Fanfic Heya (Mi Historia)

Una corta, sencilla y precisa historia HeYa para coleccionar!
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Estaba sentada, distraída con mi celular y algo de música, esperando que se me dieran nuevas órdenes, ya que esa semana comenzaba en un nuevo programa piloto.
No era muy importante mi papel en el, si acaso cubriría dos o tres episodios en donde apenas tendría un par de líneas.
Era la nueva del grupo, así que no logré socializar, ni involucrarme con muchos de mis compañeros que ya llevaban varias semanas grabando antes que yo. Se podría decir que ya habían entablado ese vínculo y esa confianza. Así que solo me limitaba a hacer mi trabajo y dirigirme a casa a continuar con mi empleo de medio tiempo como niñera.

Era viernes y en el set todos comentaban sobre la fiesta que daría Lea, la chica popular podría decir. A mi parecer era un poco engreída, perfeccionista y orgullosa, o al menos ese era el concepto que me había planteado yo misma sobre ella, que podría decir en realidad, a penas y hemos intercambiado un par de palabras. Quizás me apresuraba a juzgarla con tanta seguridad.

Al terminar de grabar, me dirigí al auto, pensando en pasar el fin de semana con mis amigos. Habían planeado ir a la playa como todos los fines en los que podíamos coincidir. Justo en el instante en que giré las llaves del auto, una pequeña silueta que no logré descifrar en el momento, tocó el vidrio y me hizo seña de que bajara la ventanilla. Era Dianna, la persona que podría considerar como la más cercana a mi desde que trabajaba allí. A pesar de que solo hablábamos de lo básico y no enfatizábamos sobre nuestros asuntos personales, era una de las pocas personas, por no decir la única, con la que me atrevía a acercarme a la hora del almuerzo para no comer sola.

-Hey Naya, te vas tan pronto?
Me preguntó como intentando retrasar mi partida
-Si, mañana debo levantarme temprano.
Le contesté sin intenciones de quedarme mucho tiempo.
-¿Por qué? Si mañana no trabajamos, al menos no nosotros. Recuerda que a los que les toca madrugar son los de edición. O es que aparte de tu trabajo de medio tiempo, también tienes uno los fines de semana como editora?
Me respondió con una pequeña sonrisa y un ligero tono de sarcasmo.
-Jejeje ya me gustaría. Pero la verdad es que mis amigos y yo hemos quedado de pasar el fin de semana en la playa, e iremos temprano para aprovechar todo el día.
-Ah muy bien. Entonces te veo más tarde en casa de Lea
En ese momento fruncí el ceño sin poder disimular, ya que nunca consideré asistir a tan mencionada fiesta, no solo porque no me habían invitado, si no también porque no me sentía muy confiada como para estar con personas con las que apenas tenía una relación laboral.
-Te veré alla verdad?
Replicó sacándome de mi laguna mental momentánea.
-Ehhh… la verdad no lo sé, como te dije debo levantarme temprano mañana y…
-Anda! Solo es un rato, vamos!. Te dará la oportunidad de conocer mejor a todos los demás, y aparte la pasarás bien.
Me interrumpió sin intención de dejarme ir con un no como respuesta.
-Bueno, esta bien!. Pero solo un rato eh!, me cuesta mucho levantarme temprano.
Le respondí aún dudando de que si era buena idea haber aceptado.
-No te arrepentirás. Te lo prometo!
Afirmó con seguridad, pasándome un trozo de papel que previamente había preparado, con la dirección del lugar donde sería la fiesta. Acción que me sacó enseguida media sonrisa, ya que esta chica se había convencido de hacerme asistir a tan mencionada fiesta, y se notaba que ya lo llevaba bien planificado.

Esa tarde me dirigí a casa a preparar los últimos detalles de mi viaje a la playa, estaba muy entusiasmada y la verdad me hacía algo de falta echar historias sobre los viejos tiempos con mis amigos de la infancia.
Como seguramente estaría algo cansada luego de la fiesta, decidí dejar la maleta preparada para cuando llegara solamente preocuparme por tirarme a dormir. Así de entusiasmada estaba.

A estas alturas no me importaba mucho ir a la fiesta, pero ya le había dado mi palabra a Dianna, y la verdad siempre he sido una persona de cumplir. Asi que mientras manejaba camino a casa de Lea, me inventaba alguna excusa para poder salir temprano de allí y lograr regresar a casa a una hora considerable, así habría cumplido con mi “deber social” y no sería colocada como la antisocial del elenco.

Después de un tiempo, logré dar con la dirección que Dianna me había escrito en aquel papel con tanto detalle. Era imposible perderse la verdad.
Me miré al espejo antes de bajar del auto, arreglé un mechón de pelo que sobresalía de mi cara, y retoqué con labial mi boca antes de comenzar a cronometrar el tiempo que estaría dentro de esa casa.
Al dirigirme a la puerta, di un último suspiro como para darme fuerzas antes de presionar el timbre, el que de inmediato toqué al terminar mi ritual de autoconfianza.
No paso mucho tiempo, cuando se abrió la puerta. Era Dianna, quien me recibió con un abrazo reconfortante, de esos que te hacen sentir bienvenida.

-Hola! Sabía que no me fallarías… ven pasa, los demás están atrás.
Me tomo de la mano a penas dudas dándome tiempo para cerrar la puerta.
-Chicos! miren quien esta aquí!
Gritó ella haciéndome sentir un tanto incomoda por las miradas que se dirigieron de inmediato hacia mi.
-Hey! Naya… una de las malvadas porristas.
Dijo Lea mientras salía de un grupo de personas con una gran sonrisa. Acogedora la verdad. Acto que secundó con otro reconfortante abrazo que la verdad no me esperaba.
-Dianna logró hacerte bien el mapa. Estaba un tanto preocupada por que te perdieras.
-Si al final, se le da bien. Deberían reemplazar los gps por los mapas que dibuja.
Le respondí con intención de romper un poco el hielo, hielo que solo palpaba yo al parecer, porque todos los demás estaban como en su casa, tan confiados, tan risueños.

Hasta ese momento yo era la más tensa de aquel lugar, estaba un poco intimidada por el poco tiempo que me había dado para entablar una relación amistosa con cada uno, tiempo que iba a ser recuperado esa misma noche, por la manera en que todos se acercaban a mi, me ofrecían algo para beber y me buscaban temas de conversación.

