***** - Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Me encanta la verdad esa historia esta totalmente buenisima yo también la estoy siguiendo por el otro lado, y todo mi apoyo para la autora & para ti por compartirla acá porque es una de mis favoritas, saludos espero que las chicas de acá las disfruten tanto como nosotras :D
Invitado- Invitado
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Yo leo esta fic y es muy buena!! gracias por ponerla aca tbn
Gleek23****** - Mensajes : 370
Fecha de inscripción : 14/07/2012
Edad : 30
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Waooo me gusta mucho santana y K m gustan, la historia tb, siempre me pregunte qhubiese pasado si santana conocia alguien mas, y la relacion brittana , hubiera stado alguien interesado en santana y no en brittany m gusta mucho espero q actualizes saludos
mary04- - Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 31
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Capitulo dos: “Celos”
Santana abrió la puerta de su casa, mirando de reojo como el auto se alejaba, tenía mucho que agradecerle a esa chica, no fue capaz de responderlo en el momento, pero gracias a ella, también había olvidado el dolor que era recordar lo ocurrido con Brittany.
Se recostó en su cama con su celular en la mano, tenía la intención de llamar o enviar un mensaje, pero no quería que Kayle, sintiera que la estaba acosando o algo, o sea había pasado todo el día juntas, no era necesario pasados 15 minutos desde que se dejaron de ver. Así que desistió y tomó la opción de darse una ducha, era la mejor idea para relajarse un poco.
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Kayle, no podía evitar tener una sonrisa en su rostro. Hace mucho que no tenía un día tan agradable, tan especial. Santana era lo único que tenía en su cabeza durante todo el camino, incluso estaba de tan buen ánimo que se fue tarareando las canciones de su I-Phone mientras conducía.
Cuando llego a su casa, intento abrir la puerta con delicadeza para no meter ruido y en caso de que todavía hubiera gente, no se dieran cuenta que ella había llegado, pero fue inútil.
-Kayle, cariño ¿eres tú?-. Preguntó su padre desde el salón-.
-Si soy yo-. Respondió con fastidio-.
-Porque no vienes para presentarte a algunas personas-.
Camino hacía el salón sin muchas ganas, no quería ser grosera, pero algo que detestaba era tener que sonreír a gente que ni conocía ni tenía la intención de hacerlo. Cuando entró había tres personas, un hombre que tenía una apariencia que le desagrado de inmediato, una mujer que dedujo era la esposa y una chica de su edad que era debería ser su hija.
-Buenas noches-. Saludo cortante-.
-Buenas noches…tú debes ser Kayle la más pequeña del clan Carpentier-. Dijo el hombre acercándose a ella y posando su mano sobre su hombro-. Ella miro a su padre con cara de fastidio, pero noto que él también estaba hastiado.
-Lo soy-. Respondió la chica alejándose lo más posible del hombre.
-Chelsea ven para presentarte-. Indicó el hombre-. Ella es mi hija y estudia en Mckinley también…podrían ser buenas amigas-.
-Que tal…yo podría ayudarte a ambientarte en la escuela, siempre es bueno tener los amigos correctos…tú me entiendes, alguien como tú no debe estar con los perdedores-. Exclamó la chica, que era de mediana estatura, rubia y con los ojos azules-.
-Entiendo, pero estoy bien en la escuela, gracias de todas formas-.
-¿Qué tal tu día con Santana, cariño?-. Preguntó su padre-.
-Increíble-. Respondió sin pensar mucho, y con una expresión que le llamo la atención a su padre, pues hace mucho que lo veía.
-¿Santana López? ¿Eres amiga de López?- Preguntó la chica incrédula.
-No sé si amiga, pero pasamos tiempo juntas desde que entre a la escuela, ha sido agradable conmigo-.
-Pero ella no es agradable con nadie-. Susurro la muchacha
-¿Disculpa?-. Preguntó con molestia Kayle-.
-Nada…
-Papá…estoy un poco cansada, me iré a mi habitación-.
-Creo que ya es tarde…que tal si seguimos discutiendo esto el lunes-. Dijo su padre y miró al hombre para que entendiera que la cena estaba terminada.
Las visitas se fueron y se quedó a solas con su padre, quien le pregunto de su día junto a Santana.
-Hace tiempo que no te veías así-. Dijo Ben.
-¿Así como?-.
-Así… feliz-.
-Fue un buen día, creo que me gusta este lugar…bueno Santana ayudo a que me gustara-.
-Es una agradable chica-.
-Lo es…es bueno tener alguien con quien puedo hablar y ser yo misma-. Respondió-.
Tú sabes cómo era en Akron, la honestidad no es precisamente lo que más hay ahí-.
-Lo sé…
-Me iré a dormir…buenas noches-.
Y comenzó a caminar hacía la escalera
-Antes de que subas…porque no llamas a Santana y le dices vaya al Club de Lima mañana con su familia, tengo ganas de jugar golf y quiero sacar a tu madre de la casa, se está volviendo loca sin vida social. ¿Qué te parece?
-Que pensara que la estoy acosando-. Respondió con una risa-. Le preguntare si quiere ir…buenas noches-.
-Buenas noches pequeña-.
Santana había terminado su relajante baño, y estaba aplicándose sus cremas antes de ir a la cama, cuando su teléfono comenzó a sonar. No pudo evitar sonreír cuando vio que era Kayle.
-¿Qué pasa? ¿Ya me extrañas Carpentier?-. Contestó la morena, con el solo fin de burlarse de la chica, aunque secretamente le gustaba la idea de escuchar su voz antes de dormir-.
-Siempre eres tan amorosa para contestar, López-. Respondió enfatizando en el apellido de la morena-.
-Lo siento, olvide que eras sensible… entonces ¿llamas para darme las buenas noches?-
-Creo que por el momento olvidare el sarcasmo y diré lo que tenía pensado-.
-Ok…te escucho-.
-Yo quería…tú… ¿tienes planes para mañana?-. Preguntó nerviosa-.
-No… ¿por qué?-. Respondió dejando de lado su tono de burla, al captar el tono nervioso de la otra chica-.
-Es que papá me dijo que llamara para invitarte a ti y a tu familia al Club mañana…pero si no quieres lo entiendo, ya me apropie de tu sábado, no quiero forzarte a pasar el domingo también-.
Santana en la otra línea no podía evitar sonreír, jugaba con su pelo y no contesto de inmediato solo para poner más nerviosa a la otra chica, porque su respuesta la supo en dos segundos, era obvio que le gustaba la idea de pasar más tiempo con ella.
-Aunque no lo creas no eres tan molesta como pensaba…así que nos vemos mañana…iré a avisarle a mis padres-.
-Nos vemos mañana…y que duermas bien-.
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Eran las 12:30 y su padre estaba estacionando el auto en el club. Sus padres iban unos pasos más adelante mientras Santana se había detenido a mirarse por última vez en el espejo del vehículo, se sentía un poco extraña con esa ropa, pero sabía que era lo más apropiado, de alguna forma que no lograba entender era importante para ella causar una buena impresión a los padres de Kayle. Cuando levanto la vista hacía la entrada vio que sus padres se había detenido a conversar por lo que apuro el para saber quiénes eran.
-Aquí estas…mira con quien nos encontramos-. Dijo su padre alegremente-.
-Buenos días Señora Fabray-. Saludó no tan alegre-.Quinn-. Haciendo solo un gesto como saludo.
-Santana-. Respondió Quinn también cortante-.
-Hace mucho tiempo que no te venía, ya no vas a visitarnos como antes, recuerdo que cuando eran más pequeñas eran inseparables con Quinnie-. Expresó la Señora Fabray-.
Ninguna de las dos respondió a ese comentario, porque sabían las diferencias que con el tiempo se habían marcado entre ellas. Si bien habían crecido juntas, en la adolescencia todo cambio, eran las dos muy populares y eso las hiso competir por todo, superar a la otra al costo que fuera, y muchas de esas peleas habían dejado heridas. Ahora que ninguna era porrista, ya no tenían nada en común, pero tampoco porque pelear.
-Entremos…nos deben estar esperando-.Dijo Santana para romper el silencio y salir pronto de esa incómoda situación-.
-Tienes razón… ¿Judy nos acompañas?-. Preguntó Marcos, quien recibió una mirada fulminante de parte de Santana-.
-No sé si sea adecuado…-. Respondió Judy dubitativa-.
-Los Carpentier son personas agradables, no les molestará al contrario, así conocen más personas en Lima que solo nosotros-. Expresó la señora López.
A Santana no le sorprendía del todo la actitud de sus padres, ya que, desde el divorcio de los Fabray, habían apoyada mucho a la madre de Quinn. Y aunque ella y Quinn ya no fueran tan cercanas las dos familias seguían siendo amigas. No le quedaba mucho que hacer al respecto, así que puso su mejor cara y se resignó a tener que compartir su día con Quinn, o mejor dicho a tener que compartir a Kayle con Quinn.
Cuando llegaron al sector de las mesas, vieron de inmediato a la familia, estaban ubicados en una de las mesas con mejor vista. Ben se paró enseguida para saludar.
-Marcos-. Saludo extendiendo su mano y luego saludando al resto de la familia-. Santana, que bueno verte otra vez, anoche Kayle llego muy feliz después del paseo-.
-Yo también lo disfrute señor Carpentier-. Respondió la chica-. Y… ¿Dónde está?-. Preguntó al no verla ahí con sus padres-.
-Fue a dar una vuelta…debe estar por regresar-.
-Ben…Isabel…Les quiero presentar a Judy Fabray y su hija Quinn, es una amiga de la familia, espero que no haya problema con que se unan al almuerzo-. Expresó el señor López.
-Por supuesto que no, es un agrado conocerlas-. Respondió Isabel-.
Quinn, observaba a Santana desde cierta distancia y la notaba nerviosa. Y sabía que se podía deber solo a una persona, la misma chica con quien la había visto el día anterior. Aunque ya no fueran amigas, ella conocía perfectamente a la latina. Durante la semana anterior, se dio cuenta que algo le pasaba. Andaba triste o ida en sus pensamientos, pero ahora era diferente, tenía cierto brillo en sus ojos y hasta parecía feliz de estar ahí.
-Hola-. Se escuchó y unas manos tomaron la cadera de la latina por detrás, provocando un pequeño saltó al no esperar ese movimiento-. ¿Cómo estás?-.
Preguntó sin soltar a la morena que estaba de pie a un costado de la mesa-
-Podrías no asustarme la próxima vez-. Respondió
-Lo siento no fue mi intención-. Dijo plantando un beso en la mejilla-.
Kayle se acercó a las demás personas que estaban allí, y puso especial atención en la rubia que observaba con curiosidad toda su interacción con Santana.
-Hola… ¿nos conocemos?-. Preguntó la morena de ojos verdes-.
-Sí, nos encontramos ayer en Breadstix-. Respondió la rubia que aún intentaba
procesar todo ese cariñoso saludo entre la latina y la chica nueva.
-Quinn, también estudia en Mckinley-. Dijo la morena-.
-¿Y desde cuando estas en Lima?-. Preguntó curiosa la rubia-.
-Desde hace un poco más de una semana, pero en la escuela solo del viernes-.
-¿Y cómo se conocieron?-. Volvió a preguntar Quinn
-Por nuestros padres-. Respondió cortante Santana-. Creo que es mejor que nos sentemos-. Dijo para evitar más preguntas de la rubia, que no entendía porque pero no quería que tuviera más información de su relación con Kayle.
-¿Y qué les ha parecido Lima?-. Preguntó la señora Fabray
-Es tranquilo-. Respondió Isabel-.
-Con tranquilo mi madre quiere decir que no hay eventos sociales a los que asistir-. Dijo Kayle, desatando una risa grupal-.
-Para ti también debe ser un cambio radical-. Preguntó Quinn
-Me gusta Lima-. Respondió segura y mirando a Santana-.
-Todos estamos en un proceso de adaptación-.Respondió Ben-.
-Y piensan quedarse en forma definitiva aquí-. Preguntó Marcos-.
-Por lo menos hasta que Kayle entre a la universidad, después volveremos a Nueva York-. Dijo Isabel-.
-Gracias por recordarme que estamos aquí por mí, madre-. Expresó Kayle con molestia-.
-Entonces Marco, listos para después de la comida jugar Golf-. Dijo Ben para desviar la conversación-.
-La verdad nunca he sido un buen jugador, pero lo intentare-. Respondió
-No se preocupe señor López, mi padre tampoco lo es, yo solía ganarle todo el tiempo-. Dijo la morena de ojos verdes con una sonrisa-.
-¿Juegas Golf?-.Preguntó Santana un tanto sorprendida-.
-Kayle y yo ganamos muchos torneos padre e hijo en los Hamptons…en realidad los gano más ella que yo-. Respondió Ben alegremente-.
-Yo no creía que alguien de nuestra edad jugara Golf, es un poco aburrido-. Dijo Santana-.
-¿Los has intentado alguna vez?-.
-No…mi mayor interés nunca ha sido pertenecer al club de Golf-.
-Yo podría enseñarte hoy-.
-No es una mala idea, así le enseñarías a San que hay más deportes fuera de las porristas-. Dijo la señora López-.
-¿Eras porrista?-. Preguntó Kayle con sorpresa-.
-Ambas lo éramos-. Respondió la rubia-.
El almuerzo trascurrió entre las malas bromas del padre de Kayle, y el interés por las obras sociales que se realizaban en Lima por parte de Isabel, buscando en que entretenerse, por lo que se comprometió a realizar eventos junto con Judy y Sofía en ayuda a la comunidad. Kayle no estaba sorprendida, sabía que su madre necesitaba sus eventos sociales, se sentía cómoda en ellos. En Nueva York, no recordaba exactamente a cuantos habían tenido que asistir ella y su padre, solo para que Isabel no se molestara, y al parecer acá en Lima iba a hacer lo mismo.
-Disculpen, vuelvo en un momento-. Señaló Kayle, mientras se levantaba de la mesa.
-Es una niña muy educada, seguro no le costara hacer amigas en Mckinley-. Indicó Judy.
-En Akron era la chica más popular, capitana del equipo de Hockey césped y una líder en la academia-. Respondió Isabel con orgullo-.
-¿Y porque el cambio entonces?-. Preguntó Quinn-.
-Cosas personales-. Respondió nuevamente la Señora Carpentier cambiando el tono a uno más cortante para no dar espacio a más preguntas-.
Santana sabía el porqué del cambio o por lo menos el motivo central, aunque tenía un presentimiento de que había cosas que Kayle no le había dicho.
-Volví…-. Dijo de repente Kayle quien traía dos juegos de llaves en su mano-.Toma papá este es para ti y el señor López-.
-¿Para qué es eso?-. Preguntó Santana con curiosidad-.
-Para los carritos de Golf-. Respondió-. Vamos hoy aprenderás que no es tan aburrido como pensabas-. Indicó haciendo un gesto para que Santana se levantara-.
-OK…pero no te garantizo no quedarme dormida-.
-Quinn…nos acompañas…-. Preguntó Kayle ganándose una mirada fulminante de parte de la latina-.
-Está bien…aunque yo tampoco se jugar-. Respondió la rubia
-No hay problema te enseñaré también-.
Así las tres chicas partieron hacia donde estaban los carritos de Golf. Santana insistió en manejarlo ella, ya que, así por lo menos tendría algo de diversión, a lo que en primera instancia Kayle se negó ya que veía en peligro su vida, sin embargo, la morena le recordó que ella confió la suya al subirse a esa balsa en el parque. Ambas interactuaban de manera natural, mientras Quinn solo observaba en silencio e intentaba recordar la última vez que había visto esa actitud amistosa en Santana y solo podía recordar que Brittany era la única persona que la hacía actuar de esa manera.
-Creo que por aquí está bien…ya puedes detenerte-. Dijo la morena de ojos verdes-.
-No lo creo…esto es divertido-. Respondió Santana-.
-Vamos la diversión empieza con el juego-.
-Ok… como tú digas-. Dijo de mala gana-. No creo que sea muy complicado es solo golpear una pelota con un palo-.
-Entonces tú partes-. Dijo la chica entregándole un palo y una pelota-.
-No hay problema-. Puso la bola donde correspondía se arregló el guante, se puso en posición y golpeo tan fuerte como pudo-.
-Al parecer no es tan fácil como pensabas-. Dijo Kayle-.
-¿Por qué?...mira ni siquiera puedes seguirla de tan rápido que fue-.
-Santana…mira hacia abajo-.
-Mmm-. Miro al suelo y la pelota seguí ahí-.
-Puedo ayudarte ahora-
-Está bien-.
Santana solo sintió todo un calor que le invadió el cuerpo por completo. Kayle había colocado todo su cuerpo detrás de ella, tomándola de ambos brazos. La latina no escuchaba ninguna indicación, solo no quería que la otra chica alejara su cuerpo de ella, podía sentir su suave aroma, su respiración, su voz susurrante en su oído y como cada musculo se movía hacia ambos lados enseñándole el movimiento para golpear.
-Santana…-. Dijo Kayle al ver que la otra chica no le prestaba atención-.
-Disculpa-. Respondió girando su cara para quedar a centímetros de los labios de la chica-.
-Mira golpearemos juntas a la cuenta de tres…
-Ok-. Sintió como sus cuerpos se juntaron más. Y como su ritmo cardiaco aceleró a sentir esa última presión, no tenía ningún interés en donde haya caído la pelotita, solo pensaba que había sido la mejor clase que había recibido.
-Wooow… Eso cayó muy lejos-. Indicó Kayle siguiendo con su vista el curso de la pelota-.
-Creo que no es tan aburrido después de todo-. Expresó la morena-. ¿Lo intentas Quinn?-. Dijo intentando ser agradable e incluir a su antigua amiga, notando además que observaba detenidamente cada interacción que tenía con Kayle-.
-Creo que más adelante, estoy bien aquí gracias-. Respondió.
Durante las siguientes horas, Kayle siguió intentando que Santana lograra aunque fuera golpear la bola sola, pero fue un intento un tanto inútil. La morena por otro lado no es que no pudiera sola, pero le gustaba más cuando la otra chica se acercaba y la ayudaba. Quinn también lo intento con ayuda de Kayle, lo que la hiso ganarse nuevamente una mirada fulminante de la latina que no pasó desapercibida para ninguna de las tres chicas. Una vez que se cansaron optaron por regresar a la mesa que antes habían compartido con sus padres.
-¿Y qué tal les fue chicas?-. Preguntó Isabel-.
-Creo que nuestra maestra se esforzó mucho pero los resultados no fueron los esperados-. Respondió la rubia con una sonrisa-.
-Tendremos que intentarlo de nuevo-. Sentenció Kayle con una sonrisa-.
-Creo que tuve suficiente por un tiempo-. Respondió Santana-.
Su padre junto al señor Carpentier no demoraron en reunirse con el resto del grupo. Como Kayle predijo, su padre fue derrotado por Marcos, y le hiso un par de bromas por ello. Ambas familias disfrutaron otros momentos hasta que decidieron que era hora de retirarse, ya que, al otro día las niñas tenían escuela. Caminaron juntos al estacionamiento y cada uno se iba a subir a su auto cuando Santana siente una voz que la detiene.
-¿Qué pasa?-. Preguntó la morena confundida-.
-Yo me preguntaba…si…-.
-Vamos que pasa…creo que hemos pasado tiempo juntas como para que logres hilar una idea sin ponerte nerviosa-.
-Lo sé-. Respondió Kayle-. Yo quería saber si quieres que pase por ti mañana para ir a la escuela-. Preguntó-.
-Es una buena idea-. Dijo la latina con una coqueta sonrisa-. Te espero mañana entonces-. Expresó depositando un rápido beso en la mejilla de la otra chica y subiéndose al auto con sus padres.
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A Brittany le gustaba caminar hacía la escuela cuando necesitaba pensar. Lo que aunque algunos pensaran lo contrario sucedía regularmente, sobre todo en el último tiempo. Desde el sábado no podía sacarse a Santana de la cabeza, después de verla con la otra chica en Breadstix, no es que estuviera celosa o algo, solo que la latina era su mejor amiga y nunca salía a solas con nadie más que no fuera ella. Quizás se debía a su conversación del viernes o más bien a la declaración de amor que le había hecho Santana que no termino muy bien, porque la dejo sola y ella solo pudo ver las lágrimas en los ojos de la morena cuando esta se alejaba. No había sido su intensión herirla, la quería demasiado para herirla, pero estaba confundida, también quería a Artie, él era cariñoso y atento. Sentía que en este momento no quería estar lejos de ninguno de los dos. Estaba ya por llegar cuando vi a lo lejos a Santana bajándose del auto con la misma chica, por lo que apuro el paso, ambas tenía una conversación que terminar.
-¡Hey!...San…-. Grito la rubia bailarina sin recibir respuesta-.
Santana venía con mejor ánimo a la escuela, se había levantado temprano, disfruto un baño y luego escogió la ropa con cuidado, cuando salió de su casa estaba Kayle esperándola con un café en la mano y unos mufins. En el viaje la morena conecto su I-Phone y tarareaban ambas las canciones que comenzaron a sonar.
Cuando bajo del auto su rostro cambio inmediatamente la expresión que tenía. Escuchó a lo lejos la voz de Brittany, pero no se detuvo, sin embargo, no iba ser tan fácil escapar.
-San…-. Insistió la rubia pero esta vez tomándole el hombro por detrás.
-Brittany-. Respondió la latina con una expresión neutra dándose vuelta para mirarla de frente-.
-Podemos hablar-. Dijo la bailarina intentando disimular el golpe que fue escuchar su nombre completo, ya que, San nunca la había llamado así, menos con ese tono tan inexpresivo.
-OK…dime-. Respondió-.
-Me gustaría que fuera en privado-. Expresó fijando una mirada fulminante en Kayle a la que ni siquiera había saludado -.
-Nos vemos en clases-. Dijo la morena de ojos verdes intentando alejarse para dejarlas conversar-.
-No…-. Respondió Santana de repente, sosteniendo la mano de la chica que se iba a alejar-. Pensándolo bien…no hay nada de qué hablar, me quedo todo claro-. Dijo mirando a Britt-.
-Pero…yo quiero-. Titubeo la rubia-.
-Nos vemos-. Interrumpió la morena, alejándose con la otra chica en dirección a su primera clase de la mañana.
Brittany se quedó otra vez de pie observando como su morena se alejaba, sentía una mescla extraña de sentimientos, por un lado estaba triste por la expresión indiferente que le dio Santana durante su breve interacción. Pero no le afecto tanto como sentirse desplazada por la otra chica, que su latina prefiriera irse a quedarse con ella le dolió más que cualquier palabra. Lo que tenía absolutamente claro es que no se iba a rendir tan fácilmente hasta que Santana le diera la oportunidad de explicar las cosas.
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-Tienes claro que en algún momento tendrás que hablar con ella y enfrentar las cosas, ¿cierto?-. Dijo Kayle mientras caminaba al lado de la latina-.
-No creo que sea necesario…está todo claro entre nosotras-. Respondió
-A mí no me pareció que ella opine lo mismo, creo que debes darle la posibilidad de una conversación…no puedes simplemente ignorarla por siempre-.
- ¿No es acaso lo que tú haces con tu ex novia?-. Expresó con un tono molesto la morena, ya que no quería seguir hablando de Britt menos con Kayle-.
-Eso es diferente…-. Respondió visiblemente afectada por el comentario-. Pero entiendo no te daré más mi opinión respecto a Brittany-. Dijo y se alejó de la morena-.
-¡Hey!...lo sien…-. No pudo terminar su disculpa, la chica ya estaba unos cuantos metros de ella-.
Santana siguió caminando sola una vez más, pensando lo que le dijo Kayle, y tenía razón, no podía simplemente ignorar a Britt por siempre. Pero ella no entendía lo humillada que se sentía, ¿abrió su corazón para que?, para que fuera tomado y destruido sin ningún tipo de consideración. No podía permitir que eso ocurriera otra vez. Y si tal vez le debía una conversación a Brittany pero eso podía esperar. Por el momento debía recuperar su seguridad para enfrentar en igualdad de condiciones a la rubia.
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Quinn observo toda la interacción a distancia. Tenía un presentimiento de que algo andaba mal entre Britt y Santana, las tres habían sido muy unidas en su momento y la rubia nunca pudo obviar la estrecha relación que tenían las otras dos ex porritas.
Sabía que eran mucho más que mejores amigas, aunque nunca se los pregunto directamente. Sabía cómo era la latina, todos conocían ese carácter agresivo pero ella también había visto el otro lado, el lado amoroso y tierno que mostraba cuando estaba con la bailaría, y bueno últimamente también con Kayle. Tuvo la intención de acercarse a Santana, pero no sabía cómo, quería recuperar esa amistad, quería poder confiar en alguien, porque aunque nadie lo notara, ella estaba pasando por su propia guerra interna.
-Hola… ¿te acuerdas de mí?-. Preguntó Kayle de repente sacando a la rubia de sus pensamientos-.
-Si…hola… ¿Cómo estás?-.Respondió-.
-Bien…-. Esa respuesta fue a medias porque aunque no lo aceptara su pequeña discusión con la latina la había afectado-.
-¿Y Santana?-. Preguntó sin darse cuenta que era lo menos adecuado de preguntar en el momento-.
-No lo sé…se fue a clases supongo-. Expresó con indiferencia-.
-Yo también voy camino a Historia-.
-También tengo esa…creo que somos compañeras-.
Ambas chicas partieron rumbo a su primera clase, conversaron de distintas cosas y Kayle no pudo evitar recordar a Francis ya que la rubia al frente tenía un evidente parecido físico con su ex novia, ambas rubias de ojos verdes, con esa postura distinguida y segura de sí mismas. Pero también sus pensamientos se iban hacia otra chica absolutamente diferente una morena de ojos color avellana que la había hecho por momentos sentirse feliz nuevamente.
Quinn Y Kayle pasaron casi todo el día juntas, parecían llevarse bien incluso la hora de almuerzo donde compartieron con otros miembros del Glee Club. Llegaron a su última clase que era español donde casi todos estaban juntos incluyendo Santana.
-Podemos hablar-. Interrumpió la latina mientras Kayle conversaba animosamente con Quinn-.
-Seguro que es conmigo con quien tienes que conversar-. Respondió intentando sonar dura-.
-Yo voy a mi asiento-. Dijo Quinn alejándose al detectar la incómoda situación.
-Siento haber reaccionado de esa manera-.Dijo la morena-. Sé que tienes razón…
-Yo también lo siento no debí haber interferido, es algo entre tú y…ella-. Expresó con una aflicción en su voz-.
-Sé que tengo que hablar con Britt…pero no me siento preparada… aún duele-. Dijo bajando el volumen para que los que estaban cerca no escucharan-.
-Entiendo y tienes razón en lo que dijiste, yo hago lo mismo con Francis, solo que dolió escucharlo así-.
-No quise ser agresiva contigo solo que a veces no lo puedo evitar-.
-Está bien…creo que ambas exageramos…te parece si te invito a un helado después de clases y así damos el problema por solucionado-. Expresó sonriendo y tomando la mano de la latina-.
-Después de clases tengo algo que hacer en el coro…si tienes tiempo me podrías esperar-. Respondió-.
-No hay problema-.
Se dirigieron a su asiento porque el Señor Schuster ya había llegado para comenzar la clase.
Brittany, había entrado a clases junto con Artie como era de costumbre, lo que no había sido normal era ver la mano de la chica nueva tomando la de Santana en lo que parecía más una charla entre una pareja que dos amigas. Al pasar Britt no pudo dejar de mirar la interacción, y casi como un acto territorial choco la espalda de la chica con su hombro, acto que fue presenciado por todos, no se disculpó, lo hiso parecer casual. No entendía porque se sentía de esa manera, ella tenía un novio y lo quería, pero por Santana eran otros sentimientos, más intensos, sentía que la latina le pertenecía y no iba a aguantar que ninguna niñita rica viniera y le arrebata lo que le pertenecía, aunque fuera por su culpa ya que ella rechazo a Santana.
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La primera en llegar a la sala del coro fue obviamente Rachel y después Quinn, quienes como todos sabían eran dos caras distintas de una moneda, y nunca habían logrado llevarse bien, aunque la rubia había estado cambiando esa actitud negativa este último tiempo, cosa que la pequeña diva no sabía si tomarlo como una tregua u otro plan de Quinn para humillarla.
-¿Qué tal?-. Dijo la rubia en forma amistosa al entrar a la sala y ver a Rachel sentada en el banquillo del piano concentrada en algo-.
-¿Qué?... ¿me hablas a mí?-. Respondió sorprendida al ver quien era la que le hablaba, girando su cabeza hacia arriba.
-No hay nadie más aquí Rachel…
-Lo sé solo que otras veces aunque no hubiera nadie tú simplemente me ignorabas…como siempre durante toda la secundaria-.Respondió a la defensiva
-Estoy tratando de ser amable…ya no hay nada porque tengamos que odiarnos-.
Expresó pensando en que la única razón de haberle hecho la vida imposible a esa chica había sido su ex novio Finn-.
-Tienes razón…quizás podamos conocernos y dejar de pelear-. Dijo sinceramente-.
-Y ¿en que trabajas?-.Preguntó al ver que la castaña tenía una libreta entre sus manos-
-No es nada…solo una idea-.
Los demás miembros del coro comenzaron a llegar antes de que Quinn pudiera averiguar que tenía a Rachel tan concentrada. También hiso su entrada el Señor Schuster quien les hablo acerca de cambiar sus planes para las regionales ya que había recibido una carta que decía que no podían utilizar la canción que tenían planeada, por lo que tenían que idear que hacer ahora. Rachel levantó su mano para dar una idea y todos sabían de lo que se trataba, lo de las canciones originales, lo que nadie esperaba era que Quinn la respaldara y se ofreciera a escribirla con ella.
Santana observaba fijamente a la rubia, intentando componerse del impacto, ella conocía muy bien a Quinn Fabray y nunca ni en diez vidas más podía imaginársela cerca de la odiosa Rachel Berry.
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Kayle había ido a la biblioteca por unos libros para ponerse al día en sus trabajos de la escuela, aprovechando de que le había dicho a Santana que la esperaría, camino a su casillero para guardarlos cuando una chica con uniforme de porrista se le acerco a hablarle.
-Hola…-.
-¿Hola?-. Dijo con desconcierto porque no recordaba de quien se trataba-.
-Nos conocimos en la casa de tus padres…Soy Chelsea ¿Recuerdas?-.
-La verdad no lo recordaba-. Respondió notando la molestia de la otra chica, pero no podía importarle menos ya que de presencia le era desagradable-.
-No importa…solo quería decirte que mis amigas porristas y yo iremos al centro comercial ahora, ¿nos quieres acompañar?-. Dijo disimulando su disgusto por la indiferencia de la chica-.
-No puedo, espero a Santana-. Respondió secamente-.
-Esperas que tu amiguita nueva salga de su club de perdedores-. Exclamó sarcásticamente-.
-¿Disculpa?-. Expresó con enojo-.
-Lo que escuchaste…López era alguien en esta escuela antes que dejara las porristas por ese club de perdedores, y si no quieres recibir un granizado en la cara de desayuno como todos ellos, es mejor que empieces a elegir mejor a tus amigos-. Dijo la chica en forma despectiva-.
-Escúchame con atención-Exclamó con molestia y usando sus centímetros más para infundir temor en la otra chica-. No me importa quien seas ni que lleves puesto …nadie se refiere a Santana de esa manera menos delante de mí y tú te puedes creer que estás la punta de la escala social, pero créeme cuando quiero destruir a alguien lo hago y sin ninguna consideración, así que cuida cada palabra…entendiste-. Dijo lo último cerrando violentamente la puerta de su casillero lo que produjo una cara de terror en la otra chica-.
-Yo…no quise…-.Tartamudeo sin poder terminar la frase cuando Kayle ya salía hacía el estacionamiento.
