FIC KLAINE Aprendiendo Contigo Capitulo 12 “Los Abuelos Smythe”

Uhmmmm dios quiero ya el próximo capitulo porque apuesto a que "mi primer beso" es de Finn jajaj bueno dioooooooooooooooooooooos quiero mucho al bebe Kurt :) es tan lindo :)

Estuvo genial, espero que no tardes en actualizar, adoro este fic.

Awww's mi vida, que capitulo tan hermoso
Lo ame
Estubo tan afagsjdjsk eso de que Finn estubiera celoso & que Kurt quiera ser bailarin & le enseñe a Blaine... Son una familia super hermosa...
Esperare ansiosa el siguiente capitulo... Ese titulo hace que me imagine muchas cosas...
Cuidate, saludos

wow actualizaste!! q emocion!! y fue un excelente capitulo, jeje me encantan sus aventuras de los chiquitines, unos en el colegio y el otro aprendiendo el ballet a todo lo que da , mientras los papas se las ven negras lideando a esos 3, que bueno que escribiste fue un gran capitulo, esperare el que sigue

saludos =)!!

que lindo kurt con un tutu, esa debe ser la imagen mas tierna de todas. y fin celoso también es lindo, el titulo del siguiente capitulo me deja muy intrigado, ya quiero saber que mas pasa.

ahhhh que hermoso kurt con un tutu mi amor ternurita!!!!  por favor actualiza pronto ya quiero leer el siguiente capitulo  

Se ve interesante el siguiente cap :D

Ellos son tan lindos :33

NO TARDES!
Gracias por escribir!

actualiza pronto, cada ves me gusta mas tu fic  

HOLA!!!  NUEVA LECTORA!!!que tirno el fic ME ENCANTA!!! son tan tiernos y me encantan seb y dave como padresa son tan acogerdores  y kurt bailando!!!  con un tutu azul <3 <3, oh y finn celoso de rachel!!  son un amooorrr!!!!!! de verdad ´porfavor actualiza pronto para poder seguir leyendo las locuras de estas ternuritas!!!!!  
besos   no leemos pronto!!  

Nunca antes he comentado pero me encanta tu fic
que ternura de Kurt
Ya quiero saber que pasa con Finchel Y KLAINE CLARO

Capítulo 11


“Una serenata, Audiciones, ¿Mi primer beso?”


Se podía escuchar la música de la sirenita en versión ballet en el salón de los Karosfky— Smythe. Kurt había decidido que quería audicionar el mismo sábado, la castaña le enseñaba todo lo que podía, cuando él pequeño Rory se entero quiso participar con el otro niño, ahora ambos se encontraban practicando un paso muy difícil.

Consistía en que Rory tenía que alzar a Kurt y dar una pequeña vuelta, mientras que el otro tenía que mantener el equilibrio en los brazos con los pies estirados. Rory no soporto el peso del castaño y ambos cayeron al piso por quinta vez. Kurt enojado se acerco al equipo de música y lo detuvo coloco sus manos en la cadera, viéndose adorable en su tutú azul, mientras que Rory ocupaba una maya color verde.

—No sabes bailar, eres muy malo. —Comento indignado acercándose al otro niño. Rory frunció el ceño

— ¡Es tu culpa! — Sentencio apuntándole con la mano. Kurt abrió la boca formando una “o”

—Claro que no es mi culpa, es tuya. —Se acerco frunciendo el ceño.

—No, porque tu estas gordo y por eso no te pudo tomar, —Rory se cruzo de brazos. El castaño miro su pancita plana y luego hizo un puchero.

— ¿Estoy gordo? —Gimoteo con angustia, Rory se sintió culpable.

—Bueno deberías dejar de tomar tanta leche. —Kurt asintió para luego largarse a llorar desconsoladamente.

— ¿Cariño por qué lloras? —Sebastian pregunto al escuchar el llanto de su hijo.

—Rory dice que estoy gordo, ahora ya no me podrás cargar y hacerme dormir. —Sebastian aguanto una risita. —Soy una vaquita. —Grito desconsoladamente. Smythe lo tomo entre sus brazos.

—Cariño tú no eres gordo Rory lo dijo para molestarte, ¿Verdad amiguito? — Este asintió apenado por hacer llorar a su amigo.

— ¿Me perdonas?

— ¿Ya no me dirás gordo? —Rory negó con su cabecita frenéticamente.

—Te perdono. —Ambos niños se abrazaron haciendo que Sebastian prácticamente le diera un coma diabético por la dulzura.


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—Blaine necesito tu ayuda. —Finn entro a la habitación de su hermanito, quien jugaba a que era un investigador con Sam.

— ¿Qué pasa? —Pregunto sentándose en el borde de su cama con su rubio amigo.

—Ayer con papá Dave, vimos una película donde un hombre le cantaba a una chica para pedirle una cita. —A Blaine prácticamente se le iluminaron los ojos.

— ¿Quieres cantarle a Rachel? —Finn asintió de manera dudosa.

—Pero yo no sé cantar bien, necesito tu ayuda. —Blaine asintió.

—Bueno, Sam toca la guitara (de juguete). —Finn sonrió y el rubio sonrió de vuelta. —Bueno le diré a puck y Rory que bailen también. —Blaine frunció el ceño.

— ¡No! —Grito parándose de donde se encontraba. —Rory no. —Sentencio, él pequeño de rizos no le agradaba ese niño por que siempre le robaba Kurt.

— ¿Por qué no? —Finn estaba algo asustado por la actitud de su hermanito.

—Él es el hermano de Rachel le contara todo, —Finn asintió de manera comprensiva.

—Le pediremos a Santana que baile con Kurt. — Sam estuvo de acuerdo con Blaine.


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Dave estaba muy cansado cuando llego esa noche a su casa, tenía un nuevo edificio que construir y problemas con algunos materiales. Solo quería ver a sus niños y esposo un momento no quería saber nada del trabajo.


Al abrir la puerta todo estaba en silencio, Frunció el ceño eran las siete de la tarde los niños se duermen a las nueve. — ¿Sebastian? —Pregunto entrando a la sala vacía y ordenada, pero nadie contesto.

Camino por el pasillo amplio, el conectaba con el comedor, luego la cocina. La mesa del comedor estaba lista para cinco personas. Sonrió a ver el platito rosa de Kurt y el morado de Blaine. Ambos en sus sillitas altas, Finn ocupaba un plato blanco con un gran león de fondo.