Habían pasado un par de horas, y ya me sentía un poco más confiada con cada uno de mis compañeros. La estaba pasando bien la verdad, pero eso no significaba que había perdido el entusiasmo por ir a casa y acostarme de una vez porque me esperaba un largo y divertido día al amanecer.
A la distancia logré visualizar a Dianna que conversaba de una manera “extrañamente amistosa” con Lea, a lo que me acerque con cautela tratando de que alguna de las dos hiciera contacto visual conmigo, para cuando yo llegara hasta donde se encontraban, no pudiera escuchar algo de lo que no debería enterarme. O eso era lo que pensaba mientras caminaba hacia ellas, ya que me pareció poco “normal” la forma en la que charlaban.

-Hola! Chicas, lamento interrumpirlas.
No estaba muy segura si en realidad estaba interrumpiendo algo, o si esa era la mejor frase que se acomodaba a la situación, ya que desde que me dirigí hacia ellas, no logré hacer contacto visual con ninguna, así que tuve que improvisar alguna frase para desconectarlas del universo en el que se encontraban.
-Hola Nay, la… la estas pasando bien?
Respondió Lea, mientras agarraba a Dianna por el hombro, tambaleando un poco seguramente por los efectos del alcohol.
-Si muy bien la verdad, pero lastimosamente debo irme
Dije mientras miraba mi reloj, como buscando una excusa para evitar quedarme más tiempo.
-Que!!? No!!!, si apenas comienza la fiesta!… ven vamos, te sirvo otro trago.
Afirmó Dianna tomándome del brazo y llevándome al área de la piscina, sin darme tiempo siquiera a negar su invitación.

En la piscina habían varios chicos y chicas, jugaban a las luchas. Una de ellas en particular captó mi atención, debido a sus asombrosas piruetas y giros que hacía parecer tan sencillo. Se lo notaba muy alegre, extrovertida y diciendo una que otra tontería haciendo reventar a carcajadas a los demás.

Después de mirarla un tiempo, me percaté que la había visto un par de veces por el set de grabación, enseñando una reconocida coreografía a Jenna y Chris, dos de mis compañeros de trabajo.
Fue allí entonces cuando tuvo sentido todas esas piruetas y movimientos que hacía en la piscina. La chica de seguro era bailarina. No a cualquiera se le veía hacer esos movimientos con tanta facilidad.

Mientras observaba bebí un poco del vaso que me había brindado Dianna, cada vez un poco más fuerte que el anterior debo decir, pero aún así me repetía que no podía quedarme mucho, debía manejar sola a casa y levantarme temprano.
De inmediato mis pensamientos fueron interrumpidos por una considerable cantidad de agua que salió de la piscina por causa de aquella chica que se lanzó desde afuera, provocando que gran parte de mi ropa quedara empapada por completo.

-Ooohh!
Exclaman todos, esperando atónitos una reacción de mi parte por lo que acababa de ocurrir.
-Al menos se que ya no debo bañarme apenas llegue a casa.
Dije con una sonrisa en el rostro, intentando evitar que el causante de aquella hazaña se sintiera más culpable por lo ocurrido.
De inmediato todos sueltan a reír, haciéndome ofertas para unirme a ellos en sus luchas acuáticas, ya que gran parte de mi atuendo estaba empapado.

Sin siquiera considerar aquellas ofertas, por más a gusto y ya en confianza que me encontraba debo decir, aquello se había convertido en una gran excusa para irme de la fiesta sin probabilidad de ser convencida para que me quedara.
Dando una leve explicación a un par de los integrantes de la fiesta, y despidiéndome de algunos solo con un gesto con la mano y una sonrisa, me dirigí hacia la puerta para retirarme, en lo que intento abrirla, siento como una mano húmeda y algo fría me toma por el otro brazo, halándome un poco hacia su dirección.

-Oye no te vas por mi culpa, o si?
Me dijo aquella chica intrépida, rubia de hermosos ojos azules en los que no pude evitar perderme apenas unos escasos segundos.
-…¿Qué?... ¿Cómo?
Le respondí un tanto confusa, no entendía el motivo de su pregunta.
-Fui yo la que saltó a la piscina, la que hizo que te mojaras, y la que probablemente te ocasione un resfriado si no te cambias esa ropa de una vez.
Me miró un tanto preocupada, sujetando ligeramente el borde de la blusa que aún estaba goteando.
-Ah no, no pasa nada… tranquila! De igual forma ya me iba.
-Todos nos vamos a ir, solo que yo aceleré un poco el tiempo en el que debías irte, y esa no es la idea.
Ahora su mirada también denotaba algo de culpa.
-Ven acompáñame, te busco algo para que te cambies.
Dijo halándome otra vez del brazo intentando hacer que la siguiera.
-No te preocupes, en serio. Estoy bien! En el camino bajo las ventanillas y mientras conduzco el viento me irá secando.
-Peor aún!... ya no pescarás un resfriado, si no una neumonía. Anda ven, seguramente tenga algo que pueda prestarte.
Esta vez haló de mi brazo con más firmeza como para evitar que escapara de sus frías pero suaves manos.

Me llevó a una habitación donde me percaté que además de dos camas tamaño doble, también habían unas cuantas bolsas de dormir en el suelo, y alguna que otra maleta tirada por allí.
-¿Tu duermes aquí?
Le pregunté un tanto insegura, tratando de romper el silencio que nos seguía desde las escaleras.
-No! Jajaja, es la habitación de huéspedes. Cuando hay fiestas como estas, las chicas y yo preferimos quedarnos aquí, así ninguna tiene que manejar tan tarde de regreso. Fue idea de Lea.
Me decía mientras buscaba algo de ropa en una de las maletas.
-¿Ya han tenido varias fiestas como estas entonces?...¿A cuantos invitados sueles mojar?
Dije sin pensar, dándome cuenta al instante de lo mal que había sonado después de terminar la última oración. No quería sonar muy seria ni formal, pero tampoco muy atrevida ni con doble sentido. De todas formas, ¿por qué me preocupaba tanto lo que debía o lo que no debía decir?
-jajajaja! Solo lo hago cuando es alguien con la que podría llevarme bien.
Respondió sin dudar, guiñándome un ojo y dándome una camiseta que había encontrado en una de las maletas en las que rebuscaba.

Debo reconocer que aquellas palabras me hicieron sentir una extraña sensación de hormigueo y escalofríos. Aquella chica me había caído bien, muy bien! Sin pedírmelo me había convencido de quedarme un poco más en aquella fiesta.