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Kayle seguía enojada por su conversación anterior. Sentía que esa estúpida chica despertó una parte de ella que solía utilizar en su antigua escuela. Ella acostumbraba amenazar a cualquier persona que osara dañar a Francis y eso se activó de inmediato al momento que sintió debía defender a Santana. Estaba confundida y un poco asustada, sus sentimientos hacia la latina iban en aumento demasiado rápido y sabía que no era lo correcto, porque el corazón de Santana tenía dueña. No podía enamorarse para ser herida otra vez, ya con su ex novia había sufrido demasiado, se había ido de Nueva York para estar tranquila, no para sufrir una nueva desilusión y tener que escapar nuevamente.
A lo lejos vio como la morena venía caminando en dirección a ella, con esa sonrisa hermosa y esos ojos brillosos, con su pelo suelto y dando pequeños rebotes alrededor de su rostro, era simplemente hermosa y podría quedarse mirándola por siempre. Fue ahí cuando se dio cuenta que tal vez por esa chica todo riesgo valiera la pena.
-Disimula esa mirada Carpentier-. Expresó la latina al ver la cara de fascinación de la otra chica-.
-En tus sueños López-. Respondió con una sonrisa y subiéndose a su auto-.
-¿A dónde vamos?...recuerda que es tu plan para disculparte-. Dijo intentando sonar inocente-.
Kayle soltó una risita por ese comentario.
-Creo que dejamos claro que las dos reaccionamos mal, no solo yo debería disculparme…-.
-Por eso entonces ¿dónde me llevaras?-. Dijo agitando sus pestañas intentando salirse con suya-.
-Pensé en ir al cine revise la cartelera y hay varias películas que se ven entretenidas… ¿quieres?-.
-Pero yo elijo la película-.
-Ok…tú elijes la película-. Dijo resignada Kayle mientras Santana la miraba con aires de satisfacción.
Santana miraba a la otra chica durante el viaje casi fijamente, e intentaba descifrarla, intentaba leer en sus ojos, pero le era inmensamente difícil. Lo único que sabía era que su corazón estaba herido y por eso había llegado a Lima, pero no mucho más y sentía que quería saberlo todo. No interpretaba eso como una atracción o por lo menos no quería enfrentar si eso estaba ocurriendo, todavía estaba fresca la herida hecha por Brittany. Aunque observándola y por el tiempo que habían pasado juntas, era tan diferente a la bailarina, con Britt siempre tenía que estar a la defensiva con los demás, porque su deber era protegerla, cuidarla, era una persona frágil, una pequeña dulce niña a la que debía consentir siempre, mientras que con Kayle se sentía más tranquila porque la chica había demostrado ser capaz de contenerla con su seguridad y con esa sonrisa que le daba calma, además en pocos días había aprendido a manejar sus caprichos. Eran tal vez los dos extremos posibles, dos personas de las que necesitaba en ese momento.
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Brittany miraba desde una esquina cuando Santana se subió al auto de Kayle, había salido prácticamente detrás de la morena, intentando alcanzarla pero se detuvo de inmediato al ver que la otra chica la esperaba. Ya no podía seguir negándolo lo que sentía era un odio hacía esa nueva muchacha y eso era extraño porque ella no odiaba en forma recurrente. Sentía como una ola de calor le envolvía el cuerpo y enrojecía sus mejillas, estaba enojada, no quería que SU Santana pasara más tiempo con esa chica, quería que todo volviera a ser como antes, donde tenían sus tardes juntas, que comenzaban con tiernos besos de chicas y generalmente terminaban con ellas desnudas amándose toda la noche, extrañaba demasiado las caricias de la latina, sus besos y su voz al oído susurrándole cuanto la quería. No podía permitir que todo eso lo hiciera con alguien más, porque sentía dentro de ella que Kayle no era una amiga más, sino que era una amenaza para ella.
-Britt… ¿estás bien?-. Preguntó el chico en silla de ruedas, quien noto la extraña mirada que tenía su novia sobre él.
-Si…yo…solo-. No podía articular palabra, solo mantenía la vista fija en su novio buscando tal vez en exceso que había sido “eso” que la hiso elegirlo sobre Santana.
-¿Qué pasa?...Saliste tan rápido-.Pregunto confundido por el comportamiento de su novia.
-Yo quería hablar con Santana pero se fue antes de poder alcanzarla-. Respondió aún con su mente en otro lado-.
-¿Se fue con Kayle?...porque desde que llego no se despegan-. Dijo sin darse cuenta que sus palabras aumentaban la furia de la rubia-.
-Si se fue con ella-. Las palabras hacían eco en su mente-. Yo también me iré…
-Pero pasaríamos la tarde juntos-. Indicó el chico con sus ojos azules examinando a su novia-.
-Lo siento Artie…yo me quiero ir a casa-. Le dio un rápido beso en los labios y camino con velocidad, no quería estar con él, solo quería idear algo para que Santana hablara con ella, no podía más con la indiferencia de la latina menos ahora que otra mujer estaba extremadamente cerca de ella.
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bueno acá va el segundo capitulo de esta historia......un saludo....
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
me gusta Kaytana o bueno como se llamen ellas , me gusta su relacion es diferente me gusta, como son esas dos.
y britt eso q no se decide como cosa rar me gusta este fic mucho :)
y britt eso q no se decide como cosa rar me gusta este fic mucho :)
mary04- - Mensajes : 1296
Fecha de inscripción : 30/09/2011
Edad : 31
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Awww, me encanto el fic!!!.. ^^.. De verdad, espero que Britt se de cuenta que hizo mal en elegir a Arite ¬¬, pero la verdad me gustan Santana y Kayle, no mas que Brittana obvio.. jajaja..
Beso
Beso
Len104********- - Mensajes : 772
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Me gusta la pareja que hacen Kayle y Santana, siento que se corresponden, y no hay alguna razón por la cual me desagrade... más que el tener separadas a las Brittana, pero pues eso se lo buscó Brittany, mira que preferir a Artie encima de San -.-
Ahora es cuando se da cuenta que perdió algo realmente valioso?
Va a tener que hacer méritos muy grandes para recuperarla.
hasta la actualización c:
Ahora es cuando se da cuenta que perdió algo realmente valioso?
Va a tener que hacer méritos muy grandes para recuperarla.
hasta la actualización c:
Pamela Lopez-Pierce***** - Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Me gusta la pareja que hacen Kayle y Santana, siento que se corresponden, y no hay alguna razón por la cual me desagrade... más que el tener separadas a las Brittana, pero pues eso se lo buscó Brittany, mira que preferir a Artie encima de San -.-
Ahora es cuando se da cuenta que perdió algo realmente valioso?
Va a tener que hacer méritos muy grandes para recuperarla.
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Ahora es cuando se da cuenta que perdió algo realmente valioso?
Va a tener que hacer méritos muy grandes para recuperarla.
hasta la actualización c:
Pamela Lopez-Pierce***** - Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Excelente sencillamente me encanto espero que lo sigas, esta muy buenooo *--------------*
keymaris**** - Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 30
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
ya lei una vez esta fic, y me parecio genial, voy a volver a leerla aca, aunque ahora se me hace como imposible imaginar a Santana con otra persona que no sea Britt...
Invitado- Invitado
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Capitulo Tres: “Lucharé por ti”
Santana llego a su casa cuando empezaba a anochecer. Habían visto una comedia romántica que ella eligió y Kayle para demostrar su descontento con la elección le lanzaba palomitas de maíz cada vez que se aburría. Lo que provocaba que la latina le lanzara una mirada fingida de odio y ambas rieran. Casi al final de la película comenzaron a acercarse la una a la otra hasta que sin darse cuenta sus manos estaban entrelazadas, no hubo comentarios al respecto, fue natural y fluyo sin presión alguna. Ninguna estaba preparada para ir aceptando lo que esas señales significaban, por lo que simplemente disfrutaron del momento y no dijeron nada que pudiera arruinarlo.
La latina comenzó a mirarse en el espejo de cuerpo entero que tenía en su habitación, se observó detenidamente, y pensó si sería capaz de amar de nuevo. No era cualquier pregunta, ni menos echa al azar, hace un par de días si alguien le hubiera preguntado eso, hubiera dicho un No rotundo, pero algunas cosas habían cambiado dentro de ella. No es que ya no sintiera nada por Brittany, sus sentimientos estaban prácticamente intactos, solo que en los últimos cuatro días en su mente solo había una persona y esa era Kayle, la chica de los ojos claros y sonrisa fascinante, quien había secado sus lágrimas con cariño y en quien encontró un refugio entre sus brazos. No podía decir que estaba enamorada, pero sí que tenía un sentimiento que con cada día se intensificaba.
Se puso el pijama y se acostó, eran demasiadas preguntas las que rondaban su mente y no podían ser contestadas en una sola noche, sería mejor que fuera con calma, no quería otra vez equivocarse. Lo único que agradecía es que ya no tenía tanto dolor, lógicamente aún no podía mantener la mirada en Britt cuando esta estaba con su novio, pues todavía sentía esa punzada en el corazón con la imagen, pero ya iba disminuyendo, era un dolor que sentía podía manejar, para lo que no estaba lista aún era para enfrentar a la rubia bailarina.
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Los días de esa semana pasaron sumamente rápido pensaba y sin darse cuenta ya era viernes. Otro día de escuela, otro día de evitar todo contacto con Brittany, otro día en que al salir de su casa su chica Neoyorkina la esperaba afuera con su café respectivo, pensaba que se podía acostumbrar a eso último, le gustaba saber que tenía una razón por la que levantarse en las mañanas y además de eso lucir hermosa.
-¿Y cómo va la preparación para las regionales?-.Preguntó Kayle mientras iban camino a la escuela.
-Bien…supongo, Berry sigue con la idea de escribir nuestras propias canciones y aunque suene increíble Quinn la apoya-. Respondió
-No es una mala idea… ¿porque es tan extraño que Quinn se acerque a Rachel?-. Ambas son agradables, sobre todo Quinn…
-¿Agradables?...por favor, Berry es demasiado odiosa como para escucharla por eso todos la ignoramos y Quinn es una hipócrita que te apuñala por la espalda-. Dijo la latina con un visible odio en sus palabras-.
-Pensé que Quinn era tu amiga-.
-Lo fuimos hace mucho tiempo…
-Creo que estas siendo muy dura, no sé si te has dado cuenta pero ella intenta acercase a ti…nunca es malo darse segundas oportunidades ¿o no?-. Dijo esto último como queriendo que la chica que estaba a su lado leyera entre líneas.
-No lo sé…tal vez-.
-Todos tenemos derecho a cambiar-. Expresó firmemente, pues en los últimos días se había acercado a Quinn y le parecía que la rubia no tenía malas intenciones.
Entraron a la escuela, y casi la totalidad del Club Glee se acercó a hablarles, estaban entre asustados y sorprendidos, pues una nueva locura de factura Sue Sylvester se estaba construyendo en el campo de fútbol.
-¡Hablen de a uno que no les entiendo nada!-. Dijo Santana un tanto molesta-.
-Sylvester, como tiene tiempo de sobra al no clasificar con las Cheerios a los nacionales, convenció a Figgins que todos necesitábamos intensificar nuestras clases de gimnasia y está construyendo prácticamente un campo de obstáculos militar en el campo de fútbol-. Explicó Quinn con una expresión de horror-.
-¿Quién es Sylvester?-. Preguntó Kayle-.
-Nuestra ex entrenadora de las porristas que nos odia y nos hace la vida un infierno-. Contestó la latina-.
-Así que prepárense porque será nuestra última clase del día-. Indicó Rachel.
Todos después de eso se dispersaron, cada uno se dirigió a sus respectivas clases. Pero Rachel y Quinn tenían libre por lo que aprovecharon de ir a la sala del coro para trabajar en su canción.
-Tengo una idea…-. Dijo Quinn un tanto dubitativa
-Puedo preguntar algo antes de empezar con la canción-. Dijo la más pequeña de las dos
-Dime… ¿Qué pasa?-.
-Estos últimos días, hemos pasado más tiempo juntas que durante toda la secundaria…tú de verdad, estas cambiando de actitud o esto es parte de algo…-.Dijo la castaña vacilante y con una expresión de temor-.
-¿Parte de qué?....-.
-No se…parte de un plan para humillarme, creo que hacerme la vida miserable era el Hobby preferido tuyo y de Santana… ¿Por qué cambiarlo ahora?-. Expresó con más seguridad.
-Mmm-. No sabía que responder, se sentía mal por todo lo que había hecho en el pasado-. Sé que no puedo borrar lo que hice en el pasado, pero te puedo prometer que no tengo ningún plan para herirte-. Dijo sincerándose-. Sé que no voy a tener tu confianza de inmediato, como no tengo la de nadie en realidad, pero espero ganármela con el tiempo. Ya ninguna esta con Finn no hay una causa de odio ¿o no?-.
-Yo nunca te odie Quinn…Y lamento que sientas que nadie confía en ti…yo creo que podemos intentar ser amigas-. Dijo con una sonrisa que se comenzaba a formar en sus labios-.
Ambas se fueron acercando vacilantes pues no tenían la certeza de que la otra accedería, pero era el primer paso, por lo que se abrazaron con fuerza y contra todo pronóstico, ese acercamiento fue de gusto de ambas. Quinn pensó en cómo pudo ser tan estúpida y dejar que un chico que ni siquiera merecía la pena la hubiera hecho hacer tantas cosas malas en contra de alguien tan gentil. Así que estaba convencida a aprovechar esta oportunidad y mostrarle a la chica que ella podría ser una gran amiga. En tanto Rachel, se sentía extrañamente cómoda en los brazos de la rubia, sentía seguridad y un aroma a vainilla la mareaba haciéndola sentir que quería estar por mucho más tiempo en esa ubicación. Sin duda era riesgoso confiar en ella pero quería intentarlo.
-Entonces de que quieres que trate la canción…-. Dijo la castaña separándose suavemente de la rubia-.
-Es solo una idea pero algo así como luchar por un amor que uno cree es imposible-. Exclamó fijando sus ojos verdes en los marrones de la muchacha-.
-Me gusta…creo que si algo vale pena en esta vida es luchar por amor-. Sentencio. Y ambas se sentaron en la banquilla del piano muy cerca una de la otra, más de lo nunca pudieron imaginar estar-
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Santana iba camino a una de sus clases, con un libro en la mano, por lo que su vista iba fija en él y no en el pasillo cuando alguien se le cruzó posicionándose frente a ella impidiéndole seguir el paso, levantó la mirada y vio a una alta rubia que no tenía ninguna intención de dejarla ir esta vez.
-Permiso…no quiero llegar tarde-. Exclamó la morena-.
-Tenemos que hablar…-. Dijo la rubia con decisión-.
-En otro momento ahora voy a clases-. Expresó intentando pasar pero la rubia le seguía bloqueando el paso-.
-Ese momento lo llevo esperando toda una semana, pero tú sigues ignorándome además nunca estás sola, siempre andas con tu nueva amiguita-. Dijo con molestia-.
Santana no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al oír el tono despectivo en el que Britt se refería a Kayle, la bailarina nunca hablaba así de nadie, por lo que tenía que estar muy enojada o celosa.
-Si con “amiguita” te refieres a Kayle, yo soy dueña pasar mi tiempo con quien quiera, además tu pareces ocupada paseando con “ruedas”-. Dijo sarcásticamente-. Ahora llego tarde así que nos vemos-. Y se escabullo para escaparse de la bailarina.
-En algún momento no vas a poder seguir evitándome-. Le grito mientras la latina se alejaba.
Brittany ya estaba perdiendo la paciencia, no quería nunca más en su vida volver a escuchar el nombre Kayle, aunque eso se veía bastante lejano, ya que la joven que le estaba quitando su lugar en la vida de Santana había llegado para quedarse.
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Todos se encontraban con ropa de gimnasia en el campo de Fútbol, frente a una imponente estructura muy al estilo Sue Sylvester, lo único bueno era que el señor Schuster estaba también ahí, Figgins lo había enviado para que Sue no se excediera en su trato hacía los alumnos, ya que todos sabían que “piedad” no era una palabra que ella manejara.
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-Creo que caí en una academia militar y no me había dado cuenta-. Exclamó Kayle un poco asustado por lo que veían-.
-No te imaginas lo que nos hacía hacer en los campamentos de las porristas-.Dijo Quinn-.
-¿Y Santana la has visto?...desde la mañana que no la veo-. Preguntó
-Creo que ahí viene-. Dijo apuntando hacía la entrada del campo.
Kayle no pudo evitar seguir cada paso que daba la morena, esos short dejaba a la vista dos perfectas y largas piernas, la camiseta ajustaba acentuaba sus curvas y la pequeña brisa movía su cabello con agilidad, no pudo evitar emitir un suspiro sin contar que su mandíbula le jugaba una mala pasada al no querer cerrarse. Solo la sacó de su ensimismamiento un leve golpe en el hombro que vino junto con una risa. Ahí recordó que no estaba sola.
-Lo siento-. Dijo Quinn aún con una sonrisa-. Es que no reaccionabas-.
-Yo…me distraje-. Expresó un tanto sonrojada al saberse expuesta-.
-No te preocupes…sé que San causa ese efecto a veces-. Dijo con una mirada cómplice
-Soy demasiado evidente…lo sé-.Señaló con resignación-.
-Yo no se lo diré…-.Dijo percatándose de que la latina ya estaba casi al lado de ellas-.
-Y… ¿Este es el nuevo centro de tortura Sue Sylvester?-. Indicó, a lo que todos soltaron una carcajada-.
Sylvester hiso su entrada y les explicó que WMHS se estaba transformando en una escuela de personas holgazanas que iban camino a ser obesos, es por eso que ella había ideado un plan para sacar esa plaga de la escuela. Así que en duplas tendrían que pasar el campo de obstáculos, quien no pudiera ella ya idearía un castigo lo suficientemente malo.
-Las parejas son las siguientes-. Expresó con su habitual megáfono-. Puckerman-Hudson, Evans-Chang, Berry- Cohen-Chang, Jones-Hummel, Fabrey-López…y Pierce-Carpentier-.
Con esta última pareja dos miradas se cruzaros a través del grupo, celeste cielo contra verde esmeralda, al centro una hermosa morena, no había que pronunciar palabras el reto ya estaba hecho.
Todo comenzó y Noah supero ampliamente a Finn, lo que era de esperarse ya que algunos obstáculos requerían coordinación y ese definitivamente no era el fuerte de Hudson. Cuando fue el turno de Rachel, Quinn detuvo su precalentamiento y fijo su vista en la castaña, en como si bien su cuerpo era compacto tenía una gracia y agilidad única, se notaban las clases de ballet en su flexibilidad y su cola de caballo se meneaba con cada movimiento.
-Mirando a tu nueva “amiga”-. Dijo Santana sacándola de su abstracción -.
-Yo…solo…-. Tartamudeo-.
-Desde cuando eres amiga de Berry…eso es raro-. Expresó frunciendo el ceño como buscando una explicación-.
-Solo trabajamos en la canción para los regionales-. Dijo un tanto avergonzada-.
-A mí no me puedes mentir Fabray… ¿Qué es todo este cambio de actitud?-.
-Solo intento hacer las cosas bien… Y eso no incluye solo a Rachel...tu y yo solíamos ser amigas…sé que nos hemos hecho muchas cosas pero…
Un grito de parte de Sylvester interrumpió la conversación, le avisaba que ellas eran las siguientes, por lo que se dirigieron al punto de partida. Quinn le hiso un gesto de aprobación a lo lejos a Rachel quien ganó contra Tina.
Ambas chicas pusieron todo su esfuerzo, pero también se ayudaron mutuamente para que las dos pudieran lograr pasarlos todos, algo había cambiado, ya no existía esa necesidad de superarse a cualquier costo. Quizás con algo de trabajo podrían volver a ser las amigas de infancia que eran inseparables. Finalizaron la prueba casi al mismo tiempo y chocaron sus manos en señal de victoria. Ahora solo quedaba una pareja.
-Woow…eso fue difícil-. Expresó Quinn con la voz entre cortada por el cansancio-.
-Lo fue… ¿ahora quien viene?-. Preguntó
-Velo por ti misma-. Respondió la rubia levantando una ceja en un gesto insinuante-.
La imagen que se veía en el punto de partida era como de película, una rubia y una morena, una al lado de la otra cruzando miradas fulminantes y esperando la señal para comenzar, ninguna se iba a rendir, estaban decididas a vencer a la otra, el premio que deseaban una hermosa latina de ojos color avellana. La señal está dada, que comience el juego.
Kayle tiene mayor capacidad de reacción, por lo que toma la delantera, pero la siguiente es un prueba de equilibro y la rubia bailarina demuestra toda su destreza, en la cuerda la morena termina antes y recupera el tiempo perdido en la anterior. Ambas corren, caen, se levantan, no están dispuestas a darse ningún tipo de tregua.
-¡Vamos!-. Gritaba la latina para alentar a las chicas-.
-Y… ¿a cuál de las dos estás animando?-. Preguntó Quinn con algo de malicia -.
-Yo…-. No sabía que responder por que para ser sinceras no lo tenía claro-.
-En el Club Glee hicieron apuestas y está dividido, creo que todos notan que no se llevan muy bien-. Siguió con su tono insinuante-. Entonces ¿por cuál vas tú?-.
-Yo estoy animando a amabas…las dos son mis amigas-. Respondió
-Lo entiendo…Tal vez el momento de elegir no ha llegado aún-.Expresó con una mirada que Santana sabía cómo interpretar-.
Santana abrió y cerró la boca sin ser capaz de emitir palabra, esa insinuación había sido demasiado valiente de parte de Fabray, pero no menos cierta, tenía conciencia de que Quinn era lo suficientemente inteligente para darse cuenta lo que ella había tenido con Britt, las tres habían pasado mucho tiempo juntas en el pasado. Pero ¿Kayle?, porque le insinuaba que podía sentir algo por ella, “bueno porque realmente lo sientes Santana para que negarlo”, se dijo a sí misma, tendría que comenzar a controlarse un poco no quería que todos se dieran cuenta.
-Cuida tus palabras Fabray y sobre todo cuida las miraditas que le das al Hobbit-. Respondió solo para recordarle a la rubia con quien estaba hablando y que a ella no la intimidaba.
-Lo intentare-. Respondió la rubia-. Cruzaron miradas y sin palabras cerraron un pacto de silencio cómplice.
Mientras tanto en la pista de obstáculos, Britt le había sacado una pequeña ventaja a Kayle, pero esta última aún no se rendía, ahora solo quedaba correr hasta la meta. Codo a codo, ambas estaban exhaustas pero su orgullo les impedía rendirse, más si las animaba la chica que ambas querían, aunque no supieran a cual en particular. Los últimos metros, Britt utiliza esas largas piernas para avanzar con mayor facilidad, pero Kayle también tiene habilidades que hasta ese momento sus compañeros no conocían, acelero casi en el último metro que quedaba y...
-Carpentier gana esta-. Exclamó Sylvester-. Ahora todos a las duchas-.
Fue milimétrico. Britt no lo podía creer, ella había sido porrista, por lo que tenía una condición física envidiable, pero aun así no había sido suficiente. No podía ocultar su decepción, algo dentro de ella, le decía que no estaba bien perder con Kayle, en nada.
-Excelente carrera Pierce-. Se escuchó y claro era Kayle que venía a estrechar su mano como todos lo habían hecho antes-.
-Eres rápida-. Contestó con el orgullo aún herido-.
-Practicaba Hockey Césped, te hace ser rápido-.
Cuando sus manos se estrecharon, Brittany no pudo evitar seguir un impulso que nublo su razón y la hiso ser dominada solo por un pensamiento. Atrajo a la chica hacia ella y le susurró al oído.
-Esto será en lo único que me ganes Carpentier-. Cada palabra era pronunciada con seguridad.
-Eso lo veremos Pierce-.Respondió también en forma segura pero impulsiva.
La interacción fue muy breve y no requería explicación, ambas sabían de lo que estaban hablando. La rubia solo tenía en mente intentar retener lo que consideraba suyo, la morena intentaba darle a entender que ahora, ella ya no era la única mujer en la vida de Santana.
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Santana estaba en el estacionamiento esperando que Kayle apareciera, se había dado cuenta del intercambio de palabras entre las dos chicas al terminar la competencia, y no podía evitar delinear una sonrisa, había sido divertido ver como se habían tomado tan personal una estúpida competencia de Sue Sylvester. Por un momento para sí misma pensó o quiso creer que había otra causa tras esa férrea competencia, pero no quería ilusionarse, no había motivos o sea, Britt la rechazó y tenía novio, por lo que ahora no tenía por qué estar celosa o algo, y por otro lado Kayle, no había intentado ningún movimiento, por lo que tal vez solo buscaba ser su amiga, sin dejar de lado que probablemente todavía estaba enamorada de su ex novia. Así que se sacó esa idea de la cabeza y fue a las duchas a ver porque Kayle demoraba tanto. Solo entró y en ningún momento pensó que tal vez la chica no estaba lista para salir.
Lo que sus ojos tenían al frente no pudo más que sorprenderla gratamente. Kayle estaba con los audífonos de su I-Phone, por lo que no se percató de que Santana había entrado, tenía sus jeans puestos pero la blusa que llevaba no estaba abrochada aun, lo que dejaba a la vista su perfecto abdomen, bronceado y marcado por lo que presumía la latina el desarrollo de ejercicios, llevaba un seductor sujetador de encaje en color negro lo que resaltaba sus formas. La latina antes ya se había dado cuenta del cuerpo atlético de la joven, pero nunca lo había podido admirar con tan poca y molesta ropa. Estaba como hipnotizada que no noto que la otra chica ya sabía que estaba ahí.
-Santana-. Exclamó con una sonrisa y sin intenciones de cubrirse o algo-.
-Lo sien…yo…no quise…-. Decir que estaba sonrojado o avergonzada era poco, se dio vuelta por instinto ya que así sería más fácil dar una explicación de su comportamiento un tanto voyerista-.Yo pensé que ya estabas lista-. Pronunció recuperando un poco la compostura.
-Me demore un poco más de lo habitual, lo sé, es que necesitaba una larga ducha después del entrenamiento-. Dijo la chica ocultando la parte de que también necesitaba aclarar sus pensamientos después de que se dio cuenta que había respondido impulsivamente a Brittany y su advertencia, sin tener ningún derecho-. Ya puedes voltearte-.
-Por cierto… ¿Qué fue eso en el campo de futbol?-. Preguntó con curiosidad y ya con sus mejillas del color natural
-Nada…o sea…una competencia…tú también estabas ahí-. Respondió con un tono inseguro que la latina noto de inmediato-.
-¿Segura?...parecía personal-.
-Fue solo una competencia…que podría tener en contra de ella, que no sea mi persona favorita en la escuela no significa que la odie, aunque podría hacerlo porque odio verte llorar y como ella es la causa de todas las lágrimas que te he visto derramar, si tal vez sea solo un poco personal-.Expresó tan rápido que ni ella misma pensó las palabras antes de decirlas, solo cuando vio la expresión en el rostro de la morena, entendió lo que había dicho-.
-No es necesario que defiendas mi honor en un campo de futbol lleno de obstáculos-. Dijo sin ocultar que cada palabra pronunciada por la chica la hiso sentir una agradable sensación-. No fue maduro de tu parte-.
-¡Hey!...yo no estaba compitiendo sola recuerdas, ella también tiene algo contra mí, desde que llegue-. Tomo una pausa e intento bajar el tono de molestia que más que eso sonaba como cuando un niño pequeño tiene una reprimenda e intenta justificarse -. La diferencia es que yo gane y ella perdió-.
-Sigues siendo inmadura…lo sabes-.Dijo con una sonrisa, pues le hacía gracia ver esa actitud en la chica-.
-Si lo sé…pero tú inmadura ganó…así que acepto invitaciones para celebrar-.
-Ok…vamos entonces, te ganaste un… helado-.Dijo al mismo tiempo que le ofrecía su mano a la otra chica para que se fueran-
Kayle no pudo evitar sentir como su sonrisa se ampliaba, si había sido un tonto juego, y fue infantil al tomarlo personal, pero igual ella había ganado y no obstante que en ese momento prefiriera más un beso de parte de Santana como premio, que el helado, todo era aceptado mientras fuera con esa chica a su lado.
-Vamos…y te advierto elegiré el más grande…para que valga la pena todo el
esfuerzo-. Dijo tomando a mano de la chica-.
-Ok…no hay problema-.Respondió sonriendo-.
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Había sido una tarde interesante para Santana. Noto un cambio en Kayle, en como la trataba, en las miradas furtivas que le daba, en cómo le hablaba y en como cada vez que podía le tomaba la mano o la rozaba, era diferente a las otras veces que habían salido juntas. Se sentía de alguna forma complacida por esas atenciones que la chica le daba, se sentía cómoda compartiendo a su lado y cruzo por su mente el pensamiento de que tal vez se había equivocado al pensar que Kayle solo buscaba ser su amiga, algo en su interior le decía que podían llegar a ser “algo más”, pero una sensación de miedo la envolvió. Eso fue lo que había pensado con Brittany que podían ser más que mejores amigas, y la verdad todo eso termino en un desastre y con su corazón roto en mil pedazos. Lo mejor sería darse tiempo para sanar la herida y después pensar en que tal vez otra persona podría quererla.
Cuando llego a su casa, había una nota en la puerta del refrigerador, era de sus padres avisándole que saldrían a cenar esa noche y que probablemente llegarían muy tarde. La tomo y sonrió ya que le gustaba que sus padres disfrutaran a solas. Se sentía muy cansada, su última clase le estaba pasando la cuenta a su cuerpo, por lo que sacó una botella con agua y subió a su habitación para descansar un poco.
Se recostó y sin darse cuenta, sus ojos comenzaron a cerrarse, se acurruco en su almohada y el sueño la consumió por completo.
Solo sintió un golpe que la despertó, no sabía cuántas horas habían pasado, solo que al parecer ya estaba anocheciendo. Miro de un lado para otro y sus ojos se abrieron cuando vio un rubio pelo desordenado levantarse del suelo al caer por la ventana de su habitación.
-Britt… ¿Qué rayos haces aquí?...tu… ¡entraste por mi ventana!-. Gritó un tanto descontrolada al no saber cómo enfrentar la situación-.
-Yo…toque la puerta pero nadie abrió y supuse que no querías verme…yo ya no puedo esperar más…necesito…que-.Intentó explicar desesperadamente-.
-¡Y no encontraste nada mejor que saltar por mi ventana!-. Seguía gritando la morena, todavía un tanto desorientada por la sorpresiva visita-.
-Solo…escúchame…por favor…no aguanto más que me sigas ignorando-. Dijo con un nudo en la garganta-.
-¡No quiero escucharte! ¡Ya oí lo suficiente de ti!-. No podía ocultar más su rabia-.
-¡Yo te quiero!-.Gritó Britt deseando que la latina la escuchara-.
-¡Tu no me quieres! ¡No te importa nadie más que tu estúpido novio!-. Dijo sacando todo el despecho que aún guardaba desde su declaración-.
-¡Eso no es cierto!-.
-¡Vete de aquí!...No quiero que nunca más vuelvas a entrar así-.Dijo sabiendo que habían lagrimas a punto de correr por sus mejillas-.
Brittany estaba desesperada, sentía como el llanto era inevitable, nunca en todos sus años de amistad Santana le había gritado de esa manera, menos la había echado a gritos de su casa, por lo que no dudo ni un segundo y arriesgándose a una reacción peor de parte de la morena, se abalanzo sobre ella en la cama y la tomo con fuerza con ambas manos quedando la latina debajo de ella con una expresión que nunca había visto.
-Brittany S. Pierce ¡suéltame en este momento!-. Dijo intentado soltarse pero era inútil ya que la rubia era más fuerte que ella y estaba en una posición de superioridad-.