Pero no había nadie sentado en su puesto, siguió caminado hasta llegar a la cocina. Donde encontró la imagen más hermosa que alguna vez vio, Finn estaba en un banquito de pie, revolviendo algo en un bol, Sebastian estaba de espalda a su esposo con un delantal mientras tarareaba algo. Desde que tomo clases de cocina le encanta preparar la cena, los más pequeños estaban junto a Sebastian sosteniendo un plato cada uno donde él castaño puso una tortilla. La coloco en la mesa y Blaine se percato de su padre.

— ¡Papi Dave! —Grito corriendo a sus brazos, el hombre no dudo en tomarlo. Blaine comenzó a dejar besitos en todo su rostro.

—Te extrañe tanto. —Dijo el pequeño en un susurro, Dave sonrió su pequeño era muy sensible. Kurt se acerco junto con Finn, Bajo a Blaine y tomo a sus otros niños.

—Papito. —Dijeron ambos niños al unisonó.

—Amo este recibimiento. —Comento acercándose a su marido para darle un suave beso en los labios los tres niños arrugaron el rostro.

—Prepare tu plato favorito. —Comento Sebastian sacando un pollo a la naranja del horno.

—Yo hice el postre, —Finn dijo con orgullo, mirando a su padre con ilusión.

—Excelente hijo. —Finn sonrió radiante

—Nosotros adornamos la mesa, —Blaine repuso, apuntándose a él mismo y a su hermano menor.

—Pero que niños tan buenos tengo. —Los tres niños asintieron como si lo que dijo su padre, fuese lo más lógico del mundo.

—Bueno vamos a cenar. —Todos se dirigieron a la mesa, cenaron tranquilamente hasta que Dave comenzó a preguntar sobre los días de todos.

— ¿Cómo estuvo tu día Bebé? —Kurt dejo su cucharita rosa y miro a su padre con una sonrisa.

—Rory y yo aprendimos un paso nuevo. —Comento con los ojos brillantes. Blaine tan solo al escuchar la mención del pequeño Berry, Frunció el ceño y dejo de comer cruzando sus bracitos encima de su pecho.

—Eso es maravilloso hijo. —Elogio el hombre, Miro a Blaine de mal humor en su asiento.

— ¿Qué sucede campeón? —De respuesta obtuvo un bufido.

—No me gusta Rory. —Declaro en un susurro, que sus padres pudieron escuchar perfectamente.

— ¿Por qué cariño? —Sebastian pregunto de manera amable, para que su pequeño no se asustara.

—El me quita a Kurt. — Respondió mirando sus manitas, las cuales movía de manera nerviosa.


Ambos hombre intercambiaron una mirada, con un poco de preocupación, Dave fue el primero en intervenir. —Nadie te quitara nunca el amor de tu hermanito, ¿entiendes eso? —Blaine asintió en respuesta y comenzó a comer de manera lenta.

— ¿Finn qué hay de ti?— El niño miro a su padre ante de sonrosarse.

—Bueno, yo quiero cantarle a una niña. —Dijo de manera tímida. Ambos hombres sonrieron de manera enternecida, el primer enamoramiento de su hijo.

—Eso es muy bueno de tu parte cariño. —Sebastian beso la cabeza de su hijo mayor.

—Espero que ella piense lo mismo

—Claro que lo hará. —Finn sonrió con entusiasmo esta vez, pero no le dijo cuando le cantaría realmente. Porque sabía que sus padres no aprobarían eso.



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Era temprano del día miércoles, Finn despertó ante que sus padre y salió de su cuarto con sumo cuidado de no hacer algún ruido. Vestido de manera elegante con el traje que su padre Sebastian le compro, para ocasiones importantes, camino hasta la habitación de Blaine quien dormía plácidamente abrazando a un osito café.

—Blaine despierta. —Dijo, moviendo el hombro de su hermano con delicadeza.

—Un ratito más papi. —Susurro el menor acurrucándose nuevamente, Finn suspiro.

—Blaine tenemos que ir a cantar. —Inmediatamente el niño despertó. Para encontrarse con los marrones ojos de Finn.

—Ya desperté. —Informo, saliendo de su cama para vestirse.

—Toma ponte esto, —Finn le entrego un camisita azul y unos pantalones negro, un corbatín del mismo color de la camisa con puntos blancos.

—Hay que despertar a Kurt. — Blaine dijo, una vez vestido y mirándose al espejo.

—Vamos. —Ambos se dirigieron al cuarto del menor, al entrar lo vieron durmiendo boca abajo, con ambas manitas por debajo de su cabecita, tenía la boquita ligeramente abierta.

—Ve por ropa, yo lo despertare. —Blaine asintió caminado al armario Blanco de Kurt.

—Kurt, bebé despierta. — El niño comenzó gimotear en sueño, haciendo pucheritos.

—Vamos hermanito no llores. —Fin comenzó asuntarse, el llanto de Kurt era capaz de despertar a una ciudad entera.

—No lloro. —Susurro, bostezando. Blaine le entrego el tutu de Kurt para que lo vistiera.
Luego de un rato los tres estaban listo, bueno él menor estaba más dormido que despierto.
Finn lo cargo en su espalda y bajaron con cuidado las escaleras. Se acercaron al armario donde, Blaine saco el pequeño cochecito.

Colocaron a Kurt con cuidado en el coche, Finn se dirigió a la puerta. Abrió con cuidado, Ya que por un descuido de sus padres. No estaba cerrada.

—Vamos Blaine, apúrate. —Ordeno Finn empujando el coche, con Kurt ya durmiendo nuevamente. Comenzaron caminar hasta llegar a la gran reja.

—Está cerrado. —Susurro Blaine cuando intentaron abrirla, Finn suspiro algo decepcionado.

—Debemos encontrar otra salida. —Informo, el mayor caminando por alrededor de la cerca. Entonces vio un pequeño espacio. —Hay que salir por ahí

—Pero no cae el coche de Kurt. — Blaine dijo con mucha preocupación, Finn frunció el ceño.

—Hay que ir caminando. — Sentencio el mayor.

—Despertare a Kurt. — El moreno, comenzó a moverlo de manera lenta. Kurt comenzó a gimotear de nuevo. Finn perdió la paciencia.

—Bueno déjalo, iremos solos. —Tomo la mano de Blaine y comenzó a caminar al agujero para salir.

—Ya desperté, Kurt despertó. —Dijo hablando en segunda persona, estiro sus manitos y Finn lo bajo.

—Hay que, caminar rápido.

