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(Fic Klaine) "“I Knew I Loved You” "XIi" "Hermano Mayor" - Página 3 Primer15
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Mensaje por Gabriela Cruz Sáb Jul 20, 2013 10:35 am

Espero que puedas actualizar pronto.
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Mensaje por Aloklainer Sáb Jul 20, 2013 2:38 pm

No te preocupes, se como es estar en tu situación pues a mi hermano lo acaban de hospitalizar hace poco, pero que bien que tengas hobbies como este para relajarte y seguir adelante. Aquí estaremos apoyando :) Gracias por el capitulo me gusta mucho tu fic. Esperaré que actualices
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Mensaje por TimeGoesBack Sáb Jul 20, 2013 7:24 pm

estaré esperando ansioso una actualizacion, no sabes cuanto me gusta tu fic... ademas, queria darte mi apoyo, espero que puedas con todo lo que se te venga en sima... al parecer eres una persona fuerte, y eso lo admiro mucho, ademas de que eres talentosa, casi me haz hecho llorar con tu fic, realmente quiero KLAINE! pero si no lo colocas pronto estará bien, me gusta el fic, la historia pero me da pena kurt.. bueno, eso, esperaré ansioso (como ya dije :P) otra actualizacion... besos :* cuidate.
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Mensaje por annie_klaine Dom Jul 21, 2013 1:28 pm

Wow!! Nueva lectora y tengo que decirte que amo el fanfic y la forma en la que escribes, enserio me encanta!!! ^^ espero ansiosa la proxima actualizacion y espero que tus problemas se solucionen! Un besazo y animos!! <33
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Mensaje por gabiigleek Mar Jul 23, 2013 1:44 pm

—Nunca más —dijo. Voz afectada debido al llanto no liberado fue fácilmente reconocible para el castaño—. Jamás vuelvas a hacerme algo parecido nuevamente —enterrando su rostro entre ese suave hueco del cuello ajeno, Blaine reconoció la deliciosa colonia que Kurt solía usar, encontrándola embriagadora y maravillosamente adictiva—. Por favor, Blue.


eso fue maravilloso la forma en la que se desespero Blaine, por favor esta re contra re mil re enamorado porque no se da cuenta...solo espero que Kurt no sufra mucho por su mejor amigo y que pronto inicie este romance igual te digo te quedan fantasticos los capitulos...me fascinan continua asi y yo siempre estare esperando los episodios besotes y actualiza lo mas pronto que puedas
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Mensaje por Invitado Sáb Ago 24, 2013 12:26 am

Gabriela Cruz escribió:Espero que puedas actualizar pronto.

¡Aquí la actualización! Espero que te guste Gabi. ¡Gracias por siempre ser tan fiel al fic!


Aloklainer escribió:No te preocupes, se como es estar en tu situación pues a mi hermano lo acaban de hospitalizar hace poco, pero que bien que tengas hobbies como este para relajarte y seguir adelante. Aquí estaremos apoyando :) Gracias por el capitulo me gusta mucho tu fic. Esperaré que actualices
¡Muchas gracias por tu comprención! Tener un familiar enfermo es algo espantoso, la preocupación nisiquiera te deja dormir. Espero que tu hermano saliera con bien. ¡Escribir es parte fundamental en mi vida! Si dejara de hacerlo, igualaría a no respirar.

¡Estoy feliz de que te guste el fic. ¡Espero la actualización sea de tu agrado!

TimeGoesBack escribió:estaré esperando ansioso una actualizacion, no sabes cuanto me gusta tu fic... ademas, queria darte mi apoyo, espero que puedas con todo lo que se te venga en sima... al parecer eres una persona fuerte, y eso lo admiro mucho, ademas de que eres talentosa, casi me haz hecho llorar con tu fic, realmente quiero KLAINE! pero si no lo colocas pronto estará bien, me gusta el fic, la historia pero me da pena kurt.. bueno, eso, esperaré ansioso (como ya dije :P) otra actualizacion... besos :* cuidate.

¡Me alegra tanto que el fic te guste! Es muy importante para mi saber hay personas contentas con mis locuras. ¡Muchas gracias por todo tu apoyo! Han sido meses complicados, pero gracias al cielo los estamos superando poco a poco. Y creeme, a veces la fuerza solía sacarla al leer sus comentarios al fic. ¡Me hacian sonreír en momentos tristes!

¿En verdad te ha hecho llorar la historia? Bueno, pues creo más adelante continuará teniendo ese mismo efecto porque se avecinan ciertas cosas interesantes. Realmente Klaine siempre esta presente, sin embargo, tardará algo en establecerse como parjea propiamente dicha. Sin embargo, los roces entre ambos valdrán la pena.¡Lo prometo!

¡Espero este capítulo te guste! ¡Gracias de nuevo por todo!



annie_klaine escribió:Wow!! Nueva lectora y tengo que decirte que amo el fanfic y la forma en la que escribes, enserio me encanta!!! ^^ espero ansiosa la proxima actualizacion y espero que tus problemas se solucionen! Un besazo y animos!! <33

¡Bienvenida al fic! ¡Muchas gracias por tus lindas palabras, significan el mundo entero para mi!
¡Agradezco tus ánimos para el problema que ahora parece encontrarse a punto de terminar! ¡Espero el capítulo te guste!


gabiigleek escribió:eso fue maravilloso la forma en la que se desespero Blaine, por favor esta re contra re mil re enamorado porque no se da cuenta...solo espero que Kurt no sufra mucho por su mejor amigo y que pronto inicie este romance igual te digo te quedan fantasticos los capitulos...me fascinan continua asi y yo siempre estare esperando los episodios besotes y actualiza lo mas pronto que puedas

Blaine es un pan relleno de azucar y dulzura al máximo. ¿A que tengo razón? Bueno, Blaine tendrá sentimientos confusos hcia Kurt, pero si se diera cuenta pronto no sería emocionante el fic. ¡En verdad te gusta cómo estan quedando los capítulos! ¡Eso me hace feliz! Generalmente soy muy maniaca respecto a esto y casi siempre me muestro insatisfecha.

¡Gracias por siempre ser fiel al fic! ¡Espeo la actualización te agrade!

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Mensaje por Invitado Sáb Ago 24, 2013 12:38 am

Advertencia: Este fic ha sido elaborado siguiendo ciertas partes de línea argumental original de la serie, exceptuando detalles que provienen directamente de mi cabeza. También contendrá Original Character. Los personajes de Glee pertenecen a Ryan Murphy, colaboradores y FOX. Si algo fuese mío, trasladaría a Kurt y a Blaine directo y sin escalas a HBO. ¿Entienden los motivos, no?
¡Soy una horrible, horrible persona! Me avergüenzo tanto de mi misma. ¡Creo comenzaré a llorar! Mejor lean los comentarios finales, ahí explicaré mejor la situación.

¡Disfruten la breve lectura!






...








Capítulo X
"De dudas y confesiones"







El ambiente del espacioso local expendedor de café más popular en toda la ciudad de Lima era, describiéndolo con una sola palabra, perfecto.

En el cálido clima artificial caldeado del interior flotaba apenas perceptiblemente un suave y delicioso aroma a canela especiada. Este emanaba desde unos cuantos esponjosos rollos que recién habían sacado del horno, para después exhibirlos al público. Quien quisiera degustarlos, sólo necesitaba desembolsar una módica cantidad monetaria. Más al fondo, las complicadas máquinas expendedoras soltaban vapores tenues, tazas tintineaban entre si tras ser colocadas en su respectivo sitio usual, y, el personal, ocupándose de pequeñas tareas, disfrutaban ciertos momentos apacibles debido a la inactividad tan característica a esas horas del día.

Por lo general los estudiantes arribaban después de clases; exigían satisfacer sus posibles antojos ocasionales, mientras tanto, empleados pertenecientes a oficinas o comercios pequeños cercanos solicitaban cantidades suficientes de cafeína porque sólo así lograban funcionar correctamente hasta que llegaba el tan ansiado momento de volver a casa.

Sí, The Lima Bean atravesaba una breve jornada relativamente sosegada.

No obstante, aunque el confortable sitio brindaba tranquilidad suficiente para permitirles a dos personas mantener una amena conversación privada sin interrupciones, Kurt todavía consideraba que estar ahí era una muy mala idea. Adjudicaba semejante paranoia a los últimos acontecimientos de la semana, los cuales consiguieron fácilmente ponerle cada terminación nerviosa tan tensa como la cuerda de un violín. Era estúpido, lo sabía bien. Se comportaba infantil al respecto, sin embargo, sentía casi estar a punto de pararse justo frente a un pelotón completo de fusilamiento. Y Mercedes dirigiéndole constantes miradas impacientes, ciertamente poco ayudaba.

Inquieto, Hummel retorció unas cuantas servilletas entre sus largos dedos pálidos, destrozándolas sin piedad.

Ya era demasiado tarde y zafarse del asunto resultaría complicado. Igual poco sentido tendría puesto que Mercedes lo perseguiría incluso hasta la muerte si con ello conseguía sonsacarle lo que tanto deseaba escuchar. Resignado, Kurt suspiró pesadamente, mientras se decía a si mismo era mejor darse prisa y terminar cuanto antes—. Cedes, lamento haberte mentido —comenzó. El muchacho creyó sería buen inicio si pedía perdón primero. Y encontró tal hecho ridículamente irónico; últimamente dirigía tantas disculpas a diversas personas por motivos igualmente diferentes que casi se convertía en algo usual—. Mi intención nunca fue el lastimarte así. Sonará presuntuoso, pero debes saber eres una chica increíble. Posees talento impresionante, tu carisma encanta a cualquiera y considero eso nos permitió convertirnos en tan buenos amigos. Pero…—tomó aire—desgraciadamente aunque lo intenté, creo jugar en tu equipo no resultó ser lo mío.

Entretenida entre las profundidades de su tasa casi vacía, Mercedes asintió meditabunda. Aunque Kurt desconocía completamente exactamente sobre qué, de todas las cosas dichas, ella parecía estar de acuerdo. El silencio entre los dos adolescentes se volvió tenso, permitiéndoles preparar futuros argumentos, y la chica, entre tanto, tomó su parte de responsabilidad. Igualmente cometió errores. Creyó reconocer ciertas señales obvias respecto a la ahora no tan secreta sexualidad del castaño, aún así, ilusionada, egoístamente prefirió ignorarlas. Se cegó porque deseaba con tanta desesperación encontrar al chico correcto; ese añorado príncipe azul, la persona ideal para compartir todas sus primeras veces.

Pensó Kurt sería candidato perfecto. Crasa equivocación; los resultados terminaron reduciéndose a un parabrisas inservible, sus ilusiones destrozadas y una insoportable vergüenza posterior—. También siento mucho mi comportamiento —soltó mortificada, hundiéndose en la silla que ocupaba casi como si pretendiera esconderse—. Y no sólo eso; desquité mis frustraciones en tu auto —Hummel movió la mano restándole importancia.

—Mi papá casi enloquece cuando vio el parabrisas —recordar la expresión enfadada e incrédula del hombre mayor acudió al contratenor igual que un flashazo. Inclusive solía causarle cierta gracia, sin embargo, durante ese instante no le quedó ningún otro remedio más que guardar silencio, aceptar los regaños y pagar él mismo los desperfectos valiéndose de sus ahorros. Adiós chaqueta Marc Jacobs.

—Me alegra mucho que pese a todos los malos entendidos todavía quisieras hablarme. Debería tener bien merecido que decidieras mandarme directo al diablo después de lanzar esa enorme roca contra tu bebé —dijo haciendo referencia al transporte dañado.

—Eres mi única amiga en McKinley, Mercedes —dijo regalándole un amago de sonrisa forzada—. Pocos nos valoran, pero pertenecer al coro es sensacional. Sobre todo porque ahí pude conocerte —Mercedes, enternecida, asintió—. ¿Entonces estaremos bien? —quiso saber al escudriñar las femeninas facciones ajenas. Esperaba encontrar cualquier indicio de rechazo—. Es decir... ¿te incomoda que sea gay?

—No —respondió bastante segura ante sus palabras.

Profundo alivio embriagante recorrió al pequeño Hummel. Ahora que Ali se había marchado para establecerse en una ciudad distinta, era genial tener otra persona confiable con quien charlar. Alguien dispuesta a escucharle cuando necesitara tratar ciertos temas o dudas recurrentes. Y Kurt casi sintió necesidad de ponerse a llorar ahí mismo, importándole poco protagonizar una escena ridícula—. Gracias, Cedes. Significa mucho, en verdad.

—Mira cariño, no negaré costó lo suyo asimilarlo. Aunque, estudiándolo desde cierta perspectiva, sería terrible someterte a estúpidos prejuicios; a fin de cuentas este es un maldito país libre. Pongámoslo así: resultaría igual si tú me discriminaras por ser afroamericana. ¿Entiendes? — explicó revoleando sus ojos castaños. Kurt asintió pues tenía mucho sentido—. Pero reconozco si existe cierto punto pequeñito que me inquieta últimamente —mostrándole los dedos índice y pulgar separados apenas escasos centímetros, prosiguió—. ¿Por qué diantres preferiste callar? Somos amigos, pudiste confiar en mí.

—Mala idea, ese aterrador lado enamoradizo tuyo podría haber reaccionado peor —comentó arqueando las cejas, bebiendo varios tragos de café. Mercedes río—. Ya hablando seriamente, supongo tenía miedo —el muchacho inclinó la cabeza y prestó especial atención al exterior, donde desconocidos caminaban ocupados en sus propios asuntos. Rayos, aún lo tenía. No lo negaba.

—¿Quién más sabe sobre esto? —preguntó cauta, intuyendo posiblemente aquel era tema delicado. Y en efecto pudo constatarlo al notar como Kurt se tensaba—. ¿Tú papá tal vez? —Hummel negó—. ¿Qué hay con ese mejor amigo tuyo? Al cual por cierto todavía no he tenido oportunidad de conocer. ¿Cómo es qué se llama? —meditó frunciendo el entrecejo, concentrándose—…¿Blake?

Kurt mucho tiempo antes decidió abandonar la fe en Dios. Renegaba continuamente de esa supuesta entidad absoluta creadora del universo entero y todo ser viviente, desde que su madre había fallecido siendo él apenas un niño pequeño. Aún pese a ello, durante breves instantes le pareció conveniente dejar a un lado su permanente ateísmo y comenzar a rezar para que Mercedes, hasta entonces ocupada en recordar, no prestara suficiente atención al sospechoso color rojizo adornándole las mejillas. Y sería un verdadero milagro sucediera. ¡El rostro prácticamente estaba ardiéndole!

