Fic: Brittana&Faberry: "Amor en la Pasarela" Capítulo 6: Dobles Intenciones

Una hora entera se fue discutiendo el mismo tema. Parecía un circulo vicioso, los mismos cuestionamientos, las mismas respuestas y al final, la misma declinación. Brittany ya no sabía cómo sentarse en su silla, estaba terriblemente aburrida pero no iba a hacer nada por intervenir, si Kurt y Quinn quisieran que ella hablara, simplemente ya lo estaría haciendo y seguramente ya estuviera caminando por las calles buscando trabajo en una tienda de Cds o de mesera en algún restaurant, ‘En cualquier momento se tendrán que cansar’ pensaba la rubia mientras cruzaba sus piernas y empezaba a jugar con sus manos.

Kurt: ¡En ningún lugar encontrarás algo como esto, Quinn! ¡Entiende, es una buena oferta! –Empezó en el círculo nuevamente, señalando la carpeta que resultó ser un par de contratos-

Quinn: Entiende Kurt, ni Brittany ni yo estamos interesadas en esto –Respondió calmadamente- Que hayamos estado en televisión esta mañana no quiere decir nada, pronto las personas van a olvidarse de nuestras caras –Argumentó encogiéndose de hombros aparentando desgano por continuar con la conversación-

Kurt exasperado, suspiró audiblemente–Quinn. ¿Tienes una mejor oferta? Seme sincera por favor ¿Es otra agencia, verdad? –Indagó encimándose en el escritorio de manera dramática-

Quinn cansada, suspiró–Kurt. No hay más agencias detrás de nosotras, solo te ayudamos una vez, eso es todo –Contestó en voz baja– Brittany…–En última estancia llamó a su hermana buscando algo de apoyo-

Brittany volteó a ver a su hermana, luego vio a Kurt y se irguió en su silla–Ahora que puedo hablar, diré lo que pienso… –Advirtió brindándoles un leve asentimiento a su hermana y a el castaño. Su mirada se enfocó en la de su hermana primero–Quinn, se que dijiste que no, pero lo que no sabes es que salir en la TV es genial y que poder hacerlo nos haría personas muy sexys ¿Entiendes?

Quinn: Pero Britt… –Calló al ver alzado el dedo índice de su hermana frente a sus labios-

Brittany: Pero Britt nada. Kurt está ofreciéndonos un trabajo bien pagado y tú estás siendo muy testaruda diciendo que no –Sin permiso, alcanzó la carpeta frente a Kurt. La puso frente al rostro de Quinn y la señaló con énfasis–Esto, es un contrato máximo por un año. No es un pacto con el diablo –Aclaró para después dejar el contrato en su lugar-

Kurt, quien estaba solamente como un espectador, sonrió victorioso y algo más calmado–Muchas gracias Brittany. Me alegra que pudieras ver lo que…–Ahora fue su turno de callar en cuando el dedo de Brittany se alzó en su dirección-

Brittany: Oh no, yo no he visto nada. Solo quiero decir que esta es una muy buena oferta de trabajo que vamos a analizar. Los contratos son algo que se deben discutir muy bien y sobre todo con personas como nosotras –Dijo señalándose en conjunto con su hermana– Verás, hay un par de cosas privadas que son algo… delicadas ¿Sí? –Preguntó dirigiéndose al diseñador-

Kurt: Por supuesto, si –Asintió sin salir de su impresión-

Brittany asintió con una pequeña sonrisa –Genial. Puedes considerarnos como unas especies de… divas ¿Sí? Solo necesitamos un par de días para poder darte una respuesta. ¿Tienes algo que perder en ese tiempo? –Preguntó nuevamente dirigiéndose al castaño-

Kurt negó con la cabeza–No querida, no  hay nada que perder pero si aceptan ahora, tendríamos algo que ganar–Señaló elocuentemente-

Quinn suspiró, ya había cedido mucho con lo que dijo Brittany, no concedería algo más– Lo tomas o lo dejas–Concluyó poniéndose de pie-

Brittany imitó a su hermana de una manera más casual, metió ambas manos en sus bolsillos traseros y se encogió de hombros–Ya la oíste. No puedo hacer nada más–Dijo tranquilamente-

El diseñador al ver que podría perder la oportunidad que se ganó en manos de Brittany solo en pocos segundos, decidió ceder rápidamente. Si ciertamente las chicas que tenía en frente lo podían poner en la cima, también tenían el temple suficiente como para hacerlo a su manera sin dejar de ser guiadas por él por supuesto.

Vencido, Kurt asintió–Bien. Nada que perder… Entonces,  ¿Nos vemos el miércoles para hablar de esto? –Preguntó poniéndose de pie y extendiendo su mano educadamente-
Brittany sonrió más espontáneamente que Quinn, quien correspondió el cortés apretón de mano del castaño en último lugar, haciendo una nota mental en la cual tendría una seria charla con su hermana menor, si bien tener el control no había sido nada fácil de conseguir, tampoco era algo sencillo de mantener. En un trabajo como ese, las dificultades aumentarían, ella lo sabía y lo dejaría en claro –Junto con su descontento- en las conversaciones de ‘Análisis’ como Brittany lo había nombrado.