-Si vamos a llevarnos bien, entonces debe haber un nombre por el que pueda llamarte
Le dije, ya con un poco más de confianza.
-Heather… Heather Morris. Un placer haberte mojado.
Me dijo al extenderme su mano con una gran sonrisa que hacían juego con sus ojos claros, mano que al apretar delicadamente pude notar que ya se encontraba cálida e igual de suave.
Apenas pasaron unos cuantos minutos, y ya esta chica se había llevado el record de risas de la noche por mi parte. De seguro tenía algo especial, era la primera vez que nos dirigíamos la palabra y ya me había hecho olvidar por completo que debía mirar el reloj por séptima vez, en toda la noche.
-Jajajaja! Muy graciosa!... Soy Naya Rivera, el gusto es mío.
Desde que nuestras manos se estrecharon, supe al instante que me llevaría muy bien... demasiado bien con mi nueva amiga, la bailarina.

Después de pasar un rato con ella en la habitación de huéspedes, hablando un poco sobre todo, más de lo que le habría contado a Dianna en el tiempo considerable en el que la conocía. Como poniéndonos al día por todos estos años en los que no nos conocimos, me pareció increíble la cantidad de cosas que teníamos en común, la facilidad extraordinaria que tenía para hacerme reír.
La verdad, Heather Morris se convirtió en cuestión de horas alguien con la que era agradable pasar el tiempo.
Tiempo del que me dejé llevar por estar tan embobadas a sus historias, sus chistes. Tiempo del que perdí noción, ya ni siquiera recordaba que tenía un reloj del que había olvidado por completo mirar.

Pasaron las horas y yo seguía allí, riéndome de quien sabe qué cosa con Lea, ya a estas alturas no me parecía alguien engreída ni orgullosa, todo lo contrario, me caía bastante bien, pero no más que aquella chica de cabello rubio y ojos azules que hace unas horas había evitado que me marchara del lugar.
-Ven!... vamos al jacuzzi!
Me dijo una voz y me tomaron unas manos a las que ya me conocía muy bien.
-No tengo traje de baño Heather
-No te preocupes, a estas alturas la mayoría están considerablemente pasado de tragos, como para notar que lo que llevas no es un traje de baño si no ropa interior… anda, ven!
Me dijo otra vez, en esta ocasión quitándome ella misma la camiseta que horas antes me había prestado. A lo que le seguí la corriente, terminando de quedar en ropa interior por mi cuenta y metiéndome junto con Mark, Darren y Heather.

Su acción me dejó un poco sorprendida, ya que se veía que esta chica no contaba con una pizca de vergüenza.
Se había adueñado de aquella camiseta sin siquiera preguntarme si estaba bien que me la quitara. Tampoco es que me haya molestado, de hecho todo lo contrario. Me demostraba que cada vez íbamos tomando más y más confianza, y para ser sincera, a esas alturas ya no razonaba claramente, así que no le di tanta importancia.

Ya era muy tarde, más bien temprano. Comenzaba a amanecer,  y al parecer éramos los únicos que quedaban en la fiesta. Los demás o se habían ido, o estaban inconscientes tirados en alguna habitación de aquella inmensa casa.

-Ju…juguemos verdad o re..redo… reto!
Dijo Darren apenas logrando articular palabras.
Yo reía incontrolablemente por cualquier cosa que se dijera, y más aún si venía de Heather.
-Vamos! pero sin reglas ni excusas!
Dijo Heather más entusiasmada de lo que la habría llegado a conocer.

Mientras estábamos en semejante jacuzzi, ella y yo ya habíamos compartido un par de roces y abrazos inofensivos, quizás provocados por el efecto de diferentes cocteles que ambas veníamos bebiendo desde mas temprano.

-A ver Darren ¿verdad o reto?
Preguntó Mark directamente tomando el mando con respecto al juego.
-RETO!
-Va!, mete la cabeza debajo del agua y dale un beso en el abdomen a Heather.
Darren sin pensarlo, inclina su cabeza y la pierde en medio del montón de burbujas, al instante Heather se retuerce de cosquillas, soltando carcajadas por la acción de su amigo.  
-Heather! Te… te reto, a … a que pfff a que me beses!
Dice Darren apenas termina su penitencia,  con los ojos un tanto rojos y medio cerrados, por el efecto del alcohol y el sueño.

Ya habíamos pasado varias rondas de verdades y retos, como también innumerables vasos de licor que adornaban el borde del jacuzzi. Así que para ese momento, era de esperarse que alguno de los integrantes lanzara la primera petición para comenzar la sesión de besos.

-No me has dado opción siquiera a decir una verdad jajaja. Pero esta bien! Acepto el reto
De inmediato Heather se le acercó, tomó su rostro y le dió un beso en la mejilla a Darren.
-No especificaste así que esto también cuenta!.
Reclamo ella, mientras todos reíamos por tan astuta acción.
-Bueno, si es asi… Naya, te reto a que beses a Heather… en los labios.
Exclama Mark, con una picara mirada de lujuria, mientras esperaba la reacción de ambas.

Heather suelta una agradable sonrisa, muy digna de admirar, toca mi brazo con su codo, entrecierra un poco sus ojos y se acerca a mi oído diciendo…
-No tienes que hacerlo, si no quieres. Apenas y se dan cuenta de lo que están hablando.
A pesar de que le entendía perfectamente lo que estaba diciendo, de alguna forma no sonaba muy convincente, así que me incliné hacía donde estaba Mark con una mirada un tanto coqueta, quizás para evadir la penosa penitencia, y escapar de tan incómoda situación.
-¿No prefieres que te bese a ti?
Le dije a poca distancia de su cara, logrando que todos olvidaran la petición que hacía un minuto el acababa de hacer.

En un instante me encontré mirando fija y perdidamente los ojos de Mark. Todavía no había dado respuesta a mi pregunta pero por la forma en la que me miraba, se notaba que le parecía mejor opción que la que el había ofrecido minutos antes.

De repente no hubo más distancia entre nuestros rostros, solo bastó unos segundos para que nuestros labios comenzaran a intercambiar delicados movimientos, ante un perdido y desinteresado Darren, y la mirada incómoda y sorprendida de Heather.

-Debemos irnos, estas hecho un desastre.
Reclamó Heather en un tono poco agradable, y una sonrisa a medias, que viniendo de ella no se veía muy natural, interrumpiendo aquella escena que Mark y yo estábamos llevando a cabo. Tomó por un brazo a Darren, que para esos momentos ya se encontraba totalmente desconectado del mundo, y lo ayudó a levantarse mientras ambos caminaban desincronizadamente hacía alguna habitación.

