Fanfic Brittana - El Corazón De Brittany - Capítulo 26

Q fuerte el capítulo ... pobre Britt ... me encanta como va la historia, no demores en actualizar .. un beso.

Empece a leer tu historia y me encanto de verdad!!
Obvio que la voy a seguir!!
Saludos

hola,....

ahora entiendo por que britt detesta a todo el mundo, a ver cuento tarda para que le tenga la suficiente confianza para contarle a san lo que le paso!!!,....
como va a transcribir esa fiesta!!!
nos leemos,....

LU!!!

No puede ser sigo intrigada que va pasar jaja ni con glee me ponía así jaja

Actualiza por favor no nos hagas sufrir tanto u.u jaja

Saludos :)

Será interesante la celebración de la familia López ahora con Britt en casa, se las presentara San? se comportará como se lo pidio San?

Britt tiene un pasado muy fuerte, espero San le pueda ayudar, creo que Quinn será clave en esto, gracias por el capítulo, saludos y suerte!

Hola! Nueva lectora!
Me gusta mucho la historia, y los capítulos cada vez son mejores.
Pobre Brittany, que mal que la pasó durante su infancia-adolescencia.
Estaré esperando el siguiente capítulo. Aunque no pueda comentar seguido si lo voy a estar leyendo.
Saludos! :D

Hola no había visto que habías actualizado.
Pero sabes me encanta tu fic,,
Que malo que britt no pudo escapar, de el maldito de su padre.. Me imagino cuanto sufrió, espero y que pronto pueda poder confiar en santana, me imagino que la madre de santana es muy exagerada!!!
Espero que pronto empiece una amistad ente ellas..
Otra cosa Santana una obsesa del control, y existió Quintana ?? :D

Espero la actu
Xoxo

O_o escribió:holaaaa eh leido tu fic se que es engorroso pero es una adaptación o solo estas llevando la idea???...

Hey holaa!! pues es una adaptación. Ya lo puse entre paréntesis por si no había quedado claro. Graciassss!! ... ah! y no sé que es engorroso jajaja, me lo explicas?

Vn-Hide escribió:Q fuerte el capítulo ... pobre Britt ... me encanta como va la historia, no demores en actualizar .. un beso.

Aquí vengo, aquí vengo!... Gracias por tu comment!! :D

monica.santander escribió:Empece a leer tu historia y me encanto de verdad!!
Obvio que la voy a seguir!!
Saludos

Que bueno leerte otra vez!... y que bueno que te guste.
Gracias por escribir. Besos!

Kristen Rivera escribió:No puede ser sigo intrigada que va pasar jaja ni con glee me ponía así jaja

Actualiza por favor no nos hagas sufrir tanto u.u jaja

Saludos :)

Eres insaciableee!! XD
actualizando... actualizando... jajaja  

facot escribió:Será interesante la celebración de la familia López ahora con Britt en casa, se las presentara San? se comportará como se lo pidio San?

Britt tiene un pasado muy fuerte, espero San le pueda ayudar, creo que Quinn será clave en esto, gracias por el capítulo, saludos y suerte!

Gracias a ti por leer y comentar.
Un beso! :)

Dentro de unos minutos les actualizo el próximo

Santana daba un último vistazo alrededor para comprobar que todo estuviera en orden, después de la sesión de limpieza que acababa de emplear en el apartamento cuando el timbre de la puerta sonó. Abrió y encontró a Quinn parada allí, su cara escondida por la brillante caja envuelta en sus brazos. —Las otras partes están en el auto, — lanzó un resoplido agradeciendo que le echara una mano con su carga.

—¿Recuerdas que él conduce un auto compacto y no una inmensa camioneta?—.

—Éstos son los que el hombre en la tienda dijo que eran aptos para el auto de Jake— Quinn protestaba mientras sacaba el resto de las partes del sistema de audio de su auto.

—¿Le pediste al vendedor que te dijera cuáles comprar?— Santana preguntó incrédulamente.—Quinn, tu debiste decidir que comprar—

—No empieces— la joven de cabello rubio advirtió amablemente.—No todo lo que compro tiene que ser aprobado por la Revista del Consumidor—.

—Pero... —, Santana dejó de hablar cuando vio la mirada de desaprobación de Quinn.—¿lo estoy haciendo de nuevo, verdad?—

—Si— la terapeuta afirmó.

—Es bueno tenerte por aquí para que me señales todas mis pequeñas manías, — le dijo, aprovechando que la calle estaba vacía se inclinó y le un rápido beso en los labios—Y a propósito, Brittany está aquí—.

—¿Le advertiste sobre tu madre?—

Santana metió la mano en el coche y saco la última caja, golpeando la puerta con su cadera para cerrarla.—No. Se suponía que estaría fuera todo el día pero su auto se estropeó o algo así—.

—Debiste advertirle antes de que el General Hittler reencarnado en tu madre llegara— Quinn dijo mientras llegaban a la puerta.

—Mi madre no es tan mala—.

—¿No es tan mala?... ¿Santana, recuerdas el Día de Acción de Gracias cuatro años atrás? ¿La única y última vez que me llevaste a la casa de tu madre?— Ella mantuvo la puerta abierta mientras entraba Santana.

—Honestamente no pensé que ella estaba espiándonos—. Santana se sobresaltó ante el recuerdo de cuando su madre entró a la cocina y las encontró dándose un beso apasionado.

—Bien sabes que me culpó por corromperte.— Agregó la rubia de ojos verdes.

—Por supuesto que lo hiciste— Santana dijo con una sonrisa juguetona.—Después de todo, yo era una joven inocente antes de conocerte.—

—De cualquier forma no es realmente la mujer tranquila que recuerdo...¿Cuánto tiempo tenemos antes de que ella llegue?—

—Aproximadamente dos horas— Respondió mientras la observaba con cautela.

—mmm… podemos hacer mucho en dos horas— sugirió la rubia terapeuta mientras se acercaba despacio a la escritora, rodeándola de pronto con sus brazos.

—Oh.. no, no, no!... no sigas por ahí. No con la señorita chimenea aquí— Agregó Santana mientras intentaba zafarse de los brazos de Quinn, sin ejercer mucha fuerza en realidad.

—Prometo no hacer… mmhm… mucho ruido— Quinn recorría con besos el cuello de Santana, haciendo que esta se retorciera por su contacto. Y antes de que pudiera responder instintivamente esta se alejó rápidamente para dirigirse a la cocina, provocando una sonrisa seductora en los labios de Quinn.

—No es muy buena idea Quinnie… Por lo menos no ahora—Se volteó no sin antes guiñarle un ojo a la esbelta mujer.

Dos horas para tener este lugar limpio y listo para la inspección, pensó Santana para sí misma mientras abría el refrigerador y sacaba la jarra de limonada helada para colocarla en la barra de la cocina. Como hacia cada vez que su madre venia de visita, los nervios de Santana estaban al borde. Su padre y ambos abuelos habían sido de las Fuerzas Armadas y a su madre le toco ser la esposa de un oficial muy estricto. Había algo en su mente, un sentimiento que le hacía pensar que algo se le estaba escapando.... algo que su madre tal vez podría notar—¿Se ve todo correctamente?—

—San… todo está perfecto. Los cuadros están derechos, los platos ya están bien colocados, el mantel está bien puesto y planchado. Deja de preocuparte—.

—No lo puedo evitar— ella contestó, apoyándose contra el toque suave de Quinn en sus hombros.—Solo quiero que todo salga perfecto Quinn...prométeme que no empezarás con tus regaños. —

Las manos de Quinn masajeaban amablemente sus hombros.—Tu madre necesita vivir ya en el siglo veintiuno—.

Santana se volteó y deslizó sus brazos alrededor de los hombros de la hermosa rubia.— Quinn, no entiendes. El abuelo López fue un Republicano inquebrantable y mi papá fue tan conservador como él. La idea de ver a su única hija en la cama con otra mujer no fue exactamente una píldora fácil de tragar—. Le dio una pequeña sonrisa. Los padres de Quinn eran las personas más liberales que jamás en su vida haya conocido y fue difícil para su ex-amante aceptar la intolerancia—¿Por favor?—

—El cambio es bueno para el alma, y lo sabes— Quinn agregó por última vez. Santana sabía que ella había ganado y besó la punta de la nariz de su ex-amante.

—Has hablado como una verdadera terapeuta. Haré mi mayor esfuerzo para mantenerla alejada de ti—. Un pensamiento se le vino a la mente—Hablando de terapia— Caminó hacia la puerta de cristal corrediza y la cerró.—Quiero hablar contigo acerca de algo que ocurrió anoche—.

—¿Estas bien?— La preocupación de su ex-novia era evidente y Santana sonrió.

—Estoy bien, cariño… es Brittany, tuvo una pesadilla anoche—.

—¿Hablaste con ella de eso?—

—Lo intenté pero ella no quiso hablar—.

—Si ella no quiere hablar de eso, no puedes presionarla para que lo haga, Santana—.

—No la presioné, pero tal vez tú puedas.... — Santana no terminó de decir la frase pero Quinn no tuvo problema en comprenderla.

—¿Quieres que hable con ella?... San, ella ni siquiera me conoce —.

—¿Pero eso es lo que tú haces, o no?—

—Lo hago por separado y en grupo dando consejos a supervivientes de abuso y maltrato. No interpreto sueños—.

—Por lo que escuché, me dio la impresión de que eso le pasó—. Ella fue bajando su voz, como si se tratase de un tema tabú—Ella gritaba a su padre para que parara y cosas así, en verdad creo que algo así le pasó—.

—Oh—. Ahora Quinn entendía por qué Santana había tocado el tema—¿Cómo se escuchaba ella cuándo hablo contigo después? ¿Estaba asustada, enojada, adormecida? —

—No dijo mucho, simplemente que estaba bien—. Santana hizo una pausa, tratando de recordar más detalles. —Se escuchaba disgustada pero creo que realmente estaba molesta—.

—Podrían ser montones de cosas— dijo Quinn.—Intenta hablar con ella otra vez—. Miró alrededor de la habitación, viendo todo perfectamente organizado como siempre.—Veo que no ha estado por aquí abajo tu compañera de apartamento del infierno—.