Kurt: ¿Quieren echarle un vistazo a la agencia mientras vamos a buscar sus cosas? –Preguntó sonriente mientras rodeaba el escritorio y se encaminaba a abrir la puerta de su oficina-

El par de hermanas asintieron y se dejaron guiar por Kurt en un pequeño recorrido por algunas de las salas del piso. Luego de recorrer varios lugares en donde el diseñador les explicaba superficialmente las cosas que se hacían en el determinado sitio, llegaron al que suponían y sería la sala más amplia de las salas. Era un lugar bastante llamativo en el cual había muchas perchas con fundas por todos lados, un enorme equipo de iluminación, y hasta la versión miniatura de una pasarela real en la cual varias chicas caminaban encima de sus altos calzados mientras recibían indicaciones –si acaso se le podía llamar así a las palabras denigrantes que se escuchaban- de una elegante mujer rubia de edad algo avanzada la cual criticaba ferozmente a cada pobre chica que llegaba a la punta de aquella pasarela.

–Demonios, parece que alguien te fracturó las piernas antes de subirte a esos tacones. Fuera de mi vista –Dijo vorazmente adoptando una postura de jarra-

Kurt: Sue Silvester… Tan perra como buena en lo que hace. Es una leyenda en las pasarelas de Milán –Explicó a las rubias que observaban con atención a la mujer-

Asintieron sin saber exactamente de qué iba todo aquello. Quinn pensó que no importaba si esa mujer era la reina de Marte, pero ella no se dejaría hablar de esa manera si estuviera en la posición de esas chicas; Mientras que Brittany encontraba tremendamente entretenida la actitud de la elegante mujer. Kurt se encaminó hasta una de las perchas cercanas y empezó a rebuscar entre ellas las prendas pertenecientes a las chicas mientras que estas solamente se quedaron vagando por el lugar, prestándole atención a varias cosas que no notaron al entrar, como el par de espejos cerca de unas pocas peinadoras repletas de maquillaje y accesorios y también un rincón lleno de lentes de cámaras profesionales, cosa fascinante al ojo de Quinn.

Dentro de la distracción inconscientemente se separaron. Brittany se acercó un poco más a la pasarela para tener una visión más clara de lo que hacían ahí y de paso, para poder escuchar mejor los insultos de Sue. Mientras que Quinn, se quedó cerca de los equipos de iluminación y fotografía naturalmente atraída por ellas.

– ¿Quinn? –Alguien llamó su atención haciendo que levantara su mirada de manera abrupta-

Quinn: Oh, hola Marley –Saludó sonriéndole a la castaña-

Marley: ¿Qué haces por aquí? No creí volver a verte tan pronto ¿Cómo está Brittany? –Preguntó atentamente sin dejar de sonreír-

Quinn: Ella está muy bien, por cierto, debe de estar por ahí –Indicó señalando hacia todos lados- Vinimos a buscar nuestra paga por… ya sabes, el desfile del fin de semana –Explicó encogiéndose de hombros-

Marley alzó sus cejas–Oh sí, muy buen trabajo. Por cierto, se veían geniales en televisión –Alabó brindándole un asentimiento a la rubia frente a ella-
Quinn rió con un halo de incredulidad–Vaya… Muchas gracias –Contestó sin saber que más decir- … ¿Y cómo te va? –Preguntó al cabo de unos segundos-

Marley: Genial, estaba en una pequeña reunión con el equipo de imagen… Ya sabes, por las fotos del desfile y esas cosas–Respondió enseñándole la cámara entre sus manos a la rubia quien la notó por primera vez en toda la conversación- ¿Quieres ver algunas?

Quinn, movida por la curiosidad, accedió–Por supuesto –Respondió mostrando una sonrisa algo más relajada-

Marley y Quinn empezaron a ver fotos en la cámara que la castaña previamente encendió, y luego –y sin darse cuenta- ambas empezaron una fluida conversación acerca de cámaras, ángulos, paisajes y demás cosas que ellas consideraban de vital importancia para captar la perfección en una simple fotografía.

Simultáneamente a eso, Brittany se encontraba unos cuantos pasos detrás de Sue, viendo a las modelos desfilar encima de la pasarela, escuchando los insultos de Sue y después llevando la palma de su mano a la boca para que sus risas no llamaran la atención de nadie, se estaba divirtiendo como no lo había hecho en toda la mañana.

Sue: Felicitaciones Berry, esa fue una perfecta imitación de un gato engrasado en patines –Dijo a la morena quien profesionalmente ignoró las palabras de la mujer – ¿Saben qué? Tómense un descanso, tengo que ir a llorar unos minutos, su incompetencia me deprime –Anunció para después alejarse con paso calmado-

Brittany desvió la mirada y rió una vez más viendo a la mujer alejarse, descruzó sus brazos, la diversión había terminado así que iba directamente a buscar a su hermana cuando una voz llamó su atención.

– ¡Hey! –Llamó una voz femenina haciendo a la rubia voltear-
Brittany al verla la reconoció, sonrió de manera alegre y educada para después saludar – Hola Rachel.

Rachel sonrió–Sabía que eras tú ¿Cómo estás, Brittany? –Saludó educadamente, con un comportamiento algo similar al de Quinn, pensó Brittany-

Brittany: Muy bien –Respondió encogiéndose de hombros-

Rachel: Es raro verte por aquí, después de lo de la fiesta no creí que vinieras –Comentó casualmente-

Brittany: Oh no, no estoy sola… Vine con Quinn–Aclaró a propósito, tragándose una maliciosa sonrisa- Vinimos a buscar la paga que Kurt nos ofreció por el desfile y… creo que a una contratación encubierta –Agregó cruzando sus brazos de manera casual-

Rachel negó con la cabeza y entrecerró los ojos intentando transmitir desaprobación, pero la sonrisa en sus labios la delataba–Ya ves, Kurt nunca se da por vencido–Dijo acompañando sus palabras por un leve encogimiento de hombros

Brittany: Entonces hubieses pagado por verlo intentando convencer a Quinn –Comentó con entonación burlona-

Rachel: ¿Logró algo? –Indagó sintiendo una curiosidad colosal-

Brittany entrecerró sus ojos–Ohm… Digamos que no logró nada pero tampoco perdió algo –Resumió con sencillez-

Rachel suspiró–Bien, eso convierte a Quinn en una campeona –Bromeó con confianza-

Brittany rió–Oh sí… Esa chica fue hecha para ganar–Agregó con humor- … A quien por cierto, estoy buscando ¿Quieres acompañarme? No conozco mucho esto y Quinn a veces es como los niños en los supermercados.