Actualizalo pronto! Tu fic es genial!!!!!! Ya tienes una nueva lectora por aqui ;)!

Amo un poco mas los Fics HeYa que los Brittana, así que ya tienes una nueva lectora, espero actualices pronto que me ha encantado mucho! (:

Mark estaba ignorando por completo todo lo que pasaba a nuestro alrededor, centrando su atención únicamente en lo que pasaba entre nosotros dos.

-Creo que debo irme
Dije poco convencida, ya que para nada era una buena idea salir en el estado en el que me encontraba.
-¿Y a dónde vas a ir?... son las 6 de la mañana.
Respondió levantando una ceja y lanzando una mirada de incredulidad.
-Yo… yo… lo siento debo irme.

Apenas logré levantarme, cuando repentinamente sentí un mareo que me estremeció. Por suerte estaba Mark, que evitó que cayera, agarrándome firmemente por la cintura logrando una vez más recrear aquella cercanía que era tan reconfortante e incómoda a la vez.

-Ven… vamos adentro, que en el estado en el que te encuentra, una cama no te vendrá nada mal.
Me sujetó fuertemente, ayudándome a salir del jacuzzi. Yo la verdad no estaba muy consciente, ni atenta a lo que el me decía, pero seguro que decía algo importante, por la forma en la que me miraba.

Entre tropiezos y risas, logramos llegar a una pequeña habitación que al final no estaba ocupada por nadie. Bajó el tono de las luces, y recostó mi cabeza sobre una almohada que pudo alcanzar de una esquina de la cama.
-Eres tan hemosa…
Me susurró al oído mientras colocaba un mechón de pelo, aún mojado detrás de mi oreja.

Hasta ese momento me estaba dejando llevar por la situación, el ambiente, el estado en el que me encontraba. Todo parecía conspirar contra mi a favor de Mark.
Otra vez, estábamos a una limitada distancia, tan limitada que podíamos sentir nuestra respiración. Justo en el instante en el que cerré los ojos, y preparé mis labios para lo que seguía, escuché los pasos de alguien que se aproximaba a la habitación.

-Pero si allí estas! … te he estado buscando por todas partes. Gracias Mark por cuidarla.
Era Heather que sin dudar, entró a la habitación, lanzando una intimidante mirada de desagrado hacía Mark. Inclinó su cuerpo contra el mío, colocando uno de mis brazos sobre su hombro, ayudándome a levantarme para luego salir de la habitación, no sin antes enviar una última mirada amenazante hacía donde estaba el, quien comprendió aquel mensaje y solo se limitó a bajar la cabeza como en señal de culpa.

-Eres tan… tan rubia
Le dije mientras aún me sostenía para ayudarme a caminar por aquel largo pasillo, que comenzaba a iluminarse por la luz del sol que traspasaba las ventanas.
-jajaja y tu estas tan pasada de tragos
Me dijo tocando la punta de mi nariz con su dedo índice, haciendo que centrara mi atención en aquellos ojos que ahora se fijaban en mi.

Apenas fueron unos segundos, pero valieron la pena para darme cuenta de que me sentía más a gusto con ella que con lo que estaba con Mark. De hecho no sé si podría comparar la sensación, pero si no era el mismo sentimiento, se acercaba demasiado.

Gracias por actualizar tan pronto! Me encanto!!!!!! ;)

Intentaré actualizar lo más rápido posible, me mantengo escribiendo la mayor parte del día, pero vale la pena asi sea lo lea una persona :)

Te aseguro que lo leen muchas personas pero algunas se mantienen ocultas. Me encanta la forma como escribes y esta tan bien narrado es impresionante. La trama es muy interesante. Me parece que naya dejara plantados a sus amigos. No dejes de escribir que no me perdere ningun episodio. Nos leemos la proxima. Bye ;)

Muy a lo lejos consigo escuchar un sonido que se me hace familiar, pero que no logro reconocer hasta después de quien sabe cuánto tiempo.

Me levanto de golpe al darme cuenta que era mi celular que llevaba supongo buen rato sonando.
Con los ojos entre abiertos veo una cantidad de llamadas y mensajes que no logro enumerar. Eran mis amigos, aquellos con los que había quedado para pasar todo el día en la playa.
Sin responder a ningún mensaje ni llamada, intento levantarme de una cama que no reconocí como propia.
Lo intenté lo más rápido que pude, hasta que un severo dolor de cabeza y ganas de vomitar me invadieron casi tan pronto despegué mi cuerpo de la cama.
Echo un vistazo a mi alrededor, intentado organizar mis ideas, tratando de recordar que había pasado la noche anterior. Bajo mi cabeza poniendo mis manos sobre ella, quizás para aliviar un poco el dolor que me agobiaba en ese momento.
Cuando me percaté que la ropa que tenía puesta, no era la que había elegido el día anterior antes de salir de casa.
Llevaba unos pantaloncillos un poco ajustados, una camiseta llamativa un tanto holgada y nada más. Quiero decir… no llevaba nada más.
Enseguida entre en pánico poniendo mi mano sobre mi pecho, tratando de recordar en donde había dejado mi ropa interior, y por qué razón no la llevaba puesta.
Cada segundo que pasaba entraba más en pánico, deseando encontrar una respuesta a todas mis preguntas.
Justo en ese momento, escuchó como tocan la puerta, la abren tan despacio que fijo mi mirada en la entrada, como esperando que por allí entrara algún héroe dispuesto a rescatarme de tan vergonzosa situación.

- Hola?
Dijo una voz que se me hacía muy familiar
-¿Cómo estás?
Preguntó mientras asomaba su cabeza por un pequeño espacio que había dejado mientras abría la puerta.

-Oh Heather! … eres tu!, buenos días!
Le dije sin disimular la alegría y asombro que sentí al verla, como si hubiera estado esperando que fuera ella la que viniera por mi.
-¿Buenos días?... jajajaja, tienes alguna idea de que hora es?
Me pregunto extendiendo su mano, mientras me ofrecía una taza de té caliente, con un par de píldoras para la migraña. Al parecer se había convertido en mi heroína.

-Uhmm… no, que… que hora es?
Le pregunté mientras tomaba las píldoras de la palma de su mano, las cuales se mantenían igual de suaves desde la última vez que las sentí.

