Tercera Batalla: Rachel & Kurt {#04}

Our quarterback

KURT
Era de madrugada cuando recibimos la noticia. El teléfono sonó incesantemente desde el centro de la sala, interrumpiendo nuestro sueño.  En cuanto lo escuche, me levante;  Estaba aun adormilado; tenia el estomago endurecido, y esa incomoda sensación de angustia crecía lentamente. No había tenido pesadillas, sin embargo, Finn estuvo rondando en mis sueños durante toda esa noche, inundándome de buenos recuerdos; Supongo que una parte de mi  presentía lo que pasaría.
Cuando llegue a la sala encontré a Rachel; ella estaba de espaldas y sostenía el teléfono sobre su oreja.  –Papá, Necesito dormir- dijo fastidiada. Después solo se sobrevino un largo silencio. 
-¿Quién es?- pregunte;  pero ella no me respondió, ni si quiera me miro. Se había quedado helada sobre la bocina e incluso podría decir que su cuerpo entero. Después, se giro dándome la cara, su tez pálida como el diablo, sus labios resecos y sus ojos desorbitados, en conjunto, eran preocupantes. Se sentó muy lentamente en el sillón y clavo su mirada en la alfombra; después vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.
En ese momento supe que algo iba realmente mal. -¡¿Qué sucede?!- pregunte preocupado mientras me acercaba a su lado; pero ella no dijo nada, únicamente colgó el teléfono y se tenso notoriamente ante mi presencia. 
-¡Rachel! ¡¿Qué es lo que pasa?!- pregunte. Pero ella no me estaba escuchando. Así que, para atraer su atención, acerque mi mano a su hombro, y justo después de hacer contacto con su piel, un grito ensordecedor salió de entre sus labios.
-¡Oh dios!- grito ahogada en lágrimas, y repentinamente el aire fue insuficiente para ella; su garganta se cerro por completo y comenzó a luchar por mantener la respiración.           –Finn…- murmuró privada en llanto, mientras cubría su cara húmeda con ambas manos. 
Finalmente comprendí lo que pasaba; y sin remedio alguno, las lágrimas bajaron por mi rostro; entonces mi mano se aferro a los dedos de Rachel con dificultad. No me importaron los detalles, porque lo único que ocupaba mi mente, era que él ya no estaba con nosotros.
Estuvimos medio de la sala, con las manos unidas y nadie dijo nada, porque no había nada correcto para decir. Tan solo escuchamos, por el resto de la noche, nuestro llanto incesante.
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Había pasado una semana desde que la terrible noticia había empapado nuestras vidas; desde que la realidad nos había golpeado. Y aun parecía una mentira.  
Era difícil creer que Finn hubiera muerto. Instantáneamente, y sin nuestro consentimiento, lo habíamos perdido; y el sentimiento de dolor se volvía terriblemente agotador. Todavía quedaba sobre nosotros la esperanza de que fuera tan solo un mal sueño; De que al despertar, la sonrisa torcida de Finn se presentaría frente a nosotros con esa calidez acostumbrada; De que su tono abrigador de voz resonaría en nuestros oídos tranquilizadoramente… De que lo volveríamos a ver.  Pero no seria así, porque él se había ido para siempre.
Rachel y yo, lo  sobrellevábamos  como mejor nos parecía.                                                  Ella, había pasado la semana entera encerrada en su cuarto. En su mayoría se quedaba dentro de la habitación llorando. Eso, se volvió una tortura para mí.  Entendía que estaba pasando algo horrible, y sentí una profunda compasión por ella.  Finn se había convertido en su todo. Él había sido una  persona esencial en su vida; Además ellos estaban destinados a estar juntos por el resto de sus días. Había sido un golpe muy duro para ella. 
Pero, yo también lo estaba sintiendo; Finn era mi hermano; y aunque no se lo dije tantas veces como me hubiera gustado, lo amaba, lo amo. Porque además, fue mi amigo y  fue mi apoyo moral en incontables momentos. Fue unos de los hombres más importantes en mi vida; lo conocía más de lo que me gustaría admitirlo; Y tenía reservadas nuestras memorias. Pero él no lo sabia y el remordimiento de no haberle dicho tantas cosas me remuerdia la conciencia. Porque ahora sé que no podre decírselo nunca mas.  
Rachel y yo, no volveríamos a ser los mismos nunca más; Nadie que haya conocido a   Finn, volvería a ser el mismo otra vez.
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RACHEL