Rachel asintió riendo un poco–De acuerdo, busquemos a tu hermana –Accedió para después empezar a caminar junto a la rubia el lugar-

La caminata que compartieron Brittany y Rachel fue bien aprovechada por ambas ya que sin darse cuenta, las dos se estaban disparando preguntas y respuestas a discreción. Gracias a sus pasos lentos y casuales, Brittany descubrió que Rachel es maquillista, que a veces debuta como modelo, que de vez en cuando habla mucho y que está interesada en Quinn, cosa que no descubrió a propósito; la pequeña morena se reveló a si misma cuando de las cinco preguntas que le hizo a Brittany, cuatro eran acerca de Quinn. La lenta caminata las llevó al lugar donde se encontraba el equipo de fotografía donde efectivamente encontraron a la rubia mayor acompañada por la sonriente Marley, ambas sostenían una amena conversación que Brittany interrumpió.

–Hey chicas –Saludó casualmente caminando hasta ponerse de pie junto a su hermana- ¿Cómo estás Marley? –Preguntó a la castaña-

Marley: Oh, Brittany. Muy bien ¿Y tú? –Correspondió el saludo-

Brittany sonrió–Genial. Todo está muy bien–Respondió rodeando los hombros de su hermana con uno de sus brazos–Oye Quinnie ¿Recuerdas a Rachel? –Lanzó súbitamente aquella pregunta-

La castaña dio un paso hacia adelante para que la rubia la notara, no iba a mentir, se sintió un poco tonta siguiendo a Brittany solo para que se le hiciera más sencillo ver –Y hasta hablarle- a Quinn, pero ya estaba ahí de pie y frente a ella, irse en silencio sería demasiado extraño.

Rachel: ¿Cómo estás Quinn? –Saludó con una pequeña sonrisa en sus labios-

Quinn mostró una de sus radiantes sonrisas– Hola Rachel. Estoy muy bien, gracias. ¿Qué tal tú? –Preguntó educadamente-

Rachel: Genial, todo está… genial –Respondió mientras un incómodo rubor escalaba por sus mejillas-

– ¡Lo tengo chicas, lo tengo! –La voz de Kurt irrumpió en la conversación del cuarteto de chicas. Pronto, un sonriente Kurt llegó con unas cuantas fundas en sus manos-

La atención de las rubias fue robada inmediatamente, la morena se quejó mentalmente “Gracias Kurt. Muchas gracias” resonó en su cabeza con acentuadas cantidades de sarcasmo. Desvió la mirada con fastidio hacia otro lado y antes de poder regresarla a la conversación, las zancadas de Sue Silvester resonaron por la pulida cerámica, llamando su atención y dándole a entender que esa era otro encuentro echado a perder.

Sue: De acuerdo, inútiles. Quiero verlas intentarlo una vez más ¡Arriba! –Ordenó al conjunto de chicas que inmediatamente obedecieron incluyendo a Rachel-¡Pingüi-Berry, Deja de bambolearte en tu danza de pingüino de circo y camina erguida; Gnomo del bosque! –Dijo dirigiéndose a una muy exasperada Rachel.

Unos cuantos debates después, Quinn y Brittany abandonaron la oficina del diseñador. Quinn se negaba a aceptar el pedazo de papel con una cantidad que ella consideraba excesiva pero que según Kurt era ‘Merecida y justa’ ya que 5 mil euros era lo mínimo que una chica ganaba en un desfile. Obviamente Brittany tuvo que intervenir nuevamente, esa fue la única manera en la que Quinn aceptó su paga.

 Una vez fuera de la oficina de Kurt, un inusual silencio se instaló entre las hermanas, pero para Brittany era algo obvio, Quinn estaba molesta porque no pudo manipular la situación a su antojo y no hablaría de eso hasta que superara el enojo. La conocía demasiado bien y precisamente por eso le daría cuanto espacio y silencio necesitara. Iban caminando en dirección al ascensor cuando Brittany se distrajo, una silueta femenina que caminaba distraída pasó frente a ella casi llevándosela por delante, pero la rubia sin perder oportunidad decidió divertirse un poco.

–Hey preciosa, las personas te agradecerían si ves por donde caminas –Dijo a una distraída Santana-

La morena inmediatamente alzó la mirada, buscando a todos lados a la persona emisora de esas palabras. La campanilla del ascensor sonó dándole una pista, una cabellera rubia destelló en sus ojos, enseguida caminó hasta ponerse frente a las puertas del elevador, y divisó a una sonriente Brittany.

Santana: ¿Qué demonios…? –Murmuró para sí misma sin saber exactamente qué estaba haciendo aquella rubia en la agencia-

Un coqueto guiño  provino de los hermosos ojos de la rubia, y para la desdicha de Santana, sus mejillas se coloraron y el incómodo movimiento que hizo su estomago no la ayudó en lo absoluto para disimular su reacción. Antes de que pudiera si quiera articular algún astuto comentario que desmintiera su gesto, la campanilla del ascensor volvió a sonar y las puertas del mismo comenzaron a cerrarse. Lo último que vio de la rubia, fue como le sonreía y le agitaba la mano a manera de despedida, logrando arrancar de sus labios una sonrisa que a los segundos se vio forzada a eliminar. No se podía permitir eso. No con esa rubia y no en esa etapa de su vida.

