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Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
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Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Bueno aquí les traigo una adaptacion de un libro que me fascino. El libro se llama "Beautiful Disaster", igual que esta adaptacion, de la autora Jamie Mcguire. Espero les guste y quiero pedirles disculpa por mis otras historias ando sin inspiracion y antes de actualizar me gustaria tener otro capitulo de respaldo para no hacerlos esperar demasiado... calculo que en esta semana como regalo de navidad actualizare dos fanfics y terminare una de mis historias. Esta adaptacion es una especie de pedido de espera y disculpas... sin mas que decir espero les agrade. y en un rato subo el primer capitulo. Besos
Sinopsis
El nuevo Kurt Hummel es un buen chico. No bebe, ni maldice, y tiene un porcentaje adecuado de cardigans en su armario. Kurt cree que tiene suficiente distancia entre su oscuro pasado y el mismo, pero cuando llega a la universidad con su mejor amiga Rachel, su camino a un nuevo comienzo es rápidamente desafiado por el Chico de Una Sola Noche de la Universidad de Eastern.
Blaine Devon Anderson, delgado pero con abdominales definidos y cubierto de tatuajes, es exactamente lo que Kurt necesita-y quiere-evitar. Blaine pasa sus noches ganando dinero en el cuadrilátero, y sus días enamorando a sus compañeros o compañeras. Intrigado por la resistencia de Kurt hacia sus encantos, Blaine lo engaña con un sencillo truco, una simple apuesta. Si Blaine pierde, él debe mantenerse en abstinencia durante un mes. Si Kurt pierde, debe vivir en el apartamento de Blaine por la misma cantidad de tiempo. De cualquier manera, Blaine no tiene idea de que él ha encontrado a su igual.
Espero Sus Hermosos Comentarios.
Sinopsis
El nuevo Kurt Hummel es un buen chico. No bebe, ni maldice, y tiene un porcentaje adecuado de cardigans en su armario. Kurt cree que tiene suficiente distancia entre su oscuro pasado y el mismo, pero cuando llega a la universidad con su mejor amiga Rachel, su camino a un nuevo comienzo es rápidamente desafiado por el Chico de Una Sola Noche de la Universidad de Eastern.
Blaine Devon Anderson, delgado pero con abdominales definidos y cubierto de tatuajes, es exactamente lo que Kurt necesita-y quiere-evitar. Blaine pasa sus noches ganando dinero en el cuadrilátero, y sus días enamorando a sus compañeros o compañeras. Intrigado por la resistencia de Kurt hacia sus encantos, Blaine lo engaña con un sencillo truco, una simple apuesta. Si Blaine pierde, él debe mantenerse en abstinencia durante un mes. Si Kurt pierde, debe vivir en el apartamento de Blaine por la misma cantidad de tiempo. De cualquier manera, Blaine no tiene idea de que él ha encontrado a su igual.
Espero Sus Hermosos Comentarios.
Última edición por gabiigleek el Dom Ene 19, 2014 6:33 pm, editado 4 veces
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
No tardes con el primer capítulo.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Ola me encanto mucho la sinopsis espero el primer capitulo con ansias se ve que esta genial esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 1 BANDERA ROJA Parte 1
Gabriela Cruz escribió:No tardes con el primer capítulo.
no tarde nada, les prometo que les va a encantar.
gleeclast escribió:Ola me encanto mucho la sinopsis espero el primer capitulo con ansias se ve que esta genial esta historia
si es genial, aqui esta el primer capitulo. El libro es genial les va a encantar.
Bueno les traigo el primer capitulo. Les prometo esta historia los va a enamorar y les recuero que es una adaptacion del libro Beautiful Disaster de Jamie Mcguire.
Bandera Roja Parte 1
Todo en la habitación gritaba que no yo no pertenecía aquí. Las escaleras estaban en ruinas, la gente estaba apretada hombro contra hombro, y el aire era una mezcla de sudor, sangre y moho. Las voces se arremolinaban mientras gritaban números y nombres una y otra vez, los brazos se agitaban y se hacían gestos para intercambiar dinero y comunicarse a través del ruido. Me sumergí entre la multitud, siguiendo de cerca a mi mejor amiga.
— ¡Guarda bien tu dinero en tu billetera, Kurt! —Me gritó Rachel. Su amplia sonrisa brillaba aún en la penumbra.
— ¡Quédate cerca! ¡Empeorará una vez que comience! —gritó Finn por encima del ruido. Rachel tomó su mano y después la mía mientras Finn nos dirigía a través del mar de gente.
El balido agudo de un cuerno de toro sonó en el aire lleno de humo. El ruido me sobresaltó, haciendo que saltara, buscando el origen de estallido. Un hombre estaba parado en una silla de madera, sosteniendo un fajo de billetes en la mano, el cuerno en la otra. Él mantenía el plástico en los labios.
— ¡Bienvenidos al baño de sangre! Si estás buscando Economía 101… ¡Estás en el jodido lugar equivocado, mi amigo! Si buscas el Círculo, ¡Esto es Meca! Mi nombre es Noah Puckerman pero deben decirme Puck, yo hago las reglas y dirijo la pelea. Las apuestas terminan una vez que los oponentes estén en el suelo. No se permite tocar a los combatientes, no ayudarlos, no cambios de apuestas, y no entrar en el cuadrilátero. ¡Si rompen estas reglas, se les partirá la madre y serán retirados de aquí sin su dinero! ¡Eso las incluye a ustedes, señoritas! ¡Así que no utilicen sus puterías para estafar al sistema, muchachos!
Finn negó con la cabeza. — ¡Jesús, Puck! —gritó al maestro de ceremonias sobre el ruido, claramente desaprobando la elección de palabras de su amigo.
Mi corazón latía en mi pecho. Con un suéter de cachemir color celeste y unos jeans comunes del mismo celeste, me sentí como un enfermero en pleno hospital público. Le prometí a Rachel que podía enfrentar todo lo que se nos pusiera enfrente, pero en la zona cero sentí la necesidad de agarrar sus delgados brazos con ambas manos. Ella no me pondría en peligro, pero estar en un sótano con cincuenta o más chicos universitarios borrachos, no estaba exactamente seguro de nuestras posibilidades de salir ilesos.
Después de que Rachel conociera a Finn en la clase de orientación de primer año, ella con frecuencia lo acompañaba a las luchas secretas en los sótanos diferentes de la Universidad de Eastern. Cada evento se llevaba a cabo en un lugar diferente, y se mantenía en secreto hasta una hora antes de la pelea.
Debido a que yo pertenecía a un círculo un poco más tranquilo, me sorprendió saber de un mundo subterráneo en Eastern; pero Finn lo sabía aún antes de haberse matriculado. Blaine, el compañero de cuarto y primo de Finn, entró en su primera pelea siete meses antes. Como estudiante de primer año, se rumoreaba que él era el competidor más letal que Puck había visto en los tres años desde que creó El Círculo. Comenzando su segundo año, Blaine era invencible. Juntos, Blaine y Finn fácilmente pagaban el alquiler y las facturas con las ganancias.
Puck llevó el cuerno de toro nuevamente a sus labios, y los gritos y el movimiento escaldaron a un ritmo febril.
— ¡Esta noche tenemos un nuevo retador! ¡El luchador estelar universitario de Eastern, Marek Young!
Los gritos siguieron, y la multitud se apartó como el mar rojo cuando Marek entró en la habitación. Un espacio circular fue formado, y la multitud silbó, abucheó y se burló del rival.
Él saltaba, sacudía el cuello hacia atrás y adelante; su rostro severo y concentrado. La multitud se calmó y luego mis manos se alzaron a mis oídos cuando la música sonó por los grandes altavoces en el otro lado de la habitación.
— ¡Nuestro siguiente combatiente no necesita presentación, pero porque me asusta hasta la mierda, lo haré de todos modos! ¡Sacudan sus botas, chicos, quítense sus bragas, señoritas y Lady Homos sáquense sus camisetas o abran sus cremalleras! ¡Les presento a Blaine -Mad Dog- Anderson!
El volumen explotó cuando Blaine apareció en una puerta de la habitación. Él hizo su entrada, sin camisa, relajado y natural. Echó a andar hacia el centro del círculo, como si se estuviera presentado a otro día en el trabajo. Los músculos se extendían bajo su piel tatuada mientras él chocó sus puños contra los nudillos de Marek. Blaine se inclinó y le susurró algo al oído a Marek, y el luchador luchó por mantener su expresión severa. Marek se puso cara a cara con Blaine y lo miró directamente a los ojos. La expresión de Marek era asesina; Blaine se veía ligeramente divertido.
Los hombres tomaron unos pasos hacia atrás, y Puck sonó el cuerno. Marek tomó una posición defensiva y atacó a Blaine. Me paré sobre la punta de mis pies cuando perdí mi línea de visión, apoyándome de lado a lado y los hombros se estrellaban contra mí, rebotándome de un lado a otro como pelota de ping pong. La parte superior de la cabeza de Marek y Blaine se hizo visible, por lo que continúe abriéndome camino hacia adelante.
Cuando finalmente llegué al frente, Marek cogió a Blaine con sus gruesos brazos y trató de tirarlo al suelo. Cuando Marek se inclinó con el movimiento, Blaine estrelló su rodilla contra la cara de Marek. Antes de que Marek pudiera evitar el golpe, Blaine lo atacó; sus puños hicieron contacto con la cara ensangrentada de Marek una y otra vez.
Cinco dedos se hundieron en mi brazo y me eché hacia atrás.
— ¿Qué demonios estás haciendo, Kurt? —dijo Finn.
— ¡No podía ver desde allí! —grité.
Me volví justo a tiempo para ver a Marek tirar un puñetazo. Blaine se giró, y por un momento pensé que había evitado otro golpe, pero hizo un círculo completo, estrellando su codo derecho en el centro de la nariz de Marek. Sangre roció mi cara y salpicó la parte superior de mi suéter. Marek cayó al suelo de cemento con un ruido sordo y en un breve instante la habitación estuvo en completo silencio.
Puck lanzó una tela roja cuadrada sobre el cuerpo quieto de Marek y la multitud estalló. El dinero cambió de manos una vez más y las expresiones se dividían entre petulantes y frustradas.
Me empujaron un poco con el movimiento de ida y venida. Rachel llamó mi nombre en algún lugar de la parte de atrás, pero yo estaba fascinado por el camino rojo de mi pecho a la cintura.
Un par de pesadas botas negras se pararon frente a mí, desviando mi atención hacia el suelo. Mis ojos viajaron hacia arriba; pantalones manchados de sangre, un par de cincelados abdominales, un desnudo y tatuado pecho empapado de sudor y, finalmente, un par de ojos cálidos color avellana. Alguien me empujó por detrás y Blaine me tomó por el brazo antes de caer hacia adelante.
— ¡Hey! ¡Aléjate de él! —gruñó Blaine, empujando a cualquiera que se me acercara. Su expresión severa se convirtió en una sonrisa al ver mi camisa, y luego secó mi cara con una toalla—. Lo siento mucho, Pigeon.
Puck dio unas palmaditas en la parte detrás de la cabeza de Blaine. — ¡Vamos, Mad Dog! ¡Tienes un poco de dinero esperando por ti!
Sus ojos no se apartaron de los míos. — Es una lástima sobre el suéter. Se ve bien en ti. —
En el momento siguiente se vio envuelto por los fans, desapareciendo de la misma manera en la que había llegado.
— ¿Qué estabas pensando idiota? —me gritó Rachel, tirando de mi brazo.
—Vine aquí para ver una pelea, ¿no? —Sonreí.
—Tú ni siquiera deberías estar aquí, Kurt, —me regaño Finn.
—Tampoco Rachel —le dije.
— ¡Ella no trata de meterse en el círculo! —Frunció el ceño.
—Vámonos.
Rachel me sonrió y me limpió la cara. —Eres un grano en el trasero, Kurtie. ¡Dios, te quiero!
—Ella enganchó su brazo alrededor del mío y nos dirigimos hasta las escaleras y hacia la noche.
Rachel me siguió hasta mi habitación y luego se burló de mi compañera de cuarto, Tina. Inmediatamente me quité la chaqueta con sangre, arrojándola al cesto de ropa sucia.
—Asqueroso. ¿Dónde has estado? —preguntó Tina desde su cama.
Miré a Rachel, quien se encogió de hombros. —Sangrado por la nariz. ¿Nunca has visto una de las hemorragias nasales de Kurt?
Tina acomodó sus gafas de lectura y sacudió la cabeza.
—Oh, lo harás. —Ella me guiñó un ojo y luego cerró la puerta detrás de ella. Menos de un minuto después, mi celular sonó. Por costumbre, Rachel me enviaba un mensaje de texto después de haber dicho adiós.
Pasaré la noche con Finn, t veo mañana rey del cuadrilátero.
Miré a Tina, quien me veía como si mi nariz se desangraría en cualquier momento.
—Ella estaba bromeando —le dije.
Tina asintió con indiferencia y luego miró hacia el desorden de libros sobre su colcha.
—Creo que voy a tomar una ducha —le dije, agarrando una toalla y mi bolsa de baño.
—Alertaré a los medios de comunicación —bromeó Tina, manteniendo su cabeza hacia abajo.
Al día siguiente, Finn y Rachel se unieron a mí para el almuerzo. Tenía toda intención de sentarme solo, pero a medida que los estudiantes invadieron la cafetería, las sillas a mí alrededor estuvieron llenas por los hermanos de fraternidad de Finn o los miembros del equipo de fútbol americano. Algunos de ellos estuvieron en la pelea, pero ninguno mencionó mi casi espectáculo en el cuadrilátero.
—Finn —dijo una voz.
Finn asintió con la cabeza, y Rachel y yo volteamos para ver a Blaine tomar asiento al final de la mesa. Fue seguido por dos voluptuosas rubias usando camisetas Sigma Kappa. Una de ellas se sentó en el regazo de Blaine y la otra se sentó junto él, acariciando su camisa.
—Creo que he vomitado un poco en mi boca —murmuró Rachel.
La rubia en el regazo de Travis se volvió hacia Rachel. —Te he oído, puta.