-No te voy a soltar…hasta que entiendas que… ¡te quiero!-.Expresó la rubia fijando sus celestes ojos sobres los marrones de Santana.
-¡No sigas mintiendo!...suéltame o…-.
-¿O qué?-. Dijo la rubia desafiante-. Llamaras a tu amiguita para que te rescate-.
Un silencio se apodero de la situación, sus respiraciones estaban agitadas y sus miradas fijas una en la otra. Los brazos de Britt comenzaron de a poco a soltar los de Santana, pero a cambio de eso, empezó a recostar todo su cuerpo sobre la latina y muy pronto sus labios se encontraban a centímetros de distancia, era inevitable, el deseo era mutuo y el tiempo que había pasado desde el último demasiado.
Brittany, rompió suavemente la pequeña distancia que las separaba, posiciono sus labios con cuidado sobre los de Santana, en un principio fue un beso vacilante lleno de miedos, pero se fue transformando en uno más apasionado y lleno de deseo, la rubia pasaba su lengua tiernamente por el labio inferior de la latina, preguntando implícitamente si podía entrar, a lo que la morena abrió sutilmente su boca dejando espacio suficiente para que ese beso fuera como tantos otros que se habían dado en el pasado, pero había una diferencia, las circunstancias ahora ya no eran las mismas, nunca volverían a ser las mismas.
-Te necesito-. Murmuro Britt no queriendo romper el beso aún-. Te extrañe demasiado…
-Yo también te extrañe… quiero que estés conmigo-. Le susurró y siguió besándola-.
-Estoy contigo San…-.
-Quiero que estés solo conmigo-. Dijo la morena acariciando el pelo de la rubia y juntando sus labios nuevamente-.
Santana sintió como cada musculo del cuerpo de la rubia se tensó al escuchar esas palabras, y fue cuando algo hiso clic en su mente.
-¿Por qué quieres estar conmigo, cierto?-. Dijo la morena apartándose un par de centímetros de la rubia y mirándola a los ojos-.
-Yo si quiero estar contigo…no soporto verte cerca de alguien más… solo que tal vez no estoy segura de dejar a Artie-. Respondió insegura-.
-O sea todo esto es porque no quiere verme con alguien más, pero no piensa romper con Artie-. Expresó intentando convencerse y separándose bruscamente de la otra chica-.
-San…por favor entiéndeme…pasó tanto tiempo en que me decías que era solo sexo y después me dices que me amas cuando yo tengo novio y ahora está esa estúpida chica que está siempre contigo…estoy confundida-. Dijo la rubia suplicante-.
-Brittany…vete por favor…no quiero escucharte más, tu solo te sentiste amenazada y me buscas porque no quieres perderme, no quieres perderme ni a mí ni a tu noviecito, pero ya eso no me basta, no quiero compartirte y por eso lo mejor es que nos alejemos-. Dijo mirando hacia otro lado, le era demasiado doloroso admitir que Britt no la amaba lo suficiente como para estar solo con ella.
-Yo no quiero estar lejos de ti-.
-Yo necesito estar lejos de ti-. Expresó con decisión y nudo en la garganta-.
-Pero San…yo te quiero-. Dijo la rubia como último recurso-.
-Solo vete…
Brittany no aguanto las lágrimas que corrían una tras otra mientras bajaba la escalera de la casa de la que fue su mejor amiga. Había entrado decidida a arreglar las cosas entre ellas y lo único que hiso fue empeorarlas, estaba haciendo lo que menos quería que era dañar a la latina. Ella la quería era cierto, solo que estaba insegura, fueron tantas las veces que le rogo a Santana que le dijera sus sentimientos y ella siempre se negó, fueron tantas las veces que le dijo que quería estar con ella y que todos lo supieran y que la latina solo le respondía que no le gustaban las etiquetas y que nadie debía saberlo, fueron tantas veces que se sintió herida tal vez como Santana se sentía ahora, y quien había estado ahí cuando todo eso paso su novio, por lo que no sentía justo romper con él, lo quería, quizás no como amaba a Santana, pero lo necesitaba. Él nunca la dañaría y eso no lo tenía asegurado con la morena. Todo eso estaba en su cabeza pero no podía evitar el vacío, que iba a hacer sin Santana, no lo sabía y una parte de ella no estaba dispuesta a averiguarlo, por lo que intentaría aclararse y volver por ella, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.
Santana sintió como los pasos de la rubia iban con rapidez bajando por las escaleras, y luego un golpe al cerrar la puerta. Ahí sintió que podía desahogarse como quería, los sollozos no eran suficientes para sacar toda la pena, si cuando la rechazó sintió que todo se rompió dentro de ella, ahora la sensación era mucho peor, la esperanza se le había acabado. Como pudo ser tan idiota y pensar que Brittany había vuelto y sería solo de ella, no había sido más que una ilusión.
Necesitaba olvidar, aunque fuera por un par de horas, necesitaba poner su mente en blanco y quizás ahí el dolor la dejaría. Bajo al salón y no tuvo otra idea que asaltar el mueble de licores de sus padres y sacar una botella de Whisky, lo más fuerte pensó, así todo será más rápido y el sabor de sus labios se borrara de mi boca, así la sacare de mi piel y esto nunca habrá sucedido. Pero estaba equivocada, el alcohol no haría más que intensificar ese sentimiento de soledad, esa idea de que no era lo suficientemente buena para que alguien la eligiera.
Ya no tenía conciencia de cuantas copas había tomado, solo que aún no conseguir su fin que era olvidar, estaba sentada en el piso de su habitación, su la cabeza apoyada en su cama, esa en que unos momentos atrás había estado con Britt, donde pudo sentirse dueña de su piel, acariciando cada centímetro, donde sus labios se juntaron como un complemento casi perfecto. Pero donde nunca más estarían, esa sería la última vez se repetía, la última. En un acto casi instintivo, tomo su celular y marco un número, no sabía porque ese, solo buscaba sentirse mejor.
-Hola… ¿Santana?-. Se escuchó en la otra línea-.
-Kayle-. Dijo intentando ocultar su voz quebrada-.
-¿Qué pasa?...estás bien…se te escucha extraño-. Dijo con preocupación-.
-No lo sé…supongo que no estoy bien-. Con la voz entrecortada-.
-¿Dónde estás?-. Preguntó
-En casa-.
-Tranquila…solo quédate ahí ¿de acuerdo?-.
-No tienes que venir…yo…-. Exclamó pero solo escucho el tono del teléfono, Kayle ya había cortado.
Había una parte de ella que se arrepentía de haber hecho esa llamada, no quería que Kayle la viera destruida y un tanto borracha, pero otra parte no podía negar que sentía más tranquila después de haber escuchado la voz de la chica, ella no había preguntado un porque, solo se había apurado es saber dónde estaba para correr a consolarla.
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Kayle estaba revisando unas cajas que aún no había desempacado cuando escucho que su teléfono sonaba, al ver que era Santana contesto de inmediato. Una presión se alojó en su pecho al escuchar la voz entrecortada de la morena, supo inmediatamente que algo le pasaba, sonaba demasiado triste, como si hubiera estado llorando, y sabía cuál era la única causa probable que provocaría llanto en la chica. Odiaba pensarlo pero era lo más lógico. No dudo ni un segundo y solo le pregunto dónde estaba, recibió la respuesta, tomo su chaqueta las llaves de su auto y bajo lo más rápido que pudo, solo quería llegar y abrazarla. Pero al abrir la puerta para salir chocó casi de frente con su papá que venía llegando del trabajo.
-Kay…¿a dónde vas a esta hora?-. Preguntó Ben frunciendo el ceño-.
-Tengo que salir-. Respondió intentando esquivar a su padre-.
-Pero a dónde vas, tú no puedes llegar y salir, no vas a comenzar igual que en Nueva York, tu sabes que tenemos un trato y no…-. Dijo con un tono cada vez más serio
-No voy a empezar como en Nueva York…yo voy a ver a Santana-. Interrumpió-. Me llamo pidiéndome que la acompañara, es viernes, mañana no hay clases, ¿puedo ir?...por favor-. Pidió en un tono que su padre nunca había escuchado-.
-Puedes ir…pero no llegues muy tarde y si te quedas me avisas, ¿de acuerdo?-. Expresó en un tono más suave-.
-Gracias papá-. Dijo y le dio un beso en la mejilla para despedirse-.
-No conduzcas muy rápido-. Grito el hombre y solo recibió una seña de que lo haría.
Kayle no estaba muy acostumbrada a pedir permiso a alguno de sus padres para salir. Cuando estaba en Nueva York, no veía a ninguno lo suficiente como para pensar que les interesaba lo que ella hiciera, pero ahora las cosas habían cambiado y en ese momento prefirió ser gentil con su padre y no arriesgarse a que no la dejara salir, le urgía de sobremanera poder llegar lo más pronto posible a la casa de Santana y saber que le había hecho Pierce esta vez.
No sabía ciertamente cuanto tiempo demoro en llegar, en algún momento perdió la noción del tiempo y en su cabeza solo estaba Santana. Estaciono su auto y se apresuró a salir para tocar la puerta, la toco una, dos, tres veces estaba realmente desesperada. Hasta que por fin escucho unos pasos bajando por las escaleras y la imagen delante de ella no hiso más que intensificar ese sentimiento. Ahí estaba Santana parada frente a ella con los ojos hinchados tanto que había llorado y con ellos aún brillosos amenazando con más lágrimas a punto de salir, no pudo hacer nada más que abrazarla con fuerza.
-No tenías que venir-. Murmuro la latina
-Yo siempre voy a estar cuando me necesites-. Respondió sin querer soltarla
-Tú…no tienes que hacerlo-. Dijo acurrucándose aún más en los brazos de la chica que le parecían tan cálidos.
-Tengo que hacerlo…tú me importas demasiado-. Expresó casi en un susurro-.
Se quedaron varios minutos en esa posición, hasta que Santana le dijo que mejor entraran por lo que se dirigieron a su habitación. Kayle observo con detenimiento y se dio cuenta de que la cama estaba un tanto desordenada por lo que se imaginó lo peor y una ola de celos la envolvió, luego vio la botella de Whisky casi a la mitad y ese sentimiento se mesclo con rabia.
-Me quieres decir que pasa-. Preguntó ocultando sus sentimientos, y solo se sentó al lado de Santana en un costado de la cama-.
-Brittany estuvo aquí-. Dijo melancólica
-Eso supuse…-. Dijo esta vez no pudiendo ocultar su enojo-. Y ¿Qué pasó?-.Pregunto con duda pensando que quizás no quería saber la respuesta-.
-Me dijo que me quería…nos besamos y luego dijo que no rompería con su novio por mí-. Respondió dejando escapar otra lágrima al recordar las palabras de la rubia que aún hacían eco en su mente-. Creo que no soy lo suficientemente buena para que se quede conmigo-.
-Eso no es cierto…tu eres maravillosa…eres todo lo que pudiera alguien querer-. Dijo
sin decir que ese “alguien” era ella, solo tomo la mano de la chica para calmarla-.
-Tu solo quieres hacerme sentir mejor, pero no soy la persona que tú ves en mí, ni siquiera merezco que estés aquí para mí-.
-Ya te lo dije yo siempre voy a estar aquí para ti…o siempre que tú quieras estaré, ella es la no se merece que la quieras así, no hace más que herirte, yo jamás te haría sentir así, no haría más que cuidarte y hacerte feliz-. Expresó con decisión y dejando que sus sentimientos hablaran por ella-.
Santana, sintió que un escalofrió traspaso su cuerpo enteró al escuchar las palabras que había dicho la chica, por un momento todo el efecto del alcohol había pasado y solo podía fijar sus ojos en Kayle, no podía ver más que sinceridad y también un poco de miedo. Era primera vez que le era tan fácil leer a la joven, sentía que había derrumbado la muralla. Y un impulso que no pudo detener la domino, tomo el rostro de la morena de ojos verdes y la beso. Primero sintió como la otra chica no estaba segura de respondérselo, pero luego se fue entregando y tomándola de la cintura para acercarla más a ella. Este beso era muy diferente al que había tenido con Britt, este no tenía esa desesperación de querer demostrar pertenencia. Este beso era suave, lleno de reconocimiento, era con la calma con que se descubre cada sabor, cada forma, tenía toda la magia de un primer beso y todo el impulso de querer muchos más.
Kayle sentía que su corazón iba a salirse en cualquier momento, estaba disfrutando cada instante, cada toque, ese sabor era indescriptible, era realmente el beso más dulce que jamás había tenido. Sin embargo, un pensamiento la hiso detenerse.
-Lo siento…yo no…-.Dijo rompiendo el beso, aunque lo que deseaba era seguir besando a esa preciosa chica-.
-No tienes que disculparte…yo fui la que te beso…yo pensé que tu querías…-. Expresó un poco confundida e intentando mantener la mano de la chica entrelazada con la suya-.
-Yo quiero…ese beso ha sido realmente impresionante…pero…-. No sabía cómo explicar lo que sentía-.
-Entiendo…tú también me estás rechazando…solo dijiste eso para hacerme sentir mejor-. Dijo con resignación he intentado soltarse pero Kayle la detuvo-.
-No-. Tomando con más fuerza la mano de Santana y con la otra acariciando su rostro-. Es solo que…tú estás triste y un poco borracha…y yo siento que me estoy aprovechando de la situación…si hay una posibilidad de que haya algo entre nosotras quiero que comience de la manera adecuada…eso es todo-.
-Tú no te estás aprovechando de mi…yo te bese…-. Expresó con fascinación mirando a la otra chica.
-Pero tú amas a alguien más…-.Dijo bajando la mirada-.
-Eso creo…pero desde que te conocí no puedo evitar sentir algo…algo que aumenta cada día…y ahora que nos besamos…-.
-Podemos hablar esto en otro momento…-. Interrumpió pensado que le gustaría oír lo mismo pero cuando la latina estuviera con todos sus sentidos-. Creo que tienes mucho en mente ahora, ha sido un día intenso…mejor descansa y ya tendremos tiempo para hablarlo-.
-Supongo que tienes razón…pero… ¿te quedas conmigo?...prometo solo abrazarte…no quiero estar sola ahora-. Miró hacia arriba a la chica, que se había levantado de la cama-.
-Está bien…me quedare contigo-. No dudo en su respuesta-. Deja llamar a papá, prometí avisarle si no llegaba a casa-. Mientras hablaba con su padre no pudo evitar mirar de reojo como la morena se desvestía. Tenía un cuerpo realmente perfecto, observaba como los músculos se contraían con los movimientos, sus piernas bronceadas y su abdomen plano. Simplemente le encantaba todo de ella, y eso la asustaba.
-Y… ¿Qué te dijo?-. Preguntó la latina con el pijama ya puesto-.
-Ningún problema-. Respondió-. … ¿y?...me prestas algo para dormir-.Preguntó-.
-Claro-. Busco entre su ropa y la entregó una camiseta y un short, lo que no pensó es que la chica se cambiaría ahí frente a ella, solo se dio vuelta y comenzó a quitarse la blusa, lo que dejo al descubierto algo de lo que Santana no se había percatado antes. Kayle tenía una cicatriz en la espalda que cubría gran parte del omóplato-.
-Entonces…hazme lugar-. Dijo a lo que la chica se movió para que se acostara.
Santana esperó que Kayle se acostara a su lado e inmediatamente se acurruco en su pecho. Hace tiempo que no encontraba un lugar tan cómodo donde dormir, pero seguía pensando en la cicatriz que había visto.
-Puedo preguntar… ¿Cómo te hiciste la cicatriz de la espalda?-.
-Es una larga historia-. Respondió-. Y no es precisamente de esas que se cuentan para dormir, así que mejor descansa, lo necesitas-. Con esto puso su brazo alrededor del cuello de Santana para atraerla más hacía su pecho.
Santana giro levemente su cabeza buscando los labios de Kayle, le dio un pequeño beso de buenas noches, y cerro sus ojos, necesitaba dormir para mañana aclarar todo el caos que tenía en ese momento.
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Cuando abrió sus ojos lo primero que hiso fue mover su brazo al otro lado de la cama en búsqueda de Kayle, fue una reacción inconsciente. Pero lo único que encontró fue vacío, aún estaba tibio, pero la chica que había dormido a su lado definitivamente ya no estaba ahí. Al no encontrarla, una sensación de decepción la invadió. Salió de su somnolencia y se levantó para ver si había dejado una nota o algo, pero no había ni un rastro de ella, solo la ropa que Santana le había dado para dormir que todavía guardaba su aroma. La latina no encontraba una explicación para lo ocurrido, solo que tal vez se había arrepentido de besarla la noche anterior. Se sentó en su cama y llevando la camiseta que Kayle usó hacia su rostro para sentir su aroma y detener aunque fuera un poco esa sensación de desconcierto.
Santana llego a su casa cuando empezaba a anochecer. Habían visto una comedia romántica que ella eligió y Kayle para demostrar su descontento con la elección le lanzaba palomitas de maíz cada vez que se aburría. Lo que provocaba que la latina le lanzara una mirada fingida de odio y ambas rieran. Casi al final de la película comenzaron a acercarse la una a la otra hasta que sin darse cuenta sus manos estaban entrelazadas, no hubo comentarios al respecto, fue natural y fluyo sin presión alguna. Ninguna estaba preparada para ir aceptando lo que esas señales significaban, por lo que simplemente disfrutaron del momento y no dijeron nada que pudiera arruinarlo.
La latina comenzó a mirarse en el espejo de cuerpo entero que tenía en su habitación, se observó detenidamente, y pensó si sería capaz de amar de nuevo. No era cualquier pregunta, ni menos echa al azar, hace un par de días si alguien le hubiera preguntado eso, hubiera dicho un No rotundo, pero algunas cosas habían cambiado dentro de ella. No es que ya no sintiera nada por Brittany, sus sentimientos estaban prácticamente intactos, solo que en los últimos cuatro días en su mente solo había una persona y esa era Kayle, la chica de los ojos claros y sonrisa fascinante, quien había secado sus lágrimas con cariño y en quien encontró un refugio entre sus brazos. No podía decir que estaba enamorada, pero sí que tenía un sentimiento que con cada día se intensificaba.
Se puso el pijama y se acostó, eran demasiadas preguntas las que rondaban su mente y no podían ser contestadas en una sola noche, sería mejor que fuera con calma, no quería otra vez equivocarse. Lo único que agradecía es que ya no tenía tanto dolor, lógicamente aún no podía mantener la mirada en Britt cuando esta estaba con su novio, pues todavía sentía esa punzada en el corazón con la imagen, pero ya iba disminuyendo, era un dolor que sentía podía manejar, para lo que no estaba lista aún era para enfrentar a la rubia bailarina.
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Los días de esa semana pasaron sumamente rápido pensaba y sin darse cuenta ya era viernes. Otro día de escuela, otro día de evitar todo contacto con Brittany, otro día en que al salir de su casa su chica Neoyorkina la esperaba afuera con su café respectivo, pensaba que se podía acostumbrar a eso último, le gustaba saber que tenía una razón por la que levantarse en las mañanas y además de eso lucir hermosa.
-¿Y cómo va la preparación para las regionales?-.Preguntó Kayle mientras iban camino a la escuela.
-Bien…supongo, Berry sigue con la idea de escribir nuestras propias canciones y aunque suene increíble Quinn la apoya-. Respondió
-No es una mala idea… ¿porque es tan extraño que Quinn se acerque a Rachel?-. Ambas son agradables, sobre todo Quinn…
-¿Agradables?...por favor, Berry es demasiado odiosa como para escucharla por eso todos la ignoramos y Quinn es una hipócrita que te apuñala por la espalda-. Dijo la latina con un visible odio en sus palabras-.
-Pensé que Quinn era tu amiga-.
-Lo fuimos hace mucho tiempo…
-Creo que estas siendo muy dura, no sé si te has dado cuenta pero ella intenta acercase a ti…nunca es malo darse segundas oportunidades ¿o no?-. Dijo esto último como queriendo que la chica que estaba a su lado leyera entre líneas.
-No lo sé…tal vez-.
-Todos tenemos derecho a cambiar-. Expresó firmemente, pues en los últimos días se había acercado a Quinn y le parecía que la rubia no tenía malas intenciones.
Entraron a la escuela, y casi la totalidad del Club Glee se acercó a hablarles, estaban entre asustados y sorprendidos, pues una nueva locura de factura Sue Sylvester se estaba construyendo en el campo de fútbol.
-¡Hablen de a uno que no les entiendo nada!-. Dijo Santana un tanto molesta-.
-Sylvester, como tiene tiempo de sobra al no clasificar con las Cheerios a los nacionales, convenció a Figgins que todos necesitábamos intensificar nuestras clases de gimnasia y está construyendo prácticamente un campo de obstáculos militar en el campo de fútbol-. Explicó Quinn con una expresión de horror-.
-¿Quién es Sylvester?-. Preguntó Kayle-.
-Nuestra ex entrenadora de las porristas que nos odia y nos hace la vida un infierno-. Contestó la latina-.
-Así que prepárense porque será nuestra última clase del día-. Indicó Rachel.
Todos después de eso se dispersaron, cada uno se dirigió a sus respectivas clases. Pero Rachel y Quinn tenían libre por lo que aprovecharon de ir a la sala del coro para trabajar en su canción.
-Tengo una idea…-. Dijo Quinn un tanto dubitativa
-Puedo preguntar algo antes de empezar con la canción-. Dijo la más pequeña de las dos
-Dime… ¿Qué pasa?-.
-Estos últimos días, hemos pasado más tiempo juntas que durante toda la secundaria…tú de verdad, estas cambiando de actitud o esto es parte de algo…-.Dijo la castaña vacilante y con una expresión de temor-.
-¿Parte de qué?....-.
-No se…parte de un plan para humillarme, creo que hacerme la vida miserable era el Hobby preferido tuyo y de Santana… ¿Por qué cambiarlo ahora?-. Expresó con más seguridad.
-Mmm-. No sabía que responder, se sentía mal por todo lo que había hecho en el pasado-. Sé que no puedo borrar lo que hice en el pasado, pero te puedo prometer que no tengo ningún plan para herirte-. Dijo sincerándose-. Sé que no voy a tener tu confianza de inmediato, como no tengo la de nadie en realidad, pero espero ganármela con el tiempo. Ya ninguna esta con Finn no hay una causa de odio ¿o no?-.
-Yo nunca te odie Quinn…Y lamento que sientas que nadie confía en ti…yo creo que podemos intentar ser amigas-. Dijo con una sonrisa que se comenzaba a formar en sus labios-.
Ambas se fueron acercando vacilantes pues no tenían la certeza de que la otra accedería, pero era el primer paso, por lo que se abrazaron con fuerza y contra todo pronóstico, ese acercamiento fue de gusto de ambas. Quinn pensó en cómo pudo ser tan estúpida y dejar que un chico que ni siquiera merecía la pena la hubiera hecho hacer tantas cosas malas en contra de alguien tan gentil. Así que estaba convencida a aprovechar esta oportunidad y mostrarle a la chica que ella podría ser una gran amiga. En tanto Rachel, se sentía extrañamente cómoda en los brazos de la rubia, sentía seguridad y un aroma a vainilla la mareaba haciéndola sentir que quería estar por mucho más tiempo en esa ubicación. Sin duda era riesgoso confiar en ella pero quería intentarlo.
-Entonces de que quieres que trate la canción…-. Dijo la castaña separándose suavemente de la rubia-.
-Es solo una idea pero algo así como luchar por un amor que uno cree es imposible-. Exclamó fijando sus ojos verdes en los marrones de la muchacha-.
-Me gusta…creo que si algo vale pena en esta vida es luchar por amor-. Sentencio. Y ambas se sentaron en la banquilla del piano muy cerca una de la otra, más de lo nunca pudieron imaginar estar-
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Santana iba camino a una de sus clases, con un libro en la mano, por lo que su vista iba fija en él y no en el pasillo cuando alguien se le cruzó posicionándose frente a ella impidiéndole seguir el paso, levantó la mirada y vio a una alta rubia que no tenía ninguna intención de dejarla ir esta vez.
-Permiso…no quiero llegar tarde-. Exclamó la morena-.
-Tenemos que hablar…-. Dijo la rubia con decisión-.
-En otro momento ahora voy a clases-. Expresó intentando pasar pero la rubia le seguía bloqueando el paso-.
-Ese momento lo llevo esperando toda una semana, pero tú sigues ignorándome además nunca estás sola, siempre andas con tu nueva amiguita-. Dijo con molestia-.
Santana no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al oír el tono despectivo en el que Britt se refería a Kayle, la bailarina nunca hablaba así de nadie, por lo que tenía que estar muy enojada o celosa.
-Si con “amiguita” te refieres a Kayle, yo soy dueña pasar mi tiempo con quien quiera, además tu pareces ocupada paseando con “ruedas”-. Dijo sarcásticamente-. Ahora llego tarde así que nos vemos-. Y se escabullo para escaparse de la bailarina.
-En algún momento no vas a poder seguir evitándome-. Le grito mientras la latina se alejaba.
Brittany ya estaba perdiendo la paciencia, no quería nunca más en su vida volver a escuchar el nombre Kayle, aunque eso se veía bastante lejano, ya que la joven que le estaba quitando su lugar en la vida de Santana había llegado para quedarse.
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Todos se encontraban con ropa de gimnasia en el campo de Fútbol, frente a una imponente estructura muy al estilo Sue Sylvester, lo único bueno era que el señor Schuster estaba también ahí, Figgins lo había enviado para que Sue no se excediera en su trato hacía los alumnos, ya que todos sabían que “piedad” no era una palabra que ella manejara.
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-Creo que caí en una academia militar y no me había dado cuenta-. Exclamó Kayle un poco asustado por lo que veían-.
-No te imaginas lo que nos hacía hacer en los campamentos de las porristas-.Dijo Quinn-.
-¿Y Santana la has visto?...desde la mañana que no la veo-. Preguntó
-Creo que ahí viene-. Dijo apuntando hacía la entrada del campo.
Kayle no pudo evitar seguir cada paso que daba la morena, esos short dejaba a la vista dos perfectas y largas piernas, la camiseta ajustaba acentuaba sus curvas y la pequeña brisa movía su cabello con agilidad, no pudo evitar emitir un suspiro sin contar que su mandíbula le jugaba una mala pasada al no querer cerrarse. Solo la sacó de su ensimismamiento un leve golpe en el hombro que vino junto con una risa. Ahí recordó que no estaba sola.
-Lo siento-. Dijo Quinn aún con una sonrisa-. Es que no reaccionabas-.
-Yo…me distraje-. Expresó un tanto sonrojada al saberse expuesta-.
-No te preocupes…sé que San causa ese efecto a veces-. Dijo con una mirada cómplice
-Soy demasiado evidente…lo sé-.Señaló con resignación-.
-Yo no se lo diré…-.Dijo percatándose de que la latina ya estaba casi al lado de ellas-.
-Y… ¿Este es el nuevo centro de tortura Sue Sylvester?-. Indicó, a lo que todos soltaron una carcajada-.
Sylvester hiso su entrada y les explicó que WMHS se estaba transformando en una escuela de personas holgazanas que iban camino a ser obesos, es por eso que ella había ideado un plan para sacar esa plaga de la escuela. Así que en duplas tendrían que pasar el campo de obstáculos, quien no pudiera ella ya idearía un castigo lo suficientemente malo.
-Las parejas son las siguientes-. Expresó con su habitual megáfono-. Puckerman-Hudson, Evans-Chang, Berry- Cohen-Chang, Jones-Hummel, Fabrey-López…y Pierce-Carpentier-.
Con esta última pareja dos miradas se cruzaros a través del grupo, celeste cielo contra verde esmeralda, al centro una hermosa morena, no había que pronunciar palabras el reto ya estaba hecho.
Todo comenzó y Noah supero ampliamente a Finn, lo que era de esperarse ya que algunos obstáculos requerían coordinación y ese definitivamente no era el fuerte de Hudson. Cuando fue el turno de Rachel, Quinn detuvo su precalentamiento y fijo su vista en la castaña, en como si bien su cuerpo era compacto tenía una gracia y agilidad única, se notaban las clases de ballet en su flexibilidad y su cola de caballo se meneaba con cada movimiento.
-Mirando a tu nueva “amiga”-. Dijo Santana sacándola de su abstracción -.
-Yo…solo…-. Tartamudeo-.
-Desde cuando eres amiga de Berry…eso es raro-. Expresó frunciendo el ceño como buscando una explicación-.
-Solo trabajamos en la canción para los regionales-. Dijo un tanto avergonzada-.
-A mí no me puedes mentir Fabray… ¿Qué es todo este cambio de actitud?-.
-Solo intento hacer las cosas bien… Y eso no incluye solo a Rachel...tu y yo solíamos ser amigas…sé que nos hemos hecho muchas cosas pero…
Un grito de parte de Sylvester interrumpió la conversación, le avisaba que ellas eran las siguientes, por lo que se dirigieron al punto de partida. Quinn le hiso un gesto de aprobación a lo lejos a Rachel quien ganó contra Tina.
Ambas chicas pusieron todo su esfuerzo, pero también se ayudaron mutuamente para que las dos pudieran lograr pasarlos todos, algo había cambiado, ya no existía esa necesidad de superarse a cualquier costo. Quizás con algo de trabajo podrían volver a ser las amigas de infancia que eran inseparables. Finalizaron la prueba casi al mismo tiempo y chocaron sus manos en señal de victoria. Ahora solo quedaba una pareja.
-Woow…eso fue difícil-. Expresó Quinn con la voz entre cortada por el cansancio-.
-Lo fue… ¿ahora quien viene?-. Preguntó
-Velo por ti misma-. Respondió la rubia levantando una ceja en un gesto insinuante-.
La imagen que se veía en el punto de partida era como de película, una rubia y una morena, una al lado de la otra cruzando miradas fulminantes y esperando la señal para comenzar, ninguna se iba a rendir, estaban decididas a vencer a la otra, el premio que deseaban una hermosa latina de ojos color avellana. La señal está dada, que comience el juego.
Kayle tiene mayor capacidad de reacción, por lo que toma la delantera, pero la siguiente es un prueba de equilibro y la rubia bailarina demuestra toda su destreza, en la cuerda la morena termina antes y recupera el tiempo perdido en la anterior. Ambas corren, caen, se levantan, no están dispuestas a darse ningún tipo de tregua.
-¡Vamos!-. Gritaba la latina para alentar a las chicas-.
-Y… ¿a cuál de las dos estás animando?-. Preguntó Quinn con algo de malicia -.
-Yo…-. No sabía que responder por que para ser sinceras no lo tenía claro-.
-En el Club Glee hicieron apuestas y está dividido, creo que todos notan que no se llevan muy bien-. Siguió con su tono insinuante-. Entonces ¿por cuál vas tú?-.
-Yo estoy animando a amabas…las dos son mis amigas-. Respondió
-Lo entiendo…Tal vez el momento de elegir no ha llegado aún-.Expresó con una mirada que Santana sabía cómo interpretar-.
Santana abrió y cerró la boca sin ser capaz de emitir palabra, esa insinuación había sido demasiado valiente de parte de Fabray, pero no menos cierta, tenía conciencia de que Quinn era lo suficientemente inteligente para darse cuenta lo que ella había tenido con Britt, las tres habían pasado mucho tiempo juntas en el pasado. Pero ¿Kayle?, porque le insinuaba que podía sentir algo por ella, “bueno porque realmente lo sientes Santana para que negarlo”, se dijo a sí misma, tendría que comenzar a controlarse un poco no quería que todos se dieran cuenta.
-Cuida tus palabras Fabray y sobre todo cuida las miraditas que le das al Hobbit-. Respondió solo para recordarle a la rubia con quien estaba hablando y que a ella no la intimidaba.
-Lo intentare-. Respondió la rubia-. Cruzaron miradas y sin palabras cerraron un pacto de silencio cómplice.