Un par de horas ya se habían ido, y Quinn no desistía en nada, se negaba, se negaba otra vez y cuando Brittany y Kitty creían que había esperanza, Quinn se negaba una vez más.
Brittany suspiró cansada–Demonios… ¡Quinn, entiende que es una buena cantidad de dinero! ¿Te imaginas? ¡Tres salarios como esos entrando a esta casa es todo lo que necesitamos! ¡No será de por vida, solo hasta que estemos bien plantadas! –Argumentó pacientemente tomando las manos de su hermana-

Kitty: Brittany tiene razón, Quinnie. Aparte, no es un trabajo muy fuerte, estoy segura de que las cosas irán de maravilla –Agregó tranquilamente- Además, estaremos las tres juntas.
Quinn suspiró–Repetiré lo que lo que han estado ignorando: NO –Finiquitó para después cruzarse de brazos de una manera algo infantil-

Kitty negó con la cabeza–No, no… Creo que me rindo–Dijo encogiéndose de hombros-

Quinn: ¿Y qué pasa con eso de tener una vida normal? ¿Dónde quedó la vida tranquila que tendríamos aquí? Lejos de toda esa… rubiera que dejamos atrás ¿Eh? ¿Dónde? –Preguntó sin siquiera alzar la voz-

Brittany se acercó a su hermana, abrazándola de manera cariñosa–… Quinn, no sé si has visto un mapa últimamente, pero  estamos a miles de kilómetros de todo eso. Estamos empezando de nuevo. Nadie sabrá nada que no digas, esa es la ventaja de todo esto.
La rubia cubrió su rostro con ambas manos,  se encontraba en un conflicto con ella misma. Todo lo que quería era proteger a sus chicas, a las personas que sabían todo de ella y que habían sufrido en igual o quizás en mayor cantidad que ella ¿Qué tanto control podría perder? O.. ¿Qué tanto podría ganar? Una de las ventajas de trabajar en la agencia era que estaría siempre cerca de Kitty y de Brittany… pensar de esa manera la hacía sentir como una madre pero sencillamente no podía evitarlo, protegiendo a Kitty y a Brittany, se protegía también a ella misma. Protección y control. Eso era todo. De eso iba todo.

Quinn: … ¿Prometen que nada pasará? –Preguntó deslizando sus manos hasta sus muslos-

Brittany: Por el dedito –Contestó con una tierna sonrisa en sus labios, estirando uno de sus dedos meñiques-

Kitty rió un poco y enlazó su dedo meñique con el de su prima–Vamos Quinnie, estas promesas nunca se rompen.

Quinn sumó su meñique mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios– Nada pasará–Se repitió a sí misma en voz baja, pero la verdad era que el mal presentimiento en su pecho le indicaba todo lo contrario-

Era hora del almuerzo y la morena bajaba en elevador más calmada luego de su breve y fugaz encuentro con aquella hermosa rubia atrevida, era hora del almuerzo y por fin Kurt la había liberado de 3 horas de trabajo agotador. El pobre necesitaba vacaciones, Lady Hummel se ponía delicado cada vez que estaba nervioso, aun la morena no sabía el porqué del extraño comportamiento de su amigo pero no intentaba averiguarlo en esos momentos, estaba aún muy ocupada y distraída en los recuerdos de la rubia en el ascensor, esto al hacia sonreír como una tonta y su subconsciente la reñía, recordándole que estaba comprometida y que una mujer en su situación, no sonreía por guiños coquetos de otras chicas que no fueran los de su prometida.

La campanilla del elevador, y la columna del aire fresco de la recepción le indico a Santana que había llegado a planta, luego de saludar a la sonriente Danielle detrás del escritorio e indicarle que volvería en una o dos horas más tarde, salió hacia el fresco aire Londinense. Su mente divagaba en las mismas tres cosas: Kurt y el trabajo, Dani y el matrimonio; y sorprendentemente sonrisa de dientes perfectos, guiños de ojos azul cielo, labios rosados, piel marmoleada y piernas largas y torneadas.

Santana caminaba alegremente sumergida en sus turbulentos pensamientos como si la vida conflictiva la hiciera feliz, y justo a unas cuantas manzanas de allí, aquella rubia de ojos azules daba un paseo meditando la propuesta de trabajo pero también en una hermosa chica de piel morena, acento caliente y grandes pechos – a veces la rubia podía ser un poco pervertida-, su hermana y su prima se habían ido a casa a descansar, intentaron convencerla de lo mismo pero ella, teniendo otra perspectiva de las cosas, no s encerraría en su casa todo el día, no entendía como se cansaban tan rápido y luego tenían el descaro de decir que ella parecía un cerdo sobrealimentado en una competencia de hibernación extendida.

Como por obra del destino, pasadas tres cuadras y junto frente a un restaurante, las dos chicas se tropezaron, siendo la rubia la primera en percatarse de la presencia de la sexy latina.