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Sebastian y Dave, dormían plácidamente, inconscientes de todo lo que sucedía. La alarma sonido a las 6:30 en punto. El castaño se removió incomodo, tapándose con las mantas hasta la cabeza.

—Es hora de levantarse. — Susurro Dave, acercándose a su esposo, para rodearlo por la cintura y repartir algunos besos en su cuello expuesto.

—Ok, me rindo. —Sebastian se volteo quedando, frente a su esposo. Para compartir un dulce beso matutino.

—Hay que despertar a los niños, —Dave comento rosando la nariz con el castaño.

—Yo iré por Finn y Blaine. —Sebastian asintió de manera perezosa. Se acomodo en el borde de la cama, para calzarse de sus pantuflas.

—que comience el espectáculo. —Dave dijo con entusiasmo, robándole a su marido un segundo beso. Pudo escuchar la risa de su marido.


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Dave camino por el pasillo donde estaba la habitación de Finn y Blaine. Ya que la habitación de kurt estaba cerca de su cuarto. Al entrar a la habitación de su hijo mayor, frunció inmediatamente el ceño. Cuando encontró la cama vacía, era extraño Finn nunca se levantaba temprano sin que lo despertasen. Camino hacia el baño pero este estaba también vació.

Su corazón comenzó acelerarse, un mal presentimiento se apodero de su pecho. Camino de prisa hasta llegar a la habitación de Blaine. Abrió inmediatamente, pero se encontró con la misma escena, la cama estaba vacía.
Camino al baño, pero este también estaba desocupado. Su corazón prácticamente golpeaba su pecho. Su respiración se agito. Sintió unos pasos acercándose con velocidad por el
pasillo.

Al voltearse pudo ver a su esposo parado en la puerta con una cara de espanto. —Kurt no está en su habitación, —informo mirando la cama de Blaine, la cual se hallaba desocupada.

—Finn y Blaine tampoco están.


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Luego de pasar por el pequeño agujero por fin legaron a las calles vacías, ya que aun era muy temprano. Caminaron lo más rápidos que sus piernitas le permitían. Cuando era hora de cruzar las calles, Finn tomo cada manito de su hermano y cruzaron, mirando ambos lados ante de hacerlo, como su papá Sebastian le había indicado.

—Rachel, ¿Vive muy lejos? —Pregunto él castaño que ya estaba algo cansado.

—No kurt, falta poco. —Sonrió Blaine, dándole animo a su hermanito menor, Siguieron por
las calles hasta llegar a una esquina donde había una panadería muy conocida del barrio. Santana, Puck y Jacke lo esperaban en la esquina junto a Sam. Todos acordaron ayudar a Finn.


Santana al igual que Kurt estaba vestía con un tutú, pero de color rosa. Su coleta estaba alta pero algo chueca, Sam y Puck tenían su guitarras, diminutas colgadas en sus hombros.
Mientras que Jacke acompañaría a Blaine en el coro.

Siguieron caminado, hasta llegar a un pequeño pasaje, donde habían muchas casa iguales. Finn saco un papel de su bolsillo, donde estaban tres números anotados, comenzó a caminar y mirar los números a la vez, hasta que una sonrisa se formo en su rostro, dando a entender que habían encontrado la casa de Rachel.

— ¡Aquí es! —Dijo con emoción, la casa de los Berry era mucho más pequeña que la de los Smythe —Karosfky. Con un humilde antejardín, cochera, de dos pisos. Había algunas flores y un auto estacionado en la cochera. La reja era baja así que no tuvieron problemas en pasar.

— ¿Cuál es la ventana de Rachel? —Pregunto Sam aturdido al ver tres ventanas diferentes. Finn hizo una mueca, no tenía idea de cuál era la de Rachel.

—Esa es. —Santana dijo como si fuera lo más lógico del mundo, todos observaron la ventana con cortinas rosa en ellas y coronas de princesas.

— ¡Yo quiero una así! —Kurt, apunto con su pequeño dedito la ventana. Sus ojos brillaban, Blaine asintió.

—Son hermosas. —Estuvo de acuerdo, Puck arrugo la frente y se acerco a Finn.

— ¿Por qué a tus hermanos le gusta las cosas de niñas? —Finn miro a sus hermanitos y luego se encogió de hombros.

—Mis padres dicen que los colores y la música no tienen género. —Puck parpadeo varias veces, pero Finn no espero a que respondiera, fue a buscar una pequeña piedras.

— ¿Qué es genero? —Pregunto, pero nadie le respondió.

—Luego te explico Puck. —Susurro, Se paro frente a la ventana y lanzo la piedra dando justo en el blanco. —Todos a sus posiciones, como lo ensayamos

—Sí. —Gritaron los niños al unisonó. Rachel al escuchar el sonido se acerco a la ventana, La abrió con cuidado y saco su pequeña cabeza.

— ¿Qué haces aquí? —Pregunto, mirando a todos con el ceño fruncido.

—Te traje una serenata. —Finn dijo mirando a todos. Puck y Sam comenzaron a tocar sus guitarras, de una manera armoniosa, Santana comenzó a bailar junto a Kurt, haciendo algún movimiento de puntitas.

Blaine miro a Finn ambos respiraron hondo y comenzaron a catar con una hermosa voz. Con tono infantil.

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Leroy despertó al escuchar voces, Abrió los ojos de golpe. Cuándo se percato que el ruido provenía del antejardín de su casa. Inmediatamente se sentó en su cama. Miro a su esposo que dormía plácidamente.

—Amor, despierta. — Hiram despertó y murmuro un leve “que sucede”.

—Hay alguien o algo afuera. —Respondió colocándose su bata y pantuflas. Hiram imito a su esposo. Caminaron a la habitación de Rory quien dormía. En cambio al entrar a la de su hija, la cual estaba en la ventana mirando hacia afuera y con una enorme sonrisa en su cara, los dejos sorprendidos.

— ¡Por dios!, Nuestra hija tiene seis años y ya recibe serenatas. —Comento Hiram de manera divertida a ver a los chicos abajo.

—Tendré que comprarme una escopeta. —Comento Leroy, viendo como Rachel aplaudía luego que la canción terminará. Este se percato que no había ningún adulto con los niños, observo por la ventana, pero tampoco se veía algún auto. Esto no le pareció gracioso.


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—Señor, los niños no están en ningún lado. —Facundo comento con voz angustiante, Sebastian estaba a punto de llorar y Dave no sabía qué hacer.