—Ella permanecerá en su dormitorio la mayor parte del tiempo—. Miró su reloj de pulsera y sus ojos se ampliaron.—Se está haciendo tarde. Necesito que busques algo que hacer mientras termino de limpiar el piso—. Santana esperaba la discusión usual de que el piso ya estaba lo suficientemente limpio pero Quinn simplemente cogió un vaso con limonada y se dirigió a la sala de estar.


Los pulmones de Brittany inhalaron profundamente antes de colocar los restos del cigarro en el cenicero. Hacia un día bello y abrió la puerta de cristal para dejar que la brisa caliente se filtrarse a través de la habitación. Encima de su tocador, el incienso soltó el perfume de lavanda a todo lo largo del cuarto. No encontrando razón alguna de conocer a la familia de su compañera de apartamento, ella había decidido permanecer en su cuarto y quedar aislada todo el día. Escuchó el sonido apenas perceptible del timbre de la puerta seguido por sonidos de personas intercambiando bienvenidas y entablando conversación. —Oh dios, Parece que el circo ha llegado—. Tenía pensado dejar de fumar antes de que la familia de Santana llegara, pero con cada fumada, su determinación se desvaneció.


—Vaya! y todo esto solo porque me iré a la universidad?. Me graduaré más seguido entonces— Jake dijo mientras miraba la mesa llena de regalos. Dio un paso delante de su hermana para recibir un enorme abrazo de Quinn.—¿Cómo está mi cuñada favorita?—

—Ex-cuñada— ella le recordó—No puedo creer qué alto te has puesto. Recuerdo cuándo solo me llegabas hasta aquí—. Quinn señaló con su mano a la altura de su hombro para mostrarle.

—Algún día tenía que pasar— él contestó. Mirando hacia arriba a la cara del muchacho, Quinn tuvo que admitir que era verdad. No solo en altura, Jake había crecido también en musculatura, sus músculos se le marcaban debajo de la camisa blanca. Su cabello negro demasiado corto hacía contraste con sus cejas, haciéndole parecerse mucho a algún galán de telenovela. Al parecer ya Jake no era el chico de 14 años de edad que se interesaba más por los video juegos que por las chicas.

—Pues aquí tienes grandulón— Quinn dijo cariñosamente.—Ve a ver el pastel que tu hermana compró para ti—. Agarrándolo de su brazo, lo arrastró a la cocina, dejando solas a Santana y su madre.

—No me dijiste que ella estaría aquí— La Señora López le reclamó.
—Quinn y yo aún somos amigas, Mamá— dijo Santana.—Ya no es mi novia, pero seguirá siendo mi mejor amiga.—

—Pues bien— su madre interrumpió, obviamente queriendo cambiar el tema.—Vas a tener que venir a casa para que ayudes a tu hermano a acomodar la computadora—.

—Lo haré, Mamá. ¿Tiene en su cuarto la línea para se pueda conectar a Internet? —

—¿Conectar?— La Señora López frunció el ceño.—Pues tu sabes que yo no sé nada sobre computadoras. Y si, él tiene teléfono en su cuarto. Con el número de chicas que le llaman a diario, me es imposible usarlo a mí de cualquier forma—.

—Hey Mamá, ven a ver esto— Jake la llamó emocionado. Santana y su madre entraron en la cocina.

—Eso luce bien— dijo la Señora López.—¿Lo compraste en la Pastelería de la esquina?

Santana no se molestó en contestar la pregunta de su madre, sabiendo que el lugar en donde compró el pastel había sido en otro lado. Aun así asintió con la cabeza en afirmación.—mmhm—

—Vi hace dos semanas en la reunión de viudas veteranas a la madre de Kitty, ella estaba muy callada en lo referente a su hija. Si me preguntas, pienso que ella está embarazada—. La Señora López recorrió con la mirada a Quinn.—Pero eso es lo que ocurre cuando familias tienen baja moral, supongo—.

—O tal vez están huyendo de sus madres arrogantes— Quinn murmuró muy bajo para que solo Jake pudiera oír. El joven resopló, haciendo una mueca graciosa a Quinn y una mueca curiosa a su madre.

—¿Estas bien?— preguntó la señora López

—Solo me atraganté un poco, Mamá— Él contestó, intentando con dificultad no reírse.

—Te he dicho que comas despacio. Ya hemos hablado de eso, —ella amonestó, sus dedos pasando distraídamente un mueble en busca de polvo. Notando que no había, recompensó a su hija con un asentimiento de cabeza de manera aprobatoria.—¿Ves cómo tu hermana mantiene su casa limpia? No sé por qué tú no puedes mantener tu cuarto un poco decente—.

—Tengo demasiadas cosas en mi cuarto— Él explicó.

—Tu padre nunca habría permitido tal desorden— su madre continuó— A él le gustaba usar un equipaje ligero, guardaba solo lo importante. Nunca sabíamos cuándo sería enviado para otra base y nosotros teníamos que mudarnos rápidamente—.

—Mamá, no nos hemos mudado desde que tenía tres años— dijo Jake.—Aun tienes tapizado mi closet con papel tapiz de vaqueros—.Agregó el joven frunciendo los labios.

—Ese no es el punto, Jake. Simplemente no existe ninguna razón para dejar que se haga desorden—.

Santana decidió que era hora de cambiar de tema.—¿mamá, has visto a la Señora Puckerman últimamente?—

—La vi justo la semana pasada en la Comisaria. Su hijo fue arrestado el año pasado por robar una casa, como sabrás—. Santana abrió su boca para hablar pero su madre no se detenía lo suficiente como para interrumpirla.—Intenté pasar desapercibida de ella pero tiene ojos de águila, tus sabes. Se la pasó sonriendo mientras me contaba sobre su hija, se casó con un corredor de bolsa y tiene dos hijas ya—.

—Me alegro por ella—.

—La hija de Janice Motta tuvo un niñito apenas la semana pasada—.

—No sabía que Sugar se había casado— dijo Santana.

—No se casó. Ella estaba por irse con el hijo del Capitán Flanagan pero cuando él se enteró que ella estaba embarazada, embarcó a su hijo y lo mandó a una sesión de entrenamiento en Arabia Saudita—.

—¿Por qué hizo eso? Siempre creí que Sugar era una chica decente—.

—Si fuera una chica decente, ella no estaría embarazada— La Señora López puntualizó.

—¿Y supongo el muchacho no tuvo nada de culpa verdad?— Quinn preguntó con tono acusador. Santana le dio una mirada de advertencia pero ya era muy tarde. La Señora López aprovechó la ocasión para dar su sermón.

—Hubo un tiempo cuando la mujer conservaba orgullosa su virginidad hasta el matrimonio—.

—Mamá…— Santana trató pero su madre se rehusó a ser callada.

—No Santana. Es hora que alguien salga en defensa de la decencia—. dijo ella.—¿Estas jovencitas de ahora no les importa andar brincando de cama en cama y si se quedan embarazadas, qué más da? Tú y tus amigas feministas han puesto clínicas de aborto en cada esquina—.

—¿Serían las mismas amigas feministas que hicieron posible que las mujeres pudieran tener propiedades y pudieran votar?— Quinn ignoró el rostro de advertencia que le daba Santana.

Santana rodeó con el brazo a Jake y le dio un tirón.—Vamos, hermano. Vayamos a ver qué tan generosa fui con tu tarjeta de graduación—.

—Ah, el dinero... El regalo que siempre es bienvenido, — Él dijo con una sonrisa.

—Espera un minuto— dijo su madre.—Tienes que abrir mi regalo primero o los regalos de tu hermana no tendrán ningún sentido—. La Señora López ignoró el comentario que  Quinn había hecho minutos antes y se dirigió hacia su hijo para que abriese sus regalos.—Y Santana, espero que no lo mimes tanto dándole demasiado dinero—.


Las risas y voces llegaban hasta arriba, demasiado para molestia de Brittany. Ella se había dado por vencida con la televisión y las estaciones de radio fueron también una decepción. La poca cerveza la había hecho sentir cansada pero no quiso pasar todo el santo día durmiendo. —No. Es mejor sentarme aquí encerrada en mi cuarto aislándome de todo eso—, ella pensó mientras alcanzaba su cigarro y su encendedor. El sonido de alguien subiendo las escaleras la hicieron cambiar de opinión. La puerta del cuarto de Santana se abrió y se cerró, escuchando algunos segundos más tarde el sonido de la puerta corrediza abriéndose. Una mujer de cabello rubio salió al balcón y apoyó sus brazos contra el barandal. Era un día bello y brillante, Brittany había dejado sus persianas abiertas, permitiéndole tener una vista del exterior. Por supuesto eso también significaba que cualquiera podía asomarse y poder verla.—Demonios, ¿por qué no había pensado en eso?— la stripper maldijo mentalmente. Era demasiado tarde para hacer cualquier cosa y para su mala suerte la mujer se dio vuelta y la miró.

—Hola— Saludó Quinn.

—Hola— contestó Brittany.

—Soy Quinn Fabray, una de las amigas de Santana.—

— Brittany Pierce. Soy su compañera de apartamento—

—Sí, ella te mencionó — El rostro de la terapeuta era cálido y amigable y la stripper se encontró dejando la comodidad de su cama y salió un momento hacia el balcón.

—Parece que todo mundo está pasando un rato agradable— dijo Brittany mientras apoyaba su cadera contra el barandal.

—Necesitaba descansar de su madre— dijo Quinn. —Así que, Santana me contó que eras una…bailarina, ¿estoy en lo correcto?—

—mmm … sí—. Metió la mano en el bolsillo de su blusa y saco sus cigarrillos y su encendedor. —¿Eres escritora como ella?—

Quinn se rió entre dientes.—Creo que ese tipo de creatividad está más allá de mí. Santana es la de la imaginación. Yo soy terapeuta—.

—¿Una psiquiatra?—

—Bueno, no completamente—. Quinn pensó acerca de lo que Santana le había contado sobre la pesadilla de Brittany —trabajo con personas que han sufrido abuso y maltrato—

Brittany se volteó, mirando el paisaje de árboles que separaban el complejo del lago. —¿Quieres decir que los haces hablar acerca de lo que les pasó?—

—No los hago hablar sobre lo que les pasó. Los dejo hablar de lo que ellos necesiten hablar— Con la cabeza de Brittany inclinada, el pelo rubio largo impidió a Quinn ver su cara.—Algunas veces las personas solo necesitan un lugar donde puedan ir y sentirse seguros de decir toda la verdad sobre lo que les pasó—

—¿Sí? ¿Y en que les ayuda eso a ellos? Eso no hace que lo que pasó desaparezca—.

