FANFIC KLAINE. "El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación" Epílogo - Parte II

—Finn, todo está bien. Sólo estábamos hablando. Ha decidido retirar los cargos e irse de la ciudad. ¿Verdad, Christopher? —expliqué, burlándome de su nombre. Finn me miró, con evidente sorpresa en su rostro. Me agarró del brazo y me puso detrás de él, mientras fulminaba con la mirada a mi padre. ¡Vaya, si las miradas mataran! Agarré su brazo, apretándolo para llamar su atención—. Todo está bien Finn, cálmate. Ya está todo arreglado —declaré, luchando contra la tentación de dejar que lo matara, no podía permitir que Finn también se metiera en problemas.

—¿Todo arreglado? —preguntó, sin apartar los ojos de la cara de mi padre que en realidad parecía asustado de Finn en este momento. Para ser honesto, no me sorprendió que estuviera asustado. Finn podía ser realmente aterrador cuando quería serlo.

—Llámalos y retira los cargos —ordené. Mi padre nos miró con desprecio y se volvió para agarrar su teléfono.

Mientras estaba de espaldas, Finn me miró.

—¿Qué pasó? ¿Qué diablos estás haciendo aquí? —preguntó rápidamente.

Sonreí.

—Revisa tu teléfono.

Frunció el ceño, y sacó su celular.

—Un mensaje de voz —dijo, lo abrió y lo reprodujo. Vi su cara mientras lo escuchaba; pasó de ira, a sorpresa, a felicidad. Me miró con orgullo y metió el teléfono de nuevo en su bolsillo, envolviendo su brazo alrededor de mis hombros, sosteniéndome firmemente a su lado.

Empecé a sentirme un poco débil sobre mis pies, necesitaba sentarme y descansar. Todo lo que quería hacer ahora era acostarme a dormir.

—Finn, mantén la calma y termina con esto, ¿de acuerdo? Él va a irse de la ciudad. También le envié el mensaje a mamá, Blaine, Sebastian y Ruby, así que sólo tienes que asegurarte de que haga lo que dice. Sólo necesito a Blaine libre —dije, cuando me senté en el sillón detrás de él.

—¿Estás bien? —preguntó, con algo de preocupación en su voz.

Asentí con la cabeza, sonriendo.

—Estoy  bien. Sólo tengo que sentarme. Tú puedes encargarte desde aquí, sólo mantén la calma —respondí, sintiendo que mi cuerpo se relajaba al saber que no tenía que hablar con él de nuevo. Finn solucionaría todo, siempre lo hacía.

Vi como mi padre llamó a la policía y retiro los cargos. Finn los llamó desde su teléfono y confirmaron que los cargos habían sido retirados y que ninguna otra acción sería tomada contra Blaine. Él se cernió protectoramente frente a mí todo el tiempo, permaneciendo entre mi padre y yo. Realmente era el mejor hermano que alguien alguna vez haya tenido.

Después de unos diez minutos, Finn se volvió hacia mí.

—Estamos listos para irnos, Kurt. —Tomó mi brazo, me levantó del sofá y me empujó hacia la puerta frente a él, sus ojos no dejando a mi padre en ningún momento—. Será mejor que no vuelvas, viejo. La próxima vez que te vea, te mataré o iremos a la comisaría a presentar cargos, todos nosotros. No estoy seguro de qué opción prefiero, personalmente, me encantaría estar allí y verte destruido —afirmó, con una pequeña sonrisa, como si estuviera imaginándolo. Él no estaba bromeando, no había ninguna duda en mi mente de que Finn lo mataría, y si no lo hacía Finn, estaba bastante seguro de que Blaine lo haría—. ¡Vete de la ciudad hoy! —gruñó Finn cuando cerró de golpe la puerta, empujándome hacia su auto. Se aseguró de que estuviera dentro antes de dirigirse a su lado y conducir velozmente por la calle sin decir una palabra.

Después de dos minutos de conducción se detuvo y apagó el motor. Sus manos agarraron el volante con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Su mandíbula estaba apretada con tanta fuerza que me sorprendió que sus dientes no se rompieran bajo la presión. Bueno, sabía que estaría enojado conmigo. Tomó unas cuantas respiraciones profundas, obviamente tratando de calmarse.

—¿Qué demonios fue eso? —gruñó.

Protesté y lo miré disculpándome. —Finn, funcionó.

—¿Tienes alguna idea de cuán malditamente estúpido fue eso, Kurt? Piensa en ello, ¿y si no funcionaba? ¿Y si no recibía tu mensaje? ¿Y si él hubiera decidido lastimarte? ¡O peor! —gritó, golpeando furiosamente su mano contra el volante.

Me sobresalté. Había gritado muy fuerte y se hizo eco en el auto haciéndolo aún más fuerte.

—Finn, lo siento. Tenía que hacerlo; fue la única manera que pensé para liberar a Blaine. Ahora siempre tendremos esa grabación para que no se acerque a nosotros de nuevo —expliqué, rogando que entendiera mis razones. No dijo nada, todavía estaba muy enojado—. Deberías estar orgulloso de mí —susurré, poniéndole mi cara de cachorro.