—Hay que llamar a la policía, —por fin decidió el fornido, dirigiéndose al teléfono. Mientras Nancy calmaba a Sebastian o trataba de hacerlo.

Dave se acerco al teléfono, pero ante de poder si quiera tomarlo este comenzó a sonar. Inmediatamente atendió — ¿Diga? —Pregunto con voz paciente pero asustada.

—Dave, soy Leroy. Tus hijos están conmigo. —Al parecer el mundo del hombre fornido volvió a tomar sentido.

—Voy a tu casa enseguida. —Luego de escuchar un “si”, camino hasta su marido. —Los niños están en casa de los Berry.

— ¿Qué hacen allá? —Pregunto Sebastian siguiendo a su marido escalera arriba, para ir a cambiarse.

—Eso lo averiguaremos pronto.


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Cuando Los Smythe —Karosfky se estacionaron, prácticamente saltaron del auto para dirigirse a la casa, verdosa frente a ellos. No fue necesario tocar el timbre la puerta se abrió de inmediato, dejando ver a un sonriente Hiram.

— ¿Dónde están los niños?-Pregunto Sebastian olvidando completamente sus modales, pero el hombre que los recibió entendía perfectamente su comportamiento, por lo que no le tomo mayor importancia.


—Están en la sala. — Se limito a responder, la pareja recién llegada se dirigió al pequeño lugar, Rachel estaba vestida en su uniforme, junto con un Finn y Blaine. Los cuales vestían casualmente muy elegantes, estaban desayunado. Blaine a ver a sus padres corrió a sus brazos Dave los sostuvo como si quisiera fundirse con él.

—Cariño, tenía miedo de que algo te sucediera. —Dijo el hombre, Sebastian se acerco a Finn para repetir el gesto de su esposo. Luego de un momento se separaron y el castaño se percato de algo.

— ¿Dónde está Kurt? —No necesito respuesta, ya que Leroy entro a la sala con un bulto envuelto en una manta azul, se acerco a Sebastian y se lo entrego con cuidado ya que el niño se había vuelto a dormir.

—Comenzó a llorar, cuando no los encontró, lo alimente y se durmió. Supongo que el llanto lo agoto. —Sebastian asintió, sonriendo cuando su esposo beso la frente de su hijo.

— ¿Me pueden explicar que hacen aquí? —Dave pregunto de manera seria pero sin cambiar su tono de voz, Finn y Blaine intercambiaron una mirada ante que el mayor de los niños suspirara.

—Fue mi culpa.


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— ¿Entonces, le cantaste a Rachel? —Pregunto Sebastian una vez que estaban en casa. Finn asintió el niño estaba sentado frente a su padre, junto con Blaine ambos miraba su regazo.


—Sí. —Susurro apenado, Sebastian suspiro y se acerco a sus hijos, los tomo para acomodarlos en su regazo.


—Finn, lo que hiciste fue peligroso. Pero tierno, debes prometer que no lo harás más. —El niño miro a su padre y asintió. Sebastian beso su frente de manera tierna.


—Tú también Blaine. —Comento Dave, el otro niño asintió frenéticamente para luego lanzarse a los brazos de su padre.

— ¿Entonces a Rachel le gusto la serenata? —Pregunto Sebastian nuevamente. Finn se sonroso ante la pegunta, cerro sus ojos y suspiro.

—Gracias por la canción. —Dijo la pequeña de manera nerviosa, pero estaba feliz .Finn se rasco la nuca de manera nerviosa.

—De nada, los chicos también me ayudaron. —Comento mientras veía como su padre subía a sus hermanos al auto.

—Sí, también debo agradecer a Puck, Santana Y Jacke —Ya que su padre había ido muy molesto a recogerlos a la casa de los Berry.

—Hijo es hora de irnos. —grito Sebastian, Finn asintió y miro a Rachel.

—Nos vemos en la escuela, —la niña asintió.

—Finn espera. —Dijo ante que volteara, se acerco y le dio un inocente beso que apenas rosando los labios. Pero ambos sintieron como pequeñas mariposas en su estomago.

—Adiós. —Susurro ella para luego entrar a la casa de manera apresurada. Finn camino como un robot, Dave frunció el ceño.

— ¿Todo bien hijo?

—De maravilla papi. —Respondió con una enorme sonrisa y mirada soñadora.

—Yo creo que le encanto, —respondió con una risita nerviosa. Sus padres intercambiaron miradas interrogatorios, para luego encogerse de hombros. De pronto miraron la hora

— ¡Dios mío! —Grito Sebastian, —llegaremos tarde.


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Era sábado por la mañana, Kurt se encontraba en su tutú azul caminado. Como un pequeño león enjaulado.

—Hijo tranquilo. —Sebastian intento calmarlo. Hoy era la audición de Rory y Kurt ambos niños estaban nervioso, Rory estaba en los brazos de su padre acurrucado. Chupando su dedo pulgar.

— ¿Qué pasa si sale feo? —Pregunto haciendo un puchero. Dave ser inclino para estar a la altura de su bebé.

—Kurt, eres un niño muy talentoso y tiene que tener confianza en ti mismo. —Sebastian sonrió con ternura a las palabras de su esposo. — Recuerda que pase lo que pase, nosotros siempre te amaremos. —Él pequeño niño sonrió y abrazo a su padre.

—Kurt eres muy bueno, lo harás bien. —Blaine dijo mientras Finn asentía. Ambos niños decidieron faltar a su práctica de fútbol americano, para apoyar a su hermano pequeño.

—gracias Hermanitos. —Dijo el menor.


Pasaron algunos minutos más cuando una niña sale llorando del estudio para aferrarse a su madre. Eso hizo que kurt casi comenzara a llorar, las grandes puertas café del estudio donde debían presentar su baile se abrieron. Dejando ver a una mujer alta, de un físico increíble, con una maya negra. Su cabello marrón estaba amarrado a una firme coleta. Sus ojos azules, miraban unas hojas en su mano.

—Kurt Smythe y rory Berry. Pasen por favor. — El castaño al escuchar su nombre grito de nervios y corrió hacia su padre.

— ¡Papá me toca! —comenzó a decir con voz angustiante.

— ¿Ellos son los siguientes? —Pregunto mirando a ambos niños la mujer.

—Si son ellos. —Se apresuro a responder Dave al ver la cara malhumorada de la mujer.

— ¿Qué edad tienen?

—Ambos tiene dos años y siete meses. —Contesto esta vez Sebastian.