Brittany: Hola guapa, ¿Incendiando el pavimento con tu hermosa presencia? –Dijo en un acento español algo forzado, a lo que la morena alzo la mirada con incredulidad y un rubor manchaba esos bellos pómulos de piel tostada-

Santana: ¿Qué demonios…? ¿Acaso tienes la costumbre de aparecerte por sorpresa o me estas siguiendo? –Dijo tratando inútilmente parecer sorprendida, más sin embargo se pudo permitir sonreír al notar la presencia de la hermosa rubia frente a ella-

Brittany correspondió la sonrisa de Santana. Era un gran avance hacer sonreír a esa bella morena. –No querida, solo estaba dando un paseo y tuve la suerte de encontrarte

Santana: Comprendo… Y yo que pensé que eras una acosadora –Comentó divertida- Tienes una peculiar forma de llamar mi atención –Añadió si dejar de sonreír-

Brittany: De verdad me siento ofendida, ¿Es que acaso una chica no puede decir lo que es obvio? Me parece una falta de respeto de tu parte, de verdad… Yo no soy acosadora, no es mi culpa que seas hermosa –Se defendió Brittany, con las manos en su pecho, la mirada perdida, y expresión dramática, en una divertida expresión que intentaba ser de chica ofendida-

Santana: Oye, Brittany ¿Puedes dejar el drama? Por un momento me pareció ver al Gnomo de Rachel aquí –Ambas rieron mientras entraban al establecimiento-

 Era un lugar lindo, modesto, pero de buena calidad, como era común en la zona en la que se encontraban, las mesas con manteles blancos, copas de cristal, unos toques arquitectónicos exquisitos de la inigualable época victoriana eran el escenario perfecto para este encuentro.  La conversación se tornaba algo más relajada mientras se sentaban en una mesa, el trabajo, la vida Neoyorkina de Brittany, eran los temas predilectos y obvio estas insinuaciones que disimulaban ser solo chistes. En su mente Santana volaba en la conversación con la rubia, realmente estaba extasiada y su subconsciente intentaba recordarle a Dani. Lo que la traía de vuelta a la realidad... Era un juego entre una extraña fuerza de atracción y su raciocinio.

Brittany por su parte amaba verla sonreír, se sentí atraída por ella aunque se lamentaba por Dani, no eran amigas ni mucho menos, solo la había visto una vez; la chica fue dulce y amable con ella, pero se reprimía sus pensamientos de culpa, porque aunque fuese mentira ella intentaba decirse a si misma que solo eran chistes y una inocente amistad. Luego de terminar de comer salieron a la calle a dar un breve paseo por la concurrida Londres post-almuerzo.

Santana: Oye Brittany, tengo que irme. Ya Lady Hummel debe estar un poco alterado porque no he llegado  a ayudarle.

Brittany sonrío metiéndose las manos en los bolsillos traseros de su pantalón– Tranquila San, entiendo, el deber llama… Seguiremos nuestra charla luego –Dijo en un nuevo arranque de seducción guiñando nuevamente el ojo-

Santana: Me parece bien, pero tú invitas… Por cierto, mandate a revisar ese ojo. Debes tener algo extraño, no sé, creó…que parpadea mucho más que el otro.

Brittany rió ruidosamente- ¡Oye! Golpe bajo –Comentó señalando a la chica frente a ella- Pero está bien yo invitaré la próxima… Cuídate mucho, San.–Continúo con un tono más sereno y tímido.

Santana: Tú también, Britt… –Ambas se quedaron perdidas en la mirada de la otra, sin percatarse de ello estaban tomadas ligeramente de las manos e inconscientemente la morena rozaba con sus dedos la suave piel de la rubia. Fueron los chirridos del teléfono de Santana que las sacaron de su fantasía-

Brittany: Mejor contesta, debe ser tú prometida –Un tono de desdén y timidez se asomaba en su voz-

Santana frunció levemente su ceño– No lo creo, seguramente es la nena de Kurt. Por dios, porcelina se pone irritante. –Dijo la morena apenada con la sonrisa más estúpida que pudo esbozar. Sin retirarse  de en medio de la acera Santana contesto, sin siquiera revisar el número de contacto, seguramente sería écomo siempre-

–Dime Porcelina, ¿acaso no te cansas de ser inoportuno?-


Kurt: Linda lamento arruinar otro de tus aquelarres, pero tu culto Satánico tendrá que esperar. Te necesito ahora en la oficina; tenemos algo urgente de que hablar.

–Está bien cariño, voy enseguida- Dijo Santana al notar el gran todo de preocupación del dramático Kurt Hummel-

Brittany sin esperar más le dio un fugaz beso en la mejilla–Espero verte de nuevo, preciosa –Sonrió con aire tímido haciendo que Santana correspondiera el gesto. Ambas se sentían bañadas por el calor del rubor, se despidieron y cada una se perdió entre la multitud de trabajadores que volvían a sus jornadas laborales.



Simultáneamente:


El timbre sonaba incesantemente distrayendo a Quinn de su usual tarea de las tardes: de sentarse en el balcón del segundo piso a observar el mundo con su cámara, esperando encontrar una toma interesante. Hasta el momento todo iba bien, buenas tomas de árboles, gente paseando, besos furtivos, niños jugando, una anciana dándole de comer a las palomas y un perro protegiendo a un pequeño gatito de una manada de acosadores caninos.
Otra vez el timbre sonaba, seguramente Kitty estaba escuchando música que aún no salía a abrir la puerta. Quinn dejó su cámara a un lado y bajo las escaleras, llegó al rellano de la puerta en la planta baja, tomo el pomo en sus manos y se encontró con una pequeña y sonriente castaña.

Rachel abrió sus ojos como platos cuando la puerta se abrió– Hola… Ohm… Hola Quinn –Balbuceó torpemente- Pues, sabes… El ogro de Sue nos dejó salir un poco antes para almorzar y mi restaurante de siempre se encuentra a unas calles de aquí y decidí pasar a traerte algo –Dijo la pequeña morena blandiendo una elegante bolsa de compras con un sello de establecimiento de comida con productos orgánicos-

Quinn sonrió ante aquel gesto, encontraba a Rachel tremendamente adorable justo en ese momento– Hola Rachel… Uh, que lindo detalle, de verdad me muero de  hambre.