Rachel tomó su rollo y lo arrojó al final de la mesa, rozando la cara de la chica. Antes de que la chica pudiera decir otra palabra, Blaine dobló sus rodillas, enviándola al suelo.
— ¡Ay! —Chilló, mirando a Blaine.
—Rachel es mi amiga. Necesitas buscar otro regazo, Quinn.
— ¡Blaine! —Se quejó ella, poniéndose de pie.
Blaine volvió su atención a su plato, ignorándola.
Ella miró a su hermana y resopló, después las dos se fueron de mano en mano.
Blaine guiñó hacia Rachel, como nada hubiese pasado, llevándose otro bocado a la boca.
Fue entonces cuando me di cuenta de un pequeño corte en su ceja. Él intercambió miradas con Finn y luego comenzó una conversación con uno de los chicos de fútbol frente a él.
Aunque los estudiantes en la mesa habían disminuido, Rachel, Finn y yo nos quedamos a hablar sobre nuestros planes de fin de semana. Blaine se levantó para irse, pero se detuvo en nuestro extremo de la mesa.
— ¿Qué? —preguntó Finn en voz alta, llevándose la mano a su oído.
Traté de ignorarlo lo mejor posible, pero cuando miré hacia arriba, Blaine me estaba mirando.
—Ya lo conoces, Blainey. ¿El mejor amigo de Rachel? él estaba con nosotros la otra noche —dijo Finn.
Blaine me sonrió en lo que supuse era su sonrisa encantadora. Él emanaba sexo y rebeldía con su pelo negro con rulos rebeldes y brazos tatuados, y yo puse mis ojos en blanco en su intento de coquetearme.
— ¿Desde cuándo tienes un mejor amigo, Rach? —Preguntó Blaine- ¿no será tu amante no?
—Desde tercer año de secundaria —respondió ella, apretando sus labios juntos mientras sonreía en mi dirección—. ¿No recuerdas, Blaine? Tú arruinaste su suéter.
Blaine sonrió. —Arruino una gran cantidad de suéteres.
—Asqueroso —murmuré.
Blaine hizo girar la silla vacía a mi lado y se sentó, apoyando sus brazos delante de él. —Así que tú eres Pigeon, ¿eh?
—No —le espeté—. Tengo un nombre.
Parecía divertido por la manera en que contesté, lo que sólo sirvió para enfadarme más.
— ¿Y bien? ¿Cuál es? —Preguntó.
Di un mordisco por última vez a la manzana, haciendo caso omiso de él.
—Entonces es Pigeon —se encogió de hombros.
Miré a Rachel y luego me volví hacia Blaine. —Estoy tratando de comer.
Blaine se preparó para el desafío que se le presentaba. —Mi nombre es Blaine. Blaine Anderson.
Puse los ojos en blanco. —Sé quién eres.
—Lo sabes, ¿eh? —dijo Blaine, levantando la ceja herida.
—No te hagas ilusiones. Es difícil no darse cuenta cuando cincuenta borrachos están gritando tu nombre.
Blaine se sentó un poco más derecho. —Eso me sucede con frecuencia. —Puse los ojos nuevamente en blanco y Blaine se echó a reír—. ¿Tienes un tic o algo?
— ¿Un qué?
—Un tic. Tus ojos no dejan de moverse. —Se echó a reír otra vez cuando me miró—. De hecho, esos son unos ojos increíbles —dijo, inclinándose pocos centímetros hacia mi cara—. ¿Qué color son? ¿Grises? O ¿azules? O quizás verdes.
Miré a mi plato, dejando que algunos mechones de mi cabello caramelo crearan una cortina diminuta entre sus ojos y los míos. No me gustaba la forma en la que me hacía sentir cuando estaba tan cerca. No quería ser como las otras chicas o chicos en Eastern que se ruborizaban en su presencia. No quería que me afectara de esa manera para nada.
—Ni siquiera pienses en eso, Blaine. Él es como mi hermano —advirtió Rachel.
—Bebé —dijo Finn—. Acabaste de decirle que no. Ahora no parará.
—Tú no eres su tipo —continuó ella.
Blaine fingió estar ofendido. — ¡Soy el tipo de todos!
Miré hacia él y sonreí.
— ¡Ah! Una sonrisa. No soy un podrido bastardo después de todo —guiñó un ojo—. Fue un placer conocerte, Pidge. —Caminó alrededor de la mesa y se inclinó al oído de Rachel.
Finn lanzó una papa frita a su primo. — ¡Quita los labios de la oreja de mi chica, Devon!
— ¡Me retiro! ¡Me retiro! —Blaine mostró sus manos en un gesto inocente.
Unas chicas siguieron detrás de él, riendo y pasando sus dedos por su cabello para llamar su atención. Él abrió la puerta para ellas y casi gritaron de deleite.
Rachel se echó a reír. —Oh, no. Estás en problemas, Kurt.
— ¿Qué te dijo? —pregunté, cuidadosamente.
—Él quiere que lo lleves a casa, ¿verdad? —dijo Finn. Rachel asintió y él negó con su cabeza
—. Eres un chico inteligente, Kurt. Te lo digo ahora, si caes en su juego y terminas enojado con él, no llegues a tomártelo en contra Rachel y yo, ¿De acuerdo?
Sonreí. —No voy a caer en su juego, Finn. ¿A caso parezco a una de esas Barbie para ti o un Ken en todo caso?
—Él no caerá en su juego —le aseguró Rachel, tocando su brazo.
—Este no es mi primer rodeo, Rach. ¿Sabes cuántas veces ha jodido las cosas para mí, porque él duerme con los mejores amigos o amigas? ¡De pronto es un conflicto de intereses salir conmigo porque es fraternizar con el enemigo! Te lo digo, Kurt, —me miró—, no le digas a Rach que ella no puede salir conmigo porque caíste enamorado por los coqueteos de Blaine. Considérate advertido.
—Innecesario, pero se te agradece, —le dije. Traté de asegurarle con una sonrisa, pero su pesimismo se veía impulsado por los actos de Blaine.
Rachel me saludó con su mano, yéndose con Finn mientras yo caminaba a mi clase. Entrecerré los ojos ante el sol brillante, agarré las correas de mi mochila. Eastern era exactamente lo que esperaba; desde las pequeñas aulas hasta las caras desconocidas. Era un nuevo comienzo para mí; finalmente podía caminar a algún lugar sin los susurros de los que sabían—o creían saber—acerca de mi pasado. Yo era indistinguible como cualquier otro estudiante de primer año en su camino a clase; sin miradas, sin rumores, sin lastima o criterios. Sólo la ilusión de lo que yo quería que ellos vieran: vestido de cachemira, sin sentido alguno, Kurt Hummel.
Aclaracion: Mad Dog/ Perro Rabioso.
Pigeon/Paloma con el pecho manchado de sangre.
son los apodos de Blaine y Kurt.
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanto mucho este capitulo una gran pregunta cual es el pasado de kurt espero poder saberlo pronto espero kurt no caiga tan rapido en el juego de blaine espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me gusta la historia ya quiero ver como se desarrolla
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Esta súper, no tardes con más capítulos.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
gleeclast escribió:Me encanto mucho este capitulo una gran pregunta cual es el pasado de kurt espero poder saberlo pronto espero kurt no caiga tan rapido en el juego de blaine espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me gusta la historia ya quiero ver como se desarrolla
eso se sabra a lo largo de la historia, primero debes conocer las personalidades de ellos y sabras porque para Kurt acercarse a Blaine es viajar a su pasado, a donde no quiere volver. Vale la pena la verdad, a mi me fascino. Mañana subire la otra parte.
no te preocupes, mañana subo la otra parteGabriela Cruz escribió:Esta súper, no tardes con más capítulos.
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanta como lo adaptaste...
Sos un genio...
Espero los proximos caps...
PREGUNTAAAA..... (Amo a German Garmendia XD)
Yo tengo el libro descargado en la compu asi que te queria preguntar si ¿vas a adaptarlo tal y como esta el libro o vas a cambiarlo un poco? Si vas a adaptarlo tal como esta, yo ya se que a a pasar...
Nunca dejo de pensar que soy asombrosa XD
Nah mentira XD...
Bueno me despido sin mas que decir...
KLISSES <3
Sos un genio...
Espero los proximos caps...
PREGUNTAAAA..... (Amo a German Garmendia XD)
Yo tengo el libro descargado en la compu asi que te queria preguntar si ¿vas a adaptarlo tal y como esta el libro o vas a cambiarlo un poco? Si vas a adaptarlo tal como esta, yo ya se que a a pasar...
Nunca dejo de pensar que soy asombrosa XD
Nah mentira XD...
Bueno me despido sin mas que decir...
KLISSES <3
Klaine/Brittana <3** - Mensajes : 82
Fecha de inscripción : 03/09/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanto.
Es tan divertido ver sus peleas.
Me gusta que Blaine sea arrogante.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
Es tan divertido ver sus peleas.
Me gusta que Blaine sea arrogante.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
HERMOSO, sigue sigue sigue. Quiero decirte que tienes a una fiel seguidora aqui mismo.
ESPERO EL PROXIMO CAPITULO, saludos :)
ESPERO EL PROXIMO CAPITULO, saludos :)
Katiayamile1* - Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 20/07/2013
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
JODEME QUE ESTÁS ADAPTANDO UNO DE MIS LIBROS FAVORITOWS por dios, hace cuanto esperé este momento, ah.
No, en serio, ¡este libro es lo mejor por dios! Tenes que seguir, por favor.
No, en serio, ¡este libro es lo mejor por dios! Tenes que seguir, por favor.
RiveraMyLove- - Mensajes : 1314
Fecha de inscripción : 29/07/2013
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Perdon por no comentar
Se ve fantanstico, Quiero saber el pasado de Kurt
Que no caiga en el juego de blaine tan rapido
Actualiza pronto
Se ve fantanstico, Quiero saber el pasado de Kurt
Que no caiga en el juego de blaine tan rapido
Actualiza pronto
honey527*** - Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 05/05/2013
Edad : 23
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Klaine/Brittana <3 escribió:Me encanta como lo adaptaste...
Sos un genio...
Espero los proximos caps...
PREGUNTAAAA..... (Amo a German Garmendia XD)
Yo tengo el libro descargado en la compu asi que te queria preguntar si ¿vas a adaptarlo tal y como esta el libro o vas a cambiarlo un poco? Si vas a adaptarlo tal como esta, yo ya se que a a pasar...
Nunca dejo de pensar que soy asombrosa XD
Nah mentira XD...
Bueno me despido sin mas que decir...
KLISSES <3
Gracias. Es un libro hermoso. En realidad pienso adaptarlo tal cual es tan perfecta la historia que no quiero cambiar nada por ahi algunos dialogos y esas cosas para adaptarlo a dos hombres pero nada mas. Me alegro que te guste.
Alexx Colfer Klainer escribió:Me encanto.
Es tan divertido ver sus peleas.
Me gusta que Blaine sea arrogante.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
es genial el personaje de Blaine, que bueno te guste. aqui otro Capitulo
Katiayamile1 escribió:HERMOSO, sigue sigue sigue. Quiero decirte que tienes a una fiel seguidora aqui mismo.
ESPERO EL PROXIMO CAPITULO, saludos :)
gracias en serio, y ahora subo uno nuevo y mas largo.
RiveraMyLove escribió:JODEME QUE ESTÁS ADAPTANDO UNO DE MIS LIBROS FAVORITOWS por dios, hace cuanto esperé este momento, ah.
No, en serio, ¡este libro es lo mejor por dios! Tenes que seguir, por favor.
Por supuesto que seguire, te juro que dude mucho en adaptarlo por los problemas de las paginas pero lo hice como regalo a mis seguidores d emis otros Fics que no actualizo muy seguido. Ahora nuevo capitulo.
honey527 escribió:Perdon por no comentar
Se ve fantanstico, Quiero saber el pasado de Kurt
Que no caiga en el juego de blaine tan rapido
Actualiza pronto
eso se sabra a lo largo de la historia y como dije entenderas porque Kurt quiere alejar a Blaine o no caer en su juego. Ahora actualizo...
Me alegro tanto que les guste, me parece grandiosa la historia. Vuelvo a decir NO ES MÍA sino de la magnifica JAMIE MCGUIRE y el libro se llama Beautiful Disaster.
Sin más que decir NUEVO CAPITULO... Right now
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 1 BANDERA ROJA Parte 2
Lo prometido es deuda... otra vez recuerdo esta historia no es mia sino de Jamie Mcguirey se llama Beautiful Disaster disfruten este capitulo... es genial.
Bandera Rojo Parte 2
Puse mi mochila en el suelo y me derrumbé en la silla, inclinándome para tomar mi portátil de mi bolso. Cuando me levanté para ponerla en mi escritorio, Blaine se sentó en el escritorio siguiente.
—Bien. Así puedes tomar apuntes por mí—dijo. Mordía una pluma y me sonrió, sin duda su mejor sonrisa.
Le lancé una mirada de disgusto. —Ni siquiera estás en esta clase.
—Qué si no. Por lo general me siento allá —dijo, apuntando con la cabeza a la fila superior. Un pequeño grupo de chicas me estaban mirando y me di cuenta de una silla vacía en el centro.
—No tomaré notas por ti —le dije, encendiendo mi computadora.
Blaine se inclinó tan cerca que podía sentir su aliento en mi mejilla. —Lo siento… ¿Te ofendí de alguna manera?
Suspiré y sacudí la cabeza.
—Entonces, ¿Cuál es tu problema?
Mantuve mi voz baja. —No me acostaré contigo. Debes darte por vencido ahora mismo.
Una sonrisa se formó en su rostro antes de hablar. —No te he preguntado si dormirías conmigo —sus ojos se dirigieron al techo en concentración—. ¿O sí?
—No soy una de esas Barbie o uno de tus chicos de una sola noche—le dije, mirándolo de reojo—. No estoy impresionado por tus tatuajes, o tu encanto, o tu forzada indiferencia, por lo que puedes detener tu plan, ¿De acuerdo?
—Está bien, Pigeon. —Él era impermeable contra a mi rudeza—. ¿Por qué no vienes con Rachel esta noche?
Reí ante su petición, pero él se acercó más. —No estoy tratando de follarte. Sólo quiero pasar el rato.