—No, no hace que desaparezca— dijo Quinn. —Pero en muchos casos hablar acerca de lo que les pasó y aprender a manejar las emociones que los afectan hace la diferencia entre vivir y solo existir—.

Brittany tiró su cigarrillo sobre el barandal y agarró el tirador de la puerta.—Algunas veces es mejor solo existir, Doc— dijo antes de atravesar el umbral hacia su cuarto. Estaba cerrando la puerta pero quedo a medio camino retenida por la mano de Quinn.

—Existir es la salida más fácil— dijo la terapeuta. —Se requiere coraje para superar lo que sucedió y recuperar el control—

—No todo el mundo necesita de una terapia para lograr superarlo— Brittany gruñó.

—Puede que no, pero ayuda—. Quinn soltó el agarre de la puerta y dio un paso atrás.—Eres bienvenida a bajar y unirte a nosotros—.

—No me gustan las cosas familiares. Gusto en conocerte—. Brittany cerró la puerta y tomó el cordón para cerrar las persianas. Segundos más tarde escuchó a Quinn atravesar el cuarto de Santana y bajar las escaleras. —¿Para qué demonios sirve una terapia? No va a cambiar lo que pasó—. Se dejó caer en su cama y abrió el cajón de su mesa de noche. Recordó la petición de Santana de que no fumara mientras las personas estuvieran allí. Suspirando, cerró el cajón y le dio puñetazos a su almohada. Qué desperdicio de una buena tarde de sábado. Encerrada en mi propia habitación. Los recuerdos de los sábados en su infancia llegaron a su mente. Cerrando los ojos, Brittany recordó la época cuando ella y Paty pasaban las horas juntas, jugando o solamente charlando acerca de nada como todas las hermanas lo hacen. Inevitablemente, sin embargo, las escenas felices siempre se veían empañadas gracias a las borracheras de su padre. Lentamente se dejó llevar por el recuerdo de su infancia, llevándola hacía un sueño reparador en la privacidad de su recamara.

—¡Pero que mierda les pasa!— Gritó Él. Brittany brincó debido al sonido de una silla lanzada a través de la cocina.—¿Cuántas veces tengo que ordenarles que mantengan sus malditas bicicletas fuera del camino?— Haciéndose debajo de las mantas, Brittany se llenó de terror en el momento en que lo escuchó subir las escaleras, sus pesados pasos se iban acercando cada vez más y más...

Brittany se levantó de pronto, buscando frenéticamente alrededor al violento hombre que se acercaba para golpearla. —Malditos sueños—. Encendió un cigarrillo y se apoyó contra el cabezal de la cama. —¿Puedes hacer que desaparezcan las pesadillas, Doc?—pensó para si misma.

* * *

Santana permaneció en el portal mientras veía las luces del auto de su hermano encenderse y salir de su estacionamiento—Todo salió bien— dijo mientras cerraba la puerta.

—Ahora recuerdo por qué prefería quedarme a estudiar todas esas noches cuando tu querías ir a visitar a tu madre, — Quinn dijo mientras recogía una taza vacía y la llevaba a la cocina.

—Es definitivamente una ventaja el tenerla viviendo lejos de aquí—

—Te juro que si hubiera escuchado por más tiempo alguna historia de la vida de alguien más, me hubiera lanzado del balcón.—

Quinn se rió y abrió el lavaplatos. Santana le entregó los platos, luego se apoyó contra el mueble mostrador.

—¿Y cómo va ese libro?— Quinn programó el tiempo del lavaplatos y siguió a su ex-amante a la sala de estar.

—Creo que he escrito cerca de 4 oraciones desde la última vez que me preguntaste— Santana suspiró mientras se sentaba sobre el sofá.—No sé qué me pasa. Nunca había tenido un bloqueo así antes—.

Quinn puso su mano sobre el muslo de Santana.—Tal vez te estas presionando mucho. Tomate un descanso, date algunos días, luego regresa e inténtalo—.

—Ya probé eso, Quinn. No trabajé en él—. Pasó sus dedos por su cabello oscuro. —Algunas veces pienso que no me queda una sola pizca de energía creativa en mí—.

—¿Quieres que le eche un vistazo?—

—No— Santana contestó. —Te lo agradezco. Pero ya se me ocurrirá algo para resolverlo —. Santana escuchó un sonido y empezó a ver a Brittany bajando las escaleras. —Hola—. Un codazo sutil hizo que Quinn quitara su mano de la rodilla de Santana.

—Hola—. La rubia miró a Santana y luego a Quinn. —Pensé que todo el mundo se había ido ya. No me percaté que todavía tenías compañía—. Se volvió hacia las escaleras.

—La general Hittler y Jake se fueron hace unos minutos— dijo Quinn, poniéndose de pie yendo hacia donde Brittany estaba parada.—Solamente charlamos. ¿Por qué no te unes a nosotras?—

—Bueno, Yo...—

Santana señaló hacia la silla vacía.—Toma asiento. Debes de estar cansada de estar encerrada en ese cuarto todo el día—.

Brittany dudó, luego asintió la cabeza y se dirigió al asiento indicado.—¿Qué tan malo puede ser? Puedo ser sociable por algunos minutos—. pensó  para sus adentros.

—¿Disfrutó tu hermano la fiesta?—Preguntó de pronto para hacer conversación.

—Sí, mucho—.

—¿Tienes hermanos o hermanas, Britt?— Quinn preguntó sentándose en el sofá.

—Tengo una hermana—.

—Yo soy hija única— la terapeuta de cabello rubio y ojos verdes contestó.—siempre pensé que tener una hermana hubiera sido genial—

—Yo también— Santana estuvo de acuerdo. —Quiero a Jake muchísimo pero en ocasiones pensaba poder tener una hermana para robarle algo de maquillaje—¿Cuánto se llevan tu hermana y tú?—

—Tres años y medio—.

—Ah, bien— dijo Quinn.—Entonces ustedes se criaron juntas.—

—Si— Brittany dijo distante, pensando en su querida hermana.

—¿Y tú eres la mayor o ella?—

—Paty es la mayor—.

Quinn notó la expresión triste en la cara de la otra rubia.—¿Vive ella cerca de aquí?—
Brittany negó con la cabeza.—No. Ella se fue hace mucho tiempo. Perdimos contacto—. Metió la mano en su bolsillo de la blusa para sacar sus cigarrillos, luego recordó la regla de Santana y se conformó tomando una zanahoria de la bandeja.

—No puedo imaginar perder el contacto con Jake— dijo Santana.—¿Tuvieron una pelea o algo?—

—Ella se escapó cuando yo tenía catorce años. No la he visto y tampoco he sabido nada de ella desde entonces—. Las emociones se estaban formando dentro de Brittany y sintió que se le formaba un nudo en la garganta.—¿Por dónde dijiste que estaba la licorera?— Ella le preguntó a Santana.

—Ve a la avenida principal y dobla a la derecha.—

—De hecho...— dijo Quinn mientras se ponía de pie —Tengo que irme ya y justo voy en esa dirección. ¿Quieres que te lleve?—

—Pensé que te quedarías esta noche— Santana dijo con una pregunta en su voz.

—Lo siento, cariño. Tengo que encontrarme con una cliente a primera hora por la mañana.—.Se puso de pie y tomo su bolso. Santana se levantó también.

—Bien. Te llamare la próxima semana—.Santana las acompañó hasta la entrada.

—Ok—.

Hola me encanta tu fic,
Que malo que britt no confié en las terapeutas, pero creo que con solo confesar que tenía una hermana ya es un paso..
Otra pregunta cuando le dirá santana a britt que es gay
Espero la actu, no te tardes que me encanta,

Quiero que ayuden q Britt por favor!!!
SAludos

Oww muy bueno
Pero tan imprudente mi novia quinn , presiento que eso que dijo al final tiene un consecutivo de que quiere saber y ayudar a Britt. No voy a saber si es tan hermosa ml amor jaja okey ya.

Por otra parte me gusta como se llevan las ex 8) jaja se ven lindas, aún que estuvo sospechoso lo de que quitara la mano de su rodilla jaja xD me gusto eso!


En fin , espero tu actualización


Saludos

Una vez fuera, Brittany encendió un cigarrillo, el humo gris formó una nube cerca de su cara.

—Eso es malo para tu salud, ¿sabías?—

—Ya lo he escuchado antes— contestó, dando otra inhalación.—¿Supongo que tú tampoco permites fumar en tu auto?—

—De hecho es un auto prestado mientras el mío está en la agencia pero yo siempre he encontrado que el cenicero hace una gran función para tirar toda esa ceniza—

—Seguramente— Brittany susurró, aspirando tanto humo como podía para después lanzar el humo fuera, tirando el resto del cigarro al percatarse que la otra rubia no le permitiría fumar dentro de su auto —¿Tú no eres una fanática de la salud como Santana?—

Quinn se rió y quitó los seguros de las puertas del auto—No estoy tan obsesionada como ella. Yo disfruto de una buena hamburguesa y papas de vez en cuando—. Entraron al auto y con una vuelta de la llave el motor encendió. Echó en reversa y lo sacó del estacionamiento, se dirigió calle abajo para tomar la curva hacia la avenida principal.—¿Y eres de por aquí?—

—Milton— Brittany contestó.—Esta a una hora por la carretera de peaje—.

—Sé dónde está. Es un pueblo industrial grande—.

—De grande no tiene nada— la rubia stripper dijo cortante.—Milton es un pueblo insignificante lleno de personas insignificantes—.

—¿Tu familia aún vive ahí?—

—No lo sé, no he hablado con ellos desde que me mudé.—

Quinn asintió con la cabeza, nunca quitando la vista del camino.—¿Cuántos años tenías cuando escapaste?—

El corazón de Brittany dio un brinco.—¿Eres psíquica o algo por el estilo, Doc?—

—Te dije que soy terapeuta—. Bajó la velocidad del coche mientras se acercaban a un semáforo. —Soy perceptiva. Es una habilidad necesaria cuando tratas con personas que no son siempre abiertas con sus sentimientos—.