El dolor no desaparecía; ni siquiera disminuía. La presión en mi pecho se hacia mas grande, además había perdido el control de mis propias lagrimas. Recostada en la obscuridad me hice un ovillo y espere a que el tiempo pasara de golpe; Pero los segundos se hicieron mas largos.
Además el sentimiento de anhelo, no seso. Estaba convencida de que era una pesadilla. Comencé a pensar que si despertaba, me encontraría a mi misma recostada entre sus brazos; Los dos juntos, despertando al alba del amanecer, a punto de cumplir nuestros sueños, él y yo eternamente.                                                    
Pero por más que lo intente, no pude despertar. Y la terrible realidad me abrió los ojos bruscamente. No iba a verlo otra vez; Él no iba a volver; Y fue entonces cuando rápidamente determine que sin él mi vida no tendría sentido alguno. Y de nuevo, mi rostro se empapo con  lágrimas. Después de esto, vi que un pequeño rayo de luz se filtraba en la habitación. Era Kurt; 
-Hola- murmuro él. No le respondí, solo figure un gesto en forma de saludo. 
-¿Estas bien?- pregunto, sentándose a mi lado.
-No- respondí secamente.
-Te traje té- dijo él ofreciéndome una taza. 
Yo asentí, y bebí el líquido lentamente.  El silencio se alargo un poco, pero a mi no me molesto. 
-Tienes que detenerte- dijo él como si le doliera decírmelo. 
-No puedo detenerme- dije mientras agachaba la cabeza y abrazaba mis rodillas. 
-¿Por qué?- pregunto angustiado. 
Suspire con pesadez. -Porque no puedo creer que esto esta realmente pasando; Una parte de mi cree que al volver a Ohio, Finn estará en la sala del Glee Club enseñándo. Porque no quiero una vida sin él; Porque la mitad de mi vida estaba planeada a su lado; Porque lo quiero de vuelta…- susurre al borde de un ataque de histeria. 
Kurt pasó sus brazos alrededor de mi espalda y me apretó confortablemente. Las lágrimas llenaron mis ojos apresuradamente. -¡Estoy asustada!- grite alterada. –Porque no quiero olvidar nada de él; Porque no quiero dejar de extrañarlo; Porque no quiero acostumbrarme a estar sin Finn…- 
Sentí como Kurt lloraba sobre mi espalda; Pase mis manos por sus brazos e hice que se sintiera  reconfortado, aunque mis lágrimas también estaban mojando su pecho. –Nunca vamos a acostumbrarnos a estar si él- dijo Kurt ahogado en llanto. –Siempre vamos a extrañarlo- 
Repentinamente fui presa de la conmoción, y un grupo de convulsiones se apoderaron de mis extremidades, al mismo tiempo en que chillaba incontrolablemente y sentía la nefasta falta de aire.  
-Va estar bien- dijo Kurt mientras me cubría con sus brazos fuertemente y me pegaba a su pecho. –Tarde o temprano va a estar bien-
-No, nunca va estar bien- espete un poco mas calmada.
 Y otro silencio amigable nos invadía. 
-Hay tantas cosas que no le dije- murmuro Kurt.
–Estoy segura de que él sabía la mayoría de esas cosas-  
-¿Sabes? Mi vida va a ser un fracaso sin él- dije después de un rato. –Miro mis planes futuros, y se que la mayoría están arruinados, porque Finn era parte de ellos. Él era parte de mi futuro. Sin él no tengo motivos para vivir- 
-No digas eso... ¿Crees que él hubiera querido que tú te quedaras llorando por el resto de tus días, desperdiciando tu vida por completo?- 
Negué lentamente; Finn no hubiera querido eso. Lo se, porque mas de una vez sacrifico su felicidad o nuestra felicidad por mi felicidad individual. Él era así de asombroso. -¿Qué se supone que haga?- 
-Continuar con esos planes que no lo incluían a él; Tenemos que continuar con nuestras vidas- dijo tomando mi mano con fuerza. 
Yo coincidí. La vida era impredecible, ya lo habíamos comprobado. Planeamos una vida incierta al lado de Finn, en vez de decirle lo mucho que significaba  para nosotros, lo mucho que lo amábamos. Lo queríamos con nosotros; pero nadie lo traería de vuelta. 
Iba a ser difícil, estar sin él, no iba a ser agradable; pero nuestras opciones eran inexistentes. Lo único que podíamos hacer era continuar viviendo, para hacer sentir a Finn orgulloso, desde el lugar en donde estuviera. Las lágrimas no iban a agotarse rápidamente y el sentimiento de anhelo tampoco se iba a ir; pero haríamos lo posible por mantener la fuerza.
Teníamos que estar agradecidos por haber conocido a alguien tan maravilloso como Finn Hudson; Mas que un mariscal de campo, mas que un baterista, mas que un cantante, mas que un amigo, mas que un hermano, mas que el amor de mi vida… Y Ahora más que un ángel.