—Blaine, Mercedes; su nombre es Blaine —rectificó pretendiendo sonar tranquilo. Sólo que su voz le traicionaba de vez en cuando, sonando dos o tres decibles arriba—. Y no, tampoco se lo he dicho. Me parece sería un tema inapropiado para ser incluido en una conversación común.

Nada más decirlo, reconoció la tan familiar sensación de culpabilidad aguijoneándole, pero ya comenzaba a acostumbrarse. El miedo que había mencionado antes iba mucho más allá. Kurt podía alardear conocía demasiado bien a Blaine, por eso tenía plena seguridad él nunca le rechazaría porque fuese homosexual. Crecer con una familia estable donde ambos padres profesaban una preferencia sexual idéntica a la propia era muestra inequívoca al respecto. No. Si bien tarde o temprano terminaría enterándose sobre el irrefutable hecho de que Kurt prefería compañía masculina, al chico lo que realmente le aterrorizaba hasta los huesos era exteriorizar inconscientemente su profundo enamoramiento.

Anderson podía ser despistado, sin embargo, existirían personas torno suyo que podían ser más perspicaces. Si se comportaba igual que una colegiala entusiasta, fantaseando con la tonta idea de corazones y flores alguien tardaría poco en notarlo. Y le dirían a Blaine. Entonces sólo sería necesario sumar dos más dos para permitirle al tenor descubrir la verdadera naturaleza de los sentimientos que Kurt albergaba hacia él

Y Hummel preferiría un millón de veces tener al Warbler como un amigo, a no tenerle de ninguna otra forma.

—¿Cuándo piensas salir? —escucharla preguntar aquello consiguió regresarlo sin consideración ni modales a la realidad nuevamente. Kurt hizo muecas extrañas ante semejante cuestionamiento tan raro puesto que podía interpretarlo de múltiples maneras distintas—. Del closet, bobo. ¿Piensas salir pronto?

Kurt alzó la mirada luego de permanecer callado durante un buen rato—. No. No creo estar listo todavía —entonces, desesperado, casi rogó—. ¿Guardaras el secreto, Cedes? ¡Por favor! Nadie puede enterarse sobre esto todavía. ¡Sería terrible! — Hummel casi podía recrear en su mente las reacciones desconcertadas del despiadado equipo de Fútbol ante semejante jugosa noticia. Y la aprovecharían. Ellos ya lo detestaban simplemente por encontrarlo afeminado, convirtiendo cada uno de sus días en verdadero tormentos. Kurt se estremecía sólo imaginar cuanto disfrutarían aumentar la tortura sólo porque confirmasen sus sospechas de que era homosexual.

A decir verdad, le gustaba su rostro tal cual, muchas gracias.

—Tranquilo, mi boca permanecerá sellada —trazando una línea imaginaria sobre su pecho, más específicamente dónde se hallaba ubicado el corazón, prometió—. ¡Qué caiga muerta si no! —entonces, recargándose completamente contra el respaldo de su silla, sonrió, mostrándole al castaño una deslumbrante hilera de dientes ultra bancos—. Hablando románticamente lo nuestro fracaso incluso antes de comenzar, aún así, todavía conformamos un equipo excelente en muchos interminables sentidos —canturreó emocionada—. Tenerte me asegura ciertas ventajas por sobre otras chicas —comentó guiñándole un ojo de manera cómplice.

—¿A qué te refieres con eso?

—Es bastante evidente —amonestó ella palmeándole el antebrazo. Kurt arqueó su ceja derecha todavía sin comprender—. ¿Quieres ejemplos? ¡Bien! ¡Tengo muchos! —utilizando los dedos, comenzó a enumerar—. Moda, música, ropa, accesorios, decoración, programas televisivos, libros… ¡Hombres! —ambos soltaron risitas divertidas ante semejantes ocurrencias—. Escucha —pidió sujetándole las manos cariñosamente—. Sean cuales sean nuestros problemas, prometamos estaremos ahí para escucharnos, gritarnos o bien sermonearnos al respecto. ¿Qué dices? ¿Trato hecho?

—Hecho —concedió Kurt encantado ante tal idea.

Plenamente satisfechos ante su nuevo común acuerdo, continuaron charlando sobre temas triviales interesantes que, progresivamente, acabaron desviándose a las recurrentes asignaciones musicales establecidas por Mr. Shue cada semana. Esos instantes formaron parte de los momentos más serenos y agradables que Kurt pudo disfrutar en meses, relajándose sin preocuparse en fingir ser otra persona distinta. Era casi comparable con respirar profundas bocanadas de aire fresco tras permanecer aislado considerable cantidad de tiempo.

Sin embargo, Kurt desconocía no era el único con constantes incógnitas rondándole.

Oh no. Blaine Devon Anderson lidiaba por cuenta propia unas cuantas también. Y eran confusas, así como también complicadas, haciéndole preguntarse cómo carajos terminó lidiando exactamente una situación tan comprometedora. Porque bueno, ahí estaba él; recostado contra un confortable y cómodo sofá de elegante piel, mueble que, cabía resaltar, formaba parte del mobiliario en una de las tantas salas estudiantiles privadas para alumnos en Dalton. Eran pequeñas aulas independientes, utilizadas en su mayoría si se requerían impartir tutorías extracurriculares entre ellos mismos, ofreciendo ayuda a quienes mostraban ciertos problemas con aprender. Y aunque Anderson si manejaba un muy serio problema entre sus manos, éste no tenía precisamente relación alguna con materias como Matemáticas, Historia Universal o Geografía.

Su problema, más bien poseía brillante y sedoso cabello negro, preciosa figura curvilínea y coquetos ojos vede mar enmarcados por largas pestañas oscuras.

Todo inició aquella misma extraña mañana.

A finales del segundo periodo, un generoso grupo de niñas visitaron Dalton para un amistoso decatlón académico interno. Sobraba decir los chicos, enloquecidos ante la evidente presencia femenina, prácticamente enloquecieron causando autentica algarabía. Ellas venían desde Crawford Country Day; institución exclusiva para chicas que, casualmente, era escuela hermana de Dalton.

Ciertamente Blaine también se mostró sorprendido porque, nada más consiguió abrirse paso entre una autentica marea de chaquetas rojas y azules, reconoció a Angelina Jenkins desfilando entre las dos ordenadas hileras que un profesor pidió formaran, imponiendo así cierto orden. La muchacha siempre atenta, sintió continuo escrutinio sobre su persona y curiosa, buscó entre los presentes hasta localizar a Blaine, regalándole encantadoras sonrisas coquetas. El nuevo Warbler respondió agitando su mano amistosamente, provocando muchos conocidos suyos le lanzaran ciertas bromas jocosas sobre cuanta suerte tenía.

Los dos intercambiaron breves palabras porque debían atender sus propias obligaciones escolares primero.

Después…

A Blaine los acontecimientos posteriores le parecieron condenadamente confusos. Primero, asistió a clases. Italiano, Economía básica y Literatura Inglesa; nada del otro mundo. Luego tuvo práctica con los Warblers; Wes volviéndose loco durante veinte minutos completos porque muchas canciones que tenían pendientes necesitaban cierto tipo de voces que todavía les hacían falta. Después de eso, hizo su prueba para el equipo de Fútbol Soccer, obteniendo buenos resultados. Aunque le habían aceptado, necesitaría trabajar duro si un día quería participar en futuros partidos.

Finalmente visitó la biblioteca. Terminó tarea pendiente y a partir de ahí era cuando las cosas se tornaban borrosas. Lo siguiente que supo era que Angelina lo arrastró al primer sitio vacio disponible, comenzando inmediatamente a besarle hasta dejarlo sin respiración. Después hubo brazos, manos y piernas en todas partes.

Regresando eventualmente al presente, Anderson gesticuló involuntariamente diversas muecas incómodas conforme Angelina, sentada sobre él a horcajadas sin importarle parecer poco decorosa, brindaba cierto descanso a sus labios, los cuales, ya hincados gracias a cada caricia anterior compartida rogaban tregua. Blaine creyó ella se detendría, sin embargo, ocurrió lo contrario. Inclinándose en ángulo perfecto, la chica eliminó cualquier vestigio de espacio, apoyó las manos abiertas contra el pecho del nuevo Warbler y a propósito le permitió sentir cada curva, cada sinuosidad de su cuerpo femenino.

Y Blaine respiró nervioso. Aunque no en el buen sentido natural que la situación implicaba.

No estaba disfrutando en absoluto aquello. Angelina mientras tanto, ajena a cualquier otra cosa, repartió superficiales besos mariposa aleatorios abarcando cada posible trozo de aquella tentadora piel bronceada que llevaba ansiando probar desde el primer momento. Blaine era un chico maravilloso. Cualquier aspecto del joven le atraía; su increíble atractivo físico, sus perfectos modales, su inteligencia innata, la perfecta manera en que sonreía, la deliciosa colonia masculina mezclada con algo más, invitándola a rendirse. ¡La volvía loca! ¡Y ella ansiaba tenerlo!

Angelina se propuso conquistar a Blaine. Haría cualquier cosa por conseguirlo. Lo que fuera. Tan ensimismada estaba en su plan de conquista, que no notó claramente cuán poco Anderson parecía reaccionar sus atenciones. Porque el adolescente ciertamente no experimentaba ni un solo rastro de emoción recorriéndole, tampoco escalofríos, desbocados latidos martillándole contra las costillas, respiraciones ahogadas o súbitos sonrojos. Nada.

No fue hasta que, arrastrada por puro instinto Angelina intentó abrirle la camisa blanca del uniforme, que Blaine decidió había tenido suficiente.

—Oye…—susurró removiéndose inquieto, sujetándole los hombros sin hacerle daño— creo será mejor dejarlo aquí —deteniéndola al fin, la joven preció confundida y le observó desde arriba detenidamente. Pupilas dilatadas producto de un deseo insatisfecho resultaron como un cubetazo de agua helada para Blaine, asustándole. ¡El no podía hacerlo! ¡No podía corresponderle como ella esperaba!

—¿Cómo? —preguntó pretendiendo escuchar mal. No obstante, Anderson, valiéndose de toda la posible educación considerando las circunstancias, se mantuvo firme, explicándole nuevamente y más despacio, quería detenerse—. ¿Por qué? —la sorpresa reflejada en el rostro femenino era autentica—. ¿Hice algo mal?

—¿Qué? ¡No! —se justificó presuroso. Tampoco era que buscara ofenderla—. Sólo considero este sitio resulta muy poco apropiado para hacer estas cosas —dijo señalándoles, utilizando un breve ademan torpe. Entonces, breves instantes después recurrió a su siempre impecable caballerosidad, instándole a levantarse—. Además…—titubeó inseguro. ¿Sería buena idea decírselo? — creo permitimos al asunto ir demasiado lejos.

Angelina, aún confusa, retrocedió hasta erguirse cuan alta era—. Sólo nos besábamos —soltó despreocupada, retrocediendo unos cuantos pasos, creyendo divertido e incluso adorable el comentario—. Tontito, es muy común y no veo por qué debería avergonzarte —Blaine negó, precediendo a reunir sus pertenencias hasta entonces olvidadas en una meza cercana, rehuyéndole—. ¿Eso qué rayos significa? — enfadada, demandó respuestas. Dios. ¿Por qué las mujeres eran tan complicadas? Un segundo rebosaban alegría y al siguiente podrían competir contra una peligrosa pantera.

Y Blaine creía tener mayores probabilidades de sobrevivencia si elegía enfrentarse contra una pantera.

—Mira Angelina, nosotros…—señalando el escaso espacio dividiéndoles, como si justo ahí estuviesen interponiéndose los motivos que tan desesperadamente buscaba y tanto le costaba expresar— esto no funcionará. ¿Comprendes? —respiró hondo. ¿Existiría manera menos hiriente de decirle no estaba interesado? Tomando a consideración la terrible manera despreciativa en que ella le dirigió continuas miradas heladas, supuso no era así—. Escucha, yo…

—¿Sabes qué? —adelantándose, atravesó con grandes zancadas la pequeña estancia. Pasos molestos, pesados e irritantes resonando, interrumpiendo su línea argumentativa—. Eres un reverendo idiota, Blaine Anderson —espetó enfadada. Y él jamás lo vio venir. Cegada ante la furia que le produjo ser rechazada, propinó tremenda bofetada al chico de cabellos oscuros domados con gel, la cual resonó igual que un cañonazo dentro del poco espacioso sitio.

Sin más, dolida, humillada e iracunda, Angelina abandonó Dalton echando chispas, empujando a cuanto estudiante descuidado se le cruzara enfrente.

Blaine permaneció parado en el mismo sitio como idiota unos minutos más. Y pensó, conforme emprendía el camino de regreso a casa, los resultados podrían haber sido mucho peores. ¿Pero peores para quién? Ignorando la pregunta, reacomodó sus ropas, reuniendo toda la posible dignidad perdida posible. Con la mejilla adolorida, los ánimos aplastados y las incertidumbres atenazándole el corazón, caminó al estacionamiento. Al avanzar entre los largos pasillos del prestigioso colegio, se comenzó a cuestionar. ¿Qué diantres le sucedía? Angelina le ofreció una excelente oportunidad, y él, estúpidamente había permitido se escapara entre sus dedos demasiado fácil. ¡Era un tonto! ¡Cualquier otro muchacho normal hubiese aprovechado la situación!

Debatiéndose entre la moral y lo que sus hormonas dictaban, Blaine se reprendió continuamente.

Frustrado, consideró necesario solicitar ayuda. Podría intentarlo con sus padres, no obstante, ellos ofrecerían pocos temas de referencia con los cuales resolverían sus inquietudes. Blaine necesitaba artillería pesada. Y sólo existía una sola persona en todo el mundo capaz de brindársela.

Se trataba del mayor y más grande mujeriego nacido en su línea familiar al menos después de cuatro largas generaciones. Esa continua leyenda heterosexual viviente todavía recordada no sólo entre los sólidos muros que bordeaban Dalton, sino también en la estricta Crawford Contry Day, entre otros colegios públicos aledaños. El liberal hombre por el cual muchas mujeres aún suspiraban soñadoras ante su sola mención.

Presuroso, Blaine extrajo su teléfono móvil y antes de llegar al aparcamiento, buscó en la lista de contactos hasta encontrar el número deseado. Y el nombre de Cooper Anderson brilló en la pantalla de cristal líquido.

Mientras presionaba "marcar", Blaine consideró ya era tiempo de que su hermano mayor retornara a Lima tras tantos meses ausente.










...







¡No estoy muerta! ¡Pero aún así continuó sintiéndome como la peor persona del mundo por haberles abandonado tanto tiempo.