—Síganme, por favor. —Se dio media vuelta y entro a la sala, ambos pequeños se tomaron de la mano ante la molesta mirada de Blaine y entraron. Los cuatro adultos intercambiaron una mirada y se acomodaron en la sala de espera a esperar los resultados.


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Ambos niños entraron. De la manito, una mujer mayor de tras de un escritorio sonrió al verlo. En cambio la más joven que los atendió hace unos momentos parecía más dura y fría.

—Buen día. —La mujer mayor de cabello blanco y hermosos ojos verdes, saludo de manera calmada al ver la tensión de los pequeños. — ¿Cuáles son sus nombres?

—Yo soy Kurt

—Me llamo Rory. —El ultimo casi susurro.

— ¿Que tema interpretaran? —Esta vez pregunto la mujer más joven. Kurt se acerco pasándole un Cd, la mujer lo tomo sin mucha delicadeza y camino hasta el reproductor de música que se encontraba en el salón, en una esquina. Donde estaba una hermosa mesa de color café.

—Bueno caballeros, pueden empezar. — Ambos niños hicieron una reverencia, rory tomo la mano de Kurt y comenzaron a Bailar, él castaño se levanto de puntitas y giro alrededor de su amigo, rory se paro en sus manos hasta darse una vuelta y caer en sus pies.

Kurt, siguió de puntas, Rory tomo su mano y este levanto su pierna derecha hasta la altura de su cabeza, giro en su lugar con ayuda del otro chico. Ambos cayeron al piso de manera elegante abriendo sus piernas con mucha facilidad. Kurt se afirmo de sus manitas y se levanto caminado unos pasos con ella, cayó en sus pies.

Rory tomo su manos y ambos realizaron algunos pasos que eran requisitos de la audición luego de esos realizaron otra reverencia.

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Las puertas se abrieron nuevamente dejando ver a los pequeños. La mujer comenzó a llamar a otro par de niñas.

— ¿Cómo les fue? —Leroy se apresuro a preguntar de manera entusiasta. Los niños compartieron una mirada

—Estamos en la academia. —Informaron lanzándose a los brazos de su padre.

—Eso es maravilloso, hay que celebrar. —Comento Sebastian. Rory se acerco para abrazar a Kurt nuevamente pero Blaine se interpuso entre ellos, en sus ojos se podía leer “Mío” claramente.

—Conozco un buen restaurante, —menciono Leroy mientras cargaba a su hijo.

—Bueno no se diga más. —Dave dijo cargando a Finn y Sebastian los otros dos ya que Blaine no soltaba Kurt.

Todos se dirigieron al restauran no sin antes ir a buscar a la pequeña Rachel a sus clases de piano.

Bueno aquí vengo con un nuevo capítulo. Espero que sea de su agrado, nos leemos pronto y muchas gracias por sus comentarios me animan mucho para seguir escribiendo.

Me alegro que hayas actualizado, espero con ganas el próximo capítulo, adoro tu fic.

Awwwww q tierna la serenata de finn :3 blaine es todo un celoso XD

oh mi dios son tan dulces como un chocolate te juro...es mas no se con cual de los tres quedarme, mi Blaine celosiño me encanta jaja pobre no sabe que su hermano cuando sea grande sera un sexsymbol jaja y por otro lado Finn es tan tierno y romantico...los amo adoro que hallas actualizado, no tardes okey?

Aww ternurita de Blaine celoso

Awwww! <3
me encanta la historia*.* sobre todo los celos de Blaine c;
adoro la forma en que se estan desarrollando las relaciones entre los pequeñines<3

sube pronto<3

me encanta este fic, ver a Blaine celoso y que no quiera que rory se acerque a kurt es tan tierno, enserio me gusta mucho

me encanto el capitulo, Blaine es tan tierno con sus celos  
actualiza pronto, me enamore de tu fan fic  

Capítulo 12


“Los Abuelos Smythe”


Era un sábado, caluroso. El verano se hizo presente, la mañana era tranquila, todos los miembros de la familia ya estaban despiertos. Dave y Sebastian decidieron encargarse de la casa los fin de semana para que Facundo y Nancy, tuvieran más tiempo con su familia.
Sebastian estaba en la cocina limpiando las cosas que utilizaron en el desayuno. Kurt estaba en su sillita alta, bebiendo jugo de manzana, había despertado hace poco aun se encontraba en su pijama, con el cabello revuelto, mejillas sonrosadas u camiseta azul claro algo larga, unos pantalones holgados y calcetas. El pequeño tenía una fascinación por andar descalzo.

Dave se encargo de bañar a Finn y Blaine, quienes ahora jugaban en el cuarto de juego. Solo faltaba el pequeño Kurt, decidieron dar un paseo en bicicleta luego de almorzar, Finn ya podía andar solo con sus rueditas de entrenamientos y ambos hombres adaptaron sus bicicletas, con sillas para llevar a los más pequeños.

El fornido se encontraba recogiendo un osito café, perteneciente a Blaine, un tren de color rojo de Finn y una muñeca de trapo, del pequeño castaño. Cuando el timbre de la casa sonó, este suspiro no esperaba visitas, los berry estaban en el campo. Los Puckerman, viajaron Londres.

— ¿Quién será? —Susurro, caminado a la puerta con los juguetes en sus manos, con algo de dificultad la abrió y su sonrisa se borro de inmediato. Ante él, sus seguros estaban parados, con rostro frío como siempre.

—Podemos pasar, ¿o nos tendrás toda la mañana aquí? —Pregunto Edgar Smythe, el hombre que nunca comprendió o quiso a su hijo. La mujer que lo acompañaba dedico una sonrisa triste a Dave, el cual noto que la castaña mujer llevaba una bolsa con algunos juguetes en ella, sonrió de manera discreta.

—Pasen, están en su hogar. —Los fríos ojos verdes del hombre, lo miro con repulsión al escuchar las últimas palabras. Edgar era un hombre alto, de cabello negro, sonrisa arrogante y intensos ojos verdes. Era muy parecido a su hijo.

Mientras que la mujer era de cabello largo y castaño, ojos miel. Piel algo oscura, Hermosos rasgos que su hijo heredo.

— ¿Dónde está Sebastian? —La voz fría de su suegro, lo hiso volver a la realidad. No fue necesario responder.

— ¿Dave amor quien era? —Un Sebastian, vestido con ropa holgada, cabello desordenado y con un pequeño de dos años en su cadera, salió de la cocina con una hermosa sonrisa, sosteniendo a su hijo.