Contuve las lágrimas y respire hondo. Abrace a Kurt con fuerza y pensé en que siempre iba a recordar a Finn, en que no había forma de que olvidara todo lo que ya sabia sobre él y en que no iba a dejar de amarlo nunca. 

Our quarterback

Cuando colgó el teléfono un profundo silencio se hizo en toda la casa, y según su parecer, en todo Nueva York. No se oía nada. Tan solo sus respiraciones agitadas. Kurt tomó aire y consiguió decir antes de que las lágrimas invadieran su rostro:

-Es-Está muerto... Se ha ido.

Otro silencio. Este más tenso. Rachel empezó a llorar de la manera más desgarradora que Kurt había oído. Jamás había podido pensar que se pudiera expresar tanto dolor con un llanto. La chica apenas se pudo mantener en pie y se dejó caer en los brazos de su amigo. Pasaron así, Rachel llorando y Kurt abrazándola, quien sabe cuánto tiempo, segundos, minutos, horas, a ellos no le importaba eso, por su mente solo pasaba una cosa. Finn había muerto. Él se había ido para siempre.

Cuando Rachel consiguió calmar su llanto, susurró:

-No puede ser… es todo tan injusto.

-Lo sé, lo sé, Rachel-dijo Kurt en el mismo tono mientras acariciaba los brazos de su amiga para intentar mostrarle que él estaba ahí, con ella, como siempre había estado desde que se hicieron amigos. –Él era mi hermano. Mi amigo. El primer chico por el sentía algo parecido al amor-Kurt sonrió ante aquel recuerdo, que ahora le parecía tan lejano.

-Recuerdo como intentaste que se enamorara de ti por todos los medios posibles, incluso llevándome a mí por delante-Rachel también sonrió ante aquel recuerdo, ante aquellos días en los que un mirada de Finn era su mundo y su razón se sonreír. 

-Aún no me puedo creer que su madre y mi padre se hayan casado en un intento mío por acercarnos.

Ambos se volvieron a quedar en silencio, recordando todo lo vivido con Finn, sus peleas, sus enredados amores, su amistad, su conexión.

-¿Cuál fue tu mejor momento vivido con Finn?-preguntó Rachel armándose de valor para volver a hablar.

-Pues… creo que el momento en que me dedicó ‘Just The Way You Are’ en la boda de mi padre y Carole, creo que en se momento fue donde sentí por primera vez una verdadera conexión de amistad entre ambos, sentí que podíamos llegar a ser muy buenos hermanos. Y en verdad lo fuimos. Él fue mi apoyo durante varios momentos difíciles…-Kurt terminó de hablar soltando un gran suspiro, cargado de tristeza y añoranza. -¿Y el tuyo?-le preguntó a su amiga. 

-Yo lo tengo muy claro. Mi momento favorito con Finn fue el día que me acosté por primera vez con él. Todo fue como siempre había soñado. Fue caballeroso y atento y aunque él no tenía mucha experiencia tampoco intento sonar seguro y hacerme sentir de la misma manera a mí. Esa noche, la del estreno de West Side Story, ha sido y probablemente será la mejor noche de mi toda mi vida.

-No me lo puedo creer-dijo Kurt.

-¿Qué?

-Esa noche, la del estreno West Side Story, fue también mi primera vez con Blaine. El me hizo sentir de la misa manera que Finn te hizo sentir a ti.

-Dios, Kurt, somos tan parecidos que nos coordinamos sin quererlo incluso para eso-bromeó lo mejor que pudo Rachel.

-Desde luego-asintió su amigo.

-¿Sabes?-dijo Rachel después de otro silencio llenos de recuerdos. –Ahora mismo no sé qué voy a hacer con mi vida.

-¿A qué te refieres?-Kurt la miró con el ceño fruncido. 
-Ya sabes… aunque él y yo no fuéramos pareja yo tenía pensado volver con él tarde o temprano, supongo que algo, en el fondo de mi alma, siempre ha sabido que él era mi apoyo y que tarde o temprano íbamos a estar juntos de nuevo… ahora solo lamento que haya tenido que pasar esto para darme cuenta…

-Rachel no lo hagas-Kurt la interrumpió. –No te tortures a ti misma. Tú sabes perfectamente que la ruptura no fue solo cosa tuya. Está bien. Tú fuiste la que rompiste con él, pero él siempre estuvo de acuerdo porque sabía que tenías razón. Él también estaba esperando ese momento.

-Puede que tengas razón, pero eso no quita el hecho de que él se haya ido… para siempre-Rachel se volvió a derrumbar al terminar aquella frase. –Todo parecía tan perfecto hasta hace solo unas horas-dijo Rachel entre lágrimas y sollozos. –Santana tiene nueva novia, Blaine te pidió matrimonio y tu aceptaste, yo obtuve el papel principal en Funny Girl, los tres trabajamos juntos en el mismo sitio… todo eran buenas noticias… Con la muerte de Finn parece como si nada más tuviera importancia, lo único que quiero es dejarlo todo, encerrarme en mi habitación y no salir de allí hasta que me sienta completamente preparada para volver a vivir con normalidad. 

-No puedes hacer eso, Rachel-le dijo Kurt a su amiga con un tono muy serio.

-¿Por qué no? No me siento capaza de hacer nada más en este momento-susurró Rachel con un hilo de voz, sintiendo que se había quedado sin fuerzas para hablar.

-Pues tienes que hacerlo… no por ti… o por mí… tienes que hacerlo por Finn, hacer lo que él siempre ha querido.

-¿Él qué?

-Que cumplas tu sueño y te conviertas en una estrella.