—¿Sí? ¿Y que más te dice tu percepción de mí?— Brittany se cruzó de brazos defensivamente.

Quinn la miró, y comenzó a avanzar de nuevo cuando el tráfico comenzó a moverse.—Tu respuesta me dice que estoy en lo correcto acerca de que escapaste de tu casa—.

—Lo hice tan pronto como pude— dijo Brittany.—Un poco más de un año después que Paty—.

—¿De la casa que escapó tu hermana cuando tú tenías 14 años, escapaste tu después cuando tenías 15 años?—

—Ahí está la percepción de nuevo— se asomó por la ventana.—Intenté escapar con ella pero me atraparon. Lo intente tres veces más antes de que tuviera éxito.—

—Debió haber sido muy difícil para ti tratar de escapar tantas veces—

—¿Aquí es donde me dices que todos mis problemas son debido a mi jodida y amargada infancia?—Ella señaló la licorería.—No necesito terapia para saber eso— Brittany abrió la puerta antes de que el coche se hubiera parado por completo. —Gracias por el paseo, Doc—. Salió y cerró la puerta, sin darle oportunidad a Quinn de responder.


Las calles estaban desiertas excepto por uno que otro auto ocasional, dándole a Brittany la libertad para beber de la botella mientras caminaba. Para cuando el complejo de apartamentos se alcanzó a ver, ya iba caminando balanceándose totalmente ebria y la tercera parte de la botella había sido vaciada. Cuando iba acercándose al edificio Brittany se dio cuenta que había olvidado tomar las llaves cuando salió.—Mierda. La Señorita Perfecta me dará un sermón con seguridad—. Se llevó la botella a los labios y tomó un gran trago, estremeciéndose cuando el líquido caliente se abrió paso por su garganta. Usó la manga de su chaqueta para limpiarse la boca antes de alcanzar el timbre de la puerta. Su cabeza sentía el efecto del whisky y lo único que quería hacer era acostarse.—Demonios, abre la maldita puerta, Santana—. Brittany presionó el timbre de nuevo, golpeando rápidamente después la puerta con el puño. Apoyó su frente contra el marco. No había comido nada más que un par de zanahorias en todo el día y su organismo rápidamente comenzó a reaccionar diciéndole que había excedido sus límites.—Oh mierda—  susurró, sintiendo su estómago mal otra vez. Presionó el timbre de la puerta repetidamente hasta que escuchó a Santana abrir la puerta. —¡Permiso!— Empujó a la mujer pelinegra que estaba sorprendida fuera de su camino. Brittany se fue tambaleando hasta el baño, apenas levantando el asiento del inodoro antes de que su estómago devolviera todo su contenido.

Santana cerró la puerta del exterior y negó con la cabeza cuando escuchó a su compañera de apartamento vomitando en el baño

—¿Brittany? ¿Te encuentras bien?— Recibió un sonido nauseabundo como respuesta y gimió interiormente.—Veo que encontraste la licorería. Hay toallas en el armario para que te limpies—.

—mmhm... o…ok—

Santana entró en la cocina y llenó un vaso de agua. Escuchó el sonido del inodoro seguido por el sonido del grifo abriéndose. Minutos más tarde una Brittany más compuesta salió del baño.

—Gracias— dijo ella, tomando el vaso que le ofrecía.

—¿Te sientes mejor?—

Brittany asintió con la cabeza.—Un poquito—.

—Deberías comer algo. Eso calmará tu estómago—.

La rubia recordó las tres cenas para microondas que había en el refrigerador y negó con la cabeza.—No… estaré bien.—

—Escoge tú misma—. Santana abrió el refrigerador y miró con atención adentro.—Tengo algunas sobras de la fiesta. No es mucho, solo algunos emparedados y algo de verduras—. Ella agarró el plato de emparedados y lo levantó para que Brittany lo mirara.—Hay ensalada de huevo, jamón y queso— Brittany miró interrogativamente los triángulos perfectamente cortados.—mhmm … creo que te caerán bien— dijo Santana. Le pasó el plato a Brittany.—Escoge lo que quieras. Aparte de la ensalada de huevo, ya no comeré nada de eso—. Después de tomar un tazón de ensalada para ella, Santana agarró una botella de aderezo y usó su cadera para cerrar la puerta del refrigerador. Le indicó a Brittany con la cabeza para que fueran a la sala de estar. A regañadientes la rubia la siguió saliendo de la cocina.

Santana se acomodó en el sofá mientras Brittany tomó asiento en el reclinable. Un silencio embarazoso se formó debido a que no sabían que decir la una ni la otra. Brittany mordió su emparedado.
—¿Qué tal esta?— preguntó Santana.

—Bien—. Ella dio otro mordisco, su estómago aprecio la comida saludable para variar. Dándose cuenta de que no pudo rehusar la comida de su compañera y poder irse a su dormitorio, Brittany se resignó a ser al menos algo sociable.—Y dime, sé que solo estuvieron aquí tu madre y tu hermano, ¿dónde está tu padre?—

—Él murió hace siete años—. Viendo que Brittany se abría un poco debido a la pregunta que le había hecho, Santana pregunto —¿Qué hay de ti? Dijiste que tenías una hermana mayor. ¿Qué hay de tus padres?—

Brittany dio otro mordisco a su emparedado y se encogió de hombros.—Lo último que supe fue que ambos aun vivían y estaban dándose la gran vida en algún lugar de la ciudad—.

—¿No hablas con ellos?—

—No—. Ella escogió algunos de los emparedados en forma de triángulo del plato que parecían ser de ensalada de pollo.—No he hablado con ellos desde el día que me salí de allí—. Comió un bocado e hizo una mueca.—¿uf, qué es esto?—

—¿Me creerías si te dijera que no tengo idea?—

—Seguro—. La stripper miró alrededor y divisó la bolsa de papel que cubría la botella que estaba sobre el mueble mostrador. El cosquilleo por beber comenzaba de nuevo. —Bien, si vas a seguir charlando, será mejor que tomes algo—. Pensó Brittany para sí. Se puso de pie y fue hacia la cocina, regresando momentos más tarde con un vaso lleno con hielo, una botella de cola y el whisky.
Acababa de sentarse cuando Santana decidió reanudar la conversación.

—¿Y bien, por qué no estás en contacto con ellos?—

Pareciéndole una pregunta inesperada, Brittany dudó un poco mirando a su compañera de apartamento.—Es muy largo de contar.—

— Soy buena escuchando—.

El silencio comenzó a reinar mientras Brittany luchaba contra una guerra interior. No digas nada. Las palabras hicieron eco repetidas veces en su mente. Nadie lo creería de cualquier manera. Brittany pensó, y luego contestó, —Solo puedo decirte que no fue una época feliz en mi vida—. Tomó el vaso y el whisky, vaciando hasta que el líquido llenó más de la mitad del vaso. Agrego la adecuada cantidad de soda sólo para teñir un poco la bebida, luego se echó para atrás en el asiento reclinable.

—¿Tus pesadillas se deben a eso?—Preguntó Santana con interés

—¿Quieres la versión corta?— Su voz estaba llena de enojo.—Mi padre era un imbécil y mi madre era una cobarde  que le importaba más lo que los vecinos pensaran, que sus niñas—. El vaso fue a sus labios otra vez.

—¿Es por eso que tu hermana se escapó?—

—¿Se te ocurre una mejor razón?— Normalmente Brittany habría dado por terminada la conversación a estas alturas pero el alcohol estaba haciendo un buen trabajo de mantener su defensa baja.—A mí me tomo un año más—.

Santana arrugó su frente como si estuviera haciendo cálculos matemáticos. —Tú mencionaste antes que tu hermana se escapó cuando tenías 14 años. ¿Tenías tan solo 15 años cuando escapaste tu?—

—Quince y medio, realmente. No es la mejor edad para andar fuera en las calles pero qué diablos. Fue mejor que estar con ellos, — dijo mientras mantenía su mirada fija sobre la mesita de café.

—¿No hubo alguien a quien pudieras recurrir? ¿Una tía, un maestro?—

Brittany dio un suspiró burlón y tomó de su bebida.—En una ocasión Paty le contó a una maestra lo que estaba pasando. Ella mandó llamar a nuestra madre.— Su rostro se tornó duro y tomo la botella de whisky.—Adivina a quien se lo contó todo—

—¿A tu padre?—

La stripper asintió con la cabeza. —Él golpeó a Paty sin piedad. ¿Crees que sería tan estúpida como para decirle a alguien más?— Ella negó con la cabeza e hizo otra bebida. En alguna parte en la mente borracha de Brittany se dio cuenta que estaba haciendo exactamente eso ahora. Le estaba contando a su compañera de apartamento, una mujer que apenas conocía. Esta vez ella no perdió el tiempo con la soda, bebiendo el whisky directamente.—¿Apuesto que los personajes de tus historias no han tenido tan oscuros pasados, eh?—

—mmm, No … No usualmente—

—Por supuesto que no—. El líquido se derramó alrededor de su vaso cuando gesticuló con las manos.—Esto es normal para ti. Una casa agradable, un bonito auto, una familia que te ama… … yo nunca tuve eso—. El deseo por un cigarrillo aumentaba así como también el deseo de beber aún más. Tiró ligeramente de su blusa.—Creo que voy a cambiarme de ropa y relajarme un rato en el balcón—.

—Creo que hoy está la noche cálida. —Santana se puso de pie y tomó el vaso de Brittany.—Voy por más hielo y te veo arriba—.

¿Te veo arriba?, Demonios pensó Brittany. No hubo buena excusa para rechazar la compañía de Santana ya que dijo que estaría en el balcón. Recogió la botella de whisky y se dirigió hacia las escaleras, dispuesta a fumarse un buen cigarro antes de que su compañera se le uniese fuera.


Brittany se estaba subiendo sus pantalones cortos cuando escuchó a Santana subiendo las escaleras. —Diablos, eres rápida— pensó mientras se subía la cremallera y caminaba hacia la mesita de noche, tomó su botella, sus cigarrillos, y su cenicero, y salió al balcón unos segundos antes de que llegara Santana.

—Oh bien— Santana dijo cuando vio el cenicero.—No estaba segura de que tuvieras uno, especialmente cuando vi todas esas colillas en el suelo—.