— ¿follarme? ¿Cómo consigues tener sexo hablando de esa manera?
Blaine se echó a reír, sacudiendo su cabeza. —Sólo ven. Ni siquiera coquetearé contigo, lo juro.
—Voy a pensarlo.
El Profesor Chaney entró y Blaine se volvió al frente de la habitación. Una sonrisa permaneció en su rostro, haciendo el hoyuelo en su mejilla notorio. Entre más reía, más quería odiarlo, sin embargo era justo eso lo que hacía imposible odiarlo.
— ¿Quién me puede decir cuál presidente tenía una amante? —preguntó Chaney.
—Asegúrate de escribir eso —susurró Blaine—. Necesitaré saber eso para las entrevistas de trabajo.
—Shh —le dije, escribiendo cada palabra de Chaney.
Blaine sonrió y se relajó en su silla. Mientras la hora pasaba, él alternaba entre bostezar y apoyarse contra mi brazo para mirar el monitor. Hice un esfuerzo tremendo para ignorarlo, pero su proximidad y sus abultados músculos de su brazo lo hacían difícil. Jugó con la pulsera de cuero negro alrededor de su muñeca hasta que Chaney terminó la clase.
Me apresuré hacia la puerta y el pasillo. Justo cuando me sentía a una distancia segura, Blaine Anderson estaba a mi lado.
— ¿Has pensado en ello? —preguntó, colocándose sus gafas de sol.
Una voluptuosa morena se puso delante de nosotros, con los ojos abiertos de esperanza. —Hola, Blaine. —dijo, jugando con su pelo.
Me detuve, retrocediendo por su tono de voz dulce y luego caminé a su alrededor. La había visto antes, hablando normalmente en el área de los dormitorios de las chicas, Santana Lopez. Su tono de voz sonaba más maduro y me pregunté por qué ella creía que Blaine encontraría su tono de niña atractivo. Ella balbuceó en una octava más alta por un tiempo más hasta que él estaba nuevamente a mi lado.
Sacando un encendedor de su bolsillo, él encendió un cigarrillo y exhaló una nube espesa de humo. — ¿En dónde estaba? Ah, sí… tú estabas pensando.
Hice una mueca. — ¿De qué estás hablando?
— ¿Has pensando en venir?
—Si digo que sí, ¿Dejarás de seguirme?
Consideró mi estipulación y luego asintió. —Sí.
—Entonces iré.
— ¿Cuándo?
Suspiré. —Esta noche. Iré esta noche.
Blaine sonrió y se detuvo en seco —Genial. Te veré después, Pidge —gritó detrás de mí.
Doblé la esquina para ver a Rachel junto a Chandler fuera de mi dormitorio. Nosotros tres terminamos en la misma mesa en clase de orientación para primer año, y supe que él sería la tercera rueda a nuestra bien engrasada máquina. Él no era excesivamente enano, pero aun así yo era más alto que ellos dos.
Sus ojos redondos compensaban sus rasgos delgados y finos, y su pelo teñido de rojizo por lo general era estilizado por la parte delantera.
— ¿Blaine Anderson? Jesús, Kurt, ¿Desde cuándo comenzaste a pescar en la parte profunda? —dijo Chandler, con desaprobación en sus ojos.
Rachel sacó el chicle de su boca en una larga cuerda. —Sólo lo estás empeorando por ignorarlo. Él no está acostumbrado a eso.
— ¿Qué sugieres que haga? ¿Dormir con él?
Rachel se encogió de hombros. —Te ahorrará tiempo.
—Le dije que iría esta noche.
Chandler y Rachel intercambiaron miradas.
— ¿Qué? Él prometió dejarme de molestar si decía que sí. Tú irás esta noche, ¿verdad?
—Bueno, sí —dijo Rachel—. ¿En verdad vendrás?
Sonreí y pasé junto a ellos hacia el dormitorio, preguntándome si Blaine podría cumplir su promesa de no coquetear. Él no era difícil de descifrar; o él me veía como un reto, o lo suficientemente atractivo para ser un buen amigo. No estaba seguro cuál me molestaba más.
Cuatro horas después, Rachel llamó a mi puerta para ir a casa de Finn y Blaine. Ella no se contuvo cuando salí al pasillo.
— ¡Qué asco, Kurt! ¡Pareces un vagabundo! Dime que te bañaste por lo menos.
—Bien —dije, sonriendo a mi atuendo. Mi cabello estaba revuelto de la manera que hacia parecer que no me bañaba hace meses. Sustituí mis lentes de contacto por mis gafas con montura negra. Luciendo una andrajosa camiseta y pantalones de gimnasia gastados y anchos, terminando con un par de covers viejas. La idea se me había ocurrido horas antes, no ser atractivo era el mejor plan. Obviamente, Blaine estaría desanimado inmediatamente y detendría su ridícula persistencia. Si él estaba en busca de un amigo, entonces sería muy poca cosa para ser visto a su lado.
Rachel bajó la ventanilla y escupió su goma de mascar.
—Eres tan obvio. ¿Por qué no rodaste en mierda de perro para completar tu atuendo?
—No estoy tratando de impresionar a nadie —le dije.
—Obviamente.
Nos detuvimos en el estacionamiento del apartamento de Finn y yo seguí a Rachel a las escaleras. Finn abrió la puerta, riendo cuando entré. — ¿Qué te pasó a ti?
—Está tratando de no impresionar —dijo Rachel.
Rachel siguió a Finn a su habitación. La puerta se cerró y me quedé solo, sintiéndome fuera de lugar. Me senté en el sillón cercano a la puerta y me quité mis covers que por viejas me andaban ajustadas.
Su apartamento era más agradable que el típico apartamento de soltero. Los posters predecibles de mujeres medio desnudas y señales de tránsito estaban en las paredes, pero aparte de eso estaba limpio, los muebles eran nuevos y el olor a ropa sucia y de cerveza no estaba presente.
—Ya era hora de que llegaras —dijo Blaine, colapsando en el sofá.
Sonreí y empujé las gafas sobre el puente de mi nariz, esperando a que él prestara atención a mi apariencia. —Rachel tenía un ensayo que terminar.
—Hablando de ensayos, ¿Ya has comenzado el de historia?
Él ni siquiera se inmutó por mi cabello desordenado y fruncí el ceño ante su reacción. — ¿Tú?
—Lo terminé esta tarde.
—Pero no se entregará hasta el próximo miércoles. —le dije, sorprendido.
—Sólo para borrarlo de la lista. ¿Qué tan difícil puede ser un ensayo de dos páginas sobre Grant?
—Me imagino que soy flojo, entonces —me encogí de hombros—. Es probable que lo comience hasta este fin de semana.
—Bueno, si necesitas ayuda, házmelo saber.
Esperé a que se riera, o mostrara algún signo de que estaba bromeando, pero su expresión era sincera. Levanté una ceja. —Tú me vas a ayudar con mi ensayo.
—Tengo una A en esa clase —dijo un poco molesto ante mi incredulidad.
—Él tiene A en todas sus clases. Él es un jodido genio. Lo odio —dijo Finn mientras entraba en la habitación de la mano de Rachel.
Vi a Blaine con una expresión dudosa y sus cejas se levantaron. — ¿Qué? ¿No crees que un hombre cubierto de tatuajes y que intercambie golpes para ganarse la vida no pueda obtener buenas calificaciones? No estoy en la escuela porque no tenga nada mejor que hacer.
— ¿Por qué tienes que luchar, entonces? ¿Por qué no aplicas para becas? —Le pregunté.
—Ya lo hice. Se me concedió la mitad de mi matrícula. Pero hay libros, gastos, y tengo que obtener la otra mitad. Lo digo en serio, Pidge. Si necesitas ayuda con algo, sólo pregunta.
—No necesito tu ayuda. Soy capaz de escribir un ensayo. —Quería dejarlo en eso. Debí haberlo dejado en eso, pero lo nuevo que había revelado roía mi curiosidad—. ¿No puedes buscar otra cosa que hacer para ganarte la vida? Algo menos, no sé, ¿sádico?
Blaine se encogió de hombros. —Es una manera fácil de ganar dinero. No puedo ganar lo mismo trabajando en el centro comercial.
—Yo no diría que es fácil si tú estás recibiendo golpes en la cara.
— ¿Qué? ¿Estás preocupado por mí? —Me hizo un guiño. Hice una mueca y él rió entre dientes—. No soy golpeado con tanta frecuencia. Si tratan de golpearme, me muevo. No es tan difícil.
Me reí una vez más. —Actúas como si nadie más haya llegado a esa conclusión.
—No es solamente lanzar un golpe, recibirlo y contraatacar. Eso no va a ganar una pelea.
Puse los ojos en blanco. — ¿Quién eres tú… el Karate Kid? ¿Dónde aprendiste a luchar?
Finn y Rachel se miraron y luego sus ojos se posaron en el suelo. No me tomó mucho tiempo para reconocer que había dicho algo malo.
Blaine no parecía afectado. —Tuve un padre con problemas alcohólicos y mal temperamento y cuatro hermanos mayores que portaban el gen de idiotez.
—Oh. —Mis orejas ardían.
—No te avergüences, Pidge. Papá dejó de beber, los hermanos maduraron.
—No estoy avergonzado. —Jugueteé con las puntas largas de mi cabello detrás de la oreja y luego decidí dejarlo ahí quieto para que no parezca más nervioso por el silencio incómodo que se había formado.
—Me gusta tu aspecto al natural. Los chicos no vienen aquí así menos las chicas.
—Fui obligado a venir aquí. No se me ocurrió que debía impresionarte —le dije, enfadado de que mi plan hubiese fracasado.
Sonrió con su sonrisa infantil, divertida, la cual incremento mi ira, esperando a que cubriera mi inquietud. No sabía cómo la mayoría de las chicas o chicos se sentían a su alrededor, pero había visto su comportamiento. Estaba experimentando un desorientado y nauseo sentimiento en lugar de un sentimiento cálido de colegiala, y entre más él intentaba hacerme reír, más inestable me sentía.
—Ya estoy impresionado. Normalmente no tengo que rogar para que la gente venga a mi apartamento.
—Estoy seguro. —le dije, haciendo una mueca de disgusto.
Él era tan seguro de sí mismo. No sólo estaba descaradamente consciente de su físico, él estaba acostumbrado a que las mujeres y hasta hombres se le lanzaran por lo que él consideraba mi actitud fría como algo refrescante en lugar de un insulto. Tendría que cambiar de estrategia.
Rachel apuntó el control remoto al televisor y la encendió. —Hay una buena película esta noche. ¿Alguien quiere saber dónde está Baby Jane?
Blaine se puso de pie. —Estaba a punto de ir a cenar. ¿Tienes hambre, Pidge?
—Ya comí —me encogí de hombros.
—No, no lo has hecho —dijo Rachel, antes de darse cuenta de su error—. Oh… es cierto, se me olvidaba que tú tomaste una ¿pizza? Antes de irnos.
Hice una mueca ante su miserable intento de arreglar su metida de pata, y luego esperé la reacción de Blaine.
Él cruzó la habitación y abrió la puerta.
—Vamos. Tienes que tener hambre.
— ¿A dónde vamos?
—Dondequiera que tú desees. Podemos ir a una pizzería.
Miré a mi ropa. —Realmente no estoy vestido.
Él me observó por un momento y luego sonrió. —Te ves bien. Vamos, que estoy muriendo de hambre.
Me puse de pie y me despedí de Rachel, pasando a Blaine para bajar las escaleras. Me detuve en el estacionamiento, mirando con horror como él se montó en una motocicleta de color negro.
—Uh… —No supe que decir, arrugando los dedos de mis pies expuestos.
Me lanzó una mirada impaciente. —Oh, sube. Iré lento.
— ¿Qué es eso? —pregunté, leyendo la escritura en el tanque de gas demasiado tarde.
—Es una Harley Night Rod. Ella es el amor de mi vida, así que no rayes la pintura cuando te subas.
— ¡Estoy usando converse!
Blaine se me quedó mirando como si hubiera hablado en un idioma extranjero. —Y yo llevo botas. Sube.
Se puso sus gafas de sol y el motor rugió cuando lo trajo a la vida. Me subí y busqué algo a que agarrarme, pero mis dedos se deslizaron del cuero a la cubierta de plástico de la luz trasera.
Blaine me agarró de las muñecas y las envolvió en torno a su cintura. —No hay nada de que aferrarte excepto de mí, Pidge. No me sueltes. —dijo, empujando la moto hacia atrás con los pies. Con un movimiento de su muñeca, salió a la calle, y se dirigió como un cohete. Los mechones de mi cabello que colgaban golpeaban contra mi cara, y me escondí detrás de Blaine, sabiendo que terminaría con bichos en mis gafas si miraba por encima de su hombro.
Él aceleró el acelerador cuando nos detuvimos en la entrada del restaurante, y una vez que estacionó, no perdí tiempo para volver a la seguridad del concreto.
— ¡Eres un loco!
Blaine se echó a reír, apoyando su motocicleta sobre el pie de apoyo antes de bajar. —Conduje al límite de velocidad.
— ¡Sí, si estuviéramos en la autopista! —dije, pasando los dedos por mi cabello enredado
Blaine me vio retirar el pelo de mi rostro y luego se dirigió a la puerta, manteniéndola abierta. —No dejaría que nada te pasara, Pigeon.
Pasé junto a él para entrar al restaurante, mi cabeza aún no estaba en sintonía con mis pies. El aroma a grasa y condimentos llenaban el aire mientras lo seguía a través de la roja alfombra. Eligió una mesa en la esquina, lejos de los grupos de estudiantes y familias, y pidió dos cervezas. Escaneé la habitación, mirando a los padres persuadir a los niños a comer, y mirando a otro lado ante las miradas curiosas de los estudiantes de Eastern.
—Claro, Blaine —dijo la camarera, escribiendo nuestras bebidas. Ella parecía un poco drogada ante su presencia mientras regresaba a la cocina.
Acomodé mi cabello detrás de mis orejas, de repente avergonzado por mi apariencia. — ¿Vienes aquí a menudo? —Pregunté mordazmente.