-Son las 4 de la tarde Naya, pasé varias veces a ver si habías despertado pero te veías tan tierna y dulce dormida, que no quise despertarte.
Mientras lo decía, note como se le marcaba una sencilla pero hermosa sonrisa, que bastó lo suficiente como para hacerme sonrojar.
Enseguida coloqué las dos píldoras en mi boca, como para ocuparla y no tener nada que decir en el momento.
-Y… los demás?
Pregunté, intentando evadir cualquier posibilidad de contestar a lo que me acababa de decir
-Todos se marcharon poco después del medio día, Lea esta igual o peor que tú, así que Dianna y yo decidimos quedarnos para ayudar a limpiar un poco el desastre que quedó.
-¿Cómo te sientes?
Me preguntó sentándose en la cama, mientras colocaba una mano sobre la mía.
-No quisieras ser yo en estos momentos
Alcancé a decir mientras me inclinada hacia atrás para reposar mi cabeza sobre una almohada que estaba puesta en el cabezal  de la cama.

No había pasado ni un segundo cuando de golpe recordé que tenía aquella reunión con mis viejos amigos.
Heather tenía ese extraño efecto en mi, a pesar que ya había leído alguno de los mensajes y que estaba consciente de la hora que era, no fue hasta un rato después que en realidad me di cuenta que los había dejado plantados.
De alguna extraña manera, esa chica lograba que me desconectara y me olvidara de todo lo que había a mi alrededor.

-Debo irme!
Le dije al levantarme de la cama de un brinco.
-¿A dónde? … y segura que quieres salir así vestida?
Dijo mirándome de arriba abajo, con una pícara sonrisa en sus labios.
-Cierto!... no puedo salir así, pero… y mi ropa?... Toda mi ropa?
Le pregunté mientras cubría mis pechos, ya que por la delgada tela de la camiseta se marcaba la silueta de mis pezones.
-Ven conmigo!
Se levantó de la cama, mientras me tomaba de la mano, acción que me gustaba y estaba dispuesta a adoptar como costumbre.

Amo los Fics HeYa! y este me encanto y que actualices seguido hace que me guste mas aun *-* espero que no pierdas esa costumbre de actualizar rapido por que tu fics es muy adictivo, me gusto mucho como escribes. Saludos tienes una nueva y fiel lectora

Me encanta! La historia :3 y pensar q despues de 3 temporadas se combertirian en Brittana <3
Actualiza pronto! Saludos :)

Gracias por actualizar! Sabia que naya olvidaria a sus amigos... Este capitulo fue totalmente genial (como todos).
Te dije que tendrias mas lectoras porque tu fic es increible! :) nos leemos en la proxima actualizacion. Bye ;)

Llegamos a una habitación que ya conocía muy bien, era aquel espacio que fue testigo de varias de nuestras conversaciones la noche anterior. Aquella habitación de huéspedes, pero esta vez no estaban las bolsas de dormir, ni varias de las maletas que habían estado regadas por todo el suelo.

No había terminado de inspeccionar con la mirada mí alrededor, cuando veo a Heather aproximarse con cierta ropa entre sus manos que conocía perfectamente bien.

-Creo que esto es tuyo
Dijo extendiendo sus brazos sin dejar de mirarme a los ojos.
-Gracias!, ya te debo dos
Le dije mientras estiraba mis manos para tomar la ropa. Cuando noté que entre mis prendas de vestir también estaba mi ropa interior, a lo que abrí mis ojos con gran impresión, ya que no tenía ni idea de cómo estas habrían llegado a sus manos.

-Co… Cómo?… Quien?… yo…
No encontraba frase alguna que lograra salir completa por mi boca, solo con el hecho de imaginarme todas las posibles formas en las que me había despojado de mis prendas más íntimas, hacían que se me formara un nudo en la garganta, queriendo salir despavorida de tan acogedora habitación.

-Jajajajaja!... tranquila!, fui yo la que te desvistió esta mañana. No iba a dejar que te durmieras con tan poca ropa y mojada, no al menos después de todo el esfuerzo que hice anoche para mantenerte seca  luego de mi acto de torpeza en la piscina.
Bajó su cabeza mientras encogía sus hombros algo avergonzada, al juzgar por el color de sus mejillas que adquirió después de tan encantadora escena.

-Vaya! Ahora parece que te debo tres
Fue lo único que se me ocurrió decirle, después de sentirme un poco aliviada pero también  apenada luego de que me dijera que fue ella la que se encargó de desvestirme, y que seguro también era ella la culpable del atuendo que llevaba puesto esa mañana.

-Tranquila!, para eso estamos las amigas, igual ya te las iré cobrando en el camino.
Replicó mientras me guiñaba un ojo y salía de la habitación, dándome espacio para ducharme y cambiarme.

Apenas llevábamos poco más de 24 horas y ya me llamaba su amiga, palabra que sacó una sonrisa que dejé salir inconscientemente. Me agradaba la idea de comenzar a formar parte de la vida de aquella bailarina de cabello rubio y ojos azules.

Después de ducharme y vestirme, me miré al espejo intentando ocultar las ojeras con unos anteojos oscuros que llevaba a todos lados.
Bajé las escaleras con intención de encontrar a las chicas y despedirme.
No tenía mucho que hacer ese día, de hecho, no tenía nada que hacer. Después de todos los planes que tenía para ese fin de semana, me convencí de pasarlo junto a mi pijama favorita y una buena película en casa. Ya después me preocuparía por darle una explicación, o más bien una excusa a mis amigos.

-Adiós chicas! Ahora si me marcho
Dije irónicamente después de haber intentado salir del lugar anteriormente, sin tener éxito.
-Vaya! Apareciste!, jajajaja. Gracias por venir, espero que te hayas divertido.
Afirmó Dianna dándome un beso en la mejilla, mientras subía las escaleras con un plato de sopa, seguramente para Lea.

Casi enseguida sentí como alguien entrelazó su brazo con el mío.
-Vamos! te llevo a comer algo, que seguro tendrás el estómago suplicando por algo de comida.

Aun no consigo descifrar como es que lo logra, su manera tan natural y encantadora de tomar siempre la iniciativa ante las cosas sin siquiera preguntar. Como si siempre supiera lo que yo quisiera.

Esta vez la miré, le sonreí y me dejé llevar. Al fin y al cabo no tenía nada que hacer aquella tarde, así que por que no pasar lo que quedaba del día, con la persona que había cuidado de mi toda la noche. Era lo mínimo que podía hacer.

Gracias por actualizar!!! Van a pasar todo el dia juntas yay! Gracias por seguir actualizando tanto eso se agradece mucho. Bye ;) xoxo

Me encanta! Por favor nunca dejes de actualizar así de rápido! Quiero que sepas que ya amo tu historia y la amaré mas cuando haya HeYa ♥
Gracias por actualizar (: !