Mientras tanto en la pista de obstáculos, Britt le había sacado una pequeña ventaja a Kayle, pero esta última aún no se rendía, ahora solo quedaba correr hasta la meta. Codo a codo, ambas estaban exhaustas pero su orgullo les impedía rendirse, más si las animaba la chica que ambas querían, aunque no supieran a cual en particular. Los últimos metros, Britt utiliza esas largas piernas para avanzar con mayor facilidad, pero Kayle también tiene habilidades que hasta ese momento sus compañeros no conocían, acelero casi en el último metro que quedaba y...
-Carpentier gana esta-. Exclamó Sylvester-. Ahora todos a las duchas-.
Fue milimétrico. Britt no lo podía creer, ella había sido porrista, por lo que tenía una condición física envidiable, pero aun así no había sido suficiente. No podía ocultar su decepción, algo dentro de ella, le decía que no estaba bien perder con Kayle, en nada.
-Excelente carrera Pierce-. Se escuchó y claro era Kayle que venía a estrechar su mano como todos lo habían hecho antes-.
-Eres rápida-. Contestó con el orgullo aún herido-.
-Practicaba Hockey Césped, te hace ser rápido-.
Cuando sus manos se estrecharon, Brittany no pudo evitar seguir un impulso que nublo su razón y la hiso ser dominada solo por un pensamiento. Atrajo a la chica hacia ella y le susurró al oído.
-Esto será en lo único que me ganes Carpentier-. Cada palabra era pronunciada con seguridad.
-Eso lo veremos Pierce-.Respondió también en forma segura pero impulsiva.
La interacción fue muy breve y no requería explicación, ambas sabían de lo que estaban hablando. La rubia solo tenía en mente intentar retener lo que consideraba suyo, la morena intentaba darle a entender que ahora, ella ya no era la única mujer en la vida de Santana.
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Santana estaba en el estacionamiento esperando que Kayle apareciera, se había dado cuenta del intercambio de palabras entre las dos chicas al terminar la competencia, y no podía evitar delinear una sonrisa, había sido divertido ver como se habían tomado tan personal una estúpida competencia de Sue Sylvester. Por un momento para sí misma pensó o quiso creer que había otra causa tras esa férrea competencia, pero no quería ilusionarse, no había motivos o sea, Britt la rechazó y tenía novio, por lo que ahora no tenía por qué estar celosa o algo, y por otro lado Kayle, no había intentado ningún movimiento, por lo que tal vez solo buscaba ser su amiga, sin dejar de lado que probablemente todavía estaba enamorada de su ex novia. Así que se sacó esa idea de la cabeza y fue a las duchas a ver porque Kayle demoraba tanto. Solo entró y en ningún momento pensó que tal vez la chica no estaba lista para salir.
Lo que sus ojos tenían al frente no pudo más que sorprenderla gratamente. Kayle estaba con los audífonos de su I-Phone, por lo que no se percató de que Santana había entrado, tenía sus jeans puestos pero la blusa que llevaba no estaba abrochada aun, lo que dejaba a la vista su perfecto abdomen, bronceado y marcado por lo que presumía la latina el desarrollo de ejercicios, llevaba un seductor sujetador de encaje en color negro lo que resaltaba sus formas. La latina antes ya se había dado cuenta del cuerpo atlético de la joven, pero nunca lo había podido admirar con tan poca y molesta ropa. Estaba como hipnotizada que no noto que la otra chica ya sabía que estaba ahí.
-Santana-. Exclamó con una sonrisa y sin intenciones de cubrirse o algo-.
-Lo sien…yo…no quise…-. Decir que estaba sonrojado o avergonzada era poco, se dio vuelta por instinto ya que así sería más fácil dar una explicación de su comportamiento un tanto voyerista-.Yo pensé que ya estabas lista-. Pronunció recuperando un poco la compostura.
-Me demore un poco más de lo habitual, lo sé, es que necesitaba una larga ducha después del entrenamiento-. Dijo la chica ocultando la parte de que también necesitaba aclarar sus pensamientos después de que se dio cuenta que había respondido impulsivamente a Brittany y su advertencia, sin tener ningún derecho-. Ya puedes voltearte-.
-Por cierto… ¿Qué fue eso en el campo de futbol?-. Preguntó con curiosidad y ya con sus mejillas del color natural
-Nada…o sea…una competencia…tú también estabas ahí-. Respondió con un tono inseguro que la latina noto de inmediato-.
-¿Segura?...parecía personal-.
-Fue solo una competencia…que podría tener en contra de ella, que no sea mi persona favorita en la escuela no significa que la odie, aunque podría hacerlo porque odio verte llorar y como ella es la causa de todas las lágrimas que te he visto derramar, si tal vez sea solo un poco personal-.Expresó tan rápido que ni ella misma pensó las palabras antes de decirlas, solo cuando vio la expresión en el rostro de la morena, entendió lo que había dicho-.
-No es necesario que defiendas mi honor en un campo de futbol lleno de obstáculos-. Dijo sin ocultar que cada palabra pronunciada por la chica la hiso sentir una agradable sensación-. No fue maduro de tu parte-.
-¡Hey!...yo no estaba compitiendo sola recuerdas, ella también tiene algo contra mí, desde que llegue-. Tomo una pausa e intento bajar el tono de molestia que más que eso sonaba como cuando un niño pequeño tiene una reprimenda e intenta justificarse -. La diferencia es que yo gane y ella perdió-.
-Sigues siendo inmadura…lo sabes-.Dijo con una sonrisa, pues le hacía gracia ver esa actitud en la chica-.
-Si lo sé…pero tú inmadura ganó…así que acepto invitaciones para celebrar-.
-Ok…vamos entonces, te ganaste un… helado-.Dijo al mismo tiempo que le ofrecía su mano a la otra chica para que se fueran-
Kayle no pudo evitar sentir como su sonrisa se ampliaba, si había sido un tonto juego, y fue infantil al tomarlo personal, pero igual ella había ganado y no obstante que en ese momento prefiriera más un beso de parte de Santana como premio, que el helado, todo era aceptado mientras fuera con esa chica a su lado.
-Vamos…y te advierto elegiré el más grande…para que valga la pena todo el
esfuerzo-. Dijo tomando a mano de la chica-.
-Ok…no hay problema-.Respondió sonriendo-.
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Había sido una tarde interesante para Santana. Noto un cambio en Kayle, en como la trataba, en las miradas furtivas que le daba, en cómo le hablaba y en como cada vez que podía le tomaba la mano o la rozaba, era diferente a las otras veces que habían salido juntas. Se sentía de alguna forma complacida por esas atenciones que la chica le daba, se sentía cómoda compartiendo a su lado y cruzo por su mente el pensamiento de que tal vez se había equivocado al pensar que Kayle solo buscaba ser su amiga, algo en su interior le decía que podían llegar a ser “algo más”, pero una sensación de miedo la envolvió. Eso fue lo que había pensado con Brittany que podían ser más que mejores amigas, y la verdad todo eso termino en un desastre y con su corazón roto en mil pedazos. Lo mejor sería darse tiempo para sanar la herida y después pensar en que tal vez otra persona podría quererla.
Cuando llego a su casa, había una nota en la puerta del refrigerador, era de sus padres avisándole que saldrían a cenar esa noche y que probablemente llegarían muy tarde. La tomo y sonrió ya que le gustaba que sus padres disfrutaran a solas. Se sentía muy cansada, su última clase le estaba pasando la cuenta a su cuerpo, por lo que sacó una botella con agua y subió a su habitación para descansar un poco.
Se recostó y sin darse cuenta, sus ojos comenzaron a cerrarse, se acurruco en su almohada y el sueño la consumió por completo.
Solo sintió un golpe que la despertó, no sabía cuántas horas habían pasado, solo que al parecer ya estaba anocheciendo. Miro de un lado para otro y sus ojos se abrieron cuando vio un rubio pelo desordenado levantarse del suelo al caer por la ventana de su habitación.
-Britt… ¿Qué rayos haces aquí?...tu… ¡entraste por mi ventana!-. Gritó un tanto descontrolada al no saber cómo enfrentar la situación-.
-Yo…toque la puerta pero nadie abrió y supuse que no querías verme…yo ya no puedo esperar más…necesito…que-.Intentó explicar desesperadamente-.
-¡Y no encontraste nada mejor que saltar por mi ventana!-. Seguía gritando la morena, todavía un tanto desorientada por la sorpresiva visita-.
-Solo…escúchame…por favor…no aguanto más que me sigas ignorando-. Dijo con un nudo en la garganta-.
-¡No quiero escucharte! ¡Ya oí lo suficiente de ti!-. No podía ocultar más su rabia-.
-¡Yo te quiero!-.Gritó Britt deseando que la latina la escuchara-.
-¡Tu no me quieres! ¡No te importa nadie más que tu estúpido novio!-. Dijo sacando todo el despecho que aún guardaba desde su declaración-.
-¡Eso no es cierto!-.
-¡Vete de aquí!...No quiero que nunca más vuelvas a entrar así-.Dijo sabiendo que habían lagrimas a punto de correr por sus mejillas-.
Brittany estaba desesperada, sentía como el llanto era inevitable, nunca en todos sus años de amistad Santana le había gritado de esa manera, menos la había echado a gritos de su casa, por lo que no dudo ni un segundo y arriesgándose a una reacción peor de parte de la morena, se abalanzo sobre ella en la cama y la tomo con fuerza con ambas manos quedando la latina debajo de ella con una expresión que nunca había visto.
-Brittany S. Pierce ¡suéltame en este momento!-. Dijo intentado soltarse pero era inútil ya que la rubia era más fuerte que ella y estaba en una posición de superioridad-.
-No te voy a soltar…hasta que entiendas que… ¡te quiero!-.Expresó la rubia fijando sus celestes ojos sobres los marrones de Santana.
-¡No sigas mintiendo!...suéltame o…-.
-¿O qué?-. Dijo la rubia desafiante-. Llamaras a tu amiguita para que te rescate-.
Un silencio se apodero de la situación, sus respiraciones estaban agitadas y sus miradas fijas una en la otra. Los brazos de Britt comenzaron de a poco a soltar los de Santana, pero a cambio de eso, empezó a recostar todo su cuerpo sobre la latina y muy pronto sus labios se encontraban a centímetros de distancia, era inevitable, el deseo era mutuo y el tiempo que había pasado desde el último demasiado.
Brittany, rompió suavemente la pequeña distancia que las separaba, posiciono sus labios con cuidado sobre los de Santana, en un principio fue un beso vacilante lleno de miedos, pero se fue transformando en uno más apasionado y lleno de deseo, la rubia pasaba su lengua tiernamente por el labio inferior de la latina, preguntando implícitamente si podía entrar, a lo que la morena abrió sutilmente su boca dejando espacio suficiente para que ese beso fuera como tantos otros que se habían dado en el pasado, pero había una diferencia, las circunstancias ahora ya no eran las mismas, nunca volverían a ser las mismas.
-Te necesito-. Murmuro Britt no queriendo romper el beso aún-. Te extrañe demasiado…
-Yo también te extrañe… quiero que estés conmigo-. Le susurró y siguió besándola-.
-Estoy contigo San…-.
-Quiero que estés solo conmigo-. Dijo la morena acariciando el pelo de la rubia y juntando sus labios nuevamente-.
Santana sintió como cada musculo del cuerpo de la rubia se tensó al escuchar esas palabras, y fue cuando algo hiso clic en su mente.
-¿Por qué quieres estar conmigo, cierto?-. Dijo la morena apartándose un par de centímetros de la rubia y mirándola a los ojos-.
-Yo si quiero estar contigo…no soporto verte cerca de alguien más… solo que tal vez no estoy segura de dejar a Artie-. Respondió insegura-.
-O sea todo esto es porque no quiere verme con alguien más, pero no piensa romper con Artie-. Expresó intentando convencerse y separándose bruscamente de la otra chica-.
-San…por favor entiéndeme…pasó tanto tiempo en que me decías que era solo sexo y después me dices que me amas cuando yo tengo novio y ahora está esa estúpida chica que está siempre contigo…estoy confundida-. Dijo la rubia suplicante-.
-Brittany…vete por favor…no quiero escucharte más, tu solo te sentiste amenazada y me buscas porque no quieres perderme, no quieres perderme ni a mí ni a tu noviecito, pero ya eso no me basta, no quiero compartirte y por eso lo mejor es que nos alejemos-. Dijo mirando hacia otro lado, le era demasiado doloroso admitir que Britt no la amaba lo suficiente como para estar solo con ella.
-Yo no quiero estar lejos de ti-.
-Yo necesito estar lejos de ti-. Expresó con decisión y nudo en la garganta-.
-Pero San…yo te quiero-. Dijo la rubia como último recurso-.
-Solo vete…
Brittany no aguanto las lágrimas que corrían una tras otra mientras bajaba la escalera de la casa de la que fue su mejor amiga. Había entrado decidida a arreglar las cosas entre ellas y lo único que hiso fue empeorarlas, estaba haciendo lo que menos quería que era dañar a la latina. Ella la quería era cierto, solo que estaba insegura, fueron tantas las veces que le rogo a Santana que le dijera sus sentimientos y ella siempre se negó, fueron tantas las veces que le dijo que quería estar con ella y que todos lo supieran y que la latina solo le respondía que no le gustaban las etiquetas y que nadie debía saberlo, fueron tantas veces que se sintió herida tal vez como Santana se sentía ahora, y quien había estado ahí cuando todo eso paso su novio, por lo que no sentía justo romper con él, lo quería, quizás no como amaba a Santana, pero lo necesitaba. Él nunca la dañaría y eso no lo tenía asegurado con la morena. Todo eso estaba en su cabeza pero no podía evitar el vacío, que iba a hacer sin Santana, no lo sabía y una parte de ella no estaba dispuesta a averiguarlo, por lo que intentaría aclararse y volver por ella, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.
Santana sintió como los pasos de la rubia iban con rapidez bajando por las escaleras, y luego un golpe al cerrar la puerta. Ahí sintió que podía desahogarse como quería, los sollozos no eran suficientes para sacar toda la pena, si cuando la rechazó sintió que todo se rompió dentro de ella, ahora la sensación era mucho peor, la esperanza se le había acabado. Como pudo ser tan idiota y pensar que Brittany había vuelto y sería solo de ella, no había sido más que una ilusión.
Necesitaba olvidar, aunque fuera por un par de horas, necesitaba poner su mente en blanco y quizás ahí el dolor la dejaría. Bajo al salón y no tuvo otra idea que asaltar el mueble de licores de sus padres y sacar una botella de Whisky, lo más fuerte pensó, así todo será más rápido y el sabor de sus labios se borrara de mi boca, así la sacare de mi piel y esto nunca habrá sucedido. Pero estaba equivocada, el alcohol no haría más que intensificar ese sentimiento de soledad, esa idea de que no era lo suficientemente buena para que alguien la eligiera.
Ya no tenía conciencia de cuantas copas había tomado, solo que aún no conseguir su fin que era olvidar, estaba sentada en el piso de su habitación, su la cabeza apoyada en su cama, esa en que unos momentos atrás había estado con Britt, donde pudo sentirse dueña de su piel, acariciando cada centímetro, donde sus labios se juntaron como un complemento casi perfecto. Pero donde nunca más estarían, esa sería la última vez se repetía, la última. En un acto casi instintivo, tomo su celular y marco un número, no sabía porque ese, solo buscaba sentirse mejor.
-Hola… ¿Santana?-. Se escuchó en la otra línea-.
-Kayle-. Dijo intentando ocultar su voz quebrada-.
-¿Qué pasa?...estás bien…se te escucha extraño-. Dijo con preocupación-.
-No lo sé…supongo que no estoy bien-. Con la voz entrecortada-.
-¿Dónde estás?-. Preguntó
-En casa-.
-Tranquila…solo quédate ahí ¿de acuerdo?-.
-No tienes que venir…yo…-. Exclamó pero solo escucho el tono del teléfono, Kayle ya había cortado.
Había una parte de ella que se arrepentía de haber hecho esa llamada, no quería que Kayle la viera destruida y un tanto borracha, pero otra parte no podía negar que sentía más tranquila después de haber escuchado la voz de la chica, ella no había preguntado un porque, solo se había apurado es saber dónde estaba para correr a consolarla.
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Kayle estaba revisando unas cajas que aún no había desempacado cuando escucho que su teléfono sonaba, al ver que era Santana contesto de inmediato. Una presión se alojó en su pecho al escuchar la voz entrecortada de la morena, supo inmediatamente que algo le pasaba, sonaba demasiado triste, como si hubiera estado llorando, y sabía cuál era la única causa probable que provocaría llanto en la chica. Odiaba pensarlo pero era lo más lógico. No dudo ni un segundo y solo le pregunto dónde estaba, recibió la respuesta, tomo su chaqueta las llaves de su auto y bajo lo más rápido que pudo, solo quería llegar y abrazarla. Pero al abrir la puerta para salir chocó casi de frente con su papá que venía llegando del trabajo.
-Kay…¿a dónde vas a esta hora?-. Preguntó Ben frunciendo el ceño-.
-Tengo que salir-. Respondió intentando esquivar a su padre-.
-Pero a dónde vas, tú no puedes llegar y salir, no vas a comenzar igual que en Nueva York, tu sabes que tenemos un trato y no…-. Dijo con un tono cada vez más serio
-No voy a empezar como en Nueva York…yo voy a ver a Santana-. Interrumpió-. Me llamo pidiéndome que la acompañara, es viernes, mañana no hay clases, ¿puedo ir?...por favor-. Pidió en un tono que su padre nunca había escuchado-.
-Puedes ir…pero no llegues muy tarde y si te quedas me avisas, ¿de acuerdo?-. Expresó en un tono más suave-.
-Gracias papá-. Dijo y le dio un beso en la mejilla para despedirse-.
-No conduzcas muy rápido-. Grito el hombre y solo recibió una seña de que lo haría.
Kayle no estaba muy acostumbrada a pedir permiso a alguno de sus padres para salir. Cuando estaba en Nueva York, no veía a ninguno lo suficiente como para pensar que les interesaba lo que ella hiciera, pero ahora las cosas habían cambiado y en ese momento prefirió ser gentil con su padre y no arriesgarse a que no la dejara salir, le urgía de sobremanera poder llegar lo más pronto posible a la casa de Santana y saber que le había hecho Pierce esta vez.
No sabía ciertamente cuanto tiempo demoro en llegar, en algún momento perdió la noción del tiempo y en su cabeza solo estaba Santana. Estaciono su auto y se apresuró a salir para tocar la puerta, la toco una, dos, tres veces estaba realmente desesperada. Hasta que por fin escucho unos pasos bajando por las escaleras y la imagen delante de ella no hiso más que intensificar ese sentimiento. Ahí estaba Santana parada frente a ella con los ojos hinchados tanto que había llorado y con ellos aún brillosos amenazando con más lágrimas a punto de salir, no pudo hacer nada más que abrazarla con fuerza.
-No tenías que venir-. Murmuro la latina
-Yo siempre voy a estar cuando me necesites-. Respondió sin querer soltarla
-Tú…no tienes que hacerlo-. Dijo acurrucándose aún más en los brazos de la chica que le parecían tan cálidos.
-Tengo que hacerlo…tú me importas demasiado-. Expresó casi en un susurro-.
Se quedaron varios minutos en esa posición, hasta que Santana le dijo que mejor entraran por lo que se dirigieron a su habitación. Kayle observo con detenimiento y se dio cuenta de que la cama estaba un tanto desordenada por lo que se imaginó lo peor y una ola de celos la envolvió, luego vio la botella de Whisky casi a la mitad y ese sentimiento se mesclo con rabia.
-Me quieres decir que pasa-. Preguntó ocultando sus sentimientos, y solo se sentó al lado de Santana en un costado de la cama-.
-Brittany estuvo aquí-. Dijo melancólica
-Eso supuse…-. Dijo esta vez no pudiendo ocultar su enojo-. Y ¿Qué pasó?-.Pregunto con duda pensando que quizás no quería saber la respuesta-.
-Me dijo que me quería…nos besamos y luego dijo que no rompería con su novio por mí-. Respondió dejando escapar otra lágrima al recordar las palabras de la rubia que aún hacían eco en su mente-. Creo que no soy lo suficientemente buena para que se quede conmigo-.
-Eso no es cierto…tu eres maravillosa…eres todo lo que pudiera alguien querer-. Dijo
sin decir que ese “alguien” era ella, solo tomo la mano de la chica para calmarla-.
-Tu solo quieres hacerme sentir mejor, pero no soy la persona que tú ves en mí, ni siquiera merezco que estés aquí para mí-.
-Ya te lo dije yo siempre voy a estar aquí para ti…o siempre que tú quieras estaré, ella es la no se merece que la quieras así, no hace más que herirte, yo jamás te haría sentir así, no haría más que cuidarte y hacerte feliz-. Expresó con decisión y dejando que sus sentimientos hablaran por ella-.
Santana, sintió que un escalofrió traspaso su cuerpo enteró al escuchar las palabras que había dicho la chica, por un momento todo el efecto del alcohol había pasado y solo podía fijar sus ojos en Kayle, no podía ver más que sinceridad y también un poco de miedo. Era primera vez que le era tan fácil leer a la joven, sentía que había derrumbado la muralla. Y un impulso que no pudo detener la domino, tomo el rostro de la morena de ojos verdes y la beso. Primero sintió como la otra chica no estaba segura de respondérselo, pero luego se fue entregando y tomándola de la cintura para acercarla más a ella. Este beso era muy diferente al que había tenido con Britt, este no tenía esa desesperación de querer demostrar pertenencia. Este beso era suave, lleno de reconocimiento, era con la calma con que se descubre cada sabor, cada forma, tenía toda la magia de un primer beso y todo el impulso de querer muchos más.
Kayle sentía que su corazón iba a salirse en cualquier momento, estaba disfrutando cada instante, cada toque, ese sabor era indescriptible, era realmente el beso más dulce que jamás había tenido. Sin embargo, un pensamiento la hiso detenerse.
-Lo siento…yo no…-.Dijo rompiendo el beso, aunque lo que deseaba era seguir besando a esa preciosa chica-.
-No tienes que disculparte…yo fui la que te beso…yo pensé que tu querías…-. Expresó un poco confundida e intentando mantener la mano de la chica entrelazada con la suya-.
-Yo quiero…ese beso ha sido realmente impresionante…pero…-. No sabía cómo explicar lo que sentía-.
-Entiendo…tú también me estás rechazando…solo dijiste eso para hacerme sentir mejor-. Dijo con resignación he intentado soltarse pero Kayle la detuvo-.
-No-. Tomando con más fuerza la mano de Santana y con la otra acariciando su rostro-. Es solo que…tú estás triste y un poco borracha…y yo siento que me estoy aprovechando de la situación…si hay una posibilidad de que haya algo entre nosotras quiero que comience de la manera adecuada…eso es todo-.
-Tú no te estás aprovechando de mi…yo te bese…-. Expresó con fascinación mirando a la otra chica.
-Pero tú amas a alguien más…-.Dijo bajando la mirada-.
-Eso creo…pero desde que te conocí no puedo evitar sentir algo…algo que aumenta cada día…y ahora que nos besamos…-.
-Podemos hablar esto en otro momento…-. Interrumpió pensado que le gustaría oír lo mismo pero cuando la latina estuviera con todos sus sentidos-. Creo que tienes mucho en mente ahora, ha sido un día intenso…mejor descansa y ya tendremos tiempo para hablarlo-.
-Supongo que tienes razón…pero… ¿te quedas conmigo?...prometo solo abrazarte…no quiero estar sola ahora-. Miró hacia arriba a la chica, que se había levantado de la cama-.
-Está bien…me quedare contigo-. No dudo en su respuesta-. Deja llamar a papá, prometí avisarle si no llegaba a casa-. Mientras hablaba con su padre no pudo evitar mirar de reojo como la morena se desvestía. Tenía un cuerpo realmente perfecto, observaba como los músculos se contraían con los movimientos, sus piernas bronceadas y su abdomen plano. Simplemente le encantaba todo de ella, y eso la asustaba.
-Y… ¿Qué te dijo?-. Preguntó la latina con el pijama ya puesto-.
-Ningún problema-. Respondió-. … ¿y?...me prestas algo para dormir-.Preguntó-.
-Claro-. Busco entre su ropa y la entregó una camiseta y un short, lo que no pensó es que la chica se cambiaría ahí frente a ella, solo se dio vuelta y comenzó a quitarse la blusa, lo que dejo al descubierto algo de lo que Santana no se había percatado antes. Kayle tenía una cicatriz en la espalda que cubría gran parte del omóplato-.
-Entonces…hazme lugar-. Dijo a lo que la chica se movió para que se acostara.
Santana esperó que Kayle se acostara a su lado e inmediatamente se acurruco en su pecho. Hace tiempo que no encontraba un lugar tan cómodo donde dormir, pero seguía pensando en la cicatriz que había visto.
-Puedo preguntar… ¿Cómo te hiciste la cicatriz de la espalda?-.
-Es una larga historia-. Respondió-. Y no es precisamente de esas que se cuentan para dormir, así que mejor descansa, lo necesitas-. Con esto puso su brazo alrededor del cuello de Santana para atraerla más hacía su pecho.
Santana giro levemente su cabeza buscando los labios de Kayle, le dio un pequeño beso de buenas noches, y cerro sus ojos, necesitaba dormir para mañana aclarar todo el caos que tenía en ese momento.
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Cuando abrió sus ojos lo primero que hiso fue mover su brazo al otro lado de la cama en búsqueda de Kayle, fue una reacción inconsciente. Pero lo único que encontró fue vacío, aún estaba tibio, pero la chica que había dormido a su lado definitivamente ya no estaba ahí. Al no encontrarla, una sensación de decepción la invadió. Salió de su somnolencia y se levantó para ver si había dejado una nota o algo, pero no había ni un rastro de ella, solo la ropa que Santana le había dado para dormir que todavía guardaba su aroma. La latina no encontraba una explicación para lo ocurrido, solo que tal vez se había arrepentido de besarla la noche anterior. Se sentó en su cama y llevando la camiseta que Kayle usó hacia su rostro para sentir su aroma y detener aunque fuera un poco esa sensación de desconcierto.
atercio********- - Mensajes : 650
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Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Capitulo Cuatro: “Fiesta, confusiones y canciones”
Santana se levantó de la cama y sentía que ese sentimiento de abandono la inundaba otra vez, primero Brittany y ahora Kayle. Comenzaba a pensar que había algo malo en ella ya que no lograba retener a las personas a su lado. Había pasado por una larga lista de romances fracasados, aunque con los chicos no contaba mucho, nunca le importaron lo suficiente como para hacerla sentir mal, pero con las chicas era diferente. No le gustaban las etiquetas pero ya no podía seguir negándolo, nunca encontraría a un chico que la hiciera sentir especial, no como lo hacía Brittany…o Kayle. No entendía muy bien porque la chica se había ido de esa manera, sin decirle una palabra. Tomo su celular y marco su número pero solo escucho el tono y luego de eso el buzón de mensajes. No había palabras para ella, solo esa sensación que le estaba provocando un nudo en la garganta.
Bajó a la cocina, necesitaba su café matutino para despertar y pensar todo con mayor claridad. Sus padres estaban haciendo el desayuno, lo que no era lo más conveniente ya que aún tenía los ojos un poco hinchados por todo lo que había llorado la noche anterior.
-Hola cariño… ¿Qué tal dormiste?-. Preguntó su padre cariñosamente como siempre.
-Si…bien… ¿Cómo estuvo la cena?-. Dijo intentando sonar normal.
-Muy bien-. Contesto su madre-. ¿Y Kayle?, cuando llegamos anoche su auto estaba afuera, pensamos que se quedaría a desayunar-.
-Tenía algo que hacer temprano-. Mintió-.
-Me gusta que pase tiempo contigo, es una joven educada y de buena familia-. Dijo su madre con un tono de aprobación-.
-Si mamá lo sé-. Respondió con fastidio-. Subiré a mi habitación-. Sus padres movieron la cabeza en señal de aceptación-.
En ese momento odiaba que a sus padres les cayera tan bien Kayle, que pasaba si la chica después de lo ocurrido no quería hablarle más, que explicación iba a dar, en realidad eso era lo que menos le importaba, solo quería escucharla otra vez, marcó unas cuantas veces más el número, pero no logró comunicarse, solo le quedaba esperar y encontrar algo en que despejar la mente en el proceso.
Se estiro en la cama de espalda y estaba perdida mirando el techo. En su mente una rubia y una morena, dos sabores distintos en sus labios, dos cuerpos en los que se sentía plena, dos personalidades radicalmente diferentes, tal vez solo con algo en común, ninguna estaba ahí para ella en ese momento.
Un sonido la sacó de sus sueños, su teléfono, se paró con rapidez, con la esperanza de que fuera Kayle devolviéndole la llamada, pero al ver la pantalla hiso una mueca, era solo Quinn.
-Fabrey-. Contestó de mala manera-.
-Hola a ti también Santana-. Respondió sarcásticamente-. Parece que alguien no tuvo una buena noche-.
-¿Qué quieres Quinn?-.
-Ok…Solo quería invitarte a una fiesta de piscina en mi casa, solo con chicas del Club Glee-.
-No lo sé…tengo algunas cosas que hacer en la tarde-. Respondió nerviosa intentando idear una excusa-.
-Entiendo-. Dijo no tan convencida de que su amiga le estuviera diciendo la verdad-. ¿Está todo bien?...tienes la voz algo extraña-.
-Estoy bien…intentaré pasarme por tu casa más tarde…Adiós-. Se apresuró a decir, no quería dar más explicaciones sobre su estado de ánimo-.
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Kayle no entendía porque sentía esa necesidad de escapar otra vez. Había despertado en los brazos de Santana, sintiendo el aroma de su cabello y con casi todo el cuerpo de la latina entrelazado sobre ella, realmente había sido complicado levantarse sin despertarla. Se sentía bien ahí, de hecho pensó que la haría muy feliz poder despertar cada día entre los brazos de esa mujer. Pero de un momento a otro un pánico la invadió, quería irse de ahí en forma desesperada, no había un motivo concreto, solo un sentimiento de querer escapar.
Mientras conducía en dirección a su casa, intento pensar más en forma lógica y preguntarse el porqué de su reacción anterior. Y solo tardo unos momentos en recordar su pasado, esa era la respuesta. Ese miedo que la había perseguido durante la última semana, no hiso más que intensificarse, todavía podía sentir el dolor que un corazón roto provocaba, y tenía claro que si seguía en ese camino, lo único que iba a lograr era pasar por lo mismo otra vez. Santana López la hacía sentir como nunca antes se había sentido, ni siquiera con su ex novia pero, la noche anterior ella no había sido más que un consuelo para la latina, no era a ella a quien de verdad quería.
Muy pronto ya estaba en su casa. Salió de su auto hablándose a sí misma, cuestionándose. Ella no era cobarde, nunca lo había sido, pero tampoco era idiota y no podía luchar por algo que sabía tenía muchas más posibilidades de perder que de ganar. Abrió la puerta y seguía haciéndose las mismas preguntas en voz alta, sin percatarse que su papá, estaba solo en el salón tomándose su café mañanero.
-Veo que algo te molesta-. Escuchó de repente la voz de su padre, quien estaba mirando por uno de los ventanales laterales del salón que daba al jardín-.
-Solo tengo algunas cosas en la cabeza-. Respondió en forma mecánica he intentado subir rápido a su habitación-.
-Supongo que no tiene que ver Santana ¿o sí?-. Dijo el hombre captando de inmediato la atención de Kayle quien opto por acercarse hacia él.
-Por qué…tendría que ver con Santana-. Preguntó nerviosa-.
-Vienes de SU casa, demasiado temprano y discutiendo contigo misma…es lógica, a no ser que haya otro motivo del que yo no esté enterado-. Expresó sentándose en el sofá y llamando a Kayle para que sentara a su lado-.