Blaine se inclinó sobre la mesa con los codos, sus ojos color avellana fijos en los míos. —Así qué, ¿cuál es tu historia, Pidge? ¿Eres un odia-hombres en general o sólo me odias a mí?
—Creo que sólo a ti —me quejé.
Se echó a reír una vez más, divertido por mi estado de ánimo. —No puedo comprenderte. Tú eres el único ser de este universo que ha estado disgustado conmigo antes del sexo. No te pones nervioso cuando hablas conmigo y no tratas de llamar mi atención.
—No es un truco. Simplemente no me caes bien.
—No estarías aquí si no te gustara.
Mi ceño involuntariamente se suavizó y suspiré. —No digo que eres una mala persona. Simplemente no me gusta ser un objetivo por el sólo hecho de tener un pene o un trasero, depende del rol que ocupes. —Me concentré en los granos de sal en la mesa hasta que oí un sonido ahogado de la dirección de Blaine.
Sus ojos se agrandaron y se estremecía de la risa. — ¡Oh, Dios mío! ¡Me estás matando! Eso es. Hemos de ser amigos. No voy a aceptar un no por respuesta.
—No me importa ser amigos, pero eso no quiere decir que tratarás de meterte en mis pantalones cada cinco segundos.
—No dormirás conmigo. Lo entiendo.
Traté de no sonreír, pero fallé.
Sus ojos se iluminaron. —Te doy mi palabra. Ni siquiera pensaré en tus pantalones… a menos que quieras que lo haga.
Apoyé los codos sobre la mesa y me incliné en ellos.
—Y eso no sucederá, por lo que podemos ser amigos.
Una sonrisa traviesa apareció en su rostro mientras él se inclinaba un poco más cerca. —Nunca digas nunca.
—Entonces, ¿cuál es tu historia? —Le pregunté—. ¿Siempre has sido Blaine “Mad Dog” Anderson o sólo desde que llegaste aquí? —Utilicé dos dedos en cada mano como comillas cuando dije su apodo, y por primera vez su confianza se desvaneció. Él parecía un poco avergonzado.
—No. Puck comenzó eso después de mi primera pelea.
Sus respuestas cortas estaban comenzando a fastidiarme. — ¿Eso es todo? ¿No me dirás nada acerca de ti mismo?
— ¿Qué quieres saber?
—Las cosas normales. De dónde eres, lo que quieres ser cuando seas grande… cosas así.
—Soy de aquí, nací y crecí, y estoy matriculándome en justicia criminal.
Con un suspiro, desenrolló sus cubiertos y los enderezó junto a su plato. Él miró sobre su hombro, y noté su mandíbula tensarse un poco por los que nos rodeaban. Dos mesas ocupadas por el equipo de fútbol soccer de Eastern estalló en carcajadas, y Blaine parecía estar molesto por lo que se reían.
—Estás bromeando. —le dije con incredulidad.
—No, soy un local. —dijo él, distraído.
—Me refería sobre tu especialidad. No pareces ser el tipo de justicia criminal.
Sus cejas se juntaron, de pronto concentrado en nuestra conversación. — ¿Por qué?
Recorrí los tatuajes que cubrían su brazo. —Sólo voy a decir que pareces más criminal y menos justicia.
—No me meto en problemas… en su mayor parte. Papá era muy estricto.
— ¿Dónde estaba tu mamá?
—Ella murió cuando yo era niño, —dijo como sin nada.
—Yo… yo lo siento. —dije, sacudiendo la cabeza. Su respuesta me pilló con la guardia baja.
Rechazó mi simpatía. —No me acuerdo de ella. Mis hermanos lo hacen, pero yo sólo tenía tres años cuando murió.
—Cuatro hermanos, ¿eh? ¿Cómo logras mantenerlos en regla? —Me burlé.
—Los mantengo por quien golpea más fuerte, lo que también es de mayor a menor. Cooper, Jeff, Nick, y Thad. Nunca, nunca estés solo en un cuarto con Jeff y Nick. Aprendí la mitad de lo que hago en el Circulo de ellos. Thad era el más pequeño, pero él es rápido. Él es el único que puede azotarme un golpe, ahora.
Negué con el cabeza, atónito ante la idea de cinco Blaine corriendo en un hogar. — ¿Todos tienen tatuajes?
—Más o menos. Excepto Cooper. Él es un modelo en California y no puede marcarse el cuerpo, cosas de estética masculina supongo.
— ¿Y tu papá? ¿Dónde está?
—Por allí —dijo. Su mandíbula tensa nuevamente, cada vez más irritado con el equipo de fútbol.
— ¿De qué se están riendo? —Pregunté, señalando a la mesa ruidosa. Él negó con la cabeza, claramente sin querer compartir. Me crucé de brazos y me retorcí en mi asiento, nervioso sobre lo que estaban diciendo que le causó tanto enfado. —Cuéntame.
—Se están riendo de mí por tener que llevarte a cenar, primero. No es por lo general… lo mío.
— ¿Primero? —Cuando la comprensión se posó en cara, Blaine hizo una mueca de dolor al ver mi expresión. Hablé antes de pensar—. Y yo que tenía miedo de que se estuvieran riendo de ti por ser visto conmigo así vestido, y ellos creen que voy a dormir contigo —me quejé.
— ¿Por qué no querría ser visto contigo?
— ¿De qué estábamos hablando? —Pregunté, tratando de evitar el sonrojo en mis mejillas.
—De ti. ¿Cuál es tu especialidad? —preguntó.
—Oh, eh… educación general, por el momento. Todavía estoy indeciso, pero me estoy inclinando hacia contabilidad.
—Tú no eres de aquí, sin embargo. Debes ser un trasplante.
—Wichita. Igual que Rachel.
— ¿Cómo llegaste hasta aquí desde Kansas?
Cogí la etiqueta de la botella de cerveza. —Sólo teníamos que escapar.
— ¿De qué?
—Mis padres.
—Oh. ¿Qué hay sobre Rachel? ¿Ella tiene problemas con sus padres, también?
—No, Hiram Berry y Leroy Berry son geniales. Ellos prácticamente me criaron. Ella sólo vino a lo largo; ella no quería que viniese solo.
Blaine asintió con la cabeza. —Así que, ¿por qué Eastern?
— ¿Qué pasa con el tercer grado? —Le dije. Las preguntas estaban dirigiéndose de una pequeña charla a lo personal, y estaba comenzando a sentirme incómodo.
Varias sillas entrechocaron cuando el equipo de fútbol abandonó sus asientos. Intercambiaron una última broma antes de serpentear hacia la puerta. Los que estaban en la parte trasera empujaron a los de adelante para escapar antes de que Blaine hiciera su camino a través de la habitación. Se sentó, obligando a la frustración y la ira a desvanecerse.
Levanté una ceja.
—Ibas a decir por qué elegiste Eastern —dijo.
—Es difícil de explicar, —le dije, encogiéndome de hombros—. Creo que sólo se sentía bien.
Él sonrió cuando abrió el menú. —Sé lo que quieres decir.
Bandera Rojo Parte 2
Puse mi mochila en el suelo y me derrumbé en la silla, inclinándome para tomar mi portátil de mi bolso. Cuando me levanté para ponerla en mi escritorio, Blaine se sentó en el escritorio siguiente.
—Bien. Así puedes tomar apuntes por mí—dijo. Mordía una pluma y me sonrió, sin duda su mejor sonrisa.
Le lancé una mirada de disgusto. —Ni siquiera estás en esta clase.
—Qué si no. Por lo general me siento allá —dijo, apuntando con la cabeza a la fila superior. Un pequeño grupo de chicas me estaban mirando y me di cuenta de una silla vacía en el centro.
—No tomaré notas por ti —le dije, encendiendo mi computadora.
Blaine se inclinó tan cerca que podía sentir su aliento en mi mejilla. —Lo siento… ¿Te ofendí de alguna manera?
Suspiré y sacudí la cabeza.
—Entonces, ¿Cuál es tu problema?
Mantuve mi voz baja. —No me acostaré contigo. Debes darte por vencido ahora mismo.
Una sonrisa se formó en su rostro antes de hablar. —No te he preguntado si dormirías conmigo —sus ojos se dirigieron al techo en concentración—. ¿O sí?
—No soy una de esas Barbie o uno de tus chicos de una sola noche—le dije, mirándolo de reojo—. No estoy impresionado por tus tatuajes, o tu encanto, o tu forzada indiferencia, por lo que puedes detener tu plan, ¿De acuerdo?
—Está bien, Pigeon. —Él era impermeable contra a mi rudeza—. ¿Por qué no vienes con Rachel esta noche?
Reí ante su petición, pero él se acercó más. —No estoy tratando de follarte. Sólo quiero pasar el rato.
— ¿follarme? ¿Cómo consigues tener sexo hablando de esa manera?
Blaine se echó a reír, sacudiendo su cabeza. —Sólo ven. Ni siquiera coquetearé contigo, lo juro.
—Voy a pensarlo.
El Profesor Chaney entró y Blaine se volvió al frente de la habitación. Una sonrisa permaneció en su rostro, haciendo el hoyuelo en su mejilla notorio. Entre más reía, más quería odiarlo, sin embargo era justo eso lo que hacía imposible odiarlo.
— ¿Quién me puede decir cuál presidente tenía una amante? —preguntó Chaney.
—Asegúrate de escribir eso —susurró Blaine—. Necesitaré saber eso para las entrevistas de trabajo.
—Shh —le dije, escribiendo cada palabra de Chaney.
Blaine sonrió y se relajó en su silla. Mientras la hora pasaba, él alternaba entre bostezar y apoyarse contra mi brazo para mirar el monitor. Hice un esfuerzo tremendo para ignorarlo, pero su proximidad y sus abultados músculos de su brazo lo hacían difícil. Jugó con la pulsera de cuero negro alrededor de su muñeca hasta que Chaney terminó la clase.
Me apresuré hacia la puerta y el pasillo. Justo cuando me sentía a una distancia segura, Blaine Anderson estaba a mi lado.
— ¿Has pensado en ello? —preguntó, colocándose sus gafas de sol.
Una voluptuosa morena se puso delante de nosotros, con los ojos abiertos de esperanza. —Hola, Blaine. —dijo, jugando con su pelo.
Me detuve, retrocediendo por su tono de voz dulce y luego caminé a su alrededor. La había visto antes, hablando normalmente en el área de los dormitorios de las chicas, Santana Lopez. Su tono de voz sonaba más maduro y me pregunté por qué ella creía que Blaine encontraría su tono de niña atractivo. Ella balbuceó en una octava más alta por un tiempo más hasta que él estaba nuevamente a mi lado.
Sacando un encendedor de su bolsillo, él encendió un cigarrillo y exhaló una nube espesa de humo. — ¿En dónde estaba? Ah, sí… tú estabas pensando.
Hice una mueca. — ¿De qué estás hablando?
— ¿Has pensando en venir?
—Si digo que sí, ¿Dejarás de seguirme?
Consideró mi estipulación y luego asintió. —Sí.
—Entonces iré.
— ¿Cuándo?
Suspiré. —Esta noche. Iré esta noche.
Blaine sonrió y se detuvo en seco —Genial. Te veré después, Pidge —gritó detrás de mí.
Doblé la esquina para ver a Rachel junto a Chandler fuera de mi dormitorio. Nosotros tres terminamos en la misma mesa en clase de orientación para primer año, y supe que él sería la tercera rueda a nuestra bien engrasada máquina. Él no era excesivamente enano, pero aun así yo era más alto que ellos dos.
Sus ojos redondos compensaban sus rasgos delgados y finos, y su pelo teñido de rojizo por lo general era estilizado por la parte delantera.
— ¿Blaine Anderson? Jesús, Kurt, ¿Desde cuándo comenzaste a pescar en la parte profunda? —dijo Chandler, con desaprobación en sus ojos.
Rachel sacó el chicle de su boca en una larga cuerda. —Sólo lo estás empeorando por ignorarlo. Él no está acostumbrado a eso.
— ¿Qué sugieres que haga? ¿Dormir con él?
Rachel se encogió de hombros. —Te ahorrará tiempo.
—Le dije que iría esta noche.
Chandler y Rachel intercambiaron miradas.
— ¿Qué? Él prometió dejarme de molestar si decía que sí. Tú irás esta noche, ¿verdad?
—Bueno, sí —dijo Rachel—. ¿En verdad vendrás?
Sonreí y pasé junto a ellos hacia el dormitorio, preguntándome si Blaine podría cumplir su promesa de no coquetear. Él no era difícil de descifrar; o él me veía como un reto, o lo suficientemente atractivo para ser un buen amigo. No estaba seguro cuál me molestaba más.
Cuatro horas después, Rachel llamó a mi puerta para ir a casa de Finn y Blaine. Ella no se contuvo cuando salí al pasillo.
— ¡Qué asco, Kurt! ¡Pareces un vagabundo! Dime que te bañaste por lo menos.
—Bien —dije, sonriendo a mi atuendo. Mi cabello estaba revuelto de la manera que hacia parecer que no me bañaba hace meses. Sustituí mis lentes de contacto por mis gafas con montura negra. Luciendo una andrajosa camiseta y pantalones de gimnasia gastados y anchos, terminando con un par de covers viejas. La idea se me había ocurrido horas antes, no ser atractivo era el mejor plan. Obviamente, Blaine estaría desanimado inmediatamente y detendría su ridícula persistencia. Si él estaba en busca de un amigo, entonces sería muy poca cosa para ser visto a su lado.
Rachel bajó la ventanilla y escupió su goma de mascar.
—Eres tan obvio. ¿Por qué no rodaste en mierda de perro para completar tu atuendo?
—No estoy tratando de impresionar a nadie —le dije.
—Obviamente.
Nos detuvimos en el estacionamiento del apartamento de Finn y yo seguí a Rachel a las escaleras. Finn abrió la puerta, riendo cuando entré. — ¿Qué te pasó a ti?
—Está tratando de no impresionar —dijo Rachel.
Rachel siguió a Finn a su habitación. La puerta se cerró y me quedé solo, sintiéndome fuera de lugar. Me senté en el sillón cercano a la puerta y me quité mis covers que por viejas me andaban ajustadas.