Efectivamente, habíamos pasado toda la tarde juntas y luego de comer fuimos por un helado, quizás solo con la excusa de poder pasar más tiempo conversando.
Hablamos de tantas cosas, que llegué a sentir un poco de miedo, miedo de quedarme sin tema de conversación para los próximos días. Sentía que ya lo habíamos hablado todo.
Pero con su carisma y vibrante personalidad, era imposible no tener de que hablar, al menos con ella, tanto así que hasta llegó a sacarme temas de los que normalmente no hablaría con cualquiera. Así que casi de inmediato dejé de preocuparme por lo que podría pasar, y comencé realmente a disfrutar de su compañía.

Hasta ese momento me convencía de que mis sentimientos hacía ella, eran “normales”; típico de las amigas, de las buenas amigas.

-¿Y cómo es que llevas tanto tiempo soltera?
Me preguntó sin titubear, mientras rebuscaba dentro de su helado pequeños trocitos de galletas.
-Que puedo decirte. No lo sé la verdad. Quizás no es el momento, o no he pensado tanto en eso como para encontrar una razón por la que estoy soltera.
Le dije un tanto despreocupada. El hecho de no tener una relación, no era algo que me incomodara en esos momentos.
-Y tu? Me has dicho que tienes novio pero no me has contado nada sobre el. ¿Cómo es?
Le pregunté centrado mi completa atención en ella, no sólo por el hecho de que quizás me interesaba saber sobre él, sino también porque quería que se diera cuenta que me gustaba escucharla, y observar sus gestos mientras yo me perdía una vez más en aquellos penetrantes ojos azules que no dejaban de impresionarme cada vez que los miraba.

-…Y desde entonces estamos juntos
No había escuchado nada de lo que me estaba contando sobre su novio, Taylor si no mal recuerdo. Había quedado completamente embobada por el movimiento que hacían sus labios mientras hablaba, el contraste de su piel con la luz del atardecer. Quería evitar a toda costa observarla de la manera en que lo estaba haciendo, no estaba bien, no era “normal”.

-¿Tanto te gustó mi historia? Si acaso has pestañeado unas pocas veces. Supongo que es el efecto que tienen las historias de amor no?
-Ah?... si, si! Es una linda historia
Le dije sonriendo, un tanto nerviosa de que descubriera que la razón por la que estaba tan perdida, era por ella y no por su historia.

-Bueno, ya oscureció. Será mejor que nos vayamos antes que se haga más tarde.
Dijo mientras se levantaba del lugar que habíamos ocupado gran parte del día.
-Tienes razón. Gracias por todo Heather, Gracias por… ya sabes, cuidar de mi durante y después de la fiesta y todo eso.
-Es que se me da bien el rol de niñera jajajaja!
Me contestó mientras acercaba su rostro al mío, plasmando sus labios fríos por el efecto de aquel helado, en la mitad de mi mejilla. Provocando en mi casi de inmediato, un severo escalofrío y una sensación de vértigo que pasaba por mi estómago.

Sin poder abrir la boca para responderle, me limité a levantar la mano para despedirme, mientras la veía subirse al auto de su novio, que la había pasado a buscar.

Era domingo por la noche, y no podía dejar de pensar en lo bien que lo había pasado y en que mañana sería lunes, pero no era un lunes como todos los demás, era el día en el que me volvería a encontrar con Heather. Me había encariñado tanto, que no podía esperar a que amaneciera para verla y pasar más tiempo con ella, incluso cuando pasamos todo el fin de semana enviándonos mensajes hasta tarde.

“…Ya te contare mañana XD. Nos vemos temprano, te toca el café ;) xoxo”

Era el último mensaje que me enviaba, dando así por terminada aquella larga sesión de charla vía móvil, con una segura continuación en persona al día siguiente.

Estaba ansiosa, más de lo que querría admitir. Así que puse el despertador  media hora antes de lo acostumbrado, para que me diera tiempo de pasar por aquel café que seguramente ella estaría esperando.

gracias por un fin heyaaa y porfa continualooooooo yaaaa en verdad se ve bien xvr toncs espero l siguiente cdt

Me desperté unos 10 minutos antes de que sonara la alarma, es un gran logro, considerando lo mucho que me cuesta levantarme temprano. Claro esta, que esto se debía por aquel compromiso que tenía con mi querida amiga. No podía esperar.

“negro, capuccino, con o sin azúcar?”
Le escribo mientras espero en la fila para que me atiendan.

“Vanilla Late, es mi favorito :)”

“quieres que lleve algo más?”

“sorpréndeme! ;)”

“XD está bien! Llego en 20 mns”

De inmediato me encontraba observando detenidamente el mostrador de vidrio que exhibía diversos tipos de postres. Tarde poco más de lo esperado pensando en cual le gustaría.
Cuando repentinamente recordé el día que estuvimos en aquella heladería.

-Un muffins de Vainilla y Oreo, y otro de arándanos por  favor!
Dije entusiasmada a la mujer que se encontraba detrás del mostrador.  


Al llegar al set, levanté la mirada a ver si lograba encontrar a la rubia bailarina.

-Hey!
Me sorprende alguien por detrás colocando sus manos en mi cintura intentando hacerme cosquillas.
-He… Ah hola Mark!
Le dije no muy contenta de habérmelo topado. No precisamente porque no quería verlo, sino porque en ese momento no era la persona que estaba buscando.

-¿Cómo estás?, no nos hemos visto desde la fiesta

-Bien, muy bien gracias. Eh… Mark has visto a Heather?

-Si, la vi cuando llegó pero no sé dónde estará ahora… Oye sobre el otro día…

-Iré a buscarla antes que se enfríen los cafés, nos vemos luego!
Le dije interrumpiendo inconscientemente las palabras que iban a salir de su boca.


A la distancia logro notar una silueta que conozco muy bien, se movía de allá para acá, haciendo varias de sus intrépidas piruetas. Me encantaba ver como hacía que su cuerpo se levantara del suelo haciéndolo girar como si no pesara nada.

Mientras me acercaba su mirada se topa con la mía.

-Al fin llegaste!!
Dijo mientras terminaba de acordar la distancia que quedaba entre nosotras.
-Tenías tanta hambre?
Le pregunté extendiéndole la mano donde tenía los cafés, colocados en una pequeña bandeja de cartón.

-No… bueno si, pero no era por eso. Quiero mostrarte algo!