Kurt tomaba aun de su mamadera, y miraba a los extraños con los ojos bien abiertos. Tenía una mano envuelta en el cuello de su esposo. Saco el chupete de la madera de su boca. — ¿Papi quien son ellos? —La hermosa voz de su hijo. Lo hizo reaccionar.

Marry Smythe, llevo una mano a su boca al ver al pequeño. Una lágrima cayó por su mejilla, limpiándola enseguida ante la mirada seria de su marido.

— ¿Eso es tu hijo? —Pregunto Edgar de manera aburrida apuntando al niño. Dave apretó los puños, arrojando los juguetes al piso. Tratando de contenerse.

—Edgar por favor. —Imploro la mujer e acercándose a él. EL hombre ignoro las suplica de su mujer acercándose a su hijo. Sebastian instantáneamente, abrazo a Kurt tratando de fundirse con él.

El ambiente era tenso, Dave era un león dispuesto a atacar en cualquier momento, pero todo se detuvo. — Papi mira lo que dibuje. —Un sonriente Blaine Salió del cuarto de juego enseñando un dibujo, ignorando a todos los adulto y caminando a donde su padre Dave.

—Esto somos, nosotros y este era tú y papá Seb. —Blaine estiraba su manita, lo más que su cuerpo lo permitía. — ¿Te gusta? —Pregunto de manera inquieta al ver que su padre no le prestaba atención alguna.

—Es hermoso. —Respondió inclinándose a la altura de su niño. Blaine sonrió mostrando sus pequeños y blancos dientes. Desordeno un poco su cabello hasta que el niño se percato de las otras dos presencias.

— ¿Quiénes son ellos? —Pregunto apuntando al las dos personas desconocidas para él.

—Son mis padres. —Susurro Sebastian abrazado aun a Kurt. Blaine miro unos momentos hasta que su cabecita proceso la información, una sonrisa muy grande apareció en sus rostros.

— ¡Son mis abuelitos! —Grito, Kurt abrió los ojos como plato y comenzó aplaudir. Edgar miro horrorizado a su mujer. Retrocedió de manera automática.

— ¿Cuántos niños son? —Fue la primera pregunta y palabra que pronuncio Marry, pero no fue necesario responder.

—Blaine mira lo que puedo hacer con el robot. —Finn salía con un hermoso robot. Mientras lo transformaba en un auto. —Vez es igual que transforme, —miro a su hermano y luego a todas las personas presentes.

—Son tres. —Susurro la mujer, tratando de contener sus lágrimas. — ¿Cómo se llaman? —Edgar miraba todo, desde lejos. La mujer se comenzó acercar de manera lenta.

—El es Finn, Este es Blaine y nuestro bebé Kurt. —Presento Sebastian de manera orgullosa a sus hijos. Blaine se alejo de su padre, camino hasta la mujer estirando sus bracitos.

—Hola abuelita. —El corazón de Marry casi se derrite.

— ¿Puedo tomarlo? —Pregunto de manera tímida con voz titubeante.

—Claro, es tu nieto. —La voz de Sebastian era más fuerte, pero suave. Miraba a su padre, de manera seria. Edgar miro la escena, ¿enternecido?, Marry cargo a su nieto con delicadeza, Blaine toco sus mejillas para luego dejar un besito en su nariz. Soltando una risita. La mujer contuvo, las lagrimas nuevamente. Mientras su esposo permanecía estático.

—Me trajiste regalos. —Blaine pregunto de manera curiosa mirando la bolsa con juguetes.

— ¡Blaine! —Regaño Sebastian, Marry sonrió a su hijo y bajo a Blaine.

—Déjalo, soy su abuela y es mi deber consentirlo. — se inclino abriendo la bolsa, revolvió un poco ante la mirada de su nieto. — ¡Aquí esta! —De la bolsa saco un micrófono, de color blanco con amarillo. Blaine miraba de manera deslumbrante el aparato.
Kurt demando ser bajado, corrió hacia su abuela. Finn imito a su hermano. —Yo “tamben quiero uno”. —La mujer miro a Kurt y soltó un gritito.

—Pero eres una hermosura. —Miro al otro niño, que la miraba curioso. —Pero que niño tan grande, eres muy apuesto. — Finn se rasco la parte trasera de su cuello con nerviosismo.

—Esto es para ti, y para ti. —Dijo pasándole a un gran camión negro a Finn y un peluche marrón a Kurt. También saco un juego de investigación, unas pistolas de agua, unos muñecos de acción, pelotas, espada.

—Creo que ustedes deben hablar. —Dijo Dave de manera gentil. Se acerco al pequeño castaño para acomodarlo en su cadera, —bueno cariño es hora de tu baño. —Tomo la manita de Finn, —Ustedes me ayudaran a bañar a su hermanito, cariño toma la mano de Blaine. —Finn obedeció y antes de subir se dirigió hacia Sebastian. —Tranquilo cariño recuerda que te amamos. —Le dio un dulce beso en los labios y desapareció por las escaleras con sus hijos, el silencio incomodo que se podía sentir en esa habitación era muy estresante para el joven parado frente a sus padre.

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Sebastian sabía perfectamente, que algún día tendría que enfrentarlos. Pero nunca pensó que fuera tan pronto. Estaban en la cocina, Edgar se encontraba mirando las dos sillitas altas en el lugar, como los muebles tenían seguro para impedir que lo abrieran los niños. Las mamaderas y vasitos entrenadores con monitos, estaba ordenados en un pequeño mueble, también habían algunos baberos y platos con dibujos en ellos. Se podía ver claramente que había niños en eso hogar, pero le extrañaba ver que algunas cosas tenían colores rosas y purpuras.

—Aquí tiene. — Sebastian entrego a sus padres dos tazas de café humeante. Se acomodo frente a ellos, también con su café. Estaba realmente nervioso no sabía qué hacer.

—Tienes una casa muy linda hijo. —Elogio la mujer, rompiendo el incomodo silencio que se había formado nuevamente. Edgar solo asintió a las palabras de su esposa.

—Entonces. —Comenzó el más joven de manera nerviosa, jugando con sus propias manos.
— ¿Qué los trae a New York? —Pregunto mirándolos fijamente, tomando un sorbo de café.

—Queríamos verte y conocer a nuestros nietos. — Contesto su madre de manera sincera, pero Sebastian pudo notar claramente que el cuerpo de su padre estaba rígido y no parecía feliz. Suspiro estaba harto de esto.
—Querías verme, porque claramente mi padre no está cómodo aquí, conmigo o con mi familia. —Comento con rencor.