-No es nada-. Dijo intentado esquivar los ojos de su padre.
-Puedes confiar en mí…después de lo que pasó con Francis no me gustaría que hubieran más secretos entre nosotros-. Hablaba pausado tomando la mano de su hija-. Tú siempre vas a tener mi apoyo-.
-Lo sé…pero no sé cómo explicar lo que siento por…
-Santana-. Terminó la frase Ben.
-Desde que la conocí me hiso sentir algo especial y eso ha ido en aumento, y no puedo evitar querer besarla y…-. Detuvo el impulso de seguir hablando y también porque necesitaba aire había dicho todo eso en extremo rápido-. Ok…lo último fue ¿demasiada información?-.
-Para nada… pero ella siente algo por ti, le has dicho lo que sientes-. Dijo con calma su padre-.
-Anoche…nos besamos-. Murmuro fijando su vista en el piso-.
-Eso es bueno… ¿Por qué estás así entonces?-. Expresó con un tono más alegre-.
-No es bueno, hay alguien más a quien ella quiere y no puedo competir con eso, aunque quisiera, pero no puedo evitar querer estar cerca de ella, cuidarla…protegerla-.
Ben escuchó atentamente a su hija, el tono de voz que empleaba, en como sonreía al decirle todo lo que gustaba de Santana, y en como odiaba a esa otra chica por hacer sufrir a la latina, en que ella jamás haría eso. En sus palabras pudo solo oír amor, sabía que solo llevaban un poco más de una semana en Lima pero conocía a su hija y sabía que tenía sentimientos muy fuertes por Santana.
-Solo escúchame, tu eres capaz de conquistarla, eres una Carpentier no lo olvides, solo confía en ti, hay personas por las que vale la pena luchar y arriesgarse-. Con eso se levantó y le hiso un guiño.
Kayle se sentía mejor al escuchar a su padre, no solo porque en ningún momento la había juzgado, sino porque le dio algo de confianza, debería llamar a Santana y pedirle disculpas por salir así de su casa. En eso sonó su teléfono pensó que sería la morena quien la llamaba otra vez, pero era Quinn.
-Hola Quinn… ¿Cómo estás?-.
-Hola…es agradable llamar a alguien que te contesta bien…-.
-Pasa algo-.
-Solo llamaba para invitarte a una fiesta de piscina en mi casa hoy en la tarde solo las chicas del Club Glee… ¿vienes?-.
-Mmm…pero yo no soy de Club Glee-. Respondió dubitativa.
-Pero eres mi amiga, y a todos les caes bien…anda dime que si-.
-Está bien iré-. Aunque pensó que en realidad no a todas las chicas del Glee Club les caía bien, había una en particular que no la soportaba y el rechazo era mutuo.
-Nos vemos entonces…
-Nos vemos…adiós-.
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Quinn estuvo todo el día preparándose para la fiesta, su mama se había ido de viaje por el fin de semana, por lo que tenía toda la casa a su disposición. Todo eso de la fiesta había sido una idea loca que se le ocurrió de un momento a otro, pensó que sería una buena manera de agradecer a las chicas por todo el apoyo que le brindaron durante el año pasado cuando estuvo embarazada. Por esta vez no había querido invitar a los chicos porque sabían lo insoportables que algunos se volvían una vez que ingerían alcohol, sobre todo Puck que últimamente no hacía más que rogarle que volviera con él, además tenía esa sensación de que no quería a Finn cerca de Rachel, estaba conociendo a la chica y sabía que era demasiado buena para un tipo como Hudson, o eso se decía a si misma.
Estaba en su habitación, eran cerca de las 4:30 tenía tiempo aún antes de que las chicas llegaran, pero el timbre de su casa sonó. Bajó las escaleras con cuidado y abrió la puerta, su corazón comenzó a latir visiblemente más rápido cuando se dio cuenta que al otro lado de la puerta estaba una pequeña castaña de hermosa sonrisa.
-Hola…Rachel, llegas temprano-. Dijo la rubia con algo de excitación en su voz-.
-Hola…es que yo pensé que podría ayudarte a preparar las cosas…lo siento si no esperabas que…-.
-No te disculpes…me agrada que hayas venido antes-. Interrumpió y le dio a la chica una coqueta sonrisa-.
-Traje algunas cosas-. Dijo entregándole un paquete y ambas entraron a la residencia Fabrey.
Ambas estaban en el patio junto a la piscina disfrutando de un cómodo silencio. La rubia se había quitado el vestido veraniego que llevaba y solo se quedó con su coqueto bikini de color verde esmeralda al igual que sus ojos. Rachel no pudo evitar seguir cada paso que daba Quinn, tenía un cuerpo simplemente impresionante, la rubia se recostó sobre una de las sillas para tomar sol, y no pudo evitar sentir una cosquillas en el estómago al darse cuenta de las miradas que le había dado la castaña.
-Y Rachel…vas a quedarte con toda esa ropa encima, recuerda que es una fiesta de piscina-. Dijo con un evidente coqueteo-.
-Pero…la…fiesta aún no empieza-. Tartamudeo la chica, que no era tan segura de su cuerpo como la rubia-.
-Estamos tú y yo, por lo que para mí la fiesta ya comenzó-. Respondió segura Quinn-.
-Me gusta que ahora nos llevemos bien, siento que conozco a la verdadera Quinn, que es atenta y amorosa-. Dijo la chica.
-A mí también me gusta, me divierto contigo-. Respondió-. Pero no cambies el tema Berry, así que te sacas toda esa ropa o me obligaras a levantarme y lanzarte a la piscina-. Dijo con una sonrisa maliciosa-.
-No te atreverías-.
-¿Quieres apostar?-. Diciendo esto se levantó amenazante y puso sus ojos fijos en la otra chica-.
-Quinn Fabrey por tu bien mantente alejada de mí-.Pero sin reaccionar aún ya tenía a la rubia forcejeando con ella, reían, se empujaban, estaban tan cerca que sus respiraciones agitadas parecían complementarse, los roces eran delicados y los buscaban en forma inconsciente, se sentía tan natural todo eso, que en un momento, estaban frente a frente, con sus ojos fijos la una en la otra y dispuestas a solo dejarse llevar.
Sin embargo el destino no estaba de su lado, puesto que el sonido del timbre de la casa las sacó de ese estado tan placentero en el que se encontraban.
-Yo…creo que iré a abrir…debe ser una de las chicas-. Dijo Quinn con la voz entrecortada, soltó a Rachel y se apresuró a la entrada-.
Rachel, se quedó inmóvil y con las mejillas enrojecidas, no se podía explicar lo que había ocurrido. Solo que casi no pudo detener ese impulso de querer besar a Quinn al tenerla tan cerca, al sentir su cuerpo tan pegado al de ella, al ser invadida por ese aroma tan intoxicante. Y lo que sintió también fue que la rubia había tenido las mismas sensaciones que ella, lo había visto en sus ojos, en ese deseo que le mostraban.
Quinn por otro lado, no podía respirar en forma normal, por más que lo intentaba su corazón se negaba a disminuir la frecuencia frenética que tenía y sus blancas mejillas estaban levemente rosadas a causa de ello. Por lo que cuando abrió la puerta aún estaba un tanto “agitada”.
-Santana-. Dijo sorprendida la rubia-.
-Fabrey-. Respondió descortés como siempre la latina-.
-Pensé….que…no…vendrías-. Expresó con la voz agitada aún-.
-Por qué ¿llegue en mal momento?-. Preguntó notando que su amiga estaba sonrojada y algo nerviosa-. Acaso Quinn Fabrey tiene una nueva conquista-. Y con esto se escabullo para ir directamente a la piscina y así saber a quién se debía el comportamiento de la rubia-.
-Hola Santana-.Exclamó la castaña un poco más controlada y sorprendiendo a la latina-
-Hola…Berry-. Saludó y le lanzó una mirada cómplice a Quinn, ya que desde el día en el campo de obstáculos se había dado cuenta de que algo pasaba entre esas dos.
-Qué bueno que te decidiste a venir, en la mañana no sonabas muy convencida-. Dijo la rubia-.
-Lo sé, no quería estar en mi casa y una fiesta es una fiesta, así que lo que necesito en este momento es algo fuerte-.
-No crees que es temprano aún para comenzar a beber Santana-. Dijo Rachel con su tono de desaprobación característico-.
-No estoy preguntando tu opinión Berry-. Respondió
En eso el timbre sonó otra vez, pero ahora Rachel se ofreció a ir a recibir a las invitadas, ya que notaba que algo le pasaba a Santana y lo mejor sería que dejara conversar a las amigas.
-Quieres contarme que sucede-. Preguntó Quinn acercándose a la morena
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-Nada…no quiero hablar de eso en este momento-. Respondió cabizbaja-.
-Tu sabes que puedes contar conmigo, cuando estés lista puedes contarme lo que sea-.
-Gracias, Q-. Expresó respondiendo con el apodo que le daba a la rubia de cariño-. Y tu ¿no hay algo que quieras contarme?-.
-Yo…no…nada-. Contestó nerviosa-.
-Me vas a decir que no pasa nada entre tú y Berry, ¡Vamos Q! Se notaba que estaban en algo antes de que yo llegara-. Dijo con curiosidad
-Somos amigas San, aún no pasa nada-.
-“Aún”…eso significa que…-.
-Hemos llegado… ¡que comience la fiesta!-. Esa voz inconfundible no podía ser de nadie más que de Mercedes, quien venía acompañada de Tina, Lauren y Brittany.
-Hola chicas-. Saludo animosamente Quinn quien se sentía liberada del interrogatorio de Santana.
-Hola Quinn-. Respondieron casi al unísono-.
-Hola San-. Saludo con timidez Britt, sin saber si la morena seguía molesta por lo ocurrido la noche anterior-.
Pero no recibió respuesta a eso, ni siquiera para disimular frente al grupo Santana fue capaz de responderle a Brittany, aún estaba dolida, sentía que la rubia había jugado con ella y con sus sentimientos al ir la noche anterior a su casa, por lo que no tenía ningún interés en hablar con ella, le era difícil incluso mirarla, porque se había prometido que nunca más caería en los brazos de la rubia, y cuando miraba esos ojos celestes se le hacía más difícil de lo que podía imaginar cumplir su promesa.
-Fabrey…subiré a tu habitación a cambiarme, tengo ganas de un chapuzón-. Dijo
Santana intentando salir de la incómoda situación-.
-No hay problema San-.
Santana había traído dos bikinis pero opto por un celeste porque le daba un brillo al su piel bronceada, se soltó el cabello y coloco un pareo en blanco que parecía más de adorno porque en realidad no le cubría demasiado, se sentía sexy y eso siempre le ha dado seguridad, por lo que bajo rauda las escaleras. Y otra vez sonó el timbre esta vez ya debería ser la última, lo que le extraño es que en teoría ya estaban todas las chicas del Club Glee. Cuando abrió, solo pudo quedar sorprendida.
-Kayle…yo no sabía que venías-. Dijo mirando fijamente a la chica que aún no reaccionaba-.
-Quinn…me invito, yo sabía que no era buena idea yo no soy del…-. Intentaba modular para que se entendiera pero ciertamente estaba más concentrada en la espectacular morena que estaba al frente de ella-.
-Fue buena idea que vinieras…yo creo que tenemos que hablar-.
-Lo siento yo no debí haberme ido así…es que no sé cómo…-.
-Y ustedes van a estar toda la fiesta conversando en la puerta, deja que Kayle pasé Santana-. Dijo Quinn quien se acercaba a las chicas-.
-Si…
Quinn tomo las cosas que Kayle había llevado y se dirigió a la cocina. Rachel fue a su búsqueda ya que después del “incidente” no habían tenido tiempo de hablar.
-Te ayudo…las chicas afuera tienen un gran desastre-. Dijo Rachel-.
-No te preocupes, está todo bien-. Respondió nerviosa-.
-No sabía que habías invitado a la chica nueva-.
-Su nombre es Kayle y nos hemos hecho amigas así que la invite-.
-En tan poco tiempo se han hecho amigas-. Dijo Rachel con un tono en su voz que no podía deberse a nada más que a celos, no quería que ninguna chica le robara la atención de Quinn-.
-Deberías intentar conocerla, y si nos hemos hecho amigas es por Santana, no sé si te has dado cuenta pero ellas se han vuelto muy “unidas”-. Expresó enfatizando en la última palabra-.
-Lo he notado, todos lo hemos hecho, es la razón por la que no se lleva bien con Britt, le ha robado a su mejor amiga-.
-Las cosas son más complicadas que eso-. Dijo Quinn dándose cuenta inmediatamente que había dado más información de la debida.
-¿Por qué lo dices?...pasa algo-. Preguntó Rachel con curiosidad-.
-Por nada…salgamos, creo que alguien trajo alcohol, porque Tina y mercedes no dejan de reír-.
-Pero yo quería hablarte de lo que pasó hace un rato…-. Dijo la castaña dudosa-.
-Lo podemos hablar después, ahora salgamos y pasemos un buen momento con nuestras amigas-.
-Está bien-.
Mientras en la piscina, todo se veía un tanto extraño, cuando Santana entro con Kayle, todas las miradas fueron hacia ellas, sobre toda una que no podía creer que esa chica estuviera ahí. Para Britt todo esto de la fiesta no era más que una oportunidad para disculparse con Santana, pero con Kayle otra vez en el medio, se complicaban todas sus posibilidades. Después de pasada la sorpresa de ver a la chica nueva, todas volvieron a lo suyo, divirtiéndose y tomando algunas copas.
Estaban Quinn, Kayle, Santana y Rachel, por un lado conversando animadamente.
-Rachel, San me hablo de que estaban planeando hacer canciones originales para las regionales, creo que es una idea fantástica-. Dijo Kayle-.
-Gracias, con Quinn hemos estado trabajando en una canción, creo que este año si clasificamos a los nacionales-. Contestó entusiasta la Castaña-.
-Tenemos que clasificar, este año son en Nueva York-. Dijo Quinn animada-.
-El año anterior fue una competencia muy dura, todos los coros que llegaron a las nacionales eran muy buenos, tienen que prepararse mucho-. Expresó Kayle, sin pensar que ese comentario iba a dar pie a muchas preguntas-.
-Tú… ¿estuviste ahí? ¿Cantas?-.Preguntó Santana un tanto confundida, y con las otras dos chicas expectantes por la respuesta-.
-No, o sea algo a veces, solo fui a apoyar al coro de mi escuela-. Respondió dudosa.
-¿Y quedaron entre los diez mejores?-. Preguntó Rachel a quien todo lo que fuera
sobre cantar, espectáculo y saber sobre posible futura competencia le gustaba-.
-Sacaron el tercer lugar a nivel nacional-.
-Eso es excelente-. Dijo la Rubia-.
-Lo mismo pensé, pero Francis estaba enojadísima, ella siempre quiere ganar, no se conforma con otro resultado-.
-¿Quién es Francis?-. Preguntó Rachel confundida-.
-Mi ex novia-.
-¿Y ella canta?-. Preguntó la latina, que al solo escuchar ese nombre le causaba escozor-.
-Es la solista del coro de mi ex escuela, y puedo decir que aunque sea una maldita tiene bastante talento-. Respondió haciendo una mueca con sarcasmo -.
-Eso no es problema, nosotros también tenemos una solista con Talento y estoy segura que con ella llegaremos a los nacionales-. Expresó Quinn dándole una mirada de complicidad a Rachel-.
-Eso es verdad, puedes no ser mi persona favorita pero tienes talento Berry-. Añadió Santana-.
-Gracias chicas su confianza significa mucho para mí-.
-Podrías cantar algo…-. Dijo Kayle-.
-Pero es una fiesta y no hay música, ni nada…-.Expresó la pequeña diva con algo de duda-. Tal vez más tarde-.
-Arriba tengo dos micrófonos y un amplificador…que les parece si los bajo y más tarde cantamos algo, somos el club Glee después de todo-.
-Yo te ayudo con las cosas-. Se ofreció Kayle, ya que no quería estar a solas con Santana, no se sentía preparada para aclarar lo sucedido, ni tampoco se sentía capaz de detener el impulso de querer besarla-.
-Pero Kay…pensé que hablaríamos-.
-Más tarde San-. Respondió y se alejó junto a la rubia para preparar el Karaoke de más tarde.
Santana se quedó ahí con Rachel, y tenía la leve impresión que Kayle la estaba evitando, como ella estaba evitando Britt, eso era algo así como maldito y extraño triángulo amoroso. No se dio cuenta cuando alguien la tomo fuertemente por el brazo y la llevo a una de las esquinas.
-¡Qué demonios! ¡Suéltame Brittany!-. Exclamó la morena forcejeando con la rubia bailarina-.
-No lo creo, así es la única forma que haré que me escuches-. Dijo decidida la rubia
-Quien te crees que eres anoche entrar a mi casa y ahora esto, ¡definitivamente estás perdiendo la cabeza!-.
-¡Tú me haces perder la cabeza!-. Esa frase produjo un silencio en ambas, estaban a tan pocos centímetros-.
-Aléjate de mí… tú no puedes hacerme esto Britt, anoche me dijiste que me querías y luego que no dejarías a Artie…yo necesito…-. Tomó un poco de distancia de la rubia pero aún seguían cerca.
-Entiéndeme por favor…yo te quiero, podemos estar juntas como antes-. Interrumpió la bailarina intentando explicarse-.
-Si como antes te refieres a que voy a compartirte con Artie no lo creo, eso ya no es suficiente para mí, yo quiero estar con alguien que me quiera solo a mí-.Expresó la morena con visible pena en sus ojos-. Y si ese alguien no eres tú, tendré que seguir adelante-.
-No me digas eso, San…yo no podría ver que estás con alguien más-. Dijo tomando la mano de la latina pero esta vez tiernamente-.
-Eso es egoísta Britt, ahora yo necesito estar lejos de ti por un tiempo…
Diciendo esto se alejó de Brittany. Era difícil pedirle a la rubia que se alejara de ella, eran años de amistad, pero sabía era lo mejor por el momento, necesitaba aclarar su mente, y estar segura de sus sentimientos, porque si hace un par de semanas Britt era la única chica que Santana quería, hoy ya no estaba tan segura de eso, alguien más había aparecido en su vida y aunque todo era muy confuso, quería averiguar que pasaba.
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Quinn y Kayle, realmente se llevaban muy bien, se sentían en confianza la una con la otra. Subieron a buscar las cosas y cuando bajaron para instalar todo, la morena de ojos verdes no pudo evitar que su corazón se apretara al ver la escena que estaba ocurriendo. Santana estaba en una esquina con Britt sujetándole la mano y a una distancia que podría considerarse demasiado cercana para el gusto de la chica. Le dolía ver a su latina cerca de la rubia, sentía celos, impotencia porque sabía que Brittany no hacía más que herir a Santana.
-¿Qué sucede?-. Preguntó Quinn al ver el abrupto cambio en la expresión él en rostro de su amiga.
-Nada…yo…-. No podía responder, solo mantenía fija su mirada en la morena intentado descifrar que ocurría en casi el otro extremo del patio de Quinn.
-Habla con ella…algo le pasa-. Dijo Quinn
-Qué quieres decir con eso…yo no puedo, creo que ella prefiere hablar con Brittany que conmigo-. Expresó sin poder ocultar sus celos.
-Si de verdad quieres tener una oportunidad con ella, debes decirle, conozco a Santana, ella no será quien de él primer paso-.
-Yo no tengo una oportunidad con ella, mírala está demasiado enamorada de Brittany como para ver a alguien más-. Contestó la chica con un nudo en la garganta-.
-Te equivocas ella si te ve, solo que al igual que tu tiene miedo de sufrir otra vez-.
-Yo nunca la haría sufrir-.
-Lo sé
Después de ese breve intercambio de palabras, siguieron en lo que estaban que era instalar las cosas para después solo dedicarse a divertirse.
Ya habían finalizado y se les veía muy contentas, sin darse cuenta que estaban bajo la atenta mirada de una castaña y una morena a quien no les parecía divertido verlas tan cerca.
-Ahora podemos hablar-. Dijo Santana interrumpiendo la interacción.
-Yo voy a la cocina a buscar unas cosas-. Exclamó Quinn, quien le hiso un guiño a Kayle como muestra de apoyo-.
-¿Por qué te fuiste así?, sin despedirte-. Pregunto la latina sin dar lugar a más excusas de parte de la otra chica-.
-Necesitaba pensar-. Respondió escuetamente
-Si lo que te molesto fue que te besara, lo lamento no quise hacerte sentir mal-. Expresó cruzando sus brazos en señal de defensa-.
-No fue “nuestro” beso-. Dijo enfatizando en esa palabra-. Sino lo que significa, supongo que me dio miedo por todo lo que me haces sentir-. Expresó de una vez y agachando la mirada insegura-. Tenía miedo de que hoy despertaras y me digieras que no significó nada para ti, sobre todo porque fue después de que Brittany y tu…
-Yo siento algo por ti-. Interrumpió Santana-. Sentí muchas cosas cuando nos besamos, y también tengo miedo, tú sabes todo lo que pasé con Britt, no si esté preparada…
-Lo sé y lo entiendo, no te voy a presionar, sé que aún hay algo con ella, se nota demasiado-.
-Qué quieres decir con eso-.
-Tu conversación de hace un rato, estaban muy cerca y tomadas de la mano-. Exclamó subiendo un poco su voz-.
-Sola hablaba con ella… le pedí que…
-No tienes que darme ningún tipo de explicación-. Interrumpió-.
-Tienes razón-. Contestó con molestia, si algo no soportaba es que alguien no la escuchara y Kayle no lo estaba haciendo en este momento-. Mejor voy por un trago-. Y se retiró-.
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Ya estaba oscureciendo por lo que la mayoría de las chicas había cambiado su bikini por ropa más apropiada para cubrirse de la brisa un poco más helada que comenzaba a correr por Lima. Mercedes y Tina, no habían soltado los micrófonos y animaban la fiesta cantando canciones de Lady Gaga, Beyonce, Rihana, entre otras, mientras que al parecer con unos cuantos tragos de más Brittany bailaba en forma sexy y Lauren intentaba pobremente seguirle el ritmo. Santana solo observaba con su trago en la mano, al igual que Kayle, pero estaban una en cada extremo.
Quinn estaba con sus ojos cerrados y los brazos extendidos apoyados sobre la mesa de su cocina, necesitaba respirar y relajarse, había tomado un par de tragos intentando olvidar lo ocurrido con Rachel en la tarde. No podía engañarse, al tenerla tan cerca solo deseo probar los labios de la pequeña diva, tocar su cuerpo y no soltarla nunca más. No quería sentir lo que estaba sintiendo, nunca le había pasado eso con una mujer y la aterrorizaba, ella era Quinn Fabrey, la chica popular de la escuela, y si eso no fuera poca presión venia de una familia católica, ya había sido demasiado quedar embarazada el año anterior, ahora no podía simplemente decirle a su madre que era lesbiana. Todo se podía volver demasiado complicado si seguía con ese “jueguito” con Rachel. Además no estaba segura del todo que la pequeña diva le correspondiera, siempre había gritado a los cuatro vientos que el amor de su vida era Finn.
-Aquí estabas-. Dijo Rachel quien puso sus brazos alrededor de la cintura de Quinn amorosamente.
-Si…yo quería estar sola un momento-. Contestó volteándose y tomando unos centímetros de distancia de la chica.
-¿Te ocurre algo?, podría decir que me has estado evitando durante toda la fiesta-.
-No lo he hecho, solo he estado ocupada-.
-Eso no es cierto, pasaste mucho tiempo hablando con Kayle, le das más atención a ella que a mí-. Dijo frunciendo el ceño, por el tono de voz y porque expelía cierto aroma a alcohol al hablar la rubia noto que a Rachel se le habían pasado un poco las copas-.
-Estás borracha-. Fue más una aseveración que una pregunta-.
-No lo estoy, solo algo mareada-.
-Algo mareada y algo celosa-. Exclamó la rubia con una pequeña sonrisa-.
-Dime que fue lo de hoy en la tarde-. Dijo de repente sorprendiendo a la rubia.
-Solo un juego…nada pasó Rachel-. Contestó descolocada-.
-O sea eso soy, un juego…has estado jugando conmigo, porque yo podría jurar que querías besarme-.Dijo acercándose más a la chica en forma peligrosa-.
-Por qué querría hacerlo, estoy segura que tú quieres que alguien más te bese-. Expresó alejándose otra vez de la castaña-.
-Si te refieres a Finn tú sabes que terminamos, ya no hay nada entre él y yo, y podría decir lo mismo, tú y Puck están cerca de nuevo o ¿no?-.
-No es un tema que quiera discutir contigo, por lo demás yo no era quien le decía a todo el mundo que Finn era el protagonista de mi vida-. Exclamó la rubia en forma sarcástica y desagradable, ahí estaba esa Quinn que se sentía amenazada y actuaba en forma grosera.
-Tienes razón, no es un tema que debamos discutir, somos amigas y eso seremos siempre, lamento haber confundido las cosas, no volverá a ocurrir-. Dijo y se dio la media vuelta disfrazando de indignación toda la decepción que sentía.
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-Hey…aquí estabas-. Dijo Kayle sacando a Quinn de sus pensamientos-.
-Si… ¿hablaste con Santana?-.
-Lo hice-. Respondió la chica-. Aunque creo que las cosas quedaron peor que antes, lo arruine todo-.
-Únete al club, parece que ambas somos buenas arruinando cosas-. Dijo la rubia con una sonrisa falsa-.
-¿Qué pasó con Rachel?-.
-Tú…como sabes que pasó algo con Rachel-. Preguntó sorprendida-.
-La vi salir de aquí, y no se veía muy feliz, además Quinn, no me digas que no sientes algo por ella, he observado como la miras y ella te devuelve esas miradas-.
-Si pero soy una idiota, le dije cosas sin sentido y si pudo haber algo, creo que ya no podrá ser-. Expresó la rubia con tristeza en su voz-.
-No hay forma de arreglar las cosas-.
-No lo sé, yo podría decirte lo mismo-.
-Lo mío es más complicado, ella quiere a alguien más, que se supone que haga-.
-Creo que hay una forma, para ambas-. Dijo Quinn dejando ver con el brillo de sus ojos que una idea se le había ocurrido-. ¿Cantas?
-Nunca, pero por Santana haría cualquier cosa-. Contestó sonriendo también-. Tengo en mente una canción que podría servirnos-.
Ambas subieron a la habitación de Quinn para preparar rápidamente la canción, tenían un plan que sabían no podía fallar.
Mientras en la fiesta, Santana sentía que ya no tenía nada más que hacer ahí, por lo que comenzó a buscar a Quinn para despedirse.
-Berry…has visto a Quinn, quiero despedirme-.
-No la he visto, no quiero verla tampoco-. Respondió con desdén
-Ok…tomare eso como que simplemente no la has visto y no preguntaré más-. Dijo la latina un poco confundida por la respuesta agresiva de la pequeña diva-. Solo me iré la llamaré más tarde para explicarle-.
Santana iba camino a la puerta cuando vio bajar de a Quinn y a Kayle de la habitación de la primera, y aunque no quisiera sintió una punzada de celos en el estómago.
-San…a dónde vas-. Preguntó la rubia, Kayle se dirigió directamente hacia la piscina, tenía la difícil misión de quitarle el micrófono a mercedes.
-Me voy a casa…no me siento bien ahora, y tú que hacían allá arriba solas-. Dijo ocultando su molestia por la situación-.
-Nada…solo conversando, no te vayas todavía por favor-. Suplicó
-No hay nada porque quedarme-.
-Te aseguro que si te quedas solo unos minutos más, no te arrepentirás-. Dijo segura la rubia.
-Pero Q…
-Confía en mí-. No dio espacio a una negativa y tomo de la muñeca de la latina para llevarla de vuelta a la fiesta, quien de mala gana la siguió.
Cuando Santana levantó la vista, estaba más confundida aún. Kayle estaba sentada sobre un piso alto que se encontraba en el improvisado escenario al frente de uno de los micrófonos.
-Tú solo quédate aquí y escucha-. Ordenó Quinn a Santana-.
-Ok…-. Contestó una confundida latina-.
Quinn siguió avanzando hacia donde estaba Kayle y antes de sentarse a su lado, pasó por el lado de Rachel y le susurró al oído.
-Esto es para ti-. Y sin esperar una respuesta se alejó.
La música comenzaba a sonar y un nervioso par de chicas se podía observar. El ambiente las favorecía, la brisa fresca se había vuelto tibia, ellas solo podían fijar sus miradas cada una en la chica que querían tener a su lado. La rubia era la primera en cantar.
Quinn sacó su voz he intentó cantar con todo el sentimiento que poseía, quería transmitirle todo a Rachel a través de lo que la pequeña castaña más amaba la música.
You've been on my mind (Tú has estado en mi mente)
I grow fonder every day (y cada día te aprecio más)
lose myself in time just thinking of your face(Me pierdo en el tiempo pensando en tu rostro)
God only knows why it's taking me so long(Solo Dios sabe por qué me ha llevado tanto tiempo)
to let my doubts go (Despejar mis dudas)
You're the only one that I want (Pero tú eres todo lo que quiero)
Ahora el turno de Kayle quien nunca había hecho algo parecido, cantarle a alguien siempre le había parecido cursi, pero ahora lo veía de otra manera, quería que Santana entendiera que solo buscaba una oportunidad.
I don't know why I'm scared, I've been here before (No se porque estoy asustada he estado aquí antes)
Every feeling, every word, I've imagined it all,(Cada sentimiento, cada palabra, ya lo he imaginado todo)
You never know if you never try to forget your past ( Nunca lo sabras si no intentas olvidar tu pasado)
And simply be mine(Y ser simplemente mia)
Ambas cantaron el coro, con fuerza y sentimiento. Quinn sacando a relucir su hermosa y dulce voz, mientras que Kayle los sorprendía a todos con un tono de voz agradable y profunda. Cada una fijo su mirada a su chica buscando algún señal que les hiciera pensar que lo estaban haciendo bien.
I dare you to let me be your, your one and only (Te reto a que me dejes ser tu primera y única)
Promise I'm worth it to hold in your arms (Prometo que soy digna de estar entre tus brazos)
So come on and give me the chance (Así que vamos, dame la oportunidad)
To prove that I'm the one who can (Para demostrar que soy la única)
Walk that mile (Que puede caminar una millas)
Until the end starts (Hasta el final)
Rachel por un lado no cabía en sí misma pensado que la que estaba ahí, era nada menos que Quinn Fabrey y le estaba cantando a ella, ese gesto era realmente hermoso nunca nadie había hecho algo así por ella. Mientras Santana al parecer estaba en una mescla entre complacida y más confundida, era evidente que le estaba cantando a ella, y se daba cuenta que para Kayle era difícil expresar sus sentimientos así por lo que era doblemente valorable. Una sonrisa se comenzó a dibujar en su rostro, y las dudas comenzaban a despejarse, quizás como decía la canción le daría una oportunidad.
Kayle al ver la sonrisa de Santana cantó esta estrofa con aún más emoción.
Have I been on your mind? (¿He estado en tu mente?)
You hang on every word I say, lose yourself in time (Te quedas colgado de cada palabra que digo, te pierdes en el tiempo)
At the mention of my name, will I ever know (Cuando escuchas mencionar mi nombre)
How it feels to hold you close (Sabré alguna vez como es sentir tenerte cerca)
And have you tell me which ever road I chose you'll go (Y que me digas que el camimo que yo elija tu me seguiras)
I don't know why I'm scared, I've been here before(No se porque estoy asustada he estado aqui antes)
Every feeling every word, I've imagined it all,(Cada sentimiento, cada palabra, ya lo he imaginado todo)
You never know if you never tried to forgive your past( Nunca lo sabras si no intentas olvidar tu pasado)
And simply be mine (Y simplemente ser mía)
I dare you to let me be your, your one and only (Te reto a que me dejes ser tu primera y única)
Promise I'm worth it to hold in your arms (Prometo que soy digna de estar entre tus brazos)
So come on and give me the chance (Así que vamos, dame la oportunidad)
To prove that I'm the one who can (Para demostrar que soy la única)
Walk that mile (Que puede caminar una millas)
Until the end starts(Hasta el final).