Se notaba contenta, muy contenta. No tenía idea de que sería tal cosa que la mantenía tan feliz. Así que dejé que me tomara con la mano que tenía libre, mientras me dirigía a un lugar que solo ella sabía, como ya había acostumbrado a hacer.

-Cierra los ojos!
Fruncí el ceño, dudando en hacerle caso en ese momento.

-Anda!... cierra los ojos!
Repitió una vez más, esta vez colocando sus manos sobre mis ojos haciendo que pudiera percibir el aroma de su delicada piel.

Caminamos unos pocos pasos a dudas penas, cuando nos detuvimos.

A donde llevo heather a naya? Me quede con la intriga! Me fui a dormir y me perdi 2 actualizaciones que lei recien y aun quiero mas. Continualo pronto. Nos leemos. ;) xoxo

-Abrelos!
Dijo mientras retiraba su mano de mi rostro con una hermosa sonrisa de oreja a oreja que siempre lograba captar mi atención.

-… ¿Quién es Brittany?
Le pregunté algo confundida, ya que nos encontrábamos frente a un gran remolque blanco, que en la entrada tenía dos plaquitas de metal con el nombre de Santana/Brittany.
Quizás se trataba de una broma extraña que no lograba entender.

-jajajaja! Yo soy Brittany, y este es nuestro remolque!
Dio un brinco, y se dirigió a la entrada para abrir la puerta.

-¿Es en serio!?
Le pregunto un poco incrédula mientras la seguía para entrar.
Mi futuro en la serie no era muy seguro, así que las probabilidades de que recibiera un remolque no eran muchas.

-Siiii!... esta mañana apenas llegué, los productores me llamaron a su oficina. Me dijeron que el programa necesitaba una nueva porrista, y que quizás también podría aportar parte de mis pasos de bailes para alguna coreografía!.

Sus ojos brillaban más de lo que los había visto brillar esa mañana, mientras me contaba las buenas noticias.

-Heather!!!... es maravilloso!
Le dije casi igual de emocionada que ella, mientras me acercaba para abrazarla.

-Lo sé! Pero esa no es la mejor parte!
Respondió pausando por un instante mis brazos cuando intentaba extenderlos hacia ella.

-Naya, la mejor parte es que trabajaré contigo!!! A ti también te han extendido el contrato!.

-…Oh por Dios Heather!... Es…es increíble!

Comenzamos a saltar de alegría dentro de aquella habitación que a partir de ese día se había convertido en el espacio íntimo y personal de las dos.

-Espera… espera… Pero no digas nada aún, se suponía que ellos estaban esperando que llegaras para darte la noticia, pero ha sido tan genial que no he podido esperar para contarte.
 
-Claro, claro! No diré nada. Comenzaré a practicar mi rostro de sorpresa
Le dije abriendo la bolsa de la pastelería que había colocado en una mesita, sacando el muffin de Vainilla y Oreo que había comprado para ella.

-Toma!... espero que te guste
Extendí mi mano sosteniendo el postre, esperando expresión alguna por su parte.

-…Pero… ¿cómo lo supiste?
Dijo abriendo sus ojos con expresión de total sorpresa.

-jeje Tengo mis maneras
Contesté mientras le guiñaba un ojo

-Si hay algo que puedo querer tanto en este mundo son las Oreos. Vaya Nay Nay, si que me has sorprendido.
Recalcó antes de plasmar sus labios en una de mis mejillas.
Cerré mis ojos en cuestión de micro segundos para disfrutar un poco más del momento, momento que fue interrumpido por el sonido de mi celular.

-Hola?, si… aja… ok, ya voy para allá!
Miré a Heather haciéndole seña con mi pulgar para hacerle saber que era Ryan, el productor de la serie que quería verme en su oficina.

-Anda…ve!
Me dijo colocando sus dos manos a lo largo de mi espalda para empujarme delicadamente fuera del remolque.

-Te veo en el set!
Me gritó a la distancia mientras me alejaba.

Que lindo que haya sido heather la que le mostro primero el remolque a naya! Gracias por actualizar ni bien te lo pido! (lo estoy leyendo desde mi celu en la clase de ingles asi que si actualizas te respondere mas tarde) ya sabes lo de siempre espero la proxima actu. ;) xoxo

Pasaron los días y Heather y yo estábamos cada vez más unidas, no había un solo día en el que no habláramos, si no era en persona era mediante mensajes de texto o largas llamadas telefónicas.
Cuando no estábamos trabajando, se nos ocurría alguna idea para estar juntas, éramos inseparables. Nuestro tiempo se dividía entre los ensayos y las filmaciones, desayunábamos, almorzábamos y hasta cenábamos juntas. Nunca era suficiente. Definitivamente se había convertido en una parte importante de mi vida y yo en la de ella.
Se notaba que ambas disfrutábamos de nuestra compañía. A estas alturas ya estaba más que claro que se había convertido en mi amiga, mi mejor amiga.

Esa tarde después de filmar, había quedado de verme con ella en mi casa, cosa que no era nada raro, ya que casi todos los viernes pasamos la noche en casa de la otra mirando películas, hablando y riéndonos de alguna tontería hasta altas horas de la madrugada.

-Pensé que no vendrías
Le dije mientras abría la puerta, quitándole la bolsa del supermercado que había traído con unos cuantos paquetes de Doritos, chocolates, refrescos y palomitas de maíz.

-Lamento haberme demorado…

La conocía muy bien, le hacía falta algo, el brillo de sus ojos que estaba tan acostumbrada a mirar, había desaparecido. En su lugar estaba una mirada triste y pérdida, dando lugar a que se asomara una pequeña lágrima que logro quitar antes que esta corriera por sus mejillas.

-¿Hemo que pasa?
Le pregunté tomándola de la mano, llevándola a una silla del comedor que había logrado acomodar para que se sentara.

Tan pronto reposó su cuerpo sobre la silla, se inclinó, llevando sus manos a su cara y comenzó a llorar.
Situación que me dejo perpleja, era la primera vez que veía a Heather Morris llorar, no sabía ver otra emoción en ella que no fuera alegría. Así que de inmediato me puse sobre mis rodillas frente a ella, colocando mis manos en cada una de sus mejillas, ayudando a secar sus lágrimas con mis pulgares.

-He… Heather, ¿Que pasa?
Le pregunto otra vez, con rostro de preocupación y tristeza. Me dolía mucho verla así, en realidad demasiado.

-Taylor y yo hemos peleado
Levantó ligeramente la cabeza haciendo que nuestras miradas se conectaran.