Su apartamento era más agradable que el típico apartamento de soltero. Los posters predecibles de mujeres medio desnudas y señales de tránsito estaban en las paredes, pero aparte de eso estaba limpio, los muebles eran nuevos y el olor a ropa sucia y de cerveza no estaba presente.
—Ya era hora de que llegaras —dijo Blaine, colapsando en el sofá.
Sonreí y empujé las gafas sobre el puente de mi nariz, esperando a que él prestara atención a mi apariencia. —Rachel tenía un ensayo que terminar.
—Hablando de ensayos, ¿Ya has comenzado el de historia?
Él ni siquiera se inmutó por mi cabello desordenado y fruncí el ceño ante su reacción. — ¿Tú?
—Lo terminé esta tarde.
—Pero no se entregará hasta el próximo miércoles. —le dije, sorprendido.
—Sólo para borrarlo de la lista. ¿Qué tan difícil puede ser un ensayo de dos páginas sobre Grant?
—Me imagino que soy flojo, entonces —me encogí de hombros—. Es probable que lo comience hasta este fin de semana.
—Bueno, si necesitas ayuda, házmelo saber.
Esperé a que se riera, o mostrara algún signo de que estaba bromeando, pero su expresión era sincera. Levanté una ceja. —Tú me vas a ayudar con mi ensayo.
—Tengo una A en esa clase —dijo un poco molesto ante mi incredulidad.
—Él tiene A en todas sus clases. Él es un jodido genio. Lo odio —dijo Finn mientras entraba en la habitación de la mano de Rachel.
Vi a Blaine con una expresión dudosa y sus cejas se levantaron. — ¿Qué? ¿No crees que un hombre cubierto de tatuajes y que intercambie golpes para ganarse la vida no pueda obtener buenas calificaciones? No estoy en la escuela porque no tenga nada mejor que hacer.
— ¿Por qué tienes que luchar, entonces? ¿Por qué no aplicas para becas? —Le pregunté.
—Ya lo hice. Se me concedió la mitad de mi matrícula. Pero hay libros, gastos, y tengo que obtener la otra mitad. Lo digo en serio, Pidge. Si necesitas ayuda con algo, sólo pregunta.
—No necesito tu ayuda. Soy capaz de escribir un ensayo. —Quería dejarlo en eso. Debí haberlo dejado en eso, pero lo nuevo que había revelado roía mi curiosidad—. ¿No puedes buscar otra cosa que hacer para ganarte la vida? Algo menos, no sé, ¿sádico?
Blaine se encogió de hombros. —Es una manera fácil de ganar dinero. No puedo ganar lo mismo trabajando en el centro comercial.
—Yo no diría que es fácil si tú estás recibiendo golpes en la cara.
— ¿Qué? ¿Estás preocupado por mí? —Me hizo un guiño. Hice una mueca y él rió entre dientes—. No soy golpeado con tanta frecuencia. Si tratan de golpearme, me muevo. No es tan difícil.
Me reí una vez más. —Actúas como si nadie más haya llegado a esa conclusión.
—No es solamente lanzar un golpe, recibirlo y contraatacar. Eso no va a ganar una pelea.
Puse los ojos en blanco. — ¿Quién eres tú… el Karate Kid? ¿Dónde aprendiste a luchar?
Finn y Rachel se miraron y luego sus ojos se posaron en el suelo. No me tomó mucho tiempo para reconocer que había dicho algo malo.
Blaine no parecía afectado. —Tuve un padre con problemas alcohólicos y mal temperamento y cuatro hermanos mayores que portaban el gen de idiotez.
—Oh. —Mis orejas ardían.
—No te avergüences, Pidge. Papá dejó de beber, los hermanos maduraron.
—No estoy avergonzado. —Jugueteé con las puntas largas de mi cabello detrás de la oreja y luego decidí dejarlo ahí quieto para que no parezca más nervioso por el silencio incómodo que se había formado.
—Me gusta tu aspecto al natural. Los chicos no vienen aquí así menos las chicas.
—Fui obligado a venir aquí. No se me ocurrió que debía impresionarte —le dije, enfadado de que mi plan hubiese fracasado.
Sonrió con su sonrisa infantil, divertida, la cual incremento mi ira, esperando a que cubriera mi inquietud. No sabía cómo la mayoría de las chicas o chicos se sentían a su alrededor, pero había visto su comportamiento. Estaba experimentando un desorientado y nauseo sentimiento en lugar de un sentimiento cálido de colegiala, y entre más él intentaba hacerme reír, más inestable me sentía.
—Ya estoy impresionado. Normalmente no tengo que rogar para que la gente venga a mi apartamento.
—Estoy seguro. —le dije, haciendo una mueca de disgusto.
Él era tan seguro de sí mismo. No sólo estaba descaradamente consciente de su físico, él estaba acostumbrado a que las mujeres y hasta hombres se le lanzaran por lo que él consideraba mi actitud fría como algo refrescante en lugar de un insulto. Tendría que cambiar de estrategia.
Rachel apuntó el control remoto al televisor y la encendió. —Hay una buena película esta noche. ¿Alguien quiere saber dónde está Baby Jane?
Blaine se puso de pie. —Estaba a punto de ir a cenar. ¿Tienes hambre, Pidge?
—Ya comí —me encogí de hombros.
—No, no lo has hecho —dijo Rachel, antes de darse cuenta de su error—. Oh… es cierto, se me olvidaba que tú tomaste una ¿pizza? Antes de irnos.
Hice una mueca ante su miserable intento de arreglar su metida de pata, y luego esperé la reacción de Blaine.
Él cruzó la habitación y abrió la puerta.
—Vamos. Tienes que tener hambre.
— ¿A dónde vamos?
—Dondequiera que tú desees. Podemos ir a una pizzería.
Miré a mi ropa. —Realmente no estoy vestido.
Él me observó por un momento y luego sonrió. —Te ves bien. Vamos, que estoy muriendo de hambre.
Me puse de pie y me despedí de Rachel, pasando a Blaine para bajar las escaleras. Me detuve en el estacionamiento, mirando con horror como él se montó en una motocicleta de color negro.
—Uh… —No supe que decir, arrugando los dedos de mis pies expuestos.
Me lanzó una mirada impaciente. —Oh, sube. Iré lento.
— ¿Qué es eso? —pregunté, leyendo la escritura en el tanque de gas demasiado tarde.
—Es una Harley Night Rod. Ella es el amor de mi vida, así que no rayes la pintura cuando te subas.
— ¡Estoy usando converse!
Blaine se me quedó mirando como si hubiera hablado en un idioma extranjero. —Y yo llevo botas. Sube.
Se puso sus gafas de sol y el motor rugió cuando lo trajo a la vida. Me subí y busqué algo a que agarrarme, pero mis dedos se deslizaron del cuero a la cubierta de plástico de la luz trasera.
Blaine me agarró de las muñecas y las envolvió en torno a su cintura. —No hay nada de que aferrarte excepto de mí, Pidge. No me sueltes. —dijo, empujando la moto hacia atrás con los pies. Con un movimiento de su muñeca, salió a la calle, y se dirigió como un cohete. Los mechones de mi cabello que colgaban golpeaban contra mi cara, y me escondí detrás de Blaine, sabiendo que terminaría con bichos en mis gafas si miraba por encima de su hombro.
Él aceleró el acelerador cuando nos detuvimos en la entrada del restaurante, y una vez que estacionó, no perdí tiempo para volver a la seguridad del concreto.
— ¡Eres un loco!
Blaine se echó a reír, apoyando su motocicleta sobre el pie de apoyo antes de bajar. —Conduje al límite de velocidad.
— ¡Sí, si estuviéramos en la autopista! —dije, pasando los dedos por mi cabello enredado
Blaine me vio retirar el pelo de mi rostro y luego se dirigió a la puerta, manteniéndola abierta. —No dejaría que nada te pasara, Pigeon.
Pasé junto a él para entrar al restaurante, mi cabeza aún no estaba en sintonía con mis pies. El aroma a grasa y condimentos llenaban el aire mientras lo seguía a través de la roja alfombra. Eligió una mesa en la esquina, lejos de los grupos de estudiantes y familias, y pidió dos cervezas. Escaneé la habitación, mirando a los padres persuadir a los niños a comer, y mirando a otro lado ante las miradas curiosas de los estudiantes de Eastern.
—Claro, Blaine —dijo la camarera, escribiendo nuestras bebidas. Ella parecía un poco drogada ante su presencia mientras regresaba a la cocina.
Acomodé mi cabello detrás de mis orejas, de repente avergonzado por mi apariencia. — ¿Vienes aquí a menudo? —Pregunté mordazmente.
Blaine se inclinó sobre la mesa con los codos, sus ojos color avellana fijos en los míos. —Así qué, ¿cuál es tu historia, Pidge? ¿Eres un odia-hombres en general o sólo me odias a mí?
—Creo que sólo a ti —me quejé.
Se echó a reír una vez más, divertido por mi estado de ánimo. —No puedo comprenderte. Tú eres el único ser de este universo que ha estado disgustado conmigo antes del sexo. No te pones nervioso cuando hablas conmigo y no tratas de llamar mi atención.
—No es un truco. Simplemente no me caes bien.
—No estarías aquí si no te gustara.
Mi ceño involuntariamente se suavizó y suspiré. —No digo que eres una mala persona. Simplemente no me gusta ser un objetivo por el sólo hecho de tener un pene o un trasero, depende del rol que ocupes. —Me concentré en los granos de sal en la mesa hasta que oí un sonido ahogado de la dirección de Blaine.
Sus ojos se agrandaron y se estremecía de la risa. — ¡Oh, Dios mío! ¡Me estás matando! Eso es. Hemos de ser amigos. No voy a aceptar un no por respuesta.
—No me importa ser amigos, pero eso no quiere decir que tratarás de meterte en mis pantalones cada cinco segundos.
—No dormirás conmigo. Lo entiendo.
Traté de no sonreír, pero fallé.
Sus ojos se iluminaron. —Te doy mi palabra. Ni siquiera pensaré en tus pantalones… a menos que quieras que lo haga.
Apoyé los codos sobre la mesa y me incliné en ellos.
—Y eso no sucederá, por lo que podemos ser amigos.
Una sonrisa traviesa apareció en su rostro mientras él se inclinaba un poco más cerca. —Nunca digas nunca.
—Entonces, ¿cuál es tu historia? —Le pregunté—. ¿Siempre has sido Blaine “Mad Dog” Anderson o sólo desde que llegaste aquí? —Utilicé dos dedos en cada mano como comillas cuando dije su apodo, y por primera vez su confianza se desvaneció. Él parecía un poco avergonzado.
—No. Puck comenzó eso después de mi primera pelea.
Sus respuestas cortas estaban comenzando a fastidiarme. — ¿Eso es todo? ¿No me dirás nada acerca de ti mismo?
— ¿Qué quieres saber?
—Las cosas normales. De dónde eres, lo que quieres ser cuando seas grande… cosas así.
—Soy de aquí, nací y crecí, y estoy matriculándome en justicia criminal.
Con un suspiro, desenrolló sus cubiertos y los enderezó junto a su plato. Él miró sobre su hombro, y noté su mandíbula tensarse un poco por los que nos rodeaban. Dos mesas ocupadas por el equipo de fútbol soccer de Eastern estalló en carcajadas, y Blaine parecía estar molesto por lo que se reían.
—Estás bromeando. —le dije con incredulidad.
—No, soy un local. —dijo él, distraído.
—Me refería sobre tu especialidad. No pareces ser el tipo de justicia criminal.
Sus cejas se juntaron, de pronto concentrado en nuestra conversación. — ¿Por qué?
Recorrí los tatuajes que cubrían su brazo. —Sólo voy a decir que pareces más criminal y menos justicia.
—No me meto en problemas… en su mayor parte. Papá era muy estricto.
— ¿Dónde estaba tu mamá?
—Ella murió cuando yo era niño, —dijo como sin nada.
—Yo… yo lo siento. —dije, sacudiendo la cabeza. Su respuesta me pilló con la guardia baja.
Rechazó mi simpatía. —No me acuerdo de ella. Mis hermanos lo hacen, pero yo sólo tenía tres años cuando murió.
—Cuatro hermanos, ¿eh? ¿Cómo logras mantenerlos en regla? —Me burlé.
—Los mantengo por quien golpea más fuerte, lo que también es de mayor a menor. Cooper, Jeff, Nick, y Thad. Nunca, nunca estés solo en un cuarto con Jeff y Nick. Aprendí la mitad de lo que hago en el Circulo de ellos. Thad era el más pequeño, pero él es rápido. Él es el único que puede azotarme un golpe, ahora.
Negué con el cabeza, atónito ante la idea de cinco Blaine corriendo en un hogar. — ¿Todos tienen tatuajes?
—Más o menos. Excepto Cooper. Él es un modelo en California y no puede marcarse el cuerpo, cosas de estética masculina supongo.
— ¿Y tu papá? ¿Dónde está?
—Por allí —dijo. Su mandíbula tensa nuevamente, cada vez más irritado con el equipo de fútbol.
— ¿De qué se están riendo? —Pregunté, señalando a la mesa ruidosa. Él negó con la cabeza, claramente sin querer compartir. Me crucé de brazos y me retorcí en mi asiento, nervioso sobre lo que estaban diciendo que le causó tanto enfado. —Cuéntame.
—Se están riendo de mí por tener que llevarte a cenar, primero. No es por lo general… lo mío.
— ¿Primero? —Cuando la comprensión se posó en cara, Blaine hizo una mueca de dolor al ver mi expresión. Hablé antes de pensar—. Y yo que tenía miedo de que se estuvieran riendo de ti por ser visto conmigo así vestido, y ellos creen que voy a dormir contigo —me quejé.
— ¿Por qué no querría ser visto contigo?
— ¿De qué estábamos hablando? —Pregunté, tratando de evitar el sonrojo en mis mejillas.
—De ti. ¿Cuál es tu especialidad? —preguntó.
—Oh, eh… educación general, por el momento. Todavía estoy indeciso, pero me estoy inclinando hacia contabilidad.
—Tú no eres de aquí, sin embargo. Debes ser un trasplante.
—Wichita. Igual que Rachel.
— ¿Cómo llegaste hasta aquí desde Kansas?