El hombre abrió los ojos como plato, apretando los puños. —Sebastian no seas así con tu padre, debes respetarlo. —Cerro los ojos su madre otra vez defendía al hombre frente a él.

—El respeto se gana. —Edgar se levanto de su silla de manera violenta, haciendo que esta cayera de manera ruidosa.

— ¡NO ME HABLES ASÍ! —Amenazo. Sebastian también estaba de pie.

—No grites, asustaras a los niños. —Al parecer el mayor de los Smythe pareció reaccionar y asintió, colocando la silla en su lugar y sentándose posteriormente. — ¿Cuánto tiempo se quedaran?

—Un par de día, —Marry contesto algo más calmada pero aun nerviosa por lo ocurrido.

— ¿Dónde se hospedaran? —volvió a preguntar, parándose y dejando su taza de café ya desocupada en el fregadero. —Aquí hay espacio suficiente para los, y por los niños no se preocupen son bastante tranquilos aunque no lo parezca. —Sebastian no pudo evitar sonreír al hablar de sus hijos.

—Gracias. —Esta vez fue Edgar quien hablo. Su hijo solo asintió

—Bueno en el pasillo a la derecha están las habitaciones de mis dos empleados y hay tres que están desocupadas, pueden ocupar cualquiera. —Marry miro a su hijo con desaprobación.

—Nos pasaras un cuarto de empleados. —Inquirió algo dolida. Sebastian suspiro su madre era una persona algo arisca con las clases sociales aun.

—Tengo habitaciones disponibles en el pasillo izquierdo. Junto a la mía y la de los niños, pero pensé que sería mejor que durmieran del otro lado.

— ¿Por qué? —Inquirió Edgar.

—Como pudieron ver tengo dos niños pequeños, a veces lloran sobre todo Kurt.

—Por mí no hay problema. —Marry respondió feliz, de poder dormir cerca de sus nietos, mientras que el hombre solo se encogió de hombro resignado.

Sebastian ayudo a sus padres a subir las maletas y acomodar las cosas en su cuarto. Comentando que el fin de semanas prefirieron ellos hacerse cargo de la casa. Había una cama matrimonial grande y muy cómoda, dos closet, dos mesitas de noche y un enorme baño que era casi una exageración.

—Bueno el cuarto de en frente es el de Kurt, el mío está al lado, luego las puertas de alla son de Finn y Blaine. —Los padres asintieron observando la lujosa casa de su hijo, Edgar estaba orgulloso de su hijo, pero no sabía cómo expresar sus sentimientos.

—Papito ya “toy” listo. —Un Kurt perfumado, peinado y vestido con unos pantaloncitos color café claro y una camisa blanca con los primeros botones desbrochados, lo hacía ver como un pequeño modelo Europeo. — ¿Me veo lindo? —Pregunto una vez estuvo frente de su padre, dando un giro de manera elegante, robando una risita de su abuela y una sonrisa de Edgar. Que solo Dave noto, pero mantuvo discreción.

—Te vez hermoso. —Comento Sebastian dándole un beso en la cabellera a su hijo. —Bueno hay que preparar el almuerzo, Dave encárgate de la planta alta yo veo a los niños y preparare la comida. —Dave frunció el ceño

—Amor estas seguro de poder ver al trió de revoltoso sin quemar la cocina. — Comento riendo al ver la expresión de su marido, ignorando a sus suegros que miraban la escena con cariño.

—No se preocupen, Edgar y yo los podemos vigilar. —Marry comento emocionada, Sebastian miro a su padre que parecía más incomodo que nada. Dave miro a sus suegros y decidió ayudar un poco.

—Claro, pueden llevarlos al jardín hay algunos columpios para ellos. — Recomendó a sus suegros que asintiera, Edgar se acerco vacilante hasta el pequeño Blaine y tomo su manita. Pero este era un niño muy sensible así que feliz comenzó a caminar dando brinquitos.

—Bueno, ustedes vienen conmigo. —Marry tomo la mano de Finn y Kurt y camino de tras de su marido.

— ¿Crees que sea una buena idea? —Pregunto el castaño a su marido algo intranquilo.

—Claro, vamos amor, serán duros pero no son unos monstruo no le harían daños a unos niños tan adorables. —Con un breve beso, se dirigió a hacer las camas.
Sebastian luego de suspirar varias veces, bajo por la escalera que conectaba la cocina. Abrió la nevera para ver que podría hacer. Decidió hacer carne al horno, con puré de papas. A Blaine y Finn le encantaba el puré.

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Edgar observaba, a los tres niños jugar de manera discreta. Mientras leía el periódico de esa mañana. Blaine estaba subiendo hacia el pequeño resfalin, que habían instalado para ellos. Finn se columpiaba de manera fuerte, era un niño con mucha fuerza y entusiasmo.

Por otra parte el menor de la casa estaba sentado en el pasto, solo. Eso le hizo recordar a su hijo a esa edad. Estaba con un oso blanco y una taza rosa, mientras balbuceaba algo, estiraba su manita y ofrecía te al oso.
En esa casa se podía respirara aire familiar, felicidad y lo más importante amor. —Esta lista

la comida, —Sebastian apareció en un delantal celeste y con una sonrisa en la cara. —Niños a lavarse las manos. —Los tres pequeños corrieron con unos tornados dentro de la casa con un Sebastian que gritaba tuvieran cuidado.

La mesa era elegante y muy bien preparada. Edgar vio las dos sillitas, un plato rosa, otro
purpura y un blanco con un león en su interior dos vasitos de plástico y uno entrenador.

Dave entro cargándola Blaine y lo acomodo en su sillita, esta era diferente e al de Kurt, no tenia cinturón para mantenerlo quieto solo era más alto, para que alcanzara su comida de manera cómoda. Kurt estaba en su sillita mientras le comentaba algo a su yerno.

Quien lo miraba con mucho amor, Mientras Finn hablaba con su esposa, sobre algo relacionado con una serenata y un beso, realmente no entendió mucho. Ya que el niño hablaba rápido y con mucho entusiasmo, sin apartar la vista de la mujer.
Blaine estaba concentrado en su puré de papas, comiendo grandes cucharadas. —Hijo, con calma, te atoraras, —Sebastian sirvió jugo de manzana en su vasito.

Blaine tomo, con sus pequeñas manitas el jugo y bebía de prisa. Edgar miraba todo lo que sucedía a su alrededor, sin darse cuenta de la pequeña mano que jalaba su manga.
—“Abelito”. —Esas simples palabras hicieron que su corazón diera un salto, hacia su caja
torácica.