—Usualmente no se me ocurre traerlo aquí fuera conmigo—. Brittany se sentó en la silla blanca de plástico y tomó el vaso que Santana subió para ella.—Me imaginé que te daría un ataque si me vieras tirando la ceniza sobre el piso—

—Te imaginaste bien— la mujer de cabello negro contestó.—Me tomo 15 minutos recoger todo eso esta mañana—

—Ok, ya no los tiraré más—. Ella encendió un cigarrillo y tomó su botella.

—¿Trabajarás mañana?—

—Si, me he tomado últimamente libre varias noches más de las que puedo permitirme—Brittany miró hacia los contornos oscurecidos de los árboles que mostraba el anochecer.—¿Alguna vez has escuchado al búho?—

—¿Oh, te refieres a George?... Si, lo escuchó por las noches algunas veces cuando me acuesto tarde escribiendo—. Santana miró hacia fuera igualmente, como si ella pudiese divisar al pájaro escondiéndose entre las hojas.

—Había un búho que vivía entre los árboles cerca del trailer park— dijo la mujer rubia, tomando un trago entre sus palabras. —En la noche algunas veces lo escuchaba. Solía quedarme despierta preguntándome a quien estaría buscando—

—Al amor de su vida, me gustaría imaginar— dijo Santana. —¿Acaso no es lo que todos estamos buscando?—

—Más bien alguien con dinero— dijo Brittany, levantando sus cejas cuando escuchó a su compañera reír.—¿Qué?—

—¿No tienes ni una pizca de romántica en todo tu ser verdad?—

—No creo en cuentos de hadas—. Se llevó el vaso a los labios.—La vida no es como un buen whisky—

—No, no lo es— Santana estuvo de acuerdo.— La vida es lo que tú haces de ella—.

—Más bien eres lo que la vida hace de ti— la stripper contestó agriamente, contemplando su cigarrillo.

—La gran ventaja de ser adulto es que eres libre de hacer tus propias elecciones— dijo Santana, recorriendo la mirada mientras observaba a Brittany reducir considerablemente su bebida y tomando la botella con el poco whisky que quedaba. —Cuando estaba en la universidad mis padres esperaban que yo fuera profesora. Me sentía tan miserable estudiando todo el tiempo cuando lo único que yo quería era escribir historias—.

—¿Así que tienes un título?—

Santana asintió —Nunca lo he usado. Dudo que aun pueda obtener certificación del Estado a estas alturas—.

—Por lo menos tienes estudios que puedes aprovechar—. Apagó el cigarrillo y tomó un sorbo de su bebida.

—Bueno, tú tienes una habilidad, Brittany. Estas en buena forma y bailas—. Una imagen breve de su compañera en el club nocturno, semidesnuda moviéndose alrededor del tubo central, vino a la mente de Santana—Creo que andan buscando a un instructor de aerobics en el gimnasio House of Fitness —. Era difícil distinguir los rasgos de la mujer rubia por la oscuridad de la tarde cayendo, pero notó que apretaba con fuerza la mandíbula y tenía los nudillos blancos de apretar con fuerza el vaso.—¿Brittany? ¿Pasa algo malo?—

—No soy instructora de aerobics—

—No es necesario que seas... — Santana se detuvo ante el movimiento que hizo Brittany con su mano.

—No soy exactamente lo que ellos están buscando— dijo con enojo. —Olvídalo Santana. No entenderías—. Tomo más de su bebida.

—Pero... —

¡—No soy una bailarina!— Sus pies, que habían estado descansando sobre el barandal, bajaron coléricamente al piso de cubierta de madera. El movimiento repentino causó que derramara whisky fuera del vaso, pero a Brittany no le importó. Giró su rostro hacia la escritora—Soy una stripper, Santana. ¡Me quito la ropa por dinero!— Se inclinó hacia adelante, sus facciones eran duras.—Estoy apenas a un paso por encima de una puta—

—Lo sé— dijo Santana calmadamente.—Quiero decir... sé que eres una stripper—. Brittany parpadeó con sorpresa, parte de su enojo desvaneciéndose. La mujer de cabello negro continuó—Uno de los personajes de mi reciente historia se relaciona sentimentalmente con una stripper y una noche fui al Tom Cat Club para documentarme y tomar notas—. Santana se encogió de hombros ante la mirada interrogativa.—Supuse que me lo contarías algún día cuando te sintieras lista—.
¿Le digo de lo mío ahora? Santana pensó para sí —mmhm … Tú no eres la única que guarda secretos—.

—No hay problema. Tu vida no es de mi incumbencia—.

—Puede que no, pero si vas a continuar viviendo aquí, debes saberlo—. Santana aspiró profundamente. A pesar de que ya habían pasado varios años desde que se había abierto con respecto a su preferencia sexual, aun sentía un poco de miedo a ser rechazada.—Quinn no fue solo mi antigua compañera de apartamento… Nosotras... nosotras fuimos novias—.

—¿Eres…?—

—Sí… Soy gay— Santana se erizó.—Quinn y yo fuimos amantes durante casi tres años—.

—Oh— Brittany dijo quedamente —No sé qué decir. No lo habría adivinado. Es decir, ninguna de las dos parece … —

—¿Lesbianas?— La escritora terminó.—Te tengo noticias, Señorita Pierce, no todas las personas gay parecemos serlo—.

—No quise decir…— Brittany comenzó, luego se detuvo cuando se percató que eso era exactamente lo que quiso decir.—Creo que no imaginé realmente que ustedes fueran…—Un poco avergonzada, se recostó en su asiento y clavó los ojos en las siluetas de los árboles.
Los segundos pasaron convirtiéndose en minutos embarazosos, ninguna estaba segura de que decir la una a la otra. Finalmente Santana no pudo continuar más con el silencio.

—Es una noche agradable—. Brittany gruñó la respuesta, obligando a la escritora a hacer otro intento. —Apuesto a que las estrellas se verán bonitas—.

—Las estrellas son aburridas.—

—Veo que recuerdas como hablar. Creí que se te había olvidado como hacerlo— Santana bromeó, ganándose una mirada de reojo.

—He conocido a algunas lesbianas antes— dijo Brittany, devolviendo su mirada al vaso medio lleno.—Una amiga tiene una prima que lo es—. Hizo una pausa, luego se encogió de hombros. —No me molesta—.

—Bien—. Santana colocó un mechón de su cabello negro detrás de su oreja.—odiaba pensar que algo como esto se interpusiera en nuestra convivencia—. Se rió entre dientes.
—Después de todo, ya tenemos suficiente con otras cosas—.

—¿Cómo cuáles?— Ahora la atención de Brittany se enfocó más en la conversación que en su bebida. El vaso que parecía estar pegado a su mano fue colocado sobre la mesa.

—Nada—.

—No lo habrías mencionado sino hubiera realmente algo—. La rubia estaba inclinada hacia ella. —¿Qué? ¿Hay algo que hago que te moleste? Al menos que sean los cigarrillos y el alcohol, ¿es eso?—

Santana dudó antes de contestar.—¿Qué mosca te picó como para haber comprado una cortina transparente para la ducha?—

—Es mejor que la cosa floreada azul que tú tenías— Brittany se defendió.—Lo transparente hace que se vea todo más claro—.

Santana decidió correr el riesgo y bromear con la joven mujer.—¿Acaso necesitas ver lo que estás haciendo en el baño? ¿Acaso no sabes dónde tienes cada cosa?—

—Jódete— la stripper dijo en broma, su sonrisa aumentó.—Tú necesitas un estante entero solo para poner tu champú, acondicionador, el enjuague y Dios Sabe que más tienes en esas botellas—. Ella trató distraídamente de alcanzar su vaso. —¿Cuántas horas pasas allí dentro?— Tomó un sorbo de su bebida.—Yo solo entro, hago lo que tengo que hacer y salgo. Sin tanto enredo y sin tanto relajo—. Trató de alcanzar sus cigarrillos deteniéndose por el sonido que emitió su celular. Sosteniéndolo frente a ella, Brittany tocó la pantalla para silenciarlo y miró el número desplegado.—Mierda. Necesito usar el teléfono. No puedo llamar desde mi móvil—.

—Adelante. Después de todo, tú pagas la mitad del recibo telefónico—. Santana señaló con su pulgar hacia la puerta de su cuarto.—Hay un teléfono al lado de la cama—.

—Gracias—.

Santana se reclinó y se terminó su té helado en silencio escuchando partes de la conversación telefónica de Brittany. Santana dedujo que era alguien del Tom Cat Club buscando a la rubia para que fuera a trabajar. Brittany le gritó a la persona en el otro extremo del teléfono y al final le dijo que estaría allí tan pronto como pudiera. Colgó el teléfono y regresó al balcón.

—Tengo que ir a trabajar. Una de las chicas se torció el tobillo. ¿Dónde tienes la guía telefónica?—

Santana se puso de pie.—Yo te llevo si quieres—.

— No, no tienes que hacer eso. Llamaré a un taxi—.

—En verdad, no es un problema. Necesito comprar algo de leche para el café de mañana de cualquier manera. Justamente pararé en el cajero que esta sobre la avenida catorce—

—¿Estas segura?—

—Sí. Solo deja que me ponga unos jeans y estaré contigo en un momento—.

pobre Britt, en verdad veo super dificil derribar esa muralla que ha levantado entre ella y el mundo!

Hola.
Me a encantado la historia, ya quiero ver como la "señorita perfeccion" se enamora de "la Sstriptease", Dicen que polos opuestos se atraen jajaja
Esperare la actualización.
Adiós Cuídate. : )

Buenisimoo, aunque super penita por Britt .. Ojala que San la ayude .. no demores en actualizar :D

Creí que Britt se tomaría mal eso de que San ya sabía donde trabajaba, que bueno que no fue así. Poco a poco van abriéndose más, esperemos que Britt pueda llegar a confiar en San, por lo pronto al menos se ve que las dos están haciendo lo posible para llevarse bien.

Muy buen capítulo, estaré pendiente de actualizaciones, saludos y suerte!