Cogí la etiqueta de la botella de cerveza. —Sólo teníamos que escapar.
— ¿De qué?
—Mis padres.
—Oh. ¿Qué hay sobre Rachel? ¿Ella tiene problemas con sus padres, también?
—No, Hiram Berry y Leroy Berry son geniales. Ellos prácticamente me criaron. Ella sólo vino a lo largo; ella no quería que viniese solo.
Blaine asintió con la cabeza. —Así que, ¿por qué Eastern?
— ¿Qué pasa con el tercer grado? —Le dije. Las preguntas estaban dirigiéndose de una pequeña charla a lo personal, y estaba comenzando a sentirme incómodo.
Varias sillas entrechocaron cuando el equipo de fútbol abandonó sus asientos. Intercambiaron una última broma antes de serpentear hacia la puerta. Los que estaban en la parte trasera empujaron a los de adelante para escapar antes de que Blaine hiciera su camino a través de la habitación. Se sentó, obligando a la frustración y la ira a desvanecerse.
Levanté una ceja.
—Ibas a decir por qué elegiste Eastern —dijo.
—Es difícil de explicar, —le dije, encogiéndome de hombros—. Creo que sólo se sentía bien.
Él sonrió cuando abrió el menú. —Sé lo que quieres decir.
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanto mucho este capitulo me divierte como blaine molesta a lurt que bueno que decidieron hacerse amigos espero pronto sea la apuesta espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me gusta la historia se ve realmente increible
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanta como Blaine molesta a Kurt, no tardes con más capítulos.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Amo el trato de Blaine a Kurt
Actualiza pronto!
Actualiza pronto!
honey527*** - Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 05/05/2013
Edad : 23
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
gleeclast escribió:Me encanto mucho este capitulo me divierte como blaine molesta a lurt que bueno que decidieron hacerse amigos espero pronto sea la apuesta espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare muy ansioso me gusta la historia se ve realmente increible
si es muy divertido, ademas el tiene una debilidad con Kurt... este capitulo que subire es genial y lo bueno del libro es que se van a cansar de todas las interacciones de Klaine. Besos
Gabriela Cruz escribió:Me encanta como Blaine molesta a Kurt, no tardes con más capítulos.
si es genial. Aqui nuevo Capitulo.
honey527 escribió:Amo el trato de Blaine a Kurt
Actualiza pronto!
jaja si es muy gracioso. Nuevo Capitulo.
Gracias por sus comentarios, son geniales. Les traigo un nuevo capitulo de esta adaptacion al libro de JAMIE MCGUIRE "BEAUTIFUL DISASTER"
Cerdo
Caras conocidas ocupaban los asientos de nuestra mesa del almuerzo favorita. Rachel se sentó en un lado de mí, Chandler en el otro, y el resto de los asientos fueron interceptados por Finn y hermanos Sigma Tau. Era difícil de escuchar con el ruido dentro de la cafetería, y el aire acondicionado parecía estar descompuesto nuevamente. El aire estaba cargado con el olor de comida frita y piel sudorosa, pero de alguna manera todo mundo parecía tener más energía de lo habitual.
—Hola, Jake —dijo Finn, saludando al muchacho que estaba sentado delante de mí. Su piel aceitunada y ojos color chocolate contrastaba con la gorra blanda del equipo de futbol de Eastern.
—Te perdí después del partido del sábado, Finn. Bebí una o seis cervezas en tu honor. —dijo con una amplia y blanca sonrisa.
—Te lo agradezco. Llevé a Rach a cenar. —dijo, inclinándose para besar la morena cabellera de Rachel.
—Estás sentado en mi silla, Jake.
Jake se volvió a ver a Blaine parado detrás de él, y luego me miró a mí, sorprendido. —Oh, ¿es él uno de tus chicos, Blainey?
—Absolutamente, no. —dije, sacudiendo la cabeza.
Jake miró a Blaine, quien lo miraba expectante.
Jake se encogió de hombros y luego tomó su bandeja al final de la mesa.
Blaine me sonrió mientras se acomodaba en el asiento. — ¿Qué hay de nuevo, Pidge?
— ¿Qué es eso? —Pregunté, incapaz de apartar mi mirada de su bandeja. La comida misteriosa en su plato parecía una exhibición de cera.
Blaine se echó a reír y tomó un sorbo de su vaso de agua. —Las señoras de la cafetería me asustan. No criticaré sus habilidades culinarias.
No pude ignorar las miradas de los que estaban sentados en la mesa. El comportamiento de Blaine despertaba su curiosidad, y reprimí una sonrisa al ser el único ser humano al que habían visto insistir en sentarse cerca.
—Ugh… el examen de Bio es después del almuerzo, —se quejó Rachel.
— ¿Has estudiado? —Le pregunté.
—Dios, no. Pasé toda la noche tranquilizando a mi novio de que no dormirías con Blaine.
Los jugadores de fútbol sentados al final de la mesa detuvieron su desagradable risa para escuchar más de cerca, provocando a los demás estudiantes darse cuenta. Miré a Rachel, pero ella no le importaba la culpa, empujando a Finn con el hombro.
—Jesús, Finn. Lo pasas tan mal, ¿eh? —preguntó Blaine, lanzando un paquete de salsa de tomate a su primo. Finn no contestó, pero sonrió con diversión en dirección a Blaine.
Rachel frotó su espalda. —Él va a estar bien. Sólo le tomará un tiempo para creer que Kurt es resistente a sus encantos.
—No he tratado de seducirlo —resopló Blaine, pareciendo ofendido—. Él es mi amigo.
Miré a Finn. —Te lo dije. No tienes nada de qué preocuparte.
Finn finalmente me vio a los ojos, y al ver mi expresión sincera, sus ojos se iluminaron un poco.
— ¿Tú estudiaste? —me preguntó Blaine.
Fruncí el ceño. —Ninguna cantidad de estudio me va a ayudar con la Biología. Es algo que no puedo entender del todo.
Blaine se puso de pie. —Vamos.
— ¿Qué?
—Vamos a tomar tus notas. Voy a ayudarte a estudiar.
—Blaine…
—Levanta tu trasero, Pidge. Vas a aprobar ese examen.
Tiré una de las largas trenzas castañas de Rachel mientras pasaba. —Nos vemos en clase, Rach.
Ella sonrió. —Te voy a guardar un asiento. Necesitaré toda la ayuda que pueda conseguir.
Blaine me siguió hasta mi habitación y saqué mi guía de estudio mientras él abrió el libro. Me interrogó sin descanso, y luego aclaró algunas cosas que no entendía. En la forma en que él explicaba, los conceptos pasaron de ser confusos a obvio.
—… Y las células somáticas usan mitosis para reproducirse. Eso es cuando tienes las fases. Suenan como una especie de nombre de mujer: Prometa Anatelo.
Me eché a reír. — ¿Prometa Anatelo?
—Profase, Metafase, Anafase y Telofase.
—Prometa Anatelo, —repetí, asintiendo con la cabeza.
Golpeó mi cabeza con los papeles. —Lo tienes. Ahora sabes esta guía al derecho y al revés.
Suspiré. —Bueno… ya veremos.
—Te acompañaré a clase. Te cuestionaré en el camino.
Cerré la puerta detrás de nosotros. —No te enfadarás si repruebo el examen, ¿verdad?
—No reprobarás, Pidge. Tenemos que empezar antes del siguiente, sin embargo, —dijo, caminando junto a mí hacia el edificio de ciencia.
— ¿Cómo vas a darme clases particulares, hacer tu tarea, estudiar y entrenar para tus peleas?
Blaine se echó a reír. —No entreno para mis peleas. Puck me llama, me dice dónde es la lucha y voy.
Sacudí mi cabeza con incredulidad mientras él sostenía el papel delante de él para hacer la primera pregunta. Estuvimos a punto de terminar una segunda ronda de la guía de estudio cuando llegamos a mi clase.
—Patea sus traseros —él sonrió y me entregó las notas apoyándose en el marco de la puerta.
—Hola, Blaine.
Me volví para a un chico alto, algo desgarbado, sonreírle a Blaine en su camino al salón de clases.
—Crawford —Blaine asintió con la cabeza.
Los ojos de Crawford se iluminaron un poco cuando me miró, y él sonrió. —Hola, Kurt.
—Hola. —dije, sorprendido de que él supiera mi nombre. Lo había visto en clase, pero nunca había hablado con él.
Crawford continuó a su asiento, bromeando con los que se sentaban junto a él. — ¿Quién es? —Le pregunté.
Blaine se encogió de hombros, pero la piel alrededor de sus ojos parecía más tensa que antes. —Adam Crawford. Es uno de mis hermanos de Sig Tau.
— ¿Estás en una fraternidad? —Pregunté, dudoso.
—Sigma Tau, al igual que Finn. Pensé que ya lo sabías. —dijo, mirando más allá de mí a Adam.
—Bueno… no pareces el tipo de fraternidad. —le dije, mirando a los tatuajes en sus antebrazos.
Blaine volvió su atención hacia mí y me sonrió. —Mi papá es un ex alumno, y todos mis hermanos son Sig Tau… es una cosa de familia.
— ¿Y ellos esperan que jures? —Le pregunté, escéptico.
—En realidad no. Sólo son chicos buenos —dijo, agitando mis papeles—. Es mejor que vayas a clase.
—Gracias por ayudarme —le dije, dándole un codazo. Rachel pasó y la seguí a nuestros asientos.
— ¿Cómo te fue? —Preguntó ella.
Me encogí de hombros. —Es un buen tutor.
—Es un buen amigo, también.
Ella parecía decepcionada, y reí ante la expresión de su rostro.
Siempre había sido el sueño de Rachel que ambas saliéramos con amigos en común, y chicos que fueran primos para ella era sacarse el premio mayor. Ella quería compartir la misma habitación cuando decidió venir conmigo a Eastern, pero veté su idea, con la esperanza de extender mis alas un poco. Una vez que terminó de hacer pucheros, se centró en la búsqueda de un amigo de Finn al cual presentarme.
El sano interés de Blaine hacia mí había superado sus expectativas.
Terminé rápidamente la prueba y me senté en las escaleras del edificio, esperando a Rachel. Cuando ella se dejó caer a mi lado en derrota, esperé a que hablara.
— ¡Eso fue horrible! —Exclamó.
—Deberías de estudiar con nosotros. Blaine lo explica muy bien.
Rachel gimió y apoyó la cabeza en mi hombro.
— ¡Tú no fuiste ayuda en absoluto! ¿No podrías haberme dado un guiño de cortesía o algo así? —Enganché mi brazo alrededor de su cuello y caminé con ella hasta nuestro dormitorio.
Durante la siguiente semana, Blaine me ayudó con mi trabajo de historia y me tuteó en Biología. Nos paramos juntos escaneando la lista de calificaciones fuera de la oficina del profesor Campbell. Mi número de estudiante estaba a tres puntos de la cima.
— ¡La tercera calificación más alta en el examen! ¡Bien hecho, Pidge! —Dijo, abrazándome. Sus ojos brillaban de emoción y orgullo, y un sentimiento extraño me hizo dar un paso atrás.
—Gracias, Blainey. No podría haberlo hecho sin ti. —le dije, tirando de su camiseta.
Él me tiró sobre su hombro, abriéndose camino entre la multitud detrás de nosotros. — ¡Abran paso! ¡Muévanse, gente! ¡Vamos a darle paso a este pobre chico con un desfigurado, horrible y descomunal cerebro! ¡Él es un jodido genio!
Me reí ante las expresiones divertidas y curiosas de mis compañeros de clase.
Como pasaban los días, nos vimos involucrados en los rumores sobre una relación. La reputación de Blaine ayudó a calmar los chismes. Él nunca se había quedado con una persona más de una noche, así que cuantas más veces se nos veía junto, más gente entendía nuestra platónica relación por lo que era. A pesar de las constantes preguntas de nuestro compromiso, el flujo de atención que Blaine recibía de sus compañeros no cedió.
Él siguió sentándose a mi lado en historia y comiendo conmigo en el almuerzo. No tomó mucho tiempo darme cuenta que me había equivocado sobre él, incluso mostrándome defensiva ante a los que no conocían a Blaine como yo lo hacía.
En la cafetería, Blaine puso una lata de jugo de naranja delante de mí.
—No tenías por qué haberlo hecho. Yo iba a tomar uno —dije, quitándome la chaqueta.
—Bueno, ahora no tienes que hacerlo. —dijo, mostrando el hoyuelo en la mejilla izquierda.
Jake dio un resoplido. — ¿Él te convirtió en mandilón, Blaine? ¿Qué sigue después, abanicarlo con una hoja de palmera, mientras usas un Speedo?
Blaine le lanzó una mirada asesina y salté a su defensa. —Tú no podrías llenar un Speedo, Jake. Cierra tu estúpida boca.
— ¡Tranquilo, Kurt! ¡Estaba bromeando! —dijo Jake, levantado sus manos.
—Sólo… no hables así de él. —le dije, frunciendo el ceño.
La expresión de Blaine era una mezcla de sorpresa y gratitud. —Ahora sí que lo he visto todo. Acabo de ser defendido por un chico, —dijo, poniéndose de pie. Antes de irse con su bandeja, ofreció una mirada de advertencia a Jake, y luego salió para reunirse junto a un pequeño grupo de fumadores fuera del edificio.
Traté de no mirarlo mientras reías y hablaba. Todas las chicas en el grupo sutilmente competían por el lugar al lado de él, Rachel me golpeó con el codo en las costillas cuando se dio cuenta de que mi atención estaba en otra parte.
— ¿Qué ves, Kurt?
—Nada. No estoy mirando nada.
Apoyó la barbilla en la mano y sacudió la cabeza.
—Son tan obvias. Mira a la pelirroja. Ella ha pasado sus dedos por el pelo tantas veces como parpadea. Me pregunto si Blaine se cansa de eso.
Finn asintió con la cabeza. —Lo hace. Todo el mundo piensa que es un imbécil, pero si supieran la cantidad de paciencia que hace frente a todas las chicas que piensan que lo pueden domar… él no puede ir a ninguna parte sin ser molestado. Confía en mí; él es mucho más amable de lo que yo lo sería.