Dentro de mis planes originales estaba el publicar un capítulo lo suficientemente largo, esto con afán de recompensar la larga espera que debieron soportar. Pero he cambiado tanto el contexto de este fic, que me resultó imposible. Han pasado demasiadas cosas en mi vida, y sentarme a escribir prolongados lapsos de tiempo se convierte en algo imposible para mi. Además, gracias a ello he descubierto los capítulos largos no son precisamente mi fuerte, así que estaré reduciéndolos a escritos cortos, aunque con calidad suficiente. ¿Es mejor calidad que cantidad?

También me he dado cuenta mi prosa era(es) un reverendo desastre, no tenía pies ni cabeza. Este más que nada ha sido un pequeño ejercicio, porque bueno, soy algo paranoica al momento de redactar. Sé ha sido cortito el capítulo, y también sé dije pronto aparecerían Cooper y Finn, sin embargo, consideré necesario este pequeño lapsus previo porque Blaine debe tener dudas, cosas que requieran respuestas. ¿Y quién más que Cooper para hacerle saber si cree estar en el equipo correcto?

¡Yo amo a esos dos condenados Anderson como no tienen idea!

Ok, pasando a asuntos más importantes, en verdad quiero agradecerles todo el apoyo moral que recibí de ustedes por medio del fic. ¡No tienen idea sobre cuanto significó para mí!

Sin más, espero aplicarme y actualizar la siguiente semana.

¡Besitos Klainers!

PD: Para quienes esperan Mentalmente Accesible, lamento informar todavía tardará. ¡Tengo un bloqueo monumental! Voy a mitad de la pelea y ya me atoré, así que no sé si lo suspenderé permanentemente o suceda un milagro y pueda sacar las escenas adelante. ¡Lo siento!


Última edición por whiteflower el Sáb Ago 24, 2013 2:16 am, editado 2 veces (Razón : “I Knew I Loved You”)
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Mensaje por darckel Sáb Ago 24, 2013 1:21 am

me encantan tus fics, son enserio muy buenos
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Mensaje por gabiigleek Dom Ago 25, 2013 3:59 pm

omg ya extrañaba este fic, a mi personalmente me encanta como escribes se nota que te tomas tu tiempo y laburas demasiado para que te quede espectacular cada capitulo...este capitulo como tu dijiste era necesario asi que a mi me gusto mucho espero que pronto actualices de nuevo porque en serio me gusta esta historia y tambien tu otro fic espero que te lelegue la inspiracion...besos
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Mensaje por Veronica Everett Criss Lun Ago 26, 2013 6:54 pm

Esperare ansiosa a que actualices tus fics, me gustan mucho, cuidate, saludos
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Mensaje por Aloklainer Lun Ago 26, 2013 9:26 pm

Me encanto el capitulo! Es momento de que Cooper Anderson intervenga! jajaja Amo a los hermanos Anderson. Mi hermano ya esta mejor, por cierto. Gracias por apoyar, ojalá que todo siga bien en tu familia. Esperaré con ansias tu actualización. Tómate el tiempo que necesites :DDDD
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Mensaje por Invitado Sáb Sep 14, 2013 9:57 pm

darckel escribió:me encantan tus fics, son enserio muy buenos
¡Muchas gracias Darckel! ¡En verdad te lo agradezco muchisimo!(Fic Klaine) "“I Knew I Loved You” "XIi" "Hermano Mayor" - Página 3 918367557

gabiigleek escribió:omg ya extrañaba este fic, a mi personalmente me encanta como escribes se nota que te tomas tu tiempo y laburas demasiado para que te quede espectacular cada capitulo...este capitulo como tu dijiste era necesario asi que a mi me gusto mucho espero que pronto actualices de nuevo porque en serio me gusta esta historia y tambien tu otro fic espero que te lelegue la inspiracion...besos
¡Gaby, eres tan amable que siento ni lo merezco!

¡Mil gracias por siempre ser constante y fiel al fic! Espero te guste la actualización. ¡Saluditos!

Veronica Everett Criss escribió:Esperare ansiosa a que actualices tus fics, me gustan mucho, cuidate, saludos
¡Espero este lapsus no hubiese sido tan largo para ti! ¡Y a mi me encanta tenerte aqui! ¡Gracias por leer!

Aloklainer escribió:Me encanto el capitulo! Es momento de que Cooper Anderson intervenga! jajaja Amo a los hermanos Anderson. Mi hermano ya esta mejor, por cierto. Gracias por apoyar, ojalá que todo siga bien en tu familia. Esperaré con ansias tu actualización. Tómate el tiempo que necesites :DDDD
¡Gracias! Yo también ADORO a los Anderbros xD

Igualmente espero todos tus asuntos familiares se resolviera, nosotros por otra parte ya estamos mejor, mil gracias.

¡Disfruta la actualización.

¡Besitos Klainers!(Fic Klaine) "“I Knew I Loved You” "XIi" "Hermano Mayor" - Página 3 2446003554 
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Mensaje por Invitado Sáb Sep 14, 2013 10:14 pm

Advertencia: Este fic ha sido elaborado siguiendo ciertas partes de línea argumental original de la serie, exceptuando detalles que provienen directamente de mi cabeza. También contendrá Original Character. Los personajes de Glee pertenecen a Ryan Murphy, colaboradores y FOX. Si algo fuese mío, trasladaría a Kurt y a Blaine directo y sin escalas a HBO. ¿Entienden los motivos, no?


Agradecimientos especiales a GabiiGleek. ¡Esto es para ti, por tus constantes comentarios que me inspiran a seguir escribiendo.










...