Y no era, mentira en ese momento su estomago era capaz de entonar toda la letra de Roar de Katy Perry sin necesidad de ella abrir la boca para cantar.

Quinn: Solo que es extraño que viajes alrededor de 15 minutos al norte a este restaurante, luego otros 8 hasta aquí para luego volver en unos 21 minutos al trabajo… Definitivamente esta comida debe ser suculenta… ¿Por qué no pasas y comemos juntas? –Dijo Quinn en su tono sereno y juguetón, produciendo que la morena se ruborizara al verse descubierta-

Rachel: Si, la… la comida es excelente. Siempre hago esta rutina, me gusta pasear y… ya sabes recibir aire fresco… pero está bien, almorcemos un rato –Contestó sintiéndose algo sosa al dar explicaciones-

Quinn hizo pasar a Rachel y se sentaron en la cocina a comer la verdemente suculenta comida, hablaban de cualquier tontería, pero con Rachel la conversación se tornaba divertida y muy fluida, justo y como la rubia lo recordaba del día de la fiesta. Incluso, Rachel se interesaba por la carrera de Quinn como fotógrafa e intentaba incansablemente de convencerla de trabajar con Kurt. Quedaban algunas porciones y en ese instante la fiera mutante de Kitty apareció reclamando lo que era suyo.

Kitty: ¡Wow, no sabía que teníamos tan buenas visitas! –Exclamó sonriente viendo las porciones de comida con un auténtico deseo- Descuiden, yo me llevare esto a mi habitación para que no tengan que desecharlo y las dejare solas –Dijo tomando la bolsa con la porción restante de comida, luego de besar a  las chicas en la mejilla y clavarle los dientes a una hogaza de pan desapareció en las escaleras-

Quinn sonrió avergonzada mientras negaba con la cabeza– Discúlpala, lo que tiene de elegante en la pasarela lo tiene de animal agresivo cuando come. Es un verdadero varoncito al comer –Dijo la rubia entre risas, quedándose perdida en los ojos de la morena-

Rachel: Descuida. Santana a veces hace lo mismo, parecen monstruos –Agrego la morena riendo dulcemente y correspondiendo a la mirada esmeralda de Quinn-

Quinn: Óyeme, acompáñame a mi habitación. Te mostrare algunas de mis fotos.

Rachel: Oh sí… me encantaría –Respondió entusiasmada-

Subieron las escaleras hasta llegar a la amplia habitación de Quinn, llena de lentes, filtros, pantallas de iluminación, luces, fotografías pegadas por todos lados. Y Rachel parecía maravillada observando cada fotografía a detalle.

Rachel: Eres excelente en esto, Quinn… Son maravillosas  –Alabó completamente distraída en las fotos de Quinn-

Quinn sonrió alagada– Gracias… ¿Te enseño? –Sugirió alzando su cámara hacia Rachel-

Rachel volteó a ver a la rubia– Creo que no, soy algo torpe y podría dañar tu cámara.

Quinn: No, descuida yo te enseño…–Dijo la rubia tomándola de la mano y acercándola a la ventana-

Quinn se sentó apoyada al banquillo junto a la ventada y enseño a Rachel a usar las funciones básicas de la cámara, riendo, y capturando alguna toma que para ser una completa novata eran realmente buenas con algo de edición.

En un momento de silencio justo cuando las miradas de ambas se encontraron, la electricidad en la habitación se hacía casi palpable, el ambiente era realmente embriagante y de un momento a otro, los labios de ambas estaban unidos en una danza suave y suculenta del primer beso; la sedosidad de los labios de la otra era apasionante, el rubor les calaba cada fibra de su cuerpo y su beso era lento y dulce como una suave danza en cámara lenta.

Al separarse sus miradas se quedaron fijas en la otra por un instante precioso, como capturando en una imagen aquel preciado momento. El sonido del teléfono de Rachel las distrajo y esta se espantó al ver el nombre del contacto.

Rachel: ¡Demonios, es Sue! Tengo que irme, Q.

Quinn: Esta… está bien, Rach… Apúrate, no quiero que esa loca termine por asesinarte –Bromeó para disimular el remolino de sensaciones en su interior-

Rachel: De acuerdo… Nos vemos pronto, adiós –Dijo Rachel eufórica e imperativa, mientras depositaba un suave beso en la mejilla de Quinn y bajaba las escaleras dejando a la rubia completamente trastornada en sus pensamientos-





Casa Hummel:


Estimado Sr.Hummel:
Me dirijo a usted con la finalidad de informarle que nos preocupa el incremento en los costos de producción de la empresa. No cabe duda que la colección de la pasada temporada era exquisita, enalteciendo el nombre de nuestra fusión financiera; sin embargo los insumos utilizados en la elaboración de las prendas reflejan un importante incremento en el costo de materia prima que sin duda es de proveedores de buen gusto, amplia fama en el mundo de la alta costura y de prestigio excepcionales. Pero me temo que la casa supera el consumo de capital que esta empresa les ofrece como inversionistas por lo cual en un plazo de unos 15 días a partir de esta fecha un representante de Runway BA& SC.Inc para discutir y elaborar un plan de contingencia que satisfaga a ambas partes.
 Cabe señalar que el aumento se ha visto reflejado en los egresos  de la empresa de manera alarmante y por ende en los de Runway BA & SC.Inc que como ya he mencionado sirve de inversionista principal de la compañía de la que usted es dueño y director ejecutivo, de antemano me disculpo por las molestias causadas, le agradezco su máxima colaboración.
Sin más a que hacer referencia y me despido de usted con mis más sinceros saludos.
BA y SC presidentes de:



Santana leyó, releyó y volvió a leer unas treinta veces más el fax de la empresa inversionista Runway BA&SC Inc. Hasta que pudo recitarla de memoria, ella era experta en finanzas y aun no encontraba el drama a tal situación, en síntesis el aumento de los costos de producción se debía a la alza en el índice presupuestario de las marcas afiliadas que vendían a la compañía sus productos para la elaboración de las prendas, es decir, empresas de textiles, empresas de publicidad, entre otras. Estas a su vez se vieron afectados por el decaimiento de la bolsa o ingles común “CRISIS FINANCIERA” todos estaban atravesando por este momento algo difícil pero como siempre  “la chica de escarcha no dejaba de lloriquear pensando que se acabaría el mundo solo por una reunión de rutina” como lo pensaba Santana.


Kurt se paseaba por toda la oficina como un tigre enjaulado, la morena no sabía que ocurriría primero, o ella le lanzaba un tacón y se lo clavaria entre los ojos para que se callara, o se abriría una zanja debajo de Kurt debido a su vaivén produciendo que el edificio y medio Reino Unido se consuman en una fosa profunda o que su cabeza explotara produciendo una explosión de brillitos y miles de estrellas de colores.  Rió para sí misma al imaginarse cada escena y en una elegante maniobra descruzo sus piernas y se levantó. Se acercó a su amigo, se le planto en frente y le propino una cachetada…no muy fuerte según sus cálculos.


Kurt: Gracias, lo necesitaba –Dijo pasando la sorpresa del impacto de la mano de Santana sobre su rostro-


Santana: Descuida lindo, después de todo ¿Para que esta tía Sanny si no es para golpearte cuando lo necesitas? –Contestó Santana en un tono algo irónico y burlón, digno de una perra-


Kurt: Ok, Satán…Digo Santana ahora dame tu opinión de todo este problema…–Dijo en un tono que amenazaba con volver a convertirse en paranoia.


Santana blanqueó los ojos y se cruzó de brazos– Vuelves a alterarte y te pisare tan fuerte con mis tacones, que quedaras de la estatura de Berry….  Ahora bien Lady Hummel, esto es normal, solo es uno de nuestros mayores inversionistas que nada más quiere ver algunos detalles y analizar datos para mejorar los términos de la productividad sin afectar la calidad; al menos eso espero –Dijo en  un tono seductor y profesional digno de Santana López-


Kurt: Eso espero, San… Aún no deja de preocuparme, esta es una de las mayores empresas del mundo de la moda, es sin dudas la revista con mayor prestigio y que ahora cuenta con los presidentes de mayor fortuna e importancia. Son editores y presidentes a la vez, son implacables en sus críticas y definitivamente tenemos suerte de que inviertan aquí, la antigua dueña era una veterana de la moda y siempre venía a los desfiles con sus nietos y su detestable hija.


Santana: Momento. ¿Qué tan detestable? –Preguntó Santana interrumpiendo la interesante reseña de la cual ella solo sabía aspectos legales y financieros, lo demás era trabajo de Kurt.


Kurt: Es Sue Sylvester al cubo, es completamente insoportable, siempre le decía a su madre que no le gustaba y en más de una ocasión gracias a ella mi colección tenía que rehacerse, por suerte la empresa paso a las manos de sus nietos aunque no me confió aun esa mala hierba sigue entre ellos y es mejor andarse con cuidado.


Santana: Comprendo; y aunque me encanta oír todos tus muy interesantes discursos gays debo detenerte querido esto es algo rutinario, y no existe alguien más perra que yo así que ten calma que yo hablare con ella de Zorra a Demonio, siendo yo la segunda claro está.


Kurt: No sabes cuánto me tranquilizas, Sanny. Sabía que podía contar contigo, solo debemos esperar quien será el chivo expiatorio que enviaran.


Luego de esta conversación pasaron otras agotadoras 5 horas de exhaustivo trabajo, y ya Santana solo esperaba llegar a casa y descansar.
 



Después de una efectivamente agotadora jornada de trabajo, Santana al fin empujó la puerta de su departamento dejando escuchar solo un pesado suspiro y el sonido de sus llaves, todo estaba oscuro y no había un sonido aparte al que ella emitió al entrar. La verdad, siempre era así, ella no sabía si su prometida estaba en casa o no hasta que la buscaba en cada una de las habitaciones o la llamaba desde la entrada, algo que compartían era el amor por el silencio, solían ser muy calladas la mayoría del tiempo. La morena se adentró después de cerrar la puerta a sus espaldas, el sonido de sus tacones resonó por toda la sala y en el momento en el que se dejó caer en el cómodo sillón de su sala principal, apareció en el pasillo que llevaba hacia las habitaciones su adorada prometida, sonriéndole de esa cálida manera que Santana sencillamente adoraba.

– ¿Cómo estás, cariño? –Preguntó cariñosamente la rubia, llegando hasta el mueble donde se encontraba su prometida para después depositarle un casto beso en los labios-

–Como siempre –Respondió sonriendo–… Algo hambrienta –Agregó deshaciéndose de su calzado de tacón-

–Oh vaya… Creo que eso lo podremos arreglar en un momento –Respondió Dani con una sonrisa pícara en los labios para después sentarse a horcajadas en el regazo de su prometida-

Santana sonrió de igual manera contemplando los ojos de su prometida, le encantaba la manera en la que centelleaban cuando Dani empezaba a comportarse de esa manera. Sin dejar de sonreír, Santana mordió su labio inferior para después deslizar sus manos hasta las caderas de su rubia y acortar la distancia que existía entre ellas, uniéndose en un beso que con los segundos aumentaba de intensidad.