Hola
al fin han tenido una conversación!!!
Me encanta esta historia
Espero la actu
Xoxo

Awww por fin practicaron más <3
Presiento q todo va ir mejor


Espero la actualización

Saludos

Pd. Quinn es un amor <3_<3

hola,....

me encanto el capitulo!!!!!!!
al fin pueden habar y poder contar cada una lo que le pasa!!!!!!
a ver como van transcurriendo las cosas y se van modificando una a la otra!!!

nos vemos!!!!!

LU!!!!

me tiene atrapada tu historia, me gusta que santana y britt estén hablando mas. gracias por escribir

Después de quitar el seguro automático de las puertas, Santana fue hacia su lado y entró en su mercedes negro. Se colocó el cinturón de seguridad y dio una mirada a su pasajera para que se lo pusiera, Brittany puso sus ojos en blanco y se colocó su cinturón de seguridad.

—¿Necesitas que te traiga de regreso cuando hayas terminado?— Santana preguntó al echar a andar el auto.

— Naa, conseguiré que Gunther o una de las chicas me traigan a casa. No hay problema—.

—Ok—.Santana  puso el auto en marcha por la avenida principal.

—Bonito auto— Brittany comentó, mirando el tablero pulcramente brillante y los botones de la consola.—¿tienes reproductor de cd's?—

—Sí, claro—. Sin mirar, Santana busco por detrás del asiento del pasajero y tomó un estuche lleno de discos.—dudo que haya alguno que te guste—.

Brittany tomó el estuche y miró los títulos, la sonrisa en su cara iba aumentando.—¿Los mejores éxitos de Paul McCartney? ¿Abba? ¿Alanis Morissette? ¿Acaso te quedaste atascada en los setenta?—

—En los años setenta y los años ochenta, en realidad. Me gusta esa música—.

Brittany cerró el estuche y lo puso en la parte trasera.—No tendrás que preocuparte por mí por pedirte prestado cualquiera de tus CD's, eso tenlo por seguro—.

—Mejor para mí— Respondió Santana con una sonrisa —Santana dirigió el mercedes por la carretera y aumento la velocidad.—¿A qué hora terminas de trabajar?—

—La última función es a la medianoche. Usualmente salgo de allí alrededor de las dos o un poco más tarde, no te preocupes por eso. Conseguiré que alguien me lleve a casa—. Sacó un cigarrillo de su paquete y comenzó a bajar la ventanilla.

—No permito fumar en mi auto—.

—¿Aun con la ventana abajo? Se saldrá todo el humo—.

—No se sale del todo—.

—Está bien— Brittany dijo molesta metiendo el cigarrillo de vuelta en el paquete.—¿supongo que si busco una estación decente en la radio esta fuera de discusión?—
Sonriendo en la oscuridad, Santana prendió la señal direccional y entró por una calle.—Mientras no encuentres una estación de radio que amenace con volar mis altavoces me parece bien—.

La radio quedó completamente descartada.

* * *

—No puedo creer que este todo lleno esta noche. Pensaría que es sábado o algo parecido—.

—Realmente no puedes quejarte, Mónica. Mientras más clientes más dinero—. Brittany observó su reflejo en el espejo mientras ajustaba el top de su traje. —Demonios, ya aumente de peso o estos trajes se encogen—.

—Pues no hay mucho de donde escoger para empezar— la otra mujer contestó.—¿Por qué no te pones el traje de leopardo?—

— Uff, odio ese traje. ¿Alguna vez te lo has puesto?—

—Pues es mejor que aquel—. La stripper pelirroja señaló un traje negro de cuero colgado en el porta trajes.

—Preferiría usar ese en lugar del traje de leopardo—. Dándole la espalda al espejo, Brittany tomó sus guantes largos y comenzó a ponérselos rápidamente.—Espero que no dejen a Charlie poner la música esta noche—.

—Oh, déjame contarte, amiga. Él lo hizo anoche y no mezclaba bien las canciones. Angel y yo estábamos listas para matarlo—.

—¿Por qué dejan que un perdedor como ese maneje la cabina cuando a Jhon no le toca trabajar?—

—Porque cobra poco, Britt. Y mientras Gunther administre el lugar, vamos a continuar trabajando con idiotas como ese—.

—Dímelo a mí— Brittany estuvo de acuerdo.—Gunther me dijo que llevara mi coche con un pervertido amigo de él y esa cosa se me volvió a descomponer—. Prendió un cigarrillo y se apoyó contra la mesa de maquillaje.—Te juro que si no necesitara tanto el trabajo... —

—Bueno, yo no estoy aquí para divertirme tampoco, Britt. ¿Tienes otro de esos?— Mónica preguntó, señalando el cigarrillo.—Gracias, tenía la intención de comprar unos de camino aquí pero se me hizo tarde—.

—No hay problema—.

—De cualquier manera…— la pelirroja hizo una pausa el tiempo suficiente como para exhalar el humo, miro alrededor. —No puedo continuar haciendo esto noche tras noche. No le digas nada a Gunther. No quiero que nadie se entere hasta estar segura de conseguir ese otro trabajo que es bastante decente—.

—¿Otro trabajo, haciendo qué?—

—Hay un trabajo disponible en la oficina donde mi primo trabaja. No es mucho, solo es archivar y contestar el teléfono pero eso es mejor que esto—. Mónica dio otra inhalación.—Admitámoslo, aún no he conseguido a ningún hombre joven y atento que haya entrado por esa puerta—.

—La única cosa que entra por esa puerta son hombres viejos y aborrecibles. Los hombres buenos no entran a lugares como este— Brittany contestó antes de volverse al espejo y tomar el cepillo para acomodar su cabello.—Si no fuera por el dinero ninguna de nosotras estaría aquí. Este trabajo harta—. Un fuerte golpe en la puerta acabó su conversación.

—Vamos señoritas—. La voz de Gunther sonó fuerte a través de la puerta cerrada.—Dos minutos—.

Pasando el cepillo por su pelo una última vez, Brittany hizo un chequeo final en el espejo antes voltear con Mónica.

—¿Estas lista?—

—Tan lista como siempre— contestó, se sorprendió ante la pregunta que comenzó a llegar a su mente. ¿Cuánto tiempo más continuaré haciendo esto? Se preguntó. Mientras los hombres estén dispuestos a pagar por verme, la pregunta fue contestada en silencio. —O tal vez no— ella dijo entre dientes.

—¿Qué?— Mónica preguntó.

—Nada. Vamos a darle a los niños con que entretenerse—. Abrió la puerta para encontrarse a Gunther rodeado de una nube de humo de cigarro, quien las condujo rápidamente al escenario.


* * *


Brittany estaba caminado por su cuarto, recogiendo su ropa sucia y metiéndola en el cesto. Con la mayor parte de sus pertenencias destruidas por el fuego, la necesidad de estar lavando su poca ropa muy seguido era normal. Bajó la escalera y se encontró una canasta de ropa de Santana encima de la lavadora.—Hmm, debió lavarla anoche.— Moviendo la canasta de la parte superior de la secadora, abrió la tapa y comenzó a rellenar la lavadora hasta el tope de ropa. Puso el detergente y la puso a andar. Después de tomar el periódico se hizo una taza de café y fue a la terraza mientras se lavaba la ropa para después meterla en la secadora.

Algunos minutos más tarde Santana bajó la escalera—¿Britt, viste mi ropa que estaba encima de la lavadora?—

—¿La ropa limpia?— Colocó sobre suelo el periódico. —Si. La puse sobre la secadora—.

—No está limpia— la escritora corrigió.—iba a darme una ducha antes de echarla a la lavadora—.

—¿Qué quieres decir?— Confusa, Brittany se levantó y caminó hacia el área de lavado.—Toda la ropa estaba doblada.—

—Siempre doblo mi ropa—.

—¿Doblas tu ropa sucia?— Brittany negó con la cabeza con incredulidad. —Debí haberlo sabido. Si alguien dobla su ropa sucia en este mundo, esa eres tú. No me sorprendería que la plancharas también—.

—Sólo cuando estoy de buen humor— Santana bromeó, tomando una taza para el café.—Si ves que esta una canasta de ropa encima de la lavadora, quiere decir que está sucia. Te lo digo para que lo sepas en un futuro—.

—Muy bien. Aun si se ve limpia, está sucia—. La miro y notó la ropa que vestía Santana, una camisa azul claro de béisbol y pantalones blancos con una franja azul que le hacía juego. Miro hacia abajo y vio los calcetines blancos de béisbol también —¿Por qué estas vestida así?—

—Estoy en un equipo del softbol. Quinn estará aquí en algunos minutos para recogerme—.

—¿Tu juegas softbol? De alguna manera no te puedo imaginar ensuciándote toda cuando te deslizas a las bases—.

—Normalmente no me deslizo y sí, juego softbol. Nuestro equipo se llama Airhearts de Ameilia. Nos patrocina el Bar de Ameilia y pensó que era un buen juego de palabras. Es divertido y es una buena oportunidad de reunirme con mis amigas—. Santana se sirvió una taza de café. —¿Juegas algún deporte?—

Brittany rió. —No he jugado a la pelota desde que era una niña y desde entonces supe que era un asco jugando—.

—Ah, solo necesitas práctica. Si no tienes planes hoy, puedes ir con nosotras—.

—Gracias pero no. Acalorarme y sudar golpeando una pelota no es mi idea de pasar un buen rato—.

Santana se encogió de hombros.—Como quieras. ¿Recogiste el periódico esta mañana? —

—Sip, está fuera en la terraza—.

—¿En cuántos pedazos?—

—Ja! Que graciosa— dijo Brittany. —Tomate tu café. Me voy a dar un baño—.

—Si termina esto de lavar, lo pondré en la secadora por ti—.prosiguió Santana


* * *

Brittany bajaba las escaleras después de haber tomar un baño y se encontró con Quinn que ya había llegado, vestía un uniforme como el de Santana.

—Oh, hola Brittany— dijo la terapeuta con una sonrisa. —¿Cómo estás?—

—Bien—.

—Hey Quinnie, será mejor que nos vayamos ya— Dijo Santana, recogiendo sus abrazaderas y su guante.

—¿Te gustaría venir?— Quinn ofreció a Brittany.—Jugaremos contra el equipo de las Halcones—.

—Naa—.

—Vamos, será divertido— ofreció otra vez. —Podrás observar a Babe Ruth sacar la pelota fuera del campo unas doce veces—. Señaló con su pulgar a Santana que le devolvió la mirada con los ojos entornados.