—Oh, como si no te gustaría. —dijo Rachel, besando la mejilla de Finn.
Blaine estaba terminado su cigarrillo fuera de la cafetería cuando pasé. —Espera, Pidge. Te acompaño.
—No tienes que acompañarme a todas las clases, Blaine. Sé cómo llegar por mí mismo.
Blaine fue fácilmente distraído por una chica con pelo largo y negro y una falda corta caminando mientras le sonrió. Él la siguió con la mirada y asintió con la cabeza en la dirección de la chica, arrojando su cigarrillo.
—Te veré más tarde, Pidge.
—Sí. —dije, poniendo los ojos en blanco mientras él trotaba hacia la chica.
El asiento de Blaine permaneció vacío durante la clase, y me encontré a mí mismo un poco enfadado con él por perder la clase por una chica a la que no conocía. El Profesor Chaney terminó la clase temprano, y me apresuré por el césped, consciente de que tenía que encontrarme con Chandler a las tres para entregarle las notas de La Música de Sherri Cassidy. Miré mi reloj y apresuré el paso.
— ¿Kurt?
Adam corrió por el césped hasta llegar a mi lado. —No creo que nos hemos conocido formalmente, —dijo, tendiéndome la mano—. Adam Crawford.
Tomé su mano y sonreí. —Kurt Hummel.
—Estaba detrás de ti cuando recibiste tu calificación de biología. Felicidades. —sonrió, metiendo las manos en los bolsillos.
—Gracias. Blaine ayudó, o habría estado al final de la lista, créeme.
—Oh, ustedes son…
—Amigos.
Adam asintió y sonrió. — ¿Te dijo que hay una fiesta este fin de semana?
—Por lo general sólo hablamos de biología y comida.
Adam se echó a reír. —Eso suena como Blaine.
En la puerta de Morgan Hall, Adam escaneó mi cara con sus grandes ojos verdes. —Deberías venir. Será divertido.
—Hablaré con Rachel. No creo que tengamos ningún plan.
— ¿Son un paquete?
—Hemos hecho un pacto este verano. No asistiremos a ninguna fiesta sin el otro.
—Inteligente. —asintió con la cabeza en señal de aprobación.
—Ella conoció a Finn en la clase de orientación, por lo que en realidad no he tenido que estar junto a ella tanto. Esta será la primera vez que necesitaré preguntarle, estoy seguro que estará feliz de venir. —Me regañé internamente. No sólo estaba balbuceando, sino que había hecho obvio que yo no era invitado a fiestas.
—Genial. Nos vemos allí. —dijo. Él mostró su perfecta sonrisa de modelo de Banana Republic con su mandíbula cuadrada y su piel naturalmente bronceada, caminando por el campus.
Lo vi alejarse; él era alto, limpio, con una camisa apretada de vestir a rayas y jeans. Su cabello lacio y rubio oscuro rebotaba cuando caminaba.
Me mordí el labio, halagada por su invitación.
—Ahora, él es más tu tipo. —dijo Chandler en mi oído.
—Él es lindo, ¿eh? —Le pregunté, sin poder dejar de sonreír.
—Diablos, sí, él es lindo… en la posición de misionero o algo así.
— ¡Chandler! —Grité, golpeándolo en el hombro.
— ¿Obtuviste las notas de Sherri?
—Sí, —dije, sacándolas de mi bolso. Él encendió un cigarrillo, lo sostuvo entre los labios y miró hacia los papeles.
—Jodidamente brillante. —dijo, escaneando las páginas. Él las dobló y guardó en su bolsillo—. Lo bueno es que las calderas de Morgan no están funcionando. Necesitarás una ducha de agua fría después de recibir miradas lascivas por ese alto chico.
— ¿Los dormitorios no tienen agua caliente? —Gemí.
—Eso es lo que cuentan. —Dijo Chandler, deslizando su mochila sobre su hombro—. Me voy a Algebra. Dile a Rach que dije que no se olvide de mí este fin de semana.
—Yo le diré. —me quejé, mirando las paredes de ladrillo antiguo de nuestro dormitorio. Caminé a mi habitación, abrí la puerta y dejé caer mi mochila al suelo.
—No hay agua caliente. —murmuró Tina desde su lado del escritorio.
—He oído.
Mi celular sonó, lo abrí para encontrarme con un mensaje de Rachel maldiciendo las calderas. Unos minutos después se oyó un golpe en la puerta.
Rachel entró y se dejó caer sobre la cama, sus brazos cruzados. — ¿Pueden creer esta mierda? ¿Cuánto no estamos pagando y ni siquiera podemos tomar una ducha con agua caliente?
Tina suspiró. —Deja de quejarte. ¿Por qué no te quedas con tu novio? ¿No has estado quedándote con él, de todos modos?
Los ojos de Rachel se enfocaron en Tina. —Buena idea, Tina. El hecho de que seas una perra es útil a veces.
Tina mantuvo sus ojos en el monitor de su computadora, sin inmutarse por el golpe de Rachel.
Rachel sacó su teléfono celular y envió un mensaje de texto con una velocidad y precisión asombrosa. Su teléfono sonó, y ella me sonrió. —Nos vamos a quedar con Finn y Blaine hasta que arreglen las calderas.
— ¿Qué? ¡No me quedaré! —Grité.
—Oh, sí que lo harás. No hay ninguna razón para que te quedes atrapado aquí, congelándote en la ducha cuando Blaine y Finn tienen dos baños en su apartamento.
—No he sido invitado.
—Yo te estoy invitando. Finn ya dijo que estaba bien. Puedes dormir en el sofá… si es que Blaine no lo está utilizando.
— ¿Y si lo está usando?
Rachel se encogió de hombros. —Entonces puedes dormir en la cama de Blaine.
— ¡De ninguna manera!
Ella puso los ojos en blanco. —No seas un bebé, Kurt. Ustedes son amigos, ¿verdad? Si él no ha intentado nada hasta ahora, no creo que lo hará.
Sus palabras hicieron que mi boca se cerrara. Blaine había estado a mí alrededor en una u otra manera todas las noches durante semanas. Había estado tan ocupado asegurándome de que todos notaran que sólo éramos amigos, que no se me había ocurrido que él realmente sólo estaba interesado en nuestra amistad. No estaba seguro por qué, pero me sentí insultado.
Tina nos miró con incredulidad. — ¿Blaine Anderson no ha intentado dormir contigo?
—Somos amigos. —le dije en tono defensivo.
—Lo sé, pero él ni siquiera ha… ¿intentado? Él ha dormido con todo el mundo.
—Excepto nosotros. —dijo Rachel, mirándola—. Y tú.
Tina se encogió de hombros. —Bueno, nunca lo he conocido. Sólo he oído rumores.
—Exactamente. —le espeté—. Ni siquiera lo conoces.
Tina regresó a su monitor, ajena a nuestra presencia.
Suspiré. —Muy bien, Rach. Tengo que hacer las maletas.
—Asegúrate de empacar por unos días, quién sabe cuánto tiempo llevará arreglar las calderas. —dijo, muy emocionada.
El temor se apoderó de mí como si estuviera a punto de entrar al territorio del enemigo. —Ugh… bien.
Rachel saltó cuando me abrazó. — ¡Esto será tan divertido!
Media hora más tarde empacamos nuestras cosas en su Honda y nos dirigimos al apartamento. Rachel muy apenas tomó una respiración entre sus divagaciones mientras conducía. Ella sonó la bocina cuando se estacionó frente al apartamento. Finn corrió por las escaleras, y sacó nuestras maletas del maletero, siguiéndonos por las escaleras.
—Está abierto. —resopló.
Rachel abrió la puerta y la mantuvo abierta. Finn gruñó cuando puso nuestro equipaje en el suelo. — ¡Jesús, Bebé! ¡Tú maleta pesa nueve kilos más que la de Kurt!
Rachel y yo nos quedamos inmóviles cuando una mujer salió del cuarto de baño, abotonándose la blusa.
—Hola. —dijo ella, sorprendida. Sus ojos llenos de rímel corrido nos examinaron antes de observar el equipaje. La reconocí como la morena de piernas largas que Blaine había seguido de la cafetería.
Rachel miró a Finn.
Él levantó las manos. — ¡Ella está con Blaine!
Blaine apareció en la esquina en un par de calzoncillos y bostezó. Él miró a su invitada, y luego le dio unas palmaditas en el espada. —Mis invitados están aquí. Es mejor que te vayas.
Ella sonrió y echó los brazos alrededor de él, besando su cuello. —Voy a dejar mi número de teléfono en el mostrador.
—Eh… no te preocupes por eso. —dijo Blaine en tono casual.
— ¿Qué? —Preguntó, inclinándose hacia atrás para mirarlo a los ojos.
— ¡Otra vez! —dijo Rachel. Ella miró a la mujer—. ¿Cómo es que estás sorprendida por esto? ¡Él es Blaine follador Anderson! Él es famoso por esto mismo, y aun así se sorprenden. —dijo, volviéndose a Finn. Él puso su brazo alrededor de ella, haciendo un gesto para que se calmara.
La chica entrecerró los ojos hacia Blaine y luego agarró su bolso y salió, cerrando la puerta detrás de ella.
Blaine caminó a la cocina y abrió la nevera como si nada hubiera pasado.
Blaine negó con la cabeza y caminó por el pasillo. Finn lo siguió, balanceando su cuerpo para compensar el peso de la maleta mientras caminaba.
Me dejé caer sobre el sillón y suspiré, preguntándome si estaba loco por haber aceptado venir. No sabía que el apartamento de Finn era una puerta giratoria para chicas cabezas huecas y de seguro chicos desesperados por ser follados.
Blaine estaba detrás de la barra de desayuno, cruzó sus brazos sobre su pecho y sonrió. — ¿Qué pasa, Pidge? ¿Día duro?
—No, estoy profundamente disgustado.
— ¿Conmigo? —Él estaba sonriendo. Debería haber sabido que él esperaba esta conversación. Eso sólo me hizo menos dispuesto a detenerme.
—Sí, contigo. ¿Cómo puedes usar a alguien así como así y tratarlas de esa manera?
— ¿Cómo la traté? Ella ofreció su número, yo me negué.
Mi boca se abrió ante su falta de remordimiento. — ¿Tendrás relaciones sexuales con ella, pero no tomarás su número?
Blaine se inclinó sobre el mostrador con los codos. — ¿Por qué iba a querer su número si no la iba a llamar?
— ¿Por qué dormir con ella si no la vas a llamar?
—No prometo nada a nadie, Pidge. Ella no estipuló una relación antes de extender sus piernas en mi sofá.
Miré el sofá con repugnancia. —Ella es la hija de alguien, Blaine. ¿Qué pasa si, en un futuro, alguien trata así a tu hija?
—Mi hija sabrá algo mejor que quitarse las bragas por un imbécil que acaba de conocer, vamos a decirlo de esa manera.
Me crucé de brazos, enfadado de que él tuviera razón. —Así que, además de admitir que eres un imbécil, estás diciendo que porque ella se acostó contigo, ¿ella merecía ser desechada como un gato callejero?
—Estoy diciendo que fui honesto con ella. Ella es un adulto, fue de mutuo acuerdo… ella estaba un poco ansiosa al respecto si quieres saber la verdad. Actúas como si he cometido un crimen.
—Ella no parecía entender tus intenciones, Blaine.
—Las mujeres suelen justificar sus acciones con lo que sus cabezas les dicen. Ella no me dijo por adelantado que esperaba una relación más de lo que yo le dije que esperaba sexo sin compromiso. ¿Cómo es diferente?
—Eres un cerdo.
Blaine se encogió de hombros. —Me han llamado peor.
Miré el sofá, los cojines todavía ladeados y amontonados por su uso reciente. Retrocedí ante la idea de cuántas mujeres se han ofrecido a sí mismas sobre esa tela y también hombres, un asco total.
—Creo que dormiré en el sillón reclinable. —me quejé.
— ¿Por qué?
Lo miré, furioso por su expresión confusa.
— ¡No dormiré en esa cosa! ¡Dios sabe sobre lo que estaría acostándome!
Levantó mi equipaje del piso. —No dormirás en el sofá o en el sillón reclinable. Tú dormirás en mi cama.
—La que es más antihigiénica que el sofá, estoy seguro.
—Nunca ha estado nadie en mi cama aparte de mí.
Puse los ojos en blanco. — ¡Dame un descanso!
—Hablo absolutamente en serio. Los folló en el sofá. No los dejo entrar a mi habitación.
— ¿Entonces por qué se me permite a mí en tu cama?
Una de las esquinas de su boca se levantó en una sonrisa traviesa.
— ¿Estás planeando tener sexo conmigo esta noche?
— ¡No!
—Por eso. Ahora levanta tu trasero malhumorado, toma tu ducha con agua caliente, y después podemos estudiar algo de Bio.
Lo miré por un momento y luego a regañadientes hice lo que él ordenó. Me quedé bajo la ducha por mucho tiempo, dejando que el agua lavara mis molestias. Masajeando el champú en mi pelo, suspiré por lo maravilloso que era tomar una ducha en un baño no comunitario una vez más—sin zapatillas, sin neceser, sólo la mezcla relajante de agua y vapor.
La puerta se abrió y salté. — ¿Rach?
—No, soy yo. —dijo Blaine.
Automáticamente envolví mis brazos sobre las partes que no quería que él viera. — ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Fuera!
—Olvidaste una toalla y he traído tu ropa, cepillo de dientes y una crema extraña para el rostro que encontré en tu bolsa.
— ¿Buscaste entre mis cosas? —Grité. Él no respondió. En su lugar, oí girar el grifo y el sonido de un cepillo de dientes contra dientes.
Me asomé por la cortina de plástico, sosteniéndola contra mi cuerpo. — ¡Fuera, Blaine!
Él me miró, con los labios cubiertos de espuma de pasta de dientes. —No puedo ir a la cama sin cepillarme los dientes.
—Si te acercas a un metro de la cortina, te sacaré los ojos mientras duermas.
—No voy a mirar, Pidge. —rió.