Capitulo XI
Visitas esperadas





Luego del incómodo "incidente" relacionado con Angelina, los siguientes días transcurrieron rápidos y sin mayores contratiempos para Blaine. Aún así, pese a la continua normalidad y falta de acontecimientos importantes en su vida, eso no significó que el turbado adolecente pudiese gozar ciertos momentos relativamente tranquilos. Por desgracia, aquella nefasta semana se había vuelto tan complicada que todo solía salirle mal al recién integrado Warbler. Gracias a las ridículas dudas que todavía persistían con atosigarlo cada pequeña oportunidad, Anderson pasó despierto incontables noches hasta muy entrada la madrugada, preguntándose cómo diantres podría resolver aquel condenado problema.
Sin resultado significativo posible.
Tal descomunal debate interno sobre su sexualidad estaba, literalmente, volviéndolo loco. Necesitaba hablar del tema con alguien, pero el caso era que todavía no se atrevía. La vergüenza podía más, impidiéndole abrirse completamente. ¿Lo peor? Luego de tanto tiempo sin dormir como correspondía, Blaine ya funcionaba prácticamente en autentico piloto automático. Comenzó a tener problemas durante las clases e incluso también cometía graves errores básicos cuando tenía ensayos del coro. Muchas personas notaron algo malo parecía estarle molestando, entre ellos sus compañeros Warblers, Nick, Jeff, ciertos profesores inconvenientemente perspicaces, sus padres en casa y Kurt mismo.
A quien, por cierto, el muchacho no podía siquiera ver directamente a la cara sin sentirse culpable.
Cooper estaría regresando ese mismo fin de semana y nadie sabía todavía. Cuando charlaron, Blaine prácticamente le rogó a su hermano mayor no mencionarle a nadie e inclusive mantener aquello en secreto hasta de sus propios padres. Aunque Cooper sonó poco conforme ante semejante petición, igual terminó aceptando. Desde mucho tiempo atrás comprendía hasta cierto punto los motivos por los cuales le estaba solicitando aquello, sobre todo porque Finn le acompañaría y ambos hermanos Anderson sabían de primera mano cuantos conflictos solían suscitarse nada más Finn y Kurt compartían un mismo espacio aunque fuese sólo cinco minutos.
Cooper le advirtió a Blaine era una decisión muy tonta recurrir al silencio porque, como el contratenor llegase a enterarse, se pondría furioso. Así pues, tras darle muchas vueltas, pensarlo continuamente y rendirse sin remedio, Anderson decidió decírselo a su mejor amigo personalmente antes de que alguien más pudiese hacerlo.
Era un viernes por la tarde cuando finalmente reunió suficiente valor.
Kurt, ya en la ansiada recta final de su merecido castigo por abusar irresponsablemente de bebidas alcohólicas, se hallaba trabajando arduamente prestando cuanta ayuda pudiese brindar en el taller mecánico del cual Burt era dueño. Nada más arribar al sitio, reconoció los familiares sonidos que le hicieron rememorar cada momento vívido ahí desde pequeño hasta la actualidad.
Siendo amigo de Kurt, prácticamente había crecido entre automóviles descompuestos, anaqueles repletos con extrañas refacciones y ese familiar olor a aceite de motor. Tranquilo, con las manos hundidas en los bolsillos, conforme siguió caminando, Blaine reconoció a dos hombres bonachones cuyo aspecto afable e idéntico inspiraban inmediata confianza.
Ellos entre tanto, ensimismados en sus respectivas labores, pasaron inadvertida la presencia del tenor y profirieron diversas maldiciones mientras intentaban, sin mucho éxito, encontrar el desperfecto que impedía a un brillante Toyota rojo funcionar correctamente. Resultaba bastante obvio el testarudo vehículo les causaba problemas porque, ambos trabajadores, impacientes, protagonizaron diversas discusiones intentando demostrarse entre si quién tenía razón. Bob y Michael Kepner eran unos agradables mellizos ya entrados en los cincuentas, cuyos vastos conocimientos en mecánica automotriz les permitía reparar cualquier aparato con un motor sin problema alguno. Llevaban trabajando casi catorce años para Burt, debido a ello, tuvieron oportunidad de ver crecer tanto a los chicos Anderson como a los Hummel.
Eran bueno tipos cuyas mentes abiertas les garantizó amistad automática entre ambas familias.
—¿Hasta cuándo pretendes seguir comportándote como un autentico idiota? —exclamó Bob con dificultad tras meter medio cuerpo dentro del hueco donde iba instalado el motor—. Ya te lo he repetido mil veces: es el jodido retén del cigüeñal lo que nos ha estado fastidiando toda la maldita mañana. Debemos pedirle a Hummel un repuesto, contactar al cliente y si tenemos suerte suficiente quizá podamos deshacernos de este cacharro inútil más tardar pasado mañana.
Alguien más refunfuñó incoherencias, evidentemente molesto.
—¿Recuérdame de nuevo por qué mierda pierdo mí valioso tiempo escuchándote? ¡Dices puras tonterías! Es más… ¡Apuesto cincuenta dólares a que no reconocerías una condenada avería ni aunque esta golpeara directo contra tu ridícula y gordinflona nariz!— espetó indignada otra voz idéntica escasos metros más allá—. Ajusta las estúpidas bielas y asunto arreglado. ¡Carajo! ¡Odio compliques tanto las cosas más simples!
—¡Cierra la boca, papanatas! Además, por si lo olvidaste, en apariencia compartimos la misma condenada nariz, así que, si quieres conservarla intacta mejor apresúrate y pásame las herramientas, inútil bastardo bueno para nada —sin darle oportunidad de responder, extendió el brazo a ciegas mientras esperaba recibir lo requerido. Entonces, al revisar ciertos detalles superficiales, Bob prestó fugaz atención al frente encontrándose con Blaine. Sonriéndole gustoso, silbó—. ¡Hey Mich, tenemos compañía! —olvidándose de los arreglos, se irguió cuan alto era prosiguiendo a limpiarse utilizando un paño tan sucio que Blaine dudaba consiguiera algo—. ¡Anderson! ¡Nos alegra mucho verte, muchacho!
Educado, Blaine les regresó el saludo—. ¿Qué tal? —prestando curiosas miradas al enorme trozo de metal rojizo, continuó—: ¿Se les puso difícil, he? ¿Acaso están perdiendo su toque, señores?
—Cuidado con esa lengua Anderson — amenazó Bob siguiéndole la corriente.
—Nada que no podamos manejar —Michael objetó apoyándose contra el capo abierto, derrochando absoluta confianza arrogante—. ¿Sabes, B? Me encanta tenerte por aquí y todo lo demás, pero te suplico alegrar mi espantosa tarde diciéndome acudiste a nosotros buscando refacciones para esa preciosidad que tu viejo insiste mantener cruelmente encerrada en casa —divertido ante el comentario relacionado con un muy bien preservado y antiguo Duesenberg, Blaine se río. Ese precioso auto coleccionable había sido un ostentoso obsequio que el abuelo Anderson hizo a Carl después de concluir satisfactoriamente sus estudios universitarios.
Sobraba mencionar todos solían amarlo nada más verlo—. No, lo lamento —respondió risueño. El hombre, decepcionado, gruño maldiciones entre dientes. Bob en cambió soltó potentes carcajadas burlándose de su mala suerte—. En realidad necesito hablar con Kurt. ¿Se encuentra aquí?
—¡Claro! Hace menos de media hora trabajaba con un Sentra —dijo señalando el interior utilizando una gruesa y pesada llave—. Anda, seguro le encantará saber viniste a visitarlo.
—Muchas gracias caballeros, los veré luego —despidiéndose, Blaine ingresó al taller dejándolos solos. Sin molestarse en disimular su latente curiosidad, ambos hermanos Kepner siguieron al adolescente con la mirada hasta que lo perdieron de vista entre los gruesos muros pintados con brillantes colores azules y amarillos del local.
—Caray, todavía me pregunto por qué estos dos chiquillos no son novios—comentó Michael regresando a sus obligaciones.
Echándose atrás la descolorida gorra azul que llevaba puesta, Bob puso autentica cara de complicación; como si le estuviesen obligando a resolver una confusa ecuación matemática—. ¡Lo mismo he pensado yo! Hasta un inocente ciego podría percatar cuanto se gustan —interesado, en tono sugerente preguntó meneando las cejas—: ¿Crees será buna idea si les damos unos cuantos empujones en la dirección correcta?
—¿Quién demonios te crees qué eres? ¿Cupido? —espetó sarcástico, golpeándolo tras la cabeza fuertemente—. Olvida las sandeces viejo mañoso y pongámonos a trabajar; esta porquería no se reparará sola y yo quiero marcharme temprano a casa hoy.
—Sí, sí, como sea. ¡Nunca me dejas divertirme!
Los comentarios mordaces entre los dos hermanos continuaron durante otro par de minutos más, pero Blaine, ajeno a la situación que se desarrollaba afuera, entró al establecimiento encontrándose al instante con Kurt que, como bien le dijeran antes, estaba trabajando en un Sentra plateado. El capo del vehículo necesitó ser levantado en su totalidad, permitiéndole al castaño trabajar libremente y realizar así los ajustes solicitados con maestría. Blaine permaneció quieto en su sitio durante tres o cuatro minutos, estudiando la alta figura masculina moverse con aire conocedor. Y eran gracias a momentos así que Kurt continuaba sorprendiéndole.
Bien sobraba decir su amigo continuamente solía regalarle diversas gratas sorpresas, no obstante, aquello era diferente.
Aunque Anderson tenía serias dificultades para descifrar en qué especifico sentido.
Entonces, emergiendo de la torpe ensoñación autoimpuesta, Blaine avanzó otra vez conforme se reprendía. Auguraba aquella plática pendiente— postergada más que nada por cobardía—, desencadenaría ciertos acontecimientos desagradables. Kurt tenía carácter fuerte, era testarudo y si dejaba libre a esa aterradora dama del hielo que albergaba en su interior las cosas podían ponerse feas. Reuniendo suficiente valor para acercarse, empleó pasos vacilantes mientras se recodaba a modo de mantra uno de los principales motivos del por qué su amistad con Kurt funcionaba era porque solían ser sinceros entre si. Y, aún cuando Blaine tenía casi grabada la horrible sensación de que últimamente parecían ocultarse muchas cosas, él particularmente necesitaba hablarle sin mentiras ni ningún otro secreto de por medio.
Ya no.
Sí, contactó su hermano pidiéndole regresar y eso sólo significaba Finn, fiel a su costumbre, también lo imitaría. Blaine era consiente sobre cuán tensa era la relación entre Finn y Kurt; ambos Hummel apenas podían soportar permanecer juntos uno al lado del otro sin comenzar a atacarse con uñas, dientes e inclusive todo cuanto tuviesen a su alcance.
Pero Blaine extrañaba también a su propio hermano. Extrañaba tenerlo en casa, extrañaba charlar con él sobre cosas triviales, extrañaba cantar juntos, extrañaba tantas y tantas cosas que, pese a sonar egoísta, ansiaba tener y odiaba renunciar sólo porque Kurt llevase una mala relación con Finn. Aún así, costara lo que costara, o las consecuencias obtenidas, Blaine prefería seguir siendo honesto. La verdad absoluta era algo así como piedra angular en una relación, fuese cual fuese. Sí, lidiaría resultados poco agradables, pero sólo rogaba todo permaneciera dentro de su control.
—Hey —saludó regulando su tono de voz, ocasionando que Kurt tuviese reacción automática y girara la cabeza hacia él nada más escucharle.
Y verlo sonreír así, de manera tan única, evidentemente feliz por tenerlo allí ocasionó que algo muy extraño y significativamente importante produjera un sonoro "clic" dentro del Warbler. Aturdido, sin mayor explicación lógica ni aparente razón válida, Blaine vio diferente toda su perspectiva sobre el mundo entero, las personas rodeándole, los colores, sonidos o aromas. Usando palabras entendibles, fue como activar un interruptor. De inmediato una tórrida sensación agradable fluyó lento desde sus entrañas; está siguió camino aleatorio, recorriendo cada músculo, deslizándose entre terminaciones nerviosas, huesos y venas hasta envolverle el corazón, robándole el aliento.
Y Blaine se asustó ante tantas nuevas emociones embargándolo. ¡Estuvo a punto de parar, darse media vuelta y salir huyendo! Pero no pudo. Fuerzas desconocidas le impidieron ordenarle a sus piernas obedecer. Intentó tranquilizarse. ¡Caer presa del pánico no ayudaría!
Cristo bendito ¡¿Qué diablos sucedía con él?! —. Hola tú — Anderson parpadeó repetidas veces tratando de controlarse—. Blaine, ¿te encuentras bien? —dijo Kurt interesado, sacándolo del sopor inicial en que había caído.
—Perdón —disculpándose por algo que no tenía sentido, agitó su cabeza con la vaga esperanza de empujar todo lejos—. Últimamente he estado un poco distraído.
—Pude notarlo, pero si soy sincero contigo pues diré no me sorprende nada. Eres una de las personas más despistadas que conozco —seleccionando tres herramientas distintas con aire profesional, Kurt procedió a seguir los operaciones necesarios para finalizar el servicio automotriz que requería aplicar al Sentra—. ¿Sucedió algo malo? —quiso saber inspeccionando unas cuantas zonas del motor cuya funcionalidad Blaine ignoraba—. ¡Ya sé! ¿Olvidaste comprar más gel?
—¿Qué? —Anderson río ante las ocurrencias del castaño, relajándole un poco—. ¡No Blue!
—Mira, ya tuvimos esta charla antes y si continuas abusando de esa cosa sólo conseguirás quedar calvo antes de cumplir treinta. ¿Tienes idea sobre cuántos químicos dañinos pones sobre tu cabeza cada día? ¡Miles amigo mío! ¡Miles! —expresó melodramático.
—Uno: mi cabello es un reverendo desastre, lo sabes porque has visto cómo despierto cada mañana. ¡Parezco brócoli! Dos: apostaría mi guitarra que los elementos mencionados son exactamente los mismos utilizados para fabricar el fijador en sprey que tanto adoras y sueles llevar a todas partes —contraatacó divertido, más aún porque Kurt respondió utilizando un amortiguado "touche" —. Igual da, no vine precisamente a discutir sobre productos de belleza dañinos.
—¿Entonces?
El chico suspiró derrotado. "Aquí vamos", pensó—. Necesito comentar contigo cierto asunto importante —Kurt apenas y lo miró debido a que todavía tenía, literalmente, la cabeza dentro del automóvil.
—Bueno, soy todo oídos; sabes puedo realizar diversas actividades al mismo tiempo sin problemas —comentó despreocupado al intentar localizar unas pinzas sobre el borde del vehículo. Blaine escuchó murmurarle un suave "gracias" cuando amablemente se las alcanzó, y, supuso sería mejor y más sencillo evitar mirarlo a la cara conforme se lo decía.
¿Cobardía? No, sólo natural instinto de supervivencia, muchas gracias.
—De acuerdo, lo haré pero quiero que escuches primero sin interrumpir. ¿Crees poder hacer eso? —Kurt asintió aunque a regañadientes. Era ahora o nunca—. Me puse en contacto con Cooper —comenzó. Segundos después de que las palabras abandonaran sus labios, Blaine notó los hombros del castaño se ponían tensos, rígidos ante la inesperada noticia revelada tan inesperadamente. Sin embargo, fiel a lo prometido, Hummel guardó silencio absoluto—. Según comentó, este año le permitieron elegir una curricula menos cargada, eso le brinda oportunidad de regresar a casa cada tanto.
Kurt afirmó con ritmo constante todavía sin encarar al otro muchacho—. ¿Cuándo exactamente vendrá? —preguntó desinteresado, fío y carente de emoción. Tanto que daba escalofríos.
—Mañana —reveló firme, esperándose lo peor. Pero, lejos de cualquier pronóstico común Kurt reaccionó…tranquilo. Quizá demasiado tranquilo. Anormalmente bajo absoluto y completo control.
—Son buenas noticias, ¿no? —empleando deliberado tono indiferente, continuó—: Apuesto tus padres deben estar súper felices, ya sabes, considerando la última visita de Cooper fue hace seis o siete meses.
—Ocho en realidad, Blue —Blaine respingó sorprendido al ver como Kurt arrancaba unas cuantas mangueras y cables pequeños de tajo sin demasiada delicadeza. Y el Warbler casi juraba ninguna tenía relación con el proceso de afinación.
—Supongo entonces Finn también —siseó carente de humor.
—Yo…—¿Qué diría exactamente? "Cooper no dijo nada al respeto Kurt, tu tranquilo" o "si sabes así será entonces no deberías sorprenderte" Esas respuestas sonaban groseras dentro de su cabeza, así que optó por la opción más sencilla—. No lo sé, Blue —tenso silencio calló sobre los chicos—. ¿Te enfadaste conmigo, verdad?
—Mejor dejémoslo así, Blaine —Blaine boqueó tratando de agregar algo más, pero Kurt, inflexible, se lo impidió—. ¿Sabes qué? Será mejor que te vayas. Todavía tengo mucho trabajo pendiente y tu presencia me distrae.
—Pero…
—¡Largo Blaine!
El moreno no dudó dos veces y obedeció. Marchándose sin dirigirle otro comentario, consideró lo mejor era dejarle tranquilo, darle oportunidad de asimilar las cosas o acabarían protagonizando una pelea épica de desastrosas proporciones.
Entristecido y moralmente derrotado, para cuando Blaine regresó a casa el cielo estaba tintado ya con profundas tonalidades rosadas, violetas, naranjas y azules anunciando pronto anochecería. Aunque el chico intentó comportarse lo más normal posible frente a sus padres al explicarles por qué tardó tanto en regresar, los señores Anderson percibieron ciertos detalles raros en cómo se comportaba, sin embargo, creyeron sólo había tenido un mal día. Pero tales sospechas quedaron confirmadas cuando, treinta minutos más tarde, Blaine prácticamente corrió escaleras abajo ataviado con cómoda ropa deportiva e, igual que una bala, se dirigió sin mirar a nadie directo al garaje.
Ahí practicaba boxeo tres o cuatro veces durante la semana.
Ben, preocupado ante tal comportamiento extraño, instó a Carl para que hablase con él lo más pronto posible. Comprendiendo la situación, éste apagó el televisor importándole muy poco estuviesen transmitiendo uno de los juegos más importantes para su equipo favorito y, asegurándole a su esposo hacerse cargo, caminó al garaje preparado para mantener una charla amistosa con su hijo. Carl recordaba cuán complicado podía resultar ser adolescente, pasó también aquella época, por eso su trabajo consistía en servir de guía, brindar los consejos correctos que le permitirían a Blaine seguir adelante con mayor seguridad.
Al llegar, Carl escuchó alto y claro los puños de Blaine estrellarse cada vez más fuerte contra el saco de box, golpeando inmisericorde entre ritmos constantes, fluidos, pesados. Al hombre mayor le pareció que su hijo pretendía expulsar fuera infinita rabia; puñetazo tras puñetazo desahogaba no sólo la ansiedad física, sino también las penas del alma.
Blaine siempre fue un jovencito tranquilo, intentaron educarlo lo mejor posible inculcándole buenos principios y modales. A diferencia de Cooper, Blaine pensaba más las cosas antes siquiera intentar llevarlas a cabo, por eso mismo le hizo notar estaba ofuscado. Carl podía ser muchas cosas más nunca ingenuo o tonto.
Y sospechaba quién podía ser causante de aquella situación—. Tu izquierda ha mejorado mucho desde la última ocasión que tuvimos oportunidad de entrenar juntos, hijo —dijo tomando desprevenido al muchacho que, sorprendido, le dirigió fugaces miradas interrogativas. Blaine estuvo tan concentrado en recordar los acontecimientos recientes entre Kurt y él, en repasar sus propios errores que no prestó suficiente atención a nada más.
—Gracias —jadeó propinando otra serie de golpes bajos—. He trabajado duro en ello.
—Deberías mostrárselo a Cooper, seguro se pondrá celoso —dijo encogiéndose de hombros—. Ya sabes cuánto le gusta alardear sobre su habilidad innata para los deportes, pero, si soy sincero contigo, siempre pensé eres mejor en esto —Blaine sonrió halagado además de complacido ante el comentario, no obstante, también le pareció curioso. Carl notó aquello y continuó—. Habló con nosotros ayer.
Blaine entendió todo al instante. Cualquier idiota con dos dedos de frente podría hacerlo a la primera—. Oh, Dios—bufó incrédulo haciendo muecas indignadas—. ¡Debí suponer le sería imposible mantenerse callado! —exclamó enfadado y procedió a retirarse sin cuidado los guantes de ejercicio—. Si Cooper tuviera información clasificada del gobierno seguro tardaría sólo cuatro minutos en divulgarla —gruñó—. ¡No puedo creerlo!
—Por eso nos alegra decidiera estudiar arquitectura —bromeó Carl intentando calmarle—. Escucha Blaine, tú hermano creyó actuar correctamente al informarnos sobre su llegada mañana. Además, si lo piensas detenidamente, tarde o temprano nosotros notaríamos su presencia porque admitámoslo, Cooper no es ni será nunca el rey de la discreción.
Blaine revoleó los ojos. Eso era muy cierto, mientras Cooper más llamase la atención, mejor—. Siento haberles ocultado esto, pero yo…—frustrado, pasó los dedos entre sus rizos ya sin rastros de gel. Prefirió dejar inconclusa la frase guardándose para si mismo ese "tengo dudas", y comenzó a deshacer las vendas protectoras que había enrollado torno a sus puños y muñecas.
Carl suspiró paciente—. ¿Todo este problema tiene que ver con Kurt, cierto?
—¿Por qué crees eso?
—Seamos sinceros entre nosotros colega, tu personalidad siempre ha sido tranquila y contadas ocasiones solías meterte en problemas con algún otro chico. Cooper, a diferencia tuya, era más de usar golpes; tú en cambio preferías dialogar primero. Sólo hasta hoy conozco una persona capaz hacerte perder la paciencia sin emplear mucho esfuerzo —Blaine sabía sin necesitar aclaraciones estaba refiriéndose a Kurt. Avergonzado ante tales declaraciones, sintió inusual calor instalándosele sobre las mejillas. Miro a otra parte pretendiendo pasar desapercibido.
Carl en toda respuesta le tomó las manos y procedió a ayudarle con los vendajes—. Le dije sobre Cooper —susurró Blaine sin ánimos—. Reaccionó mal y literalmente acabó echándome del taller.
—No justifico su conducta, aún así, créeme entiendo bien por qué ustedes discutieron; Finn todavía es un tema delicado no sólo para Kurt, sino también para Burt mismo. Los tres mantienen una relación tensa, incómoda, complicada y nada racional.
—¿Yo soy culpable acaso? Kurt al menos debió intentar comportarse menos…no sé, grosero.
—Haber, piénsalo detenidamente hijo —pidió culminando su labor —. Esto no es reclamo pero, tú y Kurt son muy unidos; suelen conversar entre ustedes temas que difícilmente nosotros siendo sus padres podríamos soñar enterarnos algún día —Blaine asintió, concediéndole razón—. Seguro él mismo te detalló ya millones de veces cuán difícil suele resultarle convivir bajo un mismo techo junto a Finn. Ahora bien, ¿adivinas realmente por qué motivo pueda ser?
—Porque Finn suele volverlo loco —concluyó resaltando lo evidente—. Pelean cada que se presenta oportunidad.
—En parte así es, sin embargo, cuando su hermano viene a Ohio, Kurt desea desesperadamente ser dejado tranquilo porque Burt, aunque lo hace con buena intención, ejerce constante presión sobre él puesto desea reconciliarlos a como dé lugar. Sin grandes resultados debo agregar. ¿Tienes acaso una mínima idea sobre cómo debe sentirse Kurt? A diferencia tuya, los chicos Hummel disfrutaron pocos momentos felices luego que Elizabeth falleció —Blaine cerró los ojos, comprendiéndolo desde otro punto distinto—. ¿Podría darte un consejo? —preguntó viendo la turbación del más joven. El Warbler meneó su cabeza afirmativamente—. Aligera su carga, no la aumentes. Arreglen sus diferencias, Kurt necesitará lo apoyes con esto todo cuando puedas. Recuerda, un buen amigo además de decir verdades aunque duelan, también brindan comprensión incondicional sin importar sea o no necesario, sea o no pedido. ¿Entiendes?
—Sí, lo entiendo —dice pensativo; su padre tenía razón.
—Me alegra escucharlo. Sólo medítalo —sugirió palmeándole el hombro cariñosamente—. Ahora, ve a ducharte. A tu padre le dará un ataque si te presentas a cenar así.
Blaine se dispuso a cumplir la petición, pero antes de salir giró sobre sus talones levemente—. Papá —llamó al hombre, quien le miró interrogante—. Gracias.
Carl sonrió—. No hay nada que agradecer, pequeño.
Esa misma noche Blaine se fue a la cama con los sabios consejos de su padre rondándole sin descanso la cabeza. Igual a otras tantas ocasiones, necesitó mantenerse despierto para pensar detenidamente sobre la situación que, le gustara o no, requería pronta solución. Dándole incontables vueltas al asunto, sólo logró, además de conseguir una terrible migraña, concluir que enfadarse con Kurt por puras estupideces no tenía sentido alguno. Odiaba enfadarse así, sobre todo si su amigo era el autor principal del conflicto. Pero eso no era todo; Blaine también detestaba todo cuando acompañaba esos malos entendidos. Odiaba sentirse culpable después, odiaba la soledad que acompañaba los altercados porque tan acostumbrado estaba a la presencia del castaño y lo extrañaba horrible porque este, gracias al orgullo procuraba evitarlo semanas completas. Blaine aborrecía tener otros amigos y buscar en ellos características similares al contratenor, pero claramente ninguno podía comparársele aunque intentaran mil años. Detestaba cada día transcurriera lento y cada uno, incapaces de soportarlo más, decidían resolver sus diferencias. Sobre todo, añoraba esos ocasionales textos en horas escolares, los chistes malos, las entretenidas conversaciones sobre moda, películas, música o cualquier otra cosa importante o no.
Triste, Blaine comprendía cometió el error de esconderle a su amigo Cooper pronto les visitaría, y, prometiéndose a si mismo enmendarse al día siguiente, ideó breves retazos brindándole forma definida a un excelente plan hasta caer rendido ante Morfeo.