—No, de verdad, yo... —

—¿Qué estarás haciendo hoy que sea más divertido que convivir con un montón de adorables y divertidas personas y tomar algo de aire fresco?— Brittany se movió nerviosamente y miró hacia el cuarto de lavado. Quinn siguió su mirada y negó con la cabeza.—No. Quedarse a lavar la ropa no es tan divertido—. Tomó el brazo de la rubia bailarina y tiró fuerte de ella.—Vámonos—.


Brittany paró repentinamente cuando vio el auto de Quinn.—¿Ese es tu auto?—

—Sí... ¿Que tiene?—.

—Vaya!— Ella caminó más cerca del auto color blanco perlado.—Lo más cerca que llegué a ver uno de estos, fue en alguna revista.

—Me lo han entregado hace pocos días—.

—Debes sentirte orgullosa manejando un bmw descapotable— dijo Brittany, aun mirando sorpresiva el flamante auto deportivo de la terapeuta. Miro hacia Santana quien estaba mirándola con una sonrisa divertida.

—Es un auto perfectamente seguro— Quinn dijo, caminando hacia el lado del conductor.

—Excepto cuando no estas de buen humor— dijo Santana, entrando en el asiento del pasajero, delante de Brittany. Se volteó en su asiento para mirar a su compañera.—Ella confunde esta “Cosa” con un auto de carreras de vez en cuando—.

— No comiences Santana — dijo Quinn, deslizándose en el asiento del conductor y metiendo la llave en el encendido.—No soy la única en el mundo con  infracciones por exceso de velocidad—.

—No hay problema— aseguró Brittany, buscando el cinturón de seguridad. Tuvo que escarbar nerviosamente en el asiento trasero para encontrarlo y cerrar los dos extremos. Santana miró divertida lo que estaba haciendo Brittany y sonrió burlonamente.

—Si, no hay problema—.Replicó Santana divertida

—¿Saben? Ustedes dos se pueden ir caminando si no les gusta como conduzco—. Hizo una pausa lo suficiente para echar un vistazo al tráfico y salir rápidamente hacia la avenida.
Brittany no pudo evitar esconder una sonrisa al escuchar las bromas que se tiraban.


Mientras se dirigían al campo de juego Brittany desde el asiento trasero, escuchaba los chismes, la multitud de nombres y de quien hacía que a quien, hacían una mezcla de información que no le daba la menor pista de saber que estaba pasando. Lo único que comprendió de la conversación fue que Santana era buena con el bate y jugaba en el campo izquierdo, y que la posición de Quinn era en la primera base.
Se estacionaron dentro de un sucio estacionamiento, Quinn hizo sonar la bocina y saludo a sus compañeras de equipo que se encontraban alrededor de las bancas. Minutos más tarde Brittany estaba sentada en unas de las bancas cerca de la primera base, la de Quinn estaba junto a ella. Para decepción de la stripper, Quinn sólo había llevado diferentes tipos de sodas y jugos para beber, ninguna cerveza o bebidas alcohólicas.

Varias mujeres estaban también sentadas sobre las bancas, la mayoría conversando entre ellas acerca de las demás jugadoras. Brittany vio al equipo contrario a lo largo de la línea de la tercera base. Las camisas de las Halcones eran de color rojo y hacían contraste con las azules de las Airheart's. El árbitro uso el silbato y el equipo azul tomó el campo de juego mientras las del equipo rojo comenzaban a calentar con el bate.—Deséanos suerte—Santana le dijo mientras pasaba trotando cerca de ella.

—¿Oh, entonces tú conoces a Santana, hmm?— Una voz delicada hizo que Brittany volteara hacia atrás para ver quien le estaba preguntando. Una mujer de cabello negro y piel canela que vestía un top ceñido negro estaba atrás de ella.—Que suerte tiene Santana—.

—Soy Brittany su compañera de apartamento.— Le extendió su mano y encontró rápidamente un firme pero delicado apretón.

—Soy Bree—. Brittany sintió los ojos de la mujer mirando a lo largo de su cuerpo y la saludo con algo de incomodidad.—Me pareces algo familiar. ¿Nos hemos visto en alguna otra parte antes? —

—Oh por favor— gritó Quinn desde su posición en primera base a unos centímetros fuera de ella. —Ignórala, Britt... ¿Oye Bree, cuando volverás a jugar de nuevo? — Quinn preguntó.—Y me refiero al softbol— ella agregó antes de que la pelinegra pudiera responder con otra respuesta.

—mmm no, no creo que nos hayamos visto antes— dijo Brittany, retirando su mano y mirando hacia el plato de bateo.

—¿Cuándo te convertiste en capitana del equipo, Fabray?— Bree dijo a Quinn antes de devolver su atención a la atractiva rubia bailarina.—¿Así es que tú eres la nueva novia de Santana?—

—No soy su novia, soy su compañera de apartamento— la stripper contestó rápidamente, no queriendo que alguien se hiciera una idea equivocada acerca de su relación con Santana. Mirando alrededor del campo y los espectadores.

—¿Son solo amigas?— Bree sonrió burlonamente y dio un paso más cerca.—López debe estarse muriendo contigo paseándole enfrente—. Ella palmeó la rodilla desnuda de Brittany justo debajo del borde de sus pantalones cortos.—Cariño, si tu fueras mi compañera de apartamento te garantizaría que no estarías sola en la cama por las noches—.

—No soy gay— dijo Brittany, cambiando de posición fuera de su alcance. Hasta ese entonces Brittany no había tenido ningún tipo de encuentro de esa clase con una mujer.

El primer tiro fue una bola seguida por un strike. Luego la bateadora conectó un tiro y la pelota salió disparada hacia la parte izquierda del campo. Pegó a tierra un segundo antes de que Santana le alcanzase. La bateadora corrió a primera base y fue directa a segunda base cuando se dio cuenta de la fuerza del brazo de la jugadora de campo izquierdo con la que había cogido la pelota. La jugadora del equipo contrario regresó rápidamente a la primera base.

—¿Hola Quinn, cómo estás?—

—¿Bien Marley, cómo estás tú?—

—Genial. Creo que Ryder probablemente salga conmigo esta noche—.

—¿Oh sí?—

—Si, al menos él ya me habla de nuevo—. Marley prestó atención al plato del home. —Muy bien, es hora de patear traseros—.

—Tina no le podrías pegar a una bola de playa —, dijo Quinn, refiriéndose a la bateadora que justamente abanicó y perdió el primer tiro.

—Mucha charla, Fabray. Te comerás tus palabras cuando ella saque esa pelota fuera del campo—.

A pesar de las esperanzas de Marley, Tina dio un suave golpe en dirección de la jugadora de segunda base quien la interceptó mandándola a primera base logrando doble play. La siguiente bateadora bateo tres strikes quedando fuera, terminando con esto la mitad del episodio. Santana y el resto de las jugadoras vinieron corriendo, las jugadoras del bar de Ameilia se reacomodaron en la banca y la primera línea de base.

—¿Te diviertes?— Santana preguntó mientras lanzaba su guante sobre el piso y abría la nevera en busca de una bebida fría.

—¿Claro…oye ves a aquella que está allí?— Brittany señaló hacia Bree, quien jugaba con sus encantos en la tercera base.

—¿Bree? ¿Qué hay con ella?—

—Esta celosa de ti—.

—¿De mí? ¿Por qué? —

—Ah Santana— Quinn dijo uniéndose a la conversación.—Tú sabes que Bree tiene gran debilidad por las rubias terroríficamente guapas. Ella se ofreció a darle calor a Britt por las noches—.

La escritora asintió con la cabeza.—¿Ah, y supongo que no fue nada sutil, verdad?—

—Creí que le faltaba poco para babear descontroladamente— dijo Quinn mientras le pasaba a Brittany por un lado y sacaba una botella de agua helada de la nevera.—Britt le dijo que no era gay y Bree se retiró... No te preocupes, estaré alerta y protegeré la virtud de nuestra amiga—.

—Lamento eso— dijo Santana a su compañera de apartamento. Dio una mirada de advertencia en dirección a Bree pero esta no la vio pues estaba dándoles la espalda.
Quinn recogió su casco y su bate. —Creo que mejor me voy para allá—.

—Buena suerte— Santana dijo.

—Si, buena suerte— dijo Brittany también mientras Quinn se colocaba en la caja del bateador.

—¡ Strike uno!— El árbitro gritó
.
—Vamos, Quinnie!— Santana alentó.

—¡strike dos!—

—Quinn, tu puedes hacerlo.—

—¡strike tres, estas fuera!— El árbitro dijo. Quinn regresó caminando de nuevo hacia las bancas y tomo su bebida.

—Oye Doc, creí que la idea era pegarle a la pelota— dijo Brittany, provocando un bufido burlón de Santana.

—Tú ni hables, mi querida Santana— Quinn advirtió.—Por lo que respecta a ti— desvió su atención hacia Brittany que sonreía abiertamente.—veo que tienes un gran sentido del humor —. Ella tomó un largo trago de su jugo de fruta.—Solo es el primer out. No hay por qué preocuparse—.

—Bien, Santana— Quinn dijo.—Muéstrales lo que tienes—.

—¿Por qué se colocó de ese lado del plato?— Brittany preguntó. —Todas las demás lo hicieron por el otro lado—.

—Santana es zurda. Los zurdos se colocan de ese lado del plato— le explicó Quinn.
— ¡strike uno!— El árbitro grito.

—Vamos, Santana, enséñales como se hace! — La ovacionó varios de los chicos desde las gradas.

Brittany estaba muy quieta en la banca y observo cuando la pitcher lanzó hacia el plato. Esta vez el golpe de Santana fue bueno, cayendo en el campo central. Fue suficiente para que las corredoras avanzaran, permitiendo a las Ameilia's anotar su primera carrera del juego.

—Buen tiro— dijo Marley, tomando su posición en primera base. —¿Intentando impresionar a tu nueva novia?—

—Ella es mi compañera de apartamento, no mi novia— Corrigió Santana. Marley miró a la rubia en cuestión y sacudió la cabeza.

—Ya veo que se te juntaron las rubias —.

—Sabes que Quinn y yo seguimos siendo buenas amigas. Brittany no supone problema para ninguna de las dos—.