A pesar del tiempo que ambas tenían juntas, los momentos como ese nunca perdían la magia. Sentir la respiración de su rubia hacerse pesada, pasear sus manos por todo aquel cuerpo que por más veces que explorara, nunca se cansaba… En fin, para Santana hacerle el amor a Dani lo era todo y más.

–Vamos a la habitación –Susurró la rubia con la respiración algo agitada–

La morena obedeció, el hambre había pasado a un segundo plano. Una vez de pie se encimó a su rubia, rodeando la cintura de la misma con sus brazos y aferrándola a ella para no perder aquel calor tan familiar que le otorgaba el cuerpo de su prometida. Cuando cayeron en la cama de su habitación, la excitación de ambas era inminente. Mutuamente fueron aligerándose de prendas hasta quedar completamente desnudas, una sobre la otra con solo una tarea por delante: amarse.

El calor que surgía de la entrepierna de Santana la tenía completamente fuera de sí, un suspiro se escapó de sus labios mientras con sus labios atendía uno de los pechos de su rubia. Escuchar la respiración de la rubia que se encontraba debajo de ella solo hacía que la humedad entre sus piernas aumentara, las expresiones de su rostro lo decían todo.

–Te necesito, preciosa –Jadeó Dani con los ojos cerrados, completamente perdida en Santana-

Santana liberó el pezón de su prometida con un pequeño y apenas perceptible sonido para luego dedicarse completamente a los labios ya hinchados de la excitada rubia. Deslizó su mano por todo el torso de la rubia, tocando y deleitándose con aquella textura que conocía tan bien. Bajó y  bajó hasta que un pequeño gemido le indicó que su mano había llegado a su destino, se separó de los labios de la rubia y dejando que una sonrisa se dibujara en los suyos, lentamente deslizó un par de dedos al interior de la mujer debajo de ella haciendo que un nuevo gemido emanara de aquellos rosados y entreabiertos labios.

En aquel instante podía ver aquellos hermosos ojos azules que la veían, esa voz dulce y suave como el terciopelo, y se imaginaba ese caminar elegante, esas piernas largas y torneadas, y sus preciosos labios. Como en un choque con la realidad el gemido de Dani le indicó a Santana que se concentrara  el monumento que tocaban sus manos, aunque por dentro una angustiante necesidad le indicara terribles pensamientos.
Nuevamente se reprimió algo frustrada por imaginarse de nuevo  a Brittany, pero ¿Por qué justamente en medio de esto? Santana decidió restarle importancia e ignorarlo y aun mas encendida por el momento, introdujo con dulzura los dedos en el interior de Dani, moviéndolos lentamente, en una agonía plausible y suave.

Un dedo siguió al otro y los movimientos circulares de los dedos agiles de santana tenían a la rubia en una posición donde sus cuerpo su mente y su alma se encontraban en el mismo cielo, disfrutando de la sensación de aquellas manos, de ese movimiento de frote, de ese vaivén agónico sobre aquel pequeño granito que era fritado suavemente entre gemidos y suplicas.

Los labios de Santana jugueteaban con los pezones de su amante, succionando y halando con los dientes de ellos, su lengua se deslizaba por la abultada textura y se detenía solo para continuar sobre el otro completar su recorrido en el cuello hasta la boca.

Las manos de Dani no podían estar quietas se aferraban al cabello de Santana, entre la sensación inconfundible del orgasmo taladrando su columna y con una sensación de electricidad en su vientre simplemente derramo el resultado de su acto en las manos de su amada repitiéndole una y otra vez que la amaba.


Santana frotándose sobre el cuerpo de Dani, también llego a otro perfecto orgasmo deleitándose con las dulces palabras de aquel te amo, pero muy confundida con las imágenes de su corazón y su mente. Su orgasmo había sido en una noche de entrega junto a su prometida, pero ella se sentía algo consternada, le había hecho el amor a Dani, pero en su mente era otra con la que compartía la cama.

O me a gustafo la parte de Rachel y Quinn el primer beso
Me imagino que brittany y Quinn seran las que vuelvan a la cima a la empresa de kurt
Bueno sin mas claro que nos acordamos de la historia siguelo porfavor
Saludos y hasta tu siguiente actualizacion


))))))))))):)

no es muy placentero que actualizes una vez a la semana pero es mejor que nada en semanas verdad?, me encanta esta historia asi que seguire al pendiente de ella, bye:

Hola aparecio la perdida, jajaj!!!
Una ves a la semana mmmmm te parece bonito despues de tanto tiempo??
Me encanta esta historia, Britt ya calo en San y ni que hablar de Quinn y Rachel!!
Saludos por fa no desaparezcas. Graccias, me gustan los capitulos largos

Maaaaaaaaar!, despues de mil años volvi para quedarme jejejeje, me gusta como va la historia, los piriopos de britt son e.e interesantes kjjajajajaja!

Me gusta me gusta, jejejeje me vas a tener aqui comentando, pero no nos olvides mas, y bueno espero que aparezca una camille para volcar mi odio hacia alguien jejejeje!

te quiero, cuidate   

Hola Mar   
Soy nueva lectora, desde ayer no pare de leer tu ff, me encanto FaBerry, Brittana, Dantana, Karley? muero *se abanica*
estoy aquí por recomendación de Manu y tiene razón! eres una gran escritora :D   
Me encantan tus personajes y me dejaste orgasmeada igual que San,    tienes que actualizar esta semana :)
Besos   

Regresa,!!,!