Kurt recibió un mensaje de texto la mañana del sábado mientras horneaba galletas.
Luego del fallecimiento inesperado de Elizabeth, Kurt voluntariamente ofreció encargarse de la preparación para cada una de las tres comidas esenciales durante el día. Bien podría haber rechazado tal obligación pues por aquellos entonces todavía era muy pequeño para asumir semejante actividad complicada, no obstante, aceptó ya que tanto Burt como Finn creyeron sería buena idea intentar sobrevivir consumiendo cantidades ingentes de pizza, hamburguesas, papas fritas o cualquier otra porquería grasosa. Pura basura cuyo alto contenido calórico asesinaría a un caballo sin misericordia.
Ben, siendo chef profesional, amablemente le enseñó diversas recetas saludables de simple preparación. Conforme transcurrieron los años y Kurt ganó confianza sobre sus habilidades culinarias, comenzó a investigar otros platillos cada vez más complejos que abarcaban desde lasaña hasta quiche. Kurt amaba cocinar, pero su verdadera pasión escondida era, innegablemente, la repostería. Hummel se maravillaba al saber que utilizando simples ingredientes básicos presentes en cualquier cocina decente, podía crear cosas deliciosas. Además, le permitía pensar.
Ignorando a propósito el teléfono, continuó desplazándose desde un extremo a otro en la habitación conforme batía, preparaba y enharinaba los moldes correspondientes e introducirlos al horno nada más tuviese lista la maza cruda. Robert, su única compañía hasta ese momento, le observaba con sumo detenimiento pues esperaba dejase caer cualquier cosa comestible. Al contratenor lo alegraba muchísimo que su padre aceptara a Robert sin inconvenientes mayores; tal vez notó éste animaba sus días que, poco a poco, se volvían menos solitarios teniéndole ahí.
No fue hasta que Kurt dio forma determinada a la mezcla y colocó cada charola dentro del horno precalentado que decidió verificar el mensaje. En realidad muy poco pudo sorprenderle comprobar era Blaine quien lo había enviado. Sentándose en una silla cercana, suspiró completamente derrotado; pese a todo lo desagradable ocurrido entre ellos apenas el día anterior, Kurt reconocía tenía mucha curiosidad por conocer qué cosa podía contener aquel texto. Meditó borrarlo, más desistió inmediatamente cada vez.
Rindiéndose ante la poderosa tentación, presionó abrir.
Básicamente Blaine expresaba utilizando palabras elocuentes sus inmensos deseos por intentar disculparse, y para ello necesitaba verlo. Hummel sopesó posibilidades. ¿Sería acaso buena idea aceptar? Tomando en cuenta él seguiría acosándolo sin descanso, supuso era mejor ceder.
Así pues, Kurt se presentó en "The Lima Bean" exactamente tres horas más tarde, según las indicaciones recibidas. Igual que siempre, delicioso aroma a café recién hecho inundaba cada rincón, relajándole en sobremanera cuando cruzó el umbral. Restándole importancia al hecho de que había pocos clientes pese a ser Sábado, Kurt escaneó con sumo detenimiento cada rincón del interior esperando localizar sin problemas esa conocida silueta familiar que apostaba podría reconocer aún entre multitudes sin fallar.
Y sí, ahí estaba Blaine. El joven ocupaba una meza apartada ubicada justo al fondo, pero cercana a los ventanales. Aprovechándose que su amigo le daba la espalda, se aproximó sin apenas emitir sonidos y ocupó el sitio vacio frente al Warbler.
—Hola —saludó Blaine quedamente, sonriendo apenas. Kurt, sintiéndose terrible, permitió al enojo desinflársele por completo del pecho. Su amigo lucía agotadísimo, afligido, desanimado e inclusive no había rastro alguno de esa brillante alegría que solía destilar cada segundo, contagiando a cuanto pudiera. Correcto, tal vez Hummel reconocía exageró demasiado su reacción cuando supo sus respectivos hermanos mayores volverían.
Necesitaba poner fin a aquella ridícula situación cuanto antes.
—Hola —Kurt también sonrió e intentó infundirle cierta tranquilidad.
Blaine no merecía un trato así. Cualquier amistad tenía altas o bajas, sin embargo, pese a existir más bajas que altas entre ellos, Blaine era quien siempre solía reconfortarlo cuando tenía malas experiencias, quien mostraba plena disposición a escucharle aún cuando tenía ocupaciones propias por las cuales preocuparse. Blaine era un chico sumamente especial, con él soñaba, imaginaba y compartía su completa visión sobre cómo le gustaría fuese su futuro. Él no tenía derecho a hacerlo miserable sólo porque se sintiera así consigo mismo.
Amaba a Blaine, se suponía debería convertirse en cada vez mejor persona para aquel que era dueño de su corazón.
—Pensé no ibas a venir —dijo estudiándole con sumo detenimiento las facciones. Casi esperaba encontrar en ellas cualquier vestigio de rechazo o arrepentimiento. Nada. Cálido alivio reconfortante surgió, brindándole mayor confianza.
—Estuve a punto —esa era la pura verdad. Dejándose llevar ante la arraigada presencia del orgullo, consideró ignorar el mensaje antes recibido, faltar a esa cita por puro despecho más que nada y después pretender fingir completa ignorancia al respecto—. Pero decidí hacerlo porque ahora soy yo quien necesita charlar contigo —Blaine, confuso, abrió su boca dispuesto a contestarle pero Kurt le impidió emitir sonido alguno—. Espera, una vez termine podrás decir todo cuanto quieras. ¿Te parece? —Blaine aceptó—. Hasta hace poco todavía seguía molesto contigo; estúpidamente me sentía traicionado porque ocultaste prácticamente una semana entera Cooper y Finn estarían de vuelta. Sabes perfecto siempre he preferido moverme sobre terreno conocido y me enfade porque no pude prepararme para enfrentar la situación —ojos hazel nada orgullosos ante la mentira miraron directo al suelo—. Aún así, nada más verte necesité aceptar de inmediato llevé las cosas muy lejos; estas batallas son mías, no tuyas Blaine.
"Finn y yo somos quienes tenemos problemas. Que mi hermano mayor sea un imbécil no significa tú debas alejarte de Cooper. Te pido perdón Blaine, mi actitud además de terrible fue grosera, desagradable e intolerante. Volqué sobe ti mis frustraciones e inseguridades, fui estúpido y lamento muchísimo haberte lastimado u ofendido de cualquier manera" —Blaine tenía atorado contra la garganta un gran nudo imposibilitándole hablar. Él había sido quien tenía preparado todo un discurso, pero Kurt se le adelantó, sorprendiéndolo otra vez.
Mordiéndose el labio inferior, Anderson se aguantó las terribles ganas que tenía por ponerse a llorar. Nisiquiera sabía qué le motivaba. Innumerables sentimientos encontrados acumulados lo ponían horriblemente susceptible. Olvidando otras personas podrían verles, importándole poco a las posibles murmuraciones prejuiciosas ante aquellas obvias muestras de afecto entre dos chicos, pasando por alto al resto del mundo entero, justo ahí, imaginó eran ellos solamente. Lento, muy lento, Blaine deslizó su mano sobe esa pequeña meza interponiéndose y estrechó la de Kurt gentilmente.
El tibio y familiar contacto alivió su ansiedad—. Supongo somos unos tontos.
Kurt soltó una risita—. Sí, lo somos.
Entonces, cuando Hummel afianzó su agarre, Blaine notó cierta reveladora diferencia. Claramente reconoció por vez primera una poderosa e indescriptible sensación invadiéndole. Ésta no se parecía en nada a la que sintió apenas la tarde anterior, era mucho más aterradora, intensa y aplastante. Nunca antes experimentó cosa semejante; nisiquiera Angelina o cualquier otra persona consiguió provocarla en él, removiéndole importantes fibras del alma. El corazón del Warbler martilló contra sus costillas disparando su presión sanguínea imposibilitándole pensar adecuadamente pues, como si irreal luz divina proveniente desde los mismísimos cielos traspasara las ventanas y bañase entero al chico que lo acompañaba, le permitió verlo bajo otro concepto distinto.
Lo primero en resaltar fueron esos preciosos ojos azules estudiándole con sumo detenimiento. Estos poseían increíbles tonalidades grisáceas, encerrando incontables secretos que Blaine ansiaba conocer, compartiendo a la vez otros tantos con su dueño. Todos y cada uno. La pálida piel del alabastro suave al tacto contrastaba perfecto contra la suya más oscura, fascinándole. Los labios rosados tentadores, las largas pestañas cobrizas y el impecable atuendo. Aunque no sólo eran aspectos físicos. Sí, éstos eran importantes más no primordiales. Blaine descubrió arrebatada atracción emocional sin relación amistosa hacia Kurt. Pese a sus posibles fallas, pese a sus defectos o posibles equivocaciones, Anderson fervientemente deseó convertirse en el universo entero de alguien. En el universo de Kurt. Sin embargo, las preguntas arremetieron segundos después; ¿Sería eso posible? ¿En qué instante semejantes sentimientos tomaron forma? ¿Eso confirmaba era gay? ¿Kurt también?
—¿Qué sucede? —preguntó Hummel sacándolo de sus hondos pensamientos—. Repentinamente te pusiste pálido.
Sin poderlo evitar, Blaine propinó cariñosas caricias en la mano de Kurt usando su pulgar—. Nada, sólo pensaba.
—Bien, pues siendo así me gustaría…—expectante, el muchacho arqueó su ceja esperando una continuación, sin embargo, Hummel parecía sumamente entretenido en admirar un punto determinado donde se hallaba ubicada la puerta que permitía acceso al local.
Intrigado, Blaine quiso saber qué podía ser tan importante para robarle completa atención a Kurt. Girándose unos cuantos centímetros, de inmediato vio la alta figura de Cooper Anderson sobresaliendo entre todos los otros clientes. Una emocionada expresión feliz apareció automáticamente en el rostro del moreno que, casi tropezándose, se puso en pie para salir corriendo y aprisionar al mayor en un efusivo abrazo apretado. Cooper, recibiéndolo, soltó una sonora carcajada encantada correspondiéndole con igual entusiasmo.
—¡Oh Dios! —exclamó levantándole del suelo aprovechando la diferencia entre estaturas—. Caramba hermanito, te he extrañado como no tienes una mínima idea —dijo propinando palmetazos quizá demasiado fuertes en la espalda del más pequeño, pero él en realidad ni lo notó. ¡Cooper estaba ahí! Tras tantos meses sin verse, otra vez habían podido reunirse.
—Me has hecho muchísima falta, Coop.
—Y tú a mi Squirrel —Blaine puso los ojos en blanco ante el sobrenombre—. ¡Mírate! Creo creciste desde la última vez que nos vimos —le molestó, ganándose un golpecito inocente que también fingió bloquear.
—Sólo un poco —agregó súper contento—. ¿Hace cuánto llegaste? —quiso saber, guiándole de regreso a la mesa que antes ocupaba.
—Media hora, una hora a lo mucho. Papá insistió terco en ir a recibirme al aeropuerto —dijo entusiasta—. Mientras íbamos de camino a casa, mencionó estarías aquí así que, creí buena idea unirme. ¡Hace tanto no disfruto café real! —entonces, Cooper miró a Kurt. Hummel hasta ese instante había creído conveniente guardar cierta distancia permitiéndoles a ambos hermanos Anderson reencontrarse sin interrupciones indeseables. Le daba gusto ver nuevamente al otro hombre que también era prácticamente como un hermano más—. Blue…—saludó extendiéndole sus brazos en claro gesto de bienvenida. Kurt rió y, adelantándose un paso, se abrazó al universitario.
—Bienvenido Coop.
—Gracias compañero. ¡Es fenomenal regresar! —dijo apretándolo más fuerte—. Pero déjame verte, Blue —de manera descarada, Cooper escaneó al contratenor con ojo crítico; poco acostumbrado a un escrutinio tan exhaustivo, Kurt no pudo evitar sonrojarse ligeramente. Y Blaine, irracionalmente descontento ante tal reacción, reprimió las ganas de emitir un bufido inconforme—. Te ves bien pequeñín, aunque reconozco siempre luces excelente.
—¿Hasta cuándo vas a quedarte? —interrumpió el Warbler desviando la atención de Cooper.
—Finn tiene clases durante las tardes, así que supongo podremos alargar nuestra estadía al Lunes —Kurt se tensó al escuchar el nombre de su propio hermano y Cooper tarde comprendió su error—. Maldita sea Kurt, lo siento mucho.
—No te aflijas, igual poco importa —sonrió pretendiendo lucir como si realmente sus palabras fuesen ciertas—. Humm, ¿les apetece café? Si quieren puedo comprar un poco y así charlamos mejor.
—Voy contigo —Blaine se ofreció a acompañarlo despertando instantánea diversión en Cooper.
—Mejor quédate, apuesto tienes montones de cosas importantes que contarle a Cooper. Yo ahora regreso —sin prisas, Kurt se situó en la fila para ordenar las bebidas y supuso Finn justo ahora estaría reuniéndose con su papá, quien segur no dejaría de sonreír durante semanas. Intranquilo, Hummel se restregó las manos percatándose hasta entonces un ligero temblor lo invadía.
Kurt no era adivino, distaba mucho de serlo, sin embargo, aún sin necesidad de utilizar poderes mágicos auguraba aquellos días serían un completo y absoluto desastre.