Suspiró.

—Me siento orgulloso de ti, Kurt, pero eso fue tan malditamente estúpido. Simplemente porque funcionó, no quiere decir que lo que hiciste estuvo bien. Se supone que debes estar en el hospital por el amor de Dios. ¿Cómo diablos saliste? Oh, mierda, por favor, dime que no te escapaste o algo así y que ahora están buscándote —dijo, haciendo una mueca.

Me reí y negué con la cabeza.

—Pedí el alta voluntaria. Estoy bien, sólo necesito unos días de reposo, de los cuales tendré muchos una vez que mi novio esté fuera de custodia —dije, sonriendo ante la idea.

Finn se rió malvadamente.

—¿Sabes qué? Ya no voy a gritarte. Blaine también va a estar terriblemente enojado contigo por hacer esto. Lo dejaré ocuparse de ello —dijo, riendo mientras arrancaba el auto de nuevo. Oh, mierda, estaba en lo cierto; Blaine iba a estar muy enojado por haberme puesto a mí mismo en un peligro como ese. Finn me miró y se rió de nuevo—. Bueno, me alegra ya no ser el único que debe regañarte todo el tiempo. Blaine puede encargarse. —Se burló de mí y no pude evitar reír, él en realidad parecía un poco aliviado—. ¿Necesitas volver al hospital? —preguntó.

Negué con la cabeza. Me sentía bien, sólo estaba ligeramente mareado y cansado. Necesitaba sentarme, mi cuerpo se sentía como si hubiera corrido un maratón pero el dolor comenzaba a desvanecerse.

—Estoy bien, de verdad. Podemos ir a recoger a Blaine y luego ir a casa —sugerí, apoyando mi cabeza sobre el reposacabezas. Sólo necesitaba abrazar a Blaine.

—Me dijeron por teléfono que estará allí otra hora por lo menos. Necesitan tramitar su salida o algo así. Te llevaré a casa y puedes esperarlo allí. —Me sonrió tranquilizadoramente y nos dirigió hacia nuestra casa.

Cuando nos detuvimos en la entrada, Ruby y Sebastian salieron corriendo de la casa, mirándome preocupados.

—Oh, Kurt, ¿estás bien, cariño? —preguntó Ruby, mientras caminábamos hacia la casa.

—Estoy bien. Sólo estoy cansado. —Asentí con la cabeza.

—¿Qué era ese mensaje? ¿Fuiste a ver a Christopher? —preguntó Ruby, frunciendo el ceño.

Asentí y miré a Finn de manera suplicante; sólo quería ir a la cama.

—Te contaré en un rato, Ruby. Kurt necesita descansar —intervino Finn, dirigiéndome hacia el pasillo de atrás. Le sonreí agradecido. Ya no podía manejar esto; aun estaba asimilando la realidad de lo que acababa de hacer. Realmente había sido algo estúpido. Traté de no imaginar todas las cosas que él podría haberme hecho.

Me estremecí ligeramente y aparté los pensamientos, ya había terminado, no pasó nada. Tuve suerte. Finn me siguió hasta mi habitación poniendo mi bolsa en el suelo por mí; me quité los zapatos y me metí en la cama con la ropa puesta. Él se sentó en el borde de mi cama, mirándome con tristeza.

—Fuiste muy valiente, y estoy orgulloso de ti, pero nunca vuelvas a hacer algo como eso —dijo con dureza.

Asentí y bostecé.

—No lo haré. ¿Irás a recoger a Blaine?

Negó con la cabeza.

—No, le pediré a Sebastian que vaya a recogerlo. No quiero dejarte solo aquí hasta que sepa que ese bastardo está fuera de la ciudad —respondió. Asentí con la cabeza y cerré los ojos, necesitando dormir; estaba física y emocionalmente agotado.

Me desperté cuando sentí a alguien subiéndose a la cama. Abrí los ojos aturdido y eché un vistazo para ver a Blaine metiéndose en la cama conmigo. Las lágrimas agolparon contra mis ojos mientras arrojaba mis brazos a su alrededor. Nunca había estado tan feliz de ver a alguien en mi vida. Él me abrazó con fuerza, acariciándome la espalda mientras presionaba sus labios contra mi cuello, de la manera que siempre hacía cuando yo estaba alterado. Clave mis dedos en su cintura y no quise soltarlo nunca.

Jamás lo quería lejos de mí otra vez.

—Todo está bien ahora, Ángel. Todo está bien. ¿Cómo te sientes? —preguntó en voz baja mientras se echaba hacia atrás para mirarme. Sus hermosos ojos avellanas me miraban preocupados. Sonreí y lo besé, presionándome apretadamente contra él. Sonrió contra mis labios y retrocedí.

—Estoy bien. Feliz de verte —aseguré, recorriendo su hermoso rostro con mis dedos. Se pasó la mano por el cabello, sólo mirándome tiernamente durante un par de minutos.