Marley volvió a mirar a Brittany.—No lo sé. A mí me parece que siente algo por ti. No ves cómo te mira?—.

—Ella es heterosexual, Marley—.

—Si tú lo dices… solo digo que ya es hora de que salgas con alguien. Desde que tú y Quinn terminaron no has tenido una relación seria—.

—Quizás porque aún no estoy lista para una relación seria Marley—

—Como digas. Solo quiero que vuelvas a sentirte enamorada.— La joven castaña de pelo largo miró hacía las gradas en dirección a un joven alto de pelo castaño claro que le sonreía.

—Ya veo que tú y Ryder están bien— Agregó la escritora al notar el intercambio de miradas que mantenía la chica con el atractivo joven a la distancia.

—Si. Y se siente bien estar enamorada. Yo opino que lo intentes con tu nueva amiga— dijo Marley mientras le guiñaba un ojo a su amiga.

—Ella está fuera de los límites. Pon atención al juego—.

—Deberías ponerle atención a ella— dijo Marley con un suspiro devolviendo su atención al juego del softbol.


Ajena de que ella fuera el tema de conversación entre las dos mujeres en la primera base, Brittany continuaba escuchando a Quinn diciéndole quienes eran las del equipo.

—¿Por qué siento que soy la minoría aquí?—Preguntó Brittany luego de que Quinn le explicara quien había salido con quien.

—¿A qué te refieres? —

—Creo que soy la única que no se ha acostado con nadie de este lugar, entre el campo y las bancas—

Quinn se rió y saco otra botella de la nevera.—Porque probablemente lo eres—. Quitó la tapa de la botella.—Echa un vistazo alrededor... El chico de la esquina, Ryder, recién regreso con Marley, aquella que esta con Santana en la primera base. Alguno de los chicos vinieron a ver a sus novias jugar, así como también hay chicas en el campo que están jugando contra sus novias—. Quinn dio un paso más cerca de las bancas y le susurro para que las demás jugadoras que estaban en la banca cercana no la escucharan.—¿Te molesta estar rodeada de algunas lesbianas?—

—No, no me molesta— dijo Brittany, deslizándose a una fila abajo de los asientos de la banca, poniéndose frente a frente de la terapeuta.—Solo que no creo que haya estado antes con tantas juntas al mismo tiempo—.

—Bueno, no te preocupes— Quinn dijo.—Aquí nadie muerde—.

—A menos que tú quieras— dijo Dani cuando pasaba caminando, escuchando solo lo último de la conversación. Se detuvo y tendió su mano.—Soy Danielle, pero puedes llamarme Dani—.

—Brittany Pierce—.

—Un placer conocerla, Señorita Pierce—. La piel ligeramente canela de Dani hacia contraste con el tono más claro de la rubia cuando se dieron la mano.—No te había visto aquí antes. ¿De quién eres novia? —

—De ninguna. Soy la compañera de apartamento de Santana— ella dijo sintiendo que lo había dicho ya unas cien veces.

—Pues bien me alegro que hayas decidió honrarnos con tu presencia— La chica dijo, no queriendo soltar la mano de Brittany.—Tal vez nos traigas buena suerte.—

—Hemos perdido nuestros últimos cuatro juegos— Quinn explicó.

—Oh— Brittany dijo mientras se ponía de pie.—No sé cómo pueden jugar con este calor—Ella llevaba puesto un pequeño top cubierto por una pequeña blusa azul claro. Sin pensarlo quitó su pequeña blusa y la echó a un lado. En ese mismo instante, Una de las chicas pegó un golpe lento sobre la línea de la tercera base. Distraída por la actividad en las bancas, la mediocampista voló la pelota, accidentalmente sobre el campo central provocando con esto que se anotaran dos carreras más. Santana avanzó de primera a tercera y el equipo de casa explotó soltando un ataque de silbidos y comentarios burlones cuando se dieron cuenta de lo que lo había provocado.

—Sabía que dabas buena suerte— dijo Dani a Brittany ahora ruborizada.—¿Vendrás con nosotras después del juego?—

—¿Después?— No sabiendo la respuesta, ella recurrió a Quinn.

—No estamos seguras aún. Depende cómo se sienta Santana, — dijo Quinn.

—En fin— dijo Dani, recogiendo su guante.—Si deciden venir, será un placer invitarte una bebida— ofreció a Brittany.—Después de todo, estamos adelante debido a ti—.

—Yo… mmhm, seguro— dijo Brittany. —Si es que vamos—.

—Pues bien, creo que es hora de que tome mi posición—. Dani se alejaba en el momento que Santana llegó a recoger su guante.

—¿Te están molestando mucho?— La escritora preguntó con preocupación, consciente de que Brittany fue la causa de la distracción.

—Creo que he recibido unas tres insinuaciones y aquella jugadora que está en tercera base dijo que me invitaría a una bebida—. Brittany se encogió de hombros.—Aparte de eso todo el mundo me ha preguntado si dormimos juntas. Creo que estoy bien.—

—Son realmente muy inofensivas— dijo la escritora.—Si alguien te hace pasar un mal rato, solo dímelo. Tengo que tomar mi lugar. Te veo en tres outs más—.

Brittany observó a su compañera de apartamento colocarse en el campo izquierdo y después puso atención a la actividad en el plato de bateo.
Gracias al brazo firme de Dani acabaron el juego, las Airhearts salieron victoriosas sobre las Halcones. Grupos pequeños se formaron en el estacionamiento, algunas poniéndose de acuerdo de encontrarse en el bar de Ameilia y otras dando excusas por lo que no podían asistir. Bree tenía a una de las chicas presionada contra una camioneta, sus bocas haciendo algo mucho más agradable que hablar. Sorprendida por la escena pública, Brittany miró hacia todos los lados y después a las apasionadas amantes.
¿Cómo pueden actuar así delante de todo el mundo? Brittany pensó y notó que las demás parecían no enterarse y aquellas que si miraban a la pareja simplemente sonreían y volvían a sus conversaciones. Brittany miró a la pareja otra vez, esta vez viendo más que solo dos mujeres besándose. Estaba tan absorta en el drama que se estaba desarrollando, que no escuchó a la terapeuta venir detrás de ella.

—Bree y sus conquistas— Quinn dijo, sobresaltándola.—Lo siento, pensé que sabías que estaba aquí—.

—Está bien... ¿irás al bar? —

—Sí, solo por un rato. A Santana le gusta jugar al billar y ésta es realmente la única oportunidad que ella tiene para hacerlo. Se requiere de una ley aprobada por el Congreso para sacarla de la casa cualquier otro día—.

—Ella pasa mucho tiempo en su computadora— dijo Brittany, buscando alrededor a la mujer en cuestión. Cuando por fin divisó a Santana en la distancia hablando con Marley, que mantenía las manos entrelazas con las de Ryder.

—Es bueno para todo el mundo salir y ser sociable de vez en cuando—.

—¿Es eso verdad, Doc?, piensas que necesito salir más a menudo?—

—Pienso que necesitas hacer algunos nuevos amigos y este variado equipo de personas son perfectas para iniciar—. Ella se apoyó y presionó la bocina.—Vamos, Santana—.

—¿Qué hay si no quiero ir?—Preguntó la stripper

—Bueno, el autobús para por aquí aproximadamente una vez cada hora. Además estoy segura de que alguien aquí estaría dispuesta a darte un aventón a casa—.

—Oh, estoy segura de que si— Brittany estuvo de acuerdo, alcanzando la manilla de la puerta. —Ya he visto suficientes miradas de ese tipo de los hombres. Aparentemente los lobos vienen en ambos sexos—.

—Hay cosas buenas y malas en todo el mundo, a pesar de su género o sus preferencias—Quinn abrió la puerta y se metió detrás del volante.—Solo que algunos vienen en paquetes más bonitos—.

—¡Hey Brittany!— Dani gritó, haciendo gestos con las manos y corriendo hacia ellas. —Estarás más segura si vas en mi auto. Tengo un reproductor de cd`s y asientos de cuero—.

—Y más movimientos que Michael Jackson— Quinn dijo sarcásticamente, mucho para el disgusto de la chica.—Brittany, Dani es la versión de…para que lo entiendas mejor. Don Juan en femenino—.

—Si— Bree dijo mientras se acercaba y se unía a la conversación.—Ella tiene ese encanto que hace que las mujeres caigan a sus pies—.

—¿Celosa?— Dani gruñó.—Yo no tengo la culpa de saber tratar bien a una dama y que tu no—. Ella volteó con Brittany.—y jamás permitiría a una dama viajar en esta trampa mortal—.

—Oh cielos, esto se está poniendo muy intenso — dijo Bree. Quinn puso sus ojos en blanco y afirmó con la cabeza en acuerdo. Santana finalmente terminó de hablar con  Marley y se les unió.

—¿Listas para irnos?— Preguntó, abriendo la puerta y entrando.

—Estamos listas— Quinn dijo, girando la llave y sonriendo mientras su auto arrancó lleno de vida. —Ahora por hacernos esperar, creo que deberías invitarnos a la primera ronda—.

—Si— Brittany estuvo de acuerdo con entusiasmo, causando que la mujer que seguía parada fuera del coche riera.

—No creo que debas preocuparte por que alguien te compre algunas bebidas— dijo Dani.—Todos harían fila encantadas en el bar solo para tener el privilegio de invitarte—.

—¿Y tú estarías de seguro en la fila, no es así?—Santana bromeó.

—Absolutamente— Dani dijo orgullosa.—las veré en el bar— dijo más que nada dirigiéndose a Brittany que a las otras.

Este capitulo estuvo genial. Britt dejando a todas las chicas locas por su belleza.

Yo tambien seria una de ellas... Es tan lindaaa! XD

Amo tu fic y me encanta que actualices a diario.

Besitos y claro, yo tambien soy tu fiel seguidora!

Owwwww me encanto este capítulo jajajjaa muy graciosos , pero sólo nos dejas con la intriga , deberías de subir dos capítulos no se :( estoy súper emocionada por leer el siguiente



Me pregunto saldrá rachel ?? Me encabtaria que consideraras a Faberry , ya que Quinn es un amor y necesita a alguien que la ame incondicionalmente



Presiento que en el siguiente Santana defenderá a Britt , ya hace falta algo de acción y amor :)


Saludos

En espera siguiente