I know it ain't easy (Se que no es facil )
Giving up your heart (Renunciar a tu corazón)
I know it ain't easy (Se que no es facil )
Giving up your heart (Renunciar a tu corazón)
(Nobody's perfect, trust me I've earned it) (Nadie es perfecto, creeme lo aprendí)
I know it ain't easy, giving up your heart (Se que no es facil renunciar a tu corazón)
(Nobody's perfect, trust me I've earned it)(Nadie es perfecto, creeme lo aprendí)
I know it ain't easy, giving up your heart(Se que no es facil renunciar a tu corazón)
I dare you to let me be your, your one and only (Te reto a que me dejes ser tu primera y única)
Promise I'm worth it to hold in your arms (Prometo que soy digna de estar entre tus brazos)
So come on and give me the chance (Así que vamos, dame la oportunidad)
To prove that I'm the one who can (Para demostrar que soy la única)
Walk that mile (Que puede caminar una milla)
Until the end starts (Hasta el final).
Cuando los últimos acordes sonaron todos las aplaudieron especialmente dos chicas que aún no podían creer que eso iba para ellas. Se abrazaron como señal de apoyo mutuo y cada una partió por su lado para ver si habían tenido éxito.
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Quinn rápidamente tomó de la mano a Rachel y la llevo al salón.
-Eso fue realmente hermoso-.Exclamó la castaña-. En realidad es lo que sientes-.
-Sé que esto es extraño, te hice la vida un infierno muchos años y ahora te canto una canción, y la verdad nunca había sentido esto por otra chica, ni por un chico en realidad-. Hablaba como hiperventilada por la adrenalina que aún corría por sus venas-. No sé cómo pudo pasar esto, pero cuando estoy contigo siento como si todo fuera perfecto, me haces sonreír y yo quiero que nos…-.
-Quinn…shh-. Dijo Rachel posicionando un dedo en los labios de la rubia y terminando con la distancia entre ellas, con un tierno beso en los labios la otra chica, la sensación era indescriptible, con nadie más sintió esa calidez, esa ternura mesclada con deseo-.
-Eso fue increíble-. Exclamó Quinn aún con sus ojos cerrados-.
-Lo fue…-.Respondió también con sus ojos cerrados y entrelazando sus dedos con los de Quinn-.
Se quedaron ahí unos momentos, disfrutando de la compañía de la otra, pensado que ese beso sería el primero de muchos más.
-Sera mejor que volvamos…-.Dijo Quinn
-Quiero quedarme aquí contigo-. Reclamó la más pequeña-.
-Yo también, pero es mi fiesta, debo ser una buena anfitriona…además tu podrías quedarte conmigo hoy después de la fiesta-. Dijo con una voz seductora-.
-Quinn…acaso me estas proponiendo eso para aprovecharte de mí, creo que necesitaras más que una canción para eso ocurra-. Expresó sonriente-.
-No…yo no lo decía con esa intensión-. Dijo nerviosa y un tanto sonrojada-. Solo para estar juntas y hablar…tu sabes yo no podría querer…
-Lo sé, solo bromeaba-. Interrumpió-. Ahora vamos antes de que yo me aproveche de ti-. Exclamó tomando la mano de la rubia-.
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Kayle iba dando pasos cortos hacia Santana, estaba nerviosa y no lograba controlarse, pensó que su corazón se salía del pecho.
-¿Te gustó la canción?-. Preguntó intentando parecer casual-.
-Eso depende… ¿la cantaste para mí?-. Expresó la latina, queriendo escucharlo de los labios de la chica aunque era más que obvio que así era.
-Podría haber sido para alguien más…
-No lo sé…dímelo tú-.
-Por supuesto que era para ti Santana, tú sabes que yo siento algo por ti…y no sabía cómo decirlo-. Respondió bajando la mirada-.
-No sabía que Kayle Carpentier pudiera llegar a ser tan cursi-. Expresó la latina tomando con sus dedos la barbilla de la joven para mirarla a los ojos-.
-No soy cursi…yo nunca le había cantado a alguien-.
Esa confesión hiso que Santana sintiera una ganas de besarla. Así que tomo su mano y le llevo adentro de la casa, buscó un lugar que estuviera vacío para conversar con más tranquilidad, en el salón ya no había nadie después de que Quinn había salido con Rachel.
-Es lo más hermosamente cursi que alguien ha hecho por mí-. Expresó la latina-.
-Yo puedo hacer muchas cosas por hacerte feliz, pero no quiero presionarte a estar conmigo si no estás segura, por lo que podríamos seguir conociéndonos-.
-Tú sabes que siento por ti algo realmente extraño, nos conocemos hace un par de semanas pero eso no impide que quiera estar cerca de ti, y si esa canción es lo que sientes, mi respuesta es que si quiero intentar olvidar mi pasado-. Con esto tomo con una mano por la nuca a Kayle y la acerco hasta encontrar sus labios, este beso fue distinto al otro, no era de reconocimiento, era de conquista, de entrega, pudo sentir como los brazos de la chica le envolvían la cintura intentando acercarla aún más, mientras ella se colgaba de su cuello para romper los centímetro que tenía Kayle más que ella, nada importaba solo no romper ese maravilloso beso que se tornaba cada vez más pasional.
-Creo que la fiesta termino para mi…nos vamos-. Dijo Santana en forma seductora-.
-Estoy de acuerdo, pero nos despedimos antes-.
-Después llamo a Quinn y le explico-.
Entrelazaron las manos y salieron de la residencia Fabrey. Santana sentía algo que hace tiempo no experimentaba, felicidad, por primera vez creía que era posible volver a enamorarse.
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Brittany había bebido demasiado esa noche, queriendo olvidar las palabras de Santana. Como podía pretender que simplemente se alejaría de ella, eso era imposible, ellas no podían estar separadas, solo debía esperar que la latina entrara en razón y la perdonara y volviera a tener la relación que tenían antes. Aunque ella realmente quería exactamente la misma relación, ya no estaba tan segura, todo en lo que pensaba era en besar a Santana, en acariciarla, sentir sus manos por su cuerpo y esos pensamientos no eran precisamente de mejores amigas. Era todo tan confuso, cuando había sido que todo se volvió complicado, eso tenía una respuesta, cuando esa estúpida chica llego y le robo a Santana.
Se descoloco cuando escuchó cantar a Quinn y Kayle, era lo único que le faltaba que la “nueva” le cantara una canción de amor a su Santana. No tendrá resultado pensó, mi San solo me quiere a mí. Pero al parecer estaba levemente equivocada, y lo comprobó cuando noto que Santana y Kayle se dirigían adentro de la casa y solo comenzó a seguirlas.
No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, sintió que su corazón explotaba y solo se transformaba en miles de trozos que nunca más volverían a juntarse, sus lágrimas corrían sin consuelo por sus mejillas, y sentía como las piernas le estaban comenzando a fallar y no lograría sostenerse mucho tiempo más. Jamás imagino ver a su morena besando a otra chica que no fuera ella, porque le hacía esto, si ella la quería. Su pena solo aumento cuando vio al par de muchachas tomarse de la mano y salir por la puerta. Quería borrar toda imagen de su mente en donde su Santana estaba en brazos de otra mujer, besando a otra mujer, acariciando a otra mujer, diciéndole cosas al oído, cosas que Brittany podía imaginarse, lo que no quería si quiera imaginarse es que el hecho de que Santana saliera por esa puerta, podía significar que la estaba olvidando.
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VAMOS CHICUELAS.....UN COMENTARIO.... ASÍ SEA PA ECHARME LA MADRE....JAJAJJAJA Y PA LAS QUE LO LEEN...SALUDES JAJAJ
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
WOOOOOOOOOOOOOOOOW sencillamente wooooooooooooow jaja este fic me encanta de verdad, continualo me encata me encantaaaa
keymaris**** - Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 30
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
wowww
me encanta este fic
la historia es parecida a lo que queria para esta tercera temporada
pero
puedo imaginarmela con esto
DIOS!!!!!
pero las chicas las otras chicas del glee club
vieron todo o no??
que dirán o que pensaran??
mmmmm...bueno britt creo que ella también necesita pensar bien
las cosas, entiendo que espero a santana mucho tiempo pero si ella ya esta con alguien o sea Artie...se me hace un poco egoísta de su parte que no deje a santana
....duele si pero ya quiero ver q pasa y como reaccionaran ambas partes después de esto
me encanta este fic
la historia es parecida a lo que queria para esta tercera temporada
pero
puedo imaginarmela con esto
DIOS!!!!!
pero las chicas las otras chicas del glee club
vieron todo o no??
que dirán o que pensaran??
mmmmm...bueno britt creo que ella también necesita pensar bien
las cosas, entiendo que espero a santana mucho tiempo pero si ella ya esta con alguien o sea Artie...se me hace un poco egoísta de su parte que no deje a santana
....duele si pero ya quiero ver q pasa y como reaccionaran ambas partes después de esto
ana_kunis******* - Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
SIGUELO SIGUELOOOOO .____________.
simplemente me quede de O.O
insisto, creo que Britt lo merece, pero como buena miembro del team Brittana, debo quererlas juntas, así que.... pues ya tu sabes como quieres continuar la historia xD pero al final tienen que terminar juntas PORFAVOR! xD
espero la actualización! c:
simplemente me quede de O.O
insisto, creo que Britt lo merece, pero como buena miembro del team Brittana, debo quererlas juntas, así que.... pues ya tu sabes como quieres continuar la historia xD pero al final tienen que terminar juntas PORFAVOR! xD
espero la actualización! c:
Pamela Lopez-Pierce***** - Mensajes : 220
Fecha de inscripción : 14/05/2012
Edad : 28
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Me encanto tu fanfic esta re lindo tenes que segirlo yaaa... se pone interesate!!!!
Invitado- Invitado
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Capitulo Cinco: "Aclarando los Sentimientos"
Brittany no lograba reponerse del todo, después de lo que había visto, le era demasiado doloroso, pero le sirvo para en ese preciso momento entender lo que Santana sufrió al verla con otra persona, al saber, que sus besos y sus noches pertenecían a otra persona. Se había equivocado, no hay duda de eso, nunca debió rechazarla, nunca debió dejar ese espacio para que entrara otra mujer a la vida de la latina, todo lo que estaba ocurriendo tenía una sola culpable y era ella misma.
Entró de nuevo a la fiesta, pero su rostro denotaba en extremo todo el sufrimiento que tenía dentro de sí, por lo que se refugió en un rincón y lleno su vaso una y otra vez, quería simplemente perder la conciencia.
-Britt…creo que ya es suficiente-. Escuchó. Era la voz de Quinn quien le arrebataba el vaso.
-¡Devuélveme eso!, y no te entrometas en lo que no te importa-. Dijo en forma agresiva la rubia, lo que descoloco a Quinn, puesto que Britt era siempre muy dulce-.
-Tú me importas Britt, eres mi amiga y ya has bebido la suficiente-. Expresó con voz amable y sentándose al lado de la chica-.
-Ahora eres mi amiga, después que ayudaste a esa idiota a quedarse con mi San, estas de su lado Quinn-. Exclamó con resentimiento-.
-Tú tienes novio Britt y si de verdad quisieras a Santana, lo dejarías, como no lo has hecho hasta ahora, pienso que tú debes dejarla ser feliz-. Sentenció Quinn-.
-¡Tú no entiendes!, nunca lo has hecho, porque no sabes lo que es querer a alguien, nunca has amado a nadie como yo amo a Santana-. Dijo subiendo el tono de voz-.
-Creo que no eres tú misma en este momento, mejor te dejo para que estés sola y pienses las cosas-. Expresó dolida por las palabras de la bailarina-.
-Lo mejor es que me vaya-. Dijo decidida Brittany-.
-No puedes conducir así, es peligroso-.
-Pediré un taxi, adiós-. Tomo su bolso y salió sin despedirse de nadie, estaba todavía enojada por las palabras de Quinn o quizás era el alcohol que exacerbaba todos sus sentimientos.
Tuvo el impulso de ir directo a la casa de Santana y pedirle una explicación, pero quien era ella para pedirle explicaciones, era solo su mejor amiga y ahora ni eso porque su relación se había deteriorado al punto de que en la última semana ni siquiera se hablaban, o para ser precisos la morena no le hablaba a ella. Y estaba la otra opción que era encontrar a Santana con Kayle en su casa y eso era una imagen que no quería ver nunca más en su vida. Además estaba demasiado borracha como para entablar una conversación decente, lo mejor sería irse a casa y acostarse para mañana comenzar a idea su plan para recuperar a Santana.
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Santana subió al auto de Kayle, como lo hacía casi diariamente, pero esta vez era diferente, sentía cosas diferentes, no se lo había imaginado, de verdad la chica a su lado tenía sentimientos por ella, y estaba dispuesta a luchar por que le diera una oportunidad, ¿Quién había hecho algo así por ella antes?, nadie.
-Entonces ¿te voy a dejar a tu casa?-. Preguntó Kayle-.
-Tan rápido te quieres deshacer de mí-.
-Tu sabes que por mí no me separaría de ti, pero es tarde no quiero que tengas problemas-.
-Eso tiene solución-. Tomo su teléfono y le marco a su padre, fue una breve conversación en donde pidió permiso para quedarse a dormir en casa de Kayle, a lo que su papá no puso objeciones-. Listo, problema solucionado-.
-Eres increíble, supongo que vamos a mi casa entonces-. Dijo con emoción-.
-Eso si espero que esta vez no me dejes durmiendo sola, fue una sensación desagradable despertar y no encontrarte-. Expresó mirándola fijamente-.
-No volverá a pasar lo prometo-. Dijo dando un giro para sostener la mirada de Santana, la que se acercó y le dio un pequeño beso en los labios-. Que hagas eso mientras manejo puedo ser peligroso sabes, me desconcentras-.
-No lo puedo evitar-. Exclamó soltando una pequeña risita-. Pero intentare contenerme hasta cuando lleguemos a tu casa-.
-Es una buena idea-.
El resto del viaje rumbo a la casa de Kayle fue tranquilo, conversaron de diferentes cosas entre ellas de la incipiente relación entre Quinn y Rachel, la que entusiasmaba a ambas puesto que se veía que había un lazo muy especial, y para que Quinn Fabrey se arriesgara de esa manera debía ser algo importante.
Cuando llegaron a la casa de Kayle, está abrió la puerta con cuidado para no ocasionar ruido y despertar a su padre, pero al parecer aún estaba despierto.
-Kay… ¿eres tú?-. Se escuchó desde el salón
-Si soy yo-. Respondió, sin soltar la mano de Santana, con la que se dirigía a su habitación-.
-Te estaba esperando-. Dijo mientras había avanzado hasta la entrada y vio a las dos chicas tomadas de la mano-. Santana-. Saludó sorprendido-.
-Buenas noches señor Carpentier-. Contestó la latina un poco nerviosa, solo la tranquilizó que Kayle le sostuviera la mano con fuerza-.
-Me esperabas para algo en especial-. Preguntó la chica-.
-No nada especial, solo quería ver que llegaras bien, y veo que todo está mucho mejor que en la mañana-. Respondió con una sonrisa-. ¿Quieres que llame a alguien para que le arregle una habitación a Santana?-.
-No, estaremos bien en la mía-. Contestó-.
-Está bien, las dejo entonces, iré a dormir antes que tu madre baje a buscarme-.
-Que duermas bien papá-.
-Tú también hija, y es bueno tenerte por aquí Santana, nos vemos en el desayuno-. Se despidió-.
Nunca se soltaron de la mano y subieron con cuidado las escaleras rumbo a la habitación. Al entrar Santana pudo observar un lugar bastante espacioso, con las paredes pintadas de gris perla, una cama de dos plazas, un closet que era casi tan grande como el de ella, unas guitarras que le llamaron la atención porque no sabía que Kayle supiera tocar, lo otro fue una cantidad casi desproporcionada de cámaras fotográficas, de distintos tipos y tamaños, incluso algunas análogas.
-No sabía que te gustaran las guitarras… ¿tocas?-. Preguntó la latina-.
-Si me gustan iban con mi postura de chica Rockera-. Respondió sonriendo-. Pero la verdad hace mucho que no tomo alguna-.
-Y todas estas cámaras-. Preguntó otra vez-.
-Me gusta la fotografía, tenía ese sueño de viajar por el mundo para tomar fotografías, pero como comprenderás la familia Carpentier no se caracteriza por tener artistas, se inclinan más por lo tradicional-. Respondió haciendo una mueca de fastidio-.
-¿Hay algo que no hagas?, quiero decir, cantas, tocas guitarra, sacar fotografías, eres buena en los deportes y además te especializas en conquistar chicas-. Exclamó con una sonrisa de burla en su rostro-.
-Yo no conquisto chicas…solo quiero conquistar a una-. Contestó acercándose a la latina y tomándola por la cintura-.
-Así-. Dijo alcanzado sus brazos para tomar por el cuello a la morena de ojos verdes-. Pues esa chica no te lo hará tan fácil-.
-Lo sé, es una de las cosas que más de me gusta de ella, que hace que nada sea fácil-. Expresó robándole un tierno beso de los labios-. ¿Tienes hambre?-.
-Algo… ¿y tú?-.
-También, bajaré por algo de comer, vuelvo en un segundo, si quieres puedes buscar algo que te sirva para dormir-. Dijo y después salió de la habitación-.
-Lo haré-.
Santana comenzó a dar vueltas por la habitación mientras se sacaba la ropa para ponerse el pijama que saco del closet de Kayle. Siempre ha sido una personas muy curiosa aunque mantenía su límite para no entrometerse en la privacidad de la chica, solo miraba intentado conocer más de ese pasado que con tanto celo guardaba Kayle. Por encima, encontró trofeos de Hockey, fotografías de las que pensaba eran sus amigas de Nueva York y también algunas familiares en donde siempre resaltaba la imagen de un hombre de avanzada de edad de aspecto formal y distinguido, debía ser su abuelo, pensó, James Carpentier, el poderoso patriarca. Estaba en eso sumida en sus pensamientos cuando escuchó una música que se le hiso familiar, era el teléfono de Kayle que sonaba, por un momento pasó por su cabeza bajar a entregárselo pero cuando vio quien llamaba, su sangre latina pudo más y solo pensó en comenzar a marcar su territorio.
-¿Hola?-. Contestó dudosa en un principio-.
-¿Kayle?-. Respondió confundida la voz en la otra línea.
-No soy Kayle-. Respondió ya más segura.
-Lo siento creo que me equivoque de número-.
-No te equivocaste, este es su celular solo que ella está ocupada en este momento-. Dijo con una voz insinuante y una pequeña y maliciosa sonrisa comenzaba a dibujarse-.
-¿Y tú contestas su teléfono?, ¡¿Quién eres su secretaria?!-. Decía la otra chica cada vez más molesta-.
-Soy mucho más que eso y ¿Quién eres tú?-. Preguntó aunque tenía claro quien estaba en la otra línea-. No es una hora prudente para llamar por teléfono-. Respondió
-Yo no tengo que darte explicaciones, ¡¿Quién demonios te crees?! , Probablemente no eres nadie importante, por lo que tú no puedes decirme cuando llamar o cuando no…y sabes quiero hablar con Kayle ¡ahora!-. Exigió la chica muy irritada-.
-Ya te dije que Kayle está ocupada y no quiere hablar contigo, pensé que te había quedado claro después de todas las veces que te lo ha dicho, asúmelo y deja de molestar-. Respondió casi al borde de perder la paciencia-.
-¡Eso no es tu asunto!, soy su novia va a tener que hablar conmigo en algún momento, y ninguna chica corriente como tú me lo va a impedir-. Expresó con tono despectivo-.
-Ok, escúchame una cosa Francis, tu eres su EX novia, y para que te vayas enterando, no tengo nada de corriente, soy Santana López, la novia de Kayle, por lo que deja de molestar, y supéralo-. Exclamó la latina con seguridad y molestia por lo que la chica le dijo-.
-Tu eres que…-. Se alcanzó a escuchar en la otra línea con una voz incrédula, antes de que Santana decidiera cortar-.
Cuando Kayle entró a la habitación con los bocadillos, miro a la latina y observo algo de rubor en sus mejillas y una expresión de culpabilidad en su rostro, también noto que sostenía su teléfono en la mano derecha mientras que con la otra se acariciaba la sien como en busca de una respuesta.
-¿Pasó algo?...-. Preguntó Kayle un poco desconcertada-.
-¿Por qué?-. Respondió con esa expresión de cuando a un niño lo sorprenden haciendo una maldad-.
-Porque, estas un poco nerviosa, sin contar esa expresión de culpabilidad en tu rostro y que sostienes mi teléfono-. Dijo acercándose a la morena y ambas se sentaron en un costado de la cama-.
-Yo…hice algo-. Expresó dudosa-.
-Y ese algo, me lo puedes contar-. Preguntó tomando la mano de la otra chica para darle seguridad-.
-Mmm…-. No sabía si decirle o no, en su mente se reprochaba por haber sido tan impulsiva, porque le habría dicho a Francis que era la novia de Kayle si eso no era cierto, no quería que la chica se enojara con ella, iba todo tan bien-. Hice algo impulsivo y puede que te molestes conmigo por eso-. Respondió aún insegura y bajando la mirada-.
-San…mírame-. A lo que la latina subió la mirada nuevamente-. Tú sabes que puedes decirme lo que sea-. Dijo con una voz apacible y comprensiva-.
-Está bien…cuando tú bajaste, sonó tu celular y tuve la intensión de bajar a entregártelo, lo prometo-. Dijo apretando un poco la mano de Kayle-. Entonces vi que era tu ex novia y no sé, supongo que no razone lo suficiente y…yo lo contesté-. Expresó con algo de angustia, que se fue calmando al ver que la expresión de la morena de ojos verdes no cambiaba no parecía molesta-.
-Esa no debe haber sido una conversación agradable-. Dijo sonriendo-. Porque si tú eres desagradable, ella lo es MUCHO más-. Añadió enfatizando en la última frase-.
-Eso no es todo…-. Prosiguió
-Te escuchó-.
-Comenzamos algo así como una discusión y ella me dijo unas cuantas idioteces y yo le dije que era tú novia-. Expresó en forma rápida y aguardando la reacción de Kayle quien podía molestarse por la mentira, pasaron unos minutos y ya los nervios se la estaban comiendo-. Puedes decirme algo, si estás molesta yo…lo entenderé-.
-Lo siento…estaba pensando-. Dijo con un semblante tranquilo-. No estoy molesta, solo, tengo una pregunta-.
-¿Cuál?-.
-¿Tú quieres ser mi novia?, o fue solo un impulso para defenderte porque conozco a Francis, ella puede realmente colmar la paciencia de cualquiera-.
-¿Es una proposición?, yo…o sea…-. Respondió nerviosa no se esperaba que la otra chica tuviera esa reacción-.
-Haber…no es una proposición inmediata porque nos estamos recién conociendo y como te dije antes, yo no voy a presionarte…solo quiero saber, si te imaginas las cosas así, digo en algún momento…si tu sientes algo lo suficientemente fuerte por mi…como para…-. Ya comenzaba a desvariar -.
-Entiendo-. Interrumpió la latina-. Y yo sé que nos conocemos hace muy pocos días, pero lo que siento por ti crece a cada momento, con tus cuidados y atenciones, nadie me había tratado así antes, y si soy muy impulsiva pero creo que en algún momento cuando ambas estemos listas, nos merecemos una oportunidad-. Señaló convencida y sosteniendo la mirada de la otra chica-.
-Tus palabras me hacen muy feliz…tú me haces muy feliz-. Dijo y se acercó para rozar los labios de Santana y después fundirse en un abraso-.
-Puedo preguntar algo yo ahora-. Dijo Santana sin soltar a la chica-.
-Claro-.
-De verdad no estás molesta por lo que le dije a Francis…ella sonaba algo herida después de escucharlo-. Sintió como Kayle se tensaba un poco en sus brazos y tomaron algunos centímetros de distancia-.
-No lo estoy, solo un poco sorprendida por su insistencia, ella nunca le rogo a nadie, ella era la reina de la escuela, y me asombra que siga buscándome, aunque después de esto no creo que lo haga-.
-¿Tú la quieres?, no tienes que mentirme…-. Preguntó la latina no estando segura de querer saber la respuesta-.
-No-. Expresó de inmediato-. Ella es parte de mi pasado ahora, y estoy siendo sincera, hay muchas cosas que ocurrieron después de que termináramos, cosas que me hicieron pensar que no quería volver nunca más a vivir de esa manera, hay muchas cosas que hice de las que me arrepiento, hay muchas cosas que tú no sabes de mi-. Respondió inclinando la cabeza en señal de vergüenza-.
-Tranquila-. Dijo acariciando la mejilla de la chica mientras una lágrima caía, nunca la había visto tan expuesta-. Cuando tu estés segura si quieres me contarás, y te aseguro que no cambiaran en nada lo que siento por ti, tú eres la Kayle que yo conozco y a la que quiero, no me importa lo que haya pasado antes-.
-Gracias-. Expresó sinceramente y acurrucando su cabeza en el hombro de Santana-. Lo único que puedo decir es que tú eres la única mujer que quiero conmigo ahora, aunque seas impulsiva y algo mentirosa-. Dijo soltando una risita-.
-¡Hey! Ella me provoco, nadie le dice corriente a Santana López-. Expresó con decisión y frunciendo el ceño-.
-Lamento haberme perdido esa conversación, debe haber sido ÉPICO-. Enfatizó y se levantó de la cama-. ¿Qué quieres hacer ahora?-.
-No sé…no tengo sueño aún-.
-Podemos ver una película y comer los bocadillos-.
-Buena idea-.
-En ese mueble esta mi colección, hay de todo un poco, elígela tú mientras me cambio el pijama en el baño-. Dijo-. Ahh… y San, no contestes mi teléfono otra vez-. Expresó en tono de burla antes de entrar-.
-Graciosa-. Expresó frunciendo el ceño-.
Se acomodaron una abrazada de la otra, a ver la película y después se mantuvieron casi en la misma posición para dormir. Santana sentía que la vida la estaba dando otra oportunidad para enamorarse, aunque en sus pensamientos aún existía cierta rubia, que por más que se decidía a olvidar, seguía vagando por alguna parte de su cabeza.
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Quinn comenzó a ordenar un poco el desorden que había quedado en su casa después de que todos se fueron, junto con Rachel que como habían acordado pasaría la noche ahí con ella.
-¿Te pasa algo?-. Preguntó Rachel, ya que la rubia no le había hablado casi nada desde que estaban solas-.
-Nada-. Respondió secamente mientras seguía dándose algunas vueltas antes de dormir-. Si quieres vas a mi habitación mientras termino-.
-Ok, te esperó ahí-. Dijo la chica no tan convencida puesto que notaba que algo le pasaba a la rubia-.
Cuando Quinn se quedó sola no hacía más que dar vuelta una y otra vez a las palabras que Brittany le había dicho, que ella nunca había querido a nadie y pese a que su amiga estaba borracha no dejaba de tener razón, si analizaba sus anteriores relaciones, no había sido capaz de terminar nunca bien con alguien, a Finn lo engaño con Puck, y con esté en realidad nunca funcionaron las cosas, después Sam a quien engaño con Finn y así, no era capaz de ser fiel, y sinceramente nunca había podido enamorarse, quien le aseguraba que no le haría lo mismo a Rachel. Fue a su habitación y se encontró con la otra chica usando una de sus camisetas y un short.
-Sigues extraña, quieres decirme que ocurre-. Preguntó nuevamente la castaña con una expresión de preocupación en su rostro-.
-No pasa nada en serio, son solo cosas que he estado pensando-. Contestó Quinn acercándose más a la chica hasta estar frente a frente-.
-Puedes compartir esos pensamientos-.
-¿Tú confías en mí?-. Dijo de repente-. Porque dado mi historial debe ser difícil hacerlo-
-Por supuesto que sí, pensé que ya habíamos hablado de eso-. Respondió
-Sí, pero lo hablamos cuando éramos amigas y con lo que ha pasado hoy, mi pregunta va en otro sentido, quiero decir como estas segura que no te hare daño-. Expresó insegura-.
-No lo sé-. Dijo con su templanza característica-.
-Entonces…
-Toda relación tiene riesgos, toda persona puede dañarte, pero uno elige si arriesgarse o no y yo por ti estoy dispuesta a arriesgarme-. Señalo con seguridad y sosteniendo sus ojos marrones el los verdes de la chica-.
-Yo no quiero lastimarte, eres la persona más dulce que he conocido y no me perdonaría si te lastimara ya lo hice lo suficiente en el pasado-. Expresó sollozando-.
-Lo sé y lo que haya ocurrido en el pasado ya no existe para mí-. Dijo abrazando a la chica para calmarla-. Y sinceramente no sé qué es exactamente lo que hay entre nosotras, pero puedo asegurarte que confió en ti y lo que siento nunca lo había sentido con nadie-.
-Es por eso, lo que siento por ti es especial y no quiero echarlo a perder, ni dañarte-. Exclamó con la voz entrecortada y aferrándose más a la muchacha-.
-No lo harás… ¿confías en mí?-. Preguntó ahora la castaña-.
-Si-.
-Entonces tienes que creerme y yo no voy a dejar que nada eche a perder lo que tenemos, sea lo que sea-. Expresó con seguridad y secando con su dedo pulgar las lágrimas de la rubia, y dejando espacio pero para que esta vez se fundieran en un beso que era la promesa de que dejaban el pasado atrás y se cuidarían la una a la otra.
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La luz comenzaba a filtrarse por los pequeños espacios que dejaban las cortinas y un rayo le daba justo en sus ojos, por lo que de mala gana comenzó a abrirlos. Todo se veía borroso, tenía un dolor de cabeza profundo y no recordaba cien por ciento todo lo ocurrido la noche anterior, pero una imagen era la que no podía olvidar, no había sido una pesadilla sino una cruel realidad, su Santana besándose con Kayle. Tomó la sábana e intentando sacar su rabia, la tiro hacía arriba hasta cubrir su rostro por completo. Como ocurrió eso, en que momento, al parecer se había dado cuenta demasiado tarde. Sus ojos se volvieron cristalinos otra vez y lloraba de impotencia, tenía que hacer algo, pero ese “algo” que debía hacer iba a dañar a otra persona, a la persona que se había mantenido a su lado a pesar de todo, iba a dañar a Artie. No era eso lo que deseaba, hacerlo sufrir, pero ya se le estaban acabando los opciones y la única manera de recuperar a Santana era demostrándole que quería estar solo con ella, aunque ahora no estaba tan segura de que la latina quisiera estar con ella. Ese pensamiento la hiso volver a sollozar.
-Cariño… ¿estás bien?-. Era su madre quien le tocaba la puerta-.
-Si-. Expresó con dificultad, por lo que no logro engañar a su madre, quien entró a su habitación-.
-¿Qué sucede?-. Preguntó con preocupación la señora Pierce, dado que su hija se cubría el rostro con la sábana y podía escuchar los sollozos-.
-Nada…yo solo… no puedo… dejar de llorar-. Contestó entrecortado-.
-Pero cariño…debe haber una razón para que estés así-. Dijo, y retiro con cuidado la sábana para ver el rostro de su hija, la que acurruco su cabeza en sus piernas-.
-Si hay una razón…estoy perdiendo al amor de mi vida-. Expresó y al pronunciar esas palabras sus sollozos fueron más fuertes, era primera vez que lo decía en voz alta-.