-¿Por qué han peleado?...¿Que sucedió?

-Estos últimos meses no hemos estado muy bien, me reclama que no paso tiempo suficiente con él

-Lo siento mucho Heather… de verdad, lo siento!
Le dije en tono un poco culpable, ofreciéndole mis brazos para abrazarla. Por dentro me sentía culpable por ocasionar su tristeza, en parte porque sabía que Taylor tenía razón, la mayor parte del tiempo la pasaba conmigo, y cuando no lo hacía, estaba en el trabajo que de igual forma también allí estaría yo.

-No es tu culpa Naya, no tienes por qué sentirlo.
Susurró volviendo a inclinar la cabeza, haciendo que perdiera de vista sus ojos color azul cielo.

-Mira… ya no llores más!, verás que todo se solucionará
Le dije mientras me ponía de pie para extenderle mi mano y ayudarla a levantarse de la silla.

-Eso espero, de verdad que eso espero. Se fue el fin de semana con su familia para pensar, aun sabiendo los planes que habíamos preparado para pasarla juntos.

El silencio invadió la habitación por unos segundos, mientras buscaba la manera de hacerla sentir mejor.

-…Y… ¿Por qué no te quedas esta noche?... No, ¿Por qué mejor, no te quedas aquí todo el fin de semana?
Le dije con una sonrisa bien marcada, intentando animarla y hacerla olvidar aquello que la tenía tan deprimida.

-…No lo sé, no quiero molestarte con mi mal humor.

-Anda, no eres una molestia, todo lo contrario, me encantaría tenerte aquí todo el fin de semana. Sé que no es lo que tenías planeado pero… vamos, Anímate!
Llegué a decirle inclinando la cabeza, encogiéndome de hombros y mirándola fijamente con ojitos de perrito abandonado.

-No me mires así. Sabes que no me puedo negar a esa mirada

Mirada que reforcé con más intensidad, añadiéndole un gesto de puchero que hice con la boca.  

-jajajaja! Está bien… está bien. Te quiero Nay Nay.

Me abrazó casi tan fuerte que podía sentir las palpitaciones de su corazón, y aquellas palabras hicieron que el mío latiera casi a la par que el de ella.

Ese “te quiero” en particular había significado mucho para mí, no es que no me lo haya dicho antes, creo que fue la manera en que lo dijo, me hizo sentir que me quería, que realmente me quería, aunque era algo que ya sabía, pero no sé por qué razón esta vez me sonaba diferente.

Quizás fue por el momento vulnerable en el que se encontraba, no lo sé. Lo que si sé, es que a partir de ese día comencé a ver a Heather Morris con ojos diferentes, a pesar que todo este tiempo me venía convenciendo de que lo que sentía por ella, era algo que todo el mundo sentía por sus amigos/as.

Que lindo! No puedo creer que naya ya se enamoro de heather! ;)

Acabábamos de terminar de ver una película cuando Heather se había retirado a mi habitación para descansar. Me quedé un rato más en la sala, recogiendo un poco lo que habíamos dejado, pensando en aquel “te quiero” que me había dicho un par de horas atrás, y en las emociones que esto había hecho explotar dentro de mí.

Comenzaba a asustarme pensar en la idea de que podría estar enamorándome de mi mejor amiga, estaba confundida, ni siquiera sé qué siente estar enamorada, pero estaba segura de que lo que estaba sintiendo era nuevo y diferente. Quizás también fue su culpa, por la forma en la que me trató desde que la conocí, nunca antes alguien se había encargado de dedicarme tanto tiempo y darme tanta atención.

Con cosas tan sencillas como ir a buscarme a mi casa para trabajar, llevarme café al set de grabación por las mañanas, cosas como quitarme un mechón de pelo de mi cara, poner su quijada sobre mi hombro mientras me ayudaba a memorizar mis líneas, el simple hecho de demostrarme su cariño frente a todos sin ninguna pizca de vergüenza, hacerme reír, definitivamente hacerme reír. Todo esto fue suficiente para hacerme sentir las tan famosas mariposas estomacales.


La mañana siguiente, un ligero golpecito en mi frente logró hacerme abrir los ojos. Había girado levemente mi cabeza mientras dormía y mi frente se topó con la de Heather, ella seguía profundamente dormida, a lo que aproveche la corta distancia en la que su cara quedó de la mía para observarla como nunca antes la había observado. Se veía tan tranquila, tan serena, tan hermosa.

Cerré los ojos y me perdí por un instante en su respiración, no quería que ese momento acabara, porque sabía que eso era lo más cerca que podía estar de ella. Al abrir mis ojos, giré la cabeza para mirar al techo, pensando en lo feliz que sería si Heather me correspondía, es algo que nunca me atrevería a decir en voz alta, era la primera vez que una mujer me llamaba la atención de esta manera. En parte no quería sentir lo que estaba sintiendo, era extraño y a la vez doloroso, me daba terror solo de pensar que lo que estaba sintiendo por ella me convertiría en… en… ni siquiera puedo pensarlo.

Una lágrima recorrió un corto camino entre mis ojos y mi oreja, cuando de repente sentí un movimiento brusco en la cama, el que aproveché rápidamente para secar mis lágrimas. Era Heather, se había movido dejando reposar su brazo sobre mi abdomen y tumbando una de sus piernas sobre las mías.
Mi pulso se detuvo, mis pupilas se dilataron, mis manos comenzaron a sudar, mi corazón comenzó a acelerar, tanto que temí que mis palpitaciones la despertaran.
Me moví un poco, intentando hacer que se levantara, pero fue inútil, parecía que cada vez que lo intentaba se aferraba más a mí. Me quedé tendida dando cortas respiraciones, tenerla así de cerca me ponía muy nerviosa. Hasta que de repente sonó el despertador.

Sentí como levantó su cabeza retirando su brazo de mí, yo había cerrado los ojos para que creyera que aún seguía dormida.

-Buenos días Nay
Me dijo estremeciendo ligeramente mi hombro

-…uhmm, buenos… buenos días

-Despierta, debemos ir al set. Hay sesión de fotos

Me dió un beso en la frente mientras se levantaba para dirigirse al baño.

Me quedé acostada por unos segundos, estaba un poco aturdida por la mezcla de emociones que acababa de sentir. En aquel momento me di cuenta que ella era la única persona que podría hacer que mi corazón acelerara y se detuviera a la vez.
Fue entonces cuando di un último suspiro intentando agarrar fuerzas para luego levantarme.