...








La ama y señora de la irresponsabilidad reportándose, queridos lectores.

Bueno, aquí vengo de nuevo molestándolos con este fic sin sentido. ¡Ahora las cosas ya van avanzando un poco más! Era turno de Blaine de cuestionarse unas cuantas cosillas por ahí. No sé por qué motivo escribir sobre Cooper siempre se me complica. En este fic su personalidad estará fuera de carácter original, pero es necesario puesto Blaine y él en este universo siempre se han llevado bien. ¡Espero no les moleste

Correcto, necesito informarles que habrá ligeras interacciones Klaine ya propiamente dichas en el siguiente capítulo que se llamará "Hermano Mayor" También Finn finalmente aparece. Me da nostalgia escribir sobre él cuando todos sabemos qué ocurrió con Cory. ¡Pero no encuentro otra mejor manera de honrarlo!

Últimamente he estado debatiéndome con una idea que no me deja en paz. ¿Les gustan los fics largos? Bueno, generalmente suelo extenderme demasiado con los fics, pero necesitaba saber para evitar aburrirlos o algo si esto se prolonga más de lo debido. ¡Me confundo yo sola a veces!

Sin más, agradezco todos sus hermosos comentarios. Intento contestar todos los que puedo a las personas que están registradas, a los usuarios que no, igual les mando infinitos abrazos por seguir acompañándome.

Bien, ahora me voy con Mentalmente Accesible mientras escuchó All Yoy Need Is Love, interpretada tan
maravillosamente por mi bebé Darren Criss :D

¡Excelente fin de semana!

PD: No sé nada sobre autos, pero Google es mi amigo y ahí encontré mucha información interesante ;)


Última edición por whiteflower el Dom Sep 15, 2013 9:45 pm, editado 1 vez
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cerrado Re: (Fic Klaine) "“I Knew I Loved You” "XIi" "Hermano Mayor"

Mensaje por gabiigleek Dom Sep 15, 2013 6:28 pm

OMG ame este capitulo, tu sabes si recuerdas mis antigua¡os comentarios cuanto he esperado la aparicion de sentimientos por parte de Blaine y aunque el todavia no tenga la minima idea de nada de lo que le pasa estoy segura esta visita de su hermano Cooper le ayudara...por otro lado espero que Kurt arregle su relacion con Finn estoy segura que se necesitan demasiado...espero ansiosa el otro capitulo y respondiendo a tu pregunta me gustan los fics largos porque asi uno cuenta mas historia y la historia no va tan rapido , eres una genia escribes de maravilla te espero con el otro fic tambien que ya quiero saber como terminara la batalla besos
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Mensaje por Aloklainer Dom Sep 22, 2013 11:49 pm

Ame el capítulo!! Ya era hora de que Blaine tuviera sus dudas también jajaja Esperaré tu actualización y por mi puedes extender tu fic todo lo que quieras :D Gracias por escribir.
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cerrado Re: (Fic Klaine) "“I Knew I Loved You” "XIi" "Hermano Mayor"

Mensaje por Invitado Vie Nov 15, 2013 6:43 pm

Advertencia: Este fic ha sido elaborado siguiendo ciertas partes de línea argumental original de la serie, exceptuando detalles que provienen directamente de mi cabeza. También contendrá Original Character. Los personajes de Glee pertenecen a Ryan Murphy, colaboradores y FOX. Si algo fuese mío, trasladaría a Kurt y a Blaine directo y sin escalas a HBO. ¿Entienden los motivos, no?

Gracias a Gabigglek, Darckel y Aloklainer por comentar, son un verdadero sol.






...



Capítulo XII
"Hermano Mayor"






Aún cuando el sol vespertino ya había comenzado a brillar en todo su glorioso esplendor brindándole silenciosa compañía, Finn Hummel nisiquiera pudo concebir intentar moverse del sitio donde se encontraba parado. El sabía su última visita fue mucho tiempo atrás, sin embargo, no importaba cuántos años transcurrieran, no importaba si eran meses, años o una eternidad, volver ahí siempre le provocaría la misma dolorosa sensación de pérdida asfixiante que aguijoneaba directo contra su corazón sin misericordia.
Pero muy a diferencia de aquella lejana ocasión, ahora regresaba siendo un hombre diferente, alguien dispuesto a enfrentar de una vez por todas los demonios que le atormentaban día tras día, implacables.
Con infinito pesar invadiéndole el alma, Finn se inclinó despacio, muy suavemente, casi como si temiera causarle cualquier daño al impecable material marmolado que conformaba la lápida de su madre y depositó sobre ella un discreto arreglo floral. El alto joven de cabellos castaños era consiente tal regalo insignificante jamás expiaría sus pecados, aún así, necesitaba intentar comenzar de cualquier manera posible.
Y no existía otra mejor manera de hacerlo que donde todo había comenzado.
—Hola —dijo repentinamente nervioso al pasarse las manos entre el cabello. Tenía la terrible sensación de ser un alpinista que escalaba un peligroso acantilado sin equipo de seguridad apropiado para la tarea y cualquier mínimo movimiento en falso implicaría caer al precipicio—. Sé ha pasado mucho desde la última ocasión que tuviste noticias mías y seguro estarás molesta conmigo. Tienes derecho mamá, e incluso apuesto también piensas soy un completo desvergonzado por venir aquí después de las barbaridades que he cometido contra papá y Kurt. Dios, sobre todo contra Kurt —avergonzado, inclinó la cabeza —. ¿Sabes? Tú erróneamente confiaste en mí, depositaste tus últimas esperanzas en que seguiría tu ejemplo y mantendría unida nuestra familia. ¿Y qué hice? Me dediqué incansablemente a romper cada maldita promesa que juré cumplir cuando nos dejaras, mamá."
Finn guardó silencio breves minutos luchando contra el grueso nudo atorado contra su garganta seca—. Los primeros meses posteriores a tu fallecimiento, papá se convirtió en un recipiente vacio, un autómata que sólo caminaba por el mundo porque así se suponía era como debía actuar. Por aquel entonces yo ya contaba con edad suficiente para comprender cuánto le dolió perderte. Mamá, tú no sólo eras su esposa: eras también su mejor amiga, su confidente, su consejera; la única persona capaz de complementarle, eras su único y verdadero amor. Papá quedó destrozado, sin embargo, se mantuvo firme para nosotros animándonos a hacer lo mismo, trabajó arduamente día tras día, equilibró sus horarios evitando así descuidarnos, hizo todo cuanto estuvo entre sus manos para no fallar. Es un hombre admirable y aún cuando me pediste brindarle apoyo incondicional mamá, le permití hundirse en su propia pena sin importarme ninguna otra maldita cosa. Supongo alguien allá arriba me aprecia demasiado porque decidió obsequiarme un padre maravilloso —dijo apesumbrado—. Un padre que no merezco tener.
"Kurt tampoco fue diferente —dijo resoplando mortificado—. Recuerdo la primera vez que lo vi —sonrió nostálgico al internarse en sus memorias—. Llegaste a casa sosteniendo entre tus brazos un diminuto bulto envuelto con suaves mantas blancas. Lucías cansada aunque feliz. Papá te ayudó a ocupar nuestro sofá e inmediatamente tú me llamaste para que pudiese conocer al nuevo integrante de nuestra familia. Cuando me acerqué, él abrió sus maravillosos ojos tan azules como un despejado día de primavera y despertó en mi una desconocida sensación poderosa e indescriptible. ¡Yo era un hermano mayor! Podía ser igual que esos tipos súper fuertes que admiraba tanto pues protegían a los más indefensos. ¡Ahora tan importante tarea era mía! Yo debía acudir en auxilio de Kurt, mi deber consistía en salvaguardarle de cualquier posible peligro. Meterme en constantes problemas resultaba tan común porque no soportaba ningún tonto papanatas se atreviera a molestarlo. Eso te volvía loca, ¿cierto? —dijo sintiendo las lágrimas insistían por emerger—. Al marcharte, estaba tan, tan enfadado. No por él, sino por mí mismo. ¿Qué diantres sería de mi hermanito pequeño sin ti? Kurt necesitaba tenerte a su lado, mamá. Muchas noches le escuchaba llorar inconsolable hasta caer rendido y no tuve ni la menor idea sobre qué decirle para consolarlo. Ahí lo entendí —Finn prosiguió—; si no fui capaz de protegerle de semejante dolor ¿cómo demonios conseguiría hacerlo ante otros? Había fallado en mi misión de evitarle cualquier pena. Fracasé así, sin más, simple y miserablemente."
"¡Y me entró pánico! Definitivamente lo echaría a perder si continuaba intentando así que consideré mejor y más prudente alejarme, imponer gruesas barreras infranqueables. No les permití acercarse, enfoqué completa atención a otros asuntos menos significativos y poco a poco los dejé de lado. Pero, aún con todo ¿quieres saber qué es lo interesante del asunto aquí, mamá? —dijo dijo con el pecho henchido, orgulloso ante la sola idea—. Que Kurt es asombrosamente fuerte. Posee una valentía y fortaleza inigualable. Nunca se rindió ni tampoco se amedrentó ante los nuevos desafíos que amenazaban con derribarlo, les hizo frente, manteniendo la frente bien en alto. Supongo eso se lo heredaste tú —bromeó—. Sólo Dios sabe cuán difícil fue para él sobrellevar semejante carga. ¡Apenas y tenía ocho años, santo cielo! Verle trabajar tan duro ocupándose de cosas que no le correspondían, verlo hacer su mejor esfuerzo evitando así papá acabase derrumbándose era increíble, mamá. Si hasta mantuvo nuestras costumbres, como las cenas de los viernes. Kurt creció demasiado rápido, se convirtió en hombre frente a mis ojos y aquella brecha interponiéndose entre los dos ya la comparaba con un vacio infinito. E igual que siempre, era culpa mía. "
"Mis aplicaciones para distintas universidades llegaron cuando más necesitaba encontrar un posible escape. Eso era exactamente lo que yo necesitaba y estaba esperando: marcharme de Ohio cuanto antes para jamás regresar. Así que, al presentarse la oportunidad propicia, empaqué las maletas y me fui sin mirar atrás. Los primeros dos años el plan marchó bastante bien; llamaba y visitaba a papá ocasionalmente, hablaba con él respecto a mis calificaciones pero nuestras charlas sólo se reducían a breves intercambios de información netamente necesaria. Y Cooper —susurró cariñosamente—…Cooper ha adoptado el papel de mi olvidada conciencia durante todo este tiempo. El muy terco ha sido el mejor amigo que la vida pudo brindarme, aún cuando puede llegar a ser un verdadero dolor de trasero —Finn dejó escapar suaves risitas amortiguadas—. Pero, todo cambió hace poco, mamá. Creía tener control absoluto sobre cada aspecto de mi vida, hasta que conocí a Brian —dijo decaído—. Era un chico increíble Asistía a una escuela pública donde solicité realizar mis pasantías obligatorias y pese a no crecer en un ambiente precisamente sano, era inteligente, dedicado, entusiasta, siempre sonreía y obtenía sobresaliente en cualquier asignatura incluyendo la mía. Tenía suficiente potencial para lograr todo cuanto quisiera; vi tanto de Kurt en él."
"Entablamos una breve amistad en muy pocas semanas. Un día, simplemente no acudió a clases y los profesores, poco preocupados, alegaban era común algún estudiante se ausentara durante la semana. Pero yo tenía un mal presentimiento. Aunque estaba prohibido, me tomé la libertad de hurgar en su expediente académico y acudí al sitio donde vivía, sólo necesitaba saber él no tenía problemas. Y ahí supe, gracias a un vecino, que el chico había fallecido —continuó Finn ya al borde del incontrolable llanto—. No tengo la más mínima idea sobre qué desgraciado maldito pudo proporcionarle medicamento antidepresivo y una botella de vodka barato, pero eso fue todo cuanto necesitó. Él tenía problemas graves en casa, lo que nos mostraba a diario era una fachada perfectamente bien elaborada y, llegó a tal punto que ya no pudo seguir fingiendo. Nadie lo notó. ¡Nisiquiera yo! Y me sentí asquerosamente culpable —tibias lágrimas rebeldes surcaron las frías mejillas del joven castaño una tras otra sin parar—. Me metí tal borrachera durante dos días seguidos que Cooper necesitó buscarme en cualquier bar de mala muerte donde pudiese tener acceso sin preguntas a todo el alcohol que mi cuerpo tolerase consumir. Quise olvidar. Quería olvidarme sobre cuán parecidos eran Kurt y Brian. Los remordimientos eran atroces, ¿Qué tal si por causa mía Kurt decidía seguir ese mismo camino? ¿Qué si yo mismo le orillaba a tan terrible desenlace debido a mi egoísmo? ¡No lo soportaría!"
"Para cuando Cooper dio conmigo, era un asqueroso desastre. ¡Juro en toda mi vida lo he visto tan furioso! Pese a mi grave estado alcoholizado, casi vi fuego destellando desde sus ojos. ¡Daba muchísimo miedo! —no mentía, su mejor amigo estuvo a punto de propinarle una paliza por tenerlo, literalmente, muerto de la preocupación al desconocer dónde carajos se había ido a meter—. Gritó como loco durante dos horas: dijo era el imbécil más grande del planeta entero, me echó en cara todas las cosas que según su juicio le parecían injustas sobre mi comportamiento e incluso me acusó de ser un "jodido bastardo" egoísta también con él. No recuerdo mucho más porque supongo terminé desmayándome. Al día siguiente, sintiéndome la peor basura del mundo entero, entablamos otra larga charla que, pese a contener menos insultos o palabrotas vulgares, no fue menos incómoda y terrible —enjugándose las lágrimas, acarició el nombre inscrito sobre la lápida—. Brian y Cooper me hicieron ver de una manera muy cruda cuan imbécil y cobarde he sido. Gracias a ellos regresé mamá, regresé porque pese a no merecerlo, pese a ser indigno, imploro tu perdón. ¡Siento tanto haberte decepcionado así, mamá! ¡En verdad lo lamento!
Desgarradores sollozos rompieron la calma y por primera vez en mucho, mucho tiempo, Finn Hummel se permitió llorar. Lloró por perder a su madre tan joven, lloró por alejarse tanto de las únicas personas capaces de brindarle soporte, consuelo, amor y refugio desinteresado; lloró por preferir escapar convirtiéndose así en un completo cobarde, lloró por lastimar a su padre de mil maneras diferentes, lloró por abandonar a Kurt de manera tan cruel, por ser débil y egoísta.
Los motivos eran inagotables. Cada vez se aglomeraban más y más, resultándole difícil detenerse.
Durante casi treinta minutos, Finn dio rienda suelta a sus reprimidas emociones sin ninguna clase de inhibición. Mientras se desahogaba, el cementerio permaneció calmo; era como si la naturaleza que le rodeaba le brindase oportunidad para desahogarse sin interrupciones innecesarias. Poco a poco, los gritos desgarradores cesaron dándole paso a ocasionales jadeos e hipidos inconstantes. Y Finn tuvo una sensación tan abrumadora de paz interna que le mareó repentinamente. Ya no percibía ese horripilante peso sobre sus hombros, ahora era capaz de respirar libre.
El frío viento sopló, removiendo inquietas las ramas de los árboles cercanos y descendió hasta envolverle con suavidad, acariciándole las mejillas, secándole cada lágrima derramada. Finn cerró los ojos. Quizá estaba ya perdiendo la cordura, sin embargo, por algún motivo sabía su madre le perdonaba. Elizabeth lo había amado y seguiría amándolo sin importar nada. Nisiquiera sus errores, equivocaciones o cuan imperfecto pudiese mostrarse ante los ojos humanos, ella se alegraba infinitamente de tenerle ahí, de saber aún poseía suficiente humildad y nobleza en su corazón para redimir su camino.
—Mamá —pese a que su voz sonó quebrada, la fiera determinación impregnada en cada palabra era palpable—, no interesa si debo dedicar toda mi vida y las dos siguientes de ser necesario si con ello consigo reparar el terrible daño que he infringido, pero nunca, nunca jamás volveré a abandonar así a nuestra familia. ¡Te lo juro!
Su padre y Kurt valían lo suficiente para cumplir sus nuevas prometas, costara lo que costara.