-¿Qué quieres decir con eso Brittany?-. Preguntó su madre mientras le acariciaba el cabello-. Porque no estoy segura que estés hablando de Artie, ya que llamó y todo parecía normal-.
-No es Artie-. Susurro, sus palabras fueron a penas audibles-.
-Entonces…quieres decirme de quien se trata o tendré que adivinar, porque si es así no es muy difícil-. Expresó la mujer, convencida por toda la relación que había visto entre su hija y cierta latina-.
-¿Tú….lo sabes?-. Dijo Britt levantándose bruscamente del regazo de su madre para mirarla a los ojos-.
-Es Santana no es verdad-. Esa no fue una pregunta sino una afirmación-.
-Como…yo…nunca…-. Balbuceó la bailarina-.
-¿Cómo lo sé?...no es muy difícil darse cuenta, hija, tú no la miras como una amiga y ella tampoco a ti, constantemente buscan tocarse o rozarse, ustedes nunca pueden estar separadas, ya es casi natural para mi verte con ella, incluso más que con Artie-. Respondió la mujer con calma-.
-¿Y no te molesta?...ella es una chica y yo también-. Preguntó la rubia con un poco más de calma-.
-Yo solo quiero que estés con alguien que te haga feliz, independiente de que sea hombre o mujer, tú siempre tendrás mi apoyo Brittany-. Contestó dejando caer una lágrima, no de tristeza ni de decepción, sino de emoción-. Y si es Santana la persona que amas, lo único que te puedo decir es que luches por ella-.
-Gracias mamá-. Dijo y se abalanzo a los brazos de su madre-. Pero no sé si ella aún quiera estar conmigo, lo eche todo a perder, ni siquiera me habla-. Añadió con desesperación-.
-¿Que ha pasado?, es imposible que ella te deje de querer-.
-San se me declaró hace un par de semanas, y yo la rechace por estar con Artie, él ha sido bueno conmigo y yo no le quería hacer daño, entonces esta otra chica apareció y no se despega de ¡mi Santana!, y anoche yo las vi besándose-. Con esto último sus lágrimas no dejaban de correr-.
-Britt…cariño-. Dijo la mujer secando las lágrimas de su hija-. Si es a Santana a quien quieres, debes terminar con Artie, tampoco es justo para él que tú sigas su relación si amas a otra persona-.
-Lo sé…pero que pasa si Santana ya me olvido y también pierdo a Artie, no lo podré soportar-.
-Hay veces en la vida que uno tiene que arriesgarse, además estoy segura que Santana aún te quiere, solo está dolida, tienes que reconquistarla y demostrarle que solo tú puedes hacerla feliz-.
-Eso haré, muchas gracias mamá, sobre todo por no juzgarme por amar a Santana-.
Esa conversación le dio a Brittany la seguridad y valentía que necesitaba para terminar con Artie y luchar con todo para que el corazón de Santana siguiera siendo suyo y de nadie más.
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Rachel se despertó con un aroma a café recién hecho, y cuando abrió los ojos lo primero que vio, fue una atractiva rubia con una bandeja en la mano, en donde traía un rico desayuno para ambas.
-Por qué no me despertaste -. Preguntó la castaña con la voz aún somnolienta-.
-Te veías demasiado hermosa-. Respondió sonriendo y sentándose al lado para poner la bandeja al medio de ambas-.
-Gracias-. Respondió coquetamente-.
-¿Dormiste bien?-.
-Sí, creo que nunca había dormido tan bien antes-.
-¿Y a qué se debe eso?-. Dijo la rubia acercándose hasta estar a milímetros de distancia-.
-Porque nunca dormí en tus brazos antes-. Respondió y un breve roce de labios rompió la distancia-.
-Eres tan dulce-. Expresó y se alejó para seguir disfrutando del desayuno-.
-Hay algo de lo que quería hablarte-. Dijo Rachel de repente-.
-¿Sobre qué?-.
-Te diste cuenta como se puso Britt cuando Kayle le cantó a Santana, porque si bien estuve concentrada mirándote a ti, era imposible no darse cuenta de que la otra chica le cantaba a Santana, por lo que es lógico que algo pasa entre ellas-.
-Yo no sé nada-. Se apresuró a decir Quinn
-Me estás mintiendo, lo sé-.
-No lo hago-.
-Si lo haces, corriste la mirada, tu voz tiembla levemente y haces eso con tu nariz cuando mientes-. Expresó Rachel muy segura de lo que decía-. Pero lo entiendo, si no quieres decirme-.
-No es que no quiera-. Dijo la rubia sorprendida por el grado de conocimiento que la otra chica estaba demostrando acerca de su persona-. Me prometes que no dirás nada, tú sabes cómo es Santana y esto creo que solo lo saben las involucradas y yo-.
-Prometido-.
-Santana y Brittany, no solo son mejores amigas, ellas tenían algo así como una
relación, aunque Santana siempre dijo que era solo sexo y cuando se dio cuenta que tenía sentimientos por Britt, ella prefirió quedarse con Artie, entonces San se sintió muy mal y apareció Kayle a quien le gusta mucho Santana y le está sacando a Britt de la cabeza, pero anoche hable con Britt y me dijo que amaba a Santana y en realidad no sé qué va a pasar-.
-Woooaaw, ¡esto es mejor que las obras de Broadway!, la verdad yo siempre pensé que entre Britt y Santana había algo más pero nunca me atreví a preguntar por miedo a su reacción, ya tengo cada día a Santana torturándome con eso es suficiente-. Dijo la castaña impresionada-.
-Creo que Santana va a tener una dura elección si Britt termina con Artie, porque Kayle está decidida a conquistarla y tiene mucho a su favor-.
-No lo creo, Santana es de Britt, siempre ha sido así y no creo que ninguna chica pueda cambiarlo-.
-No estoy segura, Kayle tiene muchas cualidades, es hermosa, simpática, inteligente, tiene clase, y ha demostrado que es capaz de hacer cosas románticas por amor, cualquier chica se enamoraría de ella-. Expresó la rubia, sin darse cuenta de la reacción que habían causado sus comentarios-.
-Si Kayle es tan perfecta deberías estar sirviéndole desayuno a ella-. Dijo la castaña al momento que se levantó con indignación y entró al baño de la habitación de Quinn-.
-¡Hey! Rachel…no te puedes enojar, fue solo un comentario-. Decía la rubia quien había tardado en reaccionar y ahora se encontraba en la puerta-. Abre…no seas tan exagerada, por favor-.
-Me lavo los dientes, puedes esperar o sino ve a buscar a tu socialité que tantas cualidades tiene-. Gritó la pequeña diva desde el otro lado-.
-Vamos, no quise que sonará así, solo sal para que hablemos-.
-Te faltó alguna cualidad que resaltar, como que es la heredera de una de las fortunas más grandes de los Estados Unidos, o no sé, porque pasan tanto tiempo juntas que tal vez tu podrías decirme algo que desconozco-. Siguió gritando la chica aunque ahora con la puerta abierta-.
-Wooow…estás siendo realmente dramática, lo sabes, fue solo un comentario Rachel, no es para que hagas toda esta escena de celos, no tiene ningún sentido-.
-¡No estoy siendo dramática!, no me gusta como hablas de ella-. Respondió agitada, pero antes que se diera cuenta, Quinn la había puesto contra la pared y comenzaba a besarla en forma apasionada, y aunque se resistió al principio no le quedó más que rendirse a los besos y caricias de la rubia-.
Quinn como una medida desesperada para que dejara de gritarle, la tomo fuerte y la beso descontroladamente, comenzó forzadamente pero todo se fue volviendo cada vez más ardiente, sus manos habían adquirido vida y acariciaban desde el muslo, subiendo por la cadena, su abdomen, quería conocer cada centímetro de aquella hermosa y en ocasiones molesta chica, la volvía loca su aroma, sus curvas, sus labios, ¡todo! y quería demostrarle que no había nadie más para ella.
-Creo… que…entendí el mensaje-. Dijo Rachel con la voz entrecortada y separándose unos centímetros, ya que el aire comenzaba a faltarle-.
-Solo me interesa una chica y esa eres tú-. Susurró la rubia en el oído de la chica, lo que lo hacía sonar muy sexy-.
-Lo siento…yo soy muy insegura y cuando te veo pienso que cualquier chica o chico quisiera estar contigo-.
-Eres hermosa Rachel, no podría querer estar con nadie más-. Dijo tomando una distancia y mirándola a los ojos-.
-Nunca dudaré de eso e intentaré no ponerme celosa de Kayle u otra chica-. Expresó con una sonrisa-.
-Mmm…no lo sé, creo que eres muy sexy cuando te pones celosa, me produjo muchas cosas-. Dijo seductoramente y le daba pequeños besos por el cuello-.
-Quinn Fabray si sigues haciendo eso no respondo de mí-.
-Tal vez eso quiero, que no respondas de ti-. Dijo y siguió besando a la castaña-.
-O tal vez, deberíamos tomarnos esto con más calma, no es que no me guste tenerte tan cerca de mí…solo-.
-Lo entiendo-. Interrumpió la rubia-. Quieres que nos conozcamos más y es lo correcto-. Se separó unos centímetros-. ¿Y pasas el día conmigo?-.
-Es un buen comienzo, ahora me iré a duchar-. Respondió y antes de entrar otra vez al baño deposito un casto beso en los labios de la otra chica-.
Ese día fue todo muy intenso, hablaros, se besaron, se acurrucaron viendo musicales, si Quinn Fabrey cediendo solo para sacar una sonrisa de los labios de Rachel, era extraño pero se sentía bien, se sentía demasiado bien el solo hecho de estar en compañía una de la otra. Pasaron las horas y no se cansaban de tenerse cerca, era natural y aunque poseía personalidades radicalmente diferentes, se complementaban casi a la perfección.
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Santana había despertado y esta vez la chica estaba a su lado, sin necesidad de abrir los ojos ya lo sabía, había sentido ese calor que provenía de todo el cuerpo de Kayle, quien la abrazaba por la espalda dando la sensación de querer quedarse para siempre en esa posición, se sentía cómoda ahí, entre esos brazos que la protegían.
Cuando ambas chicas ya estaban despiertas, una de las señoras del personal de servicio, les toco la puerta, diciendo que ya les traía el desayuno, prefirieron tomarlo ahí ya que los padres de Kayle, le dejaron el mensaje de que habían salido y regresarían para almorzar.
Kayle, estaba recostada mirando el techo, mientras Santana se duchaba, el tiempo había pasado demasiado rápido para su gusto y ya debían prepararse para bajar a almorzar con sus padres. Pensaba en cómo habían cambiado las cosas, era todo tan diferente cuando estaba con su latina, si aún tenía miedo, pero todo comenzaba a disiparse, y prefería sentir eso, que volver a como estaba cuando recién había llegado a Lima, ahí simplemente estaba destrozada. Cuando sintió que la puerta se abrió fijo su mirada en la hermosa morena, ella era la única responsable de que sintiera que cada trozo de su corazón estaba volviendo a su lugar.
-¿Por qué me estás mirando así?-. Preguntó la latina con una sonrisa-.
-¿Así como?-. Contestó con esa misma expresión embobada-.
-Así como si no pudieras despegar los ojos de mí-. Dijo acercándose a la chica, se sentó a su lado, mientras Kayle seguía recostada-.
-A veces no puedo dejar de mirarte, ¿te da miedo?, ¿muy acosador de mi parte?-.
-Me gusta cuando me miras así, como si no hubiera nadie más en el mundo para ti-.
Expresó y continúo acercándose hasta estar a centímetros del rostro de la chica-.
-Es que no hay nadie más para mí, mis ojos solo reflejan lo que siento-. Susurró y de una vez rompió la distancia, con un cálido beso, que fue creciendo en intensidad y pasión.
Kayle estaba con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, y Santana dejándose llevar por el deseo que sentía, tomo a la chica sin dejar de besarla y puso una rodilla a cada lado de la cadera de Kayle, quedando frente a frente. La morena de ojos verdes, siguió besándola aunque el aire comenzara a escasearle, tomaba a la latina con fuerza de la cintura y la acariciaba demostrando posesión, no podía creer que tuviera a esa mujer en sus brazos y deseándola como ella la deseaba, era un sueño.
Un repentino y desafortunado golpe en la puerta las hiso separase en forma brusca, puesto que este golpe fue acompañado por la voz del padre de Kayle quien había subido a buscarlas para el almuerzo, cuando el hombre entro la situación en la que se encontraban ya no era tan “comprometedora”.
-Kay, Santana, está listo pueden bajar-. Dijo el hombre abriendo la puerta y encontrándose con dos incomodas chicas que parecían agitadas, él lo noto pero no dijo nada al respecto-.
-Si bajamos de inmediato-. Dijo Kayle forzando la voz para que sonara casual-.
-Las esperamos-.
Después de estar cerrada la puerta, ambas se miraron y no pudieron evitar comenzar a reír, eso había estado muy cerca.
-Eso fue peligroso-. Expresó Kayle-.
-Peligroso pero excitante-. Contestó la latina quien se acercaba otra vez a la chica-.
-Creo que es mejor que bajemos, porque si te sigues acercando así, voy a besarte otra vez y no sé cómo termine-. Dijo levantándose de la cama para ir en dirección a la puerta-.
-Está bien, aunque preferiría estar haciendo otra cosa en este momento-. Expresó siguiendo a la chica rumbos al salón.
El almuerzo fue tranquilo, los padres de Kayle eran agradables, sobre todo Ben, quien hacía que Santana se sintiera integrada en la familia, lo hacía porque sabía los sentimientos que tenía su hija por esa morena y no quería decir nada que pudiera interferir con lo que estuviera pasando entre ellas, conocía a Kayle y sabía que su hija era decidida cuando alguien le interesaba. Además Santana le parecía una buena chica, era hermosa de eso no había duda, y tenía algo especial, era muy distinta a Francis y eso ya era algo muy positivo, él nunca aprobó a la ex novia de su hija, siempre pensó que estaba con Kayle por todo lo que el apellido Carpentier significaba, aparte de eso, vio sufrir demasiado a su hija por esa mujer, pensó que no recuperaría y verla ahora tan feliz lo hacía sentir satisfecho.
Después de terminado el almuerzo, decidieron que sería bueno salir de la casa, por lo que Santana se despidió de los padres de Kayle.
-Entonces ¿A dónde vamos?-. Preguntó Kayle al salir de la casa con dirección al auto-.
-No lo sé, solo quiero estar contigo-. Respondió la latina con naturalidad-.
-Te das cuenta que cuando me dices cosas como esas haces que vaya creciendo todo lo que siento por ti-. Expresó subiéndose ya al vehículo-.
-Tú me cantaste, sabes lo que eso significa para alguien que pertenece al coro, además fue frente a todas mis amigas, así que puedo seguir diciéndote lo que quiera-. Señalo convencida
-Creo que no podría estar en contra de escucharte que no te importa donde estemos mientras estemos juntas, podría acostumbrarme a esta Santana López algo cursi-. Dijo sonriendo-.
-De verdad quieres hablar de quien ha sido más cursi, porque creo que tu imagen de chica rebelde quedaría en el olvido-. Expresó sarcásticamente-.
-Ok. Entendí-. Dijo sonriendo-. Entonces busquemos donde pasar la tarde-.
Primero se dirigieron al parque, caminaron de la mano, Kayle bajo una de sus cámaras fotográficas por lo que le sacó muchas fotos a la latina aunque ella se negara, y también de ambas, había sido una tarde perfecta, en realidad desde la noche anterior que todo entre ella, iba demasiado bien.
-Creo que ya es hora de regresar a casa-. Dijo Santana, ya que desde el día anterior no estaba ahí, y al otro día había clases.
-Y qué pasa si me niego a devolverte a tu casa, ¿podría secuestrarte?-. Exclamó la chica de ojos verdes-.
-No creo que sea una buena idea, al cabo de unos días estarías tan harta de mí que ni siquiera pedirías rescate-. Respondió la morena siguiéndole el juego-.
-Mmm…puede que tengas razón…aunque en mi cabeza tengo muchas cosas que haría contigo si te secuestrara-. Expresó en forma insinuante-.
-¡Kayle Carpentier!, ¡tienes una mente muy sucia!-. Exclamó dándole un pequeño golpe en el hombro de la chica-.
-Yo no especifique que cosas, así que tú las estás imaginando, ¿Quién es la de la mente sucia?-.
-¡Eres tú!, aunque no te culpo soy demasiado sexy para alguien pueda resistirse-. Dijo haciendo un guiño muy sensual-.
-Esa es una de las cosas que más me gusta de ti, tu humildad-. Expresó la chica soltando una risita-.
El resto del trayecto, siguió de esa misma forma, entre algunas bromas, uno que otro roce entre sus manos, y miradas que expresaban felicidad. Cuando llegaron al frente de la casa de Santana ninguna quería separase de la otra.
-Nos vemos mañana, paso por ti como todos los días-. Expresó Kayle-.
-Estaré esperándote como todos los días-. Respondió la morena-.
Se abrazaron para despedirse, y un rápido beso para que no las fueran a sorprender de nuevo.
-Buenas noche y que duermas bien-. Se despidió Santana-.
-Buenas noches y te llamo más tarde para ver si te gusto la sorpresa-.
-¿Qué sorpresa?-. Preguntó con una expresión de confusión en su rostro, que podría ser si Kayle pasó todo el día con ella en que tiempo iba a preparar algo-.
-Debe estar en tu habitación, es solo un detalle, nos vemos mañana-. Arrancó el auto antes de que la latina pudiera hacer más preguntas.
Santana entró a su casa con la emoción que tiene una niña de cinco años la mañana de navidad, Kayle le había dicho que era un detalle, pero aun así quería saber. Entró tan rápido a su casa que su madre intentó interceptarla para advertirle de la presencia de alguien que la estaba esperando pero no la escuchó, solo murmuro un “bajo en un momento”, quería pronto entrar a su habitación para descubrir la sorpresa, pero cuando abrió la puerta, frenó en seco, y su corazón comenzó a latir más rápido, definitivamente no se esperaba eso.
Al lado de un hermoso ramo de orquídeas de color amarillo, envueltas en un fino papel, que se encontraban encima de su cama, estaba una rubia aún más hermosa esperándola, definitivamente Kayle le tenía una sorpresa, pero sospechaba que Brittany no era parte de lo que chica había planeado.
-¿Qué haces aquí?-. Preguntó entre sorprendida y molesta Santana-.
-Rompí con Artie-.
__________________________________________
BUENO CHICUELAS....ESPERO QUE LES GSUTE ESTE CAPITULO...RECUERDO QUE ESTE FIC NO ES MIO ES DE UNA EXCELENTE ESCRITORA ...DANYA....ASI QUE BUENO APLAUSOS PARA ELLA....ESPERO LES GUSTE ES CAPITULO...Y ESPERO CON SUS COMENTARIOS PARA VER SI SIGO PUBLICANDO ESTA HISTORIA...ABRAZOS Y BUENAS VIBRAS
atercio********- - Mensajes : 650
Fecha de inscripción : 02/04/2012
Edad : 32
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
me dejaste sorprendida!!!
rayos!!
pero la verdad Kayle no me cae nada mal me gusta mucho y tambien la relacion que tiene con santana!!!
ammm no se que decir
brittany ya termino con artie pero no creo k el orgullo de santana y kayle se la dejen tan facil a britt
ya quiero ver que pasa
por cierto como cuantos capitulos son??
jejej curiosidad
rayos!!
pero la verdad Kayle no me cae nada mal me gusta mucho y tambien la relacion que tiene con santana!!!
ammm no se que decir
brittany ya termino con artie pero no creo k el orgullo de santana y kayle se la dejen tan facil a britt
ya quiero ver que pasa
por cierto como cuantos capitulos son??
jejej curiosidad
ana_kunis******* - Mensajes : 420
Fecha de inscripción : 27/02/2012
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
http://www.gleeklatino.com/t15011-heya-una-historia-diferente?highlight=heya
Invitado- Invitado
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Nueva lectora!
wow he de decir que esta historia me tiene en un total debate y que si no fuera porque britt y san son perfectas juntas, estaría totalmente de acuerdo con que se quedara con kayle... pero bueno,veremos que pasa! sigue con ello! ^^
besos!
wow he de decir que esta historia me tiene en un total debate y que si no fuera porque britt y san son perfectas juntas, estaría totalmente de acuerdo con que se quedara con kayle... pero bueno,veremos que pasa! sigue con ello! ^^
besos!
TheGirlOnFire**** - Mensajes : 183
Fecha de inscripción : 08/07/2012
Edad : 30
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Hola :DD solo queria decirte q aqui tienes una lectora fiel :) aveces no tengo tiempo de comentar pero he leido estos 5 capitulos y me encanto la historia *_* tienes q seguirlo por favor !!!! jajajaj
byee :** espero la actualización con ansias!!
byee :** espero la actualización con ansias!!
wiwigleek* - Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 03/04/2012
Edad : 30
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Por dios este capitulo me mato aanjdjhfds soy fiel a brittana pero no te puedo negar que kayle me cae muy bien, por fa no las vayas a terminar enemistando porque se que brittany quedara con santana continualooooooooooooooooooooooooooo
keymaris**** - Mensajes : 159
Fecha de inscripción : 21/08/2012
Edad : 30
Re: [Fic]Sanando el Corazón: Capitulo Veintisiete: "Es lo mejor" 23/1/13
Capitulo Seis: "Enredos y Complicaciones"
Santana, abrió y cerró la boca un par de veces sin emitir palabras, ¿no era lo que había estado esperando?, que Brittany terminara con ese perdedor y se quedara con ella, pero porque no se sentía satisfecha entonces, que podría haber cambiado.
-¿Eso no responde mi pregunta?-. Expresó la morena en forma inexpresiva, tenía muchos sentimientos encontrados-.
-Vine porque quiero estar contigo y solo contigo, te amo Santana López-. Dijo la rubia tomando ambas manos de la morena que no pronunciaba palabra-. Lo siento si te lastime, pero ahora podemos estar juntas como tú querías-. Añadió la rubia con lágrimas de emoción en sus ojos-.
-Britt…yo…estoy confundida-. Dijo en un tono bajo, ya que no estaba segura de sus palabras, tomo una distancia de la rubia y fijo su mirada en el hermoso ramo de orquídeas que suponía eran de Kayle, se acercó y tomo la tarjeta-.
-Es por ella no es verdad… ¡¿Qué acaso ya no me quieres?!-.Preguntó con una voz que denotaba desesperación, al ver que la morena al frente no le respondió, y solo se limitaba a leer la tarjeta que tenía en sus manos-.
Santana, no pudo evitar esbozar una sonrisa al leer las palabras tan amorosas que Kayle había estampado en la tarjeta “Gracias por una noche mágica, y por darme la oportunidad de pasar mis días a tu lado” K. Ahora si sentía que su cabeza iba a explotar, por un lado la morena de ojos verdes que la había hecho sentir viva otra vez y por otro la rubia que había sido su mejor amiga y su primer amor. Salió bruscamente de sus pensamientos cuando Britt le arrebató con algo de ira la tarjeta de la mano.
La rubia leyó atentamente cada palabra y todos sus celos salieron a la luz.
-¡Dormiste con ella!-. Gritó la rubia un tanto descontrolada-. ¡Respóndeme!-.
-No…o si, no es lo que te estás imaginando-. Respondió la morena con una extraña calma que no era característica en ella-. Solo me quedé anoche en su casa, nada más pasó-.Con esto se sentó en un costado de la cama-.
-No has respondido mi pregunta…San… ¿aún me quieres?-. Preguntó la rubia un poco más tranquila con la aclaración de Santana, pero nerviosa por la respuesta-.
-Por supuesto que te quiero, Britt-. Murmuro la latina fijando su mirada en la rubia-.Solo que algunas cosas han cambiado-.
-¿Ya no quieres estar conmigo?-. Preguntó la rubia con un nudo en la garganta-.
-Es complicado-.Expresó Santana, no quería herir a la rubia, pero tampoco quería mentirle-.
-Es complicado por Kayle, ¿no es verdad?, yo…las vi besándose anoche-. Añadió la rubia sin poder detener las lágrimas-.
-Tú… ¿nos viste?-. Dijo sorprendida, no esperaba eso-. Yo no quiero lastimarte, pero tampoco a Kayle.
-Lo entiendo, yo te rechacé, me equivoque, pero quiero que sepas que estoy dispuesta a luchar por ti-. Expresó decidida la rubia-.
-Britt…yo… te quiero eso nunca va a cambiar, eres mi mejor amiga, pero necesito tiempo para aclarar mi mente, todo esto ha ocurrido muy rápido…no sé qué hacer-. Exclamó Santana, estaba siendo sincera quería a esa chica pero también quería a Kayle-.
-Solo yo puedo hacerte feliz y te lo voy a demostrar-. Dijo recordando las palabras de su madre-.
-Por favor Britt…estoy realmente confundida ahora-. Expresó, percibiendo el aliento de la rubia muy cerca de ella, y unos brazos que la tomaron por la cintura con fuerza-.
-Dime que no quieres besarme-. Y al no recibir una respuesta concreta a eso, cerró el espacio entre ellas, con un cálido beso, la tomo con fuerza y disfruto de ese sabor a cereza que siempre tenían los labios de su latina, quiso profundizar más ese beso pero Santana la detuvo-.
-Britt…por favor-. Repitió la morena-. Mejor te vas y hablamos mañana, tengo mucho que pensar-.
-Está bien-. Aceptó con decepción la rubia-. Nos vemos mañana en la escuela-.
Santana se quedó mirando fijamente como la rubia se alejaba y cerraba la puerta tras de sí, la sensación era muy diferente a la última vez que eso había ocurrido, ahora no estaba destrozada ni tenía necesidad de ahogar sus penas en alcohol. Sin embargo, esa sensación era también agobiante, porque verdaderamente no sabía qué hacer. De alguna forma Kayle se había ido ganando un lugar en su corazón, lo sabía porque cada vez que estaba cerca de la chica todo parecía ir bien, le daba confianza y siempre lograba hacerla sonreír. Pero su Britt, era su dulce niña, la que pensó era su otra mitad, cuanto tiempo había soñado con que las dos pudieran estar juntas, con tomarle la mano en público y decirle a todos que esa hermosa chica era suya y de nadie más. Intentaba poner en una balanza, pero no podía, era como si su corazón estuviera partido en dos mitades iguales, que pertenecían una a cada chica. Se daba vueltas por su habitación caminando de un lado para otro, y no pudo evitar casi dar un salto, puesto que su celular sonó y eso la sacó abruptamente de la gran batalla que libraba dentro de sí.
-Hola bonita-. Saludó amorosamente en la otra línea Kayle-.
-Hola-. Respondió sin mucho ánimo la latina
-Por el tono de voz creo que no te gustó la sorpresa, yo pensé que…
-Son hermosas-. Interrumpió la latina-. Me encantaron, y también me gusto lo que escribiste en la tarjeta-. Dijo con un poco más de ánimo-.
-Por un momento me asuste-. Exclamó con alivio-. ¿Qué ocurre entonces?, y no me digas que nada, porque he aprendido a distinguir tus tonos de voz-. Añadió segura-.
-Cuando llegue a la casa estaba Brittany esperándome en mi habitación-. No quería mentirle, Kayle no se lo merecía-. Vino a decirme que rompió con Artie y que quería estar conmigo-.
-Ya veo-. Kayle sintió un dolor en pecho, que iba creciendo y le impedía respirar normalmente, su mayor miedo se hacía realidad-. ¿Y qué le respondiste?-. Murmuro porque su voz no salía-.
-Que estaba confundida…las cosas han cambiado, ya no es la única a quien quiero-. Explicó con un tono pausado-. ¿Estás ahí?-. Preguntó, puesto que no recibía respuesta de Kayle
-Sí, estoy aquí…yo creo que mejor hablamos mañana, debes estar cansada y con muchas cosas en las que pensar-. Expresó con un tono que Santana no había oído antes-. ¿Quieres que pasé por ti mañana?-.
-En eso habíamos quedado, no por esto las cosas han cambiado Kayle-. Dijo la latina intentando darle seguridad a la otra chica-.
-Las cosas han cambiado San, pero hablaremos mañana, que duermas bien-.
Santana quedó con el teléfono y no alcanzó a decir adiós, nunca había escuchado a Kayle así, sonaba herida, con miedo o como si sus temores se hicieran realidad, eso le produjo un extraño sentimiento, y recordó que esa chica ya había sufrido por amor antes, y cuando se conocieron juntas se habían ido curando las heridas del pasado.
Ya no quería pensar más había sido suficiente por un día, necesitaba dormir y despejar la mente, la esperaba un día complejo por decir lo menos.
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Kayle manejaba su auto hacía la casa de Santana, como cada día lo había hecho desde que llego a Lima, pero algo era diferente, estaba nerviosa, sentía aún esa punzada en su pecho que le advertía que algo no andaba bien, y era lógico. Desde que conoció a Santana y está le contara su fallida historia de amor con Brittany, tuvo ese miedo, porque desde el primer momento que vio a la latina supo que ella le hacía sentir algo especial y tuvo miedo, porque sabía que al momento que la rubia se decidiera por Santana sus posibilidades disminuirían considerablemente, como podía competir con ella, con el primer amor de su latina, sólo pensaba que ojala eso hubiera pasado antes, cuando no tenía tantos sentimientos por Santana, y no justo ahora que sentía había entregado ya gran parte de su corazón.
Se sentó en el capot de su auto con el café de Santana, y esperó a que saliera, fueron minutos, pero se sintieron años, solo pensaba que fuera lo que fuera que pasara, lo respetaría, porque como le dijo una vez a Santana, ella solo quería que fuera feliz.
-Hola-. Saludó la latina-.
-Hola-. Respondió intentando sonar normal-. ¿Qué tal dormiste?-.
-Bien…al parecer un poco mejor que tú-. Expresó al notar las visibles ojeras que tenía la chica-.
-No pensé que se notaran tanto-. Se miró en el espejo del automóvil y después de inspeccionar su aspecto decidió sacar sus lentes de sol-. Mucho mejor-.
El trayecto fue incómodo, algo que nunca había ocurrido, siempre se daba la conversación en forma fluida, pero ahora ninguna esbozaba palabra. Santana notaba que la otra chica estaba nerviosa, y entendía por qué.
-Detén el auto-. Ordenó la latina-.
-¿Qué? ¿Para qué?-.Contestó sorprendida ante la orden de la chica
-¡Solo detenlo!-. Repitió-.
-Ok-. Obedeció-.
-Entiendo que te sientas amenazada de alguna forma, por todo lo que dije que ocurrió anoche, pero quiero que sepas que eso no cambia en nada lo que yo siento por ti-.
Expresó Santana tomando la mano de Kayle para que creyera sus palabras-.
-Y yo te dije que no te iba a presionar, menos ahora, estás confundida y lo entiendo, y quieras o no, las cosas han cambiado…y si tú quieres aceptar la propuesta de Britt, yo no voy a interferir-. Dijo sinceramente y corriendo la mirada de los ojos de la latina-.
-Eso…no es lo que quiero, solo necesito un tiempo para aclarar mi mente, pero no te quiero lejos de mí, quiero que sigamos conociéndonos como hasta ahora, a no ser que tú no quieras y también lo entenderé-. Volvió a tomar la mano de la chica-.
-Estoy de acuerdo-. Dijo esbozando una sonrisa-. Solo te pido que siempre seas sincera conmigo, quiero saber lo que sea, aunque pueda dolerme-. Pidió-.
-Te lo prometo, es lo menos que te mereces-. Expresó Santana, acercándose para sellar esa promeso, con un tierno beso-.
-Ahora es mejor que nos vamos a la escuela, sino llegaremos tarde-.
La conversación ayudo para que ambas se sintieran más tranquilas, el resto del trayecto fue todo más cómodo y hablaron como siempre lo hacían, aunque ninguna podía evitar tener dudas acerca de lo que les esperaba. Al llegar se encontraron con Quinn y Rachel que venían muy felices sin despegar la mirada la una de la otra.