Esperé bajo el agua con los brazos bien envueltos sobre mi cuerpo. Él escupió, gorgoteó y escupió de nuevo, luego la puerta se cerró. Enjuagué el jabón de mi piel, me sequé tan rápido como me fue posible, y luego me puse la camiseta y shorts, colocándome mis gafas y cepillé un peine a través de mi cabello. La crema hidratante de noche que Blaine había traído llamó mi atención, y no pude evitar sonreír. Él era atento y agradable cuando lo quería ser.
Blaine abrió la puerta otra vez. — ¡Vamos, Pidge! ¡Me estoy haciendo viejo!
Arrojé el peine en su dirección y él se agachó, cerrando la puerta y riéndose durante el camino a su habitación. Me lavé los dientes y arrastré mis pies por el pasillo, pasando el dormitorio de Finn en el camino.
—Buenas noches, Kurt. —llamó Rachel desde la oscuridad.
Dudé antes de golpear dos suaves golpes en la puerta de Blaine.
—Entra, Pidge. No tienes que tocar.
Él abrió la puerta y entré, viendo su cama de hierro negro paralela a la línea de ventanas en el extremo de la habitación. Las paredes estaban desnudas a excepción de un solitario sombrero encima de la cabecera. Casi esperaba que su habitación estuviera cubierta de posters de mujeres semi desnudas, pero ni siquiera vi un anuncio para una marca de cerveza. Su cama era negra, su alfombra gris, todo lo demás en la habitación era blanco. Parecía como si acabara de mudarse.
—Bonita pijama. —dijo Blaine, notando mi short a cuadros color amarillo y azul marino y mi camisa de Eastern. Se sentó en la cama y le dio unas palmaditas a la almohada a su lado —. Bien, ven. No voy a morderte.
—No te tengo miedo. —Le dije, acercándome a la cama y dejando el libro de biología junto a él—. ¿Tienes una pluma?
Él asintió con la cabeza hacia su mesa de noche. —Primer cajón.
Me estiré sobre la cama y abrí el cajón, encontrando tres bolígrafos, un lápiz, un tubo de jalea KY, y un tazón de cristal lleno de paquetes de diferentes marcas de condones. Asqueado, tomé una lapicera y cerré el cajón.
— ¿Qué? —Preguntó, dándole vuelta a una página del libro.
— ¿Robaste la clínica de salud?
—No. ¿Por qué?
Quité la tapa de la pluma, incapaz de mantener la expresión de asco fuera de mi rostro. —Tu suministro de preservativos para toda la vida.
—Más vale prevenir que lamentar, ¿no?
Puse los ojos en blanco. Blaine regresó al libro, una irónica sonrisa apareció en sus labios. Él leyó las notas para mí, resaltando los puntos principales, mientras él me hacía preguntas y pacientemente explicaba lo que yo no entendía.
Después de una hora, me quité las gafas y froté los ojos. —Estoy muerto. No puedo memorizar una macromolécula más.
Blaine sonrió, cerrando el libro. —Muy bien.
Hice una pausa, sin estar seguro sobre nuestros arreglos para dormir. Blaine salió de la habitación y caminó por el pasillo, murmurando algo en la habitación de Finn antes de encender la ducha. Me envolví en la colcha y la tiré hasta mi cuello, escuchando el ruido agudo del agua corriendo a través de las tuberías.
Diez minutos más tarde, el agua se cerró y el piso crujió bajo los pasos de Blaine. Echó a andar por la habitación con una toalla alrededor de sus caderas. Él tenía tatuajes en ambos lados de su pecho, el arte tribal oscuro cubriendo cada uno de sus abultados hombros. En su brazo derecho, las líneas y los símbolos negros se extendían desde su hombro hasta la muñeca, en el izquierdo, los tatuajes se detenían en su codo, con sólo una línea de escritura en la parte inferior de su antebrazo. Intencionalmente me mantuve de espaldas a él mientras que él se paró frente a su tocador y dejó caer la toalla para ponerse un par de bóxers.
Después de apagar la luz, se metió en la cama junto a mí.
— ¿Dormirás aquí también? —Pregunté, volviéndome para mirarlo. La luna llena fuera de la ventana oscureció su rostro.
—Bueno, sí. Esta es mi cama.
—Lo sé, pero… —Hice una pausa. Mis otras opciones eran el sofá o el sillón reclinable.
Blaine sonrió y negó con la cabeza. — ¿Aún no confías en mí? Me comportaré mejor que bien, lo juro. —dijo, levantando los dedos que estaba seguro los Boy Scouts de Estados Unidos nunca habían considerado usar.
No discutí, simplemente me di vuelta y puse mi cabeza en la almohada, metiendo las sábanas detrás de mí para que hubiera una clara barrera entre su cuerpo y el mío.
—Buenas noches, Pigeon. —susurró en mi oído. Podía sentir su aliento a menta en mi mejilla, ocasionando que la piel se me pusiera de gallina. Gracias a Dios que estaba lo suficientemente oscuro para que no pudiera ver mi embarazosa reacción, o el rubor de mis mejillas.
Parecía que acaba de cerrar los ojos cuando escuché el reloj despertador. Estiré la mano para apagarlo, pero me sorprendí con horror cuando sentí piel cálida bajo mis dedos. Traté de recordar dónde estaba. Cuando la respuesta llegó, me mortificó el hecho que Blaine pensara que lo había hecho a propósito.
— ¿Blaine? La alarma —susurré. Él aún no se movía—. ¡Blaine! —Dije, dándole un codazo. Cuando todavía no se movía, me estiré a través de él, buscando a tientas en la penumbra hasta que sentí la parte superior del reloj. Sin saber cómo apagarlo, golpeé la cima del mismo hasta que pulsé el botón de dormitar, y luego caí sobre mi almohada nuevamente.
Blaine se echó a reír.
— ¿Estabas despierto?
—Te prometí que me portaría bien. No dije nada al respecto de permitirte acostarte sobre mí.
—No me acosté sobre ti, —protesté—. No podía alcanzar el reloj. Esa tiene que ser la alarma más molesta que he oído. Suena como un animal moribundo.
Estiró su mano y presionó un botón. — ¿Quieres desayuno?
Lo miré fijamente y luego sacudí la cabeza. —No tengo hambre.
—Bueno, yo sí. ¿Por qué no vienes conmigo a la cafetería que está cerca?
—No creo que pueda soportar tu falta de habilidad para conducir temprano por la mañana. —le dije. Levanté mis pies por el lado de la cama y los metí en mis pantuflas, arrastrándome a la puerta.
— ¿A dónde vas? —Preguntó.
—A vestirme e ir a clase. ¿Necesitas un itinerario mientras estoy aquí?
Blaine se estiró y luego caminó hasta mí en sus bóxers. — ¿Siempre eres tan temperamental o ese malestar disminuirá una vez que creas que no estoy creando algún elaborado plan para meterme en tus pantalones? —Sus manos sujetaron mis hombros y sentí sus pulgares acariciar mi piel al unísono.
—No soy temperamental.
Se inclinó me susurró en mi oído. —No quiero acostarme contigo, Pidge. Te aprecio demasiado.
Pasó junto a mí para ir al baño, y que quedé allí, aturdido. Las palabras de Tina se repetían en mi mente. Blaine Anderson dormía con todos; no pude evitar sentirme deficiente al saber de qué él no tenía ganas de intentar dormir conmigo.
La puerta se abrió de nuevo y Rachel entró.
— ¡Arriba, arriba, levántate y brilla! —Sonrió, bostezando.
—Te pareces a tu madre, Rach. —me quejé, rebuscando en mi maleta.
—Oh… ¿alguien no durmió bien anoche?
—Él apenas respiró en mi dirección. —le dije mordazmente.
Una sonrisa iluminó el rostro de Rachel. —Oh.
— ¿Oh, qué?
—Nada. —dijo ella, volviendo a la habitación de Finn.
Blaine estaba en la cocina, tarareando una canción al azar mientras cocinaba huevos revueltos. — ¿Estás seguro que no quieres desayunar? —Me preguntó.
Finn y Rachel entraron y Finn tomó dos platos del gabinete, sosteniéndolos mientras Blaine servía una porción en cada uno. Finn puso los platos en la barra, él y Rachel se sentaron juntos, satisfaciendo el apetito que probablemente gastaron la noche anterior.
—No me mires así, Finn. Lo siento, sólo que no quiero ir. —dijo Rachel.
—Bebé, la Casa tiene una fiesta de parejas dos veces al año. —dijo Finn mientras masticaba—. Aún falta un mes. Tendrás tiempo de sobra para encontrar un vestido y hacer todas esas cosas de chicas.
—Lo haría, Finn… es muy dulce… pero no voy a conocer a nadie allí.
—Muchas de las chicas que estarán no conocen a los demás. —dijo, sorprendido por el rechazo.
Ella se dejó caer en su silla. —Las chicas perras de la hermandad son invitadas a esas cosas. Todas se conocerán entre sí… será extraño.
—Vamos, Rach. No me obligues a ir solo.
—Bueno… ¿tal vez podrías buscar a alguien para que invite a Kurt? —Dijo ella, mirándome y luego a Blaine.
Blaine levantó una ceja y Finn negó con la cabeza.
—Blainey no va a fiestas de parejas. Es algo a donde llevarías tu novia o novio… y Blaine no… ya sabes.
Rachel se encogió de hombros. —Podemos conseguirle a alguien.
Entrecerré mis ojos en su dirección. —Te puedo escuchar, sabes.
Rachel usó la cara que ella sabía que no podía decir no.
— ¿Por favor, Kurt? Vamos a encontrarte un buen tipo que sea divertido e ingenioso, y podrás asegurarte que sea guapo… ¡te prometo que pasarás un buen rato! Y, ¿Quién sabe? Tal vez hasta se lleven bien.
Blaine lanzó el plato al fregadero. —Yo no he dicho que no lo llevaría.
Puse los ojos en blanco. —No me hagas ningún favor, Blaine.
—Eso no es lo que quise decir, Pidge. Las fiestas de parejas son para chicos con novias o novios, y todo el mundo sabe que yo no hago eso de novias o novios tampoco. Pero no tendré que preocuparme de que tú esperes un anillo de compromiso después.
Rachel hizo un puchero. — ¿Por fis, Kurt?
— ¡No me mires así! —Me quejé—. Blaine no quiere ir, yo no quiero ir… nosotros no seremos muy divertidos.
Blaine se cruzó de brazos y se apoyó en el fregadero. —Yo no dije que no quería ir. Creo que sería divertido si los cuatro asistimos, —se encogió de hombros.
Los ojos de todos se centraron en mí y yo retrocedí. — ¿Por qué no pasamos el rato aquí?
Rachel puso mala cara y Finn se inclinó hacia adelante. —Porque tengo que ir, Kurt. Soy un estudiante de primer año; tengo que asegurarme de que todo pase sin problemas, que todo el mundo tenga una cerveza en mano, y cosas así.
Blaine cruzó la cocina y envolvió el brazo alrededor de mis hombros, tirando de mí hacia él. —Vamos, Pidge. ¿Quieres ir conmigo?
Miré a Rachel, luego a Finn y, finalmente, a Blaine. —Sí. —suspiré.
Rachel chilló y me abrazó, y sentí la mano de Finn en mi espalda. —Gracias, Kurt. —dijo Finn.
Espero sus hermosos comentarios
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Ya quiero saber que va a pasar en la fiesta.
Gabriela Cruz-*-* - Mensajes : 3230
Fecha de inscripción : 07/04/2013
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanto mucho este grandioso capitulo me gusta mucho la amisrad de kurt y blaine una duda a adam le gusta kurt no me quedo claro eso pero en fin espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me encanta mucho esta historia
gleeclast-* - Mensajes : 1799
Fecha de inscripción : 26/03/2013
Edad : 27
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Gabriela Cruz escribió:Ya quiero saber que va a pasar en la fiesta.
falta bastante para esa fiesta debo decir asi que a esperar faltan que pasen un par de cosas.
gleeclast escribió:Me encanto mucho este grandioso capitulo me gusta mucho la amisrad de kurt y blaine una duda a adam le gusta kurt no me quedo claro eso pero en fin espero actualices pronto ya quiero ver que pasa en el siguiente capitulo lo esperare ansioso me encanta mucho esta historia
si a Adam le gusta Kurt, digamos que él sera el 3ro en discordia.
gabiigleek********- - Mensajes : 783
Fecha de inscripción : 20/03/2013
Edad : 31
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Me encanto.
Es tan divertida la actitud de Blaine.
Me gusta que Kurt sea muy malhumorado con Blaine.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
Es tan divertida la actitud de Blaine.
Me gusta que Kurt sea muy malhumorado con Blaine.
Ya quiero leer el próximo capitulo.
Saludos!!
★Alex Colfer★- - Mensajes : 1210
Fecha de inscripción : 11/11/2013
Edad : 25
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
te dire algo nena, o enana como te guste mas xp bueno, primero, no pensaba leer el fic, porque e leído Beautiful Disaster y me dejo muy picada, me encanto los dos libros, pero.... odie a Travis y no se, creo que no se, es que su primer trato a Kurt, cuando ya sabes como las paginas 20 y 30 tu ya sabes, para no dar spoilers, pero nope, no me gusto, yo quería mucho...no poco .______________________________. así que cai y lo leer en adaptación Klaine jajaja
♫♥Anny Hummel♥♫- - Mensajes : 1241
Fecha de inscripción : 18/05/2013
Edad : 25
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
Ay, Diosa!!! Ya decía yo que si nadie adaptaba este libro lo iba a hacer yo... porque esta es una historia asdfghjklñdgjlkgfds demasiado perfecta y genial que Klaine queda más que genial... Gracias! GRACIAS!!! GRACIAS!!! Por adaptarla y por hacerla más increíble de lo que ya era. Bueno, de ahora en adelante, tienes otra fiel lectora mas
Invitado- Invitado
Re: Fanfic Klaine (Adaptación): "Beautiful Disaster" Capitulo 4 LA APUESTA
OMG
Amo este libro y con Klaine seguramente va a ser mucho mejor Actualiza pronto plis!
Amo este libro y con Klaine seguramente va a ser mucho mejor Actualiza pronto plis!
Juliett S. Pierce** - Mensajes : 61
Fecha de inscripción : 17/07/2013
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