Después de un amena tarde en "The Lima Bean", Cooper regreso a casa de sus padres dispuesto organizar el poco equipaje que había llegado consigo para pasar sin mayores contratiempos aquellos días libres en Ohio, y, así mismo, descansar del pesado viaje desde Illinois. Originalmente, él planeó dormir unas cuantas horas deseoso de sacudirse la horrorosa sensación de fatiga aquejándole, sin embargo, al final terminó ganándole la nostalgia cuando, tras registrar entre sus pertenencias empaquetadas en cajas debidamente rotuladas, encontró sin querer los gruesos álbumes familiares que resguardaban innumerables recuerdos compartidos con Blaine.
El joven de ojos azules olvidó su siesta conforme hojeaba libro tras libro, repasando detenidamente las páginas. Ahí, entre sus manos estaba la historia de toda una vida, una vida compilada en decenas de fotografías felices que muchos años más seguirían siendo pruebas fehacientes sobre cuán amena esta había sido. Cooper sonrió tras contemplar una adorable imagen donde un Blaine con recién diez años cumplidos lucía como si la navidad lo hubiese visitado por adelantado pues, feliz, posaba para la cámara mientras sostenía un voluminoso dedo naranja de hule-espuma.
Ese fue el primer juego de Fútbol local al cual asistieron juntos.
Pese a ser extensa la brecha entre las edades de los hermanos Anderson, eso nunca representó un impedimento para permitirles construir una relación sobre bases sólidas. Carl y Ben intentaron a toda costa inculcarles también podían convertirse en buenos amigos. Y eso precisamente eran; Cooper se sentía inmensamente orgulloso por saber su hermano, pese al prologando tiempo ausente, aún confiaba lo suficientemente en él para compartirle sus inquietudes.
Cooper aún sabía bastante bien lo que implicaba crecer y convertirse en un adolescente. A esa edad, las hormonas enloquecían y el despertar sexual resultaba ser algo muy lógico además de común. Rio divertido entre dientes. Seguro aquella era la situación que su hermano no podía manejar. Bueno, sin importar cuán incómodo pudiese ser, no le molestaba charlar de sexo con Blaine; siempre era mejor prevenir a lamentar una desgracia futura.
El universitario recién comenzaba a idear la mejor manera de abordar tal tema sin provocarle ningún ataque nervioso a Blaine, cuando, oportunamente, él se asomó dentro del dormitorio.
—Hey amigo —dijo ensanchando su sonrisa invitándole a pasar.
—¿Por qué estás sentado ahí? —quiso saber al tomar asiento también, sin importarle demasiado arruinar sus pantalones al ocupar un lugar en el suelo—. ¿Son esos nuestros álbumes?
—Lo son. Encontré la caja que les contenía por accidente y no pude resistir mi siempre activa curiosidad —dijo él con cierto retintín dramático que consiguió sonsacarle una sonrisa divertida al otro chico—. ¿Blue se fue? —preguntó casualmente mientras ordenaba los libros según color y tamaño. Pasaron unos cuantos minutos y, curioso ante la obvia falta de respuesta, Cooper abandonó toda actividad sobre los libros para encarar a su hermano menor. Lo qué vio en él no le causó ninguna sorpresa; seño fruncido, boca torcida en una expresión descontenta…todos ellos indicadores de que había estado peleando con Kurt. Nada nuevo—. Déjame adivinar —mustió Cooper utilizando tono neutral—...ustedes estaban inmiscuidos en una enorme discusión cuando yo llegué, ¿cierto?
Blaine desvió sus ojos avellana hacia otra dirección. Cualquier sitio le funcionaría bien si con ello lograba postergar unos cuantos minutos más el mirar al otro hombre y, en consecuencia, permitirle adivinar los motivos reales de su repentina molestia. Sí, era muy cierto había mantenido una riña con Kurt, la cual pese a ser justificada, no dejó de ser menos ridícula. Realmente aquel asunto estaba ya solucionado. La raíz del verdadero problema para Blaine radicaba en que, estúpida e irracionalmente, sentía cierta aversión al simple hecho de escuchar a Cooper llamar "Blue" a su mejor amigo.
¡Qué cosa más tonta! Cooper fue quien les impuso tanto a Kurt como a él mismo los cariñosos sobrenombres conforme crecían, y, pese a tantos años transcurridos seguía utilizándolos con fines puramente fraternales. Entonces, si sabía así era, ¿por qué diantres sentía una infernal sensación atenazándole el estómago sin misericordia cada que su hermano lo mencionaba?
¡No lo entendía! ¡Y tampoco podía evitarlo!
—No —dijo reprendiéndose al minuto siguiente porque su voz sonó un tanto dudosa—. Estoy preocupado por él, eso es todo.
Dirigiéndole una mirada suspicaz e incrédula, Cooper intentó indagar un poco más—. ¿Seguro?
—Sí —insistió ahora con mayor firmeza. ¿A quién pretendía engañar? ¿A su hermano o a si mismo esa respuesta? —. Todo este asunto de Finn seguro le tendrá muy mal durante unos cuantos días, puedo apostártelo.
Cooper se acercó a él—. Bueno "Squirrel", aunque también nos incumbe hasta cierto punto pues son nuestros mejores amigos, necesitas recordar ellos ya son lo suficientemente mayores para intentar resolver las diferencias que les impide convivir pacíficamente —explicó—. ¿Sabes algo? No intento justificar sus acciones, ya sabemos ha sido un verdadero idiota durante años, pero he atestiguado una transformación emocional increíble en Finn. Seguro pensarás exagero al decirte esta ocasión hará todo cuanto pueda para evitar arruinarlo. ¡Me dio autorización de propinarle una paliza que jamás olvidará si se le ocurre echarse atrás!
Blaine alzó su ceja derecha con evidente incredulidad—. Suena bastante bonito, aún así dudo mucho las personas cambien de actitud de un día a otro sin ningún motivo aparente. Aceptémoslo Cooper, Finn es el peor y más grande egoísta que conocemos; sólo piensa en si mismo y tiene tan pocos escrúpulos que no le interesa causarle daño a su propia familia —prosiguió resaltando lo evidente—. ¿Intentará retractarse? ¡Pues le deseo mucha suerte! Kurt ha soportado ya suficientes situaciones horribles y no creo esté dispuesto a seguir haciéndolo más.
—Mira Blaine, es completamente natural que adoptes una actitud tan protectora hacia Kurt, si tomamos en cuenta eres tú quien estuvo ahí para él cuando más lo necesitaba y no quería mostrarse débil ante Burt —dijo él diplomáticamente, recibiendo a cambio un bufido sarcástico—. Cualquiera comete errores, "Squirrel". Finn también es humano y al menos creo merece una última oportunidad. Confía en mí, él ahora intentará hacerlo bien.
—Yo confío ciegamente en ti, Cooper —Blaine se mostró firme al decir aquello—. Es Finn quien no goza ese privilegio.
—No te estoy pidiendo que le perdones de inmediato, eso sería hipócrita además de poco creíble. Esto llevará tiempo, Finn necesitará trabajar muy duro si acaso pretende recuperar, en cierta manera, lo que perdió —Cooper palmeo la rodilla del joven moreno con cariño—. Escucha, comprendo será complicado porque Kurt es quien se llevará la peor parte, pero al menos intenta ponerte dentro de sus zapatos; aunque parezca lo contrario, él también sobrellevó malos ratos.
—Pues nunca lo pareció.
—Pero así fue —declaró decidido a cambiar el tema cuanto antes. Si seguían dirigiéndose por ese rumbo, lo más probable era que terminarían discutiendo pues cada uno contaba con distintas partes de una misma historia vivida desde otras perspectivas—. Bueno, ¿qué te parece si mejor pasamos a otros asuntos tal vez más importantes? —Blaine miró al universitario con una expresión contrariada—. ¡Vamos "Squirrel" Sí, adoro volver porque eso implica saciar mi estómago de comida casera descante higiénicamente preparada, tener ropa limpia a disposición siempre que tenga oportunidad y dormir tranquilo sin preocuparme la nueva chica con quien mi compañero de habitación decidió pasarla "bien" crea llevarse cualquier cosa consigo nos dará igual —Cooper puso los ojos en blanco—. Pero, desgraciadamente mi limitado presupuesto no puede costear viajes tan seguidos a Lima, así que… ¿me contarás el motivo por el cual tenías tanta prisa en hablar conmigo en persona?
Blaine se mantuvo callado unos cuantos minutos preguntándose cómo iniciar la conversación. Era complicado. El más joven se pasó una mano temblorosa por el cuello mientras consideraba seriamente retractarse del asunto y mandar todo al demonio. En fin, si fuese homosexual sus padres seguirían amándolo, Cooper le apoyaría y Kurt…
Bueno, he ahí el verdadero meollo del asunto—. Tengo un serio problema —soltó rindiéndose al fin.
—¿Qué clase de problema? —quiso saber Cooper—. Si vas a decirme asesinaste a alguien y ahora necesitas un cómplice que te ayude a ocultar el cuerpo, pues no cuentes conmigo hermano. Te amo, pero afrontar semejante situación será cosa tuya solamente. ¡Soy demasiado atractivo para terminar en prisión!
Blaine sonrió divertido ante las ocurrencias del mayor. Internamente agradeció los esfuerzos que Cooper hacia por infundirle suficiente tranquilidad, fuerza y valor para comenzar la que probablemente sería la conversación más incómoda de toda su existencia. Tímido al inicio, inseguro ante las nuevas experiencias desconocidas, el Warbler relató los acontecimientos previos abarcando desde el inconveniente encuentro con Angelina, hasta sus constantes dudas. Conforme hablaba, Blaine adquiría más confianza, se liberaba del peso excesivo sobre sus hombros haciéndole sentir muy, muy ligero.
—¿Y bien? —dijo literalmente muerto de vergüenza—. Di algo, por favor.
—Esa chica, Angelina…¿era bonita?
Blaine agitó su cabeza concediéndole razón—. Preciosa.
—Y tu cuerpo no reaccionaba pese a los constantes estímulos que ella intentó ejercer sobre ti, ¿correcto? —no era precisamente una pregunta, sin embargo, Blaine volvió a asentir concediéndole razón—. ¿Ni uno solo? —Blaine le miró nada contento—. ¿Y has intentado esto con otras chicas?
—No…
—Bueno, supongo entonces aún es demasiado pronto para suponer podrías ser gay —concluyó, no obstante, el más pequeño se removió inquieto dándole a entender aún faltaban otros temas a los cuales poner cierto orden—. ¿Hay más?
—Yo…—dudó. Toda su seguridad evaporándose igual que agua en un sofocante desierto —. Creo me gusta alguien pero... no... no estoy seguro todavía.
—¿Es un hombre? —la respuesta de Blaine fue apenas un amortiguado "si". A oídos de Cooper sonó tan débil y vulnerable que se preguntaba si no lo había sólo imaginado—. Y… ¿Conozco a este chico en cuestión?
Blaine, avergonzado, atrapó su labio inferior entre los dientes. Correcto, era todo. El hijo mayor de los Anderson podía ser un mujeriego incorregible e incluso un irremediable desastre en cuanto a romance se refería, sin embargo, pese a todos sus defectos no era ciego ni mucho menos estúpido. Ahora entendía el comportamiento tan inusual entre esos dos niños en "The Lima Bean" Nunca, en todo ese tiempo compartido juntos, Cooper les vio ser tan consientes el uno del otro.
Una sonrisa cómplice le adornó los labios. Si Blaine realmente era homosexual a nadie en su familia le importaría menos; crecer dentro de un maravilloso matrimonio del mismo género les permitía tener su mente abierta y los prejuicios lejos.
Ahí cualquier impedimento, según creía, los impondrían Kurt y Blaine mismos.
—Mira, si prefieres no contarme todavía quién es él no hay problema —los anchos hombros de Blaine se hundieron aliviados, el chico parecía a punto de derrumbarse cualquier instante—. Hey pequeño, mírame — éste obedeció al instante y Cooper, apenado, vio abundantes lágrimas brillar en aquellos ojos avellana ahora dos tonalidades más claros—. A veces enamorarnos de alguien no se puede controlar, sólo sucede. Ya sea chico o chica, lo que en verdad importa para ser feliz se encuentra aquí —señalando su propio pecho a la altura del corazón, continuó—. Me importa una mierda si crees ser gay, pansexual, hetero o hasta un jodido dinosaurio morado si prefieres. Si esa persona está destinada a ser tu otra mitad, aquella parte esencial en tu vida, entonces todo el mundo entero puede irse directo al infierno y llevarse sus prejuicios consigo. ¿Sabes eso, verdad?
—Sí, lo sé…
—Oh, ven aquí —sujetándole por la muñeca derecha, Cooper acercó el otro cuerpo al propio. Blaine, aprovechándose de las diferencias entre estaturas, enrolló sus propios brazos torno a la cálida espalda ajena apretándole fuerte, como si dejarlo ir resultara impensable— Todo saldrá bien, ya lo verás.
—Te quiero Coop.
—Yo también te quiero, Blaine —dijo palmeándole los hombros con breves golpecitos reconfortantes—. Gracias por confiar en mí, y siempre ten muy en cuenta estaré ahí cuando me necesites hermano.
—¿Lo prometes?
Cooper rió—. Lo prometo.