— ¿Qué quieres? —Contesto con voz arisca, no estaba listo para esta situación, pero al niño castaño de hermosos ojos azules no le pareció importar.

—Come. — Dijo el niño, levantando una ceja. Como si lo estuviera regañando. Edgar boqueo un par de veces, ese niño era igual a su hijo. Solo los diferenciaban los ojos y el tono de piel.

— ¿Te ayudo? — Miro a Blaine quien acerco su cucharita purpura, se acomodo de tal manera, para poder sacar un poco de puré papas. Equilibrio su cucharita y la acerco al hombre. —Abre, —Edgar inconscientemente, hizo lo que el pequeño ordeno.

Sebastian reprimió una risita junto con su madre, Kurt aplaudía feliz, mientras que Finn estaba muy distraído en su comida para prestar atención a lo que sucedía a su alrededor.
Dave comenzó una conversación sobre, como fue los trámites de adopción. Los primero días con los niños, la llegada de Finn y algunas anécdotas más. Sebastian noto como su padre sonreía a cada historia que ellos contaban.

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La tarde fue tranquila, Dave y Sebastian fueron a dar un paseo en bicicletas con los niños mientras que sus padres decidieron estar un rato solo para analizar la situación en la que se encontraban, que básicamente consistió en Edgar contestando con pequeños monólogos a las pregunta de su mujer.

— ¡Ya llegamos! —Grito Sebastian entrando con su rostro colorado, cabello despeinando y una enorme sonrisa, Kurt y Blaine que estaban de tras de su hijo venían en la misma condiciones, Blaine era un desastre de adorables rizos, Kurt era la imagen en miniatura de Sebastian, mientras que Dave y Finn estaña solo colorados ya que su cabello era corto a comparación de los otros tres.

— ¿Cómo estuvo el paseo? —Mary pregunto como si fueran ya parte de la familia, mientras que Edgar aun estaba incomodo.

—Excelente. —Finn respondido, caminando a la cocina. Dave camino tras él para que el pequeño no ocasionara un desastre.

—Tengo sed. —Kurt se acerco a su padre estirando sus bracitos. Sebastian lo tomo junto con Blaine camino conversando con su madre acerca del paseo ignorando al hombre de manera olímpica.

Era de noche alrededor de las nueves, cuando se desato el caos. Mary estaba en la habitación de Finn contándole una historia sobre “dinosaurio”. Pero Blaine era otra historia estaba corriendo desnudo por toda la casa, mientras su hijo lo trataba de alcanzar, Edgar no entendía como un niño tan pequeño era tan rápido. Dave estaba en el estudio había surgido un problema en uno de sus hoteles y estaba resolviendo el problema ya que era algo serio, el realmente quería ayudar pero no sabía cómo, la respuesta llego sola.

Un manita tiro de su pantalón al bajar la vista vio, al pequeño de la casa en pijama solo con calcetines y una mamadera de leche tibia en su mano. Estiro sus bracito en clara señal de que quería ser cargado.

Miro a su alrededor para ver si había otra persona que se hiciera cargo del niño, pero todos seguían en sus labores. Las quejas del niño lo hicieron suspirar y decidió cargarlo. Lo tomo con cuidado hace tiempo que no cargaba un niño pequeño. Kurt se acomodo en sus brazos y le estiro la mamadera.

— ¿Quieres que te la de? —Pregunto algo nervios se sentía tan ridículo, Solo recibió un asentimiento de respuesta.

Llevo la mamadera a la boquita de su nieto, esa palabra en su cabezo lo hizo sonreí y comenzó a alimentarlo de manera tranquila y pausada. Se percato que el niño comenzada a dormirse de a poco. Cuando lo termino de alimentar, camino con cuidado aun meciéndolo hasta su cuarto.

Cuando se aseguro que estaba dormido lo acomodo en la pequeña cama y lo tapo encendiendo la lamparita de noche de su habitación, vio el monitor de bebe y se llevo uno encendiendo el otro, salió despacio dejando la puerta entre abierta.

Al parecer su hijo había atrapado al revoltoso de su otro nieto por que podía escuchar el chapoteo del agua y las risas del niño. Finn dormía tranquilamente.
Camino hasta llegar al salón todo era tan confuso tenia millones de sentimiento, necesitaba hablar con Sebastian.

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— ¿Mi madre dijo que me querías ver? —Pregunto el castaño con voz nerviosa, su padre solo asintió aun dándole la espalda. Ambos se encontraban en el estudio de Dave.

—Quiero disculparme. —Contesto mirando su hijo a los ojos, Sebastian los abrió como plato años esperando el cariño de su padre y al fin lego ese día en uno de los momentos más importante de su vida. —Se que no merezco tu perdón, pero me gustara que comenzáramos de nuevo quiero estar contigo en esta etapa tan importante.

—Papá, tu siempre será bienvenido en mi hogar. —Respondió con su voz entrecortada a causa de las lágrimas que quieres salir.

Se observaron un momento no eran necesaria palabras para saber, lo que ambos sentían en aquel momento. Vacilando un poco Edgar se acerco a su hijo y lo abrazo como si fuera su pequeño nuevamente.

—Te extrañe tanto papi. —Edgar lo abrazo aun más fuerte si eso era posible.

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Eran las siete de la mañana la televisión encendida y la canción de la sirenita estaba sonando en todo su esplendor. Mientras un pequeño castaño aplaudía cantaba lo que se aprendió entre balbuceos y frases en francés, Edgar esta a su lado en su regazo sostenía a Blaine quien acababa de levantarse y aun estaba algo adormilado. Mientras que Finn estaba al otro lado mientras bebía jugo, Mary se les unió acomodándose con su nieto mayor.
Este pozo su cabeza en el regazo de su abuela, para descansar un poco más.

Sebastian estaba recargado en la puerta de la sala con los brazos de Dave rodeando su cintura, ambos con una sonrisa en la cara.

—Nadie puede resistirse a ellos, ¿verdad? — Pregunto el fornido hombre a su esposo, ante de una respuesta recibió un apasionado beso.

—Claro que no, ellos son demasiado tierno para su propio bien.


Aquí está un nuevo capítulo disculpen la demora pero estoy con mucho exámenes y pruebas en estos momento. Espero que les guste nos leemos.

estuvo genial, ,me encanto. enserio nadie piede resistirse al trio revoltoso de los Smythe-Karofky   .
actualiza pronto, amo tu fic