—Finn me dijo lo que hiciste —dijo, su cara volviéndose rígida.

Tragué saliva e hice una mueca.

—Lo siento, tenía que hacerlo —murmuré en tono de disculpa.

Hundió la cara en el costado de mi cuello.

—No voy a gritarte, si eso es lo que estás pensando —respondió, riéndose entre dientes contra mi piel. Dejé escapar el aliento que no me di cuenta que estaba conteniendo y me relajé. Se alejó para mirarme—. Aunque si estoy enojado contigo. No me gusta que hayas hecho eso, pero no necesitas que añada más presión a la que ya tienes. Ya has pasado por mucho —dijo con tristeza, su mano deslizándose hacia arriba para descansar sobre mi nuca—. Sólo voy a decir esto; nunca te pongas en una situación así de nuevo. Jamás te pongas en peligro otra vez. No me importa cuál sea la razón; no es una razón lo suficientemente buena para que salgas herido. ¿Me entiendes? —reprendió.

Asentí, pude ver que hablaba en serio; se veía realmente enojado.

—Entiendo. —Asentí, sonriendo con aire de culpabilidad—. Te amo, Blaine, mucho.

El era lo más importante para mí. Toda esta situación me demostró cuanto lo amaba, haría cualquier cosa por él, incluso enfrentar a mi peor pesadilla.

—También te amo, Ángel —susurró, inclinando la cabeza y besándome suavemente. Para el momento en que se apartó los dos estábamos un poco sin aliento.

—Blaine, ¿puedo preguntarte algo? —murmuré mientras él se acomodaba en la cama junto a mí. Asintió, tomando mi mano y entrelazando sus dedos con los míos—. ¿Todavía quieres estar conmigo? Contéstame con sinceridad. Después de todo lo que nos cause, ¿todavía me quieres? —pregunté, mordiéndome el labio, aterrado de que dijera que no.

Me miró como si hubiera perdido la cabeza.

—Ángel, siempre te he querido. Siempre te querré. Siempre, y nunca dejare de hacerlo  —dijo con firmeza.

Sonreí, con la felicidad burbujeando dentro de mí. Muy bien, pregúntale, vamos Kurt puedes hacerlo.

—Cuando estábamos en el hospital hace algunas semanas atrás dijiste que estabas pensando en pedirme que me mudara contigo a Boston —empecé de forma nerviosa.

Asintió con la cabeza.

—Sí. —Se veía un poco confundido respecto e a dónde iba esta conversación.

—Boston es una oportunidad increíble para ti, ¿no? Y si pudieras harías cualquier cosa para ir ahí, ¿verdad? —pregunté, necesitando confirmación antes de preguntarle.

Parecía aún más confuso.

—Sí, pero está bien, quiero quedarme aquí contigo. Eres lo más importante en el mundo para mí —respondió, besando mi frente.

Sacudí la cabeza, esa no era la respuesta que quería.

—Blaine, responde a esto honestamente, no pienses en mí. Lo mejor para tu carrera es Boston, ¿no es así?

Asintió con la cabeza.

—Sí, pero… —comenzó. Puse mi mano sobre su boca para detener su respuesta.

—Quiero ir contigo, si todavía quieres que lo haga. Antes dijiste que querías pedirme que fuera contigo. ¿Todavía quieres eso? —pregunté, mirando su cara sorprendida, él no esperaba esto en absoluto. No respondió; seguía mirándome, con la boca abierta—. Blaine, ¿quieres que vaya contigo? —repetí, apretándole suavemente la mano.

—¿Harías eso por mí? —preguntó, mirándome con tanto amor que hizo que mi corazón se derritiera.

Asentí.

—Sí, te seguiría a cualquier parte si me lo pidieras.

—Pero estarías dejando mucho atrás, Ángel. Tu escuela. Tus amigos. Finn. Tu casa —susurró, peinando mi cabello con suavidad.

Asentí con la cabeza.

—Sí, pero lo haría para estar contigo, y eso hace que todo valga la pena. —Me encogí de hombros.

—¿Cómo demonios conseguí un chico como tú? —preguntó, acariciando suavemente mi mejilla con su pulgar.

—Tal vez fuiste alguna clase asesino en tus vidas pasadas —bromeé, haciéndolo reír.

Asintió.

—Asesino serial —bromeó, haciéndonos reír a los dos de nuevo. Se inclinó y me besó con tanta suavidad y ternura que me hizo sentir el chico más especial y afortunado del mundo.

Se apartó del beso demasiado pronto para mi gusto.

—¿Te mudarías a Boston conmigo, Ángel? —preguntó.

Sonreí y lo abracé con fuerza.

—Me encantaría, Blaine.

Necesitaba un nuevo comienzo. Habían pasado tantas cosas aquí que necesitaba irme y comenzar de nuevo. Necesitaba olvidar todo y mirar hacia el futuro, mi futuro con Blaine.

FIN.