Aquel había sido un día muy duro para Kurt.
Al volver de "The Lima Bean" Kurt esperó encontrarse con la siempre típica imagen de su padre y Finn cómodamente instalados en un sofá mirando cualquier partido de Fútbol por televisión, sin embargo, extrañamente ninguno estaba actuando según lo acostumbrado. Curioso ante tan inusual comportamiento, el chico castaño había decidido buscarles para averiguar qué rayos sucedía ahí, aunque claro, sin inmiscuirse del todo pues sabía su presencia no sería bien recibida.
Los encontró a ambos en la cocina, y, a juzgar por las latas de cerveza vacías que reposaban sobre la meza Kurt podía apostar ellos llevaban unas cuantas horas ahí sentados, charlando sobre un tema imposible de terminar porque hablaban en tonos bajos, casi susurrantes. Restándole importancia, el joven contratenor se dirigió a su dormitorio dispuesto a prepararse para las típicas reuniones sabatinas entre los Anderson y Hummel. Nada más entrar, Robert le recibió levantando apenas su peluda cabeza blanca del cesto especial que Kurt había ordenado en línea exclusivamente para él. No se sintió ofendido, finalmente ya conocía bien cuán holgazán podía ser su nueva mascota.
Mientras se duchaba, se prometió a si mismo evitar pensar demasiado sobre la presencia de su hermano mayor en casa. Ellos siempre solían tratarse igual que desconocidos en toda oportunidad, y aunque a Kurt siempre le dolió, a final de cuentas terminó por acostumbrarse. Se comportaría sólo porque Burt merecía disfrutar los pocos días que Finn decidiera quedarse. Él lo merecía.
Una vez listo, regresó al domicilio contiguo donde ya todos los miembros de ambas familias estaban presentes. Cooper y Carl preparaban el asador, ellos lucían felices interactuando juntos, llevaban puestos coloridos delantales con las palabras "padre" e "hijo mayor" bordadas y una larga hilera con los ingredientes necesarios para preparar hamburguesas esperaban pacientes ser cocinados. Ben, sentado junto a Burt, platicaban tranquilos bebiendo limonada y comiendo las galletas que Kurt horneó esa misma mañana.
Blaine, en cuanto le vio inmediatamente se encaminó a recibirle con una hermosa sonrisa donándole los labios y creyó su corazón podría darle cuatro saltos mortales dentro del pecho gracias a la emoción. Disimulando sus pensamientos, regresó el gesto del otro joven moreno y juntos creyeron buena idea armar un concurso de naipes amistoso.
Sorprendentemente contra todo pronóstico, si pasaba por alto el palpable hecho de que Finn estaba ahí, para Kurt resultó ser una tarde bastante amena. Entre bromas, risas complacidas, estómagos llenos y mil anécdotas graciosas del pasado, la reunión transcurrió hasta el anochecer, momento propicio para concluirla. Kurt y Blaine ayudaron a Ben con los platos, Cooper y Finn limpiaron cualquier posible desorden afuera y Carl y Burt colocaron en refractarios los sobrantes.
Trabajar en conjunto era como siempre funcionaba entre ellos.
Esa misma noche, luego de sus pláticas con Blaine antes de irse a dormir, Kurt se hallaba cómodamente recostado sobre su cama, entre las frescas sábanas mirando al techo. Le era imposible cerrar los ojos y caer rendido ante los brazos de Morfeo. Estaba intranquilo, y aunque conocía perfectamente bien las razones, no quería siquiera considerarlas porque le causaba daño.
Resignado, se levantó. Reemplazó su pijama por ropa cómoda, se calzó unos zapatos sencillos e inmediatamente después comenzó a buscar en el armario una manta a cuadros. Llevándola consigo, se aseguró nadie notara su repentino escape y salió de la casa evitando ocasionar ruidos innecesarios. El aire fresco del exterior lo recibió amigable rozándole las mejillas; sin prisas, Kurt caminó directo hacia el garaje. Abrió lo más discretamente posible y ubicó su bicicleta sin mayores problemas.
Ajustando la manta al reducido asiento trasero, se dispuso a rodar aquel transporte directo a la calle principal.
—¿Puede saberse a dónde vas?
El joven castaño se sobresaltó al escuchar la voz justo a sus espaldas. Exaltado ante la idea de haber sido descubierto, Kurt se giró lo más rápido posible ideando cualquier explicación que justificara estuviese haciendo aquello, sin embargo, sólo encontró a Blaine. Un Blaine adorablemente ataviado con un pijama verde oliva, zapatos deportivos simples y los rizos libres del gel que utilizaba día a día de manera tan rigurosa.
—Qué demonios, Anderson —Kurt le habló conteniéndose de gritar—. ¿Acaso pretendes matarme de un infarto? ¡Me has asustado!
Blaine avanzó los pasos que les separaban, dirigiendo ocasionales miradas fugaces sobre su hombro derecho—. Lo siento, esa no ha sido mi intención, ¿de acuerdo? —dijo optando por bajar un poco el volumen de voz evitando así despertar a nadie más.
—Pues la próxima vez intenta hacerte notar primero desde un ángulo visible.
—No has respondido mi pregunta, "Blue" —el otro agregó insistente caminando al mismo ritmo que Kurt—. ¿Por qué estás fuera de la cama a semejantes horas? ¿A dónde te dirigías?
—Por ahí…
—¿No hablarás en serio, o sí? ¡Dios Kurt, es casi media noche! Nadie en su sano juicio tomaría una bicicleta para irse "por ahí" sin avistar primero. ¿Qué tal se ocurriera algo? —estremeciéndose aterrado ante tal posibilidad, Blaine le obligó a detenerse pese a la evidente incomodidad del otro chico—. ¿Has pensado existen montones de peligros allá afuera esperando cualquier simple oportunidad? ¡No estás siendo razonable!
—Ya soy un niño grande y puedo cuidarme a mí mismo sin ayuda, muchas gracias. ¡A todo esto! ¿Cómo rayos te diste cuenta? —quiso saber pretendiendo recuperar dominio sobre su ecológico medio de transporte, sin obtener resultados satisfactorios. Blaine era unos cuantos centímetros más bajo, pero lo que le faltaba en estatura lo compensaba en fuerza física.
—Bebía agua en la cocina cuando te vi pasar —el contratenor hizo una mueca disgustada ante su mala suerte—. Te lo pido "Blue", esto es mala idea; mejor volvamos adentro.
El adolescente de ojos avellanas haló la bicicleta disponiéndose a dirigirla otra vez a su sitio correspondiente, no obstante, Kurt no mostró interés en cooperar—. ¿Recuerdas ese mirador que encontramos siendo apenas unos niños? —Kurt casi tropezó con las palabras interrumpiéndole. Cuando Blaine adoptaba aquella actitud no soportaba hacerle sentir aún más preocupado—. Ahí es donde iba, ¿contento? Necesitaba ver el amanecer porque creí me ayudaría a pensar.
De un segundo a otro, Kurt se encontró con la mirada de Blaine fija sobre la suya. Esta brillaba con un sentimiento indescifrable, extraño, desconocido, difícil de interpretar; pese a que el alumbrado público proyectaba sobre ellos pálida luz amarillenta reflejando así diversas sombras distorsionadas, los dos adolescentes podían reconocer perfectamente las facciones del otro, y, sin poderlo evitar, Hummel se consintió dejarse llevar ante la enormidad de sus propios sentimientos. ¿Qué tal si daba un paso al frente y besaba a Blaine? ¿Cómo sería ser amado por él? ¿Valía perder a su mejor amigo sólo porque ya no le veía de la misma manera?
No sabía.
Las mejillas de Kurt ardieron de un instante a otro. Enfadado consigo mismo por ser tan débil, se obligó a empujar lejos cualquier pensamiento que tuviese relación con su amor imposible y creyó buena idea centrar toda atención sobre el suelo como si este fuese lo más interesante del planeta entero.
Al cabo de unos segundos que parecieron eternos, Blaine suspiró resignado—. Bien, voy contigo.
—¿Qué?
—Eso, voy contigo —repitió sin dejar dudas respecto a lo que había decidido—. Anda, el amanecer no esperará por nosotros.
El corto trayecto al pequeño mirador no les tomó más de veinte minutos y lo realizaron en completo silencio. Ese lugar era especial para ambos chicos, lo habían descubierto cuando apenas tenían siete años de edad; la primera vez acudieron sin supervisión adulta sólo porque quisieron presenciar una hermosa lluvia de estrellas fugaces. Después se ganaron un duro castigo pero, al crecer, continuaron visitándolo siempre que cualquier acontecimiento natural particularmente llamativo se suscitaría.
Al llegar ahí, Kurt y Blaine eligieron extender la manta bajo un frondoso árbol cuyas ramas lo suficientemente altas les brindaba buena vista del oscuro cielo salpicado con brillantes estrellas plateadas. Aquellas estrellas inalcanzables los observaban detenidamente, sin prejuicios, ni odios. Durante horas ellos dos se entretuvieron adivinando constelaciones, contándose las historias que giraban torno a ellas y reían ante cada nueva ocurrencia. Olvidaron sus problemas, sus inquietudes, todo pensamiento angustiante quedó descartado pues estando juntos nada más importaba.
El primero en sucumbir al cansancio fue Kurt. Acurrucado junto a Blaine, el joven contratenor se mantenía tranquilo, apacible, tremendamente hermoso. Y Blaine admiró verdaderamente a su mejor amigo por primera vez; ¿Cómo demonios pudo haber sido tan ciego? Cooper le había mencionado que pocas veces el corazón elegía anticipadamente a la persona predestinada a tener su amor, pero Blaine comprendía que aquel no era precisamente su caso. A diferencia de otros, nunca necesitó buscar nada, Kurt siempre estuvo ahí, esperando ser descubierto.
Y entonces Blaine sintió la tremenda necesidad de transmitirle aquello que le inundaba el pecho de manera tan cálida. La música siempre había sido una manera bastante simple de expresarse, de hacerle saber exactamente qué quería. Quizá su amigo al día siguiente ignoraría lo acontecido, pero no le interesaba; necesitaba decirlo aunque fuese de esa manera.
Tal vez sea intuición, pero hay cosas que no se preguntan —comenzó a cantar apenas en un susurro amortiguado. Vio al pálido jovencito removerse entre sueños, sin embargo, acarició su rostro transmitiéndole la paz suficiente para ayudarle a continuar durmiendo—. Sé esto puede sonar un poco loco pero, yo sabía que te amaba desde incluso antes de conocerte —dijo delineando las relajadas facciones del otro—. Veo en tus ojos las piezas pérdidas que he estado buscando, y pienso que al tenerte junto a mi es como encontrar el camino de regreso a casa —con infinita ternura, Blaine ascendió hasta alcanzar los suaves cabellos castaños de Kurt. ¿Sería así de maravilloso despertar al lado suyo cada día durante el resto de su vida? Anderson ansiaba algo duradero con aquel fantástico chico cuyos ojos celestes le robaban la respiración con una facilidad abrumadora. Quería algo eterno, algo que trascendiera tiempo, espacio y cualquier ley física o emocional existente—. Estoy completo ahora que te encontré porque yo sabía que te amaba desde incluso antes de conocerte y...he estado esperando por ti toda mi vida.
Blaine se movió hasta acomodar a Kurt entre sus brazos. Estaba enamorado. Dulce, completa y locamente enamorado. Guardar su nuevo secreto no sería simple, pero mientras pudiera seguir teniéndole cerca sería feliz; porque Kurt era su felicidad y nada le haría falta nunca más si le tenía cerca.
Absolutamente nada.



...

La pansexualidad es una orientación sexual humana caracterizada por la atracción estética, romántica o sexual por otras personas independientemente de su sexo y su género. Por lo tanto, las personas pansexuales pueden sentirse atraídas por varones, por mujeres y también por aquellas personas que no se sienten identificadas con la dicotomía varón/mujer o con la de masculino/femenino, incluidas las personas intersexuales, intergéneros, cisexuales y transexuales. (Según Wikipedia)
Canción: I Knew I loved You de Savage Garden.


Última edición por whiteflower el Lun Nov 18, 2013 2:15 am, editado 4 veces
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cerrado Re: (Fic Klaine) "“I Knew I Loved You” "XIi" "Hermano Mayor"

Mensaje por gabiigleek Sáb Nov 16, 2013 1:02 am

Sencillamente HERMOSO, es el capitulo que tanto espere, lo dejaste perfecto eres una genia. admiro tu forma de escribir, sin dudas sabes lo que haces. Te felicito tu fic me fascina espero no tardes mucho amo este fic. Besos
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Mensaje por cvlbrittana Dom Jun 29, 2014 1:32 am

Fanfic cerrado por el autor, si desea reabrirlo solo tiene que hacer una solicitud vía MP con el link del fic, a un moderador, administradora y de inmediato el fan fic será reabierto
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