-Hola Quinn…Berry-. Saludó la latina-.
-Santana-. Saludaron al unísono-.
-Chicas-.Dijo Kayle a modo de saludo-.
-Kay-. Respondió Quinn amablemente, y fijo una mirada en Rachel que todavía no sentía mucho agrado por la morena de ojos verdes, pero también respondió al saludo-.
-¿Y qué tal su fin de semana?-. Preguntó Kayle-.
-Increíble, realmente lo pase muy bien-. Contestó la rubia con una sonrisa coqueta-.
-Veo que no perdieron el tiempo-. Exclamó Santana con una mirada insinuante-.
-Creo que tú tampoco-. Respondió Quinn-.
-Me tengo que ir a clases-. Interrumpió la castaña-. No puedo llegar tarde y arruinar mi asistencia perfecta-. Se despidió de la rubia con un coqueto beso en la mejilla y le hiso un gesto a las otras dos chicas-.
-Yo también, tengo que irme-. Dijo Santana-. Nos vemos en la siguiente hora-.
-Nos vemos-. Contestó Kayle, con algo de duda que la rubia noto de inmediato-.
-¿Pasa algo con Santana?-. Preguntó Quinn, y comenzaron a caminar, ya que tenían la siguiente clase juntas-.
-Mmm…es Brittany, anoche fue a su casa y le dijo que rompió con Artie, y San está muy confundida-. Explicó la morena con un tono de inquietud-.
-Wooow…es complicado ¿Qué piensas hacer?-.
-Que se supone que haga, no puedo presionarla, yo siempre he estado consiente de lo que siente San por Brittany-.
-Pero no puedes solo esperar, estarías cediendo todo lo que has ido ganando, ¿Santana te ha dicho algo?-.
-Sí, me dijo que no quiere que me aleje de ella-.
-Eso es bueno, si de verdad quieres a Santana no te puedes dar por vencida antes de luchar-. Dijo convencida la rubia-.
-Tienes razón-.
Las clases siguieron, y cuando llego la hora de almuerzo, Santana había ido a recoger algunos libros de su casillero para después irse con Quinn, Kayle y Rachel que la esperaban para almorzar juntas.
-Hola-. Saludó alegre cierta rubia que tenía su casillero justo al lado de la latina-.
-Hola ¿Cómo estás?-.Preguntó la morena-.
-Mucho mejor ahora que te veo, y ya no me sigues evitando-.
-Somos amigas, no podía evitarte por siempre-.
-No somos solo amigas-. Dijo acercándose más a Santana-.
-Britt…por favor, estamos en la escuela-. Expresó colocando su mano entre ella y rubia para marcar distancia-.Además yo te pedí tiempo para pensar las cosas-.
-Lo sé y yo te dije que iba a luchar por ti, te quiero, y te esperare todo el tiempo que sea necesario-.Dijo con una mirada que sólo expresaba amor-. Por mientras puedo sólo abrazarte, extraño tus abrazos-.
-Ven aquí-.
Se estrecharon en un tierno abrazo, Brittany sabía que debía ir dando pasos pequeños para ganarse otra vez la confianza de Santana, que la latina la quería no había duda, pero no confiaba en ella, podía ver en sus ojos el miedo al ser herida otra vez.
En otro punto de la escuela y con un nudo en la garganta, Kayle estaba en una esquina observando toda la escena, no podía evitar sentir celos, no quería a Brittany ni a mil metros cerca de Santana, pero que podía hacer.
-Hola Kayle-. Escuchó pero no reconoció la voz, y cuando volteó a ver quién era, solo puedo esbozar una mueca de desagrado, era la rubia porrista con quien había tenido más de un desencuentro.
-¿Qué quieres?-. Preguntó descargando su rabia en la porrista-.
-Solo saludarte, sé que no empezamos bien y me disculpo por eso, nunca fue mi intensión ofender a tus amigos-. Exclamó con una falsa sonrisa-.
-No es tú intensión, claro, o sea no eres responsable de que cada día a alguno de ellos le lancen un granizado, mira cómo te llames…-. Iba con un tono cada vez más alto-.
-Chelsea-. Interrumpió-. Y yo no soy la responsable de eso, son Karofsky y Azimio, por favor, todos nos merecemos una segunda oportunidad-. Expresó intentando disuadir a Kayle-.
-No lo sé, porque te esfuerzas tanto en caerme bien, eres la capitana de la porristas no necesitas mi aprobación-. Preguntó dudosa, ya que no lograba fiarse de esa chica.
-Eres interesante, y no sé, me produces algo especial-. Contestó posicionando su mano en el brazo de la chica-.
-Ok. Intentaré no ser grosera contigo si tú intentas que mis amigos no reciban más granizados-.
-Es un trato, solo intenta recordar mi nombre la próxima vez, decirlo por cuarta ocasión resultaría humillante-.
-Trataré de no olvidarlo-. Dijo fríamente -.
-Kay-. Interrumpió Santana que levantó una ceja en señal de desaprobación-. Quinn y Rachel nos deben estar esperando-.
-Lo sé, vine a buscarte, pero estabas ocupada con Brittany, así que no quise interrumpir-.
-Nos vemos más tarde entonces-. Dijo la rubia y se alejó dejando a las dos chicas conversar-.
-Ok-. Respondió Kayle casi indiferente-. Vamos-. Dirigiéndose a Santana-.
-Y desde cuando hablas con el clon defectuoso de Quinn, no sabía ni siquiera que supieras que existía-. Dijo Santana un poco molesta-.
-Lo siento olvide darte la lista de las personas con las que hablo para que las aprobaras-. Expresó sarcástica simulando una sonrisa-.
-No es necesario que uses ese tono conmigo, solo que esa chica no me agrada-. Respondió la latina intentando calmar las cosas-.
-También hay personas con las que hablas que no me agradan-.
-O sea hablaste con esa chica solo porque estás celosa, al verme hablar con Britt-.
-¡Yo no estoy celosa!
-Claro-. Le tomo el brazo para tranquilizarla-. Todo está bien, por favor no quiero discutir contigo-.
-Yo tampoco, por eso es mejor que me vaya a dar una vuelta, necesito pensar-.
-Pero… y el almuerzo-.
-No tengo hambre-.
Con esto se giró en dirección al campo de futbol, tenía que lograr controlarse, no podía hacer una escena cada vez que veía a Santana con Brittany, no podía ser tan insegura.
Santana se quedó viendo como la Kayle se retiraba, la había dejado con la palabra en la boca, las chicas sí que eran complicadas, y ella por causas del destino ahora no solo tenía que lidiar con una sino con dos.
-Hola San… ¿Y Kayle?, fue a buscarte-. Preguntó Quinn en forma inocente-.
-Se enojó porque me vio con Britt-.Respondió la latina aún intentado entender el comportamiento de la chica-.No tiene que actuar de esa manera tan insegura-.
-Tienes que entenderla, tiene miedo, es lógico, creo que tu actuarias de la misma manera si un día apareciera su Ex novia y Kayle decidiera perdonarla-.
-No lo creo-. Expresó Rachel-. No puede hacer una rabieta así, Britt es la mejor amiga de Santana, y ellas no pueden simplemente estar separadas-.
-Lo dice la menos chica menos celosa-. Contestó Quinn con una mirada de reproche hacia la castaña-.
-Ok, ya tengo suficiente caos en mi mente como para escucharlas comenzar una discusión-. Dijo la morena agitando sus brazos para que se detuvieran-. Nos vemos más tarde-.
Quinn y Rachel se miraron reprochándose la una a la otra, en ese momento deberían haber apoyado a Santana, no causarle otro problema en que pensar.
-No puedes simplemente dejar de defender a Kayle-. Expresó Rachel un tanto molesta-
-Y tú no puedes dejar de atacarla-.Respondió la rubia en el mismo tono-.
-No voy a discutir contigo por ella-. Dijo y se levantó haciendo esa salida dramáticamente indignada.
Quinn se quedó perpleja, sí que le gustaba esa chica, se atrevía a decir que la quería más que a cualquier otro chico, pero había ciertas ocasiones en que simplemente le colmaba la paciencia.
Pasaron las siguientes horas de clases y ninguna de las cuatro muchachas se había vuelto a topar. Llego el descanso antes de la última clase, y Quinn deambulaba por los pasillos de Mckinley cuando fijo su mirada en una solitaria diva que discutía consigo misma, mientras guardaba sus cosas en el casillero, no quería seguir enojada con ella por una discusión sin sentido, así que se acercó en silencio y al ver que no había nadie más la tomo por la espalda girándola hacia ella.
-¡Que rayos!-. Soltó un grito la pequeña diva antes que su novia la callara con un beso-.
-Te extrañe, no me gusta estar enojada contigo, no puedo estar enojada contigo-. Susurro la rubia, separándose unos centímetros pero manteniendo a la más pequeña fuertemente tomada de la cintura-.
-Si vas a hacer eso cada vez que discutamos…creo que podría discutir de vez en cuando-. Respondió tiernamente-.
-Prometo que no dejare que nadie interfiera en lo nuestro-.
-Y yo prometo que seré más comprensiva y respetare tu amistad con Kayle-.
Se dieron un último beso, miraron para ambos lados para que nadie las fuera a descubrir y después se dirigieron cada una a su clase.
Aparentemente en ese momento nadie las observaba, pero no notaron que en un rincón una chica fue testigo de la tierna reconciliación, y no solo eso, sino que había fotografiado la escena, tenía un plan y Quinn Fabrey le había dado lo que necesitaba para lograr tener lo que quería o a quien quería.
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Santana deambuló por sus clases sin poner mayor atención, no había visto a Kayle desde el almuerzo, intento llamarla pero no le respondía y tampoco devolvía sus mensajes, por lo que cuando las clases terminaron, se dirigió hacía Quinn para preguntarle por la chica.
-Hola Q… ¿Has visto a Kayle?-. Preguntó la latina con preocupación-.
-No San, desde el almuerzo, la llamaste-.
-Sí, pero no me contesta-.
-Dale tiempo, esta situación es difícil para ella, y como consejo si de verdad es ella a quien quieres, debes darle confianza, no solo palabras-.
-Lo sé, mejor iré a buscarla y gracias Q, has sido una buena amiga-.
-De nada.
Santana, salió en a dar vueltas por la escuela a ver si encontraba a Kayle, no le gustaba esa sensación que le provocaba no verla.
Quinn estaba a punto de dirigirse al auditorio, tenían que terminar la canción para las regionales que eran el próximo sábado , tenían poco tiempo y debía quedar impresionante, porque este año tenían la obligación de ganar.
Iba rauda a reunirse con su diva cuando una chica muy parecida a ella, pero vestida de porrista se le cruzo impidiéndole el paso.
-Tenemos que hablar Fabrey-. Expresó en un tono firme Chelsea-.
-Puedes salir de mi camino, estorbas-. Contestó con desagrado e intentando evadirla-.
-Por más que quisiera no atrasarte en tu cita con tu amorcito, es importante que hablemos-. Cada palabra era mencionada con insidia-.
-¡¿Qué quieres decir con eso?!-. Dijo levemente alterada-.
-Que se tu pequeño secreto Fabrey, y la verdad que pese a mi asombro inicial, porque nunca pensé que tus gustos fueran por ese lado, y más que te gustaran las rechazadas sociales como Berry ahora no puedo más que sentir rechazo-. Expresó con una burlesca sonrisa en sus labios-.
-Que…tú…estás equivocada-. Quinn no sabía que responder, como de toda la escuela justo esa estúpida pudo darse cuenta de lo suyo con Rachel-.
-No te molestes en negarlo, tengo pruebas-. Le mostro su celular con la fotografía donde aparecían besándose-. Así que no gastes palabras negándolo y mejor me escuchas, si no quieres que envíe esto a Jefro para que lo publique y toda la escuela se entere de tu affair-.
-¡Habla!-. Respondió la rubia agresivamente he intentado contenerse para no golpear a la chica-. ¿Qué quieres?-.
-No quiero nada, más bien quiero a alguien y tú me puedes ayudar a conseguirla-.
-Eres la nueva capitana de las porristas, estás en la cima de la pirámide social, y aunque seas una Bitch, no creo que alguien pueda rechazarte, quien podría conseguirte yo, que no puedas por ti misma-. Dijo Quinn
-Kayle…ella ni siquiera recuerda mi nombre y me ignora, solo tiene ojos para López y por lo que he observado, tú eres su amiga, la quiero a ella-. Expresó con seguridad-.
-Estás loca, está fuera de tu alcance, ella jamás se fijaría en alguien como tú-.Dijo Quinn descolocada por la petición de la chica-.
-Ese es tu trabajo ahora Fabrey, hable claro, o consigues que salga conmigo o toda la escuela sabrá de tu relación con Berry, y si no quieres recibir un granizado de desayuno cada día mejor empiezas a idear algo, porque Berry puede estar acostumbrada, pero tú, no lo creo-.Tomó aire y siguió-. Solía mirarte con admiración Quinn, eras la reina de esta escuela y mírate ahora saliendo con una desgracia social, si fuera tú terminaría eso, y reconstruiría mi reputación-. Dijo la Cheerio con una mueca de desaprobación y alejándose de Quinn-.
La rubia no sabía qué hacer, sentía que estaba entre la espada y la pared, si no cedía ante la petición de Chelsea toda la escuela sabría su secreto y ya tuvo un año de rechazo social mientras estaba embarazada, no quería pasar por eso una vez más. Pero le dolía pensar en perder a Rachel, los días que había pasado junto a la pequeña diva eran los mejores de su vida. En eso recibió un mensaje.
-Te estoy esperando en el auditorio. R
Tecleo una respuesta rápida, no se sentía con ánimo de enfrentar todo eso ahora.
-Surgió algo. No puedo ir. Nos vemos. Q
Lo mejor sería ir a su casa y pensar que haría para salir de esta. Mientras caminaba a su auto, no pudo evitar las lágrimas, justo cuando había encontrado a alguien que la hacía feliz, tenía que aparecer algo que lo arruinara, no era justo, maldecía porque sentía que ella también merecía ser feliz.
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Kayle estaba sentada en las gradas del campo de Futbol, no había tenido ánimo de asistir a clases, se sentía cansada y molesta consigo misma por su conducta infantil. Pero no podía evitarlo, se sentía amenazada. Pensaba que no podía retener a las personas que quería a su lado, primero Francis que la engaño con quien ella menos pensaba, porque había mucho en esa historia que nunca le contó a nadie y ahora Santana que lo más probable era que también la dejara.
-Aquí estás-. Dijo Santana que por fin la había encontrado-.
-Acá estoy, quería estar sola-. Respondió
-No me gusta verte así, pareces triste-. Expresó la latina sentándose junto a la chica-.
-Lo siento, estoy exagerando, no te preocupes por mí-.
-Me preocupo por ti porque me importas demasiado, además no estuviste tú ahí cuando yo estaba triste-.
-Sí, pero es diferente ahora, solo estoy intentando prepararme para sea lo que sea que pasé-.
-Y lo entiendo, pero lo he pensado y pese a que estoy confundida aún…yo…quiero estar contigo…quiero que nos demos una oportunidad-. Dijo la latina fijando intensamente sus ojos cafés en los verdes de la chica que brillaban con esperanza-. No quiero que te alejes de mí sólo porque Britt decidió de repente que quiere estar conmigo-.
-Yo no quiero que te sientas obligada a estar conmigo-.Murmuro
-Te quiero, no puedo negar eso y nos merecemos intentarlo-.
-Te quiero Santana, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo-. Dijo y se acercó para besar a la latina aprovechando de que el campo estaba desierto-. Y te prometo haré todo por hacerte feliz-.
-Tú así ya me haces muy feliz-.
Se tomaron de la mano y entraron a la escuela nuevamente, Santana quería recoger algo antes de irse. Cuando iban por los pasillos de la mano se encontraron de frente con Kurt y Mercedes que intentaron que sus mandíbulas no cayeran al suelo de la impresión, así que ocultando su asombro saludaron con un gesto a las chicas que siguieron su camino sin fijarse mucho en lo que ocurría a su alrededor.
-¿Qué fue eso?-. Preguntó Mercedes sacando el habla-.
-¿Qué crees tú?-. Respondió Kurt retóricamente-. Es lógico, son una pareja-.
-¡Santana López es lesbiana!-. Exclamó la morena intentando convencerse-. Es imposible, ella ha estado con casi todos los chicos de esta escuela y ahora con chicas no lo entiendo-.
-Es simple, uno no elige de quien se enamora-. Expresó-. Además eso no debería importante, hacen una bonita pareja, es como la chica rica de Nueva York y la terrible y rebelde muchacha de Lima, si hasta se podría escribir una historia como Kaytana-. Dijo riendo Kurt-.
-Ok, mejor vamos al auditorio a ensayar, mira que como escritor tienes una voz increíble-. Expresó Mercedes-.
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Fueron pasando los días, y aparentemente las cosas no cambiaban mucho, salvo que Quinn había estado evitando a Rachel, o por lo menos estar a solas con ella, intentaba compartir en grupo, pero cuando la castaña le pedía que avanzaran en la canción o simplemente fuera a su casa para disfrutar de su compañía, la rubia siempre encontraba excusas, lo que fue generando dudas en la pequeña diva quien no aguantaría mucho más esa situación. Por su parte Quinn se sentía muy presionada, cada vez que estaba con sus amigas, se sentía intranquila, observada, esa situación no podía controlarla, porque Kayle estaba saliendo con su mejor amiga, y la verdad hace demasiado tiempo que no veía a Santana tan feliz, por lo que no podía simplemente pedirle a Kayle que saliera con otra chica, que además sabía que Santana la detestaba, para cuidar su reputación, ella tenía que encontrar una solución, debía ser capaz de cuidar de Rachel, y al mismo tiempo no involucrarla en ese estúpido problema.
-Quinn… ¿pasa algo?-. Preguntó Kayle de repente sacándola de sus pensamientos-.
-No nada, solo pensaba-. Respondió la rubia-.
-Tú sabes que puedes confiar en mí-. Dijo la morena-. En este poco tiempo que nos conocemos has sido una gran amiga, y he notado que estos últimos días algo te pasa-. Expresó preocupada-.
-Es algo complicado de explicar y la verdad de cierta manera tiene que ver contigo-. Dijo dudosa-. Pero no sé cómo decírtelo-.
-Solo dímelo-. Exclamó intrigada porque nunca había visto a Quinn tan insegura acerca de algo, ella era siempre muy directa-.
-Hola chicas-. Saludó Rachel, quien a lo lejos había visto lo cerca que estaban las chicas conversando y sumado a eso que la rubia no le hablaba, decidió acercarse.
-Hola Rachel-. Saludaron
-¿Y Santana?-. Preguntó de manera casual-.
-No lo sé, creo que debía ir por unos libros-. Respondió en forma natural-.
La situación era incomoda por decir lo menos, Kayle quería saber que le pasaba a Quinn, pero con Rachel ahí no podían seguir la conversación, porque al parecer la rubia no quería que la pequeña diva supiera de que se trataba.
-¿Y de que hablaban?-. Preguntó Rachel bajándole el perfil, para que pareciera que no le importaba-.
-Nada importante-. Se apresuró a decir Quinn-.
-Yo…recordé que tengo que hacer algunas cosas-. Dijo Kayle que no quería seguir ahí, sentía que debía dejarlas hablar-.Nos vemos-.
-Entonces me vas a decir porque has estado actuando tan extraño los últimos días-. Expresó la castaña visiblemente afectada-.
-No sé a qué te refieres…solo he estado un poco ocupada-.Mintió la rubia-.
-Mmm…no te creo, pareces normal con todo el mundo menos conmigo-. Dijo en forma inquisitiva-.
-Siempre te tomas todo tan personal, no se trata de ti Rachel-. Respondió, en eso su celular vibro, era un mensaje de Kayle.
-Te espero en la sala del coro después de clases. K
Se sintió aliviada, sabía que podía confiar en ella, para solucionar todo este entuerto en el que se había metido y poder volver a estar bien con Rachel.
-Me esperas unos minutos, voy a por una botella de agua y vuelvo-. Dijo la rubia-.
-Ok. Te espero-. Respondió Rachel, quien noto el cambio en la expresión de la rubia después de leer el mensaje, para su suerte Quinn dejo su teléfono sobre la mesa, lo que tentó a la castaña a hacer algo que nunca había hecho, revisas las cosas de otra persona, pero lo necesitaba, necesitaba saber que pasaba. Al leerlo sintió que sus mejillas se volvían roja de puros celos, porque tenían que verse a solas después de clases, no lo entendía pero lo iba a averiguar.
-Ya volví, ¿tienes clases ahora?-. Preguntó-.
-Si matemáticas, de ahí ya estoy libre… ¿quieres hacer algo?-. Solo preguntó para saber qué le diría Quinn-.
-No puedo…mi mamá me dijo que llegara temprano hoy-. Respondió rápido, de verdad odiaba mentirle a Rachel-.
-Está bien, supongo que terminare sola la canción, mañana son las regionales y todo el Glee Club confía en mí, bueno en nosotras-. Expresó ocultando su resentimiento pues sabía que mentía-.
-Seguro harás un gran trabajo Rach-. Y la beso en la mejilla como señal de despedida-.
Rachel sentía ganas de llorar, porque le estaba mintiendo, después de todas las cosas que se habían dicho, que confiarían la una en la otra, que se cuidarían, que se querían como nunca antes habían querido, fuera lo que fuera que pasara lo averiguaría ____________________________________________________________________
Santana iba caminando, pensando en que las cosas parecían ir mejor de lo que pensaba, seguía con Kayle conociéndose sin definir ni oficializar nada, y con Britt hablaba de vez en cuando, la rubia estaba distante y entendía el porqué, pero lo necesitaba por un tiempo, no sabía que le deparaba el futuro, pero por el momento todo estaba en calma. Seguía su camino, cuando tropezó con alguien, iba a reclamarle, pero le hablaron primero.
-Santana necesito hablar contigo-. Exclamó Artie a lo que la latina miró hacia abajo con curiosidad-.
-¿Qué quieres, Ruedas?-. Respondió cruzando sus brazos en forma defensiva-.
-Tú sabes que Britt rompió conmigo-. Expresó aún dolido
-Eh…si…algo me comentó-. Contestó nerviosa-.
-Ella rompió conmigo porque ama a alguien más, y quiero saber quién es ese tipo que me quito a mi Brittany, si tú sabes ¡te exijo que me lo digas!-.
-Y porque tendría que saberlo yo, pregúntaselo a ella-. Dijo agresiva
-Tú eres su mejor amiga, si alguien sabe todo acerca de Brittany eres tú-.
-Soy su mejor amiga, y por lo mismo aunque lo supiera no te lo diría, así que córrete de aquí, tengo mejores cosas que hacer con mí tiempo que hablar contigo-. Dijo y se alejó del lugar, debía hablar con Brittany-.
No fue muy difícil encontrarla, la rubia siempre deambulaba por los pasillos de la escuela, aunque más que caminar bailaba, era como si sus pies siempre tuvieran un ritmo acorde con su cuerpo y todo movimiento que realizara fuera armónico.
-Britt-. Dijo la morena tomándola del brazo-. Hay algo que quiero decirte-.
-San-. Respondió y una sonrisa se estampó en su rostro-. ¿Qué pasa?-.
-Es tú ex novio, me hiso algunas preguntas que me pusieron incomoda-.
-¿Artie?... ¿qué preguntas?-.Expresó confundida-.
-Que otro ex novio Britt…y quería saber quién era “él tipo”-. Enfatizó en esa palabra-. Por el que rompiste con él-.
La rubia no pudo evitar emitir una risita, al saber lo equivocado que estaba su novio, no había ningún “otro”, nunca lo hubo, de hecho nadie se la había quitado porque ella solo era de una persona, y esa persona era esa hermosa latina de ojos color chocolate.
-No te rías-. Dijo seria la morena-. Fue molesto sin mencionar que casi me atropella-.
-San, no exageres, y hablaré con él para que no te pregunte más cosas a ti-. Expresó con su calma habitual-.
-Y… ¿qué le vas a decir?...le vas a contar la verdad-.
-Solo le diré que no interrogue a mi mejor amiga y que cuando el amor de mi vida se decida por mí ahí sabrá quién es-. Exclamó dándole una tierna mirada y tomando su mano con delicadeza-.
-Britt…
-No digas nada… solo quédate conmigo un momento… extraño estar cerca de ti y sé que tú también me extrañas, lo puedo ver en tus ojos-. Dijo la rubia mirándola fijamente-.
-No hagas esto más difícil… cuando tú estuviste con Artie yo no interferí y respete tu decisión aunque me moría por dentro cada vez que te veía junto a él, aunque lloraba imaginando que era él y no yo la que pasaba las noches a tu lado-. Dijo con su voz a punto de quebrarse-. Sé que yo tuve culpa, pero tú me rechazaste y eso destruyo mi corazón en mil pedazos-.
-San…por favor…no me digas esas cosas, nunca voy a poder perdonarme haberte hecho sufrir-. Decía con desesperación la bailarina-. Yo te amo como nunca he amado a nadie, nunca he sido de nadie más que de ti, dame otra oportunidad-.
-Ahora no puedo Britt…te quiero, creo que nunca podré dejar de hacerlo, pero ya te lo dije, necesito estar lejos de ti por un tiempo, Kayle estuvo ahí cuando yo lloraba por ti y de alguna manera curo mis heridas-. Dijo sincerándose y cada una de esas últimas palabras fueron como cuchillos en el corazón de Brittany-.
-Yo…estaré aquí…estaré siempre aquí esperando por ti…no importa lo que demores en volver a mí-.Expresó con palabras entre cortadas pero reales, era una promesa, una promesa de amor-.
Santana no tenía palabras para responder a eso, por lo que beso la mano de la rubia en señal de que aceptaba su promesa, la soltó con ternura y se dio la vuelta para irse, se hacía tarde, y necesitaba estar sola, sin Brittany ni Kayle.
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Kayle estaba un poco aburrida, tocaba en forma dispar las teclas del piano, llevaba casi media hora esperando a Quinn, y algo que odiaba era esperar, por la única persona que podría esperar toda la vida sería por Santana pensó, lo que le produjo un cosquilleo en el estómago.
-Hola…lamento el retraso-. Dijo Quinn acelerada-.
-Hola…entonces, ¿Qué ocurre?-. Preguntó en forma directa, mientras la otra chica se sentaba a su lado-.
-Alguien me está chantajeando-. Soltó-. Tiene unas fotos mías besándome con Rachel, y si no hago lo que me pide, las publicara y toda la escuela lo sabrá, no me avergüenza que sepan que estoy con ella, pero me da miedo tener que pasar por lo mismo que el año pasado, incluso sería peor, porque Rach es dulce y frágil y no quiero que la lastimen diciéndole cosas horribles-. Las lágrimas fluían sin parar y sus sollozos eran cada vez más fuertes-.
-Por eso actúas así con Rachel, no quieres involucrarla…lo entiendo-.Expresó
comprensiva la morena y sosteniendo las manos de Quinn para intentar tranquilizarla-. Ahora dime, ¿Quién es y que quiere?-.
-Es Chelsea…y…te quiere a ti-. Dijo dudosa-.
-¡Esa idiota se atrevió a chantajearte!...y me quiere a mí, ahora entiendo todo ese jueguito de hacerse la amable-. Expresaba indignada-.
-Cálmate…ni yo entiendo porque lo hace, pero creo que le gustas y quiere que salgas con ella-.
-Si eso quiere…-.Dijo con una sonrisa de malicia-. Tú tranquila desde ahora yo me ocupo de esto, tú solo recupera a tu diva mira que sus miradas de odio cada vez que me ve me van a terminar matando-.
-Estás segura…yo no quiero que tengas problemas con Santana por esto-.
-Confías en mí-. Y tomo con sus manos el rostro de Quinn-.
-Si
-Entonces no te preocupes, yo solucionare esto, y no lo tiene que saber ni Santana ni Rachel-. Dijo muy segura de sí misma-.
-Muchas gracias-. Exclamó la rubia quien le dio un fuerte abrazo en señal de agradecimiento y se quedaron así unos segundos-.
-No hay problema, soy una Carpentier no es primera vez que alguien intenta chantajearme-. Dijo con una sonrisa para relajar a la chica-.
-Creo que no quiero saber en qué estuviste metida antes de llegar a Lima-.
-Créeme yo tampoco quiero que lo sepas, lo importante ahora es que hables con Rachel, se veía un poco triste por tu comportamiento-.
-Lo sé, eso haré ahora y gracias otra vez-. Deposito un beso en la mejilla de Kayle y se fue para hablar con su Rach-.
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Rachel después de leer el mensaje tuvo sus dudas si ir o no a ver porque esas dos se reunían en secreto, tenía demasiadas dudas, y celos también, nunca le había gustado que Quinn pasara tanto tiempo con Kayle, pero quien era ella para impedírselo, no tenían nada oficial, solo unos días felices, unos besos apasionados y unos cuantos “te quiero”, lo que para ella era suficiente, pero nadie le aseguraba que para la rubia lo fuera.
Cuando decidió ir a la sala del coro se quedó observando a través de la puerta que tenía un vidrio, pudo ver la escena, estaban sentadas muy cerca, Kayle sostenía las manos de la rubia con cariño lo que le produjo ganas de ir y empujarla muy lejos, pero cuando ya supo que algo andaba mal, fue cuando la vio sostener el rostro de su Quinn, entreabrió la puerta con cuidado y escucho decir a la morena “y no lo tiene que saber ni Santana ni Rachel” y entonces se abrazaron, para ella estaba todo dicho, ahí había algo más que una amistad y eso acabó con todas sus ilusiones y su corazón de rompió en incontables partes. Corrió, con la desesperación que tiene un amante engañado y para su mala suerte, chocó con quien tal vez menos debería en ese momento.
-¡Qué diablos que acaso todo el mundo quiere golpearme hoy!-. Exclamó Santana enojada, pero al ver que era Rachel y en qué condiciones estaba, cambió su tono-. ¿Qué te pasa Berry?-.
-Yo…Quinn…ella… -. Tartamudeaba, sus sollozos le impedían hablar-.
-¿Qué pasó con Quinn? ¡Habla!-. Insistió ya perdiendo la poca paciencia que tenía-.
-Ella solo jugaba conmigo…quiere a alguien más-.
-Eso no puede ser posible conozco a Q, y ella te quiere-. Dijo la latina intentando tranquilizarla-.
-No es cierto…yo la vi…
-¿Y a quien se supone que quiere?-.
-No…yo…-.No pudo terminar la frase, conocía a Santana y temía por su reacción, además no era ella la persona indicada para contarle el “engaño”.
Santana quedó descolocada, cruzó sus brazos y lo atribuyo a otro de los actos dramáticos de Rachel.
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BUENO CHICUELAS....ME AGRADA QUE LES AGRADE ESTA GRAN HISTORIA...PARA QUIEN PREGUNTO CUANTOS CAPÍTULOS TIENE PUES TE DIGO SON 30....OTRA COSA ME ALEGRO Q ESTEN COMENTANDO...SALUDES A LAS NUEVAS LECTORES....A LAS QUE COMENTARON...Y ALAS QUE SOLO LEEN....ASI QUE SIN MAS BUENAS VIBRAS
atercio********- - Mensajes : 650
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» FanFic Brittana: Pídeme lo que Quieras 4: Y Yo te lo Daré (Adaptada) Epílogo
Lun Ene 20, 2020 1:47 pm por thalia danyeli
» Brittana, cafe para dos- Capitulo 16
Dom Oct 06, 2019 8:40 am por mystic
» brittana. amor y hierro capitulo 10
Miér Sep 25, 2019 9:29 am por mystic
» holaaa,he vuelto
Jue Ago 08, 2019 4:33 am por monica.santander
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